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It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania Empty It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania {Miér 5 Ago 2015 - 0:51}

It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania EITYcy0
It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania LtEEefA

Temprano en la mañana, si no mal recuerdo eran aproximadamente las ocho de la mañana. Recostado en una cama me encontraba, de dos plazas para ser mas específicos. Con uno de mis brazos inmovilizados y por ende adormilado, ¿por qué, se preguntarán? Por una mujer. De cabellos rojizos, labios carnosos y curvas maduras, prominentes; esta se concentraba en acariciar con la yema y uña de su dedo índice derecho mis pectorales. Me miraba a los ojos con reproche, en lo que comenzó a hablar luego de una noche que podría decirse fue bastante larga.
¿En serio te tienes que ir tan pronto? Si recién nos despertamos...
Cuestionó la fémina, en lo que destapaba quitándose la fina sábana de seda que nos cubría, mostrando así toda su desnudez como Jebús la trajo al mundo.
Como Marine, debo hacer lo que todo Marine debe hacer... ¿No te parece lo justo luego de haberte brindado una noche de mi vida?
Eso le dices a todas, ¿no es cierto? —refutó, mostrando una expresión enfurruñada y muy infantil, inmadura para la edad que había dicho tener la noche anterior en la taberna; por mi lado solamente sonreí socarrón, encogiéndome de hombros de manera fugaz antes de osar responder con tanta despreocupación por el asunto o lo que fuera a sentir ella que cualquier persona en su sano juicio no dudaría en decirme que soy un reverendo hijo de mil putas. Pero claro, que el que lo dijera así sin más se comería una hostia en toda la boca, empezando por ahí.

Me dijiste anoche que no te mintiera en lo que digo, así que no lo haré ahora —pausé fugaz, aclarándome la garganta antes de proseguir—. Sí, eso se lo digo a todas. —solté sin titubear. Indignada, la mujer me propinó una fuerte bofetada en la mejilla izquierda que hasta el día de hoy la sigo sintiendo y recordando como si hubiese sucedido ayer; se empezó a vestir rápidamente y como si le llevara su alma el diablo, se retiró sumamente enfadada de la habitación, dando un portazo que retumbó en todo el dormitorio. Por mi lado me quedé de lo más tranquilo, relamiéndome los labios resecos mientras le frotaba los ojos para quitarme las lagañas.
Bah, no me dio ni un beso de buenos días... será egoísta —murmuraba para mis adentros, soltando un fugaz bufido antes de girar los ojos en blanco y levantarme de la cama—. Al menos podría haber sido un poco más agradecida la cabrona, después de lo que sucedió... En fin. —no dije nada más. Me levanté de la cama, colocándome la ropa interior, lavándome la cara en el baño para despabilarme un poco. Acto seguido empecé a vestirme con un traje bastante elegante y un tanto entallado al cuerpo, de color negro con líneas blancas muy delgadas, casi que invisibles.

Luego de acomodarme la corbata, mirándome al espejo me coloqué el sombrero de Marine que si bien no me gustaba demasiado, había que hacerlo por mero reglamento. Afortunadamente hacían una excepción en cuanto al uniforme que personalmente me parecía asqueroso, tan... anti-estético para mi, si me lo ponía parecería un boyscout de estos que son dudosos de sexualidad; saliendo de aquel "Inn" luego de haber pagado la tarifa por la noche pasada. Al salir a la calle ya se escuchaba el incesante barullo de Towerbridge, la parte civilizada de English Garden por así decirlo.
Madre mía, que asco de gente... ¿y yo como Marine debo encargarme de protegerles el culo? Puta burguesía. —bufñe refunfuñando entre dientes. Si bien era un miembro del cuerpo militar del mundo, eso no significaba que fuese a dejarme pisotear y me convirtiera en un estúpido con el cerebro lavado que solo sigue ordenes a troche y moche sin pensar en las consecuencias de sus actos. Y si bien así hacía las cosas sin importarme lo que fuera a suceder, al menos lo hacía por mi mismo y no por gusto y orden de un superior. — ¿A dónde mierda puedo ir? ... Meh, a hacer rondas supongo que toca. —murmuraba hablando conmigo mismo, pero cuando puse pie fuera del pórtico, enseguida me choqué con alguien. Una figura femenina y de apariencia jovial. Tal vez tenía mi misma edad pero eso lo desconocía. Cabellera rubia por lo que pude entrever al acomodarme la ropa, y una cara de pocos amigos por lo visto.  — Si estás feliz, comunícaselo a tu cara, bonita. —solté sin dar muchas vueltas, dispuesto a seguir sin siquiera pedir disculpas, a fin de cuentas a mi parecer no me había chocado con ella, sino ella conmigo.

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It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania Empty Re: It would feel so empty without me. — Privado Pasado • Titania {Jue 6 Ago 2015 - 22:29}

El tranquilo y suave sol de la mañana toca su iluminada melodía sobre la cubierta del poderoso navío donde, sentada en "El Mirador de la Vigía", se encuentra una serena y, a su vez, pensativa Titania. Hace horas que la mujer de ojos azules se despertó; parece que después de todo sus viejas costumbres no se mueren con el paso del tiempo. Y he aquí el motivo de su ligero insomnio: las lejanas usanzas no caen en el olvido, por más tiempo que pasen siempre estarán ahí. Las pequeñas manías y hábitos que sigue religiosamente la cazadora de recompensas no son otra cosa que, metafóricamente hablando, movimientos ensayados para el gran baile que nunca llegará, haciéndola siempre partícipe de aquellos malos pasos que la atormentan sin piedad desde el día que Lowell la sacó definitivamente de ese Infierno.

Sin embargo, y pese a la hora que es, la rubia no tarda en extraerse de sus reflexiones en el momento que escucha, desde la cubierta principal y al lado del Palo Mayor, la estridente voz de Theo llamándola para ir a desayunar con los demás. La joven cazadora sencillamente responde con un suspiro seguido segundos más tarde de un salto para bajar hasta la posición de su compañera, acompañándola en su regreso al comedor.

Es extraño recordar el hecho que, hace tan solo unas pocas semanas, ese salto desde tan arriba por parte de la muchacha hubiera sido completamente impensable; puesto que su fuerza por aquel entonces era mínima o, de llano y plano, insignificante con respecto a hoy. Sin embargo no es suficiente y ella lo sabe.

Instantes más tarde, ambas cazarrecompensas llegaron al gran comedor del barco. Ahí se encontraron con todos los miembros del gremio reunidos a la mesa. Inmediatamente la joven de cabellos pálidos pasa entre todos ellos y se posiciona en su sitio de siempre, cercana a la punta contraria a donde se suele sentar Byakuro, para evitar cualquier conflicto y cumplir de este modo con su juramente a Lowell, el cual se encuentra al otro lado de los fogones haciendo hábilmente el desayuno para todos. Es entretenido ver al gyojin trabajar en lo que más le gusta, puesto que la pasión que pone en hacer una comida es comparable solamente a la de Titania rompiendo columnas vertebrales, y aún así la humana se queda muy lejos del sentimiento que dedica el muchacho a la preparación de ingredientes. No obstante aquello no es lo más destacable del paisaje de la banda. Las interacciones cada vez fluyen más y se hacen gradualmente muy comunes, desembocando seguramente en futuras amistades que la muchacha no llega a comprender aún.

Todo hace indicar que las raíces del grupo poco a poco se van afianzando, unos más que otros aceptan a sus compañeros, mas al final casi todos se llevaran bien por una finalidad en común; pero Titania es un caso totalmente a parte. Llegada a estas alturas la joven todavía no sabe lo que es el verdadero sentimiento de compañerismo y, lo que es peor, gracias a este hecho se hace reacia a querer relacionarse con otras personas más allá del pescado y el shichibukai. Aunque también, y por causa de lo ya mencionado, se puede decir que la rubia busca ser más poderosa para no tener que depender de nadie.

Así que con idea de hacerse más fuerte la joven abandona la primera el comedor y, de manera casi instantánea, vuelve rápida al mirador que hay arriba del todo en el palo mayor, buscando meditar en paz.

Pocas horas transcurren hasta que al abrir los ojos, la mujer de gélida mirada divisa una isla a lo lejos. Rauda desciende a informar al capitán, el cual decide desembarcar allí unos días para reponer provisiones. No obstante ahí no acaba el asunto que tratan ambos integrantes del gremio. El peliblanco aprovecha el acercamiento informativo de la rubia para enseñarle un cartel de "Se Busca" y, básicamente, ordenarla a capturar al sujeto. Sin embargo, y como en otras ocasiones hubiera pasado, la cazadora de recompensas no se lo piensa demasiado y, antes siquiera de mandar el echar ancla, ya está lista para la cacería de hoy.

Pasan unas dos horas desde el desembarco del gremio pero nada parece ocurrir en la ciudad. Es increíble lo acostumbrados que están los habitantes de aquella isla a personajes del rango shichibukai, puesto que normalmente son recibidos con ciertos honores, no obstante en esta ocasión incluso les hicieron pagar tasa de ocupación. Con todo eso y la ambientación de la zona, la muchacha de peinado despuntado se encuentra de lo más entretenida estudiando la cultura local. Observa atenta las estructuras arquitectónicas, las gesticulaciones de las personas y, sobretodo, sus actos en el estado natural del día a día de sus vidas. Muchas cosas eran completamente opuestas a la de otras islas, como los marines por ejemplo. Y es que estos soldados de la "ley" y el "orden" no eran del todo bienvenidos aquí, puesto que al parecer se trata de un islote neutral al gobierno mundial; de hecho se considera hasta un nido de piratas.

De todo eso y más se entera la rubia antes de toparse con el primer incidente allí a causa de, cómo no, un marine del gobierno mundial; pues éste chocó contra ella y pasó de largo, dejando una ofensa a la rubia.

La cazarrecompensas, con poca paciencia y muy mala intención, se acerca cautelosamente por detrás de el sin que la oyera y después, muy rápida y precisa, asesta al peliblanco agente del gobierno un golpe lo suficientemente poderoso en su espalda para dejarlo arrodillarlo; mas ha sido cuidadosa y no ha utilizado su fruta del diablo, porqué si no lo podía matar rompiéndole todas las vertebras de su columna a la vez. La verdad sea dicha, con su fuerza actual un mísero marine no sería problema alguno para ella, son débiles.

-No se te ocurra hablarme más- contesta la cazadora al soldado, para después perderse entre la gente.
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