Dos Polos Opuestos [Pasado - Privado]

Villa Shimotsuki, un lugar bastante hermoso y acogedor, aunque sin duda un poco aburrido. Pasaba un tiempo navegando sin ningún rumbo, hasta llegar a aquella isla. “¿Destino, tal vez?” pensaba mientras miraba los alrededores con algo de curiosidad pero también con un poco de vagancia. No paso mucho tiempo desde que había salido del puerto, y mi querido amigo estaba acompañándome, cosa que era rara ya que siempre se queda dormido en el barco…o mejor dicho, “barquito”.

Ese día en particular hacia bastante calor, no quería estar expuesto en el maldito sol ni un minuto más. “Alquilo una habitación y me largo a un picnic” pensaba mientras le daba algunos mimos a mi lobo. Me gustaban bastante los bosques y lo que estos contenían, por suerte había uno en esa isla y no perdería la oportunidad de investigar cada rincón. ¿Quién sabe? Tal vez encuentre algún tesoro antiguo con un gran valor, o simplemente cosas sin valor pero interesantes. Aunque recuerdo que lo único bastante interesante en aquella villa era un dojo famoso, en el cual había oído muchos halagos sobre los estudiantes que salían de allí. Era una lástima que no pueda detenerme a visitar el lugar, pero estaba seguro que volvería.

Después de pagar el alquiler, en una taberna un poco acogedora, me dirigí directo hacia el bosque. No quería gastar muchas energías, así que una vez estuve en camino hacia mi destino, pedí a Kuroten, el lobo blanco, que se hiciese más grande. Gracias a su ADN mutado tenia la habilidad de aumentar su tamaño, dando la capacidad de “cabalgarlo” como a un caballo, pero más grande. De esta forma pudimos llegar al bosque rápidamente, mientras me aguantaba las ganas de correr por allí a buscar una aventura la cual pueda sacarme de ese aburrimiento.

-Bienvenidos al bosque del terror. (Dije con un tono maléfico en forma de broma)

Una vez dentro de este magnífico lugar lleno de naturaleza, me propuse a buscar lo que sea que me llamase la atención.

"Dientes de Sable" Kuroten:

No me acordaba cuanto tiempo había pasado desde que entre en aquel bosque, tal vez una media hora o hasta incluso una hora, de todas formas aun faltaba bastante para el anochecer así que no le di mucha importancia. Mientras estaba allí, me percate que no había ningún animal, literalmente no se encontraba ninguno, ni siquiera huellas o excremento de estos. En ese momento me pareció algo muy extraño, no era posible que en un bosque como aquel no hubiera ni un solo animal.

-Algo pasa en este lugar… Pero no tengo ni idea qué es. (Decía en voz baja intentando encontrar alguna pista que me ayude en aquel lugar)

Fue entonces cuando yo y Kuroten escuchamos movimiento entre las plantas, eran varios y se movían a una velocidad moderada por la lentitud en la que se alejaban y por el sonido de las hojas. “Con esos movimientos tan bruscos cualquiera se daría cuenta de sus presencias” pensaba mientras le pedía al adorable lobo que caminase lentamente y sin hacer mucho ruido. De todas formas no podía hacer mucho más que seguirlo, tal vez me guíen hasta la respuesta de la increíble falta de animales en ese bosque. Lamentablemente, aquellas personas no eran más que bandidos ordinarios, los cuales se toparon con lo que parecía ropa y pertenencias de la aparente mujer en el lago. “Valla lugar y momento para darse un baño” fueron las palabras que pasaron por mi cabeza mientras veía como los bandidos atraparon a la chica con una cadena.

-… Sería bueno ver que pasa… (En ese momento Kuroten me había gruñido mientras intentaba verme) –Está bien, la ayudare. (Dije riéndome un poco para pasar a bajarme de la espalda del lobo)

Luego de pisar tierra, le pedí que volviera a su tamaño normal y se escondiese mientras yo hacía lo mío. Me escabullí por los árboles y arbustos mientras me acercaba cada vez más al bandido que tenia la cadena enganchada en la muñeca de aquella chica. Sin que me vieran me subí a un árbol que estaba a un lado de él y desde arriba salte golpeándolo con una patada en la cabeza. Gracias a la altura y la fuerza de la patada logre hacer que se desmayara en el acto, al mismo tiempo que desenfundaba mi katana yendo directamente por los restantes. “Nunca falta la basura en los lugares tan lindos como este” pensaba mientras cortaba a cada uno sin llegar a matarlos, solo los dejaba inconscientes. Una vez que termine con todos los cuales eran 5 aproximadamente, tome las cosas que le habían robado a la muchacha que se encontraba en el lago.

-Toma, por poco y sucede algo terrible. (Dije sonriente mientras guardaba mi espada)

Tras lo sucedido todo el bosque se volvió calmado, lo único que se podía escuchar era la naturaleza. Los pájaros, el viento, y demás cosas que tranquilizaban el ambiente. Veía al lago donde se encontraba aquella chica la cual se encontraba desnuda, lo sabia simplemente porque en ese momento estaba sosteniendo su ropa y demás objetos que intentaron robar unos bandidos. “Me pregunto que pasara en este bosque” pensaba al recordar que los animales de ese lugar no se encontraban, literalmente no había encontrado ninguna señal de vida animal. Entonces pude notar que la chica que se encontraba en el lago empezaba a dirigirme la palabra.

-No te preocupes, fue un placer. (Dije con una sonrisa mientras la seguía escuchando)

Era muy hermosa, con su cabello color celeste mojado por el agua que combinaban con sus ojos que eran del mismo color. No sabía con exactitud que hacia allí, aunque solo con verla era obvio. No tenía planeado alejarme de ella, ya que no le tenía confianza, después de todo nos acabamos de conocer, y además, no creía que esos 5 bandidos sean todos los que estén en aquel bosque. Los animales no pudieron desaparecer de la nada, algo sucedió allí y lo averiguaría, sin mencionar que estar solo en aquel lugar era peligroso.

-Ah sí, perdón. (Con un tono algo despreocupado y animado me disculpe) –Esos tipos eran peligrosos. (Comentaba mientras me acercaba a la orilla del lago)

Una vez deje sus pertenencias a una distancia lo suficientemente cerca de ella, me di la vuelta para caminar a un árbol y sentarme junto a él. Veía el cielo, que en ese día estaba más despejado que los anteriores, perfecto para descansar en la sombra de un árbol con un buen libro o bebida para refrescarse. “Un buen día, pero aun así hace mucho calor” me quejaba en silencio mientras me acordaba que había dejado esperando a un amigo en algunos arbustos. Y fue en ese momento cuando la chica que se encontraba en el lago menciono, indirectamente, a Kuroten.

-¡Eh! Compañero, ya es hora de salir, no hay peligro. (Decía en un grito leve mirando la dirección en la que pensaba que aquel lobo estaba)

Pasaron unos cuantos minutos cuando logre escuchar como algo se movía a una gran velocidad, sabía que era Kuroten, pero no se encontraba en el lugar que pensaba. En un abrir y cerrar de ojos este salió corriendo a mi dirección, saltando encima de mí con ganas de jugar como siempre. “No otra vez” pensé mientras me lamia el rostro.

-De-detente… ¡Está bien!, jugare contigo pero quítate de encima. (Con un poco de flojera pedí al lobo que se quitara)

Logre sacarme a Kuroten de encima mientras lograba oír como aquella chica estaba saliendo del lago para cambiarse. Suspiraba lentamente mientras volvía a pararme, y el lobo estaba como siempre, saltando con muchas energías para jugar. “Este nunca se cansa” pensé al acariciar la espalda del animal juguetón. Tome una varita de madera tirándola a lo lejos para que él la persiguiera, obedecía muy bien las ordenes y eso me gustaba bastante. Cuando tomo la ramita y volvió, me reí por qué parecía un perro y no un lobo. No paso mucho tiempo para que me lamiera la mano salvajemente, cosa que me molestaba al principio, pero luego te terminas de acostumbrar a la saliva de un animal. Entonces escuche a la chica del lago acercarse a mi.

-Max, el gusto es mío Diana. (Dije con una sonrisa al mismo tiempo que le estrechaba la mano) –El es “Dientes de Sable” Kuroten, un fiel compañero… Vamos, saluda. (Los Presente con un tono de voz amigable, y después que le pedí al lobo que la saludara, este aulló en dirección a la chica)

El animal era bastante amigable, sonreía mientras el empezaba a querer jugar con Diana. En ese momento paso una adorable brisa, refrescante y relajadora, una de las brisas que nunca quieres que pare. Mire fijamente a la chica con una sonrisa, ahora podía ver que realmente era bastante linda, con un color de cabello que nunca antes había visto. La realidad era que no sabía quién era ella, pero no quería preguntas nada incomodo ni tampoco algo que me haga hostil. Simplemente me acerque a ella para acariciar a Kuroten el cual intentaba lamer a la hermosa mujer.

-El es muy juguetón, y mas con personas que le agradan. (Con una sonrisa la veía fijamente a los ojos) –Por cierto, ¿qué hacías por aquí? Además de intentar darte un baño en el lago con el peligro de ser asesinada por unos bandidos. (Me reía mientras le preguntaba la razón por la cual ella se encontraba en aquel bosque)

Sonreía y reía antes las palabras de la muchacha, como también me quedaba algo impresionado. Sinceramente pensaba que yo era el único que se había enterado sobre la misteriosa desaparición de los animales, claro, a excepción de mi juguetón lobo. Entonces mire fijamente a la chica mientras aun acariciaba al animal.

-¿Entonces también sabes sobre la misteriosa desaparición de los animales? (Decía con un tono amigable) –Ah, por cierto, me llamo Max un gusto. (Con una sonrisa me presente ante ella)

Una vez pasaron varios minutos Kuroten, el lobo blanco, había oído algo en la lejanía. Lo sabía porque de repente fue corriendo en dirección al centro del bosque, y por más que lo llamara, no me hacía caso. Esto obviamente me pareció extraño, ¿que habrá oído? ¿Y por qué no me hacía caso cuando lo llamaba? Eran preguntas que en ese momento no podía responder. Respire hondo y empecé a caminar en la misma dirección que el animal había tomado, pero antes de desaparecer entre los árboles y arbustos, me gire para ver a Diana.

-¡Si quieres puedes seguirme! (Había gritado para que me escuchase) -¡Creo que el lobo oyó algo! (Volví a gritar al mismo tiempo que volvía a girarme para seguir caminando)

No sabía si ella quisiera seguirme o no, aunque tampoco la obligaría a nada, por lo que si prefiere volver a la villa no me importaría.

Y de un momento a otro, tenía a Diana a mi lado, dispuesta a acompañarme a donde sea que aquel lobo tonto había ido. Me impresiono la rapidez con la que decidió si seguirme o volver a la villa, pero eso ya no importaba en lo absoluto. Debíamos prepáranos para lo que sea, ya que no sabíamos si íbamos a encontrar algo bueno o malo. Pero había algo que si tenía claro, aquello que llamo la atención de Kuroten podría ser una pista para saber el paradero de los responsables de la desaparición de todos los animales del bosque.

-Claro, te lo diré todo cuando esto termine. (Con una sonrisa le conteste mientras caminábamos en el bosque) –Aunque, ¿qué crees que podríamos encontrar? (Pregunte viéndola fijamente)

En ese momento era bastante fácil seguir el rastro del lobo, ya que sus patas eran bastante grandes, haciendo sus huellas bastante obvias. Hasta incluso juraría que en aquel bosque había llovido hace muy poco tiempo, pues era bastante la cantidad de lodo y la facilidad con la que se marcaban las huellas de cualquier ser que caminara por aquel lugar. Aunque eso tampoco hacía muy difícil el transitar el camino, por suerte para nosotros, había muchos lugares donde el barro era casi nulo.

-Está cerca, continuemos. (Dije al escuchar algunos movimientos en los arbustos no muy lejos de nuestra posición)

Ya tenía mi mano preparada para desenfundar mi espada, solo si era necesario, aunque estaba claro que no sabría que es lo que podríamos encontrarnos una vez veamos lo que le llamo la atención a Kuronte. Hasta que por fin pude ver donde estaba, se movía lento pero aun así me di cuenta de su presencia, el cual se encontraba agachado entre los arbusto como si estuviera intentando espiar a alguien o a algo. Así que me acerque hasta estar a su lado pudiendo ver todo lo que él veía atreves de los arbustos, y lo que se podía ver era un lugar bastante amplio libre de arboles, donde en se encontraban dos sujetos extraños. Estas dos personas parecían estar ablándese entre sí, y una de ellas parecía tener una especie de silbato extraño.

-Diana, agáchate y mantente cerca, lo mejor será mantenernos escondidos. (Le había dicho en voz baja)

Lo único que podíamos hacer en ese momento era mantenernos con un perfil bajo y calmado, mientras veíamos que hacían aquellas personas las cuales llevaban ropas bastante extrañas y extravagantes.

En aquel lugar, agachado, me encontraba muy incomodo, y las razones podrían ser bastantes. Posiblemente fuera por estar en aquella posición tanto tiempo, por tener a tantas ramas tocando mi rostro y cabello, o tal vez por el olor feo que tenía el lobo el cual estaba a unos pocos centímetros de mi nariz. “Bañarlo no sería una mala idea” pensé mientras intentaba escuchar lo que esos dos hombres, que estábamos espiando, hablaban.

-Dudo que un solo silbato allá atraído a tantos animales diferentes, debe tener el silbato solo para los caninos o hasta incluso pájaros. (Dije mientras pensaba en lo que podríamos hacer en el momento)

Lo mejor sería no entrometernos por el momento, no estábamos lo suficientemente cerca como para escuchar algo, y si nos acercábamos mas, cosa que no podíamos, nos descubrirían. Lo primero que pensaba era irme de allí cuanto antes y bañar al oloroso lobo que tanto me incomodaba. Después de todo, no podíamos hacer nada más que hacer allí, así que simplemente espere unos cuantos minutos para ver que ocurría. Fue entonces cuando me percate que aquellos hombres habían terminado de hablar, y que se estaban dirigiendo al centro del bosque.

-Se están yendo, es nuestra oportunidad de volver al lago. (Le había susurrado a Diana mientras empezaba a retroceder)

En verdad tenía muchas ganas de echarle agua a ese animal, olía bastante mal y eso que yo tenía un buen olfato. Así que me apresure para alejarme sin hacer mucho ruido, y pasar a volver a pararme, intentando llamar a Kuroten para que nos acompañe de vuelta al lago en el que estábamos. Era refrescante allá, además de que me dejara pensar mejor la situación si tengo algo de espacio y un buen olor en el ambiente. Y sin esperar un segundo, comencé a caminar de vuelta por donde habíamos venido, con suma tranquilidad pero con prisa al mismo tiempo.

No tardamos mucho en llegar de nuevo al pequeño pero acogedor lago, y sin duda ese lugar era tranquilizador…hasta que me acuerdo que debo limpiar al menos un poco al sucio lobo. “Esto me pasa por dejarlo jurar en cualquier lugar” pensaba mientras llamaba a Kuroten para que se acercara conmigo al lago, y si soy sincero, tenía un poco de pereza. Pero la pereza gamas me detuvo, y no lo hará ahora, aunque eso signifique lavar el sucio pelaje de un animal.

-Si, déjame el trabajo sucio a mí. (Dije con una sonrisa pero al mismo tiempo que suspiraba pues ya veía venir lo que me esperaba)

Mientras intentaba prepararme mentalmente para limpiar al lobo, también pensaba un poco en lo que me había dicho Diana sobre el silbato, pero lo saque de mi mente después de unos minutos. Tenía pensado dejar a la muchacha hacer lo suyo mientras a mi me tocaba la peor parte, aunque depende de cómo lo mires también podría ser la mejor. Al fin y al cabo, a Kuroten no le gustaba limpiarse en el agua así sin más, era joven y energético, así que todos los momentos a excepción de los peligrosos los tomaba como un juego. De todas formas era divertido verlo feliz y eso me unía mas a él.

-Me pregunto si no querrás ayudarme en esto. (Con un tono bromista lo decía en voz alta para que Diana lo escuchara mientras me reía levemente)

Después de suspirar un poco hice que Kuroten su pusiese enfrente mío, mojándose solamente la mitad de las patas. Mientras le ordenaba quedarse quieto empezaba a tirarle agua encima de su pelaje, comenzando por su espalda, luego por su cabeza y al terminar por su colita. Ya esperaba que hiciese algo, y así fue, con todo su pelaje mojado empezó a sacudirse para mojarme a mí también. “Que suerte que el agua era limpia” pensaba mientras empezaba a perseguir al travieso lobo por los alrededores del lago. Pero a la mitad del juego, me intereso lo que estaba buscando Diana, así que me acerque a ella para saber si había encontrado lo que buscaba.

-¿Y qué has encontrado? ¿Tus sospechas eran ciertas o no?. (Le pregunte mientras seguía mojado y un poco agitado por la persecución con el lobo)

Off-rol:

Intentaba escuchar cada detalle que ella me dijese sobre lo que sea que haya encontrado, al mismo tiempo que debía soportar al juguetón animal por lo que no era nada fácil prestarle atención a Diana. El lobo intentaba llamar mi atención de múltiples formas, ya sea aullando, empujándome con sus patas delanteras o salpicando el agua para mojarme. No iba a detenerlo pues no funcionaria, no dejaría de intentar llamar la atención hasta que lo consiga, así que la única opción era aguantarlo hasta que termine de hablar con Diana.

-Ya veo, aunque aún siguen sin explicación muchas cosas. (Decía con total tranquilad) –Esto se pone cada vez más interesante… (Con un tono sarcástico dije al mismo tiempo en que era interrumpido por Kuroten)

El lobo había aumentado su tamaño a unos 2,60 metros de altura, y con esa ventaja pudo derribarme al mismo tiempo que tenía pensado lamerme el rostro. “Es gracioso que este animal sepa que es lo que más me molesta que me haga” era lo que pensaba mientras con mis manos intentaba apartarlo de enzima. Era muy pesado y no me dejaba levantar, sin duda alguna era muy juguetón y todas esas energías que tenia no ayudaban para nada.

-Claro,  sería un gusto…pero como puedes ver, tengo un problemita aquí. (Le dije a Diana respondiendo a su pregunta) –Espérame hasta que pueda quitarme esto de enzima. (Termine con un leve suspiro mientras seguía intentando apartar al lobo)

Tarde unos minutos, pero al final logre que se moviera y se sentara al lado sin necesidad de aplastarme. Mientras me volvía a parar me limpiaba el rostro que estaba lleno de saliva, y la verdad es que no era un gran fan de la saliva animal. Solo sonreía al ver a Diana ya que aquella escena me parecía muy cómica, algo que no ocurre muy seguido, aunque si tienes una mascota que puede mutar su ADN aumentando su tamaño, todo puede suceder.

-Bueno, eso ha sido extraño, te aconsejo que no lo intentes. (Dije sarcásticamente y con una risa al final) –Cambiando de tema, que es lo que quieres hacer con respecto a “los hombres del silbato extraño”. (Pregunte tranquilamente que era lo que tenía planeado hacer, pues tenía bastante curiosidad)