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[Privado][Pasado] Un alto en el camino. [Privado: Azuka & Nocturne93] Empty [Privado][Pasado] Un alto en el camino. [Privado: Azuka & Nocturne93] {Mar 7 Jul 2015 - 0:31}

La villa Shimotsuki tenía fama de ser una un páramo realmente hermoso, o por lo menos eso había escuchado de todos los viajeros que decían ser de islas cercanas. Hablaban de la tranquilidad que se respira, de las buenas gentes que habitan en la isla, de lo pacífica que es. Cuentan hay un dojo que es un gran punto de interés turístico, así como varias zonas. Pero no solo hablan de la villa, sino de toda la isla, con sus parajes boscosos y el follaje de los árboles se convierte en un lugar bastante hermoso en un día soleado. Con tantas buenas recomendaciones. ¿Por qué no hacer alguna visita de vez en cuando?

Debía de marchar hacia el cuartel general del mar del este, y como iba con tiempo de sobra decidí hacer un alto en el camino, una visita de cortesía y turística en esta isla de la cual tan bien me habían hablado. Realmente he de admitir que ciertos rumores no eran infundados. Nada más desembarcar pude observar un lugar bastante tranquilo y relajado. Realmente era como si la isla no hubiera conocido la guerra en ninguna de sus circunstancias. Solo el puerto parecía un lugar bello, había abundante vegetación y hierba por todas partes.

-Creo que me va a gustar éste lugar...

Comencé a caminar tranquila y relajadamente. Tenía tiempo para pasar un par de días allí incluso, y creo que los iba a aprovechar al máximo. Jamás había estado en un lugar que pareciera tan iluminado. De camino a la villa quedé anonadado con el terreno, lleno de hierba. Era un lugar bastante apacible para pasar unos días, pero no era tanto como contaban los rumores. Realmente eran exagerados, la vegetación parece estar cuidada, pero no es algo de lo cual sentirse realmente orgulloso e ir pregonándolo por ahí. Aun así era un lugar bastante agradable.

Me quité el gorro. Pocas veces lo hacía, pero sentía que no iba a necesitar una visión perfecta en circunstancias de combate. Era un lugar realmente agradable. Mi pelirrojo cabello de longitud media sintió el viento, realmente fue una sensación que me resultó bastante agradable. Hacía tiempo que no me relajaba hasta el punto de estar fuera de un cuartel y confiarme de esta forma. Pero no sentía que fuera a haber peligro por aquí. Corría una suave brisa que resultaba agradablemente refrescante con el sol que golpeaba con fuerza. Por suerte no era un clima veraniego.

Llegaba a la entrada de la villa. Ya desde lejos se escuchaba algún que otro ruído. Niños riendo y correteando, gente paseando y charrando. Desde luego era un lugar que parecía ser bastante agradable para pasar unos días, o tal vez unas vacaciones. Estaría bien, y se respiraba aire puro. Con las manos en los bolsillos y una sonrisa en el rostro comencé a caminar por las calles del pueblo, contemplando todo cuanto veía, disfrutando de las sonrisas de los niños que correteaban y jugaban.

Observando a uno de ellos no pude evitar recordar a mi pequeño hermano. Me preguntaba como estarían él y madre. Maldita sea, tanto trabajo me hacía imposible un pequeño viaje de cortesía para verles, ya tenía ganas de volver a verles y abrazarles. Desde aquél día que logré llegar a tiempo para salvarles de los piratas no volví a saber nada de ellos. Y no fue un encuentro muy alargado, más bien fue realmente breve... Esperaba y rezaba para que se encontrasen sanos y salvos, y sobretodo para que no temieran por mí.

Con los recuerdos no pude evitar soltar alguna lágrima por mis ojos, deslizándose por el rostro y cayendo hasta la barbilla. No la restregué ni la sequé con la mano. No la sentí ni siquiera, había quedado embobado con los recuerdos felices de mi familia mientras observaba a esos jóvenes. Que nostalgia sentí ahí. Continué caminando apartando la mirada, y fue entonces cuando me noté el rostro humedecido y cuando lo sequé con la manga izquierda de mi camisa. Continué caminando sin saber a donde ir o qué ver.
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[Privado][Pasado] Un alto en el camino. [Privado: Azuka & Nocturne93] Empty Re: [Privado][Pasado] Un alto en el camino. [Privado: Azuka & Nocturne93] {Mar 14 Jul 2015 - 18:40}

El cálido astro rey se encontraba ligeramente pasado de su punto más alto, brillando con toda su intensidad, sin embargo, a pesar de eso no descargaba todo su poder contra los seres vivos ni el clima de la región sino que, como un abrazo reconfortante, calentaba con ligereza e iluminaba el lugar. Un hecho que parecía contrario a lo que los ojos de todos podían ver, ya que el cielo estaba mayormente despejado, solo algunas nubes pequeñas y esponjosas estaban dispersas por el cielo como pequeños borreguitos.

—¿Cuánto tiempo ha sido ya desde entonces?...— Se preguntó en voz baja alguien, que a juzgar por el timbre de su voz podía deducirse fácilmente que era una mujer que llevaba poco de alcanzar la edad adulta-joven. Pero aquellas palabras no fueron escuchadas por nadie más que su propietaria al encontrarse en la playa, donde a unos metros de ella las olas de poca altura reventaban juguetonas, humedeciendo una zona casi predeterminada. No había nadie más en el lugar más que esa persona que ligeramente cabizbaja observaba la base de una palmera.

Aquella mujer, que aun permanecía bajo la poca sombra que le brindaba la desarrollada planta tropical cargaba una mirada triste que no se movía de ese punto. Por un instante su imaginación la traicionó y pudo verse a si misma sentada ahí, con las rodillas flexionadas, su rostro oculto en sus piernas las cuales rodeaba con un abrazo propio, una posición digna de alguien deprimido.

Parpadeó y ahora, en su visión, ya no estaba sola, estaba acompañada con alguien sentado a su lado. Aquella persona vestía un kimono de color blanco con adornos de color negro, llevando en la cintura una katana enfundada. El rostro y cabeza de aquella persona estaban cubiertos por un sombrero hecho de paja pero con forma de "cono", muy típico de espadachines y viajeros experimentados, su rostro no era visible por una mascara que llevaba encima. Casi pudo escuchar su voz nuevamente a través de la brisa marina que agitaba ligeramente su cabello azul desde su espalda, aquellas lindas palabras que buscaban consolarla en ese encuentro sucedido hace años.

Por un instante sintió una mano sobre su hombro derecho y por instinto volteó atrás al verse sorprendida, pero no había nadie en ese lugar. La sorpresa estaba perfectamente plasmada en su rostro, con los ojos bien abiertos y los labios ligeramente separados. ¿Qué había sido esa sensación?. No había forma de explicarlo, ella era la única en esa playa. Volvió la mirada a la base de la palmera una vez más, pero la desconcentración anterior la sacó de su sueño con los ojos abiertos.

—Takeshi-sama.— Susurró al viento apenas moviendo la boca. Aquello era más bien un lamento lleno de falsa esperanza de que el aire fuera su mensajero y le hiciera llegar aquel llamado a tan sabio y amable hombre. Eso no ocultaba lo quebrantada que estaba su voz, la tristeza estaba presente en ella en todo aspecto, y no era para menos, estaba en la isla precisamente para honrar la memoria de ese guerrero.

No podía quedarse ahí todo el día, tenía algunas cosas más que hacer y estar quieta no sería la mejor forma de honrar a su idolo. Con pasos muy pequeños y lentos inició su andanza rumbo al interior de la isla a través de un sendero trazado por los propios pobladores. Aunque iba embargada por tan terrible situación y cabizbaja, observaba de reojo, la vegetación seguía más o menos igual, señal del gran cuidado que se daba al lugar, pocas eran las cosas diferentes. Su camino era acompañado por el canto de algunas aves, gritos y gruñidos de pequeños animalitos como ardillas, conejos y ratones, criaturas comunes del lugar que era reservado para ellos.

Aun así, cada paso era como soportar una cruel tortura, sentía el pecho oprimido, su estomago achicado y el nudo en su cuello quebrantaba más su voz aunque no la usaba. Recordaba perfectamente como había tomado ese camino para posteriormente conocerse un poco más dentro de una pequeña taberna del lugar. Le era muy doloroso recordar, sabía que aquel gran maestro no querría eso para ella y menos aun por su recuerdo, pero era inevitable.

Los sollozos empezaron a escaparse de su garganta, para llegar hasta su boca y ser expulsados. Mientras caminaba una gota calló hasta el suelo, apenas manchandolo y con los pasos nuevas gotas iban cayendo desde sus mejillas ahora ligeramente sonrojadas. No pudo llegar hasta donde se lo proponía, y en lugar de eso se sentó en una banca de metal pintada en color blanco casi en el centro de tan bonito pueblo y sin poder aguantar más dio rienda suelta a su llanto, permitiendo que las lagrimas escaparan de sus ojos y resbalaran por su rostro acompañadas de sollozos algo más fuertes, pero sin llegar a ser escandalosos. Con ambas manos formó un "arco" y así cubrir su rostro, inclinándose un poco adelante.
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