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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Dom 4 Oct 2015 - 17:11}

La libertad del forajido, algo tan contradictorio como cierto. La vida para mí y mis compañeros se había vuelto alocada, tan pronto estábamos disfrutando del botín conquistado como estábamos con los pies en polvorosa huyendo de algún que otro marine que quería ganar puntos a nuestra costa. Sin embargo, la mayoría de los días eran tranquilos, íbamos a nuestra bola y hacíamos lo que buenamente nos apetecía, nos separábamos una temporada o liábamos alguna en conjunto.

En esta ocasión se trata de lo primero pues el mapache y el grandullón se habían ido de picnic justos a quien sabe dónde, el gato se había ido en busca de algún lugar de entrenamiento y Alviss… bueno digamos que tengo una idea muy clara de que tipo de cofres del tesoro debe estar intentando abrir. Por tanto solo quedábamos Luth, una tropa de animales y yo que decidí por mi cuenta ir a Shelltown casi arrastrándola conmigo pues no le apetecía ir sola por ahí.

Es media tarde y me encuentro en una taberna, sentado con los pies en alto en la mesa más apartada, con una buena jarra de cerveza y algo para picotear mirando tranquilamente por la ventana el jaleo de la calle, mi fiel compañero Sköll esta tumbado a mi vera y en la calle sobre el tejado del edificio de enfrente se encuentran Munin y Hugin mi último juguete mecánico que debía agradecer a Rocket. Sobre Luth poco se en estos momentos, al llegar yo quería una birra y ella… bueno no la pregunte que iba a hacer pero acabara apareciendo por la taberna, siempre lo acaba haciendo.


*Shelltown es una zona bastante tranquila con el cuartel de la marina controlando la situación, los comerciantes se descuidan confiando en los novatos que llaman agentes de la ley… Seguro que saco provecho de estas vacaciones*

Pasa un buen rato en el que me aíslo en mis pensamientos, fulmino la segunda jarra y pido una tercera cuando Munin vuela hacia la ventana y da con el pico en ella un par de veces para volver a ir junto a su congénere mecánico. Sköll alza la cabeza bosteza y se vuelve a recostar, ambos sabemos gracias a mi fiel vigía que la calma durara más bien poco. Respiro profundamente y confirmo la información de mi cuervo al captar un olor bastante familiar, se acabó el plan de beber tranquilo lo que quedaba de tarde.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Mar 6 Oct 2015 - 14:29}

Nada, no había nada interesante en esta maldita ciudad. A esa conclusión había llegado hacía un buen rato, pero aun así había continuado buscando algo de valor o algo con lo que poder divertirme a pesar de que sabía que no lo encontraría. Al menos había conseguido evadir durante un buen rato la taberna en la que Kiler me estaba esperando desde que habíamos llegado a la ciudad. En principio no había querido bajar, tal vez porque sabía que iríamos a parar a ese mugriento lugar lleno de borrachos que tan poco me gustaba, pero al final me había dejado convencer. En estos momentos, mientras me dirijo en busca de mi compañero y amigo, me arrepiento de no haberme quedado descansando alejada de todo y de todos.

Antes de entrar a la taberna suspiro, en cuanto entre el olor a alcohol, tabaco y sudor se me van a antojar casi insoportables. Efectivamente, en cuanto entro casi hasta me entran nauseas. Realmente no es tan asqueroso estar allí, pero el asco que tengo desde pequeña a este tipo de sitios hace que lo exagere todo un montón. Echo un vistazo a mi alrededor en busca de Kiler y Kenai, al notarme tensa, suelta un gruñido que hace que los hombres más cercanos nos miren y comiencen a reírse, no entiendo qué es lo que les hace tanta gracia. Les miro como la escoria que son y sigo con mi camino, no se reirán tanto si les muestro mis cuchillas y mi habilidad con ellas. Cuando llego junto a mi compañero le saludo con la cabeza y, tras sentarme, comienzo a acariciar a Sköll. Este bicho tiene pinta de que va a ser grande, espero que no más que Kenai puesto que no se llevan excesivamente bien.

-¿Piensas quedarte aquí todo el día? -no se ni porque pregunto cuando probablemente la respuesta sea que si- este sitio huele fatal... de hecho creo que pasas la mano por la mesa y te llevas un kilo de mierda -es una suerte que solo me de por hablar así en compañía de quienes considero mi familia porque prefiero seguir manteniendo la fama de chica educada. Al fin y al cabo siempre he sido la más decente y la más cuerda de todos- ala que realmente tampoco hay mucho que hacer por la isla... deberíamos haber ido a otra parte...

Me llevo la mano tras la oreja y, disimuladamente, subo las frecuencias de mi implante para poder escuchar las conversaciones ajenas. Tal vez haya alguna que me haga reír un poco, o tal vez haya alguna pequeña discusión y pueda meter cizaña para que acabe en una batalla campal formada por todos los presentes y así destrozar la taberna. Deberían desaparecer todas, y el alcohol también, solo hace que la gente sea más estúpida.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Miér 7 Oct 2015 - 15:15}

Dejo partir un suspiro tras reconocer el olor de mi compañera según se abre la puerta y la corriente esparce su esencia por el local, Sköll alza rápido la cabeza y su reacción ante la presencia de otro animal es rápida soltando un ruñido en dirección a la puerta. Chasqueo los dedos frente a su hocico para que se calme y veo como la presencia de mi compañera y su oso es motivo de burla para los presentes.

*De donde cojones sacaría está a ese oso como mascota…*- Es lo primero que pasa por mi mente como respuesta a la reacción de la taberna ante la llegada de Luth, y si bien es cierto que tengo curiosidad nunca se lo he preguntado ni tengo intención de hacerlo.  Según llega a nuestra mesa la tan temida reacción no tarda ni un instante en surgir, quejas y más quejas a las que respondo alzando la mirada al techo desganado y dando un buen trago de mi cerveza. Sköll por su parte es feliz teniendo a una mujer acariciándolo, el muy traidor tiene una debilidad con las mujeres increíble, y el oso parece estar celoso y de bastante más humor con Sköll.

Me termino con calma la cerveza dado que por algún milagro Luth se está un rato callada y sin quejarse del local, y aparentando que me balanceo hacia atrás con la silla por comodidad escurro mi mano en el bolsillo del borracho  que tengo a la derecha durmiendo la mona haciéndome así con unas monedas, me levanto llamando la atención de Sköll al moverme y haciendo que se levante y me giro a mi compañera.  

-Venga “Myriiaaa” vamos a buscarte algo con que entretenerte…

Me encanta meterme con ella, no puedo evitarlo y es muy graciosa cuando se enfada, pero en vez de ver su reacción en esta ocasión me acerco a la barra como si nada. Poso cuatro de las monedas que me había agenciado guardándome el resto y salgo fuera. La luz del día prácticamente se ha extinguido y mirando al cielo me estiro desemperezándome, llevo dos dedos a mi boca y silbo con fuerza. Hugin y Munin vuelan sobre mi cabeza posándose en el tejado frente a mí, espero a que salga Luth y así ver hacia dónde ir.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Mar 13 Oct 2015 - 18:33}

Tras quejarme comienzo a escuchar las conversaciones del resto de presentes en la sala, al fin y al cabo eso es más divertido que ver como Kiler se acaba la cerveza. En un inicio todas las conversaciones son estúpidas y aburridas, unos discuten porque no recuerdan cuantas jarras le ha pagado el uno al otro, otros hablan de la camarera y de su cuerpo, otros del duro día de trabajo que han tenido, y así mesa por mesa. Comienza a entrarme dolor de cabeza al entremezclarse unas conversaciones con otras así que, finalmente, decido dejar de escuchar y, cuando voy a apagar el implante, me fijo en un grupo de hombres que entra en la taberna. No tienen muy buenas pintas y van a sentarse al rincón más oscuro y escondido de todo el lugar, cerca de nosotros. Durante unos instantes me planteo que tal vez sea casualidad aunque finalmente decido que no, también pienso que puede que no hablen de nada importante, tal vez lo único que quieran sea que no les vea ningún agente ni ningún marine... ¿quién sabe?

Dirijo mi mirada a Sköll para disimular y, pese a que me replanteo seriamente el no escucharles, al final acabo cayendo en la curiosidad y centro toda mi atención en lo que ese grupo pueda decir. Durante un rato no hablan, no dicen nada, miro de reojo y veo como alguno hace lo mismo que yo, puede que estén vigilando que no haya nadie peligroso ahí adentro, entonces me da por mirar a mi compañero, si tienen algo importante que comentar puede que no lo hagan delante de él, así que le miro con mala cara. Pero de todas formas no debería ser un impedimento puesto que tampoco es que seamos famosos y nadie sabe nada sobre mi implante.

Espero unos minutos que se me hacen eternos y finalmente uno comienza a hablar, sus frases no tienen mucho sentido, son bastante estúpidas, así que imagino que hablan en clave, por lo tanto el tema del que tratan debe ser importante e interesante. Bien, ya he encontrado algo que hacer en esta isla. Intento descifrar lo que dicen pero no lo consigo, además hay trozos que no puedo ni escuchar cuando alguna otra persona en la taberna, especialmente si están cerca de nuestra mesa, habla algo más alto de lo normal. Sonrío levemente mientras trazo un plan en mi cabeza, uno demasiado sencillo a decir verdad, si me hubiera enterado de algo de lo que han dicho podría comerme la cabeza pensando en algo más elaborado y que me dejara más satisfecha, pero no ha ocurrido así que me conformaré, al menos ahora tengo algo que hacer.

Volví a la realidad de golpe cuando mi compañero me llamó Myria. Le miré mal instantáneamente e iba a comenzar a gritarle que no me llamara así pero se fue hasta la barra, dejándome con la palabra en la boca.

-Idiota...

Doy un golpe con el puño en la mesa y le sigo hasta fuera con cara de malas pulgas, cara que me cambia rápidamente. La venganza será no contarle nada. Iré yo sola a averiguar de que hablaban esos tipos, seguro que me encuentro con algo valioso tarde o temprano. Cuando me pongo a su lado me apoyo en su brazo y le miro con una sonrisa.

-Oye, grandullón... ¿por qué no vas a buscar algún sitio dónde dormir? yo mientras iré a buscar alguno donde poder cenar una buena chuleta con patatas... así me aseguro de que no sea otra de esas tabernas mugrientas, ¿qué te parece?

Pongo la cara más inocente del mundo intentando hacerlo lo mejor posible, estoy disimulando todo lo que puedo y más y siempre he creído que lo hago bien, aunque tal vez no sea así, pero hasta el momento todo el mundo ha caído en mis redes. Ahora me iré yo hacía un lado, pero no me alejaré mucho, solo lo suficiente para que Kiler no vea que me quedo por la zona.

-Por cierto, sabes que no me gusta meterme con vosotros pero... -comienzo a caminar hacia la derecha, esperando que no me siga- la próxima vez que me llames Myria te dejaré sin dientes.

Le dedico una sonrisa divertida y sigo andando, aunque en mi mirada queda un deje de advertencia, algo que dice que no lo voy a hacer pero que tampoco me toque mucho la moral si no quiere sacar mi lado malo.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Miér 4 Nov 2015 - 10:09}

Cuando sale Luth me sorprende con una tranquilidad que generalmente es nula tras llamarla Myria, me pide que vaya a buscar un lugar donde dormir y ella se encarga de buscar la comida. Tanto Sköll como el oso de mi compañera parecen molestos aun entre sí pero ahora están más calmados al haber espacio de sobra entre ambos al irse alejando Luth. La cual finalmente deja la amenaza como coletilla y se va.

*No se pone como una furia y encima se ofrece a hacer algo… raro, esta va a meterse en algún lio seguro… no la conozco ni nada a estas alturas.*

Llevo un par de dedos a mi boca según Luth coge el primer callejón y silbo haciendo que Hugin y Munin desciendan posándose ambos sobre Sköll casi a la par y realizando los mismos movimientos, sin duda el realismo de la maquina es increíble en vuelo pero una vez posados los movimientos de alerta de Munin están lejos del alcance de la tecnología.

-Seguid a Luth y si pasa algo buscadme, Hugin quiero un informe completo de las personas con las que haya conflicto en caso de haberlo… ¡volad!

Ambas aves lanzan el vuelo en un instante y se ponen a dar vueltas en la zona para localizar a mi compañera mientras yo me voy por una calle empinada hacia una zona más alta de la ciudad. Según me fijo en la zona y ya no veo a mis compañeros en el cielo sé que han dado con ella y ya puedo distraerme con mis cosas. Encontrar algún lugar en aquella ciudad que no estuviese plagado de escoria o en su defecto que fuese sencillo de quitar del medio es mi prioridad.

-Sköll creo que vamos a ver a nuestro viejo conocido Alberick en su vieja posada “El hipocampo polvoriento”, seguro que vaciara la chusma para nosotros a cambio de unas cuantas monedas. Así que abra que conseguir dichas monedas.

Sköll retoma un estado de ánimo mucho más animado pues desde que está conmigo cada vez que hemos estado en esa posada ha tenido la carne curada que le ha venido en gana. La manera más fácil para conseguir monedas sin acabar con las autoridades inmediatamente detrás mío es buscar algún punto de apuestas callejeras, para lo cual la zona en la que estoy es la más propicia y no me cuesta encontrarme con un estafador que con tres cubiletes hacia el viejo timo de la bolita.

*Es hora de limpiar la mierda de la calle y recuperar el dinero para un bien superior, el mío*

Según me acerco algunos de los curiosos se apartan ante el gruñido de mi compañero y  no me cuesta llegar a la primera fila, ahí veo un tipejo andrajoso moviendo los cubiletes con lo que reconozco es una técnica bien pulida.  En un momento se mueven en la mesa un buen puñado de monedas y billetes que en su mayoría van a parar al bolsillo del timador, no tengo ganas de perder el tiempo por lo que según recoge sus últimas ganancias piso con fuerza la improvisada mesa hecha con una caja y agarro al tipo del pescuezo.

La gente se dispersa menos dos tipos que hacen un amago de atacarme, pero desenfundo mi Uzi de su sujeción y apunto hacia un sin mirarle directamente mientras Sköll deja claro el futuro sufrimiento que sufriría el segundo si da un paso más hacia sus colmillos. El hombre que tengo agarrado por el cuello mueve su mano hacia la chaqueta pero le aparto de la pared unos centímetros estampándole la cabeza en la misma al instante, poniendo en tensión a sus compañeros.

-Si no queréis a vuestro compañero muerto tirad cualquier arma u objeto punzante al suelo con cuidado escoria.

Ninguno mueve un dedo para horror del hombre cuyo cuello aprieto cada vez con más fuerza, aquellos tipos no están preocupados de su compañero sino del dinero y eso es un conflicto que solo puede acabar de un modo. Disparo mi Uzi contra el pecho del tío que está a solo un par de metros de mi arma impactando 3 balas de la ráfaga en su caja torácica. Giro sobre mis talones tirando del sujeto cuyo cuello aun aprisiono y veo a Sköll mordiendo el antebrazo del hombre y un cuchillo en el suelo. Silbo y Sköll suelta su presa apartándose para que mi Uzi finalice el trabajo descargando el cargador, llevo el cañón a la cara del otro y aprieto en gatillo para encontrarme sin balas.

*Sigo sin cogerle la maldita medida a esta mierda de cargadores…*

Exasperado rompo el cuello del hombrecillo  y  hago acopio de los beneficios que había logrado aquella panda para desaparecer rápidamente del lugar.  Llego a una plazoleta con una fuente en la que Sköll bebe agua y de paso se libra de la sangre del hocico, estoy contando el dinero cuando escucho un graznido sobre mí y veo a Munin y Hugin pasando sobre mí y posándose en un tejado.

*Vaaale… no parecéis tensos por lo que no ha habido ningún problema esos solo puede significar una cosa.*
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Dom 8 Nov 2015 - 18:18}

Es casi de noche y yo me mantengo oculta entre las sombras, esperando pacientemente hasta que esos hombres salen de la taberna. En otras circunstancias me habría cansado de esperar pero ahora puedo obtener un buen premio si tengo suficiente paciencia. Los hombres de antes se reunen ante la taberna, van borrachos, al menos algunos de ellos, el que parece ser el jefe probablemente también vaya ebrio pero no se le nota tanto como a los demás, él al menos no se tambalea de un lado a otro como algunos de sus secuaces. Frunzo el ceño, tal vez Kenai se debería haber quedado con Kiler... me va a retrasar bastante y, principalmente, no quiero que le ocurra nada, pero lo hecho está hecho. Suspiro y sigo a lo mío, son unos nueve, tres de ellos parecen ser unos enclenques, otros tres... bueno... no parece que puedan presentar mucha resistencia, los cuatro últimos son los que más respeto dan. La verdad es que esto último no me importa lo más mínimo, no tengo intenciones de que me vean. Les seguiré hasta su guarida, cogeré lo que me venga en gana cuando no estén presentes y me iré. O, en el caso de que no pueda hacer esto, les mataré por la espalda y me adueñaré de todo lo que tengan que me guste, mi akuma me ayudará a ello en caso de tener graves problemas, aunque espero no tener que necesitarlo, no quiero que nadie se entere de ello.

Suspiro, seguro que Kiler ha enviado a sus pajaritos a que me vigilen, me juego lo que sea, le conozco demasiado bien. Pues bueno... sus bichos no van a poder decirle nada porque es básicamente lo que he hecho, estar quieta en un mismo sitio todo el rato. Lo que no llego a entender es cómo me ha creído... o tal vez no lo haya hecho y esté él mismo rondando por allí para espiarme. Espero que no sea así porque no quiero tener que compartir MI tesoro con nadie... de hecho si lo tengo que compartir con él probablemente acabe robándole su parte.

Me hundo más entre las sombras cuando esos tipos pasan por delante de mi. Por un instante pienso que uno me ha visto y que, por lo tanto, mi plan se ha ido a la mierda, pero no. El tipo, el cual es calvo, bastante alto y le falta un ojo que ha sido sustituido por una bola de cristal, clava su única pupila sobre las cajas tras las cuales me encuentro, incluso frena un poco el paso, pero al final sacude la cabeza y reanuda la marcha para reunirse nuevamente con su grupo. No había hecho ningún ruido y no se me veía pero aun así me ha detectado, lo cual hace que las cosas se pongan algo feas... ¿tiene una akuma con algún poder de este tipo o simplemente se ha sentido observado?

-Venga, Kenai... ¿estás preparado? -mi fiel compañero deja de rascarse la oreja, se sienta bien recto y asiente con la cabeza- de acuerdo, pues allá vamos.

Salimos de nuestro escondite para ir ocultándonos tras la gente, entre los callejones y en todo lugar posible para que esos hombres no nos pillen. De momento hemos tenido suerte y no nos han visto las pocas veces que se ha girado alguno... pero comienzan a meterse por callejuelas y ahí ya es más difícil ocultar el sonido de nuestros pasos, es más difícil evitar que nos vean y también es más difícil no perderlos de vista, porque tenemos que ir algo alejados de ellos para que no se den cuenta de nada y a lo que salen de una callejuela y se meten a otra nostros todavía estamos a mitad de la primera, por lo que dependo en parte de Kenai y de su olfato, mucho más desarrollado que el mío. La pena es que esté algo resfriado y que, por lo tanto, no pueda rastrear a nuestras presas tan bien como lo haría en el caso de estar bien.

-Mierda... -susurro al cabo de un rato, cuando me percato de que hemos perdido su rastro- ¿y ahora qué hacemos?

Doy una patada a una papelera cercana y maldigo en voz baja mientras pienso en algo. Pero no hay nada que pueda hacer, y me desespero, frunzo el ceño y vuelvo a darle otra patada y un puñetazo a esa pobre papelera. Cuando me doy por vencida y voy a decirle a Kenai que nos vayamos a buscar a Kiler me percato de que mi oso lleva algo en la boca. Es un pañuelo, uno de esos de tela que la gente lleva a veces para limpiarse. Siempre me han parecido horribles. Lo cojo con las puntas de los dedos, tocándolo lo menos posible ya que para este tipo de cosas soy bastante escrupulosa, y me lo guardo en el bolsillo trasero de mi pantalón mientras pongo cara de asco. Al menos ya se como encontrarles. Pero primero tengo que llegar hasta Kiler.

-Venga, pequeño, vamos a por los otros dos... deben llevar un buen rato esperándonos pero creo que se alegrarán cuando les contemos el motivo de nuestro retraso.

Kenai gruñe en señal de que no le hace ninguna gracia, Sköll y él no parecen llevarse muy bien, y no entiendo el por qué. Le miro con mala cara, él ya sabe que eso significa que si no se comporta se va a quedar sin el buen chuletón que tenía pensado robarle para cenar, entonces parece que acepta mejor el tener que compartir espacio con Sköll y así yo puedo relajarme y centrarme en pensar como le explico yo ahora a Kiler que he descubierto que esos tipos pueden estar escondiendo un tesoro y me he ido por mi cuenta sin decirle absolutamente nada. A mi no me haría ni pizca de gracia y creo que a él tampoco se la hará... aunque también estoy segura de que se va a reír mucho de mi por tener que haber acudido a él finalmente.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Mar 1 Dic 2015 - 16:13}

Mis ojos en el cielo llegan anunciando la proximidad de mi compañera, me siento en el borde de la fuente y saco un pañuelo con el que seco el hocico a Sköll mientras le acabo de quitar la sangre aunque quede aun cierto tono rojizo en su blanco pelaje.  Aprovecho la pausa para recargar la Uzi que tan buen servicio me había hecho poco antes, me quedo tranquilamente sentado acariciando la cabeza de Sköll cuando Munin grazna y levanto mi vista para ver la figura de mi compañera y su oso al final de uno de los callejones que dan a la plaza.

Alzo mi mano a la boca y silbo haciendo que Hugin y Munin descienda del tejado para posarse en lo alto de la fuente a mi espalda y llamando a la par la atención de Luth a la que me acerco para encontrarnos a medio camino, esta callada no me dirige más que un saludo por lo que deduzco que está dando vueltas a algo, el que, ya lo dirá o desechara de su cabeza cuando quiera.


-Ya que estas aquí vamos a la posada de un amigo mío a la que me dirigía para conseguir un camastro y comida caliente…

No tardamos en llegar al “Hipocampo polvoriento” la fachada oscura se muestra al final de la calle con un cartel de madera en forma de hipocampo bastante agrietado colgando de ella.  Al entrar por la puerta las velas plagan la estancia y hay un par de mesas ocupadas por unos andrajosos. Me acerco a la barra seguido por Sköll mientras que por la ventana se puede ver como mis cuervos vuelan hasta el edificio contiguo, Alberick  se encuentra de espaldas pasando un trapo a una de las jarras cuando se gira para atender a quien fuese que se había sentado tras él, sin saber que era yo.

Es un hombre fornido que muestra unos brazos musculados llenos de cicatrices, su ropa es simple un pantalón de color marrón y una camiseta ajustada con las mangas rasgadas a la altura del bíceps, del cinto cuelga un machete cuya empuñadura de marfil desentona a simple vista. Tiene el pelo largo y una abundante barba con dos trenzas bajando desde su bigote de un color anaranjado, el ojo izquierdo tiene una cicatriz que lo cruza de arriba abajo y le falta un trozo del lóbulo de la oreja derecha.


-Bienvenido al hipocam... – comienza a decir mientras se gira dejando la frase en el aire al reconocerme y pone cara de desánimo- Maldita sea, con el buen día que estaba teniendo y tiene que aparecer un tipejo como tú.


-Veo que este sitio sigue apestando a comadreja muerta, empiezo a pensar que la causa es  de ese matojo que tienes en la cara que usan de retrete las ratas mientras duermes…

La gente en el lugar se vuelve tensa, todos los de las mesas se centran en nosotros que mantenemos la mirada fija en el otro, el único que no está tenso es Sköll que se tumba y bosteza perezosamente. Una breve sonrisa se dibuja en la cara de Alberick provocando que ambos riamos a carcajada suelta mientras nos damos la mano  efusivamente, hago un gesto a Luth para que se siente en uno de los taburetes mientras Alberick saca un par de jarras de un armario bajo el mostrador y sirve una cerveza para ambos.

-Menuda gatita te acompaña esta vez, ¿no me la liara como la asiática de la última vez no? ¿Qué toma la señorita?

-JAJAJAJAJA, es lo que pasa por meter en tu cama a una pirata ketsurame te dige que seria mala idea. Pues no te puedo decir que no la acabe liando es un culo inquiero y lo de que toma… que ella elija tiene gustos muy pijos en cuanto a tabernas se refiere… - Finalizo dando un trago de mi jarra.-Antes de que intentes ligar y acabe habiendo bronca ¿por qué no me preparas un buen chuletón, algo para el Sköll y lo que le apetezca a ella para ponernos al dia como dios manda? Y de paso por que no mejorar la compañía del local, digamos nadie que sobre tanto abajo como en las habitaciones por un par de días.

Dejo la bolsa con el dinero recién adquirido en la mesa y Alberick lo mira contando a ojo lo que hay y frunciendo el ceño. Parece pensárselo unos momentos pero según me levanto de la banqueta y me giro para barrer yo mismo a la mierda me agarra del hombro refunfuñando.

-Está bien, está bien… pero me encargo yo esta vez. Tu método solo me sirve para perder clientes y para tener que darme una paliza quitando la sangre de la sala… y mas vale que esta vez Sköll no se dedique a marcar cada esquina que pilla.

No puedo evitar soltar una sonrisa ante el comentario de mi amigo, aunque la chaqueta no permita que se vea. Me dirijo hacia una mesa apartada  seguido por Sköll esperando a que me siga Luthien tras pedir lo que quiera si es que quiere algo. Me siento en la silla y me tumbo mientras veo como Alberick hace que se retire toda la escoria del lugar.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Jue 10 Dic 2015 - 21:51}

Les he perdido... sí, les he perdido de vista... ¡mierda! eso me ha pasado por ser demasiado lenta. Por tener demasiado cuidado. Pero no, realmente no es mi culpa, yo lo tenía todo perfectamente calculado, como siempre, todo a excepción de los jodidos imprevistos que, obviamente, no están incluidos en mis estratagemas, o al menos no todos. Decido volver con mi compañero, intentaré ocultar mi mal humor pero no creo que lo consiga, la tensión que desprendo se podría palpar a kilómetros de distancia y, aunque a cualquiera podría parecerle que simplemente soy una chica poco simpática, poco agradable y algo peligrosa, Kiler me conoce bien.

Conforme voy llegando al lugar en el cual habíamos quedado voy intentando cambiar mi cara, tal vez la escusa de que simplemente estoy seria porque la gente me pone nerviosa sea suficiente. A veces es algo... despistado, por así decirlo, pero es que otras se fija en todo, y obviamente le va a parecer raro que haya tardado tanto con lo puntual que suelo ser. Odio las impuntualidades y les he echado suficientes broncas a todos por no llegar a la hora... como para que ahora lo haga yo. No es correcto, lo hubiera sido si llegara con un botín en las manos, pero las traigo vacías. Finalmente veo a Kiler y a sus dos pajarracos, hago un movimiento de cabeza como saludo y sigo mirando al frente, esperando a que levante su culo para ir al antro que haya buscado, porque ningún componente del grupo tiene gusto para este tipo de cosas, siempre tienen que meterme en el sitio más sucio, viejo y asqueroso que haya.

Efectivamente... el "Hipocampo polvoriento" probablemente sea el peor sitio para alojarse, espero que al menos no haya mucha gente y que el amigo de Kiler no sea pesado, no tengo ganas de tener peleas con nadie. Debo pensar como comentarle el plan a mi querido amigo sin que se enfade... algo un poco difícil, la verdad. Le miro, con la cara que llevo seguro que está pensando que le odio por llevarme allí, lo cual en parte es cierto, pero lo que intento es analizarle para ver si está de buen humor o no. Es un factor fundamental en mi plan, a ver si al final se va a ir él solo a por esos hombres y me va a dejar tirada... sería capaz. Cuando entramos en la posada me relajo, solo hay un par de mesas ocupadas, en el otro sitio había más gente, me alegro de haber venido aquí. De hecho lo más raro del lugar, sin contarnos a nosotros, es el hombre que imagino que será el amigo de Kiler. Tal vez a ciertas personas pudiera llegar a darles miedo, a mi ni pizca, de hecho me comenzó a caer bien con la forma que tuvo de saludar.

-Vaya, tu amigo y yo nos vamos a acabar llevando bien y todo si continúa insultándote.

Me siento al lado de Kiler mientras observo como el hombre saca dos jarras, alzo una ceja pensando en lo afortunado que es mi compañero ya que la mía se la va a beber él. A veces me planteo el comenzar a beber, nadie invita a zumo, o a un vaso de agua, todo el mundo invita a cerveza, o de vez en cuando a whisky, o incluso ron... con lo caro que sale y lo baratas que son las bebidas no alcohólicas...

-Oye... no quieras que la gatita saque sus uñas... -miro mal al hombre, está insinuando cosas que no son y eso no me gusta nada de nada. Tal vez no sepa entender cuando alguien está ligando conmigo pero si puedo entender cuando alguien insinúa que yo estoy tirándole la caña a otra persona. Además... ¡es Txejo, mi amigo de toda la vida! es... es un hermano más que un amigo ¿cómo le voy a ver de otra forma? es parte de mi familia, como los demás- y tú cállate.

Le doy una pequeña patada a Kiler en la pierna al llamarme culo inquieto. En gran parte tiene razón... no suelo estar quieta mucho rato a no ser que la situación lo requiera, pero me gusta llevarle la contraria y si además le puedo dar algún golpe que otro o robarle algún objeto pues mejor. En este caso me conformo con darle solo la patadita porque se ha ofrecido a pagar él... y porque me tiene que ayudar a encontrar a esos tipos.

-Otro par de chuletones para mi oso -sonrío a Kenai mientras le acaricio la cabeza, es el único que no me provoca dolores de cabeza constantes- yo no quiero nada.

Camino tras Kiler y le imito, sentándome a observar como esos tipejos se van de la posada. Bien, nos hemos quedado solos. Ese ha sido todo un detalle por parte de mi compañero, estoy segura de que a su amigo no le ha hecho mucha gracia... pero de todas formas ni le quedaba otra ni iba a ganar tanto dinero como el que le ha dado Txejo, eso está claro. Cuando los tipejos de las otras dos mesas salen del local apoyo la cabeza en mi mano mientras miro a Kiler. Continúo seria, replanteándome como decírselo... está de buen humor seguro, se ha reído con el posadero y va a meterse dos jarras, patatas y un chuletón entre pecho y espalda. Es mi oportunidad ¿y qué mejor forma de decírselo que directamente?

-A ver... te tengo que decir una cosa... pero no se como empezar -me quedo callada unos segundos, podría inventarme que cuando se ha ido ha pasado un grupo por allí y les he oído, pero nadie es tan estúpido como para hablar esas cosas en plena calle... bueno sí, pero ellos parecían más listos de lo normal, así que le diré la verdad- en la taberna de antes he escuchado a unos tipos hablando de ciertos temas... parecían ocultar algo, probablemente un buen botín, parecían piratas o tal vez fueran ladrones, no lo sé, pero tienen algo importante seguro. Si no es algo valioso será algo que podamos intercambiar por dinero, eso seguro. Total... que les he seguido un rato, pero he acabado perdiéndolos de vista. Mi idea era ir, robarles todo lo que tuvieran y volver con el botín, pero no ha podido ser. Así que, querido amigo... ¿por qué no me ayudas a encontrarles? -saco del bolsillo el pañuelo de tela asqueroso, lleno de mocos, babas y quién sabe qué más, que se le calló a alguno de ellos- seguro que con esto puedes hacerte con ellos -se lo lanzo y le sonrío intentando camuflar el hecho de que antes le haya ocultado toda esa información, intentando parecer una niña buena que lo único que ha hecho ha sido pensar en su bien y en el de su amigo. Además en ningún momento he dicho que no pensaba darle ni un duro... así que tampoco puede enfadarse ni puede demostrar lo contrario, tal vez yo al volver fuera a darle una tercera parte, o la mitad incluso, eso él no podrá desmentirlo nunca aunque me conozca a la perfección porque no tiene pruebas- puedes terminar de comer y beber primero si quieres, pero date prisa, a ver si se van a largar y nos vamos a quedar sin nada. Si les robamos podrás tener un montón de chuletones más como el que te va a traer tu amigo.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Sáb 9 Ene 2016 - 14:17}

Tras sentarnos observo como el establecimiento se vacía para nosotros, mi amigo entra en la cocina para hacer el pedido y Sköll rápido va tras el sin duda a por un aperitivo previo. Por unos momentos queda todo en silencio, observo a mi compañera que pese a un par de momentos parece haber estado en la luna desde que nos reunimos y Kenia… bueno ese oso nunca me ha parecido que tenga muchas luces. Detecto el sabroso olor de la carne puesta a la brasa y me distraigo con mis pensamientos de una buena comida cuando Luth abre la boca finalmente.

-A ver… te tengo que decir una cosa… pero no sé cómo empezar.

Esa frase crea una alarma instantánea en mi cabeza, rápido indago en mi mente sondeando todas las posibilidades. Lo primero que pienso es “¿Embarazada? No me jodas que cagada” luego recuerdo que es Luth y no es uno de mis ligues momentáneos. Lo siguiente es que me ha robado algo y lo ha roto y dado que no le sirve pretende que lo arregle para volver a intentar robármelo, lo cual un rápido repaso por mis pertenencias hace que descarte la idea. La respuesta llega de labios de mi compañera y resulta ser mucho más simple, necesita algo de mí lo que dibuja una sonrisa de satisfacción en mi cara que no trato de disimular lo más mínimo.

*Que cabrona, conque iba a buscar un sitio para cenar… Mira que me sonaba raro esa salida en post de hacer nada… Esta quiso ir a su bola a por el premio y le salió rana, ¡fijo!*

Escucho el breve relato de mi compañera y veo que lanza un pañuelo encima de la mesa que parece bastante usado el olor de este rápido golpea mi sensible olfato como un puñetazo y cogiéndolo por una esquina lo aparto de la mesa y lo lanzo a otra a la par que veo que Sköll vuelve con unas tiras de carne curada en la boca signo de que la comida ya llega.

-Si… por ahora comamos, no nos costara encontrar a la pérfida criatura de la que porta semejante hedor. Pero por haberte ido por tu cuenta seré el primero en elegir algo del botín y es innegociable, total lo tuyo es más intentar robármelo que discutir por ello…

Mi amigo llega con una bandeja con varios chuletones, patatas fritas, un par de jarras más de birra y un par de  cuencos con carne para los animales. Se sienta con nosotros y comenzamos la cena riendo y expandiéndonos en las batallitas que hemos cosechado desde nuestro último encuentro.  Cuando se nos acaban contamos entre risas anécdotas antiguas la mayoría relacionadas o con antiguas peleas o con mujeres, fuese cual fuese el tema central curiosamente todas acababan de manera bastante similar. Pocas veces puedo desinhibirme así fuera de mi banda y es algo que agradezco. Cuando acabamos de hablar, una hora después de que la última patata fuese devorada, Alberick me da una llave del establecimiento, para que al volver de mis quehaceres no tuviese que hacerle levantar, y aprovecha rápidamente la oportunidad de descansar una noche entera sin tener que dejar nada preparado para los clientes. Por mi parte tras coger mis útiles y desperezarme doy una patada leve y superficial en el costado de Sköll para despertarlo y me estiro desemperezándome. Cojo el pañuelo y me dirijo a la puerta.

-Vamos a por tus nuevos novios Luth, no debería costarnos mucho encontrarlos entre Sköll y yo.

Al salir llevo mis dedos índice y pulgar a la boca y silbo por un instante, mis dos cuervos vuelan y se posan sobre Sköll que a mala gana ya olfatea el pañuelo. Mi idea es sencilla, Sköll junto a Hugin barrerían un área de los suburbios y yo la otra, cuando diésemos con el olor los cuervos nos encontrarían y llevarían hasta el otro. Cierro la puerta del establecimiento y dejo el pañuelo tras un arbusto pues tenerlo a mí alrededor no me iba a ayudar. Tras veinte minutos de caminata por los suburbios Hugin aparece lo que indica que ha sido mi amigo quien ha dado con el premio y nos guía hasta su posición.

-Espero que el botín valga la pena Luth odio malgastar mi tiempo con escoria para nada.

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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Lun 11 Ene 2016 - 19:43}

Sonrío, seguro que éste se ha pensado algo raro cuando le he dicho que tenía que hablar con él. Esa frase siempre intimida, nunca sabes lo que la otra parte te puede soltar y normalmente nunca es algo bueno. En este caso no es para tanto, detrás de todo esto hay seguro, o casi seguro, un botín, y eso es suficiente para que a Kil se le pase el mosqueo y me ayude a encontrarlo. Obviamente también se pispará de que he intentado agenciármelo por mi cuenta sin buenos resultados. Es una derrota que hiere mi gran orgullo... pero por otro lado de no ser por mi nunca nos hubiéramos enterado así que lo vuelve a incrementar compensando la caída anterior. Soy la bomba. Si pudiera me besaría a mi misma, una lástima que sea imposible. De hecho, si pudiera, sería mi propia pareja, al fin y al cabo no voy a encontrar a nadie mejor que yo por mucha envidia que me den otras personas.

Me descojono al ver la cara que pone mi compañero al oler el pañuelo. Debe oler a mierda, aunque tampoco debería extrañarle, la mayoría de sitios a los que vamos no huelen muy bien, hay mucho guarro suelto. De hecho el tabernero no es que sea muy limpio. Paso el dedo por encima de la mesa e instantáneamente me arrepiento. Está pegajosa y llena de polvo, pongo cara de asco y miro mal a mi amigo antes de responder a su propuesta de cenar antes de hacer cualquier otra cosa. La verdad es que me da algo de miedo que para cuando hayamos terminado de comer todo lo que hemos pedido el botín se haya escapado de nuestras manos... pero no parecía que esos tíos fueran a largarse sin más, tal vez estén durmiendo ya y podamos hacernos con sus cosas más fácilmente... aunque si no lo están no pasa nada, nunca digo que no a una buena lucha.

-Una señorita como yo no merece estar en un sitio como éste, deberías cuidarme mejor. Aunque te lo perdono por pagar tú... y porque vas a ayudarme a encontrar a esos idiotas -la verdad es que tenían cara de tontitos... normalmente la inteligencia se pierde conforme más fuerza tiene el tío. Además eran más feos que pegar a un padre. Hombres... con las mujeres no pasa lo mismo, somos calculadoras, fuertes, inteligentes, hermosas... o al menos yo lo soy, porque también hay cada estúpida por ahí a la que no me importaría matar por dejarnos a las demás a la altura del betún- y sí, tranquilo, escoge primero, total... te lo acabaré robando, ambos lo sabemos -vuelvo a esbozar una media sonrisa- la verdad es que es divertido tocarte los huevos quitándote cosas. En el barco el único entretenimiento que tengo es molestaros a todos.

La conversación deriva a otros recuerdos o a anécdotas interesantes. Hay muchas que contar, todos estuvimos muchos años separados y nos pasaron mil cosas. Nos reímos, a veces me pregunto si Kiler lo hace porque realmente le hace gracia lo que le cuento o si es que va borrachillo. Lo que no saco a relucir es el tema de que fui pirata, no pasaría nada malo por contarlo pero no quiero que ningún miembro de la banda se entere, la verdad es que tampoco entiendo muy bien por qué pero supongo que cada uno tenemos nuestros secretos bien guardados. A lo que me doy cuenta ya ha pasado una hora y estamos saliendo por la puerta, han parecido tan solo diez minutos, pero es hora de ponerse serios, hemos perdido demasiado tiempo hablando.

-Tranquilo, si no vale la pena mis novios acabarán con el cuello rajado, así que lo mires por donde lo mires puede ser divertido -me pongo las garras y comienzo a caminar- vamos, en vez de perder el tiempo aquí parados iremos por donde han ido ellos antes, supongo que no me quedé muy lejos de su escondite ya que estuve un buen rato siguiéndoles, así no perdemos el tiempo.

Miro a Kenai, está feliz, probablemente el lobo se vaya por otro lado y eso supone que la tensión desaparezca también. Realmente me da miedo llevármelo y que le pase algo... pero hemos estado en peores situaciones y además debe aprender a defenderse para cuando crezca. Cuando sea enorme podremos desgarrar carne juntos, sonrío al pensarlo, será divertido y todos nos temerán.

-No parecían muy listos, igual que tú, fuertes pero sin una sola neurona recorriéndoles el cerebro, así no vas a poder ser dictador mundial eh.

Comenzamos a recorrer las calles, tengo buena memoria fotográfica pero los malditos callejones son tan parecidos entre sí que me lío y acabo sin saber si estamos yendo por el buen camino o no. No pasa nada, tampoco es que Kiler se vaya a enterar así que... siempre puedo decir, en el caso de que vuelvan los pajarracos comunicando que el botín está en la otra punta de la ciudad, que esos tíos habían dado una vuelta enorme por si acaso les seguía alguien. Realmente es lo que yo haría, es mejor ser precavido, así que la idea tampoco es tan descabellada.

-Por cierto... todo esto es mejor que se quede entre nosotros si no queremos tener que darles a los demás parte de nuestro botín. Yo les quiero mucho pero... mi dinero y mis joyas son míos y de nadie más, que hubieran venido.

Continuamos caminando cuando un borracho se cruza en nuestro camino. Su cara me suena y durante unos segundos pienso que es porque estaba en la primera taberna, pero no, es el cabrón que se ha plantado delante de mí cuando perseguía a los tipos raros de antes y por su culpa me he quedado demasiado atrasada. Cuando me ve sonríe y comienza a acercarse a nosotros mientras balbucea algo incomprensible, algo que se parece minimamente a "así que has vuelto".

-Que sepas que el botín sería mío de no ser por este borracho, deberías agradecérselo, pero yo... -camino hacia él y cuando le tengo bastante cerca sujeto la jarra que lleva en la mano y con la otra le rajo el cuello. Sonrío mientras veo como la sangre comienza a salir de su cuerpo y como su sonrisa, la típica de los borrachos, cambia a una mueca de horror. Le doy una patada en el estómago para que caiga hacia atrás y cuando lo hace me giro hacia mi compañero y le tiendo la cerveza- no se lo puedo perdonar. Toma, agradécele también ésto.

Al menos el habernos encontrado con ese tío es una buena señal, significa que no me he equivocado, o al menos no demasiado, al elegir que caminos tomar.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Mar 26 Ene 2016 - 11:49}

Poco antes de llegar a nuestro destino el culo inquieto de mi compañera actúa y la paga con un borracho al cual además de robarle la jarra, que posteriormente me cede, le raja el cuello. Olisqueo la jarra y no da una buena sensación, por no hablar de que se nota que la cerveza esta calentorra por lo que opto por dejarla en el alfeizar de una casa y seguir camino.

-Se agradece el gesto pero aun sin ser demasiado exquisito eso mataría a un rinoceronte fijo solo la escoria lo beberia como has visto, ahora deja de perder el tiempo y encontrémonos con Sköll.

*Si se pierde un rastro por culpa de escoria como esa la culpa es tuya por dejar que se interponga… Que rabia me da ver esos fallos de rastreo en mis compañeros, espero que merezca la pena. *

No tardamos en encontrar a Sköll que sale de detrás de unas grandes cajas justo cuando Luth pasa junto a ellas,  estamos en una zona de naves de facturación y almacenamiento lo cual es perfecto pues habrá poca gente a esas horas por la zona. Sköll mira hacia una de ellas desde la que brota una tenue luz por sus ventanales superiores. La estructura es bastante amplia y sólida, de tres pisos de altura aproximadamente con dos grandes portones en el frente está construida de hormigón y parece tener un tejado bien firme. Hago un gesto a Luth y a los animales para que guarden silencio  y envió a Hugin para que inspecciones la zona al detalle.

*Tengo que acordarme de agradecer al roedor este juguete da una ventaja significativa.*

Reporte del cuervo: La nave tiene dos salidas y ninguna ventana a menos de 10m algunas están semiabiertas. El interior está repleto de cajas y conteiners que en la zona este se apilan hasta llegar a la altura de los ventanales. Se han detectado 7 personas y 3 animales cuadrúpedos, 80% de posibilidades de que sean perros por las características que se han logrado observar.  Se acumulan en el centro de la nave donde hay un par de bancos de trabajo iluminados donde descargan el contenido de algunas cajas. Visualización de armas de fuego. Reconocimiento total del 77% del interior a causa de los obstáculos visuales y zonas anegadas.

-De acuerdo, Hugin y Munin colocaos en el techo si llegan refuerzos enemigos, marines o cualquier posible rival avisad. Sköll y Luth, bueno y el oso si no es demasiado peligroso para el… en la cara norte hay una puerta aprovechar mi distracción para atacarles desde ese flanco.  Yo entrare por arriba. Si no tienes pega Luth vamos a acabar con esas mierdas y a llevarnos lo que valga algo. Sköll ya sabes que hacer.

Dicho esto me dirijo a la cara este donde según el reporte de Hugin puedo pasar al interior sobre las cajas, suelto el enganche de la daga de mi manga derecha y activando su jet dial lo lanzo hacia arriba, el cable sale volando siguiendo a la daga y al llegar al tejado la propulsión se frena y cae sobre este, tiro del cable para asegurarme de que ha quedado bien enganchado y activo el motor de recogida que hace que me eleve poco a poco pasando los ventanales y llegando al tejado. Una vez en lo alto suelto la daga que había quedado trabada entre los salientes de la bota aguas que estaba incrustado al borde del tejado. La daga vuelve a su posición recogida automáticamente por el motor a velocidad lenta, trabo el enganche de la manga izquierda para asegurarme al tejado y me apoyo en el marco de la ventana a mi derecha  colgando ahora solo por el cable. La ventana que esta semiabierta hacia adentro deja una abertura de 50cm por la que me escurro y voy soltando cable poco a poco hasta llegar a la parte superior de las cajas almacenadas. Al perder la tensión el cable tras unos segundos se suelta el enganche y el cable empieza a recogerse mientras asimilo lo que veo.

*Bien lo primero será bajar por ese grupo de cajas hasta la oficina del segundo piso y organizar un alboroto para que entre el resto*

Una vez el cable ha vuelto a su posición aseguro ambos extremos y lo más sigiloso posible me dirijo hacia mi destino pero una caja bastante corroída cede ante mi peso y llama la atención de la gente de abajo prematuramente, sacan sus armas cuatro de ellos  y empiezan a abrir fuego por lo que únicamente  puedo cubrirme tras una de las cajas quedando entre esta y la pared.

*Se acabó el plan de ir con cuidado.*

Me apoyo en la pared, pongo los pies sobre la caja de enfrente de unas dimensiones de 2x1´5 x2 aprox y empujo con todas mis fuerzas hasta llevarla al borde, las pisadas por las escaleras metálicas resuenan y en ese momento la caja pierde el apoyo firme y cae hacia abajo haciendo que mis rivales se aparten y dándome el tiempo justo para correr la distancia que me resta hasta las oficinas con un numero de tiradores menor. Me lanzo hacia la ventana de la oficina atravesándola y recibiendo un par de cortes en los brazos al cubrirme, ruedo sobre mí para amortiguar la caída y desenvaino mis Ulaks.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Sáb 30 Ene 2016 - 12:28}

Miro mal a mi compañero, desagradecido... encima que le consigo cerveza. Me indigno y sigo caminando, es una pena dejarla ahí, si me gustara el alcohol probablemente me la bebería yo pero no es el caso así que una jarra desperdiciada. Ni que el alcohol que venden en las tabernas fuera muy bueno... seguro que dentro de los muchos barriles de cerveza de los que le han servido jarras había algún bicho muerto o alguna cagada, por no hablar del asco que dan los vasos de esos sitios, a saber quien ha bebido de ahí antes y a saber si el dueño los ha limpiado bien o no...

Me cruzo de brazos mientras continuamos con nuestro camino, la verdad es que voy bastante empanada mirandolo todo y pensando en mis cosas, lo cual es un gran error para alguien como yo que siempre se centra en sus misiones y exige que salgan perfectas... pero bueno, por una vez no pasa nada, al fin y al cabo Kiler ya tiene a sus propios espías para que nos indiquen donde están esos mugrientos tipos. Voy pensando en todo ello, sin un ápice de culpa, cuando Sköll sale de entre las cajas por las que justo paso, doy un salto hacia mi derecha, chocándome con mi compañero, eso me pasa por no ir atenta, joder. Me agacho para acariciar al lobo y voy a decirle a Kiler que es culpa suya por ponerse en medio cuando hace una señal para que me calle. Vuelvo a mirarle mal, aunque por otro lado eso significa que está recibiendo información así que obedezco sin más y sigo acariciando a Sköll y a Kenai a la vez para que no haya peleas. Finalmente Kiler habla, me alegro de que lo que dice más que una orden haya sido una petición, se nota que me conoce, si hubiera sido una orden probablemente hubiera dicho que no por llevarle la contraria, odio que intenten controlarme.

-Bien, ten cuidado, no creo que esos hombres supongan un gran problema, o al menos no lo parecía, pero nosotros somos solo dos.

Dicho eso me levanto y comienzo a andar hacia la cara norte del edificio, al llegar comienzo a pensar en todas las posibilidades que hay de que detrás de la puerta haya algún hombre armado, cuantos podrían ser, que debería hacer y, que hago en el caso de que la puerta no se pueda abrir fácilmente. Estoy debatiendo internamente todas las posibilidades posibles cuando desde fuera se empiezan a escuchar tiros. Entorno los ojos, que sigiloso... al menos eso cambia todo a mi favor, si había alguien ahí probablemente se haya largado a la parte de arriba del edificio para ayudar a los demás. Aun así preparo mis garras por si acaso y activo el sensor de mi oído para poder escuchar mejor.

-Vamos chicos...

Intento abrir la puerta, no parece que esté cerrada, pero si que está atrancada con algo. Empujo y cede un poco, pero no lo suficiente como para poder entrar. Mierda. Finalmente decido darle una patada con todas mis fuerzas, si hay alguien por allí cerca lo habrá oído pero al menos con todo el escándalo que hay arriba no vendrán todos a por mí. Se abre lo suficiente como para que podamos pasar, los cabrones habían puesto cajas apiladas, pero no me da tiempo a ver que es lo que hay dentro de éstas que pese lo suficiente como para que no pudiera abrir la puerta empujándola porque escucho un paso a mi derecha y al menos dos personas están bajando por las escaleras. Suspiro y les hago una señal a Sköll y Kenai para que pillen por sorpresa a los que están bajando, la verdad es que el oso me preocupa, no es muy grande todavía y no quiero que le hagan daño, pero es necesario. Yo me giro justo a tiempo para parar con las garras una daga que se cernía sobre mí. Es un chico de más o menos mi edad, o eso parece, no es muy rápido y aparentemente tampoco muy listo porque tenía tiempo de sobras a atacar cuando hemos entrado, pero ha preferido esperar escondido para "pillarnos por sorpresa", mala suerte para él, seguro que no contaba con mi implante.

-Te has topado con la persona equivocada...

Le doy una patada en sus partes, clavando la cuchilla que tengo en la bota en ellas, dolor suficiente para que suelte la daga instantáneamente, yo aprovecho para cogerla y lanzarme contra el hombre que acaba de pegar una patada a Kenai haciendo que ruede escaleras abajo. El otro parece estar controlado por Sköll, y bastante magullado, los mordiscos que pega este animal no son normales, pero al fin y al cabo tampoco lo es su tamaño. Arriba se siguen escuchando tiros y se que debo llegar rápido pero en las escaleras no hay mucho espacio. Agarro de la pechera al hombre contra el que estoy luchando y le tiro escaleras abajo, como había imaginado me agarra y me lleva con él, pero soy yo la que cae encima y su pistola ha caído lejos, debajo de las cajas de antes. Sonrío cuando veo que Kenai controla al que está en el suelo, mediante gruñidos, para que no vaya a por el arma.

-¿Unas últimas palabras?

Antes de que le de tiempo a decir nada clavo mis garras en su cara, dos de ellas en sus ojos para ser más exactos. El que se está desangrando no creo que tarde mucho en morir así que no tengo porque preocuparme más por él y éste lo acaba de hacer. Cojo la pistola y me la guardo en el cinto para dársela después a Kiler, le hago una señal a Kenai y subimos las escaleras. El lobo nos mira con otra daga entre las fauces, ha mordido en el cuello al hombre que tenía controlado en el suelo y le ha quitado el arma, cojo la daga y seguimos subiendo hasta el segundo piso, donde veo a Kiler al fondo. De espaldas a nosotros están algunos de los bandidos.

-Tú quédate controlando que no suba nadie de abajo -susurro a Kenai- tu y yo vamos a pillarles por sorpresa.

Me acerco a uno de ellos por la espalda, con cuidado, y aunque no hago ruído otro me ve de reojo y se dispone a meterme un tiro, momento que aprovecho para coger al que está de espaldas a mí y usarle de escudo humano, no tarda mucho en morir acribillado por el otro, que de repente es atacado por Sköll que va directo a su brazo.

-Te he dicho que tuvieras cuidado. He encontrado una cosita para ti, yo no se usarla, soy más de espadas, a ver si tú puedes.

Lanzo mi escudo humano a otro de ellos, que cae al suelo por el peso, momento que aprovecho para lanzarle la pistola a Kiler y para esconderme detrás de una caja cercana para acercarme poco a poco al que está en el suelo disparándome con el otro encima. No tardará mucho en levantarse.

-¿Cuántos hay arriba? -pero no tardo en descubrirlo, están bajando- ignora mi pregunta. ¿Qué te parece si hacemos una competición a ver a cuantos matamos? Así será más divertido. Yo llevo tres.

Hay muchos más de los que pensaba, de esta no salgo sin, al menos, un par de balas en mi cuerpo, pero mientras no sean en puntos vitales está bien. Y a una mala siempre puedo usar los poderes que me dio esa fruta... aunque si se puede evitar mejor, no quería que nadie se enterara todavía.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Lun 29 Feb 2016 - 18:40}

La oficina del segundo piso no es excesivamente amplia, tiene un par de escritorios junto a los ventanales que dan al interior de la nave y  el resto está lleno de cajas y papeles sin más orden que el dado por el aire al esparcirlos por el suelo, hay dos puertas, ambas abiertas que muestran unas escaleras hacia la planta baja y hacia lo que deduzco es el trastero respectivamente. Sobre el grupo de dentro de la nave resulta que 7 no era su número, lo menos pude ver 10 figuras abajo mientras corría sobre las cajas, pero ya contaba con ese margen de error en el informe de Hugin.  Sobretodo viendo que hay cuatro tipos en la oficina y no han subido al verme sino que ya estaban ahí, se crea un breve momento tenso cuando los cuatro se arman frente a mí. Semi agachado flexiono mis músculos listo para lanzarme a la carrera contra el enemigo, por su parte aferran sus dagas y espadas con fuerza.

Un ruido y nuevos disparos en la planta baja llaman la atención de los contendientes frente a mí, yo contaba con la entrada de Luth pero ellos no. Me lanzo directo al cuello del más cercano y la fiel hoja negra de mi arma pasa sin esfuerzo por el cuello de mi primera víctima. Tajo descendente de un segundo rival que bloqueo con ambos Ulaks en forma de “x”, apartando posteriormente uno para que la espada de mi rival resbales por el filo del restante y me deje una abertura. Puñalada al abdomen lograda pero no daño ningún parte vital pues el hombre tras un alarido salta para atrás y se pone en guardia de nuevo.


*Mierda, un golpe un muerto. ¿Acaso es tan difícil me es seguir esa puta regla?*

Los otros dos se lanzan a la vez a por mí, antes de entrar en su rango de ataque lanzo un corte horizontal al aire con mi Ulak derecho frente a ellos y una onda cortante brota del recorrido de este y avanza veloz contra ambos hombres derribándolos en el impacto. Uno  de ellos se levanta herido el otro ni siquiera se retuerce ya. En las escaleras hay ruidos de gente subiendo, esa distracción es ahora a mí a quien le deja en desventaja y pese a apartarme la espada del hombre al cual apuñale me da en el antebrazo izquierdo haciendo que suelte mi arma. Aprieto los dientes y le propino un puñetazo impactando la parte dentada del filo del Ulak que me queda en su cara. Con la mano desarmada agarro una de mis Uzi y disparo a bocajarro a la que retrocedo contra el que resta y de paso la puerta frenando el avance de quien subía, un click declara el fin del cargador.

*Mierda de medida, sigo sin pillarle el truco a esto de las armas automáticas*

Lanzo el arma descargada  a un lado, recojo el Ulak y me pongo tras una cobertura para cuando entran los nuevos rivales estar en posición cubierta. Con un brazo herido opto por enfundar mis Ulaks y sacar la falcata a bailar, en unos instantes ya hay tres nuevos insectos frente a mí disparando uno de ellos contra la caja que por ahora me cubre. Los disparos cambian de dirección, el claro gruñido de Sköll desgarrando a un enemigo me alerta de lo que ha pasado y me lanzo desde mi cobertura para atravesar el pecho del que tengo más a mano con mi espada. Veo a Luth que me lanza una pistola y dado que he dejado la falcata incrustada en la caja torácica de aquel desgraciado no ha podido elegir mejor momento. De la estancia superior empiezan a bajar otros dos hombres, de la planta baja empiezan a gritar a algunos cobardes para que suban.

-Me parece divertido, aunque yo voy cinco ya jajaja.

Disparo todo el cargador de la pistola contra las dos entradas a la segunda planta y silbo a Sköll señalando con la cabeza al tipo que ha dejado Luth aplastado por su compañero, Sköll le muerde la mano arrebatándole la pistola y tras golpearla retrocede para evitar que le dé un puño, miro mi herida y solo puedo envidiar los instintos de mi compañero. Cuando el cargador se acaba lanzo la pistola frustrado contra la puerta y miro sonriendo a Luth mientras me transformo en mi hibrida.

Mi mandíbula empieza a desencajarse y a aumentar su envergadura dando paso a un hocico prominente, mi cuerpo crece hasta los dos metros y medio haciendo que la parte baja de mis pantalones se raje y aunque la chaqueta aguanta al estar diseñada con tal fin se ve ahora más justa dado el significativo aumento de mi musculatura aunque acaba abierta por completo dado que el cinto sí que cede a la presión al igual que mi camiseta que queda destrozada al momento. El pelaje blanco como la nieve cubre ahora todo mi cuerpo y las garras de mi mano crecen brillantes. La herida de mi brazo izquierdo empieza también a desprender un leve vapor y deja de sangrar cerrándose levemente, de nuevo otra utilidad para los manuales que tuve que estudiar en Aqueronte. Miro momentáneamente con superioridad a los dos primeros tipos en llegar a la oficina que se quedan bloqueados por encontrarse lo que sin duda les recuerda a un hombre lobo frente a ellos, luego miro a Luth un momento y su cara no es muy distinta al fin y al cabo nunca me había visto así.


-Empezare a jugar abajo si no te importa, Sköll cubre a Luthien.

Dicho esto me lanzo por la ventana hacia la planta baja, los cristales que antes me cortaron ahora no atraviesan mi piel, la caída que antes me preocupaba tanto ahora es un simple salto que amortiguando la caída rodando no causa daño alguno  y los hombres que subían tan poco decididos hacia arriba cambian de dirección al verme en el aire en dirección a los que quedaron abajo pensando que así serían más y tendrían más oportunidades. El juego sigue en marcha.

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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Mar 1 Mar 2016 - 15:20}

Observo como Kiler se transforma, la herida que tenía parece que esté curándose, su musculatura aumenta un montón y le empieza a salir pelo blanco. ¿Pero qué cojones está pasando? Me quedo flipando, tanto que hasta que Kenai no me da un suave mordisco en la pierna para que me mueva no me doy cuenta de que, aprovechando mi distracción, hay uno de esos tipos acercándose por mi izquierda. Kil y yo vamos a tener una conversación cuando esto acabe, no es que pueda echarle la bronca ni nada por el estilo por no contármelo porque yo tampoco le he dicho nada respecto a mi akuma y seguiré sin hacerlo, pero al menos quiero saber desde hace cuánto tiempo puede hacer eso y que cojones es en realidad.

-¿Pero no te había dicho que te quedaras en la puerta, Kenai? –esquivo por los pelos la daga del tipo que estaba acercándose a mí, tan por los pelos que me hace un pequeño corte en el brazo izquierdo. Le miro con cara de malas pulgas y desenvaino mi espada. Hacía tanto tiempo que no la utilizaba…- con lo fácil que hubiera sido que os rindierais y nos dierais todo lo que tenéis… pero es demasiado tarde –le sonrío mientras me acerco a él tranquilamente, está nervioso y cuando alguien está perdiendo los papeles es fácil saber que va a atacar porque se siente acorralado, efectivamente, segundos después se lanza de nuevo con la daga y, como ya lo esperaba, puedo pararle con la espada- has sido un cobarde ¿sabes?... ir por la espalda a matar a una señorita… muy mal, eso no es de caballeros –miro a mi alrededor para comprobar si está Kil, nop, parece que ha bajado a la planta de abajo, se escuchan pasos en la superior, alguien va a bajar en breves, pero por el momento en esta sala no hay nadie más que éste tipo y yo, Sköll y Kil se han encargado de matar a los demás- pero claro… tu problema ha sido encontrarte conmigo, aunque no negaré que mi compañero también te hubiera partido la cara -al estar tan cerca mi cuerpo comienza a brillar y le ciega durante unos instantes en los que aprovecho para girarme y posicionarme en su espalda con mi espada en su cuello y agarrando sus brazos hacia atrás con una mano que le va cortando poco a poco gracias a las garras que los guantes llevan implantadas- ¿un último deseo? –me rio al escuchar sus súplicas- de acuerdo… aunque... un estúpido y un cobarde como tú no merece vivir.

Aparto la espada de su cuello, tal vez se crea que le voy a perdonar la vida, especialmente cuando le suelto un segundo las manos, pero no, en cuanto hago eso le clavo la espada por detrás, en la zona en la que está el corazón, y para asegurarme de que no se salva la retuerzo. Miro mi espada mientras Sköll se lanza contra el primero de los que bajaban de arriba, está llena de sangre, como en los viejos tiempos, mi antiguo capitán estaría orgulloso de mí. Sonrío y me pego a la pared, un segundo hombre sale de las escaleras y, al no ver a nadie en la habitación excepto a Sköll o tal vez por miedo a que el lobo le haga lo mismo que le está haciendo a su compañero, se va corriendo hacia las siguientes, dispuesto a bajar a la siguiente planta.

-Chss –le llamo y me escondo tras las cajas de antes, oigo como se acerca hacia la posición en la que yo estaba anteriormente, momento que aprovecho para dar la vuelta alrededor de las cajas y situarme a su espalda. Le toco el hombro y me rio- ¿me buscabas a mí?

Sin darle tiempo a responder le araño la cara con las garras y a continuación le corto la cabeza con la espada. Sonrío victoriosa una vez más y voy a bajar hacia abajo porque arriba ya no se escuchan más ruidos cuando, al girarme, veo a uno de esos bandidos en la entrada de las escaleras, me está apuntando con una pistola, se escucha un disparo e instantes después siento dolor en mi hombro izquierdo, al menos no tiene muy buena puntería. Oigo un segundo disparo y antes de que la bala llegue hasta mi hago que mi cuerpo se vuelva intangible durante unos instantes así que la bala lo atraviesa sin hacerle el menor daño. Corro hacia él aunque Sköll ya se ha lanzado encima y lo ha tumbado.

-Buen chico –le sonrío antes de darle varios puñetazos al tío que le dejan con la cara totalmente ensangrentada debido a las heridas causadas por las garras. Después le corto los brazos y dejo que se desangre. Todo por si acaso… con las heridas de la cara probablemente no sobreviviría pero ¿quién sabe? Tal vez tuviera una akuma y no la quisiera usar porque se cansaba demasiado y ahora se transformara y se curara las heridas como Kil… puto Kiler… que callado se lo tenía. En ese momento me doy cuenta de que Sköll ha estado delante en todo momento y probablemente haya visto mi poder- oye… ven aquí –entonces me percato de los ruidos que se escuchan abajo pero lo primero es lo primero- todo lo que has visto se queda entre tú y yo eh…

Le acaricio la cabeza y segundos después se acerca Kenai, está celoso, como siempre, y gruñe a Sköll de forma amenazante así que le acaricio también y me levanto dispuesta a bajar a ayudar a mi compañero.

-Sköll, asegúrate de que no hay nadie arriba, yo iré abajo a por Kiler, aunque me da que ya no va a quedar mucha fiesta allí.

Bajo y, efectivamente, ya no queda mucho más que hacer. Me lanzo sobre uno de los pocos supervivientes que no se ha dado cuenta de mi presencia y le rajo el cuello con la espada, pero no le mato, me gusta que aquellos que se enfrentan a mi sufran, que sientan como la vida se les escapa poco a poco de las manos y que se arrepientan de haberme atacado o de no haberse apartado cuando debían hacerlo.

-Tú y yo tenemos una conversación pendiente para que me expliques que cojones eres y desde hace cuánto -miro a mi alrededor, menuda masacre. Me encojo de hombros y me acerco a una caja llena de refrescos que hay al lado, después me siento encima de la caja y observo el espectáculo, dejando que Kil y Sköll maten a los hombres que quedan mientras yo me bebo lo que me acabo de encontrar- seguro que ahora estás más suave que antes, aunque sigues sin ser nada adorable viendo lo que acabas de hacer aquí abajo.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Dom 6 Mar 2016 - 12:31}

Según tomo tierra tras mi “pequeño” salto ruedo sobre mi espalda para acabar a cuatro patas por un momento y lanzarme a por el primer enemigo que veo, me impulso más de lo necesario a causa de un tonto error al medir distancias mientras giraba y más que chocarme con el desgraciado me lo llevo por delante. Ambos acabamos chocando contra una pila de cajas aunque claramente es mi rival el que se lleva la peor parte acabando con el cuello roto al dar con el borde de una de ellas. Me levanto y veo a cinco rivales y otros tres que bajan las escaleras, no veo armas de fuego, se nota la adrenalina y el miedo que segregan por todos los poros los sujetos.

*Vale ¿y ahora como procedemos…?*

Mis rivales parecen bloqueados intentando comprender lo que ven delante de ellos, por mi parte aun posicionado como una bestia hago un rápido recuento de mi inventario. El uso del kit brisingr con mi aumento muscular lo descarto rápidamente, los Ulaks serían menos eficaces que mis garras en esta situación, la espada la deje arriba en el pecho de una alimaña y la Uzi que me quedaba encima no podía usarla con las garras. Conclusión toca una pelea a la más antigua usanza, a mamporro limpio, mordiscos y zarpazos. Lo que seguramente me haga perder un pelín el control.

Me sorprendo cuando no soy el primero en atacar pues uno de mis rivales se repone antes de acabar de analizar mi situación, sin duda no soy el primer usuario que ve frente a él. No obstante, según me levanto para enfrentarlo frena en seco al ver una criatura de dos metros y medio y no un perro potenciado como se podía haber supuesto, perdiendo toda iniciativa. Le agarro levantándolo y le muerdo el cuello rápidamente arrancándole la mitad y dejándolo semidecapitado. La sangre y la carne  en mi boca nubla mi mente, mi akuma no es de un simple animal y eso a veces lleva sus peculiaridades propias. Se acaba el raciocinio solo hay presas y yo mismo, todo el pelaje de mi cabeza ahora esta rojo por la sangre que salió a borbotones del cuello del infeliz que aun sujetaba lo que aun da más dudas al resto de los presentes.

La cara de mis rivales es de espanto, han visto a sus compañeros caer por disparos o cortes de espada, miembros amputados y tripas fuera, pero ver una bestia masacrando a alguien de un mordisco semejante no es algo para lo que se logre tener estómago. Suelto el fiambre que aun apresaba y me lanzo a por el siguiente objetivo, ya no veo ni personas por mediocres que me parecieran antes, lanzo un golpe directo al estómago con la zarpa abierta y lo barro destrozándole el abdomen y lanzándole contra una mesa que acaba cayendo con el impacto. Mordisco al cuello de otro, brazo roto de un zarpazo para desarmar a un tercero, agarro a uno y lo lanzo contra dos más. Por un momento al planta baja es una simple coreografía de la más bizarra cacería, huelo fragancias  familiares a mi derecha  y pronto veo a Sköll lanzándose al cuello de un objetivo que acabo de derribar.

La aparición de Sköll añade una nueva melodía refrescante a la sonata que se estaba interpretando, el vínculo entre mi compañero y yo aumenta con cada una de mis transformaciones al entendernos mucho mejor y eso nos permite actuar al unísono. Sköll apresa a uno evitando que avance y haciéndolo caer al embestirle por la espalda y tirar de su pierna tras morderla, alcanzo su posición y suelto un zarpazo a ras de suelo destrozándole la cabeza. Ya no tenemos rivales, los que pueden moverse solo intentar escapar. Yo barro y Sköll mata, Sköll derriba y yo mato… Ladridos, de repente soy consciente de ladridos acercándose a mis espaldas y al girarme veo tres perros grandes y negros y un “objetivo” junto a unas jaulas ahora abiertas. Sköll y uno de los perros chocan con fuerza y empiezan a pelear, otro me salta encima mientras un tercero se lanza a mis piernas.

Recibo un fuerte mordisco en mi pierna derecha, el perro que se lanzó a por mí no obstante si lo freno agarrándolo de las fauces con ambas manos y con toda mi fuerza las abro más que su tope natural, el perro cae tras un quejido. Al otro que lejos de soltarme aprieta aún más me dedico a destrozarle el vientre a golpes hasta que cae muerto y me libera. Cojo por el mordisco me lanzo a la caza del objetivo que libero a los perros y lo atrapo mientras intenta abrir la puerta cerrándola al empujar su cabeza contra ella que pronto acaba pintada de rojo.

El jaleo ha desaparecido, la calma de la muerte es lo que queda, vuelvo entre los pasillos de cajas hacia el centro de la nave ahora más calmado y sin percibir amenaza alguna por lo que a la par de que salgo a la luz vuelvo a mi apariencia normal. Ahí veo a Luth sentada tan tranquila con su osito al lado y Sköll con un mordisco en el lomo y otro en la pata además de un feo corte en la cadera pero al parecer sin daños críticos.  ¿Cuánto ha estado ahí Luth? Tengo una leve idea pero de lo acontecido hace un instante poco recuerdo con claridad. Por mi parte tengo un mordisco en la pierna derecha bastante feo, el corte que antes cure levemente con Micaiah, algunos cortes superficiales de cuando atravesé la primera ventana y un corte nuevo en el pectoral que no recuerdo cuando o quien lo ha hecho.


*Cada vez que me pierdo así se ve que la defensa la mando a tomar por culo… *

-Mañana tendré unas agujetas horribles…  Evitemos los sangrados más graves y registremos este puto sitio. Alberick se encargara de las heridas luego.
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[Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia Empty Re: [Privado]Cuando la envidia se junta a la avaricia {Dom 3 Abr 2016 - 16:07}

Me encojo de hombros y me pongo en pie dando un pequeño salto. Si no quiere pensar ahora en las heridas ni hablar del tema ya lo hará. Hay mucho tiempo para que me explique que cojones pasó el tiempo que el grupo de amigos estuvo separado. Sonrío, ahora viene la parte buena, encontrar el dinero, las joyas, lo que sea que tengan guardado. Cojo a mi oso y subo corriendo escaleras arriba cual niña pequeña sin esperar a Kil, nadie sería tan idiota de dejar el botín en pisos más bajos ¿no? está menos protegido, yo si fuera ellos lo hubiera dejado arriba del todo. Si hubiera entrado alguien normal probablemente habría muerto o habría sufrido una herida grave, había mucha gente, la verdad es que aunque parecían idiotas estaba todo muy bien protegido. Su problema fue encontrarse con nosotros... mala suerte.

Llego arriba en un momento y miro a mi alrededor. ¿Por donde empiezo? Hay muchos cajones, muchas cajas, mucho de todo, y tanto ahí como más abajo hay cuerpos, aunque los cuerpos son secundarios, como mucho tendrán algún reloj, algún anillo o tal vez ni eso, y muchas veces los complementos no son valiosos, vas a venderlos y no te dan nada por ellos... pero tengo la esperanza de que en algún rincón de esa habitación haya algo interesante. Mi compañero al parecer también porque enseguida está detrás de mi.

-¿Preparado? A ver si encontramos algo bueno de verdad... algo que haga que el resto de la banda nos envidie...

Dicho y hecho, nos ponemos a buscar durante un buen rato, registramos todos los rincones, todos los cadáveres, absolutamente todo y acabamos saliendo con tres bolsas bien grandes llenas de oro, joyas y similares, aparte de ciertas armas de buena calidad como dos dagas que he escondido en mis botas o una espada más grande que la mía que he atado a mi espalda. Había de todo allí. Sonrío pensando en la suerte que tengo al tener el implante en la oreja y poder escuchar casi todo lo que ocurre a mi alrededor, lo mejor de todo es que nadie sabe que puedo hacer eso.

Llegamos nuevamente a la taberna, se escuchan los ronquidos del amigo de Kiler pero en cuanto escucha a alguien entrando en su territorio se pone en pie como alma que lleva al diablo y puedo vislumbrar como lleva la mano a una pistola que hay medio escondida a su lado, en la barra. Vuelvo a ponerme tan seria como siempre, le saludo con un gesto de cabeza casi imperceptible y me giro para darle la bolsa que yo llevaba a mi compañero.

-Ale, grandullón, mañana repartimos, te dejo el tema de subir las bolsas arriba a ti, que para algo eres más alto y fuerte.

Que bien que sienta aprovecharse alguna vez de ese tipo de cosas... porque lo de alto si, pero lo de fuerte no se lo reconozco a nadie, cada uno es fuerte en algo. Le doy un par de palmaditas en el brazo y tras preguntar al buen hombre, que nos mira sin saber muy bien que está pasando, donde está mi habitación, me largo escaleras arriba dispuesta a dormir como hace tiempo que no hago. El día, o mejor dicho la noche, que hemos vivido merece un gran descanso, uno de esos totalmente reparadores.
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