Cuando el hambre aprieta [Privado] [Pasado] [SeluMP & Thyso]

Tras dos días navegando camino a Kabushi la navegante y yo nos encontramos aburridos. Yo no estoy de humor como para contar mi vida, ella no es de muchas palabras y por mucho que pregunto solo contesta con monosílabos. ¡Ni siquiera he conseguido saber su nombre! Al menos hay agua para paliar la sed y podemos pescar algo, aunque sea ella quien mejor pesca.

Cálico - ¡Estoy harto de pescado! ¿No hay carne o frutillas?

Navegante - No.

C - ¿Cuánto queda para llegar a Kabushi?

N - Demasiado si no sabes callarte.

C - Que simpatía.... - Me asomo al basto mar por estribor para ver las olas y veo por el horizonte un barco. - ¡Chica! Ahí hay un barco. Acerquémonos.

La navegante gira su cabeza hacia estribor y sencillamente pasa de mi. Me giro indignado y le agarro el timón girándolo bruscamente. La barca ahora va en dirección a la embarcación lejana, agarro el timón para que la navegante no pueda cambiar de dirección. Nos acercamos poco a poco mientras la navegante me mira con malos ojos. Cuando estamos a unos 200 metros de nuestro destino ya observamos bien la embarcación.

Es una embarcación grande, de unos veinte metros de eslora. El mascarón de proa es un gran pescado, por la cubierta están repartidas distintas mesas, casi todas ocupadas. Se ven a unos cuantos tripulantes bien vestidos que van y vienen entre las mesas.

N - Parece una copia barata del Nuevo Baratie.

C - Nuevo Baratie... Me suena. ¿Qué es eso?

N - Un barco/restaurante del East Blue. Si es la mitad de bueno que este merece la pena comer aquí.

C - ¡Pues desembarquemos que te invito!

Iba en una barca privada, la cual conseguí gratuitamente al ofrecerme limpiar mientras navegábamos. Era un trayecto largo hasta Ohara pero valdría la pena por ver esa preciosa isla. El barco era relativamente pequeño, pues solo estábamos yo, otro pasajero con los ojos verdes, pelirrojo y bastante alto y el capitán, un hombre fornido, canoso y bastante amable que respondía con gusto cualquier duda que preguntásemos.

Mientras navegábamos, la brisa marina llenaba mis pulmones y la humedad provocaba que se me humedecieran las ropas, pero por suerte no era incómodo del todo, pues no hacía mucho calor así que no se notaba tanto.

Por el camino pude ver un barco enorme a lo lejos, me llamó mucha la atención así que corrí hacia el y le pregunté sobre aquella embarcación

-¿Te refieres a aquel barco de allí chico? La verdad es que no lo he visto, no suelo navegar mucho por estas aguas La curiosidad pudo conmigo y le pregunté si podíamos hacer un desvío momentáneo para acercarnos a ver, si tanto a el como al pelirrojo le parecía bien, ambos asintieron y comenzamos a acercarnos, a parte del gran barco (el cual según el capitán parece ser una copia del Baratie o algo así) pudimos ver como otra embarcación se dirigía a ver, me pareció extraño hasta que pude ver que, en la cubierta, habían unas cuantas mesas, camareros y gente comiendo.

-¡Es un restaurante! ¿Hacemos una parada para comer y recargar energía?

A los otros dos les pareció bien, así que allí estábamos, rumbo al barco enorme.

Llegamos casi a la vez que otra embarcación, aunque esta se nos adelantó. Arribamos, amarramos nuestra barca al restaurante y subimos a la cubierta. Todas las mesas estaban ocupadas, la última por los tripulantes de dicha embarcación.

Cálico - !Camarero¡ - Agitando el brazo para llamar la atención de este - Una mesa para dos.

Camarero - Lo lamento señor. La última mesa libre la ocuparon aquellos señores de allí.

Me acerco a esa mesa con una sonrisa y al joven, que parece el más simpático, le hablo.

C - Perdona que os moleste. - Pongo el brazo en la mesa dejando ver mi guadaña enfundada en el lateral de mis pantalones - Hoy acompaño a una bella dama - Señalo a mi navegante - y desearíamos comer en este bello restaurante. ¿Les importaría compartir mesa?