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Renart
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La situación estaba empezando a volverse bastante tensa con ese humano tratando de levantarse y pensando que el joven zorro era un espíritu del lugar
-¿acaso creíais vos que erais un ser de materia etérea que podría atravesar esa pared sin dados un verdadero galletazo contra ella?-pregunto Renart. Repentinamente apareció el espadachín que buscaba indicios de un laboratorio ilegal en el lugar y empezo a exigir que le digeran el porque de su presencia.
-a ver que me explique empezando por el humano que se comio la pared con patatas-dijo Renart tratando de centrarse y sin apartar sus manos de las garras de acero por si acaso había pelea -. Si llevo estos pantalones es obviamente porque lo que tengo ahí abajo es igual al de un canido y me da vergüenza ir desnudo porque de lo contrario de seguro que lo iría ya que mi instinto animal me lo pide a gritos y no tengo la más menor idea del porque ando a dos patas-. Tras terminar de hablarle se dirigió al otro
-y tú, el de la máscara rara, lo voy a dejar claro, yo crecí en este orfanato desde que era solo un recién nacido al que su madre abandono a las puertas del edificio, así que creo tener derecho a colarme aquí a tratar de buscar pistas sobre quien pudo haberme traído y encontrarla para tratar de pedirle de forma educada que responda a mis preguntas sobre dejarme en un lugar en el que lo pase tan mal-dijo Renart siguiendo con el rastreo del archivador encontrando una carpeta con su nombre y lo abrió, soplo todo el polvo viéndose que la directora había apuntado que habían acogido a un animal parlante con apariencia de zorro y algunas anotaciones posteriores sobre el color de su pelaje, color de ojos y prácticamente con los mismos detalles que su apariencia actual y la mostro -. ¿Ves? Aquí lo pone perfectamente claro-. Rápidamente agarro la garra izquierda
-y te lo advierto, no me voy a dejar atrapar tan fácilmente-
-¿acaso creíais vos que erais un ser de materia etérea que podría atravesar esa pared sin dados un verdadero galletazo contra ella?-pregunto Renart. Repentinamente apareció el espadachín que buscaba indicios de un laboratorio ilegal en el lugar y empezo a exigir que le digeran el porque de su presencia.
-a ver que me explique empezando por el humano que se comio la pared con patatas-dijo Renart tratando de centrarse y sin apartar sus manos de las garras de acero por si acaso había pelea -. Si llevo estos pantalones es obviamente porque lo que tengo ahí abajo es igual al de un canido y me da vergüenza ir desnudo porque de lo contrario de seguro que lo iría ya que mi instinto animal me lo pide a gritos y no tengo la más menor idea del porque ando a dos patas-. Tras terminar de hablarle se dirigió al otro
-y tú, el de la máscara rara, lo voy a dejar claro, yo crecí en este orfanato desde que era solo un recién nacido al que su madre abandono a las puertas del edificio, así que creo tener derecho a colarme aquí a tratar de buscar pistas sobre quien pudo haberme traído y encontrarla para tratar de pedirle de forma educada que responda a mis preguntas sobre dejarme en un lugar en el que lo pase tan mal-dijo Renart siguiendo con el rastreo del archivador encontrando una carpeta con su nombre y lo abrió, soplo todo el polvo viéndose que la directora había apuntado que habían acogido a un animal parlante con apariencia de zorro y algunas anotaciones posteriores sobre el color de su pelaje, color de ojos y prácticamente con los mismos detalles que su apariencia actual y la mostro -. ¿Ves? Aquí lo pone perfectamente claro-. Rápidamente agarro la garra izquierda
-y te lo advierto, no me voy a dejar atrapar tan fácilmente-
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Bueno, parecía que el hombre que había atravesado la pared no era más que un cazador de mitos, o más bien un loco que penaba que el zorro era un espíritu. Bueno, de cualquier manera no parecía que ninguno de los dos fueras un científico, y menos una amenaza. Aunque el zorro se puso algo agresivo con lo de capturarlo, todo esto mientras buscaba en los polvorientos archivadores. La verdad me sorprendió mucho que aún se conservaran documentos en aquel lugar, que clase de gente descuidada no se lleva los archivos o los destruye al dejar un lugar así. Como parecía que no iba a sacar nada en claro de ellos me di la vuelta para salir de la sala y bajar al primer piso.
El pasilla ya lleno de huellas seguía en total silencio, avancé mirando por la mirilla por todo el pasillo. No quería que nadie más me pillara desprevenido, la planta parecía totalmente como antes, bajé las escaleras despacio, intentado no hacer nada de ruido para dirigirme a la cocina. La primera planta apenas tenía huellas de polvo, suponía que las del tipo extraño que había subido antes. Una vez en la planta baja inspeccione otra vez la zona antes de entrar en la viaja cocina. Esta estaba toda quemada, y parecía que hubiera habido algún tipo de accidente o pela o algo.
Me dirigí a la parte donde el zorro me había dicho que estaba la bajada, en efecto allí había una puerta de acero reforzado, sin marcas del paso del tiempo ni de lo que fuera que pasara en aquella cocina, además de tener una cerradura diferente al resto de las instalaciones. Al parecer había encontrado la entrada a lo que estaba buscando, ahora solo me quedaba descubrir como entrar.
El pasilla ya lleno de huellas seguía en total silencio, avancé mirando por la mirilla por todo el pasillo. No quería que nadie más me pillara desprevenido, la planta parecía totalmente como antes, bajé las escaleras despacio, intentado no hacer nada de ruido para dirigirme a la cocina. La primera planta apenas tenía huellas de polvo, suponía que las del tipo extraño que había subido antes. Una vez en la planta baja inspeccione otra vez la zona antes de entrar en la viaja cocina. Esta estaba toda quemada, y parecía que hubiera habido algún tipo de accidente o pela o algo.
Me dirigí a la parte donde el zorro me había dicho que estaba la bajada, en efecto allí había una puerta de acero reforzado, sin marcas del paso del tiempo ni de lo que fuera que pasara en aquella cocina, además de tener una cerradura diferente al resto de las instalaciones. Al parecer había encontrado la entrada a lo que estaba buscando, ahora solo me quedaba descubrir como entrar.
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Finalmente no entendí nada. El zorro me dio una explicación detallada (que me costo entender) sobre que no era un espíritu, puso en altos sus derechos y se puso gallito al de la mascara. Este no le dio importancia a la situación y se marcho, al parecer en busca de algo. La habitación se quedo silenciosa y con el zorro empeñado en buscar papeles decidí seguir al enmascarado, ¿por que? Sencillamente porque después de tanto jaleo y discusiones me aburrí de buscar fantasmas y me entro curiosidad por saber a donde iba. Salí del lugar con prisas para que no se me escapará. Lo ví bajando las escaleras con arma en mano.
-Oye, tampoco creo que eso vaya a hacer falta, aparte de tres raritos como nosotros, ¿quien más vendría aquí?- dije mientras bajaba a su lado, manteniendo la distancia por si se le ocurría disparar -Y dime ¿Que buscamos?-
Él siguió su marcha ojo visor, y yo detrás pisandole la sombra; finalmente llegamos a lo que parecía la cocina ``Tendría hambre´´ pensé mientras me aleje de él para inspeccionar la cocina, principalmente en busca de latas o algo comestible. Tras dar varias vueltas y encontrar alguna lata en mal estado decidí cesar mi búsqueda y seguir de nuevo con el enmascarado. Lo encontré mirando una puerta, que comparada con el resto del lugar parecía estar nuevecita.
-Buena puerta,- dije dándole un par de golpes -acero reforzado y del bueno. ¡Y que me dices de la cerradura? solo para expertos en robos y en munición y la tuya no se, pero lo que es la mía no servirá esta vez.-
Después de ver la puerta tenia claro que la cosa pintaba extraña, una puerta tan bien reforzada en este lugar tan destrozado, no me cuadraba. Estaba claro que escondía algo gordo y este tipo lo quería y ahora, y también.
-Oye, tampoco creo que eso vaya a hacer falta, aparte de tres raritos como nosotros, ¿quien más vendría aquí?- dije mientras bajaba a su lado, manteniendo la distancia por si se le ocurría disparar -Y dime ¿Que buscamos?-
Él siguió su marcha ojo visor, y yo detrás pisandole la sombra; finalmente llegamos a lo que parecía la cocina ``Tendría hambre´´ pensé mientras me aleje de él para inspeccionar la cocina, principalmente en busca de latas o algo comestible. Tras dar varias vueltas y encontrar alguna lata en mal estado decidí cesar mi búsqueda y seguir de nuevo con el enmascarado. Lo encontré mirando una puerta, que comparada con el resto del lugar parecía estar nuevecita.
-Buena puerta,- dije dándole un par de golpes -acero reforzado y del bueno. ¡Y que me dices de la cerradura? solo para expertos en robos y en munición y la tuya no se, pero lo que es la mía no servirá esta vez.-
Después de ver la puerta tenia claro que la cosa pintaba extraña, una puerta tan bien reforzada en este lugar tan destrozado, no me cuadraba. Estaba claro que escondía algo gordo y este tipo lo quería y ahora, y también.
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Cuando los otros dos se marcharon escaleras abajo, dejaron a Renart seguir fisgoneando en la carpeta que llevaba su nombre, leyendo no encontró muchas cosas que sirviesen, solo datos de cuando empezó a andar, hablar, escribir y Etc. Muchas cosas habían sido tachadas con tinta negra y era imposible leer lo que ponía en ellos y otros papeles habían sido mordisqueados por insectos y ratas. En las anotaciones que el estaba buscando, no ponía absolutamente nada que fuese relevante para su viaje
-¡maldición!-grito Renart enfurecido tirando la carpeta y el fichero de madera para calmarse de que no hubiese podido encontrar una pista en el lugar en el que tenía todas las esperanzas de encontrar una pista para proseguir con su viaje. Tras calmarse un poco se puso a pensar “seguiré vagando por ahí, algún día deberé de encontrar alguna pista que me resulte útil”. Respiro hondo y salió del despacho de la directora cerrando la puerta con calma y respetuosidad. Se preguntó que estarían haciendo los otros dos, así que bajo las escaleras hasta la planta baja y se adentró en la destruida cocina en la que los otros dos se encontraban frente a una puerta de acero.
-¿problemillas con una puerta cerrada?-pregunto Renart acercándose a la puerta para posar su mano en ellas y dar unos toques -.no creo que mis garras pudiesen cortarlo, este acero es de los mejores, incluso podría aguantar una bomba de potencia pequeña-dijo Renart. Segundos tardo en percatarse de que había una cerradura que a diferencia de las otras del edificio estaba en un estado impecable, se agacho para mirar por ella y revisarla -. esta cerradura es muy buena, diseñada para mantener alejado a los indeseables, pero he forcado cerraduras aún más desafiantes que esta-. Renart metió la mano en su esponjosa cola y saco unas pequeñas horquillas de extremo doblado que introdujo en la cerradura. Unos segundos después se escuchó “Clic” la cerradura había sido forcada con total éxito, giro el pomo abriendo la puerta
-a falta de una buena llave, o unas buenas Ganzúas, un par de horquillas son dos buenos aliados en que confiar si quieres forcar una cerradura-dijo Renart olfateando algo en el aire -. En el aire hay algo que tiene un olor bastante intenso, con mi olfato de canido, olerlo me resulta bastante desagradable-. Renart se asomó a la ventana para respirar un poco de aire fresco
-¡maldición!-grito Renart enfurecido tirando la carpeta y el fichero de madera para calmarse de que no hubiese podido encontrar una pista en el lugar en el que tenía todas las esperanzas de encontrar una pista para proseguir con su viaje. Tras calmarse un poco se puso a pensar “seguiré vagando por ahí, algún día deberé de encontrar alguna pista que me resulte útil”. Respiro hondo y salió del despacho de la directora cerrando la puerta con calma y respetuosidad. Se preguntó que estarían haciendo los otros dos, así que bajo las escaleras hasta la planta baja y se adentró en la destruida cocina en la que los otros dos se encontraban frente a una puerta de acero.
-¿problemillas con una puerta cerrada?-pregunto Renart acercándose a la puerta para posar su mano en ellas y dar unos toques -.no creo que mis garras pudiesen cortarlo, este acero es de los mejores, incluso podría aguantar una bomba de potencia pequeña-dijo Renart. Segundos tardo en percatarse de que había una cerradura que a diferencia de las otras del edificio estaba en un estado impecable, se agacho para mirar por ella y revisarla -. esta cerradura es muy buena, diseñada para mantener alejado a los indeseables, pero he forcado cerraduras aún más desafiantes que esta-. Renart metió la mano en su esponjosa cola y saco unas pequeñas horquillas de extremo doblado que introdujo en la cerradura. Unos segundos después se escuchó “Clic” la cerradura había sido forcada con total éxito, giro el pomo abriendo la puerta
-a falta de una buena llave, o unas buenas Ganzúas, un par de horquillas son dos buenos aliados en que confiar si quieres forcar una cerradura-dijo Renart olfateando algo en el aire -. En el aire hay algo que tiene un olor bastante intenso, con mi olfato de canido, olerlo me resulta bastante desagradable-. Renart se asomó a la ventana para respirar un poco de aire fresco
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Mientras inspeccionaba la puerta llegó el extraño tipo que cazaba espíritus, y poco después el zorro. Aquello cada vez era más extraño, hasta el punto que me pellizqué disimuladamente para saber si estaba soñando. Mientras hacía eso el zorro fue capaz de abrir la cerradura, bueno me habían ahorrado una bala antitanque. El zorro se fue hacia una ventana, la abrió y se asomó, según el de dentro salía un olor muy penetrante y que le desagradaba bastante.
En efecto, cuando me acerqué hasta la puerta pude oler el aroma a lejía, que estarían haciendo en aquel lugar con lejía. No sabía mucho de la investigación, pero la lejía no solía usarse para cosas importantes. De cualquier modo, cogí el rifle y baje mirando por la escalera, alternaba entre mi vista y la mirilla, por si había gente oculta en el camino.
Abajo había una gran sala, que parecía un quirófano, y al lado lo que parecía una gran nevera. En la mesa de operaciones descansaba un cuerpo tumbado, y un hombre de pelo gris, y bata se afanaba por limpiar el suelo, con lo que debía ser la lejía que tanto olia.
En efecto, cuando me acerqué hasta la puerta pude oler el aroma a lejía, que estarían haciendo en aquel lugar con lejía. No sabía mucho de la investigación, pero la lejía no solía usarse para cosas importantes. De cualquier modo, cogí el rifle y baje mirando por la escalera, alternaba entre mi vista y la mirilla, por si había gente oculta en el camino.
Abajo había una gran sala, que parecía un quirófano, y al lado lo que parecía una gran nevera. En la mesa de operaciones descansaba un cuerpo tumbado, y un hombre de pelo gris, y bata se afanaba por limpiar el suelo, con lo que debía ser la lejía que tanto olia.
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No tardo mucho en unirse el zorro a nuestra investigación, el cual, sin mucha dificultad abrió la puerta forzando la cerradura.
-Vaya chufa de puerta. Mucho ruido y pocas nueces.-
Una vez la puerta abierta el zorro hizo el amago de adentrarse pero algo no olía bien, y literalmente, pues tubo que dirigirse a una ventana para respirar aire bueno. El enmascarado fue el segundo en adentrarse con arma en mano, y yo, sin querer quedarme muy atrás le seguí con mis armas desenfundadas.
-Tranqui, ¡yo te cubro!- dije dirigiéndole una sonrisa.
nada más adentrarme pude detectar ese olor que alejo al zorro, yo no lo olía tan intensamente como el animal, pero igualmente lo suficiente como para repudiarlo. bajamos por unas escaleras hasta llegar una sala que parecía una sala de operaciones; incluso había una camilla con un hombre de piel pálida y sin pelo alguna es su cabeza. En la sala también había una enorme nevera y junto a ella un, ¿doctor? limpiando el suelo.
-Mierda tío- dije susurrando a mi compañero -,es uno de esos doctores chiflados que experimentan con cuerpos. Seguro que en esa nevera hay más. Ve u primero, yo te cubro.
No es que tuviera miedo, pero la medicina moderna no me gustaba mucho. El hombre que limpiaba de forma frenética se dio la vuelta y asustado se percato de nuestra presencia. Se hecho hacia tras hasta chocarse de espaldas con la nevera.
-¿Qui qui quienes sois y que hace... hacéis aquí?- tartamudeaba el pobre hombre
-Ey tranquilo hombre.- dije guardando las pistolas. -Pues... somos tres desconocidos y por lo menos yo, estoy aquí por casualidad. ¿Y usted?- dije acercándome poco a poco y sonriente. Aquel hombre no era muy alto, y tenia el cuerpo endeble. Me di la vuelta y me dirigí al enmascarado.
-Oye, ¿tu que sabes de esto?-
-Vaya chufa de puerta. Mucho ruido y pocas nueces.-
Una vez la puerta abierta el zorro hizo el amago de adentrarse pero algo no olía bien, y literalmente, pues tubo que dirigirse a una ventana para respirar aire bueno. El enmascarado fue el segundo en adentrarse con arma en mano, y yo, sin querer quedarme muy atrás le seguí con mis armas desenfundadas.
-Tranqui, ¡yo te cubro!- dije dirigiéndole una sonrisa.
nada más adentrarme pude detectar ese olor que alejo al zorro, yo no lo olía tan intensamente como el animal, pero igualmente lo suficiente como para repudiarlo. bajamos por unas escaleras hasta llegar una sala que parecía una sala de operaciones; incluso había una camilla con un hombre de piel pálida y sin pelo alguna es su cabeza. En la sala también había una enorme nevera y junto a ella un, ¿doctor? limpiando el suelo.
-Mierda tío- dije susurrando a mi compañero -,es uno de esos doctores chiflados que experimentan con cuerpos. Seguro que en esa nevera hay más. Ve u primero, yo te cubro.
No es que tuviera miedo, pero la medicina moderna no me gustaba mucho. El hombre que limpiaba de forma frenética se dio la vuelta y asustado se percato de nuestra presencia. Se hecho hacia tras hasta chocarse de espaldas con la nevera.
-¿Qui qui quienes sois y que hace... hacéis aquí?- tartamudeaba el pobre hombre
-Ey tranquilo hombre.- dije guardando las pistolas. -Pues... somos tres desconocidos y por lo menos yo, estoy aquí por casualidad. ¿Y usted?- dije acercándome poco a poco y sonriente. Aquel hombre no era muy alto, y tenia el cuerpo endeble. Me di la vuelta y me dirigí al enmascarado.
-Oye, ¿tu que sabes de esto?-
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Renart estuvo con ganas de llegar a devolver por la peste que lo que fuese estaba saliendo del sotano e invadiendo la estancia de la que fue la cocina, tuvo que salir fuera para que ese olor no le cogiera ya que cada vez le resultaba mas nauseabundo y tuvo que saltar la ventana respirando hondamente el limpio aire "¿pero que demonios ahi metido en el sotano?"penso Renart respirando rapidamente. sabia que si volvia a entrar, acabaria tumbado por el fuerte olor y se le ocurrio algo. rompio un trozo de tela de la vieja cortina de la cocina y se envolvio la nariz y la boca para que el fuerte olor no le afectase tanto, por alguien habia en el sotano con algun plan malvado entre manos, tomo la decision de diriguirse a la entrada exterior que daba al sotano del viejo horfanato, la hizo perazos con una patada directa, descendio por los peldaños que crujian con bastante fuerza hasta toparse al final de las escaleras con otra puerta de acero exactamente igual. desafortunadamente, sus horquillas se habian roto y sin ellas le resultaba practicamente imposible abrirla. blandio nuevamente sus garras de acero y lanzo golpes consecutivos contra la puerta de acero sin mucho exito, solo pequeños arañazos lograba con cada embestida de las afiladas cuchillas. su tozudez hacia que no desistiera con el proposito de abrir esa puerta como si fuera un lata de sardinas
-!venga maldita puerta, cae de una dichosa vez y dejame pasar al otro lado!-gritaba Renart una y otra vez. se apoyo en la puerta agotado
-!venga maldita puerta, cae de una dichosa vez y dejame pasar al otro lado!-gritaba Renart una y otra vez. se apoyo en la puerta agotado
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Mientras el chico raro estaba distrayendo al científico me fui alejando por un lateral, acercándome al arcón que había a un lado. Cuando llegué hasta él y lo abrí, lo que encontré dentro me horrorizo. Eran un montón de partes humanas, y de animales, así como de intentos de mezclar ambos. De uno de los bolsillos saque unas fotos, de otra de misiones, de los desaparecidos de una isla no muy lejos de allí. Al menos dos cabezas coincidían con los desaparecidos.
-¡Al suelo, ya! – Le grité al doctor, si es que podía llamarse así a ese monstruo.- Quedas detenido en nombre del equipo científico de la marina, y todo esto ahora quedara como prueba, te recomiendo no resistirte.
Mientras esperaba que el tipo me hiciera caso pude notar una ráfaga de aire, no sabía muy de donde podía venir esta, pero gracias a ella me salve del cuchillo que venía hacia mí. Me lancé rodando hacia la derecha, terminando tras unas cajas. Tras ello asome el fusil y disparé en la dirección en la que había venido el cuchillo, si era un pasadizo secreto y pretendían usarlo para huir no se lo pondría fácil.
-¡Chico, estas bien! – Esperando que el otro que me estaba acompañando estuviera bien y no le hubieran hecho daño. – Medico, deponer las armas y no os hare daño.
Cuando terminé de hablar me asome ligeramente mirando por el visor del arma, en un lateral del laboratorio, se había abierto una pequeña sección de la pared, y una especie de humanoide estaba medio oculto en ella. El “doctor” aún no había intentado huir por lo que parecía, y no sabía como estaba el chico.
-¡Al suelo, ya! – Le grité al doctor, si es que podía llamarse así a ese monstruo.- Quedas detenido en nombre del equipo científico de la marina, y todo esto ahora quedara como prueba, te recomiendo no resistirte.
Mientras esperaba que el tipo me hiciera caso pude notar una ráfaga de aire, no sabía muy de donde podía venir esta, pero gracias a ella me salve del cuchillo que venía hacia mí. Me lancé rodando hacia la derecha, terminando tras unas cajas. Tras ello asome el fusil y disparé en la dirección en la que había venido el cuchillo, si era un pasadizo secreto y pretendían usarlo para huir no se lo pondría fácil.
-¡Chico, estas bien! – Esperando que el otro que me estaba acompañando estuviera bien y no le hubieran hecho daño. – Medico, deponer las armas y no os hare daño.
Cuando terminé de hablar me asome ligeramente mirando por el visor del arma, en un lateral del laboratorio, se había abierto una pequeña sección de la pared, y una especie de humanoide estaba medio oculto en ella. El “doctor” aún no había intentado huir por lo que parecía, y no sabía como estaba el chico.
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El pequeño doctor tartamudeaba intentando decir algo pero impaciente le mande callar. Volví a mirar al enmascarado el cual se había movido de lugar y fue hacia un arcón, cuando lo abrió su cara me basto para ir a ver que ocurría. Llegué a su lado y pude ver el contenido del arcón.
-Lo siento...- me di la vuelta y vomité en el primer rincón que me bastó.
Aunque en buen estado, en el baúl se encontraban partes humanas y animales que me hicieron recordar porque no estudie medicina y prefería ver maquinas, aun desmontadas, son más hermosas. De pronto mi compañero se lanzó a un lado poniéndose a cubierto.
-¿Pero que...?-
No termine cuando al darme la vuelta un cuchillo me dio en el hombro derecho. El cuchillo, por suerte, no me atravesó todo el hombro, pero el impacto sumado a la impresión me hizo caer de culo al suelo. Tenia que actuar rápido si no quería ser apuñalado. Me levante y corriendo me dirigí a la mesa donde se encontraba el hombre tumbado, la volqué y me cubrí tras ella. ``Lo siento tío.´´ dije al cuerpo que tiré al suelo. El enmascarado sacó su fusil y descargo medio cargador y para mi sorpresa me preguntó por mi estado.
-¿Eso es preocupación? sabia que se me cogía cariño rápido, pero esto es un nuevo récord.- dije sacando mis pistolas y sin poder evitar sonreír. -Oye, ¿Para donde disparamos?- Recapacitando en la situación, me cubría por un simple cuchillo que ni siquiera sabia de donde había venido.
Vi como el enmascarado también se fijaba en el doctor, el cual, inútil, no se había movido del lugar simplemente se encontraba sentado apoyado en el frigo con las manos en las orejas. No se si iba a quererlo con vida, pero si iba a detenerlo mejor vivo. En principio no supe bien porque, pero quise proteger a ese imbécil para que le dieran su merecido como debía, no que le matara cualquier desconocido. Grite al doctor para que viniera hasta mi posición y poder protegerlo, pero no me escuchaba. No se me ocurrió otra cosa que, aprovechando el fuego del enmascarado salí corriendo con cuidado y pegado a la pared hasta que llegue a él. Le di tirones del brazo para que me siguiera pero el maldito no respondía. Algo me decía que no seria buena idea quedarme más tiempo ahí parado y debía proteger al ese enano, sin pensar mucho en ello (como de costumbre) abrí el frigorífico y metí de un golpe al doctor.
Al cerrar la puerta pude ver como un trozo de la pared del fondo se abrió descubriendo por completo al portador de los cuchillo. Por temor a que me lanzará más de sus afiladas armas me lancé al un lado disparando en su dirección, por desgracia choque el hombro malo contra el suelo y dolorido me arrastré de nuevo tras la mesa. Mientras cambiaba el cargador de ambas pistolas un ruido, como de golpes metálicos, me llamo la atención. En medio de la sala, yo tras la mesa y el enmascarado tras las cajas; a nuestra izquierda, el arcón con los restos animales y a la derecha el frigo con el doctor encerrado; tras, en mi caso, la mesa, en la pared del fondo el lanza cuchillos y en la otra pared, las que nos pillaba al descubierto otra puerta desde donde provenían los ruidos. Cuantas cosas para una sala tan pequeña. Aprovechando que estaba cubierto por la mesa me acerque agachado a la puerta y la abrí sin dificultad (girando el pomo. Raro para una puerta tan grande y metálica) mientras la abría pensé que podría tratarse de otro que querría matarnos por lo que al abrirla por completo saque mis pistolas y apunté mientras daba un paso atrás aun en cuclillas.
-Lo siento...- me di la vuelta y vomité en el primer rincón que me bastó.
Aunque en buen estado, en el baúl se encontraban partes humanas y animales que me hicieron recordar porque no estudie medicina y prefería ver maquinas, aun desmontadas, son más hermosas. De pronto mi compañero se lanzó a un lado poniéndose a cubierto.
-¿Pero que...?-
No termine cuando al darme la vuelta un cuchillo me dio en el hombro derecho. El cuchillo, por suerte, no me atravesó todo el hombro, pero el impacto sumado a la impresión me hizo caer de culo al suelo. Tenia que actuar rápido si no quería ser apuñalado. Me levante y corriendo me dirigí a la mesa donde se encontraba el hombre tumbado, la volqué y me cubrí tras ella. ``Lo siento tío.´´ dije al cuerpo que tiré al suelo. El enmascarado sacó su fusil y descargo medio cargador y para mi sorpresa me preguntó por mi estado.
-¿Eso es preocupación? sabia que se me cogía cariño rápido, pero esto es un nuevo récord.- dije sacando mis pistolas y sin poder evitar sonreír. -Oye, ¿Para donde disparamos?- Recapacitando en la situación, me cubría por un simple cuchillo que ni siquiera sabia de donde había venido.
Vi como el enmascarado también se fijaba en el doctor, el cual, inútil, no se había movido del lugar simplemente se encontraba sentado apoyado en el frigo con las manos en las orejas. No se si iba a quererlo con vida, pero si iba a detenerlo mejor vivo. En principio no supe bien porque, pero quise proteger a ese imbécil para que le dieran su merecido como debía, no que le matara cualquier desconocido. Grite al doctor para que viniera hasta mi posición y poder protegerlo, pero no me escuchaba. No se me ocurrió otra cosa que, aprovechando el fuego del enmascarado salí corriendo con cuidado y pegado a la pared hasta que llegue a él. Le di tirones del brazo para que me siguiera pero el maldito no respondía. Algo me decía que no seria buena idea quedarme más tiempo ahí parado y debía proteger al ese enano, sin pensar mucho en ello (como de costumbre) abrí el frigorífico y metí de un golpe al doctor.
Al cerrar la puerta pude ver como un trozo de la pared del fondo se abrió descubriendo por completo al portador de los cuchillo. Por temor a que me lanzará más de sus afiladas armas me lancé al un lado disparando en su dirección, por desgracia choque el hombro malo contra el suelo y dolorido me arrastré de nuevo tras la mesa. Mientras cambiaba el cargador de ambas pistolas un ruido, como de golpes metálicos, me llamo la atención. En medio de la sala, yo tras la mesa y el enmascarado tras las cajas; a nuestra izquierda, el arcón con los restos animales y a la derecha el frigo con el doctor encerrado; tras, en mi caso, la mesa, en la pared del fondo el lanza cuchillos y en la otra pared, las que nos pillaba al descubierto otra puerta desde donde provenían los ruidos. Cuantas cosas para una sala tan pequeña. Aprovechando que estaba cubierto por la mesa me acerque agachado a la puerta y la abrí sin dificultad (girando el pomo. Raro para una puerta tan grande y metálica) mientras la abría pensé que podría tratarse de otro que querría matarnos por lo que al abrirla por completo saque mis pistolas y apunté mientras daba un paso atrás aun en cuclillas.
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Como vi al científico con el chico, me dispuse a acabar con el otro individuo, para ello usé mi hidrógeno, acumulando grandes cantidades creadas por mí y de las ambientales, entorno a éste, y luego con mi habilidad para crear una chispa, prender el gas, lo que provocó una gran deflagración, que seguramente hubiera acabado con el tipo, pero esperé a cubierto hasta estar seguro.
Cuando salí de la cobertura pude comprobar que no solo el tipo estaba muerto, sino que media puerta había caído y pasar por aquel pasillo ahora era prácticamente imposible sin quitar piedras y escombros, muy posiblemente de alguna de las zonas del piso superior que se habría hundido.
-¿Estáis todos bien? Éste ya no dará problemas, pero creo que deberíamos salir de aquí y llevar a ese científico ante la justicia.
Cuando salí de la cobertura pude comprobar que no solo el tipo estaba muerto, sino que media puerta había caído y pasar por aquel pasillo ahora era prácticamente imposible sin quitar piedras y escombros, muy posiblemente de alguna de las zonas del piso superior que se habría hundido.
-¿Estáis todos bien? Éste ya no dará problemas, pero creo que deberíamos salir de aquí y llevar a ese científico ante la justicia.
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De aquella puerta no asomo ni una sombra, pero preferí aguantar un poco más la posición para evitar sorpresas. Cuando me harte de esperar (que no fue mucho tiempo después) me levanté y a gachas fui hacia el lugar donde me cubría antes. Cuando ya estaba casi pegado a la mesa esta, justo después de una explosión, de la cual no me dio tiempo de asustarme, me golpeo en la cara debido al temblor provocado en la sala. Con una mano en mi nariz y con la otra apartando la mesa de en medio me levante para ver que ocurría. Maldecía mi estampa mientras miraba a mi alrededor y veía como el hombre que nos atacaba yacía muerto en el suelo y la entrada se encontraba sellada por los escombros.
-Yo si.- respondí a la pregunta del enmascarado mientras me acercaba a la nevera. Abrí la puerta y me encontré al viejo acurrucado y temblando de frió. -Y este también. Vamos que no es para tanto.- lo cogí del cuello de la camisa y lo saque bruscamente. Sabiendo que debíamos salir de allí y recordando el destrozo de nuestra entrada, me acorde de la otra puerta.
-Si no necesitas nada más de aquí vayámonos de una vez, esta sala me pone nervioso.-
Me dirigí a la puerta la abrí totalmente sin acordarme que habían llamado. Me asuste al encontrare al zorro de sopetón y tras echarle una pequeña bronca por haberse perdido le lance al viejo científico y le pedí que lo llevara él. Yo ya me había cansado. Me giré para avisar al enmascarado de que nos marchamamos, pero antes de poder decir nada alguien me cogió del cuello y con una enorme fuerza me lanza hacia tras chocando así contra la nevera. Al abrir los ojos tras el impacto, observe como el hombre anteriormente desnudo al que había tirado al suelo se dirigía a mi con cara de pocos amigos y bastante malhumorado (y aun desnudo).
-Ey amigo. Preferiría que no me apuntaras con eso, ¿que tal si lo tapas?- bromeaba mientras aquel tipo ya se encontraba ante mi. Me cogió del cuello con fuerza y me levanto sobre el suelo. Aquel tipo media mínimo dos metros. -¿Una ayudita?- pedí a mis compañeros con dificultades.
-Yo si.- respondí a la pregunta del enmascarado mientras me acercaba a la nevera. Abrí la puerta y me encontré al viejo acurrucado y temblando de frió. -Y este también. Vamos que no es para tanto.- lo cogí del cuello de la camisa y lo saque bruscamente. Sabiendo que debíamos salir de allí y recordando el destrozo de nuestra entrada, me acorde de la otra puerta.
-Si no necesitas nada más de aquí vayámonos de una vez, esta sala me pone nervioso.-
Me dirigí a la puerta la abrí totalmente sin acordarme que habían llamado. Me asuste al encontrare al zorro de sopetón y tras echarle una pequeña bronca por haberse perdido le lance al viejo científico y le pedí que lo llevara él. Yo ya me había cansado. Me giré para avisar al enmascarado de que nos marchamamos, pero antes de poder decir nada alguien me cogió del cuello y con una enorme fuerza me lanza hacia tras chocando así contra la nevera. Al abrir los ojos tras el impacto, observe como el hombre anteriormente desnudo al que había tirado al suelo se dirigía a mi con cara de pocos amigos y bastante malhumorado (y aun desnudo).
-Ey amigo. Preferiría que no me apuntaras con eso, ¿que tal si lo tapas?- bromeaba mientras aquel tipo ya se encontraba ante mi. Me cogió del cuello con fuerza y me levanto sobre el suelo. Aquel tipo media mínimo dos metros. -¿Una ayudita?- pedí a mis compañeros con dificultades.
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Una vez acabado con el tipo y sabiendo que el resto estaba bien inspeccione la zona de experimentos, busqué cuadernos, libretas y cualquier documento que me dijera que es lo que estaba haciendo allí aquel hombre. Recogí todo lo que encontré, guardándolo en la chaqueta, incluidas algunas muestras que fueron a un recipiente hermético de mi mochila. De repente escucho un fuerte golpe, y al joven que me acompañaba pidiendo ayuda.
Me descolgué el fusil del hombro y apunte al grandullón que lo sujetaba a la cabeza, tenía un tiro limpio desde allí, sin posibilidad de que al atravesar la bala le diera al joven, eso sí, le llenaría la cara de sangre y sesos. Disparé una ráfaga de dos balas que impactaron en la mole, este calló hacia un lado arrastrando al joven con él, aunque éste se soltó solo al momento. El científico estaba en el borde de la puerta, tras el joven aterrado mirando hacia fuera, seguramente era el zorro lo que lo asustaba tanto.
-Bien chicos, creo que es hora de que nos marchemos de aquí. Espero que no haya más de esos por aquí cerca.-Bromee con el joven al pasar a su lado y agarrar al malnacido del médico para salir de allí.
Me descolgué el fusil del hombro y apunte al grandullón que lo sujetaba a la cabeza, tenía un tiro limpio desde allí, sin posibilidad de que al atravesar la bala le diera al joven, eso sí, le llenaría la cara de sangre y sesos. Disparé una ráfaga de dos balas que impactaron en la mole, este calló hacia un lado arrastrando al joven con él, aunque éste se soltó solo al momento. El científico estaba en el borde de la puerta, tras el joven aterrado mirando hacia fuera, seguramente era el zorro lo que lo asustaba tanto.
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Con dificultades para respirar y muy agobiado empece a echar en falta la ayuda de mis compañeros. Abrí la boca para intentar pedir ayuda de nuevo, pero de repente ese cabezón enfurecido y calvo fue atravesado por una bala haciendo que su cara explotara y manchara la mía. Quitándome una vez más al grandullón de encima empece a maldecir a todo ser viviente por la sangre que me había entrado en la boca y manchado mi rostro; empece a escupir hasta quedarme sin saliva para quitarme y con las mangas de mi chaqueta me limpie la cara.
-Mira lo que has hecho, me encantaba esta chaqueta, y mas aun mi cara.- me queje al enmascarado.
tosiendo y limpiándome los últimos restos del grandullón me dirigí a la salida ya harto de aquella habitación que me parecía cada vez más estrecha.
Afuera, el sol del mediodía me dio de lleno cegandome por un momento. Fui el ultimo en salir de allí, ya se encontraban el zorro y el enmascarado agarrando al científico. Parecía ser, después de todo, que yo era el único de los tres que había acabado allí por casualidad y no me había llevado nada. Que mala suerte.
Por primera ve en mi vida añoraba el sol, por lo que muy tranquilamente me senté y disfrute de este buen día que hacia. Por hoy ya estaba harto de edificios ruinoso, fantasmas y hombres desnudos.
-Entonces...- me dirigí al enmascarado -¿tu te quedas con el científico? Mejor, menos complicaciones.- ''Espera imbécil'' me interrumpió una voz dentro de mi ''¿y si ese tipo vale pasta?'' -Ey espera compañero. Si vale pasta exijo mi mitad, quieras o no, yo también he contribuido.- me levanté y me acerque al científico -¡Mas te vale que me alegres el día abuelo!-
De repente algo empezó a sonar en mis pantalones. Preocupado empecé a registrar mis bolsillos y después de sacar cientos de tuercas, pequeños engranajes, y herramientas varias saqué lo que parecía un DenDen Mushi. Ni me acordaba de que lo tenia. Conforme el tipo del otro lado del aparato me hablaba mi rostro parecía más preocupado. Resulto ser el que me iba a contratar; el trabajo no seria mañana: era hoy. Salí corriendo como un loco, si no llegaba en cinco minutos no había trabajo. Al avanzar unos metros me di la vuelta.
-Mierda se me olvidaban.- dije recogiendo todos los cachivaches que había sacado anteriormente -Y tu enmascarado, recuerda que la mitad del dinero es mio.- le grité mientras de nuevo salia corriendo hacia mi próximo trabajo.
-Mira lo que has hecho, me encantaba esta chaqueta, y mas aun mi cara.- me queje al enmascarado.
tosiendo y limpiándome los últimos restos del grandullón me dirigí a la salida ya harto de aquella habitación que me parecía cada vez más estrecha.
Afuera, el sol del mediodía me dio de lleno cegandome por un momento. Fui el ultimo en salir de allí, ya se encontraban el zorro y el enmascarado agarrando al científico. Parecía ser, después de todo, que yo era el único de los tres que había acabado allí por casualidad y no me había llevado nada. Que mala suerte.
Por primera ve en mi vida añoraba el sol, por lo que muy tranquilamente me senté y disfrute de este buen día que hacia. Por hoy ya estaba harto de edificios ruinoso, fantasmas y hombres desnudos.
-Entonces...- me dirigí al enmascarado -¿tu te quedas con el científico? Mejor, menos complicaciones.- ''Espera imbécil'' me interrumpió una voz dentro de mi ''¿y si ese tipo vale pasta?'' -Ey espera compañero. Si vale pasta exijo mi mitad, quieras o no, yo también he contribuido.- me levanté y me acerque al científico -¡Mas te vale que me alegres el día abuelo!-
De repente algo empezó a sonar en mis pantalones. Preocupado empecé a registrar mis bolsillos y después de sacar cientos de tuercas, pequeños engranajes, y herramientas varias saqué lo que parecía un DenDen Mushi. Ni me acordaba de que lo tenia. Conforme el tipo del otro lado del aparato me hablaba mi rostro parecía más preocupado. Resulto ser el que me iba a contratar; el trabajo no seria mañana: era hoy. Salí corriendo como un loco, si no llegaba en cinco minutos no había trabajo. Al avanzar unos metros me di la vuelta.
-Mierda se me olvidaban.- dije recogiendo todos los cachivaches que había sacado anteriormente -Y tu enmascarado, recuerda que la mitad del dinero es mio.- le grité mientras de nuevo salia corriendo hacia mi próximo trabajo.
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Aquel joven era una caja de sorpresas, ahora se había cabreado por que le salvara la vida manchando su chaqueta, quizás debí dejar que lo matar, y luego ya manchar su chaqueta y que no pudiera protestar. En fin, ya tenía al científico y sus datos, únicamente faltaba entregarlo y que lo interrogaran los expertos en medicina.
De repente el joven pareció darse cuenta que estaba allí por el tipo y pidió parte de la recompensa, la verdad, no sabía si la tenía yo estaba cumpliendo órdenes, pero tras aceptar darle la mitad, era excesivo, pero no quería pelearme, me entregó al tipo y se fue, mientras respondía una llamada.
-Bueno, tú te vienes conmigo, mis colegas te querrán hacer muchas preguntas.- Le comenté al médico mientras lo empujaba por las escaleras en dirección al puerto, tenía ganas de salir de esta isla ya, me daba mal rollo lo abandonada que parecía.
El camino hacia el puerto fue rápido y sin incidentes, haberme cargado a sus dos creaciones parecía de momento suficiente demostración de fuerza para que el científico no quisiera intentar nada. El barco que nos esperaba pertenecía al gobierno, y estaba tripulado y custodiado por marines y CPs. Parecía que se habían tomado muy enserio esta amenaza, tendría que curiosear el informe del interrogatorio cuando estuviera.
De repente el joven pareció darse cuenta que estaba allí por el tipo y pidió parte de la recompensa, la verdad, no sabía si la tenía yo estaba cumpliendo órdenes, pero tras aceptar darle la mitad, era excesivo, pero no quería pelearme, me entregó al tipo y se fue, mientras respondía una llamada.
-Bueno, tú te vienes conmigo, mis colegas te querrán hacer muchas preguntas.- Le comenté al médico mientras lo empujaba por las escaleras en dirección al puerto, tenía ganas de salir de esta isla ya, me daba mal rollo lo abandonada que parecía.
El camino hacia el puerto fue rápido y sin incidentes, haberme cargado a sus dos creaciones parecía de momento suficiente demostración de fuerza para que el científico no quisiera intentar nada. El barco que nos esperaba pertenecía al gobierno, y estaba tripulado y custodiado por marines y CPs. Parecía que se habían tomado muy enserio esta amenaza, tendría que curiosear el informe del interrogatorio cuando estuviera.
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