Y jamás lo volví a ver... (Kaworu L. Nagisa & Kyoji Kagami).

Inspiré y expiré repetidamente con calma notando un lejano dolor en mi espalda. Mis manos temblaron y se cerraron, justo entonces sentí aire, aire en una zona en donde no acostumbraba a sentirlo. Alcé mi mano derecha por mi pecho desnudo y continué el camino por mi cuello hasta llegar a mi cabeza, toqué mis cabellos notando la ausencia de algo muy importante, mi gorra.

Me incorporé de aquella camilla arrepintiéndome al instante de haberlo hecho con tanta brusquedad. La luz del exterior conseguía iluminar la estancia atravesando con dificultad las blancas cortinas que estaban plegadas, algo que me proporcionaba la vista necesaria para buscar una gorra que no encontré. Suspiré extrañado sin apartar la mano de mi cabeza notando entonces un fuerte dolor en la misma, cerré mis ojos y volví a notar ahora con más intensidad el dolor en mi espalda.

-Agh...-

Me quejé mientras arrascaba mi cabellera, llevando mi otra mano hacia la espalda para así percatarme de que tenía el omóplato vendado. "Así que no ha sido un sueño..." Pensé entreabriendo con levedad los ojos para tratar de fijarme qué era lo que me rodeaba.

Estaba en una pequeña habitación, sólo, aunque habían otras tantas camillas a lo ancho de la misma. El sitio estaba equipado con dos armarios llenos de lo que parecían ser medicamentos, en el techo de madera oscura reposaba una lámpara cuadrada que en aquel momento no estaba encendida. Cada camilla disponía de una mesilla a su izquierda, en mi caso mi chaqueta y mi gorra estaban puestas allí. El suelo era de madera, una madera que parecía haber pasado por tiempos mejores ya que estaba bastante desgastada. Me incorporé de la cama con lentitud tratando de reprimir un fuerte mareo, aunque el cuerpo me pidió permanecer sentado en su borde un tiempo más y así lo hice.

Miré hacia la única ventana de la estancia y en las transparencias de la cortina pude reconocer el sitio en el que me hallaba, Ohara. En ese momento traté de pensar en cómo podía haber acabado allí y sólo se me vino a la mente en último recuerdo que había tenido, y no hablamos del sueño erótico del que había disfrutado. " ¿He ganado...? ¿He perdido...?" Pensé tratando de recordar el final de la pelea en el exterior de aquella taberna, todo había sucedido muy rápido. Había lanzado una manzana ya comida hacia atrás y ésta había encestado en la bebida de un hombre, entonces sacó sus armas y me plantó cara. Tras pensar en todo lo sucedido volví a suspirar y retomé el debate mental en mi cabeza. "¿Qué importa si gané o perdí? Total, sigo vivo." Me convencí sonriendo con levedad, posando un pie en el suelo de madera para tratar de levantarme lo que provocó un fuerte crujido de la madera.

La puerta se abrió ante mis narices y alguien desconocido pasó hacia el interior de la estancia.

OFF:

ON-

-Al fin despiertas. -Dije con tono calmado, interrumpiendo los posibles pensamientos que el joven podría tener, para un segundo después encaminarme al interior de la habitación. Vestía como acostumbraba a hacerlo, una larga túnica cubría todo mi cuerpo, y en lugar de rostro, solo una sombra se podía observar en su lugar. Así, con un aspecto más cercano al de la parca en horario de servicio que al de un posible amigo, hice mi primer acto de presencia, cerrando tras de mí la puerta con delicadeza, sin movimientos bruscos. Conocía bien el dolor de cabeza, no era menester agravarlo con gestos insensibles por mi parte.

Me acerqué caminando lentamente hasta su cama, consciente de que mi peculiar aspecto podría amedrentar al muchacho, o simplemente inquietarle.

-¿Cómo se encuentra el héroe de la ciudad hoy? -El tono de mis palabras delataba el sarcasmo en aquella pregunta, pero no un tono ofensivo para nada. Entre risas, y sin darle tiempo a responder, me acerqué todavía más a su costado, para observar el estado en el que había quedado tras la contienda. -Te dio fuerte ese tipo, ¿eh? -Dije con una sonrisa, inapreciable mas que en el tono de mi voz gracias a la túnica.

Tras aquel comentario me senté en una de las camas cercanas, colocando los pies sobre el somier y apoyando mis brazos sobre mis propias rodillas.

-Te alegrará saber que ya ha sido detenido. -Tras decir aquello la situación acabó con un silencio largo e incómodo por primera vez desde que entré en aquella habitación, que rápidamente rompí revelando algo aún más interesante para mi interlocutor. -Yo mismo lo detuve al salir de aquella taberna... Justo igual que a ti, Kaworu L. Nagisa. Soy miembro del Cipher Pol. -Con aquellas palabras finales esperé su reacción. Había empezado su prueba.

Off rol.:

Las palabras de aquel desconocido al atravesar aquella puerta me hicieron confiarme, en parte, ya que sus vestimentas alertaban mis instintos que me pedían que me alejase. Chasqueé la lengua con levedad y me volví a tumbar en la cama, deseando estar bastante relajado ante la factura que el médico me pasaría, sin saber que mi enemigo la había pagado por mí.

Quise responder a sus palabras, quizás con otro comentario sarcástico pero aquel tipo continuó hablando, me asqueaban las personas que hablaban y hablaban sin dejar responder a nada. Reí con levedad desde mi camilla, mostrando una amplia sonrisa al escuchar su último comentario, las carcajadas fueron en aumento, tanto que me comenzó a doler aún más la espalda. Tras escuchar todo lo que tuvo que decir y entre aquella oleada de risas tuve que pensar algo rápido. "Mierda, ¿quién carajos es éste hombre? No lo he visto en mi vida, aunque con esa capucha no podré identificarlo. Lo mejor será no meter la pata hablando en exceso." Me ordené a mí mismo dejando de reír al instante.

-Vaya suerte la mía, acabo de llegar a Ohara y ya tengo al Cipher Pol a las espaldas. No sé cómo has reconocido mi nombre pero dudo que tengas un motivo para arrestarme.-

Dije bastante seguro de mis palabras, no quería comenzar un combate porque no sabía cómo de bien estaba mi estado, sin embargo aquel tipo parecía ser bastante peligroso así que lo mejor sería continuar la conversación por el camino que llevaba; pacífico.

-Supongo que no has venido hasta a mí sólo para regodearte sobre mis heridas, ¿verdad? Por cierto, ¿qué es eso del Cipher Pol?-

Le pregunté para continuar con la misma estrategia que él, aunque, aquella pregunta era bastante sincera. Le corté antes de responder de la misma forma que había hecho él y complementé la pregunta con otra pregunta.

-Vaya, así que está arrestado. ¿Le ha hecho mucha pupa? Seguro que no, lo dejé muy malherido.-

No quise dejarle nada en claro, aquel tipo parecía saber demasiado sobre mí, así que quise responder las preguntas con otras preguntas antes de desvelar algo que no me interesase.

Off:

Aguardé tranquilamente a que el joven tratara de replicar mi forma de actuar, una salida habitual cuando se creaba la necesidad de hablar era, lógicamente, que las palabras pronunciadas no fueran respuestas, sino preguntas. Ante tales casos, la segunda forma de actuar era un tanto menos... diplomática.

-Necias palabras. -Mi seca respuesta no presagiaba nada bueno para el insolente muchacho, que firmaba una nota de suicidio al reírse en mi presencia. -Afirmas que no tengo nada en tu contra, que no dispongo de un motivo para arrestarte, aún cuando las pruebas permanecen sobre tu cuerpo. -Dije, haciendo referencia a sus moratones y demás heridas. -¿Crees que la ley no castiga tales actos? -Añadí, sin darle de nuevo tiempo a pronunciar respuesta alguna. -Ten por seguro que te equivocas, si es así. -Finalmente concluí mis palabras, levantándome y encaminándome a la puerta.

Aquel tipo no parecía como todos los habituales piratas, incluso lejos de sus descontroladas risas, breves destellos de inteligencia y momentos de absoluta lucidez habían despertado mi interés.

-La misma mano que lava y cura tus heridas... -Alcé mi propia mano derecha al pronunciar aquellas palabras. -...puede ser la que te ahogue. -Maticé un segundo después, cubriendo su espalda con arena que surgía desde debajo de su cama, gracias a mi control sobre esta.

La marabunta tomó entonces la forma de diez afiladas estacas, que apuntaban directamente a su torso. A mi señal, todas se disiparon nuevamente en arena, regresando hasta mí. Lentamente se mezclaron entre mi ropa, formando aquella habitual armadura sobre mi piel.

-Le estaré esperando fuera, señor Nagisa. -Mientras hablaba me encaminaba nuevamente a la entrada de aquella habitación, que se abría antes de mi llegada con la acción de mi arena nuevamente, pues desde fuera formaba una mano que se encargaba de ello. -No me haga esperar. Si como dice no poseemos una razón para arrestarlo, no sea tan estúpido de proporcionárnosla. -Con aquella peculiar sentencia abandoné la estancia, con un rastro de arena tras de mí, y con un suave gesto nuevamente para cerrar su puerta.

Off:

Esperé la misma sutileza que habíamos empleado en la conversación por lo que el que emplease la palabra "necio" me sorprendió de mala manera, sentí caldearse el ambiente en el interior de la habitación y no hizo falta que me interrumpiese ya que le dejé decir todo lo que tuviese que decir. Mis ojos se dirigieron a la zona que ocultaba su capucha como intentando mirarle fijamente a los ojos, mi rostro cambió completamente de parecer y se volvió serio. Sentí en mi espalda el movimiento de aquellos granos de arena y cómo no ver la formación que apuntaba a mi torso de aquellos objetos puntiagudos. Todo aquello en principio me alertó, pensé en bajar de la camilla, tomar mi arma y plantar cara a aquella persona desconocida pero el que detuviese su acción me hizo no reaccionar.

Mi cabeza era un hervidero de preguntas, aunque quizás las más significativas fuesen claras "¿quién demonios es éste tipo? sé que tiene una akuma no mi por lo que es poderoso, ¿para qué necesitará mi ayuda?", lo que saqué de su conversación se podía resumir en una palabra, chantaje, aquel tipo quería utilizarme para algo y yo no sabía el qué. Cada vez que meditaba el tema tan sólo surgían preguntas y preguntas de mi mente, así que decidí no darle más rodeos de los necesarios a la cuestión.

Me levanté de la cama con cuidado y me sacudí la poca arena que quedase sobre mi piel, sin más detenimiento me puse la chaqueta y la gorra y además agarré mi fiel katana. Revisé que llevase todo lo necesario encima y me equipé con todo lo que llevé antes de llegar al médico. No sabía bien qué debía de hacer, quizás la mejor solución fuese salir por la ventana para no volverlo a ver jamás en la vida, pero aquel odioso encapuchado tenía razón, si decía ser quien era probablemente le pusiese recompensa por sus actos, además, si era tan fuerte como lo aparentaba quizá le siguiese el rastro y le atacase.

Estuve durante un minuto más en la habitación mirando hacia la ventana y hacia la puerta, la solución a mis preguntas sólo era una, comprobarlo. Caminé con tranquilidad hacia la puerta para abrirla con mi mano derecha, teniendo mi mano izquierda sobre la empuñadura de mi arma ya que aquel tipo me inspiraba de todo menos confianza y con la misma calma salí hacia el exterior cerrándola detrás de mí. No me paré a mirar si había alguien más en aquella habitación, tan sólo abandoné el local saliendo por la puerta para encontrarme con el hombre misterioso en el exterior.

"Cabe la posibilidad de que él sea un hombre débil y quisiera llevarme ante una emboscada puesto que si es un hombre de la ley su deber es arrestarme, no chantajearme, y lo más importante, ¿quién demonios es el Cipher Pol?" Volví a preguntarme chasqueando la lengua furioso. "Sé que mi padre me dijo antes de morir algo importante sobre ellos pero... No lo recuerdo..." Finalicé esperando las palabras de aquel tipo sin apartar la mano de la empuñadura.

Off:

ON:

-Te seré sincero. -Dije nada más aparecer aquel muchacho por la puerta, sentado en un pequeño banco ante él, con gran rotundidad en mis palabras. -Te seré sincero. -Comencé con calma, levantándome lentamente hasta quedar parado en frente de él, firme y decidido. -Soy una persona a la cual debes temer, vengo de una organización a la cual debes odiar, y trabajo para gente de la cual debes huir. -Tras decir aquello descubrí mi rostro, por ahora íbamos a colaborar y aquella era una buena forma de conseguir su atención. -Pero a día de hoy,  en este preciso momento, no soy tu enemigo. -Acto seguido le tendí la mano con una amigable sonrisa, esperando que aceptara el gesto. Mis ojos dorados reflejaban sinceridad, aunque era un espía, un asesino del gobierno, llevaba toda la vida fingiendo cosas y era difícil hasta para mi

Sin embargo, antes de que siquiera pudiera pensar su respuesta, un estruendo sacudió todo el recinto en el cual nos encontrábamos.

Usando mi Kenbunshoku Haki rápidamente supe lo que sucedía a casi cien metros de allí.

-Es él. -Mi rostro cambió de amigable a enfadado en un instante, retirándole la mano y cubriendo de nuevo mi cabeza con la túnica. -Prepárese. -Dije a mi nuevo compañero, del cual aún no conocía sus intenciones reales ni si su lealtad sería la suficiente para llevar a cabo la misión. -El tipo del bar no era alguien de interés en nuestra investigación, cuando lo detuve al salir pude ver rápidamente que no se trataba del sujeto al que busco, al que llevo siguiendo una semana. Ya había sentido su presencia y aunque se parecían, no era la misma. -Hablando sobre "presencias" podría parecer un loco ante cualquiera que no supiera de los hakis, pero daba por supuesto que el muchacho era conocedor de estos, así fuera al menos solo de oído, si no poseedor.

Un fuerte temblor se escuchó, algo se escuchaba con fuerza, como si las piedras de un lugar cercano fueran destrozándose poco a poco.

-¡Aquí está! -Dije saltando hacia atrás, protegiéndonos a ambos con la arena que llevaba encima. En ese instante, dos pequeñas bombas salieron de bajo tierra, al tiempo que una siniestra sonrisa comenzó a escucharse. Pronto todo se calmó, había desaparecido dejando solo dos agujeros en el suelo, varias marcas de explosión en las paredes y muchas preguntas en el aire.

Off2:

En cuanto aquel hombre se dirigió hacia a mí para hablarme directamente recordé las palabras de mi padre, un capitán de la marina. Se me vino a la mente un flahsback de uno de los entrenamientos que me realizó en el uso de la espada, me dijo que debía de tener gran cuidado con ellos. Su sinceridad acerca de quién era me llamó bastante la atención, más aún lo fue su forma de expresarse, sin embargo, decidí no confiar en aquel hombre por mucho que me enseñase su rostro, me tendió la mano y quise responder a sus palabras, le iba a negar la mano, pero, la llegada de una persona ajena me alarmó. Había sido un poseedor de haki por lo que sabía de qué se trataba.

Supe que aquella misión, en la que me había visto envuelto, no tenía nada que ver conmigo, aun así decidí ayudarle.

-Te ayudaré a cambio de que me instruyas en haki, olvidé cómo se usaba.-

Le dije antes de que él nos cubriese del fuerte ataque de aquella criatura, entonces desenfundé con rapidez mi katana y la tomé con ambas manos dejando como mano superior mi derecha, adopté una postura de guardia alta en kendo y me quise preparar para lo peor.

-Prepárate para sufrir, asqueroso hijo de puta...-

Insulté al enemigo escupiendo a un lado, echándole todas las culpas de que aquel Cipher Pol lo hubiese despertado cuando se estaba recuperando.

-¿Qué has dicho humano de mierda?-

Me respondió el enemigo allí en pie, se trataba de un... ¿Topo con taladros en los antebrazos? Sospeché que aquella noche me había fumado algo demasiado fuerte, todo aquello perdía el sentido por completo.

-...Añade una botella de sake al trato...-

Susurré en voz baja antes de que el malhumorado topo me lanzase un fuerte ataque con uno de sus taladros en marcha, lo desvié empleando el impulso de mi cuerpo hacia el frente y retrocedí dando un fuerte salto hacia atrás, aquel enemigo resultaba complicado, podría hacerme una gran cantidad de daño en la katana si trataba de bloquear uno de sus ataques directamente.

-Tsh...-

Chasqueé la lengua con fuerza y pensé en un plan, entonces supe que no bastaría con un simple ataque para derribarlo, no quería sacar a relucir mi akuma no mi tan pronto y menos con un Cipher Pol cerca mía. No tuve mucho tiempo para pensar ya que el topo de nuevo se lanzó contra mí, interpuso ambos taladros entre él y yo rompiendo el suelo a su paso, yo, en cambio, me preparé para esquivar su ataque dando otro salto hacia atrás si fuese necesario.

Off: Meh, se suponía que el topo se había ido ya xd En fin, me adapto.

On:

-Qué aburrido. -Dije con una sonrisa, saltando y manteniéndome en el aire salto tras salto, juntando las manos para hacer que la propia piedra que el topo destrozaba y transformaba en arena se amontonara sobre él. -Los dos sois demasiado simples. -Maticé acto seguido, alzando mi mano derecha y cerrándola con fuerza. -Sabaku no kyu. -El sarcófago del desierto compactaba la arena con gran fuerza mientras el objetivo aún se encontraba en ella, logrando una presión capaz de pulverizar rocas, o en el caso del adversario que ahora estaba ante nosotros, destrozar huesos y apéndices mecánicos.

-No se te ocurra confiarte. -Dije al que ahora era una especie de compañero. -Sólo ha sido el primero en llegar. -Un fuerte temblor de tierra presagiaba lo peor. Otros nueve individuos con las mismas habilidades y equipo se acercaban. La situación se volvía interesante. -Te explicaré después lo que ocurre... Si sobrevives. -Terminé diciendo antes de salir de allí saltando por el aire, mientras del suelo surgían 9 topos mecanizados con pinta de pocos amigos.

-¿Ni se me ocurra qu...?-

Dijo contemplando el como su "aliado" daba un fuerte salto hacia atrás para así notar un fuerte temblor bajo sus pies, el suelo se abrió cual puerta y entonces Kaworu cedió hacia el interior de aquel gran hueco. Gracias a su destreza logró esquivar por un pequeño hueco a los topos que salían de su escondrijo y se colocó en la parte inferior de los mismos, justo dentro del túnel, los topos en cambio se confiaron creyendo que habían matado a su objetivo y se aventuraron a salir del hoyo.

-¿Alguien ha visto a un humano...?

Rió el primero siendo acompañado de una carcajada del segundo y del tercero...

-Aquí queda otro, ¿deberíamos triturarlo también o quizás deberíamos com...?

Una voz se escuchó desde el interior de aquel túnel, fue una voz que hizo eco en todo su interior y fue casi un susurro, sin embargo aquella voz de débil poder no conocida por aquellos topos fue suficiente para interrumpirles.

-Flash light...

Kaworu enfundó con calma su katana y cerró los ojos para así concentrarse, inspiró una gran cantidad de aire y luego la expiró de golpe sacando una gran velocidad de impulso, una vez estuvo cerca de sus oponentes decidió desenfundar con gran habilidad y lanzar un potente tajo a las cinco criaturas más cercanas, abriéndose paso hacia donde estaba su aliado. Llegó como si se tratase del destello de una luz y enfundó la katana a su izquierda quedando a espaldas de sus enemigos.

-No deberíais darle la espalda a un enemigo fuerte...

Susurró en voz baja Kaworu para tras ello mostrar una leve sonrisa y entonces los cinco cuerpos que estaban a su espalda cedieron y cayeron de bruces al suelo revelando un muy profundo corte en horizontal en la espalda de todos muy profundo.

-Maldito hijo de puta...

Susurró uno de los topos volviendo a hacer girar con mucha rapidez sus taladros avanzando a paso muy ligero hacia aquellos dos hombres.

-¡No, Khort...!

Advirtió su amigo esperándose lo peor tras ver lo que aquellos dos hombres habían hecho con los demás aliados.