Empezamos bien... O no. [Privado] [Hank Murphy y Tobías Thorn]

El tiempo era como siempre caluroso y algo agobiante, el asesino se encontraba andando de nuevo por aquellas calles donde había conocido a su amigo Kiogre. La gente circulaba fluidamente por la calzada y algunas personas se quedaban mirándolo como si les sonase de algo. Hank, algo acalorado, se acercó hasta un puesto de bebidas y pidió un refresco bien frío. Se sentó en un banco de piedra cercano que estaba a la sombra y disfrutó de aquella bebida. "Maldita sea... ¿Qué haré otra vez aquí?" pensó el cazador. Mientras el divagaba en sus pensamientos unos hombres fueron a hablar con él. Vestían con unas chilabas blancas con líneas azules verticales y unas sandalias. Ambos tenían el pelo moreno y corto y llevaban unas barbas bastante largas.

- ¿Oye, tú eres Murphy, Hank Murphy?
- Exacto, ¿habéis oído habar de mí?
- Pues claro, tu eres Super Loco Murphy, aquel tipo que andaba con un miembro del Cipher Pol por aquí.
- Bueno, ¿y qué queréis, un autógrafo?
- No señor, solo veníamos a saber si era de verdad usted. Después de lo de la última vez cierta persona lo está buscando.
- Pues decidle a ese tipo que aquí estoy si quiere encontrarme.

Aquellos hombres hicieron un gesto para despedirse de Murphy y se fueron mientras susurraban algo y lo miraban de reojo. “Ahhh, estos fans. Murphy, te estás haciendo famoso, pronto podrás tener tu programa de radio” pensó para sí mismo. Volvió a darle otro sorbo a aquel refresco burbujeante que le acariciaba y refrescaba el gaznate. Cuando lo terminó aplastó la lata con las manos e intentó colarla en una papelera cercana. Dio en el borde y cayó fuera. Super Loco suspiró y se levantó con algo de vagancia. Se dirigió hasta la lata, la agarró y la tiró dentro de la papelera. “Esto me pasa por no estirar.”

Aquel tiempo le encantaba,càlido y seco, allí estaba Tobías deleitándose con varias dagas de un puesto del mercado principal cuando recordó que había quedado con aquel extraño hombre que conoció la tarde anterior.La verdad es que no estaba seguro de porqué iba a su encuentro, pero a su cuervo le caía bien y eso a veces le bastaba.

De camino allí se fijó que dos hombres con chilabas blancas y líneas azules le miraban y cuchicheaban entre ellos, pensó en acercarse y preguntarles que les pasaba, pero veía a lo lejos al hombre con el que había quedado y no quería hacerlo esperar mas puesto que tenía pinta de exasperarse con facilidad asique sin más preámbulos me acerqué.

-Buenas Hank,aquí estoy como acordamos.¿Qué es eso que me querías contar?.

Aquellos tipos ya se habían marchado y Murphy miraba a los lados de la calle como si buscase algo. Entonces pudo ver como se acercaba un chico de cabellos negros. Era el mismo que se había encontrado la tarde anterior, al parecer estaba interesado en atrapar a algún criminal y a Murphy nunca le importa ir acompañado. El asesino había olvidado completamente que habían quedado y por supuesto no esperaba volver a verlo así que le hizo una señal para que se sentaran en el banco. Miraba al chico de arriba abajo, pese a que lo había visto antes su aspecto le resultaba extraño y sentía curiosidad por él.

- Hola, chico. Cuánto tiempo, ¿no? Me alegra volver a verte de una pieza, veo que las calles de esta ciudad no son tan peligrosas como decían. Jajajajaja. Por favor, siéntate. Charlemos un poco, apenas te conozco. Dime, ¿a qué te dedicas? ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Y tus ambiciones?

Murphy preguntaba de forma muy seguida y apenas estaba terminando de formular una pregunta cuando ya estaba soltando otra por la boca. Casi parecía que se pisasen y a veces se le trababa la lengua. El cazador no dejaba de mirar al chico directamente a los ojos sin apenas parpadear, dando un poco de grima. Una vez terminó de preguntar se quedaría en silencio, mirándolo pensativo para escuchar adecuadamente sus respuestas y grabarlas en su cerebro.

Ahí estaba ese cazador,un hombre bastante peculiar,llevaba las mismas ropas y tenía un "algo" en la mirada que lo hacía amenazador. No sabía si le podría ayudar,pero tenía pinta de ser un luchador competente y le hacía falta, porque se proponía a dar caza a un criminal de la zona. Ví que me hacía señas para que me sentase a su lado... cuando sin darme tiempo a pestañear y con una cara un tanto extraña empezó a preguntarme atropelladamente:

- Hola, chico. Cuánto tiempo,¿no? Me alegra volver a verte de una pieza, veo que las calles de esta ciudad no son tan peligrosas como decían. Jajajaja. Porfavor, siéntate. Charlemos un poco, apenas te conozco. Dime, ¿a qué te dedicas?¿Cuáles son tus ambiciones?¿Y tus aficiones?.

Chico???Fue lo primero que pensé,no podía creer que ni siquiera se acordase de mi nombre. Esto iba a ser mas tedioso de lo que esperaba.
Primero me senté para que la conversación pudiese ser en un tono más relajado, porque no hacía falta llamar más la atención de lo necesario,nunca se sabía quien podría estar escuchando. Asique sin más dilación le dije:

-Quizás las calles no son tan peligrosas para quien no busca problemas, Hanks. Y como ya te dije,lo que busco es a un criminal que lleva dando guerra a los mercaderes del alrededor con pequeños hurtos por la ciudad, y puesto que decías que conocías los alrededores, aquí estoy. Por si me podías hechar una mano. Y sobre mis ambiciones...ya veremos, todavía soy joven.

Esto último lo dije con una sonrisa en la boca, no lo pude evitar. Ahora sólo esperaba que su acompañante no diese más problemas que beneficio pensé.

Murphy escuchó en silencio cada palabra que dijo aquel chico, entonces recordó su nombre; Tobías se hacía llamar. Hablaba sobre la peligrosidad de las calles, pero desde luego no era algo muy importante tratándose de Alubarna. Si se armaba una gorda aparecerían cientos de Marines, pero también era posible que aquel tipo intentase pasar desapercibido. En cuanto a sus ambiciones… No las dejó claras, se escudó en que era demasiado joven pero una sonrisa lo delataba. Aquel halo de misterio que rodeaba lo que aquel tipo buscaba tendría que dilucidarse con tiempo.

Hank soltó un suspiro y cerró los ojos mientras se cruzaba de brazos. Estaba intentando recordar algo que había escuchado. Era acerca de ese tipo que estaba buscando Tobías, era ya algo conocido y se hablaba de él. Entonces el asesino recordó aquello que había oído, pero no sabía si eso sería algo que agradase al muchacho. Abrió los ojos y volvió a mirar al chico con una mirada seria y voz calmada.

- Verás Tobías, aquel tipo al que buscas… Lo encontré no hace mucho, pero le sigo la pista porque dicen que está relacionado con otro criminal mucho más importante. Se dice que es el pequeño aprendiz de un gran ladrón que en su momento llegó a robar un banco entero sin que nadie se diese cuenta. Sin duda es un tipo peligroso y un gran escapista, así que necesito que de momento no atrapemos a ese criminal hasta atrapar a su mentor. Si te parece bien, acompáñame. Ahora mismo iré a seguir a ese tipo, presiento que hoy se reunirá con su maestro.

Diese la respuesta que diese Murphy se levantaría y caminaría por la calle entre la gente intentando destacar lo menos aunque con su mono azul desentonaba bastante. Llegaría hasta un puesto de comida donde se sentaría y pediría algo para vigilar desde allí esa zona de la calle.

Tobías se puso un segundo serio, no le disgustaba la información, puesto que detener al jefe o incluso a los dos le ayudaría a ir creciendo en su facción, aunque todavía no sabía que planes tenía Hank para ellos. Estaba cavilando todavía sobre el tema y me disponía a responder cuando Hank sin más preámbulos se levantó y empezó a andar.

-Joder, el muy cabrito ni me espera. pensé, entonces sin más dilación comencé a andar detrás de él. No creía que pudiésemos pasar mucho tiempo desapercibido en un lugar en el que desentonábamos más que un tomate en una cesta de peras. Al poco rato llegamos a un puesto de comida y nos sentamos a esperar y aproveché la pausa para preguntarle a mi compañero:

-Entonces Hank, dime que más sabes de este maestro suyo, aparte de ser un buen ladrón.¿Sabes su nombre o aspecto? y dime, tienes pensado algo especial para ellos o pretendes improvisar sobre la marcha. Me gustaría que me dieses toda la información que dispongas de ellos, eso me ayudaría a ir creando un plan, o ¿Tienes algo en mente que todavía no has compartido conmigo?. Hank tenía pinta de ser el típico hombre impulsivo, y no sabía hasta que punto planeaba un trabajo, tenía una pizca de locura que me gustaba y a la vez me preocupaba, si el ladrón era tan buen escapista no se iba a dejar atrapar así como así, tendríamos que sorprenderle.

No sabía si quiera si me había escuchado, parecía estar perdido  dentro de su mente, comía lo que había pedido como un autómata y casi ni pestañeaba, aunque había un gran atisbo de inteligencia detrás de aquella extraña mirada, una vez más su compañero lo tenía intrigado con su forma de ser, por no mencionar su atuendo que para pasar desapercibido iba a ser complicado.
Entonces escuché un graznido cercano, para mí ese sonido era como el buenos días de cada mañana,era su fiel compañero Croc, su cuervo. Le hice señas para que se estuviese quieto ahí hasta que volviese a necesitarlo.
Ya solo quedaba esperar.

El asesino comía pacientemente un jugoso pincho de tortilla, la verdad es que estaba demasiado bueno y el santo se le fue al cielo por unos instantes. De pronto el chico empezó a preguntarle algunas cosas, pero estaba comiendo y hablar con la boca llena era de mala educación. Una vez hubo terminado de tragar se giró hacia el chico para responder a sus inquietudes.

- Verás mi joven amigo… El plan ya está listo, estoy esperando a que ese al que buscas aparezca, entonces saldré y me pasearé junto a él. Suele robar a extranjeros con mucha pasta y yo… Tengo mucha. Jajajajaja. Ahí es donde entras tú, cuando me deje robar esta bolsa tú solo tienes que seguirlo hasta mi objetivo, que es su maestro. Mientras tanto yo trataré de seguiros, no creo que sea demasiado difícil. En cuanto a la apariencia… El hombre al que busco tiene el pelo rojo y corto, una cicatriz que atraviesa desde su mejilla hasta la barbilla pasando por la boca y los ojos de color verde. Pero será algo difícil que lo reconozcas. Siempre va tapado con una capucha de color marrón oscuro y nunca deja su cara al descubierto. Medirá sobre 1’75 y 1’80 y es bastante delgado. Esto todo cuanto sé y creo que será suficiente, en cuanto al hombre que tienes que atrapar…

Murphy dejó de hablar de repente y se puso a mirar hacia todos lados, algo no le olía bien. Entonces pudo observar que no había guardado la bolsa y que la había dejado a la vista. Algunos billetes se veían asomar por la parte superior lo que hacía que fuese el núcleo de miradas avariciosas. Cogió la bolsa y se la colgó de la cintura. Dio un suspiro y prosiguió a hablar con su nuevo compañero.

- Parece que la carnada huele demasiado. Espero que no nos metamos en problemas mayores. En cuanto a tu objetivo, pues… Ahí está.

El cazador volvió a parar en seco la conversación y lo último lo dijo casi susurrando, para que no lo escuchara. Entonces llamó al tendero y le pagó lo que había comido. Se levantó y fue andando por la multitud chocándose con algunos viandantes. Se comportaba como un borracho e iba diciendo algo sobre la herencia de su tío, que estaba en la bolsa que llevaba. Pronto el objetivo picó el anzuelo y comenzó a acercarse sigilosamente hacia el asesino.

Tobías miraba como comía Hank, a él se le cerraba el estomago antes de un trabajo. Su compañero describió físicamente al la persona que andaba buscando y almacenó cada detalle de lo que su compañero le dijo. El plan era sencillo y claro.

Su objetivo sin embargo era completamente distinto, tiene el pelo largo y rubio,con los ojos verdes y con una complexión similar a la del hombre que mi compañero describía. El típico guaperas que te distrae con su sonrisa mientras hurga en tus bolsillos, cuando de repente la actitud de su compañero cambió, antes de que susurrase de que nuestro objetivo estababa cerca, Tobías ya había empezado a escudriñar en busca de su objetivo, mientras su nuevo amigo había empezado a andar dando tumbos mientras daba gritos acerca de una fortuna que había heredado,comenzaba la persecución.

De repente vió como alguien con una gabardina marrón arena y la capucha puesta se acercaba hacia Hanks, parecía mirar fijamente su cintura, que ahora le gritaba obscenidades a unas chicas que pasaban por su lado,y observé en que miraba el sospechoso y ví la gran bolsa que colgaba a la cintura de mi compañero. -Maldito bribón,ese cebo atraería a la mitad de los rateros de la zona. pensé para mí, pero aunque Hank era un poco peculiar me fiaba de él y si decía que este pequeño ladrón de tres al cuarto nos llevaría hasta alguien más importante me lo creía. Asique sin más dilación me dispuse a seguirles.

Al cabo de unos metros de doble seguimiento el sospechoso al fin se decidió a actuar y robar a Hank, y eso que este se lo llevaba poniendo en bandeja desde que salimos, incluso temí que algún otro se le adelantase. Después de robarle la bolsa se desvió hacia un callejón que pasaba por mi lado,y le pude ver la cara, sin duda era a quien yo venía a buscar, en ese momento hubiese sido muy fácil arrestar a ese ladrón y terminar lo que vine a hacer, pero ya sólo podía pensar en lo que me había dicho mi compañero, que este es sólo un entrante y que faltaba por descubrir el plato principal asique me dispuse a seguirlo,le dí 5 segundos y me marché detrás de él, seguro que Hank se apañaba en seguirlos, tenía pinta de valerse solo y yo me tenía que ocupar de mi parte del plan.

Después de caminar por varios callejones y cruzar un parque porfin el ladrón empezó a relajarse,incluso se quitó la capucha y se compró una manzana en un puesto. Ya un poco más adelante entró en un local bastante simple, era una pequeña taberna, el ladrón había quedado con su jefe ahí o simplemente iba a empezar a pulirse el dinero de mi compañero. Empecé a esperar a mi compañero y comencé a temer que se hubiese distraído del todo y no llegase a el lugar donde se encontraba, lo esperaría durante unos minutos y luego ya vería que hacía, pero -¡Joder! No sé si debería haberlo atrapado cuando tuve la oportunidad, o si ese maldito antro tiene puerta trasera y el muy maldito se escapa, sino llega pronto entraré solo.no pudo evitar decir en voz alta.

Murphy esperaba a que aquel tipo picase y en efecto, notó un suave tirón en la cintura y vio como el objetivo se marchaba con una capucha de color marrón. Como cabía de esperar su compañero lo siguió y ahora era el turno de Murphy de seguirlos, pero para ello la actuación debía de acabar.

- ¡Aaaaaaahhhh! ¡La herencia de mi tío! ¡No está! ¡Le daré la mitad a quien la encuentre, son 20.000.000 de berries!

De repente toda la multitud empezó a buscar por los suelos y por todas partes, incluso hubo algún altercado. Murphy aprovechó la situación para abandonar el lugar y seguir a Tobías por un callejón no muy lejos de donde estaba. Pronto pudo ver a su compañero y a su objetivo, observándolos de lejos. En ese momento aquel hombre rubio entró en una taberna. Esa era una taberna que Murphy conocía, hacía tiempo que la frecuentaba pero últimamente no pasaba mucho por allí. El asesino vio cómo su compañero esperaba vigilando la puerta principal así que Murphy no se lo pensó dos veces y se apresuró a ir hasta la parte trasera de la posada. Se le había ocurrido un plan y era perfecto para esa situación. Hank ya lo había utilizado antes con su amigo Kiogre y la verdad es que dio buen resultado. “Espera ahí compañero, pronto saldrán las ratas que debemos atrapar”.

Murphy entró por la puerta trasera de la posada, saludó al cocinero, que era amigo suyo y le explicó brevemente la situación. Siguió adentrándose en la posada hasta llegar al comedor y pudo ver como el hombre que le había robado la bolsa se la enseñaba a su objetivo principal. Ray Jones, el tipo que robó un banco a plena luz sin que nadie se diese cuenta, se hallaba hablando con el otro tipo al que habían perseguido. Ya iba siendo hora de retomar el espectáculo, lo cierto es que al cazador le encantaba ser el centro de atención.

- ¡Corred! ¡Que viene un almirante! ¡Corred insensatos!

Dentro de la taberna se armó un gran revuelo y varios tipos corrían asustadizos hacia todas partes. Sin embargo sus objetivos ni se inmutaron, seguían sentados hablando con toda la calma del mundo. De pronto media taberna se había vaciado y dentro solo quedaban prácticamente Murphy, el cocinero, el camarero y aquellos tipos sentados en la mesa. En ese momento el hombre encapuchado con la cicatriz en la cara se puso en pie y lanzó una bomba de humo. Media estancia se cubrió de humo y Hank se llevó el mono a la boca y la nariz instintivamente. No podía verlo bien, pero probablemente aquellos hombres pretendían salir por la puerta principal que vigilaba Tobías así que el asesino se apresuró a salir por la puerta y allí los encontró. Estaban de pie y parados viéndose atrapados por ambos lados. Murphy sonrió y con una mirada malévola vigilaba a su objetivo.

- Ya no tienes escapatoria Ray. Pienso atraparte y entregarte, si no quieres un par de mamporros lo mejor será que te rindas. El otro te lo dejo a ti Tobías, también tiene una buena recompensa por su cabeza.

A Tobías los segundos que pasaban le parecían horas y al final decidió acercarse a la taberna cuando a escasos metros de la puerta escuchó una voz enloquecida a la par que atronadora que ya le era familiar y gritaba.-¡Corred!¡Que viene un almirante!¡Corred insedsatos! y en pocos segundos distintos personajes de distinta índole salieron por patas del local.Ya entendía el plan del cazador, poco ortodoxo pero estaba siendo efectivo que era lo importante.

Una humareda blanquecina me dió el pie que necesitaba. El típico numerito de escapista pensé. Me planté a tres metros de la puerta preparando tres de mis cuchillos en una mano y preparando el mecanismo de mi daga de la otra y en un instante aperecieron ante mí el sospechoso que buscab y al hombre que había descrito Murphy, no había duda de que eran ellos, el rubito y aquel pelirrojo con esa enorme cicatriz, él estaba sorprendido pero no asustado y antes de poder decir nada apareció Hank y les dijo:

- Ya no tienes escapatoria Ray. Pienso atraparte y entregarte, si no quieres un par de mamporros lo mejor será que te rindas. El otro te lo dejo a ti Tobías, también tiene una buena recompensa por su cabeza.
A loque respondí: -Como quieras compañero,que comience el baile. Y sin mas preámbulos lancé uno de mis cuchillos clavándolo escasos centímetros del pie del rubio que ya intentaba moverse, y le dije con el tono más amenazador que podía usar.

Si te mueves un centímetro más, el siguiente te hará un tercer agujero en la nariz. Al rubiales se le cambió el rostro y no pareció agradarle la idea, pero en vez de estarse quieto como esperaba se abalanzó sobre mí cargando con el hombro, me pilló un poco desprevenido pero los reflejos que había adquirido en su juventud le ayudaron a esquivar parcialmente la embestida,la cual solo le dió de lado y lo desequilibró lo suficiente como para que perdiera los dos cuchillos que le quedaban en la mano,menos mal que le quedaban dos más ocultos en sus bolsillitos interiores. El rubiales hechó a correr dejandonos a los tres atrás y Tobías sin pensarlo más veces hechó a correr tras él, Hank se ocuparía del pelirrojo.

Tras una pequeña carrera consiguió acorralarlo en un callejón sin salida lanzándole uno de sus últimos cuchillos, para al fin acabar frente a frente, podría haber sacado la cerbatana y lanzarle uno de sus dardos, pero lo había ridiculizado delante del viejo cazador y aunque le costase admitirlo quería impresionarlo, asique sin más contemplaciones me abalancé sobre él preguntándome como le iría a su compañero Hank con el pelirrojo, esperaba que pudiese con él.

Tan pronto como salieron comenzó la batalla. El rubio y el moreno salieron hacia otro lado, el uno persiguiendo al otro. Pronto se quedaron el asesino y el ladrón pelirrojo frente a frente y a solas. La calle se había despejado y solo algunas miradas indiscretas los observaban desde las ventanas de los edificios. El pelirrojo esbozó una sonrisa y miraba a Hank con cara de loco.

- ¡Je! Pensaba en deshacerme de mi pupilo antes de enfrentarme a ti pero veo que no ha podido ser. Te andaba buscando, señor Murphy. No hace mucho atrapaste a un compañero mío y he venido aquí a cobrar venganza.

Murphy estaba algo sorprendido y su sangre hervía dentro de sus venas. El asesino dibujó otra sonrisa en su cara mientras echaba mano a sus dos puñales suavemente.

- Esto es genial. Ambos nos buscábamos y nos hemos encontrado. Solo quiero que sepas que siento lo de tu compañero, pero… Yo no dejo que los criminales escapen ante mí.

Tras decir esas palabras lanzó su puñal hacia el pelirrojo el cual lo esquivó sin problemas y el puñal acabó clavándose en una puerta de madera que había detrás. Murphy corrió hacia él con el puñal en la mano intentando embestirle y apuñalarlo, pero el pelirrojo era demasiado rápido y solo logró rasgarle la capa que llevaba. El asesino siguió corriendo y recogió el puñal que se había clavado. Sacó la lengua y chupó el cuchillo en un acto chulesco, pero se dio un pequeño corte ante lo que se quejaba el asesino. Era el turno de Ray así que se quitó la capa dejando ver su cabeza por completo. Sacó unas pequeñas dagas e intentó trinchar al pobre Murphy como si fuese un pavo. En ese momento el asesino fijó su mirada sobre el ladrón esbozando una cara seria, preparó un escupitajo y escupió la sangre del corte de su lengua directo a los ojos del pelirrojo. Esto lo cegó durante unos segundos, lo suficiente como para que el asesino clavase sus puñales en las manos de su oponente haciéndole soltar las dagas y le embistió para derribarlo. Una vez en el suelo le dio un golpe en la cabeza para intentar dejarlo inconsciente pero no surtió demasiado efecto y el pelirrojo le clavó uno de los puñales a Murphy en el muslo haciendo que este soltase un grito de dolor. Tras eso el asesino, enfurecido, dio un golpe fatal al ladrón en plena cara lo que hizo que sangrase por la nariz y se quedase atontado. “Maldita sea, ya no irás a ninguna parte. Espero que a Tobías le vaya bien”.

Murphy se puso de pie como pudo cojeando hasta una pared cercana y cojeó hasta la taberna donde pidió unas vendas y un poco de alcohol para limpiar la herida. Los primeros auxilios fueron más que suficientes puesto que la herida no era muy grave pero le iba a costar andar. Sacó su Den Den Mushi y llamó al puesto Marine más cercano para que fuesen a recoger a aquel tipo. Su precio estaba valorado en 60.000.000 millones y quería entregarlo a toda costa. Salió fuera con una cuerda que le había prestado su amigo el cocinero y con ayuda de este amordazaron y metieron al criminal dentro. “Espero que Tobías venga con su objetivo, ese chico me preocupa, espero que esté bien.”

Tobías se había lanzado hacia el rubio sin pausa, no quería darle tiempo a reaccior y activó el mecanismo de su daga y lanzó una puñalada directa a uno de sus costados, pero su agresor estaba más preparado de lo que creía y hizo una finta con un giro y le golpeó en uno de los omoplatos haciendole perder la ventaja del primer ataque y dejándole  entumecidos algunos músculos.

-El muy mamón, ya me parecía que estaba siendo demasiado fáci para el precio que tiene su cabeza. Ahora tiene vía libre a sus espaldas y no quiero que escape. pensó mientras recuperaba la postura de combate y pensaba en una manera de que no huyese, y se acordó de como actuó cuando lo amenazó con hacerle una marca no muy bonita en su cara.

-Tú, adefesio con patas, nosé como puedes tener una recompesa de 12.000.000 con esa cara. No le robarías ni a las ancianitas del lugar. No era nada inteligente ni sutil, pero no tenía tiempo de pensar en nada más y aunque le costase admitirlo todavía estaba entumecido por el golpe anterior, además por lo que veía su contrincante sólo luchaba con las manos y a él todavía le quedaba un cuchillo escondido, sólo tenía que hacer que él viniese primero.

-¿Que pasa contigo "muchachita"? ¿Eres tan cobarde que te tengo que dar la espalda para que vuelvas corriendo con tu amo?. Y el muy estúpido picó, sin parar a pensar siquiera y con una cara de loco, se abalanzó sobre Tobías gritando algo sobre su madre, pero que él no escuchó puesto que sacó el cuchillo que le quedaba y cuando el adversario estaba a dos metros le lanzó el cuchillo en la pierna de apoyo, que lo hizo trastabillar hacia Tobías, momento que este aprovechó para dar dos largos pasos y golpear al muy maldito en el cogote haciéndolo desplomarse en el suelo, no lo había dejado insconsciente pero eso valió para dejarlo trastocado unos segundos más, como no tenía nada para maniatarlo en ese momento no le quedó más remedio que terminarlo de dejarlo inconsciente asique lo volvió a golpear aunque que el enemigo ya estaba vencido y casi no había necesidad pero no podía permitirse el lujo de que escapase. Busco en un par de casas más allá y vió unas cuerdas de tender la ropa en una ventana, las cogió y se dispuso a maniatar al ladrón.

-Mañana tendré un buen moratón donde me golpeaste maldito. le dijo al ladrón ya atado y insconciente. -Y bien, ya solo queda reencontrarme con Hank, buscar a Croc y ir a recoger la recompensa. Sólo espero que ese viejo cazador esté bien y tu jefe no le haya dado muchos problemas, mierdecilla. sigió diciendole a su acompañante desmayado.

Los marines estaban de camino y Murphy estaba sentado tomando un refresco mientras esperaba a que llegase la patrulla en busca de su presa. Era un refresco de extracto de pomelos acuáticos, sin duda un refresco extraño que encantaba al cazador. Tenía un sabor suave y consistente, además de su gran cantidad de gas. Hank ya se estaba cansando de esperar cuando empezó a llegar gente. El primero fue Tobías, su compañero, que venía con su propio objetivo, al menos el chico parecía estar entero.

- ¡Oh! Compañero, veo que te las has arreglado bien solo. ¡Felicidades! Una patrulla está de camino y podremos entregar a estos tipos.

Super Loco alzaba su vaso en señal de celebración y después se deleitó con un sorbo de esa bebida. Al poco tiempo entró por la puerta una pareja de marines que venían con un par de bolsas llenas de berries. Le lanzaron las dos bolsas a Tobías pagándole su respectiva recompensa.

- Gracias señor Marine, ha sido un placer, como siempre. Todo ese dinero es tuyo Tobías. Les he dicho a los Marines que los has atrapado tú, eso hará que subas de rango y así te llevas un bonito recuerdo de mi.

Murphy esbozó una sonrisa y procedió a levantarse poco a poco. La herida seguía doliéndole e iba a tener que ir a un médico para que se la mirase. Así que se levantó y caminó hasta la puerta cojeando, rumbo al hospital más cercano.

- Bueno chaval, nos vemos. Espero que podamos volver a vernos en otra ocasión.

Tobías llevaba su presa cargada al hombro, el tío no es que fuese grande pero estaba fuerte y era un peso muerto y todavía le dolía el golpe que le había dado, pero la incertidumbre de que había pasado con su compañero más las ganas de entregar al maleante le hicieron apresurarse hacia el lugar donde debería estar Hank.

Ahí estaba el muy maldito, con una sonrisa y bebiendo deuna gran jarra de algo que parecía que le encantaba. Al ver a Tobías hacercarse con su victima alzó voz diciendo:
- ¡Oh! Compañero, veo que te las has arreglado bien solo. ¡Felicidades! Una patrulla está de camino y podremos entregar a estos tipos. Mientras alzaba su copa y le daba un gran sorbo.

La verdad es que Tobías estaba exhausto después de la caminata con su presa a hombros, lo soltó sin mas preambulos en el suelo y pidió una bebida igual que la  de su compañero. Todavía no había bebido cuando llegaron los marines con nuestra recompensa -Por lo menos podré descansar en una cama blandita esta noche. pensó Tobía nada más verlos, y estos lanzaron las dos bolsas a Tobías. -¿Qué?. fueron las unas palabras que pudo decir, y antes de poder replicar, su compañero dijo: - Gracias señor Marine, ha sido un placer, como siempre. Todo ese dinero es tuyo Tobías. Les he dicho a los Marines que los has atrapado tú, eso hará que subas de rango y así te llevas un bonito recuerdo de mi. Tobías se quedó sin habla, casi nadie había hecho algo por él y esta muestra de amistad tan espontánea y repentina lo dejó descolocado. Mientras su compañero se iba le dedicó unas buenas palabras de despedida y Tobías sólo pudo farfullar: -No lo dudes amigo, este favor no caerá en el olvido.

Tras unos segundos cogí la jarra de esa bebida que tanto le gustaba a Murphy. -Esta va por tí campeón. Gritó mientras se la bebía de un gran trago.