[Maestro-Alumno] Entrenando en el cuartel [Privado Tobias Thorn]

Andaba con paso enérgico mientras disfrutaba del calor de los rayos del sol, me sentía como si estuviese haciendo la fotosíntesis y esa luz me estuviese dando energía. Había llegado al cuartel de la marina en el North Blue para encontrarme con el capitán de la nueva banda a la que me había unido. No hacía mucho que era un miembro oficial de los lobos carmesís y estaba deseoso de poder conocer mejor al hombre que ahora era mi superior y compañero. En verdad había tratado poco con él, mi reclutamiento fue a través de su segundo Gusi, aunque todo lo que había oído del capitán eran elogios hacia su persona aunque también era cierto que decían que era duro, pero eso me parecía una cualidad necesaria para un buen liderazgo y aún con el poco trato que había tenido con él ya sabía que era una persona admirable.

El motivo de mi visita no era sólo social, también había venido para entrenar con él. Mi experiencia cómo agente me había enseñado que los mares estaban llenos de gente peligrosa con unas habilidades asombrosas y no todas las usaban para hacer el bien. Eso fue lo que me hizo hacerle la petición al capitán, puesto que él era un hombre curtido en muchas batallas con unas cualidades innatas para ésta y por suerte me iba a enseñar.

Había quedado con él en el patio de entrenamiento del cuartel, por ese motivo había decidido no llevar mi atuendo habitual si no ir vestido con una camiseta de tirantes de color azul marino y un pantalón de chándal negro, incluso me recogí el pelo en una coleta que era algo que nunca hacía mientras que mis armas las llevaba en una bandolera para así no llamar tanto la atención como solía hacer. En la entrada de la base dije que tenía una cita programada con el teniente Kimura y muy amablemente tras enseñarle mi acreditación como agente me dejaron pasar. Nada más llegar dejé la bandolera en el suelo mientras esperaba al capi aunque no tuve que esperar mucho porque el capitán fue puntual y llegó enseguida.

- Buenos días Tobías. Perdona que te haya hecho llamar tan pronto, pero como sabrás ahora nos tocará viajar y luchar juntos en muchas ocasiones, y para poder hacerlo necesito saber cómo podríamos llevarnos en el campo de batalla y los conocimientos que tengamos. Seré franco, si hay algo que pueda ayudarte no tienes más que pedírmelo. Así que... Por donde podríamos empezar... ¿Qué sabes acerca del haki?

Escuché detenidamente cada palabra que Kimura decía, parecía que me había leído la mente puesto que me preguntó por mis conocimientos sobre el haki. Había venido con intención de entrenarme al completo pero con la intención de pedirle al capitán que instruyera en el haki. Mi conocimiento sobre él se basaba mayormente sobre lo que había leído en varios libros y sobre mi propia experiencia cuando lo había visto, asique sin perder tiempo me dirijí hacia Kimura.

- Buenos días capitán. Estoy deseando comenzar y poder ser lo más útil posible. Y como usted ha sido franco igual haré yo. Mis habilidades en la batalla no son pocas pero necesito mejorar, nunca antes e tenido un entrenamiento personal fuera de la instrucción de la agencia y mi experiencia en batallas reales es poca+ asique estoy dispuesto a aprender todo lo que me quieras enseñar. -  dije sincerándome completamente, ahora tenía que poder confiar mi vida a éste hombre y no pensaba ocultar nada. -Y respecto a lo que quiero va relacionado con su pregunta sobre el haki. Mi conocimiento es casi únicamente teórico, conozco las bases de la energía que toda persona tiene y que hay varias formas de manifestarlas consiguiendo habilidades asombrosas y que en lo referente al haki hay dos formas de usarla, incluso tres si es cierto lo que he leído y oído por ahí. Aunque en mi experiencia personal sólo he visto el Bushoushoku, el cual no he experimentado y creo que da la habilidad de formar una especie de armadura llamado vulgarmente haki armadura siendo más resistente que cualquier coraza normal y además poder dañar a los usuarios logia en su forma incorpórea. Y sobre los otros dos sólo conozco la parte teórica capitán, pero me encantaría poder aprender de tí todo lo que me puedas enseñar.

Esperaba que el capitán no se desilusionase por mi poca experiencia con el haki y que decidiera que era un inútil que no se merecía pertenecer a los CW y así mandarme para casa. Deseaba realmente entrenarme con él y poder ser de mejor ayuda.

Me relajé tras ver que el capi parecía aliviado puesto que pensaba que iba a saber menos sobre el tema y siguió explicándome con hechos el funcionamiento del bushoushoku mientras lo aplicaba en uno de sus brazos adquieriendo éste un tono oscuro metálico. Afirmó que lo que sabía sobre el haki armadura era cierto y habló sobre el kenbunshoku explicando para qué servía. Habló de trabajo duro y de meses de entrenamiento, pero nada de eso me echaría a atrás pues estaba dispuesto a entrenarme lo más duro que podía, encima el capitán estaba dispuesto a instruirme en los dos, pero no quería parecer un chiquillo mostrando la ilusión que me hacía dando saltos de alegría, asique simplemente seguí escuchando con una risa en el rostro. Sobre el tercero también habló pero rápidamente pasó del tema desestimándolo diciendo que no creía en él.

Estaba con ganas de empezar y el capitán me pedía para comenzar que le mostrase si sabía canalizar mi energía de alguna manera, incluso hizo alusión a Gusi y sobre su habilidad con la electricidad y de cómo se había dañado con ella, pero yo dudaba que tuviese nada de eso. Era capaz de canalizar mi energía, pero nunca antes había desarrollado alguna capacidad como generar fuego o rayos, sin embargo era capaz de usarla para volverme más rápido o incluso para manejar el sirope que con mi fruta generaba, aunque mi habilidad en ello era más bien nula. Usaba mi poder de una manera más defensiva que ofensiva pero el capitán esperaba que le mostrase algo y no podía hacerlo esperar más.

- No sé si te refieres a esto capitán. - dije mientras generaba una bola de sirope del tamaño de una pelota de tenis manteniéndola a escasos centímetros por encima de la palma manteniéndola con una forma esférica para luego cambiarlo a un cubo, pero cómo no sabía si era eso lo que esperaba tras unos segundos mostrándoselo la volví a reabsorber.

-¿O quizás esto otro? - dije mientras canalizaba mi energía para usar mi Suikoden. Ésta conseguía incrementar mi velocidad a la par que mi cabello adquiría un tono verdoso. -Aunque seguro que no, puesto que sólo gano velocidad y no lanzo fuego ni rayos. -dije algo decepcionado conmigo mismo por mi ineptitud.

No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero quería impresionar al capi con lo listo que me creía aunque  de momento me estaba coronando con mi falta de habilidad asique sin dejar de usar el Suikoden comencé a canalizar más energía sin saber que pasaría, con suerte acertaría con lo que el capitán pedía.

Suikoden:

Tras usar esa energía me sentí algo cansado aunque no tanto cómo cuando la usaba en un combate puesto que ahora no me había movido y no había sufrido el desgaste físico que me causaba en una batalla.

Escuché las palabras del capitán con algo de satisfacción porque aunque sentí que no había hecho nada especial por lo menos había conseguido suscitar su curiosidad. Decía no estar seguro de lo que había hecho ni cómo, pero decía que yo tenía que ser capaz de purificar la energía para poder usarla sin invertirla en la técnica. En realidad no sabía muy bien a lo que se refería, aunque no pude preguntar al respecto puesto que el capitán siguió hablando escenificando sus palabras con otra demostración usando su mano como ejemplo.

El tono del puño del capitán adquirió otra vez ese tono oscuro tan peculiar del haki para de repente tan pronto como vino volvió a desaparecer dejando ver otro tipo de energía diferente usándola de una forma circular, no hubiese sabido que era, pero el capitán me explicó que era viento. La verdad es que era admirable el control que Kimura tenía sobre su energía y me alegré de tenerlo como maestro, de momento estaba siendo claro y específico haciendo las explicaciones más claras, aunque ahora había llegado mi turno de intentarlo cómo había dicho el capitán pero primero le explicaría lo que antes le había mostrado.

- Como bien apreciaste al principio lo primero que usé era un poco de control sobre una akuma que ingerí y la sustancia en cuestión era sirope. - dije algo avergonzado porque pensaba que tenía un poder un poco inútil. Y respecto a lo otro también has acertado, gracias a esa energía aumento un poco mi velocidad mientras me mantengo en ése estado y por lo tanto no sé si valdrá, pero ahora mismo me pongo a intentarlo. - dije para dejarle claro que no tenía mucho conocimiento sobre el tema pero que no pensaba desistir ante el primer escalón.

Adopté una postura relajada pero manteniéndome de pie mientras estiraba un brazo y comencé a concentrarme tanto en mi interior como en mi mano. Encontrar la energía no me costó puesto que controlaba la técnica que le había mostrado, pero eso no era lo que él pedía. Quería que la depurase de algún modo cosa que yo entendí como hacerla más limpia, pero primero intentaría canalizarla. Era de los que pensaba que no valía la pena correr sin saber a andar asique intenté ir pasando esa energía de una forma gradual sólo hacia mi mano. Era mucho más complicado de lo que pensaba ya que normalmente me limitaba a sentirla y a usarla de golpe por todo mi cuerpo y por eso nada más empezar noté como se desviaba a todos lados para entrar en el estado de antes. Ésto resultó ser bastante complicado pero no me rendí y comencé a intentar retirar esa energía para centrarla en un punto.

Llevaba minutos, quizás incluso había pasado alguna hora pero no pensaba desistir. Llegué a controlar más o menos el flujo de energía que usaba y aunque a veces se me escapaba un torrente mayor de ésta yo seguía concentrado en seguir. No sabía si estaba consiguiendo algo puesto que en un momento del intento cerré los ojos para conseguir mayor concentración y no veía mi mano. Sentía que ya había acumulado energía suficiente y me encontraba a punto de quedarme sin fuerzas. El brazo me temblaba por la tensión y llegó el momento en que decidí liberarla. Mi intención era dejarla fluir de la misma manera que la había acumulado, pero resultó una tarea más complicada aún que concentrarla, así que en un punto de la liberación se me escapó el control de lo que estaba haciendo.

Estuve manteniendo el flujo de energía hasta el punto de quedarme casi vacío en mi vano intento de conseguir sacar a relucir el haki y tras mi último esfuerzo me abandonaron las fuerzas de las piernas tras dejar escapar casi hasta la última gota de golpe, aunque antes de desfallecer sentí cómo otro tipo de energía que desconocía que estaba ahí dentro de mí. No era la energía que normalmente solía usar, había algo en ella que la hacía diferente pero el cansancio me hizo perder la concentración y no pude aferrarme a ella. Tuve la suerte de que el capitán estaba cerca mía y me sujetó para que no tocara suelo.

Una vez sentado en el suelo con la ayuda de Kimura se dispuso a darme algunas correcciones y tras escucharle cogió sentido lo que había sentido. Precisamente lo que estaba describiendo era parecido a lo que había sentido. Antes de perder las fuerzas noté algo de ella, cómo si fuera un río que inundaba mi cuerpo, pero ahora estaba demasiado cansado y no podía sentir nada asique puesto que no llegaba a comprender muy bien del asunto así me dispuse a contárselo.

-Creo empezar a vislumbrar la punta del iceberg capitán. Antes de perder las fuerzas sentí algo distinto en mi interior. -dije contándole mis sensaciones. -Aunque cuando quise usar algo de ella se resistió o no fui capaz de conectar con ella, puesto que el único momento que la percibí e intenté usarla había sido como coger agua con las manos.... Se escapaba de mí.- terminé con un tono algo afligido.-Al final perdí el control.

Siendo sincero cuando me planteé aprender a usar el haki pensé que sería más sencillo ya que había muchos personajes en estos mares que lo usaban, pero ahora empezaba a comprender la complicación del asunto. Era una mezcla de algo físico y espiritual y dudaba que si no conseguía mejorar en ambos ámbitos llegase a nada, pero tampoco quería desilusionarme puesto que el capi había hablado de meses para llegar a dominarlo y yo sólo lo había intentado una vez. En el fondo quería seguir intentándolo hasta caer rendido pero comprendía que con esa actitud no llegaría a nada y decidí a aceptar la invitación a comer de Kimura. Me parecería de mala educación declinarla, además necesitaba reponer energías para seguir intentándolo.

- Entonces "capi", ¿dónde vamos a comer? Necesito combustible para seguir. - dije sonriendo a pesar del cansancio mientras me levantaba. Llevaba mucho tiempo sin un reto y esto comenzaba a emocionarme.

El capitán me llevó al interior de la base y nos dirigimos a la cafetería. Agradecí que no tuviésemos que andar mucho pues me encontraba exhausto. Había derrochado más energía que nunca antes, pero por lo menos ya sabía algo más que cuando llegué y aunque eso no fuese mucho para cualquiera para mí era bastante, guardaba mis conocimientos como tesoros. Cada paso que di hacia la cafetería fue un suplicio, parecía que tuviese los zapatos llenos de cemento y nada más entramos en la cafetería me dejé caer en una silla, parecía que mis piernas gritaban de satisfacción por el descanso que les estaba dando. El sitio era pequeño y austero, pero lleno de un olor a café que me encantaba y lo hacía acogedor. Había varios reclutas comiendo o tomándose algo mientras hablaban animosamente entre ellos de los entrenamientos o las guardias, pero yo sólo atendía Kimura para escuchar su opinión sobre lo que había hecho.

- Gracias por no desanimarme capitán, seguiré intentándolo nada más recupere algo de fuerzas. Me esforzaré al máximo.

Tras nuestra pequeña conversación casi no cruzamos palabra durante toda la comida aunque no era algo que me desagradara pues estuve inmerso en mis pensamientos mientras comía. Había pedido un plato combinado sencillo compuesto por un par de huevos fritos, patatas fritas, una ensalada pequeña y un café, necesitaba unas gotas de ese néctar que despejaba mi mente. Tardé bastante en comer puesto que necesitaba descansar y no ganaba nada volviendo tan rápido, asique me tomé mi tiempo, sobre todo con el café, aunque hubo en un momento de la comida en que tanteé en mi interior en busca de esa energía, pero no podía concentrarme para ni siquiera vislumbrarla y por eso también remoloneé, necesitaba despejarme la mente un rato más.

Sorbí lo que quedaba del café ya bastante frío cuando calculé que podría haber pasado al menos una hora y me encontraba ya algo mejor, no es que estuviese al 100% pero ya no me costaba tanto caminar por lo que decidí avisar al capitán de que ya estaba listo para intentarlo de nuevo. Caminamos tranquilamente hasta que llegamos a donde habíamos quedado esa misma mañana, la cual estaba repleta de otros marines entrenando.

Me dirigí hacia una zona más apartada y tranquila en la que había una pequeña sombra donde ésta vez decidí sentarme en el suelo para intentar la prueba y así si la cosa se alargaba pasaríamos menos calor y me podría concentrar mejor con menos ruidos.

- Voy a intentarlo de nuevo. - dije dirigiéndome hacia Kimura mientras cerraba los ojos y extendía el brazo.

Primero comencé a controlar la respiración para armonizar mi cuerpo y así poder comenzar a buscar la energía en mi interior. Pensaba que no sería capaz de encontrarla, pero tras pasar un tiempo indeterminado conseguí sentirla. Al principio sólo vi un pequeño resquicio, cómo un minúsculo destello en la oscuridad, si no fuese porque ya sabía que buscaba quizás se me hubiese pasado por alto, pero la seguí para no perderle la pista y ahí estaba. Era cómo un torrente completamente distinto al de la energía que normalmente usaba, no existía comparación, era cómo mirar dos monedas pero una toda corroída por el tiempo y la otra cómo recién acuñada. No quise precipitarme queriendo usarla ni concentrarla sino sólo observándola, la notaba fluir por cada centímetro de mí ser y una vez que estuve convencido de que era y de cómo encontrarla empecé a intentar canalizarla hacia mi mano. Fui poco a poco, ya había perdido la noción del tiempo por completo a causa del estado de concentración en el que estaba pero no me importaba, creía que estaba consiguiendo algo y no pensaba parar hasta acumular lo suficiente, pero sin pasarme como había hecho con la otra, no quería quedarme desmayado si perdía más de la necesaria.

Notaba como todo fluía hacia donde yo quería y cuando sentí que ya había suficiente intenté dejarla aflorar, por un momento casi la suelto de golpe cómo solía hacer, pero recordé las palabras del capitán de que tenía que formar una segunda piel y no liberarla de golpe, ni siquiera poco a poco, sino dejándola salir lo justo de mi cuerpo pero manteniéndola en él, o por lo menos fue lo que yo entendí. Creía estar medio consiguiéndolo, a veces perdía un poco el control, pero lo recuperaba esforzándome en volverme a concentrar, aunque cada vez me costaba más. Estaba acostumbrado a tener la mente ágil, mis pasatiempos constituían gran parte en juegos mentales pero ya notaba correr el sudor por la nuca asique una vez creí que tenía el control me dispuse a intentar crear esa segunda piel con esa energía que llevaba acumulando con tanto trabajo. Pensaba que estaba notando algo, pero al abrir los ojos sólo pude ver la peculiar mirada del capitán, no era por su heterocromía, sino por la extraña sensación que me transmitía su mirada, la cual me distrajo perdiendo todo lo que había hecho y sin poder ver nada. Me acababa de agotar y dudaba poder volver a hacerlo en un periodo corto de tiempo, tenía unas migrañas horrorosas y en realidad no sabía si había conseguido nada o llevaba perdiendo el tiempo todo el rato, pero quería escuchar a Kimura.

- ¿Y bien?

Estaba todavía en el suelo intentando descifrar los gestos del capitán cuando me fijé que miraba al cielo. Había estado tan concentrado en lo que estaba haciendo que ni siquiera me había dado cuenta en que la noche había llegado. La única luz que había era la de las antorchas y la de la luna, dándole así a todo unos matices y sombras que le daban al lugar un aspecto enigmático y bello. Intenté oír a Kimura mientras me mantenía sentado estirando los brazos y piernas. Al moverlos sentí como si llevara lustros sin moverlos, pero lo peor era la especie de migraña que sentía, era como si tuviese a unos enanitos martilleándome desde el interior de la cabeza, pero hice un esfuerzo por escuchar.

Las palabras del capitán me hicieron sentir varias cosas a la vez. La verdad es que en parte me hizo gracia el que pensase que me había dormido puesto que yo me lo estaba tomando muy en serio y no quería que pensase lo contrario, pero sus siguientes palabras me impidieron contestarle puesto que comencé a pensar en que podría ser eso que había causado el tambaleo del que el capitán hablaba, pero no se me ocurría nada, aunque todo eso tras escuchar lo último se borró de mi mente. Estaba seguro de que mi esfuerzo no había sido en vano ya que por unos instantes había llegado a hacer fluir esa energía, pero hasta que Kimura no me lo confirmó no sentí que había sido real.

El pelirrojo estiró un brazo para ayudarme a levantarme. La verdad es que si no lo había hecho yo solo era porque no podía. Tenía ganas de seguir experimentando con aquella energía que había descubierto dentro de mí pero dudaba poder aguantar otra sesión asique acepté su ayuda y agarrándome a su brazo me levanté mientras escuchaba sus palabras.

- Muchas gracias capitán. Prometo que me esforzaré cada día para ser capaz de controlar esa energía y así poder convertirme en uno de los mejores de su tripulación. – contesté a las palabras de Kimura.

Tras cruzar nuestras últimas palabras me fui a descansar. Decidí quedarme en la base tras comprobar que no estaba en condiciones de ir a buscar cobijo ni tenía ganas. Hice unos arreglos con uno de los dirigentes del cuartel y me proporcionaron un camastro y la posibilidad de usar las instalaciones cada vez que quisiera. Estaba cansado y con ganas de estirarme, pero me encontraba tendido en la cama sin ser capaz de dormir, sólo podía pensar en que haría estos días para poder terminar de despertar el haki y como entrenarme para conseguirlo. Estuve un rato diseñando croquis de trabajo mentalmente hasta que el sueño me venció.

Desperté a la mañana siguiente entumecido, pero estaba deseando comenzar. Primero hice unos pequeños estiramientos para que la sangre circulara por mis músculos entumecidos y luego me aseé corriendo. Había decidido seguir un entrenamiento completo durante gran parte del día y el resto dedicarlo a la meditación asique tras verme listo volví al campo de entrenamiento. La verdad es que no sabía si Kimura vendría este día, pero en realidad no me importaba. Había decido dedicar todos mis esfuerzos y dedicación en despertar el haki en mí.

Comencé saliendo a correr con el resto de los reclutas por el campo de entrenamiento y siguiendo una tabla de ejercicios similar a la de ellos pero más intensa, al fin y al cabo con el entrenamiento básico no conseguía nada, mi nivel era superior y por lo tanto mi entrenamiento también y por eso doblaba los ejercicios. Sabía que iba a ser duro, pero era ya un agente con alguna experiencia y pensaba poder soportarlo. No iba a limitarme a correr, hacer abdominales y pesas, si no también participar en las sesiones de entrenamiento con armas y de cuerpo a cuerpo mientras me concentraba en pulir mi manejo sobre la energía del haki. Sabía que iba a necesitar una concentración sobrehumana, pero lo mío eran los trabajos mentales, además tenía pensado dedicar un rato antes de dormir a la meditación. Así estaría a solas y nada ni nadie podría desconcentrarme.

El primer día fue duro y aunque lo comencé con muchas energías y seguridad me di cuenta que en mi mente había sido todo muy bonito pero la realidad era otra. Me costó mucho mantener los ejercicios físicos mientras buscaba esa energía e intentaba manipularla, en las carreras llegaba el último, en los estiramientos me distraía haciendo incluso algunas repeticiones de más y otras de menos, incluso me costó llevarme algún mamporro en los entrenamientos y tener bastantes fallos tontos aunque la noche era mejor. Ya conocía esa energía y había descubierto como encontrarla y fui capaz de llegar a ella en menos tiempo que la otra vez, ya sólo quedaba educar a mi cerebro para que lo hiciera automáticamente y que no tuviese que concentrarme para ello.

Pasaron los días y mi entrenamiento de cuerpo y mente parecía funcionar. Ya no quedaba el último y conseguía concentrarme en canalizar la energía hacia donde yo quería, incluso durante uno de los enfrentamientos físicos uno de los reclutas dijo ver algo extraño en uno de mis antebrazos cuando bloqueaba uno de sus golpes, pero yo no podía mostrar atención a eso ya que estaba concentrado en la lucha y en concentrar mi energía, aunque era cierto que mi intención había sido canalizarla en dicho antebrazo. Lo cierto era que en los combates casi nunca los atacaba, ya que sabía que eran reclutas y mi nivel era superior, pero no quería recurrir ni a mi akuma ni a mis habilidades del CP, por eso me concentraba en bloquear sus ataques mientras intentaba hacer salir “esa segunda piel” y la verdad que me costó bastante, pero tras varios días podía canalizar esa energía en puntos concretos de una forma más rápida y aunque no podía fijarme en si esas pequeñas parte de mi cuerpo cambiaban de color puesto que estaba luchando, pero sí que es cierto que la noche del día siete tras la marcha de Kimura conseguí verme un resplandor oscuro en la piel de una de mis manos. Fue durante la noche durante la sesión de meditación en la cual vi ese pequeño reflejo amoratado. Es verdad que no tenía nada que ver con el tono metálico que adquiría el haki de Kimura, pero esa noche fue la que más feliz dormí. Estaba deseando que llegase el día siguiente y en el entrenamiento volver a intentar lo que había conseguido y al par deseaba volver a ver al capitán para mostrárselo. Sería lo primero que haría nada más verlo.

Me levanté temprano como cada mañana desde que había comenzado el entrenamiento, a excepción de que hoy estaba de muy buen humor por mis avances, pero me ceñí a la rutina ya que hasta ahora me había funcionado. Comencé con una serie de estiramientos como siempre para desengrasar los músculos y que servían para mejorar la flexibilidad y equilibrio. Consistía en formar una serie de figuras que se dividen en distintos niveles las cuales había veces que parecían luchar contra la gravedad, pero con un trabajo continuo ya podía hacer alguna de la más complejas.

Tras terminar los ejercicios me aseé un poco y me até el pelo en una coleta para que no me molestase en los combates nublándome la visión. Era otra de las costumbres que estaba adquiriendo durante mis entrenamientos y ya una vez listo salí al patio de entrenamiento.

Era de los primeros en llegar y aunque al principio a los demás reclutas no les hizo especial ilusión mi presencia continua en la base porque no era miembro de la marina, pero con el tiempo habían llegado aceptarme.

Corrimos durante una hora a la cual yo añadí media más en la cual lo hacía yo solo mientras canalizaba la energía del haki y comprobaba que era capaz de manipularla. Había conseguido un gran progreso respecto a eso, ya que era capaz de encontrarla con facilidad y no necesitaba estar plenamente concentrado.

Una vez terminada la carrera tocaba la sesión de entrenamiento cuerpo a cuerpo y tras beber un poco de agua y realizar un rápido calentamiento me acerqué al grupo de reclutas que me estaban esperando. Hoy mi primer combate era contra Stan. Era un joven bastante entusiasta con el pelo de punta y de color naranja, el cual siempre parecía dispuesto a vencerme.

Me coloqué en una posición defensiva y esperé al joven. Comenzó a rodearme mientras movía los pies una y otra vez. Yo ya había luchado contra el joven y sabía que sólo tenía que tener paciencia para que el solo se abalanzase. El peli naranja luchaba impulsivamente y pronto atacaría. Yo mientras tanto me limité a esperar sin moverme del sitio, si no girando sobre mi eje mientras canalizaba y mantenía preparada esa segunda piel lista para aflorar cuando la necesitase. Ese era otro de mis progreso ya que no necesitaba cerrar los ojos para concentrarme.

Como imaginaba la espera no fue larga, si no que cuando el joven llevaba media vuelta a mi alrededor se lanzó contra mí amagando con un puñetazo por la derecha para en realidad lanzar una patada alta. Mis reflejos y velocidad eran superiores asique colándome por debajo de su pierna le golpeé en pleno pecho haciéndole caer de espaldas. El joven se levantó algo molesto y contraatacó de frente. La verdad es que creía que se tomaría algo de tiempo y el ataque me pilló a traspiés sin poder esquivarlo y tuve que bloquear usando la energía del haki recubriendo mi brazo con éste.

Estaba alucinando. El resplandor había cogido un tono oscuro haciendo que casi no notase el golpe que había bloqueado, pero no perduró mucho. Desde luego parecía una habilidad de lo más interesante y me disponía a volver a usar esa energía para probarla en un ataque en vez de defensa, pero unos aplausos seguidos de una voz que reconocía hicieron darme la vuelta pasando del combate.

El capitán estaba delante mía con una actitud bastante amigable, incluso me había elogiado por el color de mi haki haciendo casi que me sonrojara. Ya no recordaba la última vez que alguien me había hecho un cumplido, pero no había tiempo para sentimentalismos. El capitán siguió hablando por lo que me limité a asentir y a escuchar atentamente.

Sus palabras confirmaron lo que ya sospechaba. Esto sólo era el comienzo del entrenamiento. Tenía que conseguir pulir mi manejo del haki y como el capitán no dijo nada más y sólo me instó a que siguiese entrenando.

- No pararé hasta lograrlo. - dije escuetamente pero con emoción. No solía ser de muchas palabras tampoco y prefería demostrar las cosas con hechos, asique nada más decir eso me dirigí hacia los reclutas para seguir entrenando.

Una vez al lado de los chicos pedí que se uniera uno más al combate. Había llegado el momento de empezar a mejorar el haki e implantarlo a mis técnicas. No sabía ni siquiera si el capitán tenía pensado quedarse a verme, pero me esforcé como si se quedase. El resto de la mañana lo dediqué a seguir combatiendo con los reclutas, pero intentando imbuir cada golpe o bloqueo en haki. Era algo difícil a pesar de que ya sabía alcanzar la energía y usarla, pero el mantener un flujo constante era arena de otro costal.

Llegó la hora de comer y terminé cansado y magullado porque no era capaz de usar el haki como quería, pero entré con los demás reclutas al comedor con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba progresando. La comida aunque fue rápida, me dio tiempo de pensar en como exprimir mi tiempo para dedicarlo enteramente al entrenamiento. Incluso dejé de meditar por las tardes y lo dejé para las noches antes dormir para dedicarle el resto del día a un uso más práctico y continuo.



El tiempo pasó como quien de un plumazo se salta un capítulo de golpe de un libro y antes de darme cuenta ya había pasado un mes en un abrir y cerrar de ojos. Había comenzado a ir implementando mas sesiones de ejercicios , en los cuales en todos usaba el haki de una manera o de otra. En los combates ya llegaba a luchar mínimo contra dos siempre y había días que con tres incluso, para así obligarme a usarlo más e intentarlo mantener durante más tiempo. En otros ejercicios me daba igual que a simple vista pareciese no valer para nada, como por ejemplo al correr, pero me ayudaba a ampliar mi control del haki. Todo parecía funcionar pues lograba mantenerlo durante más tiempo, asique seguí con los entrenamientos hasta que el capitán volviese a por mí.


Una noche mientras entraba en mi cuarto admiré los progresos del entrenamiento. No sólo había conseguido despertar el haki e usarlo, si no que también mi cuerpo había cogido mejor aspecto. Mis músculos estaban más desarrollados a raíz de los múltiples entrenamientos que realizaba al cabo del día, por no mencionar que mi velocidad y reflejos habían aumentado. Me desvestí y me tiré en la cama pensando que cuando volvería el capitán, ya que debería haber vuelto para ver mis progresos. Sentía que aquí mi entrenamiento acababa y deseaba enseñarle mis progresos al pelirrojo.

- Te estoy esperando. - susurré mientras admiraba el tono morado que mi brazo había adquirido al usar esa energía que ya se había vuelto tan familiar para mí. Y con el pensamiento de un buen trabajo hecho dormí como un lirón hasta la mañana siguiente.

Me levanté de un brinco de la cama para comenzar como cada día. Llevaba ya en la base casi tres meses y creía que ya estaba preparado para enseñarle a Kimura todo lo que había aprendido, pero al parecer el pelirrojo se retrasaba por alguna cuestión.

No es que no estuviese cómodo, es más, había empezado a gustarme la rutina del trabajo que me había impuesto, pero no sabía cuanto tiempo más podía quedarme escaqueándome de mis quehaceres. Estuve hablando con unos de mis superiores el cual decía que tenía preparado varios trabajos para mí y no sabía durante cuanto tiempo más podía alargar el entrenamiento. Al principio no hubo problemas ya que estaban de acuerdo que me preparase, pero al parecer ya pensaban que lo estaba alargando, asique me dio tres meses más a lo sumo. Confiaba en estar listo en ese tiempo, pero hasta que no llegase Kimura y me diese el visto bueno no quería irme.


Salí al patio de entrenamiento después de asearme un poco y me dispuse a comenzar. Había llegado el primero como desde hacía ya varios días y me puse a correr hasta que fueron llegando los marines. Los chicos me saludaron nada más verme y tras estirar un poco corrimos juntos casi una hora más hasta que llegó la parte que más me gustaba. Los jóvenes ya conocían mi rutina y sabía que elegiría a un par de ellos, pero hoy me encontraba con energía de luchar con una más.

Me coloqué en posición de defensa mientras observaba como los reclutas comenzaban a flanquearme, pero no los dejé comenzar sino que tomé yo la iniciativa lanzándome a por el que más cerca estaba usando el pie más atrasado para darme impulso. Antes de golpear usé lo que estaba aprendiendo e imbuí mi mano en haki armadura para golpearle con la palma en el pecho haciéndole perder el equilibrio. Los había pillado desprevenido pues siempre acostumbraba a dejarles a tomar la iniciativa, pero hoy no. Hice gala de mi superior velocidad y avancé hacia el que estaba más a mi derecha preparando una patada alta la cual esquivé ayudándome del Kami-e agachándome en una postura imposible para mí antes del entrenamiento y lancé una patada baja imbuyendo mi pie en haki mientras giraba sobre mi mismo para encarar al siguiente, pero algo me distrajo. Vi al capitán mirándome fijamente y se me olvidó el golpe que iba ha hacer y mi contrincante aprovechó mi error para intentar un puñetazo directo al rostro. No podía esquivar así que rápidamente imbuí mi cara en haki dando la apariencia de que una careta oscura la recubría y recibí el impacto de lleno sin sufrir casi nada de dolor. Noté como si me hubiesen dado un capón, pero el joven retrocedía mientras se agarraba la mano, al parecer se había hecho daño y no pude evitar que una sonrisa floreciera en mi rostro puesto que el capitán acababa de ver mi mejora. Kimura comenzó a aplaudir y todos los reclutas se pararon cuadrándose ante él, mientras yo esperaba con ansias su dictamen.

Kimura tras hacerme un cumplido y excusarse por su demora se acercó a mí para saludarme con un apretón de manos que correspondí no sin antes limpiarme el sudor de la palma de la mano en la camiseta. El joven capitán parecía tener el mismo aspecto de siempre y me alegró que en su ausencia no lo hubiese pasado nada. Llegué a pensar que su retraso se debía a alguna complicación en la misión que lo había tenido tanto tiempo fuera, incluso temí que le hubiese herido, pero parecía completamente ileso.

El capitán se alejó de los reclutas alegando que él se encargaba de mi entrenamiento mientras yo lo seguía despidiéndome de los chicos con un gesto de la mano y una pequeña sonrisa en el rostro hasta que paramos algo más alejados del resto.

El capitán fue claro y sin andarse con rodeos como siempre y comenzó a adoptar una pose defensiva esperando a que atacase primero. Sonreí abiertamente antes de hacer nada ya que estaba contento por poder luchar con el capitán. Había escuchado varias hazañas que había llevado a cabo, pero no había tenido oportunidad de comprobarlas por mí mismo. Por no decir que con él podía dar todo lo que tenía ya que con los reclutas no me atrevía a usar mi fuerza por miedo a dañarlos asique esta era una oportunidad perfecta para comprobar lo que había mejorado.

Incliné la cabeza como gesto de saludo para acto seguido salir a toda velocidad usando el Soru mientras proyectaba un rodillazo imbuido en haki hacia su pecho. Era un golpe sencillo y frontal, pero quería comprobar la velocidad del capi o la resistencia de su haki. No usé tampoco toda la fuerza que podía emplear en el golpe ya que nos encontrábamos relativamente cerca y no quería romper ningún hueso si llegaba a impactar el golpe, además si Kimura se limitaba a esquivar en vez de bloquear o contraatacar seguiría mi trayectoria en línea recta para mantener distancias con el pelirrojo.

Había llegado el momento de mostrarle al capi lo que había aprendido y por eso no me anduve con rodeos. Salí disparado dispuesto a plasmar un rodillazo imbuido en haki armadura en el pecho del marine, pero el pelirrojo bloqueó el golpe formando una cruz con los brazos justo donde iba a golpearle imbuyendo dichos brazos en haki. Ese golpe era fuerte y el marine aguantó inamovible, sentía curiosidad por ver al pelirrojo en su máximo nivel, pero estaba claro que era superior al mío. Si hubiese atacado de esta manera a cualquier marine con los que había entrenado habrían terminado en la enfermería, pero en el rostro del pelirrojo sólo había determinación.

Estaba en un postura comprometida, si Kimura hubiese querido habría podido darme un cabezazo fácilmente aunque al parecer tenía otra idea. El pelirrojo deshizo la cruz formada por su extremidades preparándose para lanzar su ofensiva y ese fue el momento que aproveché para plantar los pies en el suelo dispuesto a bloquear. El marine utilizó perfectamente su cuerpo imprimiendo más fuerza en su golpe. Por los movimientos de su cuerpo intuí desde que flanco vendría el golpe, pero no así su altura.

El golpe resultó ser una potente patada alta la cual por mi posición y habilidad del contrincante no podría esquivar asique giré un poco el cuerpo para recibir el impacto en el hombro el cual imbuí en haki armadura puesto que la pierna del pelirrojo lucía de un tono metálico. Realmente me alegraba de haber estado entrenando tan duro incluso con varios reclutas a la vez, ya que así había adquirido la soltura de ir cambiando el haki de una forma más rápida de una extremidad a otra y así pude intentar bloquear el golpe.

La patada impactó y aún usando el haki el golpe me entumeció los músculos a la par que me hizo perder pie casi desequilibrándome. Se me ocurrió una idea y aproveché mi situación dejándome caer apoyando las manos en el suelo y lanzando una patada con mi pierna derecha en forma de coz imbuida con haki tras hacerlo desaparecer de mi brazo para manifestarlo en el pie con una altura de a medio cuerpo. Mi intención era intentar golpearle en el vientre mientras recuperaba la posición tras su patada y así tanto como si golpeaba su cuerpo o su defensa si volvía a bloquear para usarlo como impulso para poder dar una voltereta hacia delante y coger distancia con el marine para prepararme para su contraataque.

- ¡Bien! - pensé cuando noté que mi pierna impactaba en el pelirrojo. Usé el propio cuerpo del marine como apoyo para así dar una voltereta hacia adelante y poder incorporarme rápidamente en actitud defensiva a la espera de un contraataque que no llegó. Al parecer mi golpe había encajado mejor de lo que esperaba y Kimura había cogido algo de distancia para comenzar a hablarme.

El pelirrojo alabó mi contraataque consiguiendo que sonriera. Me gustó saber que sin su haki de observación lo hubiese cogido distraído, pero eso me hizo pensar en lo útil que era ese haki también. Era una gran defensa que unida a mi condición de logia me ayudaría en muchas de las misiones que tendría que realizar en un futuro, por no mencionar que todavía había piratas y revolucionarios bastantes más fuertes que yo a los que pensaba dar justicia en un futuro. Mi cabeza pensaba en todas las posibilidades pero el acto del pelirrojo me sacó de mi ensimismamiento. Acababa de desenfundar su espada y eso sólo podía significar una cosa. La cosa se ponía seria como bien había dejado claro y pensaba no defraudarle. Quería que supiera que iba a ser un buen fichaje para CW.

Teníamos distancia y por ende tenía que acercarse a mí para que su arma tuviera efectividad asique esperé el momento justo en que arremetió con una zancada para yo usar mi Suikoden adquiriendo así mayor velocidad aparte de un nuevo look. Cierto era que Kimura ya me había visto con estas pintas y el factor de que pudiese sorprenderle no contaba, pero quería usar ese extra de velocidad para intentar bloquear sus golpes y si llegaba el caso intentar esquivarlos si veía que alguno pudiese decapitarme.

El primero vino diagonalmente el cual usando haki armadura en mi antebrazo lo interpuse bloqueando a la par que intentaba retroceder para no sentirme acorralado. Mantenía mis poderes de logia activados ya que la espada del capitán no estaba imbuida en haki y eso me alivió al ver que los daños serían nulos en mi cuerpo si el haki me fallaba. El pelirrojo no daba tregua, acababa de hacerme cambiar el haki de un antebrazo al otro puesto que siguió con otro corte igual, pero por el flanco contrario. Estaba completamente concentrado en sus golpes y en intentar bloquearlos. Siguió sin darme tregua lanzando un tajo tras otro haciendo que me esforzase al máximo en cambiar el haki de una extremidad a otra exprimiendo mi entrenamiento. Desde luego no tenía nada que ver entrenar con el pelirrojo que con los reclutas del cuartel aunque tras la combinación de golpes que estaba siguiendo me pareció ver un patrón o por lo menos eso me arriesgué a pensar tras los cinco primero golpes, asique decidí a jugármela en atacarle pasando de bloquear el último tajo e intentar esquivarlo para usar mi estrategia.

Intenté aprovechar el extra de velocidad de mi técnica usada para intentar impulsarme hacia el suelo de espaldas amortiguando el golpe con el poder de mi akuma y así quedar lejos de su espada a la par que lanzo una patada imbuida en haki hacia la rodilla de su pierna donde apoyaba el peso.Tras el ataque intentaría rodar hacia un lado para volver a mantener distancias.

Me arriesgaba mucho ya que el pelirrojo dominaba el haki de observación y si mi golpe fallaba me quedaría en una situación bastante comprometida, pero tocaba arriesgar y confiaba en poder intentarlo.

Técnica usada:

Parecía que gracias a mi aumento de velocidad pude comenzar bloqueando los primeros golpe de Kimura usando mi haki cambiándolo de una extremidad a otra. Todo iba bien hasta que después de los primeros golpes la velocidad del pelirrojo también aumentó por no mencionar que me había equivocado en lo del patrón ya que el penúltimo lo bloqueé por los pelos y el último hubiese sido imposible si no me lanzo de espaldas pasando de bloquear a esquivar y comienzo a lanzar mi patada imbuida en haki. Sabía que mi defensa quedaría completamente expuesta, pero dado que era un entrenamiento esperaba que Kimura no me matase.

El marine giró sobre su eje y consiguió esquivar fácilmente la patada superando mi velocidad. Sabía que acababa de perder nada más que el pie pasó de largo sin oposición, pero no esperaba su siguiente movimiento ya que terminó su giro descendiendo su arma sobre mi extremidad sesgando la extremidad a la altura de la rodilla. Por unos segundos temí que el pelirrojo con el fragor del combate podría haberse olvidado de no usar su haki, pero nada más notar que la espada pasaba limpiamente cortándola sin oponer casi resistencia y no notar nada de dolor gracias a los poderes de mi akuma respiré aliviado hasta que el marine dirigió su arma hacia mi cuello activando su haki.

Sus palabras recalcaron algo que claramente ya sabía. Nunca me hubiese arriesgado a algo así si no fuese un mero entrenamiento con el que no contaba morir, además en un combate real no iría con las manos desnudas ya que me sentía desnudo sin el peso de mis armas, pero absurdo transmitir esos pensamientos ya que no conseguiría nada más que enojar al pelirrojo y entendía perfectamente lo que quería explicarme con sus palabras y hechos, asique me limité a asentir como respuesta mientras regeneraba mi pierna de nuevo.

El marine parecía bastante serio y no lo conocía lo suficiente como para saber calmarlo, pero tenía claro que la seriedad no me amedrentaba asique me limité a incorporarme nada más verlo alejarse y encararse conmigo mientras hablaba en tono neutro. Tenía razón sobre que tenía que exprimir lo que estaba aprendiendo del haki y demás, pero me era complicado no recurrir a mis otras habilidades a pesar no estar usando la mitad de ellas, pero me concentré en seguir sus instrucciones puesto que estaba siendo mi maestro.

Por toda la tensión del combate no me había percatado de que éramos observados por todos los reclutas que estaban apiñados mirando y susurrando entre ellos. Seguramente alguno de ellos con los que había congeniado mejor se habría preocupados por la amputación, pero ahora todos tenían pinta de sorprendidos. Me hubiese gustado quizás explicárselo pero mi atención era para Kimura que comenzó ha hablar de nuevo y el patio de entrenamiento volvió a quedar en silencio a excepción de la voz del pelirrojo.

Sus palabras eran bastante claras al respecto de que iba a usar el filo de su arma y no la parte plana como supuestamente había estado usando hasta ahora y que tendría que esquivarlo. La información la entendí de extraña manera ya que si quería que usase sólo el haki como defensa, ¿cómo era posible que lo hiciera si quería que lo esquivase?. No entendía si era algún tipo de prueba, pero decidí adaptarme según los siguientes movimientos del marine. Era bastante más rápido que yo puesto que había acabado mi velocidad extra asique si llegaba el caso tiraría del Kami-e u incluso el Soru para no perder una extremidad si usaba su haki, pero por otro lado si Kimura se abalanzaba sin usar haki en sus ataques me dedicaría a intentar bloquear sus golpes. Tenía dos opciones entre las que elegir y tocaba hacerlo rápido puesto que el pelirrojo se lanzaba espada en mano de nuevo.

Me coloqué en posición defensiva con los brazos en una guardia alta preparándome para el embate. El capitán de los CW para mi alivio parecía no recurrir a su haki así dejándome defenderme usando el mío sin temor a que si superaba mi defensa no me llevaría un recuerdo especial de este entrenamiento. El marine avanzaba rápido como una brisa y pude activar mi haki en uno de los muslos para bloquear su primer tajo por los pelos mientras intentaba discernir hacia donde se dirigía el siguiente ataque para cambiar mi haki de posición. Fue un aluvión de golpes en los cuales noté como no llegaba a parar todos y apostaría a que la hoja del capitán terminaría llena de sirope tras terminar este embate. Si quería dejar claro que su habilidad estaba por encima de la mía ya lo había hecho y no podía evitar lucir una sonrisa por haber elegido unirme a una compañía en la cual su capitán era tan fuerte, además de tener unos ideales próximos a los míos.

Suspiré aliviado cuando noté que Kimura paraba su acometida dejando varios cortes por mis extremidades que rápidamente se cerraron dejando una lámina de sirope impregnada en la hoja de su espada. El pelirrojo me miraba fijamente como poseído por el combate y a pesar de que me lo estaba poniendo difícil no pude evitar sonreír porque por fin estaba entrenando como Dios manda, pero el capitán no vio mi infantil gesto ya que se dio la vuelta intentando sacudir el sirope de su hoja. Por experiencia propia sabía que era algo difícil de limpiar, pero me abstuve de hacer comentario alguno puesto que volvió a encararse conmigo y comenzó a hablar haciendo que volviera a la seriedad. Agradecí sus palabras sinceras, aunque más porque estaba aprovechando para descansar que por su contenido en sí, pero estaba siendo algo que mi cuerpo estaba aprovechando. Todo los marines seguían allí pasmados mirándonos, pero ninguno hacía ruido suficiente para distraerme de mis pensamientos.

En sus palabras había una cruda realidad, no soy todo lo rápido que me gustaría ser y la velocidad del pelirrojo era demasiada superior a la mía para intentar equipararlas entre sí, pero no esperaba menos de alguien que se había convertido en mi capitán y compañero. Al parecer quería que atacase yo ahora, pero volviéndome a limitar al uso del haki y no de mis otras cualidades dándome así otro handicap. Ya era difícil no emplear ninguna de las múltiples armas que usaba normalmente para cualquier combate en el que participaba, aunque iba a ser otra forma de probarme. Con los reclutas no había temido en luchar con las manos puesto que mi nivel era superior en varios aspectos a los de ellos, pero el pelirrojo que había enfrente esperando a mi ataque, era arena de otro costal. Ya había probado su velocidad y manejo con la espada en mis propias carnes, y desde luego era un rival digno de respetar.


- De acuerdo capitán, ahí que voy. - dije adoptando una posición ofensiva adelantando la pierna derecha y levantando los brazos mientras veía como el capitán optaba por una posición defensiva esperándome.

Sabía que el marine manejaba el haki de observación y por lo tanto iba a ser difícil de sorprenderlo y sólo me quedaba intentar ser más rápido de lo que había sido hasta ahora. Cierto es que con el Soru podría intentar cogerlo desprevenido como ya había hecho, pero no quería enfadarlo más no haciendo caso de sus intrucciones, al fin y al cabo él era el maestro y yo el alumno, asique me dispuse a atacar usando sólo el haki armadura que pretendía dominar. Avancé impulsándome con la pierna trasera primero ganando un impulso algo lento al principio, pero cogiendo la inercia necesaria para ganar un impulso más rápido con la pierna que llevaba adelantada y así acompasé un puñetazo rápido y potente hacia el rostro buscando que bloquease o le impactase con fuerza. El golpe iba acompasado por la inercia del avance que había realizado más la sintonía de la torsión de la cadera consiguiendo así un golpe con buena técnica, además el puño iba imbuído con haki armadura. Si el golpe daba en el blanco o fuese bloqueado por Kimura no interferiría en mis siguientes pasos, puesto que no me iba a limitar a golpear una vez, asique una vez golpeada la primera vez le iría de seguido una segunda torsión de abdomen hacia el lado contrario acompañado de un gancho bajo con dirección a las costillas imbuído con haki tras haberlo cambiado de una mano a otra, y así acompasar el segundo golpe con un tercero con el mismo brazo, pero esta vez con intención de golpear su cabeza mientras mantenía el brazo con el que no estaba golpeando en alto y poder mantener una guardia por ese lado.

Tras lanzar el combo intentaría retrodecer un par de pasos buscando algo de distancia esperando la ofensiva del marine, siempre alerta de sus movimientos y de como reaccionaba ante ellos. Me encantaba aprender de cada combate porque nunca se sabía si podía aprender algunos golpes o defensas nuevas que me fuesen útiles en un futuro, cosa de la que estaba seguro de que el pelirrojo tenía, mínimo habría un par de ases bajo la manga de este hombre, los cuales no me importaría ver.