Hayden Ashworth
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Akuma no mi
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Acabas de llegar a Momoiro desde un barco del Gobierno Mundial, aunque parece un barco mercante. Como parte de tu entrenamiento, te han mandado dar caza a un revolucionario que se esconde en esta... peculiar isla. Sin embargo, debes intentar no llamar la atención, pues esta es una isla controlada por el infame Yonkou Legan Legim. No querrás que te descubran, ¿eh?
El barco llega a la playa, en completo silencio. Todo es rosa, según ves. Te han echado del barco casi a mala gana, sin decirte nada más. Parece que tendrás que buscar tú misma al revolucionario. Oh, sí. Lo olvidaba. Se llama Leopoldo Agustino Rancio. Buena suerte. Puedes ver a lo lejos una silueta de algo bailando y cantando, con el pelo MUY afro. ¿Por qué no preguntas?
El barco llega a la playa, en completo silencio. Todo es rosa, según ves. Te han echado del barco casi a mala gana, sin decirte nada más. Parece que tendrás que buscar tú misma al revolucionario. Oh, sí. Lo olvidaba. Se llama Leopoldo Agustino Rancio. Buena suerte. Puedes ver a lo lejos una silueta de algo bailando y cantando, con el pelo MUY afro. ¿Por qué no preguntas?
S.S
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Akuma no mi
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Con el reciente logro que obtuve de dominar el estilo de las cartas mis jefes comenzaron a tomarme un poco más en cuenta, hasta tal punto que se me encomendó una misión en el Paraíso con tan solo 12 años de edad. Estaba un poco asustada la verdad, no sabía cómo me iba a desenvolver, ni mucho menos defenderme, pero si al menos lograba poner en práctica todos los entrenamientos que realicé dentro del cuartel me daría por satisfecha. Lo único que se me entregó para la misión fueron las cartas que empleé en mis entrenamientos (unas 50 cartas en total) y una ropa apropiada y sin que estuviese destrozada. Todo lo demás fueron simple palabras de ánimo entre balbucías, lo cual no me trasmitía mucha confianza la verdad. Tal vez sabían a donde me dirigía y esperaban disfrutar del espectáculo que se iba a producir. Quién sabe.
Fueron varios días de travesía, durante las cuales intente mentalizarme bien y aprenderme las reglas básicas de toda miembro del gobierno. Ante cualquier situación que se salga de mi jurisdicción o de mis conocimientos será importante que no haga nada arriesgado, y ante todo debo buscar a un tal “Leopoldo…Agustino Rancio”. Menudo nombre tenía el señor o señora, ya que tampoco se me especificó su género. En cuanto a otros detalles se me informó por el trayecto que mi destino iba a ser la Isla Momoiro, una isla tan “cursi” que hasta todas las flores y cosas del lugar eran de color rosa. Perfecto para dos enamorados o gente muy extraña, pero tampoco voy a ponerme a cuestionar los misterios de esta isla. Lo único que quería ahora era completar la misión y poner en prueba estos años de entrenamiento y demás. Con ello, y alguna que otra molestia por el camino conseguí llegar, dando a lugar a mi cometido.
Tras ser echada del barco como un niño moribundo sin madre empecé a caminar por aquellos suelos coloridos, pudiendo observar aquel paisaje tan extraño que se me había comentado antes de desembarcar. De un lugar en donde la mayoría de vistas eran gente sufriendo, llorando y pasando penurias para sobrevivir a un entrenamiento que se nos exigió desde el primer día a esto…Estaba claro por qué no querían hablarnos del mundo exterior-Esto es peor, sin duda alguna. Espero que solo sea esta isla así o está claro que me enfrento a una realidad más peligrosa de lo que me esperaba.. Miraba a mí alrededor desconfiada, intentando hallar algo con lo que comenzase a guiarme por estas tierras misteriosas. Por lo poco solo veía a un caminante bailando y trochándose por el camino, a lo que me pude fijar de un pelo bastante voluminoso.
-¿Será de quien me han encomendado buscar y apresar? No puedo arriesgarme a atacarle, con lo que comenzaré a acercarme y ver si consigue comunicarse conmigo..-Dando pasos hacia el frente intenté acercarme hacia su posición, procurando no parecer ni muy precipitada ni pasota, sino a un paso normal, tranquilo. Una vez que estuviese cerca sacaría una carta de mis bolsillos en la cual me presentaría de forma escrita como Shana, una turista que está explorando las islas de los alrededores para hacer unas memorias de sus viajes, buscando todo detalle para un posible libro que luego publicaría.
- “Táctica número 2: Identidad oculta y lograr aparentar ser alguien de confianza o poco peligroso. Ante eso, el enemigo no te tomará tanto en peligro y podrás buscar sus puntos débiles y exponenciales.-
Fueron varios días de travesía, durante las cuales intente mentalizarme bien y aprenderme las reglas básicas de toda miembro del gobierno. Ante cualquier situación que se salga de mi jurisdicción o de mis conocimientos será importante que no haga nada arriesgado, y ante todo debo buscar a un tal “Leopoldo…Agustino Rancio”. Menudo nombre tenía el señor o señora, ya que tampoco se me especificó su género. En cuanto a otros detalles se me informó por el trayecto que mi destino iba a ser la Isla Momoiro, una isla tan “cursi” que hasta todas las flores y cosas del lugar eran de color rosa. Perfecto para dos enamorados o gente muy extraña, pero tampoco voy a ponerme a cuestionar los misterios de esta isla. Lo único que quería ahora era completar la misión y poner en prueba estos años de entrenamiento y demás. Con ello, y alguna que otra molestia por el camino conseguí llegar, dando a lugar a mi cometido.
Tras ser echada del barco como un niño moribundo sin madre empecé a caminar por aquellos suelos coloridos, pudiendo observar aquel paisaje tan extraño que se me había comentado antes de desembarcar. De un lugar en donde la mayoría de vistas eran gente sufriendo, llorando y pasando penurias para sobrevivir a un entrenamiento que se nos exigió desde el primer día a esto…Estaba claro por qué no querían hablarnos del mundo exterior-Esto es peor, sin duda alguna. Espero que solo sea esta isla así o está claro que me enfrento a una realidad más peligrosa de lo que me esperaba.. Miraba a mí alrededor desconfiada, intentando hallar algo con lo que comenzase a guiarme por estas tierras misteriosas. Por lo poco solo veía a un caminante bailando y trochándose por el camino, a lo que me pude fijar de un pelo bastante voluminoso.
-¿Será de quien me han encomendado buscar y apresar? No puedo arriesgarme a atacarle, con lo que comenzaré a acercarme y ver si consigue comunicarse conmigo..-Dando pasos hacia el frente intenté acercarme hacia su posición, procurando no parecer ni muy precipitada ni pasota, sino a un paso normal, tranquilo. Una vez que estuviese cerca sacaría una carta de mis bolsillos en la cual me presentaría de forma escrita como Shana, una turista que está explorando las islas de los alrededores para hacer unas memorias de sus viajes, buscando todo detalle para un posible libro que luego publicaría.
- “Táctica número 2: Identidad oculta y lograr aparentar ser alguien de confianza o poco peligroso. Ante eso, el enemigo no te tomará tanto en peligro y podrás buscar sus puntos débiles y exponenciales.-
- Datos para el moderador:
- El rol ocurre como expongo cuando tenía 12 años, lo cual sería hace 10 años, con lo que no sé si Legim sería Yonkou en este momento pero eso no creó que sea muy relevante ya que molará ver como sale todo. Por lo demás, vengo de un centro internado donde se me entrenó día y noche para usar unas cartas como arma, pudiendo hacer alguna "tontería" al haberla dominado, pero poco mas allá. Por lo demás, si hay algún error o equivocación estoy a un MP de hablarlo, corregirlo si así lo consideras o tenerlo en cuenta para los futuros posts. Disculpa la demora.
Hayden Ashworth
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Akuma no mi
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El okama, el cual puedes ver con barba incluso, parece tener mucho... demasiado maquillaje encima. Al verte y leer lo que le has dado, suelta un enorme grito de alegría.
- ¡¡¡PERO QUÉ MONAAAAAA!!!
Hace equilibrio sobre uno de los dedos gordos del pie y, en una pose de ballet, da una vuelta sobre si mismo. Cuando vuelve a estar de frente a ti, se agacha con la intención de abrazarte. Si te dejas, te dará un achuchón tan fuerte que te costará respirar, al menos hasta que te suelte. Tras eso, se separaría y, haciendo cabriolas con poses de ballet, te preguntaría. Parece una persona bastante excéntrica.
- ¿Qué buscas, Shaaaaaaaaaaaanaaaaaaa?
Cuando termina de hablar, escuchas el graznido de un pájaro. Si miras al cielo, podrás ver a un enorme pájaro volando hacia el centro de la isla... y hay alguien a su espalda.
- ¡¡¡PERO QUÉ MONAAAAAA!!!
Hace equilibrio sobre uno de los dedos gordos del pie y, en una pose de ballet, da una vuelta sobre si mismo. Cuando vuelve a estar de frente a ti, se agacha con la intención de abrazarte. Si te dejas, te dará un achuchón tan fuerte que te costará respirar, al menos hasta que te suelte. Tras eso, se separaría y, haciendo cabriolas con poses de ballet, te preguntaría. Parece una persona bastante excéntrica.
- ¿Qué buscas, Shaaaaaaaaaaaanaaaaaaa?
Cuando termina de hablar, escuchas el graznido de un pájaro. Si miras al cielo, podrás ver a un enorme pájaro volando hacia el centro de la isla... y hay alguien a su espalda.
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