Rys
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-Asi que esto es Shimotsuki...
Decía mientras desembarcaba, nuevamente había estado viajando como polizón en un barco mercante, hasta el momento no había sido descubierto y siempre al llegar a tierra me escabullia entre la mercancía y corría por las calles para alejarme del muelle y así evitar ser descubierto. Grandes historias se contaban sobre el Dojo Koushiro, ubicado en algún lugar de la isla Shimotsuki, era la cuna de grandes espadachines y de seguro si visitaba ese lugar podría encontrar alguna pista respecto al antiguo dueño de "Pata de conejo" aquel misterioso estoque que supuestamente traía suerte a su dueño.
-Vamos vomos... dame algo de suerte...
decía mientras frotaba su hoja con mi mano, algo bastante estúpido pues no tarde mucho en hacerme un corte en la palma.
-Mierdaaaa!!! pero que ....
mire a mi alrededor, me encontraba en una plaza de la ciudad y todos me observaban por mis gritos mientras veían como me sangraba la mano, realmente había montado un show absurdo, por lo que con un poco de vergüenza me aleje del lugar caminando. estaba algo ansioso y el viaje había secado mi garganta así que me decidí pasar por una taberna antes de ir al dojo, tras recorrer un poco el pueblo encontré lo que buscaba, el bar del pueblo era modesto y no estaba muy concurrido al entrar me dirigí al baño para lavar mi herida y ponerme una venda, acto seguido me acerque a la barra y pedí una jarra de cerveza, el cantinero no demoro y puso un vaso grande frente a mi, saboree la espuma y deje que entrara el liquido lentamente a mi cuerpo.
-Ahora si... todo esta mucho mejor ¿acaso no eres la cerveza mas deliciosa del mundo? claro que si, te amo!
decia mientras daba otro sorbo a la jarra al tiempo que recordaba que no llevaba nada de efectivo conmigo, aquel ultimo sorbo me supo mas amargo.
-Mierda....
decia con la mirada perdida en el infinito.
Decía mientras desembarcaba, nuevamente había estado viajando como polizón en un barco mercante, hasta el momento no había sido descubierto y siempre al llegar a tierra me escabullia entre la mercancía y corría por las calles para alejarme del muelle y así evitar ser descubierto. Grandes historias se contaban sobre el Dojo Koushiro, ubicado en algún lugar de la isla Shimotsuki, era la cuna de grandes espadachines y de seguro si visitaba ese lugar podría encontrar alguna pista respecto al antiguo dueño de "Pata de conejo" aquel misterioso estoque que supuestamente traía suerte a su dueño.
-Vamos vomos... dame algo de suerte...
decía mientras frotaba su hoja con mi mano, algo bastante estúpido pues no tarde mucho en hacerme un corte en la palma.
-Mierdaaaa!!! pero que ....
mire a mi alrededor, me encontraba en una plaza de la ciudad y todos me observaban por mis gritos mientras veían como me sangraba la mano, realmente había montado un show absurdo, por lo que con un poco de vergüenza me aleje del lugar caminando. estaba algo ansioso y el viaje había secado mi garganta así que me decidí pasar por una taberna antes de ir al dojo, tras recorrer un poco el pueblo encontré lo que buscaba, el bar del pueblo era modesto y no estaba muy concurrido al entrar me dirigí al baño para lavar mi herida y ponerme una venda, acto seguido me acerque a la barra y pedí una jarra de cerveza, el cantinero no demoro y puso un vaso grande frente a mi, saboree la espuma y deje que entrara el liquido lentamente a mi cuerpo.
-Ahora si... todo esta mucho mejor ¿acaso no eres la cerveza mas deliciosa del mundo? claro que si, te amo!
decia mientras daba otro sorbo a la jarra al tiempo que recordaba que no llevaba nada de efectivo conmigo, aquel ultimo sorbo me supo mas amargo.
-Mierda....
decia con la mirada perdida en el infinito.
Axel Shou
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El lento movimiento de las olas, el sonido de las gaviotas en un puerto lejano el olor salado del océano, era el paisaje que los tranquilos habitantes de Shimotsuki disfrutaban cada mañana. Axel se acercó al bote de basura más cercano y vomito unos huevos con pan mal digeridos.
- Hoy tampoco es el día ¿eh?, Axel - Dijo Bob el viejo curtido por los cuatro mares que volvía de comprar provisiones en la aldea.
- Siempre está el mañana - Dijo Axel dedicándole una sonrisa decorada con jugos gástricos y yema de huevo en el borde se sus labios.
El viejo le dedico una portentosa carcajada y una despedida con la mano, dejando al joven tratando de recuperarse sobre el cubo de basura. Cuando vio al viejo desaparecer detrás de una piedra enorme se colocó nuevamente en pie y limpio las comisuras de su boca con la parte trasera de su corbata. Después de unos minutos de caminata las primeras casas de las afueras de la aldea aparecían y con ellas los saludos cordiales, y no tan cordiales, a los que Axel respondía con una amble sonrisa o un mordaz comentario.
El salado hedor del océano quedaba olvidado bajo el aroma del pastel recién horneado de Doña Olga que ya debía estar enfriado lo suficiente como para robar un trozo, cuando arribo a su ventana la abuela estaba de espaldas a la ventana y como siempre un cuchillo estaba al alcance para sacar una tajada.
- Cerezas - Dijo Axel llamando la atención de la abuela que le miro con sorpresa - ¿Por qué siempre es de cereza los viernes? -
- Yo te daré tu viernes, crio maleducado - La espátula voló por los aires a Axel que la esquivo por poco antes de salir corriendo con el eco de los gritos de la abuela por detrás.
Se acercó a la entrada del pueblo, las casas eran más constantes pero no mas que en cualquier otro pueblo pequeño. Si doblaba la esquina y seguía directo en solo unos minutos llegaría a la plaza principal de la aldea. El palo-espada se asomaba como todas las mañanas en la esquina, casi podía escuchar las risillas mientras corría, cuando estaba a punto dio un salto justo a tiempo para pasar por encima del nieto de la abuela.
- Hola Terry - Le dijo al chico al caer detrás de el - Adios, Terry - Se despidió al continuar la carrerilla en dirección a la plaza de la aldea. El chico empezo a perseguirlo llevando dos palos en las manos y uno en la boca mientras hacia un pobre intento por gesticular las palabras.
- Buegue agui agsel, dega en gas a ga guega - (Vuelve aquí, Axel. Deja en paz a la abuela) Si bien no tenía madera como espadachín del santouryo, si que tenia un futuro como corredor, aun con todos sus espada-palos lograba mantenerle el ritmo al pelirrojo que observo con una sonrisa la taberna que le esperaba con la puerta abierto y al viejo Richard sentado junto a la entrada haciendo guardia.
- Fue divertido jugar, Terry. Dile a tu abuela que en la tarde voy a ayudarle en la huerta - Como si todo estuviera planeado, Axel entro a la taberna y detrás de él la puerta se cerró de un portazo, si se concentraba lo suficiente podía ver al chico discutiendo en vano con el viejo Richard y este mandándolo a volar con una mirada del orificio carnoso en el que una vez se encontró su ojo.
- ¡Gagh gue gague go guegar garje! - (¡Mas te vale no llegar tarde!) Grito el chico para luego marcharse a pedir nuevamente que le recibieran en el dojo de la colina, o al menos eso podía esperar Axel.
Dando un profundo suspiro el pelirrojo trato de recuperar la calma, se encontraba un poco agitado, pero nada que le evitara dedicar una astuta sonrisa todos los presentes en el bar, la mayoría viejos lobos de mar con tantos viajes como canas en sus cabezas. El chico empezo a agitar la mano y tocar hombros a la vez que recitaba los nombres de la lista de los viernes - ¿Que pasa Rogy? ¿Cómo está la familia Fer? ¿Nueva peluca Trump? - y así hasta llegar a la barra donde una cara desconocida ocupaba el lugar de alguien que no estaba.
- ¿Mucho trabajo Trebor? - Axel movio su mano como intentando agarrar algo, no solo faltaba una persona si no también su cerveza. - ¿Qué pasa no me vas a saludar? -
El tabernero le dedico una mirada de molestia - Depende ¿Me vas a pagar lo que me debes? -
- Vamos, Trebor. Nuestra amistad vale mas que cinco -
- ¡Doce! - El tabernero golpeo la barra con una jarra de cerveza agrietándola.
- …doce cervezas mal contadas - La sonrisa de Axel no desaparecia y por mas amistosa que fuera no parecía que lograra otra cosa más que irritarlo aun mas.
El barman termino de limpiar la jarra de vidrio agrietada para luego dejar un buen escupitajo en el fondo y llenarla de cerveza dejándola frente al pelirrojo. - Esta va por la casa-
El escupitajo aun era visible flotando en el burbujeante liquido amarillo. Axel, sin mirar el licor, lo levanto y con una sonrisa pedante dijo - A tu salud - Y lo bebio hasta el fondo.
- A veces no sé decir si el dia en que llegaste fue una bendición o una maldición. Pero una cosa si se Si aparece otro bastardo vividor como tú que pretenda beber gratis en mi taberna los voy a colgar de las pelotas a ambos en la plaza -
- Oh, Trebor. Sabes que no hay nadie como yo en esta isla. -
- Hoy tampoco es el día ¿eh?, Axel - Dijo Bob el viejo curtido por los cuatro mares que volvía de comprar provisiones en la aldea.
- Siempre está el mañana - Dijo Axel dedicándole una sonrisa decorada con jugos gástricos y yema de huevo en el borde se sus labios.
El viejo le dedico una portentosa carcajada y una despedida con la mano, dejando al joven tratando de recuperarse sobre el cubo de basura. Cuando vio al viejo desaparecer detrás de una piedra enorme se colocó nuevamente en pie y limpio las comisuras de su boca con la parte trasera de su corbata. Después de unos minutos de caminata las primeras casas de las afueras de la aldea aparecían y con ellas los saludos cordiales, y no tan cordiales, a los que Axel respondía con una amble sonrisa o un mordaz comentario.
El salado hedor del océano quedaba olvidado bajo el aroma del pastel recién horneado de Doña Olga que ya debía estar enfriado lo suficiente como para robar un trozo, cuando arribo a su ventana la abuela estaba de espaldas a la ventana y como siempre un cuchillo estaba al alcance para sacar una tajada.
- Cerezas - Dijo Axel llamando la atención de la abuela que le miro con sorpresa - ¿Por qué siempre es de cereza los viernes? -
- Yo te daré tu viernes, crio maleducado - La espátula voló por los aires a Axel que la esquivo por poco antes de salir corriendo con el eco de los gritos de la abuela por detrás.
Se acercó a la entrada del pueblo, las casas eran más constantes pero no mas que en cualquier otro pueblo pequeño. Si doblaba la esquina y seguía directo en solo unos minutos llegaría a la plaza principal de la aldea. El palo-espada se asomaba como todas las mañanas en la esquina, casi podía escuchar las risillas mientras corría, cuando estaba a punto dio un salto justo a tiempo para pasar por encima del nieto de la abuela.
- Hola Terry - Le dijo al chico al caer detrás de el - Adios, Terry - Se despidió al continuar la carrerilla en dirección a la plaza de la aldea. El chico empezo a perseguirlo llevando dos palos en las manos y uno en la boca mientras hacia un pobre intento por gesticular las palabras.
- Buegue agui agsel, dega en gas a ga guega - (Vuelve aquí, Axel. Deja en paz a la abuela) Si bien no tenía madera como espadachín del santouryo, si que tenia un futuro como corredor, aun con todos sus espada-palos lograba mantenerle el ritmo al pelirrojo que observo con una sonrisa la taberna que le esperaba con la puerta abierto y al viejo Richard sentado junto a la entrada haciendo guardia.
- Fue divertido jugar, Terry. Dile a tu abuela que en la tarde voy a ayudarle en la huerta - Como si todo estuviera planeado, Axel entro a la taberna y detrás de él la puerta se cerró de un portazo, si se concentraba lo suficiente podía ver al chico discutiendo en vano con el viejo Richard y este mandándolo a volar con una mirada del orificio carnoso en el que una vez se encontró su ojo.
- ¡Gagh gue gague go guegar garje! - (¡Mas te vale no llegar tarde!) Grito el chico para luego marcharse a pedir nuevamente que le recibieran en el dojo de la colina, o al menos eso podía esperar Axel.
Dando un profundo suspiro el pelirrojo trato de recuperar la calma, se encontraba un poco agitado, pero nada que le evitara dedicar una astuta sonrisa todos los presentes en el bar, la mayoría viejos lobos de mar con tantos viajes como canas en sus cabezas. El chico empezo a agitar la mano y tocar hombros a la vez que recitaba los nombres de la lista de los viernes - ¿Que pasa Rogy? ¿Cómo está la familia Fer? ¿Nueva peluca Trump? - y así hasta llegar a la barra donde una cara desconocida ocupaba el lugar de alguien que no estaba.
- ¿Mucho trabajo Trebor? - Axel movio su mano como intentando agarrar algo, no solo faltaba una persona si no también su cerveza. - ¿Qué pasa no me vas a saludar? -
El tabernero le dedico una mirada de molestia - Depende ¿Me vas a pagar lo que me debes? -
- Vamos, Trebor. Nuestra amistad vale mas que cinco -
- ¡Doce! - El tabernero golpeo la barra con una jarra de cerveza agrietándola.
- …doce cervezas mal contadas - La sonrisa de Axel no desaparecia y por mas amistosa que fuera no parecía que lograra otra cosa más que irritarlo aun mas.
El barman termino de limpiar la jarra de vidrio agrietada para luego dejar un buen escupitajo en el fondo y llenarla de cerveza dejándola frente al pelirrojo. - Esta va por la casa-
El escupitajo aun era visible flotando en el burbujeante liquido amarillo. Axel, sin mirar el licor, lo levanto y con una sonrisa pedante dijo - A tu salud - Y lo bebio hasta el fondo.
- A veces no sé decir si el dia en que llegaste fue una bendición o una maldición. Pero una cosa si se Si aparece otro bastardo vividor como tú que pretenda beber gratis en mi taberna los voy a colgar de las pelotas a ambos en la plaza -
- Oh, Trebor. Sabes que no hay nadie como yo en esta isla. -
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Mi cerveza estaba a media jarra, ¿que debía hacer? ¿escapar del lugar? ¡claro! ¿que podría pasar? nadie en este pueblo me conocía, pero hacerlo significaría pasar mi corta estadía preocupado que me atraparan y aun quería visitar el Dojo de manera tranquila, quizás podría conseguir algunos berries con las personas del lugar ¿a quien no le gusta ver unos buenos malabares?, estaba pensándomelo cuando al lugar entro un chico muy animado, saludo a todos al entrar y me dedico una mirada de segundos en donde expresaba "es primera vez que te veo", acto seguido se sentó en la barra y pidió una cerveza "gratis", el tabernero se negó y aclaro la deuda que tenia con el y lo molesto que le hacia sentir tener deudores, Estoy cagado... me dije en voz baja, tras mis lamentos vi como el tabernero escupía en un vaso y luego lo llenaba de cerveza ofreciendolo al gran deudor del lugar, sin mirar el contenido el chico se lo bebió hasta el fondo, trebor el tabernero no parecía agradarle la situación advertía colgar de las pelotas a cualquier otro deudor.
-Veo que lo que te falta en berries te sobra en cojones, jamas vi a alguien superar este tipo de desafió ¿te bebiste hasta la ultima gota? y ademas crees que eres el "unico", no te sientas especial... déjame decirte que yo tampoco tengo ningún berrie y estoy listo para superar el desafió.
acerque mi jarra que aun tenia la mitad de su contenido hacia el tabernero.
-Vamos escupa! que sea uno grande que le prometo que mi truco sera mas espectacular.
El tabernero aparto la jarra de cerveza, puso un rostro serio y me miro fijamente.
-¿Que no tienes berries? ¿y como cojones piensas pagarme esa cerveza muchacho? ¿he? ¿acaso quieres que te cuelgue de las pelotas?
Me levante de mi asiento con una sonrisa.
-Pues dije que no tenia berries, pero no dije que no quería pagárselo, mi nombre es Rys Reet soy muy famoso ¿acaso nunca escucho de mi? mis trucos son espectaculares.
Aquello era una mentira, conocía algunas cosas que había leído en unos libros de buffones con ellas lograba entretener a los niños pequeños de mi isla, esta vez debía lucirme y quizás podría safar de la deuda. El tabernero parecía algo confundido pero continuo observándome, entonces me subí sobre la barra de la taberna, puse una mano en mi cintura mientras levantaba la otra y ladeaba un poco mis caderas para hacer una pose artística.
-Señores y señoras con pene! todos aquí son unos afortunados, están apunto de presenciar uno de los trucos mas peligrosos de todo el grand line.
Habia logrado captar el interes de las pocas personas que estaban en el lugar, tome el vaso vació del muchacho, el mio que aun tenia la mitad de cerveza y mi estoque, me las arregle para tener los objetos en mis manos.
-Dos vasos y un letal estoque, un movimiento en falso y podría ser mi final, pero no se preocupen pues este fantástico estoque "pata de conejo" me ha traído suerte en todos mis shows!
comencé a hacer malabares con los 3 objetos sobre la barra, la tensión aumentaba a medida que el estoque daba vueltas en el aire y lo atrapaba con mi mano para luego volver a lanzarlo, recibir el primer vaso y luego el otro sin derramar su contenido.
-Y ahora el truco final...
lance los 3 objetos al aire y di un salto de la barra al suelo mientras hacia una pequeña pirueta para luego esperar recibir los objetos con la mayor gracia posible.
-Veo que lo que te falta en berries te sobra en cojones, jamas vi a alguien superar este tipo de desafió ¿te bebiste hasta la ultima gota? y ademas crees que eres el "unico", no te sientas especial... déjame decirte que yo tampoco tengo ningún berrie y estoy listo para superar el desafió.
acerque mi jarra que aun tenia la mitad de su contenido hacia el tabernero.
-Vamos escupa! que sea uno grande que le prometo que mi truco sera mas espectacular.
El tabernero aparto la jarra de cerveza, puso un rostro serio y me miro fijamente.
-¿Que no tienes berries? ¿y como cojones piensas pagarme esa cerveza muchacho? ¿he? ¿acaso quieres que te cuelgue de las pelotas?
Me levante de mi asiento con una sonrisa.
-Pues dije que no tenia berries, pero no dije que no quería pagárselo, mi nombre es Rys Reet soy muy famoso ¿acaso nunca escucho de mi? mis trucos son espectaculares.
Aquello era una mentira, conocía algunas cosas que había leído en unos libros de buffones con ellas lograba entretener a los niños pequeños de mi isla, esta vez debía lucirme y quizás podría safar de la deuda. El tabernero parecía algo confundido pero continuo observándome, entonces me subí sobre la barra de la taberna, puse una mano en mi cintura mientras levantaba la otra y ladeaba un poco mis caderas para hacer una pose artística.
-Señores y señoras con pene! todos aquí son unos afortunados, están apunto de presenciar uno de los trucos mas peligrosos de todo el grand line.
Habia logrado captar el interes de las pocas personas que estaban en el lugar, tome el vaso vació del muchacho, el mio que aun tenia la mitad de cerveza y mi estoque, me las arregle para tener los objetos en mis manos.
-Dos vasos y un letal estoque, un movimiento en falso y podría ser mi final, pero no se preocupen pues este fantástico estoque "pata de conejo" me ha traído suerte en todos mis shows!
comencé a hacer malabares con los 3 objetos sobre la barra, la tensión aumentaba a medida que el estoque daba vueltas en el aire y lo atrapaba con mi mano para luego volver a lanzarlo, recibir el primer vaso y luego el otro sin derramar su contenido.
-Y ahora el truco final...
lance los 3 objetos al aire y di un salto de la barra al suelo mientras hacia una pequeña pirueta para luego esperar recibir los objetos con la mayor gracia posible.
- Resultado de la proeza:
El dado decidirá mi destino:
Rys ha efectuado 1 lanzada(s) de uno 6 :- 3
1-Soy capas de recibir los 3 objetos con gracia y colocarlos con estilo en el suelo a mi alrededor.
2-Soy capas de recibir los vasos sin problemas pero el estoque cae en punta y atraviesa mi mano (logro transformarla en polvo para evitar daño)
3-Soy capas de recibir los vasos sin problemas pero el estoque cae en punta y atraviesa mi pie sin dañar ningún tendón que comprometa mi desempeño físico (sale sangre)
4-Soy capas de recibir el estoque con gracia, pero los vasos se revientan en el suelo rompiendo uno y derramando el contenido del otro.
5-Recibo el vaso vacio y el estoque con gracia, pero el vaso con cerveza se derrama en el aire y cae el contenido sobre mi cabeza.
6-Recibo el estoque con gracia y usando este mismo recibo los vasos uno montado sobre otro, un acto de destreza bastante particular, todo gracias a la suerte de mi estoque.
Axel Shou
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Shimotsuki era un pueblo excepcionalmente tranquilo, en las poco más de dos semanas que había estado Axel en el pudo percatarse de inmediato de ello. La aldea despertaba a las 5 de la mañana con Bob pasando por la casa de cada uno de los pequeños comerciantes de la aldea, tomando nota de la mercancía que necesitarían transportar, para luego dormirse con Richard sacando a Jon del bar de Trebor a eso de una. Todos los ciudadanos seguían su pequeña rutina, tan fácil de seguir para el ojo observador de Axel que para el fin de la primera semana el pelirrojo podía decir con inquietante exactitud donde estaría a cada momento los habitante de la aldea. Aun que claro, exceptuando los raros imprevistos que nunca iban más allá de una gallina perdida o los gritos de Doña Olga al echar a su marido después de descubrir lo en un nuevo amorío. La vida en Shimotsuki era envidiablemente rutinaria, al menos hasta ahora.
Andrew faltaba en la taberna y un tipo nuevo ocupaba su lugar, uno que parecía tener la cabeza tan vacía como la jarra de cerveza que acababa de terminar Axel; ademas de poseer una energía que superaba a la de Terry y sus espadas-palos con creces. Al pelirrojo le encanto. Con una amplia sonrisa y sonoras carcajadas recibió el comentario en el que hacía gala de la pobreza que los establecía como iguales y casi se cae de su silla cuando le reto a superarlo en este aspecto.
- Oh, mi querido cabezarbusto. Las únicas posesiones que nos hacen falta perder es nuestra ropa y ni te atrevas a hacer gala de ellas. Mi amigo Trebor “muerde-almohadas” Kariou estaría feliz de quitárnosla a ambos -
Al terminar la frase el tabernero tomo de la camisa a Axel y rojo de la furia le grito - ¡Estaba borracho, maldito cabrón! -
Salvado por la campana, o mas bien por el payaso, el tabernero se vio obligado a soltar a Axel cuando el tipo nuevo se monto de un salto a la barra y empezó su función con un salido digno del mas apetecido artista callejero. Los rostros se giraron hacia el, algunos momentáneamente y otros girando sus sillas para disfrutar del espectáculo.
- ¿Un conocido tuyo pelirrojo? -
Le grito a alguien en la lejanía a Axel, quien respondió con una sonrisa astuta. - ¿Qué te hizo descubrirlo? ¿La extravagancia o la falta de sentido común?-
Siguiendo el juego, el pelirrojo empezó a aplaudir y animo a todos a levantarse y hacerle coro al payaso, todos parecían entretenidos a excepción de Trebor, quien aplaudia con desgana y solo parecía interesado al observar el estoque del malabarista subir y bajar. Axel casi podía ver los Berrys dibujados en sus ojos.
Cuando el Show llego a su fin, esperando cerrar con broche de oro, el chaval dio un salto fuera de la barra y cayó en el suelo atrapando grácilmente las jarras de cerveza que había utilizado, y robándose una portentosa carcajada de todos los presentes cuando el estoque cayó sobre su pie dejando al pobre tipo clavado al suelo. La payasada fue tan soberana e inesperada que incluso el tabernero no pudo evitar romper en carcajadas. Viendo su oportunidad para mantener sus bolas entre sus piernas y lo mas lejos posible de la plaza del pueblo, Axel salto a la acción.
- Esto solo es una muestra de las maravillosos infortunios que “El Afortunado” y su estoque de la suerte pueden lograr - Grito Axel haciendo una exagerada reverencia, momento que aprovecho para tomar el arma del pie del malabarista y retirarla de un solo movimiento, para así empezar a caminar con ella entre los dedos alejándose del malabarista unos pocos metros, al tiempo que recitaba con voz de presentador, tan pomposa y ridícula que lograba captar todas las sonrisas de los presentes - Malabares, monólogos, cercenacion de extremidades - Axel se giró mirando hacia el chaval y moviendo descuidadamente el arma, untando de la sangre del tipo a uno y casi cortando a otros - Todo esto y más encontraran esta noche, en esta misma taberna por el sencillo precio de unos pocos tragos para las secas gargantas de sus servidores - Un grito de aprobación broto de la multitud el cual hizo dibujar una satisfecha sonrisa en el rostro de Axel y una expresión de molestia en la del tabernero.
- A su servicio señores y señoras - Axel contuvo la risa - con pene. Gracias por su tiempo - Sin mas para agregar arrojo el estoque contra el malabarista atravesando su alborotado cabello y partiendo por la mitad para terminar clavándose en la pared detrás de el. Axel sonrió confiado y la gente rompió en otra oleada de risas y alabanzas.
Con el espectáculo terminado, varios hombres se levantaron a saludar al recién llegado estrechando su mano y dándole la bienvenida ofreciéndole un trago de su propia cerveza. Aprovechando la confusión, Axel recupero el estoque y se lo entregárso al malabarista una vez la situación se calmo y en voz baja le dijo - Lo siento, tengo mala puntería. Quería darle a una de las jarras de cerveza. - Axel le sonrió como retándole importancia al casi haber le clavado el estoque entre ceja y ceja. - Pero bueno, al menos no te lo clave en el otro pie. -
Andrew faltaba en la taberna y un tipo nuevo ocupaba su lugar, uno que parecía tener la cabeza tan vacía como la jarra de cerveza que acababa de terminar Axel; ademas de poseer una energía que superaba a la de Terry y sus espadas-palos con creces. Al pelirrojo le encanto. Con una amplia sonrisa y sonoras carcajadas recibió el comentario en el que hacía gala de la pobreza que los establecía como iguales y casi se cae de su silla cuando le reto a superarlo en este aspecto.
- Oh, mi querido cabezarbusto. Las únicas posesiones que nos hacen falta perder es nuestra ropa y ni te atrevas a hacer gala de ellas. Mi amigo Trebor “muerde-almohadas” Kariou estaría feliz de quitárnosla a ambos -
Al terminar la frase el tabernero tomo de la camisa a Axel y rojo de la furia le grito - ¡Estaba borracho, maldito cabrón! -
Salvado por la campana, o mas bien por el payaso, el tabernero se vio obligado a soltar a Axel cuando el tipo nuevo se monto de un salto a la barra y empezó su función con un salido digno del mas apetecido artista callejero. Los rostros se giraron hacia el, algunos momentáneamente y otros girando sus sillas para disfrutar del espectáculo.
- ¿Un conocido tuyo pelirrojo? -
Le grito a alguien en la lejanía a Axel, quien respondió con una sonrisa astuta. - ¿Qué te hizo descubrirlo? ¿La extravagancia o la falta de sentido común?-
Siguiendo el juego, el pelirrojo empezó a aplaudir y animo a todos a levantarse y hacerle coro al payaso, todos parecían entretenidos a excepción de Trebor, quien aplaudia con desgana y solo parecía interesado al observar el estoque del malabarista subir y bajar. Axel casi podía ver los Berrys dibujados en sus ojos.
Cuando el Show llego a su fin, esperando cerrar con broche de oro, el chaval dio un salto fuera de la barra y cayó en el suelo atrapando grácilmente las jarras de cerveza que había utilizado, y robándose una portentosa carcajada de todos los presentes cuando el estoque cayó sobre su pie dejando al pobre tipo clavado al suelo. La payasada fue tan soberana e inesperada que incluso el tabernero no pudo evitar romper en carcajadas. Viendo su oportunidad para mantener sus bolas entre sus piernas y lo mas lejos posible de la plaza del pueblo, Axel salto a la acción.
- Esto solo es una muestra de las maravillosos infortunios que “El Afortunado” y su estoque de la suerte pueden lograr - Grito Axel haciendo una exagerada reverencia, momento que aprovecho para tomar el arma del pie del malabarista y retirarla de un solo movimiento, para así empezar a caminar con ella entre los dedos alejándose del malabarista unos pocos metros, al tiempo que recitaba con voz de presentador, tan pomposa y ridícula que lograba captar todas las sonrisas de los presentes - Malabares, monólogos, cercenacion de extremidades - Axel se giró mirando hacia el chaval y moviendo descuidadamente el arma, untando de la sangre del tipo a uno y casi cortando a otros - Todo esto y más encontraran esta noche, en esta misma taberna por el sencillo precio de unos pocos tragos para las secas gargantas de sus servidores - Un grito de aprobación broto de la multitud el cual hizo dibujar una satisfecha sonrisa en el rostro de Axel y una expresión de molestia en la del tabernero.
- A su servicio señores y señoras - Axel contuvo la risa - con pene. Gracias por su tiempo - Sin mas para agregar arrojo el estoque contra el malabarista atravesando su alborotado cabello y partiendo por la mitad para terminar clavándose en la pared detrás de el. Axel sonrió confiado y la gente rompió en otra oleada de risas y alabanzas.
Con el espectáculo terminado, varios hombres se levantaron a saludar al recién llegado estrechando su mano y dándole la bienvenida ofreciéndole un trago de su propia cerveza. Aprovechando la confusión, Axel recupero el estoque y se lo entregárso al malabarista una vez la situación se calmo y en voz baja le dijo - Lo siento, tengo mala puntería. Quería darle a una de las jarras de cerveza. - Axel le sonrió como retándole importancia al casi haber le clavado el estoque entre ceja y ceja. - Pero bueno, al menos no te lo clave en el otro pie. -
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Precisión
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Ya era segunda vez en un día que sufría un daño por "pata de conejo" ¿como es posible que un usuario de Logia pueda sangrar tantas veces? sin duda me quedaba demasiado por manejar mi fruta, aun no lograba ocuparla a mi antojo al 100% y no era de extrañar, llevaba casi 6 meses desde que la había conseguido. Pese a todo lo ocurrido parece que todos se tomaron el acto con humor y mi pie milagrosamente solo recibió heridas leves, otra cosa que llamaba mi atención era el muchacho que aprovecho rápidamente el alboroto para echarse créditos, acordando un show para la noche en la taberna.
-¿Hey como que un show? que tengo mas cosas que hacer en este pueblo no puedo darme el lujo de...
-Un show tendrá que ser o los cuelgo de las pelotas a los 2
interrumpió el tabernero, parecía que la gente del lugar se había entusiasmado y de seguro le serviría para atraer mas clientela, en ese momento dimensione el potencial que teníamos frente a nosotros.
-Vale vale mi buen amigo Trebor ¿somos amigos verdad? por que los amigos de mis amigos son mis amigos y este chaval es mi amigo entones vamos a hacer un trato de amigos.
decia con mi mano en el hombro de "presentador"
-¿ah? ¿que?
decia Trebor algo confuso con mis palabras.
-Un trato! nosotros hacemos un Show esta noche y tu nos das provisiones , mañana por la mañana tengo que zarpar y necesito comida para una semana por lo menos y no te lo pienses dos veces ¿acaso no quieres tener tu taberna llena esta noche?
LLevado por su entusiasmo y lo apresurado de la situación Trebor acepto y no solo eso sino que nos regalo un par de cerveza a cada uno. Las tomamos y nos sentamos en una de las mesas para conversar.
-Vale... mi nombre es Rys y parece que ahora somos colegas, bueno... al menos por esta noche, estoy buscando el Dojo ¿sabes donde esta? me apetece visitarlo, es temprano y aun tenemos un par de horas antes del anochecer.
Tras decir eso di un largo sorbo a mi cerveza.
-¿Hey como que un show? que tengo mas cosas que hacer en este pueblo no puedo darme el lujo de...
-Un show tendrá que ser o los cuelgo de las pelotas a los 2
interrumpió el tabernero, parecía que la gente del lugar se había entusiasmado y de seguro le serviría para atraer mas clientela, en ese momento dimensione el potencial que teníamos frente a nosotros.
-Vale vale mi buen amigo Trebor ¿somos amigos verdad? por que los amigos de mis amigos son mis amigos y este chaval es mi amigo entones vamos a hacer un trato de amigos.
decia con mi mano en el hombro de "presentador"
-¿ah? ¿que?
decia Trebor algo confuso con mis palabras.
-Un trato! nosotros hacemos un Show esta noche y tu nos das provisiones , mañana por la mañana tengo que zarpar y necesito comida para una semana por lo menos y no te lo pienses dos veces ¿acaso no quieres tener tu taberna llena esta noche?
LLevado por su entusiasmo y lo apresurado de la situación Trebor acepto y no solo eso sino que nos regalo un par de cerveza a cada uno. Las tomamos y nos sentamos en una de las mesas para conversar.
-Vale... mi nombre es Rys y parece que ahora somos colegas, bueno... al menos por esta noche, estoy buscando el Dojo ¿sabes donde esta? me apetece visitarlo, es temprano y aun tenemos un par de horas antes del anochecer.
Tras decir eso di un largo sorbo a mi cerveza.
Axel Shou
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Las cosas habían salido a pedir de boca, Trebor había aceptado el intercambio del Show por las deudas de los dos pobretones e ¡incluso había olvidado esa obsesión sexual con sus pelotas! Aun que el cabezarbusto se había mostrado reluctante al principio, la visión de sus partes íntimas expuestas en lo alto de una atalaya le hicieron reconsiderar la oportunidad. Después de despacharlos con una cerveza a cada uno, Axel y el nuevo se sentaron en una de las mesas a hablar o mas bien, el señor fortunas había iniciado un mini monologo que le dejo sin aliento, durante el cual Axel solo se limito a dar pequeños sorbos a su cerveza interrumpidos por una sonrisa tranquila.
El monologo al fin término y, como si necesitara más del alcohol que del aire, el cabezarbusto dio un largo sorbo a la cerveza. Al parecer era otro espadachín que venia a probar suerte en el famoso dojo de la aldea, no era entrenamiento, pretendía zarpar tan pronto como le fuera posible ¿venia a retar al dueño del dojo? Los ojos de Axel observaron el cortado del muchacho, un instante apenas perceptible y en su rostro solo se dibujaba la misma sonrisa amistosa “Suerte en ello” .
- El nombre es Axel y si se dónde está el dojo. Todo el mundo lo sabe. Muchos vienen de los 4 mares buscándolo, o eso me han contado. Te puedo llevar, tengo algo de tiempo libre y nos vendría bien averiguar qué hacer para el espectáculo de hoy - Axel dio el ultimo sorbo a su cerveza - Si seguimos con esa rutina creo que te vas a quedar sin extremidades que cortar. Aun que podemos variar un poco, ¿que tal si cumplimos la fantasía de Trebor y le entregamos una de las pelotas que tanto reclama? - La sonrisa de Axel se amplio y sus ojos brillaron con astucia - Lo podemos dejar a la suerte -
Axel se puso en pie - Nos vemos, Muerde-almohadas. No te sobrepases con ninguno de tus clientes, si no, ningún espectáculo nuestro podrá salvar esta taberna. -
De un tirón el pelirrojo saco al cabezarbusto y cerro la puerta, justo a tiempo para que una jarra de cerveza se estrellara contra ella rompiéndose en mil pedazos.Mientras se alejaban de la taberna en dirección al dojo las carcajadas estallaran nuevamente dentro del sitio. - Y dime ¿Adónde crees que te lleva tu camino que necesitas hacer una parada en el “insignificante” dojo de una nada insignificante aldea -
El monologo al fin término y, como si necesitara más del alcohol que del aire, el cabezarbusto dio un largo sorbo a la cerveza. Al parecer era otro espadachín que venia a probar suerte en el famoso dojo de la aldea, no era entrenamiento, pretendía zarpar tan pronto como le fuera posible ¿venia a retar al dueño del dojo? Los ojos de Axel observaron el cortado del muchacho, un instante apenas perceptible y en su rostro solo se dibujaba la misma sonrisa amistosa “Suerte en ello” .
- El nombre es Axel y si se dónde está el dojo. Todo el mundo lo sabe. Muchos vienen de los 4 mares buscándolo, o eso me han contado. Te puedo llevar, tengo algo de tiempo libre y nos vendría bien averiguar qué hacer para el espectáculo de hoy - Axel dio el ultimo sorbo a su cerveza - Si seguimos con esa rutina creo que te vas a quedar sin extremidades que cortar. Aun que podemos variar un poco, ¿que tal si cumplimos la fantasía de Trebor y le entregamos una de las pelotas que tanto reclama? - La sonrisa de Axel se amplio y sus ojos brillaron con astucia - Lo podemos dejar a la suerte -
Axel se puso en pie - Nos vemos, Muerde-almohadas. No te sobrepases con ninguno de tus clientes, si no, ningún espectáculo nuestro podrá salvar esta taberna. -
De un tirón el pelirrojo saco al cabezarbusto y cerro la puerta, justo a tiempo para que una jarra de cerveza se estrellara contra ella rompiéndose en mil pedazos.Mientras se alejaban de la taberna en dirección al dojo las carcajadas estallaran nuevamente dentro del sitio. - Y dime ¿Adónde crees que te lleva tu camino que necesitas hacer una parada en el “insignificante” dojo de una nada insignificante aldea -
Kei
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De nuevo estaba en casa de Sam, parecía estar bien sin ninguna herida a la vista, corrió a abrazarlo con algunas lágrimas rodando por sus mejillas.- Menos mal que estás bien-
-porque no iba a estar bien?- dijo con una leve carcajada que poco a poco se fue convirtiendo en un agónico sonido. Cuando lo miro de nuevo su rostro estaba ensangrentado y tenía las manos llenas de sangre. Sin darse cuenta un grito desesperado salió de su garganta, abrió los ojos de inmediato incorporándose de golpe sobre la cama.
Otra vez esa maldita pesadilla...y este maldito lugar- El sudor descendía por su frente y la ropa estaba empapada, cualquiera que la viera pensaría que le habían tirado un jarro de agua fría por encima. Se acomodo el pelo en una coleta para luego quitarse la ropa y dirigirse a la ducha, a la cual no le agradaba mucho entrar y eso era raro en ella dado que adoraba los baños largos.
Se alojaba en un hostal de la zona bastante barato, aunque ella tenía la peor habitacion de todas, ya bueno era que la pudiera pagar engatusando a alguna pobre mujer o a algún tonto que se dejaba llevar por un cuerpo bonito. Estaba forzada a estar aquí hasta que consiguiera un barco y la espada del Dojo, desde que la vio no pudo dejar de pensar en que quería que fuera suya y fuera como fuese lo conseguiría.
“De que vamos hoy, Kai o Kei?” Pensó mientras se sentaba en la cama con nada más que la toalla cubriendo su cuerpo. “Que narices, hoy toca aprovecharse de algún pobre imbecil y sacarle lo que se pueda” Cogió uno de sus vestidos más sugerentes y salió por la puerta. Apenas se había percatado de la hora que era, pero estaba claro que la mañana se la había pasado durmiendo.
No tardó mucho en encontrar un “madurito” que buscaba compañía y se percató en ella.- Hola preciosa cómo te llamas y qué haces tan sola por este barrio marginal?- siempre eran las mismas conversaciones con miradas lascivas a su cuerpo, pero no importaba pues tenia un proposito y no dejaría que esa basura llegara siquiera a rozar su cuerpo. Esbozó su mejor sonrisa- Me llamo Sara, y creo que me he perdido-su voz sonaba pura e inocente.
No te preocupes cielo acompáñame y te enseñaré este lugar para que no vuelvas a perderte- el hombre se relamía y Kei podía ver las intenciones de este a la legua pues no era nada tonta, había aprendido a arreglárselas todo este tiempo en la isla y hoy era el día de llevar a cabo su plan.
-porque no iba a estar bien?- dijo con una leve carcajada que poco a poco se fue convirtiendo en un agónico sonido. Cuando lo miro de nuevo su rostro estaba ensangrentado y tenía las manos llenas de sangre. Sin darse cuenta un grito desesperado salió de su garganta, abrió los ojos de inmediato incorporándose de golpe sobre la cama.
Otra vez esa maldita pesadilla...y este maldito lugar- El sudor descendía por su frente y la ropa estaba empapada, cualquiera que la viera pensaría que le habían tirado un jarro de agua fría por encima. Se acomodo el pelo en una coleta para luego quitarse la ropa y dirigirse a la ducha, a la cual no le agradaba mucho entrar y eso era raro en ella dado que adoraba los baños largos.
Se alojaba en un hostal de la zona bastante barato, aunque ella tenía la peor habitacion de todas, ya bueno era que la pudiera pagar engatusando a alguna pobre mujer o a algún tonto que se dejaba llevar por un cuerpo bonito. Estaba forzada a estar aquí hasta que consiguiera un barco y la espada del Dojo, desde que la vio no pudo dejar de pensar en que quería que fuera suya y fuera como fuese lo conseguiría.
“De que vamos hoy, Kai o Kei?” Pensó mientras se sentaba en la cama con nada más que la toalla cubriendo su cuerpo. “Que narices, hoy toca aprovecharse de algún pobre imbecil y sacarle lo que se pueda” Cogió uno de sus vestidos más sugerentes y salió por la puerta. Apenas se había percatado de la hora que era, pero estaba claro que la mañana se la había pasado durmiendo.
No tardó mucho en encontrar un “madurito” que buscaba compañía y se percató en ella.- Hola preciosa cómo te llamas y qué haces tan sola por este barrio marginal?- siempre eran las mismas conversaciones con miradas lascivas a su cuerpo, pero no importaba pues tenia un proposito y no dejaría que esa basura llegara siquiera a rozar su cuerpo. Esbozó su mejor sonrisa- Me llamo Sara, y creo que me he perdido-su voz sonaba pura e inocente.
No te preocupes cielo acompáñame y te enseñaré este lugar para que no vuelvas a perderte- el hombre se relamía y Kei podía ver las intenciones de este a la legua pues no era nada tonta, había aprendido a arreglárselas todo este tiempo en la isla y hoy era el día de llevar a cabo su plan.
Lya D. Gol
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-Ya no estés deprimida- Damáris seguía sosteniendo la taza de té y sobaba mi espalda con suavidad. Suspiró al ver que nada daba resultado, y no esperaba menos, ya que después de todo ella había tenido la idea.
-Pero es rojo-dije golpeando el suelo de madera con mi puño derecho.
Alce la cabeza para verme en el espejo y la toalla que enrollaba mi cabello callo al piso. Mis ojos se posaron en la tonalidad brillante que el tinte daba a mi cabellera, y mis ojos se llenaban de agua nuevamente.
-se supone que iba a lavarlo y cortar las puntas solamente... no a ponerlo como un tomate al punto de hacerlo salsa- las lagrimas caían de mi rostro como pequeños arroyos y una un aura deprimente rodeaba la habitación.
Damáris dejo la taza en el mueble mas cercano y me mostro unos boletos que era cortesias para una comida gratis.
-mira- moviendo los dos pedazos de papel-al menos nos dieron esto para ir a beber toda la noche a la taberna, al menos podrás celebrar después de la demostración- me dijo sonriendo.
-Damáris...- mis ojos brillaron como los de una animal enfurecido y mi sonrisa se torno como la de un tigre a punto de comerse un lince.- SABES QUE NO ME GUSTA BEBER ALCOHOL.
-¿no te parece gracioso que confundieran el shampoo con un tinte para el cabello?-comento la rubia mientras caminabamos por los pasillos del dojo.
-Ahora sabemos porque era un lugar barato-respondi suspirando.
-pero te dieron ese producto para que el color se cayera en unos dias ¿no?
-Si- recordando la enorme cantidad de botellas que las dos jóvenes de la tienda de belleza me habían regalado casi llorando por haber confundido el tinte.
-Y hasta nos dieron estos raros paces para la taberna-al mirarla note que su rostro resplandecía. una gota de sudor rodó por mi frente, no comprendía como la hija del maestro de dojo fuera tan despreocupada y amara el alcohol de aquella manera, pues aun recordaba la poderosa reacción que tuvo cuando una de las chicas del salón de belleza nos dijo que como disculpa nos darían unos paces a beber todo lo que pudiéramos en la taberna por una noche. De la ira endemoniada pasó a ser un ángel de dios.
Entramos a la sala donde seria la prueba, estaba un poco nerviosa pero era normal después de todo mi maestro Aron había sido un antiguo amigo del maestro del dojo y era muy gentil al haberme aceptado para entrenar por tres meses.
-Pero es rojo-dije golpeando el suelo de madera con mi puño derecho.
Alce la cabeza para verme en el espejo y la toalla que enrollaba mi cabello callo al piso. Mis ojos se posaron en la tonalidad brillante que el tinte daba a mi cabellera, y mis ojos se llenaban de agua nuevamente.
-se supone que iba a lavarlo y cortar las puntas solamente... no a ponerlo como un tomate al punto de hacerlo salsa- las lagrimas caían de mi rostro como pequeños arroyos y una un aura deprimente rodeaba la habitación.
Damáris dejo la taza en el mueble mas cercano y me mostro unos boletos que era cortesias para una comida gratis.
-mira- moviendo los dos pedazos de papel-al menos nos dieron esto para ir a beber toda la noche a la taberna, al menos podrás celebrar después de la demostración- me dijo sonriendo.
-Damáris...- mis ojos brillaron como los de una animal enfurecido y mi sonrisa se torno como la de un tigre a punto de comerse un lince.- SABES QUE NO ME GUSTA BEBER ALCOHOL.
-¿no te parece gracioso que confundieran el shampoo con un tinte para el cabello?-comento la rubia mientras caminabamos por los pasillos del dojo.
-Ahora sabemos porque era un lugar barato-respondi suspirando.
-pero te dieron ese producto para que el color se cayera en unos dias ¿no?
-Si- recordando la enorme cantidad de botellas que las dos jóvenes de la tienda de belleza me habían regalado casi llorando por haber confundido el tinte.
-Y hasta nos dieron estos raros paces para la taberna-al mirarla note que su rostro resplandecía. una gota de sudor rodó por mi frente, no comprendía como la hija del maestro de dojo fuera tan despreocupada y amara el alcohol de aquella manera, pues aun recordaba la poderosa reacción que tuvo cuando una de las chicas del salón de belleza nos dijo que como disculpa nos darían unos paces a beber todo lo que pudiéramos en la taberna por una noche. De la ira endemoniada pasó a ser un ángel de dios.
Entramos a la sala donde seria la prueba, estaba un poco nerviosa pero era normal después de todo mi maestro Aron había sido un antiguo amigo del maestro del dojo y era muy gentil al haberme aceptado para entrenar por tres meses.
Rys
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El chico se había presentado como Alex, no había mucho que supiera de el pero se notaba que compartíamos el sentido del humor, me hacia gracia poder compartir con alguien así y mas aun si se ofrecía a mostrarme el camino al Dojo, mientras estábamos de camino Axel pregunto sobre mis intenciones en el lugar.
-Vale tampoco es que lleve mucho viajando, desde pequeño siempre vi el mundo a través de los libros y hace menos de un año me decidí por recorrerlo y ver sus maravillas con mis propios ojos.
Cogi a "Pata de conejo" en mis manos y mientras continuábamos la caminata señale los signos escritos en su hoja.
-Mira, esta es "Pata de conejo" la he conseguido en una subasta, según el diaro con el que venia este estoque trae suerte a su dueño.
observe mi mano vendada y mi pie que a estas alturas ya casi ni me dolía.
-Veras... puede que haya atravesado mi pie pero no fue nada ya casi ni me duele y ademas esa acción hizo que el show tuviera un excito absoluto, ¿ya ves? ese Trebor pidió una actuación mas para la noche ¿no crees que fue suerte? al menos yo lo veo así, este estoque esta lleno de misterios que me intrigan es por eso que también quiero saber sobre su pasado ¿a quien perteneció? ¿es verdad lo de la suerte? etc...
Guarde nuevamente mi estoque justo al tiempo que miraba al suelo y encontraba una moneda en el suelo, era un berrie.
-Mira que suerte, jajajajaja.... y bien Axel ¿cuales son tus motivaciones? cuéntame de ti camarada ¿tienes una buena telenovela que contar?
-Vale tampoco es que lleve mucho viajando, desde pequeño siempre vi el mundo a través de los libros y hace menos de un año me decidí por recorrerlo y ver sus maravillas con mis propios ojos.
Cogi a "Pata de conejo" en mis manos y mientras continuábamos la caminata señale los signos escritos en su hoja.
-Mira, esta es "Pata de conejo" la he conseguido en una subasta, según el diaro con el que venia este estoque trae suerte a su dueño.
observe mi mano vendada y mi pie que a estas alturas ya casi ni me dolía.
-Veras... puede que haya atravesado mi pie pero no fue nada ya casi ni me duele y ademas esa acción hizo que el show tuviera un excito absoluto, ¿ya ves? ese Trebor pidió una actuación mas para la noche ¿no crees que fue suerte? al menos yo lo veo así, este estoque esta lleno de misterios que me intrigan es por eso que también quiero saber sobre su pasado ¿a quien perteneció? ¿es verdad lo de la suerte? etc...
Guarde nuevamente mi estoque justo al tiempo que miraba al suelo y encontraba una moneda en el suelo, era un berrie.
-Mira que suerte, jajajajaja.... y bien Axel ¿cuales son tus motivaciones? cuéntame de ti camarada ¿tienes una buena telenovela que contar?
Axel Shou
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El paso era lento pero firme y la charla con un desconocido hacia ameno cualquier paseo, especialmente aquel arlequín en entrenamiento. Axel estaba acostumbrado a escuchar los detallados planes y los grandes sueños de los marineros con los que se encontraba, palabras que brotaban ahogadas en la espuma de la ignorante arrogancia. En los peores casos eran susurros que en la humildad ocultaban sus cadenas, pero el chaval que tenía enfrente. Viajando sin rumbo con la dudosa brújula de la suerte y el mapa en blanco que era lo desconocido, el pelirrojo no pudo mas que sonreír encantado con lo que oía mientras sus ojos brillaban con empatía. El no creció entre libros, pero conocía muy bien la euforia que podía causar el conocimiento y la cegadora belleza de las maravillas de este mundo. Axel se preguntó hace cuanto que no se veía así mismo en un espejo.
- ¡Vaya, eres un NiNi en toda regla! Ni estudia, Ni trabaja. Bueno, al menos hasta esta noche - Dijo Axel cuando el Afortunado había terminado su relato - Con respecto a mi historia, más que una telenovela es lo que llamarías una historia de terror. Aun que debemos dejarla para otro momento, creo que no estamos en el subforo adecuado para hablar de ello y - el maniaco apunto hacia el cielo, con una tick nervioso en su sonrisa - ellos siempre nos están observando -
- Hola, Señor Robert “Don Juan” Reyes - Como si el anterior comentario nunca hubiera salido de sus labios, Axel se giro a saludad a un hombre regordete y que le devolvió el saludo con una mirada de desprecio, sin embargo, lo más remarcable era su compañía. Una chica pelirroja, o mejor dicho, LA pelirroja. Axel la había visto varias veces en los últimos días. Ella, y el que suponía su hermano, no seguían ninguna de las tranquilas rutinas de la aldea, es más, las perturbaban en cada ocasión que se inmiscuían en los asuntos de los habitantes de los pueblo. Habia algo que le resultaba extraño en ellos, pero Axel no había terminado de percatarse del que exactamente. Los ojos del pelirrojo se posaron en la chica y le miraron fijamente, dedicándole una sonrisa de complicidad - Buen dia, señorita amante de los viernes. Tenga que cuidado que la señora Reyes no los vea tan juntos -
- Ni una palabra, maldito zorro sarnoso. Puede que los otros te soporten pero yo no lo hare, vámonos cariño no le prestes atención, mi mujer apenas sale de casa. Dudo que nos la encontremos - En la voz del hombre hubo un timbre de nerviosismo.
El zorro sarnoso y el cabezarbusto estaban alejándose pero en un último grito de despedida le dijo - Entonces le recomiendo que ni siquiera se asomen por la catedral. Ya sabe cuan dedicada es la señora Reyes con su fe - El viejo Reyes parecía estar a punto de darse la vuelta a golpearlo, pero parecía que el consejo le había calado.
El dojo ya era visible en la lejanía, solo un poco más y llegarían a el. - Y bueno, con mis motivaciones no estamos tan lejos uno del otro, quiero ver el mundo y todas las maravillas que el contiene - Axel llevo sus manos detrás de su cabeza y levanto el rostro observando el azul del cielo, un grupo de gaviotas viajaban - y aunque no tengo una pata de conejo que me guie mi camino, ni varios años de lectura de referencia para el viaje. Solo un simple deseo - El zoro miro al arlequín y con una amplia sonrisa rebosante de confianza y con un brillo casi infantil en los ojos pronuncio la seguridad con la seguridad que solo puede tener alguien que pronuncia una verdad evidente, como quien dice que mañana sale el sol o que el agua moja - Voy a liberar el mundo -
Como si el telón hubiera dado fin a una obra el dojo apareció frente a ellos con las puertas abiertas para los visitantes. - Ven, deberían estar en medio de entrenamientos. Asi que tendras que esperar a que el espadas dormidas este libre -
- ¡Vaya, eres un NiNi en toda regla! Ni estudia, Ni trabaja. Bueno, al menos hasta esta noche - Dijo Axel cuando el Afortunado había terminado su relato - Con respecto a mi historia, más que una telenovela es lo que llamarías una historia de terror. Aun que debemos dejarla para otro momento, creo que no estamos en el subforo adecuado para hablar de ello y - el maniaco apunto hacia el cielo, con una tick nervioso en su sonrisa - ellos siempre nos están observando -
- Hola, Señor Robert “Don Juan” Reyes - Como si el anterior comentario nunca hubiera salido de sus labios, Axel se giro a saludad a un hombre regordete y que le devolvió el saludo con una mirada de desprecio, sin embargo, lo más remarcable era su compañía. Una chica pelirroja, o mejor dicho, LA pelirroja. Axel la había visto varias veces en los últimos días. Ella, y el que suponía su hermano, no seguían ninguna de las tranquilas rutinas de la aldea, es más, las perturbaban en cada ocasión que se inmiscuían en los asuntos de los habitantes de los pueblo. Habia algo que le resultaba extraño en ellos, pero Axel no había terminado de percatarse del que exactamente. Los ojos del pelirrojo se posaron en la chica y le miraron fijamente, dedicándole una sonrisa de complicidad - Buen dia, señorita amante de los viernes. Tenga que cuidado que la señora Reyes no los vea tan juntos -
- Ni una palabra, maldito zorro sarnoso. Puede que los otros te soporten pero yo no lo hare, vámonos cariño no le prestes atención, mi mujer apenas sale de casa. Dudo que nos la encontremos - En la voz del hombre hubo un timbre de nerviosismo.
El zorro sarnoso y el cabezarbusto estaban alejándose pero en un último grito de despedida le dijo - Entonces le recomiendo que ni siquiera se asomen por la catedral. Ya sabe cuan dedicada es la señora Reyes con su fe - El viejo Reyes parecía estar a punto de darse la vuelta a golpearlo, pero parecía que el consejo le había calado.
El dojo ya era visible en la lejanía, solo un poco más y llegarían a el. - Y bueno, con mis motivaciones no estamos tan lejos uno del otro, quiero ver el mundo y todas las maravillas que el contiene - Axel llevo sus manos detrás de su cabeza y levanto el rostro observando el azul del cielo, un grupo de gaviotas viajaban - y aunque no tengo una pata de conejo que me guie mi camino, ni varios años de lectura de referencia para el viaje. Solo un simple deseo - El zoro miro al arlequín y con una amplia sonrisa rebosante de confianza y con un brillo casi infantil en los ojos pronuncio la seguridad con la seguridad que solo puede tener alguien que pronuncia una verdad evidente, como quien dice que mañana sale el sol o que el agua moja - Voy a liberar el mundo -
Como si el telón hubiera dado fin a una obra el dojo apareció frente a ellos con las puertas abiertas para los visitantes. - Ven, deberían estar en medio de entrenamientos. Asi que tendras que esperar a que el espadas dormidas este libre -
Kei
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Aquel hombre le estaba enseñando la pequeña ciudad, que ella ya conocía, cuando se encontraron con dos muchachos. Uno de ellos saludó al hombre que acompañaba a Kei, refiriéndose a él como “Sr Rober “Don juan” Reyes” y advirtiendo a Kei de que dicho hombre estaba casado y tuviera cuidado con su señora. “Si supiera que el que tendría que tener cuidado es el “don juan” no se habría metido donde no le llaman” pensó mientras el zanahorio aun le daba un último consejo al hombre antes de marcharse con su acompañante.
-Espero que ese zarrapastroso no te haya molestado cielo- puso de nuevo esa sonrisa lasciva mientras observaba detenidamente a Kei, ella puso su mejor sonrisa- No te preocupes, pero no sabrias de algun sitio mas tranquilo por aquí?
La cara del hombre cambió de color poco a poco a la vez que se ponía algo nervioso y pensaba con rapidez algún lugar al que llevar a la dama que acababa de conocer, Kei lo observaba fijamente con una leve sonrisa sabiendo casi a ciencia cierta sus pensamientos. El señor Robert guió a la muchacha hasta la habitación de un hotel al que solía llevar a casi todas sus “conquistas” y le dejó una buena propina al recepcionista para que tuviera la boca cerrada. Kei al vio de refilón la cartera repleta de billetes y se frotó las manos mentalmente pensando que había encontrado a un buen imbécil al que desplumar.
Quieres una copa de vino?- dijo mientras se acercaba a una nevera que había en la habitación y cogia una botella- Es muy bueno seguro te gustara.
Claro- sonrió levemente mientras se sentaba en la cama y miraba la pequeña habitación que sin duda era más grande que su actual “residencia” si se le podía llamar así, pues no era más que un pequeño cuarto mugriento que se caía un poco a cachos. Mientras Kei aun seguia un poco en su mundo Robert ya había servido los vasos y dejado la botella en una mesa que había al lado de la nevera, se acercó a ella con las dos copas y le dio una para que la cogiera- Que pasa pequeña? te veo algo pensativa
-No es nada, solo estaba contemplando la habitación y el exquisito gusto que tienes - agarró la copa y se la bebió en varios sorbos mientras que Robert la bebió del tirón para casi tirarsele encima a “sara”, pero ella se levanto y agarro las copas vacías encaminado a donde se encontraba la botella de vino, volvió a llenarlas y le hizo un ademán con el dedo al hombre para que se levantara y fuera hasta donde se encontraba. Pero la idea de Robert al llegar a su lado no fue otra que tirar la copa y lanzarse sobre “sara”, esta dejo que le manoseara un poco aunque rápidamente se lo quitó de encima. Había roto la copa contra la pared quedándose con un fragmento de cristal en cual le clavó en el cuello, haciendo que este se fuera desangrando poco a poco.
El hombre estaba desconcertado mientras la miraba y se agarraba el cuello, como si así fuera a evitar que la sangre saliera, Kei le miró de refilón mientras le quitaba la cartera del bolsillo- No es nada personal cielo, es solo que odio a la basura como tu y mas aun que me ensucien- se apartó rápidamente del cuerpo antes de que la manchara mas, cogió el dinero que le quedaba a Robert de la cartera que no serían más de unos 1500berris y se limpió la sangre antes de salir de la habitación. Al llegar a recepción el muchacho no se extraño por verla salir sola pues era bastante normal que entrara junto a sus acompañantes y salieran por separado, así que una vez cumplido el primero objetivo se encamino al dojo.
-Espero que ese zarrapastroso no te haya molestado cielo- puso de nuevo esa sonrisa lasciva mientras observaba detenidamente a Kei, ella puso su mejor sonrisa- No te preocupes, pero no sabrias de algun sitio mas tranquilo por aquí?
La cara del hombre cambió de color poco a poco a la vez que se ponía algo nervioso y pensaba con rapidez algún lugar al que llevar a la dama que acababa de conocer, Kei lo observaba fijamente con una leve sonrisa sabiendo casi a ciencia cierta sus pensamientos. El señor Robert guió a la muchacha hasta la habitación de un hotel al que solía llevar a casi todas sus “conquistas” y le dejó una buena propina al recepcionista para que tuviera la boca cerrada. Kei al vio de refilón la cartera repleta de billetes y se frotó las manos mentalmente pensando que había encontrado a un buen imbécil al que desplumar.
Quieres una copa de vino?- dijo mientras se acercaba a una nevera que había en la habitación y cogia una botella- Es muy bueno seguro te gustara.
Claro- sonrió levemente mientras se sentaba en la cama y miraba la pequeña habitación que sin duda era más grande que su actual “residencia” si se le podía llamar así, pues no era más que un pequeño cuarto mugriento que se caía un poco a cachos. Mientras Kei aun seguia un poco en su mundo Robert ya había servido los vasos y dejado la botella en una mesa que había al lado de la nevera, se acercó a ella con las dos copas y le dio una para que la cogiera- Que pasa pequeña? te veo algo pensativa
-No es nada, solo estaba contemplando la habitación y el exquisito gusto que tienes - agarró la copa y se la bebió en varios sorbos mientras que Robert la bebió del tirón para casi tirarsele encima a “sara”, pero ella se levanto y agarro las copas vacías encaminado a donde se encontraba la botella de vino, volvió a llenarlas y le hizo un ademán con el dedo al hombre para que se levantara y fuera hasta donde se encontraba. Pero la idea de Robert al llegar a su lado no fue otra que tirar la copa y lanzarse sobre “sara”, esta dejo que le manoseara un poco aunque rápidamente se lo quitó de encima. Había roto la copa contra la pared quedándose con un fragmento de cristal en cual le clavó en el cuello, haciendo que este se fuera desangrando poco a poco.
El hombre estaba desconcertado mientras la miraba y se agarraba el cuello, como si así fuera a evitar que la sangre saliera, Kei le miró de refilón mientras le quitaba la cartera del bolsillo- No es nada personal cielo, es solo que odio a la basura como tu y mas aun que me ensucien- se apartó rápidamente del cuerpo antes de que la manchara mas, cogió el dinero que le quedaba a Robert de la cartera que no serían más de unos 1500berris y se limpió la sangre antes de salir de la habitación. Al llegar a recepción el muchacho no se extraño por verla salir sola pues era bastante normal que entrara junto a sus acompañantes y salieran por separado, así que una vez cumplido el primero objetivo se encamino al dojo.
Lya D. Gol
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El salón se fue llenando poco a poco y con cada estudiante que llegaba mis nervios se hacían mas incontrolables y los mechones de mi cabello se enrollaban entre mis dedos con mas rapidez, buscando apaciguar el estrés que sentía al saber que tarde o temprano todo daría comienzo.
-tranquilízate- dijo la rubia mientras me daba una palmada en el hombro- Ademas no es la primera ocasión en la que te van a ver combatir.
Eso era verdad pero aun así no pude tranquilizarme.
-tu mejor que nadie sabe que no soy buena cuando me observan-dije en un susurro penoso al recordar todas las boberias que me pasaban cada que me tocaba enfrentar en los entrenamientos a uno de mis compañeros.
-bueno, al menos ahora ya sabes que no hacer.
Sien algún momento ese comentario tenia el sentido de darme animo lo único que logró fue acrecentar mi incomodidad.
-Y... después de todo esto... ¿qué has pensado hacer?
Una media sonrisa se dibujo en mis labios la respuesta a esa pregunta había sido contestada desde hace ya bastante tiempo.
-buscar una familia- dije con tranquilidad.
Damáris simplemente sonrió y me golpeo en la cabeza- la verdad es que quieres ver el mundo niña tonta.
En parte tenia razón... más bien mucha razón.
Cuando el salón estuvo lleno y la puerta principal se abrió ambas guardamos silencio .
-tranquilízate- dijo la rubia mientras me daba una palmada en el hombro- Ademas no es la primera ocasión en la que te van a ver combatir.
Eso era verdad pero aun así no pude tranquilizarme.
-tu mejor que nadie sabe que no soy buena cuando me observan-dije en un susurro penoso al recordar todas las boberias que me pasaban cada que me tocaba enfrentar en los entrenamientos a uno de mis compañeros.
-bueno, al menos ahora ya sabes que no hacer.
Sien algún momento ese comentario tenia el sentido de darme animo lo único que logró fue acrecentar mi incomodidad.
-Y... después de todo esto... ¿qué has pensado hacer?
Una media sonrisa se dibujo en mis labios la respuesta a esa pregunta había sido contestada desde hace ya bastante tiempo.
-buscar una familia- dije con tranquilidad.
Damáris simplemente sonrió y me golpeo en la cabeza- la verdad es que quieres ver el mundo niña tonta.
En parte tenia razón... más bien mucha razón.
Cuando el salón estuvo lleno y la puerta principal se abrió ambas guardamos silencio .
Irvinne Greyclaws
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Quizá la habitación que se le dio a Irvinne no fue la más lujosa ni por lejos, pero debe agradecer lo económico que fue y además que le hayan aceptado un viaje pagando menos de lo que costó. Durante el viaje, muchas veces se disculpó con el capitán o el primer oficial por abusar de su hospitalidad, de verdad el joven aventurero se siente avergonzado.
No recuerda con exactitud el tiempo transcurrido, mas Irvinne, estando sobre la cubierta, se alegra de ver tierra al fin. El escenario es apacible a tal punto de poder relajar a cualquier corazón – ya era hora – musita en un intento de comunicación, a pesar de que nadie está cerca para oírle. Cabe resaltar que el ánimo de Irvinne está rozando el suelo, su duelo aún sigue en marcha y quien sabe cuánto tiempo durará.
Tras ser avisado el tiempo en que tardarán en llegar a puerto, el neófito músico alista su ya escasas pertenencias para descender y esperar que el destino le sonría en está ocasión, puesto que de solo pensar en la incertidumbre de sus decisiones siente que su alma es absorbida desde el centro de su cuerpo, cual agujero negro.
Coloca su vieja guitarra acústica en su estuche para luego acomodársela en la espalda, cerciorándose de que este bien cómodo, un pequeño saco con pertenencias simples es lo segundo que acomoda sobre su hombro izquierdo, dejando que un lazo más menos grueso descanse en el lugar y que el mismo saco cuelgue por su espalda, al lado de su guitarra, con la mano diestra se golpea ligeramente el pecho para sacar algo de polvo de encima, realiza la misma acción en su hombro derecho, esta vez con la mano zurda. Ve su anillo con detención – que sea lo que el destino quiera – estás palabras suenan con un tono de resignación más que de confianza.
Tarda varios minutos en descender, despidiéndose a la lejanía de los mandamases y de algunos tripulantes que pudieran verlo, todo esto agitando su brazo derecho con elegancia.
- La villa Shimotsuki – dice mirando a su alrededor. Mete sus manos a los bolsillos para cerciorarse del dinero que lleva, más solo se percata de que son unos cuantos míseros beries – debo ganar algo – en cierta medida el nerviosismo de apodera de él, ganar dinero fácil lo puede llevar a una vida que no quiere revivir, pero es rápidamente combatido con sus habilidades que a cualquiera le pueden servir.
- Bien, necesito llamar la atención de algunos para obtener información – se dice ahora más confiado que hace ya un rato atrás. Dicho esto, se encamina a lo que puede ser el centro del pueblo.
No recuerda con exactitud el tiempo transcurrido, mas Irvinne, estando sobre la cubierta, se alegra de ver tierra al fin. El escenario es apacible a tal punto de poder relajar a cualquier corazón – ya era hora – musita en un intento de comunicación, a pesar de que nadie está cerca para oírle. Cabe resaltar que el ánimo de Irvinne está rozando el suelo, su duelo aún sigue en marcha y quien sabe cuánto tiempo durará.
Tras ser avisado el tiempo en que tardarán en llegar a puerto, el neófito músico alista su ya escasas pertenencias para descender y esperar que el destino le sonría en está ocasión, puesto que de solo pensar en la incertidumbre de sus decisiones siente que su alma es absorbida desde el centro de su cuerpo, cual agujero negro.
Coloca su vieja guitarra acústica en su estuche para luego acomodársela en la espalda, cerciorándose de que este bien cómodo, un pequeño saco con pertenencias simples es lo segundo que acomoda sobre su hombro izquierdo, dejando que un lazo más menos grueso descanse en el lugar y que el mismo saco cuelgue por su espalda, al lado de su guitarra, con la mano diestra se golpea ligeramente el pecho para sacar algo de polvo de encima, realiza la misma acción en su hombro derecho, esta vez con la mano zurda. Ve su anillo con detención – que sea lo que el destino quiera – estás palabras suenan con un tono de resignación más que de confianza.
Tarda varios minutos en descender, despidiéndose a la lejanía de los mandamases y de algunos tripulantes que pudieran verlo, todo esto agitando su brazo derecho con elegancia.
- La villa Shimotsuki – dice mirando a su alrededor. Mete sus manos a los bolsillos para cerciorarse del dinero que lleva, más solo se percata de que son unos cuantos míseros beries – debo ganar algo – en cierta medida el nerviosismo de apodera de él, ganar dinero fácil lo puede llevar a una vida que no quiere revivir, pero es rápidamente combatido con sus habilidades que a cualquiera le pueden servir.
- Bien, necesito llamar la atención de algunos para obtener información – se dice ahora más confiado que hace ya un rato atrás. Dicho esto, se encamina a lo que puede ser el centro del pueblo.
Rys
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Mientras caminábamos en dirección al dojo, nos encontramos con un viejo que parecía tener buena situación económica, este iba con una pelirroja bastante sugerente.
-Pero mira esos melones, que ganas de exprimirlos y beber su jugo...
decia mientras observaba un puesto de venta de frutas que se encontraba justo al lado de nosotros. Axel le respondió al señor dejando en evidencia su infidelidad luego correspondió un educado saludo a la señorita, antes de alejarnos caminando voltee una ultima vez para ver la mercancía.
-Siempre es igual, las pelirrojas me vuelven loco...
continuamos nuestro trayecto hacia el dojo y entonces Axel me contó un poco mas de el, no entendí exactamente todo pero parecía que compartíamos un sueño en común, conocer el mundo y sus maravillas, se sentía bastante bien conocer a alguien que compartía tus metas. La charla se podría haber extendido pero ya habíamos llegado a nuestro destino, el famoso Dojo de Shimotsuki, quizás podría encontrar alguna información útil respecto a mi estoque, sin esperar ni un segundo mas decidí adelantarme, abrí las puertas y entre.
-Con permiso!
decia al momento que daba un paso hacia su interior, para sorpresa mia el lugar estaba lleno de jóvenes que parecían ser aprendices, todos quedaron mirandome.
-¿Se puede saber que hace un extranjero aquí?
Alguien había entrado tras de mi y a mis espaldas con una voz grave estaba pidiendo explicaciones respecto a mi visita.
-Que amenazante ¿usted debe ser el maestro del dojo no? lo se por la cara de buenos amigos que tiene
-Estas en el Dojo, eres un extranjero, no podemos continuar nuestra charla, reglas son reglas.
-¿reglas?
-Regla numero uno del Dojo, nadie habla del Dojo... Regla numero dos eres extranjero y entraste sin permiso tendrás que luchar.
-¿Luchar? solo quiero hacer unas preguntas, nada mas.
-Luchar y luego podremos hablar, reglas son reglas....
El lugar era grande, al centro había un circulo dibujado, probablemente era un ring de lucha y al rededor estaban todos los estudiantes sentados.
-Tu, Lya adelante es tu turno, enfrentaras al extrangero.
decia el maestro del dojo mientras apuntaba a una chica pelirroja.
-Veo que no tengo mas alternativa, soy su invitado respetare sus reglas.
camine hasta el centro del circulo con mi estoque "pata de conejo" en mi mano, visualice a mi oponente, se trataba de una chica algo menudita.
-Una pelirroja, gracias... pata de conejo.
-Pero mira esos melones, que ganas de exprimirlos y beber su jugo...
decia mientras observaba un puesto de venta de frutas que se encontraba justo al lado de nosotros. Axel le respondió al señor dejando en evidencia su infidelidad luego correspondió un educado saludo a la señorita, antes de alejarnos caminando voltee una ultima vez para ver la mercancía.
-Siempre es igual, las pelirrojas me vuelven loco...
continuamos nuestro trayecto hacia el dojo y entonces Axel me contó un poco mas de el, no entendí exactamente todo pero parecía que compartíamos un sueño en común, conocer el mundo y sus maravillas, se sentía bastante bien conocer a alguien que compartía tus metas. La charla se podría haber extendido pero ya habíamos llegado a nuestro destino, el famoso Dojo de Shimotsuki, quizás podría encontrar alguna información útil respecto a mi estoque, sin esperar ni un segundo mas decidí adelantarme, abrí las puertas y entre.
-Con permiso!
decia al momento que daba un paso hacia su interior, para sorpresa mia el lugar estaba lleno de jóvenes que parecían ser aprendices, todos quedaron mirandome.
-¿Se puede saber que hace un extranjero aquí?
Alguien había entrado tras de mi y a mis espaldas con una voz grave estaba pidiendo explicaciones respecto a mi visita.
-Que amenazante ¿usted debe ser el maestro del dojo no? lo se por la cara de buenos amigos que tiene
-Estas en el Dojo, eres un extranjero, no podemos continuar nuestra charla, reglas son reglas.
-¿reglas?
-Regla numero uno del Dojo, nadie habla del Dojo... Regla numero dos eres extranjero y entraste sin permiso tendrás que luchar.
-¿Luchar? solo quiero hacer unas preguntas, nada mas.
-Luchar y luego podremos hablar, reglas son reglas....
El lugar era grande, al centro había un circulo dibujado, probablemente era un ring de lucha y al rededor estaban todos los estudiantes sentados.
-Tu, Lya adelante es tu turno, enfrentaras al extrangero.
decia el maestro del dojo mientras apuntaba a una chica pelirroja.
-Veo que no tengo mas alternativa, soy su invitado respetare sus reglas.
camine hasta el centro del circulo con mi estoque "pata de conejo" en mi mano, visualice a mi oponente, se trataba de una chica algo menudita.
-Una pelirroja, gracias... pata de conejo.
Axel Shou
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La charla se había alargado y aun que RyS no parecía dar seña de entender del todo lo que decía Axel, el pelirrojo sí que se encontraba entregado a su monologo tanto como para no percatarse cuando el cabezarbusto se le había adelantado entrando al dojo como si fuera dueño del lugar. Axel intento detenerle, pero ya era tarde y después de una veloz consideración retomo la compostura, el dojo tenia un monton de reglas muy estrictas y Axel había tenido un primer encuentro muy animado con el maestro del dojo, de hecho lo había tenido todos los días. “Igual tenia que pasar por aquí” con las manos entre los bolsillo y armado con una sonrisa relajada entro al dojo. “Veamos que tan libre eres RyS Reet” pensó mientras su sonrisa se hacía más amplia a cada paso.
- ¿Qué pasa cuervo? - Dijo el pelirrojo casualmente desde la entrada saludnado con la mano y en una pose relajada.
Como por reflejo, todos los estudiantes se habían levantado, algunos desenfundaron sus espadas de entrenamientos y otros una larga lista de insultos. - ¡BASTARDO! - -¡Monstruosidad! - - ¡Hijo de la lujuria! - Fueron algunos de las palabras que hicieron pesado el ambiente al tiempo que Axel avanzaba por el dojo con la mirada fija en el maestro en cuyos ojos refulgía la ira.
- Yo también os quiero, guapos - Axel envió un beso a todos los presentes y les guiño el ojo, acto seguido se paro con una mano en la cintura, en una pose exótica y sensual, su cuerpo tan inusualmente esbelto parecía excepcionalmente femenino al hacer ese tipo de ademanes. Algunos estudiantes se sonrojaron y otro gritaron con mas ira tratando de aplastarlo con las palabras.
- ¡SILENCIO! - Grito el maestro cuervo llenando el ambiente con un silencio de ultratumba. El viejo maestro dio un paso adelante observando al pelirrojo. - Desde que apareciste en esta isla no has hecho más que irrespetar este dojo con tu existencia -
El maestro hizo a un lado sus vestiduras negras y revelo la espada del dojo colgando de su cintura - No soportare más estos insultos - Solto la espada de su cintura - ¡Dámaris! -
Como un rayo la rubiales apareció junto a su padre inclinada en una pose de respeto - Si, padre -
- Encárgate del examen de iniciación de hoy. Asegúrate de que este extranjero si aprenda a respetar nuestras tradiciones - el maestro le ofreció a su hija la espada - Yo mismo le daré caza a este zorro escurridizo -
- ¡Pero padre! El no vale la pena - Respondió la rubiales a su padre al tomar la espada.
- ¡Oye!, si lo valgo - Dijo ofendido Axel.
- Ya no podemos permitir su presencia en esta isla, soy la cabeza de este dojo. Es mi deber hacerlo respeta. Guarda la espada, sabes lo que dicen las profecías que pasaría si esta espada abandonara nuestro dojo -
El maestro cuervo avanzo y señalo a uno de sus estudiantes - Tu espada - El joven le entrego la espada de entrenamiento de bambú. - Tus ofensas terminan aquí, zorro -
Axel estaba junto a la invitada especial del dojo, aquella muchacha de pelo negro que apenas si mostraba el rostro en la aldea, el pelirrojo tenia una sonrisa astuta y un brillo malicioso en sus ojos que, lejos de hacerlo ver como un animal acorralado, le daban la apariencia de uno que disfrutaba devorando a su presa. En este caso, su presa eran las nalgas de aquella muchacha que por algún motivo ahora era una pelirroja - ¡No sé a qué te refieres, cuervo!. Yo respeto profundamente este dojo - Girándose para encararla, sin dejar de sobar la nalga derecha de la pelirroja que parecía un poco más firme que la izquierda. Le hablo en un inocente tono de voz - ¿Son naturales o son tan artificiales como tu nuevo tono de pelo, peliteñida? -
Una ráfaga de viento atravesó el dojo hasta Axel que con sorpresa observo al maestro que solo había blandido la espada de bambu sin moverse un centímetro - Guau, un buen truco cuervo - La ropa de Axel se rompió en varios trozos dejándolo desnudo y revelando que su cuerpo estaba lleno de heridas y quemaduras, todas demasiado antiguas como para haber sido causadas por el movimiento del maestro.
- ¡AY! - Grito el zorro en un tono afeminado - ¡Eres un depravado, cuervo! - A pesar de lo avergonzado de su voz y de la forma desesperada en la que intentaba cubrirse sus partes, Axel no podía quitar la sonrisa burlona que había en su rostro - ¡Si querías repetir nuestra noche con Trebor solo tenias que pedirlo! -
- ¡ESTABA BORRACHO! - Grito colérico el maestro del dojo.
Sin mas dilación, y aprovechando la momentánea distracción, Axel dio un salto por la ventana y empezó a correr empelotas en dirección a la aldea. Detrás de él salio el maestro del dojo sonrojado, ya fuera por la ira o la vergüenza, agitando la espada de bambu.
- ¡NOS VEMOS EN LA TABERNA CABEZARBUSTO! - Se escuchó diciendo al eco de la voz de Axel en la lejanía.
- ¿Qué pasa cuervo? - Dijo el pelirrojo casualmente desde la entrada saludnado con la mano y en una pose relajada.
Como por reflejo, todos los estudiantes se habían levantado, algunos desenfundaron sus espadas de entrenamientos y otros una larga lista de insultos. - ¡BASTARDO! - -¡Monstruosidad! - - ¡Hijo de la lujuria! - Fueron algunos de las palabras que hicieron pesado el ambiente al tiempo que Axel avanzaba por el dojo con la mirada fija en el maestro en cuyos ojos refulgía la ira.
- Yo también os quiero, guapos - Axel envió un beso a todos los presentes y les guiño el ojo, acto seguido se paro con una mano en la cintura, en una pose exótica y sensual, su cuerpo tan inusualmente esbelto parecía excepcionalmente femenino al hacer ese tipo de ademanes. Algunos estudiantes se sonrojaron y otro gritaron con mas ira tratando de aplastarlo con las palabras.
- ¡SILENCIO! - Grito el maestro cuervo llenando el ambiente con un silencio de ultratumba. El viejo maestro dio un paso adelante observando al pelirrojo. - Desde que apareciste en esta isla no has hecho más que irrespetar este dojo con tu existencia -
El maestro hizo a un lado sus vestiduras negras y revelo la espada del dojo colgando de su cintura - No soportare más estos insultos - Solto la espada de su cintura - ¡Dámaris! -
Como un rayo la rubiales apareció junto a su padre inclinada en una pose de respeto - Si, padre -
- Encárgate del examen de iniciación de hoy. Asegúrate de que este extranjero si aprenda a respetar nuestras tradiciones - el maestro le ofreció a su hija la espada - Yo mismo le daré caza a este zorro escurridizo -
- ¡Pero padre! El no vale la pena - Respondió la rubiales a su padre al tomar la espada.
- ¡Oye!, si lo valgo - Dijo ofendido Axel.
- Ya no podemos permitir su presencia en esta isla, soy la cabeza de este dojo. Es mi deber hacerlo respeta. Guarda la espada, sabes lo que dicen las profecías que pasaría si esta espada abandonara nuestro dojo -
El maestro cuervo avanzo y señalo a uno de sus estudiantes - Tu espada - El joven le entrego la espada de entrenamiento de bambú. - Tus ofensas terminan aquí, zorro -
Axel estaba junto a la invitada especial del dojo, aquella muchacha de pelo negro que apenas si mostraba el rostro en la aldea, el pelirrojo tenia una sonrisa astuta y un brillo malicioso en sus ojos que, lejos de hacerlo ver como un animal acorralado, le daban la apariencia de uno que disfrutaba devorando a su presa. En este caso, su presa eran las nalgas de aquella muchacha que por algún motivo ahora era una pelirroja - ¡No sé a qué te refieres, cuervo!. Yo respeto profundamente este dojo - Girándose para encararla, sin dejar de sobar la nalga derecha de la pelirroja que parecía un poco más firme que la izquierda. Le hablo en un inocente tono de voz - ¿Son naturales o son tan artificiales como tu nuevo tono de pelo, peliteñida? -
Una ráfaga de viento atravesó el dojo hasta Axel que con sorpresa observo al maestro que solo había blandido la espada de bambu sin moverse un centímetro - Guau, un buen truco cuervo - La ropa de Axel se rompió en varios trozos dejándolo desnudo y revelando que su cuerpo estaba lleno de heridas y quemaduras, todas demasiado antiguas como para haber sido causadas por el movimiento del maestro.
- ¡AY! - Grito el zorro en un tono afeminado - ¡Eres un depravado, cuervo! - A pesar de lo avergonzado de su voz y de la forma desesperada en la que intentaba cubrirse sus partes, Axel no podía quitar la sonrisa burlona que había en su rostro - ¡Si querías repetir nuestra noche con Trebor solo tenias que pedirlo! -
- ¡ESTABA BORRACHO! - Grito colérico el maestro del dojo.
Sin mas dilación, y aprovechando la momentánea distracción, Axel dio un salto por la ventana y empezó a correr empelotas en dirección a la aldea. Detrás de él salio el maestro del dojo sonrojado, ya fuera por la ira o la vergüenza, agitando la espada de bambu.
- ¡NOS VEMOS EN LA TABERNA CABEZARBUSTO! - Se escuchó diciendo al eco de la voz de Axel en la lejanía.
Kei
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“Parece que no ha sospechado nada” pensó mientras llevaba una de sus manos hasta su cabello y se lo acomodaba,seguidamente paso por la puerta del vestíbulo aparentando normalidad “pero tarde o temprano encontraran el cuerpo de ese imbécil tirado en el suelo, con suerte estaré lejos para cuando eso ocurra, ahora debo tranquilizarme y seguir con lo planeado”
Sus pasos ahora se dirigian al Dojo, lugar donde se encontraba una espada legendaria que había pertenecido a uno de los espadachines más grandes de la historia, el cual había entrenado en aquel Dojo de pequeño y años más tarde había pertenecido a la banda del famoso Monkey D.Luffy. por lo que había leído tiempo atrás se trataba de una magnífica katana, la cual no podría oxidarse y que había pasado de generación tras generación por la familia de su maestro y, finalmente se la había regalado a él, pero en el transcurso de la historia esa famosa Katana se había perdido. Los rumores de la ciudad decían que dicha Katana había aparecido de nuevo unos años atrás y había sido entregada a sus legítimos dueños.
Kei continuo caminando decidida a llegar a su destino lo antes posible, aunque aún no tenía un plan bien definido de cómo conseguiría hacerse con la espada y tampoco sabía dónde la tenían guardada, solo sabía como era su aspecto por lo que había leído en los libros. “Bueno, puedo estudiar hoy el terreno y más tarde trazar un plan”.
Mientras se encontraba sumida en sus pensamientos choco con algo, o mas bien alguien, cayendo al suelo - Se puede saber qué haces maldito desgraciado, mira por donde andas?- dijo poniéndose en pie y sacudiéndose la ropa, su tono sonaba bastante cabreado. Pasaron unos segundos hasta que miro al frente y vio que el muchacho con el que había tropezado estaba completamente desnudo, como dios lo trajo al mundo, y para colmo algo más atrás venía un viejo corriendo con una espada de bambú.
No lo dejes escapar- Gritó el hombre de la espada de bambú. Kei algo molesta lo miró con desprecio- A mi nadie me da órdenes, y menos un plebeyo como tu - Volvió a mirar al muchacho- Y tu ponte algo encima y mira por donde andas
Sus pasos ahora se dirigian al Dojo, lugar donde se encontraba una espada legendaria que había pertenecido a uno de los espadachines más grandes de la historia, el cual había entrenado en aquel Dojo de pequeño y años más tarde había pertenecido a la banda del famoso Monkey D.Luffy. por lo que había leído tiempo atrás se trataba de una magnífica katana, la cual no podría oxidarse y que había pasado de generación tras generación por la familia de su maestro y, finalmente se la había regalado a él, pero en el transcurso de la historia esa famosa Katana se había perdido. Los rumores de la ciudad decían que dicha Katana había aparecido de nuevo unos años atrás y había sido entregada a sus legítimos dueños.
Kei continuo caminando decidida a llegar a su destino lo antes posible, aunque aún no tenía un plan bien definido de cómo conseguiría hacerse con la espada y tampoco sabía dónde la tenían guardada, solo sabía como era su aspecto por lo que había leído en los libros. “Bueno, puedo estudiar hoy el terreno y más tarde trazar un plan”.
Mientras se encontraba sumida en sus pensamientos choco con algo, o mas bien alguien, cayendo al suelo - Se puede saber qué haces maldito desgraciado, mira por donde andas?- dijo poniéndose en pie y sacudiéndose la ropa, su tono sonaba bastante cabreado. Pasaron unos segundos hasta que miro al frente y vio que el muchacho con el que había tropezado estaba completamente desnudo, como dios lo trajo al mundo, y para colmo algo más atrás venía un viejo corriendo con una espada de bambú.
No lo dejes escapar- Gritó el hombre de la espada de bambú. Kei algo molesta lo miró con desprecio- A mi nadie me da órdenes, y menos un plebeyo como tu - Volvió a mirar al muchacho- Y tu ponte algo encima y mira por donde andas
Lya D. Gol
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Al abrirse la puerta no fue el maestro quien entraba al lugar. era un joven desconocido de cabellera castaña lucia bastante despreocupado y confianzudo pues su forma de entrar al dojo no decía nada mas que eso.
Lo único que alcanzamos a escuchar de la boca del extraño chico fue su saludo; el maestro apareció tras de el casi al instante y grito algo de unas reglas y de que era un extraño.
-esas reglas se las acaba de inventar- susurró Damáris a mi oído con una cara de pesadez.
Una gota de sudor rodó por mi frente al tiempo que trataba de sonreír por el comentario de mi amiga, pero todo se torno nervios cuando el maestro me señalo para que enfrentara al joven.
-ay padre- se quejo la rubia sobándose la cabeza- solo gritarle y darle coscorrones, eso es lo que siempre haces no te inventes reglas solo por fastidiar- decía al ver que el chico caminaba hacia el circulo.
Los estudiantes estaban levantándose del suelo cuando una voz torno la ``tranquilidad`` que aun había en el dojo a un pandemónium bastante alterado. Era aquel chico de pelo naranja, ya sabia bastante de él por las habladurías de los aldeanos y de los mismos estudiantes, aunque hasta ese día lo había tenido tan cerca de mi que no comprendía porque lo tachaban de zorro endemoniado, si a simple vista lucia como un niño que lo único que podría hacer seria quebrar la vajilla entera de la abuela solo por verla infartada.
-¿ese es el chico del que todos hablan por acá?- le pregunte a Damáris con bastante tranquilidad-No luce como lo describen.
-que no te engañe su tonta apariencia-dijo la rubia quien lo fulminaba con la mirada.
El pelinaranja caminó hacia el circulo mientras hablaba y tiraba besos a los presentes, cuando menos pensé se encontraba junto a mi, lo mire con mas detalle; era de piel lechosa y poseía unos ojos color jade me detuve en una marca que parecía ser una cicatrices, al parecer una vieja herida de alguna riña cuando era mas chaval.
Quizás hasta yo lo habría defendido de los insultos de mis compañeros, pero no faltó mucho para que yo sintiera el mismo impulso de querer molerlo a palos.
-¿Son naturales o son tan artificiales como tu nuevo tono de pelo, peliteñida?
Si bien el mugre zorro era todo un pervertido. Mi cara se tornó colorada y las venas no tardaron en salir y marcarse en mi frente, a mi cabeza venían tantos insultos que me resultaba difícil elegir alguno para gritarle y molerlo a golpes. Estaba apunto de gritarle cuando la ráfaga de viento lo distrajo de su mañoseo.
Los pedazos de tela cayeron al piso dejando el cuerpo del joven al descubierto y entonces mi cólera desapareció, era una vista inquietante, tantos cortes, quemaduras incluso parecía que le faltara piel en algunas partes. El chico se cubrió con ambas manos e insulto al maestro, después salio disparado por la ventana seguido por el padre de Damáris.
-Bien, entonces la prueba dará comienzo-esa voz me hizo volver a ver a mi oponente. Todos habían tomado lugar a nuestro alrededor y solo el chico castaño y yo estábamos en el centro, lo mire con mas detalle, sin duda alguna era mas alto que yo, y lo mas gracioso y tentador en él era ese extraño y respingado cabello castaño.
-como esta es tu prueba final Lya mi padre solicito que solo por esta ocasión se dejaran las espadas de madera a un lado, los contrincantes lucharan con katanas de verdad, el ganador sera quien logre hacer tres cortes al oponente en tres puntos vitales.
Esas palabras me hicieron mirar a la rubia.
-los cortes se limitaran a las vestiduras y si rosan la piel solo procuren dejar un leve rasguño.
-¿rasguño..? pero yo...
-reglas son reglas- respondió con un tono de molestia- ¿que clase de espadachín quieres ser si no logras herir a tu oponente?,las heridas en la lucha son un honor
Tras decir aquello me lanzó una extraña katana cuyo mango purpura me resultaba familiar, la tome con mi mano derecha y sin decir más realice la reverencia.
-comiencen- gritó la rubia.
No lo pensé mucho, el primer corte iría a su garganta o mejor dicho el primer rasguño.
Lo único que alcanzamos a escuchar de la boca del extraño chico fue su saludo; el maestro apareció tras de el casi al instante y grito algo de unas reglas y de que era un extraño.
-esas reglas se las acaba de inventar- susurró Damáris a mi oído con una cara de pesadez.
Una gota de sudor rodó por mi frente al tiempo que trataba de sonreír por el comentario de mi amiga, pero todo se torno nervios cuando el maestro me señalo para que enfrentara al joven.
-ay padre- se quejo la rubia sobándose la cabeza- solo gritarle y darle coscorrones, eso es lo que siempre haces no te inventes reglas solo por fastidiar- decía al ver que el chico caminaba hacia el circulo.
Los estudiantes estaban levantándose del suelo cuando una voz torno la ``tranquilidad`` que aun había en el dojo a un pandemónium bastante alterado. Era aquel chico de pelo naranja, ya sabia bastante de él por las habladurías de los aldeanos y de los mismos estudiantes, aunque hasta ese día lo había tenido tan cerca de mi que no comprendía porque lo tachaban de zorro endemoniado, si a simple vista lucia como un niño que lo único que podría hacer seria quebrar la vajilla entera de la abuela solo por verla infartada.
-¿ese es el chico del que todos hablan por acá?- le pregunte a Damáris con bastante tranquilidad-No luce como lo describen.
-que no te engañe su tonta apariencia-dijo la rubia quien lo fulminaba con la mirada.
El pelinaranja caminó hacia el circulo mientras hablaba y tiraba besos a los presentes, cuando menos pensé se encontraba junto a mi, lo mire con mas detalle; era de piel lechosa y poseía unos ojos color jade me detuve en una marca que parecía ser una cicatrices, al parecer una vieja herida de alguna riña cuando era mas chaval.
Quizás hasta yo lo habría defendido de los insultos de mis compañeros, pero no faltó mucho para que yo sintiera el mismo impulso de querer molerlo a palos.
-¿Son naturales o son tan artificiales como tu nuevo tono de pelo, peliteñida?
Si bien el mugre zorro era todo un pervertido. Mi cara se tornó colorada y las venas no tardaron en salir y marcarse en mi frente, a mi cabeza venían tantos insultos que me resultaba difícil elegir alguno para gritarle y molerlo a golpes. Estaba apunto de gritarle cuando la ráfaga de viento lo distrajo de su mañoseo.
Los pedazos de tela cayeron al piso dejando el cuerpo del joven al descubierto y entonces mi cólera desapareció, era una vista inquietante, tantos cortes, quemaduras incluso parecía que le faltara piel en algunas partes. El chico se cubrió con ambas manos e insulto al maestro, después salio disparado por la ventana seguido por el padre de Damáris.
-Bien, entonces la prueba dará comienzo-esa voz me hizo volver a ver a mi oponente. Todos habían tomado lugar a nuestro alrededor y solo el chico castaño y yo estábamos en el centro, lo mire con mas detalle, sin duda alguna era mas alto que yo, y lo mas gracioso y tentador en él era ese extraño y respingado cabello castaño.
-como esta es tu prueba final Lya mi padre solicito que solo por esta ocasión se dejaran las espadas de madera a un lado, los contrincantes lucharan con katanas de verdad, el ganador sera quien logre hacer tres cortes al oponente en tres puntos vitales.
Esas palabras me hicieron mirar a la rubia.
-los cortes se limitaran a las vestiduras y si rosan la piel solo procuren dejar un leve rasguño.
-¿rasguño..? pero yo...
-reglas son reglas- respondió con un tono de molestia- ¿que clase de espadachín quieres ser si no logras herir a tu oponente?,las heridas en la lucha son un honor
Tras decir aquello me lanzó una extraña katana cuyo mango purpura me resultaba familiar, la tome con mi mano derecha y sin decir más realice la reverencia.
-comiencen- gritó la rubia.
No lo pensé mucho, el primer corte iría a su garganta o mejor dicho el primer rasguño.
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Entre un melodioso silbido da sus pasos a medida que observa a algunos aldeanos, a quienes les saluda con una amable sonrisa, solo para seguir su camino silbando “al menos hay algo de vida” Irvinne está esperanzado en poder ganar algo de beries y de información, a pesar de que sigue inquieto por la inestabilidad de su plan, o mejor dicho, de su futuro. A cada paso que da, más casas comienzan a aparecer. Un aroma bastante agradable le llama, pues claro al mirar a su derecha ve un pastel, el cual es recelosamente custodiado por una señora de ceño fruncido – vaya – silba apresurando el paso y evitar la mirada de aquella persona.
Así sin más, llega a la plaza central, la cantidad de personas es la esperada por Irvinne “primero los beries” da un orden a su pseudoplan. Deja su bolso sobre una banca y saca el estuche de guitarra de su espalda. Se sienta para posterior a ello, sacar su instrumento musical. La posiciona para afinarla tocando cada cuerda con un tenue punteo. Se percata de que a una de ellas le falta tensión. Comienza a tocar la cuarta cuerda más gruesa a la vez que la afina, tocando un sonido grave por cada giro que realiza a la clavija.
Al darse cuenta que todo está en orden, se levanta animado - damas y caballeros, espero no incomodarles, solo quiero amenizar su día con mis melodías - cierra sus ojos - doy comienzo - y de forma melodica empieza a tocar.
Así sin más, llega a la plaza central, la cantidad de personas es la esperada por Irvinne “primero los beries” da un orden a su pseudoplan. Deja su bolso sobre una banca y saca el estuche de guitarra de su espalda. Se sienta para posterior a ello, sacar su instrumento musical. La posiciona para afinarla tocando cada cuerda con un tenue punteo. Se percata de que a una de ellas le falta tensión. Comienza a tocar la cuarta cuerda más gruesa a la vez que la afina, tocando un sonido grave por cada giro que realiza a la clavija.
Al darse cuenta que todo está en orden, se levanta animado - damas y caballeros, espero no incomodarles, solo quiero amenizar su día con mis melodías - cierra sus ojos - doy comienzo - y de forma melodica empieza a tocar.
- Melodía - Clock Town Theme:
Rys
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Akuma no mi
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La chica a la que habían señalado como contrincante era una pelirroja algo menuda, tenia unos ojos color violeta que jamas había visto en alguien mas, aquello llamo mi atención. Pero la fantasía fue interrumpida cuando Axel se dirigido a ella diciendo que era una teñida, aprovecho de meterle mano pero a un alto costo, el maestro se cabreo con el y le despojo de sus ropas tras un feroz ataque, mi nuevo amigo salio escapando en bolas mientras sus ultimas palabras eran hacia mi diciendo que nos encontraríamos en la taberna.
-Pues... creo que se cayo un tornillo tengan cuidado no lo vayan a pisar.
decia haciendo referencia a la locura que acababa de hacer Axel, luego de eso observe detenidamente a mi contrincante, era bastante guapa aun que se notaba que era alguien con una personalidad algo insegura.
-Que lastima que no fueras realmente pelirroja, me encantan las pelirrojas, aun que debo admitir que tienes unos ojos muy bonitos.
tras decir esto adopte una posición de combate, la hija del maestro había dado a mi contrincante una espada con mango morado bastante elegante y ademas aclaro las reglas del encuentro, el ganador era quien lograba tajear 3 zonas vitales del oponente.
La muchacha comenzó y se dirigió directamente hacia mi garganta usando su espada, fue un movimiento directo y bastante visible, muy fácil para esquivar, di un salto hacia atrás para quedar fuera de su alcance.
-Antes de luchar al menos déjame presentarme antes te han llamado Lya, supongo que ese es tu nombre, un gusto Lya soy Rys.
Me acerque hacia ella con mi estoque por delante sosteniéndolo en la mano derecha mientras que con la izquierda creaba un poco de polvo para lanzarselo en la cara, echo esto y esperando confundirla di un ataque con el canto de mi estoque en su muñeca, justo la que sostenía aquella espada morada, hacia esto con intenciones de desarmarla, luego aproveche la cercanía de la punta de mi arma a su pecho y realice un pinchazo en su pecho a la altura de su corazón, todo esto esperando obtener mi primer punto en el combate.
-Pues... creo que se cayo un tornillo tengan cuidado no lo vayan a pisar.
decia haciendo referencia a la locura que acababa de hacer Axel, luego de eso observe detenidamente a mi contrincante, era bastante guapa aun que se notaba que era alguien con una personalidad algo insegura.
-Que lastima que no fueras realmente pelirroja, me encantan las pelirrojas, aun que debo admitir que tienes unos ojos muy bonitos.
tras decir esto adopte una posición de combate, la hija del maestro había dado a mi contrincante una espada con mango morado bastante elegante y ademas aclaro las reglas del encuentro, el ganador era quien lograba tajear 3 zonas vitales del oponente.
La muchacha comenzó y se dirigió directamente hacia mi garganta usando su espada, fue un movimiento directo y bastante visible, muy fácil para esquivar, di un salto hacia atrás para quedar fuera de su alcance.
-Antes de luchar al menos déjame presentarme antes te han llamado Lya, supongo que ese es tu nombre, un gusto Lya soy Rys.
Me acerque hacia ella con mi estoque por delante sosteniéndolo en la mano derecha mientras que con la izquierda creaba un poco de polvo para lanzarselo en la cara, echo esto y esperando confundirla di un ataque con el canto de mi estoque en su muñeca, justo la que sostenía aquella espada morada, hacia esto con intenciones de desarmarla, luego aproveche la cercanía de la punta de mi arma a su pecho y realice un pinchazo en su pecho a la altura de su corazón, todo esto esperando obtener mi primer punto en el combate.
Axel Shou
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Akuma no mi
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A pesar de los años el viejo maestro mantenía una fuerza y una velocidad envidiable para alguien de su edad, a pesar de llevarle ventaja en la carrera, el viejo le había mantenido el paso y se encontraba a pocos metros de Axel. La sonrisa del chico se empezaba a quebrar, ya fuera por el cansancio o por los nervios de que el maestro le atrapara antes de tiempo. La extraña forma en la que había estado moviendo la espada todo el recorrido, de atrás a delante, no le resultaba muy tranquilizadora. Debido a esto, el chico termino chocándose por el camino y cayendo al suelo.
- Hola señorita amante de los viernes - le dijo Axel a la malhumorada pelirroja tratando de recuperar el aliento. Después, ante los gritos y las amenazas que recibia por todos los bandos, Axel decidio asumir su lado mas caballeroso y enfrentar las consecuencias de sus acciones.
- Bueno reina de las robamaridos - Dijo Axel en un tono y sonrisa apresurada, como si sus palabras no tuvieran importancia mientras miraba al maestro que se acercaba peligrosamente - con gusto aceptare su concejo y su colaboración -
El chico se acerco a ella tomando su vestido pos los lados, mirándola fijamente y sonriendo con una astucia en los ojos. Sin mediar mas palabra empezo a correr rasgando la ropa que la pelirroja tenia y llevándose un buen cacho de tela y dejando, maltrecha y, ahora malvestida, a la pelirroja como obtaculo para el espadachín en medio del camino - ¡TE DEBO UNA, ESTARE EN LA TABERNA ESTA NOCHE! - Grito Axel amarrándose el trozo de tela a modo taparrabos y continuando la carrerilla, al alejarse pudo escuchar como el maestro se disculpaba con la pelirroja, habia logrado comprar algo de tiempo.
- Hola señorita amante de los viernes - le dijo Axel a la malhumorada pelirroja tratando de recuperar el aliento. Después, ante los gritos y las amenazas que recibia por todos los bandos, Axel decidio asumir su lado mas caballeroso y enfrentar las consecuencias de sus acciones.
- Bueno reina de las robamaridos - Dijo Axel en un tono y sonrisa apresurada, como si sus palabras no tuvieran importancia mientras miraba al maestro que se acercaba peligrosamente - con gusto aceptare su concejo y su colaboración -
El chico se acerco a ella tomando su vestido pos los lados, mirándola fijamente y sonriendo con una astucia en los ojos. Sin mediar mas palabra empezo a correr rasgando la ropa que la pelirroja tenia y llevándose un buen cacho de tela y dejando, maltrecha y, ahora malvestida, a la pelirroja como obtaculo para el espadachín en medio del camino - ¡TE DEBO UNA, ESTARE EN LA TABERNA ESTA NOCHE! - Grito Axel amarrándose el trozo de tela a modo taparrabos y continuando la carrerilla, al alejarse pudo escuchar como el maestro se disculpaba con la pelirroja, habia logrado comprar algo de tiempo.
Kei
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El muchacho el pelotas resulto ser un mal educado impertinente, que seguramente había cometido cualquier otra fechoría y por eso se encontraba siendo perseguido por aquel viejo del Dojo. Kei miro fijamente a os ojos de aquel muchacho, el cual le estaba diciendo de todo. La muchacha ya notaba como su cara empezaba a encenderse, pero no por ruborizarse, si no mas bien porque se estaba enfadando y mucho. Su cabreo llego al máximo apogeo cuando el depravado agarro las faldas del vestido y comenzó a tirar de ellas.
Ya basta maldito gusano- dijo tirando de la tela de su vestido, el cual ya estaba echo jirones, la falda había quedado tan corta que casi se le podía ver la ropa interior, lo único intacto era la parte de arriba del vestido. Antes de que pudiera siquiera darle un escarmiento a aquel mugriento muchacho, ya estaba saliendo por patas con la tela rasgada y diciendo donde podría encontrarlo. "No te preocupes, esta noche me las pagaras todas"
El maestro del Dojo no tardo en llegar a junto Kei y disculparse innumerables veces por el comportamiento de ese depravado- Tome esto por las molestias ocasionadas, por favor, no es mucho pero acéptelo- dijo dándole una "pequeña limosna" para que pudiera arreglar el vestido. Al ver que ella no lo cogía le agarro la mano y lo deposito en ella para luego seguir corriendo tras su presa.
Maldito mocoso, no puedo presentarme así en el Dojo...- se quedo unos minutos pensando- o tal vez si...
Puso rumbo al Dojo de nuevo lo mas rápido que pudo, ya estaba cansada de perder el tiempo y ahora tenia un pequeño plan en mente.
Ya basta maldito gusano- dijo tirando de la tela de su vestido, el cual ya estaba echo jirones, la falda había quedado tan corta que casi se le podía ver la ropa interior, lo único intacto era la parte de arriba del vestido. Antes de que pudiera siquiera darle un escarmiento a aquel mugriento muchacho, ya estaba saliendo por patas con la tela rasgada y diciendo donde podría encontrarlo. "No te preocupes, esta noche me las pagaras todas"
El maestro del Dojo no tardo en llegar a junto Kei y disculparse innumerables veces por el comportamiento de ese depravado- Tome esto por las molestias ocasionadas, por favor, no es mucho pero acéptelo- dijo dándole una "pequeña limosna" para que pudiera arreglar el vestido. Al ver que ella no lo cogía le agarro la mano y lo deposito en ella para luego seguir corriendo tras su presa.
Maldito mocoso, no puedo presentarme así en el Dojo...- se quedo unos minutos pensando- o tal vez si...
Puso rumbo al Dojo de nuevo lo mas rápido que pudo, ya estaba cansada de perder el tiempo y ahora tenia un pequeño plan en mente.
Lya D. Gol
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Esquivó mi golpe con bastante facilidad, su golpe a mi mano me hizo soltarla espada sin mencionar que algo parecido a una nube de polvo me nubló los ojos, cuando menos pensé su espada estaba apuntando a mi pecho, el filo se posó con delicadeza en la tela y realizó el primer rasguño.
-Un punto para el extranjero- grito Damáris.
Me quede mirando al joven con bastante asombro, era habil, muy bueno. Recogí la katana y volví a incorporarme.
-Mu... mucho gusto- respondí.
No sabia que había sido aquello del polvo, me limpie los ojos con la manga del uniforme, respire profundamente, di un paso hacia atrás y volví a atacar.
fue un corte vertical, nada del otro mundo, un golpe bastante sencillo pero no me importaba si no alcanzaba a rosar sus ropas, mi esperanza estaba puesta en la ráfaga del golpe, si alguna de ellas lograba causarle un rasguño mi entrenamiento en ese dojo habría dado sus frutos.
-los golpes mas peligrosos son los que se provocan con el suspiro de la espada- dije en voz baja.
-Un punto para el extranjero- grito Damáris.
Me quede mirando al joven con bastante asombro, era habil, muy bueno. Recogí la katana y volví a incorporarme.
-Mu... mucho gusto- respondí.
No sabia que había sido aquello del polvo, me limpie los ojos con la manga del uniforme, respire profundamente, di un paso hacia atrás y volví a atacar.
fue un corte vertical, nada del otro mundo, un golpe bastante sencillo pero no me importaba si no alcanzaba a rosar sus ropas, mi esperanza estaba puesta en la ráfaga del golpe, si alguna de ellas lograba causarle un rasguño mi entrenamiento en ese dojo habría dado sus frutos.
-los golpes mas peligrosos son los que se provocan con el suspiro de la espada- dije en voz baja.
Irvinne Greyclaws
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Varios ciudadano se acercan curiosos, moviendo su cabeza de forma tranquila o su pie comienza a moverse de forma incesante al compás de la alegre melodía. Si bien la cantidad de público no es demasiada, Irvinne disfruta el hecho de verlos contentos. Falla uno que otro acorde, pero qué más da, los beries caen a sus pies, diez, quizá veinte monedas doradas adornan el suelo “es algo” mira desde la altura “no es mucho” la estadía en la isla puede prolongarse si no gana lo suficiente como para abastecerse e irse.
Es aquí cuando una frase en particular llama por completo su atención – debe venir con ese malabarista que dará una función en la noche – cuando toca el último acorde, el músico realiza una reverencia y uno que otro aplauso se hace presente para luego dispersarse, como si jamás hubiese pasado algo. El guitarrista recoge los treinta y uno beries del suelo. Los cuales son guardados en el bolsillo de su chaqueta.
Irvinne se acerca raudamente a una mujer un tanto regordete que es acompañada por un hombre de pronunciada nariz y muy delgado – disculpen – les interrumpe. Piensa en mentir, pero su política se lo impide de forma instantánea – Soy Irvinne, un músico errante, verán, desconozco la función de la que se habla – tal vez esta sea la información precisa que necesita saber de Shimotsuki - ¿podrían decirme de que trata? – realiza una sagaz y directa pregunta.
De forma breve le explican la situación de como dos payasos harán una función en la taberna cercana, los detalles también son narrados.
- Muchas gracias – se despide a través de un cortes gesto manual. Ya decidido, piensa en ir a la taberna a desenvolver el asunto del “espectáculo nocturno”.
Es aquí cuando una frase en particular llama por completo su atención – debe venir con ese malabarista que dará una función en la noche – cuando toca el último acorde, el músico realiza una reverencia y uno que otro aplauso se hace presente para luego dispersarse, como si jamás hubiese pasado algo. El guitarrista recoge los treinta y uno beries del suelo. Los cuales son guardados en el bolsillo de su chaqueta.
Irvinne se acerca raudamente a una mujer un tanto regordete que es acompañada por un hombre de pronunciada nariz y muy delgado – disculpen – les interrumpe. Piensa en mentir, pero su política se lo impide de forma instantánea – Soy Irvinne, un músico errante, verán, desconozco la función de la que se habla – tal vez esta sea la información precisa que necesita saber de Shimotsuki - ¿podrían decirme de que trata? – realiza una sagaz y directa pregunta.
De forma breve le explican la situación de como dos payasos harán una función en la taberna cercana, los detalles también son narrados.
- Muchas gracias – se despide a través de un cortes gesto manual. Ya decidido, piensa en ir a la taberna a desenvolver el asunto del “espectáculo nocturno”.
Axel Shou
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Aun con la distracción el viejo cuervo ya se encontraba a la vista cuando Axel se giro un instante mientras se arreglaba el taparrabos, había tenido otras experiencia con el exhibicionismo y no habían sido muy gratas.
Solo un poco mas, era el pensamiento que recorria la mente del chico que ya podia divisar la taberna, observo su sombra y si sus calculos no le fallaban deberia ser un poco mas de las 2 de la tarde, estaba con el tiempo justo.
- ¡TE ATRAPE MALNACIDO! - Grito el samurai, por que de ninja solo tenia la ropa negra, que se abalanzo sobre el pelirrojo. Los dos empezaron a rodar por el suelo, el cuervo había tomado por el cuello a Axel y lo ahorcaba y el chico intentaba defenderse como mejor podia, pero solo lograba desgarrar la ropa del tipo.
Se escucho un fuerte golpe que llamo la atención de los que estaban cerca de la plaza del pueblo, los hombres habían chocado contra la pared de la taberna, pero uno se había unido a la refriega.
Axel estaba tirado en el suelo con la cara morada por la falta de oxigeno y el viejo cuervo con su ropa destrozada y medio desnudo sobre el disfrutando de como la vida del chico se iba desvaneciendo.
- Preston-sama - Dijo una voz angustiada. El cuervo solto el cuello del pelirrojo que empezó a tocer agradecido por el oxigeno.
- ¡Trebor-kun - Respondió sorprendido el viejo cuervo mirando al tabernero sonrojado.
- Preston-sama, su... ejem... s-su ropa - La imagen de las mejillas sonrojadas del tabernero dibujaron una sonrisa maliciosa en el rostro de Axel, la cual se hizo aun mas pronunciada con el sonrojado rostro del cuervo.
- ¡KYAAAA! - Chillo el curtido espadachin que parecía indefenso bajo la brusca mirada del tabernero.
Axel la tenia clara, ya los había juntado y era todo lo que estaba dispuesto a hacer. Arrastrándose lo mas silenciosamente que pudo se alejo de la feliz pareja en dirección a la posada donde se había hospedado desde que llego a la isla, solo tenia un taparrabos para cubrirse y aun que le agradaba el viento, prefería su ropa cotidiana.
Solo un poco mas, era el pensamiento que recorria la mente del chico que ya podia divisar la taberna, observo su sombra y si sus calculos no le fallaban deberia ser un poco mas de las 2 de la tarde, estaba con el tiempo justo.
- ¡TE ATRAPE MALNACIDO! - Grito el samurai, por que de ninja solo tenia la ropa negra, que se abalanzo sobre el pelirrojo. Los dos empezaron a rodar por el suelo, el cuervo había tomado por el cuello a Axel y lo ahorcaba y el chico intentaba defenderse como mejor podia, pero solo lograba desgarrar la ropa del tipo.
Se escucho un fuerte golpe que llamo la atención de los que estaban cerca de la plaza del pueblo, los hombres habían chocado contra la pared de la taberna, pero uno se había unido a la refriega.
Axel estaba tirado en el suelo con la cara morada por la falta de oxigeno y el viejo cuervo con su ropa destrozada y medio desnudo sobre el disfrutando de como la vida del chico se iba desvaneciendo.
- Preston-sama - Dijo una voz angustiada. El cuervo solto el cuello del pelirrojo que empezó a tocer agradecido por el oxigeno.
- ¡Trebor-kun - Respondió sorprendido el viejo cuervo mirando al tabernero sonrojado.
- Preston-sama, su... ejem... s-su ropa - La imagen de las mejillas sonrojadas del tabernero dibujaron una sonrisa maliciosa en el rostro de Axel, la cual se hizo aun mas pronunciada con el sonrojado rostro del cuervo.
- ¡KYAAAA! - Chillo el curtido espadachin que parecía indefenso bajo la brusca mirada del tabernero.
Axel la tenia clara, ya los había juntado y era todo lo que estaba dispuesto a hacer. Arrastrándose lo mas silenciosamente que pudo se alejo de la feliz pareja en dirección a la posada donde se había hospedado desde que llego a la isla, solo tenia un taparrabos para cubrirse y aun que le agradaba el viento, prefería su ropa cotidiana.
Kei
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Ya estaba a solo unos pasos del Dojo, casi al lado de la puerta, se echó un rápido vistazo de arriba abajo, las ropas estaban demasiado rasgadas, tanto que casi se le veía hasta el alma y el plan que había pensado hace un rato ya no le convencía tanto, ademas no había caído en la cuenta de que su “hermano” llevaba tiempo coqueteando con la hija del maestro y por lo que podía ver desde su posición era ella quien llevaba el arma que quería robar.
“Bueno es hora de llamar a Kai” pensó mientras se dirigía de nuevo al motel donde se hospedaba, haya por donde pasará la gente se le quedaba mirando y algunos hombres indecentes la confundían con una fulana, aunque no era de extrañar por las pintas que llevaba. Uno de esos hombres se acercó a ella y la agarro de la cadera- Vamos a jugar un rato pequeña- dijo casi susurrando a su oído, eso a Kei le cabreó más de lo que ya estaba por el sin fin de vueltas que estaba dando y la de “basura” que se encontraba por el camino y no dejaba de molestarla. Le pegó un puñetazo al hombre en la cara y luego le retorció el brazo- Te agradeceria que no me pusieras la mano encima pequeño mierdecilla, si no quieres que reparta tus sesos por el suelo ahora mismo- Subió más el brazo del muchacho, un poco más de fuerza y se iría con algo más que un simple dolor en el brazo.- Tienes suerte de que tenga prisa- le soltó y el muchacho la miró con odio y se fue gritando- Esto no quedará así.
Suspiro y llevó la mano hasta el pelo antes de continuar su camino. Una vez en el hotel se dio una ducha rápida y se vistió como un hombre para ir de nuevo al Dojo, aunque esperaba que esta vez sin interrupciones de ningún tipo. Su vestimenta se componía de un traje de vestir y una camisa blanca con algunos botones desabrochados, para disimular el pecho llevaba unas vendas alrededor del mismo. El pelo lo llevaba recogido de tal manera que parecía que era más corto de lo que era en realidad.
“Bueno es hora de llamar a Kai” pensó mientras se dirigía de nuevo al motel donde se hospedaba, haya por donde pasará la gente se le quedaba mirando y algunos hombres indecentes la confundían con una fulana, aunque no era de extrañar por las pintas que llevaba. Uno de esos hombres se acercó a ella y la agarro de la cadera- Vamos a jugar un rato pequeña- dijo casi susurrando a su oído, eso a Kei le cabreó más de lo que ya estaba por el sin fin de vueltas que estaba dando y la de “basura” que se encontraba por el camino y no dejaba de molestarla. Le pegó un puñetazo al hombre en la cara y luego le retorció el brazo- Te agradeceria que no me pusieras la mano encima pequeño mierdecilla, si no quieres que reparta tus sesos por el suelo ahora mismo- Subió más el brazo del muchacho, un poco más de fuerza y se iría con algo más que un simple dolor en el brazo.- Tienes suerte de que tenga prisa- le soltó y el muchacho la miró con odio y se fue gritando- Esto no quedará así.
Suspiro y llevó la mano hasta el pelo antes de continuar su camino. Una vez en el hotel se dio una ducha rápida y se vistió como un hombre para ir de nuevo al Dojo, aunque esperaba que esta vez sin interrupciones de ningún tipo. Su vestimenta se componía de un traje de vestir y una camisa blanca con algunos botones desabrochados, para disimular el pecho llevaba unas vendas alrededor del mismo. El pelo lo llevaba recogido de tal manera que parecía que era más corto de lo que era en realidad.
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