Welcome to the Madhouse [Privado]

Comencé a moverme ligeramente sobre la cama, no tenía ni idea de que hora era pero el sol ya entraba por la ventana y me daba directamente sobre la cara, calentándome la piel lentamente. Por su brillo debía ser alrededor de medio día, intente hacer memoria pero no recordaba bien como había llegado hasta ahí. Me incorpore hasta terminar sentada sobre la cama, la sabana que me cubría se deslizo suavemente hasta dejar mi torso desnudo expuesto a la luz del sol. Aquello empezaba a indicarme algo, metí la mano bajo las sabanas para comprobar si llevaba algo puesto "No, nada". La teoría sobre lo sucedido comenzaba a tomar forma en mi cabeza, entonces la pista que me faltaba apareció ante mis ojos. Miré hacia la derecha de la cama y vi a un joven de pelo corto y castaño durmiendo boca abajo.

- Creo que ya recuerdo... - dije llevándome la mano a la nuca mientras me rascaba.

Había llegado la noche anterior a la ciudad en un barco mercante, había llegado a un acuerdo con el capitán del barco para que me dejara viajar con ellos hasta su siguiente destino, la isla de Goa. No era que ese destino me interesara pero ya me había cansado de estar en el mismo lugar. El viaje había sido agradable y sin contratiempos. Por desgracia al llegar debía pagar el resto de la cantidad acordada previamente, tenía dinero para ello pero me parecía un precio excesivo y no estaba dispuesto a pagarlo, pero por fortuna el capitán del barco era un hombre joven, de unos veintiocho años, que no estaba nada mal. La negociación había sido dura, estaba muy pesado con que tenía mujer e hijos, pero después de una botella de Whisky había conseguido convencerlo, como se podía ver por su estado.

- Mmmmmmm - dije mientras estiraba cada musculo de mi cuerpo - Tengo que aprender a beber menos, si no me acuerdo de estas cosas luego no tiene gracia.

Salí de la cama y comencé a buscar mi ropa, que se encontraba desperdigada por la habitación. Una ducha no me vendría mal pero no quería arriesgarme a que se despertara, seguro que se sentía culpable, muy arrepentido y todas esas tonterías. Lo mejor sería salir a dar una vuelta y volver más tarde, cuando ya se hubiera ido. Me vestí tratando de hacer el menor ruido posible.

- Donde demonios habré puesto del sujetador - dije mientras miraba por toda la habitación, entonces alce la vista al techo y allí estaba, colgando sobre la lámpara - Parece ser que anoche lo pasamos bastante bien jeje.

Termine de vestirme lo más rápido que pude y tras coger mis armas me dispuse a la salida, llevaba todo lo valioso encima así que no hacía falta que cerrara con llave. Al cruzar la puerta la cerré con excesiva fuerza, dando así un portazo "Eso sera suficiente para despertarlo" Bajé las escaleras del pequeño hotel a buen ritmo y me dirigí hacia la salida. No pude evitar cerrar los ojos pues el sol golpeaba con fuerza.

- Bien, creo que daré una vuelta por la ciudad a ver si encuentro algo internaste - sonreí astutamente "Pero con tanta gente rica junta seguro que lo haré"

El hotel estaba cerca del puerto, no habíamos dado muchas vueltas una vez que salimos del barco, así que comencé a andar hacia la zona interior de la ciudad.

Ubicación: Barco y manicomio
Compañía: -
Dirigido a: -
Forma: Humana

Una gota me despertó, veía todo negro, era incapaz de ver nada ¿Era de noche? No, aunque no sabía qué hora era, tenía algo tapandome los ojos, intente moverme, pero estaba encadenado, mis brazos estaban incómodos, era una camisa de fuerza, podía estirar las piernas, estaban encadenadas pero tenía algo de libertad, sentia como me podía mover de un lado a otro...no había duda, era un barco, ya podía recordarlo todo

Tras haber asesinado a mi hermano intente huir, pero mire a esa estúpida monja a los ojos y me paralice, entonces llegó mi padre con unos hombres, cogió su arma y me apunto, era mi final, podría terminar con esta tortura rápido, entonces sonreía mientras miraba a mi padre, él lloraba ya que 2 de sus hijos habían muerto y solo la culpa podría caer sobre uno, entonces giró su arma y me golpeo con la culata dejándome inconsciente.

Para ser un asesino, no tuvo valor de matar a su hijo, entonces note como el barco chocó con algo, afuera podía escuchar unos pasos y se detuvieron en una parte, una puerta chirrió muy cerca, estaban delante mía, note su presencia agachándose y se acercó a mi oído

Ya hemos llegado maldito animal

Se levantó y me golpeó con una patada en el abdomen, me cogió de la ropa y me llevaba a rastras, seguí sin poder mover nada salvo las piernas, notaba un calor en mi piel, era de dia, no habia duda, el tipo que me llevaba tras unos minutos se paro, me levanto y me llevaba en los hombros como si fuese una presa que había cazado, notaba cada paso que daba, pensé que podría escaparme, pero no quería, desde que estaba asi, no habia visto a esa maldita perra de la monja y dormí bastante bien, mientras no pensara todo iba bien, cuando había conseguido relajarme, el tipo paró de nuevo

Este pipiolo viene de muy lejos, al parecer se le fue la olla y mató a sus hermanos mayores, tal vez sería algo de la herencia pero al final se quedó sin ella ja ja ja

Me tiro de golpe al suelo entonces unas manos muy cálidas me tocaron y me quitaron lo que me tapaba los ojos, era una enfermera muy guapa, me ayudó a incorporarme.

-Oye  ¿Puedes levantarte?

Su voz era tan suave, no se como pero me hipnotizó, mi cuerpo se levantó solo,

-Estás muy sucio, debes lavarte para poder ponerte nuestro uniforme

Me llevo a un baño para que me pudiera hacer, me quedé mirándola ya que no podía moverme, entonces me desabrocho la camisa de fuerza y me hizo un gesto para que fuese, me quedé quieto sin hablar, solo la miraba con algo de desprecio, entonces ella se echó a reír y se acercó a mí silenciosamente, me quito los pantalones dejándome en ropa interior, miro hacia esa zona donde parecía haberse quedado muda, me cogió de la muñeca y me llevó a la zona de las duchas

Si no lo haces tu, lo hare yo

Entonces abrió el grifo, el agua estaba templada, cosa que me agrada bastante, me mantuve firme, entonces una esponja voló hacia mi cara, y de rebote cayó al suelo, la enfermera la cogió y me froto la cara, fue bajando por el pecho hasta llegar a las zonas privadas, entonces soltó la esponja y me la sujeto con la mano derecha, me eche hacia atrás, ella hincho los morros y lo vio como una ofensa, entonces cogió una manguera  y me enchufo agua helado a presión, deje de ser pasivo y me fui hacia la toalla sin decir nada, me sequé y me vestí sin soltar ninguna sola palabra, miraba hacia abajo para evitar contacto con cualquier espejo, pero el suelo mojado hizo una imagen en el cual pude volver a verla, esa maldita monja, di unos pasos rápido asustado y fui hasta la enfermera para que me llevase a mi nuevo cuarto, me llevó unos metros lleno de cuartos exactamente igual hasta llegar a una zona acolchada, toda las paredes eran blancas similares a unos colchones, en una esquina había una cama, enfrente de la cama había una pequeña silla de madera y a la mitad de esa pared una puerta negra que parecía muy pesada[/color]

Tras varios minutos andando llegue a un zona bastante transitada, se trataba de una calle amplia y de suelo empedrado. A ambos lados de esta había una gran cantidad y variedad de tiendas, boutiques, tiendas de alimentación, librerías, perfumerías, etc. Casi todas las personas que podía ver vestían ropas elegantes, y las mujeres llevaban suntuosas joyas "Vaya, parece que acabe en una ciudad de ricahones" Me estaba relamiendo solo de imaginar todas las posibilidades que abarcaba aquello, no solo a la hora de sustraer algún objeto de valor, sí que era sabido que los ricos eran vagos y mimados, preferían pagar a alguien por hacer las cosas antes que trabajar ellos mismos. ¿Y a quien iría a parar ese dinero que ellos querían malgastar? A un servidora.

Caminaba feliz y contenta pensando a donde debería ir primero cuando frente a mi vi aglomerarse una pequeña multitud "Perfecto, cuando la gente está interesada en algo se olvida de lo que les rodea" Comencé a acercarme sutilmente al grupo de personas allí reunidas, y mientras lo hacía iba observando a la espera de que apareciera algún objetivo sencillo. Tras una ligera inspección observe a un señora de un volumen considerable, que llevaba su bolso colgado hacia atrás "Bingo" Me acerque hacia ella desde atrás, tratando de ser lo más discreta posible. Mientras Lo hacia los murmullos de la gente llegaron hasta mis oídos.

- ¿Habéis visto eso? ¿A dónde lo llevaran?

- Parece que esta inconsciente.

- ¿Quién será ese tipo y que habrá hecho para acabar así?

Sabía que debía concentrarme en lo que estaba haciendo, que perder un instante podía ser desastroso, pero como suele decirse, la curiosidad mato al gato. Levente la cabeza para ver a que se debía tanto revuelo, lo que vi desde de luego no era algo usual. Un tipo grandote estaba cargando a otro sobre sus hombros, el cual parecía llevar puesta una camisa de fuerza, además de llevar los ojos vendados. No se podía saber si estaba inconsciente o no pero desde luego no realizaba ningún tipo de movimiento o resistencia. Junto al "portador" iba otro hombre. Avanzaban con paso firme y sin detenerse ni preocuparse por las miradas de la gente. Sin darme cuenta comencé a seguirles, aquel peculiar suceso había captado mi atención, no parecía ser un criminal al uso. Si quería quitarme aquello de la cabeza debía averiguar que estaba sucediendo. Me acerque hasta el hombre que iba libre y le pregunte directamente.

- Eh! Oye, ¿Quién es ese tipo?

- Eso no es de tu incumbencia niña, déjanos trabajar

Sin dar opción para replica siguió su camino ignorándome por completo.

- Yo decidiré que es o no de mi incumbencia - dije en alto pero lo suficientemente bajo para que no pudiera oírme.

Comencé a seguirlos pero esta vez desde una distancia prudencial, era mejor que no me volvieran a ver. Continuamos así durante varios minutos, hasta que finalmente se detuvieron frente a la fachada de un loquero.

- Con que se trataba de un perturbado ¿Y tanto revuelo por eso? ¿A lo mejor es alguien importante? ¿Me dejaran hablar con él? Y más importante aún, ¿Podre engañarlo para que me ceda todos sus bienes? - mis ojos dentelleaban al imaginar todas las riquezas que aquel hombre podría tener, y que le iba a robar.

Ubicación: Manicomio
Compañía: -
Dirigido a: -
Forma: Humana

Me tumbe sobre la cama y me quede despierto mirando la nada, cuando por fuera escuche unos pasos que se pararon sobre mi cama y una especie de celador  entró en mi cuarto, me quedé mirándolo fijamente hasta que empezó a hablar

Paciente #40047, tiene que salir, si no se mueve se le atrofian los músculos

Deje de mirarlo y gire el cuello para otro lado sin soltar una sola palabra

Pues que así sea

Salió del cuarto y fue por una camisa de fuerza, me la puse sin que yo me resistiera mucho solo que el tubo que hacer todo el trabajo de levantarme y todo eso, me empujo hacia arriba para levantarme y seguir sus pasos, me llevó por un pasillo completamente cubierto de paredes blancas y muchas puertas negras, serían los demás pacientes, no le di mucha importancia, me vino un olor muy suave, como si fuese una pradera, pero no era así, dentro de las instalaciones parecía haber un pequeño parque con bancos, antes de llegar me intentaron llevar por una sala llena de ventanas donde se podía ver el parque, me detuve y el tipo intentó empujarme, no quería pasar por ahí, seguro estaría esa maldita monja esperándome, el tipo me dio un empujón pero me mantuve en el sitio, entonces el tipo intentó volver a darme el empujón entonces di un paso y el tipo cedió cayendo al suelo, se levantó cabreado y de su cinturón sacó una especie de palo que daba unas descargas, fue a atacarme pero con un paso hacia atrás lo esquive, lo intentó de nuevo pero seguía andando, levantó el palo para darme de nuevo un corrientazo pero esta vez di un paso hacia delante y con un fuerte cabezazo lo deje fuera de juego, cuando me di cuenta estaba en mitad de los cristales, por delante no había nada...entonces, me gire temblando y lentamente hacia atras y alli estaba ella observando desde los cristales, entonces una mano negra salió del cristal lentamente acercándose hacia mí, no podía moverme, se iba a cobrar su venganza

Mi botín, quiero decir, el "pobre" hombre al que habían encerrado no se iba a mover de donde, ahora solo tenía que conseguir llegar hasta él. No conocía bien, por no decir en absoluto, la seguridad del lugar, pero no tenía más remedio que entrar a ver como estaban las cosas. Con algo de suerte conseguiría llegara hasta el, sino solo conseguiría información y tendría que volver a intentarlo. Sin darle muchas más vueltas al asunto me dirigí hacia la puerta y entre en el edificio.

- Buenos días señorita, ¿Puedo ayudarla en algo? - quien hablaba era una joven que se encontraba tras una especia de mostrador.

Me acerqué hasta donde se encontraba y puse mi mejor cara de niña buena.

- Hola, estoy buscando a un amigo que ha ingresado hoy en esta institución

- Muy bien, me podría decir cómo se llama

- Se llama Austin Smith.

La chica empezó a comprobar una lista que tenía sobre el mostrador.

- Mmmmmm, que raro, no me aparece nadie con ese nombre.

- Es un hombre joven, de pelo castaño y peinado hacia atrás, pero con un par de mechones que le caen por la cara Mmmmmmm se podría decir que es atractivo. Y estoy segura de que ha entrado hoy.

- Hoy solo hemos tenido un ingreso a nombre de Zengel Bolton, y en cualquier caso ese paciente no pude recibir pacientes hasta que los médicos le evalúen y se encuentre estable.

- Oh, ya veo... - parecía que estaba llegando a un punto muerto, comencé a mirar a mi alrededor como si esperara que la solución me cayera del cielo y no fue exactamente así, pero no iba desencaminada la cosa. Se escuchó un golpe que provenía del pasillo que estaba a la izquierda.

- ¿Que ha sido eso?

- No lo sé, espera aquí, voy a llamar a seguridad.

- Claro - la joven se dio la vuelta para coger el teléfono, en cuanto lo hizo comencé a alejarme discretamente en dirección al pasillo del que había venido el ruido. Una vez ahí me puse a correr, no sabía de cuánto tiempo dispondría, tenía que llegar antes que los guardias. Doble una esquina y ante mi apareció una especie de jardín, el cual estaba rodeado por una cristalera, entonces repare en un hombre que estaba de pie, en mitad de otro pasillo observado sin pestañear al cristal que nos separaba. Se trataba de Zengel, el hombre al que estaba buscando.

- Me parece que tomare un atajo.

Cogí el bate que llevaba a la espalda y comencé a correr hacia el cristal, aprovechando el impulso lo golpeé con todas mis fuerzas.

- ¡Cuidado al otro lado!

El cristal salto en mil pedazos, lo que no vi fue el listón metálico que estaba en el suelo y actuaba de base para el cristal, tropecé con el y me precipite sobre Zengel haciéndole caer al suelo conmigo y aplastándole. Mi pecho había quedado a la altura del joven, me incorpore ligeramente apoyando los brazos en el suelo para poder mirarle a la cara.

- Encantada de conocerte Zengel, ¿Qué te parece si tú y yo nos vamos a dar una vuelta?

Ubicación: Manicomio
Compañía: Natasha Derringer
Dirigido a: Natasha Derringer
Forma: Humana/ híbrida momentáneamente

forma hibrida

Spoiler:

Las manos de la monja estaban a punto de agarrarse a mi cuello cuando escuche un grito que resonaba pero no podía entenderlo, cuando el dedo índice de la monja estaba ya en mi cuello el cristal se rompió en cientos de fragmentos que cayeron en el suelo, algo me golpea y me tira al suelo, no solo me dolio el impacto, también un peso leve me aplastaba, abrí los ojos y algo se incorporaba, era una chica muy guapa, baje la mirada y vi que sus senos también eran muy agradables a la vista, entonces note como la chica me llamaba y me decía que me fuese con ella.

Con impulso de los pies salí de debajo suyo, se estaba agusto pero no podia estar ahi todo el día, apoyándome en la otra pared me puse de pie, ya no necesitaba la camisa de fuerza, cerré los ojos y mi piel se empezó a llenar de pelo, crecí un par de centímetros, me salieron unos cuernos mi cara cambió, mi musculatura creció, cuando la camisa de fuerza estaba en su limite di un tirón fuerte y destroce la camisa con mis brazos estando en mi forma híbrida

Para no dar mucho el cante volví a mi forma humana, la ropa se había ensanchado y me quedaba grande, además de estar rajada por todas las costuras, las mangas de la camisa llegaban casi al suelo, entonces agache una rodilla mirando hacia mi joven salvadora, parecía que ella tenía el poder de destruir a esa malvada bruja que me atormentaba

Me habéis salvado, estoy en deuda contigo, dime que puedo hacer por ti y lo cumplire, por cierto ¿Cual es el nombre de mi salvadora?¿Como sabes mi nombre?

Tenia muchas preguntas acerca de ella, mire hacia abajo para mirar mi ropa, estaba  para hacer trapos con ella, debía recuperar mi ropa, solo hace mediodía que me atraparon, debe de estar todavía allí.

Siento terminar la conversación pero he de recuperar mis cosas

Me fui buscando la entrada, desde alli seria mas facil encontrar mis cosas bajé al parque y choque con un árbol, algo negro caía sobre delante mía, mis reflejos hicieron que cogiese eso, mire y era una pequeña cría de un pájaro, por el color y el tamaño del pico diría que era un pequeño cuervo, no tenía tiempo para mirarlo bien, lo metí dentro de un bolsillo y que se había formado al romper la ropa y fui en busca de mi ropa