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Al regreso de Max, este venía acompañado de un anciano barbón. Tras atender mis heridas se enfocó en la mujer. Me sentí un poco extraño al tener el cuerpo vendado, aunque no me queje de esto y me limité a agradecer al anciano.
Solo realicé un sutil movimiento con la mano ante el comentario de Max acerca de mi dureza.
Más personas comenzaron a aparecer, a lo cual solo miré al espadachín con sorpresa. Quiero decir, vencer a 3 sujetos fue agotador y solo lo hice para proteger a 2 personas. Por el contrario Max, consiguió salvar a 13, no, creo que era 15 personas… No quiero pensar contra cuantos enemigos se topó en su trayecto.
Max tomó el papel de líder y comenzó a darle tareas a los sobrevivientes. Pensé en ayudarlos a realizar algunas de estas, más al ver las vendas me sugerían ir a tomar reposo.
Sin algo que hacer comencé a deambular por los distintos pisos. No fue lindo lo que vi a lo largo de mi recorrido, de hecho era la primera vez apreciando los resultados de una masacre. Miré con tristeza los cadáveres de niños y futuras madres.- Ni ellos se salvaron… ¿Qué clase de monstruos hacen esto? –hasta ahora no había estado viviendo de la manera más honrada, sin embargo… No levantaría mi arma contra alguien que no es capaz de defenderse.
Le quité el abrigo al cadáver de un pirata y me lo coloqué. Estaba un poco manchado con su sangre. Recogí todas las armas y municiones que logré encontrar y regresé a la planta principal.
…
La noche llegó y al parecer se tenía planeado permanecer en el edificio hasta el día siguiente. No me sentí cómodo con esta decisión, no sabíamos si más enemigos aparecerían o con que armamento contaban. El recuerdo del misil que destazó al pobre anciano del bar surgió en mi cabeza, no obstante tampoco conocíamos que tan seguro eran las calles o si existía otro edificio en el cual refugiarnos, y en caso de salir tendríamos que proteger a más de una docena de personas asustadas. Si, algunas portaban armas que les ofrecí, pero eso no quería decir que las manejarían de manera adecuada.- Mierda. –susurré irritado por la poca información con la que contaba, además de sentirme impotente y acorralado.
Max caminó hasta donde me encontraba y se sentó a mi lado, para luego realizar un peculiar pedido.
- ¿Yo? –supuse que solo quería matar el tiempo, además de que sería algo para distraerme.- Vivo de lo que puedo, ayudando en los huertos, pescando, recolectando ingredientes para distintas cosas, y cuando no queda de otra utilizando la espada. –se podía notar en mi tono de voz que lo último fue dicho con algo de pesar. –No tengo un hogar. Siempre estoy en constante movimiento, pero no porque busque algo, solo... No hay motivo para quedarme en un sitio. –una ligera risa se me escapó.- De hecho llegué a esta isla por accidente como un polizón en un barco, creo que eran mercaderes. –No pude evitar pensar si esos sujetos se salvaron o murieron en el ataque.- No tengo un sueño, solo me aseguro de continuar con vida día a día. La primera vez que maté a alguien vomité, ahora es algo tan fácil, creo que comienzo a ver a mis oponentes como muñecos y eso me asusta… Me asusta que en algún punto sea tan fácil y natural como lo es para esos piratas. –dejé de hablar por unos momentos. –Lamentó hacerte escuchar todas esas tonterías. –Traté de limpiar disimuladamente la comisura de mis ojos.- ¿Qué hay de ti?
Solo realicé un sutil movimiento con la mano ante el comentario de Max acerca de mi dureza.
Más personas comenzaron a aparecer, a lo cual solo miré al espadachín con sorpresa. Quiero decir, vencer a 3 sujetos fue agotador y solo lo hice para proteger a 2 personas. Por el contrario Max, consiguió salvar a 13, no, creo que era 15 personas… No quiero pensar contra cuantos enemigos se topó en su trayecto.
Max tomó el papel de líder y comenzó a darle tareas a los sobrevivientes. Pensé en ayudarlos a realizar algunas de estas, más al ver las vendas me sugerían ir a tomar reposo.
Sin algo que hacer comencé a deambular por los distintos pisos. No fue lindo lo que vi a lo largo de mi recorrido, de hecho era la primera vez apreciando los resultados de una masacre. Miré con tristeza los cadáveres de niños y futuras madres.- Ni ellos se salvaron… ¿Qué clase de monstruos hacen esto? –hasta ahora no había estado viviendo de la manera más honrada, sin embargo… No levantaría mi arma contra alguien que no es capaz de defenderse.
Le quité el abrigo al cadáver de un pirata y me lo coloqué. Estaba un poco manchado con su sangre. Recogí todas las armas y municiones que logré encontrar y regresé a la planta principal.
…
La noche llegó y al parecer se tenía planeado permanecer en el edificio hasta el día siguiente. No me sentí cómodo con esta decisión, no sabíamos si más enemigos aparecerían o con que armamento contaban. El recuerdo del misil que destazó al pobre anciano del bar surgió en mi cabeza, no obstante tampoco conocíamos que tan seguro eran las calles o si existía otro edificio en el cual refugiarnos, y en caso de salir tendríamos que proteger a más de una docena de personas asustadas. Si, algunas portaban armas que les ofrecí, pero eso no quería decir que las manejarían de manera adecuada.- Mierda. –susurré irritado por la poca información con la que contaba, además de sentirme impotente y acorralado.
Max caminó hasta donde me encontraba y se sentó a mi lado, para luego realizar un peculiar pedido.
- ¿Yo? –supuse que solo quería matar el tiempo, además de que sería algo para distraerme.- Vivo de lo que puedo, ayudando en los huertos, pescando, recolectando ingredientes para distintas cosas, y cuando no queda de otra utilizando la espada. –se podía notar en mi tono de voz que lo último fue dicho con algo de pesar. –No tengo un hogar. Siempre estoy en constante movimiento, pero no porque busque algo, solo... No hay motivo para quedarme en un sitio. –una ligera risa se me escapó.- De hecho llegué a esta isla por accidente como un polizón en un barco, creo que eran mercaderes. –No pude evitar pensar si esos sujetos se salvaron o murieron en el ataque.- No tengo un sueño, solo me aseguro de continuar con vida día a día. La primera vez que maté a alguien vomité, ahora es algo tan fácil, creo que comienzo a ver a mis oponentes como muñecos y eso me asusta… Me asusta que en algún punto sea tan fácil y natural como lo es para esos piratas. –dejé de hablar por unos momentos. –Lamentó hacerte escuchar todas esas tonterías. –Traté de limpiar disimuladamente la comisura de mis ojos.- ¿Qué hay de ti?
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* ¿El gobierno? Ahora que lo pienso no suena tan mal. *por mi cabeza cruzó la imagen de yo utilizando un uniforme de la marina.* Nah, no creo ser apto para ese tipo de trabajo. Terminé de escuchar las palabras del hombre. No lo había mencionado, pero ambos habíamos perdido a nuestros padres, no habló a algún otro familiar, por lo que interpreté que ahora no tenía familiares. Ahora que lo pensaba, quizás Max trabajaba para el gobierno y talvez me confundía con alguna otra persona y solo quería cerciorarse, aunque claro, solo era una suposición y no tenía la curiosidad suficiente como para preguntar.
Tomé 2 de las galletas que se me ofreció. Estaba acostumbrado a comer en pocas cantidades, más no desperdiciaría la oportunidad de obtener un poco de alimento. Agradecí la amabilidad del espadachín.
Casi me ahogo al escuchar la cantidad de piratas que conformaban la banda de los escorpiones de la noche. Lo único que me impidió gritar sorprendido fueron las personas que trataban de descansar tras un horrible día. Después de pensarlo de manera más calmada llegué a la conclusión de que no era posible que esa cantidad de enemigos se encontrara en el pueblo, no obstante los barcos eran otra historia. Él mencionó que eran 8, pero ¿esos 8 barcos se encontraban en las cercanías o solo fuimos atacados por un grupo?
No tardó en expresar sus planes para el día siguiente.- Puedo acompañarte si así lo deseas, aunque algo me dice que no tendrías problemas si vas tu solo. Como sea, si crees que es buena idea que te acompañe, despiértame cuando pienses marcharte. –me levanté del suelo.- Descansa. –sin decir nada más me alejé. No es como si su presencia resultara incómoda. Es solo que no me sentía seguro sin alguien vigilando la calle de la entrada. Razón por la cual les sugerí a los hombres el tomar turnos de guardia. Al principio no se veían contentos por mi sugerencia, por suerte al mencionarles que yo realizaría el primer turno parecieron un poco más accesibles.
El lugar destinado para realizar la vigilancia era una de las habitaciones del siguiente piso. Una ventana bastante oportuna brindaba una vista perfecta de la calle.- Bien, ahora solo queda esperar.
Para hacer más amena la vigilancia encendí un cigarrillo y comencé a fumarlo de manera lenta.- Siempre te molesté por fumar estas porquerías y ahora yo también lo hago. -solo se trataba de una manera de recordar a mi padre.
Las horas pasaron y nada fuera de lo común se presentó, dando como resultado que bajara a la planta principal y tras despertar a uno de los hombres le indiqué que tomara mi lugar.
Me quité la espada, me senté en el suelo y dormí recargado sobre una pared cercana a la salida mientras sostenía la vaina de mi arma con mi mano izquierda.
Tomé 2 de las galletas que se me ofreció. Estaba acostumbrado a comer en pocas cantidades, más no desperdiciaría la oportunidad de obtener un poco de alimento. Agradecí la amabilidad del espadachín.
Casi me ahogo al escuchar la cantidad de piratas que conformaban la banda de los escorpiones de la noche. Lo único que me impidió gritar sorprendido fueron las personas que trataban de descansar tras un horrible día. Después de pensarlo de manera más calmada llegué a la conclusión de que no era posible que esa cantidad de enemigos se encontrara en el pueblo, no obstante los barcos eran otra historia. Él mencionó que eran 8, pero ¿esos 8 barcos se encontraban en las cercanías o solo fuimos atacados por un grupo?
No tardó en expresar sus planes para el día siguiente.- Puedo acompañarte si así lo deseas, aunque algo me dice que no tendrías problemas si vas tu solo. Como sea, si crees que es buena idea que te acompañe, despiértame cuando pienses marcharte. –me levanté del suelo.- Descansa. –sin decir nada más me alejé. No es como si su presencia resultara incómoda. Es solo que no me sentía seguro sin alguien vigilando la calle de la entrada. Razón por la cual les sugerí a los hombres el tomar turnos de guardia. Al principio no se veían contentos por mi sugerencia, por suerte al mencionarles que yo realizaría el primer turno parecieron un poco más accesibles.
El lugar destinado para realizar la vigilancia era una de las habitaciones del siguiente piso. Una ventana bastante oportuna brindaba una vista perfecta de la calle.- Bien, ahora solo queda esperar.
Para hacer más amena la vigilancia encendí un cigarrillo y comencé a fumarlo de manera lenta.- Siempre te molesté por fumar estas porquerías y ahora yo también lo hago. -solo se trataba de una manera de recordar a mi padre.
Las horas pasaron y nada fuera de lo común se presentó, dando como resultado que bajara a la planta principal y tras despertar a uno de los hombres le indiqué que tomara mi lugar.
Me quité la espada, me senté en el suelo y dormí recargado sobre una pared cercana a la salida mientras sostenía la vaina de mi arma con mi mano izquierda.
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Una voz temblorosa que repetía la palabra “chico” comenzó a escucharse cada vez de manera más clara. Lo que terminó por despertarme fue la sensación de alguien tocando mi hombro.
Abrí los ojos de golpe y sujeté la empuñadura con intención de atacar. El hombre delante de mío calló de espaldas al realizar un intento por alejarse de manera rápida. Nuestras miradas se cruzaron durante unos segundos.- Lo lamento. –me disculpé al reconocer que el error fue causado por mi parte.
El hombre aceptó la disculpa y tras ayudarlo a ponerse pie me contó lo sucedido y el mensaje dejado por Max.* Supongo que no tenías tiempo para esperarme. *parecía que el hombre actuaba de manera impulsiva si notaba que la vida de alguien corría peligro. ¿Era arriesgado? Claro que sí, aunque considerando su habilidad, no debería correr peligro por aventurarse solo y si en el trayecto conseguía salvar la vida de alguien… Habría valido la pena correr el riesgo.
Le indiqué al hombre que se asegurara de compartir lo que vio con el resto y se procuraran mantenerse alertas. Para intentar tranquilizarlo le conté acerca del plan de buscar un DDM en la alcaldía para pedir ayuda a la marina. Parecía haber relacionado esto con algo que Max le preguntó, y un ligero brillo de esperanza se vio reflejado en sus ojos.
Al momento de salir del edificio, una corriente helada golpeó mi cuerpo con fuerza. Tiritando comencé a avanzar por la nieve siguiendo las huellas de quien creí pertenecían a Max. Noté que más huellas podían verse sobre la nieve, y a manera de precaución desenvainé mi arma.
El único sonido que podía escuchar era el mis pisadas en la nieve, lo cual de algún modo me incomodaba. Aceleré el paso y al poco tiempo me encontraba frente a la entrada de la casa en la cual Max debía encontrarse.
Con cuidado abrí la puerta. El sonido de las viejas bisagras rechinantes me molestó. Si alguien más que fuera el espadachín se encontrara dentro de la casa, habría escuchado con claridad mi entrada. Suspiré aliviado al encontrar al hombre, no obstante no se encontraba solo, un pequeño niño lo acompañaba. Miré a Max un poco extrañado.
Le pedí que se acercara para poder hablar con él sin que el niño nos escuchara.
Si aceptaba solo le preguntaría si tenía planeado llevarlo con nosotros a la alcaldía, si lo dejaríamos en el edificio despejado o si ellos ya habían llegado a una clase acuerdo y terminaríamos desviándonos un poco para ayudar al niño.
No tendría inconvenientes si la última opción era correcta, solo quería estar al tanto de la situación en la que estaría involucrado.
Abrí los ojos de golpe y sujeté la empuñadura con intención de atacar. El hombre delante de mío calló de espaldas al realizar un intento por alejarse de manera rápida. Nuestras miradas se cruzaron durante unos segundos.- Lo lamento. –me disculpé al reconocer que el error fue causado por mi parte.
El hombre aceptó la disculpa y tras ayudarlo a ponerse pie me contó lo sucedido y el mensaje dejado por Max.* Supongo que no tenías tiempo para esperarme. *parecía que el hombre actuaba de manera impulsiva si notaba que la vida de alguien corría peligro. ¿Era arriesgado? Claro que sí, aunque considerando su habilidad, no debería correr peligro por aventurarse solo y si en el trayecto conseguía salvar la vida de alguien… Habría valido la pena correr el riesgo.
Le indiqué al hombre que se asegurara de compartir lo que vio con el resto y se procuraran mantenerse alertas. Para intentar tranquilizarlo le conté acerca del plan de buscar un DDM en la alcaldía para pedir ayuda a la marina. Parecía haber relacionado esto con algo que Max le preguntó, y un ligero brillo de esperanza se vio reflejado en sus ojos.
Al momento de salir del edificio, una corriente helada golpeó mi cuerpo con fuerza. Tiritando comencé a avanzar por la nieve siguiendo las huellas de quien creí pertenecían a Max. Noté que más huellas podían verse sobre la nieve, y a manera de precaución desenvainé mi arma.
El único sonido que podía escuchar era el mis pisadas en la nieve, lo cual de algún modo me incomodaba. Aceleré el paso y al poco tiempo me encontraba frente a la entrada de la casa en la cual Max debía encontrarse.
Con cuidado abrí la puerta. El sonido de las viejas bisagras rechinantes me molestó. Si alguien más que fuera el espadachín se encontrara dentro de la casa, habría escuchado con claridad mi entrada. Suspiré aliviado al encontrar al hombre, no obstante no se encontraba solo, un pequeño niño lo acompañaba. Miré a Max un poco extrañado.
Le pedí que se acercara para poder hablar con él sin que el niño nos escuchara.
Si aceptaba solo le preguntaría si tenía planeado llevarlo con nosotros a la alcaldía, si lo dejaríamos en el edificio despejado o si ellos ya habían llegado a una clase acuerdo y terminaríamos desviándonos un poco para ayudar al niño.
No tendría inconvenientes si la última opción era correcta, solo quería estar al tanto de la situación en la que estaría involucrado.
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El niño se fue a la primera oportunidad que se presentó. Solo me limité a mirar a Mx con una cara de confusión ante este hecho.* Solo ignoraré lo que pasó y me evitaré problemas. *solté un pequeño suspiro a la vez que encogía de hombros al escuchar la disculpa del hombre.- Tampoco es para tanto, te preocupes por eso.
Al notar como miraba por la ventana pensé que había visto a más piratas en las calles, pero solo hizo mención de la repentina nevada que comenzó a caer.- No creo que relacionen nuestra presencia ponga en peligro a ese grupo (refiriendo a los sobrevivientes), no obstante, tal y como mencionas, es mejor evitar ser vistos. –si alguien nos descubría, en el mejor de los casos solo tendríamos que enfrentarnos a 2 o 3 enemigos, más si alguno de estos hombres lograba comunicarse con sus compañeros no tardarían en llegar grandes cantidades de refuerzos. Comprendí a que se refería con poner en riesgo a esas personas, una escalofrió recorrió mi espalda al recordar la masacre en ese edificio.
Reflexioné por unos instantes las palabras de Max.- Si avanzamos por los tejados tendríamos la venta movernos con mayor velocidad, pero si somos descubiertos seremos blanco fácil para uno de esos misiles. Por otro lado, si avanzamos por las calles es más probable encontrarnos con algunos de los hombres que realizando búsquedas, pero podemos aprovechar los edificios para ocultarnos. –era una difícil decisión, ambas tenían pros y contras.- Los tejados me parecen la mejor opción.
En cuento se tomó la decisión comenzamos a desplazarnos utilizando los tejados. Los vientos fríos eran una molestia constante, además de no brindar una sensación de seguridad a la hora de realizar saltos. Avanzar con el mayor sigilo posible era lo ideal. Me pregunto si lograremos llegar a nuestro destino sin imprevistos.
Al notar como miraba por la ventana pensé que había visto a más piratas en las calles, pero solo hizo mención de la repentina nevada que comenzó a caer.- No creo que relacionen nuestra presencia ponga en peligro a ese grupo (refiriendo a los sobrevivientes), no obstante, tal y como mencionas, es mejor evitar ser vistos. –si alguien nos descubría, en el mejor de los casos solo tendríamos que enfrentarnos a 2 o 3 enemigos, más si alguno de estos hombres lograba comunicarse con sus compañeros no tardarían en llegar grandes cantidades de refuerzos. Comprendí a que se refería con poner en riesgo a esas personas, una escalofrió recorrió mi espalda al recordar la masacre en ese edificio.
Reflexioné por unos instantes las palabras de Max.- Si avanzamos por los tejados tendríamos la venta movernos con mayor velocidad, pero si somos descubiertos seremos blanco fácil para uno de esos misiles. Por otro lado, si avanzamos por las calles es más probable encontrarnos con algunos de los hombres que realizando búsquedas, pero podemos aprovechar los edificios para ocultarnos. –era una difícil decisión, ambas tenían pros y contras.- Los tejados me parecen la mejor opción.
En cuento se tomó la decisión comenzamos a desplazarnos utilizando los tejados. Los vientos fríos eran una molestia constante, además de no brindar una sensación de seguridad a la hora de realizar saltos. Avanzar con el mayor sigilo posible era lo ideal. Me pregunto si lograremos llegar a nuestro destino sin imprevistos.
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Todo mi rostro se encontraba congelado.* Ahh, no me coloqué ese pedazo de tela pensando que ya no tendría que ocultar mi rostro. *suprimí lo mejor que pude un estornudo repentino. * Esa cosa funcionaba como bufanda, ahora tengo frio. *no es como si fuera un gran problema, solo un poco molesto.
No se presentaron problemas durante el trayecto, lo cual agradecí. Seguí a Max hasta llegar a un edificio en específico.- Oh, así que ese es. –el hombre bajó del edificio de una manera bastante ágil, para luego dirigirse a un edificio de concreto.
Un humo que se alzaba a lo lejos llamó mi atención, el color negro de este me indicó que algún lugar se encontraba ardiendo.- No es la dirección donde están los sobrevivientes. –no había manera de saber con exactitud lo que estaba ocurriendo.- Robar, violar y quemar. –no recordaba de quien había escuchado esas palabras o en qué contexto fue utilizada.
Miré al espadachín y este se encontraba haciendo una seña para indicarme avanzar.
Bajé con facilidad del edificio y me moví con velocidad hasta la entrada del edificio.* Esa medicina de aquel viejo resultó bastante buena. *mi cuerpo no presentaba dolor, quizás un poco de comezón debido a los vendajes. *Cuando todo esto termine le pediré que me enseñe la receta.
No parecía haber señales de actividad dentro del lugar, aun así desenvainé mi espada para evitar ser tomado por sorpresa. Recordaba que el objetivo era encontrar un DDM y pedir ayuda.
Comencé a buscar en uno de los cuartos, parecía ser una especie de oficina. En el piso había el cuerpo de un hombre con traje, parecía llevar muerto desde ayer. Todo indicaba que el sitio ya había sido saqueado, no obstante mantenía la esperanza de encontrar uno de esos pequeños caracoles.- Nada. –solté un suspiro de decepción. No había nada en los cajones del escritorio, en los estantes e incluso esculqué el cadáver (aunque no con el mismo descaro que con los piratas, a ellos no tenía problemas en desnudarlos con tal de encontrar algo).
- Puede que Max tenga mejor suerte. – Este edificio parecía contar con otro piso y más cuartos parecidos a donde me encontraba.
Antes de salir escuché el sonido de un disparo. No estaba seguro si fue en este mismo sitio o a las afueras. Permanecí unos instantes en la habitación, pero al escuchar un segundo disparo salí de esta. No parecía que el sonido se hubiera acercado o alejado y aun así no lograba distinguir de dónde provenía.
No se presentaron problemas durante el trayecto, lo cual agradecí. Seguí a Max hasta llegar a un edificio en específico.- Oh, así que ese es. –el hombre bajó del edificio de una manera bastante ágil, para luego dirigirse a un edificio de concreto.
Un humo que se alzaba a lo lejos llamó mi atención, el color negro de este me indicó que algún lugar se encontraba ardiendo.- No es la dirección donde están los sobrevivientes. –no había manera de saber con exactitud lo que estaba ocurriendo.- Robar, violar y quemar. –no recordaba de quien había escuchado esas palabras o en qué contexto fue utilizada.
Miré al espadachín y este se encontraba haciendo una seña para indicarme avanzar.
Bajé con facilidad del edificio y me moví con velocidad hasta la entrada del edificio.* Esa medicina de aquel viejo resultó bastante buena. *mi cuerpo no presentaba dolor, quizás un poco de comezón debido a los vendajes. *Cuando todo esto termine le pediré que me enseñe la receta.
No parecía haber señales de actividad dentro del lugar, aun así desenvainé mi espada para evitar ser tomado por sorpresa. Recordaba que el objetivo era encontrar un DDM y pedir ayuda.
Comencé a buscar en uno de los cuartos, parecía ser una especie de oficina. En el piso había el cuerpo de un hombre con traje, parecía llevar muerto desde ayer. Todo indicaba que el sitio ya había sido saqueado, no obstante mantenía la esperanza de encontrar uno de esos pequeños caracoles.- Nada. –solté un suspiro de decepción. No había nada en los cajones del escritorio, en los estantes e incluso esculqué el cadáver (aunque no con el mismo descaro que con los piratas, a ellos no tenía problemas en desnudarlos con tal de encontrar algo).
- Puede que Max tenga mejor suerte. – Este edificio parecía contar con otro piso y más cuartos parecidos a donde me encontraba.
Antes de salir escuché el sonido de un disparo. No estaba seguro si fue en este mismo sitio o a las afueras. Permanecí unos instantes en la habitación, pero al escuchar un segundo disparo salí de esta. No parecía que el sonido se hubiera acercado o alejado y aun así no lograba distinguir de dónde provenía.
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Con un poco de preocupación a causa de los disparos caminé por el pasillo de la alcaldía. Intenté llamar a Max sin levantar demasiado el tono de vos, por desgracia hubo resultados. Por unos instantes me sentí como si estuviera viviendo una de las tantas historias de terror que solía leer; el único sonido en aquel sitio era el mis pasos. Mi corazón comenzó a latir con mayor velocidad conforma más me acercaba a la entrada para intentar descubrir de donde provenían los disparos.
La voz del hombre que me había estado acompañando en todo momento se escuchó con claridad, causándome un pequeño espasmo. Por un momento estuve a punto de pedirle que se abstuviera de asustarme de esa manera, más solo se limitó a decir que habíamos sido descubiertos, para luego salir por la puerta.
Sin perder tiempo corrí detrás de él, ni siquiera pregunté acerca del objetivo de conseguir un DDM, ahora solo me quería enfocar en correr tan rápido como me fuera posible.
- Max, si regresamos al edificio (donde se encontraban los sobrevivientes) solo los pondremos en riesgo. –solo era una observación a tomar en cuenta.
¿Qué opciones teníamos? Tomar otra ruta implicaba una mayor posibilidad de encontrar enemigos con armamento peligroso. Intentar buscar un refugio en uno de los edificios no sonaba mal, el problema era la cantidad desconocida de enemigos que se aproximaban; si corríamos con suerte tal vez se aburrirían después de no encontrarnos y continuarían con sus asuntos. Pelear era lo último que deseaba hacer, solo éramos 2 contra una número fácilmente nos superaría.
-¿Crees que sea conveniente subir a los tejados de nuevo? Tendríamos una mejor vista de la posición del enemigo y nos facilitaría movernos, e incluso si son pocos podemos matar a 1 o 2 que estén distraídos, tomar sus armas y pensar en otro plan… Claro que también corremos el peligro de ser descubiertos con mayor facilidad. En todo caso, ¿qué propones?
Solo sugería una muy vaga idea, si el espadachín tenía un mejor plan estaba dispuesto a seguirlo sin objetar.
La voz del hombre que me había estado acompañando en todo momento se escuchó con claridad, causándome un pequeño espasmo. Por un momento estuve a punto de pedirle que se abstuviera de asustarme de esa manera, más solo se limitó a decir que habíamos sido descubiertos, para luego salir por la puerta.
Sin perder tiempo corrí detrás de él, ni siquiera pregunté acerca del objetivo de conseguir un DDM, ahora solo me quería enfocar en correr tan rápido como me fuera posible.
- Max, si regresamos al edificio (donde se encontraban los sobrevivientes) solo los pondremos en riesgo. –solo era una observación a tomar en cuenta.
¿Qué opciones teníamos? Tomar otra ruta implicaba una mayor posibilidad de encontrar enemigos con armamento peligroso. Intentar buscar un refugio en uno de los edificios no sonaba mal, el problema era la cantidad desconocida de enemigos que se aproximaban; si corríamos con suerte tal vez se aburrirían después de no encontrarnos y continuarían con sus asuntos. Pelear era lo último que deseaba hacer, solo éramos 2 contra una número fácilmente nos superaría.
-¿Crees que sea conveniente subir a los tejados de nuevo? Tendríamos una mejor vista de la posición del enemigo y nos facilitaría movernos, e incluso si son pocos podemos matar a 1 o 2 que estén distraídos, tomar sus armas y pensar en otro plan… Claro que también corremos el peligro de ser descubiertos con mayor facilidad. En todo caso, ¿qué propones?
Solo sugería una muy vaga idea, si el espadachín tenía un mejor plan estaba dispuesto a seguirlo sin objetar.
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Procuraba moverme con el menor ruido posible, no quería ser el causante de ser descubiertos por el enemigo. Movernos sin conocer con exactitud la ubicación de los piratas me provocaba mirar en todas direcciones de manera ansiosa tratando de encontrarlos.* Puede que solo me encuentre sugestionado, con suerte evitaremos los conflictos. *al estar sumido en mis pensamientos no me percaté de los hombres que dispararon sus armas contra nosotros. Max se encargó de 2 enemigos de manera rápida y precisa, pero el sonido debería de haber alertado a quienes se encontraran en los alrededores.
De haber estado solo ahora mismo estaría muerto. Bajé del tejado sin problemas y me acerqué a los cadáveres para ver qué cosas de utilidad poseían.- Eso solo significan problemas para nosotros. –comenté ante las palabras del espadachín. Tomé una de las armas de fuego.- Es pesada. –se trataba de un fusil de asalto, pero no estaba seguro cuál era su nombre.- Ellos nos dispararon con estas cosas, por lo tanto deben estar preparadas para solo tener que jalar el gatillo. –Toma la otra, si aprovechamos el…
La repentina destrucción de una parte de la casa (tras la cual nos encontrábamos ocultos) provocó lanzarme contra la nieve pensando que un misil fue el causante de esto. Al levantar un poco la cabeza para ver lo ocurrido, la figura de un hombre extremadamente alto sosteniendo una lanza (la cual había sido la causante de la destrucción) captó por completo mi atención.* Tiene que ser una broma. *era la primera vez que veía a una persona tan alta, y se trataba de un enemigo.
Mi cuerpo no dejaba de temblar ante semejante monstruo. No podía evitar preguntarme cómo fue posible que no lo escucháramos acercarse hasta ahora.
El hombre posó su mirada sobre mí, para luego mover su arma en mi dirección. Logré esquivar el ataque al rodar por la nieve.
No había forma de salir vivo si intentaba enfrentarlo utilizando mi espada, motivo por el cual opté por apuntar el arma de fuego contra él. En el momento que presioné el gatillo, el retroceso del arma me golpeó en el rostro, además de ni siquiera haber estado cerca de acertar los tres disparos que salieron del arma. Lo único bueno fue que el enemigo pensando que su vida corría peligro dio un gran salto a la derecha para evitar las balas que pensó se dirigían a él.
Permaneció unos instantes en silencio mirando (yo traba de mitigar el dolor del golpe con un poco de nieve), para luego comenzar a reír de manera arrogante.
De haber estado solo ahora mismo estaría muerto. Bajé del tejado sin problemas y me acerqué a los cadáveres para ver qué cosas de utilidad poseían.- Eso solo significan problemas para nosotros. –comenté ante las palabras del espadachín. Tomé una de las armas de fuego.- Es pesada. –se trataba de un fusil de asalto, pero no estaba seguro cuál era su nombre.- Ellos nos dispararon con estas cosas, por lo tanto deben estar preparadas para solo tener que jalar el gatillo. –Toma la otra, si aprovechamos el…
La repentina destrucción de una parte de la casa (tras la cual nos encontrábamos ocultos) provocó lanzarme contra la nieve pensando que un misil fue el causante de esto. Al levantar un poco la cabeza para ver lo ocurrido, la figura de un hombre extremadamente alto sosteniendo una lanza (la cual había sido la causante de la destrucción) captó por completo mi atención.* Tiene que ser una broma. *era la primera vez que veía a una persona tan alta, y se trataba de un enemigo.
Mi cuerpo no dejaba de temblar ante semejante monstruo. No podía evitar preguntarme cómo fue posible que no lo escucháramos acercarse hasta ahora.
El hombre posó su mirada sobre mí, para luego mover su arma en mi dirección. Logré esquivar el ataque al rodar por la nieve.
No había forma de salir vivo si intentaba enfrentarlo utilizando mi espada, motivo por el cual opté por apuntar el arma de fuego contra él. En el momento que presioné el gatillo, el retroceso del arma me golpeó en el rostro, además de ni siquiera haber estado cerca de acertar los tres disparos que salieron del arma. Lo único bueno fue que el enemigo pensando que su vida corría peligro dio un gran salto a la derecha para evitar las balas que pensó se dirigían a él.
Permaneció unos instantes en silencio mirando (yo traba de mitigar el dolor del golpe con un poco de nieve), para luego comenzar a reír de manera arrogante.
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No pude hacer otra cosas más que mirar a Max convertirse en… Ni si quiera estoy seguro de que exactamente se supone que es. Su tamaño había aumentado y lo que parecía ser un pelaje cubría su cuerpo entero.
El enorme hombre fue embestido por Max, dando como resultado que impactar contra 2 casas y dejándolas hechas añicos.- Creo que me golpee la cabeza muy fuerte con el fusil. –no podía creer lo que mis ojos estaban viendo y por ende asumí que todo era producto de ese golpe. Palmee mi rostro unas cuantas veces y froté mis ojos, pero el aspecto físico del espadachín no regresaba a la normalidad.- No estoy alucinando…
El pirata emergió de entre los escombros. Su rostro se encontraba deformado a causa de la ira y sin perder un segundo se lanzó contra Max para vengarse del ataque sufrido por él. El espadachín consiguió bloquear el ataque de su oponente, causando que ambos permanecieran en un duelo de fuerza.
Ambos se encontraban igualados.* Es el momento. *dejé caer el arma de fuego en la nieve y comencé a correr en dirección del gigantón con mi espada desenvainada. El único sonido provocado por mi parte era el de mis pisadas, no quería llamar su atención y desperdiciar una oportunidad tan valiosa como esta.
El calvo no notó mi presencia al estar completamente enfocado en querer acabar con Max, esto me permitió enterrar por completo la hoja de mi espada en su vientre, para luego moverla hacia la derecha provocándole un gran corte. Retiré la espada y esta se encontraba cubierta de su sangre y me alejé dando un salto para evitar algún ataque por su parte.
El pirata se arrodilló llevándose la mano a la herida de su vientre, escupió algo de sangre antes de caer sobre la nieve. Poco apoco esta comenzó a teñirse de color rojo.
Sonidos de disparos comenzaron a escucharse a lo lejos, aunque no parecía que estos se acercaran a nuestra posición. Parecía como si un enfrentamiento se estuviera llevando a cabo.
¿Los ciudadanos habían comenzado a pelear contra los piratas o se trataba de otro grupo prestando ayuda? No lo sabía. La marina podía ser una opción, pero se supone que Max los llamaría hoy, no había forma de que llegaran tan rápido.
Un pensamiento cruzó por mi cabeza.- Cómo no lo pensé antes. -había algo que no tomé en cuenta hasta ahora a causa del constante peligro. Era bastante probable que alguien del pueblo realizara un pedido de ayuda el día de ayer. Si uno se ponía a pensar, era bastante lógico el que uno p incluso más sobrevivientes comenzaran a llamar a la marina a la primera oportunidad que se presentara.
El enorme hombre fue embestido por Max, dando como resultado que impactar contra 2 casas y dejándolas hechas añicos.- Creo que me golpee la cabeza muy fuerte con el fusil. –no podía creer lo que mis ojos estaban viendo y por ende asumí que todo era producto de ese golpe. Palmee mi rostro unas cuantas veces y froté mis ojos, pero el aspecto físico del espadachín no regresaba a la normalidad.- No estoy alucinando…
El pirata emergió de entre los escombros. Su rostro se encontraba deformado a causa de la ira y sin perder un segundo se lanzó contra Max para vengarse del ataque sufrido por él. El espadachín consiguió bloquear el ataque de su oponente, causando que ambos permanecieran en un duelo de fuerza.
Ambos se encontraban igualados.* Es el momento. *dejé caer el arma de fuego en la nieve y comencé a correr en dirección del gigantón con mi espada desenvainada. El único sonido provocado por mi parte era el de mis pisadas, no quería llamar su atención y desperdiciar una oportunidad tan valiosa como esta.
El calvo no notó mi presencia al estar completamente enfocado en querer acabar con Max, esto me permitió enterrar por completo la hoja de mi espada en su vientre, para luego moverla hacia la derecha provocándole un gran corte. Retiré la espada y esta se encontraba cubierta de su sangre y me alejé dando un salto para evitar algún ataque por su parte.
El pirata se arrodilló llevándose la mano a la herida de su vientre, escupió algo de sangre antes de caer sobre la nieve. Poco apoco esta comenzó a teñirse de color rojo.
Sonidos de disparos comenzaron a escucharse a lo lejos, aunque no parecía que estos se acercaran a nuestra posición. Parecía como si un enfrentamiento se estuviera llevando a cabo.
¿Los ciudadanos habían comenzado a pelear contra los piratas o se trataba de otro grupo prestando ayuda? No lo sabía. La marina podía ser una opción, pero se supone que Max los llamaría hoy, no había forma de que llegaran tan rápido.
Un pensamiento cruzó por mi cabeza.- Cómo no lo pensé antes. -había algo que no tomé en cuenta hasta ahora a causa del constante peligro. Era bastante probable que alguien del pueblo realizara un pedido de ayuda el día de ayer. Si uno se ponía a pensar, era bastante lógico el que uno p incluso más sobrevivientes comenzaran a llamar a la marina a la primera oportunidad que se presentara.
Bizvan
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fuerza
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Agilidad
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Precisión
Intelecto
Agudeza
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Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Off rol:
- Turno saltado.
Barcos con el símbolo de la marina en sus velas podían apreciarse en el puerto.
Los tripulantes hace tan solo unos minutos habían desembarcado y actualmente se encontraban enfrentándose a los piratas en el pueblo. Los disparos y demás sonidos de luchas podían escucharse por todo el lugar, algunas veces fuerte explosiones se manifestaban, seguido de gritos llenos de euforia.
La llegada de la marina fue la ayuda necesaria para obligar a los piratas a retirarse, pues la isla no tenía el suficiente valor como para enfrentarse en una lucha a largo plazo contra los militares.
Tanto Max como yo nos vimos obligados a enfrentarnos a unos pocos enemigos que se negaron a abandonar la isla. Por suerte estos sujetos no eran más que simples piratas de segunda, sin mencionar la ayuda prestada por los marines, los cuales exterminaban con rapidez a estos pocos enemigos restantes.
No estoy seguro de cuánto tiempo transcurrió, pero mi cuerpo comenzaba a sentirse pesado, el agotamiento sumado a las nuevas heridas conseguidas me provocó la sensación de tener un cuerpo más pesado, gotas de sudor recorrían mi rostro y mi respiración era entrecortada, las piernas y los brazos no dejaban de temblarme.
* Ese sujeto tiene una resistencia asombrosa. *pensé mientras miraba al espadachín, no parecía cansado, a pesar de haber sido él quien se encargó de gran parte de los piratas con quienes nos topamos.* No me vendría mal comenzar a entrenar para adquirir una resistencia similar. *
El hombre al notar que todo estaría mejor a partir de ahora decidió que era tiempo de marcharse. Solo me dirigió unas cuantas palabras antes de caminar rumbo al puerto.
Lo miré alejarse lentamente.* Hay tantas cosas que me gustaría preguntarle. –me senté sobre la fría nieve para descansar un poco.
El sonido de varios pasos dirigiéndose a donde me encontraba llamó mi atención y de inmediato tomé mi espada, pero mis cansadas piernas sólo me permitieron hincarme.
Las pisadas pertenecían un grupo de marines, quienes al verme con la espada en mano apuntaron sus armas de fuego contra mí.
- ¡Esperen, no soy un pirata! –solté mi espada y levanté un poco los brazos.
- ¿Qué haces afuera?-preguntó uno de ellos.
- Trataba de buscar un DDM para poder pedir ayuda, como ya lo notaron ayer fuimos atacados por una banda pirata. –había olvidado el nombre de la banda.- Todo salió mal y me vi obligado a pelear contra enemigos… Por suerte ustedes llegaron en el momento justo y ahuyentaron a esos sujetos. –técnicamente no mentía, sólo omití a Max para evitar tener que dar más explicaciones.
El grupo de hombres bajó sus armas y uno de ellos se acercó para ayudarme y revisar mis heridas. Gracias a estas mi historia ganó credibilidad, pues demostraban que realmente había estado peleando desde el día anterior… Claro que si tenía mala suerte, ellos podrían determinar que solo me trataba de un pirata herido.
Para mi fortuna no fue así y otro marine me acompañó hasta un improvisado campamento montado por los militares donde se atendía a los habitantes sobrevivientes.
La mujer del hombro herido estaba siendo atendida por un médico y al verme acercarme me reconoció de inmediato y al notar que Max no se encontraba comenzó a realizar preguntas. Le expliqué que tras terminar de pelear decidió que era hora de marcharse, terminé agregando algunos diálogos cliché sobre tener que viajar para ayudar a otros y demás cosas heroicas.
Después de recibir un tratamiento adecuado se me recomendó ir a casa y descansar. Ya que no tenía un lugar al cual ir, terminé deambulando por el pueblo. Muchos de los edificios se encontraban en mal estado y cuerpos de piratas y marines se podían apreciar sobre la nieve. A cada uno de los cadáveres (piratas) me acerqué para ver si podía tomar algo de utilidad. El resultado sólo fue algo de dinero que me ayudaría en mis viajes.
…
No me gustaba este lugar, pero era más que seguro que ningún barco saldría de este sitio.- Creo que mi única opción es... –no me gustaba para nada esa alternativa, por desgracia no tenía un mejor plan.
Salí del edificio donde había pasado la noche y me encaminé hacía el puerto. Durante el trayecto pensé en cada una de mis palabras que diría a continuación.
Unos pocos hombres se recogiendo diversos objetos y subiéndolos a los barcos podía ser vistos.
- ¡De prisa hombres tenemos que salir hoy de esta isla! –un marine con una capa se encontraba observado al resto, de vez en cuando realizaba un comentario para reñir el desempeño de los militares.
En el momento que me acerqué, él se percató de mi presencia y se giró para mirarme.
- ¿En qué puedo ayudarle? –su tono de voz era más amigable.
- Me gustaría que me dejaran viajar con ustedes. –expresé de manera seria.
La expresión del hombre cambió en ese momento, me inspeccionó de pies a cabeza.- ¿Puedo preguntar el motivo de tal petición? –esta vez su voz era un poco burlona.
Cerré mis ojos por unos segundos y respiré un poco.- Mujeres y niños… cada vez que cierro mis ojos puedo ver los cadáveres de esos niños y sus madres en aquel pasillo… No puedo creer que existan personas que disfruten de realizar tal atrocidad… Es imposible que después de presenciar aquello me quede sin hacer nada.
- ¿Qué tal ser un caza recompensas?
- Lo consideré, pero ser un justiciero trabajando por mi cuenta no es la manera como me veo, además de que ese tipo de justicia no pega con mi forma de ser. –miré hacía el pueblo. – No estoy seguro si tengo lo necesario para ser un marine, pero de lo que estoy seguro es que no tengo nada en este lugar…
De nuevo realicé contacto visúal con el hombre. Durante unos segundos permaneció en silencio observándome.
- Zarparemos en unos minutos. –fueron las palabras que salieron de su boca, para luego regresar su atención a los marines y continuar dándoles indicaciones.
- Se lo agradezco. –me dirigí a la rampa para poder abordar la nave.
Tal y como dijo el hombre, a los pocos minutos el barco partió del puerto, no tenía idea de a donde terminaría llegando, pero era mejor que esa isla de nieve.
Los tripulantes hace tan solo unos minutos habían desembarcado y actualmente se encontraban enfrentándose a los piratas en el pueblo. Los disparos y demás sonidos de luchas podían escucharse por todo el lugar, algunas veces fuerte explosiones se manifestaban, seguido de gritos llenos de euforia.
La llegada de la marina fue la ayuda necesaria para obligar a los piratas a retirarse, pues la isla no tenía el suficiente valor como para enfrentarse en una lucha a largo plazo contra los militares.
Tanto Max como yo nos vimos obligados a enfrentarnos a unos pocos enemigos que se negaron a abandonar la isla. Por suerte estos sujetos no eran más que simples piratas de segunda, sin mencionar la ayuda prestada por los marines, los cuales exterminaban con rapidez a estos pocos enemigos restantes.
No estoy seguro de cuánto tiempo transcurrió, pero mi cuerpo comenzaba a sentirse pesado, el agotamiento sumado a las nuevas heridas conseguidas me provocó la sensación de tener un cuerpo más pesado, gotas de sudor recorrían mi rostro y mi respiración era entrecortada, las piernas y los brazos no dejaban de temblarme.
* Ese sujeto tiene una resistencia asombrosa. *pensé mientras miraba al espadachín, no parecía cansado, a pesar de haber sido él quien se encargó de gran parte de los piratas con quienes nos topamos.* No me vendría mal comenzar a entrenar para adquirir una resistencia similar. *
El hombre al notar que todo estaría mejor a partir de ahora decidió que era tiempo de marcharse. Solo me dirigió unas cuantas palabras antes de caminar rumbo al puerto.
Lo miré alejarse lentamente.* Hay tantas cosas que me gustaría preguntarle. –me senté sobre la fría nieve para descansar un poco.
El sonido de varios pasos dirigiéndose a donde me encontraba llamó mi atención y de inmediato tomé mi espada, pero mis cansadas piernas sólo me permitieron hincarme.
Las pisadas pertenecían un grupo de marines, quienes al verme con la espada en mano apuntaron sus armas de fuego contra mí.
- ¡Esperen, no soy un pirata! –solté mi espada y levanté un poco los brazos.
- ¿Qué haces afuera?-preguntó uno de ellos.
- Trataba de buscar un DDM para poder pedir ayuda, como ya lo notaron ayer fuimos atacados por una banda pirata. –había olvidado el nombre de la banda.- Todo salió mal y me vi obligado a pelear contra enemigos… Por suerte ustedes llegaron en el momento justo y ahuyentaron a esos sujetos. –técnicamente no mentía, sólo omití a Max para evitar tener que dar más explicaciones.
El grupo de hombres bajó sus armas y uno de ellos se acercó para ayudarme y revisar mis heridas. Gracias a estas mi historia ganó credibilidad, pues demostraban que realmente había estado peleando desde el día anterior… Claro que si tenía mala suerte, ellos podrían determinar que solo me trataba de un pirata herido.
Para mi fortuna no fue así y otro marine me acompañó hasta un improvisado campamento montado por los militares donde se atendía a los habitantes sobrevivientes.
La mujer del hombro herido estaba siendo atendida por un médico y al verme acercarme me reconoció de inmediato y al notar que Max no se encontraba comenzó a realizar preguntas. Le expliqué que tras terminar de pelear decidió que era hora de marcharse, terminé agregando algunos diálogos cliché sobre tener que viajar para ayudar a otros y demás cosas heroicas.
Después de recibir un tratamiento adecuado se me recomendó ir a casa y descansar. Ya que no tenía un lugar al cual ir, terminé deambulando por el pueblo. Muchos de los edificios se encontraban en mal estado y cuerpos de piratas y marines se podían apreciar sobre la nieve. A cada uno de los cadáveres (piratas) me acerqué para ver si podía tomar algo de utilidad. El resultado sólo fue algo de dinero que me ayudaría en mis viajes.
…
No me gustaba este lugar, pero era más que seguro que ningún barco saldría de este sitio.- Creo que mi única opción es... –no me gustaba para nada esa alternativa, por desgracia no tenía un mejor plan.
Salí del edificio donde había pasado la noche y me encaminé hacía el puerto. Durante el trayecto pensé en cada una de mis palabras que diría a continuación.
Unos pocos hombres se recogiendo diversos objetos y subiéndolos a los barcos podía ser vistos.
- ¡De prisa hombres tenemos que salir hoy de esta isla! –un marine con una capa se encontraba observado al resto, de vez en cuando realizaba un comentario para reñir el desempeño de los militares.
En el momento que me acerqué, él se percató de mi presencia y se giró para mirarme.
- ¿En qué puedo ayudarle? –su tono de voz era más amigable.
- Me gustaría que me dejaran viajar con ustedes. –expresé de manera seria.
La expresión del hombre cambió en ese momento, me inspeccionó de pies a cabeza.- ¿Puedo preguntar el motivo de tal petición? –esta vez su voz era un poco burlona.
Cerré mis ojos por unos segundos y respiré un poco.- Mujeres y niños… cada vez que cierro mis ojos puedo ver los cadáveres de esos niños y sus madres en aquel pasillo… No puedo creer que existan personas que disfruten de realizar tal atrocidad… Es imposible que después de presenciar aquello me quede sin hacer nada.
- ¿Qué tal ser un caza recompensas?
- Lo consideré, pero ser un justiciero trabajando por mi cuenta no es la manera como me veo, además de que ese tipo de justicia no pega con mi forma de ser. –miré hacía el pueblo. – No estoy seguro si tengo lo necesario para ser un marine, pero de lo que estoy seguro es que no tengo nada en este lugar…
De nuevo realicé contacto visúal con el hombre. Durante unos segundos permaneció en silencio observándome.
- Zarparemos en unos minutos. –fueron las palabras que salieron de su boca, para luego regresar su atención a los marines y continuar dándoles indicaciones.
- Se lo agradezco. –me dirigí a la rampa para poder abordar la nave.
Tal y como dijo el hombre, a los pocos minutos el barco partió del puerto, no tenía idea de a donde terminaría llegando, pero era mejor que esa isla de nieve.
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