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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Jue 18 Ago 2016 - 22:51}

El día parecía estar muy bien, como era de esperar. El clima en el Sur era fantástico, y por ello muchos viajeros amantes del Sol, viajaban a aquel mar. Entre sus numerosas islas, había una llamada Skelliger. La gente de ese sitio tenía fama de ser pacifica, y muy buenas personas. Ese fue uno de los motivos que llevó a la peliazul a visitarla la primera. En su viaje por el mundo, pretendía ver todos los lugares del planeta, y por ello no pensaba detenerse. Tenía el suficiente dinero para poder mantenerse lo justo. De todas formas, si debía ponerse a trabajar para costearse sus cosas, lo haría sin problema alguno. Ella era una persona independiente, y que podía bastarse por sí mismas en el tema de sobrevivir. No era la típica niña consentida, y mucho menos una joven tímida. Tenía un carácter que atraía a muchas personas. Era una buena chica.

Un barco de un tamaño mediano se acercó al puerto. Las velas eran blancas como la mismísima nieve, y parecía ser el causante de un pequeño sonido que, cuanto más cerca del puerto estaba el navío, más se escuchaba. Muchos marineros quedaron un poco impresionados ante aquello, y entonces se quedaron a la espera de ver qué ocurría. Cuando el vehículo estuvo cerca de ellos, pudieron ver en cubierta unos tipos tocando unos instrumentos musicales, guitarras, y bajos. Sentada en una silla de madera, se hallaba una joven de corta melena azulada. Sus ojos eran naranjas, y tenía una bolita de hierro bajo el labio inferior. Vestía con una camiseta negra de tirantes, y un pantalón vaquero muy corto. En sus pies se podían ver unas botas oscuras con adornos metálicos. En su mano derecha poseía un micro, con el que cantaba, y en su espalda una funda dónde parecía ocultar un arma.

- ¡No! ¡Not gonna die! – Gritó finalizando la canción. Los tipos de su alrededor le aplaudieron, y le desearon buen viaje. – Muchas gracias por todo. – Les respondió de forma amable.

Ya había conseguido llevarse bien con aquellos músicos, que la llevaron hasta allí. Esa joven se llamaba Yumei Matsumoto. Quería hacer una visita por la zona, y de paso comprar unas cuantas cosas. Tomó su mochila, y de un salto aterrizó en el muelle. La gente la miraba con curiosidad, cosas de ser forastera. Ella iba dedicando sonrisas a todo el mundo mientras proseguía su camino. La brisa marina meció un poco su leve melena, y por ello no pudo evitar sonreír, y soltar una leve carcajada. Había sentido cosquillas, y no podía evitar reírse por ello. Siempre decían que era una joven muy risueña, y la verdad es que no se equivocaban.

- ¡Vaya! – Exclamó de repente mientras se acercaba un poco a un cubo de un pescador del muelle. – El pulpo es enorme, enhorabuena. – El hombre le dio las gracias por el cumplido, y después continuó a lo suyo. La joven no tardó mucho en llevarse buena impresión en la zona del puerto.

A continuación, se rascó un momento la barbilla, y pensó por dónde empezar. No sabía a dónde ir. Quería buscar una tienda de anillos. Quería uno de color morado para empezar una colección de ellos, y dado a que era su segundo color favorito, quería empezar por él. El primero era el azul, pero se prometió así misma que ese sería el último. De esa forma no se echaría atrás en la búsqueda de los demás colores. Se conocía muy bien ella misma, y no quería que le diese uno de sus típicos ataques de pereza.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Vie 19 Ago 2016 - 17:31}

¿Por qué tenía que andar en barco si podía nadar? Recuerdo las palabras de Sjetial: “No es necesario que cruces todo el océano nadando, pequeña princesa.” Me obligó a subir al barco, que por cierto no resultaba ser para nada encantador comparado a los barcos que llegaban al puerto de donde nací; esos sí que eran verdaderos barcos, enormes embarcaciones con finos detalles. En el que arribé era algo más... ¿sencillo? Pero como sea, no era exigente y el navío cumplía con su misión de llevarme sana y salva hasta el puerto de Skellige.

Antes de emprender mi viaje a zonas más difíciles de recorrer por mí misma, debía conocer todo el mundo. De esa forma estaría cumpliendo uno de mis grandes sueños, debo conocer el mundo para saber lo que hay. Y ciertamente Skellige era un lugar un tanto encantador; la brisa marina, el aire tan pacífico que emanaban los habitantes de la zona. Como sea, todo era muy llamativo. Sobre todo el barco que llegó con, lo que parecía ser, una verdadera orquesta; la música se escuchaba a lo largo de la bahía y mis oídos se percataron de ello.

-¡Música! – grité abriendo mis ojos de par en par.

Sí. Era muy fácil de impresionar, más con una actuación como esa. Aplaudí y vi como una chica, la que cantaba, descendía siendo aplaudida por todos. Fue entretenido ver eso, llenó de vida el día soleado. Pero como sea, mi día tenía que continuar y recorrer la isla sería uno de mis objetivos.

Pasé por el Mercado Central en donde las personas anunciaban sus productos, los cuales muchos de ellos me llamaron la atención. Desde piedras sencillas hasta juguetes de madera encontré en tal vasto mercado, no dejaba de impresionarme. Tenía suficiente dinero para comprar lo que yo quisiera; aunque el Gobierno no lo supiera, mis padres me seguían enviando dinero de manera... un tanto ilegal. A veces se la entregaban a Sjetial y él mismo se encargaba de pasármela en mi mano, otras veces la mandaban en plan carta y otras veces, simplemente, mandaban a un guardaespaldas de confianza.

¡Tenía que buscar algún lugar para dormir! Viajar sola era algo muy cansador. No tenía a nadie quien preparara la comida, por suerte yo sabía algo de cocina. Siempre tenía que buscar algún lugar en donde quedarme, si no lo buscaba yo, tenía que pasar la noche al aire libre. Por otra parte, los prejuicios respecto a mis cuernos aumentaban las probabilidades de encontrarme en situaciones no deseadas. Generalmente la gente no le daba importancia a ello pero no faltaba el cavernícola que se aprovechaba de ello y sacaba toda su furia intentando lastimar a una chica de quince años.

La gente de Skellige era tranquila y muy acogedora, pero claramente no faltó el pelmazo que abusaba de su condición física e intentaba agradarle a todo el mundo. Mientras avanzaba por el Mercado Central un hombre corpulento, de aproximadamente unos treinta años, me interceptó deteniendo mi caminata con todo su robusto cuerpo. Lo miré hacia arriba, era casi tres veces mi tamaño.

-¿Qué hace algo como tú en un lugar como este? – preguntó en tono desafiante – Es mejor que te largues antes de que sea demasiado tarde, nos meterás en problemas a todos. Si necesitas unas monedas, siempre puedes limpiar los baños de nosotros.

El hombre soltó una carcajada arlequinesca. Ya estaba acostumbrada a que me insultaran por mis cuernos, acostumbrada a que la gente se basara en sus prejuicios por ser un tanto distinta a ellos. Simplemente no estaba en ningún extremo, no era ni gyojin ni era humana. Según ellos era peor que ser un gyojin, y yo no creía eso.

-¿Ah? – respondí imponiéndome ante el gigante hombre – ¿Quién te crees que eres, pedazo de mierda?

La única forma de parar a los sujetos era respondiendo rudamente, aunque casi siempre terminaba en pelea. Por alguna extraña razón siempre a donde iba me acompañaba el caos, eso no era algo que me gustara mucho porque había ocasiones en las que de verdad quería pasar un buen rato. Pero a quién le voy a mentir: me encantaba pelear.

El hombre, enojado e irritado, empuñó su mano y me golpeó. Su puño fue detenido por mi palma, y después de eso le mandé un fuerte puñetazo en el estómago dejándolo sin aire. El gigante se lanzó al suelo apoyándose con sus rodillas y mirándome fijamente. Empuñé mi mano y le lancé un puñetazo que justo detuve frente a sus ojos.

-La próxima vez que intentes golpear a una pequeña como yo, procura que seas lo suficientemente fuerte para que no te salga el tiro por la culata. Pedazo de mierda.

Tras enfrentar al hombre salí de ahí, silbando y viendo que cosas podía comprar.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Vie 19 Ago 2016 - 22:02}

La joven no tardó mucho en llegar al mercado central. Quedó maravillada con todas las cosas que había por el sitio. Las personas compraban de todo, y los vendedores parecían muy felices debido al número de ventas. Ella no pudo evitar soltar un suspiro. Encontrar los anillos le iba a ser muy complicado, y por ello no sabía por dónde comenzar. A lo mejor debía preguntar a los mercaderes, pero no le pareció muy buena idea. Por joder a la competencia, podían llevarla por el camino equivocado, y no pensaba tolerar que pasara aquello. Recordó la vez que intentó decirle a un vendedor de marisco que, dónde estaba el puesto de carne, y terminó en el puerto de la isla. No es que todos fuesen así, pero ella prefería fiarse de sí misma o de los ciudadanos antes que de ellos. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia podía pensar lo mismo que ella. Pero a lo mejor no había personas así en el mundo, ella pensaba que debía.

Caminó con calma ojeando todo. Veía puestos de muebles, de comida rápida, incluso de colchones. Era un sitio muy bueno, pero no estaba el puesto que quería. Por fin, después de unos instantes, lo vio. Corriendo se acercó a la anciana que los vendía. Parecía ser muy amable, y eso se notaba en la sonrisa que portaba. Vestía con un jersey de color rojo, y calzabas unas sandalias de madera. La peliazul la miró de forma sonriente, y sacó un poco de dinero de su bolsillo derecho.

- Perdone ¿Cuánto cuesta el anillo morado? – Dijo con un tono ilusionado, mirando la sortija purpura con mucha ilusión. Por fin iba a comenzar algo divertido, y en lo que pudiese centrarse. Su preciosa, y enorme colección de anillos de colores. Un poco infantil, pero a ella le bastaba.

Cuando hubo hecho su compra, se alejó despacio. Se colocó su nuevo accesorio en el dedo anular de la mano derecha, y mostró una sonrisa. En ese momento pudo ver a un tipo acosando a una joven que ¿Tenía cuernos en la cabeza? Yumei alzó una ceja quedando impresionada al momento. Pese a que fuese distinta, no iba a permitir que se metiesen con ella. Llevó la mano a su espada, mostrando una sonrisa amplia. Justo entonces, la chica le metió un buen puñetazo en todo el estómago. La peliazul quedó impresionada, y por ello soltó una pequeña risa. Entonces caminó con calma, y pasó por el lado del tipo. Le miró de forma un poco pícara, y después se burló un poco.

- Te has quedado en ridículo delante de medio mercando. – Entonces le sacó la lengua, y continuó caminando tras la joven que había despertado su curiosidad. No tardó mucho en alcanzarla. – Oe, espera. – Dijo en un tono alto y amable.

Se fijó que pese a los dos cuernos que llevaba en su cabeza, era realmente mona. Sus ojos le gustaron muchísimo, y su cabello era muy bonito. No pudo evitar en sonreírle, y hablarle en un tono muy risueño. – Ese ha sido un buen golpe, felicidades. Por cierto ¿Eres de por aquí? Tus cuernos me molan mucho. – Dijo de forma sincera, mostrando interés, y mirándolo ilusionada. No había visto antes unos así. De hecho, solo las cabras de su padre los tenían, pero de otra forma distinta. Ahora se quedó callada, y esperando la respuesta de la chica que tenía frente a sus ojos. El único dato que había podido comprobar, es que tenía una fuerza admirable. El tipo de antes se lo tenía más que merecido por capullo.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Sáb 20 Ago 2016 - 1:55}

Después de haber encarado al hombre que creyó tener la fuerza para vencerme una mujer me gritó a lo lejos; creí haberla conocido de algún lado pero no. La chica era bastante... agradable, me saludó y quedó completamente impresionada por mis cuernos. Sabía que a alguien le gustarían pero no me esperaba que a alguien como ella, me di vuelta y la miré directamente a los ojos. Primero pensé que se estaba burlando de mí pero la mirada de la chica indicaba todo lo contrario.

Me llevé la mano a la cabeza, suspiré y le sonreí.

-Supongo que... ¿gracias? – no sabía que responder – Y no, no soy de por aquí. ¡Me llamo Nina y seré la Reina de los Piratas!

Me gustaba gritar a los cuatro vientos para que todos se enteraran de mis sueños, vamos que eso no es normal. ¿Andar gritando por ahí? Como decía Sjetial a veces debía mantener mi boca cerrada. Di una sonrisa de esas como “la he cagao”. Miré para todos lados para comprobar si alguien me había escuchado y afortunadamente no, menos mal que no.

-¿Y tú? ¿Quién eres?

Siempre que golpeaba a un hombre regresaba con varios más, siempre lo mismo. Como si fuera un imán de problemas. No entendía nada de lo que sucedía pero simplemente me gustaba pelear. ¿Acaso él quería más? El mismo hombre regresó pero esta vez con sus amigos; uno de ellos era incluso más grande que el que había golpeado. Otro era un poco más pequeño pero su mirada era intimidante y llevaba dos grandes sables atados en la espalda. Parece que estaba en problemas.

Los miré y sonreí. Tenía pocas opciones y una de ellas era correr para no meterme en más problemas, luchar contra tres matones de ese tamaño podía ser un problema y no podía perder en un lugar así. Agarré a la chica de la mano y comencé a correr esquivando todo tipo de cosas, desde patos y gallinas que se cruzaban por mi camino hasta gordas personas. Intenté escabullirme mientras los hombres me perseguían; ingresé a un callejón y luego salí a otra calle dejando atrás el Mercado Central.

Seguí corriendo sin parar hasta meterme en otro callejón. Fue una mala decisión ya que este no tenía salida: ahora sí que estaba en problemas. Los amigos del hombre al que había golpeado llegaron hasta allí y tronándose las manos se acercaban lentamente.

-¡Piénsenlo! – les grité – Si acabé con un par de golpes a su amigo, también puedo hacerlo con ustedes.

Esa era mi pose de valiente, que pocas veces daba buenos resultados. Uno de los hombres se aventuró en atacarme cargando con todo su cuerpo pero lo esquivé con facilidad e intenté golpearlo pero fui derribada por el de los sables; caí al suelo y me levanté rápidamente. Probablemente ellos atacarían a todos los que estuvieran ahí, no quise meter a más gente en mis problemas.

-¡¡Se arrepentirán!!

Cargué con mis cuernos y se los enterré a uno de los hombres mientras al otro, ágilmente, le daba una patada lanzándolo al suelo. Solo me faltaba al que había golpeado antes pero no fui lo suficientemente rápida para hacerme de él ya que me tomó con todas sus fuerzas y me estrelló contra la pared. ¡Definitivamente me las pagarían! La batalla no terminaría ahí.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Sáb 20 Ago 2016 - 10:06}

La chica se quedó impresionada cuando escuchó a la rubia que iba a ser la reina de los piratas. Según lo que había oído, los bucaneros eran tíos feos, sudorosos, y malo. Pero aquella rubia era adorable, no olía mal, y parecía ser buena persona. Encima, para la edad que tenía, estaba de muy buen ver. A lo mejor era mayor, pero Yumeí le echó unos dieciséis como mucho. Si hubiese sido un poco más mayor, la habría saludado con un pico. Pero le daba que mejor era esperar un poco. Ella saludaba de esa forma a las chicas. La cosa era, que por suerte, nadie más la había escuchado. Aunque la viajera no entendía nada. Cada uno podía ser libre de ser el rey de lo que quisiera. Los demás no debían meterse en aquellas cosas. Por lo pronto solo sabía que la chica de los cuernos, quería encontrar el one piece. Pensó eso, pues le dijeron que era la forma de ser el rey de los piratas. Ella no estaba interesada en ser reina ni nada por el estilo, pero sí tenía curiosidad por ver dicho tesoro. A lo mejor ni siquiera existía y solo era una vieja leyenda. Todo podía ser posible.

- Soy Yumei Matsumoto. Es un placer. – Mencionó con una sonrisa amable a su pregunta. Después la chica de cabellos azules pudo notar unos pasos a su espalda. – ¿Qué ocurre? Susurró para sí misma mientras se giraba para ver lo que había pasado, y por qué la gente se apartaba.

Yumei pudo ver al tipo que la joven rubia había atizado, y dos tipos más. Ella no pudo evitar sonreír de lado, fijándose sobre todo en el enorme. Parecía ser un tipo cachas, y eso a ella podía molarle dependiendo de la situación. Sin previo aviso, la viajera notó que la tomaban de la mano. Comenzó a correr junto a la rubia para no caerse. Prefirió no decir nada, y por el momento simplemente se dejó llevar. Podía meterse en líos por aquello, pero le daba cosa dejar a la adorable joven sola. No tardaron mucho en quedar en un callejón sin salida, pero ante todo, la muchacha mantenía su sonrisa habitual. Soltó un leve suspiro, y después una pequeña carcajada. A lo mejor podía subir a la chica por los tejados, pero eso iba a llevarle un poco de preparación, y no parecía haber mucho tiempo.

Los tipos no tardaron mucho en aparecer, y entonces la joven soltó un nuevo suspiro. Contempló la forma en la que la pequeña le clavaba los cuernos a uno, y de una patada tiraba a otro al suelo. Ella simplemente miró, hasta que la rubia fue arrojada al suelo. En ese momento sonrió de forma amplia. De un rápido movimiento sacó su espada de un metro ochenta de hoja. Un poco larga para ser una espada habitual. Ella la usaba con un poco de fuerza. El mango era plateado, y parecía ser una buena arma. En ese momento, el tipo de los sables corrió hacia la pequeña, pero cuando pasó por el lado de Yumei, pasó lo inesperado. Matsumoto ejecutó un movimiento rápido, y con la zona ancha de su espada, le metió un potente golpe al tipo en la cabeza. El hombre quedó inconsciente en el acto. Los otros dos miraron la situación incrédulos.

- Lo primero, buenas tardes, chicos. – Dijo sonriendo de forma dulce, y sacando la lengua a modo de pequeña burla. El tipo que se llevó la cornada, no tardó en empezar a sentir mareos por la pérdida de sangre, y por eso salió corriendo. Ya solo quedaba el tipo del principio. – No voy a dejar que le hagas daño a mi hermanita. – Se inventó.

El hombre no pudo creer lo que dijo, y en ese momento tragó saliva. El trato con otras razas a lo mejor era mejor visto en ese mundo cruel. Pero si agredía a una humana, y más en un callejón, podía ir a prisión con facilidad. En ese momento, Yumei apuntó con su espada hacia él, y después se relamió un poco. Finalmente, aquel tipo se dio la vuelta. Se había quedado solo, pero el idiota ni se llevó a su amigo inconsciente. Entonces la peliazul se dio la vuelta, y trató de darle la mano a aquella chica.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Dom 21 Ago 2016 - 18:23}

La mujer tenía un gran espadón en su arsenal de batalla, y cuando lo tenía en la mano se veía tan intimidante como se veía Sjetial. Sin ninguna complicación pudo derrotar al hombre de los sables en la espada; pelear en un callejón resultaba ser algo... bastante común. Sinceramente no me preocupaba la aparición de los “defensores de la justicia”, de todas formas no podía entregar mi testimonio y simplemente marcharme. Era una semigyojin acusada de penetrar una familia de Nobles y era pirata. La vida no es justa, para casi ninguno.

Tras derrotar a los hombres di un salto de alegría por lo que no me di cuenta de que la chica de cabello azul me intentó dar la mano. ¿Para qué quería hacerlo? La pelea ya había terminado y no había necesidad de seguir corriendo. ¡Es más! Era tiempo de recorrer toda la isla buscando muchas cosas para comprar y pasarla bien. De hecho me dio hambre, tenía mucha hambre. Después de pelear un gran pedazo de carne no le venía mal a nadie.

-¡Tenemos que comer algo! – dije gritando mientras mis ojos se ponían en llamas por la emoción de probar la comida de ese lugar – ¡¡Vamos!!

Con paso acelerado comencé a buscar algún lugar que llamara mi atención lo suficiente como para entrar y pedir algo. Pasé por calles estrechas apreciando toda la infraestructura medieval que podía entregar la ciudad; caminar por esa ciudad era como rememorar la historia. Ese aspecto único que poseía la isla de Skellige era fenomenal, por lo menos a mí me gustaba y me seguían dando ganas de conocer todo el mundo. ¡Quizás con que cosas fenomenales me encontraría!

Llegué hasta el centro de la ciudad y allí vi una enorme edificación cuyo nombre no quería leer. Se alzaba imponente de entre las otras, mucho más llamativa por lo que no pude evitar no correr hacia ella y entrar. El olor a carne era un verdadero manjar. Mis tripas sonaron y busqué algún asiento para pedir algo. Normalmente mi actitud era un tanto más salvaje pero como me habían criado dentro de una familia de Nobles –y muy adinerados por cierto– podía comportarme de mejor manera siempre y cuando lo quisiera.

Una mujer muy femenina y de buen cuerpo se aproximó a mi mesa en donde estaba leyendo la carta para pedir algo. Ella también se sorprendió por mis cuernos, pero no fue nada más que sorpresa lo que vi en su rostro. Puse una mueca de mal gusto, si me echaban del lugar, no sería la primera vez. Pero nada de eso sucedió. La amable chica me sonrió y me dio la bienvenida.

-¡Bienvenida! ¿Qué desea pedir?

Me sorprendió tanto como yo la sorprendí a ella. Qué bueno que en ese minuto las sorpresas fueran recíprocas.

-¡Quiero carne! – dije viendo la carta – Mucha carne, da igual cual sea.

Estaba esperando que mi compañera se decidiera por algo. Realmente la carta era extensa pero nada me satisfacía tanto como el sabor de la carne. Esperé pacientemente mientras Yumei se decidía por lo que pediría. Mientras tanto llevé mi mirada hacia la ventana y majestuosamente el local de comida tenía vista hacia el mar. ¡Se veía un gran horizonte azulado! Era realmente bello.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {Mar 23 Ago 2016 - 10:11}

La joven no tomó su mano, simplemente metió un salto enorme para colocarse en pie. La peliazul no se lo esperó, y dio entonces un paso hacia atrás. Sin duda, la rubia era una caja de sorpresas. Pese a todo lo pasado, quería comer. Era como una niña pequeña por lo que se veía. Debido a que Yumei no tuvo hermanos, no sabía tratar con aquel tipo de cosas. Soltó un pequeño suspiro, y después se rascó un momento la cabeza. Estaba pensando en qué hacer, y el tipo de antes continuaba allí tirado. El golpe que le había metido había sido considerable, y por ello soltó una leve carcajada. Lo miró de nuevo, pensando en qué hubiese hecho si se hubiese llevado un buen corte. Morir le daba lo mismo. Creía en el destino y si él decidía que era su hora, así sería. Pero siempre podía dar caña.

Finalmente continuó su viaje, pero con la rubia. La seguiría unos minutos para evitar que se metiese en líos. No era cuestión de que le hicieran algo malo como matarla o golpearla. Ella le llevó a un enorme edificio en el que parecían vender comida. La verdad es que llamaba mucho la atención comparado con los demás. La joven viajera se sentó con la niña, y entonces vino una camarera preciosa. Yumei le sonrió, mirando su cuerpo de forma calmada. Le empezaba a atraer mucho, y tal vez la besaba. El pedido de la rubita fue el de la carne. La mujer entonces sonrió a la camarera de forma amable.

- Yo quiero una hamburguesa sin cebolla, un refresco de coca, y tú teléfono. – Mencionó de forma feliz. Con lo último que dijo, la pobre mujer alzó una ceja un poco confusa, pero después se fue a por lo pedido.

Yumei miró a la rubia, la cual miraba el mar. Las vistas eran muy buenas sin duda. El mar se imponía ante ellas. El respeto al gran azul por parte de la chica, era considerable. Era precioso, y peligroso al mismo tiempo. No tardó mucho en ver que traían lo pedido. Ella entonces se fijó en que el número de la camarera no estaba, y no pudo evitar soltar una leve risa, aunque un poco decepcionada. Después mordió su comida, notando el delicioso sabor en su boca. Era una sensación nueva, pues nunca había probado comida de otra isla. No pudo evitar entonces mirar a la pequeña rubia a los ojos, y después sonreírle.

- Bueno ¿Me cuentas algo de ti? – Le dijo de forma dulce mientras le daba un trago al refresco, y después se lo acercaba, por si ella quería beber.
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Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina]  Empty Re: Primeros Pasos Sureños [Yumei-Nina] {}

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