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Hikari
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Tras la competición de obstáculos del día anterior, Hikari se había pasado parte de la tarde y noche hablando con Miss para que le dijera sus trucos sobre como cuidar al caballo que había ganado al que aún no sabía como llamar sinceramente... Tras una noche durmiendo en las cuadras para conseguir acercarse al caballo quien no respetaba mucho a su ahora dueña, Miss le había comentado que por los gestos que le hacía no le tenía afecto alguno, era un animal desconfiado, a saber por que cosas a pasado el pobre para acabar siendo el premio de una carrera... Durmió el resto de noche en la cuadriza junto al caballo para amanecer temprano al día siguiente con la cabeza apoyada en él. Se levantó, le depositó más heno en el suelo el cual no tocó y almorzó junto a él, ella comía un bocadillo con un café con leche, después le cepilló e hizo trenzas para hacerse notar, era precioso...
Tras haber comido le puso las riendas y lo sacó de la cuadra para caminar junto a él, pero no encima pues aún estaba desconfiado, parecía muy orgulloso pero era un portento de caballo, se llevó un poco de heno para el caballo pero no quería comer, Miss comentó que podría estar deprimido y no comía para llegar a su final, pero la herrera no iba a permitir ese acontecimiento tan triste. Caminó por uno de los senderos que llevaban a los picos, la herrera decidió montar al caballo e intentar cansarlo un poco para ver si así conseguía que comiera algo y así lo hizo, montó y al paso empezó a moverse con su nueva montura.
Por el sendero aún había gente, el pueblo estaba al lado, muchos de esos personajes miraban con recelo a quien ganó la competición, sabían que el caballo valdría un dineral por lo que más de un ojo avaricioso se les posaba encima, aún así la muchacha estaba tranquila. Tras un buen rato al paso y haber entrado ya en la zona montañosa rojiza paró un poco para intentar que el caballo volviera a comer -Vamos, tienes que comer...- Le dijo acercando un ramo a la boca -No es venenoso- Comentó sonriendo y para que se fiara le dio un bocado y comió un trozo. El caballo la miró de reojo, como pensando "Que asco" pues no habría visto a muchos humanos comer su comida pero bueno... Decepcionada, Hikari se sentó en una piedra y le siguió hablando -Comer es lo mejor del mundo, no deberías negarte...- Y como si nada agarró una de esas piedras rojas y le pegó un bocado -Hasta lo que más raro te parece está bueno...- Cuando el caballo observó como esta mujer masticaba la dura roca como si nada y se la tragaba, sus ojos quedaron como platos casi salientes de sus orbitas, ahora mismo el caballo estaba flipando...
Tras haber comido le puso las riendas y lo sacó de la cuadra para caminar junto a él, pero no encima pues aún estaba desconfiado, parecía muy orgulloso pero era un portento de caballo, se llevó un poco de heno para el caballo pero no quería comer, Miss comentó que podría estar deprimido y no comía para llegar a su final, pero la herrera no iba a permitir ese acontecimiento tan triste. Caminó por uno de los senderos que llevaban a los picos, la herrera decidió montar al caballo e intentar cansarlo un poco para ver si así conseguía que comiera algo y así lo hizo, montó y al paso empezó a moverse con su nueva montura.
Por el sendero aún había gente, el pueblo estaba al lado, muchos de esos personajes miraban con recelo a quien ganó la competición, sabían que el caballo valdría un dineral por lo que más de un ojo avaricioso se les posaba encima, aún así la muchacha estaba tranquila. Tras un buen rato al paso y haber entrado ya en la zona montañosa rojiza paró un poco para intentar que el caballo volviera a comer -Vamos, tienes que comer...- Le dijo acercando un ramo a la boca -No es venenoso- Comentó sonriendo y para que se fiara le dio un bocado y comió un trozo. El caballo la miró de reojo, como pensando "Que asco" pues no habría visto a muchos humanos comer su comida pero bueno... Decepcionada, Hikari se sentó en una piedra y le siguió hablando -Comer es lo mejor del mundo, no deberías negarte...- Y como si nada agarró una de esas piedras rojas y le pegó un bocado -Hasta lo que más raro te parece está bueno...- Cuando el caballo observó como esta mujer masticaba la dura roca como si nada y se la tragaba, sus ojos quedaron como platos casi salientes de sus orbitas, ahora mismo el caballo estaba flipando...
- Imagen orientativa:
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Tras haber ganado la competencia, la zorra había estado intentando desarrollar una nueva técnica con ayuda del electro, aunque siempre que se le ocurría algo resultaba ser complicado de poner en práctica siendo que a lo mejor requiriese unas semanas para adaptar perfectamente su uso. El hecho de tener que usar tanto las yemas de sus dedos le hizo pensar en incorporar un golpe con la palma abierta donde con ayuda de su electro este actuase como una espada y pudiese atravezar sin mucho esfuerzo la carne. Claro que de momento solo impregnaba su garra con electricidad sin forma y al golpear esta se dispersaba en su objetivo, había dado vueltas a su idea en la cama hasta dormirse.
Un nuevo día le sonrió, el clima de la isla por suerte ya no le era desconocido y se había aclimatado bastante bien, desayunó su confiable omelette con arroz en la cocina del barco. Mientras comía se percató de que Hikari ya no estaba, el caballo tampoco sse encontraba y entonces la zorra pensó lo más lógico, coherente y realista del universo. ¡Unos gatos espaciales le habían secuestrado en su platillo volador! Berry se alistó para rescatar a su amiga. Se colocó las pesas corporales, su chaqueta azul con los kanjis de "Libertad" a la espalda, se ajustó los pantalones y se colocó su calzado habitual antes de salir corriendo hacia la isla siguiendo el aroma de Hikari.
—¡Debe estar muy asustada y el caballo tal vez sea comida! ¡No! No debo pensar en comerlo, mmm, ¡Por aquí!—
La zorra cerró sus ojos usando su haki de observación para localizar el aura de la herrera, era un camino extraño para un platillo volador, se alejaba del pueblo entrando a un terreno montanoso. ¿Tal vez la base de los malvados gatos espaciales estaba en la cumbre? La mink abrió sus ojos, podía divisar al caballo y lo que parecía ser la herrera, se puso en guardia para pegar un salto al grito de...
—¡Hikariiiiiii!—
Aterrizó detrás de la herrera levantando polvo y tierra a su alrededor, la mink comenzó a toser mientras emergía del polvo, estornudando un poco por la arenilla no esperaba hacer tal desastre. Al abrir sus ojos pudo ver a la mujer mordiendo una piedra y al caballo con los ojos saltones. Se llevó las manos a la cabeza mientras señalaba al caballo.
—¡Los cambiaron de cuerpo! ¡Hikari! No te preocupes amiga te devolveré a tu hermoso cuerpo, ya se me ocurrirá algo, veamos como haremos esto. ¡A lo mejor puedo abrirte la cabeza y colocar en su lugar los cerebros! Ahora no te muevas, todo estará bien...—
La mink se acercaba al duo crujiendo sus nudillos, primero acarició la cabeza de Caballo en cuerpo de Hikari antes de acercarse a Hikari en cuerpo de Caballo. La mink analizó la cabeza del animal buscando el lugar donde habían cortado para cambiarles el cerebro. Tal vez no debieron regalarle esa pelicula de ovnis con los dos millones, la mink era de tomarse muy literal algunas cosas y más cuando estaba recién despierta.
Un nuevo día le sonrió, el clima de la isla por suerte ya no le era desconocido y se había aclimatado bastante bien, desayunó su confiable omelette con arroz en la cocina del barco. Mientras comía se percató de que Hikari ya no estaba, el caballo tampoco sse encontraba y entonces la zorra pensó lo más lógico, coherente y realista del universo. ¡Unos gatos espaciales le habían secuestrado en su platillo volador! Berry se alistó para rescatar a su amiga. Se colocó las pesas corporales, su chaqueta azul con los kanjis de "Libertad" a la espalda, se ajustó los pantalones y se colocó su calzado habitual antes de salir corriendo hacia la isla siguiendo el aroma de Hikari.
—¡Debe estar muy asustada y el caballo tal vez sea comida! ¡No! No debo pensar en comerlo, mmm, ¡Por aquí!—
La zorra cerró sus ojos usando su haki de observación para localizar el aura de la herrera, era un camino extraño para un platillo volador, se alejaba del pueblo entrando a un terreno montanoso. ¿Tal vez la base de los malvados gatos espaciales estaba en la cumbre? La mink abrió sus ojos, podía divisar al caballo y lo que parecía ser la herrera, se puso en guardia para pegar un salto al grito de...
—¡Hikariiiiiii!—
Aterrizó detrás de la herrera levantando polvo y tierra a su alrededor, la mink comenzó a toser mientras emergía del polvo, estornudando un poco por la arenilla no esperaba hacer tal desastre. Al abrir sus ojos pudo ver a la mujer mordiendo una piedra y al caballo con los ojos saltones. Se llevó las manos a la cabeza mientras señalaba al caballo.
—¡Los cambiaron de cuerpo! ¡Hikari! No te preocupes amiga te devolveré a tu hermoso cuerpo, ya se me ocurrirá algo, veamos como haremos esto. ¡A lo mejor puedo abrirte la cabeza y colocar en su lugar los cerebros! Ahora no te muevas, todo estará bien...—
La mink se acercaba al duo crujiendo sus nudillos, primero acarició la cabeza de Caballo en cuerpo de Hikari antes de acercarse a Hikari en cuerpo de Caballo. La mink analizó la cabeza del animal buscando el lugar donde habían cortado para cambiarles el cerebro. Tal vez no debieron regalarle esa pelicula de ovnis con los dos millones, la mink era de tomarse muy literal algunas cosas y más cuando estaba recién despierta.
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Como cualquier persona normal en el monte comiendo piedras, estaba tranquila la herrera hasta que de pronto un grito enorme al lado suyo sonó haciendo que esta se atragantara con las rocas... Se estaba ahogando pero la retorcida mente maquiavelista de Berry no optó por ayudar a Hikari, no, decidió hacerse la confundida y hacer parecer que confundió al caballo con ella, la herrera entendió que o era su fin, una forma de matar a una pirata sin que Alpha lo contara como tal "Se atragantó y no pude hacer nada" o que la salvaría en el último momento para parecer la heroína. Hikari se asustó cuando acarició las dos cabezas ¿¡De verdad iba a hacerse la gran confusión de intercambiar cerebros!? "Yo pensaba que..." ¿Y así Alpha no la mataría? Tal planes retorcidos solo podían ser de una mente diabólica, esto aseguraba a la samurái quien era el verdadero terror de los mares...
Ya estaba lila, apunto de morir asfixiada cuando de pronto en un último intento de energía tragó fuertemente las piedras que se le habían atascado -¡Pero que te pasa en la cabeza!- Gritó roja recuperando el aliento y el color, los labios aún los tenía un poco morados -¡En que cabeza cabe que nos hayan intercambiado los cuerpos!- Aún no demostraría que había entendido que el verdadero capitán del barco era ella, era más peligrosa, terrorífica y fuerte que Alpha, claramente por algún motivo que desconoce la polizonte, Alpha encubría al verdadero líder... Tras haber recuperado el aliento, tiró la piedra a lo disimulado y miró a Berry -Ni es comida, ni es Hikari...- Dijo con un tono amenazador, pero no de muerte, si no cuando una profesora te dice "Haz la tarea o me enfado" Que sabes que no se enfada pero da un miedo especial...
Agarró las riendas del caballo y miró hacia el camino para seguir por la montaña -No come... Creo que lo han maltratado tanto, transportado o a saber como lo han usado que quiere dejar de sufrir... Intento que aprenda que no lo haré sufrir, que quiero darle una nueva vida, pero es cabezón y orgulloso... Pensé que caminando abriría el apetito... Si no come quizás lo mejor sea dejarle en libertad en alguna pradera- Si hablaba del caballo quizás nadie notaría el extraño alimento de Hikari... -¿Y tú que haces por aquí? Pensé que descansarías después del reto de ayer- comentó obviando que casi muere por hipoxia irremediablemente ante la falta de ayuda de la zoan conejo loca del todo...
Ya estaba lila, apunto de morir asfixiada cuando de pronto en un último intento de energía tragó fuertemente las piedras que se le habían atascado -¡Pero que te pasa en la cabeza!- Gritó roja recuperando el aliento y el color, los labios aún los tenía un poco morados -¡En que cabeza cabe que nos hayan intercambiado los cuerpos!- Aún no demostraría que había entendido que el verdadero capitán del barco era ella, era más peligrosa, terrorífica y fuerte que Alpha, claramente por algún motivo que desconoce la polizonte, Alpha encubría al verdadero líder... Tras haber recuperado el aliento, tiró la piedra a lo disimulado y miró a Berry -Ni es comida, ni es Hikari...- Dijo con un tono amenazador, pero no de muerte, si no cuando una profesora te dice "Haz la tarea o me enfado" Que sabes que no se enfada pero da un miedo especial...
Agarró las riendas del caballo y miró hacia el camino para seguir por la montaña -No come... Creo que lo han maltratado tanto, transportado o a saber como lo han usado que quiere dejar de sufrir... Intento que aprenda que no lo haré sufrir, que quiero darle una nueva vida, pero es cabezón y orgulloso... Pensé que caminando abriría el apetito... Si no come quizás lo mejor sea dejarle en libertad en alguna pradera- Si hablaba del caballo quizás nadie notaría el extraño alimento de Hikari... -¿Y tú que haces por aquí? Pensé que descansarías después del reto de ayer- comentó obviando que casi muere por hipoxia irremediablemente ante la falta de ayuda de la zoan conejo loca del todo...
Berry
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La mink pegó un brinco al escuchar la voz de Hikari por un instante supuso que era el caballo intentando imitarla, aunque tras escuchar las palabras de la herrera la mink reconoció su error. No había gatos espaciales, platillos voladores o intercambio de cerebros era bastante aburrido. La realidad a veces no era tan divertida como los programas de tv, esos donde salía gente doblando cucharas o haciendo aparecer palomas en sombreros, suspiró cruzando sus brazos mientras reía de su propia credulidad.
—Oh, que mal, no hay gatos espaciales ni naves voladoras. Esto me pasa por salir dormida. ¿Entonces como se llama?—
Preguntó al caballo siendo respondida por un "Rieerrn" del mismo, la zorra ladeó la cabeza y le dedicó una dulce sonrisa al animal. Colocando sus manos detrás de su cabeza mientras escuchaba la historia, sus gestos mostraban aparente desentendido con la amenaza inicial, había que admitir que Hikari era bastante sensual cuando se ponía de mal humor. Más que asustarla la zorra parecía tomarlo como un juego de seducción, comenzó a caminar siguiendo el camino.
—¿Y no es mejor darle una rica ensalada de zanahorias? ¿O un buen estofado? Yo soy parecida y no ando comiendo piedras o pasto seco. A lo mejor le gusta la comida más elaborada...—
La mink preguntó desde la ingenuidad, conocía minks caballos que comían de todo menos pasto seco, quizás era mejor darle otro tipo de alimentos. La zorra no era para nada diestra con los animales y si tuviese alguno seguramente le dejaría comer cualquier cosa, ya que así le habían criado a ella.
—¿Descansar? Me faltan unos tres días para tomarme un día de descanso, simplemente creí que necesitarías ayuda, intuición de zorra. También estoy prácticando una técnica y como usas espadas posiblemente me puedas ayudar.—
La zorra explicó para luego observar el rostro de la herrera, parecía preocupada por el destino de su caballo, Berry se detuvo para colocar su mano en la barbilla.
—Si lo sueltas puede que lo vuelvan a atrapar y vender, creo que si lo ganaste por algo es. Solo debes ganarte su corazón como te has ganado el mío. Veamos, si es orgulloso y cabezón lo mejor para que te haga caso es... ¡Un desfile de bikinis!—
La mink soltó aquella idea absurda haciendo que el caballo la mirase nuevamente con un rostro de ojos saltones y el viento lograse adornar un silencio bastante incómodo. Berry nisiquiera había llevado su bikini, por lo cual el desfile quedaba descartado inmediatamente.
—En verdad no tengo ni idea, pero lo mejor es que sigas creando un vínculo. Alpha dice que todos somos almas y que lo importante está en el interior, a lo mejor puedas conocerlo mejor paseando. ¡En cuanto a mi técnica! Quiero que mi garra sea como la punta de una lanza y hacer ¡Fium! Atravezando carne como si fuese mantequilla. Pero hasta ahora solo puedo concentrar vagamente mi electro sin forma definida.—
La mink enseñó su garra haciendo que el tatuaje dorado comenzara a brillar, lentamente las chispas rodearon toda la mano en una maraña de electricidad sin forma que Berry trataba de concentrar. Lentamente el aura comenzó a tomar una forma más definida pero al momento de moverse el electro se rompió y dispersó dejando frustrada a la zorra que lamió su garra como acto reflejo.
—¿Alguna idea? Usas muchas espadas y forjas, tal vez si le doy unos martillazos a mi mano aunque no suena muy divertido...—
La mink volvió a su postura relajada alzando la mirada al cielo, parecía tomarse sus fracasos con calma y pedir consejos en busca de algo que a lo mejor estaba ignorando. No mostraba ningún gesto de superioridad, contrario a lo esperado humildemente estaba pidiendo ayuda para ser mejor.
—Oh, que mal, no hay gatos espaciales ni naves voladoras. Esto me pasa por salir dormida. ¿Entonces como se llama?—
Preguntó al caballo siendo respondida por un "Rieerrn" del mismo, la zorra ladeó la cabeza y le dedicó una dulce sonrisa al animal. Colocando sus manos detrás de su cabeza mientras escuchaba la historia, sus gestos mostraban aparente desentendido con la amenaza inicial, había que admitir que Hikari era bastante sensual cuando se ponía de mal humor. Más que asustarla la zorra parecía tomarlo como un juego de seducción, comenzó a caminar siguiendo el camino.
—¿Y no es mejor darle una rica ensalada de zanahorias? ¿O un buen estofado? Yo soy parecida y no ando comiendo piedras o pasto seco. A lo mejor le gusta la comida más elaborada...—
La mink preguntó desde la ingenuidad, conocía minks caballos que comían de todo menos pasto seco, quizás era mejor darle otro tipo de alimentos. La zorra no era para nada diestra con los animales y si tuviese alguno seguramente le dejaría comer cualquier cosa, ya que así le habían criado a ella.
—¿Descansar? Me faltan unos tres días para tomarme un día de descanso, simplemente creí que necesitarías ayuda, intuición de zorra. También estoy prácticando una técnica y como usas espadas posiblemente me puedas ayudar.—
La zorra explicó para luego observar el rostro de la herrera, parecía preocupada por el destino de su caballo, Berry se detuvo para colocar su mano en la barbilla.
—Si lo sueltas puede que lo vuelvan a atrapar y vender, creo que si lo ganaste por algo es. Solo debes ganarte su corazón como te has ganado el mío. Veamos, si es orgulloso y cabezón lo mejor para que te haga caso es... ¡Un desfile de bikinis!—
La mink soltó aquella idea absurda haciendo que el caballo la mirase nuevamente con un rostro de ojos saltones y el viento lograse adornar un silencio bastante incómodo. Berry nisiquiera había llevado su bikini, por lo cual el desfile quedaba descartado inmediatamente.
—En verdad no tengo ni idea, pero lo mejor es que sigas creando un vínculo. Alpha dice que todos somos almas y que lo importante está en el interior, a lo mejor puedas conocerlo mejor paseando. ¡En cuanto a mi técnica! Quiero que mi garra sea como la punta de una lanza y hacer ¡Fium! Atravezando carne como si fuese mantequilla. Pero hasta ahora solo puedo concentrar vagamente mi electro sin forma definida.—
La mink enseñó su garra haciendo que el tatuaje dorado comenzara a brillar, lentamente las chispas rodearon toda la mano en una maraña de electricidad sin forma que Berry trataba de concentrar. Lentamente el aura comenzó a tomar una forma más definida pero al momento de moverse el electro se rompió y dispersó dejando frustrada a la zorra que lamió su garra como acto reflejo.
—¿Alguna idea? Usas muchas espadas y forjas, tal vez si le doy unos martillazos a mi mano aunque no suena muy divertido...—
La mink volvió a su postura relajada alzando la mirada al cielo, parecía tomarse sus fracasos con calma y pedir consejos en busca de algo que a lo mejor estaba ignorando. No mostraba ningún gesto de superioridad, contrario a lo esperado humildemente estaba pidiendo ayuda para ser mejor.
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-¿Gatos espaciales?- Sinceramente no quería indagar así que pasó del tema -No se que nombre ponerle... No me dijeron ninguno, quizás tuviese uno antes...- Luego escuchó lo de la comida -¡No le estoy dando piedras!- gritó de forma rápida y seca (A lo dibujo animado) pero eso no se detuvo ahí, al escuchar "¡Un desfile de bikinis!" Tanto Hikari como el caballo...
Menos mal que pronto se le fue de la cabeza la idea de los bikinis, para pasar a la técnica, la verdad es que podía ayudarle pero no sabía si sería peligroso para si misma, aún que se le pasó por la cabeza hacer lo mismo pero claro, en lo que tenía pensado Hikari era entrenar su fruta, la cual tenía bastante abandonada. Eso significaría mostrar sus habilidades a Berry, sería lo correcto pues ella sabe que la ex-marine tiene una zoan de conejo, aún así era reacia... -¡Pero que vas a amartillear! ¿¡Tus dedos!? Anda.. Anda.. Tonterías dices... Seguro que te imaginas una espada en la mano eléctrica atravesando a alguien- Bastante preocupante por otra parte -Esto es como cuando un herrero quiere hacer mandobles antes de crear cuchillos... Sería lo equiparable a... Querer correr antes de andar si no has gateado... ¿Por qué no imaginas primero un punto donde acumular electricidad? Luego un clavo... Luego un cuchillo y así creciendo la imagen de tu cabeza...- Espera ¿Esta tipa tiene afinidad elemental a la electricidad? Cada vez es más peligrosa...
Acariciando la frente del caballo se quedó dubitativa, quizás ya era hora de entrenar un poco aún que sea con Berry -Sabes qué, yo también entrenaré, antes tenía unas habilidades que he ido perdiendo y por lo que he visto en mi corto viaje, no me puedo abandonar si quiero seguir sobreviviendo en este camino que estoy cogiendo... Por no decir que no puedo siempre depender de nadie...- Comentó pensando en Yor, en Alpha, hasta en la misma Berry la cual le ayudó días atrás...
Miró fijamente la piedra con el relieve de sus dientes clavados, agarró la piedra y miró a su compañera, -No se si esto es buena idea...- Comentó haciendo una mueca -Me arrepentiré- Pensó en las cosas que podrían salir mal, que lo usaran en su contra, que se rieran y demás... -No es que no sepa nadar...- Dijo colocando la piedra en sus dientes, los cuales apretó y se escuchó como se rompía la piedra (No los dientes) y tragó -Te ayudaré a la vez que me ayudo yo...- Lo positivo era que si veía como entrenaba esta muchacha podía saber su potencial... Que susto se va a llevar...
- Spoiler:
Hikari:
Caballo:
Menos mal que pronto se le fue de la cabeza la idea de los bikinis, para pasar a la técnica, la verdad es que podía ayudarle pero no sabía si sería peligroso para si misma, aún que se le pasó por la cabeza hacer lo mismo pero claro, en lo que tenía pensado Hikari era entrenar su fruta, la cual tenía bastante abandonada. Eso significaría mostrar sus habilidades a Berry, sería lo correcto pues ella sabe que la ex-marine tiene una zoan de conejo, aún así era reacia... -¡Pero que vas a amartillear! ¿¡Tus dedos!? Anda.. Anda.. Tonterías dices... Seguro que te imaginas una espada en la mano eléctrica atravesando a alguien- Bastante preocupante por otra parte -Esto es como cuando un herrero quiere hacer mandobles antes de crear cuchillos... Sería lo equiparable a... Querer correr antes de andar si no has gateado... ¿Por qué no imaginas primero un punto donde acumular electricidad? Luego un clavo... Luego un cuchillo y así creciendo la imagen de tu cabeza...- Espera ¿Esta tipa tiene afinidad elemental a la electricidad? Cada vez es más peligrosa...
Acariciando la frente del caballo se quedó dubitativa, quizás ya era hora de entrenar un poco aún que sea con Berry -Sabes qué, yo también entrenaré, antes tenía unas habilidades que he ido perdiendo y por lo que he visto en mi corto viaje, no me puedo abandonar si quiero seguir sobreviviendo en este camino que estoy cogiendo... Por no decir que no puedo siempre depender de nadie...- Comentó pensando en Yor, en Alpha, hasta en la misma Berry la cual le ayudó días atrás...
Miró fijamente la piedra con el relieve de sus dientes clavados, agarró la piedra y miró a su compañera, -No se si esto es buena idea...- Comentó haciendo una mueca -Me arrepentiré- Pensó en las cosas que podrían salir mal, que lo usaran en su contra, que se rieran y demás... -No es que no sepa nadar...- Dijo colocando la piedra en sus dientes, los cuales apretó y se escuchó como se rompía la piedra (No los dientes) y tragó -Te ayudaré a la vez que me ayudo yo...- Lo positivo era que si veía como entrenaba esta muchacha podía saber su potencial... Que susto se va a llevar...
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La mink asintió frente a la pregunta de los gatos espaciales dibujando en la tierra con ayuda de sus garras dos esferas y dentro de estas dos caras triangulares y "malvadas" que según la
zorra eran como se veían los supuestos alienigenas. Siguió escuchando a la herrera reconocer que el caballo todavía no tenía nombre y que a lo mejor anteriormente tendría alguno. La mink negó con la cabeza, en caso de tener un nombre lo hubieran dicho al entregarlo, comenzó a reír cuando la herrera lanzó las piedras diciendo que no le estaba alimentando con estas.
—¡Bwahahaha! No te preocupes guardaré el secreto, tampoco lo veo muy alocado pero si no comía nada es lógico intentar con cosas más raras. ¿Qué es esa cara? No me digan que les decepciona no verme en bikini, es que no lo tengo a mano, puedo quitarme la ropa si gustan...—
La mink siguió riendo ante sus reiterados chistes, parecía ser la única que los entendía, de hecho los contaba con tanta tranquilidad que costaba saber cuando bromeaba y cuando iba enserio. Su actitud cambió mientras se colocaba en cuatro patas y prestaba atención, a lo mejor Hikari estaba imaginando otro tipo de técnica pero el consejo de empezar con la focalización en un punto y luego extenderla suavemente no sonaba tan mal.
—Entiendo aunque no quiero nada largo ni complejo, te mostraré como lo visualizo. Se empieza con esta postura, como puedes ver la mano está abierta ¿Por qué? Por lo general un puño cerrado es más efectivo, pero si doy un golpe así... Se parece a una estocada, claro que si choco contra un cuerpo por mucha fuerza que tengan mis dedos las yemas de los mismos no son la parte más dura. Entonces, si la recubro de algo que pueda ayudar a abrirse camino... ¡Obtendría un arma sin necesidad de una! Podría ser útil para apuñalar una pierna, una axila o intentar ir por puntos blandos...—
La mink hizo una demostración del golpe deteniendo su garra frente a los ojos de Hikari, era un golpe muy simple, un golpe que intentaba emplear las yemas de los dedos para atravezar su objetivo. Sin embargo, recubiertas de un elemento la zorra afirmaba que podría tratar de apuntar a lugares más duros y convertir el golpe en un arma letal a corto alcance. Tras su pequeña demostración Berry ladeó la cabeza ante los poderes de Hikari, realmente le sorprendían y ahora entendía como había podido morder tan fuerte aquel tubo de metal.
—¡Oh tenemos tanto en común! No hablo de comer rocas, aunque alguna vez lo intenté... ¡Tenemos poderes! Y por suerte soy una entenadora muy experimentada. He entrenado a muchas personas, que ahora son muy fuertes o eso creo. Puedo ayudarte pero primero quisiera ver en que punto estamos.—
La mink se preparó mientras estiraba su cuerpo con elongamientoss que dejaban ver su cuerpo y las pesas corporales que portaba. Se colocó en guardia tras haber estirado incluso su espalda y observó a la herrera.
—Solo debes venir y atacarme, descuida no te haré nada. Tal vez no le veas sentido, pero si sientes que te has perdido quizás te has enfocado mucho en otras cosas. No debes descuidar ningún aspecto, a la hora de luchar debes actuar utilizando todos tus recursos.—
Berry sonreía mientras alentaba a ser atacada, su postura del ciclo tierra era una invitación a atacarle. Su guardia a la altura de la cintura y sus rodillas flexionadas para permitir un movimiento fluido a la vez que no se descartaban para un ataque. Berry deseaba localizar en que estaba fallando su compañera antes de diseñar un plan de entrenamiento. Además esta pequeña demostración podría darle a Hikari más pistas sobre la forma seria en que Berry luchaba, la vez que "Betha la cazapiñatas" había luchado era simplemente la zorra jugando a luchar, ninguno de sus golpes había sido serio.
zorra eran como se veían los supuestos alienigenas. Siguió escuchando a la herrera reconocer que el caballo todavía no tenía nombre y que a lo mejor anteriormente tendría alguno. La mink negó con la cabeza, en caso de tener un nombre lo hubieran dicho al entregarlo, comenzó a reír cuando la herrera lanzó las piedras diciendo que no le estaba alimentando con estas.
—¡Bwahahaha! No te preocupes guardaré el secreto, tampoco lo veo muy alocado pero si no comía nada es lógico intentar con cosas más raras. ¿Qué es esa cara? No me digan que les decepciona no verme en bikini, es que no lo tengo a mano, puedo quitarme la ropa si gustan...—
La mink siguió riendo ante sus reiterados chistes, parecía ser la única que los entendía, de hecho los contaba con tanta tranquilidad que costaba saber cuando bromeaba y cuando iba enserio. Su actitud cambió mientras se colocaba en cuatro patas y prestaba atención, a lo mejor Hikari estaba imaginando otro tipo de técnica pero el consejo de empezar con la focalización en un punto y luego extenderla suavemente no sonaba tan mal.
—Entiendo aunque no quiero nada largo ni complejo, te mostraré como lo visualizo. Se empieza con esta postura, como puedes ver la mano está abierta ¿Por qué? Por lo general un puño cerrado es más efectivo, pero si doy un golpe así... Se parece a una estocada, claro que si choco contra un cuerpo por mucha fuerza que tengan mis dedos las yemas de los mismos no son la parte más dura. Entonces, si la recubro de algo que pueda ayudar a abrirse camino... ¡Obtendría un arma sin necesidad de una! Podría ser útil para apuñalar una pierna, una axila o intentar ir por puntos blandos...—
La mink hizo una demostración del golpe deteniendo su garra frente a los ojos de Hikari, era un golpe muy simple, un golpe que intentaba emplear las yemas de los dedos para atravezar su objetivo. Sin embargo, recubiertas de un elemento la zorra afirmaba que podría tratar de apuntar a lugares más duros y convertir el golpe en un arma letal a corto alcance. Tras su pequeña demostración Berry ladeó la cabeza ante los poderes de Hikari, realmente le sorprendían y ahora entendía como había podido morder tan fuerte aquel tubo de metal.
—¡Oh tenemos tanto en común! No hablo de comer rocas, aunque alguna vez lo intenté... ¡Tenemos poderes! Y por suerte soy una entenadora muy experimentada. He entrenado a muchas personas, que ahora son muy fuertes o eso creo. Puedo ayudarte pero primero quisiera ver en que punto estamos.—
La mink se preparó mientras estiraba su cuerpo con elongamientoss que dejaban ver su cuerpo y las pesas corporales que portaba. Se colocó en guardia tras haber estirado incluso su espalda y observó a la herrera.
—Solo debes venir y atacarme, descuida no te haré nada. Tal vez no le veas sentido, pero si sientes que te has perdido quizás te has enfocado mucho en otras cosas. No debes descuidar ningún aspecto, a la hora de luchar debes actuar utilizando todos tus recursos.—
Berry sonreía mientras alentaba a ser atacada, su postura del ciclo tierra era una invitación a atacarle. Su guardia a la altura de la cintura y sus rodillas flexionadas para permitir un movimiento fluido a la vez que no se descartaban para un ataque. Berry deseaba localizar en que estaba fallando su compañera antes de diseñar un plan de entrenamiento. Además esta pequeña demostración podría darle a Hikari más pistas sobre la forma seria en que Berry luchaba, la vez que "Betha la cazapiñatas" había luchado era simplemente la zorra jugando a luchar, ninguno de sus golpes había sido serio.
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Hikari miró directamente a la ex-militar sonrió y confesó que no podía ayudarle -He visto a muchos usuarios de akuma no mi, todas son muy diferentes y todas van unidas a una particularidad del usuario, no digo que no me puedas ayudar con técnicas o a entrenar, pero estoy pensando en volver a entrenar una capacidad que tenía antes con mi fruta. La consumí de pequeña y la exploté bastante, la curiosidad, la juventud y demás. Antes podía agrandar la boca y comer objetos enteros sin problemas, ahora he perdido esa elasticidad mandibular por así decirlo y en ciertas situaciones, en un combate de espada por ejemplo, si estamos en un punto muerto con el oponente, un mordisco de una boca gigante me iría bastante bien o para procesar objetos... Una habilidad que ya te contaré más adelante... Por lo que, hagamos una cosa, mientras yo exploro mi fruta como pueda tu entrena tu técnica y entre medias para "desestresarnos" hagamos un combate de práctica...- La muchacha se puso en frente de la zorra, claramente se veía con la intención de pelear, al fin Berry tenía lo que quería pero la herrera no iba a permitir daños de ningún tipo. Apartó al caballo atando las riendas a un pequeño árbol y frente a su "oponente" se sacó de la cintura el cinturón y la espada, la cual se tragó -No podemos entrenar sin tener un poco de cuidado aún que dudo que una espada te haga daño- Comentó con una sonrisa, luego volvió a abrir la boca, metió su mano derecha y de esta sacó un Bokken, la espada de madera con la que entrenaba -Hacía tiempo que no la sacaba a bailar- Comentó, notó algo raro en su espada, pero no le dio importancia ahora estaba a otras cosas...
Agarró el bokken con la mano izquierda, no era la mano más fuerte pero si la más rápida, como no le hacía falta un corte profundo no tenía por qué usar la derecha, mientras miraba a Berry, esta abría y movía la boca como intentando dislocarla -Ya me has activado y eso que no quería entrenar... Pero supongo que como en la Forja, de vez en cuando hay que asumir la inspiración que te viene y aprovecharla...- De forma graciosa, el caballo se había cubierto tras el árbol pero con la cabeza asomada, como si quisiera ver lo que estaba pasando. Hikari se puso en posición, la ex-marine tenía puntos abiertos pero sabía que era una provocación. Pensó que, como quería entrenar con sus manos, podía apuntar a las piernas sin ningún problema por lo que decidió castigar la extremidad inferior derecha.
De un potente arranque, Hikari salió disparada con la intención de una leve estocada al muslo derecho, no sin perder de vista a su oponente, sabía que era mejor, pero en todo combate solo hace falta aprovechar una oportunidad
Agarró el bokken con la mano izquierda, no era la mano más fuerte pero si la más rápida, como no le hacía falta un corte profundo no tenía por qué usar la derecha, mientras miraba a Berry, esta abría y movía la boca como intentando dislocarla -Ya me has activado y eso que no quería entrenar... Pero supongo que como en la Forja, de vez en cuando hay que asumir la inspiración que te viene y aprovecharla...- De forma graciosa, el caballo se había cubierto tras el árbol pero con la cabeza asomada, como si quisiera ver lo que estaba pasando. Hikari se puso en posición, la ex-marine tenía puntos abiertos pero sabía que era una provocación. Pensó que, como quería entrenar con sus manos, podía apuntar a las piernas sin ningún problema por lo que decidió castigar la extremidad inferior derecha.
De un potente arranque, Hikari salió disparada con la intención de una leve estocada al muslo derecho, no sin perder de vista a su oponente, sabía que era mejor, pero en todo combate solo hace falta aprovechar una oportunidad
Berry
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La mink escuchó lo que Hikari era capaz de hacer con sus poderes, de hecho lo que hizo a continuación con la espada y lo que sacó de su boca le pareció un truco sorprendente. La zorra apuntó con un dedo la boca de la herrera con gran asombro, no imaginaba que existiese una habilidad tan curiosa que se veía muy divertida. De hecho parecía guardar más usos que ser un simple barril sin fondo, sonrió mientras comentaba sobre tal revelación con gran entusiasmo.
—¡Es genial! Pareces un cofre con tantas cosas que puedes guardar, y quieres estirar tanto la boca. ¿Te gustan grandes eh?—
La mink bromeó mientras volvía a reírse por su comentario, la herrera parecía dispuesta a aceptar su combate como medio de liberar tensiones. Ladeó la cabeza al ver al caballo asomarse, al parecer le gustaba presenciar esos intercambios y siempre era bueno tener expectadores.
—No me gustaría romper tu espada, mejor no intentemos ver cuanto puedo resistir, que he estado en situaciones muy duras y he salido fresca como lechuga. Hmm... aunque Ely me dijo que no estaba tan fresca y eso que a ella le habían reventado las costillas, cosas del oficio supongo.—
Respondió frente a los comentarios de su compañera, no deseaba tener que pagar por espadas rotas ni tener que salir corriendo a por un vendaje. La herrera comentó algo sobre dejarse llevar por la inspiración, en ese momento algo cambió, el caballo habrá notado como si la presión cambiase. El ambiente jovial fue reemplazado por uno más serio, el rostro de Berry era ahora el de una guerrera en busca de perfeccionar sus movimientos.
No había una seriedad inminente en su rostro, pero su sonrisa y dsus ojos emanaban un aire imponente, como si una lijadora hubiera afilado las expresiones a un punto inmaculado. La zorra asintió, un simple movimiento para aceptar el desafío, al momento en el que la herrera se lanzó pudo estudiar su movimiento.
Su haki también le ayudó, era una estocada a su muslo, la mink sonrió mientras cambiaba de postura y como si se tratase de un látigo su pierna derecha que hasta ese momento estaba descansando detrás se impulsó cual látigo contra la espada de madera. El impacto logró crear una distancia prudencial entre ambas, junto a la inercia del movimiento que la zorra aprovechó en su favor para saltar unos pasos hacia atrás.
—Un buen movimiento, ir por mis piernas, parecen más débiles y menos intimidantes que mis brazos pero piensa bien. ¿Acaso unas piernas débiles podrían soportar el peso de mi tren superior?—
Berry sonrió lanzando unas cuantas patadas al aire, sus movimientos hacían que estas parecieran látigos danzando y cortando el aire. Tras moverse un poco y calentar tambien sus brazos con algunos golpes, los cuales eran menos elegantes pero con mayor potencia la mink volvió a hablar.
—Pude sentir que eres fuerte, pero tu ataque fue muy evidente, puedes probar alguna finta o algo improvisado. Si vas a morder que no sea muy fuerte, ahora ven otra vez. Puede que veas un abismo entre ambas, pero ¡Cuanto más pienses de esa forma menos cerca estarás de la realidad! Debes verme como una igual, debes verme como un simple escalón y no como la meta.—
Berry sonrió nuevamente cambiando su guardia, volvía a esperar con su postura simple, sus palabras alentaban a la herrera en superarse y todavía no había atacado. Simplemente estaba evaluando, aconsejando y volviendo a evaluar después de todo el entrenamiento era el lugar donde se cometían errores para luego mejorarlos. No había necesidad de humillar o acabar rápido aquel aasunto, además entrenar con una belleza como Hikari no se daba muy a menudo.
—¡Es genial! Pareces un cofre con tantas cosas que puedes guardar, y quieres estirar tanto la boca. ¿Te gustan grandes eh?—
La mink bromeó mientras volvía a reírse por su comentario, la herrera parecía dispuesta a aceptar su combate como medio de liberar tensiones. Ladeó la cabeza al ver al caballo asomarse, al parecer le gustaba presenciar esos intercambios y siempre era bueno tener expectadores.
—No me gustaría romper tu espada, mejor no intentemos ver cuanto puedo resistir, que he estado en situaciones muy duras y he salido fresca como lechuga. Hmm... aunque Ely me dijo que no estaba tan fresca y eso que a ella le habían reventado las costillas, cosas del oficio supongo.—
Respondió frente a los comentarios de su compañera, no deseaba tener que pagar por espadas rotas ni tener que salir corriendo a por un vendaje. La herrera comentó algo sobre dejarse llevar por la inspiración, en ese momento algo cambió, el caballo habrá notado como si la presión cambiase. El ambiente jovial fue reemplazado por uno más serio, el rostro de Berry era ahora el de una guerrera en busca de perfeccionar sus movimientos.
No había una seriedad inminente en su rostro, pero su sonrisa y dsus ojos emanaban un aire imponente, como si una lijadora hubiera afilado las expresiones a un punto inmaculado. La zorra asintió, un simple movimiento para aceptar el desafío, al momento en el que la herrera se lanzó pudo estudiar su movimiento.
Su haki también le ayudó, era una estocada a su muslo, la mink sonrió mientras cambiaba de postura y como si se tratase de un látigo su pierna derecha que hasta ese momento estaba descansando detrás se impulsó cual látigo contra la espada de madera. El impacto logró crear una distancia prudencial entre ambas, junto a la inercia del movimiento que la zorra aprovechó en su favor para saltar unos pasos hacia atrás.
—Un buen movimiento, ir por mis piernas, parecen más débiles y menos intimidantes que mis brazos pero piensa bien. ¿Acaso unas piernas débiles podrían soportar el peso de mi tren superior?—
Berry sonrió lanzando unas cuantas patadas al aire, sus movimientos hacían que estas parecieran látigos danzando y cortando el aire. Tras moverse un poco y calentar tambien sus brazos con algunos golpes, los cuales eran menos elegantes pero con mayor potencia la mink volvió a hablar.
—Pude sentir que eres fuerte, pero tu ataque fue muy evidente, puedes probar alguna finta o algo improvisado. Si vas a morder que no sea muy fuerte, ahora ven otra vez. Puede que veas un abismo entre ambas, pero ¡Cuanto más pienses de esa forma menos cerca estarás de la realidad! Debes verme como una igual, debes verme como un simple escalón y no como la meta.—
Berry sonrió nuevamente cambiando su guardia, volvía a esperar con su postura simple, sus palabras alentaban a la herrera en superarse y todavía no había atacado. Simplemente estaba evaluando, aconsejando y volviendo a evaluar después de todo el entrenamiento era el lugar donde se cometían errores para luego mejorarlos. No había necesidad de humillar o acabar rápido aquel aasunto, además entrenar con una belleza como Hikari no se daba muy a menudo.
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Hikari esquivó un par de patadas y algún puñetazo, los demás los bloqueó con el lateral de la espada y usando las dos manos, tanto una como la otra estaban calentando, jugando por así decirlo pero no por eso había que concentrarse tanto -Te confundes, no iba a por tu pierna por que parezca débil, voy por que se que es tu punto fuerte, yo también te he estado observando y se que eres más peligrosa de lo que puedes parecer, pero si consigo darte un buen calmante en algún músculo importante, quizás equilibre la balanza- Hablaba como si fuera a dejar de pegar a la pierna pero no fue así. Ahora le tocaba a ella, lanzó los típicos cortes (Golpes con este arma) para entretener a la rival pero su objetivo era otro, tras lanzar un corte de derecha a izquierda, aprovechó el impulso de su arma para levantar la pierna y simular una patada a las costillas, pero antes de que su tibia golpeara a la Mink, esta la encogió, siguió girando y lanzó nuevamente una estocada a la pierna derecha, no había cambiado de objetivo...
El caballo miraba algo atónito, aún que esas dos estuvieran "jugando" hay que recordar que tienen un nivel por lo que ese "juego" podría ser perfectamente un duelo a muerte para inexpertos. Si alguien observaba a esas dos podría ver que el intercambio era veloz, que el bloqueo de la herrera a la Mink sonaba como unas buenas ostias, vamos, que su nivel de calentamiento estaba al nivel de dos guerreros enfrentados por bandos opuestos en una guerra...
Tras el intento de apuñalamiento (Recordemos que la espada es de madera, no tiene ni filo ni punta) Hikari saltó hacia atrás, aún estaban frescas como rosas y sonrió -No se cuan grande es el abismo que nos separa, por los intercambios puedo notar que aún que no te lo tomas en serio pesan bastante, pero no me asustaré por tener un oscuro pozo bajo mis pies. Usaré uñas y dientes para escalarlo, así que no te confíes o te acabaré pasando- La muchacha pensaba que la zorra tenía un poder oculto, una mente estratega y demás cosas dichas ya en diferentes temas y pensaba usar preguntas y respuestas para que la Ex-Marine admitiera la peligrosidad de su ser -Prepárate por que pienso hacerte sudar...- Ayyy dios... No ha pensado en el doble sentido que le puede pillar Berry a eso... De pronto Hikari cambia la cara y se sonroja -¡Por el combate!- A pues sí, lo ha pillado... Que lenta es esta chica...
El caballo miraba algo atónito, aún que esas dos estuvieran "jugando" hay que recordar que tienen un nivel por lo que ese "juego" podría ser perfectamente un duelo a muerte para inexpertos. Si alguien observaba a esas dos podría ver que el intercambio era veloz, que el bloqueo de la herrera a la Mink sonaba como unas buenas ostias, vamos, que su nivel de calentamiento estaba al nivel de dos guerreros enfrentados por bandos opuestos en una guerra...
Tras el intento de apuñalamiento (Recordemos que la espada es de madera, no tiene ni filo ni punta) Hikari saltó hacia atrás, aún estaban frescas como rosas y sonrió -No se cuan grande es el abismo que nos separa, por los intercambios puedo notar que aún que no te lo tomas en serio pesan bastante, pero no me asustaré por tener un oscuro pozo bajo mis pies. Usaré uñas y dientes para escalarlo, así que no te confíes o te acabaré pasando- La muchacha pensaba que la zorra tenía un poder oculto, una mente estratega y demás cosas dichas ya en diferentes temas y pensaba usar preguntas y respuestas para que la Ex-Marine admitiera la peligrosidad de su ser -Prepárate por que pienso hacerte sudar...- Ayyy dios... No ha pensado en el doble sentido que le puede pillar Berry a eso... De pronto Hikari cambia la cara y se sonroja -¡Por el combate!- A pues sí, lo ha pillado... Que lenta es esta chica...
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El intercambio provocaba que a la mink le latiera el corazón de la emoción, una inyección de adrenalina que solo le daba el combate cuerpo a cuerpo fuese contra cualquier rival. Los minks vivían para eso, su rostro sonreía entre esquive y golpe que resonaba en aquel lugar cercano a las montañas. Se lo estaba pasando bien, tras los primeros compaces del combate la herrera comenzó a decir que el punto fuerte de Berry eran sus piernas, la zorra levantó las cejas y negó con la cabeza con sinceridad.
—No, de verdad mi punto fuerte son estos brazos y puños, mi amiga Elyria es buena dando patadas no me puedo poner a su altura en esa rama. Si pienso en la fuerza que tiene en sus piernas es similar a la que ahora tengo en mis brazos, pero eso fue hace tiempo por lo que actualmente... ¡Debe ser el doble de fuerte que yo!—
La zorra admitió con humildad mientras se encogía de hombros, si calculaba las diferencias entre ella y su antigua superior para magnificarlas con respecto a su propio progreso Elyria actualmente debería estar muy por encima de sus capacidades. No le molestaba tener un escalón por superar a sabiendas de que de no tenerlo podría tomar una postura cómoda, sin dudas la mink no era de presumir intencionalmente.
Hikari volvió a cargar mientras Berry volvía a responder, una vez más la joven herrera intentó golpear con su espada, la mink respondió con algunos bloqueos, al momento de la finta la zorra fue astuta y endureció su cola con el haki de armadura deteniendo la estocada con un latigazo de la misma cuya dureza había aumentdo considerablemente. Era como una cola de hierro chocando contra un palo de madera y sin dudas fue una defensa super efectiva.
Tras el peculiar movimiento se desplazó en dirección contraria a Hikari mientras su cola volvía al color negro normal y los destellos violetas alrededor del contorno de la misma desaparecían. Era de las pocas veces que incorporaba el endurecimiento en otra parte del cuerpo que no fuesen sus extremidades principales y para su fortuna había salido bien.
—¿Hmm? Estamos entrenando por lo que no veo sentido aplicar fuerza letal contra una amiga, eso es solo para la gente mala, aunque si sientes que te falté el respeto por usar mis pesas puedo ir un poco más fuerte.—
La zorra no había estado usando toda su fuerza, solo había empleado sus brazos como defensa y el comentario de Hikari era claramente una insinuación para que no se limitase a solo golpear con sus piernas o con miedo. Tomó su posición mientras abría sus manos y tomaba el punto inicial de lo que entrenaría, un golpe de palma abierta que pudiese golpear y aturdir zonas blandas. No utilizaría el electro, no buscaba cortar a Hikari, solo prácticar la sensación del golpe.
—¿Acaso buscas hacerme sudar de otra forma? Que atrevida~—
Comentó Berry siguiendo con lo que supuso era una indirecta de Hikari, para luego lanzarse al ataque, sus piernas se flexionaron para impulsarse con toda su velocidad. Pese a sus pesas la mink cambió el ritmo del combate al desplazarse solo un poco más lento que sin lastre pero claramente a una velocidad mayor que la anterior. Sin dar tiempo a pensar Berry comenzó una combinación de cuatro estocadas con sus garras dirigidas a los costados de la herrera sumado a una patada giratoria a la cabeza, en caso de impactar los golpes no abrirían heridas pero dado la fuerza de Berry a lo mejor se sentían como el golpe directo de un bastón en las costillas.
Tras su patada Berry buscaría caer a espaldas de su compañera para lanzarse contra esta buscando abrazarla por la espalda y tras pegarse a ella levantarla con intención de arrojarla al suelo. De no lograr su agarre sorpresa, simplemente seguiría combinando golpes con las yemas de los dedos buscando el momento ideal para derribarla con una barrida.
—No, de verdad mi punto fuerte son estos brazos y puños, mi amiga Elyria es buena dando patadas no me puedo poner a su altura en esa rama. Si pienso en la fuerza que tiene en sus piernas es similar a la que ahora tengo en mis brazos, pero eso fue hace tiempo por lo que actualmente... ¡Debe ser el doble de fuerte que yo!—
La zorra admitió con humildad mientras se encogía de hombros, si calculaba las diferencias entre ella y su antigua superior para magnificarlas con respecto a su propio progreso Elyria actualmente debería estar muy por encima de sus capacidades. No le molestaba tener un escalón por superar a sabiendas de que de no tenerlo podría tomar una postura cómoda, sin dudas la mink no era de presumir intencionalmente.
Hikari volvió a cargar mientras Berry volvía a responder, una vez más la joven herrera intentó golpear con su espada, la mink respondió con algunos bloqueos, al momento de la finta la zorra fue astuta y endureció su cola con el haki de armadura deteniendo la estocada con un latigazo de la misma cuya dureza había aumentdo considerablemente. Era como una cola de hierro chocando contra un palo de madera y sin dudas fue una defensa super efectiva.
Tras el peculiar movimiento se desplazó en dirección contraria a Hikari mientras su cola volvía al color negro normal y los destellos violetas alrededor del contorno de la misma desaparecían. Era de las pocas veces que incorporaba el endurecimiento en otra parte del cuerpo que no fuesen sus extremidades principales y para su fortuna había salido bien.
—¿Hmm? Estamos entrenando por lo que no veo sentido aplicar fuerza letal contra una amiga, eso es solo para la gente mala, aunque si sientes que te falté el respeto por usar mis pesas puedo ir un poco más fuerte.—
La zorra no había estado usando toda su fuerza, solo había empleado sus brazos como defensa y el comentario de Hikari era claramente una insinuación para que no se limitase a solo golpear con sus piernas o con miedo. Tomó su posición mientras abría sus manos y tomaba el punto inicial de lo que entrenaría, un golpe de palma abierta que pudiese golpear y aturdir zonas blandas. No utilizaría el electro, no buscaba cortar a Hikari, solo prácticar la sensación del golpe.
—¿Acaso buscas hacerme sudar de otra forma? Que atrevida~—
Comentó Berry siguiendo con lo que supuso era una indirecta de Hikari, para luego lanzarse al ataque, sus piernas se flexionaron para impulsarse con toda su velocidad. Pese a sus pesas la mink cambió el ritmo del combate al desplazarse solo un poco más lento que sin lastre pero claramente a una velocidad mayor que la anterior. Sin dar tiempo a pensar Berry comenzó una combinación de cuatro estocadas con sus garras dirigidas a los costados de la herrera sumado a una patada giratoria a la cabeza, en caso de impactar los golpes no abrirían heridas pero dado la fuerza de Berry a lo mejor se sentían como el golpe directo de un bastón en las costillas.
Tras su patada Berry buscaría caer a espaldas de su compañera para lanzarse contra esta buscando abrazarla por la espalda y tras pegarse a ella levantarla con intención de arrojarla al suelo. De no lograr su agarre sorpresa, simplemente seguiría combinando golpes con las yemas de los dedos buscando el momento ideal para derribarla con una barrida.
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La herrera ya había visto las capacidades de la Mink, por lo que sabía que no le iba a ganar en fuerza, resistencia o velocidad, pero si conseguía equiparar su habilidad a esos tres aspectos, podría aguantar un poco más en un uno contra uno. La estocada que lanzó fue parada por su cola, notó esa extraña sensación, la misma que notó con Alpha pero esta no era de peligro, era más bien de "atención". Hikari no sabía nada sobre el Haki pero a veces era consciente de si algo podría ser peligroso recibirlo o no, o sobre la gente, nada más ver a Alpha rodeado de muertos ya indica que es peligroso, pero un sexo sentido (Haki de observación no desarrollado) le avisaba de ante mano que era mejor no pelear con ese tipo de gente...
Tras repeler su estocada, la mink lanzó palmadas que, sin ser un experto podías intuir que recibirlo podría salir caro, por lo que usando su Bokken, desviaba parcialmente los golpes de la ex-marine para luego apartar un poco el cuerpo evitando así recibir el ataque. Sabía de sobras que si bloqueaba alguno de esos con el arma, esta se acabaría partiendo en dos, por lo que desviando un poco el ataque y esquivando, solo conseguía ser rozada, el impacto quedaba en menos que un buen roce.
La acción que realizó Berry pilló por sorpresa a Hikari, para cuando esta estaba detrás sabía que estaba vendida pero podía empezar a hacer de las suyas, cuando vio los brazos apunto de rodear el cuerpo de la joven y esbelta herrera, la usuaria de la baku baku no mi abrió la boca un poco más de lo normal para darle un bocado a uno de los brazos, claramente si pillaba chicha no acabaría de cerrar la boca, la intención era asustar a Berry, si a unas malas le pilla el brazo, no ejercería fuerza para así evitar amputarle un brazo a su compañera
Tras repeler su estocada, la mink lanzó palmadas que, sin ser un experto podías intuir que recibirlo podría salir caro, por lo que usando su Bokken, desviaba parcialmente los golpes de la ex-marine para luego apartar un poco el cuerpo evitando así recibir el ataque. Sabía de sobras que si bloqueaba alguno de esos con el arma, esta se acabaría partiendo en dos, por lo que desviando un poco el ataque y esquivando, solo conseguía ser rozada, el impacto quedaba en menos que un buen roce.
La acción que realizó Berry pilló por sorpresa a Hikari, para cuando esta estaba detrás sabía que estaba vendida pero podía empezar a hacer de las suyas, cuando vio los brazos apunto de rodear el cuerpo de la joven y esbelta herrera, la usuaria de la baku baku no mi abrió la boca un poco más de lo normal para darle un bocado a uno de los brazos, claramente si pillaba chicha no acabaría de cerrar la boca, la intención era asustar a Berry, si a unas malas le pilla el brazo, no ejercería fuerza para así evitar amputarle un brazo a su compañera
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La mink había logrado rodear a Hikari por la espalda, cuando inesperadamente esta intentó morderle, la zorra jugueteó con el suceso besando el cuello de la herrera antes de apartar sus brazos y retroceder a un lugar seguro fuera del alcance de esa boca. La mink sabía de lo que una mordida así podía ser capaz y pese a ser un entrenamiento de dejarse morder en un combate real no quedaría en una posición ventajosa, lo del beso y el leve roce de sus incisivos en la piel de Hikari había sido un jugueteo al ver que esta no se resistía a intentar morderle esta tampoco dejaría pasar la oportunidad.
—No pude arrojarte al suelo, pero no me fue tan mal con mi agarre a fin de cuentas.—
Berry comenzó a reír mientras colocaba sus manos en la cintura, no había estado mal para medir sus capacidades, de seguir luchando podrían acabar en otra situación comprometida. Suspiró mientras se colocaba en cuatro patas y estiraba su espalda, la herrera no le había decepcionado en lo absoluto ansiosa por sus siguientes enfrentamientos.
—Creo que hemos calentado lo suficiente, yo me concentraré en mi entrenamiento individual. He visto a gente que parte tablas de hielo y bloques con la palma de su mano. A lo mejor intentar cortarlos limpiamente me ayude a concentrar mejor la electricidad, aunque primero iniciaré con piedras que es lo que veo más a mano.—
La mink le palmeó el hombro a Hikari en felicitación por su gran desempeño para luego acariciar al caballo. Siguió recorriendo el lugar encontrando una roca bastante compacta, se trataba de un réctangulo carmesí de unos cuarenta centimetros de largo y al menos treinta de alto. Una roca grande pero no excesiva y con bastante material en el medio para no partirse con mera fuerza bruta, la zorra se sentó sobre la misma y antes de intentar perforarla se concentró en lo que Hikari le había comentado.
Fijó su mirada en la punta de sus dedos para dejar fluir el electro lentamente desde la palma hasta sus zarpas, el tatuaje dorado de su mano brillaba con intensidad mientras un aura chispiante comenzaba a emerger. Primero era débil, los pequeños rayos se rompían haciendo un crepitante sonido muy similar al de un falso contacto. Luego la electricidad pareció más estable, rodeando sus dedos la zorra podía notar el fulgor de la electricidad, lentamente extendió el aura por su mano y pese a ser irregular la misma fluía con bastante soltura.
Finalmente la mink comenzó a golpear la roca, una y otra vez sus yemas impactaban contra la superficie buscando que la electricidad no se doblase, era similar a afilar un cuchillo que al contacto con la superficie se curvaba en lugar de clavarse firmemente. Así siguió, hora tras hora, golpe tras golpe mientras el sudor recorría su pelaje y sus dedos comenzaban a sentir el castigo. Pero Berry no se detenía, sus ojos brillaban de emoción y su rostro no demostraba dudas en lo que hacía, finalmente en uno de sus tantos golpes la electricidad se mantuvo firme y finalmente logró hacer una muesca en la roca. Una muesca que no era por sus dedos, si no por la electricidad, sus yemas estaban sonrojadas por el esfuerzo pero finalmente había progresado.
Lo intentó con su otra mano y esta vez logró clavar la punzada eléctrica en menos tiempo, todavía estaba lejos de su objetivo pero ambas muescas en la roca solo le alentaban a tomarse con calma el proceso de aprendizaje. El sol ya se encontraba cayendo cuando la zorra siguió el aroma de Hikari con algo de comida para compartir, se preguntaba que habría estado haciendo esta para entrenar.
—¡Hikariii! Traje unas zanahorias para el caballo, también traje unos onigiris para compartir. ¿Vienes a comer?—
La mink se sentó a la sombra de un árbol mientras sacaba la comida de la bolsa y se disponía a preparar el improvisado picnic, su garra derecha tenía algunos vendajes en sus dedos más afectados aunque la actitud de Berry era tan natural que cualquiera ignoraría el martirio de entrenamiento que estaba llevando a cabo.
—No pude arrojarte al suelo, pero no me fue tan mal con mi agarre a fin de cuentas.—
Berry comenzó a reír mientras colocaba sus manos en la cintura, no había estado mal para medir sus capacidades, de seguir luchando podrían acabar en otra situación comprometida. Suspiró mientras se colocaba en cuatro patas y estiraba su espalda, la herrera no le había decepcionado en lo absoluto ansiosa por sus siguientes enfrentamientos.
—Creo que hemos calentado lo suficiente, yo me concentraré en mi entrenamiento individual. He visto a gente que parte tablas de hielo y bloques con la palma de su mano. A lo mejor intentar cortarlos limpiamente me ayude a concentrar mejor la electricidad, aunque primero iniciaré con piedras que es lo que veo más a mano.—
La mink le palmeó el hombro a Hikari en felicitación por su gran desempeño para luego acariciar al caballo. Siguió recorriendo el lugar encontrando una roca bastante compacta, se trataba de un réctangulo carmesí de unos cuarenta centimetros de largo y al menos treinta de alto. Una roca grande pero no excesiva y con bastante material en el medio para no partirse con mera fuerza bruta, la zorra se sentó sobre la misma y antes de intentar perforarla se concentró en lo que Hikari le había comentado.
Fijó su mirada en la punta de sus dedos para dejar fluir el electro lentamente desde la palma hasta sus zarpas, el tatuaje dorado de su mano brillaba con intensidad mientras un aura chispiante comenzaba a emerger. Primero era débil, los pequeños rayos se rompían haciendo un crepitante sonido muy similar al de un falso contacto. Luego la electricidad pareció más estable, rodeando sus dedos la zorra podía notar el fulgor de la electricidad, lentamente extendió el aura por su mano y pese a ser irregular la misma fluía con bastante soltura.
Finalmente la mink comenzó a golpear la roca, una y otra vez sus yemas impactaban contra la superficie buscando que la electricidad no se doblase, era similar a afilar un cuchillo que al contacto con la superficie se curvaba en lugar de clavarse firmemente. Así siguió, hora tras hora, golpe tras golpe mientras el sudor recorría su pelaje y sus dedos comenzaban a sentir el castigo. Pero Berry no se detenía, sus ojos brillaban de emoción y su rostro no demostraba dudas en lo que hacía, finalmente en uno de sus tantos golpes la electricidad se mantuvo firme y finalmente logró hacer una muesca en la roca. Una muesca que no era por sus dedos, si no por la electricidad, sus yemas estaban sonrojadas por el esfuerzo pero finalmente había progresado.
Lo intentó con su otra mano y esta vez logró clavar la punzada eléctrica en menos tiempo, todavía estaba lejos de su objetivo pero ambas muescas en la roca solo le alentaban a tomarse con calma el proceso de aprendizaje. El sol ya se encontraba cayendo cuando la zorra siguió el aroma de Hikari con algo de comida para compartir, se preguntaba que habría estado haciendo esta para entrenar.
—¡Hikariii! Traje unas zanahorias para el caballo, también traje unos onigiris para compartir. ¿Vienes a comer?—
La mink se sentó a la sombra de un árbol mientras sacaba la comida de la bolsa y se disponía a preparar el improvisado picnic, su garra derecha tenía algunos vendajes en sus dedos más afectados aunque la actitud de Berry era tan natural que cualquiera ignoraría el martirio de entrenamiento que estaba llevando a cabo.
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Un escalofrío y la piel se volvió de "gallina", su cuello, una zona tan sensible había sido atacado provocando esos efectos, rápidamente un rubor apareció en los mofletes de la herrera quien giró bruscamente y empezó a zarandear la espada cual matamoscas -¡Eso, eso, eso, no se hace! Es un entre, entre, entrenamiento!- Dijo tartamudeando y de forma rápida. Poco más pudo hacer pues en un abrir y cerrar de ojos Berry estaba a su lado dándole toques en el hombro comentando el fin del encuentro, realmente ponía nerviosa a Hikari, cuando pensaba que estaban cerca de una "unión" esta la desquicia de nuevo.
Caminó junto a la zorra agarrando las riendas del caballo mientras observaba la piedra que se había decidido a ser el muñeco de prácticas de la ex-marine, siento pena por esa roca... Era bonito ver como esa zarpa chisporroteaba tanto en sonido como en color, una habilidad bastante extraña, pero las akumas en sí lo eran... Por que recordemos que Hikari no sabe de la existencia Mink, sigue pensando que es una fruta... Intercambió miradas, de la piedra a la zarpa y en ese momento se le ocurrió algo... La piedra era suficientemente grande pero quizás su compañera necesitaría más... De pronto se le vino la solución a la cabeza...
Para cuando Berry se encontró por la tarde con Hikari, esta estaba rodeada de un fino campo bastante recto de hierva roja, si se fijo bien anteriormente en la zona, podría ver que hay rocas que han desaparecido, es más en uno de los lados de la montaña, donde antes no había nada, ahora había un pequeño agujero como el de una cueva bastante pequeña para ¿lobos? Pero en el umbral de esta estaba el caballo mirando fijamente al interior de donde se pudo escuchar... -¡Ya voy!- Al rato sale de ese pequeño agujero una herrera con la cara llena de tierra y la boca manchada con sangre mezclada...
¿Que había hecho hasta ahora la joven? Era fácil, lo primero que hizo fue intentar abrir la boca en su máxima capacidad para comerse las piedras de alrededor, pero no era su único objetivo, las estaba almacenando para un regalo a berry que mas tarde le daría. Su objetivo era comer poco a poco las piedras de pequeño tamaño para luego ir a por las grandes, pero no consiguió abrir más de diez centímetros extra su boca. Pasó horas mordiendo piedras hasta que estas se acabaron, por lo que pensó en, si iban a entrenar aquí en esta isla invernal, necesitarían un cobijo si se ponía a llover, por lo que empezó a darle bocados a la pared de la montaña hasta hacer un túnel de unos seis metros de largo por un metro de alto, sí, pequeño pero a partir de la segunda hora, las encías de la muchacha empezaron a sangrar por lo que vio reducida su velocidad, además, ya le dolía bastante la mandíbula... -Yo he comido demasiado... Pero si tienes agua lo agradeceré- Comentó dejando caer su peso al lado de su compañera quedando tumbada...
Caminó junto a la zorra agarrando las riendas del caballo mientras observaba la piedra que se había decidido a ser el muñeco de prácticas de la ex-marine, siento pena por esa roca... Era bonito ver como esa zarpa chisporroteaba tanto en sonido como en color, una habilidad bastante extraña, pero las akumas en sí lo eran... Por que recordemos que Hikari no sabe de la existencia Mink, sigue pensando que es una fruta... Intercambió miradas, de la piedra a la zarpa y en ese momento se le ocurrió algo... La piedra era suficientemente grande pero quizás su compañera necesitaría más... De pronto se le vino la solución a la cabeza...
Para cuando Berry se encontró por la tarde con Hikari, esta estaba rodeada de un fino campo bastante recto de hierva roja, si se fijo bien anteriormente en la zona, podría ver que hay rocas que han desaparecido, es más en uno de los lados de la montaña, donde antes no había nada, ahora había un pequeño agujero como el de una cueva bastante pequeña para ¿lobos? Pero en el umbral de esta estaba el caballo mirando fijamente al interior de donde se pudo escuchar... -¡Ya voy!- Al rato sale de ese pequeño agujero una herrera con la cara llena de tierra y la boca manchada con sangre mezclada...
¿Que había hecho hasta ahora la joven? Era fácil, lo primero que hizo fue intentar abrir la boca en su máxima capacidad para comerse las piedras de alrededor, pero no era su único objetivo, las estaba almacenando para un regalo a berry que mas tarde le daría. Su objetivo era comer poco a poco las piedras de pequeño tamaño para luego ir a por las grandes, pero no consiguió abrir más de diez centímetros extra su boca. Pasó horas mordiendo piedras hasta que estas se acabaron, por lo que pensó en, si iban a entrenar aquí en esta isla invernal, necesitarían un cobijo si se ponía a llover, por lo que empezó a darle bocados a la pared de la montaña hasta hacer un túnel de unos seis metros de largo por un metro de alto, sí, pequeño pero a partir de la segunda hora, las encías de la muchacha empezaron a sangrar por lo que vio reducida su velocidad, además, ya le dolía bastante la mandíbula... -Yo he comido demasiado... Pero si tienes agua lo agradeceré- Comentó dejando caer su peso al lado de su compañera quedando tumbada...
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La reacción de Hikari era adorable, la mink supuso que le había gustado su pequeño besito, después de todo le dijo de no hacerlo en un entrenamiento pero no dijo nada sobre otros sitios. Tras encontrar a Hikari la zorra notó que el paisaje había cambiado, alhunas rocas no estaban y no recordaba aquella pequeña cueva, sus ojos presenciaron a Hikari salir ensangrentada, quien sabe xuanto tiempo se la había pasado masticando cosas. Berry le tendió una botella de agua mientras comía el onigiri, disfrutando la textura del mismo.
—Espero que el sangrado no sea permanente, has trabajado mucho hoy, a lo mejor dosificar la carga te ayuda más que forzar una lesión grave. Tenemos tiempo para entrenar, dos semanas son mucho y si a eso le sumamos los combates de práctica estarías ejerciendo mucha presión a tu boca, el hecho de hacer más en un día no te garantiza un progreso mayor.—
La zorra aconsejó a la herrera desde la experiencia, llevaba mucho entrenamiento a sus espaldas y había aprendido desde sus días de mero desgaste. Al principio Berry no se detenía hasta desfallecer, pero gracias a diversos compañeros y maestros había aprendido que toda rutina requería una dosis de descanso. Mentalmente era agobiante y sin el debido cuidado podían llegar lesiones que te apartasen por un largo tiempo de los objetivos.
Tras terminar su comida la mink le indicó a Hikari regresar para seguir al otro día temprano, convencida de sus palabras, la zorra se enfocó en una rutina que consistía en golpear la roca hasta el atardecer y luego prácticar el movimiento con la herrera. Entrando a la segunda semana cambiaría la roca por un trozo de hielo sólido, fue al iniciar esta segunda semana cuando su mano ya cortaba abiertamente a través de las rocas como una navaja pero según Berry la técnica seguía incompleta.
—Todavía no lo siento lo suficientemente afilado, pero ya es un progreso. ¿Qué tal te ha ido con lo de tu boca?—
Preguntó la zorra estirando su cuerpo antes de su ya tradicional entrada en calor combatiendo contra la herrera, aquel día había decidido no usar sus pesas corporales. Buscaba sentir el combate de una manera más personal, la herrera se había convertido en una de sus mejores compañeras de práctica y deseaba compensar su fidelidad de estar allí día tras día, lloviera o tronase, con un combate a la altura de las expectativas. La segunda semana iniciaría fuerte, con ambas mujeres dispuestas a ultimar los detalles en sus respectivas técnicas.
—Espero que el sangrado no sea permanente, has trabajado mucho hoy, a lo mejor dosificar la carga te ayuda más que forzar una lesión grave. Tenemos tiempo para entrenar, dos semanas son mucho y si a eso le sumamos los combates de práctica estarías ejerciendo mucha presión a tu boca, el hecho de hacer más en un día no te garantiza un progreso mayor.—
La zorra aconsejó a la herrera desde la experiencia, llevaba mucho entrenamiento a sus espaldas y había aprendido desde sus días de mero desgaste. Al principio Berry no se detenía hasta desfallecer, pero gracias a diversos compañeros y maestros había aprendido que toda rutina requería una dosis de descanso. Mentalmente era agobiante y sin el debido cuidado podían llegar lesiones que te apartasen por un largo tiempo de los objetivos.
Tras terminar su comida la mink le indicó a Hikari regresar para seguir al otro día temprano, convencida de sus palabras, la zorra se enfocó en una rutina que consistía en golpear la roca hasta el atardecer y luego prácticar el movimiento con la herrera. Entrando a la segunda semana cambiaría la roca por un trozo de hielo sólido, fue al iniciar esta segunda semana cuando su mano ya cortaba abiertamente a través de las rocas como una navaja pero según Berry la técnica seguía incompleta.
—Todavía no lo siento lo suficientemente afilado, pero ya es un progreso. ¿Qué tal te ha ido con lo de tu boca?—
Preguntó la zorra estirando su cuerpo antes de su ya tradicional entrada en calor combatiendo contra la herrera, aquel día había decidido no usar sus pesas corporales. Buscaba sentir el combate de una manera más personal, la herrera se había convertido en una de sus mejores compañeras de práctica y deseaba compensar su fidelidad de estar allí día tras día, lloviera o tronase, con un combate a la altura de las expectativas. La segunda semana iniciaría fuerte, con ambas mujeres dispuestas a ultimar los detalles en sus respectivas técnicas.
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Cada día durante los siete primeros, era la misma rutina, se levantaba, se daba una ducha, se lavaba los dientes, observaba sus encías que estuvieran rosita claro y no rojo pasión o con sangre, se preparaba un almuerzo básico y sobre su corcel llegaba al destino que había hecho su zona de entrenamiento. Cabe destacar, que antes de irse de la montaña, regurgitaba una piedra del tamaño exacto a la entrada de la cueva y después más rocas de diferente tamaño para tapar la entrada, así nadie se apropiaba de la cueva que tanto le estaba gustando.
El primer día, lo más a destacar fue que mientras entrenaba para agrandar su boca hasta tamaños monstruosos, la idea de cavar una cueva secreta le gustaba más. Por lo que decidió cual personaje de Minecraft, hacer una entrada a la montaña en forma recta. No profundizó mucho pues no tardó en cansarse de pegar bocados a la pared, por no decir que las encías empezaron a sangrar y sus perlas dentales dolían como la primera vez que te ponen un aparato y aprietan excesivamente más de la cuenta, era un dolor constante, como si tuviera un corazón en las encías...
El segundo, tercero y cuarto día empezaron igual, ducha, almuerzo, observación dental, cabalgar y seguir con la cueva, no la quería para nada, pero la idea de tener un sitio oculto que solo ella conociera y que pudiera acceder de forma fácil gracias a su fruta era bastante atractiva. Consiguió abrir la boca un tanto más, pero el problema era que tubo que descansar más tiempo cuanto más días pasaban, por lo visto la boca se resentía y dolía bastante...
El cuarto día paso algo insospechado, volviendo a la misma referencia que antes, mientras escavaba, en uno de los mordiscos descubrió una "caverna" un hueco en medio de la montaña, pequeño pero rodeado de cristales con ese color tan especial que caracteriza la isla, era hermoso ver como la luz que producían las antorchas que portaba con ella brincaban en esos cristales haciendo que las sombras bailaran de forma hermosa
Para el séptimo día, la boca de Hikari había conseguido ampliarse lo suficiente como para comerse de un bocado a un perro, un cerdo, un niño, hasta un ponny, pero aún faltaba más, recordaba que de cría su boca podía ser tan enorme como para tragarse una caja llena de espadas y el yunque que había debajo, por lo que aún no estaba conforme. En uno de los descansos que se tomaba, fue hacia el caballo, que aún no tenía nombre, al cual dejaba a las afueras de la cueva, parecía no gustarle mucho los espacios cerrados. Para cuando le estaba poniendo de comer (Que ya aceptaba algo de comida) y sacaba su bocadillo, apareció Berry -Creo que estoy a la mitad de conseguir mi objetivo, puedo reformarla dando un tamaño con el que me comería un cerdo de un mordisco, pero se que puedo hacerla más grande- Dijo mientras desenvolvía el bocadillo y le daba un mordisco -Mmmm... Después de tanta tierra, roca y cristal, esto sabe a gloria...- Dijo mientras cerraba los ojos. Luego se acercó al caballo y sacó de los bolsillos que tenía la montura una cantimplora con agua en su interior, la cual ofreció a su compañera
El primer día, lo más a destacar fue que mientras entrenaba para agrandar su boca hasta tamaños monstruosos, la idea de cavar una cueva secreta le gustaba más. Por lo que decidió cual personaje de Minecraft, hacer una entrada a la montaña en forma recta. No profundizó mucho pues no tardó en cansarse de pegar bocados a la pared, por no decir que las encías empezaron a sangrar y sus perlas dentales dolían como la primera vez que te ponen un aparato y aprietan excesivamente más de la cuenta, era un dolor constante, como si tuviera un corazón en las encías...
El segundo, tercero y cuarto día empezaron igual, ducha, almuerzo, observación dental, cabalgar y seguir con la cueva, no la quería para nada, pero la idea de tener un sitio oculto que solo ella conociera y que pudiera acceder de forma fácil gracias a su fruta era bastante atractiva. Consiguió abrir la boca un tanto más, pero el problema era que tubo que descansar más tiempo cuanto más días pasaban, por lo visto la boca se resentía y dolía bastante...
El cuarto día paso algo insospechado, volviendo a la misma referencia que antes, mientras escavaba, en uno de los mordiscos descubrió una "caverna" un hueco en medio de la montaña, pequeño pero rodeado de cristales con ese color tan especial que caracteriza la isla, era hermoso ver como la luz que producían las antorchas que portaba con ella brincaban en esos cristales haciendo que las sombras bailaran de forma hermosa
Para el séptimo día, la boca de Hikari había conseguido ampliarse lo suficiente como para comerse de un bocado a un perro, un cerdo, un niño, hasta un ponny, pero aún faltaba más, recordaba que de cría su boca podía ser tan enorme como para tragarse una caja llena de espadas y el yunque que había debajo, por lo que aún no estaba conforme. En uno de los descansos que se tomaba, fue hacia el caballo, que aún no tenía nombre, al cual dejaba a las afueras de la cueva, parecía no gustarle mucho los espacios cerrados. Para cuando le estaba poniendo de comer (Que ya aceptaba algo de comida) y sacaba su bocadillo, apareció Berry -Creo que estoy a la mitad de conseguir mi objetivo, puedo reformarla dando un tamaño con el que me comería un cerdo de un mordisco, pero se que puedo hacerla más grande- Dijo mientras desenvolvía el bocadillo y le daba un mordisco -Mmmm... Después de tanta tierra, roca y cristal, esto sabe a gloria...- Dijo mientras cerraba los ojos. Luego se acercó al caballo y sacó de los bolsillos que tenía la montura una cantimplora con agua en su interior, la cual ofreció a su compañera
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La mink sonreía al escuchar hablar a la herrera, bebió algo de agua con gusto mientras se asombraba por tales capacidades, ella no sentía que su fruta fuese algo de otro mundo. Tenía algunas habilidades peculiares pero nada como agrandar su boca o poderse comer lo que sea con solo quererlo. Berry se sentó en cuatro patas mientras observaba la montaña, la muchacha parecía haber pasado la última semana con bastante esmero y aunque cubierta la entrada a la cueva se insinuaba más grande que el primer día.
—Eso es fabuloso, ojalá poder hacer algo así como agrandar mi boca, mis poderes no son nada del otro mundo a veces pienso que solo complementan lo que ya soy. No siento que sean muy especiales, quiero decir mientras algunos tiran rayos de colores, crean criaturas animadas o pueden moldear su cuerpo a su gusto yo estoy limitada a ciertas restricciones. ¡Pero es lo que me ha tocado!—
La zorra comenzó a reír mientras repasaba en su mente la lista de poderes fabulosos que había visto en su vida y los comparaba con los suyos. Siempre llegaba a la conclusión de que no eran nada increíbles y solo el hecho de ser ella quien les ponía su toque hacían a otros impresionarse. La mink admiraba los poderes extravagantes y muy poderosos, las explosiones y todo ese tipo de cosas que ella no podía hacer sin un poco de ingenio. Cada poder era especial en cuanto su usuario pudiese exprimirlo, solo que para Berry algunos poderes ya eran fabulosos desde el inicio y otros como los suyos requerían mucho tiempo de preparación para pulirse por completo.
—¿Si hubieses podido elegir otro poder lo cambiarías? Yo siempre vi mis poderes como un complemento, me he acostumbrado tanto a ellos que ya los siento parte de mí. ¡Pero tal vez tengas algún deseo de poder volar, flotar o lanzar meteoros!—
Berry preguntó antes de seguir con otra cosa, luego levantó su garra para que la herrera fuese testigo de como una densa capa de electricidad se desprendía de su pelaje dorado y tomaba la forma del contorno de una daga. La electricidad fluía con bastante constancia desde su muñeca hasta la punta de sus dedos, donde se acumulaba en forma de un delgado filo. Se veía capaz de hacer heridas en la piel, tal vez no tan precisas como la mink lo estaba buscando dada la pequeña vibración que la hoja todavía demostraba.
—He progresado mucho, los primeros intentos no podía mantenerse tan firme, incluso el viento la curvaba. Ahora es mucho más compacta. ¿Qué te parece? Pienso terminar de pulir su filo hasta que sea capaz de cortar el hielo con la precisión de un láser.—
La mink acercó su mano a la herrera, se notaba el duro esfuerzo que las yemas de sus dedos habían experimentado, de hecho la electricidad parecía estar adaptandose a no ser un simple recubrimiento y actuar como protección de estas. Pero Berry no parecía estar preocupada, la peor parte había pasado tras arduos días de preparación, esa semana conseguiría dominarlo. Sus ojos delataban las ganas de superar sus propias barreras, si lograba tener un arma más para los combates, no importaría el enemigo a vencer. Pertenecía a una raza de guerreros, la emoción de la lucha era algo genético y pronto podría poner en práctica todo lo aprendido.
—Eso es fabuloso, ojalá poder hacer algo así como agrandar mi boca, mis poderes no son nada del otro mundo a veces pienso que solo complementan lo que ya soy. No siento que sean muy especiales, quiero decir mientras algunos tiran rayos de colores, crean criaturas animadas o pueden moldear su cuerpo a su gusto yo estoy limitada a ciertas restricciones. ¡Pero es lo que me ha tocado!—
La zorra comenzó a reír mientras repasaba en su mente la lista de poderes fabulosos que había visto en su vida y los comparaba con los suyos. Siempre llegaba a la conclusión de que no eran nada increíbles y solo el hecho de ser ella quien les ponía su toque hacían a otros impresionarse. La mink admiraba los poderes extravagantes y muy poderosos, las explosiones y todo ese tipo de cosas que ella no podía hacer sin un poco de ingenio. Cada poder era especial en cuanto su usuario pudiese exprimirlo, solo que para Berry algunos poderes ya eran fabulosos desde el inicio y otros como los suyos requerían mucho tiempo de preparación para pulirse por completo.
—¿Si hubieses podido elegir otro poder lo cambiarías? Yo siempre vi mis poderes como un complemento, me he acostumbrado tanto a ellos que ya los siento parte de mí. ¡Pero tal vez tengas algún deseo de poder volar, flotar o lanzar meteoros!—
Berry preguntó antes de seguir con otra cosa, luego levantó su garra para que la herrera fuese testigo de como una densa capa de electricidad se desprendía de su pelaje dorado y tomaba la forma del contorno de una daga. La electricidad fluía con bastante constancia desde su muñeca hasta la punta de sus dedos, donde se acumulaba en forma de un delgado filo. Se veía capaz de hacer heridas en la piel, tal vez no tan precisas como la mink lo estaba buscando dada la pequeña vibración que la hoja todavía demostraba.
—He progresado mucho, los primeros intentos no podía mantenerse tan firme, incluso el viento la curvaba. Ahora es mucho más compacta. ¿Qué te parece? Pienso terminar de pulir su filo hasta que sea capaz de cortar el hielo con la precisión de un láser.—
La mink acercó su mano a la herrera, se notaba el duro esfuerzo que las yemas de sus dedos habían experimentado, de hecho la electricidad parecía estar adaptandose a no ser un simple recubrimiento y actuar como protección de estas. Pero Berry no parecía estar preocupada, la peor parte había pasado tras arduos días de preparación, esa semana conseguiría dominarlo. Sus ojos delataban las ganas de superar sus propias barreras, si lograba tener un arma más para los combates, no importaría el enemigo a vencer. Pertenecía a una raza de guerreros, la emoción de la lucha era algo genético y pronto podría poner en práctica todo lo aprendido.
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La herrera alzó una ceja observando a la muchacha hablar de su fruta como si fuera algo normal, pero claramente se veía a la legua que de normal no tiene absolutamente nada, pero cada uno con sus pensamientos, ella sabía que su fruta era muy útil y que, aún que a simple vista una fruta no lo pareciera, con la suficiente intuición, perspicacia y un poco de inteligencia todas eran un arma de destrucción. La pregunta de la Ex-marine la hizo pensar - Mmmm... ¿Cambiar mis poderes? Creo que no, verdad es que hay muchos poderes espectaculares, conozco a gente que se transforma en dinosaurio, otros en hadas y hasta conocí a un chico que podía crear chocolate, ¿Te lo puedes creer? Era un cazador de piratas y peleamos un poco, es de la poca gente que sabe de mi habilidad pues para escapar de él tuve que comer mucho chocolate, pero casi me atrapa... Aún así no lo cambiaría por nada, esta habilidad no solo me permite comer todo tipo de cosas, puedo transformarlas y asimilarlas, puedo crear un material nuevo que no existe con solo comer el elemento adecuado, como herrera... Es la fruta más útil en la que puedo pensar, además no puedo morirme de hambre, para mi, todo es comida- Cierto era que si se perdía en el desierto, agua no se, pero comida no le faltaría en la vida...
Tras la charla, la Mink, mostró su daga eléctrica bastante formada, ese ruido de chasporreteo que hacía la electricidad de la mujer era entre impresionante y admirable, se le vino a la cabeza la idea de una daga de metal pulido, como cuando conoció a Sowon-sama y creó a Yuki, quizás esta nueva compañera podría ser una musa para su forja, pero ahora mismo no podía pensar en eso, tenía otra cosa en mente. Quizás cuanto tenga la técnica perfeccionada podría volcar esas ideas, impresión y motivación en un hierro a medida... -Se me ocurre algo, no es seguro ni puedo afirmarlo pero... Quizás pueda hacer algo para ayudar con tu técnica, tendrá que ser más adelante pero ¿Peleas cuerpo a cuerpo verdad? ¿Te gustaría que intentara hacerte un mitón o un puño de hierro (Americano) para intentar mejorar la conductividad de tu electro?- Esta chica era un pozo de inspiración, ya estaba pensando en un molde para que esa electricidad tomase una forma más centrada o potente, hasta quizás podría amplificar esa capacidad de generar electricidad y ampliar su rango... Dios... Necesita una forja móvil...
Tras la charla, la Mink, mostró su daga eléctrica bastante formada, ese ruido de chasporreteo que hacía la electricidad de la mujer era entre impresionante y admirable, se le vino a la cabeza la idea de una daga de metal pulido, como cuando conoció a Sowon-sama y creó a Yuki, quizás esta nueva compañera podría ser una musa para su forja, pero ahora mismo no podía pensar en eso, tenía otra cosa en mente. Quizás cuanto tenga la técnica perfeccionada podría volcar esas ideas, impresión y motivación en un hierro a medida... -Se me ocurre algo, no es seguro ni puedo afirmarlo pero... Quizás pueda hacer algo para ayudar con tu técnica, tendrá que ser más adelante pero ¿Peleas cuerpo a cuerpo verdad? ¿Te gustaría que intentara hacerte un mitón o un puño de hierro (Americano) para intentar mejorar la conductividad de tu electro?- Esta chica era un pozo de inspiración, ya estaba pensando en un molde para que esa electricidad tomase una forma más centrada o potente, hasta quizás podría amplificar esa capacidad de generar electricidad y ampliar su rango... Dios... Necesita una forja móvil...
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La mink escuchó con mucha atención los poderes que Hikari describía, conocía dinosaurios pero no hadas, tampoco conocía poderes chocolatosos solamente en sus sueños. La zorra asentía mientras la herrera describía como tuvo que escapar del cazador del chocolate, si bien la aventura sonaba deliciosa era probable que aquel sujeto fuese muy fuerte a la hora de hacer su trabajo. Tras lo cual la muchacha comenzó a platicar en profundidad sobre los poderes que su fruta incorporaba comer cualquier cosa y ampliar su boca eran solo la punta del iceberg. Tenía posibilidades infinitas para crear nuevas e inimitables armas, suponía que para una herrera siempre era de importancia ese sello personal.
—¡Fabulosoooo! Yo no hago gran cosa, la verdad solo me hago grande y poco más, me gustaría decir que puedo volverme un dinosaurio gigante o crear un mar de caramelo pero no hago mucho. Tus poderes son geniales, a lo mejor en otra vida haya tenido poderes muy geniales como manipular hilos o crear muñecos explosivos.—
La mink sonrió mientras comentaba con sinceridad lo que ella veía de sus propios poderes, nunca les había dado un lugar prioritario y a lo mejor a otros le parecieran impresionantes. Sin eembargo, para Berry le eran algo muy natural e incluso ya vistos como para darle un lugar de protagonismo. Tampoco se paraba a qnalizar detenidamente que podía volar, volverse humana, golpear con veneno, cubrirse de escamas de piedra o convertir sus acertijos en un domo personal para combatir.
—Mmm, la verdad tengo unos guantes que acumulan electro pero no suelo usarlos si no es algo sumamente importante, aunque quizás puedas hacer algo para mis piernas. Hace tiempo pienso en una especie de botas que complementen mis guantes al momento de pelear. Ahora que lo pienso mis guantes dejan espacio para algunos complementos, podríamos incorporar ese mitón para que ambos objetos se complementen al usarlos juntos.—
La mink estaba bastante ilusionada con tener un regalo de parte de Hikari, a lo mejor aumentar la conductividad de su electro pudiese facilitar ciertos combates y choques a la hora de una situación urgente. Seguía siendo bastante necia a la hora de usar objetos, sus guantes la mayoría del tiempo acumulaban polvo pero ella sentía que al usarlos simplemente estaba restando al combate cierta cuota de emoción. Eran un arma muy potente usados en manos de una mink como ella, cada golpe de estos estando cargados suponían una amenaza real para su oponente, quizás en manos de otros fuesen un simple trozo de metal duro.
—¡Ya sé! Te mostraré como son, no me tardo, esperen un segundo hora de ¡Super Berry!—
La zorra dejó que sus hermosas alas blancas surgieran de su espalda y al ritmo de un tarareo comenzó a volar a toda velocidad en dirección del barco dejando un rastro de plumas frente a Hikari. No pasó mucho tiempo para que desde el cielo la zorra volviera aparecer esta vez con un aparatoso aterrizaje al grito del nombre de la herrera. Tras guardar sus alas, Berry extendió sus brazos para enseñarle sus guantes a la muchacha, esperaba la opinión de una herrera experta ya que ella les guardaba mucho cariño al haber sido un regalo de su primer instructor quizás solo eran un par de guantes viejos sin mucho valor artesanal.
—¡Fabulosoooo! Yo no hago gran cosa, la verdad solo me hago grande y poco más, me gustaría decir que puedo volverme un dinosaurio gigante o crear un mar de caramelo pero no hago mucho. Tus poderes son geniales, a lo mejor en otra vida haya tenido poderes muy geniales como manipular hilos o crear muñecos explosivos.—
La mink sonrió mientras comentaba con sinceridad lo que ella veía de sus propios poderes, nunca les había dado un lugar prioritario y a lo mejor a otros le parecieran impresionantes. Sin eembargo, para Berry le eran algo muy natural e incluso ya vistos como para darle un lugar de protagonismo. Tampoco se paraba a qnalizar detenidamente que podía volar, volverse humana, golpear con veneno, cubrirse de escamas de piedra o convertir sus acertijos en un domo personal para combatir.
—Mmm, la verdad tengo unos guantes que acumulan electro pero no suelo usarlos si no es algo sumamente importante, aunque quizás puedas hacer algo para mis piernas. Hace tiempo pienso en una especie de botas que complementen mis guantes al momento de pelear. Ahora que lo pienso mis guantes dejan espacio para algunos complementos, podríamos incorporar ese mitón para que ambos objetos se complementen al usarlos juntos.—
La mink estaba bastante ilusionada con tener un regalo de parte de Hikari, a lo mejor aumentar la conductividad de su electro pudiese facilitar ciertos combates y choques a la hora de una situación urgente. Seguía siendo bastante necia a la hora de usar objetos, sus guantes la mayoría del tiempo acumulaban polvo pero ella sentía que al usarlos simplemente estaba restando al combate cierta cuota de emoción. Eran un arma muy potente usados en manos de una mink como ella, cada golpe de estos estando cargados suponían una amenaza real para su oponente, quizás en manos de otros fuesen un simple trozo de metal duro.
—¡Ya sé! Te mostraré como son, no me tardo, esperen un segundo hora de ¡Super Berry!—
La zorra dejó que sus hermosas alas blancas surgieran de su espalda y al ritmo de un tarareo comenzó a volar a toda velocidad en dirección del barco dejando un rastro de plumas frente a Hikari. No pasó mucho tiempo para que desde el cielo la zorra volviera aparecer esta vez con un aparatoso aterrizaje al grito del nombre de la herrera. Tras guardar sus alas, Berry extendió sus brazos para enseñarle sus guantes a la muchacha, esperaba la opinión de una herrera experta ya que ella les guardaba mucho cariño al haber sido un regalo de su primer instructor quizás solo eran un par de guantes viejos sin mucho valor artesanal.
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La muchacha recordó las palabras de Berry diciendo que sus poderes no son la gran cosa cuando la vio alejarse volando hacia vete tú a saber donde, suponía que el barco, haciendo una lista de habilidades eran, transformarse en híbrido de conejo, generar electricidad, volar... Y más habilidades que la muchacha le otorgaba a la fruta y no al verdadero ser de esta por ser mink, pero bueno, cosas a parte, cuando la Ex-Marine volvió con sus guantes y los depositó en manos de la herrera, esta abrió los ojos impresionada y hasta dejó caer un poco su mandíbula -¿Quien hizo esto?- Preguntó atónita a lo que tenía en sus manos. Su ojo era lo bastante experto para saber que estaba ante una creación muy superior a las suyas, los detalles, la artesanía, los materiales, la capacidad de este, claramente era algo que se escapaba a sus hábiles manos en la actualidad, podría decirse que un nivel por encima... -Esta creación es de un artesano con mucha habilidad, la mía sobre sale del resto por unos cuantos niveles, pero diría sin equivocarme que estos guantes me sobrepasan a mi de igual manera...- Un sentimiento de amor odio le invadió el corazón. Por una parte estaba la sensación de estar ante una pieza casi irrepetible y por otro lado, el orgullo herido de herrero por no poder hacer una copia de esta, ya sea por los materiales actuales o por su propia habilidad, nunca ha hecho una pieza de este calibre...
Le devolvió los guantes a la Mink -Me temo que actualmente no puedo mejorarlos, solo les cambiaría la apariencia o los debilitaría, por lo que por el momento y hago hincapié en lo de "por el momento" no puedo hacer nada mejor con ellos, ya son una pieza que deben valer por si solos entre unos siete y diez millones de berries...- Cambiando los materiales podría ampliar su precio y calidad pero estaba fuera de su alcance -Me gustaría conocer a su creador para que me diera algunos trucos de su trabajo- Comentó un poco dolida por ello mismo pero a la vez interesada en el artesano que creó semejante arma... Que por cierto ¿Quien coño le daría algo tan peligroso a alguien tan peligrosa? Era como retroalimentar el caos...
Cambiando de tema, la cara de la herrera hizo un gesto como "Me he acordado de algo" -Por cierto Berry, dentro de la cueva te he dejado una sorpresa- Dijo para hacerse la interesante. Si Berry entraba en la cueva se encontraría rocas totalmente cuadradas de diferentes tamaños para que practicara su técnica, desde pequeños bloques a unos bastante grandes y alrededor, pequeñas figuras simulando "enemigos" rodeando las cuadradas y rojas piedras, cual batalla campal pero claro, no se movía nadie
Le devolvió los guantes a la Mink -Me temo que actualmente no puedo mejorarlos, solo les cambiaría la apariencia o los debilitaría, por lo que por el momento y hago hincapié en lo de "por el momento" no puedo hacer nada mejor con ellos, ya son una pieza que deben valer por si solos entre unos siete y diez millones de berries...- Cambiando los materiales podría ampliar su precio y calidad pero estaba fuera de su alcance -Me gustaría conocer a su creador para que me diera algunos trucos de su trabajo- Comentó un poco dolida por ello mismo pero a la vez interesada en el artesano que creó semejante arma... Que por cierto ¿Quien coño le daría algo tan peligroso a alguien tan peligrosa? Era como retroalimentar el caos...
Cambiando de tema, la cara de la herrera hizo un gesto como "Me he acordado de algo" -Por cierto Berry, dentro de la cueva te he dejado una sorpresa- Dijo para hacerse la interesante. Si Berry entraba en la cueva se encontraría rocas totalmente cuadradas de diferentes tamaños para que practicara su técnica, desde pequeños bloques a unos bastante grandes y alrededor, pequeñas figuras simulando "enemigos" rodeando las cuadradas y rojas piedras, cual batalla campal pero claro, no se movía nadie
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La mink observó la reacción de su compañera, esta preguntaba quien era el creador de semejantes guantes, dato que Berry desconocía. Se le habían regalado en la marina, pero dudaba que el viejo instructor gruñón los hubiera fabricado por sí mismo. A lo mejor se trataba de un herrero del cuartel o podía ser algún amigo retirado del viejo que se los hizo hace mucho y quizás estuviera en una mejor vida mientras hablaban.
—No sé, me los regaló mi instructor en la marina hace mucho y quizás su creador ya no exista, desconozco su año de fabricación pero me alegra saber que son tan raros. No te preocupes, pronto podrás fabricar mejores cosas, estoy segura que llegarás a ser la mejor herrera del mundo si te lo propones.—
La mink abrazó con fuerza a la herrera para animarla mientras escuchaba sobre una sorpresa, la zorra guardó los guantes en una pequeña bolsa que había llevado en sus bolsillos y comenzó a corretear en cuatro patas alrededor de Hikari. Era sencillo conocer que la presencia de una sorpresa le había emocionado, Berry comenzó a tratar de adivinar mientras saltaba y correteaba.
—¡Sorpresa, sorpresa! ¿Qué es? Mmm, a ver, a ver cueva oscura, a lo mejor algo sexy, hmm pero sería raro viniendo de ti. No es que no lo seas solo que no lo disfrutas, hmm, ¡Comida! No, puede que sea comida para tí pero sería muy dura para mí. ¡Una casa! ¡Casa cueva! Pero eso no sería sorpresa porque la estaría viendo...—
La mink continuó lanzando ideas, una más alocada que otra hasta finalmente ingresar a la cueva a toda velocidad, dentro encontró varias rocas y soldaditos de roca preparados para recibir su entrenamiento. La mink abrió sus ojos y su boca mientras observaba cada detalle, seguramente le había llevado mucho tiempo y había sido un gesto preparado solo para ella.
—¡Me encantaaaa!—
Berry se lanzó a la herrera para luego darle muchos besos y lamidas por toda su cara, movía su cola encantada y apretujaba su cuerpo contra la pobre herrera completamentee encantada por el detalle. Tras separarse de Hikari la zorra escogió por cual roca iniciar, cargó su electro y se puso manos a la obra para no desaprovechar ni un segundo del curioso regalo.
—¡Le daré un muy buen uso! Solo mira como voy a cortar esta roca de seis intentos. ¡Por mi amiga Hikari!—
Berry estaba super motivada, su emoción al comienzo del día ahora se había quintuplicado, asaltaba las rocas con ambas manos como si estuviera afilando una daga. Los golpes demostraban apuñalar el duro material, protegiendo las garras antes de que la roca cediese y cayera al suelo dividido en dos pedazos. Los cortes ya no eran tan irregulares como la primer semana, se notaba una mejora bastante notoria en cuanto a la división, era como un cuchillo que estaba recuperando el filo a cada intento.
—No sé, me los regaló mi instructor en la marina hace mucho y quizás su creador ya no exista, desconozco su año de fabricación pero me alegra saber que son tan raros. No te preocupes, pronto podrás fabricar mejores cosas, estoy segura que llegarás a ser la mejor herrera del mundo si te lo propones.—
La mink abrazó con fuerza a la herrera para animarla mientras escuchaba sobre una sorpresa, la zorra guardó los guantes en una pequeña bolsa que había llevado en sus bolsillos y comenzó a corretear en cuatro patas alrededor de Hikari. Era sencillo conocer que la presencia de una sorpresa le había emocionado, Berry comenzó a tratar de adivinar mientras saltaba y correteaba.
—¡Sorpresa, sorpresa! ¿Qué es? Mmm, a ver, a ver cueva oscura, a lo mejor algo sexy, hmm pero sería raro viniendo de ti. No es que no lo seas solo que no lo disfrutas, hmm, ¡Comida! No, puede que sea comida para tí pero sería muy dura para mí. ¡Una casa! ¡Casa cueva! Pero eso no sería sorpresa porque la estaría viendo...—
La mink continuó lanzando ideas, una más alocada que otra hasta finalmente ingresar a la cueva a toda velocidad, dentro encontró varias rocas y soldaditos de roca preparados para recibir su entrenamiento. La mink abrió sus ojos y su boca mientras observaba cada detalle, seguramente le había llevado mucho tiempo y había sido un gesto preparado solo para ella.
—¡Me encantaaaa!—
Berry se lanzó a la herrera para luego darle muchos besos y lamidas por toda su cara, movía su cola encantada y apretujaba su cuerpo contra la pobre herrera completamentee encantada por el detalle. Tras separarse de Hikari la zorra escogió por cual roca iniciar, cargó su electro y se puso manos a la obra para no desaprovechar ni un segundo del curioso regalo.
—¡Le daré un muy buen uso! Solo mira como voy a cortar esta roca de seis intentos. ¡Por mi amiga Hikari!—
Berry estaba super motivada, su emoción al comienzo del día ahora se había quintuplicado, asaltaba las rocas con ambas manos como si estuviera afilando una daga. Los golpes demostraban apuñalar el duro material, protegiendo las garras antes de que la roca cediese y cayera al suelo dividido en dos pedazos. Los cortes ya no eran tan irregulares como la primer semana, se notaba una mejora bastante notoria en cuanto a la división, era como un cuchillo que estaba recuperando el filo a cada intento.
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Tras ver como se emocionaba Berry y empezaba a dar golpes a diestro y siniestro, Hikari sonrió mientras se limpiaba la cara con BASTANTES GANAS por las babas de la mink, se quedó un par de minutos observando como partía las piedras como si nada con ese ataque eléctrico para luego salir de la cueva, tendría un buen rato pues llevaba una semana preparando aquel escenario. Ella se dispuso a seguir con lo mismo, descubrió que la cueva era bastante grande por lo que empezó a mordisquear otro túnel, parecía tener la forma de un hormiguero, agujero, túnel, agujero, túnel y así hasta crear cinco habitaciones con acceso desde la bóveda central. La mandíbula tenía una envergadura preocupante y ningún material de la cueva conseguía hacerle frente a los dientes que su akuma no mi le había otorgado.
No encontró ningún material en la cueva que pudiera cambiar a uno mejor al tragarlo igual que le pasaba con el aluminio que se transformaba en "Wapormetal", dudaba y esperaba que no fuera el único material a alterar, pero tendría que esperar para descubrir si había más... No solo entrenaba, cada hora más o menos salía y estaba unos diez minutos con el caballo pues seguía sin querer entrar en la cueva, no le gustaba dejarlo fuera, en una isla pirata aquí el que no corre vuela y esperaba no tener que eliminar a nadie por robar a su compañero pues no lo tenía como una propiedad. Pensó en, más tarde claramente, hacerle una armadura digna de un corcel de este nivel pero también, paso por paso, quería hacer muchas cosas y no llegaba a todo. Primero el entreno, segundo la armadura, así cogería práctica y nivel para alcanzar el objeto que supere al que ahora pertenecía a la antigua marine...
No encontró ningún material en la cueva que pudiera cambiar a uno mejor al tragarlo igual que le pasaba con el aluminio que se transformaba en "Wapormetal", dudaba y esperaba que no fuera el único material a alterar, pero tendría que esperar para descubrir si había más... No solo entrenaba, cada hora más o menos salía y estaba unos diez minutos con el caballo pues seguía sin querer entrar en la cueva, no le gustaba dejarlo fuera, en una isla pirata aquí el que no corre vuela y esperaba no tener que eliminar a nadie por robar a su compañero pues no lo tenía como una propiedad. Pensó en, más tarde claramente, hacerle una armadura digna de un corcel de este nivel pero también, paso por paso, quería hacer muchas cosas y no llegaba a todo. Primero el entreno, segundo la armadura, así cogería práctica y nivel para alcanzar el objeto que supere al que ahora pertenecía a la antigua marine...
Berry
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Berry comenzó a reir ante la reacción exagerada de Hikari ¿Qué había de malo en unos besitos entre amigas? Siguió su entrenamiento con las rocas para luego traer el hielo al interior de la cueva e incorporarlo a su rutina. La semana se presentó lluviosa para ambas piratas que desde muy temprano se internaban en la cueva, Berry se centraba en afilar su electro cada día, su dedicación brindaba frutos a la hora de cortar pero seguía siendo un corte disparejo y en ocasiones poco consistente entre golpe y golpe.
Cada día al finalizar la mink comparaba extensamente los cortes iniciales con los últimos, buscando el punto de quiebre entre los primeros cortes y los segundos. Ya no se golpeaba las yemas de sus dedos, sus garras ahora estaban protegidas por la gruesa capa de electricidad, adicionalmente los cortes eran notablemente más poderosos que la primer semana. Al cuarto día los cortes ya no mostraban una irregularidad tan marcada, sus manos se habían adaptado a la forma y movimiento precisos para cada golpe.
Finalmente, la semana llegó a su fin con la lanza de Berry en todo su esplendor, usando su brazo como extensión la garra de Berry simulaba la punta de una peligrosa lanza capaz de abrirse paso de forma sencilla por las rocas y cortando como si de carne blanda se tratase a materiales sólidos como el hielo. Su sonrisa inundó su rostro al darse cuenta de que finalmente había completado su nueva técnica.
—¡Hikariiii! Lo he conseguido, observa mi poderosa, Devil's Lance—
La zorra alzó su mano abierta mientras concentraba la electricidad, esta se notaba más compacta y gruesa que en días anteriores siendo su punta definida y el tiempo de preparación bastante corto. Berry había logrado manejarla de forma bastante clara y sin esfuerzo, prosiguió con un golpe de sus yemas a una roca del lugar, separando a la misma en dos mitades tras atravesarle de lado a lado. Su mano estaba intacta tras el golpe y solo cuando Berry lo decidió la electricidad dejó de fluir. Un pequeño logro para alguien como la zorra, quien decidió sentarse tranquilamente mientras aguardaba por la demostración de Hikari, intrigada por si había logrado progresar tanto como ella.
Cada día al finalizar la mink comparaba extensamente los cortes iniciales con los últimos, buscando el punto de quiebre entre los primeros cortes y los segundos. Ya no se golpeaba las yemas de sus dedos, sus garras ahora estaban protegidas por la gruesa capa de electricidad, adicionalmente los cortes eran notablemente más poderosos que la primer semana. Al cuarto día los cortes ya no mostraban una irregularidad tan marcada, sus manos se habían adaptado a la forma y movimiento precisos para cada golpe.
Finalmente, la semana llegó a su fin con la lanza de Berry en todo su esplendor, usando su brazo como extensión la garra de Berry simulaba la punta de una peligrosa lanza capaz de abrirse paso de forma sencilla por las rocas y cortando como si de carne blanda se tratase a materiales sólidos como el hielo. Su sonrisa inundó su rostro al darse cuenta de que finalmente había completado su nueva técnica.
—¡Hikariiii! Lo he conseguido, observa mi poderosa, Devil's Lance—
La zorra alzó su mano abierta mientras concentraba la electricidad, esta se notaba más compacta y gruesa que en días anteriores siendo su punta definida y el tiempo de preparación bastante corto. Berry había logrado manejarla de forma bastante clara y sin esfuerzo, prosiguió con un golpe de sus yemas a una roca del lugar, separando a la misma en dos mitades tras atravesarle de lado a lado. Su mano estaba intacta tras el golpe y solo cuando Berry lo decidió la electricidad dejó de fluir. Un pequeño logro para alguien como la zorra, quien decidió sentarse tranquilamente mientras aguardaba por la demostración de Hikari, intrigada por si había logrado progresar tanto como ella.
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La muchacha observaba con admiración y pavor la técnica al completo de la Mink, verdaderamente era algo muy bonito de ver, algo bastante habilidoso que alagar pero demasiado peligroso para una mente malévola como la suya, si podía hacer eso en la piedra y el hielo, ¿Que efectos tendría en la carne humana? Dios, se imaginaba como esas garras eléctricas y afiladas perforaban el estómago de un enemigo haciendo de este una verdadera imagen de película de terror... Por otra parte que alguien amplíe su boca hasta poder tragarse a una persona no daba tanto miedo... No...
Hikari se acercó a la mujer y le alagó -Das verdadero miedo pero es una técnica finalmente pulida y potente...- No, definitivamente en la mente de Hikari no existía la posibilidad de pelear con la tripulación de Alpha, moriría en menos de lo que tardaría en abrir la boca para dar un bocado.
Por su parte no se quedó atrás, empezó la semana pudiendo deformar su boca hasta para poner unas medidas, llegar con el mentón a su ombligo, pero acabó por abrir la boca lo suficiente como para chocar contra el suelo estando en el aire al haber saltado, no mostró la habilidad a Berry pues le parecía algo grotesco, al deformar la mandíbula le hacía más fea y no era algo elegante de ver por lo que se hizo la loca para no mostrar su técnica. Actualmente sus encías no sangraba como al principio pero aún así tenía sangre por alrededor de su boca.
-Una pena irnos de esta isla, la cueva podría tener mucho potencial, una forja, un castillo... Pero no podemos estancarnos tanto, no puedo estancarme en un sitio tanto tiempo, necesito ir a por mi hermana- Recordó en sus divagaciones mentales -Además, ahora tengo un nuevo compañero, al caballo le gusta tener un jinete, sería una pena no contentarle también- Dijo con una sonrsia -Por cierto... Hay que llamarle de alguna forma, ya va siendo hora... ¿No?- Cierto era... Un caballo totalmente negro con ese pelaje brillante que destellea en blanco los rayos solares, tan magestuoso animal, necesita un buen nombre... (Quizás no es lo mejor preguntarle a Berry, pero ya que estaba ahí... Como se iba a arrepentir de hacer eso...)
Hikari se acercó a la mujer y le alagó -Das verdadero miedo pero es una técnica finalmente pulida y potente...- No, definitivamente en la mente de Hikari no existía la posibilidad de pelear con la tripulación de Alpha, moriría en menos de lo que tardaría en abrir la boca para dar un bocado.
Por su parte no se quedó atrás, empezó la semana pudiendo deformar su boca hasta para poner unas medidas, llegar con el mentón a su ombligo, pero acabó por abrir la boca lo suficiente como para chocar contra el suelo estando en el aire al haber saltado, no mostró la habilidad a Berry pues le parecía algo grotesco, al deformar la mandíbula le hacía más fea y no era algo elegante de ver por lo que se hizo la loca para no mostrar su técnica. Actualmente sus encías no sangraba como al principio pero aún así tenía sangre por alrededor de su boca.
-Una pena irnos de esta isla, la cueva podría tener mucho potencial, una forja, un castillo... Pero no podemos estancarnos tanto, no puedo estancarme en un sitio tanto tiempo, necesito ir a por mi hermana- Recordó en sus divagaciones mentales -Además, ahora tengo un nuevo compañero, al caballo le gusta tener un jinete, sería una pena no contentarle también- Dijo con una sonrsia -Por cierto... Hay que llamarle de alguna forma, ya va siendo hora... ¿No?- Cierto era... Un caballo totalmente negro con ese pelaje brillante que destellea en blanco los rayos solares, tan magestuoso animal, necesita un buen nombre... (Quizás no es lo mejor preguntarle a Berry, pero ya que estaba ahí... Como se iba a arrepentir de hacer eso...)
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La zorra se encogió de hombros ante lo de dar miedo, aunque aceptó los halagos esperando alguna caricia en su cabeza que nunca llegó. Infló sus cachetes colocando su cuerpo en cuatro patas y empujando su cabeza contra la mano de la herrera para ver si recibía su merecida caricia de premio. Mientras esperaba, la muchacha comentó de manera nostalgica el hecho de dejar la cueva, la habían pasado bien juntas y seguramente algún día volverían, la mink sonrió mientras se le ocurría una Berryidea.
—¿Qué tal si se vuelve nuestra cueva del amor? ¡Como una base secreta! Podríamos dejarla sellada y si volvemos a esta isla luego de encontrar a tu hermana convertirla en una base ultra secreta como tienen los espias. Podría traer algunas cosas y no deberíamos comprar una casa, además de que es lo bastante amplia para traer a todos nuestros amigos y montar una gran fiesta. ¿Qué te parece? No es que los lugares fríos me agraden mucho, pero puedo hacer una omisión por mi ardiente amiga.—
La mink comenzó a hablar sobre las reformas que podrían hacer una vez volvieran y que siempre valía la pena tener un lugar al que regresar y reponer fuerzas. Incluso teniendo su barco la cueva era mejor lugar para entrenar ciertas técnicas o incluso pasar el rato sin que nadie les pudiera encontrar. Berry abrió sus brillantes ojos rojos al ser preguntada por un nombre para el corcel, la mujer se ofreció con gusto a dar su mejor repertorio de nombres.
—¿Caballito? Porque es un caballo y es bonito... ¿Berryllo? Para que siempre te acuerdes de tu amiga Berry al montarlo ¡Aunque quizas quieras montarme mientras relincho! ¿Caberry? Es como un caballo con cara de Berry... ¿Nos parecemos mucho? ¡Ya sé espera que pienso!—
Los nombres que daba Berry no eran la última moda, incluso al nombrar sus técnicas iniciaba con un nombre hiper largo solo para recordar que de querer nombrarlas para que suenen geniales debía ser corto ya que nadie se frenaría a escuchar o ver todas sus poses en medio de un combate a muerte.
—¿Qué te parece Tormenta? ¡Storm! Un caballo que corre como el viento tiro al blanco... ¿Tornado? Una bestia con fuerza para dejar atras mil ciudades por los aires... ¿Blacky? Aunque suena a nombre de perro... ¡Tifón! Un corcel indomable que solo respeta a la mujer más ruda y hermosa. Ese me gusta también...—
Al menos los últimos eran un poco menos ridículos, la zorra se sentó mientras se frotaba la frente tratando de pensar en más nombres. Esperaba que Hikari eligiera alguno de los suyos o al menos haberle servido de inspiración, le hacia ilusión ser consultada pese a ser un desastre inventando o nombrando a las cosas. Mientras la mink mencionaba los nombres posaba de diversas maneras imitando al caballo, lo que dotó al momento de un surrealismo y ridiculez extremas, aunque para Berry se veía genial acompañar los nombres con poses.
—¿Qué tal si se vuelve nuestra cueva del amor? ¡Como una base secreta! Podríamos dejarla sellada y si volvemos a esta isla luego de encontrar a tu hermana convertirla en una base ultra secreta como tienen los espias. Podría traer algunas cosas y no deberíamos comprar una casa, además de que es lo bastante amplia para traer a todos nuestros amigos y montar una gran fiesta. ¿Qué te parece? No es que los lugares fríos me agraden mucho, pero puedo hacer una omisión por mi ardiente amiga.—
La mink comenzó a hablar sobre las reformas que podrían hacer una vez volvieran y que siempre valía la pena tener un lugar al que regresar y reponer fuerzas. Incluso teniendo su barco la cueva era mejor lugar para entrenar ciertas técnicas o incluso pasar el rato sin que nadie les pudiera encontrar. Berry abrió sus brillantes ojos rojos al ser preguntada por un nombre para el corcel, la mujer se ofreció con gusto a dar su mejor repertorio de nombres.
—¿Caballito? Porque es un caballo y es bonito... ¿Berryllo? Para que siempre te acuerdes de tu amiga Berry al montarlo ¡Aunque quizas quieras montarme mientras relincho! ¿Caberry? Es como un caballo con cara de Berry... ¿Nos parecemos mucho? ¡Ya sé espera que pienso!—
Los nombres que daba Berry no eran la última moda, incluso al nombrar sus técnicas iniciaba con un nombre hiper largo solo para recordar que de querer nombrarlas para que suenen geniales debía ser corto ya que nadie se frenaría a escuchar o ver todas sus poses en medio de un combate a muerte.
—¿Qué te parece Tormenta? ¡Storm! Un caballo que corre como el viento tiro al blanco... ¿Tornado? Una bestia con fuerza para dejar atras mil ciudades por los aires... ¿Blacky? Aunque suena a nombre de perro... ¡Tifón! Un corcel indomable que solo respeta a la mujer más ruda y hermosa. Ese me gusta también...—
Al menos los últimos eran un poco menos ridículos, la zorra se sentó mientras se frotaba la frente tratando de pensar en más nombres. Esperaba que Hikari eligiera alguno de los suyos o al menos haberle servido de inspiración, le hacia ilusión ser consultada pese a ser un desastre inventando o nombrando a las cosas. Mientras la mink mencionaba los nombres posaba de diversas maneras imitando al caballo, lo que dotó al momento de un surrealismo y ridiculez extremas, aunque para Berry se veía genial acompañar los nombres con poses.
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-Mmmm... ¿Tornado? ¿Tifón? ¿Debería llamarlo como una catástrofe de la naturaleza? Tornado... Storm... Si hago eso ¿Lo usaré para el combate? No quiero meterle en esa presión, quiero darle libertad, no quiero convertirlo en mi sombra en este camino que estoy labrando... No quiero... En mi sombra... ¿Shadow? ¡Sombra!- Gritó el último nombre como si estuviera más que decidido. Pegaba por todas partes, negro, bajo el jinete, también referencia a Berry que es la mente manipuladora en las sombras de Alpha, no estaba mal. Hikari fue corriendo hacia el caballo, lo miró fijamente a los ojos y le señaló cual cría pequeña -¡Te llamarás Sombra!- El caballo se quedó con cara impasible, quizás por que no entendía a Hikari pero si lo hacía, solo que le importaba una mierda... (Así son los caballos que no te vendan otra cosa) -Serás mi Sombra- Dijo aprovechando el doble sentido de la frase...
-Pues me parece un nombre muy bonito- Dijo una voz que salía de entre los árboles del camino. A los pocos segundos salieron tres hombres, con pintas de pirata, pero de marca blanca, la panza les asomaba por debajo de la camisa, las ropas andrajosas y echa jirones, espadas de filo romo y uno de ellos tenía una botella de ron en la mano -¿Sabe qué preciosa? Nos vamos a llevar a Sombra, y lo vamos a vender y con vosotras dos nos lo vamos a pasar bien... ¿Que te parece el plan preciosa?- Dijo mientras se le caía la baba... El caballo que pudo observar durante estas dos semanas lo que habían conseguido estas dos, se apartó lentamente ahora sí, cambiando la cara a una de circunstancias y poco a poco cogió distancia -A ver... ¿Como os lo explico?- Dijo la herrera sin preocupación ninguna por esos tres pobres condenados que seguramente iban a acabar muy mal... La herrera se crujió el cuello, los nudillos y posó su mano sobre su espada -¿En serio nos vas a hacer castigarte por portarte mal? Se una buena niña y ven por las buenas- Terminó de decir junto a las risas de los otros dos, a cual la cara más de depravado si se podía tener... La de Wano echó un vistazo a Berry, sabía que no querían matar, pero ¿Estos entraban en su lista de chicos a los que no enviarles al purgatorio? Aún no pillaba la diferencia...
-Pues me parece un nombre muy bonito- Dijo una voz que salía de entre los árboles del camino. A los pocos segundos salieron tres hombres, con pintas de pirata, pero de marca blanca, la panza les asomaba por debajo de la camisa, las ropas andrajosas y echa jirones, espadas de filo romo y uno de ellos tenía una botella de ron en la mano -¿Sabe qué preciosa? Nos vamos a llevar a Sombra, y lo vamos a vender y con vosotras dos nos lo vamos a pasar bien... ¿Que te parece el plan preciosa?- Dijo mientras se le caía la baba... El caballo que pudo observar durante estas dos semanas lo que habían conseguido estas dos, se apartó lentamente ahora sí, cambiando la cara a una de circunstancias y poco a poco cogió distancia -A ver... ¿Como os lo explico?- Dijo la herrera sin preocupación ninguna por esos tres pobres condenados que seguramente iban a acabar muy mal... La herrera se crujió el cuello, los nudillos y posó su mano sobre su espada -¿En serio nos vas a hacer castigarte por portarte mal? Se una buena niña y ven por las buenas- Terminó de decir junto a las risas de los otros dos, a cual la cara más de depravado si se podía tener... La de Wano echó un vistazo a Berry, sabía que no querían matar, pero ¿Estos entraban en su lista de chicos a los que no enviarles al purgatorio? Aún no pillaba la diferencia...
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