Amanecer en vela [Sarah Foxxx] [Pasado]

Amanecía gris en Villa Syrup, el sol llevaba escondido tras las nubes incluso desde antes de salir, amenazaba lluvia y hacía un viento que helaba los huesos. Estaba todo aún en penumbra cuando Gargaroth salió de su casa y miró a la nada en dirección al mar. Llevaba toda la noche en vela sin poder dormir, cosa que en realidad no era extraña, pero pese a estar acostumbrado se sentía cansado... Tras escupir unos metros mas alante del umbral de su puerta entró en casa para vestirse y salir a la calle, estaba claro que a estas horas ya ni iba a poder dormir ni tampoco le iba a apetecer.

Se puso los pantalones cortros de camuflaje y las botas altas de cuero que se solía poner cuando iba a cazar a alguien, prescindió de camiseta dado que pensaba entrenar un poco mientras terminaba de amanecer. Se hizo el primer cigarro del día frente a su casa, pensando que quizás no iba a salir el sol en todo el día, pero al menos esperaba que el viento se calmase un poco. A pesar de todo, la temperatura tampoco era demasiado baja, siempre y cuando no te golpeara una ráfaga de viento.

Conforme se consumía el cigarro el viento disminuía y el sol se elevaba un poco más, aunque hoy iba especialmente lento, o esa impresión le daba a él... Comenzó a hacer flexiones en cuanto terminó el cigarro, despacio. Hacía un par de semanas que no entrenaba y se sentía fatigado, cosa un poco extraña, pensaba él, pero siempre se le olvidaba que fumaba como un maldito carretero...

Sarah se encontraba mirando al mar, un día que tenía pinta de estar nublado para rato, se dio media vuelta y fue hacía su casa, se puso un pantalón corto, de talle bajo, que dejaba entrever un poco de vientre, y una camiseta de tirantes nadadora, ella ya tenía mucho pecho de por si, pero con esa camiseta parecía que tenía el doble, con un escote demasiado acentuado, pero eso le daba igual, sabía lo que tenía que hacer si alguien le ponía la mano encima sin consentimiento, por eso mismo siempre en sus altas botas sin tacón lleva su navaja mariposa, y su puño americano guardado en sitio seguro.


Después de arreglarse echa un vistazo por todo el pueblo, está prácticamente desierto, a excepción de un semigigante con pinta de pocos amigos, lo mira, solo le sorprende la cicatriz de su cara, y el tatuaje tan extraño que tiene en el brazo, ¿que significara?, piensa para ella misma, ¿tendrá algún significado?, ¿o quizás se lo hizo un día de borrachera y ya no lo recuerda?.

Se dirige casualmente a donde está el semigigante, sin camiseta impresiona, parece fuerte y rudo, pasa por delante de el, a dar una vuelta, pensando en sus cosas, a unos dos metros de el, vuelve a girarse, y lo mira de reojo, con extrema cautela por si la atacase por la espalda, pero con mucha curiosidad, ¿quien será?, su pregunta queda flotando en su mente...

Jack entrenaba, como cada mañana cuando una chica de aspecto voluptuoso y excesivamente alta para ser una humana corriente pasó a unos metros de él mirándoel con atención, no sabia quien era, pero desde luego era hermosa y también la primera chica de su tamaño que veía quizás en años... No era algo corriente, por lo que también la examinó de arriba a abajo, analizándola ligeramente, como hace con todos los desconocidos que se cruza y llaman su atención...

Terminó su serie y se levantó, algo sudoroso y se volteó hacia ella mirándola atentamente pero sin descaro, al tiempo que se acercaba a la puerta de su casa para cojer una toalla que había allí colgada. Se secó el sudor mirándola de reojo pero sin entablar conversación, no encontraba forma de abordarla y saber quien era y de donde venía, no pasaba mucho tiempo en su pueblo, eso estaba claro, pero le parecía extraño no haberla visto nunca por aquí...

-Tu no eres de por aquí... -Se dejó caer el semigigante mientras dejaba colgada de nuevo la toalla que acababa de usar, mirándola directamente a los ojos después. Llevaba un escote enorme y era inevitable haberse fijado en un primer momento, pero pese a todo, su mirada estaba clavada en los ojos de la chica.

Ella sin esperarlo abrió bien los ojos, y se giro para mirarlo, se sonrió metiendo las manos en los bolsillos, lo miraba desde los pies hasta las puntas de su pelo, altísimo, fuerte, un poco desaliñado, según se movía hacía el rebotaban un poco sus pechos, lo mira a los ojos, y se deja apoyar en la pared de la casa del semigigante.

Lo vuelve a mirar, cierra los ojos, respira y aspira profundamente, -No, no soy de aquí, pero he crecido en esta isla, naufragué con mi hermano pequeño, hace muchos años..., y acabé aquí cuidada por un hombre.... Se pone un mechón de su pelo detrás de la oreja, un pequeño viento mece su melena recogida en una coleta.

Se acerca a el, lo mira, lo rodea andando, lo mira de arriba abajo, realmente este chico le llama la atención, finalmente se pone delante de el, a menos de un metro, y mirando sus ojos, cruzando los brazos, y sonriendo, le pregunta, -¿Y tú?, llevo años aquí y nunca te he visto, ¿quien eres?

El semigigante, sorprendido por la respuesta de la chica y por la vuelta a su alrededor, empezó a liar un cigarrillo pero sin perderla de vista. Ni diez segundos tardó en hacérselo y prenderlo, la práctica hace al maestro. Al parecer se había criado en la isla y él ni siquiera había oido hablar de ella... Era posible mirándolo por otro lado... Desde hace muchisimos años apenas habia pasado por la isla para descansar y no había salido apenas a la calle o incluso a la taberna. No eras un pueblo tan pequeño pero aun así... Decía que había naufragado con su hermano hacía años... No pensaba que preguntarle por su hermano fuera de interés así que se fué a otra cosa, no era demasiado cotilla.

No pudo evitar fijarse en los dotes de esa mujer, pero de forma apenas perceptible, no sabía si prentendía algo o simplemente es que siempre se comportaba así... Tras echar una gran bocanada de humo dijo con voz áspera -Jack Gargaroth, cazarecompensas -presentándose brevemente sin dejar de mirarla a los ojos. -Tu tampoco me conocías? -Preguntó sonriendo brevemente.

El viento se había calmado y la teperatura había subido un poco en el ambiente, pero aún seguía nublado y tenía pinta de seguir así todo el día... No sabía nada sobre meteorología pero no hacía falta ser una lumbrera para intuir algo así basándose en el negro que cubría el cielo.

Ella se sonríe, lo mira con perceptible curiosidad, la rapidez con la que lia y enciende su cigarrillo, normalmente no le gustan las personas que fuman, pero incluso viendo su forma de ser, hasta le queda bien, escucha su respuesta, ronca y sin intenciones, solo de asustar, ella se acerca un poco mas a el, y acerca su cara a la suya y le responde , -Me llamo Sarah Foxxx, vine de Alta Mar por si te lo preguntas, soy una pirata consumada..., dijo ella, a la vez que le daba la mano de forma amistosa, no era algo que hiciese a menudo, pero de vez en cuando hay que ser educados.

Vuelve a donde estaba, para apoyarse de nuevo en la pared, pone las manos en su cadera, y pasa la pierna derecha por encima de la izquierda, lo mira de una forma intensa, sabe que es un cazador, solo espera que no intente cazarla a ella, sabe luchar, pero no sabe hasta que punto de bueno o malo puede ser que el sea mas alto que ella, tiene unas manos muy fuertes, quizás con sus piernas tenga mas posibilidades si ocurriese algo.

Nota en el algo extraño, se da cuenta que la mira mucho, ¿porque la mira tanto?, es una semigigante mas, ee supone que será por que no suele ver muchas de su altura, de hecho, le da la sensación de que en esta isla los únicos semigigantes que hay son ellos. Por otro lado, ¿que será mejor?, ¿ser los únicos, o que haya más?

Ni se movió del sitio cuando ella se acercó, apartando un poco la vista de sus ojos para bajarla un instante y volversela a clavar en las pupilas, estrechó su mano con suavidad sonriendo de lado -Yo cazo piratas... -Dijo con sorna pero a la vez seriedad, pero sin borrar la sonrisa ni dejar de mirarla -Espero que no ofrezcan mucho por tu cabeza... Quizás tendrías que convencerme para no cazarte -Añadió tras girar la vista hacia el mar.

Dió unos pasos hacia adelante, quedando justo detrás de ella. Pero cuando iba a decirle algo, un sonido de disparo se escuchó dentro de una casa cercana, y luego silencio... Parecía haber sidoun arma de buen calibre porque había armado muchísimo estruendo, incluso a través de las paredes de la casa. Parcía una vivienda de no demasiada riqueza, una familia humilde y normal. Unos minutos después del gran silencio un hombre salió corriendo de la casa, llorando, o al menos eso se podía escuchar... Todo muy extraño, parecía haber sido un altercado pero... Con disparos? Eso era algo más que violencia doméstica.

Fijó su mirada en la casa pero sin perder de vista a la chica con la que conversaba antes del disparo, francamente todo eso era muy extraño. De momento no iba a acercarse a la casa, esperaría a ver si ocurría algo más. Al fin y al cabo, no era cosa suya, pero a veces podía llegar a ser muy curioso...

Mientras ella miraba como se ponía detrás de ella, escuchó un disparó cercano, miró la dirección en que se escuchaba, sin inmutarse lo mas mínimo, se quedó de pie, mirando, en algún que otro momento se quedaba mirando a Jack, que le causaba una gran impresión.

Sarah observaba todo lo que estaba ocurriendo, preparada y mentalizada por si tuviera que sacar su navaja, en cualquier caso, la frase de Jack rebotaba en su cabeza, y mas aún eso de convencerlo si ofrecían dinero por su cabeza, ella al pensar eso, se sonrió, lo miró, y se quedo inmóvil, mirando sus ojos, sondeando su mente, sus pensamientos..., unos minutos después dice, -Tranquilo, si ofrecen dinero por mi cabeza escaparé lo mas lejos que pueda antes de que puedas pestañear, no dejaría que un cazarecompensas como tu me cace, y respecto a sobornarte para que me dejes vivir, se me ocurren un par de cosas..., ella lo mira de reojo, sonriendo, esperando su reacción, está claro que eso no se lo espera.

Poco después, un hombre de aspecto extraño, con una gran gabardina gris, mucha chepa y gafas de sol salió por la puerta arrastrando una gran escopeta y mirando al hombre que huía de él. La levantó, y tras un quejido hastiado alzó la gran escopeta para apuntarle. Jack se sentía algo nervioso en ese momento, no sabía como actuar exactamente así que miró a la chica intentando calmarse. Parecía extrañamente tranquila con la situación y eso le parecia bastante extraño, esa mujer parecía tener unos nervios de acero...

Se acercó un poco a ella y bajando un poco el tono de voz respondio a sus palabras con tono algo sorprendido, no se esperaba una respuesta así, desde luego -Escucho sugerencias... -Dijo suavemente sin apartar la vista del hombre con chepa que apuntaba al hombre tembloroso, como si tuviese miedo o algun tipo de enfermedad...

Un potente disparo salió del arma del hombre, haciendo caer al cuerpo inerte del indefenso hombre en medio de la calle. Pronto varios atrevid ventanas para ver lo ocurrido. Algunos lloraban, otra gente gritaba y otra sin pensárselo se encerraba en su casa, temerosa de ser el siguient objetivo de aquel extraño y pintoresco personaje. Parecía de mediana edad, melena larga y sombrero, ataviado con una gabardina ahsta los pies y unos elegantes zapatos. Un monóculo brillaba con el reflejo de la poca luz que habia en ese gris día y las arrugas de su cara empezaban a ser evidentes, de nariz ganchuda y cejas pobladas, completamente afeitado...

Sarah puso sus brazos a lo largo de su cuerpo, apretó las manos y frunció el ceño en dirección a aquel hombre, ella por un momento miró al semigigante, -¿Sugerencias respecto al hombre, o a las cosas para sobornarte?..., ella se sonríe acariciandose el cuello, los hombros, los brazos, y finalmente las manos, las cuales hace estallar los nudillos, gira la cabeza para relajarse, no sabe si ir a por el hombre y estar atenta de coger su navaja, o seguir la conversación tranquilamente con aquel semigigante.

Una vez estallados los nudillos, metió las manos en los bolsillos del pantalón, de pie, mirando al hombre, que entre sus ropas y su apariencia ya parecía mucho mayor que ellos dos.

No sabía muy bien como actuar, así que se limitó a mirarla indeciso... Realmente era hermosa y eso estaba claro, no podía dejar de fijarse en sus "dotes" pero aún así intentó mantenerse frío y mirar al hombre de la escopeta, estaba montando un buen espectáculo en medio del pueblo, toda esa gente lo observaba asustada, algunos iracundos... Hasta el punto de que un hombre salió corriendo hacia el asesino, empuñando un cuchillo de cocina, fuera de si. Desde lejos no parecía muy buena idea hacer eso contra un hombre armado, y desde cerca era de imaginar que tampoco. El encorvado hombre alzó de nuevo la escopeta y disparó, causando un nuevo estruendo en toda la calle. El hombre inerte cayó al suelo, dejando de gritar y haciendo caer su cuhilo sobre la tierra del camino. Todo se tornó en un mortal silencio, nadie sabía que hacer...

-En cuanto a lo que tu llamas soborno... De él puedo encargarme yo, no parece demasiado fuerte -Contestó tratando de mirarla a los ojos.

Tras el nuevo disparo, el hombre comenzó a caminar cojeando, mientras alzaba la voz para que todos le oyeran -Esta isla se declara propiedad del Señor D, si alguien tiene alguna objeción que venga a hablar conmigo, pronto desembarcará toda mi tripulación y pasarán por las casas a cobrar el impuesto diario que os cobraré todos los días, alguien no está de acuerdo? -Preguntó mirando a todos los presentes frunciendo el ceño.

Sarah miraba enfurecida a aquel hombre, pero después de escuchar lo que Jack le dijo, lo miraba, se sonrió de nuevo con el ceño fruncido y le dijo, -Esta bien que te quieras ocupar tu solo de el, pero si necesitas ayuda, yo te puedo ayudar, ¿las sugerencias?, ya te las diré cuando acabemos con toda esta estúpida historia ..., termina diciendo, dirigiendo la mirada de Jack al hombre.

Sarah se pone detrás de Jack, diciéndole al oído, -Recuerda, si necesitas ayuda, grita mi nombre ... le deja un suspiro entrecortado en su oído, vuelve a colocarse a su lado, y se agacha como si fuese a colocarse las botas, pero en realidad solo esta esperando atentamente si necesitase su ayuda, con las manos listas para coger la navaja y el puño americano.

Entró en la casa rápidamente, saliendo de ella con una coraza de acero en el pecho y unas protecciones del mismo material en las piernas, así como con botas de punta de acero y sus mitones en las manos, miró brevemente a la chica y comenzó a caminar hacia el hombre -No te preocupes, no creo que te pida ayuda, pero te sugiero que vayas a decirle a toda esa gente que se vuelva a sus casas, no quiero público ni heridos innecesarios -Dijo girando la cabeza hacia ella para seguir caminando hacia el hombre, esta vez alza la voz para dirigirse a él -Impuesto? Propiedad de quien? Creo que te has confundido de sitio, forastero -Dijo lanzando una gran roca del suelo hacia el hombre de la escopeta, el cual, dada su edad y torpeza apenas pudo esquivar, aun sin darle de lleno, fue un gran golpe que consiguió desestabilizarle y hacerle caer al suelo, haciéndole ganar tiempo a Jack para acercarse corriendo a el.

-Y tu quien eres? El defensor del pueblo? -Masculló antes de empezar a reirse como una hiena, sacando su escopeta para apuntar al semigigante -Muchachos, se acabó el juego del escondite... -Gritó sin apartar la vista del semigigante. De repente, unos veinte hombres aparecieron de detras de barriles, paredes, matorrales, tejados... de todas partes, rodeando a Sarah, a Jack y a varios de los curiosos que estaban a la puerta de sus casas observando.

-Mantenlos ocupados, necesito ganar tiempo! -Bramó Jack dirigiéndose a la chica mientras agarraba la escopeta del hombre y alejaba el cañón de su cara, al hacer esto, la escopeta se dispara y todos los hobmres del "Señor D" comienzan a atacar a las gentes que por allí había.

Sarah asiente con la cabeza y le guiña un ojo al semigigante, se agacha contoneándose, para provocar a los chicos de aquel hombre, haciendo que la mayoría se fijen en ella, cuando ya esta agachada coge su navaja de la bota derecha, y el puño americano de la izquierda, se levanta de nuevo, mirando a Jack en apuros, les silva a los hombres para que la atiendan, y vayan a por ella, -Venir cobardes, una chica os pateará el culo como toquéis a los ciudadanos..., exclamo gritando y corriendo hacia los hombres, tumbando como podía a todos los que se le acercaban, había patadas, navajazos y puñetazos por doquier, en ese momento Jack vio la verdadera fiereza de Sarah.

En cuestión de 4 o 5 florituras con su navaja, su puño, y sus piernas, deja K.O al menos a 8 de ellos, los restantes están complemente atentos a Jack, lo miran, parecen tener solo ojos para el, ella les silva y les dice, -Eh chicos, que sea una chica no significa que no sepa luchar, venir a por mi si tenéis lo que hay que tener para atacar a una chica..., ella los mira sonriendo tan desafiante como astuta, alza la mano donde tiene su puño y con los dedos les dice que se acerquen a ella si son capaces, en un ligero tramo de tiempo 4 mas se acercan a ella.

Sonríe mirando a su alrededor, mira a Jack, y vuelve la mirada hacia los hombres, -¿En serio creéis que podéis contra nosotros?, que lastima, es mejor que volváis a casa..., deja sin terminar la frase, se coloca para luchar colocando los mechones de cabello, agarrando en su mano derecha la navaja, agarrada por el mango, dejando ver su nombre en el puño, y su puño americano en la mano izquierda, lo aprieta con deseo de poder mandarlos a todos al agua de una patada, -Si no lo hacéis, vais a acabar muy mal, tened cuidado..., comienza a reirse la semigigante, mirando para todos aquellos hombres que sin duda perecerían bajo su navaja, su puño, sus piernas, y a manos del semigigante con el que hablaba. Esta claro que el semigigante no se anda con chiquitas, y el hombre que manda tantos de los suyos a por ellos tampoco. Pero los semigigantes por separado son fuertes, juntos son el doble, ella es una gran luchadora, así que no hay problema, puede deshacerse perfectamente de los 4 amenazantes que la rodeaban, a alguno le da una patada que lo aleja de ella 3 o 4 metros, y a los demás los deja malheridos en el suelo, -Bueno, ¿alguien mas se apunta?, me aburren tus hombres, caen como moscas en la telaraña, deja de enviar hombres a quedar malheridos, desde luego te queda poco entre los vivos..., lo mira sin sonrisa, solo con una mueca de ligera victoria.

Tan pronto cayeron al suelo, todos y cada uno de los abatidos metieron la mano en el bolso y sacaron una especie de bolita roja, la cual engulleron sin cuidado... pronto comenzaron a sobremuscularse y sus heridas a curarse parcialmente, levantándose uno tras uno para acercarse a ella -Que lástima... Te crees una heroina? -Dijo con sorna uno de ellos mientras se relamia, dando pasos lentos en su dirección.

El hombre de la escopeta, el Señor D, aprovechando la distracción de Jack mirando como sus hombres utilizaban píldoras para hacerse mas fuertes, se revolvió y lanzó un potente disparo en dirección a la chica, tratando de huir corriendo -El Señor D... Cien mil doblones por mi cabeza y creeríais que iba a ser así de fácil? -Bramó corriendo hacia detrás de la línea de corsarios, los cuales iban rodeando a su líder mientras otros atacaban a los lugareños con fiereza.

Rápidamente comenzó a correr hacia la línea de piratas -Y yo soy Jack Gargaroth, conocido por entregar cabezas de gente como tú -Contestó el semigigante bastante enfadado mientras propinaba un fuerte codazo a uno de ellos, dejándolo derribado, parando con la manode ese brazo un golpe directo de otro de ellos.

-Nunca he oído ese nombre... No me presentas un problema mayor que el tiempo que me haces perder -Contestó el pirata antes de empezar a reirse como un demente y empezar a disparar aleatoriamente entre la gente.

Agarrando el brazo del ultimo pirata al que había bloqueado, giró un par de veces sobre si mismo, lanzándoselo al viejo engreído encima y derribándole de nuevo, aprovechando la confusión de su movimiento sacó su daga del cinturon y, propinándole una fuerte puñalada en la pierna al anciano dijo -Creo que no te mereces tanta recompensa como piden por tí... -Entre dientes.

Sarah ve llegar el disparo, no le llega a acertar, pero si le deja algún roce en el brazo, mira a Jack que vigila como los hombres se musculan por momentos, -No querido, no me creo una heroína, pero lo que si creo es que puedo patearte el culo, todas las veces que quiera..., arrancando un trozo de su camiseta vendó su herida, volvió a colocarse, e intento de nuevo tirar abajo a todos los hombres que iban hacía ella.

En varias ocasiones fueron capaces de tirarla al suelo, pero desde el suelo rajaba los talones de sus adversarios para tirarlos al suelo, y acto seguido, propinarles unos cuantos golpes en la cara para dejarlos inconscientes, esta vez le costaba el doble o triple luchar contra ellos, pues tomaron unas pastillas que les doblaba o triplicaba la fuerza, y era mas complicado librarse de ellos.

Miraba a Jack que fue corriendo hacía el Señor D., ya tumbado en el suelo, con Jack sobre el, ella intento por todos los medios acercarse todo lo posible, pero cuanto mas se acercaba mas hombres se lo ponían delante, -¿En serio habéis tomado esa mierda?, que pena de gente, no sois ni la mitad de valientes que nosotros, aquí nos tenéis, no somos héroes, pero si hacemos lo posible para librar al mundo de gentuza como vosotros..., grita clavando su navaja en el pie de uno de sus adversarios, e incrustando el puño americano en la nariz de otro, mira a su alrededor que hay cada vez mas, incluidos los ya derrotados por ella y Jack.

Le guiña un ojo a Jack, y se acerca a el corriendo, lo usa de trampolín para ponerse de frente a el, y seguir alejando a los hombres del Señor D. del lugar, para dejar a Jack y al susodicho solos, que arreglen sus cuentas, mientras Sarah intenta luchar como puede contra los hombres, mirando de vez en cuando si el semigigante necesita su ayuda.

Sarah es herida nuevamente, esta vez en la pierna derecha por un corte muy feo, proveniente de uno de los hombres que intentaba contener. Varios de ellos empezaron a arremolinarse a su alrededor como buitres, en busca de carroña fresca, atacaron todos juntos a la chica, algo francamente incontenible. De repente comenzó a soplar un fuerte viento que azotaba todo el pueblo, la gente visualizaba la escena desde sus ventanas, trancados en sus casas por miedo a esa gente que había venido a molestar al pueblo.

Mientras Jack forcejeaba con el hombre, otro de sus hombres se abalanzó sobre él, haciendole desestabilizarse y que el Señor D se levantara y le apuntara con la escopeta. Solo bastó un manotazo para apartarlo, desde luego, y llegados a este punto, ese impresentable no debía escapársele así que agarró su daga de nuevo y, con decisión se la clavó en la garganta, haciéndola girar para que entrara aire en la herida, y fuera irreversible, por si antes no lo era...

El hombre cayó a plomo en el suelo, y sus secuaces palidecieron, perdieron su musculatura, todo se tornó en silencio, y, sin saber que hacer todos comenzaron a correr despavoridos hacia su barco. Al fin y al cabo, no eran mas que cabezas de chorlito que trabajaban para ese pringao, no podía llamársele de otra forma... -Ahora a los locos con una escopeta también se les llama piratas? -Preguntó Jack retóricamente mientras degollaba el cadáver, para conservar su cabeza y entregarla a las autoridades.

Sarah se queda en el suelo, malherida, puesto que le han dado un cuchillazo, le ha herido la pierna, lo único que puede hacer a estas alturas es dejar que los canallas se vayan, Jack ha terminado con la vida del anciano jefe de todos estos carroñeros, -Jack, si no es mucha molestia, ¿podrías venir a ayudarme?, me han herido el brazo y la pierna y no soy capaz de levantarme sola..., a pesar de saber medicina natural, no tenía las cosas a mano para curarse, Jack que tenía la casa al lado podía ayudarla mejor, que si no se dejaba ayudar.

Ella mira para Jack, son la cabeza del Señor D en la mano, agarrándolo del pelo, mientras que Sarah rasga otro trozo de tela de su camiseta y hace un torniquete por encima de la herida, mete de nuevo la navaja en la bota izquierda, y el puño en la derecha, después de hacer esto, se deja caer sobre el suelo, mirando al cielo, esperando a que Jack la ayude a levantarse, -¿Sabes una cosa Jack?, ese tío te ha subestimado, ha pensado que tu no podrías con el, pero entre los dos hemos podido, tu contra el, y yo contra sus chicos, aunque malherida, ¿a ti te ha dañado?..., pregunta ella con curiosidad, levantándose de nuevo para mirarlo bien, se apoya en una mano, mientras el brazo herido lo descansa sobre su pierna sana.

Ella para si pensaba que ese hombre, que parecía tan terco y tan rudo, finalmente no era ni tan terco ni tan rudo, simplemente era como debía ser, se preocupó por una doña nadie como Sarah, una recién conocida que no sabía nada de ella, ni ella de el, ella lo miraba interesada, e intensa, veía algo en el que la atraía mucho, no sabe exactamente el que, pero algo había en el, supongo que el sacrificarse el solo por una isla entera, algo que muchos no harían.

Jack la miraba atentamente, puesto que tras quitarse los dos trozos de camiseta, se había quedado apenas sin camiseta y... apartó la vista rápidamente para cargarla al hombro y comenzar a caminar hacia su casa, sin soltar la cabeza de aquel hombre, eso valía cien mil doblones y eso no era moco de pavo, al menos para alguien pobre como él... No le había pasado nada en la batalla, pura suerte, pues Sarah se había llevado la peor parte.

Una vez en casa la tumbó sobre la cama y empezó a examinar sus heridas -Suelen subestimarme -Dijo apretando el torniquete de la pierna sin miramientos -Pero bueno, es mi trabajo al fin y al cabo -Dijo con aspereza, mirándola a los ojos. No entendía por qué una chica tan hermosa y además, desconocida, no solo se había fijado en él, sino que le había ayudado...

Tras curarle las heridas a la chica, se quitó la coraza y las protecciones de las piernas, quedándose en ropa interior y botas, para ponerse automáticamente los pantalones de nuevo y mirarla -Bueno... Por donde íbamos? Me ibas a sobornar -Dijo sonriéndola, crujiéndose la espalda con solo levantar los hombros.

Sarah al escucharlo crujir la espalda se quedó mirando para el, se sonrió, y a la vez se puso un poco colorada, pero no fue para tanto, miró las heridas, le llamó la atención que supiera curar heridas, -¿Eras o fuiste medico?, me asombra que pudieses curarme tan bien las heridas..., ella lo mira a los ojos, y le dice, -Por cierto, gracias por curarme..., ella lo mira asombrada, le pide con la mano que se acerque y le da la mano, acto seguido lo acerca a ella y le da un beso en la mejilla.

Lo suelta, y lo mira, un poco confundida, después de preguntarle con que lo sobornaría, -Bueno, los sobornos, se me ocurre una cena, u otras cosas, que tienen que ver con donde estoy acostada..., ella mira la cama, sonriendo, mirandole de nuevo a los ojos, sonriendo, pero por ahora se tendría que conformar con curarse del todo, hace una pequeña mueca de dolor cuando intenta moverse, pues el trasero se le está quedando un poco dormido, y le es incomoda la misma posición todo el rato, mira alrededor, sondeando la casa de Jack.

-Bonita casa, para un soltero, ¿o no lo eres?..., le pregunta con gran curiosidad, guiñando un ojo, y mirandole de reojo, pobre chico, ¿que pensará de ella?, creerá que es una desvergonzada, pero no, solo intenta atraer su atención de algún modo, -Debería de decirte que gracias a que has matado a ese sinvergüenza estamos vivos, pero creo que no hace falta, lo que si te diré es que ha sido un placer y un honor luchar a tu lado, he intentado ayudarte lo mejor que he podido, pero no puedo ponerme a la altura de alguien que lleva luchando a saber cuantos años..., dice ella mirando su pierna y su brazo, aunque el casualmente no tiene ni una herida, ella sonríe satisfecha sabiendo que al menos ha sido ella la única herida, y que a el no le ha pasado nada, si no, ¿quien iba a curar sus heridas?, Sarah ya estaba herida por los dos, y con los dos heridos no podían cuidarse uno al otro.

-Soy médico, o al menos lo intento... -Dijo Jack mirándola, mientras se sentaba a su lado -¿Que esperabas?¿Que te iba a dejar desangrarte por esas dos heridas de nada? -Añadió de nuevo contestando a su pregunta. Se quedó un poco bloqueado cuando le dió el beso, la verdad no se lo esperaba, pero cuando escuchó la respuesta hacia el tema del soborno soltó una leve carcajada y la miró con picardía -Cuando te recuperes de tus heridas veremos que sabes hacer.

Cuando le preguntó acerca de su casa, se limitó a encenderse el cigarro, no había mucho que decir de ella, era lo poco que le había quedado de su niñez y, a día de hoy solo la utilizaba de sitio de descanso en el tiempo que pasaba entre viaje y viaje -Solo es un sitio de paso donde me recupero de mis lesiones y descanso para el siguiente viaje, no suelo estar aquí -Respondió soltando una gran bocanada de humo.

Al día siguiente, Jack partió a recojer la recompensa por aquel mequetrefe, portando su cabeza en una bolsa de tela, dejando a Sarah en su casa tras prometerla que cuando tuviera el dinero volvería a cobrar su "soborno"...