Háblame de ese soborno... [Sarah Foxxx]

Jack había llegado de vuelta a Villa Syrup tras un par de semanas de viaje, para entregar la cabeza de ese cretino de la escopeta. Nada más bajar del barco mercante respiró hondo, siempre sentaba bien estar en casa de nuevo. Comenzó a caminar hacia su casa al tiempo que se encendía un cigarro, al pasar por la calle, algunos conocidos le daban las gracias por haberles quitado a ese maldito loco de encima. No solía hacerse el héroe, de hecho no le gustaba, pero su isla tenía que mantenerse en paz, allí estaba su casa y nadie podía echar a perder su templo de la calma, al menos nadie al que no pudiera derrotar...

A medio camino recordó a aquella semigigante con la que había luchado y comenxó a caminar hacia su casa... Soltó una leve carcajada acordándose,, ella había prometido sobornale para que no entregara su cabeza a als autoridades y eso iba a ir a reclamar, desde luego le parecía interesante aunque fuese probar. Desde luego no iba a exigirle nada, solo por el echo de pasar un rato, al fin y al cabo no tenía nada que hacer... aún así, dudaba estar mucho tiempo en casa de aquella chica, a no ser que algo pasase.

Al llegar tocó a la puerta mientras terminaba el cigarro, con fuerza pero sin aporrearla, haciendo sonar sus mitones de acero en la puerta de madera -Hey Sarah, soy Jack -Dijo antes de que esta abriera, para que supiera quien era, despues de lo pasado seguro que había mucha gente por el pueblo que desconfiaba de abrirle la puerta a cualquiera que pasara por el pueblo. Mientras esperaba sacó otro cigaro, no porque tuviera ganas sino por puro vicio.

Últimamente he pensado mucho en Jack, ¿al final habrá conseguido el dinero?, ¿estará bien?, ¿se habrá acordado algo de mi?, todas esas dudas me volaban por la cabeza mientras me vestía, tenía ya el pantalón corto puesto, solo me faltaba el sujetador, la camiseta la cual tiene un poco de escote, y las botas, miro la hora, pero no le doy importancia, ya tengo toda la ropa puesta, solo me falta poner las botas, oigo que llaman a la puerta, cuando dice que es Jack, me quedo boquiabierta por un momento, no esperaba que se acordase de mi, me pongo las botas tan rápido como puedo metiendo como siempre la navaja y el puño, y dejando mi pelo húmedo y suelto después de la ducha, -Ahora voy, ya te abro, -digo casi gritando por si se ha dado la vuelta y se ha ido.

Acto seguido abro la puerta, y ahí me lo encuentro, de pie, fumando como no, y mirando hacia el mar, no miraba hacia la puerta, lo veo como si dispusiera a irse, -Hola Jack, pasa y sientate por favor, como si estuvieras en tu casa, -le digo mientras le dejo la puerta abierta de par en par mientras voy un segundo a mi cuarto, a peinarme, puesto que parece que me haya lamido una vaca el pelo, me sonrió ante esa idea, -ahora salgo, me has pillado acabando de vestirme, ¿quieres tomar algo?, -le digo mientras voy hacia la cocina.

Una vez que le abrió la puerta, Jack se volvió para estudiarla. No pudo evitar bajar la vista unos instantes y mirarle el escote, maldita sea, ya se le había olvidado el tamaño de sus pechos. Entró a la casa apurando el cigarro, no le gustaba inundar de humo la casa de alguien que no fumara, por mera educación, simplemente. Nada más entrar Sarah fue a la habitación a peinarse mientras el semigigante terminaba el cigarro, que a estas alturas ya estaba caliente de fumar rápido.

Cuando salió le ofreció algo de tomar, comenzó a avanzar hasta una silla, la cual tomó y se sentó despacio, mientras evaluaba que decirla -Cerveza, vino, aguamiel, whiskey, lo que tengas por casa, no me importa -Dijo terminando de fumar y apagando la colilla con sus dedos.

Francamente esa chica era bella y estaba muy pero que muy dotada, por decirlo de una forma más bonita. Le atraía mucho, físicamente al menos y algo le decía que el a ella también, pero no se lo creía, no quería pensar en ello para luego no darse un chasco. Ni el mismo se habia dado cuenta de que esa semigigante le atraía hasta que se sorprendió a si mismo mirándole los pechos botar mientras ella caminaba, lo hacía de forma muy disimulada, no quería romper su "coraza" de tipo duro pero al fin y al cabo lo estaba haciendo, y eso era un hecho.

Una vez me he peinado salgo para la cocina, lo veo sentado en una silla, yo cojo para el una cerveza, y para mi otra, antes de ir hacia la mesa, me quedo mirando un momento por la ventana, veo pasar las aves, gente que me saluda a través de la ventana, niños jugando a la orilla del mar, parece que hoy está todo tranquilo, me pongo el pelo húmedo y suelto de lado, con el calor que hace en esta casa pronto se me secará, abro un poco alguna ventana para que corra alguna brisa.

Me doy la vuelta, y mientras avanzo hacía el, lo miro, está muy guapo, es evidente que algo le ha pasado últimamente, a parte de ganar ese dinero entregando la cabeza de aquel estúpido humano, veo un brillo en sus ojos, cuando llego hasta el, dejo la cerveza delante de el, y me siento en la mesa, no tengo ganas de estar en una silla.

Y bueno, ¿que tal?, ¿al final entregaste la cabeza de ese fulano?, -le digo sonriendo, y alzando la cerveza para brindar, pero en realidad, no acabo de saber si brindo por el éxito obtenido al luchar, si por su regreso, si por haber recibido el la recompensa, o por haber venido a verme, desde luego me empiezo a sentir extraña en su presencia, y nunca me había pasado, de hecho, lo veo distinto de cuando luchamos. Es como si hubiese cambiado, o bien por la lucha, o bien por el viaje.

No podía quitarle el ojo a sus voluptuosidades, realmente ese día se sentia extraño por no poder de dejar de pensar en ella como mujer y no como simple conocida... Se quitó la camiseta, hacía mucho calor y no podía soportarlo, además, no quería oler mal en la casa de Sarah, no era de muy buen gusto a decir verdad... Tomó la cerveza y le dio un trago con ganas, hacía tiempo que no bebía cerveza tan a gusto. Solía tomarlas tenso en un bar, esperando escuchar información o intentando pasar desapercibido, tarea dificil dado su tamaño, y esta le estaba prestando especialmente...

-Si, supongo que si -dijo quitándole importancia al asunto y levantándose de la silla para empezar a pasear, nerviosamente por delante de ella, sin dejar de mirarla a los ojos, una vieja manía quizás -Espero que no vuelvan a venir chalados como ese por este pueblo, me parece muy molesto tener que andar echándolos, solo son lunáticos que vienen a molestar esperando que los habitantes de esta isla se van a quedar de brazos cruzados esperando a que se lleven lo poco que han podido ganar ocn su trabajo -Concluyó acercándose a la ventana.

Estaba claro que Jack se sentía algo nervioso pero no alcanzaba a verse por qué, simplemente no podía estar quieto en el sitio -De todos modos tu eres pirata... Y... Ibas a ofrecerme algo a cambio de no entregarte no? -Preguntó sonriendo mientras miraba por la ventana, sin mirarla.

Dios mio, no para quieto, ¿que le pasa?, hoy esta hecho un manojo de nervios, viendo que encima se ha sacado la camiseta, -Madre mia, como está el tio, -pienso para mi mordisqueandome los labios, agito mi cabeza y pienso en otra cosa, por ejemplo en abrir todas las ventanas de la casa, para que se mueva un poco el aire, muevo mis manos hacia mi como si me abanicase, y pego un buen trago de la cerveza, me acerco a el sin que se de cuenta, por detrás, y le susurro al oido...

-Eso supone que ocurriría si hubiese precio por mi cabeza, pero por ahora no lo hay..., -dejo la frase sin terminar, y entonces pongo mis manos en sus hombros fuertes y fornidos...

-De todos modos, aunque no haya precio por mi cabeza, ese soborno puede ser una excepción en este caso, ¿que prefieres?, ¿un masaje?, te noto tenso, -mientras le susurro todo eso al oído comienzo a mover mis manos como si le estuviese dando un masaje en los hombros, los tiene muy duros, y con la piel caliente por el calor, no es fácil dar un masaje a esos hombros, que son casi del tamaño de mi cabeza.

Después de hacer eso, le doy un ligero beso cerca del cuello, y me separo de el unos centímetros, lo miro viendo a ver que hará, me doy la vuelta dándole la espalda, y cojo mi cerveza de la mesa...

Jack se sonrió tras el susurro y la proposición del masaje, desde luego no le parecía ni de lejos mala idea, tenía los hombros algo cargados y además... Podría dejarse llevar, a ver que pasaba, no? -Eso es cierto, he buscado en la base de la marina carteles con tu cara pero no hay -Dijo riendose ligeramente mientras se daba la vuelta, le daba un trago a la cerveza y tras posarla, agarrarla por detrás cuando ella se volteó, pegandose lo máximo posible, sosteniéndola por las caderas. Acercándose a su oído le susurró lentamente -Tentadora oferta... Veamos que puedes hacer... -Tras decir esto, empezó a subir las manos de sus caderas muy pero que muy lentamente, esperando su reacción, dado que le había besado en el cuello, tenía cierta confianza  para hacer eso, algo que en otra situación no se habría ni planteado.

Realmente estaba buenisima y eso, claramente, el cuerpo de Jack no lo había pasado por alto y algo había empezado a crecer y hacerse notorio al tacto con las nalgas de la semigigante, la cual también parecía un poco nerviosa por la situación. Esto le estaba costando menos de lo que el creía, hacia tiempo que no estaba a solas con una mujer en una situacion parecida y le resultaba algo casi nuevo, esperaba no asustarla o espantarla, no se le daban muy bien las mujeres...

Cuando noté detrás de mi a Jack, empecé a ponerme nerviosa, puse las manos sobre la mesa, y le deje hacer, me susurró al oído algo que casi sonaba como una promesa sexual, la verdad es que el estaba muy bien, y por lo que noto en mi trasero, está claro que el también siente algo, acto seguido me dí la vuelta, lo mire a los ojos y lo abrace por el cuello, me sonreí, y le susurré al oído...

-Aquí el tentador eres tu, -le di un pequeño lametón en la oreja, y seguí dando unos besos muy ligeros por el cuello, subí hasta su mejilla y sondeé sus ojos, le di un beso en la comisura de los labios, sin llegar a besarle la boca...

-Que yo sea tentadora va a depender de lo que tu hagas, -le dije cerca de su boca, apretándome a el, empezaba a hacer algo mas de fresco, pero en sus brazos es como si estuviese el mismo infierno en la tierra, estando en esa situación, vi que sus ojos eran intensos, y apasionados, esa mirada me prometía satisfacción para ambos.

Sin decir palabra alguna la apretó moderadamente hacia él y empezó a besarla apasionadamente, pero despacio, bajando sus manos hasta su trasero, el cual empezó a tocar con calma pero disfrutándolo, levantándola en el aire siendo sostenida por las nalgas mientras la besaba, para posarla en la mesa de la cocina y empujarla fuerte pero procurando no lastimarla, habiendo apartado antes las cervezas. Se echo sobre ella y empezó a besarla cuello abajo con suavidad hasta llegar a sus enormes senos, los cuales descubrió sin miedo y empezó a lamer con gran maestría, parece que al fin y al cabo no se le había olvidado como se hacían las cosas eh?

Apartó sus manos de las caderas y las posó en sus pechos, comenzando a masajearlos al tiempo que lamía sus pezones con suavidad pero constancia, sin parar, parecía que llegados a este punto estaba bastante excitado y totalmente fuera de su persona -Creeme que eres muy tentadora... -Dijo antes de desabrocharse los pantalones, pero no bajándolos esperando a que ella hiciera eso. Se podía ver un bulto de tamaño sorprendentemente grande en él, dejándolo absolutamente todo a la imaginación hasta que desaparecieran. Por lo que se podía ver, bajo los pantalones no llevaba muda...

Vi como sus poderosas manos me levantaban del suelo, por un momento creía que me iba volando al cielo, cuando me di cuenta me puso sobre la mesa, acostada, y empezó a besarme con maestría, en ese momento apenas podía decir nada, solo sentirle, ver lo que me hace, gimotee un poco, pero rápidamente puse mi mano en la boca, después de eso lo miré, y me levanté, estaba pegada a su cara, mirándole a los ojos, vi que se desabrochó un poco el pantalón, así que sin dejar de mirarle a los ojos, metí mi mano por dentro del pantalón, mi mano izquierda jugueteaba, mientras la derecha abrazaba su cuello, en algún momento apoyé mi frente en la suya, con los ojos cerrados, acto seguido, le saque el pantalón, dejándome ver lo que tenía que mostrarme, en un primer momento me sorprendió, pero acto seguido lo mire de nuevo a los ojos, y sonreí satisfecha, mordiéndome un poco los labios, después de eso lo empecé a masturbar...

-Eres una caja de sorpresas Jack, sabes bien como hacer las cosas desde luego, -dije mientras le besaba el cuello, y le gimoteaba un poco al oído, siento que le excita que haga eso, por que su pene erecto da sacudidas cuando lo hago.

Realmente le gustaba escucharla gemir, por lo que apartó su mano de la boca cuando ella se la tapó. De cuando en cuando la besaba a intervalos entre su boca y sus pechos, los cuales masajeaba con satisfacción. Realmente estaba muy excitado y eso podía verse claramente en que su erección crecía sin parar hasta estar como una roca. Suspiró suavemente cuando metió su mano en el pantalon y empezó a jugar con su pene, no sabía si iba a poder mantener la cordura un segundo más, pero cuando finalmente le quitó los pantalones, su cara de satisfacción le hizo sonreír, ciertamente, estaba claro que le había gustado y a la vez sorprendido lo que él tenía que ofrecerle...

Gemía suavemente de cuando en cuando a medida que ella le masturbaba con ganas, acelerando la mano de la bella semigigante con la suya cada poco. Hacía meses que no estaba tan excitado y eso le hacía sentir, cuanto menos, bien. Se estremecía a cada gemido en su oído mientras la miraba a los ojos, siempre que podía mantenerlos abiertos. Sin poder aguantar le quitó los pantalones y la volvió a agarrar de las nalgas, alzandola en el aire para, unos metros mas adelante, tirarla encima de la cama, descalzándose y poniéndose sobre ella.

-Debo confesar que me llamaste la atencion la primera vez que te vi... -Dijo empezando a masturbarla a ella.

Me ha vuelto a coger en el aire, me ha subido a su cintura y me ha llevado a mi cuarto, ¿que nos pasa?, aquí pareciese que hay algo mas que una atracción, me ha acostado en la cama, y ha empezado a besarme y a comerme, poco a poco ha empezado a masturbarme, con lo que yo cierro los ojos y ya no aguanto los gemidos en mi boca, simplemente los dejo salir...

-¿De verdad te llamé la atención?, ¿porque?, solo era una semigigante andando delante de ti mientras tu..., -fui incapaz de terminar la frase, me hacia gemir cada dos por tres, agarraba las sabanas de la cama, y gemía, echando la cabeza para atrás, arqueaba mi espalda, cerrando los ojos, y mordiéndome los labios, al final me abrí de piernas para el, era completamente suya en ese momento.

Antes de que pudiera seguir, lo paré, y me levante, lo puse en mi lugar y me acosté sobre el, apoyé mis manos a los lados de su cabeza, le empecé a besar lentamente la boca, y fui bajando muy despacio, recreándome en ese pedazo de hombre, bajo besando sus pectorales, sus abdominales bien marcados, pasando mi lengua por ellos como si me comiera un helado a lametones, poco a poco sigo bajando por su vientre, hasta llegar lo que denominé cariñosamente, anaconjack, empecé a darle besitos juguetones en la base, y poco a poco subí por anaconjack a besos, y algun ligero lametón, ver a Jack gemir por mi me ponía cada vez mas caliente, el hacia lo que yo unos minutos atrás, agarrar las sabanas de la cama, poco a poco, he necesitado usar las dos manos para masturbarlo, y mi boca para cubrir el resto, noto como mueve su cadera con el placer de sentir dos manos y una boca juguetonas, cuando noto que ya no puede mas, me subo a el, sin meter nada, solo para rozarme con el, despacio, pegando mi boca a la suya sin hacer nada...

-Me encanta tenerte así debajo de mi, igual que me has tenido tu hace un rato, -después de eso me empiezo a restregar con el muy rápido, intentando que gima mas, y ver que mas hará conmigo una vez lo haya enloquecido 100% bajo mi cuerpo y mis piernas.

Acto seguido y sin contemplaciones, Jack se la quita de encima y sin decir una sola palabra la coloca boca arriba sobre la cama, poniendole las piernas sobre sus hombros, meciendo su cadera al ritmo de los gemidos de placer que soltaba ella. Agarrando sus pechos con calma ahora, masajeandolos lentamente, mirando ensimismado la velocidad a la que botaban.

Sin miramientos la hizo girarse, haciendo que apoyara las manos y las rodillas boca abajo sobre la cama, agarrándole de la coleta para sujetar las embestidas que el semigigante daba sin parar, largo rato estuvo disfrutando de sus enormes curvas, hasta que llegado a cierto punto, agarró su barbilla y al tiempo que suspiraba con fuerza dejó de moverse. Le dió un beso en los labios y se sentó a su lado, encendiéndose automáticamente un cigarro, como si fuese algo mecánico y que siempre había hecho así.

-Eres una fiera, eh? -Dijo mirándola con una leve sonrisa que duró apenas un instante.