¿Tuyo o mío? [Privado-Pasado][Zack-Sara]

-Vaya, así que su forma híbrida es un tejón, es impresionante, bueno, tejón o no sigue siendo Zach, no va a cambiar nada., -pensé para mientras lo veía cavar una zanja.

Cuando vi la idea de Zach no me pareció tan mala, lo único que me remordía un poco era si alguien pasaba antes, cuando este pidió perdón por la ayuda recibida le pasé el brazo por los hombros y le sonreí, -no te preocupes, es una buena idea, solo debemos esperar a que no estropeen el plan, -le dije al oído, sin alzar mucho la voz, con la misma, le di un ligero beso en la mejilla, -gracias por esta oportunidad y por confiar en mi, se que al principio no era lo que esperabas, pero ya ves que una mujer no tiene nada malo, -le dije mirándole a los ojos.

Después de una hora aproximadamente pasó por allí un hombre mayor con un carro tirado por dos caballos, y varios barriles, en cuanto lo vi avisé a Zach que estuviese atento, con la misma en cuanto se paró en frente del agujero lo miré, y preparé el somnífero para aquel hombre, lo puse en la cerbatana, apunté, y...¡BINGO!, al momento se quedó dormido.

Aprovechando que ya estaba dormido, avisé a Zach que me cubriese mientras echaba el liquido en los barriles, preparé frascos de mas, por que no sabíamos cuando barriles irían.

Mi compañera no parecía asustada por mi cambio repentino, ni siquiera sorprendida. Seguramente ya habría conocido algún zoan antes y eso me relajó quitándome un pequeño resquemor que había en mi mente. Normalmente no aprecio a nadie, pero con esta chica la cosa era diferente. Nunca antes me habían tratado de una forma tan cercana porque sí, había una especie de química entre nosotros o por lo menos eso pensé nada más notar el beso en la mejilla que Sarah me dio.

Era un gesto sin una gran importancia a simple vista, pero de repente noté como un calor me azoraba haciendo que me sonrojase. Seguramente había adquirido el mismo tono que mis iris, pero aún así pude gesticular con una sonrisa de oreja a oreja.

-Gracias a ti compañera, sin ti me estaría jugando el pellejo de otra manera, además dudo que encontrase mejor compañía - respondí mientras me acercaba a ella y le devolvía el beso. No sabía muy bien porque me había atrevido a hacer algo así, quizás por nerviosismo o por que ya no aguantaba más.

Por unos instantes pensaba en mandarlo todo a la mierda y abalanzarme sobre la semigiganta para dejar salir todo lo que llevaba dentro, pero según transcurrían los segundos la cosa se fue enfriando paulatinamente. No podía evitar pensar que el culpable del silencio que se fue creando, pero es que no se me ocurría otra cosa que estar ahí quieto a la espera una vez se calmaron mis deseos, incluso evité mirar de nuevo a Sarah. Temía que viese lo que pensaba en mi mirada.

Pasó un tiempo que se me hizo demasiado largo para mi gusto hasta que apareció el mercader, que para colmo vio la "chusca" de trampa que había hecho parándose antes de que las monturas lo pisasen. - Buen trabajo Zack - pensé con sarcasmo ante mi propia idea, aunque por lo menos se había parado el tiempo justo.

El proyectil que mi compañera había lanzado dio en el blanco a la primera y en unos instantes el tipo cayó dormido. Vigilé mientras la joven envenenaba los barriles rápidamente. Aproveché ese tiempo para colocar al hombre en una postura corriente, ya que al quedarse dormido se había quedado a medio caerse del carro, cosa que aproveché para quitarle el proyectil clavado, además por suerte los caballos parecían dóciles y no se asustaron ante nuestra intromisión. Seguramente estarían acostumbrados a las personas ajenas debido al oficio del tipo y eso facilitó bastante las cosas. En pocos minutos todo estaba listo y mi compañera se acercó.

-¿Qué crees que deberíamos hacer, vigilamos en el bar para ver si todo va bien?¿O nos arriesgamos a irnos a su guarida una vez que los veamos llegar? - pregunté a la joven. - Los bandidos no llegarán hasta un par de horas.

No me gustaba la idea de quedarme muy cerca de la escena para así que no nos relacionasen, pero en parte tampoco quería ir demasiado deprisa a su guarida, no nos fuésemos a encontrar por el camino y todo acabase en revesándose, aunque lo primero era quitarnos del medio del camino.

Cuando terminé de echar los líquidos, agarré de la mano a Zach y lo llevé a nuestra posición inicial, debíamos observar que el hombre fuese directo a la taberna.

-Tenemos que ver si va a la taberna directamente, y ver que hacen desde allí, -le susurré mientras aquel hombre se iba despertando, puse entre mis piernas a Zach, quería abrazarlo un poco, sería extraño para el que quisiese hacer eso, pero me apetecía.

-Espero que no te moleste que te abrace, tenía ganas de hacerlo, -le susurré cerca de su oído, se nuevo, un beso en la mejilla.

Entonces vemos que aquel hombre comienza a moverse, dirigiéndose a donde me esperaba, en fin, debía de dejar de abrazar a Zach, y centrarme en el plan, fuimos avanzando escondidos entre los árboles, tratando de hacer el menos ruido posible, por un momento el hombre parecía desorientado, pero pronto se espabiló, y llegó a la taberna.

-En principio vamos bien, ya va a dejar los barriles en la taberna, ¿ahora que debemos hacer?, -le susurré a la altura de su cara, casi pegada a el, mirándole casi a los ojos.

Mi compañera respondió ante mis preguntas cogiéndome de la mano otra vez para llevarme hacia donde estábamos escondidos anteriormente. Al parecer quería asegurarse de que el tipo iba primero a la taberna que nosotros queríamos y estaba decidida a esperar. Así lo dejó claro mientras me daba otro beso y me acercaba a ella.

- No creo que encuentre mejor sitio que este para estar - contesté a mi compañera mientras me dejaba achuchar. No puse ninguna resistencia ante tal gesto ni mucho menos, si no que me acomodé tranquilamente buscando un sitio blandito hasta que el hombre comenzó a despertarse un rato después, que desde mi punto de vista tardó muy poco en hacerlo.

-Con lo agustito que estaba yo... - pensé remoloneando un poco más en brazos de Sarah deleitándome con su calor corporal. No tenía ningunas ganas de seguir a aquel hombre en ese momento, pero era lo que tocaba.

Perseguimos al hombre todo el trayecto hasta la taberna con la suficiente precaución para que no nos viera. Lo observamos trabajar lentamente como descargaba los barriles hasta que todos estuvieron en su interior. La primera parte del plan ya estaba completada, ya sólo quedaba que decidiésemos que hacer, aunque una vez que Sarah se acercó tanto a mi rostro para hablarme llegué a pensar que me besaría. - Maldito iluso - pensé mientras la joven esperaba tan cerca de mi. Su mirada incitaba al deseo y sus labios olían a pasión, pero respiré una vez profundamente y traté de serenarme para contestarla en vez de lanzarme hacia ella.

-Desde mi punto de vista tenemos dos opciones - dije tan tranquilo como pude. - Podemos hacer tiempo hasta que sea la hora para asegurarnos de que los bandoleros vienen, o podemos ir a buscar a nuestro guía e ir tirando, aunque deberíamos hacer un alto igualmente para no adelantarnos - dije exponiendo mis pensamientos. En realidad tenía una tercera cosa en mente, pero a eso le iba a dedicar todo el tiempo que me dejara o que el cuerpo me permitiese.


Si la joven decidía emprender ya el camino la llevaría hasta mi contacto para que se preparase y nos pusiésemos en marcha inmediatamente hasta la guarida, pero eso sí haciendo u  alto de al menos una hora para asegurarnos. Sin embargo si a la muchacha se le ocurría algo mejor que hacer haría lo que ella quisiera. Con ella me apuntaba a ir al mismísimo infierno.

Cuando lo miré me pareció ver en el algo de deseo, no se exactamente deseo de que, pero al mirarlo, me giré hacía el, agarré su cara entre mis manos, y le di un beso muy delicado, casi como un susurro.

-Te notaba con deseo de algo, pero no se de que, -seguí dándole el beso, con los ojos cerrados, abrazándole con mi brazo izquierdo, y acariciando su cara con la mano derecha.

Después de ese beso dejé mi frente apoyada en la suya, mirando sus ojos rojizos, sonreía como si fuese la primera vez que hiciese eso, no se que estaría pensando el, pero me gustaba el tacto de sus labios.

Me tuve que espabilar, y fijarme de nuevo en el objetivo, no sabía que tendría que hacer en este momento. Solo debía esperar a que Zach me diera las opciones mientras esperábamos.

Por un instante no podía creerme lo que estaba pasando. La preciosa Sarah se acercó lentamente poniéndose a mi altura y me dio un suave beso en los labios. Me pilló tan desprevenido que reaccioné tarde sin poder correspondérselo. El calor que desprendía su cuerpo y el deseo que emanaban sus ojos me quedaron de piedra unos segundos, por suerte para mí tras susurrarme de nuevo volvió a plasmar sus labios en los míos pudiendo así hacer lo que llevaba queriendo hacer desde que la vi en todo su esplendor, me dejé agarrar y acariciar para emular a Sarah haciendo yo lo mismo, fundiéndonos así en un suave pero intenso beso. Me dejé llevar acariciando su rostro mientras la atraía hacia a mi hasta que nos sentimos como un mismo ente.

-Sólo quiero recorrer cada centímetro de tu cuerpo... - dije en el mismo tono suave cuando acabamos ese segundo beso. - Mandaría todo esto a la mierda ahora mismo... Pero ya que tenemos esto a medias vamos a acabarlo antes. Luego ya lo celebramos por todo lo alto - seguí hablando mientras recorría su rostro lentamente hasta llegar a sus labios. Aún no podía creer que yo hubiese dicho, sólo esperaba que no estuviese desaprovechando la oportunidad de mi vida, pero por si acaso la besé una última vez antes de decir algo de lo que no estaba muy seguro. -Asique ahora vamos a por nuestro botín "pequeña" - dije agarrándola de la mano como hasta ahora ella había estado haciendo y caminé hasta donde estaba nuestro guía.

Me apresuré en parte porque no quería que viese lo "contento" que estaba, aunque al echarle un último vistazo también me pareció ver síntomas parecidos en otras partes de su cuerpo, pero tenía que dejar de distraerme.

Tras el paseo llegamos a nuestro destino en un rato. Llamé a la puerta con decisión asegurándome de ser oído. No tenía previsto quedar con él tan temprano y seguramente se sorprendería, si estaba claro. Pasaron unos segundos agónicos que me hicieron llamar de nuevo, pero antes de la tercera vez la puerta se entreabrió dejando pasar una rasposa voz.

-¿Quién cojones es? Que no son horas...

- ¡Déjate de historias Luke! Vístete y salgamos ya, cambio de planes - dije metiendo prisas al adormilado Luke. -Las cosas se han adelantado - terminé en un tono más serio

Luke parecía confundido ante la situación y más cuando se fijó en mi enorme compañía. Seguramente no entendía nada, pero no cobraba por preguntar, asique tras excusarse despareció en el interior de la casa. Tenía curiosidad por mirar que había dentro, pero dudaba que Sarah entrase por bien aquella puerta. Luke salió vistiendo unos pantalones largos marrones acompañados por un par de botas de agua, mientras que en la parte superior llevaba una camisa de camuflaje y un chaleco verde oscuro, aunque lo más reseñable era un rifle que llevaba a las espaldas.

Tras las presentaciones oportunas salimos de la ciudad para adentrarnos en el bosque en dirección a la montaña más próxima. Según Luke tenía su asentamiento a mitad de camino entre este asentamiento y el siguiente. Al parecer pasaríamos de esta escasa vegetación a una más densa que es donde se encontraban los tipos. Eché cálculos y sabía que los tipos seguramente no abrían salido, si no que lo harían más o menos casi al final de nuestra travesía. Cuando le comenté eso a Luke me aseguró que no nos verían, ya que nos daba tiempo a llegar a la zona frondosa donde haríamos el descanso en un claro que él conocía, aunque dijo que teníamos que pasar por una zona con pumas.

Tras llevar una hora al menos caminando ya podíamos ver la zona más verde próxima y por suerte no habíamos tenido ningún contratiempo.

-¿Cómo lo llevas? - pregunté dirigiéndome a Sarah. - Parece que pronto podremos parar un rato.

Después de llegar a la casa de aquel hombre le miré directamente a los ojos, odio profundamente que se me queden mirando, y mas por tener la altura que tengo, -Si, soy una semigigante, ¿algo que objetar?, -pensaba para mi mientras fruncía el ceño. Unos minutos mas tarde lo vi salir con ropa típica para esconderse en los matorrales, puestos que los colores venían siendo del mismo estilo.

Anduvimos largo rato, estaba muerta de los pies, pero aun me quedaba bastante que andar, miraba hacía atrás viendo el recorrido que hicimos, mirándolo fríamente, este camino debía de ser mas complicado para un humano que para un semigigante, ya que yo como semigigante podía dar mas zancadas, pero también se me clavaban mas las piedras.

Cuando Zach me preguntó como lo llevaba le abracé desde detrás, mientras que yo sonreía, le daba un pequeño mordisco en el cuello a modo de juego, le abrazaba no demasiado fuerte, podría hacerle daño con la fuerza que tengo, y no quiero hacer eso, después de ese pequeño mordisco en el cuello, lo mismo pero en la oreja, en el lóbulo.

-Lo voy llevando, pero me mata clavarme estas puñeteras piedras en los pies, siento lo mismo que si me clavasen clavos en la planta de los pies, y por si te lo preguntas, no, nunca me ha ocurrido eso, pero debe ser parecido, -dije sonriendo en esta última frase, estaba de buen humor, puesto que a Zach le gustaba mi compañía, cosa que se le notaba...en cierto lugar, o eso parecía cuando nos besamos antes.

Hablando del tema, ¿como pretenderá hacerlo?, le llevo prácticamente 3 metros, uff, esto va a ser claramente complicado, si es que finalmente nos decidimos a hacerlo, primero habrá que ver si no me he equivocado, y si salimos vivos de esta.

Antes de seguir, agarro de la mano a Zach, y escondiéndonos un momento del guía, sin que nos vea, le doy otro beso a Zach, cuidadosamente, con mucho cariño, acariciando de nuevo esa carita tan linda que tiene, cuando le beso noto que sus ojos me alumbran, tienen un brillo que parecen bolas de billar recién pulidas y abrillantadas, este chico me gusta, veremos que sale de aquí.

-Me gustas, pero esto va a ser complicado, mido casi 5 metros por dios, no se como pretendes hacerlo, espero que tengas una buena idea, si no esto podría irse al garete, -le susurré al oído, en un último beso en los labios, dándole un abrazo como si fuese a ser la última vez que le veo,como si fuese a desvanecerse entre mis brazos, pensar eso me entristece, y eso se me nota en la cara, sinceramente, estaría profundamente triste si viese que ese azulado chico desaparece.

Sarah al escuchar mis palabras se acercó agarrándome desde atrás para juguetear con mi cuello y lóbulos. Si alguien me mordisqueaba así, la piel se me erizaba a más no poder. La semigiganta parecía saber jugar sus cartas.

Tras el jugueteo inicial contestó a mi pregunta con una broma luciendo su hermosa sonrisa. Me encantaba esa actitud tan traviesa. Volvió a agarrarme de la mano llevándome a un lugar más apartado lejos de la vista de Luke. Volvió a besarme de una forma suave y pausada, dejando así que me embriagara el sabor a fruta salvaje de sus labios para luego quedarnos mirándonos fijamente durante un momento. Nos comíamos con la mirada mutuamente deleitándonos cada uno con los rasgos del otro, pero de repente algo en su mirada cambió. No sabía en que estaba pensando, aunque no tardé mucho en averiguarlo, ya que tras unos cariñosos gestos más decidió plasmar lo que la hacía dudar.

-Mentiría si te dijese que no se me ha planteado ese mismo dilema... - dije algo más serio para que viese mi firmeza. - Pero no te preocupes que me encanta improvisar terminé pasando de ese tono más serio a uno mucho más cariñoso mientras acariciaba su enorme y precioso rostro. No pude evitar detenerme un milésimas más cuando rocé sus hermosos labios. -Además creo tenerlo medio solucionado, no te preocupes - terminé acercándome a ella para plasmarle un beso con mucha más, no quería me tratase como algo frágil.

-Ahora volvamos, seguro que Luke nos está esperando - dije reprimiendo todo cuanto sentía. Era decir esas palabras o no soltarla nunca.

Terminamos nuestra pequeña "escapada" para encontrarnos con nuestro guía. Tenía montado un pequeño camping gas y se encontraba calentando una especie de tetera.

-¿Un cafelito para recuperar energías? - ofreció luciendo una sonrisilla pícara.

La verdad es que me vendría bien algo que me despejase la mente, puesto que ahora mismo estaba hipnotizado por el aroma de Sarah. Aún no creía haber llamado la atención de semejante mujer.

-Dentro de quince minutos seguimos, ya nos queda poco para separarnos. Nos volveremos a encontrar aquí más tarde, asique no olvidéis el camino a partir de ahora.

Acepté de buena gana el café que me daba Luck, no me venía mal para espabilarme y dejarme de tonterías, teníamos cosas que hacer antes de pasarlo bien. Me senté un rato para tomar el café tranquila. Durante el rato que tomaba ese aromático café, estuve mirando a la nada, durante un largo rato, pensando en el momento de recuperar el botín.

-¿En que piensas?, -pregunté mirándole a los ojos, esos preciosos ojos, mientras le miraba me mordía un poco los labios, recordando la fogosidad de nuestros últimos besos. Mientras disfrutábamos de los últimos momentos de paz, antes de empezar con la fiesta.

Miraba de reojo a Luck, que pienso que se dio cuenta cuando agarré a Zach y lo aparté un momento, pero me daba igual, el me gustaba, y si podía no iba a dejarle escapar.

La verdad es que el café resultó ser un buen reconstituyente. Calmó parte de mi sed y por fin algo de claridad penetró en mi mente. Quedaba poco para llegar a la guarida y según Luke era fácil encontrarla una vez que entrabas en el sendero que era el que estaba oculto. Aproveché la pausa para encenderme un cigarrillo y pensar en la situación de una forma más fría.

Si todo iba como esperábamos ya teníamos el trabajo prácticamente hecho, puesto que los bandoleros ya se habrían marchado y morirían sin ni siquiera saber que le estábamos robando. Esperaba que no se hubiesen llevado gran parte del botín, si no que confiasen en la seguridad de su guarida. Cuando menos los esperase estaría disfrutando aquel maravilloso botín con aquella belleza que me tenía obnubilado. Fijé mi mirada una vez más recorriendo cada centímetro de piel preguntándome si todo su cuerpo tendría ese mismo sabor salvaje. - Necesitaba solventar el problema del tamaño. Quería poder juguetear con ella sin tapujos - pensaba mientras la escuchaba hablarme.

-Pienso en ti... - dije de forma automática sin pensar bien lo que salía por mi boca, pero fue algo que no pude evitar. Todo en ella era tan sensual y brillante, su piel emanaba luz propia. - Y en como se pueden encontrar cosas donde uno menos se lo espera - terminé mientras sonreía al recordar la sorpresa que me llevé al ver que aquel enorme bulto que se ocultaba bajo una sudadera como una carpa resultó ser un rayo de luz en la negrura de mi día a día. -
¿Y tú? - pregunté pasando a una sonrisa más pícara leyendo el deseo en sus gestos. La espera para recorrer esas piernas se estaba haciendo eterna.

Tras ese rato perdidos en nosotros mismo Luke carraspeó llamando nuestra atención mientras terminaba de recoger todas las cosas. No me había dado cuenta ni de que se había levantado, pero lo emulé decidido a acabar lo empezado. Andamos durante unos minutos más por una zona completamente salvaje, no sabía como Luke podía guiarse por un terreno así, puesto que todos los árboles y arbustos me parecían iguales, pero al fin parecía que llegábamos a nuestro destino puesto que Luke se paró.

- Seguid todo recto y encontraréis un pequeño sendero. Nos veremos más atrás - dijo señalando en una dirección.

Andé sin dudar por donde señalaba rezando porque Sarah supiera volver, porque si no dudaba que volviese a ver a Luke en aquel agradable claro. Cuando llegamos al sendero caminamos hasta que pudimos comenzar a vislumbrar una cabaña de tamaño medio al final de éste. Dado que a pesar de que confiaba en que todo saldría bien nunca se sabía, asique me acerqué a Sarah instándola para que se pusiese a mi altura.

-Seguro que todo saldrá bien... Pero no quiero perder la oportunidad de saborearte una última vez... - iría susurrándole mientras acariciaba su cuello con mis labios hasta llegar a los suyos para terminar besándola primero suavemente y acabando con algo más de pasión, con mi otra mano acariciaría su suave pelo.

Me sonrojé cuando dijo que pensaba en mi, no esperaba esa respuesta, pero no me molestó en absoluto, me acaricié el cuello como si me estuviese relajando con una mano la tensión del mismo, pensaba que decirle, si ser clara, o andarme por las ramas. En un último momento, di un trago del café, casi terminando este del todo. Me aclaré la garganta, y cogiendo su pequeña mano y mirándole a los ojos dije...

-Yo también pienso en ti, en como serás en tu forma híbrida, si cambiará algo al verte en esa forma, en como podré recorrer tu piel si está cubierta de pelo, y sobretodo, en que no me hagas daño, -dije con voz ligeramente mas seria, ciertamente temía que pudiese hacerme daño, cuando se tiene altura no es fácil calcular la fuerza.

Después de eso le di un beso en la mejilla, y le susurré, -en este momento eres mi mayor deseo, y lo que mas me cuesta es contenerme, -le susurré tan bajito que yo creo que el casi no lo escuchó, después de decirle eso, le mordisquee el lóbulo de la oreja con cariño, mas a modo de juego que de provocación.

Después de eso fuimos por el camino que nos señaló Luke, mi mente estaba guardando cada rincón de aquel lugar para recordar la vuelta, antes de llegar, y sin que Zach se diera cuenta, agarré un pequeño tronco que había en el suelo, y lo clavé en la tierra, al ver varias entradas, si veía ese tronco, estaría mas segura de si era por ahí o no.

Zach empezó a susurrarme mientras me besaba lentamente el cuello, agachada a su altura para que le fuera mas fácil, yo antes eso cerraba los ojos, pero tenía unas ganas inmensas de agarrarle del culo, y que no parase, llegó a mis labios, donde sintió un pequeño jadeo, me tenía para el con los ojos cerrados, solo esperaba que no me hiciese daño de ninguna forma.

Cuando en parte me dijo que iba a salir bien, pero que nunca se sabía, me asusté un poco, y no quise soltarle, me daba miedo que uno se esfumase del lado del otro. Pero había que seguir, pronto nos acercamos a aquel lugar, se veía una cabaña por la que tenía dudas que pudiese entrar, dentro parecía que solo quedaba una persona, de la cual no me preocupé, visto la diferencia de altura que tenemos.

Me alegré al comprobar que Sarah ponía remedio para que pudiésemos volver una vez que encontrásemos aquellos palos que clavaba. No pude evitar verla, puesto que el ruido que hizo sonó en la quietud del bosque. Demostraba una fuerza abrumadora, me sorprendía lo delicada que se mostraba conmigo. Tenía que ser difícil para ella contenerse en vez de dejarse llevar en uno de esos momentos de pasión que habíamos tenido, quizás incluso mi vida había peligrado al poder ser aplastado entre sus brazos, pero tras mirarla una última vez antes de llegar a la cabaña sabía que merecía la pena el riesgo. ¿Quién sabe cuando me volvería a pasar algo así en la vida de nuevo? Seguramente nunca y no iba dejarla pasar así como así.

Tras nuestro último fogoso encuentro nos acercamos lentamente hacia la cabaña. Debía estar vacía, pero aún así estaba algo intranquilo. No era por las últimas palabras de la joven, ya que no me importaba si se había pasado con las dosis o quedado corta. Estaban demasiado lejos como para que nos preocupase, o al menos era lo que quería pensar, pero aún así había algo dentro de mi que me decía que no podía ser todo tan bonito.

Nos acercamos observando a través  de las ventanas buscando movimiento en su interior. No era seguro ser temerarios, llegados hasta este punto era tontería. Llevábamos todo el día siendo pacientes, en varios sentidos, asique no importaba serlo un poco más y menos mal. Vi como Sarah se quedaba quieta unos instante, cosa que me tomé como una alerta. Me tensé esperándome lo pero, pero la actitud de Sarah era relajada, incluso parecía contenta. Me asomé y vi el motivo de su alegría, a pesar de que al final la cabaña no estaba a solas, sólo había un guardia, al menos a simple vista. Podríamos intervenirlo entre los dos fácilmente, pero había que encontrar la manera de sacarlo de su cubil, ya que dudaba que Sarah pudiese entrar bien o que incluso pudiese moverse. Realmente no me fijé en el techo, ahora estaba a otra cosa.

Tras quitarme de la zona visual de donde el tipo estaba, tiré de la mano de Sarah llamando así su atención. -
Lo hacemos salir fuera y lo abordamos en la puerta - dije en susurro para que sólo ella pudiera escucharme. Al tenerla tan cerca mi mente se transformaba en un revoltijo de sentimientos consiguiendo que no pensase con claridad, incluso en una situación como esta me pondría a besar sus enormes labios, pero aguanté como un campeón dirigiéndome hacia el umbral de la puerta. Mi idea era que cada uno nos pusiésemos a un lado e hiciésemos ruido para que saliera y así atacarlo de imprevisto. Gesticulé a mi compañera para indicarle que quería que atacásemos los dos a la vez, pero buscando dos trayectorias distintas. Mi idea era que el golpe bajo lo diese yo, mientras que a ella le sería más fácil golpearle la cabeza.

Una vez comprobé que teníamos todo claro, saqué mi nodachi de la funda que llevaba a la espalda preparándome  para el momento. Golpeé la puerta fuertemente con el mango de la espada haciendo que un ruido seco retumbase a nuestro alrededor. Del interior de la cabaña se escuchó un improperio debido al sobresalto, pero rápidamente comenzaron a sonar el sonido de sus botas repiqueteando en la madera en dirección a la puerta. La puerta se entreabrió hacia el interior y esperé a ver que el tipo se asomaba. Ni siquiera miré su rostro o si Sarah estaba atacando, pero me abalancé con la punta de mi gran espada por delante con intención de atravesarle el abdomen.

Esperaba atacarlo, pero no hizo falta, el se abalanzó como alma que lleva el diablo, y lo atravesó ferozmente, yo simplemente miraba alrededor, vigilando por si las moscas.

-A todo esto, entra y saca las cosas, yo mientras por si acaso haré guardia, cuando saques todo cogeré unos cuantos, y nos largaremos de aquí, -le dije mientras le cogía de la mano, y lo retenía para darle un beso, -tengamos cuidado, ¿de acuerdo?, quiero que volvamos enteros, -le dije guiñándole un ojo, a modo de ``tu ya me entiendes´´, esto hecho con una sonrisa picara por supuesto.

Después de un rato, sacó todo de la cabaña, eran varias cosas, pero como yo soy grande, podía con muchas de ellas, miré alrededor para buscar por donde vinimos, y cuando lo encontré, pasé delante, contoneando mi cuerpo para que Zach lo viese.

Miré para atrás sonriéndome, lo hacía para provocar su mirada, cuando me di cuenta ya estaba de vuelta donde dejamos a Luke, así que ya podíamos irnos de aquel lugar. Con un buen botín, con un chico de cabello azul que sería todo mío. Y unas vistas increíbles.

La puñalada fue completamente efectiva, pillé al saqueador completamente desprevenido y a contra pie, asique la punta de mi espada entro a la altura del vientre trinchándolo. Empujé con todas mis fuerzas consiguiendo desequilibrar a mi enemigo haciendo que cayese al suelo con un grito ahogado mientras intentaba taponar inútilmente la herida que no paraba de emanar sangre desde que había sacado el arma de sus entrañas. Hacía mucho ruido y era molesto, asique terminé con su vida limpiamente. Por fin silencio.

- Espero que me compenses que haga yo todo el trabajo - contesté a Sarah con un tono juguetón tras sus palabras y el beso. Era curioso como conseguía distraerme la joven, por unos momentos había olvidado que mierdas estábamos haciendo.

Me adentré en la taberna dispuesto a arrasar con todo lo que encontrase. Tras rebuscar unos minutos por fin encontré una especie de almacén que usaban para guardar todo lo robado. Había armas como pistolas, espadas o lanzas, pero también estaba lleno de varios utensilios de plata y oro, desde cubertería a candelabros, aunque aún faltaba lo mejor, había un enorme baúl repleto de berries. De mi garganta se escapó una sonora carcajada, no podía creerme que todo eso fuese a ser nuestro y de una forma tan sencilla. - Y yo queriendo matarme con todos ellos cuando estuviesen borracho... Seré estúpido, que bien me ha venido encontrarme con la diosa semigigante - pensé mientras buscaba algo con lo que guardar todas aquellas cosas.

Encontré unos mantas por allí y me puse manos a la obra haciendo hatillos con ellas guardando casi todo. Dejé la mayoría de las armas donde estaban a excepción de las de mejor calidad, había mucho zarrio inútil que no merecían el trabajo, pero eso sí, no deje nada de plata y oro. Saqué todas las cosas incluyendo el baúl repleto de berries para que mi compañera fuese viendo el botín, como cargándolo. Otro punto a favor sin ninguna duda, ya que terminé llevando sólo el gran saco donde iba la plata y el oro mientras me deleitaba con los andares de mi compañera. Como la encantaba provocarme.

Encontramos el camino de vuelta sin grandes problemas gracias al truco de los palos de Sarah, llegando así relativamente deprisa a donde estaba Luke. Parecía entre contento y relajado, seguramente no estaba seguro de si volveríamos con su parte y se alegró al vernos aparecer. Aproveché el encuentro para descansar y fumarme un cigarro, pero rápidamente nos pusimos en marcha de vuelta.

Al llegar de nuevo al punto de inicio fuimos a vender el oro y la plata a una casa de empeños de dudosa legalidad, donde tras un regate intenso conseguimos sacar un precio adecuado. Le di una pequeña parte a Luke por sus servicios y me dirigí a donde me esperaba Sarah con el baúl de berries juntando así todo el dinero que nos repartiríamos. A cada robo estaba un paso más cerca de conseguir mi sueño de comprar todo lo necesario para mis propósitos y por todo eso estaba de un humor genial.

-Ahora "pequeña", vamos a celebrarlo - dije obligando a la chica a ponerse a mi altura para plasmarle un gran beso. - Te lo has ganado.