46. Habéis venido al barrio equivocado

Las ondas golpean en los caparazones de las tortugas. Os miran, con sus miradas perdidas y las bocas babeando. Y entonces una desaparece de vuestra vista, apareciendo a vuestro lado con una humareda de polvo detrás. Parece haberse teletransportado, o tal vez haya... ¿corrido? En un instante, la tortuga carga contra Castor como una bala de cañón, metiendo la cabeza dentro de la concha. Su caparazón, irregular, resultará bastante doloroso si golpea.

(El ataque lleva imbuido haki de armadura lvl 1)

El asesino sonrió de lado cuando su onda apenas tuvo efecto en aquellas cosas. De hecho, estaba un poco emocionado al sentir la emoción de tener enemigos difíciles. Al menos de penetrar, porque lo que era el combate, no podían ser muy rápidos. De todas formas mantenía su haki de observación por si hubiese algo mayor bajo el agua, o un ataque sorpresa. Se relamió despacio y se quedó mirando aquella cosa. Era el momento de probar con algo de mayor calibre. Tenía varias opciones, y todas ellas muy tentadoras, pero por el momento se ocuparía de jugar con sus balas. Mientras pensaba aquello, notó la presencia de una de aquellas cosas colocarse detrás de él a una velocidad endiablada.

- ¿!Pero qué cojones!?

Dijo de repente para después colocar los brazos en equis y activar el tekkai. El impacto que recibió lo tiró de espaldas al suelo. El dolor de antebrazos fue notorio, y por ello soltó un pequeño quejido. Su espalda tocó el suelo, y eso hizo que se manchase un poco, cosa que no le gustó mucho. Lo siguiente que hizo fue colocarse en pie, y de dos movimientos rápidos sacó sus pistolas doradas. Sin pensárselo frunció el ceño y apuntó contra aquella cosa.

- [I] Tampoco quiero hacer mucho ruido, de modo que me conformaré con eliminarte de forma lenta y dolorosa.

Sus palabras iban en un tono sádico, y lo siguiente que hizo fue imbuir su mano derecha en haki armadura. No sólo pasó aquello, además tomó un pequeño puñal que formó a partir de su propia plata. Imbuyéndolo en su haki, lo lanzó con toda la violencia posible hacia el caparazón, esperando atravesarlo, o como mucho dejarlo clavado. Sabía que si sus ondas no habían funcionado, aquello no lo haría, pero quería jugar con el animal. Le diese o no, usaría el geppou para mantenerse a dos metros del suelo, y estar a salvo de aquel bicho.

Las demás tortugas empiezan a moverse lentamente hacia vosotros como un ejército de zombies. En efecto, Castor, tu puñal apenas ha tenido efecto en el duro cuerpo de la tortuga, ni siquiera parece haber hecho mella en su caparazón. El animal saca perezosamente su cabeza, mirando alrededor, buscándote con lentitud. Para cuando te ve en el aire, tuerce la cabeza hacia un lado, y de pronto la mueve a toda velocidad de lado. En el proceso, abre la boca, y una larguísima lengua como la de un camaleón sale despedida hacia tu pierna, probablemente tratando de enroscarse a su alrededor como un látigo. Mientras tanto, otro par de tortugas carga contra Shiki y Ryuta, haciendo que se golpeen entre sí, quedando completamente fuera de combate. Y ahora parecen fijarse en ti con sus ojos vagos y atontados.

(La lengua va imbuida en haki)

Troy estaba flipando literalmente en colores. Su haki le había dicho que uno de sus compañeros era poderoso con narices, mientras que el otro tenía actitud para defenderse. Pero todo eso se fue al garete cuando de un mero ataque ambos quedaron inconscientes ¿Qué cojones de gente dejaban entrar al CP? ¿Por qué el puto Kus le había mandado a esos dos tipos? El asesino del Cipher Pol 9 estaba bastante desilusionado. A lo mejor debía dejar que los bichos con caparazón se los comieran, pero eso no era de un buen agente. El castaño entonces soltó un largo suspiro, pensando en qué poder hacer en ese momento. Las venas de su frente se marcaron un poco más de la cuenta, eso debido al pequeño enfado que tenía. No estaba listo para luchar al mismo tiempo que protegía a sus compañeros. En ese momento pudo predecir aquella lengua que se lanzaba a por él.

- Los cojones…

Dijo con un tono serio para después usar el kamisori y moverse a toda velocidad hacia un lado. Lo malo fue que esa cosa pareció enroscarse en su pierna, no podía arriesgarse a que fuera tóxica o algo por el estilo, por lo que rápidamente se movió a otro lado a toda velocidad. A continuación trataría de cortarla con un puñal de plata imbuido en su haki armadura. Si lo lograba, se colocaría entre Ryuta y la otra muchacha, colocando sus manos en el suelo. En ese momento una enorme pirámide de tres metros se formó alrededor de ellos, dejándolos dentro. Entonces el agente frunció el ceño y colocó su mano derecha en la pared, imbuyéndola en haki armadura. Aquella fortaleza improvisada tenía la tenacidad del titanio, y una dureza de 8,5 en escala moh, por lo que esperaba estar a salvo.

Su plan era sencillo, mantendría el mantra activado, y en cuanto notase la presencia de las tortugas lanzarse contra la pirámide, haría que de la superficie de ésta, salieran pinchos de plata de un metro. Así podría empalarlas, y de paso romper los caparazones. Si no se lanzaban, se quedaría en el interior, pensando qué hacer y con un leve mosqueo.

- ¡Nadie se mete con el puto Castor Troy!

Las tortugas son empaladas en las púas, pero no parecen morir. Siguen moviendo las patitas lentamente, aunque no avanzan. Tal vez deberías rematarlas. En cualquier caso, puedes seguir en el capítulo.