Semillas Para El Futuro | Privado | Haxter & Simo

Mis viajes no tenían final ni rumbo. Durante mi aventura por el North Blue, mantuve un movimiento más bien marítimo, no paré en ningún lugar, y mis provisiones ya comenzaban a acabarse.

Mi pequeño bote avanzaba por las aguas desconocidas del Norte sin más rumbo que el que me brindaban las olas del mar. No tenía mucha opción, solo esperar el momento en el que llegara a alguna isla cercana. Por eso decidí dormirme, cuando uno cae en el estado del sueño, el tiempo pasa mucho más rápido, por lo que estiré mis pies sobre el posabrazos de mi embarcación, crucé mis brazos por detrás de mi cuello y me relajé tanto que en unos pocos minutos ya me había dormido.

No estoy seguro durante cuanto tiempo estuve dormido, pero aparentemente fue mucho tiempo, ya que al despertar mis huesos me dolían como si hubiera corrido una maratón unas 10 veces, además al abrir los ojos, pude notar como el cielo dejaba de pasar frente a mis ojos, eso quería decir que... había llegado a tierra. Levanté un poco la mirada para intentar ubicarme un poco. Lo único que podía ver era un enorme bosque que se alzaba frente a mí. No había ningún indicio de civilización ni de animales, solo esa inmensa cantidad de árboles que no tenían final. Al verme sin más opciones, salí de mi bote y comencé a caminar hacia el interior del bosque, debía encontrar algo que me diera al menos un indicio de donde me encontraba. Caminé por horas en línea recta sin poder encontrar nada más que ranas y algunos bichos que no pude reconocer.

Luego de horas y horas de caminata, comencé a darme cuenta de que estaba perdido, el atardecer estaba llegando y no sabía hacia donde ir, por lo que decidí que lo mejor sería subirme a uno de esos árboles para ubicarme un poco mejor. Tardé unos 15 minutos en escalar hasta la sima del árbol, pero al hacerlo miré a mi alrededor y pude ver luces a no mucha distancia de donde me encontraba, en ese lugar también podía ver una construcción aunque no podía ver bien lo que era. Pero estaba decidido, iría hacia allí, quizás habría personas allí.

Caminé por una hora aproximadamente hasta que finalmente salí del maldito bosque. Ante mí se reveló una enorme ciudad que llamó mi atención. Pero no podía cruzar, un río me lo impedía, la única entrada que pude localizar era un puente que cruzaba las aguas. Al acercarme al mismo, pude ver que estaban comenzando a cerrar el permiso de entrada por el puente, por lo que corrí todo lo que pude para poder entrar antes de que me lo impidiesen. Me cansé mucho más de lo que esperaba, pero lo logré. Los guardias que custodiaban la entrada al puente me dijeron que había llegado 1 minuto antes de que cerraran el puente, por lo que era mi día de suerte. Ahora solo debía encontrar un lugar donde poder alimentarme y pasar la noche.

Al adentrarme en la ciudad, pude ver como todas las personas cercanas a mí me observaban con cierto desprecio. Quizás me habían reconocido, quizás no, ¿que importaba? Seguí mi camino sin prestar atención a esas caras, y me decidí a apreciar los alrededores. La ciudad era completamente medieval, los caminos eran todos de rocas sólidas, y éstos estaban totalmente iluminados por una gran hilera de faroles que parecían tridentes, ya que tenían 3 velas cada farol. La base de las casas era de piedra y la parte superior de madera oscura, esto le daba un poco de terror al ambiente nocturno, pero debo admitir de que era bastante interesante las tonalidades que formaban los tonos oscuros con las luces de los senderos.

Como en casi todas las ciudades, si sigues el sendero, encontrarás algún lugar para llenar el estómago, por lo que seguí hasta darme que frente a mis ojos se alzó una enorme casona con un letrero tallado en madera que decía:"Hell Tavern". Lo que más llamó mi atención fue que en la entrada había decoraciones con un líquido parecido a la sangre, y del techo exterior al lugar colgaban cadenas, cueros viejos y grilletes.

Abrí la gran puerta de entrada intentando hacer el menor ruido posible(no quería llamar demasiado la atención), pero fue inevitable ya que al empujarla, ésta crujió de tal manera que todo el interior del lugar lo escuchó. Quien sabe si solo me pasó a mi o si le pasaba a todos los que entraban, pero la cosa es que todos me miraban y no con buena cara, al parecer a los nativos no le gustaban mucho los extranjeros.

El lugar era incluso más terrorífico que los laterales de los senderos de la ciudad, según entendí tenía un enfoque un poco demoníaco y se notaba. Los sillones del lugar estaban forrados de cuero negro, y en las mesas habían velas con formas de demonios que no alumbraban más de lo necesario. Las ventanas tenían salpicaduras del líquido similar a la sangre y de la base de las mismas caían hacia el suelo cadenas y tiras de cuero oscuro.

Intentando contrarrestar esa tensión generada, tomé mi bolsa de berries del cinturón y viendo cuantas monedas me quedaban dije:"¡Cantinero, yo invito la siguiente ronda para todos!". Mientras esperaba mi trago, me senté en uno de los sillones demoníacos del lugar y cruzando mis piernas sobre la mesa frente a mis ojos, me relajé lo más que pude intentando disimular mi escandalosa entrada.

Mientras el cantinero preparaba las bebidas que yo había ordenado, un sujeto peculiar comenzó a gritarle a otro en la barra. La situación me dio un poco de gracia, ya que una taberna sin una pelea repentina no era una taberna. Lo que si me sorprendió totalmente es que cuando el sujeto que parecía un boxeador le lanzó un puñetazo, el otro se las arregló perfectamente para detener su ataque y enterrarle un cuchillo en el puño.

El boxeador prácticamente lloraba en el suelo mientras observaba su mano sangrar constantemente. Por otro lado, el otro sujeto se mantuvo calmado y continuó comiendo su comida como si nada hubiera pasado. Antes de este suceso ni le había echado el ojo a ese sujeto, pero la verdad era que ahora me generaba intriga, parecía que era bastante fuerte.

El hombre estaba sentado en la barra, comiendo lo que pude reconocer como patatas o alguna legumbre parecida. Vestía una gabardina beige con botones amarillentos que estaba unida a una capucha que tapaba su rostro, su pantalón era oscuro, tanto que no podía distinguir por la oscuridad si era negro o azul. Su espada apenas era visible entre su ropa, pero podía ver que era uno de los míos en ese sentido.Sus botas eran marrones y su piel apenas morena. Pero... ¿sería tan fuerte como aparentaba? ¿o simplemente el otro imbécil era demasiado débil? La intriga me mataba y debía averiguarlo.

Antes de que pudiera hacer nada, unos cuantos hombres de la taberna comenzaron a pararse de sus sillas al ver al hombre caído. Al parecer estos hombres conocían muy bien al provocador y ahora se habían enojado con el amante de las patatas.

6 hombres se habían parado y todos se dedicaron a sacar sus espadas de sus respectivas vainas preparados para atacar al desconocido que había humillado a su amigo. La tensión reinó sobre el lugar por un momento, parecía que las luces se apagaban poco a poco dejando un ambiente mucho más terrorífico, pero parecía que al único que no le afectaba era al hombre sentado en la barra.

Los hombres se juntaron para dirigirse en masa hacia el solitario, pero antes de que llegaran hacia él, decidí actuar yo mismo. Debía descubrir si realmente ese hombre era fuerte, pero si había hecho pedazos a un hombre de la nada, esos 6 debiluchos no le harían nada, debía comprobarlo yo mismo.

Lentamente y sin hacer ningún ruido, desenvainé mi espada y dejé mi posición relajada en el pasado. Con el mayor sigilo que pude, me paré y avancé rápidamente hacia los 6 hombres preparados para atacar al encapuchado. Sabía que sería mucho más rápido que ellos, ademas... estaban bajo el efecto del alcohol. Sin darles tiempo a responder, comencé a hacer cortes en su zona torácica y estomacal, derribándoles. Uno por uno fueron quedando atrás contra mi precisión y velocidad y uno por uno fue cayendo en el suelo totalmente doloridos.

Por suerte para ellos ninguno de los cortes producidos por mi katana eran mortales, pero si que les dejarían buenas cicatrices y un dolor por unos cuantos días. La sangre de los 6 hombres caídos se unía en el suelo de la taberna, el dueño de el lugar no sabía muy bien que hacer, pero después de todo, él sabía que esos hombres se la buscaron, por lo que ni siquiera los ayudó. Éstos salieron corriendo por la puerta principal, la cuál sonó como siempre lo hace al entrar o salir un cliente. La sangre aún seguía allí en el suelo, pero los los estúpidos cuerpos de donde provenía no, y eso daba un poco más de paz y tranquilidad.

Por esa razón me acerqué a la barra y me senté junto al encapuchado con intensiones de socializar un poco luego de ese altercado. "¿Así que tú también eres espadachín eeh?".

Quería saber un poco más de él, me daba intriga saber quien era y si realmente era tan fuerte como yo creía. Quizás era real o quizás solo era un producto de mi fantasiosa imaginación.

El encapuchado me impactó con su pregunta, en el pasado un buen amigo me había dicho lo mismo, pero en esa época mis ideas eran diferentes y mucho había cambiado. Por esa razón, ante la interesante pregunta del hombre sentado frente a mí, contesté: "Los sabios dicen que el espadachín es espada de doble filo, con la espada y con la pluma, y debe tener pericia con ambos. Pero yo creo que va más allá que eso, creo que va en el hecho de sentir que la espada es parte de uno, sentirla como una extensión de ti mismo. Saber que si necesitas proteger, puedes hacerlo con ella y si deseas destruir también puedes hacerlo. Creo que un espadachín debe tener la capacidad de cortar la pared de diamante más dura y a su vez no lograr cortar una simple hoja. También uno debe poder darse cuenta y razonar cuando es el momento para cortar el diamante o no cortar la hoja. Para mí, mi nuevo amigo... eso es ser un espadachín."

Supuse que entendía perfectamente a lo que me refería, no todas mis palabras eran en un sentido totalmente literal y creo que él lo sabía perfectamente. Al terminar mi discurso acerca de los espadachines, le hice señas al cantinero para que me trajera otra jarra de ron y le puse unas cuantas monedas de más por el alboroto causado.

Mientras esperaba mi bebida, miré hacia el techo oscuro y mientras lo analizaba le dije al encapuchado:"Me impresionó como destrozaste a ese hombre solo con una mano y sin mirar, pero... ¿realmente eres tan fuerte como aparentas?". Cuando terminé de hablar, mi bebida llegó y le di un par de sorbos para posteriormente agradecerle al cantinero.

La respuesta era evidente, quería un duelo. Aparentemente ambos queríamos comprobar la fuerza del otro y ver hasta que punto podíamos llegar. Lentamente, bajé mi mano por el costado derecho de mi cuerpo, para posteriormente tomar con mi mano izquierda la empuñadura de mi espada. En un movimiento rápido, saqué mi espada de su respectiva vaina. Siempre que sentía el sonido de mi hacer resbalar contra el interior de mi vaina, una pelea se avecinaba y en ésta en particular, las ansias por ver su potencial me mataban, por lo que desenvainé lo más rápido que pude. Apenas terminó de salir de la vaina, la tomé con ambas manos y avancé a máxima velocidad hacia el encapuchado. 

Cuando estuve lo suficientemente cerca de mi objetivo, me balancee un poco hacia la izquierda con el mango de mi espada apoyado sobre mi abdomen y moví la espada en posición horizontal de izquierda a derecha mientras movía mi brazo izquierdo hacia adelante intentando alargar el rango del ataque. Mi intención era provocarle un corte en el lateral derecho de de su zona abdominal. Justo antes de que impactara mi acero con el encapuchado, dejé mi mano derecha libre de la empuñadura de mi espada y dije :"¡INAZUMA BALL!". En ese momento una pequeña esfera de rayos surgió de mi mano, la cual no tardó más de medio segundo en avanzar en línea recta hacia mi actual enemigo. Si lograba bloquear mi espada estaría en aprietos contra mi rayo, y si lo hacia de la forma inversa, tendría problemas con el filo de mi acero, pero... ¿Cuál era el punto de alargar la pelea? Solo quería comprobar su fuerza y agilidad, y que mejor forma de hacerlo que llevándolo a casi al extremo de mis habilidades.

La pelea había terminado, su gran agilidad y velocidad en el salto permitió no solo que esquivara mis ataques combinados, sino que también lograra tomarme con la guardia baja y dejarme prácticamente inmovilizado. Cuando su espada se detuvo frente a mi garganta, simplemente puse firmes mis pies sobre la tierra y me mantuve en mi lugar esperando su siguiente acción.

Al bajar la espada, supe que la demostración de fuerza había terminado. La verdad es que era incluso más fuerte de lo que pensaba y ni siquiera se había esforzado demasiado para vencerme, también yo dejé la guardia baja, pero eso son detalles que uno debe ajustar al adquirir un poco más de experiencia.

La pared donde impactó mi rayo había quedado un poco quemada por éste y yo era el responsable, por lo que tomé unas cuantas monedas más de mis bolsillos y se las puse sobre la barra diciendo:"Lamento lo sucedido, si no me equivoco esto sobra para repararla".

Al termino de mis disculpas con el cantinero, miré al espadachín fijamente pensando quien sería. Un hombre con tales capacidades jamás podría pasar desapercibido en el mundo, por lo que le dije: "Has demostrado ser más fuerte que yo, ahora... ¿porqué estas en el North Blue pudiendo estar en un lugar como el Nuevo Mundo? Además... nunca supe tu nombre, el mío es Juka B.Volpi y soy un pirata novato del mar en el que te encuentras".

La respuesta fue demasiado fría. El sujeto por alguna razón estaba ocultando algo que no quería contar. Sabía que era fuerte, pero ¿quién era realmente?

Si yo fuera como él estaría recorriendo el Paraíso o metiéndome en el Nuevo Mundo con la intención de formar una buena banda allí, pero éste sujeto había vuelto a mi preciado North Blue. Al menos me brindó la posibilidad de conocerlo, uno siempre debe ubicarse en este mundo, hay unos más fuertes y otros más débiles y hoy, me tocaba a mí ubicarme en la sección de más débiles.

Quizás podía enseñarme un poco sobre el arte de la espada, contarme un poco sobre el mundo, contarme con total sinceridad quien era. Eso si, no soportaría el hecho de que me dijera que era un Marine, si llegaba a decirme eso me iría con las ganas de golpearlo en la cara.

Volviendo a la realidad, saludé al cantinero pidiéndole una ves más perdón por lo sucedido y avancé hacia las afueras del lugar. Allí se encontraba parado el espadachín con el cuál quería entablar una conversación sin todos esos rostros mirándonos. Me acerqué a él quedando a poco más de un metro de él. 

- Aún no me has dicho quien eres, me gustaría saber el nombre de la persona que me derrotó segundos atrás. Espero que no seas un Marine, sino estaría bastante decepcionado, pero cuéntame... ¿a que te dedicas exactamente? -

¿Really? Está bien que me derrotó, pero ¿realmente tenía que hacer ese comentario?

Había entrenado bastante para llegar aquí y aunque sabía que era un novato, estaba haciendo lo mejor que podía para alcanzar mis metas, quizás era yo el débil que no podía ni aceptar una crítica de un desconocido, pero la verdad es que no me esperaba un comentario así de una persona tan poderosa. 

Cuando dijo que era un pirata la verdad es que me alegre un poco, no quería largarme de imprevisto al enterarme de su lealtad al gobierno, por lo que me ahorró ese paso diciéndome que no existía tal lealtad.

Por un momento se me pasó por la cabeza que me enseñara, pero mi banda me esperaba y no podía quedarme entrenando con una hombre y dejarlos tirados, pero quizás si podía intentar caerle bien e intentar una alianza o algo por el estilo. También se me pasó la idea de mencionarle a Carmelo, quizás podría enseñarle a él pero la verdad es que apenas lo conocía y no sabía como era su personalidad, por lo que no mencioné nada al respecto, no podía dejar a mi hermanito en cualquier mano desconocida.

- ¿Acaso eres miembro de alguna banda? La mía se llama "Death Pirates", por ahora navegamos solo por el North, pero ya viajaremos por los demás mares-

Tal y como pensaba, luego de salir de aquella taberna, Sharp de soltó un poco más. Me comentó sobre su banda, la verdad es que no la conocía, pero debía ser por mi inexperiencia más que por otra cosa. Me sonaba raro que una sola banda tuviera nombres diferentes, pero quizás sus nakamas se habían dispersado y remontó la banda con otro nombre y nuevos tripulantes.

- Nunca tuve un maestro, al morir mis padres mi único deseo fue asesinar a mi tío, pero él es muy fuerte y yo apenas era un niño, por lo que tomé la vieja espada de mi padre y comencé a entrenar por mi cuenta. La verdad es que no sabría decirte si podría haber soportado a un maestro en esa etapa de mi vida, por eso creo que fue mejor que no lo tuviera. -

Moví mi mano hacia mi cinturón y de allí saqué una cantimplora con ron. Para dar una pausa a mi respuesta, saqué el tapón con fuerza y empine un poco la cantimplora sobre mi boca. Cuando sacie ni sed, tapé nuevamente el contenedor de alcohol y lo puse en su lugar correspondiente.

- Mi objetivo en el mar es formar una familia, lograr que mi banda y yo nos superemos a nosotros mismos con los retos del mundo y que nos cuidemos los unos a los otros. Pero mi reto en tierra es otro totalmente diferente... para no aburrirte tengo la necesidad de asesinar a mi tío por el asesinato a sangre fría de mis padres. Ese sueño lo comparto con mi hermanito y lo tendremos hasta finalizar sus días o los nuestros. Pero perdona, cuentame un poco sobre los tuyos Sharp  D.Drake... -

Una pequeña sonrisa salió de mi boca como si esperaba con ansias lo que diría a continuación.

Aunque al principio no lo parecía, Sharp y yo teníamos bastantes cosas en común. Ambos teníamos pasados y presentes parecidos, actualmente para el mundo eramos desconocidos, pero si todo salía como lo planeábamos todos nos conocerían más adelante.

- Carmelo B.Volpi es su nombre, ¿acaso lo conoces? - le mencioné al espadachín pensando que su comentario sobre el nombre de mi hermano había sido extraño, quizás él también tenía algún pariente perdido en los mares y por esa razón me lo preguntaba, pero bueno... cada uno con su problema.

Fue una sorpresa cuando de la nada sacó su espada para complementar su discurso. La verdad es que no me interesaba ser el mejor espadachín ni nada menos, por lo que asentí poniendo una cara de "Que interesante..." y admiré su hermosa hoja. La verdad es que no aspiraba a ser el mejor en nada, simplemente quería retomar lo que era mío y vengar a mi familia y en el proceso formar la familia que nunca tuve y recorrer el mundo con ella.

Ahora solo quería saber si éste hombre conocía a mi hermano. Aunque tuviera su vivre card no era momento para volver, debía hacerme más fuerte para volver por él, aún no estaba listo para los mares y no podía ponerlo en peligro, al fin y al cabo... era lo único que tenía.

Aparentemente le había caído bien, o mal, la cuestión era que quería tener alguna manera de contactarme para el futuro. Quería ver en que se convertía este novato del North Blue, por lo que revisé mi bolsillo derecho y de él saqué una vivre card. Rompí un pequeño pedazo de la misma y se lo di. 

- Con esto puedes localizarme fácilmente - le dije mientras guardaba el pedazo sobrante de papel.

Quizás era verdad, quizás podía encontrarse con Carmelo en uno de sus viajes, quizás Carmelo tomara por si solo la decisión de salir a los mares y se topara con el capitán Sharp D.Drake. La verdad es que no me gustaba la idea de que mi hermanito estuviera cerca de tantos peligros, pero era lógico, tenemos la misma sangre.

Se me hacía muy chistoso pensar en una reunión de los tres dentro de unos años, Sharp resurgiendo de las cenizas, yo comenzando como un potencial capitán en el Paraíso y Carmelo como viajero explorador de los mares, sería una buena forma de reencontrarme con mi hermano después de tanto tiempo.

- Dormiré en una posada cercana, si no tienes donde dormir, es una buena opción, barata y cómoda - Dije mientras caminaba lentamente en dirección a la posada.