¿Te apetece capturar algunos piratas? [Priv.Ciaran]

En cuanto llegué a la isla me adentré en el bosque sin pensármelo dos veces, ni siquiera me echó para atrás que toda la población considerara aquel sitio como demasiado peligroso por las criaturas que habitaban en él ni que estuviese agotada por el viaje.
Había viajado por aire la mayor parte del tiempo excepto las veces que me había encontrado con algún barco mercante que se ofrecía a llevarme y aquello me cansaba demasiado pero estaba demasiado enfadada como para que me importara.

Aquel era el quinto día que estaba persiguiendo a un pirata desde la isla Shoko, en el West blue y cada día que pasaba me enfadaba mal ¿Cómo podía haber sido tan tonta de haberle dejado escapar?
Pero bueno ya no se iba a escapar más, según me había enterado su base estaba en lo profundo del bosque de aquella isla, algo muy interesante e inteligente pues por miedo los nativos de esa isla no solían adentrarse en ella. Pensaba encontrar esa guarida, interrumpir y llevármele detenido, me daba igual ya cuantos piratas más hubiera no iba a dejar escapar esa oportunidad.

Ya estaba en el corazón del bosque buscando la susodicha base cuando un ruido me alertó, podía ser uno de esos piratas, un animal salvaje o cualquier otra cosa que no podía ni imaginar así que decidí ponerme a cubierto y esperar.
Subí rápidamente al árbol más cercano y agachada en una de las ramas cargué el arco y esperé, en cuanto apareció una figura debajo de mi apunté hacía ella pero algo me detuvo a la hora de disparar. No era un marine ni un animal salvaje, era una mujer con armadura, rubia y de altura descomunal pero lo que más me llamó la atención fue la capa que llevaba con el símbolo de la marina.

¿Un marine por aquella zona? No la conocía de nada pero bueno tampoco es que conociera a todos los marines del mundo. -Tú, chica.- La llamé en alto para que reparara en mi presencia. -Aquí, en el árbol.- La indiqué al ver que no me había visto y me buscaba con la mirada hacia todos lados. -¿Quién eres y que haces aquí? identifícate.- La apremié aún sin bajar el arco, estaba demasiado enfadada como para fiarme de alguien por un simple distintivo, quería más información sobre ella antes de decidir que no iba a ser una amenaza para mí.

El dulce viento del mediodía acariciaba mi hermosa cabellera rubia haciendo que mi pelo fuese hacia atrás, era un día cálido y soleado sin casi ninguna nube en el infinito azul cielo. Me encontraba desembarcando de un barco de la Marina en la isla Domica del South Blue, después de que me ascendieran a Cabo por mi buen trabajo en Villa Orange y en Villa Syrup, lugar donde había conocido al Teniente Comandante Gusi y este me había dejado unos regalos antes de partir: un viejo manual y una crema para darle brillo a mi blanca armadura de caballero. Como había ascendido, ahora tenía cierta autoridad sobre los reclutas normales, lo cual no paraba de hacerme sonreír. Nada más llegar al puerto, un par de soldados me recibieron realizando el saludo militar en señal de respeto y obediencia a mi nuevo rango. - Descansen soldados- dije devolviendo el saludo y sin evitar sonreír por el gusto que esos soldados se mostraran tan formales conmigo.

- Bienvenida a Domica, señora.¿Podría preguntarle , si no es mucho pedir, el motivo que le trae a esta isla del South Blue?- preguntó un recluta de pelo castaño. - En verdad...- me llevé una mano a la cabeza - es que vengo a patrullar por la isla, nada concreto, simplemente darme un paseo a ver si hay algo fuera de lo común por los alrededores.- Los reclutas querían saber el motivo de mi llegada a la isla porque es lo que normalmente suelen preguntar los marines de rango inferior a sus superiores. Los reclutas relajaron su postura y respiraron hondo, al parecer estaban un poco nerviosos por algún motivo que se me escapaba pero no me interesaban sus asuntos ni eran asunto mío. - Bueno, tomad este dinero e iros a tomar algo al bar, yo invito- dije sacando un par de berries de mi bolsa y ofreciéndolos a los soldados con una sonrisa. Los reclutas me agradecieron el buen gesto y con un saludo militar acompañado de una gran sonrisa en el rostro de cada uno, marcharon corriendo a beber algo. - Ahora... ¿dónde debería ir?- dije pensando en voz alta mirando los alrededores hasta que mis ojos se toparon en el bosque que había en las montañas. - Ohhh...- sonreí- creo que ya sé por donde debería empezar a caminar.-

Larga fue mi caminata hacia el verde bosque, atravesé toda la ciudad y un recuerdo en forma de olores, se habían quedado grabadas en mi olfato y armadura. - Puaj, apesto a tabaco barato- dije oliendo mis guanteletes. Me quedé quieta un momento a escuchar la melodía del bosque, sonidos de pájaros y demás animales llegaban a mis oídos y los deleitaban con esa dulce y pura canción. Ya había ascendido bastante y no sabía por qué había ido al bosque en vez de patrullar por las zonas urbanas, lo cual era mi deber, pero no estaba mal desconectar un rato y disfrutar de la tranquilidad en medio de la naturaleza. Pero algo no estaba del todo bien. Sentía que alguien me estaba observando por el ligero escalofrío que sentí recorriendo cada palmo de mi ancha y musculada espalda. - Tú, chica- dijo una voz femenina. Intenté encontrar a la persona que me estaba hablando, pero no había nadie a mi alrededor. ¿ tal vez lo había imaginado. La voz me volvió a hablar y me indicó que mirase arriba. Levanté mi cabeza y pude ver a una pequeña chica en una rama apuntándome con un arco. Me preguntó con un tono amenazante quien era y que hacía en este lugar, a lo que respondí:- Me encuentro dando un agradable paseo por el bosque disfrutando de la serenidad que desprende este, no tengo intención alguna de provocar ningún mal por si eres una guardabosques- dije girándome hacia ella con las manos en alto.- En cuanto a mi identidad, soy Ciaran Ehre, Cabo de la Marina y miembro de los Crimson Wolves. ¿ Podrías bajar el arco antes de que hagas algo de lo que te arrepientas? No quiero que tengas ninguna muerte innecesaria entre tus manos ni que la Marine vaya a por ti- dije dedicándole una sonrisa tranquilizadora.

La chica reparó en mi presencia y alzó las manos en señal de que no era peligrosa, así me lo confirmó con sus palabras diciéndome que no pretendía hacerme daño ni a mí ni al bosque. Se presentó como un cabo de la marine y me dijo que si no quería tener problemas con la marina bajara el arco y no hiciera ninguna estupidez, parecía un poco subidita y bastante soberbia y si no lo era, estaba tan cabreada con el mundo que así me lo hacía parecer.
Pero no fue esto lo que más me cabreo ni me llamó la atención de ella, tampoco fue el hecho de que me confundiese con un guardabosques que debido a mi condición de botánica y mi sincronía con las plantas bien podía haberlo sido, si no que se presentó como una miembro de los Crimson.

Aquellas palabras me hicieron bajar el arco en seguida y con le mano que tenía libre me agarré de la rama donde estaba y me balanceé un poco antes de dejarme caer al suelo aterrizando de forma perfecta. Desde el suelo el tamaño de aquella mujer era aún más imponente pero ni mucho menos eso me echó para atrás, me acerqué a ella aún sin guardar el arco. -Créeme no voy a tener ningún problema con la marina.- Me di una vuelta completa examinándola de arriba y bajo si parecía un marine hecha y derecha pero de ahí a pertenecer a los crimson así como así iba un trecho. -Mi nombre es Yoshi y mira que casualidad que también soy Marine y miembro de los Crimson Wolves y la...- Me detuve en el momento justo para no cagarla, aunque no pude evitar ponerme un poco roja por lo que casi la decía a la rubia, me apresuré a arreglarlo como pude y cambiar las palabras. -La persona que está buscando al capitán de una temible tripulación pirata que se esconde en el corazón de este bosque.- la expliqué mi misión, no confiaba mucho en ella pero no tenía ninguna duda de que sus palabras fueran ciertas, es más recordaba haber oído hablar a Kim y a Gusi sobre un nuevo integrante de la banda pero, no me lo había imaginado así.

-Así que mi querida cabo Ciaran, ya que vas proclamándote miembro de la banda tan a la liguera ¿Qué te parece acompañarme en esta misión para comprobar si eso es cierto?- La propuse como una especie de reto, realmente quería saber cuan fuerza era aquella mujer que tenía un aspecto tan intimidante y lo útil que podía llegar a resultarnos, esperaba que aceptara mi propuesta puesto que si no, iba a tener personalmente con la persona que la había dejado entrar.

Con las palabras que le dije a la muchacha que me estaba amenazando con su arco, esta pareció entrar en razón y bajó su arma para luego bajar al suelo cayendo de una forma bastante perfecta, a mi parecer. Al verla más de cerca y en el suelo, era una chica bastante bajita y de pelo rubio, a mi lado parecía tener casi la altura de una tontatta pero es algo que me guardé para mí ya que si lo decía aunque fuese de broma, probablemente esa mujer no dudaría en matarme. Al ver la expresión de su cara, me dió la sensación de andaba bastante molesta por algún motivo que se me escapaba. Seguramente me iba a echar la bronca por andar por el bosque y recordé en ese momento, que los animales de esa isla eran usuarios de haki y era bastante complicado cazarlos. Ella parecía ser una guardabosques pero quizás me equivocaba en mi suposición.

Me dijo que no tendría ningún tipo de problema con la Marina, a lo cual ladeé la cabeza extrañada ante sus palabras. ¿ Que quería decir con eso? ¿ Acaso era una cazarrecompensas o algo por el estilo? La pequeña joven empezó a caminar alrededor mio, observándome más de cerca. Parecía estar juzgando mi porte físico,¿ acaso me iba a pedir ayuda con algo o alguien? Mientras seguía mirándome de arriba a abajo, yo me fijé en una mariposa monarca que voló cerca de mi cara y dejó un rastro de polen que me hizo estornudar. Era un poco alérgica al polen por lo que unas pequeñas lágrimas a causa de mi alergia, se escaparon de mis ojos. Cuando la chica dejó de examinarme, esta se presentó con el nombre de Yoshi y también era de la Marine y miembro de los Crimson Wolves, cosa que hizo que abriera los ojos en señal de sorpresa. *-Parece que la he cagado-* pensé un poco nerviosa. Yoshi iba a decir algo más, pero de repente su tez se tornó roja y cambió directamente de tema con un ligero tono de nervios en su voz. La joven Yoshi me explicó su misión, al parecer se encontraba en la isla para capturar a una banda de peligrosos piratas que se encontraban en la zona más profunda del bosque, o sea, el corazón del mismo.

Sólo con decirme su misión, me imaginé que me iba a decir que me uniese a ella para mostrarle que merecía estar en la banda. Lo cual me parecía de lo más lógico, puesto que al yo ser una nueva integrante, los demás miembros que aún no conocía seguramente me iban a realizar algún tipo de examen para darme el visto bueno. Y en efecto así fue, me propuso que yo fuese su compañera de armas en su misión para ver si yo era digna de que me aceptara en la banda. - Intentaré hacerlo lo mejor que pueda - dije mostrando una cálida sonrisa.

Aceptó mi propuesta con una cálida sonrisa, bien había superado de la primera prueba que la había puesto, en otras ocasiones mi sonrisa hubiese sido igual de radiante que la suya y la habría extendido la mano para cerrar el trato, pero el recuerdo de aquel pirata que había ido a capturar aún me perseguía así que simplemente me di la vuelta en dirección al interior del bosque. -Bien, vámonos- Y comencé a avanzar sin importarme demasiado si aquella chica me seguía o no.

Llevábamos andando bastante tiempo y mientras andábamos formulaba preguntas a Ciaran como -¿Por qué te uniste a la Marine? ¿Por qué te uniste a los Crimson? ¿Cómo fue tu primera misión con Gusi?- Todo el mundo tenía una primera misión con Gusi o una primera evaluación, era como un rito de iniciación en algunas tribus se bañaban con sangre de cabra y en nuestra banda te ibas a algún sitio con nuestro segundo al mando. Escuchaba atentamente las respuestas que me iba dando analizándolas en mi cabeza, cada vez que oía un ruido la mandaba callar y cuando comprobaba que no era nada seguíamos caminando.

Debíamos estar prácticamente dando vueltas al rededor del corazón del bosque cuando descubrí un par de huellas en el suelo, debían de ser del hombre que buscábamos, me giré hacia la rubia y me llevé un dedo a la boca indicándola que se quedara callada. Seguimos las huellas en silencio y yo pendiente de cualquier ruido que pudiese oír, un simple crujido de una rama rompiéndose o el aire moviendo las hojas de los árboles me ponían alerta, a medio camino desvainé el arma y seguí andando con el cargado.
Al cabo de unos minutos que parecieron eternos apareció una chabola mal puesta en medio de los árboles y protegida por estos, nos acercamos un poco más pero no demasiado para que no nos vieran, no iba a entrar arrasando todo no era mi estilo.

Me subí a un árbol cercano e intenté observar algo en la cabaña pero apenas pude reconocer un par de personas no podái decir con exactitud cuantas había ahí dentro y nada me aseguraba que fueran los piratas que buscábamos. Volví a bajar al suelo e hice una seña a mi compañera para que se agachara. -
¿Que vas a hacer ahora?- Nuestro siguiente movimiento dependía de ella, esa era su segunda prueba tenia curiosidad por saber cómo afrontaría aquello.

Le miré con una buena sonrisa y le extendí el brazo en señal de amistad pero, por alguna razón que se me escapaba, se dió la vuelta bruscamente y echó a andar hacia el bosque.*- ¿ Que habré hecho para caerle mal? ¿ Acaso soy demasiada alta y se siente acomplejada de su propio tamaño?-* pensé a la vez que miraba su espalda y empecé a caminar detrás de Yoshi. Para mis adentros pensé que seguramente estaba así por su trabajo, o eso quería pensar ya que, normalmente, suelo llevarme bien con la gente. Algo me decía que iba a hacer un día muyyyy largo. Empezamos a adentrarnos cada vez más y más en el frondoso bosque de la isla para intentar encontrar la base de los criminales. A medida que íbamos caminando, Yoshi me hizo una serie de preguntas. Para conocerme mejor, obviamente. - Supongo que mi motivo para unirme a la Marine es muy común, me uní porque me dí cuenta de lo podrido que está este mundo, acabar con la esclavitud y la discriminación es mi sueño. Con respecto a los Crimson, llegaron a mis oídos de una flota de grandes marines con firmes ideales de justicia muy parecidos a los míos. Ah, el Teniente Comandante Gusi. Pues en resumidas cuentas, me realizó una serie de pruebas para probar mi capacidad de liderazgo, si era leal a mis compañeros o leal a las órdenes de mis superiores y mi capacidad de reacción ante los momentos de peligro. Pero lo más destacable, fue que rescaté a la hija del dueño de un restaurante de manos de un truhán, aunque eso me llevó al hospital...- agaché la cabeza un poco avergonzada.

De repente, se paró y se agachó a examinar algo en el suelo. - ¿Alguna pista que nos...?- No pude terminar la frase porque la pequeña rubia me indicó que permaneciera en silencio. Se empezó a mover otra vez, esta vez de forma más rápida y desenfundando el arco que llevaba en su espalda. Fuimos lentamente avanzando hasta que pudimos ver a lo lejos una choza, probablemente pudiera ser el centro de mando de la banda de piratas que andábamos buscando. La muchacha subió a uno de los árboles para observar mejor la zona. -Ojala yo también pudiese ser tan ágil y subir a los árboles- dije con un hilo de voz mientras esperaba a que volviese a bajar y me dijese cuántos eran o que había. Volvió a aterrizar en el suelo y me susurró en el oído que qué iba a hacer. - Bueno, considerando mi tamaño, no soy muy sigilosa que digamos. Espero que no te importe, pero te propongo una cosa. Ya que veo que eres especialista en armas a distancia, yo me cuelo en la casa y les obligo a salir en caso de que sean los hombres que estamos buscando para que me eches una mano. ¿ Que te parece la idea? Debemos proceder o intentamos otro medio?- le pregunté esperando a que me diese permiso para partir.

La rubia me confirmó lo que yo ya sabía, que no era nada sigilosa, por lo tanto, me propuso un plan algo distinto al que yo tenía en mente, que consistía simplemente en llamar a la puerta y ver lo que pasaba. Según lo que me explicó ella se metería en la cabaña y haría salir al exterior a los hombres que hubiese dentro si resultaban ser los que estábamos buscando, por mi parte estaría fuera esperando entre los árboles y podría dispararles con facilidad en cuanto salieran.

A pesar de que mi malhumor aún persistía no pude evitar sonreír, nunca hubiese imaginado que se la ocurriría un plan así porque básicamente aunque ella no lo supiera estaba aprovechando mis habilidades al máximo dado mi hábitat natural era el bosque, con toda la vegetación que había allí aunque no les diese con mis flechas no tendrían ninguna opción de escapar.
-Tengo que reconocerlo es un buen plan, voy a buscar un buen sitio para colocarme.- Me alejé un poco de ella y con la mirada busque árboles cerca de la cabaña, que me permitieran tener buen acceso a ella pero que a la vez me protegiera bien de miradas indiscretas. Pronto encontré el apropiado para la misión que estaba a punto de emprender, pero antes de subir le susurré a mi compañera -Buena suerte y si pasa cualquier cosa grita.- Con la altura y tono de voz que tenía no me sería difícil oírla y podría entrar a salvarla el culo si era necesario.

Una vez desde la posición que había elegido pude ver como Ciaran entraba en la cabaña, esperaba que no tuviese problemas para identificar a los piratas dado que ni siquiera la había dado una descripción de cómo eran aunque bueno los piratas solían tener pinta de... ¿Piratas? A parte de eso lo otro que me preocupaba era como pensaba sacarles de allí, suponía que no con buenas palabras pero desconocía el estilo de lucha de mi compañera así que solamente quedaba rezar para que todo saliera bien.
Desenvainé el arco para estar preparada en cualquier momento y me quede esperando a que alguien saliera de la cabaña o a oír un grito, lo que viniese primero.

Le expliqué mi plan a la recluta Yoshi y esta, esbozando una sonrisa en su bello rostro , accedió a proceder con mi plan. Por lo que había visto de ella antes, esa habilidad de mantenerse oculta y de moverse con habilidad entre los árboles, podría resultarnos muy útil en nuestra empresa. Yo sólo tenía que poner el cuerpo y ella se encargaría de cubrirme las espaldas cuando consiguiese hacer que los, posibles piratas, saliesen de su escondite. Antes de dirigirme hacia la cabaña, Yoshi me deseó buena suerte y me dijo que gritara si me encontraba en algún apuro. Incliné mi cabeza a modo de aceptación y empecé a caminar, agachada, hacia la casa de aquellas personas sin que pudieran darse cuenta de mi presencia.

Pasados unos minutos, me puse por debajo de la ventana e intenté escuchar algo para saber si eran los hombres que andábamos buscando , no quería echar la puerta abajo y amenazarles con mi espada a un par de civiles ya que me metería en un problema con mis superiores. Me asomé un poco por la ventana para ver la pinta que llevaban. Eran varios hombres con ropajes un tanto desaliñados, de aspecto duro y portaban un par de armas: sables, pistolas, cuchillos, etc... Uno que estaba sentado en una silla se levantó y dijo:- Parece que por fin hemos dado esquinazo a aquella pequeña molesta- con sólo decir eso supe que efectivamente era la banda de piratas que andábamos buscando mi compañera y yo. *- Ya os tengo desalmados-* pensé a la vez que me moví a la puerta. De una patada, eché la puerta a abajo y aquellos hombres se me quedaron mirando con una mirada de sorpresa. - ¡Quieto todo el mundo, estáis arrestados en nombre de la Marine por piratería!- grité a la vez que desenvainaba mi arma. Los hombres también sacaron sus armas y dos de ellos, los que andaban más cerca, vinieron hacia mí con sus espadas en mano. - Es inútil resistirse- paré sus estocadas con mi espadón para después desarmarlos.

- ¡Es un monstruo!- gritó uno de ellos. El resto de los hombres que si tenían armas, se prepararon para venir a atacarme también. *- Esto es malo... puedo con dos o tres en espacios abiertos, pero con más de eso no puedo-* pensé mientras empecé a correr hacia afuera y les gritaba a los piratas que no tenían huevos de seguirme. Los muy idiotas se aventuraron a salir en pos de mi cabeza. Ahora son un blanco perfecto para Yoshi que se había ocultado entre la maleza, ahora solo tenía que esperar a que ella se encargase de unos cuantos para que yo derrotara al resto.

Los gritos me alertaron y me incorporé con rapidez en la rama donde estaba recostada, la espera había llegado a su fin. Al oír el alboroto no supe decir si era que nuestra misión había sido un éxito y los piratas habían salido corriendo hacia fuera de la casa o Ciaran se había metido en problemas y tenía que ir dentro a salvarla el culo. Cuando me asomé para ver lo que estaba pasando pude comprobar con alivio que se trataba de la primera opción.
Ciaran corría gritando un montón de cosas para enfadar a los hombres que la seguían como un rebaño de ovejas, con respeto a las ovejas que seguramente eran más inteligentes que aquella panda de descerebrados que se alejaron de la protección de la caseta convirtiéndose así en el blanco perfecto para mí. Puse el arco en posición, no me dio tiempo a contarlos pero sin duda había demasiados, muchos más de los que yo me había imaginado, aun así el plan de la chica parecía estar saliendo a la perfección y si ella era buena guerrera tal y como parecía no íbamos a tener muchos problemas con ellos.

Esperé un poco más apoyada casi al final de la rama, esperé hasta que Ciaran se paró y los piratas intentaron asestar su primero golpe a la chica, entonces disparé una primera flecha que se clavó limpiamente en la rodilla del hombre más cercano a mi compañera. Aprovechando al máximo el factor sorpresa y con toda la rapidez que me era posible disparé otra flecha al mismo objetivo, esta vez le hirió el costado y le dejó totalmente fuera de combate.
Toda la banda de piratas se giró hacía el bosque intentando averiguar de dónde había venido las flechas, era la distracción perfecta para que la rubia se pusiera manos a la obra con su espada pero no tenía tiempo de comprobar si aprovechaba aquella ventaja que la daba, tenía que seguir disparando antes de que me encontraran y tuviera que cambiar de posición.

Pude derribar a otro de los piratas antes de que una flecha no deseada se clavara en el árbol donde yo estaba quedando a pocos centímetros de mí, me habían encontrado. Con rapidez descendí de mi escondite e intentando ser lo más sigilosa posible cambié de lugar, escondiéndome en un par de arbustos justo a ras de suelo, desde aquella nueva base derribé al tipo que seguía lanzando flechas al árbol donde yo estaba antes, aquello había sido demasiado fácil.
Había dejado a su arquero fuera de combate y más confiada me deje ver mientras seguía disparando flechas, algunas daban en la diana y otra acababan desviándose o siendo esquivadas, la táctica del sigilo había sido olvidado y fue uno de los peores errores que pude cometer. Mientras intentaba acabar con mi quinto objetivo un brazo se deslizó alrededor de mi cuello y me elevó del suelo unos centímetros inmovilizándome totalmente, estaba de espaldas a él por lo que no le veía, aun así su voz no dejaba ninguna duda de quién era.

-Volvemos a encontrarnos maldita mocosa.- Había sido realmente despistada y no había tenido en cuenta que luchaba contra una panda de tramposos, me habían atacado por la espalda y ahora me encontraba en un lio que tenía que solucionar lo más rápido posible puesto que durante todo el tiempo que yo estuviese retenida Ciaran estaría completamente sola.

Empecé a correr hacia afuera mientras los criminales me seguían, cuando ya me encontraba fuera me paré en seco y esperé a que mi compañera empezara a dispararles, para que así yo tuviese un poco de ventaja en el combate cuerpo a cuerpo. Uno de los hombres empezó a correr hacia mí pero mi compañera ya había hecho acto de presencia y le había clavado una flecha en una rodilla, haciendo que el hombre cayese al suelo retorciéndose de dolor mientras se sujetaba la rodilla. *-Buen tiro-* pensé mientras miraba de reojo al árbol donde se encontraba apostada Yoshi. Otra de las flechas de mi compañera de flota vino volando rápidamente y se clavó en el costado de otro de los hombres, haciendo que cayese de forma violenta al suelo, perdiendo el sentido por la herida. -¡¿Quién carajos está en el bosque ayudando a esta mujer?!- gritó otro de los piratas. - ¡ La mujer no está sola, hay que tener cuidado!- dijo otro de ellos. La banda de criminales empezó a buscar con la mirada a la tiradora que me estaba dando cobertura desde la maleza. Desenvainé mi espada y me lancé hacia los despistados fugitivos para aprovechar el momento de distracción que me había otorgado mi compañera, utilizando el reverso de mi arma, golpeé a uno de los hombres en la cabeza haciendo que cayese al suelo inconsciente.

Después de mi ataque, los piratas aún andaban confundidos porque les estaban atacando por dos lados por lo que no sabían como reaccionar ante la situación. Algunos, con los nervios a flor de piel, se lanzaron como locos contra mí. Era lo peor que podían hacer en ese momento, luchar sin saber que estaban haciendo podría ser algo muy nefasto, sobre todo si el oponente se especializa en armas cuerpo a cuerpo. -No suelo hacer esto... pero supongo que no me dejáis opción- dije mientras con un movimiento de mi espada, provoco una pequeña onda cortante haciendo que pierdan sangre y caigan al suelo, pero me contuve lo suficiente para no matarlos. - Perro ladrador ,poco mordedor...- miré hacia los piratas que ya habían sido vencidos. Pero me llamó la atención que Yoshi no siguiera lanzando flechas, ¿le habría pasado algo?. Preocupada por ella, empecé a correr hacia donde supuestamente estaba oculta... o eso quería hacer porque el resto de los piratas que aún estaban de pie empezaron a recobrar el juicio y se lanzaron a por mí mientras me preparaba para sus ataques blandiendo mi espada.

Cosas usadas:

Notaba el aliento de ese bastardo en mi oreja y oía su voz en mi oreja parecida a la de una rata pero no sabía que me estaba diciendo realmente, mi mente se hallaba buscando un plan para salir del lió en el que me había metido, el brazo alrededor de mi cuello apretaba cada vez un poco más y ya al aire le costaba más llegar a mis pulmones.
No podía usar mi arco y no tenía la fuerza física suficiente como para librarme de él o hacerle cualquier llave rara como seguramente haría un buen luchador. Al estar en un bosque podía ordenadar a cualquiera de las plantas que se encontraban por allí que  estrangularan a aquel tipo como el lo estaba haciendo conmigo pero corría el riesgo de que se enfadara apretara más el brazo y acabáramos muriendo los dos, además mi compañera no se había dado cuenta de este problema y gritarla no parecía para nada una buena opción, demasiadas cosas podían salir mal "Piensa, piensa" Entonces recordé una de las cosas que había rescatado de un viejo armario en mi casa de Skypea, no lo había usado desde los primeros días en los que emprendí mi aventura por los mares pero ahora parecía el momento correcto para que volviera a serme útil, tensé todo mi cuerpo iba a tener que ser rápida para que no me detectara y precisa para que no me estrangulara más y pudiese liberarme de él.

Tensé mi brazo izquierdo y lentamente para que no se diera cuenta la acerqué a mi cintura, rebusqué entre mi abrigo y mi cintura lo que estaba buscando y di las gracias a Kimura por haberme enseñado a meter armas en todos los sitios posibles, sin ninguna duda era algo muy útil. Saqué mi vieja daga y en un rápido movimiento se la clave al tipo en la parte baja de la tripa. Un grito corto el aire y el brazo que me retenía se aflojo por lo que pude agacharme y librarme de mi captor casi ilesa aunque con una fea marca en mi cuello y un agujero en mi abrigo que había atravesado con la daga para hacerla llegar a mi objetivo.

Di una gran bocanada de aire recuperando de nuevo mi color corporal y pudiendo respirar con normalidad, recogí mi arco del suelo y me quede mirando al que era el capitán de aquella banda de sinvergüenzas directamente a los ojos, se estaba intentando arrancar la daga y me maldecía con un montón de palabrotas irrepetibles. -Odio hacer esto pero no me dejas otra opción.- Le apunté con mi arco y al ver mis intenciones dejo de intentar sacarse la daga para ir a por mi directamente incorporándose y dejándome un tiro libre a su corazón. -Por imbécil.- Me acerqué a su cuerpo inerte que había caído al suelo, le cerré los ojos y le quite la daga de su cuerpo, la limpié en mi abrigo quitando la sangre y volví a guardarla, como odiaba hacer aquello.

Después de ese pequeño accidente cambié de lugar de tiro volviéndome a subir a un árbol cercano y observé como le iba a Ciaran, casi había terminado con todos pero decidí ayudarla en lo que pudiese, sin duda era una gran luchadora, no parecía haber tenido muchos problemas en mi ausencia aunque la verdad es que si les había tenido tampoco me habría dado cuenta.

Ya había acabado con la mayoría del grupo de piratas, gracias a la estrategia que habíamos llevado a cabo Yoshi y yo, los habíamos cogidos por sorpresa y uno a uno fueron cayendo. Hacía ya un buen rato que Yoshi no daba señales de vida, ¿ le habrá pasado algo o quizás estaba probándome para ver a cuantos podía derrotar antes de cansarme o estar en problemas? Dirigí mi vista momentáneamente hacia el bosque  con cierta preocupación.

Cinco piratas eran los únicos que aún quedaban en pie, con una clara expresión de terror reflejadas en sus caras por ver caer a sus compañeros. *-Son pocos, aún así no puedo permitirme bajar la guardia. Podrían intentar algo desesperado y pillarme por sorpresa-* pensé mientras agarraba mi espadón firmemente y fijaba mi vista en los bandidos restantes. Dí un paso hacia adelante y los malandrines retrocedieron completamente asustados, gotas de sudor caían por sus rostros, temblaban de miedo ante lo que les iba a ocurrir. Yo normalmente no suelo matar a nadie, así que esa vez podrían estar tranquilos, ya que sólo los voy a dejar inconscientes.

- Es hora de acabar con esto, ¿no os parece? Impel Down espera por vosotros - dije mientras enfundaba el arma. Al verme envainar mi espadón, los piratas decidieron realizar un último ataque conjunto. Apreté mi puño derecho y lancé un golpe al aire ocasionando una  pequeña onda de choque que impactó contra los piratas, dañándolos considerablemente. - Ya con estos deben de ser todos- me dí la vuelta para contar los bandidos. No estaban todos, faltaba el capitán. - Maldición... ¿ podría ser que...? - dije preocupada dirigiéndome al bosque.

Cosas usadas:

Un frío escalofrío me recorrió la espina dorsal, a mis pies, se hallaban la mayoría de los tripulantes de los piratas… pero faltaba el que sería  la pieza principal del ajedrez, el rey, es decir el capitán de estos rufianes. Hacía bastante tiempo que mi compañera no lanzaba sus flechas desde el sitio en el que estaba antes, no había que ser muy listo para darse cuenta de que le había pasado algo. *-Si el capitán no había hecho acto de presencia y a Yoshi parecía que se la había tragado la mismísima tierra, entonces estaría luchando contra él mientras yo estaba centrada en sus secuaces.

De repente, de entre los arbustos, salió a la luz mi extraviada compañera de banda. Tenía pinta de haberlas pasado realmente canutas en el bosque, su ropa estaba empapada de sangre y hecha jirones, además de que estaba arrastrando con notoria dificultad el cuerpo del capitán de la banda. – Sé que parecerá una pregunta estúpida pero, ¿estás bien?- pregunté a mi cansada camarada. Me felicitó por mi buen trabajo con los peones del muerto que estaba arrastrando y me pidió ayuda para cargar con el difunto.

Había cierto pesar en sus palabras, con sólo mirar su rostro, pensé que ella era del tipo que no le gustaba matar a los criminales y, cuando lo hacía, la culpa la reconcomía por dentro, destrozándola. Recuerdo la primera vez que tuve que matar a un hombre, la cara de aquel sujeto aún me persigue en sueños pero era totalmente necesario que le matara. Vidas inocentes estaban en juego. Abrí la boca con la intención de animarla, la volví a cerrar ya que parecía que mi compañera no estaba de ánimos para divagaciones.

-Permíteme- dije mientras cogía al cadáver por los pies para llevarlo con su tripulación. Hecho el trabajo, Yoshi usó un Den Den Mushi para llamar a los refuerzos y llevarse a los criminales a Impel Down. Mi compañera dirigió su mirada hacía la mía y con una sonrisa cálida, me dio la bienvenida a la banda a la vez que me entregaba una flor que hizo crecer. No pude evitar sonreír ante su gesto, al parecer ya me había aceptado y con esa flor, me estaba pidiendo disculpas por su anterior comportamiento. Sin articular palabra, le dí un abrazo. Sabía que necesitaba uno por todo por lo que había pasado. Todo un infierno para un criminal de 10 millones de recompensa.