Piratas y trapos sucios...[Priv. Moja y Freites]

Nuestro siguiente destino estaba frente a nosotros, la isla de Greenlyn. Tras haberme colado en una subasta y haber perdido todo el dinero que me quedaba en lo que pensaba que era una Akuma y terminó siendo una simple chirimoya, la cual he de decir que estaba bastante sabrosa. Tenía que volver a subir mis fondos, por eso me encontraba ahí. Había escuchado de unos piratas que dieron un buen golpe llevándose casi doscientos millones de berries. Tenía pensado robarles una buena cantidad de ese tesoro. Según dicen robarle a un ladrón no cuenta como robo. Clark no estaba muy convencido de llevar a cabo este golpe, pero necesitábamos algo de dinero. Yo lo vi claro cuando escuché la noticia de aquellos piratas. No sería fácil, pero en una situación de vida o muerte podría utilizar mi maña e ingenio para escapar, sumándole un poco de suerte también.

Atracamos en un pequeño pueblo pesquero al sur de la isla, según mi información, los piratas no estaban lejos de allí. Di órdenes concisas a Clark de que me espera en el barco, ya que no estaba dispuesto a poner en peligro la vida de ninguno de mis subordinados. Bajé del barco y fui a la taberna a buscar algo de información de aquellos piratas. El pueblo en si era bastante modesto, según las noticias, no hacía mucho que una guerra civil había pasado por allí. Las calles eran de piedra y algunas de las casas se encontraban medio derruidas. Llegué a la taberna la cual se llamaba “El pony infeliz”. Yo iba con mi capucha puesta y mi fusil al hombro, entré al local en el cual solo había unas pocas personas en su interior. Después de echar un vistazo dentro tomé asiento en uno de los taburetes de la barra.

-Buenas caballero, ¿qué le sirvo?- dijo el tabernero que se encontraba tras la barra, limpiando unas jarras de cristal con un trapo. Este era bastante alto y ancho de músculos, con una barba espesa y una mirada penetrante de color verde claro.

Mis ojos amarillos se clavaron en él, -un vaso de leche caliente, por favor guau- le contesté.

Oh… “el pony infeliz”, lugar bastante acogedor a pesar de ser una simple taberna. Con alguno que otro cliente dispuesto a pasar un buen rato en un ambiente pacifico. Disculpen… ¿he dicho pacifico? Pues sí, al menos lo es por ahora.

Hoy nos encontramos en la Isla de Greenlyn. Un lugar bastante singular con una fauna de legenda. Alpha se había interesado en los diferentes tipos de criaturas que moraban en los diferentes rincones de la isla, adicional a una de las legendas más importantes de la misma: El Fénix, la legendaria ave de fuego.

Nuestro pequeño pirata se encontraba tomando de una deliciosa cerveza mientras su fiel compañera Suzaku disfrutaba de un delicioso aperitivo de pescado. En la mente del pelilargo estaba llena de muchas ideas, siendo una de ellas el cómo poder lograr mejorar cada día sus diferentes disciplinas. Pero pronto su meditación seria interrumpida por alguien que no esperaba verse, al menos no por ahora.

“¿Que hace el aquí?”

Era definitivamente él. Moja “Wordless”, el Mink que tiene como precio diez millones por su cabeza. Alpha le encanta mantenerse al tanto de todos sus competidores o futuros rivales en el campo de la piratería, y este gato no sería la acepción.

Y aquí era donde nuestro pequeño tendría que haber sido tranquilo y seguir estando en lo suyo ¿verdad? Pues… no. A pesar de ser alguien bastante inteligente y tranquilo, también tiende a ser muy territorial. Le miraba de reojo, detallándolo de pies a cabeza, a simple vista no tenía nada de especial. Pero muy bien lo dice el dicho: nunca juzgues un libro por su portada.

- Moja “Wordless”… ¿Qué trae un distinguido pirata como usted a un lugar tan aburrido como este? Creo que usted sabe… que los novatos en el mundo pirata nos encanta competir por quien es el más fuerte, mi señor Mink.

La mirada del herrero se notaba bastante desafiante, aunque la sonrisa de su rostro no desaparecía la verdad, es una de sus características después de todo. Ambos se encontraban a unos escasos cinco pasos el uno del otro. Aunque este quería escuchar sus palabras. Claro, si este tiene algo que decirle.

Apenas me estaban sirviendo mi bebida cuando aquel tipo que se encontraba tomando una cerveza me habló. Junto a el había una enorme ave, ¿eso era una montura? Ese animal era bastante impresionante. Me conocía, eso era debido sin duda a mi actual recompensa, la cual no era mucho. Sus palabras me dieron a entender que él también era un pirata, lo que me quitaba un peso de encima. No me apetecía encontrarme con ningún caza recompensas, aunque eso era complicado dada mi escasa recompensa. Quizás fuera cosa del destino, pero necesitaba a alguien para llevar a cabo aquel robo. Mi tripulación no era indicada para este tipo de trabajos y aquel tipo parecía interesado. Le eché una mirada amistosa.
-No soy realmente conocido, me sorprende que me reconozca guau. Por tu comentario deduzco que usted es también pirata guau. Has aparecido en el mejor momento, quizás te interese ayudarme guau- le solté, entonces me acerqué y le susurré -¿Te interesaría conseguir una potente suma de dinero? Poseo cierta información y necesito ayuda guau. Eso si hay que ser un poco discretos guau-

Dejé un momento para que se lo pensara, el cual aproveché para acercarme al camarero y susurrarle. Le pregunté si poseía información de un grupo de piratas. Esté me miro y me devolvió el susurro, dándome la localización de estos. Acto seguido puse una pequeña bolsa llena de monedas encima de la barra.
-Esto por mi bebida y la de mi amigo aquí presente, más un plus por su ayuda guau- le dije al camarero.
Después de eso me volví de nuevo hacia el pirata esperando recibir una respuesta.
-¿Te has decidido? Guau. Te aviso que no sera fácil guau- le pregunté.

El pequeño tenía tan cerca al Mink, a escasos centímetros. El simple hecho de tomarlo del cuello y hacer que su temperatura aumentara sería suficiente para hacerlo papilla en escasos momentos. Nuestro pequeño pirata quería hacerlo, estaba dispuesto a hacerlo. Pero cuando el escucho acerca de obtener cierta cantidad potente de dinero, las cosas habían comenzado a coger otro rumbo.

-¿Cierta Información?

El herrero observo como aquel felino pagaba por todo, incluyendo lo que él había consumido. Le miraba con bastante curiosidad y repasaba en su mente la idea de conseguir el dinero suficiente para resolver uno que otro problema y participar en la subasta que se celebraría en unos cuantos días. Alpha digirió la mirada hacia Suzaku. Ella le miro de vuelta mientras le hacía un gesto de afirmación, si su compañera no le daba mala espina sobre este nuevo individuo que había llegado a su vida, no había nada que temer.

-Por mi parte estoy decidido a ayudarlo si ambos vamos por partes iguales señor Moja, además podría aclararme una que otra duda. Dicen las malas lenguas que usted recientemente ha ingresado en cierta tripulación pirata ¿es cierto eso?

Alpha tomaba el pico de su compañera para que esta lo llevara hasta su lomo, esperaría a que Moja diera los detalles de esta tarea y cabalgaría junto con él. Aunque por dentro se preguntaba muchas cosas, pero el pelilargo no tenía por qué pensar sobre esas cosas. El tiempo apremia.

Aquel hombre aceptó mi propuesta, aunque siempre se ha dicho que nunca se puede confiar plenamente en un pirata. Luego me preguntó sobre si era verdad que había entrado en una banda pirata a lo que respondí.

-Sí, es verdad, ahora estoy en los Jigoku no Kaizoku guau. Hace un tiempo me encontré con el capitán, y por casualidades de la vida terminé entrando a la banda guau- le contesté.

Este se montó en su enorme ave y me instó a que subiera con él. Estaba claro que aquella ave podría ahorrarnos algo de viaje. No me inspiraba mucha confianza pero terminé accediendo a su ofrecimiento. Di un pequeño saltó me monté encima de aquella bestia. La última vez que había montado encima de algo fue en Sarmia, cuando aquel camello lo lanzó por los aires. No fue un recuerdo agradable, pero fue una gran lección. Le indiqué por donde debía de ir y la enorme ave echó a correr.

-Y tu, ¿perteneces a alguna banda pirata? Guau- le pregunté.

-Los piratas como yo no somos bienvenidos en todos lados…

Observaba con tranquilidad el camino mientras la súper ave corría a toda velocidad. Su mente se llenaba de pensamientos de nuevo. Es cierto que este hombre no era un pirata común, amaba la guerra más que nada y deseaba construir un imperio expansionista pirata, y para ello debería convertirse en un capitán pirata.

-Por los momentos no pertenezco a ninguna tripulación pirata. Planeo crear una propia, pero eso lleva tiempo, esfuerzo y dinero.

Al decir esto último, sabía que el dinero era uno de los factores más importantes al momento de hacer crecer un proyecto como el que tenía este pequeño en mente. Alpha no pudo evitar suspirar un poco ansioso, deseaba ser fuerte y poderoso lo más rápido posible, pero en el fondo, sabia necesitaba paciencia, mucha paciencia.

-¿Cuál es el plan señor Moja? Me gustaría saber contra quienes vamos y si están bien armados.

Continuábamos montados en aquella hermosa ave, camino al lugar donde me había comentado el tabernero. Fue entonces cuando el pirata preguntó cuál era el plan. Por desgracia a mí me gustaba improvisar sobre la marcha. No podía proporcionarle muchos detalles ya que sabía poco. Mi idea era una vez cerca observarlos y buscar una manera de robarles el oro.

-¿El plan? Poco puedo contarte sobre ello guau. Nos dirigimos a la guarida de unos piratas conocidos, los cuales han robado hace un poco, una ingente cantidad de dinero guau. Mi idea es básicamente saquearlos, quitarles todo el dinero que han robado guau. No hay un plan en concreto porque no sé cómo es su base guau. Pero según tengo entendido el precio de la cabeza del capitán, ha subido a cincuenta millones de berries tras el último golpe que dieron guau. Espero que sepas pelear por que no va a ser nada fácil, a unas malas podría contactar con mi tripulación para que nos ayuden guau- le comente.

Al poco llegamos a una pequeña pradera despejada, al fondo se divisaba una enorme masía. A nuestra derecha se encontraba un pequeño bosque, este rodeaba el prado hasta casi la masía. No podíamos acercarnos tan descaradamente. La única opción era cruzar a andando por el pequeño bosque hasta acercarnos sin ser detectados.

-¡Para! Nos bajaremos aquí guau- le dije, -A partir de aquí es mejor ir andando a través del bosque guau. Nos acercaremos sigilosamente para ver contra cuantos nos enfrentamos guau- le comenté. –Por cierto antes de seguir ¿Cuál es tu nombre? No me lo has dicho aun y puedes tutearme, no soy ningún señor guau-

-Así que este es el lugar.-Dijo el pequeño.- Un golpe rápido sencillo y discreto. He de asumir que no dejaremos a nadie con vida ¿Correcto? En cuanto a mi nombre, soy Freites D. Alpha

Al bajarse de Suzaku, le indico que montase guardia y avisara en caso de que alguien más se acercase. Fue avanzando junto con Moja por el bosque, observo la edificación y en la puerta de entrada se encontraban un par de guardias, dos para ser exactos. Alpha no puedo evitar sonreír, quería lanzarse a por ellos y entablar brutal batalla, pero incluso él sabía que hacer eso era estúpido y sin sentido. Aun el ansia de batalla no lo domaba, y quería llegar a saber de qué hecho su compañero gatuno.

- Digamos que mi punto fuerte es el cuerpo a cuerpo Moja.- Le había hecho caso, ya dejaría la formalidades de lado.-  ¿Puedes encargarte de aquellos dos desde aquí? Luego te podría brindar alguna clase de apoyo para que pudieras llegar a un punto alto y me generes cobertura, se me da mejor el combate cuerpo a cuerpo en solitario, ya que poseo cierta habilidad que lastimaría a mis aliados. He escuchado que los Minks pueden lanzar rayos desde la distancia o algo así.

Se observaba tranquilamente a los enemigos luego de aquellas palabras, también podría atención en su amigo gatuno. Tal vez este podría enseñarle algo nuevo ¿No?

El pirata dijo algo que no me hacía mucha gracia, esto era la idea de matarlos. Siempre he preferido no tener que matar a nadie, de hecho lo evitaba en lo posible. Pero no estábamos en el colegio y si era necesario se hacía.

-La idea de matarlos no me llama mucho, pero si peligra mi vida no dudaré en hacerlo guau. Tu eres libre de hacerlo Freites guau. Vamos a darnos prisa no quiero que se nos eche la noche encima guau- le respondí.

Mi sentido de la orientación era bastante bueno de día pero por la noche era más complicado. Era más fácil perderse de noche y no quería jugármela en una isla que desconocía, mientras pudiera ser perseguido. Avanzamos por aquel bosquecillo hasta aquella casa perdida de la mano de dios. Nos acercamos silenciosamente, intentando hacer el menor ruido posible. Llegamos hasta un arbusto donde nos escondimos. Desde ahí pudimos ver a dos hombres en la puerta, los cuales estaban haciendo guardia. Freites me comento que su especialidad era el cuerpo a cuerpo, así que yo le apoyaría con mi rifle.

-Si es verdad que los mink poseemos cierta habilidad de rayos, pero para poder usar esta a distancia se necesita mucho entrenamiento, el cual yo no poseo actualmente guau- le susurré, -Aun así, eso no es impedimento para mí, yo me encargo de esos dos-

Saque mis dos dagas, Nenya y Narya, las cuales tenía escondidas las cargué con mi electro y las lancé hacia arriba. Estas describieron un ángulo curvo, de tal manera que rebotaron en la pared y se clavaron en las espaldas de aquellos tipos. Gracias al shock del electro, estos ni gritaron, cayendo a plomo al suelo en completo silencio.

-Rápido escondamos los cuerpos antes de que alguien se dé cuenta guau- le dije a mi nuevo compañero. Acto seguido fui a por uno de aquellos tipos y lo arrastré hasta el matorral, esperando que Freites hiciera lo mismo. Una vez allí golpee la cabeza de tal manera que no pudiera despertarse en un buen rato.

-Nada mal.-Susurro.- Es primera vez que veo algo así.

Cuando ambas personas cayeron inconsciente, Alpha le siguió le siguió el paso a Moja, pero a diferencia de él, el pequeño era bastante fuerte. Se montó en el hombro a uno de los sujetos mientras lo colocaba en el matorral. Ver golpear al sujeta para noquearlo causaba bastante curiosidad en el pequeño pirata ¿en serio no mataba si no era necesario? Bueno, cada quien es libre de llevar su vida como guste, y por respeto al Mink, el herrero no tomaría la vida de nadie si no fuera necesario.

- Veamos…- Alpha dio un fuerte pisotón en la cabeza de aquel hombre. Definitivamente no despertaría en un buen rato. Con ambos guardias inconscientes, el pelilargo avanzaba cuidadosamente, con cautela y rapidez. Abrió un poco la puerta y observaría unas tres personas más. Alpha le hizo una señal de tres con los dedos al gato, esperando que entendiera el mensaje. Alpha miro sobre la pared, con una idea.

-Ve por arriba.- Susurraba – Esta es la parte donde yo peleo y tú me cubres, y no me gustaría que quedaras en el fuego cruzado.

Coloco sus manos sus manos juntas, se fleciono esperando que el Mink aceptara la idea, si la aceptaba, este le arrojaría hacia el borde de la pared para que se sujetara y pudiera generar cubrirle desde la distancia.

-Hazme una señal si ves que algo no anda bien.

Vi como Freites me imitaba trayendo al guardia hasta el matorral e hizo lo mismo lo noqueó. Mientras yo recuperaba mis preciadas dagas, pude ver como se iba hasta la puerta a investigar. Me hizo una señal levantando tres dedos, la cual entendí como tres tipos más dentro. Acto seguido me indico que fuera por arriba, que él se encargaba de estos. No sabía de lo que era capaz aquel tipo, pero se le veía bastante confiado para poder encargarse de tres tíos.

Terminé accediendo a su petición haciéndole una señal con el pulgar hacia arriba. Me acerqué al muro y me asomé un poco. Por suerte aquellos tipos estaban despistados, dando un buen salto subí hasta lo alto del muro. Desde aquí no tenía mucha visibilidad, así que termine yendo con sumo cuidado hasta un tejado que tenía al lado. Una vez allí descolgué mi fusil y me tumbé en el tejado. Inmóvil y observando de lo que era capaz mi nuevo compañero. Los tres tipos estaban jugando a las cartas, en una mesa del patio. Estaba expectante por ver lo que podía hacer Freites.

-Ok… aquí vamos otra vez.

Observaba con tranquilidad a los sujetos que se encontraban jugando en la puerta, dos armados con espadas y uno con una pistola. Sería fácil acabar con aquellos que tenían las armas cuerpo a cuerpo, pero el que tenía la pistola dificultaba un poco el trabajo. Bueno… nuestro compañero felino está cubriéndolo por el techo después de todo, además no se encontraría en el fuego cruzado, sería una lástima si saliera lastimado por culpa del pequeño, pero para suerte de ambos este no era el caso.

El pelilargo salió corriendo en dirección hacia sus oponentes. Estos reaccionaron sorprendidos, interrumpiendo su juego para colocarse en guardia contra el pequeño herrero. Alpha con martillo en mano y una enorme sonrisa en el rostro listo para batallar. El hombre de la pistola apuntaba al herrero, pero antes de presionar el gatillo, se escuchó otra detonación por otro lado. Un disparo que interrumpió la acción de aquel sujeto, disparando justo en la pistola de aquel hombre.

-Definitivamente no te gusta matar a nadie. – Susurraba. Luego, el pequeño dio un gran salto y abanico con fuerza en la cabeza del primer oponente. Este intento bloquear, pero llevaba mucha fuerza el golpe, tragándolo de lleno y cayendo noqueado. El segundo intento cortarlo en el brazo. Alpha le vio venir, y utilizando ambos brazos planto cara a aquel hombre chocando su espada con un martillo en un brutal impacto, pero aun así el pequeño se mostraba más fuerte, la espada del sujeto salió volando de las manos de su dueño y este simplemente le noqueo propinándole un martillazo en toda la barbilla, con este ya era el segundo.

El tercero sería un caso especial. El hombre entro en pánico e intento golpear la cara de Alpha, pero para sorpresa de todos este se dejaría dar. Pero, este chiquillo tenia su habilidad en ese momento activada. Estaba totalmente a tope, y cuando este le dio, fue mas el dolor por golpear un cuerpo a trecientos grados que el que había recibido el pelilargo. Mientras este golpe trataba de lidiar con el dolor en su mano copo podía. Alpha dio un simple paso al frente y le atino en la cien un gran golpe a máxima temperatura, dando como resultando un guardia a la parrilla.

Es broma, estaba noqueado. Pero en la cien tenía una fea quemadura.

Desde lo alto de aquel tejado pude ver como Freites se lanzaba a la batalla. Me fijé que uno de ellos portaba una pistola, lo que podría suponer un gran problema para el pirata. Respiré hondo y apunté a la pistola de aquel hombre. Era un disparo fácil, no debía de estar a más de treinta metros de ellos. Solté el aire lentamente y apreté el gatillo dejando que el disparo me sorprendiera, igual que hacia siempre. La explosión del disparo retumbó por todo el lugar. Este acertó en el arma de aquel hombre, destrozándola en mil pedazos.

Después de aquello Freites hizo su trabajo y acabó con aquellos piratas. La verdad sus movimientos fueron un deleite para la vista, sacando a relucir su habilidad. Esta era algo relacionado con el calor, ya que aquel tipo en el suelo tenía quemaduras en su mano y su frente. Pero no había visto llamas lo que me resultó verdaderamente extraño.

Al poco y como me temía, aparecieron otros cuatro tipos por la puerta de la casa. Mi disparo había alertado a aquellos rufianes. Los observé detenidamente y pude ver que uno de ellos cargaba una pistola, dos tenían espadas y el último era un tipo que alcanzaba los dos metros de altura, con una espalda el triple de grande que la mía y sin armas a la vista excepto sus enormes puños.

-Cuidado, tenemos compañía guau- le dije a Freites.

-Rayos…

Al percatarse de los nuevos oponentes, el pequeño dio un salto utilizando hacia la mesa, tumbándola al suelo para utilizarla como cobertura. Los disparos comenzaron a venir de aquí para allá, y Alpha disfrutaba como si fuera un niño jugando en el patio de recreo.

-¡ESOS CINCUENTA MILLONES SON MÍOS!- Gritaba totalmente emocionado, ya se estaba dejando llevar por el momento.

Los disparos comenzaban a consumir a romper en pedazos le mesa que estaba siendo utilizada como cobertura.

-¡AL DE LA PISTOLA! ¡QUE NO ME DEJA AVANZAR!

No podía moverse, todo el mundo estaba a cubierto y los dos pistoleros eran los encargados de resolver el problema desde la distancia. Alpha intento asomarse un poco para ver situación y un disparo le pasó rozando justo por la mejilla. Luego de eso volvió a tomar cobertura esperando que el felino pudiera resolver este problema lo más rápido posible.

-¡NO TENGO TODO EL DÍA!

El tipo de la pistola y uno de los espadachines, el cual sacó una pistola de su espalda, empezaron a disparar sin dilación. Por suerte Freites pudo esconderse detrás de la mesa que los piratas habían usado para jugar a las cartas. Tenía que sacar a mi nuevo compañero de aquella situación. Tiré del cerrojo de mi fusil introduciendo un nuevo cartucho en la recamara. El primer tipo se notaba que era diestro pues sujetaba la pistola con la derecha. Ese fue mi primer objetivo, me concentré de nuevo y esta vez realicé dos disparos casi seguidos. Impactando cada uno de ellos en cada hombro de aquel tipo, dejándolo completamente inutilizado.

Mientras el espadachín seguía disparando y la mesa tras la que se cubría Freites se hacía cada vez más pequeña. Volví a cargar mi fusil y realicé de nuevo dos disparos, pero por desgracia solo uno impacto en el brazo. Ya que estaba atento tras ver caer a su compañero. Aquel disparo hizo que se le cayera la pistola, dándole una oportunidad a mi compañero.

-¡Rápido! Ahora es el momento de que contraataques guau- le grité.

Al escuchar a moja, el pequeño se lanzó a toda velocidad hacia sus enemigos, y al llegar lanzo una ráfaga de golpes y martillazos a sus contrincante. Provocando una mini-revuelta de tres contra uno, el sujeto más grande se quedaría observando como Alpha se daba de golpes con sus subordinados, pero después de un rato el resultado se había dado a conocer. Alpha habría salido victorioso, con uno que otros cortes en su cuerpo, sangraba pero aun así se mostraba tranquilo, él sabía que al terminar esto, Suzaku llegaría con los vendajes para cerrar las heridas. Pero ahora era momento de un problema más grande.

-Así que tu vales Cincuenta millones.- Decía sonriente el pequeño herrero al gigante.- Vamos a ver… Tu vales igual vivo o muerto mi amigo, además que tenemos que encontrar donde guardas tus tesoros.


El último oponente, el capitán. No hablaba mucho pero parecía a simple vista un hombre fuerte, bastante fuerte la verdad. Lo primero que ocurrió fue un primer intercambio de golpes. Alpha chocaría su martillo en contra de su puño, dando como resultado que el pequeño saliera volando contra la pared atravesándola.

-…Este si pega duro… no me dio tiempo de utilizar mi habilidad…

El pirata se levantó saliendo de nuevo al patio. El gigante le esperaba en el centro con los brazos cruzados. Con una mirada desafiante. Alpha solo sonreía y miraba de la misma manera.

- Eres un digno oponente…

Freites se deshizo de todos menos del grandote, con el cual empezó un intercambio de golpes, que hizo que el grandote acabara atravesando una pared. Pero algo no cuadraba en las palabras de mi nuevo compañero. Al momento lo entendí, este lo estaba confundiendo con el capitán de estos piratas. Al pensarlo me llevé una mano a la cara, en realidad la culpa era mía, pues en ningún momento había descrito la apariencia del capitán. Ese grande era su primer oficial, Jhonny Labiossellados el primer oficial de este grupo de piratas. Luego le diría a Freites de quien se trataba, primero había que acabar con él.

Cargué mi fusil de nuevo y disparé contra aquel enorme pirata. Por desgracia para mí, ese disparo solo reboto en el cuerpo de aquel pirata. ¿Eso era haki de armadura? Era la única razón por la que podría haber rebotado mi tiro en él. Decidí probar otra cosa y entonces imbuí mi fusil en electro y volví a disparar de nuevo, la bala volvió a rebotar, pero el electro hizo su función y paralizó parcialmente a aquel tipo. Dejando una apertura para que Freites pudiera acabar con el.

-Acaba con el guau- le grité desde lo alto del tejado.

-Lo tengo…

Alpha rodeo rápidamente al gigantón, al momento de estar en su espalda. Dio un salto colgándose en el cuello. Una mata león aumentando la temperatura al máximo poder.

-Te vas a morir ¡MALDITO!

El hombre recupero la movilidad. Se sacudía a más no poder tratando de soltarse, pero era inútil. Incluso estrello la espalda contra la pared, pero el pequeño resistía aun. Una vez que este se sujetaba contra su objetivo, nada hacía que se soltara de él. La carne del hombro se fundía en la piel del pequeño, incluso el haki de armadura no lograba mitigar todo el daño, hasta que llego un punto que el gigantón perdió la conciencia, comenzando a hacer espasmo, cayendo al suelo. Una vez que este dejo de hacer espasmos. Alpha le soltó colocando el pie en la nuca de este.

- Cincuenta millones adicionales, sí señor..

Busco rápidamente a su compañero con la vista, dándole una señal con el pulgar. De pronto Suzaku llego a gran velocidad, estaba agitada. Pero eso significaba solo una cosa.

-¡MOJA! ¡TENEMOS MAS COMPAÑÍA!

-Ese no es el capitán Freites guau- le grité, al ver como acababa con aquel enorme tipo.

Entonces vi como el enorme ave de mi compañero llegaba a escena, esta parecía agitada. Me grito que teníamos compañía y entonces escuche como una teja del tejado crujía tras de mí. Me giré y pude verlo claramente, el capitán de esta banda estaba detrás de mí. Su nombre era Mike el carnicero y portaba un enorme cuchillo de carnicero. Debía de medir un metro con ochenta, calculado a ojo. Una poblada barba cubría casi toda su cara, solo dejando ver su enorme nariz y sus ojos rojos como la sangre.

No me dio tiempo a reaccionar y en un instante tenía ese enorme cuchillo a un centímetro de mi cabeza. Por mis ojos pasó mi vida completamente, como si de diapositivas se trataran. Estaba a punto de morir en ese momento, pero aún me quedaban cosas por descubrir. Mi propia voluntad de resistirme a la muerte salió a la luz, en forma de una pequeña armadura. Esta paró el golpe justo cuando iba a impactar contra mí. Sin duda alguna era haki de armadura y eso hizo que salvara mi vida. El rebote del cuchillo contra mi cabeza hizo que el capitán pirata diera unos pasos hacia atrás. Dándome el tiempo necesario para salir de esa posición de desventaja y poder apartarme de aquel tipo.

-Así que ustedes sois los tipo que se ha atrevido a ponerle al mano encima a mi banda- dijo aquel hombre, -¿Venís en busca de mi tesoro? Cogedlo si es que conseguís salir con vida de aquí-

-¿Este no es el capitán? Rayos…

Alpha se notaba algo confundido. Estaba totalmente seguro que ese era el capitán, o al menos ese le decía su instinto. Los segundos fueron pasando y Suzaku se disponía a entregarle los vendajes para que el pequeño pudiese tratar sus heridas. Pero antes de siquiera poder comenzar, apareció un enorme hombre en el techo justo al lado de Moja, este poseía un enorme cuchillo de carnicero y estaba totalmente cabreado.

Observo a mojar recibir un corte, Alpha ya había pensado lo peor, pero antes siquiera asumir que su compañero había pasado a mejor vida, el vio que no habría sufrido daño alguno.- ¿Haki?- No era extraño asumir que su compañero podía usar este poder también, pero no era momento de pensar en eso, al menos por ahora.

-Suzaku…

Su fiel acompañante le monto sobre su lomo lanzándose en carrera dando un gran salto para llegar al techo. Bajo rápidamente y se percató que su compañero estaba bien. Ya no era un uno contra uno, era totalmente un dos contra uno.

-Aquí voy…

Alpha se lanzo contra aquel enorme sujeto, chocando su arma contra la de el. Esta vez si era mas igualada la situación, el estaba preparado. Pero aun así el impacto que le había propinado el gigantón al pelilargo fue tan potente que loro hundir al pequeño un poco en la superficie del techo. Pero para suerte de todos, el techo resistía bastante bien.

Los últimos acontecimientos me habían dejado un poco anonadado. No era la primera vez que despertaba un haki. Pero esta vez la sensación había sido totalmente diferente. Recordó como el cuchillo del capitán rebotó en su cabeza. Pude ver como Freites se subía en su enorme ave y esta lo ayudaba a subir al tejado. Después de eso se lanzó a por aquel pirata, intercambiando unos golpes con su martillo.

Aproveché el momento para coger algo más de distancia, dado que no estaba entrenado para dar pelear cuerpo a cuerpo. Una vez tuve algo de espacio volví a cargar mi fusil, apuntando al pirata desde una posición agachada. Apoyando mi rodilla en el techo, para así aumentar mi precisión y ser mucho más estable. Solo me quedaban tres cartuchos en el cargador. Ajusté mi visor a la distancia y respirando hondo realicé un disparo apuntando a la cabeza. El sonido de la bala salir de mi fusil se oyó en todo el prado. Pero lamentablemente la bala rebotó en la cabeza de aquel enorme tipo. Otro usuario de haki de armadura, eso empeoraba las cosas.

-Gatito necesitaras algo más que eso para matarme- dijo riéndose a carcajada limpia. Mi electro era mi segunda opción, pero al concentrarme para realizar el segundo disparo, el pirata se abalanzó sobre mi dejando atrás a mi compañero. –no te voy a dejar que me dispares por segunda vez gatito-

Apenas pude parar el golpe del enorme cuchillo con el fusil, el cual sufrió un par de marcas en su carcasa. Este fue tan fuerte que el tejado debajo de mi cedió haciéndonos caer dentro de aquella casa.

La situación se estaba saliendo de control. El capitán pirata enemigo se movía a una velocidad impresionante, incluso para ser tan grande. El herrero se lanzó una vez más al ataque, se introdujo dentro del agujero donde el enemigos había caído con su compañero, pero el barbudo gigante ya se encontraba esperando al pequeño.

El oponente de Alpha, de un momento a otro comenzaría a aumentar la velocidad de sus cortes. El pequeño trataba de hacer todo lo posible para bloquear la gran mayoría de los ataques, pero era inevitable no recibir uno que otro corte en algún lugar de su cuerpo.

Fue cortado en los brazos, pecho, las piernas y un poco en el abdomen. Gracias a su increíble resistencia los cortes por sí solo no eran gran cosa, pero el sangrado ya comenzaba a ser un problema.

Pero aun así, los intercambios no se detenían. El herrero estaba más concentrado que nunca ¿y cómo no estarlo? Era uno de los oponentes más fuertes con los que ha tenido que luchar hasta ahora y un simple descuido significaba el fin de su vida. Pero de pronto, ocurrió algo maravilloso para Alpha, tal era su nivel de concentración que lo llevaba a lograr ver un poco el futuro, poder prevenir las intenciones de su oponente, pero este pudo ver como el hombre le cortaba la cabeza de un solo tajo con un fuerte abanicado de su cuchillo.

Solo fue una fracción de segundo, pero lo suficiente para poder reaccionar al ver que el hombre realizaba la misma acción que en su visión. Esquivando totalmente a tiempo y propinando un fuerte martillazo en su rodilla izquierda. Los huesos comenzaron, era que Alpha habría roto la rodilla de aquel hombre.

- ¡Moja ahora!

La caída desde el techo me había dejado hecho polvo. Una pequeña nube de polvo cubría toda la sala. Por su tamaño debía de ser un salón bastante grande. Todo habría estado a oscuras salvo por el poco de luz que dejaba entrar el agujero del techo. Aparté los escombros como pude y pude sentir como me había echo bastante daño en el codo izquierdo. Apenas podía mover dicho brazo y eso no era bueno de cara a seguir con aquella batalla, pues no podría apuntar bien con mi fusil.

Al poco se disipó el polvo y pude ver claramente como Freites se lanzaba de cabeza contra aquel enorme pirata, el cual ya se había levantado. Empezando así una dura pelea entre aquellos dos contrincantes. Me incorporé a duras penas, pues el dolor de mi codo era bastante intenso. Mi corazón latía a mil por minuto, sentía que se me iba a salir del pecho. Hacia bastante que no estaba en una lucha tan encarnizada. Encaré el fusil hacia aquel tipo como pude. Y a la señal de mi compañero me dispuse a dispararle, pero entonces una teja voló hacia mí, golpeando el fusil. El disparo salió desviado en dirección a Freites, hacia su pierna.

Aquello no era algo normal, ¿aquel tipo también utilizaba haki de observación? Otra explicación no entraba en mi cabeza, como pudo sino averiguar que le iba a disparar en ese momento.

-¿Estas bien? Guau. Creo que posee los haki de armadura y observación guau- le grité a mi compañero.

-No pasa nada, no es tan grav-puajj.- Antes de poder terminar la oración, el carnicero tomo a chiquillo del cuello arrojándolo contra la pared mas cercana, atravesándola. Alpha se halló dentro de un pasillo con un montón de escombros encima. Respiro profundamente mientras se levantaba lentamente. Aun podía luchar, pero el dolor que esta sentía era algo que no podía describir con palabras.

-¡Zehahaaha!- Reina el pequeño a carcajadas ¿estaba totalmente emocionado o estaba loco? Bueno, puede ser ambas, dependiendo de la perspectiva de cada quien.- Esto es tan emocionante, eres fuerte y sin lugar a duda matarte será algo que valdrá la pena.- De pronto, el cabello de Alpha comenzó a encenderse en llamas. Alpha miraba a su enemigo con una sed de sangre y un instinto asesino inhumano. Se lanzó una vez más, Mike logro interceptarlo apuñalarle el hombro, pero al hacerlo Alpha le tomaría de la mano con todas sus fuerzas, haciendo que el calor afectara a su oponente, logrando que este soltara el cuchillo. Pero aun así el grandote no se rendía, había cubierto la otra mano con su haki de armadura para poder darle un golpe en la cien a Alpha, este no pudo evitar el golpe retrocediendo unos cuantos pasos, aun así, golpear al herrero tenía sus consecuencias.


-Rodilla rota, manos quemadas ¡MUÉRETE DE UNA VEZ!

Mi disparo dio en la pierna de Freites, pero esta por lo visto lo la rozó. Pues un impacto de un calibre cincuenta podría llegar a dejarte un buen agujero. Este me estaba diciendo que se encontraba bien cuando lo agarró el capitán por el cuello y lo lanzó contra una pared. Yo me quedé sorprendido al ver esto. Pero mi compañero se levantó y continuó peleando con aquel hombre. Vi como el pelilargo activo su habilidad quemando las manos de este. No sin antes recibir un puñetazo cargado con haki, el cual pensé que le tuvo que doler bastante.

-Malditos cabrones me las pagareis- comentó el capitán pirata.

El capitán pirata apenas se podía mover por rodilla rota por el anterior golpe del martillo de Freites, además sus manos estaban quemadas haciendo que este perdiera su enorme cuchillo de carnicero. Aun así no podía acercarme fácilmente a aquel tipo. Solo me quedaba un cartucho en la recamara y mis hermosas dagas. No me sería fácil disparar con mi brazo izquierdo inutilizado, tenía que encontrar la forma de acabar con ese tipo. Una idea se me pasó por la cabeza.

Alcé mi fusil hacia aquel tipo y realicé mi último disparo apuntando hacia aquel tipo. El tipo usó su haki de armadura para pararlo. Pero lo que no se dio cuenta era que detrás del disparo me había lanzado yo con una de mis dagas imbuida en electro hacia él. Clavándosela en el costado y haciendo que el electro lo paralizara temporalmente.

-Ahora Freites, acaba con el guau- le grité a mi compañero.