La primera de los Dragones [Priv. Aslaug y Zuko]

Corría por las calles de Water Seven con Shiro. Iba lo más rápido que podía. Se había ausentado desde hacía rato y posiblemente Misa estuviese preocupada por ella. A ratos paraba para tomar aliento. Recordaba perfectamente las calles por las que había vuelto, su memoria era perfecta. Después de otro rato corriendo sin parar, logró llegar a los muelles. Allí se perdió entre barcos en obras hasta que logró divisar en el que había llegado a la ciudad del agua.

Al ver a Misa sonrió.

-Me han avisado de que necesitan un recluta - Dijo sacando un papel.

-¿Mi primera misión? - Inquirió con una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Qué emoción!

La marine sonrió.

-Dirígete hasta esta calle - Señaló en el papel. - Es dónde está el cuartel general, en la entrada te estarán esperando.

La recluta cogió el papel, lo leyó y lo guardó en el bolsillo.

-Vamos, Shiro.

Tras eso, echó a correr lo más rápido que pudo y, a lo lejos, se podía escuchar a Misa gritar que tuviese cuidado. Que impaciente era la pequeña recluta y, a la vez, emocionada. En su cabeza se iban formando mil historias sobre lo que tendría que hacer. A lo mejor detener criminales importantes o... o... rescatar a alguien. Se sentía una heroína.

Atravesó canales hasta llegar a la puerta del cuarte, donde ya estaban otros dos chicos y un hombre. En cuanto llegó pasó la mano a la cabeza haciendo el saludo militar.

-¡La recluta Aslaug se presenta! - Exclamó alegremente mirando al más alto de todos, con una quemadura en el ojo. Aunque luego su sonrisa cesó al ver lo serios que estaban todos y Shiro, como no, les ladró.

La emoción que tenía hace unos minutos se desvaneció en cuanto habló el señor de la cara quemada. Parecía tan serio que le dio la impresión de estar enfadado. ¿Acaso eran así todos los superiores? ¿Unos amargados? Pensó enfurruñada. Cuando iba a responderle sobre su uniforme un recluta se le adelantó. Se cruzó de brazos y guardó silencio.

Shiro les gruñó.

A Aslaug no le gustaba nada el uniforme de la marina, era incómodo y le daba picor. Ella estaba acostumbrada a las ropas naturales de la isla del cielo, prefería llevar una chapita identificadora a ponerse un traje así.

La recluta vio como tiraba el cigarro al suelo. Que señor tan desconsiderado, tirando cosas así. ¿Es que no tenía respeto por lo que le rodeaba? Cada vez se sentía menos cómoda. Si esto le esperaba siempre... no sabía que haría con su vida.

Suspiró y prestó atención a la charla.

Al parecer tenían la misión de encontrar unos criminales que andaban sueltos por el reino del agua. Era una banda pirata al parecer, estos serían las malas personas de las que le había hablado Misa. Miró el cartel de Se Busca y luego otros, arrebatándoselos de las manos a sus compañeros. Estos la miraron raro, pero hizo caso omiso.

Cogió el Den Den Mushi y se quedó sorprendida mirándolo. Qué... cosa tan rara, pensó. Después, con las últimas palabras del sargento, la emoción que tenía para ir tras el capitán se desvanecieron de nuevo.

-Pero - Musitó -. Da igual...

Aslaug cumplió lo que dijo él y abandonó el cuartel junto con sus compañeros.