Una travesia inesperada [Pasado][Privado {Coas11} {Maximilian D. Frinz}]

El sabor de una taza de té se combinaba bastante bien con el dulce aroma de los panecillos calientes que había horneado Hige. Mi peludo compañero siempre parecía estar de buen humor para cocinar y no podía negar que era ya parte imprescindible en nuestros viajes. Me encontraba solo en el comedor, los demás ya estaban en la cubierta. Era bastante extraño que me despertara tarde, pero aquella noche no pude dormir bien. El té me relajaba bastante y a igual que lo hacía el café para otras personas, aquella bebida hecha de hierbas me despertaba. Ryuto apareció caminando con saltitos graciosos hasta donde estaba yo. Su particular cabellera purpura siempre me había parecido bastante llamativa para una persona, al igual que su forma vestir.

-Apresúrate a subir – dijo girando de una manera extraña -. Parece que alguien se acerca.

-Okey, voy enseguida – respondí sonriéndole mientras veía su brazo estirándose para coger uno de los panecillos que estaba en la mesa.

Luego de que terminé de beber mi taza con té, estiré mi cuerpo un momento. Subí a la cubierta y Owen me esperaba con una expresión bastante seria, típica de él.

-¿Qué pasa?

-Eso – dijo señalándome hacia la derecha de nuestra posición.

Un barco avanzaba hacia nosotros. Cuando estuvo a una distancia cercana, noté que eran piratas. Al menos una multitud de 50 hombres blandiendo espadas, rifles y pistolas, asomaban en la cubierta.

-No parecen amigables – dijo Ryuto con una sonrisa pícara en su rostro.

-Deben ser los responsables de que los restos de ese galeón, que vimos hace unos días, estuvieran flotando - dije mientras me acomodaba la katanas de mi cintura.

-Sera un buen ejercicio matutino – dijo Owen tronándose los huesos de los dedos.

No podía estar más de acuerdo con mi fornido compañero. No lanzamos al ataque cuando estuvieron ya bastante cerca. Uno a uno, los hombres fueron cayendo. Owen destrozo algunos brazos, yo por mi parte los dejaba inconscientes al golpearlos con la parte sin afilar de una de mis katanas. La batalla no duro más de media hora y pronto tomamos todo el botín que poseían. Los dejamos que se quedaran con su barco y nos alejamos rápidamente.

Al menos dos horas después de eso, a la distancia apareció una isla. Revisamos algunos mapas que habíamos obtenido de un barco de los marines y si no nos equivocábamos nos acercábamos a Old Sant Mountain.

-El lugar no parece muy peligroso – dije mirando a mis compañeros.

-Eh oído cosas, solo rumores – dijo Owen mirando el mapa nuevamente.

-Iré a averiguar que de interesante tiene.

Estuvieron de acuerdo en que fuera solo, ya que parecía que nadie estaba de humor para desembarcar. Fuimos rodeando la isla par a encontrar un lugar donde desembarcar, pero al ver que el único lugar para poder entrar era una playa, decidí tomar uno los botes y acercarme remando. A la distancia, pude notar algo extraño. Había otro bote cerca a la playa y no muy lejos de allí, la figura de una persona. Descendí del bote y tiré de el para que la marea no se lo llevara.

-Hola – dije acercándome al extraño.

No quería parecer agresivo ni poco cordial, así que debía ofrecerle mi ayuda si estaba problemas.

Había escuchado en la isla del karate que en esta isla había grandes tesoros y como yo ando escaso de dinero me pareció bien ir a esa isla, llegue remando en un bote que justo antes de llegar a la orilla apareció un monstro marino que destrozo mi bote, así debido a que tengo una akuma no mi, las olas me llevaron asta la orilla de la isla , por lo que se veía la isla tenia mucha fauna y muchos animales que jamás había visto.

Camine un rato cortando arboles con Sumairuhaiena para poder guiarme por la isla y no perderme, cada segundo que caminaba sentía que me estaban observando pero pensé que tal vez era algún animal ya que la isla no parecía habitada aunque encontré espadas clavadas al suelo y calaveras colgadas de los arboles como si alguien o algo quisiera espantar a los visitante, también encontré arboles con marcas gigantes de garras como si un animal quisiera marcar territorio, me acerque a uno de los arboles-Que clase de animal dejaría una marca tan grande de garras?-.
Mientras mas caminaba mas cosas extrañas encontraba, encontré un rastro de sangre, comencé a seguir el rastro por su alguien estaba herido y quizás necesitara ayuda asta que encontré el cadáver de un oso allí terminaba el rastro, el oso estaba lleno de heridas como de espadazos y de balazos, miro hacia el suelo y veo huellas de zapatos, así que pensé que alguien había seguido al animal para terminar de matarlo.-Que clase de hombre es capas de matar a un animal de esa manera, mientras ya no puede defenderse, juro que voy a matarlos-

Camine un rato siguiendo la huellas asta que encontré que en una parte las huellas se multiplicaban parecía que había un grupo de 50 personas, seguí las huellas asta que encontré un pequeño grupo de 4 personas, me escondo detrás de unos arbustos para escuchar de que hablaban asta que uno de ellos dice -Que paliza le metió el capitán a ese oso eh.-
En cuanto escuche esas palabras salte hacia el tipo, lo tome del cuello y desenfunde a Sumairuhaiena y la apreté contra su cuello asta que salga un poquito de sangre-Corran y díganle a su capitán que escape por que lo voy a buscar y lo voy a hacer sufrir diez veces mas de lo que lo hiso sufrir a ese animal.-
Lo solté pero uno de ellos tenia que hacerse el valiente e intento clavarme la espada pero temblaba tanto que no hizo falta ni esquivarlo, así que en la mano que le clave a Sumairuhaiena en la mano que sostenía la espada-Les dije que corran.-
Ni bien le saque a Sumairuhaiena de la mano salieron corriendo en busca de la basura de su capitán.

Mientras pensaba en todo lo que en ese momento estaba perturbando mi mente,en la maldita situación en la que estaba, en como regresaría solo y con un bote a mi hogar al otro lado del mundo, entre otras cosas, con el ruido de las olas del mar de fondo, me encontraba mirando hacia el interior de la isla, con la playa hacia mis espaldas, meditando en si adentrarme y arriesgarme a los peligros, aver si encontraba alguien que pudiese ayudarme,
o si solo dar la vuelta, subir a mi bote e ignorar completamente la isla, y continuar mi regreso. En ese preciso instante de concentración máxima y serenidad, una voz calmada pero sorpresiva atormento durante unos instantes mi tranquilidad con solo una simple palabra: Hola.
-Aaaaah! -Grite dándome vuelta repentinamente del susto-
Era tanta la profundidad de mis pensamientos que no tome consciencia de que otra persona había desembarcado, también en un bote, justo detrás mio. Estuve en shock e inmóvil durante unos instantes, hasta que por fin pude reaccionar
-Disculpa, estaba distraído. Hola, quien eres?
Le pregunte, esperando que se presentase y me diera una buena explicación de que hacia allí justo en ese momento, trate de aumentar mi concentración hacia el mango de mi katana, para que en caso de una reacción hostil por parte del sujeto, pudiese desenvainarla y colocarme rápidamente en postura de combate. A estas alturas y en esas circunstancias, si quería sobrevivir, no podía confiar en nadie. A pesar de todo, la presencia de ese hombre me transmitía cierta paz, y algo dentro de mi me decía que solo estaba buscando amigos.
-Por favor, no intentes algo estúpido- -Pense-

Cuando giró, pude ver su rostro con marcas a cada lado de la cara. No quería preguntar sobre ello, pero lo que si llamó mucho mi atención fue el estado de alerta en el que entro al verme. Sus ojos se agudizaron de una manera casi automática, pude sentir su estado de alerta y el hecho de que llevara su mano a la empuñadura de su katana, terminó de demostrar que estaba bastante nervioso. Sonreí y entrecerré los ojos.

-Tranquilo, tranquilo, no te voy a hacer ningún daño. Llegué en mi barco – dije girándome en mi posición y señalándo a la distancia el Tiger Claws -. Lo vez, ese es mi barco. Solo vine a explorar y ver que de interesante tiene esta isla, no tienes por qué ponerte tan a la defensiva.

Llevé mi brazo a mi espalda y llevé mi bolso de cuero hacia el frente. Lo abrí y saqué una pequeña caja de madera. Abrí la tapa y le mostré unos pequeños bollos dulces que había colocado allí antes de tomar el bote.

-Vamos, coge uno – dije con tranquilidad -. Además, sabes que si quieres ser un buen espadachín no actuarias de manera estúpida, no crees.

Mientras caminaba siguiendo las huellas vi animales extraños como unos reptiles gigantes como de unos cinco metros de largo cuando vi ese animal-Que animal mas grande, espero que no haya bichos gigantes.-Odio los bichos.

Seguí las huellas un rato asta que encontré unos cadáveres de una especie de lobos estaba completamente desollados-Pobres animales, que clase de basura le hace esto a unos pobres animales.-Que asco que dan los seres humanos como alguien puede hacerle esto a unos pobres animales.

camine asta encontrar una especie de árbol raro, tenia un tono anaranjado con rallas negras lo toque y era viscoso y blando, de pronto comenzó a moverse y resulto que era una escolopendra gigante rodeando un árbol-Aaaaaaaaahh!.
Salí corriendo ni bien vi a ese asqueroso bicho. Cuando creí que lo perdí mire hacia atrás y venia corriendo a toda velocidad, así que salí corriendo otra vez.

Mire hacia atrás de nuevo y ya lo había perdido, de pronto comencé sentir el olor de comida, seguí el olor y vi desde detrás de unos arbustos que dos hombres estaban comiendo unos bollos dulces, no vi muy bien a los dos hombres debido a que no podía sacar la vista de esos bollos dulces, de pronto sentí un ruido que provenía de detrás mío, miro hacia atrás y estaba la escolopendra-Aaaaaaaahh!así que salte hacia los 2 hombre del susto.

Por un segundo pensé en qué pasaría si el olor a bollos dulces traía a algún animal salvaje que estuviera buscando comida, pero mi duda fue contestada casi instantáneamente por el destino, aunque ocurrió de otra forma. De improviso, un muchacho de cabello celeste con una expresión en el rostro que denotaba preocupación y tal vez algo de temor, apareció de entre los arbustos. El chico con el que antes había estado hablando, desenvaino su katana y se la colocó en el cuello del otro que apareció.

-Cálmate – dije acercándome a él y colocándole una mano sobre el hombro -. Quizá vio algo que no le gustó y por eso se asustó.

En ese momento, desde los arbustos, apareció un gran insecto de muchas patas. Su cuerpo era inmenso y en ese momento entendí lo que había ocurrido.

-¿Quizá esa sea la razón por la que apareció nuestro repentino compañero? – dije mientras la criatura gruñía bastante fuerte en señal de querer atacarnos.

De pronto un muchacho con marcas debajo de los ojos me puso su espada en mi cuello -Y tu quien demonios eres y de donde has salido? mientras el otro muchacho que vestía una gabardina y pantalones de cuero negro, quería frenarlo. -Y tu quien demonios eres?, oye aleja esa basura de mi cuello o te hare tragar cemento.- Pero de pronto salió de los arbustos la Escolopendra y comenzó a gruñir, así que atravesé la espada debido a que soy un usuario logia y me subí encima de la espalda del muchacho -¡¡AAAAAAHHH PROTEGEME!!.-Mientras la Escolopendra gruñía y escupía algo que pareciera ser violeta como el veneno y mover todas sus patas.