Capítulo 6

Deambulaba por ese bosque tan particular con la guardia en alto. Sabía que estaba siendo observado por una o varias personas, más esto no me importaba mientras no me molestase. Yo continuaba mi camino aún con esa capucha puesta para ocultar mi rostro y evitar males mayores.

Si un cazador habilidosa o algún marine me viera no tendría problemas en vencerlos, pero llamaría la atención, lo cual provocaría que viniesen tras mi más personas poderosas en busca de mi cabeza, lo cual, era una autentica molestia para mi.


Pasada media hora había llegado casi al final del bosque y no había sucedido nada, todo seguía estable para mi fortuna, lo cual aunque me alegraba personalmente no lo demostré para nada, debía aparentar ser un viajero sin más, nada de un pirata emocionado por llegar a un sitio.
- Bueno ... ¿Que te parece esto? - Pensé para mis adentros.

Ante mi se mostraba un amplio valle que no me parecía muy bonita, pero algo destacaba en ella, una esplendorosa ciudad justo en el centro, no era la mejor ciudad que había visto en mi vida desde luego, y tampoco era moderna o muy atractiva para los gustos generales, pero para mi era una ciudad bonita por su simpleza cuidada con esmero. Quería ver con más detalles esa ciudad, pero antes tenía que recorrer el valle hasta el centro, así pues comencé a andar hacia la ciudad contemplando la gran nube que cubría el lugar, sin duda me llamaba la atención.

Comenzaba a andar cuando en mi mente venía una idea, si alguien me estaba espiando, ahora o dejaría de espiarme, o me atacaría, ya que seguirme por un extenso valle hasta la ciudad pasando desapercibido ... era algo imposible, a no ser que sea un ninja, un ninja tiene estrellas ninjas, palos ninjas, trajes ninjas y habilidades ninjas, un ninja si podría pasar por desapercibido.

Para librarse de la otra Natura, Elizabeth le lanzó una rama. Aquella mujer tampoco intentó defenderse.

-Os esperan en la ciudad, pero os diré algo que no debería. Allí nos volveremos a ver mujer. Cuando entréis, más os vale encontrar a Vladimir rápido, o jamás saldréis de las calles. Y si entráis al laboratorio, jamás saldréis... Me has caído bien mujer. -a continuación de su bolsillo sacó un pequeño objeto que lanzó a Elizabeth, aunque no pude ver que era -Suerte si los encontráis, pues aquél será vuestro cementerio.

Al terminar, se arrojó sobre la rama, empalándose en ella y muriendo al instante. Tampoco fue sangre lo que brotó de su herida.

Todos parecían confundidos y desconcertados por sus palabras. No conseguía sacar algo coherente de los últimos acontecimientos, solo tenía claro que esas dos tipas no eran humanas y que habíamos sido invitados a la ciudad, a ver al tal Vladimir.

-Vale, hay dos opciones –dijo Elizabeth –Podemos quedarnos aquí sin hacer nada y arriesgarnos a que vengan más enemigos, o podemos dirigirnos a la ciudad y enterarnos de una vez qué está pasando. Yo voto por ir a la ciudad y encontrar a ese tal Vladimir ¿Y vosotros?

-Nos han retado a ir. Sea una trampa o no, prefiero ir a encararles directamente. -dije sin necesidad de pensarlo.

Lancé una breve ojeada a la ciudad cubierta por las nubes. No estaba muy lejos, podríamos llegar andando en poco tiempo.

"Si entráis al laboratorio, jamás saldréis", a la mierda, sería la primera vez que hacia caso a una advertencia en toda mi vida. Si no querían que entráramos, algo habría allí.

Al parecer Aspros y Unity estaban de acuerdo conmigo en ir a la ciudad. Suficientes. Los demás, si querían venir con nosotros tendrían que seguirnos.

-Está decidido, Aspros y Unity, vamos a la ciudad -dije con uno sonrisa maliciosa en los labios. No podía esperar más a ver qué ocurría en aquel lugar y quiénes eran las personas y lugares de los que tanto hablaban.

Volví la vista a la ciudad y vi de nuevo aquella nube que se cernía sobre ella. Era una nube peculiar, dudaba que fuera de tormenta. Aquel lugar era bastante extraño y eso me llamaba más la atención que cualquier otra cosa. Además, me moría de ganas por saber qué era lo que me había lanzado la tal Natura.

Comencé a caminar hacia la ciudad, volviendo la vista para asegurarme que al menos Aspros y Unity me seguían.

-Venga rapidito, a ver si llegamos ya a la dichosa ciudad -dije a la vez que aceleraba el paso.

-¿Que ha sucedido Aspros?

Aquella voz provenía de Sharpus, el cual acababa de llegar a nuestra situación. Parecía bastante cansado y malherido, ¿qué le habría pasado?. Me disponía a contestar a su pregunta cuando la capitana anunció algo en voz alta, desviando la atención de todo el grupo.

-Vale, hay dos opciones –dijo Elizabeth –Podemos quedarnos aquí sin hacer nada y arriesgarnos a que vengan más enemigos, o podemos dirigirnos a la ciudad y enterarnos de una vez qué está pasando. Yo voto por ir a la ciudad y encontrar a ese tal Vladimir ¿Y vosotros?

-Nos han retado a ir. Sea una trampa o no, prefiero ir a encararles directamente. -dijo Unity nada más acabar de hablar Eli.

Elizabeth nos dirigió una sonrisa maliciosa a ambos, dando a entender que aun siendo tan solo tres los que habíamos optado por ir en primera estancia a aquel extraño lugar, nos las podríamos arreglar nosotros mismos.

-Está decidido, Aspros y Unity, vamos a la ciudad- dijo mientras caminaba hacia nuestro cada vez más cercano destino- Venga rapidito, a ver si llegamos ya a la dichosa ciudad.

-Será mejor que te informe algún otro miembro de la banda- dije acelerado, pues Eli ya se encontraba a una importante distancia y era mejor no hacerla enfadar.

Corrí durante unos segundos para poder alcanzar el ritmo de Eli y Unity, que no mostraban signos de dudar en la decisión de adentrarse en aquella tenebrosa ciudad cubierta por una espesa nube oscura. Ya a su altura, reduje mi velocidad para poder acoplarme a su fila y hablar sobre lo que haríamos ya alcanzada nuestra meta.

-¿Cuando alcancemos la ciudad, hacia donde tendremos que dirigirnos?-pregunté al ver que poco a poco nos aproximábamos a las puertas de la metrópoli- Tiene pinta de ser un lugar bastante grande y laberíntico.

Los tres mirábamos firmemente hacia el frente sin reducir nuestro paso, el cual provocaba ruidos secos sobre el terreno endurecido por el que caminábamos. Ya nos habíamos alejado mucho del grupo, por lo que se podría decir que estábamos completamente solos; me gustaba adentrarme en situaciones arriesgadas, y parecía ser que a mis dos acompañantes también.

-Está decidido, Aspros y Unity, vamos a la ciudad- sentenció Elizabeth- Venga rapidito, a ver si llegamos ya a la dichosa ciudad.

Asentí con la cabeza, complacida. Pensaba ir igualmente, pero no estaba mal contar con dos de los miembros más fuertes de nuestra banda por si volvían a aparecer tías raras. Eché una mirada al resto de mis compañeros y aliados.

-Si alguien quiere unirse a nostras, está a tiempo de hacerlo -les dije, por si alguno quería venirse de excursión.

Elizabeth y yo comenzamos a andar hacía la siniestra ciudad. Aspros se puso a nuestra altura al cabo de unos segundos.

-¿Cuando alcancemos la ciudad, hacia donde tendremos que dirigirnos? Tiene pinta de ser un lugar bastante grande y laberíntico.

La verdad es que no me había parado a pensarlo, mi intención era ir sobre la marcha a donde me dijera mi instinto. Así lo había hecho siempre y no me había ido mal. Dediqué un momento a esa reflexión. Pero solo uno.

-Natura dos dijo que no entráramos al laboratorio, así que es el primer sitio donde deberíamos mirar.

Al parecer finalmente Aspros y Unity me alcanzaron y comenzamos a dirigirnos hacia la ciudad. Unity estaba de acuerdo con ir al laboratorio, de donde según Natura si entrábamos no saldríamos. No era mala idea ver qué había que aquel lugar. Pero lo que más me interesaba era encontrar al tal Vladimir. Como ya había pensado, seguramente aquel hombre no iba a ayudarnos precisamente, pero en caso de que no lo hiciera ya le daríamos su merecido.

Comenzábamos a aproximarnos a la ciudad, en escasos minutos estaríamos dentro. Entonces Aspros dijo algo en lo que no me había parado a pensar.

-¿Cuando alcancemos la ciudad, hacia donde tendremos que dirigirnos?

Tras reflexionar unos segundos le contesté. -En el peor de los casos podríamos preguntar a alguien, pero no creo que sea muy difícil encontrar ese laboratorio. Aunque tendríamos que ir con cuidado, creo que no somos muy bienvenidos por aquí.

Seguí caminando, sin detenerme en ningún momento. Estaba ansiosa por llegar ya a la ciudad.

Tras observar como algunas personas habian tomado sus decisiones, yo tambien tome la mia, y me dispuse a ir a la ciudad, asin que por ahora me dispuse a ir con Elizabeth Aspros y Unity, que al parecer ellos tambien se dirigian a la cuidad...

Comence a correr un poco para llegar asta donde estaban ellos y escuche lo que dijo Elizabeth...

Somos bastantes personas si te parece bien podemos dividirnos y buscar a vladimir o el labolatorio

dije mientras observaba la cuidad que se encontraba un poco alejada de nosotros estabamos...

Uno de nuestros nuevos compañeros se unió al grupo, bastante mejor así. Sugirió que podíamos dividirnos para encontrar el laboratorio y a Vladimir.

-Mmmh... Buena idea, cuando lleguemos y veamos el panorama decidiremos cómo dividirnos.

Seguimos caminando lo que me pareció una eternidad hasta que finalmente llegamos a la ciudad. No pude evitar percatarme de que cuanto más nos acercábamos a aquel lugar la vegetación iba marchitándose. Era extraño, pero supuse que se debía a la gente que transitaba por allí y pisaba las plantas sin cuidado. Las plantas no estaban hechas para la ciudad. Pero poco más tarde me supe que estaba equivocada, no, no morían las plantas por eso, algo estaba sucediendo. Me di cuenta cuando reparé en una pequeña flor. Nunca había visto nada igual ¿De qué se trataría?

Lo primero que hice fue colocar una hoja cubriendo la boca y nariz mía y de mis compañeros a modo de mascarilla. No sabía nada de esa planta, y aunque dudaba que una planta venenosa se encontrara tan cerca de una ciudad había que tomar medidas. No quise tocarla por el mismo motivo, pero aunque mi curiosidad me incitaba a hacerlo, me abstuve. Ahora que lo pensaba ¿Quién sabe si hasta se trataba de una trampa de esa tal Natura?

-Mejor no os acerquéis mucho a esa planta, no tengo ni idea lo que hace, tal vez sea una simple flor, pero por si acaso. -les dije a mis compañeros aún con la boca y la nariz cubiertas.

Llegamos a la entrada de la "ciudad". No esperaba encontrarme con lo que vi. Era una especie de ciudad en ruinas, no parecía que allí viviera gente, y mucho menos que hubiera un laboratorio ¿Nos habrían tomado el pelo?

-Qué cojones... -murmuré fijándome en una especie de barra de metal que dividía la ciudad.

Una vez algo alejados de la flor les quité las hojas. Aún no penetramos del todo en el lugar. Primero me quedé en la entrada quieta, observando todo con detenimiento. Presentía que aquella ciudad no estaba tan desierta, pero no lograba ver a nadie más que nosotros. Me sentía bastante incómoda, pero a la vez emocionada.

-Si queréis podemos dividirnos aquí, dos que vayan a la parte derecha de la barra y otros dos a la izquierda. Aspros y tú -dije mirando al revolucionario -podéis ir por... el lado izquierdo. Unity y yo por el derecho ¿Vale?

Enfunde mis espadas y escupí en mi copia.

-Demasiado fácil se mis puntos débiles.

En cuanto me di la vuelta vi a una persona que se acercaba ami y le vi era de tez negra con un gran espadón apoyada así hombro. Parecía algo malhumorado, me puse serio pero sin ser agresivo

-No quiero mas peleas dime tu nombre y te daré el mio solo busco aun compañero perdido y a un tal Vladimir pero solo quiero averiguar cosas soy arqueólogo y esta ciudad puede entrañar grandes tesoros ¿que te parece si dejamos de regar esta tierra con mas sangre o sabia y me respondes a unas pregunta y me llevas ante tu jefe?

Tras esto puse mi cuerpo relajado pero deje mi mano derecha sobre mi espada pues no me parecía de fiar aquel tipo y tenia una espada contundente a lo mejor me interesaba tenela en mi alijo personal que estaba totalmente vació

-Bonita espada ¿que tal si la guardas y me respondes a las preguntas? Es descortés no responder y menso sin saber aun nuestros nombres.

Tras esto me quede pendiente a sus siguientes movimientos pero utilizando mi mejor técnica defensiva por si acaso.

Reflejos felinos (técnica defensiva)

Estaba atrapado por las raíces y cada vez quería matar a esa mujer, me caía fatal. Tenía sus razones para hacer esto, ya que se encarga de defender la isla, pero me fijé en una cosa, las cosas que hacía no eran normales. Intentaba quitarme las raíces, pero no podía hacer nada.

- ¿Saldré mal parada? No me hagas reír por favor.

Se rió de lo que había mencionado antes, es que tenía ganas de reventar a esa mujer y mandarla lejos, pero por desgracia no podía hacer nada. Estaba pensando en como salir de allí, sin salir mal herido, pero tampoco sin hacerle nada a la isla.

- Estás inmovilizado. Eres arrogante joven revolucionario, aunque muy joven no eres, has tenido un pasado muy movidito... ¿Verdad Sawn White?

¿!Pero como podía saber mi antiguo nombre¡? Era un poco extraño y aquella mujer cada vez me parecía más peligrosa, y cada vez más estaba en peligro, si sabía más de mi, podría fácilmente llamar a la marina y apresarme, cosa que sería algo pero aún. A lo lejos podía ver a un grupo de personas, pero no miraban a mi posición, cosa que sabía, estaba solo ante el peligro, que en este caso tenía forma de mujer siniestra. Mis ataduras, cada vez estiraban más y más, y me empezaban a dorlerme las muñecas y las piernas, la maldita mujer quería matarme, ¿pero porque? Podría ser por aparecer en la isla, o simplemente por diversión, era algo que tenía que saber.

- La arrogancia será tu perdición. Los Héroes Bravos están extintos, y tú serás el siguiente en reunirte con tus muertos.

Vale, al escuchar ese comentario, con un tono que no me gustó nada, las ganas de matarla habían aumentado mucho. Ahora si que estaba en un buen lío, sabía de mi pasado, algo que casi nadie conocía y menos a las personas que no conocía de nada. Activé mi Seimei Kikan, aumentando mi musculatura de manera notable, pero no tanto, si las raíces no me soltaban, yo iba a soltar las raíces del suelo, o por lo menos intentarlo.

Hacía muchas fuerza, al nivel de cansarme, eso era malo, pero lo bueno fue que parecía que las raíces se iban soltando del suelo. Las muñecas me empezaban a matar del dolor que sentía, pero era un dolor que había que aguantar si quería salir con vida de allí.

Nathan: Veo que sabes mucho sobre mi, pero hay una cosa que me inquieta sobre ti al decirme esto. ¿Porque sabes de mi?, nunca e sido muy amigable y nunca te había visto en ningún sitio, explica.

Mientras hablaba, hacía fuerza, para reventar las raíces, y lo estaba consiguiendo, poco a poco las raíces hacían menos presión, y si seguía podía quedar libre.

Uno de nuestros aliados nos alcanzó, al parecer se unía a la expedición por la ciudad. Sugirió que nos separáramos, lo que a Eli le pareció bien.

Conforme nos acercabamos a la ciudad me di cuenta de que la vegetación se iba marchitando. Me pregunté si sería por esa extraña nube que cubría el sol.

La ciudad estaba completamente desierta. De hecho, parecía que hacía siglos que nadie la pisaba, como me había parecido que ocurría en el puerto. De rente, algo me cubrió la cara tapándome la nariz y la boca. Me sobresalte en un principio, hasta que escuché a Elizabeth.

-Mejor no os acerquéis mucho a esa planta, no tengo ni idea lo que hace, tal vez sea una simple flor, pero por si acaso. -dijo con la voz amortiguada por una hoja que le tapaba a ella también.

Me di cuenta entonces que mis compañeros también tenían una de esas hojas protegiéndoles. También reparé en la planta de la que hablaba Elizabeth: una flor violácea de tallo verde oscuro. No recordaba haber visto una igual antes, ni siquiera en otra parte de la isla. Supuse que las hojas eran una estrategia de Eli para protegernos en caso de que fueran venenosas.

-Si queréis podemos dividirnos aquí, dos que vayan a la parte derecha de la barra y otros dos a la izquierda. Aspros y tú podéis ir por... el lado izquierdo. Unity y yo por el derecho ¿Vale?

-Sin problemas -dije yo -Cuando terminemos de explorar la ciudad nos volveremos a reunir en este mismo punto. Si alguien está en problemas, que pegue un grito.

Con que Unity estuviera de acuerdo era suficiente para mí. Los otros que se las apañen como puedan, yo necesitaba explorar ya aquel lugar.

-Vale, si nadie tiene nada más que objetar manos a la obra -dije poniéndome en marcha y esperan que Unity me siguiera.

Nos comenzamos a adentrar en la ciudad. El silencio y las casas vacías eran un claro indicio de que allí no vivía nadie ¿Qué pintaba allí un laboratorio? Lo único que tenía sentido era que los de dicho laboratorio se dedicaran a realizar prácticas no muy legales ¿Dónde mejor que en una ciudad desierta para experimentar sin que nada ni nadie se interpusiera en su trabajo?

Mientras cavilaba seguía caminando, observando aquel extraño lugar. No veía nada que se pareciera a un laboratorio, tal vez se encontrara en el otro lado, qué mala suerte. Pero por si acaso seguía buscando. Se me ocurrió que podía gritar el nombre de la persona a la que buscábamos, era poco discreto, y podía escucharnos cualquiera, pero no creía que se nos fuera a aparecer aquel tipo por arte de magia.

Paré en seco, hinchando mis pulmones a más no poder, pero antes de gritar me arrepentí. Quería más que nada encontrar al tipo y el laboratorio, no quería que nadie nos lo impidiera. Seguía teniendo esa sensación de alguien no nos quitaba el ojo de encima, no me sentía cómoda. Decidí seguir caminando, ignorando esta sensación, esperando poder encontrar algo de lo que buscábamos.

-¿Cuando alcancemos la ciudad, hacia donde tendremos que dirigirnos?

"En el peor de los casos podríamos preguntar a alguien, pero no creo que sea muy difícil encontrar ese laboratorio. Aunque tendríamos que ir con cuidado, creo que no somos muy bienvenidos por aquí."

¿Preguntar a alguien? No tenia muy claro como alguien podría vivir en una isla así: el puerto en el que habíamos atracado los barcos y desembarcado se encontraba en un estado penoso, la frondosa y peligrosa vegetación dificultaba el acceso a la zona urbana de la isla y la propia ciudad se encontraba coronada parcialmente por una nube negra que no dejaba ser atravesada por los rayos del sol.

"Somos bastantes personas si te parece bien podemos dividirnos y buscar a vladimir o el laboratorio"-dijo de pronto una voz familiar.

Di media vuelta y vi que provenía de uno de los revolucionarios, el cual nos había alcanzado para proponernos inspeccionar el terreno por grupos. Parecía ser que tanto a Unity como a Eli les pareció una buena idea, por lo que yo tampoco tuve nada que objetar. Seguimos caminando un buen rato hasta que por fin llegamos a las puertas de la ciudad. Tal y como esperaba, aquella metrópoli se encontraba en ruinas, con signos de no haber sido habitada desde hace bastante tiempo. Los edificios derruidos gobernaban el paraje, formando sombras que se movían lentamente al compás de la nube negra. Durante el camino, todos nos percatamos que la vegetación se marchitaba conforme más avanzábamos, aunque a pesar de ello, una extraña flor de colores apagados se mantenía viva ante nosotros.

"Mejor no os acerquéis mucho a esa planta, no tengo ni idea lo que hace, tal vez sea una simple flor, pero por si acaso"-advirtió Elizabeth mientras nos cubría las vías respiratorias con unas hojas a modo de mascarilla.

Mientras parecía que los conocimientos sobre botánica de Eli no llegaban a reconocer a aquella planta, alcé mi vista y vi como una barra de hierro se disponía a lo largo de la ciudad, dividiéndola.

"Si queréis podemos dividirnos aquí, dos que vayan a la parte derecha de la barra y otros dos a la izquierda. Aspros y tú podéis ir por... el lado izquierdo. Unity y yo por el derecho ¿Vale?"

Ninguno de los dos se opuso, por lo que Unity y Eli comenzaron a avanzar hacia su flanco, mientras que nosotros nos dirigimos al nuestro. Nuestras pisadas producían ecos que resonaban entre las extensas calles de la vacía ciudad... o eso creíamos.

-"¿Tú también sientes que nos están observando, no?- susurré a mi compañero mientras mantenía mi mirada hacia el frente.

Hacía rato que tenía aquella sensación, pero aun no había podido localizar indicios que sustentaran esa posibilidad.

Ante mi sorpresa dos personas aparecieron ante mi un chico con una alabarda y una mujer con ciertos rasgos extraños en la cara, bajé la cabeza y suspiré mientras hablaban.

Seguía con la capucha puesta, era imposible ver lo que había debajo de esta, y para mi desgracia mis poderes parecían haber sido bloqueados, así pues levemente me llevé mi mano izquierda al brazo derecho y me quité el brazalete con cuidado sujetándolo con la mano izquierda tras mi espalda. Tras esto carraspee mi voz y miré a ambas personas.

- El chico iba con el torso desnudo, y se podía ver que aunque estaba en forma, no tenía unos musculos muy desarrollados, no debería de ser un luchador, solo sus brazos tenían un poco más de musculatura, evidentemente por el arma que llevaba encima, una alabarda, un arma muy sobre estimada y desde luego, con muchos puntos débiles, con solo esquivar la primera estocada podría pisar el palo y lanzarme directo al chico para matarlo ya que no debía de estar acostumbrado a un combate a corta distancia. La chica sin embargo tiene ciertos rasgos algo diferentes, seguramente debido a una Akuma no mi, de ahí las lianas que me rodeaban las piernas con Haki para que no pudiese utilizar mi poder - Pensé en mi cabeza en cuestión de segundos - El chico sería fácil de vencer, la chica nada más que me libre de las lianas será pan comido, si hubiese problema podría con los dos.

Levanté la mirada riendo un poco y dejando mi rostro al descubierto con un simple movimiento de cabeza que lanzaba atrás la capucha.
- Ciertamente ... ¿Aparece un hombre encapuchado y os preguntáis si le conocéis? jajajaja, sois divertidos ... Veamos, soy simplemente un tipo que viaja en busca algo interesante, soy un mercenario que trabaja al mejor postor ... Por cierto, podría liberarme de estas lianas trepadoras en cualquier momento moza, y vencer fácilmente a tu tan amado chico ... ciertamente pegáis ¿Para cuando la boda? Me gustaría estar presente jajaja, pero retomando lo anterior, sería fácil para mi venceros aunque creáis que no y que me tenéis atrapados por estas estúpidas lianas, más queridos, a mi no me apetece pelearme ... miento, si me apetece, pero prefiero reservarme para grandes rivales, y a vosotros no os favorece estar muertos ... ¿Que os parecería dejarme pasar tranquilamente y yo seguir hacia delante? Total, es lo que lleváis haciendo desde hace un buen rato.

Dejé ver sus reacciones con la misma sonrisa misteriosa y una mirada desafiante llena de confianza

Me desperté cuando Erika me depositó en el suelo. Aunque estaba aturdida, noté el peligro que reinaba en el ambiente, por lo que decidí quedarme quieta y evaluar mi situación.

Los cortes me escocían un poco, pero no me preocupaban. La costilla aun me dolía, aunque mucho menos que antes de desmayarme y no parecía que fuera a empeorar. La garganta me molestaba, pero ya podía respirar con normalidad.

-Venga, no tengo todo el día ¿quieres empezar?- la voz de Erika sonaba tensa y preocupada- ¿Qué, no vas a moverte? Muy bien.- después, el sonido de alguien al correr por el suelo cubierto de hojarasca llegó hasta mis oídos.

Rápidamente, abrí los ojos y me incorporé. Mi nakama se dirigía corriendo, en posición de ataque, hacia a un hombre exactamente igual que el que había aparecido antes y había sido asesinado vilmente. No me lo pensé dos veces, desenfundé las pistolas, apunté y disparé varias veces hacia la cabeza del desconocido.

Como decía un pirata que conocí una vez, primero dispara y después pregunta.

Uracha se anima a seguir también,a lo que yo sonrío.Sin poder esperar más,salgo de ese extenso bosque.

Tras darle mi opinión a elizabeth, al parecer le pareció una buena idea y me respondió...

-Mmmh... Buena idea, cuando lleguemos y veamos el panorama decidiremos cómo dividirnos

tras llegar ala cuidad, pudimos comprobar que parecía como si no hubiera un alma en ella, mientras caminábamos, nos percatemos de que la vegetación de la cuidad estaba casi muerta y pisoteada.

A continuación Elizabeth tras observar una extraña flor, se levanto y dijo que tengamos cuidado y seguidamente hablo de nuevo...

"Si queréis podemos dividirnos aquí, dos que vayan a la parte derecha de la barra y otros dos a la izquierda. Aspros y tú podéis ir por... el lado izquierdo. Unity y yo por el derecho ¿Vale?

tras escucharla, no me opuse a su opinión y Elizabeth y Unity comenzaron a tomar su camino.

Tras me quede solo con aquel chico y me dijo

¿Tú también sientes que nos están observando, no?- susurré a mi compañero mientras mantenía mi mirada hacia el frente

Cuando termino de hablar le mire y asentí a si pregunta, luego mire ami alrededor

Si no están siguiendo observando desde que entremos en esta cuidad fantasma, por cierto mi nombre es Uracha, encantado de conocerte...

dije mientras miraba hacia la izquierda que era el camino que debíamos seguir...

La cosa se ponía muy fea, las raíces se rompían, pero a la vez subían por mi cuerpo. Esa mujer sabía mucho de mi y de mis antiguos compañeros, no sabía como podía saber tantos datos, ya que no conocía a casi nadie en el mundo y no me gustaba mucho hacer nuevas amistades. Las raíces trepaban, mientras esperaba la respuesta de aquella mujer.

- Veo que tienes fuerza. Es fácil saber de alguien a quien llevas espiando y analizando años. Desde el día en el que tú y los Héroes Bravos pasastéis por Longuetown os vigilamos. Os introducimos un chip analizador sin que os pudiéseis dar cuenta. Dicho chip se disolvió en vuestra sangre y se fue transmitiendo por todo el cuerpo, además de mandar señales a una frecuencia tan increíblemente elevada que ningún aparato que fuese creado específicamente para recibir la señal podría hacerlo. Uno de los mayores inventos de Vladimir. Todos tus datos, los de Negoru, Dain, Mihasy, Yändrack... Todos estáis dentro de la base de datos del ordenador, tan solo tuvimos que atraeros hacia nosotros... En efecto, gracias a Vladimir hoy estás aquí.

Vale, solo necesitaba esa respuesta para poder tener la fuerza suficiente gracias a la ira que corría por todo mi cuerpo en todo momento, pero no la sacaba a la luz, por fuera estaba tranquilo. Las raíces me llegaron a la parte de la pelvis y a los hombros, pero eso no iba a durar por mucho tiempo, tenía un plan de escape. Miré a aquella mujer, aunque no quería saber nada de ella, después de mirarla, miré a mi alrededor, no había nadie ya.

En un movimiento brusco, estiré mi brazo izquierdo, poniendo el brazo delante de mi cara, me acerqué el brazo y empecé a arrancar con al boca a bocados las raíces. Ya con la mano izquierda libre, rápidamente cogí un shuriken y corté las raíces que tenían cogidas mis piernas, la cosa fue fácil, ya que las raíces ya estaba un poco rotas gracias a mis movimientos anteriores.

Solo me quedaba el brazo derecho, las raíces ya me llegaban por la cara, eran algo molestas las verdad, pero no durarían mucho cogiendo mi brazo derecho. Hice un giro hacia la derecha, dejando a mis espaldas, y de un corte en seco, corté las raíces que sostenían mi brazo derecho. El dolor era inmenso, me habían estirado mucho y menos mal que tenía un plan que había funcionado, si no hubiese acabado muy largirucho.

Pero esto no había terminado, aún quedaba la mujer, que cuando me giré, tenía el puño preparado para pegarme en la barriga y así aumentar el dolor que sentía en los brazos y piernas. Ese movimiento al estar cerca de la mujer, no pude esquivar por completo el ataque de la mujer; al final, me dio en el brazo derecho, produciéndome un gran dolor, que si movía un mínimo el brazo, un dolor incalculable, se produciría.

Creé un agujero de gusano, apareciendo en milesimas de segundo a unos metros de aquella mujer, esbocé una sonrisa, sabía que mi plan le había cogido por sorpresa, no sabía para nada que podría salir de allí.

Nathan: Mientras hablabas, estaba ideando un plan para salir, no te habías dado cuenta y con unos movimientos rápidos, e podido salir. La verdad me da igual lo que tu jefe y tu estáis tramando, solo se que estáis locos.

En mi posición ,esperé a que reaccionase, quería devolverle el mal trago que había pasado a base de una buena tunda, se iba a enterar. El dolor del brazo iba disminuyendo poco a poco, cada vez el dolor desaparecía, eso era una buena señal.

Tras un instante de silencio en el que ambos, el revolucionario y yo, caminábamos por las inhabitadas calles de la sombría ciudad, contestó:

"Si no están siguiendo observando desde que entramos en esta cuidad fantasma, por cierto mi nombre es Uracha, encantado de conocerte..."

Uracha... es verdad que, a pesar de habernos conocido en la isla Takenuma e incluso permanecido en el mismo grupo de exploración de esta misma isla, no nos habíamos presentado formalmente; y parecía ser que eso todavía no iba a cambiar, pues cuando me dispuse a contestarle, una misteriosa voz surgió a nuestras espaldas...

"Encantado Uracha, yo soy Lavender Greic."

Uracha y yo nos giramos rápidamente ante aquella presentación. Frente a nosotros se encontraba un hombre corpulento, ataviado con ropa llamativa y cargado con una gran espada, situada sobre su hombro derecho.

"Es curioso ver gente por aquí cerca. Debéis de haber acabado con Natura y con Jack para pasar por aquí. ¿No habéis sentido unos pinchazos en los pies?"

Precisamente era eso lo que me rondaba por la cabeza durante todo el trayecto. Es normal sufrir rozaduras y pinchazos en áreas donde la vegetación es abundante, pero que todos los del grupo sufrieran uno a la vez rozaba lo extraño y sospechoso.

-¿Acaso buscabais sustraer algo de nosotros pinchándonos?- dije mientras le miraba fijamente- Es extraño que uno de los vuestros pueda manipular las plantas al igual que lo hace Eli: no existen dos Akuma no mi con el mismo poder.

Tras acabar de hablar, puse mi mano sobre el hombro de Uracha. De pronto, sus brazos comenzaron a cubrirse a modo de armadura por una serie de huesos que, al llegar a los puños, se convirtieron en afiladas falanges. Eso combinado con un golpe a gran velocidad podría resultar mortal.

Cuando le dije mi nombre a mi compañero, seguidamente escuche una voz que nos hablaba a nosotros

"Encantado Uracha, yo soy Lavender Greic."

me gire rápidamente y pude ver a un hombre corpulento con una extraña espada en su espalda, seguidamente volvió...

"Es curioso ver gente por aquí cerca. Debéis de haber acabado con Natura y con Jack para pasar por aquí. ¿No habéis sentido unos pinchazos en los pies?"

Cuando termino de hablar Aspros respondió

-¿Acaso buscabais sustraer algo de nosotros pinchándonos?- dije mientras le miraba fijamente- Es extraño que uno de los vuestros pueda manipular las plantas al igual que lo hace Eli: no existen dos Akuma no mi con el mismo poder.

tras eso escuchar todo lo que dijo aquel hombre, aspros comenso a hablar con el, y tras terminar de hablar puse mi mano en mi hombro y de mis brazos comenzaron a cubrirse a modo de armadura por una serie de huesos que, al llegar a los puños, se convirtieron en afiladas falanges, seguidamente mire a Aspros y sonreí, seguidamente mire al hombre y le dije

-Si hemos conocido a Jack y Natura, pero no se por que aquella chica mato a Jack, pero dime ¿Como sabes que hemos revivido unos pinchazos? 

dije mientras le observaba...