Página 1 de 2. • 1, 2
Es la primera vez que os topáis con el enigmático Líder de la Revolución. Es un hombre enmascarado, silencioso y algo tosco. Se mueve con cierta cojera, y a través de su visor rojo parece que atraviesa vuestras almas. Su simple visión es temible y a la vez tranquilizadora, sabéis que el destino del mundo está en buenas manos ahora que él ha decidido mostrarse.
-¡Hoy es un gran día para la Revolución!- grita, una vez estáis todos reunidos y en formación. A vuestras espaldas cientos de cadetes forman-. Hoy el Gobierno Mundial busca a su súper hombre, pero no lo van a encontrar. ¡Porque los únicos súper son los valientes guerreros por la libertad! ¡Hoy va a cambiar el mundo que pisáis para mejor, porque cada pequeño éxito que logréis es un paso más hacia el control de tierra sagrada y el fin de la esclavitud! Hoy empieza un nuevo capítulo en la historia que vosotros escribiréis. Ahora, partid y cumplid con nuestra causa. Salud y suerte.
Cuando se retira os conducen a los barcos, desde los que os llevan a destino. Cada grupo en una isla, un conflicto por resolver y una nueva misión para triunfar. Es hora de hacer historia.
Ha sido un viaje bastante atareado. El barco estaba en mal estado, la Marina pisando los talones… Pero por fin lográis llegar hasta el mejor puerto de toda Candyland, los muelles del Dulce de Leche. En los ríos del lugar circula una masa viscosa en vez de agua, y los tablones son pequeños brioches. Lo cierto es que bien pensado esto es un asco, pero bueno.
Como sabéis, Candyland es una región independiente, pero hace meses que el Gobierno Mundial intenta hacerlos unirse a su sociedad… Podéis improvisar, pero que los civiles no salgan heridos. Y una cosa más: Deberíais informaros de la situación si queréis cambiar algo.
-¡Hoy es un gran día para la Revolución!- grita, una vez estáis todos reunidos y en formación. A vuestras espaldas cientos de cadetes forman-. Hoy el Gobierno Mundial busca a su súper hombre, pero no lo van a encontrar. ¡Porque los únicos súper son los valientes guerreros por la libertad! ¡Hoy va a cambiar el mundo que pisáis para mejor, porque cada pequeño éxito que logréis es un paso más hacia el control de tierra sagrada y el fin de la esclavitud! Hoy empieza un nuevo capítulo en la historia que vosotros escribiréis. Ahora, partid y cumplid con nuestra causa. Salud y suerte.
Cuando se retira os conducen a los barcos, desde los que os llevan a destino. Cada grupo en una isla, un conflicto por resolver y una nueva misión para triunfar. Es hora de hacer historia.
Ha sido un viaje bastante atareado. El barco estaba en mal estado, la Marina pisando los talones… Pero por fin lográis llegar hasta el mejor puerto de toda Candyland, los muelles del Dulce de Leche. En los ríos del lugar circula una masa viscosa en vez de agua, y los tablones son pequeños brioches. Lo cierto es que bien pensado esto es un asco, pero bueno.
Como sabéis, Candyland es una región independiente, pero hace meses que el Gobierno Mundial intenta hacerlos unirse a su sociedad… Podéis improvisar, pero que los civiles no salgan heridos. Y una cosa más: Deberíais informaros de la situación si queréis cambiar algo.
Ernest F. Mühner
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El joven silbó alegremente al ritmo de la música, con los cascos puestos, mientras avanzaba por el barco moviéndose al ritmo de la música. Tras su taza de café estaba muy animado y de buen humor, con ganas de comerse el mundo. Aquella misión sería su oportunidad perfecta para empezar a estudiar otras sociedades en persona y trabajar en su teoría de la revolución. No había mejor base teórica que la extraída de la práctica, por supuesto. Aún no había podido hablar con sus compañeros por los desencuentros del viaje y el acoso de la flota marine, pero lo habían logrado. El timonel les informó de que llegarían en las próximas horas a Candyland. La idea de ir a una isla famosa por sus dulces no le llamaba especialmente, pero aquella no era una visita culinaria así que su paladar estaba a salvo. Se acercó a la borda y se bajó la cremallera del pantalón para... tareas de higiene. Eso. Mientras lo hacía se puso a bailar en el sitio y cantar, salpicando en todas direcciones. Desafinaba que daba gusto, y más de un marinero se tapó los oídos.
- Greased Lightning, go Greased Lightning!
Para aquella misión iba caracterizado de una manera diferente a la que solía. Se había vestido con una camiseta de asas negra, pantalones oscuros, mocasines y se había teñido el pelo de negro y recogido en un tupé. Llevaba la carabina cruzada a la espalda, la pistola y el cuchillo al cinto y unas gafas redondas con los cristales ahumados. Ahora que su alter ego era conocido por el Gobierno como revolucionario no era inteligente usarlo todo el tiempo, y con la clase de misión que tenían no quería llamar la atención antes de tiempo. Su nombre para aquella misión era Daniel Gaburu, Danny para los amigos. Se volvió a subir la cremallera y observó la isla, cada vez más cerca. Tenía un aspecto y colores muy singulares, de hecho podía ver desde allí un río marrón que desembocaba en el mar... ¿contaminación? Olfateó, pero sólo le llegó la salada brisa marina. Tenía un extraño presentimiento de que algo iba a salir terriblemente mal en aquel lugar, aunque seguía sin ser suficiente para mermar su buen humor.
- Serán cosas mías.
Se apoyó contra el castillo de proa y puso otra canción, silbándola y dando golpecitos con la mano en la madera mientras esperaba a que llegasen al puerto. Al principio no sospechó nada más sobre la isla, pero luego un desagradable aroma dulzón le llegó. Arrugó la nariz desagradado y observó la costa. Ahora empezaba a formarse una terrible sospecha en él, y con una gota de sudor en su frente se puso a murmurar algo.
- Por favor, que no sea eso... cualquier cosa menos eso...
La suerte no estaba de su lado. Cuando estuvieron lo bastante cerca para apreciar que realmente la isla estaba hecha de dulces, el revolucionario cayó de rodillas y dio un grito de lamento con lágrimas en los ojos. ¿Por qué? ¿Por qué justo tenía que tocarle la única isla en que todo estaba hecho con azúcar, chocolate o productos de repostería? Se secó las lágrimas de los ojos y miró la cielo, rogando en silencio para que hubiese comida normal en la isla. No soportaría pasarse el resto de la misión comiendo bistecs de chocolate o alguna monstruosidad similar. Se levantó con un sollozo y empezó a echar una mano a los marineros con las labores del barco, atando cabos y plegando velas. ¿Quiénes de ellos serían sus compañeros? Una vez estuvieron listo para desembarcar y ya estuvo más calmado, dijo:
- ¿Quién más se viene conmigo a ese inf... esta misión? Tendríamos que ir planificando lo que hacer.
Estos parecían ser una mujer skypiana con el pelo dorado y un hombre albino. Creía sonarle de algo, pero no acababa de ubicarlo. Bueno, después de todo aquello era una prueba para elegir a los mejores, ¿no? Era normal que algunos de los participantes tuvieran cierta fama. Con una sonrisa alegre, se plantó frente a ellos quitándose los cascos:
- ¡Saludos camaradas! Mi nombre es Daniel Gaburu, pero podéis llamarme Danny. ¿Preparados para la tarea? - le tendió la mano al hombre para estrechársela y trató (si le dejaba) de darle dos besos en la mejilla a modo de saludo a ella - No sé si tenéis algún plan en mente, pero yo creo que la mejor manera de empezar es tantear a la población y enterarse de cómo es la situación aquí, si son felices... si es que eso es posible en este monstruoso país - lo último sólo lo murmuró - y enterarnos de a qué anda la Marina por la zona. ¿Nos vamos?
Si no decían lo contrario ni aportaban nada interesante, bajaría del barco. En el momento en que puso los pies en el pantalán de brioche, un escalofrío de asco recorrió su espalda. Tratando de mantener su sonrisa y de que aquello le afectara lo mínimo posible, salió hacia el puerto, dirigiéndose hacia el centro de la ciudad. Su intención era encontrar algún bar o taberna local, la clase de sitio donde podría enterarse de la situación de la ciudad con mayor facilidad. Mientras lo hacía iba atento a sus alrededores por si veía a algún marine. Aunque no fuese vestido como Frederick von Liebknecht, su alter ego, tampoco venía mal ser cauteloso. Sería de gran ayuda a la hora de mantener la cabeza sobre los hombros.
- Resumen y aclaración:
- El aspecto actual de Ernest es el de John Travolta en la película Grease.
- Dejar la cubierta "bonita" y hacer sangrar oídos con mi melódica voz.
- Presentarme ante mis compañeros.
- Buscar un bar o algo similar.
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Parece que lo logramos". La voz de Furfur resonó en mi cabeza, mientras una tímida sonrisa de satisfacción se dibujaba en mi rostro. Mis ojos rojos miraban al jefe de la revolución mientras que este hablaba, como si mostrasen un interés que realmente no sentía. Estaba tan cerca... Pero no podía apresurarse. Yo era la pieza que debía dar el jaque mate al mundo y, si esa persona era el "rey" de la revolución, debería llegar hasta él a base de comer a otras piezas. Además, de lo contrario no sería divertido. "Tenemos que reunir información, más vale que cumplamos esta que nos van a encomendar". Contesté, ante lo que el demonio en mi interior asintió. Seguimos al grupo como los demás, tratando de no llamar la atención y acabando por hacer pareja con otros dos personajes peculiares. "¿Quieres obtener información de ellos?" Escuché preguntar a Furfur mientras subíamos por el tablón de madera que habían posicionado los revolucionarios para que subiésemos. "Aún no es necesario". Contesté, tratando de parecer ajena a su grupo. No era muy difícil pasar desapercibida con mi figura de niña pequeña. Cualquiera pensaría que la llevaban consigo para dejarla en alguna otra isla, o algo por el estilo.
-No quiero volver a subir en un barco como este...- Me quejé, sentándome en el suelo del camarote que me habían ofrecido. No lo hice directamente, sino que dejé que mi espalda se resbalase por la superficie lisa de la puerta, hasta que mi trasero se apoyó en el suelo, con las piernas casi estiradas por completo. Habían pasado varias horas desde que zarpáramos ya, tiempo en que todos los que nos encontrábamos en el barco habíamos tenido que ayudar a defender este de los marines a la vez que nos asegurábamos de evitar que se hundiese por el oleaje. Suspiré. A decir verdad, había puesto bastante empeño en salvar aquel cascaron, aún teniendo la posibilidad de marcharme y dejar que los demás soportasen el marrón: Aprovechando que el tiempo había estado nublado durante la persecución marine... ¿O quizás había generado yo las nubes? Aunque tampoco tenía fuerza como para hacer tanto... Como sea. Intenté asegurarme de que el tiempo nos ayudase, haciendo que les cayera algún que otro rayo muy de vez en cuando, para minorar su paso. No fue nada fácil, pero algo hice. Y ahora me encontraba así, agotada.
Tuve que hacer de tripas corazón para levantarme de nuevo cuando escuché que se nos llamaba, para ir a la cubierta. Pronto desembarcaríamos, así que tocaría hacer contacto con mis acompañantes. Al salir, pude notar un desagradable olor en el aire, y el suelo de la cubierta sucio, procuré no pisar por las zonas que parecían haber sido rociadas con algunas sustancia para espantar a las gaviotas. Tampoco tenía especial interés en saber la verdad tras ello, así que pasé de preguntarle a Furfur. Cuando me acerqué a los que supuse, serían mis compañeros, estos estaban junto a una chica rubia con alitas en la espalda. ¿Un angelito? Lo fuese o no, tal vez fuera a servirme de comida antes de partir, una vez acabada la misión. Me acerqué tímidamente, molestándome al notar que al menos uno de ellos la había considerado a ella como parte del grupo en su lugar. Pero procuré que mi enfado no se viera como más que una rabieta. -Siento llegar tarde.- Dije, frunciendo el ceño mientras miraba hacía arriba, al hombre de cabello poco natural. Se suponía que no debíamos llamar la atención, pero dudaba que el tal "Danny" fuera a ayudar a ello, por sus pintas. -Yo soy Kalen. Creo que estoy con vosotros en esta misión.-
Una vez dicho esto, esperé a ver que opinaba el otro personaje sobre el plan del moreno. Tal vez prefiriese trabajar en solitario. De ser así, me ahorraría muchas molestias. Con mi apariencia, tenía facilidad para acercarme a la gente "buena". Ya se me habían ocurrido varios tipos de engaños: Yo era una niña que se había quedado huérfana y había logrado sobrevivir gracias a la ayuda de los revolucionarios, después de que me sacasen de un orfanato, a orden del gobierno, donde nos explotaban a cambio de algo de pan duro. Esa era una de las muchas ideas que había estado cavilando, aunque obviamente no iba a compartirla con ellos. Tenía otras, pero el hambre hacia que esa se adecuase mejor a la situación. Llevaba desde que marché de la casa donde conseguí "la carta" sin probar bocado. Al menos los dulces me gustaban.
-Por mi parte, podemos ir juntos o por separado, si alguno prefiere ir por separado me inclinaré a esa opción.-
-No quiero volver a subir en un barco como este...- Me quejé, sentándome en el suelo del camarote que me habían ofrecido. No lo hice directamente, sino que dejé que mi espalda se resbalase por la superficie lisa de la puerta, hasta que mi trasero se apoyó en el suelo, con las piernas casi estiradas por completo. Habían pasado varias horas desde que zarpáramos ya, tiempo en que todos los que nos encontrábamos en el barco habíamos tenido que ayudar a defender este de los marines a la vez que nos asegurábamos de evitar que se hundiese por el oleaje. Suspiré. A decir verdad, había puesto bastante empeño en salvar aquel cascaron, aún teniendo la posibilidad de marcharme y dejar que los demás soportasen el marrón: Aprovechando que el tiempo había estado nublado durante la persecución marine... ¿O quizás había generado yo las nubes? Aunque tampoco tenía fuerza como para hacer tanto... Como sea. Intenté asegurarme de que el tiempo nos ayudase, haciendo que les cayera algún que otro rayo muy de vez en cuando, para minorar su paso. No fue nada fácil, pero algo hice. Y ahora me encontraba así, agotada.
Tuve que hacer de tripas corazón para levantarme de nuevo cuando escuché que se nos llamaba, para ir a la cubierta. Pronto desembarcaríamos, así que tocaría hacer contacto con mis acompañantes. Al salir, pude notar un desagradable olor en el aire, y el suelo de la cubierta sucio, procuré no pisar por las zonas que parecían haber sido rociadas con algunas sustancia para espantar a las gaviotas. Tampoco tenía especial interés en saber la verdad tras ello, así que pasé de preguntarle a Furfur. Cuando me acerqué a los que supuse, serían mis compañeros, estos estaban junto a una chica rubia con alitas en la espalda. ¿Un angelito? Lo fuese o no, tal vez fuera a servirme de comida antes de partir, una vez acabada la misión. Me acerqué tímidamente, molestándome al notar que al menos uno de ellos la había considerado a ella como parte del grupo en su lugar. Pero procuré que mi enfado no se viera como más que una rabieta. -Siento llegar tarde.- Dije, frunciendo el ceño mientras miraba hacía arriba, al hombre de cabello poco natural. Se suponía que no debíamos llamar la atención, pero dudaba que el tal "Danny" fuera a ayudar a ello, por sus pintas. -Yo soy Kalen. Creo que estoy con vosotros en esta misión.-
Una vez dicho esto, esperé a ver que opinaba el otro personaje sobre el plan del moreno. Tal vez prefiriese trabajar en solitario. De ser así, me ahorraría muchas molestias. Con mi apariencia, tenía facilidad para acercarme a la gente "buena". Ya se me habían ocurrido varios tipos de engaños: Yo era una niña que se había quedado huérfana y había logrado sobrevivir gracias a la ayuda de los revolucionarios, después de que me sacasen de un orfanato, a orden del gobierno, donde nos explotaban a cambio de algo de pan duro. Esa era una de las muchas ideas que había estado cavilando, aunque obviamente no iba a compartirla con ellos. Tenía otras, pero el hambre hacia que esa se adecuase mejor a la situación. Llevaba desde que marché de la casa donde conseguí "la carta" sin probar bocado. Al menos los dulces me gustaban.
-Por mi parte, podemos ir juntos o por separado, si alguno prefiere ir por separado me inclinaré a esa opción.-
- Spoiler:
-Cavilaciones varias.
-Sentir asco al ver como está la cubierta.
-Molestarme por ser confundida por una skypiana.
-Decir que les dejo elegir, pero si Kaito prefiere ir solo, inclinarme a esa opción.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La infiltración en las filas marines del joven cazador había sido un éxito. Un hombre de aspecto contradictorio suelta un discurso motivador, la verdad parece ser que tienen un don para la motivación que a otras organizaciones les falla, cayendo en un discurso repetido y cliché, como si eso fuera a tener resultado diferente en la trigésmiso séptima vez que lo sueltas, si no tienes al personal motivado tienes que trabajar en como motivarlo, mejorando primero tus discursos. La verdad es que las causas de la revolución no le parecen malas al espadachín, mejorar el mundo donde la injusticia está a la orden del día, donde el gobierno aprovecha su posición para que los que se le oponen sean vistos como criminales y toda la sociedad lo apoye como borregos guiados por su pastor. Tras el discurso que casi convence al cazador para que se una a la revolución, son separados en grupos, la verdad es que siempre funcionan así, algo realmente bueno, pues al abarcar mucho espacio avanzan bastante con poco que hagan en cada lugar en concreto.
Una vez en el barco el viaje no es precisamente un paseo, la marina los persigue, y Kaito no puede revelar su verdadera naturaleza, tiene que camuflarse como revolucionario, por lo que no duda en ayudar en lo que puede, pero siempre oculto de la vista de los marines, no sería bueno que lo vieran ayudando, aunque fuera por consolidar una imagen que le permita moverse libremente entre los revolucionarios, al menos más que si no confiaran en él.
|~ Bueno, será mejor que salga a ver con quien comparto misión. ~| Piensa mientras avanza acompañado por sus mascotas, en esta ocasión deja a su querida esposa en casa, sería demasiado peligroso llevarla a ella y a la pequeña a esta misión.
En cuanto sale a cubierta se encuentra con un muchacho enérgico, demasiado a su parecer, y con una chica de cabellos dorados, al parecer originarias de una de las islas del cielo. El chico se presenta como DAnny y extiende su mano. Kaito coloca su bastón sobre la tortuga y estrecha la mano al chico. |~Bueno yo soy Akai, un placer. ~| Se presenta con parte de su apodo, después de todo, dar su nombre o apodo completo acabaría por delatarlo, además, de su fama.
Tras eso se gira a la joven de cabellos dorados, que se presenta como Kalen, un nombre curioso, pero bonito. La idea de trabajar en equipo es en parte atractiva para el cazador, de ese modo podría analizar a sus compañeros, y averiguar cual podría ser un peligro para la sociedad. Pero ir por su cuenta le daría más libertad de movimiento. |~ Creo que colaborar pueda ayudarnos, pero tendremos que actuar discretamente, Danny, así que yo opto por colaborar, pero si veo que se llama demasiado la atención marcharé por mi cuenta. ~| Dice mientras salta a dulce firme.
Una vez en el barco el viaje no es precisamente un paseo, la marina los persigue, y Kaito no puede revelar su verdadera naturaleza, tiene que camuflarse como revolucionario, por lo que no duda en ayudar en lo que puede, pero siempre oculto de la vista de los marines, no sería bueno que lo vieran ayudando, aunque fuera por consolidar una imagen que le permita moverse libremente entre los revolucionarios, al menos más que si no confiaran en él.
|~ Bueno, será mejor que salga a ver con quien comparto misión. ~| Piensa mientras avanza acompañado por sus mascotas, en esta ocasión deja a su querida esposa en casa, sería demasiado peligroso llevarla a ella y a la pequeña a esta misión.
En cuanto sale a cubierta se encuentra con un muchacho enérgico, demasiado a su parecer, y con una chica de cabellos dorados, al parecer originarias de una de las islas del cielo. El chico se presenta como DAnny y extiende su mano. Kaito coloca su bastón sobre la tortuga y estrecha la mano al chico. |~Bueno yo soy Akai, un placer. ~| Se presenta con parte de su apodo, después de todo, dar su nombre o apodo completo acabaría por delatarlo, además, de su fama.
Tras eso se gira a la joven de cabellos dorados, que se presenta como Kalen, un nombre curioso, pero bonito. La idea de trabajar en equipo es en parte atractiva para el cazador, de ese modo podría analizar a sus compañeros, y averiguar cual podría ser un peligro para la sociedad. Pero ir por su cuenta le daría más libertad de movimiento. |~ Creo que colaborar pueda ayudarnos, pero tendremos que actuar discretamente, Danny, así que yo opto por colaborar, pero si veo que se llama demasiado la atención marcharé por mi cuenta. ~| Dice mientras salta a dulce firme.
Bueno, fiesta y alegría. Vosotros decidís moveros en busca de gente. ¿Tenéis preparado el cuestionario para la encuesta? Que estas cosas improvisadas salen muy mal, chicos. Pero bueno, salís del barco y camináis por las calles de gominola en feliz compañía, encontrando gente ajetreada y alguna feliz. Hay Marines saliendo de tabernas, gente trajeada y soldados gominola (gente con traje en forma de gominola, no seáis cazurros). Por otro lado, nada que rompa la normalidad, así que... ¿Tal vez podríais empezar por ese mendigo del callejón, pidiendo limosna?
Ernest F. Mühner
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquella ciudad era... asquerosa. Mirase a donde mirase, todo estaba hecho de alguna clase de dulce o gominola. Hasta la guardia de la ciudad llevaba trajes de gominola. Sin embargo por su parte Ernest caminaba como si fuese el dueño del lugar, con las manos en los bolsillos y actitud chulesca. Al fin y al cabo no debía salirse de su papel, eso era algo totalmente básico a la hora de llevar un alter ego. Ahora mismo no tenía que ser el respetable doctor Mühner ni el soldado revolucionario Frederick, sino Danny Gaburu, un joven rebelde y de actitud macarra. Mentalizándose para asumir el papel, echó un vistazo a la zona. Pudo ver marines por el camino y lo que era más importante, algunos de ellos salían de bares. Tenía que ser cuidadoso a la hora de elegir uno en el que hacer sus preguntas. Tras fijarse para ver qué más encontraba, vio un mendigo y pensó en ir a darle limosna y aprovechar para preguntarle, pero estaba sin un duro. Y eso sería también un problema a la hora de entrar en un bar. "Mierda..." pensó, lamentándose de no ir disfrazado de doctor. Podría haber ejercido la profesión y aprovechar para sacarse un dinero y... espera, podía hacerlo igual. ¿Qué se lo impedía? Todo lo que necesitaba era su maletín. Sí, Danny Gaburu podía ser un un doctor viajero joven y macarrilla. Y en lugar de usar el dinero para ir a bares... podía aprovechar las consultas para ir preguntando a la gente cómo era la vida en la ciudad. Además en un lugar como aquel seguro que la gente se alimentaba fatal y tenía un montón de problemas de salud.
- Lo mejor será separarnos para poder hacer más mierda cada uno. Por cierto, tal vez alguno quiera empezar por ese tío - dijo, haciendo un gesto con la cabeza al mendigo - Yo estoy sin guita. Venga, no seáis agarraos. Nos vemos aquí en dos horas.
Acto seguido se giró sin decir nada más y se volvió hacia el puerto. Volvió al barco y cogió su maletín, dirigiéndose a continuación de nuevo a la ciudad. Buscaría algún bar al azar que no tuviera pinta del típico sitio frecuentado por marines. Tampoco es que tuviese muy claro qué sitios solían frecuentar, así que en realidad salvo que viera a alguno en la puerta o algo así entraría en uno cualquiera mientras no tuviera pinta de bareto de mala muerte o algo así. Echándose el maletín al hombro, abrió la puerta de golpe y con una sonrisa, declarando a voz en grito:
- ¡Buenos días colegas! Haced correr la voz y preparad vuestra salud y carteras, porque el doctor Gaburu está en la ciudad. Nada de fiar tetes, sólo guita contante y sonante, ¡y os aseguro que os iréis directos a casita sanotes como un roble a darle mandanga a vuestras mozas! O mozos, cada cual con sus gustos. ¡Sólo cuatro mil berries la consulta! Señor de la barra, si me dad un reservado, te doy la mitad de la pela. ¡Venga troncos! Vuestra salud está en buenas manos con el tito Danny.
Estaba tirándose de la moto con el precio, era una miseria. Sin embargo su intención era llamar la atención y conseguir una buena cantidad de gente. Si lograba sus planes, mientras les hacía una inspección general (o atendía a los problemas concretos que le mencionaran) les iría preguntando sobre la ciudad alegando que acababa de llegar: quiénes gobernaban, si la vida era fácil en la ciudad, si les iba bien... esa clase de cosas. Aprovecharía para intentar ir metiendo mierda sobre la Marina y quejarse de los impuestos y tasas del Gobierno Mundial. No era la clase de cosa que fuese a lograr por sí sola el objetivo que tenían, pero al menos iría allanando el terreno. Cada granito de arena era importante.
- Lo mejor será separarnos para poder hacer más mierda cada uno. Por cierto, tal vez alguno quiera empezar por ese tío - dijo, haciendo un gesto con la cabeza al mendigo - Yo estoy sin guita. Venga, no seáis agarraos. Nos vemos aquí en dos horas.
Acto seguido se giró sin decir nada más y se volvió hacia el puerto. Volvió al barco y cogió su maletín, dirigiéndose a continuación de nuevo a la ciudad. Buscaría algún bar al azar que no tuviera pinta del típico sitio frecuentado por marines. Tampoco es que tuviese muy claro qué sitios solían frecuentar, así que en realidad salvo que viera a alguno en la puerta o algo así entraría en uno cualquiera mientras no tuviera pinta de bareto de mala muerte o algo así. Echándose el maletín al hombro, abrió la puerta de golpe y con una sonrisa, declarando a voz en grito:
- ¡Buenos días colegas! Haced correr la voz y preparad vuestra salud y carteras, porque el doctor Gaburu está en la ciudad. Nada de fiar tetes, sólo guita contante y sonante, ¡y os aseguro que os iréis directos a casita sanotes como un roble a darle mandanga a vuestras mozas! O mozos, cada cual con sus gustos. ¡Sólo cuatro mil berries la consulta! Señor de la barra, si me dad un reservado, te doy la mitad de la pela. ¡Venga troncos! Vuestra salud está en buenas manos con el tito Danny.
Estaba tirándose de la moto con el precio, era una miseria. Sin embargo su intención era llamar la atención y conseguir una buena cantidad de gente. Si lograba sus planes, mientras les hacía una inspección general (o atendía a los problemas concretos que le mencionaran) les iría preguntando sobre la ciudad alegando que acababa de llegar: quiénes gobernaban, si la vida era fácil en la ciudad, si les iba bien... esa clase de cosas. Aprovecharía para intentar ir metiendo mierda sobre la Marina y quejarse de los impuestos y tasas del Gobierno Mundial. No era la clase de cosa que fuese a lograr por sí sola el objetivo que tenían, pero al menos iría allanando el terreno. Cada granito de arena era importante.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Empalagoso, es el único adjetivo que se le ocurre al cazador para aquél entorno lleno de dulce, el aire cargado de azúcar provoca empalago en cualquiera que respire sin dificultad, bueno, la dificultad la pone el ambiente. El suelo es extraño, parece que se vaya a romper a cada paso del cazador, y eso no le agrada en demasía, pero por el momento el joven ha de buscar información sobre que demonios hacer, aunque realmente su idea al ir ahí era conseguir alguna recompensa pero por el momento es mejor no llamar la atención sobre su verdadera identidad. Si por aquella isla pasara algún comilón sería la ruina de la misma, se comería hasta el cemento, aunque, ¿podría llamarse a eso cemento? Bah, da igual. El caso es que la gente que camina por las calles parece muy norm... Bueno, algunos se escapan de la normalidad, como los guardias vestidos de gominola, ¿que clase de protección ofrece eso? Bueno, sorpresas a parte se pueden ver marines deambulando por allí, seguramente con la intención de frustrar acciones criminales que pudieran darse durante la búsqueda del super hombre, aunque eso a Kaito no le interesa en absoluto.
El chico enérgico que estaba en el barco camina con una actitud totalmente altanera, como si fuera el dueño del lugar. Kaito por su parte camina atento a todo lo que ocurre a su alrededor, con una presencia tranquila, camuflándose en el gentío, tampoco quiere llamar demasiado la atención, suficiente tiene con el aspecto físico como para añadir una actitud llamativa al cóctel. El trabajo de investigación se complica por momentos, si hay marines en los bares las zonas donde más fácil es sacar información están controladas, pero en algún lado habrá gente sin la vigilancia de los marines, y ese es el objetivo de Kaito, averiguar donde puede ponerse a hacer preguntas, de modo que no llame la atención a su persona.
Por la mente de Kaito discurren diversas formas de sacar información, extorsión, chantaje, pero no es bueno llamar tanto la atención la forma más discreta es por engaño, llevando una conversación por el camino que él quisiera, pero eso se hace principalmente en bares,
y la presencia marine en la mayoría, sino totalidad, de ellos complica esa estrategia. De pronto el joven propone separarse, algo que a Kaito le resulta realmente indiferente, pues se manejará bien en ambos casos.
|~ Como quieras... ~| Responde mientras se encamina hacía el pobre mendigo.
No tiene nada en contra de los mendigos, pero no daría dinero a alguien, por ello saca una bolsa llena de salados y la deja delante del mendigo. |~ Tendrás hambre, come algo que no esté dulce, pues puede causar serios problemas de salud. Por cierto ¿como es la vida en un lugar construido a base de dulces? ~| Aprovecha para preguntarle a aquél hombre.
El chico enérgico que estaba en el barco camina con una actitud totalmente altanera, como si fuera el dueño del lugar. Kaito por su parte camina atento a todo lo que ocurre a su alrededor, con una presencia tranquila, camuflándose en el gentío, tampoco quiere llamar demasiado la atención, suficiente tiene con el aspecto físico como para añadir una actitud llamativa al cóctel. El trabajo de investigación se complica por momentos, si hay marines en los bares las zonas donde más fácil es sacar información están controladas, pero en algún lado habrá gente sin la vigilancia de los marines, y ese es el objetivo de Kaito, averiguar donde puede ponerse a hacer preguntas, de modo que no llame la atención a su persona.
Por la mente de Kaito discurren diversas formas de sacar información, extorsión, chantaje, pero no es bueno llamar tanto la atención la forma más discreta es por engaño, llevando una conversación por el camino que él quisiera, pero eso se hace principalmente en bares,
y la presencia marine en la mayoría, sino totalidad, de ellos complica esa estrategia. De pronto el joven propone separarse, algo que a Kaito le resulta realmente indiferente, pues se manejará bien en ambos casos.
|~ Como quieras... ~| Responde mientras se encamina hacía el pobre mendigo.
No tiene nada en contra de los mendigos, pero no daría dinero a alguien, por ello saca una bolsa llena de salados y la deja delante del mendigo. |~ Tendrás hambre, come algo que no esté dulce, pues puede causar serios problemas de salud. Por cierto ¿como es la vida en un lugar construido a base de dulces? ~| Aprovecha para preguntarle a aquél hombre.
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Idiotas. Era la única palabra que se me ocurría para definir a mis dos acompañantes. O a los que debían de serlo, pero viendo el panorama... Ya estaba tardando en marcharme. Baje del barco con ellos, seguidos de la rubia que había decidido acompañarles quien sabe por qué. No tenía nada en su contra, salvo lo que tengo hacía todos los humanoides, pero el hecho de que la hubiesen confundido conmigo. Ni en mi forma angelical nos parecíamos. Suspiré, tratando de calmarme mientras Furfur sonreía de forma divertida en mi mente. "No tiene gracia". Me quejé, ensanchando aún más esa desagradable mueca suya. "Para mí si la tiene. Tengo curiosidad por ver cuanto aguantas sin matarles". Puse los ojos en blanco. "Más de lo que tardaré en marcharme del grupo, total. Nadie se daría cuenta de que falta la niña de cabello oscuro, corto y ojos rojos". Contesté antes de centrarme de nuevo en el camino.
Les siguiese o no, necesitaba información de todo el mundo, así que el viaje me vendría bien. Además, estaba rodeada de dulces. PARA ALGO QUE SÍ COMO. Lo mejor sería aprovechar. Comencé a concentrarse en lo que la rodeaba, en el suelo que pisaba, tratando de obtener información con ayuda de los poderes demoníacos de Furcifer. también probé a obtener más de esa información comiendo... lo que se iba encontrando: gominolas de algún arbusto, cachos de turrón del suelo, piedras de caramelo. Todo delicioso. Hasta que nos detuvimos en seco. Bueno, tal vez ellos no, pero yo sí. Creo que me tropecé con el de pelo oscuro, que se volvió al barco tras decir que nos separásemos. "¿PERO NO HABÍA DICHO ÉL...? Furfur, dime insultos. No puedo insultar si no me dices ninguno, que ya no recuerdo como me llamaban en la cárcel". Otra carcajada. Además, al albino no le pareció mal y se fue por su lado a molestar a un mendigo.
Aquello fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia. Sus cabezas acabarían en una pica de caramelo y sus corazones en mi estómago al final de la misión si se daba la oportunidad. Maldiciendo, me aseguré de marcharme por otro camino, haciendo como si no conociese a esas personas y dirigiéndome hacía la zona de la que veía salir marines y osos de gominola gigantes. ¿Qué mejor forma de obtener información y causar revuelo que meter a un marine en líos? Sonreí divertida, antes de comenzar mi actuación, caminando como si llevara días sin detenerme a descansar e intentando causar un tropiezo con uno de los hombres, al hacerlo, activaría tanto la habilidad de "enamorar" como la de obtener información. de Furfur. Según que sucediese me haría la victima de una manera u otra.
Les siguiese o no, necesitaba información de todo el mundo, así que el viaje me vendría bien. Además, estaba rodeada de dulces. PARA ALGO QUE SÍ COMO. Lo mejor sería aprovechar. Comencé a concentrarse en lo que la rodeaba, en el suelo que pisaba, tratando de obtener información con ayuda de los poderes demoníacos de Furcifer. también probé a obtener más de esa información comiendo... lo que se iba encontrando: gominolas de algún arbusto, cachos de turrón del suelo, piedras de caramelo. Todo delicioso. Hasta que nos detuvimos en seco. Bueno, tal vez ellos no, pero yo sí. Creo que me tropecé con el de pelo oscuro, que se volvió al barco tras decir que nos separásemos. "¿PERO NO HABÍA DICHO ÉL...? Furfur, dime insultos. No puedo insultar si no me dices ninguno, que ya no recuerdo como me llamaban en la cárcel". Otra carcajada. Además, al albino no le pareció mal y se fue por su lado a molestar a un mendigo.
Aquello fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia. Sus cabezas acabarían en una pica de caramelo y sus corazones en mi estómago al final de la misión si se daba la oportunidad. Maldiciendo, me aseguré de marcharme por otro camino, haciendo como si no conociese a esas personas y dirigiéndome hacía la zona de la que veía salir marines y osos de gominola gigantes. ¿Qué mejor forma de obtener información y causar revuelo que meter a un marine en líos? Sonreí divertida, antes de comenzar mi actuación, caminando como si llevara días sin detenerme a descansar e intentando causar un tropiezo con uno de los hombres, al hacerlo, activaría tanto la habilidad de "enamorar" como la de obtener información. de Furfur. Según que sucediese me haría la victima de una manera u otra.
- Spoiler:
- Ir divagando y tratando de obtener información según íbamos avanzando hacia la ciudad. (obtendré la información que el moderador vea lógica. Tampoco será mucha, pero.)
Hartarme de mis compañeros y decidir actuar por mi cuenta.
Acercarme a los marines para intentar causar un pequeño revuelo y obtener más información, igualmente a decisión del moderador.
- Kaito:
- Según te acercas con la bolsa de frutos secos al mendigo se abalanza sobre ellos cual maruja en rebajas. Incluso te da las gracias sin dejar de masticar, y farfulla sin parar de comer un "asquerosamente dulce".
Si le insistes un poco, cuando termina de comer finalmente se limpia la boca con una mano tan sucia que da grima, y habla:
-Pué éte lugá zolía sé ideá, peo ase anios ke zufrimo la opresión de un Señó de la guerra mu malo, y eso de la Gran Siudá asen trato con él- parece que le duele la situación.
- Doctor Travolta:
- Tras un rato anunciándote empieza a correr por ahí la noticia de que el médico vulgar está en la ciudad, y la gente comienza a ir más para escuchar tus tonterías que para ser diagnosticado. Especialmente todos los ricachones de la ciudad, la mayoría diabéticos. No parece molestarles tu actitud, aunque tampoco te dicen nada relevante y alguno te llama bufón. Una cosa está clara, pegan como parte del Gobierno. Al menos por su falta de educación.
- Lenka:
- Una vez chocas con él se lanza sobre ti, intentando besarte. Es un bello espectáculo y mucha gente trata de contenerlo, pero muchos otros simplemente miran ese juego de pedofilia con calma mientras se ríen o fingen indignación. Tal vez tengas que afinar más para dar con lo aue buscas.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El hombre parece desesperado por comer algo que no tenga un sabor dulce, tanto, que se abalanza sobre los frutos secos como si fuera una botella de agua en mitad de un desierto. Aquella situación le parece demasiado exagerada. Una ciudad dulce debería compensar tanto dulce con fábricas saladas, de lo contrario crearía un desequilibrio osmótico en la población, que podría desembocar en la eliminación de la misma. El cazador se sienta tranquilo mientras escucha al hombre farfullar algo mientras come, no le culpa, pero quizás si espera un tiempo pueda enterarse de algo que pueda servirle para su propósito.
Por lo que el joven decide sentarse a esperar a ver que le dice el mendigo, pobre, llevaría meses sin probar algo que no fuera dulce como el resto de la isla, y eso puede repercutir seriamente en su salud. |~ No me extraña que se abalanzara sobre lo primero salado que viera, parece que aquí la sal no es abundante, y mira que es fácil obtenerla... ~| Piensa el cazador mientras espera a que el hombre le diga algo.
Hasta que al fin su espera da frutos, el hombre comienza a relatar la situación, diciendo que antes aquél era un buen lugar para vivir,
que todo cambió cuando apareció el señor de la Guerra con el cual los habitantes de la ciudad, seguramente los más ricos, tratan. |~ ¿Puede contarme más sobre ese señor de la guerra? Vamos, comamos algo salado, que yo también prefiero lo salado al estar rodeado de un ambiente tan dulce. ~| Dice Kaito mientras se levanta y espera a que se levante. Luego se marcharía con el mendigo, en caso de que este le acompañase, a comer algo en un restaurante.
Por lo que el joven decide sentarse a esperar a ver que le dice el mendigo, pobre, llevaría meses sin probar algo que no fuera dulce como el resto de la isla, y eso puede repercutir seriamente en su salud. |~ No me extraña que se abalanzara sobre lo primero salado que viera, parece que aquí la sal no es abundante, y mira que es fácil obtenerla... ~| Piensa el cazador mientras espera a que el hombre le diga algo.
Hasta que al fin su espera da frutos, el hombre comienza a relatar la situación, diciendo que antes aquél era un buen lugar para vivir,
que todo cambió cuando apareció el señor de la Guerra con el cual los habitantes de la ciudad, seguramente los más ricos, tratan. |~ ¿Puede contarme más sobre ese señor de la guerra? Vamos, comamos algo salado, que yo también prefiero lo salado al estar rodeado de un ambiente tan dulce. ~| Dice Kaito mientras se levanta y espera a que se levante. Luego se marcharía con el mendigo, en caso de que este le acompañase, a comer algo en un restaurante.
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Estúpido". Fue lo único que se me ocurrió mientras notaba como aquel primate descerebrado se lanzaba sobre mí, aunque quizás me viniese bien. Necestiabamos asegurarnos de que el gobierno no lograra apoderarse de este lugar. Todo podía empezar con un pequeño revuelo. Tan solo esperaba que los guardias de gominola fuesen distintos a los marines e interviniesen. ¿Se harían juicios en este lugar? Todavía tenía los pies en el suelo pero a partes de saber si pasó algo interesante en el camino dos días atrás, no lograría mucha más información. Aunque si podría sacarle algo al marine. Forcejee. Pero no como podría hacer con mi fuerza real, sino como una niña de catorce años. Necesitaba que mi historia fuese creíble. Tenía un plan.
Note sus labios contra los míos y sentí repulsión, la cual expresé aunque no fuese el mismo tipo de asco que se esperaría, noté su saliva en mi boca y me concentré, mientras me echaba hacía atrás. Cualquier cosa valdría, un nombre, una dirección. Un lugar que tuviera importancia en su agenda en ese momento. Me agarré a la manga de su camisa para no caerme y repetí el proceso. Todo esto mientras ponía cara de espanto. Y, cuando creí que no podía sacar nada más, le mordí con todas mis fuerzas, tratando de hacer que su sangre cayese en mi boca también. Una gotas me darían lo que me faltase de información de momento. Si lograba que se apartase, aprovecharía para pegarle un rodillazo en la entrepierna. Creo que estaba a la altura necesaria, con mi rodilla imbuida en Haki. Me apartaría y me taparía la boca para tragar la sangre del otro, en caso de haberlo logrado, y toser después.
-¿Pero que está haciendo? ¿Por qué me ha hecho eso?- Empezaría a llorar. Desactivando mi "influencia". Y me taparía la cara con las manos, de tal forma que ellos no me pudiesen ver. Un sollozo, luego otro y me tiraría al suelo indefensa. Después, si el otro se me intentase acercar de nuevo, me levantaría y saldría corriendo buscando auxilio por parte de los soldados disfrazados de osito. Con suerte nos llevarían a algún lugar donde se juzgasen ese tipo de cosas y... cerca de ahí tal vez hubiese algo más.
-Ayuda... ¡Qué alguien me ayude, por favor!-
Note sus labios contra los míos y sentí repulsión, la cual expresé aunque no fuese el mismo tipo de asco que se esperaría, noté su saliva en mi boca y me concentré, mientras me echaba hacía atrás. Cualquier cosa valdría, un nombre, una dirección. Un lugar que tuviera importancia en su agenda en ese momento. Me agarré a la manga de su camisa para no caerme y repetí el proceso. Todo esto mientras ponía cara de espanto. Y, cuando creí que no podía sacar nada más, le mordí con todas mis fuerzas, tratando de hacer que su sangre cayese en mi boca también. Una gotas me darían lo que me faltase de información de momento. Si lograba que se apartase, aprovecharía para pegarle un rodillazo en la entrepierna. Creo que estaba a la altura necesaria, con mi rodilla imbuida en Haki. Me apartaría y me taparía la boca para tragar la sangre del otro, en caso de haberlo logrado, y toser después.
-¿Pero que está haciendo? ¿Por qué me ha hecho eso?- Empezaría a llorar. Desactivando mi "influencia". Y me taparía la cara con las manos, de tal forma que ellos no me pudiesen ver. Un sollozo, luego otro y me tiraría al suelo indefensa. Después, si el otro se me intentase acercar de nuevo, me levantaría y saldría corriendo buscando auxilio por parte de los soldados disfrazados de osito. Con suerte nos llevarían a algún lugar donde se juzgasen ese tipo de cosas y... cerca de ahí tal vez hubiese algo más.
-Ayuda... ¡Qué alguien me ayude, por favor!-
- Spoiler:
- Intentar obtener información gracias a los poderes de mi Akuma, al ser besada por él, como el nombre del marine, donde estuvo, y alguna cosa sobre su misión, si al moderador le parece justificable. Tratar de liberarme y pedir ayuda mientras finjo llorar de forma bastante creíble y justificada. planear mis siguientes movimientos.
Lenka, parece que tu plan da sus frutos. Se llama John Lemon,
es cantautor en su tiempo libre, y piensa en el número 42 de la calle Wallaby, donde recientemente ha alquilado un pequeño estudio. También recuerda cómo la semana pasada se hizo unas pruebas para Sida, aunque aún no le han dado los resultados. John es todo un pillín. Ah, y recuerdas algo así como el hexágono sexual de Euler.
De todos modos los soldados gominola se acercan y te separan, tratando de cogerte tranquilamente...
-Vamos, pequeña. Te vamos a tomar declaración, y luego te invitamos a unas galletas.
Kaito, tú ves la escenita de Lenka desde un restaurante, en el que tras pedirse toda la carta el tipo va contando cosas:
-Ase mushio ke lo de rha gran siudá quieren ahueñarze der sitio ehte, y finansian a Gritz Greatman para ke noh lleve cin mano de yerro. Poco a poco tós los que nos oponemos amoh muriendo y cada es la milisia de lo mare biene en grupo mayores. Eh un horró.
es cantautor en su tiempo libre, y piensa en el número 42 de la calle Wallaby, donde recientemente ha alquilado un pequeño estudio. También recuerda cómo la semana pasada se hizo unas pruebas para Sida, aunque aún no le han dado los resultados. John es todo un pillín. Ah, y recuerdas algo así como el hexágono sexual de Euler.
De todos modos los soldados gominola se acercan y te separan, tratando de cogerte tranquilamente...
-Vamos, pequeña. Te vamos a tomar declaración, y luego te invitamos a unas galletas.
Kaito, tú ves la escenita de Lenka desde un restaurante, en el que tras pedirse toda la carta el tipo va contando cosas:
-Ase mushio ke lo de rha gran siudá quieren ahueñarze der sitio ehte, y finansian a Gritz Greatman para ke noh lleve cin mano de yerro. Poco a poco tós los que nos oponemos amoh muriendo y cada es la milisia de lo mare biene en grupo mayores. Eh un horró.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En el restaurante el hombre pide todo lo de la carta, como si llevara semanas con una mala alimentación. Eso el joven cazador lo nota en la falta de nutrición que presenta, y tal apetito no es de una persona sana, ni mucho menos. Todos los del local miran extrañados a los dos comensales, a uno por ser un mendigo que come como si tuviera dinero a raudales y al otro porque obviamente llama la atención, su aura, aunque trate de maquillarla, es notoria, además, el hecho de que le falte un brazo y camine con bastón, acompañado por una serpiente blanca y una tortuga negra que carga una calabaza llena de saque es bastante llamativo. Pero lo que le interesa no es lo que piensen los demás, sino lo que el hombre tiene para contarle a Kaito. La información que obtuvo sobre la opresión puede darle una pista sobre quien causa el estrago en la sociedad y a quien buscar para cumplir la misión de los revolucionarios, y si además se saca un dinero, mejor.
Según ese sujeto, un tal Gritz Greatman es quien controla la zona por financiación de los de la alta clase, ricos que quieren hacerse con el control. Además, milicias marinas que entran en la ciudad con cada vez más frecuencia, eso le suena a ocupación por la fuerza, algo que al cazador no le agrada en lo más mínimo, fue víctima de un intento de tal cosa y casi pierde a los seres que más quiere, eso no lo puede tolerar.
|~ ¿Quien es ese tal Gritz? ~| Pregunta Kaito mientras ve por la ventana como la muchacha que venía con él en el barco monta un escándalo.
|~ Y ella dijo de no llamar la atención... ~| Piensa Kazuki mientras vuelve su atención nuevamente a su confidente, al tiempo que un grupo de youkais de energía se encaminan a la zona donde la joven está montando jaleo, si hay perturbaciones que puedan causarle problemas al cazador las cortará con la energía explotando, causando daños severos a los que ma´s cerca estuvieran de los youkais. Estos son pequeños, similares a animales domésticos, para pasar lo más inadvertidos posibles.
Según ese sujeto, un tal Gritz Greatman es quien controla la zona por financiación de los de la alta clase, ricos que quieren hacerse con el control. Además, milicias marinas que entran en la ciudad con cada vez más frecuencia, eso le suena a ocupación por la fuerza, algo que al cazador no le agrada en lo más mínimo, fue víctima de un intento de tal cosa y casi pierde a los seres que más quiere, eso no lo puede tolerar.
|~ ¿Quien es ese tal Gritz? ~| Pregunta Kaito mientras ve por la ventana como la muchacha que venía con él en el barco monta un escándalo.
|~ Y ella dijo de no llamar la atención... ~| Piensa Kazuki mientras vuelve su atención nuevamente a su confidente, al tiempo que un grupo de youkais de energía se encaminan a la zona donde la joven está montando jaleo, si hay perturbaciones que puedan causarle problemas al cazador las cortará con la energía explotando, causando daños severos a los que ma´s cerca estuvieran de los youkais. Estos son pequeños, similares a animales domésticos, para pasar lo más inadvertidos posibles.
- Resumen:
- - Preguntar al mendigo sobre Gritz
- Rodear la zona en la que está Lenka con youkais de energía similares a animales domésticos para explotarlos de ser necesario.
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Hay algo que está mal" Escucho en mi cabeza, mientras sigo con el rostro tapado. Es la voz de Furfur. Su figura se muestra en mi mente, con un rostro bello. Es una forma que se encuentra entremedias de su apariencia real y la forma de ángel. Su rostro de tez blanca muestra preocupación. Tiene el ceño fruncido. Sin embargo, ninguna imagina de que puede tratarse. Es un mal presentimiento que me contagia. Aparto las manos y miro a todos lados. No sé que busco, y no veo nada aparentemente fuera de lo común. Pero soy incapaz de quitarme ese mal presentimiento. Por suerte, mi confusión pega con la situación, por lo que nadie se debería sorprender. Vuelvo a la realidad cuando noto que alguien me aparta. Es uno de los soldados que van vestidos como gominolas. Suelto un sollozo y aspiro por la nariz como si me sorbiera los mocos. Asiento ante las palabras del soldado y me incorporo...Ayudándome de él. -Gracias por la ayuda- Digo antes de empezar a caminar a su lado, si me deja, le agarro de la mano, como si así me sintiese más segura.
Mientras vamos avanzando, voy recapitulando la información que he obtenido sobre el marine. Seguramente, mi cara de asco fue todo un cuadro y esta vez no necesite actuar. ¿Qué problema tenía la gente del mundo de hoy? ¿Por qué hacían esa cosa entre ellos? Espera... "Oye, Furfur...¿Qué es eso del Sida?" La pregunta la hice en mi cabeza, por lo que solo un leve grito se escapó de mis labios mientras el rostro me palidecía. Esperaba por mi bien que ese hombre no tuviese dicha enfermedad. "Los humanos son repulsivos". Pensé y de mis labios salió una pregunta. -¿No me van a hacer nada malo, verdad? No hay más señores que me quieran hace cosas raras...¿No?- Esta pregunta la hizo en mayor medida para ocultar la reacción de antes.
Espero la respuesta, imaginando que lo más probable era que me mintiesen o que dijesen algo como "claro que no, tranquila pequeña". Aunque eso era algo que les tocaba a ellos decir. Según su respuesta, ya pensaría otra acorde. Tras eso, imaginaba que seguirían andando otro rato hasta llegar a donde fuera que tomasen declaraciones. Esperaba sacar algo más de información en aquel lugar, o durante el camino, así que me mantuve concentrada en el traje de gominola que estaba tocando. Lo mismo tenía suerte y su dueño era alguien que pudiese servir a mis intenciones.
-Señor, su traje es muy bonito. ¿quién se lo ha hecho?- Pensé en preguntar para sacar tema de conversación también. Mientras tanto, seguía con el mal presentimiento, esperando que solo fuesen los nervios, aunque... "Concentrate". Dijo Furfur, y yo obedecí. Tal vez fuese algo más.
Mientras vamos avanzando, voy recapitulando la información que he obtenido sobre el marine. Seguramente, mi cara de asco fue todo un cuadro y esta vez no necesite actuar. ¿Qué problema tenía la gente del mundo de hoy? ¿Por qué hacían esa cosa entre ellos? Espera... "Oye, Furfur...¿Qué es eso del Sida?" La pregunta la hice en mi cabeza, por lo que solo un leve grito se escapó de mis labios mientras el rostro me palidecía. Esperaba por mi bien que ese hombre no tuviese dicha enfermedad. "Los humanos son repulsivos". Pensé y de mis labios salió una pregunta. -¿No me van a hacer nada malo, verdad? No hay más señores que me quieran hace cosas raras...¿No?- Esta pregunta la hizo en mayor medida para ocultar la reacción de antes.
Espero la respuesta, imaginando que lo más probable era que me mintiesen o que dijesen algo como "claro que no, tranquila pequeña". Aunque eso era algo que les tocaba a ellos decir. Según su respuesta, ya pensaría otra acorde. Tras eso, imaginaba que seguirían andando otro rato hasta llegar a donde fuera que tomasen declaraciones. Esperaba sacar algo más de información en aquel lugar, o durante el camino, así que me mantuve concentrada en el traje de gominola que estaba tocando. Lo mismo tenía suerte y su dueño era alguien que pudiese servir a mis intenciones.
-Señor, su traje es muy bonito. ¿quién se lo ha hecho?- Pensé en preguntar para sacar tema de conversación también. Mientras tanto, seguía con el mal presentimiento, esperando que solo fuesen los nervios, aunque... "Concentrate". Dijo Furfur, y yo obedecí. Tal vez fuese algo más.
- Spoiler:
- Notar algo extraño, pero no saber que. Tener un mal presentimiento (Con esto pretendo el despertar el haki de Mantra, si el moderador lo ve correcto).
Levantarme e ir con el soldado-oso, si este se pone en marcha. Intentar que me deje ir agarrada de su mano? O si esta está metida en el traje de gominola, agarrando el traje.
Ocultar mi desagrado al recapitular la información sobre John y el grito que pego tras la escusa de temer encontrarme con más "hombres malos".
Preguntar al soldado por su traje y quien se lo ha hecho, que es muy bonito. Concentrarme en él para saber cosas sobre su dueño.
Seguir con mi mal presentimiento y concentrarme por si noto algo más.
- Kaito:
- Para no querer llamar la atención... Cuando una infinidad de gatos brillantes empiezan a salir de tu cuerpo para marchar por la puerta y rodear la zona, la llamas un poquito. La Marina, los guardias y hasta los civiles te están mirando con mucha precaución, mientras el vagabundo delira acerca de Gritz, el señor de la isla y al parecer un vil tirano.
-Disculpe, caballero- te dicen desde el exterior-. ¿Se puede saber qué hace?
- Lenka:
- Te deja cogerle de la mano. Es un guante de tacto algo extraño, como de grajea, pero soportable, y de pronto te ves rodeada de animales salidos de un vertedero nuclear, maullando sin soltar un solo sonido mientras os miran. Entonces, el hombre,
sin soltarte, se gira hacia la muchedumbre y se fija en el tipo del restaurante:
-Disculpe, caballero- dice-. ¿Se puede saber qué hace?
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El vagabundo sigue hablando, toda una fuente de información, pero aún no ha dicho el dato primordial para Kazuki, a quien se alía ese tal Gritz, al parecer se trata de un tirano que no se importa con el bienestar de la sociedad, claro ejemplo es el relato del vagabundo, si bien, podría estar mintiendo y hacer caer a Kaito en un trampa. Pero por el momento Kazuki no tiene ninguna prueba de que mienta, tampoco de que diga la verdad. |~ Maldición, necesito que me diga si es aliado del gobierno, pues de no serlo será mi posibilidad de actuar y ganar puntos y rango... ~| Piensa el cazador ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor.
De pronto una extraña sensación, como si estuviera siendo observado,
saca al espadachín de sus cavilaciones y le hace darse cuenta de que es el centro de atención, algo que complica por completo sus intenciones, de modo que pueda complicarle el conseguir más información, pero siempre puede sacar provecho de la astucia para conseguir salir airoso de ello.
|~ ¿Disculpe? Si pregunta por los gatos luminosos son meros exploradores, aprovecho para hacer un mapa de la zona en base a la energía que estos emiten. No creo que sea nada malo, es una forma extraña, pero no creo que ocasione ningún peligro. ~| Responde Kaito a las preguntas desde el exterior.
|~ Bueno, ¿Gritz tiene algún aliado a nivel exterior? ~| Pregunta Kazuki al vagabundo mientras los gatos se dispersan por la ciudad y Kaito dibuja en una servilleta el trazo de sus rutas, no tendría el mapa más exacto, pero sabría todos los accesos a la zona en la que se encuentra, algo que le vendrá bien.
De pronto una extraña sensación, como si estuviera siendo observado,
saca al espadachín de sus cavilaciones y le hace darse cuenta de que es el centro de atención, algo que complica por completo sus intenciones, de modo que pueda complicarle el conseguir más información, pero siempre puede sacar provecho de la astucia para conseguir salir airoso de ello.
|~ ¿Disculpe? Si pregunta por los gatos luminosos son meros exploradores, aprovecho para hacer un mapa de la zona en base a la energía que estos emiten. No creo que sea nada malo, es una forma extraña, pero no creo que ocasione ningún peligro. ~| Responde Kaito a las preguntas desde el exterior.
|~ Bueno, ¿Gritz tiene algún aliado a nivel exterior? ~| Pregunta Kazuki al vagabundo mientras los gatos se dispersan por la ciudad y Kaito dibuja en una servilleta el trazo de sus rutas, no tendría el mapa más exacto, pero sabría todos los accesos a la zona en la que se encuentra, algo que le vendrá bien.
- Resumen:
- - Escuchar al vagabundo mientras valora las posibles alianzas del Gritz
- Responder a las preguntas con tono neutro y sereno.
- Mandar a los espíritus a explorar y dibujar sus rutas en una servilleta(si efectivamente salen y a un rango que el moderador vea conveniente de ser posible)
- Preguntar por posibles alianzas de Gritz
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me detuve a observar el lugar hacía el que se dirigía la voz del soldado, no pudiendo evitar poner una mueca de sorpresa y desagrado al darme cuenta. ¿Acaso era ese el mal presentimiento que había tenido? Desde la ventana de un bar, no muy alejado del punto de la plaza en que me encontraba, estaban saliendo un montón de criaturas extrañas y todas provenían de uno de los hombres que había estado con nosotros en el barco. ¿Qué demonios pretendía?
-Osito-san... ¿Qué está haciendo ese hombre?- Pregunté en un tono que mostraba miedo o preocupación... No del todo falso. ¿Qué narices eran aquellos bichos? Fingiendo así no haber escuchado las palabras del "revolucionario" mientras me ocultaba detrás suya, tratando de alejarme de esos bichos, como lo haría una niña asustada. "Vaya, no esperaba un movimiento tan estúpido por su parte." Pensé. Esperaba que fuese menos... no sé, algo... Aunque se ve que el hombre de cabello grisáceo tenía pocas neuronas. ¿Por qué hacía eso? Acaso acababa de caer en la cuenta de que era ella quien iba con él. Si es así... No, definitivamente no podía comprenderlo. Estaba bien, estaba logrando que me llevaran a un sitio lleno de información. Seguro que eso era más útil que hacer aparecer gatos raros y llamaba menos la atención.
Retuve las ganas de suspirar y gritar a partes iguales. Si al menos su excusa resultaba ser creíble, aquel circo no quedaría en nada más. Esperemos que mi reacción hacía él le haya hecho comprender que estaba bien y no necesitaba de su "ayuda".
-Osito-san... ¿Qué está haciendo ese hombre?- Pregunté en un tono que mostraba miedo o preocupación... No del todo falso. ¿Qué narices eran aquellos bichos? Fingiendo así no haber escuchado las palabras del "revolucionario" mientras me ocultaba detrás suya, tratando de alejarme de esos bichos, como lo haría una niña asustada. "Vaya, no esperaba un movimiento tan estúpido por su parte." Pensé. Esperaba que fuese menos... no sé, algo... Aunque se ve que el hombre de cabello grisáceo tenía pocas neuronas. ¿Por qué hacía eso? Acaso acababa de caer en la cuenta de que era ella quien iba con él. Si es así... No, definitivamente no podía comprenderlo. Estaba bien, estaba logrando que me llevaran a un sitio lleno de información. Seguro que eso era más útil que hacer aparecer gatos raros y llamaba menos la atención.
Retuve las ganas de suspirar y gritar a partes iguales. Si al menos su excusa resultaba ser creíble, aquel circo no quedaría en nada más. Esperemos que mi reacción hacía él le haya hecho comprender que estaba bien y no necesitaba de su "ayuda".
- Spoiler:
- Ser incapaz de entender la idea de Kaito y estresarme, pero ocultarlo lo mejor posible. Hacer una pregunta que incite a sospechar de él al guardia y seguir actuando como una niña indefensa.
El vagabundo sigue obsesionado con eso de los "chicos de siudá", lo cual a saber qué demonios significa. Los guardias lo ignoran completamente mientras los Marines no dejan de echar ojos encima al mendigo. Los espíritus se van caminando por ahí mientras formas el mapa en tu servilleta, un mapa bastante exacto de uno de los siete arrabales de la ciudad. Por cierto, la guardia finalmente pasa de ti y se va. Esto empieza a ser raro.
-Ese hombre está...- suspira-. Sondando la zona. Si no fuera manco y en bastón hasta me preocuparía que haga una estupidez. Pero mira, será fácil de reducir si lo intenta. ¿Me acompañas entonces al cuartel? Hay que formalizar tu denuncia.
-Ese hombre está...- suspira-. Sondando la zona. Si no fuera manco y en bastón hasta me preocuparía que haga una estupidez. Pero mira, será fácil de reducir si lo intenta. ¿Me acompañas entonces al cuartel? Hay que formalizar tu denuncia.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras el mendigo insiste en hablar de los chicos de la ciudad, o algo así, Kaito sigue dibujando el mapa de la zona, consiguiendo un mapa de uno de los siete arrabales principales de la zona. Bueno, al menos puede sondar el entorno. Kazuki lleva tiempo sabiendo hacer más de una cosa a la vez, obviamente debido a la paternidad, por lo que puede prestar atención al mendigo, a la conversación con los guardias y marines, que no dejan de mirar al mendigo, como si fuera a cometer un crimen en presencia de Kazuki y en hacer el mapa.
|~ ¿Podrías centrarte un poco buen hombre? Quiero saber a que te refieres con los chicos de la ciudad. Toda información es conveniente para que pueda ayudaros. ~| Dice Kaito mientras agudiza su audición para que cualquier información que puedan soltar los marines incautos la pueda acoplar a sus conocimientos.
Una sonora risa sale de la boca de Kaito al escuchar las palabras del hombre que afirma que sería fácil reducirle. Se nota que ese hombre se deja influir por las apariencias, algo que le viene bien al cazador, pues así el tirano no estaría sobre aviso de su capacidad de combate, además, eso le serviría para evitar que creyeran que causaría demasiados peligros, cosa que no tiene intención, pero si tiene que combatir contra alguien, la sorpresa del contrincante si obtiene la información sobre Kaito de esos guardias.
Kaito prolonga la búsqueda, agudizando también sus oídos por si alguien en los alrededores habla sobre el tirano del que habla el mendigo. Cualquier información le ayudaría a conseguir una meta, un objetivo claro.
|~ ¿Podrías centrarte un poco buen hombre? Quiero saber a que te refieres con los chicos de la ciudad. Toda información es conveniente para que pueda ayudaros. ~| Dice Kaito mientras agudiza su audición para que cualquier información que puedan soltar los marines incautos la pueda acoplar a sus conocimientos.
Una sonora risa sale de la boca de Kaito al escuchar las palabras del hombre que afirma que sería fácil reducirle. Se nota que ese hombre se deja influir por las apariencias, algo que le viene bien al cazador, pues así el tirano no estaría sobre aviso de su capacidad de combate, además, eso le serviría para evitar que creyeran que causaría demasiados peligros, cosa que no tiene intención, pero si tiene que combatir contra alguien, la sorpresa del contrincante si obtiene la información sobre Kaito de esos guardias.
Kaito prolonga la búsqueda, agudizando también sus oídos por si alguien en los alrededores habla sobre el tirano del que habla el mendigo. Cualquier información le ayudaría a conseguir una meta, un objetivo claro.
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Asentí, satisfecha de que al final todo hubiera sido un susto. Ahora, de camino al cuartel, esperaba conseguir algo de información. "Estás segura de que esto saldrá bien". Preguntaba Furfur. Podía notar que se encontraba preocupada por como irían las cosas. Si bien es cierto que mis habilidades se habían deteriorado bastante tras siglos atrapada y que dejaban mucho que desear en comparación a lo que podrían ser, estaba convencida de lograrlo. Al fin y al cabo... Las guerras comienzan por los secretos y por las palabras. Sonreí asintiendo ante mi determinación.
Ahora, mientras avanzábamos por las calles de turrón, era el momento perfecto para investigar y hacer preguntas. -Señor osito, señor osito... ¿Quienes eran los señores de antes? Los que iban todos vestidos igual, con el lacito azul.- Esa sería la primera de mis preguntas. Obviamente, había oído hablar de la marina y aún habiendo estado desconectada del mundo tenía una vaga noción de como se constituía. Pero con mi forma, lo propio a pensar era que no sabía nada de política ni de quien gobernaba el lugar... Y decir ese tipo de cosas a un niño suele ser algo a lo que los adultos no le dan importancia.
Esperaba que el soldado pensase igual y que le dijese algunas cosas. Si le contestaba que eran marines, le preguntaría que era un marine y qué hacían en la isla... Todo siguiendo una serie de patrones y prestando atención a las reacciones del hombre, sus gestos. Si algo de lo que preguntaba le molestaba. Todo.
Esperaba con esto, junto a mis habilidades de "obtener información" descubrir cosas como quién había ordenado a los marines instalarse en aquel lugar. Quién mandaba en la isla, tal vez algo de historia...O que sucedió en el último tiempo. Si para obtener alguna respuesta necesitaba contestar yo a alguna cosa sobre mí lo haría. Obviamente serían todo mentiras... Pero creo que miento bastante bien así que no debería tener más complicación.
"Empieza el juego". Me dije a mi misma mientras observaba las casas frente a las que pasábamos. Necesitaba encontrar otros puntos de interés en el lugar. También preguntaría por aquellas edificaciones de dulce que no correspondiesen con una casa, un bar o una tienda.
Ahora, mientras avanzábamos por las calles de turrón, era el momento perfecto para investigar y hacer preguntas. -Señor osito, señor osito... ¿Quienes eran los señores de antes? Los que iban todos vestidos igual, con el lacito azul.- Esa sería la primera de mis preguntas. Obviamente, había oído hablar de la marina y aún habiendo estado desconectada del mundo tenía una vaga noción de como se constituía. Pero con mi forma, lo propio a pensar era que no sabía nada de política ni de quien gobernaba el lugar... Y decir ese tipo de cosas a un niño suele ser algo a lo que los adultos no le dan importancia.
Esperaba que el soldado pensase igual y que le dijese algunas cosas. Si le contestaba que eran marines, le preguntaría que era un marine y qué hacían en la isla... Todo siguiendo una serie de patrones y prestando atención a las reacciones del hombre, sus gestos. Si algo de lo que preguntaba le molestaba. Todo.
Esperaba con esto, junto a mis habilidades de "obtener información" descubrir cosas como quién había ordenado a los marines instalarse en aquel lugar. Quién mandaba en la isla, tal vez algo de historia...O que sucedió en el último tiempo. Si para obtener alguna respuesta necesitaba contestar yo a alguna cosa sobre mí lo haría. Obviamente serían todo mentiras... Pero creo que miento bastante bien así que no debería tener más complicación.
"Empieza el juego". Me dije a mi misma mientras observaba las casas frente a las que pasábamos. Necesitaba encontrar otros puntos de interés en el lugar. También preguntaría por aquellas edificaciones de dulce que no correspondiesen con una casa, un bar o una tienda.
- Kaito:
- Finalmente el hombre señala a un Marine sin mucha discreción. Seguramente no sepa ni cómo se llaman, aunque de tanto verlos...
-Ante de ke binieran lo chicos de la gran siudá ehto era un lugar icreíble- te dice, mientras tu mapa va completándose-. Peo aora no kitan nuetros recuzos y no poemo asé nada pa evita-lo.
Parece que el mendigo no tiene más información que ofrecer, y no escuchas a nadie hablar de Gritz. Parece que sólo el mendigo está en contra, o sólo el mendigo se atreve a hablar... Quién sabe.
- Lenka:
- De camino al cuartel...
-Esos son la Marina- comenta el soldado, con un deje de desprecio-. Hace unos años ascendió al poder un hombre llamado Gritz Greatman, un señor de la guerra que no tardó en ganarse a los cretinos del barrio rico. Más tarde hizo un trato comercial con el Gobierno Mundial y... Bueno, creo que les ha vendido la isla y poco a poco nos están sustituyendo- parece sentir cierto malestar ante esa situación,
aunque la disimula bien-. Pero bueno, en general las cosas van algo mejor. Si no fuera porque la Marina sigue enviando sólo retrasados incluso sería beneficioso, pero ese ejército está lleno de tarugos y violadores en potencia. Y... Ahí está el cuartel, jovencita. Tu denuncia en la primera taquilla a la derecha.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquél mendigo había gastado el tiempo del cazador, al termino de sus discursos con un habla realmente deficiente, no en cuanto a la capacidad oral, sino al léxico en sí, el joven Kazuki solo tiene claro que sus acusaciones tienen que ver con los marines, mientras tanto el mapa de Kaito se va completando, quedando una información muy útil para el peliblanco, saber orientarse le permitirá moverse de forma más sigilosa de lo que ha hecho hasta el momento. Kaito desaparece sin que nadie sepa a donde ha ido, acto seguido sus mascotas salen del local, buscando a su dueño, siempre le encuentran, Kaito las tiene desde enano y se acostumbraron a su aura, además, a una serpiente no le cuesta encontrar a su dueño, y la tortuga siempre va con la serpiente.
Tras aparecer buscaría información por las calles mientras se dirigiría a la zona del cuartel marine, directamente si lo tuviera señalado en el mapa, o lo buscaría de no tenerlo. Al tiempo que estaría atento a toda información se reuniría con sus mascotas y se haría pasar por un turista, deteniéndose a beber de cuando en cuando y tratando de no llamar demasiado la atención.
Tras aparecer buscaría información por las calles mientras se dirigiría a la zona del cuartel marine, directamente si lo tuviera señalado en el mapa, o lo buscaría de no tenerlo. Al tiempo que estaría atento a toda información se reuniría con sus mascotas y se haría pasar por un turista, deteniéndose a beber de cuando en cuando y tratando de no llamar demasiado la atención.
- Resumen:
- - Salir del restaurante
- Ir/Buscar el cuartel marine mientras recolecta información, de haberla, y se reune con sus mascotas
Lenka R.
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-¿Y si esos señores son malos, porque no hace nadie nada?- La pregunta salió de mis labios dulce e inocente, tratando de calar con mis ojos aparentemente faltos de la maldad del mundo en el alma del soldado. Parecía resentido y esperaba que mi pregunta le incitase a decirme algo más. O simplemente para que se plantease amotinarse. Una pequeña chispa. Tal vez pensase en su familia o en los niños que viven en aquella isla. ¿Qué sería de ellos? Aunque bueno, estas solo eran suposiciones mías.
Una vez llegamos a la entrada del "cuartel" tocó la despedida. Agradeciéndole que me llevase y me protegiera de esas personas extrañas, me dispuse a adentrarme en el edificio, no sin antes darme la vuelta y, tímidamente preguntarle si no me acompañaría dentro. Mi intención era parecer asustada y no era muy difícil realmente. Estaba nerviosa. Por mucho que fuese un demonio, todavía no había terminado de tejer mi plan y estaba en entorno enemigo.... quizás tener una pequeña ayuda o alguien a quien culpar me viniese bien.
Me acompañase o no, me adentraría en el lugar y me aseguraría de cotillear, observando todo lo interesante. Una imagen del tal Grizt. De esas que algunos se afanan en poner en todos lados para demostrar su majestuosidad. alguien hablando de cosas indebidas, esas cosas típicas. Una vez acabase mi primera ronda por la planta, iría a realizar mi queja, para luego perderme "buscando el baño". Y empezar a explorar otras plantas. Si había una primera el edificio tenía que tener más. y efectivamente, parecía tener más desde fuera. Quien sabe, lo mismo encontraba a su objetivo solo o con algunos marines tan solo. ¿Sería capaz de ocuparse de él y hacer que todo pareciese culpa del gobierno? Bueno, no discernía de una de sus opciones iniciales.
Una vez llegamos a la entrada del "cuartel" tocó la despedida. Agradeciéndole que me llevase y me protegiera de esas personas extrañas, me dispuse a adentrarme en el edificio, no sin antes darme la vuelta y, tímidamente preguntarle si no me acompañaría dentro. Mi intención era parecer asustada y no era muy difícil realmente. Estaba nerviosa. Por mucho que fuese un demonio, todavía no había terminado de tejer mi plan y estaba en entorno enemigo.... quizás tener una pequeña ayuda o alguien a quien culpar me viniese bien.
Me acompañase o no, me adentraría en el lugar y me aseguraría de cotillear, observando todo lo interesante. Una imagen del tal Grizt. De esas que algunos se afanan en poner en todos lados para demostrar su majestuosidad. alguien hablando de cosas indebidas, esas cosas típicas. Una vez acabase mi primera ronda por la planta, iría a realizar mi queja, para luego perderme "buscando el baño". Y empezar a explorar otras plantas. Si había una primera el edificio tenía que tener más. y efectivamente, parecía tener más desde fuera. Quien sabe, lo mismo encontraba a su objetivo solo o con algunos marines tan solo. ¿Sería capaz de ocuparse de él y hacer que todo pareciese culpa del gobierno? Bueno, no discernía de una de sus opciones iniciales.
- Lenka:
En una pared está la foto de este hombre. Bueno, no parece especialmente peligroso, aunque nunca se sabe. El tipo finalmente te acompaña, mientras elucubra sobre las posibles maneras de que Gritz se haya hecho con el control, aunque nada importante a decir verdad. Tú te paras frente a la ventanilla, donde una mujer bastante fea te observa con cierta ternura.
-Hola chiquitina, ¿Has perdido a tus papis?
- Kaito:
- Igual para desaparecer sin dejar rastro lo mejor no es ser seguido por una serpiente y una tortuga. De hecho, ahora mismo alguien se ha asustado de la serpiente y un Marine corre hacia ti.
-¡Hey, Alto! ¿Tiene licencia de animales peligrosos? ¿Ese bicho está vacunado?- señala a la tortuga-. ¿Se ha dado cuenta de que una tortuga no es el mejor animal de carga? La bebida podría llevarla usted mismo.
En fin, papeles.
Kaito Kazuki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al parecer habían seguido a sus mascotas, y ahora un marine está interrogando a Kaito por las mismas. Que manía tiene la gente de juzgar un animal por su apariencia, en realidad todo por lo juzgan por su aspecto, un error que podría causar muchos estragos y pérdidas a todos los que lo cometen. El hombre no deja de hablar, parece que le han dado sopa de lengua en la comida, porque atosiga al cazador con una pregunta seguida de otra y criticas absurdas que hace en base a sus conocimientos, que distan de ser globales por lo que el espadachín es capaz de ver.
|~ Disculpe agente, pero creo conveniente comunicarle que dispongo de mucho conocimiento sobre estos dos animales, me acompañan desde hace mucho tiempo y nunca tuve problemas, solo que las serpientes son de por sí mal vistas en la sociedad. Esta en concreto carece de veneno, y como verá, su tamaño no le permite ser un riesgo real. En cuanto a la tortuga, está cuidad con esmero,
cuido muy bien de mis mascotas, que más que mascotas las considero amigas. Pasa revisiones periódicas con un veterinario de confianza y tiene todo correcto, de hecho cada vez que salgo de viaje hago revisión y preparo todo para evitar problemas con personas que soliciten dicha información. En cuanto a la carga, esta especie es originaria de mi isla natal, y es ampliamente empleada para cargas, verá, tiene una fuerza fuera de lo común, además, hoy por hoy es imposible que cargue la bebida, si se fija verá que porto un bastón y solo dispongo de un brazo. En definitiva, si me dice que papeles quiere se los entregaré con gusto, no busco problemas. ~| Responde a las preguntas del marine con calma y educación, por suerte aún consigue mantener a la bestia sellada.
Agudiza su oído, aunque esté en una conversación con el marine tratará de averiguar algo sobre Gritz, la verdad es que ese tiempo perdido le parece culpa de la mocosa, pero no es momento para eso, tiene que prestar atención, quien sabe haya gente que se vaya de la lengua. Además, su mano estaría firme en el bastón, haciendo como si simplemente necesitara más apoyo, pero realmente estaría listo para desenvainar su espada de ser necesario.
|~ Disculpe agente, pero creo conveniente comunicarle que dispongo de mucho conocimiento sobre estos dos animales, me acompañan desde hace mucho tiempo y nunca tuve problemas, solo que las serpientes son de por sí mal vistas en la sociedad. Esta en concreto carece de veneno, y como verá, su tamaño no le permite ser un riesgo real. En cuanto a la tortuga, está cuidad con esmero,
cuido muy bien de mis mascotas, que más que mascotas las considero amigas. Pasa revisiones periódicas con un veterinario de confianza y tiene todo correcto, de hecho cada vez que salgo de viaje hago revisión y preparo todo para evitar problemas con personas que soliciten dicha información. En cuanto a la carga, esta especie es originaria de mi isla natal, y es ampliamente empleada para cargas, verá, tiene una fuerza fuera de lo común, además, hoy por hoy es imposible que cargue la bebida, si se fija verá que porto un bastón y solo dispongo de un brazo. En definitiva, si me dice que papeles quiere se los entregaré con gusto, no busco problemas. ~| Responde a las preguntas del marine con calma y educación, por suerte aún consigue mantener a la bestia sellada.
Agudiza su oído, aunque esté en una conversación con el marine tratará de averiguar algo sobre Gritz, la verdad es que ese tiempo perdido le parece culpa de la mocosa, pero no es momento para eso, tiene que prestar atención, quien sabe haya gente que se vaya de la lengua. Además, su mano estaría firme en el bastón, haciendo como si simplemente necesitara más apoyo, pero realmente estaría listo para desenvainar su espada de ser necesario.
- Resumen:
- - Detenerse y responderle al marine con un tono cordial y tranquilo exponiendo los argumentos sobre las mascotas,
además de preguntar por los papeles concretos que solicita el marine.
- Agudizar el oído por si alguien habla sobre Gritz.
- Permanecer en guardia por si es necesario defenderse.
- Aclaración:
- Interpreto que siguieron a la serpiente y la tortuga para no crear una discordancia con parte de mi post anterior,
espero no sea un problema.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.