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Luka Rooney
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Akuma no mi
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La indescriptible sensación de ver acercarse a tal velocidad a un ave sin saber si su cálculo de impacto es correcto o no me produjo una serie de sudores fríos que recorrieron mi piel mientras el pulso de mi corazón se aceleraba cada vez más.
Vamos, tú puedes Lukita, piensa que te quiere atacar. Salta y… montalo, lleva las riendas de este pollo sin cabeza
Apenas un par de segundos tardó en recorrer aquella distancia el alado espadachín. Saltando entre agentes pude coger el impulso necesario para pasar por encima del ave e, instintivamente, agarrarme arrancando alguna que otra pluma de la cual no me haría responsable. Una vez montado gatee agarrando firmemente los azulados plumajes de aquel extravagante tipo de ave. Sin duda ya tenía alguna que otra conversación pendiente con Therax, y ahora la pregunta sobre su akuma no mi no se haría esperar mucho.
Al mirar las vistas durante el vuelo, pude contemplar cómo el impacto que había notado al agarrarme al rubio -o crestazul ahora-, había sido contra los agentes, encontrándose ahora en el suelo la mayoría.
Coméos esa
Pero los que estaban de pie empezaron a hacer diversos movimientos de dudosa elegancia, despidiendo de sus cuerpos y armas ondas cortantes que pasaban cerca de nosotros. Una incluso me rozó y estaba seguro de que me había creado un corte, pero quizá no era el mejor momento para palparse la herida. Nadie quería ver los sesos de un Gyojin espachurrados sobre el asfalto de una de las calles de la isla. O puede que los agentes sí.
El aire golpeaba con tal fiereza mi rostro que entendí que la velocidad de Therax era bastante elevada y se había incrementado tras los ataques recibidos, ¿Le habría alcanzado alguno?
-No es mi ambiente preferido -comenté agarrando cada vez más fuerte-. Pero habrá que sobrellevarlo. O sobrevolarlo en este caso. ¿Estás bien? ¿Te ha dado algún ataque? ¿Qué ha pasado con el agente jefe? No le he visto desde aquí.
A lo lejos divisé el puerto donde se encontraba nuestro barco y, por ende la vía de escape. ¿Estarían nuestros compañeros de viaje por allí? ¿O puede que nos tocara buscarlos y avisarles del pequeño motivo de nuestra huída?
-Therax, quizá deberíamos ir hacia el barco e intentar avisar a quien ahí esté. Yo puedo ver si tienen algún medio de transporte cerca para seguirnos. ¿Qué crees que deberíamos hacer?
Entonces el pájaro aumentó aún más la velocidad, dirigiéndose de lleno sobre el barco. Creí escuchar una especie de susurro, pero no logré entender qué mensaje quería darme el domador. Instintivamente salté cuando el ave tenía entre ojo y ojo una de las velas del barco.
¿Habrá perdido el control?
Al caer sobre el agua noté cómo mi cuerpo absorbía una parte de ésta y me moví rápidamente hacia el barco. Activando mi haki de observación detecté pocas presencias en él, por lo que no opondrían gran resistencia una vez el barco fuese únicamente madera esparcida por el agua.
Vamos, tú puedes Lukita, piensa que te quiere atacar. Salta y… montalo, lleva las riendas de este pollo sin cabeza
Apenas un par de segundos tardó en recorrer aquella distancia el alado espadachín. Saltando entre agentes pude coger el impulso necesario para pasar por encima del ave e, instintivamente, agarrarme arrancando alguna que otra pluma de la cual no me haría responsable. Una vez montado gatee agarrando firmemente los azulados plumajes de aquel extravagante tipo de ave. Sin duda ya tenía alguna que otra conversación pendiente con Therax, y ahora la pregunta sobre su akuma no mi no se haría esperar mucho.
Al mirar las vistas durante el vuelo, pude contemplar cómo el impacto que había notado al agarrarme al rubio -o crestazul ahora-, había sido contra los agentes, encontrándose ahora en el suelo la mayoría.
Coméos esa
Pero los que estaban de pie empezaron a hacer diversos movimientos de dudosa elegancia, despidiendo de sus cuerpos y armas ondas cortantes que pasaban cerca de nosotros. Una incluso me rozó y estaba seguro de que me había creado un corte, pero quizá no era el mejor momento para palparse la herida. Nadie quería ver los sesos de un Gyojin espachurrados sobre el asfalto de una de las calles de la isla. O puede que los agentes sí.
El aire golpeaba con tal fiereza mi rostro que entendí que la velocidad de Therax era bastante elevada y se había incrementado tras los ataques recibidos, ¿Le habría alcanzado alguno?
-No es mi ambiente preferido -comenté agarrando cada vez más fuerte-. Pero habrá que sobrellevarlo. O sobrevolarlo en este caso. ¿Estás bien? ¿Te ha dado algún ataque? ¿Qué ha pasado con el agente jefe? No le he visto desde aquí.
A lo lejos divisé el puerto donde se encontraba nuestro barco y, por ende la vía de escape. ¿Estarían nuestros compañeros de viaje por allí? ¿O puede que nos tocara buscarlos y avisarles del pequeño motivo de nuestra huída?
-Therax, quizá deberíamos ir hacia el barco e intentar avisar a quien ahí esté. Yo puedo ver si tienen algún medio de transporte cerca para seguirnos. ¿Qué crees que deberíamos hacer?
Entonces el pájaro aumentó aún más la velocidad, dirigiéndose de lleno sobre el barco. Creí escuchar una especie de susurro, pero no logré entender qué mensaje quería darme el domador. Instintivamente salté cuando el ave tenía entre ojo y ojo una de las velas del barco.
¿Habrá perdido el control?
Al caer sobre el agua noté cómo mi cuerpo absorbía una parte de ésta y me moví rápidamente hacia el barco. Activando mi haki de observación detecté pocas presencias en él, por lo que no opondrían gran resistencia una vez el barco fuese únicamente madera esparcida por el agua.
-Creo que no. Al menos yo no me noto nada -respondió el domador a la primera pregunta de Luka-. No sé. He aprovechado un hueco y he pasado un poco de él, la verdad. No me extrañaría que viniese a por nosotros. El despecho y eso, ya sabes -bromeó.
Antes de que se diera cuenta se encontraban cerca del puerto. Podía distinguir el barco de los Arashi perfectamente y, por desgracia, no destacaba por ser en el que más movimiento había. A unos metros de distancia, un barco de lo más común sobre cuya cubierta caminaba gente de lo más inusual llamó poderosamente su atención. Un tipo ataviado con un traje daba órdenes a sus subordinados, que corrían raudos de un lugar a otro para satisfacer sus deseos. El gyojin debía haberse dado cuenta, porque enseguida le preguntó su opinión acerca de qué debían hacer.
-Asegurar que podremos huir -respondió sin más el ave. Acto seguido, descendió hasta colocarse a la altura de la vela mayor y aceleró todo lo que pudo en dirección a su objetivo. ¿Que el golpe dolería? Con toda seguridad, pero sería un buen punto de partida para facilitar la huida.
Apenas unos metros le separaban del mástil cuando notó que el peso que había en su espalda desaparecía. ¿La sardina había saltado? Todo apuntaba a que sí. Trató de oír el chapoteo del agua, pero debió coincidir con el momento en que su cráneo se estrellaba contra la madera. El sonido de ésta al quebrarse eclipsó por completo cualquier ruido que hubiera podido hacer Luka. Además, el intenso dolor que recorrió su cabeza desde la frente hasta la nuca no ayudó demasiado a que pudiera percibir algo. «Estará bien», se dijo mientras escuchaba cómo el mástil caía sobre la cubierta y el agua. El hombre-pez había demostrado en Little Garden que sabía de sobra como sabotear un barco, así que se merecía un voto de confianza.
En cuanto llegó al barco, plegó sus alas y recuperó su forma humana. En cubierta no había nadie. Sólo Nox, que dormitaba tumbado mientras los rayos de sol incidían sobre él.
-¿Dónde están todos? -preguntó el domador mientras se frotaba la frente en el lugar del golpe. Sin duda alguna eso dejaría chichón.
Antes de que se diera cuenta se encontraban cerca del puerto. Podía distinguir el barco de los Arashi perfectamente y, por desgracia, no destacaba por ser en el que más movimiento había. A unos metros de distancia, un barco de lo más común sobre cuya cubierta caminaba gente de lo más inusual llamó poderosamente su atención. Un tipo ataviado con un traje daba órdenes a sus subordinados, que corrían raudos de un lugar a otro para satisfacer sus deseos. El gyojin debía haberse dado cuenta, porque enseguida le preguntó su opinión acerca de qué debían hacer.
-Asegurar que podremos huir -respondió sin más el ave. Acto seguido, descendió hasta colocarse a la altura de la vela mayor y aceleró todo lo que pudo en dirección a su objetivo. ¿Que el golpe dolería? Con toda seguridad, pero sería un buen punto de partida para facilitar la huida.
Apenas unos metros le separaban del mástil cuando notó que el peso que había en su espalda desaparecía. ¿La sardina había saltado? Todo apuntaba a que sí. Trató de oír el chapoteo del agua, pero debió coincidir con el momento en que su cráneo se estrellaba contra la madera. El sonido de ésta al quebrarse eclipsó por completo cualquier ruido que hubiera podido hacer Luka. Además, el intenso dolor que recorrió su cabeza desde la frente hasta la nuca no ayudó demasiado a que pudiera percibir algo. «Estará bien», se dijo mientras escuchaba cómo el mástil caía sobre la cubierta y el agua. El hombre-pez había demostrado en Little Garden que sabía de sobra como sabotear un barco, así que se merecía un voto de confianza.
En cuanto llegó al barco, plegó sus alas y recuperó su forma humana. En cubierta no había nadie. Sólo Nox, que dormitaba tumbado mientras los rayos de sol incidían sobre él.
-¿Dónde están todos? -preguntó el domador mientras se frotaba la frente en el lugar del golpe. Sin duda alguna eso dejaría chichón.
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Así que… si parto este trocito de madera el barco no podrá maniobrar Pensé con una endiablada sonrisa mientras me acercaba a éste.
Inhabilitar un barco es de lo más sencillo, sobre todo si eres Gyojin. Únicamente partiendo la rueda del timón que se encuentra siempre -o casi siempre- en la parte inferior de la popa, la cual está ligada al timón, conseguirías inhabilitar la capacidad de reacción de la embarcación, pudiendo ésta únicamente ir hacia el frente. Pero además, creando un pequeño agujero -a más diminuto más tardaría en hacer efecto-, se podría conseguir algo bien distinto; Darle lentitud al barco ya que le costaría más avanzar. Además, de ser grande el agujero, acabaría por hundirlo, lo cual sería el cúlmen de la perfección.
Así que algo así era el objetivo. Al llegar a la rueda del timón, un par de puñetazos fueron suficientes para partirla y, tras ello, me posicioné justo debajo del barco. Concentrando las partículas de agua que me rodeaban sobre mis antebrazos fuí creando un remolino girando rápidamente los brazos uno sobre otro. La energía del propio vórtice iba incrementándose por momentos, llegando a un punto que estimé oportuno para mis intenciones. Con un forzado giro de cadera y una intensa mirada sobre el punto al que el ataque debía ir, torcí ambos brazos, posicionando las palmas de las manos de manera paralela y expulsando aquella energía hacia el barco.
La corriente generada era de mucha más intensidad de la que pensaba. El remolino de agua quebró la madera e hizo un agujero de gran dimensión sobre el casco del barco, lo cual aproveche para impulsarme y meterme en el ojo huracán marítimo, logrando así adquirir una velocidad altísima y, recubriendo de haki mi cabeza perforar el resto de madera del barco hasta llegar a la cubierta, saliendo despedido hacia arriba y volando durante unos segundos que parecieron eternos.
Desde el aire pude observar nuestro barco y cómo el que acababa de perforar empezaba a hundirse. Miel sobre hojuelas. Al caer sobre el agua me sumergí aún más y bajé hasta el ancla, elevándolo al instante, lo cual desencadenó en un leve tirón en el barco, que ya se encontraba libre. De manera algo torpe subí hacia la cubierta, donde al salvar una caída casi inevitable, divisé a Therax y Nox hablando, pero a nadie más.
-¿Y el resto? Pensé que estaríamos todos. ¿Vamos a por ellos? -entonces recordé el den den mushi que todos los miembros teníamos. -¿Y si les llamamos mejor?
De cualquiera de las maneras, podrían venir sin problemas, ya que tanto Haruka como Zane eran capaces de volar, y podrían cargar con Spanner y con Alviss en caso de ser necesario.
Nosotros hemos tardado una eternidad. O quizá esa es mi sensación… ¿Dónde se habrán metido estos?
Entonces se me ocurrió que, en el caso que no respondieran, quizá era mejor idea que Therax fuese a buscarles mientras yo ojeaba el mar en busca de cualquier otro barco que pudiera venir a por nosotros.
Inhabilitar un barco es de lo más sencillo, sobre todo si eres Gyojin. Únicamente partiendo la rueda del timón que se encuentra siempre -o casi siempre- en la parte inferior de la popa, la cual está ligada al timón, conseguirías inhabilitar la capacidad de reacción de la embarcación, pudiendo ésta únicamente ir hacia el frente. Pero además, creando un pequeño agujero -a más diminuto más tardaría en hacer efecto-, se podría conseguir algo bien distinto; Darle lentitud al barco ya que le costaría más avanzar. Además, de ser grande el agujero, acabaría por hundirlo, lo cual sería el cúlmen de la perfección.
Así que algo así era el objetivo. Al llegar a la rueda del timón, un par de puñetazos fueron suficientes para partirla y, tras ello, me posicioné justo debajo del barco. Concentrando las partículas de agua que me rodeaban sobre mis antebrazos fuí creando un remolino girando rápidamente los brazos uno sobre otro. La energía del propio vórtice iba incrementándose por momentos, llegando a un punto que estimé oportuno para mis intenciones. Con un forzado giro de cadera y una intensa mirada sobre el punto al que el ataque debía ir, torcí ambos brazos, posicionando las palmas de las manos de manera paralela y expulsando aquella energía hacia el barco.
La corriente generada era de mucha más intensidad de la que pensaba. El remolino de agua quebró la madera e hizo un agujero de gran dimensión sobre el casco del barco, lo cual aproveche para impulsarme y meterme en el ojo huracán marítimo, logrando así adquirir una velocidad altísima y, recubriendo de haki mi cabeza perforar el resto de madera del barco hasta llegar a la cubierta, saliendo despedido hacia arriba y volando durante unos segundos que parecieron eternos.
Desde el aire pude observar nuestro barco y cómo el que acababa de perforar empezaba a hundirse. Miel sobre hojuelas. Al caer sobre el agua me sumergí aún más y bajé hasta el ancla, elevándolo al instante, lo cual desencadenó en un leve tirón en el barco, que ya se encontraba libre. De manera algo torpe subí hacia la cubierta, donde al salvar una caída casi inevitable, divisé a Therax y Nox hablando, pero a nadie más.
-¿Y el resto? Pensé que estaríamos todos. ¿Vamos a por ellos? -entonces recordé el den den mushi que todos los miembros teníamos. -¿Y si les llamamos mejor?
De cualquiera de las maneras, podrían venir sin problemas, ya que tanto Haruka como Zane eran capaces de volar, y podrían cargar con Spanner y con Alviss en caso de ser necesario.
Nosotros hemos tardado una eternidad. O quizá esa es mi sensación… ¿Dónde se habrán metido estos?
Entonces se me ocurrió que, en el caso que no respondieran, quizá era mejor idea que Therax fuese a buscarles mientras yo ojeaba el mar en busca de cualquier otro barco que pudiera venir a por nosotros.
El sonido a sus espaldas le confirmaba que las últimas tres semanas no habían hecho que Luka perdiera el toque. No. La madera crujía por doquier, lo que era un signo inequívoco de que el barco ocupado por los trajeados acabaría yéndose al fondo del mar más tarde o más temprano. «¿Cómo demonios lo hará para romperlos como si fuesen ramitas? Aunque es cierto que eso de poder bucear ayuda mucho», pensó el rubio, añorando por unos instantes el placer de sumergirse en el mar.
Nox balbuceaba algo incomprensible frente a él. El reconfortante sol de invierno debía haber hecho que se sumergiese en un estado de duermevela. Parecía oír lo que le decía y, de hecho, intentaba responder. No obstante, de su boca únicamente surgía una concatenación de extraños ruidos. Estos se asemejaban a cualquier cosa antes que a un comentario con sentido, hecho que comenzó a irritar un poco a Therax.
Se planteó acercarse y darle un bofetón para ver si de ese modo reaccionaba. Es más, se disponía a hacerlo cuando unos torpes porrazos sobre la cubierta tras él llamaron su atención. El gyojin acababa de regresar al barco y estaba poniendo la cubierta perdida de agua. ¿A quién le tocaba limpiarla? ¿Hou? Creía recordar que sí, y en ese caso el resultado sería el mismo que si no le tocase a nadie. Fuera como fuere, ese asunto no llegaba ni si quiera a la categoría de "menor". Había cosas bastante más apremiantes, como que debían abandonar Sakura lo antes posible.
-Sí, mejor llamarlos -afirmó el espadachín, sacando un den den con un parecido a Zane tan sorprendente como turbio-. ¡Nox, despierta! -exclamó antes de establecer comunicación con el capitán. Frente a él, antes de que respondiera, el miembro más veterano de la tripulación se sobresaltó. Parecía algo molesto porque hubieran interrumpido el ronquido que comenzaba a nacer de su garganta, pero al domador no le importó lo más mínimo.
El pelirrojo no le dio tiempo a preguntar. En su lugar comenzó a hablar atropelladamente. No tenía ni idea de dónde se encontraba Haruka, o al menos eso afirmaba. Por otro lado, Hou y Spanner ya debían encontrarse en dirección al barco. No cabía duda de que estaban en problemas. La agitada respiración del supernova y el escándalo que se podía oír de fondo lo confirmaban. Tampoco le dio opción de replicar. Cortó la comunicación y le dejó con la palabra en la boca.
-Parece que hay más problemas... para variar -comentó Therax, guardando el comunicador y cruzándose de brazos. Luka y Nox debían haberlo oído todo, pues no se encontraban demasiado lejos. Entonces un intenso alboroto comenzó a sonar en la distancia, haciéndose cada vez más intenso-. Genial. ¿Y ahora qué? -se quejó el espadachín al tiempo que dirigía su atención hacia el puerto en espera de que lo que fuese apareciera.
Nox balbuceaba algo incomprensible frente a él. El reconfortante sol de invierno debía haber hecho que se sumergiese en un estado de duermevela. Parecía oír lo que le decía y, de hecho, intentaba responder. No obstante, de su boca únicamente surgía una concatenación de extraños ruidos. Estos se asemejaban a cualquier cosa antes que a un comentario con sentido, hecho que comenzó a irritar un poco a Therax.
Se planteó acercarse y darle un bofetón para ver si de ese modo reaccionaba. Es más, se disponía a hacerlo cuando unos torpes porrazos sobre la cubierta tras él llamaron su atención. El gyojin acababa de regresar al barco y estaba poniendo la cubierta perdida de agua. ¿A quién le tocaba limpiarla? ¿Hou? Creía recordar que sí, y en ese caso el resultado sería el mismo que si no le tocase a nadie. Fuera como fuere, ese asunto no llegaba ni si quiera a la categoría de "menor". Había cosas bastante más apremiantes, como que debían abandonar Sakura lo antes posible.
-Sí, mejor llamarlos -afirmó el espadachín, sacando un den den con un parecido a Zane tan sorprendente como turbio-. ¡Nox, despierta! -exclamó antes de establecer comunicación con el capitán. Frente a él, antes de que respondiera, el miembro más veterano de la tripulación se sobresaltó. Parecía algo molesto porque hubieran interrumpido el ronquido que comenzaba a nacer de su garganta, pero al domador no le importó lo más mínimo.
El pelirrojo no le dio tiempo a preguntar. En su lugar comenzó a hablar atropelladamente. No tenía ni idea de dónde se encontraba Haruka, o al menos eso afirmaba. Por otro lado, Hou y Spanner ya debían encontrarse en dirección al barco. No cabía duda de que estaban en problemas. La agitada respiración del supernova y el escándalo que se podía oír de fondo lo confirmaban. Tampoco le dio opción de replicar. Cortó la comunicación y le dejó con la palabra en la boca.
-Parece que hay más problemas... para variar -comentó Therax, guardando el comunicador y cruzándose de brazos. Luka y Nox debían haberlo oído todo, pues no se encontraban demasiado lejos. Entonces un intenso alboroto comenzó a sonar en la distancia, haciéndose cada vez más intenso-. Genial. ¿Y ahora qué? -se quejó el espadachín al tiempo que dirigía su atención hacia el puerto en espera de que lo que fuese apareciera.
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Tras llegar a cubierta y acercarme a los intrépidos piratas, pude percatarme del estado de Nox, algo que confirmé cuando el espadachín le pidió que despertara de manera efusiva. Sin embargo, le había visto hablar en un principio. ¿Acaso el rubio le había dormido con algún tipo de discurso?
No sabía que Therax fuese tan aburrido. Al menos conmigo no lo es. Aunque eso explicaría cómo han salido sus animalejos
El domador pareció ver con buenos ojos llamar directamente a los afectados, por lo que, sacando su den den mushi, procedió a hacerlo mientras Nox y yo nos acercabamos a él, con los semblantes serios y bastante preocupados por lo que podría estar ocurriendo.
Unos segundos de tensión previos a la llamada se hicieron notar, cruzando miradas unos con otros. A lo lejos pude divisar a algunos agentes que venían hacia el barco. Si todo salía bien, no deberían ser capaces de llegar, pero un contratiempo nos hizo quedarnos helados.
Zane contestó apenas sin voz y pausando continuamente para respirar. Aquello me hizo pensar que casi con total seguridad se encontraba en peligro, aunque el hecho de que nos dijese que tanto Spanner como Hou se encontraban de camino me sorprendió. ¿Le habían dejado allí con sus problemas? ¿Y Haru? ¿Dónde se había metido esta vez?
-No entiendo nada -me limité a responder al rubio-. Es demasiado extraño. Deberíamos esperar a que tanto Spanner como Hou vengan y nos cuenten qué pasa, y en función de eso actuar, pero esto no me da muy buena espina.
Y entonces divisé de nuevo a los agentes, cada vez más cerca, pero de repente pararon. ¿Qué tramaban? A lo lejos observé también cómo Hou y Spanner venían corriendo a toda velocidad por otro de los caminos que conducían al puerto. Tal y como el capitán había dicho, Haruka no estaba entre ellos.
-Allí -comenté mientras señalaba la ubicación de los dos piratas-, por allí vienen los chicos.
No podía siquiera imaginarme qué estaba ocurriendo para que todo se diese de esa manera tan estrambótica. Primero nuestra incursión en el laboratorio del gobierno, el cual casi nos cuesta más de un disgusto. Ahora, al llegar al barco ver que sólo Nox estaba presente y, que tras la conversación telefónica mantenida con el capitán, todo parecía ser más siniestro y complicado. ¿Aparecería volando? ¿Se quedaría allí? No podía explicarme nada y, francamente, necesitaba algún tipo de razonamiento para entender todo aquello.
No sabía que Therax fuese tan aburrido. Al menos conmigo no lo es. Aunque eso explicaría cómo han salido sus animalejos
El domador pareció ver con buenos ojos llamar directamente a los afectados, por lo que, sacando su den den mushi, procedió a hacerlo mientras Nox y yo nos acercabamos a él, con los semblantes serios y bastante preocupados por lo que podría estar ocurriendo.
Unos segundos de tensión previos a la llamada se hicieron notar, cruzando miradas unos con otros. A lo lejos pude divisar a algunos agentes que venían hacia el barco. Si todo salía bien, no deberían ser capaces de llegar, pero un contratiempo nos hizo quedarnos helados.
Zane contestó apenas sin voz y pausando continuamente para respirar. Aquello me hizo pensar que casi con total seguridad se encontraba en peligro, aunque el hecho de que nos dijese que tanto Spanner como Hou se encontraban de camino me sorprendió. ¿Le habían dejado allí con sus problemas? ¿Y Haru? ¿Dónde se había metido esta vez?
-No entiendo nada -me limité a responder al rubio-. Es demasiado extraño. Deberíamos esperar a que tanto Spanner como Hou vengan y nos cuenten qué pasa, y en función de eso actuar, pero esto no me da muy buena espina.
Y entonces divisé de nuevo a los agentes, cada vez más cerca, pero de repente pararon. ¿Qué tramaban? A lo lejos observé también cómo Hou y Spanner venían corriendo a toda velocidad por otro de los caminos que conducían al puerto. Tal y como el capitán había dicho, Haruka no estaba entre ellos.
-Allí -comenté mientras señalaba la ubicación de los dos piratas-, por allí vienen los chicos.
No podía siquiera imaginarme qué estaba ocurriendo para que todo se diese de esa manera tan estrambótica. Primero nuestra incursión en el laboratorio del gobierno, el cual casi nos cuesta más de un disgusto. Ahora, al llegar al barco ver que sólo Nox estaba presente y, que tras la conversación telefónica mantenida con el capitán, todo parecía ser más siniestro y complicado. ¿Aparecería volando? ¿Se quedaría allí? No podía explicarme nada y, francamente, necesitaba algún tipo de razonamiento para entender todo aquello.
Therax miró en la dirección que le señalaba Luka. Contempló con disgusto cómo un grupo de agentes se dirigían hacia ellos. «Quien sea que les suministre los trajes debe ser de oro», pensó mientras torcía el gesto. De cualquier modo, hasta donde él sabía no era habitual que hubiese tantos miembros del Cipher Pol juntos, y mucho menos que fuese tan fácil identificarlos. ¿Se estaría desarrollando alguna actividad más en las instalaciones que habían abandonado? Podía ser. Eso justificaría que hubiese tanto traje oscuro correteando por Sakura.
Se disponía a responder al gyojin cuando un gruñido a sus espaldas provocó que se diera la vuelta durante un instante. César, haciendo gala de su permanente mal humor, había alzado una ceja en su dirección y bufaba con sarcasmo. Unos metros por delante de él, Tib corría a darle la bienvenida a su compañero. El domador los miró extrañado. ¿Acaso no habían bajado del barco con él? Tal vez fuesen imaginaciones suyas.
-¿Ya la habéis vuelto a liar? -preguntó la mecánica voz que salía del collar del cánido-. No sé cómo seguís vivos con lo inútiles que sois. -Sin esperar respuesta alguna, cerró los ojos y apoyó la cabeza sobre sus patas delanteras, las cuales se encontraban cruzadas frente a él.
El rubio se disponía a responder. Seguramente no fuese el más ingenioso de los comentarios, pero iba a replicar. Sin embargo, un nuevo estruendo en la lejanía captó por completo su atención. «Ya hablaremos tu y yo», dijo para sí, dirigiendo una mirada asesina al entreabierto ojo izquierdo del viejo lobo.
La pared de una casa cercana acababa de saltar por los aires, y Spanner y Hou se encontraban a escasos metros del navío. Sorprendentemente, Nox no tardó en comenzar a moverse y enseguida se perdió en las profundidades del barco. Todos se habían dado cuenta de que tendrían que abandonar aquel lugar más pronto que tarde y, además, de la peor de las maneras. No obstante, el más veterano de los tripulantes había sido el primero en reaccionar.
Spanner empezó a dar órdenes en cuanto puso un pie en el barco. Luka debía soltar amarras, recoger la pasarela y dejar todo listo para que pudieran salir de allí. Therax tendría que soltar las velas y comenzar a mover el barco para sacarlo del muelle. ¿Pero qué demonios pasaba con Zane? ¿Y dónde se había metido Haruka?
Dando un rápido vistazo en dirección a tierra firme, Therax pudo ver cómo los agentes que se habían detenido se acercaban cada vez a más velocidad. ¿Por qué se habrían parado antes? Por otro lado, un nuevo bullicio se aproximaba hacia la zona portuaria por el camino que habían empleado el segundo al mando y el vigía para llegar hasta ella. No tenía la menor idea de qué estaba sucediendo, pero estaba claro que la sardina y él no habían sido los únicos en meterse en líos.
Se disponía a responder al gyojin cuando un gruñido a sus espaldas provocó que se diera la vuelta durante un instante. César, haciendo gala de su permanente mal humor, había alzado una ceja en su dirección y bufaba con sarcasmo. Unos metros por delante de él, Tib corría a darle la bienvenida a su compañero. El domador los miró extrañado. ¿Acaso no habían bajado del barco con él? Tal vez fuesen imaginaciones suyas.
-¿Ya la habéis vuelto a liar? -preguntó la mecánica voz que salía del collar del cánido-. No sé cómo seguís vivos con lo inútiles que sois. -Sin esperar respuesta alguna, cerró los ojos y apoyó la cabeza sobre sus patas delanteras, las cuales se encontraban cruzadas frente a él.
El rubio se disponía a responder. Seguramente no fuese el más ingenioso de los comentarios, pero iba a replicar. Sin embargo, un nuevo estruendo en la lejanía captó por completo su atención. «Ya hablaremos tu y yo», dijo para sí, dirigiendo una mirada asesina al entreabierto ojo izquierdo del viejo lobo.
La pared de una casa cercana acababa de saltar por los aires, y Spanner y Hou se encontraban a escasos metros del navío. Sorprendentemente, Nox no tardó en comenzar a moverse y enseguida se perdió en las profundidades del barco. Todos se habían dado cuenta de que tendrían que abandonar aquel lugar más pronto que tarde y, además, de la peor de las maneras. No obstante, el más veterano de los tripulantes había sido el primero en reaccionar.
Spanner empezó a dar órdenes en cuanto puso un pie en el barco. Luka debía soltar amarras, recoger la pasarela y dejar todo listo para que pudieran salir de allí. Therax tendría que soltar las velas y comenzar a mover el barco para sacarlo del muelle. ¿Pero qué demonios pasaba con Zane? ¿Y dónde se había metido Haruka?
Dando un rápido vistazo en dirección a tierra firme, Therax pudo ver cómo los agentes que se habían detenido se acercaban cada vez a más velocidad. ¿Por qué se habrían parado antes? Por otro lado, un nuevo bullicio se aproximaba hacia la zona portuaria por el camino que habían empleado el segundo al mando y el vigía para llegar hasta ella. No tenía la menor idea de qué estaba sucediendo, pero estaba claro que la sardina y él no habían sido los únicos en meterse en líos.
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La increíble sorpresa de ver a los camaradas desde la lejanía pronto dejó de ser agradable. Justo al subir al barco el rostro de Spanner decía mucho más que sus palabras.
Raudo y veloz me dispuse a hacer todo lo que ordenó, cuya finalidad era ni más ni menos que huir con la mayor brevedad posible. Era evidente que, llegados a ese punto, todos queríamos lo mismo, sin embargo sólo conocía los motivos que nos arrastraban a tan cobarde acto que teníamos tanto el domador como yo, pero… ¿Qué habrían hecho el resto?
Durante el camino me topé un par de veces con el malhumorado perro de Therax, quien no dudó ni un instante en poner en duda mi velocidad ejerciendo las órdenes de Spanner, la agilidad que tenía fuera del agua y, por si fuera poco, mi utilidad en conceptos generales.
Maldito chucho...
-Al menos yo no me paso la mitad del tiempo olisqueándome mis partes. Vete con tu amo, anda -acompañé la frase con una patada al aire en su dirección, algo que pareció no sentar demasiado bien a la mascota.
-Huelen mejor que tú -dijo a la par que se iba corriendo. Pero se detuvo de nuevo-. ¡Qué hueles fatal!
Me olisqueé un poco y ciertamente el sudor había hecho mella en mi. Pero aquel chucho… algún día conseguiría darle una lección. Estaba seguro.
Habiendo acabado todas mis órdenes, me acerqué a Spanner, perdiendo de vista y sin saber la ubicación exacta de Nox y Hou. Mientras tanto, Therax venía de cumplir sus propias órdenes también.
-Ahora que parece que vamos a tener algo de tiempo… ¿Qué ha pasado? ¿Por qué sólo venís vosotros?
Los agentes miraban desde la orilla mientras hacían evidentes señas que, en su lenguaje gubernamental debían significar algo. Pronto fueron marcha atrás y se dirigieron hacia la zona del impacto donde vimos a Spanner y Hou.
Zane
-Es complicado. Pero el resumen es que hemos perdido de vista a Haruka, y había marines alrededor de la zona… capturaron a Zane y… nos dijo que huyésemos. Antes de que digas nada -comentó al percatarse de mi semblante-, el capitán estará bien. Si le he dejado allí es porque he visto su cara y lo que me transmitía. Huirá y se encontrará con nosotros. Estoy seguro.
Yo no tanto
Pese a que no entendía muy bien lo que Spanner comentaba, le dí un voto de confianza. Después de todo, él conocía mejor que nadie al capitán, por lo que seguro que había actuado con la mayor profesionalidad posible. Aunque, por otro lado, quizá su lealtad era únicamente viable cuando su vida no corría peligro. Demasiados juicios sin tener indicios de todo lo ocurrido.
- Therax, creo que por mucho que la liemos, nunca llegaremos a superar a nuestro capitán -comenté intentando dejar el tema de lado y que la fortuna guiase al excéntrico capitán de nuestra banda-. ¿Has visto lo mismo que yo? Los agentes y donde se dirigían…
Suponía que sí, pero de no ser así explicaría la dirección que habían tomado los agentes y el peligro que suponía aquello para nuestro capitán. Aunque a saber en qué andaba metido.
Raudo y veloz me dispuse a hacer todo lo que ordenó, cuya finalidad era ni más ni menos que huir con la mayor brevedad posible. Era evidente que, llegados a ese punto, todos queríamos lo mismo, sin embargo sólo conocía los motivos que nos arrastraban a tan cobarde acto que teníamos tanto el domador como yo, pero… ¿Qué habrían hecho el resto?
Durante el camino me topé un par de veces con el malhumorado perro de Therax, quien no dudó ni un instante en poner en duda mi velocidad ejerciendo las órdenes de Spanner, la agilidad que tenía fuera del agua y, por si fuera poco, mi utilidad en conceptos generales.
Maldito chucho...
-Al menos yo no me paso la mitad del tiempo olisqueándome mis partes. Vete con tu amo, anda -acompañé la frase con una patada al aire en su dirección, algo que pareció no sentar demasiado bien a la mascota.
-Huelen mejor que tú -dijo a la par que se iba corriendo. Pero se detuvo de nuevo-. ¡Qué hueles fatal!
Me olisqueé un poco y ciertamente el sudor había hecho mella en mi. Pero aquel chucho… algún día conseguiría darle una lección. Estaba seguro.
Habiendo acabado todas mis órdenes, me acerqué a Spanner, perdiendo de vista y sin saber la ubicación exacta de Nox y Hou. Mientras tanto, Therax venía de cumplir sus propias órdenes también.
-Ahora que parece que vamos a tener algo de tiempo… ¿Qué ha pasado? ¿Por qué sólo venís vosotros?
Los agentes miraban desde la orilla mientras hacían evidentes señas que, en su lenguaje gubernamental debían significar algo. Pronto fueron marcha atrás y se dirigieron hacia la zona del impacto donde vimos a Spanner y Hou.
Zane
-Es complicado. Pero el resumen es que hemos perdido de vista a Haruka, y había marines alrededor de la zona… capturaron a Zane y… nos dijo que huyésemos. Antes de que digas nada -comentó al percatarse de mi semblante-, el capitán estará bien. Si le he dejado allí es porque he visto su cara y lo que me transmitía. Huirá y se encontrará con nosotros. Estoy seguro.
Yo no tanto
Pese a que no entendía muy bien lo que Spanner comentaba, le dí un voto de confianza. Después de todo, él conocía mejor que nadie al capitán, por lo que seguro que había actuado con la mayor profesionalidad posible. Aunque, por otro lado, quizá su lealtad era únicamente viable cuando su vida no corría peligro. Demasiados juicios sin tener indicios de todo lo ocurrido.
- Therax, creo que por mucho que la liemos, nunca llegaremos a superar a nuestro capitán -comenté intentando dejar el tema de lado y que la fortuna guiase al excéntrico capitán de nuestra banda-. ¿Has visto lo mismo que yo? Los agentes y donde se dirigían…
Suponía que sí, pero de no ser así explicaría la dirección que habían tomado los agentes y el peligro que suponía aquello para nuestro capitán. Aunque a saber en qué andaba metido.
El rubio enseguida comenzó a hacer lo que se le había ordenado. Preparó todo el velamen para zarpar, asegurándose de hacerlo todo tal y como le habían ido enseñando durante su estancia en el barco. Era curioso cómo, pese a no saber qué era una quilla en el momento de unirse a aquel variopinto grupo, poco a poco había ido progresando para al menos no ser un lastre. No tardó mucho en dejarlo todo preparado. ¿A qué esperaban Zane y Haruka para unirse a ellos?
Observando desde la distancia cómo toda la acción se centraba cada vez más en un punto concreto, esperó a ver una figura llameante emerger y dirigirse hacia el barco. Los segundos pasaron, tan cargados de tensión que se hicieron minutos a ojos del espadachín. Fue así hasta que Luka terminó con sus labores y se dirigió a Spanner, comentando la situación y provocando que el tiempo comenzase a pasar mucho más rápido para Therax.
¿Cómo que habían perdido a Haruka? ¿A qué se debía que el pelirrojo decidiese quedarse allí? Era fuerte, de eso no cabía duda, pero el número de enemigos que lo habían situado como su objetivo era casi obsceno. Los agentes que hasta hacía poco habían ido tras el gyojin y el domador, que se habían quedado en la orilla y realizaban extraños gestos, cambiaron de repente de actitud. Dándole la espalda al navío, pusieron rumbo hacia el epicentro del alboroto que imperaba en tierra firme. Quedaba claro que las prioridades prevalecían sobre la rabia, y que capturar al "Descamisetado" era mucho más importante que atrapar a los dos intrusos que se habían adentrado en sus instalaciones.
¿Pero qué demonios estaban haciendo? Daba igual que fuese una orden, no podían permitirse dejar a dos miembros de la tripulación atrás, con un sinfín de enemigos hostigándoles y la prisión -o peor aún, la muerte- cerniéndose sobre ellos. Miró hacia el resto de sus compañeros. Lucían preocupados, sí, pero ninguno se salía del guión establecido. Era comprensible, ¿o no? No, no lo era. Situaciones como aquélla justificaban dejar de lado cualquier tipo de jerarquía. ¡Eran piratas, no marines ni nada que se la pareciera! ¡Debían desobedecer casi por obligación!
Dejando de lado cualquier pensamiento, un manto de energía azulada comenzó a brotar de su espalda para cubrir rápidamente todo su cuerpo. En cuanto asumiese por completo su forma híbrida, alzaría el vuelo y se uniría a lo que fuese que estaba sucediendo más allá del puerto.
Observando desde la distancia cómo toda la acción se centraba cada vez más en un punto concreto, esperó a ver una figura llameante emerger y dirigirse hacia el barco. Los segundos pasaron, tan cargados de tensión que se hicieron minutos a ojos del espadachín. Fue así hasta que Luka terminó con sus labores y se dirigió a Spanner, comentando la situación y provocando que el tiempo comenzase a pasar mucho más rápido para Therax.
¿Cómo que habían perdido a Haruka? ¿A qué se debía que el pelirrojo decidiese quedarse allí? Era fuerte, de eso no cabía duda, pero el número de enemigos que lo habían situado como su objetivo era casi obsceno. Los agentes que hasta hacía poco habían ido tras el gyojin y el domador, que se habían quedado en la orilla y realizaban extraños gestos, cambiaron de repente de actitud. Dándole la espalda al navío, pusieron rumbo hacia el epicentro del alboroto que imperaba en tierra firme. Quedaba claro que las prioridades prevalecían sobre la rabia, y que capturar al "Descamisetado" era mucho más importante que atrapar a los dos intrusos que se habían adentrado en sus instalaciones.
¿Pero qué demonios estaban haciendo? Daba igual que fuese una orden, no podían permitirse dejar a dos miembros de la tripulación atrás, con un sinfín de enemigos hostigándoles y la prisión -o peor aún, la muerte- cerniéndose sobre ellos. Miró hacia el resto de sus compañeros. Lucían preocupados, sí, pero ninguno se salía del guión establecido. Era comprensible, ¿o no? No, no lo era. Situaciones como aquélla justificaban dejar de lado cualquier tipo de jerarquía. ¡Eran piratas, no marines ni nada que se la pareciera! ¡Debían desobedecer casi por obligación!
Dejando de lado cualquier pensamiento, un manto de energía azulada comenzó a brotar de su espalda para cubrir rápidamente todo su cuerpo. En cuanto asumiese por completo su forma híbrida, alzaría el vuelo y se uniría a lo que fuese que estaba sucediendo más allá del puerto.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La espera cada vez se hacía más y más larga. No había duda que el capitán pirata no tardaría mucho en volver a surcar los cielos y regresar a nuestro barco. O sí, quizá sí que la había. Todos teníamos semblantes claramente preocupados, pero había algo que no nos terminaba de gustar; la espera. Invitable e inquietante a partes iguales, nos vimos obligados a esperar el devenir de los acontecimientos sin poder alterarlos. O esa era la versión oficial.
Miré a mi alrededor, viendo a Therax acercarse a nosotros. La verdad es que sus heridas parecían haber pasado a la posteridad de momento, quizá en cuanto nos enfriásemos, tendríamos que guardar varios días en cama.
- Creo que no tardará mucho en llegar -traté de calmar al resto de piratas del barco-. Seguramente, sí. Vendrá en un abrir y cerrar de ojos.
Entonces, divisé el semblante cada vez más preocupado del domador, al que ví apretar el puño en varias ocasiones.
No lo hagas
Continué ojeando cada movimiento del rubio, que poco a poco evidenciaba más aún sus intenciones. Incluso llegó a morderse el labio en un claro gesto de desesperación. El vínculo que el espadachín tenía con Zane parecía ser más fuerte de lo que evidenciaban. ¿Cómo le habría reclutado? Quizá hubiera estado bien preguntarle durante el camino hasta el laboratorio. O en la huída. O puede que fuese un buen tema a tratar en la enfermería. Sin embargo, todo aquello no era posible en ese momento, ya que el intrépido domador optó por realizar lo que le estaba intentando evitar a toda costa, aunque fuese de una manera telepática que jamás terminaba de funcionar.
Mierda...
El rubio se había transformado y estaba dispuesto a salir volando, adoptando una pose que no dejaba nada a la imaginación. Debía actuar, y tenía que ser rápido.
- ¡Allí, es Zane! -grité señalando en la dirección opuesta a Therax mientras corría hacia él- Idiota…
Acabé por placarle y romper un trozo de la barandilla de cubierta, cayendo ambos al agua. Abracé el cuerpo del espadachín, ya destransformado debido al contacto directo con el agua y subí hasta la superficie, donde Spanner nos estaba mirando con cierta desconfianza.
- Perdón -intenté poner un semblante triste que acompañase a la disculpa-. Intenté tranquilizar a Therax, pero no le pareció sentar demasiado bien y me golpeó. Al menos no ha caído solo.
Tras subir a cubierta intenté reanimar al impulsivo espadachín aplicando una presión ascendente sobre el pecho, hasta tal punto que el domador empezó a escupir agua y acabó despertando.
Estábamos sólos en cubierta, y ya habíamos dejado lejos el puerto, quizá habían pasado tres o cuatro horas hasta que por fín el domador había despertado. No me alejé ni un segundo de su cuerpo, sintiéndome culpable en parte. Hasta había aprovechado para vendarle y tratarle algunas heridas.
- Idiota… ¿Qué pretendías? Yo también deseaba ir a ayudar a nuestro capitán, pero te aseguro que si no lo hago es porque aún somos débiles. Seguramente sólo le estorbemos. Se las apañará mejor sólo… Y te juro que si le capturan, seré el primero en estar enfrente de Impel Down o donde sea que le lleven, dispuesto a partir los culos que hagan falta para devolverle a nuestro barco. Pero ahora sólo nos queda confiar en que esa camisa que ahora andará por alguna parte del suelo, pronto esté de vuelta en su torso, cerca de este barco. Confiemos.
Miré a mi alrededor, viendo a Therax acercarse a nosotros. La verdad es que sus heridas parecían haber pasado a la posteridad de momento, quizá en cuanto nos enfriásemos, tendríamos que guardar varios días en cama.
- Creo que no tardará mucho en llegar -traté de calmar al resto de piratas del barco-. Seguramente, sí. Vendrá en un abrir y cerrar de ojos.
Entonces, divisé el semblante cada vez más preocupado del domador, al que ví apretar el puño en varias ocasiones.
No lo hagas
Continué ojeando cada movimiento del rubio, que poco a poco evidenciaba más aún sus intenciones. Incluso llegó a morderse el labio en un claro gesto de desesperación. El vínculo que el espadachín tenía con Zane parecía ser más fuerte de lo que evidenciaban. ¿Cómo le habría reclutado? Quizá hubiera estado bien preguntarle durante el camino hasta el laboratorio. O en la huída. O puede que fuese un buen tema a tratar en la enfermería. Sin embargo, todo aquello no era posible en ese momento, ya que el intrépido domador optó por realizar lo que le estaba intentando evitar a toda costa, aunque fuese de una manera telepática que jamás terminaba de funcionar.
Mierda...
El rubio se había transformado y estaba dispuesto a salir volando, adoptando una pose que no dejaba nada a la imaginación. Debía actuar, y tenía que ser rápido.
- ¡Allí, es Zane! -grité señalando en la dirección opuesta a Therax mientras corría hacia él- Idiota…
Acabé por placarle y romper un trozo de la barandilla de cubierta, cayendo ambos al agua. Abracé el cuerpo del espadachín, ya destransformado debido al contacto directo con el agua y subí hasta la superficie, donde Spanner nos estaba mirando con cierta desconfianza.
- Perdón -intenté poner un semblante triste que acompañase a la disculpa-. Intenté tranquilizar a Therax, pero no le pareció sentar demasiado bien y me golpeó. Al menos no ha caído solo.
Tras subir a cubierta intenté reanimar al impulsivo espadachín aplicando una presión ascendente sobre el pecho, hasta tal punto que el domador empezó a escupir agua y acabó despertando.
Estábamos sólos en cubierta, y ya habíamos dejado lejos el puerto, quizá habían pasado tres o cuatro horas hasta que por fín el domador había despertado. No me alejé ni un segundo de su cuerpo, sintiéndome culpable en parte. Hasta había aprovechado para vendarle y tratarle algunas heridas.
- Idiota… ¿Qué pretendías? Yo también deseaba ir a ayudar a nuestro capitán, pero te aseguro que si no lo hago es porque aún somos débiles. Seguramente sólo le estorbemos. Se las apañará mejor sólo… Y te juro que si le capturan, seré el primero en estar enfrente de Impel Down o donde sea que le lleven, dispuesto a partir los culos que hagan falta para devolverle a nuestro barco. Pero ahora sólo nos queda confiar en que esa camisa que ahora andará por alguna parte del suelo, pronto esté de vuelta en su torso, cerca de este barco. Confiemos.
Therax se disponía a saltar. Casi podía notar cómo aleteaba por primera vez para poner rumbo a tierra firme, pero no llegó a hacerlo. Un grito a sus espaldas llamó su atención, pero no se dio la vuelta para comprobar de quién provenía. La voz del gyojin era inconfundible, así que se centró en impulsarse. No obstante, un impacto seco en la espalda frustró sus planes. Los escamosos brazos de Luka abrazaban su torso, y el ya conocido peso del hombre-pez empujaba al domador hacia... el agua. ¿Qué demonios estaba haciendo? Los demás no sabían que el rubio era un usuario de Akuma, pero él sí. ¿Por qué lo tiraba al agua?
Mientras era desplazado pudo notar cómo la baranda del barco se quebraba ante el ímpetu del habitante del mar. Dieron algunas vueltas en el aire, lo que permitió a Therax ver que el océano se encontraba cada vez más cerca. Trató de desplegar sus alas; con un único aleteo sería capaz de elevarse hacia el cielo y alejarse de la cristalina superficie que drenaría sus fuerzas. Sin embargo, su reacción había sido tardía. Cuando los brazos del gyojin empezaron a ceder ya no tenía margen de maniobra. Ambos se sumergieron en las profundidades y, poco después de notar cómo se zambullían, Therax dejó de ser consciente de lo que sucedía a su alrededor.
Cuando despertó tardó unos segundos en recordar qué había pasado, pero en cuanto contempló la peligrosa nariz que se encontraba sobre él todo lo acontecido volvió a su mente. Intentó incorporarse, pero al notar los vendajes que cubrían sus heridas se detuvo para ver su estado. Luka debía haber aprovechado su inconsciencia para tratar las heridas que le había infligido el agente. El rubio se sentó sobre la cubierta del barco, lanzando un rápido vistazo hacia el horizonte para comprobar que se habían alejado de Sakura.
Por su parte, el hombre-pez comenzó a recriminarle en parte su actitud, aludiendo a unos sentimientos parecidos a los que él había experimentado y un mayor autocontrol. Therax permaneció en silencio, con la mirada fija en la madera sobre la que estaba sentado y la mente perdida en la distancia. No le dejarían marcharse, eso estaba claro. Además, por muy reticente que se mostrase a admitirlo, debía reconocer que a las palabras de la sardina no les faltaba razón.
-Más le vale -dijo sin más cuando Luka se calló, levantándose unos instantes después-. Ven. Te vendrían bien un par de vendas y un poco de escozor.
Mientras era desplazado pudo notar cómo la baranda del barco se quebraba ante el ímpetu del habitante del mar. Dieron algunas vueltas en el aire, lo que permitió a Therax ver que el océano se encontraba cada vez más cerca. Trató de desplegar sus alas; con un único aleteo sería capaz de elevarse hacia el cielo y alejarse de la cristalina superficie que drenaría sus fuerzas. Sin embargo, su reacción había sido tardía. Cuando los brazos del gyojin empezaron a ceder ya no tenía margen de maniobra. Ambos se sumergieron en las profundidades y, poco después de notar cómo se zambullían, Therax dejó de ser consciente de lo que sucedía a su alrededor.
***
Cuando despertó tardó unos segundos en recordar qué había pasado, pero en cuanto contempló la peligrosa nariz que se encontraba sobre él todo lo acontecido volvió a su mente. Intentó incorporarse, pero al notar los vendajes que cubrían sus heridas se detuvo para ver su estado. Luka debía haber aprovechado su inconsciencia para tratar las heridas que le había infligido el agente. El rubio se sentó sobre la cubierta del barco, lanzando un rápido vistazo hacia el horizonte para comprobar que se habían alejado de Sakura.
Por su parte, el hombre-pez comenzó a recriminarle en parte su actitud, aludiendo a unos sentimientos parecidos a los que él había experimentado y un mayor autocontrol. Therax permaneció en silencio, con la mirada fija en la madera sobre la que estaba sentado y la mente perdida en la distancia. No le dejarían marcharse, eso estaba claro. Además, por muy reticente que se mostrase a admitirlo, debía reconocer que a las palabras de la sardina no les faltaba razón.
-Más le vale -dijo sin más cuando Luka se calló, levantándose unos instantes después-. Ven. Te vendrían bien un par de vendas y un poco de escozor.
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