Empieza Yarmin. Misma situación que antes.
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Akuma no mi
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Ese último combate había durado muy poco... Un simple intercambio, y ni siquiera una herida. Ninguno de los dos había resultado ni mínimamente dañado, lo cual me complacía bastante y al mismo tiempo llegaba a incomodarme. ¿Tan fácil iba a ser? Siempre había evitado el contacto directo apoyándome en mi inteligencia superior, pero parece que este mundo se basa en quién puede golpear más rápido y fuerte... ¿Qué he hecho mal? Toda una vida alimentando mi mente, cebando mi cerebro con cuanto conocimiento se me acercaba, ¿Para qué? Estoy rodeado de idiotas, ¿Qué importa?
Abotoné mi camisa cuidadosamente, sin prisa alguna. Tras el último combate, si es que así podía llamarse, había decidido echarme una siesta. Había sido agradable, y me encontraba listo para salir de nuevo al ruedo. Ya llevaba la funda de Primer Amor al cinto, así como las dos armas en el costado y tras el talón. Palpé mientras caminaba el lugar donde los cuchillos arrojadizos debían estar, y efectivamente: tres cuchillos arrojadizos, afilados de forma sistemática cada semana hasta que podía afeitar un coco con ellos. No solía utilizarlos desde que me permitieron llevar arma encima, pero siempre estaban bien como plan B, y podía llegar a necesitarlos en cualquier momento.
-Disculpe, señor Wince- me interrumpió una voz desde mi espalda mientras atravesaba el umbral-. Ésa es la arena de Edward y Augustus. La tuya es la siete.
-Oh, sí. Qué cabeza la mía- maldije en voz alta. Quería encontrarme con Ed una vez más, pero no había llegado todavía-. Creí que me tocaba la trece.
Me corrigió amablemente y me acompañó hasta la arena, donde poco o nada había cambiado respecto a lo anterior. Sólidos muros de piedra y arena en el suelo. La cúpula había sido retirada, pero una enorme hendidura sobre la roca aún era reconocible. Por mi parte, decidí acercarme hasta la pared del fondo y me subí a ella, sentándome con las piernas colgadas hacia el interior, clavados los ojos en la entrada. Sujeté el Fragmento del Edén entre mis manos mientras lo acariciaba muy lentamente. Tal vez por fin fuera a utilizarlo.
Abotoné mi camisa cuidadosamente, sin prisa alguna. Tras el último combate, si es que así podía llamarse, había decidido echarme una siesta. Había sido agradable, y me encontraba listo para salir de nuevo al ruedo. Ya llevaba la funda de Primer Amor al cinto, así como las dos armas en el costado y tras el talón. Palpé mientras caminaba el lugar donde los cuchillos arrojadizos debían estar, y efectivamente: tres cuchillos arrojadizos, afilados de forma sistemática cada semana hasta que podía afeitar un coco con ellos. No solía utilizarlos desde que me permitieron llevar arma encima, pero siempre estaban bien como plan B, y podía llegar a necesitarlos en cualquier momento.
-Disculpe, señor Wince- me interrumpió una voz desde mi espalda mientras atravesaba el umbral-. Ésa es la arena de Edward y Augustus. La tuya es la siete.
-Oh, sí. Qué cabeza la mía- maldije en voz alta. Quería encontrarme con Ed una vez más, pero no había llegado todavía-. Creí que me tocaba la trece.
Me corrigió amablemente y me acompañó hasta la arena, donde poco o nada había cambiado respecto a lo anterior. Sólidos muros de piedra y arena en el suelo. La cúpula había sido retirada, pero una enorme hendidura sobre la roca aún era reconocible. Por mi parte, decidí acercarme hasta la pared del fondo y me subí a ella, sentándome con las piernas colgadas hacia el interior, clavados los ojos en la entrada. Sujeté el Fragmento del Edén entre mis manos mientras lo acariciaba muy lentamente. Tal vez por fin fuera a utilizarlo.
Kaito Kazuki
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El combate contra el rubio fue un show, un intercambio permanente de estrategias de ataque y contraataque, aunque al final nadie salió victorioso al menos sirvió de práctica para el cazador, que llevaba tiempo sin entablar un combate a los niveles que hizo en ese combate. Ahora, le toca enfrentarse a un tal Yarmin, Kazuki desconoce quien es y sus capacidades. Lo que sí sabe, es que no es un criminal buscado, de lo contrario lo conocería. La arena es idéntica a la anterior, salvo por la ausencia de la cúpula, aunque Kaito no presta mucha atención a la cúpula, total, su combate se realiza mayormente en la zona inferior de la estructura. El cazador entra tranquilo, con una serpiente albina a su derecha y una tortuga negra, cargada con una calabaza llena de sake a su izquierda, esta, se esconde bajo la arena en cuanto llegan a la misma, quedando solo la boca de la calabaza sin cubrir por la misma. La serpiente se dirige a otro punto, claramente tratando de distraer la atención de quien pudiera estar allí de la tortuga.
|~ Bueno, a ver contra quien me toca ahora... ~| Dice Kaito en un tono tranquilo y sereno mientras mira la arena, donde no ve a nadie.
Como si fuera un acto reflejo mira a todo lo que le rodea, inclusive la cúpula, hay gente que hace de todo, y se coloca en posiciones realmente absurdas. Pero, por suerte su bastón y Chisi Itami, están junto a él, aunque la segunda la usaría en caso de necesitarla, pero por ahora, como solo dispone del brazo derecho, pelearía con su bastón, aunque no es un simple bastón. Es entonces cuando ve a un chico a lo lejos, seguramente se trataría de Yarmin.
|~ Buenas caballero, deduzco de tu presencia en este lugar que es usted el señor Yarmin, mi contrincante en esta contienda. Un gusto, yo soy Kaito, espero que el combate sea tan intenso o más como el que me dio Edward en el anterior. ~| Dice Kaito justo antes de posicionarse de forma defensiva.
|~ Bueno, a ver contra quien me toca ahora... ~| Dice Kaito en un tono tranquilo y sereno mientras mira la arena, donde no ve a nadie.
Como si fuera un acto reflejo mira a todo lo que le rodea, inclusive la cúpula, hay gente que hace de todo, y se coloca en posiciones realmente absurdas. Pero, por suerte su bastón y Chisi Itami, están junto a él, aunque la segunda la usaría en caso de necesitarla, pero por ahora, como solo dispone del brazo derecho, pelearía con su bastón, aunque no es un simple bastón. Es entonces cuando ve a un chico a lo lejos, seguramente se trataría de Yarmin.
|~ Buenas caballero, deduzco de tu presencia en este lugar que es usted el señor Yarmin, mi contrincante en esta contienda. Un gusto, yo soy Kaito, espero que el combate sea tan intenso o más como el que me dio Edward en el anterior. ~| Dice Kaito justo antes de posicionarse de forma defensiva.
Yarmin Prince
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Akuma no mi
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Largos cabellos, poder colosal... Un único brazo, vendas cubriéndole el abdomen... ¿De qué me suena este hombre? Se presentó como Kaito, y se parecía evidentemente al presumiblemente muerto durante Hallstat cazador Kaito Kazuki. ¿Pero cómo? ¿Cómo tanta gente lograba volver de entre los muertos? Cada día estoy más convencido de que hice bien al instalar el incinerador. No quiero ni imaginarme lo que pasaría si algún día Arcturus volviese a asomar por Oasis.
-Señor era mi padre, yo soy sólo Yarmin- dije, con una sonrisa encantadora, levantando las cejas con despreocupación mientras entornaba los ojos-. Yarmin Wince, a su servicio.
Estiré el cuello, moviendo la cabeza en un par de lentos círculos, y salté al círculo. La verdad es que no me apetecía demasiado luchar, por no hablar de que si realmente se trataba de Kaito Kazuki estaría en serios problemas. Un espadachín de gran fama en casi todo el mundo, presuntamente muerto y que estaba ante mí. No es que tuviera muchas más opciones contra un novato, pero, ¿Cómo iba a aguantar yo ante una espada salida del mismísimo infierno? Mi lugar está en los despachos, no peleando en primera línea. Pero en fin, por lo menos si esto es cierto tendré algo jugoso entre manos.
-Si ya ha peleado con Edward me temo que voy a defraudarle- comenté, pegando una patada a la arena-. No soy ni tan fuerte, ni tan ágil. De hecho, no soy fuerte.
¿Por qué le contaba mis secretos? Bueno, no era un misterio tan impresionante. Cuerpo bastante más tonificado que desarrollado, una proporción áurea perfecta y, aunque suene estúpido, mi traje. Nadie llevaría traje y corbata para pelear, al menos no nadie que tomase en serio el combate. Aunque hay gente muy rara por ahí suelta... Por otro lado, revelar una verdad siempre compromete al oyente, crea una pequeña y frágil burbuja de complicidad. Diciéndole eso... Éramos como amigos, podría llegar a serle más difícil tratar de golpearme, o quizá sintiese luego remordimientos. Quién sabe, pero su reacción valdría oro para mí.
-En fin, terminemos cuanto antes.
Escondí la varita en mi manga y desenfundé la daga, esperando para defenderme. Ojalá fuese suficiente.
-Señor era mi padre, yo soy sólo Yarmin- dije, con una sonrisa encantadora, levantando las cejas con despreocupación mientras entornaba los ojos-. Yarmin Wince, a su servicio.
Estiré el cuello, moviendo la cabeza en un par de lentos círculos, y salté al círculo. La verdad es que no me apetecía demasiado luchar, por no hablar de que si realmente se trataba de Kaito Kazuki estaría en serios problemas. Un espadachín de gran fama en casi todo el mundo, presuntamente muerto y que estaba ante mí. No es que tuviera muchas más opciones contra un novato, pero, ¿Cómo iba a aguantar yo ante una espada salida del mismísimo infierno? Mi lugar está en los despachos, no peleando en primera línea. Pero en fin, por lo menos si esto es cierto tendré algo jugoso entre manos.
-Si ya ha peleado con Edward me temo que voy a defraudarle- comenté, pegando una patada a la arena-. No soy ni tan fuerte, ni tan ágil. De hecho, no soy fuerte.
¿Por qué le contaba mis secretos? Bueno, no era un misterio tan impresionante. Cuerpo bastante más tonificado que desarrollado, una proporción áurea perfecta y, aunque suene estúpido, mi traje. Nadie llevaría traje y corbata para pelear, al menos no nadie que tomase en serio el combate. Aunque hay gente muy rara por ahí suelta... Por otro lado, revelar una verdad siempre compromete al oyente, crea una pequeña y frágil burbuja de complicidad. Diciéndole eso... Éramos como amigos, podría llegar a serle más difícil tratar de golpearme, o quizá sintiese luego remordimientos. Quién sabe, pero su reacción valdría oro para mí.
-En fin, terminemos cuanto antes.
Escondí la varita en mi manga y desenfundé la daga, esperando para defenderme. Ojalá fuese suficiente.
Kaito Kazuki
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Al parecer a Yarmin no le agrada ser llamado señor, pues en cuanto Kaito se refiere a él como Señor Yarmin este le responde que Señor era su padre, que él era simplemente Yarmin, Yarmin Wince.Tras esas palabras salta al terreno de combate y le informa de que no es tan fuerte como Edward, más bien que no es fuerte en absoluto. Eso podría crear una falsa sensación de seguridad en el cazador, pero da la casualidad de que Kaito es desconfiado por naturaleza, la verdad es que con la historia que tiene a sus espaldas es de lo más normal que desconfíe.
Aquél hombre guarda una especie de varita en la manga y saca una daga. ¿Creerá que una sola daga podrá detener a la espada de Kaito?
|~ Estoy de acuerdo, acabemos con esto. ~| Responde Kaito mientras se inyecta su medicina, eso le haría crecer su brazo izquierdo.
Kaito desenvaina rápidamente Chisi Itami y se lanza a toda velocidad, desapareciendo de la vista gracias a su técnica Kyoka Suigetsu. Nada más aparecer frente a su enemigo lanza combinaciones de diez cortes con cada espada, a diferentes puntos, todos musculares para imposibilitar su enemigo de seguir combatiendo, además, los cortes cercanos a la cabeza liberan una lluvia de plumas negras alrededor de la misma.
Luego salta hacia atrás mientras sopla sobre la tierra creando un mar de llamas que se lanza hacia Yarmin, para concluir, noventa y seis damas de energía se esparcen por el escenario, algunos a la vista y otros enterrados, listos para explotar ante el mínimo acercamiento de Yarmin.
Aquél hombre guarda una especie de varita en la manga y saca una daga. ¿Creerá que una sola daga podrá detener a la espada de Kaito?
|~ Estoy de acuerdo, acabemos con esto. ~| Responde Kaito mientras se inyecta su medicina, eso le haría crecer su brazo izquierdo.
Kaito desenvaina rápidamente Chisi Itami y se lanza a toda velocidad, desapareciendo de la vista gracias a su técnica Kyoka Suigetsu. Nada más aparecer frente a su enemigo lanza combinaciones de diez cortes con cada espada, a diferentes puntos, todos musculares para imposibilitar su enemigo de seguir combatiendo, además, los cortes cercanos a la cabeza liberan una lluvia de plumas negras alrededor de la misma.
Luego salta hacia atrás mientras sopla sobre la tierra creando un mar de llamas que se lanza hacia Yarmin, para concluir, noventa y seis damas de energía se esparcen por el escenario, algunos a la vista y otros enterrados, listos para explotar ante el mínimo acercamiento de Yarmin.
- Cosas Usadas:
- Kyoka Suigetsu: Movimiento raudo similar al Soru, pero más veloz, alcanza una velocidad de 30m/s.
Meikyo Shisui: Ougi: Esta técnica expande una onda a través de cualquier material inflamable, desde alcohol puro a bebidas alcohólicas de diferentes graduaciones. Este al verse perturbado por las ondas se desplazan encharcando a los contrarios que acaban incendiados.
Youkai Skills: Yosuzume: El corte genera una lluvia de plumas negras que revoloteará delante del objetivo complicando la visión, dichas plumas tienen irritantes que causarían ceguera si contactan con los ojos.(La ceguera duraría 2 posts en caso de contacto directo y 1 en caso de simple roce).[3m de radio]
Yarmin Prince
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Un escalofrío me recorrió cuando lo vi inyectarse alguna clase de droga y surgir un brazo de la nada. Qué grima. Sin embargo, tardó nada y menos en ser funcional, dejándome apenas medio segundo para poder reaccionar. Activé mi Haki de observación, respirando pausadamente, mientras una nube de humo se formaba rápidamente alrededor. No podía utilizar el Rokushiki mientras me viesen, pero bajo esta columna de humo que me hace invisible...
"Kamie", pensé, mientras mi cuerpo se movía como una hoja llevada por el viento. Veía sus ataques antes de ser lanzados, y aunque no sabía qué coño significaban esas plumas preferí no arriesgarme y alejar mi cara de ellas. Un corte evadido a la altura de la cadera, el cuello salvado por milímetros, los hombros protegidos por el choque delicado de la daga... Pero un impacto sumamente doloroso alcanzó mi rodilla. No moriría por él, pero sí que me dejaba bastante vendido en cualquier estrategia. En serio, una vez más, ¿Por qué enfrentaban gente armada? Lo único que saldría de ahí eran heridos.
-No está mal- dije, tratando de contener el dolor paralizante que me envolvía-. Pero esperaba más de Kaito Kazuki, el legendario cazarrecompensas.
Parecía que la treta no había funcionado, pero no pasaba nada. Soy mucho más que un par de trucos mentales, y aunque debo reconocer que ante ese hombre mi fruta del diablo parecía iba a ser inútil, sí había algo que podría hacer.
-La verdad es que ese regenerador es sorprendente, y estos golpes son sumamente poderosos. Creo que ya has demostrado que eres el más fuerte- hora de comprobar si aquello funcionaba-. Hasta la próxima. Buenos días tenga usted.
Una despedida. Si realmente funcionaba aquello estaría de suerte, pero no era lo más importante. Solté la daga y en menos de una décima de segundo ya estaba apuntando con la madera y el metal, así como disparando. El cerrojo de Creaviudas sonó una vez, y luego otra, y otra, y otra. En menos de medio segundo había realizado diez disparos, cinco con cada mano, y una intención muy clara. Los dos primeros, de la pistola y el Fragmento del Edén, iban directos a su corazón y estómago. Uno estaba protegido por el esternón, mientras el otro no era letal, mas sí sumamente doloroso. El resto trataban de seguir su posible trayectoria de huida. Si no se movía, todos al mismo lugar, mientras que de una esquiva lo seguiría y, teniendo en cuenta lo bien que se me da esto, probablemente alguna daría. El brillo verde resplandeció tantas veces que casi, por un instante, deseé verlo morir, y si la distracción de la despedida funcionaba, podría permitirme salir del lugar orgulloso en mi victoria.
"Kamie", pensé, mientras mi cuerpo se movía como una hoja llevada por el viento. Veía sus ataques antes de ser lanzados, y aunque no sabía qué coño significaban esas plumas preferí no arriesgarme y alejar mi cara de ellas. Un corte evadido a la altura de la cadera, el cuello salvado por milímetros, los hombros protegidos por el choque delicado de la daga... Pero un impacto sumamente doloroso alcanzó mi rodilla. No moriría por él, pero sí que me dejaba bastante vendido en cualquier estrategia. En serio, una vez más, ¿Por qué enfrentaban gente armada? Lo único que saldría de ahí eran heridos.
-No está mal- dije, tratando de contener el dolor paralizante que me envolvía-. Pero esperaba más de Kaito Kazuki, el legendario cazarrecompensas.
Parecía que la treta no había funcionado, pero no pasaba nada. Soy mucho más que un par de trucos mentales, y aunque debo reconocer que ante ese hombre mi fruta del diablo parecía iba a ser inútil, sí había algo que podría hacer.
-La verdad es que ese regenerador es sorprendente, y estos golpes son sumamente poderosos. Creo que ya has demostrado que eres el más fuerte- hora de comprobar si aquello funcionaba-. Hasta la próxima. Buenos días tenga usted.
Una despedida. Si realmente funcionaba aquello estaría de suerte, pero no era lo más importante. Solté la daga y en menos de una décima de segundo ya estaba apuntando con la madera y el metal, así como disparando. El cerrojo de Creaviudas sonó una vez, y luego otra, y otra, y otra. En menos de medio segundo había realizado diez disparos, cinco con cada mano, y una intención muy clara. Los dos primeros, de la pistola y el Fragmento del Edén, iban directos a su corazón y estómago. Uno estaba protegido por el esternón, mientras el otro no era letal, mas sí sumamente doloroso. El resto trataban de seguir su posible trayectoria de huida. Si no se movía, todos al mismo lugar, mientras que de una esquiva lo seguiría y, teniendo en cuenta lo bien que se me da esto, probablemente alguna daría. El brillo verde resplandeció tantas veces que casi, por un instante, deseé verlo morir, y si la distracción de la despedida funcionaba, podría permitirme salir del lugar orgulloso en mi victoria.
- Cosas usadas:
- Talojomosa: Si Yarmin se despide con la expresión "buenos días tenga usted" el objetivo interpretará que la reunión ha concluido y puede marcharse, sin darse cuenta de que la conversación probablemente no haya concluido.
Mort: Un rayo verde que actúa como una bala. Éste toca el verdadero cuerpo de las personas, ignorando defensas físicas como Haki, Tekkai o formas "intangibles", pero no puede atravesar armaduras. Del mismo modo, atraviesa ropa y piel, causando sólo las heridas internas que dejaría una bala. Disparado desde un foco: 90 metros por segundo por cada diez niveles del usuario (540 a nivel 60).
Kaito Kazuki
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La ofensiva de Kaito parece funcionar a medias, y a su vez, decepcionar al sujeto, cuya educación deja perplejo a Kaito, la verdad es que sus modales son impolutos, algo poco habitual en un combate. A nadie se le ocurre hablar con una etiqueta digna de la alta alcurnia en mitad de un combate en el cual se designaría al vencedor y se otorgarían puntos a ambos contendientes en función del resultado de la pelea. Pero algo extraño ocurre, una nube cubre al rival de Kazuki y este sale de la ofensiva con una herida en la pierna, en la rodilla, lo que le daría una ventaja, por la movilidad, y de haber sido causado por Chisi Itami, Yarmin estaría en serios problemas.
Ahora es Wince quien emprende la ofensiva, por lo que Kaito activa su kenbunshoku, nunca se sabe si va a ser necesario, pero algo le hace marcharse, bueno, a parte de Kaito, pero la visión de diez disparos hacen que salte a un plano alternativo mientras sus zonas vitales se envuelvan en una armadura de hielo, pero acaba por recibir un impacto en su brazo izquierdo mientras se desplazaba hacia el plano etéreo, eso sería problemático, pues pierde movilidad de un brazo, por lo que envaina Chisi Itami nuevamente mientras se desplaza por el plano.
En cuanto calcula que se ha desplazado lo suficiente como para tomarle el flanco izquierdo, liberando una toxina al entorno conforme se mueve, que paralizaría a Yarmin de respirarla, sale de su plano, envuelto en una nube de 40cm de gas tóxico, por lo que cualquier acercamiento a esa distancia lo introduciría en los efectos del gas.
En el momento que sale el filo de Yomu no Tsue está envuelto en un aura negra combinada, esta crea un filo medio centímetro más amplio y envuelto en llamas y un aura infecciosa, y Kazuki aprovecha su llegada sorpresa para lanzar diez cortes dirigidos nuevamente a puntos clave de movimiento, luego vuelve a desaparecer y reaparece por otro flanco, contando con que se daría la vuelta a buscar el primer ataque lo pillará desprevenido, y lanzaría otros diez cortes a ligamentos, todo en cuestión de un segundo o poco más. Si cualquiera de los cortes llegara a afectar a su rival tendría otra ventaja, una infección que requeriría de tratamiento médico para no dejarle fuera de combate y con serios problemas, quemaduras graves y un sinfín de voces en su cabeza que acabarían por volverlo loco, o al menos es lo que le sucede a la mayoría que sufre el corte de su espada.
Ahora es Wince quien emprende la ofensiva, por lo que Kaito activa su kenbunshoku, nunca se sabe si va a ser necesario, pero algo le hace marcharse, bueno, a parte de Kaito, pero la visión de diez disparos hacen que salte a un plano alternativo mientras sus zonas vitales se envuelvan en una armadura de hielo, pero acaba por recibir un impacto en su brazo izquierdo mientras se desplazaba hacia el plano etéreo, eso sería problemático, pues pierde movilidad de un brazo, por lo que envaina Chisi Itami nuevamente mientras se desplaza por el plano.
En cuanto calcula que se ha desplazado lo suficiente como para tomarle el flanco izquierdo, liberando una toxina al entorno conforme se mueve, que paralizaría a Yarmin de respirarla, sale de su plano, envuelto en una nube de 40cm de gas tóxico, por lo que cualquier acercamiento a esa distancia lo introduciría en los efectos del gas.
En el momento que sale el filo de Yomu no Tsue está envuelto en un aura negra combinada, esta crea un filo medio centímetro más amplio y envuelto en llamas y un aura infecciosa, y Kazuki aprovecha su llegada sorpresa para lanzar diez cortes dirigidos nuevamente a puntos clave de movimiento, luego vuelve a desaparecer y reaparece por otro flanco, contando con que se daría la vuelta a buscar el primer ataque lo pillará desprevenido, y lanzaría otros diez cortes a ligamentos, todo en cuestión de un segundo o poco más. Si cualquiera de los cortes llegara a afectar a su rival tendría otra ventaja, una infección que requeriría de tratamiento médico para no dejarle fuera de combate y con serios problemas, quemaduras graves y un sinfín de voces en su cabeza que acabarían por volverlo loco, o al menos es lo que le sucede a la mayoría que sufre el corte de su espada.
- Cosas usadas:
- Yomu no Tsue: En apariencia un simple bastón de roble con el mango curvo y la punta inferior de titanio. El bastón se convierte en una espada conservando el mango del mismo. La hoja de la espada es de una aleación desconocida que es capaz de calentarse hasta elevadas temperaturas(200ºC) y envolverse en llamas negras a la temperatura máxima a la que se puede calentar la hoja de la espada. En ambos casos el que reciba un corte sufrirá severas quemaduras y durante 2 turnos no parará de escuchar voces en su cabeza, voces del infierno.
El grado y tipo de efectos de las voces lo pones tú en caso de ser afectado.
Youkai Skills: Yuki Onna: Crea alrededor de Kaito o de quién él desee un escudo de hielo capaz de proteger golpes y proyectiles de fuerza/velocidad moderada al tiempo que si el golpe es con puño desnudo causa un leve entumecimiento o molestia por el frío.
Youkai Katto: Pasiva: Su espada se envuelve en un aura negra que amplia su filo medio centimetro.
Activa: Los cortes de este ámbito causan una pequeña infección localizada, no es muy severa pero si no se trata empeoraría. Varios cortes en la misma zona causaría una infección más severa.
Dokusei Kiri: Este PU tiene dos factores, uno pasivo y otro activo.
Pasivo: Crea una niebla de gas tóxico invisible alrededor de Kaito, en las mismas proporciones que en los dominios de los poderes de akuma. Así, su rango de niebla en forma humana es 1/4 de la completa y en híbrida 1/2. Siendo 160cm en forma completa.
Activa: Puede despedir gas mientras viaja entre planos y aumentar en la misma cantidad el rango de acción del gas en 160cm en forma completa.
Cualquier duda me puedes consultar.
Kaito Kazuki
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Para sorpresa de Kazuki el chico ni se movió, por lo que su cuerpo comenzaría a paralizar, y empeoraría conforme pasara el tiempo, dado que recién lo inhala solo tiene una leve rigidez, por lo que se moverá más difícilmente en siguientes situaciones, lo que le daría una ventaja considerable al cazador. Si a eso le sumamos los cortes de Yomu no Tsue que le causan quemaduras severas en las zonas cortadas, además de perder movilidad, dado que los cortes fueron a zonas de control motriz, como articulaciones, tratando de seccionar músculos y ligamentos, objetivo logrado gracias a la falta de oposición de su contrincante. Si a eso le sumamos una infección localizada, pero que de seguir combatiendo sin tratar todas las fuentes de infección, que son todos los puntos de corte, esta infección comenzará a extenderse al resto del cuerpo.
|~ Creo que ya podemos dar por finalizado el combate, entre los gases, las quemaduras, las fuentes de infección y los músculos y tendones dañados no creo que puedas seguir peleando. No te preocupes, no he seccionado por completo nada, solo los he dañado lo suficiente como para impedir que puedas moverte durante lo que pueda quedar de combate, algo que se reduce a muy poco si asumes tu derrota. ~|
Dice Kaito mientras toma una posición defensiva preparado por si a Wince se le fuera la cabeza y tratara de atacarle aún así de dañado.
|~ Creo que ya podemos dar por finalizado el combate, entre los gases, las quemaduras, las fuentes de infección y los músculos y tendones dañados no creo que puedas seguir peleando. No te preocupes, no he seccionado por completo nada, solo los he dañado lo suficiente como para impedir que puedas moverte durante lo que pueda quedar de combate, algo que se reduce a muy poco si asumes tu derrota. ~|
Dice Kaito mientras toma una posición defensiva preparado por si a Wince se le fuera la cabeza y tratara de atacarle aún así de dañado.
- Cosas:
- Considero que he esperado suficiente, no he tenido noticia de mi contrincante desde mi último post tampoco.
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Un momento de distracción... Demasiado tarde. Me había golpeado una, dos, tres veces. Cuatro, seis, ocho... ¿Cuántas más? En mi mente sonaba una voz, como almas torturadas. ¿Se suponía que eso debía asustarme? El gas también me cogió desprevenido, y mis músculos empezaron a agarrotarse rápidamente. ¿Cómo había desaparecido? Raudo, infame... Sabía que no podría con él, era sin duda Kaito Kazuki, pero sus poderes estaban fuera del alcance para mi imaginación... Y no es que yo tuviese poca imaginación, precisamente.
Las lágrimas caían de mis ojos mientras oscilaban entre un color verde y rojo, cada vez más intenso. No podía moverme, apenas sí respiraba con suma dificultad y mi mente estaba a punto de colapsar bajo el peso del dolor. Además, aquellas voces empezaban a darme jaqueca. No es que fuesen eficaces, pero tantas a la vez empezaban a resultar bastante molestas.
Intenté mover la boca, pero fue una tarea titánica. Mi cuerpo chorreaba sangre roja y todo mi cuerpo estaba a punto de desplomarse; de hecho, si no se mantuviese tan rígido ya habría caído por ese estúpido gas paralizante. ¿Qué debía hacer? Sent podría ser útil, pero su voluntad era fuerte y mi poder para torturar poco gratificante a través de trucos y artificios. Pero tenía algo mejor para él, una petición que le haría no volver a pelear. ¿Estaba ante un hombre de honor? Se lo iba a quitar. Yo tendría que aprender a caminar de nuevo, tal vez, pero él... Él recordaría siempre el estigma que lo iba a acompañar.
-No...- necesité utilizar toda mi concentración para hacer flexibles los músculos en mi cara y poder articular un par de palabras. No era fácil, pero llegaba-. No ataques... a nadie... nunca más, por favor.
Evité sonreír, entre otras cosas porque me dolía, pero me permití alegrarme para mis adentros mientras mis palabras penetraban en su cabeza, intactas. Una ponzoña indetectable, un ataque nada hostil, tan sólo una frase con un calado que él no podría averiguar hasta que se diera cuenta de cuánto había cambiado. Qué demonios, sonreí.
-Ahora... Vete de aquí, Kaito Kazuki. Cazador de recompensas, famoso y reputado en Grand Line- casi me costaba concentrarme, aunque las voces me distraían del dolor. Casi era como si me reencontrase con mis víctimas. Estuve a punto de agradecérselo por permitirme saludarlas una vez más-. Abandona esta farsa, y no te infiltres en la armada revolucionaria nunca más.
Más tarde tendría que llamar a Gellert, era necesario que el Gobierno Mundial supiese que Kaito era un traidor. Aunque no lo fuese, no podría desmentir su asistencia, y aquí con un poco de suerte se armaría el suficiente barullo como para hacerlo huir... Y perder su honor de samurai.
Las lágrimas caían de mis ojos mientras oscilaban entre un color verde y rojo, cada vez más intenso. No podía moverme, apenas sí respiraba con suma dificultad y mi mente estaba a punto de colapsar bajo el peso del dolor. Además, aquellas voces empezaban a darme jaqueca. No es que fuesen eficaces, pero tantas a la vez empezaban a resultar bastante molestas.
Intenté mover la boca, pero fue una tarea titánica. Mi cuerpo chorreaba sangre roja y todo mi cuerpo estaba a punto de desplomarse; de hecho, si no se mantuviese tan rígido ya habría caído por ese estúpido gas paralizante. ¿Qué debía hacer? Sent podría ser útil, pero su voluntad era fuerte y mi poder para torturar poco gratificante a través de trucos y artificios. Pero tenía algo mejor para él, una petición que le haría no volver a pelear. ¿Estaba ante un hombre de honor? Se lo iba a quitar. Yo tendría que aprender a caminar de nuevo, tal vez, pero él... Él recordaría siempre el estigma que lo iba a acompañar.
-No...- necesité utilizar toda mi concentración para hacer flexibles los músculos en mi cara y poder articular un par de palabras. No era fácil, pero llegaba-. No ataques... a nadie... nunca más, por favor.
Evité sonreír, entre otras cosas porque me dolía, pero me permití alegrarme para mis adentros mientras mis palabras penetraban en su cabeza, intactas. Una ponzoña indetectable, un ataque nada hostil, tan sólo una frase con un calado que él no podría averiguar hasta que se diera cuenta de cuánto había cambiado. Qué demonios, sonreí.
-Ahora... Vete de aquí, Kaito Kazuki. Cazador de recompensas, famoso y reputado en Grand Line- casi me costaba concentrarme, aunque las voces me distraían del dolor. Casi era como si me reencontrase con mis víctimas. Estuve a punto de agradecérselo por permitirme saludarlas una vez más-. Abandona esta farsa, y no te infiltres en la armada revolucionaria nunca más.
Más tarde tendría que llamar a Gellert, era necesario que el Gobierno Mundial supiese que Kaito era un traidor. Aunque no lo fuese, no podría desmentir su asistencia, y aquí con un poco de suerte se armaría el suficiente barullo como para hacerlo huir... Y perder su honor de samurai.
- Cosas usadas:
- Pídelo por favor: Siempre que Yarmin solicite algo, terminando con el epíteto "Por favor", anula las defensas mentales del objetivo, de forma que deberá cumplir con su petición siempre y cuando no entrañe un peligro para su integridad física ni la de otros.
Kaito Kazuki
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Akuma no mi
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De pronto el mundo se detuvo. La mente de Kaito se paraliza mientras en ella suena la frase de Yarmin, como un eco molesto,
como un eslogan publicitario esa frase se marca en la mente de Kazuki.
Pero eso no es todo, sino que el maldito bastardo revela la identidad de Kaito, aunque bueno, tampoco es que fuera un secreto, pocos desconocen a Kaito, y no es que haya tomado las medidas para ocultar su identidad,
casi proclamaba su identidad a voces él mismo.
|~ Pe...pero ¿qué he hecho...? ~| Dice algo bloqueado y con un leve tartamudeo, su voz se suaviza en comparación a la anterior.
Su mente se serena, su expresión deja de ser fría y cruel y pasa a una más dulce y ahora preocupada. Su personalidad más clara es la que controla,
amable y afable con aquellos que se lo merecen. En este momento su expresión de asombro es inconfundible, no puede creer lo que le ha hecho al chico que se encuentra frente a él.
|~ Oye...si quieres puedo tratar de curarte, entenderé que no te fíes, pero no soy el mismo que hace un momento, si lo deseas trataré de eliminar todo el daño que pueda de ti, de modo que puedas ir a que curen con más profundidad y lo que yo no pueda o lo que te venga en gana. ¿Quieres algo de sake? ~| Dice Kaito mientras se sienta junto a su tortuga, por el momento se tomaría una copa de sake, no por darselas de sobrado o de ganador, sino porque ahora mismo lo necesita. Saca una copa de su kimono y recoge sake de la calabaza sobre su tortuga, que ahora está enterrada dejando solo la boca de la calabaza a la vista. Durante ese tiempo retira la nube de gases tóxicos del entorno y permite que Yarmin respire aire nuevamente, eso al menos no empeoraría su situación.
como un eslogan publicitario esa frase se marca en la mente de Kazuki.
Pero eso no es todo, sino que el maldito bastardo revela la identidad de Kaito, aunque bueno, tampoco es que fuera un secreto, pocos desconocen a Kaito, y no es que haya tomado las medidas para ocultar su identidad,
casi proclamaba su identidad a voces él mismo.
|~ Pe...pero ¿qué he hecho...? ~| Dice algo bloqueado y con un leve tartamudeo, su voz se suaviza en comparación a la anterior.
Su mente se serena, su expresión deja de ser fría y cruel y pasa a una más dulce y ahora preocupada. Su personalidad más clara es la que controla,
amable y afable con aquellos que se lo merecen. En este momento su expresión de asombro es inconfundible, no puede creer lo que le ha hecho al chico que se encuentra frente a él.
|~ Oye...si quieres puedo tratar de curarte, entenderé que no te fíes, pero no soy el mismo que hace un momento, si lo deseas trataré de eliminar todo el daño que pueda de ti, de modo que puedas ir a que curen con más profundidad y lo que yo no pueda o lo que te venga en gana. ¿Quieres algo de sake? ~| Dice Kaito mientras se sienta junto a su tortuga, por el momento se tomaría una copa de sake, no por darselas de sobrado o de ganador, sino porque ahora mismo lo necesita. Saca una copa de su kimono y recoge sake de la calabaza sobre su tortuga, que ahora está enterrada dejando solo la boca de la calabaza a la vista. Durante ese tiempo retira la nube de gases tóxicos del entorno y permite que Yarmin respire aire nuevamente, eso al menos no empeoraría su situación.
Yarmin Prince
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Akuma no mi
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Evaluemos daños para saber hasta qué punto se estaba burlando de mí este hombre. Veinte tajos. No veinte cortes, no. Tajos. Tajos en llamas. A ver, ¿En qué mundo debería yo confiar en un médico que acaba de cauterizar mis ligamentos a medio sajar? Al menor movimiento que haga, al más mínimo paso que dé, se romperán. "No te preocupes, ya no soy el mismo. ¿Quieres que te cure ese daño irreparable que te he provocado?". ¡No! Está clarísimo que no, imbécil. Me has roto. ¿Cuánto tiempo voy a necesitar para curarme? Por no hablar del dolor mientras me reabren las heridas, el riesgo que tendré que correr de dejar mis extremidades todavía más inútiles...
-Mira...- traté de decir, serenándome cuanto pude-. No me fío de los desconocidos, por lo que no dejaría mi vida en manos de casi ninguno de los presentes- me costaba algo menos hablar, pero seguía siendo un esfuerzo casi obsceno-. Pero eso no me impediría dejar mi vida en sus manos si fuese estrictamente necesario.
Tragué saliva. Si no lo hacía podía bajar por la tráquea y, paralizado como estaba, podría ahogarme con ella. No podía mirar a ningún punto más que en línea recta, pues mis ojos también estaban tensos como pelotas de golf, clavados desde hacía casi un minuto en el mismo sitio. Mis pupilas estaban totalmente dilatadas y apenas veía por mis iris retraídos, mientras tenía miedo de apretar los puños por si perdía la completa movilidad de las manos.
-Sin embargo, tú no sólo eres la causa de estas heridas- continué-, sino que me has atacado de forma totalmente maniática e irresponsable. No sólo has cortado tendones en ese ataque, también más de un centímetro de músculo. Me has cauterizado las heridas, por lo que has matado la circulación en determinadas partes de mi cuerpo, lo que implica que me costará mucho, si es que algún día lo consigo, recuperar su uso- sabía perfectamente que no era así, en Oasis llevaban tiempo haciendo experimentos, pero hasta el momento eran sumamente dolorosos-. Había dos motivos fundamentales por los que podría estar un mercenario de tu fama aquí; una de ellas que quisieras unirte a la causa. Pero si así fuese no habrías ido a dejarme inútil por el resto de mis días, no me habrías hecho padecer el dolor que estoy sufriendo y no me habrías provocado una parálisis tan severa que siento cómo mi pecho estalla con cada respiración. Podrías haberme matado de seis formas distintas si fuese un novato. Tú no has venido aquí a ayudar a nadie. Tú venías a cazar. En gente como tú, que entra con mentiras y desprecia toda vida, no puedo confiar.
En mi mente sonreí, consciente de la ironía, y con un movimiento muy leve de cuello me dejé caer hacia atrás. Viva el dramatismo. Había perdido el combate, pero esperaba pasar a la siguiente fase si me recuperaba a tiempo... Aunque lo dudaba.
-Mira...- traté de decir, serenándome cuanto pude-. No me fío de los desconocidos, por lo que no dejaría mi vida en manos de casi ninguno de los presentes- me costaba algo menos hablar, pero seguía siendo un esfuerzo casi obsceno-. Pero eso no me impediría dejar mi vida en sus manos si fuese estrictamente necesario.
Tragué saliva. Si no lo hacía podía bajar por la tráquea y, paralizado como estaba, podría ahogarme con ella. No podía mirar a ningún punto más que en línea recta, pues mis ojos también estaban tensos como pelotas de golf, clavados desde hacía casi un minuto en el mismo sitio. Mis pupilas estaban totalmente dilatadas y apenas veía por mis iris retraídos, mientras tenía miedo de apretar los puños por si perdía la completa movilidad de las manos.
-Sin embargo, tú no sólo eres la causa de estas heridas- continué-, sino que me has atacado de forma totalmente maniática e irresponsable. No sólo has cortado tendones en ese ataque, también más de un centímetro de músculo. Me has cauterizado las heridas, por lo que has matado la circulación en determinadas partes de mi cuerpo, lo que implica que me costará mucho, si es que algún día lo consigo, recuperar su uso- sabía perfectamente que no era así, en Oasis llevaban tiempo haciendo experimentos, pero hasta el momento eran sumamente dolorosos-. Había dos motivos fundamentales por los que podría estar un mercenario de tu fama aquí; una de ellas que quisieras unirte a la causa. Pero si así fuese no habrías ido a dejarme inútil por el resto de mis días, no me habrías hecho padecer el dolor que estoy sufriendo y no me habrías provocado una parálisis tan severa que siento cómo mi pecho estalla con cada respiración. Podrías haberme matado de seis formas distintas si fuese un novato. Tú no has venido aquí a ayudar a nadie. Tú venías a cazar. En gente como tú, que entra con mentiras y desprecia toda vida, no puedo confiar.
En mi mente sonreí, consciente de la ironía, y con un movimiento muy leve de cuello me dejé caer hacia atrás. Viva el dramatismo. Había perdido el combate, pero esperaba pasar a la siguiente fase si me recuperaba a tiempo... Aunque lo dudaba.
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