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Al final entre, que si le sacaba información o noqueaba al delincuente habían pasado las horas. Tiempo valioso que nunca volvería a recuperar, pero no podía quejarme, de momento al menos serviría para que Ren y su abuela vivieran tranquilos por mucho más tiempo. Ahora que prestaba un poco más de atención, me di cuenta que la lluvia azotaba las calles de Dorithia.
-No creo que estos tipos vayan a molestarte de nuevo, me alegra haber podido ayudarte. Aunque este asunto no ha acabado aún-
Dije con una sonrisa ligera, la verdad es que me costaba poder sonreír sabiendo que esa organización seguía por allí afuera haciendo de las suyas, pero de momento no podía hacer nada por mi mismo, lo cual me producía una irritación bastante grande. Después de escuchar a Ren parlotear por varios minutos me coloque de nuevo la capucha y la túnica, era hora de volver a lanzarme a aquel mundillo y salir de esta zona en tan mal estado, de momento no tenía planeado nada, así que mire hacía arriba con los ojos cerrados, tan solo disfrutando y sintiendo como las gotas caían sobre mi cara. Me despedí de el, era impresionante lo que me había encariñado con ese chico en tan poco tiempo. Tenía algunos días que no iba a una taberna, tan solo a sentarme por horas escuchando canciones bastantes malas y las risas desencadenadas de todas las personas que iban allí a pasar un buen rato con los amigos, aunque a veces la situación se saliera de control.
Después de caminar un buen rato volví a llegar a donde había comenzado mi travesía por este lugar, ni siquiera la lluvia iba a impedir que observara el bello puerto en ese momento, repleto de barcos que con sus luces iluminaban aquella noche. Por alguna razón me llego un sentimiento de nostalgia, en ese momento, aquellas escenas de los barcos arribando en el puerto de Dorithia me había recordado cada uno de los bellos momentos que había pasado con todos mis nakamas, tanto tiempo buscando algún paradero de ellos y aun sin resultar en nada bueno me hizo sentir que en todo momento estaba perdiendo el tiempo
Tal vez por eso comencé a ayudar a gente que apenas y conocía. Pase tanto tiempo mirando a la nada, que cuando volví a la realidad me di cuenta que lo mas razonable era conseguir un lugar para pasar la noche y al dia siguiente seguir averiguando mas cosas de los hombres con tatuajes de lobo huargo, tal vez incluso ir a Novigrado a ver la situación con mis propios ojos. Al menos se que si mis nakamas estuvieran aquí, ellos no dudarían en destrozar con sus propios puños a los que se aprovechasen de los demás, de eso estaba bastante seguro.
-No creo que estos tipos vayan a molestarte de nuevo, me alegra haber podido ayudarte. Aunque este asunto no ha acabado aún-
Dije con una sonrisa ligera, la verdad es que me costaba poder sonreír sabiendo que esa organización seguía por allí afuera haciendo de las suyas, pero de momento no podía hacer nada por mi mismo, lo cual me producía una irritación bastante grande. Después de escuchar a Ren parlotear por varios minutos me coloque de nuevo la capucha y la túnica, era hora de volver a lanzarme a aquel mundillo y salir de esta zona en tan mal estado, de momento no tenía planeado nada, así que mire hacía arriba con los ojos cerrados, tan solo disfrutando y sintiendo como las gotas caían sobre mi cara. Me despedí de el, era impresionante lo que me había encariñado con ese chico en tan poco tiempo. Tenía algunos días que no iba a una taberna, tan solo a sentarme por horas escuchando canciones bastantes malas y las risas desencadenadas de todas las personas que iban allí a pasar un buen rato con los amigos, aunque a veces la situación se saliera de control.
Después de caminar un buen rato volví a llegar a donde había comenzado mi travesía por este lugar, ni siquiera la lluvia iba a impedir que observara el bello puerto en ese momento, repleto de barcos que con sus luces iluminaban aquella noche. Por alguna razón me llego un sentimiento de nostalgia, en ese momento, aquellas escenas de los barcos arribando en el puerto de Dorithia me había recordado cada uno de los bellos momentos que había pasado con todos mis nakamas, tanto tiempo buscando algún paradero de ellos y aun sin resultar en nada bueno me hizo sentir que en todo momento estaba perdiendo el tiempo
Tal vez por eso comencé a ayudar a gente que apenas y conocía. Pase tanto tiempo mirando a la nada, que cuando volví a la realidad me di cuenta que lo mas razonable era conseguir un lugar para pasar la noche y al dia siguiente seguir averiguando mas cosas de los hombres con tatuajes de lobo huargo, tal vez incluso ir a Novigrado a ver la situación con mis propios ojos. Al menos se que si mis nakamas estuvieran aquí, ellos no dudarían en destrozar con sus propios puños a los que se aprovechasen de los demás, de eso estaba bastante seguro.
Loyal D.Edward
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Dom 4 Mar 2018 - 23:37}
En un primer vistazo no percibí nada fuera de lo común, tan solo un breve ajetreo de las copas de aquellos esbeltos pinos que tapaban casi por completo los primeros rayos de sol de aquella calmada madrugada, dotando de una armoniosa y pacífica vista del lugar, distanciándose de aquel semblante laberíntico que presentaba tan solo unas horas antes.
-¿Que pasa, Kity-chan?-Incorporé mi torso, que se encontraba casi fusionado con el lomo de la montura debido a la falta de mis requeridas 12 horas de sueño.
-Estamos cerca, muy cerca.-Bajó rauda desde la impoluta silla de montar, comenzando a trastear acto seguido en las alforjas situadas en la parte posterior del animal. Tras unos segundos, vi como sacaba algún tipo de utensilio largo que era tapado por un gran tapo blanco atado con dos pequeñas cuerdas en los extremos, supuse que era un arma, y lo cierto es que no me equivocaba.
Tras deshacer con delicadeza los pequeños nudos y guardar el trapo doblado en el interior de las alforjas, mis ojos, medio cerrados y adormecidos, todavía en medio de una fase REM, se abrieron de golpe como platos al clavar la mirada en la espada de la joven.
-No es acero.-Afirmé con decisión a pesar de ver el arma aún envainada, aquel brillo tan característico en lo que yo llamaba el “tsuba” había conseguido llamar mi atención, era la primera vez que veía algo parecido.
-¿Que clase de aleación es?-Comenté al bajar por fin del caballo, ahora algo mas espabilado y con los ojos brillando como dos supernovas, sin poder disimular la atracción por la exótica arma.
-¿Esto?-Señaló la espada con el pulgar mirando hacia abajo, situado por encima del hombro.
-Es un regalo de alguien que apreciaba mucho.-Tras acomodarla sobre su espalda, se dio la vuelta, con intención de que no viese como se mordió el labio inferior tras liberar aquellas secas palabras.
-¿Ves eso?-Cambió rápidamente de tema, señalando un árbol a unos 60 grados de mi posición.
-Mmm..mmmmmm...mmmmmmmmmm.-Mis ojos se cerraban cada vez mas, hasta quedar finos casi como un fideo de ramen, intentando fijar la vista sobre la zona que la joven señalaba con la mirada.
En una de las ramificaciones de aquel árbol, se dejaban ver unas grandes marcas de garras que habían rajado fieramente la corteza.
-¿Lo ves? Las marcas aún están rosadas...por lo que ha pasado por aquí, hace muy poco.- El sol advertía de su presencia cada vez con mas fuerza a medida que la conversación fluía.
-Por cierto, tus espadas están ahí, en la parte izquierda, creo que las vas a necesitar.-Un signo de exclamación se encaramó sobre mi cabeza al escuchar aquello. Levanté una nube de polvo al recorrer el perímetro del caballo a toda velocidad mientras desarmaba todas las alforjas en busca de mi preciado armamento.
-¡¡Katanas katanas katanas katanas katanas katanas katanas katanas!!-Pronunciaba tan rápido que la lengua se me trababa cada dos sílabas.
-¿¡Que has hecho?¡-Exclamó la peliblanca al ver el estropicio.
-Kata..-Me detuve al notar aquel tacto metálico tan ligero como letal a partes iguales.
-¡Como se supone que vamos a volver aho- Escuchaba de fondo las palabras de mi irritada acompañante sin prestar atención, hasta que un pronunciado gorjeo levantó bandadas de pájaros de las ramas de los alrededores del inmenso bosque, que aún se encontraban durmiendo plácidamente en los primeros compases de la madrugada. Ambos nos detuvimos y entonces el bosque calló por un instante.
Las hojas de los árboles comenzaron a caer esporádicamente a nuestro alrededor mientras yo giraba el cuello en todas direcciones con movimientos bruscos, síntoma del nerviosismo momentáneo. Una sombra descendió en picado desde el cielo, y para mi sorpresa, yo no era su objetivo, ni tampoco lo era la joven de melena color nieve, había un bocado mas carnoso entre nosotros...se trataba de Kelpie, el noble y tranquilo acompañante de Kity, su caballo, que se encontraba dándole la espalda a su verdugo sin ni siquiera ser consciente de los últimos instantes de su vida.
Me coloqué las katanas con torpeza sobre el cinto, y al ser consciente de la inminente acometida, me lancé a la desesperada con la intención de interponerme en la trayectoria de la bestia. Sin llegar a conseguir dañarla, molesté lo suficiente como para poder agarrarme a su cuello en mitad del aire, logrando al menos desviar ligeramente su trayectoria, que pasó rozando el cuello de su presa, la cuál relinchó asustada, lanzando una coz al aire al percatarse de la situación.
La bestia, aun difusa por la rapidez de sus movimientos, al ver que no podía deshacerse de mí en medio de aquella arboleda, levantó el vuelo con una intimidante batida de alas que a los pocos segundos consiguió ponerlo a bastantes pies de altura, en una posición casi totalmente vertical con respecto al horizonte.
-Mente fría..mente clara..mente en blanco..mente inalterable..mente maestra..mente inalterab..-Me repetía aquellas palabras a medida que el coloso ascendía mas y mas con respecto al bosque, dejando cada vez mas tenues los gritos de Kity de fondo, mientras me agarraba a su cuello como la mas sedienta de las sanguijuelas..o mas bien como alguien que intentaba no llenar los calzones de palomino en aquel momento.
De repente mis oraciones se detuvieron en seco junto con el batir de alas de la alimaña. Cuándo me planteé abrir los ojos , esta se encontraba volcada boca abajo mientras planeaba , dejando atrás el extenso bosque conforme la luz iluminaba ya sus...¿escamas?Bueno, eso un tema para otro momento, el caso es que mis manos se iban resbalando cada vez mas, hasta que ya solo las yemas de mis dedos mantenían el contacto con el basilisco, que en primera impresión mas bien parecía un gorrión con esteroides hasta en el cipote.
En el momento en el que me disponía a agarrarme a su pelaje , aquel ser del inframundo hizo una maniobra digna del mejor navegante del nuevo mundo, girando como un torbellino en mitad de la nada, provocando que mi agarre cesase ,y si querido amigo lector, mandándome a una experiencia harto reconfortante, llamada caída libre extrema.
-¡¡¡Tremendo....cabrón...!!!- Las lágrimas salían despedidas como gotas de lluvia de mis ojos, mi mandíbula se desencajaba, y mis brazos y piernas se agitaban estúpidamente en un intento de nadar sobre el aire.
-¡¡YIAAAAAAAAA¡¡-Mis cuerdas vocales perdieron calidad de vida al presenciar la inevitable caída.
Lo siguiente que recuerdo del tremendo mamporro era el sonido de ramas crujiendo y hojas intentando hacer mas llevadera mi inminente muerte. Pero entonces, pasados unos segundos, cuando ya pensaba en mi inminente reunión con las leyendas de los siete mares en el otro barrio, resulta que pude abrir los ojos con mas miedo que vergüenza, y estaba allí...donde menos me esperaba. Espera, ¿He dicho que estaba vivo?¿Cómo cojones estaba vivo?..
-¿Que pasa, Kity-chan?-Incorporé mi torso, que se encontraba casi fusionado con el lomo de la montura debido a la falta de mis requeridas 12 horas de sueño.
-Estamos cerca, muy cerca.-Bajó rauda desde la impoluta silla de montar, comenzando a trastear acto seguido en las alforjas situadas en la parte posterior del animal. Tras unos segundos, vi como sacaba algún tipo de utensilio largo que era tapado por un gran tapo blanco atado con dos pequeñas cuerdas en los extremos, supuse que era un arma, y lo cierto es que no me equivocaba.
Tras deshacer con delicadeza los pequeños nudos y guardar el trapo doblado en el interior de las alforjas, mis ojos, medio cerrados y adormecidos, todavía en medio de una fase REM, se abrieron de golpe como platos al clavar la mirada en la espada de la joven.
-No es acero.-Afirmé con decisión a pesar de ver el arma aún envainada, aquel brillo tan característico en lo que yo llamaba el “tsuba” había conseguido llamar mi atención, era la primera vez que veía algo parecido.
-¿Que clase de aleación es?-Comenté al bajar por fin del caballo, ahora algo mas espabilado y con los ojos brillando como dos supernovas, sin poder disimular la atracción por la exótica arma.
-¿Esto?-Señaló la espada con el pulgar mirando hacia abajo, situado por encima del hombro.
-Es un regalo de alguien que apreciaba mucho.-Tras acomodarla sobre su espalda, se dio la vuelta, con intención de que no viese como se mordió el labio inferior tras liberar aquellas secas palabras.
-¿Ves eso?-Cambió rápidamente de tema, señalando un árbol a unos 60 grados de mi posición.
-Mmm..mmmmmm...mmmmmmmmmm.-Mis ojos se cerraban cada vez mas, hasta quedar finos casi como un fideo de ramen, intentando fijar la vista sobre la zona que la joven señalaba con la mirada.
En una de las ramificaciones de aquel árbol, se dejaban ver unas grandes marcas de garras que habían rajado fieramente la corteza.
-¿Lo ves? Las marcas aún están rosadas...por lo que ha pasado por aquí, hace muy poco.- El sol advertía de su presencia cada vez con mas fuerza a medida que la conversación fluía.
-Por cierto, tus espadas están ahí, en la parte izquierda, creo que las vas a necesitar.-Un signo de exclamación se encaramó sobre mi cabeza al escuchar aquello. Levanté una nube de polvo al recorrer el perímetro del caballo a toda velocidad mientras desarmaba todas las alforjas en busca de mi preciado armamento.
-¡¡Katanas katanas katanas katanas katanas katanas katanas katanas!!-Pronunciaba tan rápido que la lengua se me trababa cada dos sílabas.
-¿¡Que has hecho?¡-Exclamó la peliblanca al ver el estropicio.
-Kata..-Me detuve al notar aquel tacto metálico tan ligero como letal a partes iguales.
-¡Como se supone que vamos a volver aho- Escuchaba de fondo las palabras de mi irritada acompañante sin prestar atención, hasta que un pronunciado gorjeo levantó bandadas de pájaros de las ramas de los alrededores del inmenso bosque, que aún se encontraban durmiendo plácidamente en los primeros compases de la madrugada. Ambos nos detuvimos y entonces el bosque calló por un instante.
Las hojas de los árboles comenzaron a caer esporádicamente a nuestro alrededor mientras yo giraba el cuello en todas direcciones con movimientos bruscos, síntoma del nerviosismo momentáneo. Una sombra descendió en picado desde el cielo, y para mi sorpresa, yo no era su objetivo, ni tampoco lo era la joven de melena color nieve, había un bocado mas carnoso entre nosotros...se trataba de Kelpie, el noble y tranquilo acompañante de Kity, su caballo, que se encontraba dándole la espalda a su verdugo sin ni siquiera ser consciente de los últimos instantes de su vida.
Me coloqué las katanas con torpeza sobre el cinto, y al ser consciente de la inminente acometida, me lancé a la desesperada con la intención de interponerme en la trayectoria de la bestia. Sin llegar a conseguir dañarla, molesté lo suficiente como para poder agarrarme a su cuello en mitad del aire, logrando al menos desviar ligeramente su trayectoria, que pasó rozando el cuello de su presa, la cuál relinchó asustada, lanzando una coz al aire al percatarse de la situación.
La bestia, aun difusa por la rapidez de sus movimientos, al ver que no podía deshacerse de mí en medio de aquella arboleda, levantó el vuelo con una intimidante batida de alas que a los pocos segundos consiguió ponerlo a bastantes pies de altura, en una posición casi totalmente vertical con respecto al horizonte.
-Mente fría..mente clara..mente en blanco..mente inalterable..mente maestra..mente inalterab..-Me repetía aquellas palabras a medida que el coloso ascendía mas y mas con respecto al bosque, dejando cada vez mas tenues los gritos de Kity de fondo, mientras me agarraba a su cuello como la mas sedienta de las sanguijuelas..o mas bien como alguien que intentaba no llenar los calzones de palomino en aquel momento.
De repente mis oraciones se detuvieron en seco junto con el batir de alas de la alimaña. Cuándo me planteé abrir los ojos , esta se encontraba volcada boca abajo mientras planeaba , dejando atrás el extenso bosque conforme la luz iluminaba ya sus...¿escamas?Bueno, eso un tema para otro momento, el caso es que mis manos se iban resbalando cada vez mas, hasta que ya solo las yemas de mis dedos mantenían el contacto con el basilisco, que en primera impresión mas bien parecía un gorrión con esteroides hasta en el cipote.
En el momento en el que me disponía a agarrarme a su pelaje , aquel ser del inframundo hizo una maniobra digna del mejor navegante del nuevo mundo, girando como un torbellino en mitad de la nada, provocando que mi agarre cesase ,y si querido amigo lector, mandándome a una experiencia harto reconfortante, llamada caída libre extrema.
-¡¡¡Tremendo....cabrón...!!!- Las lágrimas salían despedidas como gotas de lluvia de mis ojos, mi mandíbula se desencajaba, y mis brazos y piernas se agitaban estúpidamente en un intento de nadar sobre el aire.
-¡¡YIAAAAAAAAA¡¡-Mis cuerdas vocales perdieron calidad de vida al presenciar la inevitable caída.
Lo siguiente que recuerdo del tremendo mamporro era el sonido de ramas crujiendo y hojas intentando hacer mas llevadera mi inminente muerte. Pero entonces, pasados unos segundos, cuando ya pensaba en mi inminente reunión con las leyendas de los siete mares en el otro barrio, resulta que pude abrir los ojos con mas miedo que vergüenza, y estaba allí...donde menos me esperaba. Espera, ¿He dicho que estaba vivo?¿Cómo cojones estaba vivo?..
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Lun 5 Mar 2018 - 18:25}
Cinco minutos después de mi performance en el escenario junto a Dalton, el hombre de la barra nos informa que la mitad de lo que gastáramos iría a cuenta del lugar, de manera que inmediatamente pido más alcohol. Seguramente acabaría gastando más de lo que pensaba, pero el descuento al final me haría sentir un poco mejor.
Permanecí hablando con mi nuevo amigo por unos cuantos minutos, hasta que ambos notamos que una fina lluvia comenzaba a caer, dándole a la velada una sutil melancolía que, debo admitir, me puso un poco triste.
Termine mi vaso de ginebra y salí a la puerta del bar; encendí un cigarrillo y me coloque mi sombrero para poder fumar bajo el agua.
En mi cara se dibuja una sonrisa y un segundo después una mueca de angustia, y las lagrimas que caen confundidas junto con la llovizna, pero yo no estoy muerto ni planeo estarlo dentro de poco. Seco mis lagrimas, termino el cigarrillo y me quedo observando las farolas de la calle que tintinean como guiñando hacia algo que esta por ocurrir, como guiñando al futuro.
- Creo que sera mejor que vuelva a mi pieza – Me dije a mi mismo en voz baja, mientras me preparaba mentalmente para volver a la habitación de hospedaje a dormir, pensando en que si esta noche no ocurre nada, mañana me iría de la isla.
Permanecí hablando con mi nuevo amigo por unos cuantos minutos, hasta que ambos notamos que una fina lluvia comenzaba a caer, dándole a la velada una sutil melancolía que, debo admitir, me puso un poco triste.
Termine mi vaso de ginebra y salí a la puerta del bar; encendí un cigarrillo y me coloque mi sombrero para poder fumar bajo el agua.
En mi cara se dibuja una sonrisa y un segundo después una mueca de angustia, y las lagrimas que caen confundidas junto con la llovizna, pero yo no estoy muerto ni planeo estarlo dentro de poco. Seco mis lagrimas, termino el cigarrillo y me quedo observando las farolas de la calle que tintinean como guiñando hacia algo que esta por ocurrir, como guiñando al futuro.
- Creo que sera mejor que vuelva a mi pieza – Me dije a mi mismo en voz baja, mientras me preparaba mentalmente para volver a la habitación de hospedaje a dormir, pensando en que si esta noche no ocurre nada, mañana me iría de la isla.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Mar 6 Mar 2018 - 22:07}
La lluvia seguía cayendo levemente en pleno día, ocultando el sol y llenando las calles de Dorithia de agua. Lossie y yo seguimos la pista al tipo de la cicatriz en el cuello que habíamos visto anteriormente hasta que nos condujo a una especie de “base” secreta.
Dicha base tenía una entrada parcialmente visible en una pared de un oscuro callejón, que resultaba ser una puerta bien disimulada en el entorno. Al parecer el tipo no era demasiado hábil, o al menos no lo suficiente para saber que dos personas le estaban siguiendo. Cierto ruido salía del interior del lugar, pero justamente cuando nos aproximábamos a su ubicación, el tipo volvió a salir, apresurado. Fijó la vista en nosotros, “ladrones” a las puertas de su escondite, y su rostro cambió completamente.
-Puedo con esto- dije adelantándome un poco, mientras desenvainaba una espada… pero acto seguido di un paso atrás. Por la puerta salió otro tipo de complexión musculosa y más de dos metros de altura. Tenía un mazo que podía pesar la mitad que él, y un trapo rojo tapando la mitad de su cara, en la que asomaba una gran cicatriz. No tardé en recordar el cartel que había visto en la taberna: “Ivoreth el Renegado – Vivo o Muerto”. El tipo tenía además un enorme tatuaje de lobo huargo decorando su cuello.
-Oh, no.
Sin decir una palabra, empujó al que había venido con él, y lo lanzó contra la pared, haciendo que se desplomase al instante. Intentó darme un puñetazo con una mano libre, que pude esquivar saltando hacia detrás, y entonces se dirigió hacia Lossie. Alzó su gran mazo y lo bajó prácticamente en vertical, y confié en que la chica pelirroja pudiese esquivarlo, pero… No. No era así.
Fijé la vista en Lossie y su mirada delataba miedo y sorpresa. Estaba en una especie de shock. Quizás aquel tipo significaba algo para ella. Quizás no era una casualidad habernos reunido justo delante de su cartel de recompensa.
Con un rápido movimiento, empujé a Lossie en el momento exacto en el que el mazo estaba cayendo hacia ella y me aparté, esquivando por una centésima de segundo el golpe, que hizo retumbar el suelo. El mazo era lento, sin duda, pero un golpe de aquello podía hundir cualquier parte de tu cuerpo en un instante. La chica pareció despertar del instante y me miró, como si acabase de tener una pesadilla.
-¡Vete!- grité lo más fuerte que pude, y me lancé a por el tipo. Intentó lanzarme un barrido con su brazo y me agaché, esquivándolo por poco, para acto seguido darle un pequeño tajo en su rodilla con una de mis espadas. Aquello no pareció importarle, pues volvió a atacar y esta vez no fue tan lento. Su puño me golpeó en el hombro, y fui lanzado en dirección a unos barriles, que se deshicieron con el impacto.
Miré hacia el final de la calle y vi que Lossie ya no estaba, aliviado. Me levanté y saqué mi otra espada, portando ahora una en cada mano, con la mirada fija en mi oponente.
-Ahora… vamos a bailar.
El tipo me sonrió y levantó su mazo, momento en el que se dio cuenta de que yo ya estaba a la carrera al final de la calle, corriendo a toda prisa y con risa nerviosa.
-¡Jajajajajaja, nos vemos!- dije lo más confiado que pude, girando acto seguido para seguir corriendo por otra calle.
Noté cómo me seguía al escuchar sus fuertes pasos tras de mí, así que me apresuré. Aquella zona no parecía demasiado transitada, pero de repente salí a una plaza en la que había más gente, ya que la lluvia había amainado.Tenía forma cuadrada, y parecían confluir varias calles. En el centro de la plaza había una plataforma elevada que seguramente se usaba para actuaciones, ya que aún tenía cierto decorado medieval. Corrí hacia allí y me escondí tras uno de los árboles de cartón del escenario, llamando la atención de algunas personas.
Por desgracia, Ivoreth también me había visto. Siguió mi pista y subió al escenario, lanzando un mazazo al árbol de cartón, que lo hizo añicos al instante. Le saludé con la mano sonriendo, ahora que estaba al descubierto, y noté cómo algunas personas comenzaban a reunirse alrededor del escenario, riéndose.
Ivoreth no parecía tan contento, porque su siguiente mazazo fue en horizontal, lanzando un barrido a ras de suelo. Salté hacia atrás esquivándolo, y pude escuchar una pequeña ovación del “público”. Les hice una reverencia, y eché a correr hacia la parte trasera del escenario. Encontré un pequeño laberinto de paredes de cartón, y llegué hasta una miniconstrucción de un castillo de “piedra”.
-Debió ser una actuación interesante, sin duda- dije para mí, mientras subía unas pequeñas escaleras que llevaban a la parte de arriba.
En la parte superior incluso había un “cañón” apuntando hacia el exterior, simulando un medio para detener un asedio. El cañón no era real, pues pesaría demasiado para subirlo ahí, pero parecía que la base en la que estaba sí que era de metal. Quizás si…
Asomé la cabeza ligeramente por la parte alta del castillito, y lo vi. Mi estimado amigo Ivoreth estaba debajo, destrozando cosas al azar del escenario, y una luz pareció encenderse en mi cabeza. Cogí la base de metal y la empujé hasta el borde, esperé al momento y… la dejé caer, cayendo yo con ella. Como esperaba, le di de lleno en la cabeza al viejo Ivoreth, que a pesar de sus más de dos metros, se desplomó inconsciente al momento.
Levanté la vista al mismo tiempo que escuchaba los aplausos de algunas de las personas de la plaza. Noté a Lossie entre el público, sonriendo y con una mirada distinta en su rostro, que no fui capaz de identificar. Saludé con la mano y le sonreí también, y acto seguido me senté junto al hombre, disimulando lo mejor posible que estaba robando hasta su último berrie. Encontré además una pequeña llave y algunas notas que no me detuve a leer, y alcé la vista.
Con suerte, aquello no quedaría en una actuación cualquiera. Quizás, si tenía algo de fortuna, podría ser suficiente para llamar la atención de mis nakamas… Así que decidí quedarme sentado un poco más. A veces, hay que dejar de buscar algo durante un momento para poder encontrarlo.
Dicha base tenía una entrada parcialmente visible en una pared de un oscuro callejón, que resultaba ser una puerta bien disimulada en el entorno. Al parecer el tipo no era demasiado hábil, o al menos no lo suficiente para saber que dos personas le estaban siguiendo. Cierto ruido salía del interior del lugar, pero justamente cuando nos aproximábamos a su ubicación, el tipo volvió a salir, apresurado. Fijó la vista en nosotros, “ladrones” a las puertas de su escondite, y su rostro cambió completamente.
-Puedo con esto- dije adelantándome un poco, mientras desenvainaba una espada… pero acto seguido di un paso atrás. Por la puerta salió otro tipo de complexión musculosa y más de dos metros de altura. Tenía un mazo que podía pesar la mitad que él, y un trapo rojo tapando la mitad de su cara, en la que asomaba una gran cicatriz. No tardé en recordar el cartel que había visto en la taberna: “Ivoreth el Renegado – Vivo o Muerto”. El tipo tenía además un enorme tatuaje de lobo huargo decorando su cuello.
-Oh, no.
Sin decir una palabra, empujó al que había venido con él, y lo lanzó contra la pared, haciendo que se desplomase al instante. Intentó darme un puñetazo con una mano libre, que pude esquivar saltando hacia detrás, y entonces se dirigió hacia Lossie. Alzó su gran mazo y lo bajó prácticamente en vertical, y confié en que la chica pelirroja pudiese esquivarlo, pero… No. No era así.
Fijé la vista en Lossie y su mirada delataba miedo y sorpresa. Estaba en una especie de shock. Quizás aquel tipo significaba algo para ella. Quizás no era una casualidad habernos reunido justo delante de su cartel de recompensa.
Con un rápido movimiento, empujé a Lossie en el momento exacto en el que el mazo estaba cayendo hacia ella y me aparté, esquivando por una centésima de segundo el golpe, que hizo retumbar el suelo. El mazo era lento, sin duda, pero un golpe de aquello podía hundir cualquier parte de tu cuerpo en un instante. La chica pareció despertar del instante y me miró, como si acabase de tener una pesadilla.
-¡Vete!- grité lo más fuerte que pude, y me lancé a por el tipo. Intentó lanzarme un barrido con su brazo y me agaché, esquivándolo por poco, para acto seguido darle un pequeño tajo en su rodilla con una de mis espadas. Aquello no pareció importarle, pues volvió a atacar y esta vez no fue tan lento. Su puño me golpeó en el hombro, y fui lanzado en dirección a unos barriles, que se deshicieron con el impacto.
Miré hacia el final de la calle y vi que Lossie ya no estaba, aliviado. Me levanté y saqué mi otra espada, portando ahora una en cada mano, con la mirada fija en mi oponente.
-Ahora… vamos a bailar.
El tipo me sonrió y levantó su mazo, momento en el que se dio cuenta de que yo ya estaba a la carrera al final de la calle, corriendo a toda prisa y con risa nerviosa.
-¡Jajajajajaja, nos vemos!- dije lo más confiado que pude, girando acto seguido para seguir corriendo por otra calle.
Noté cómo me seguía al escuchar sus fuertes pasos tras de mí, así que me apresuré. Aquella zona no parecía demasiado transitada, pero de repente salí a una plaza en la que había más gente, ya que la lluvia había amainado.Tenía forma cuadrada, y parecían confluir varias calles. En el centro de la plaza había una plataforma elevada que seguramente se usaba para actuaciones, ya que aún tenía cierto decorado medieval. Corrí hacia allí y me escondí tras uno de los árboles de cartón del escenario, llamando la atención de algunas personas.
Por desgracia, Ivoreth también me había visto. Siguió mi pista y subió al escenario, lanzando un mazazo al árbol de cartón, que lo hizo añicos al instante. Le saludé con la mano sonriendo, ahora que estaba al descubierto, y noté cómo algunas personas comenzaban a reunirse alrededor del escenario, riéndose.
Ivoreth no parecía tan contento, porque su siguiente mazazo fue en horizontal, lanzando un barrido a ras de suelo. Salté hacia atrás esquivándolo, y pude escuchar una pequeña ovación del “público”. Les hice una reverencia, y eché a correr hacia la parte trasera del escenario. Encontré un pequeño laberinto de paredes de cartón, y llegué hasta una miniconstrucción de un castillo de “piedra”.
-Debió ser una actuación interesante, sin duda- dije para mí, mientras subía unas pequeñas escaleras que llevaban a la parte de arriba.
En la parte superior incluso había un “cañón” apuntando hacia el exterior, simulando un medio para detener un asedio. El cañón no era real, pues pesaría demasiado para subirlo ahí, pero parecía que la base en la que estaba sí que era de metal. Quizás si…
Asomé la cabeza ligeramente por la parte alta del castillito, y lo vi. Mi estimado amigo Ivoreth estaba debajo, destrozando cosas al azar del escenario, y una luz pareció encenderse en mi cabeza. Cogí la base de metal y la empujé hasta el borde, esperé al momento y… la dejé caer, cayendo yo con ella. Como esperaba, le di de lleno en la cabeza al viejo Ivoreth, que a pesar de sus más de dos metros, se desplomó inconsciente al momento.
Levanté la vista al mismo tiempo que escuchaba los aplausos de algunas de las personas de la plaza. Noté a Lossie entre el público, sonriendo y con una mirada distinta en su rostro, que no fui capaz de identificar. Saludé con la mano y le sonreí también, y acto seguido me senté junto al hombre, disimulando lo mejor posible que estaba robando hasta su último berrie. Encontré además una pequeña llave y algunas notas que no me detuve a leer, y alcé la vista.
Con suerte, aquello no quedaría en una actuación cualquiera. Quizás, si tenía algo de fortuna, podría ser suficiente para llamar la atención de mis nakamas… Así que decidí quedarme sentado un poco más. A veces, hay que dejar de buscar algo durante un momento para poder encontrarlo.
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Volví a mí mismo, después de haber estado perdido en pensamientos profundos, no servía de nada seguir lamentando cosas que habían pasado hace ya, algún buen rato. Sin siquiera haberme percatado el amanecer comenzaba a asomarse, el sol hacía su salida de a poco, iluminando con miles de colores que apenas podía distinguir a aquel puerto en el que me encontraba, aquello me transmitía sentimientos que no era capaz de describir, pero también era una señal que era tiempo de moverme de ahí e ir mas al centro de la ciudad. Mientras caminaba la lluvia se extinguía poco a poco, después de que había estado lloviendo un buen rato por fin había bajado su intensidad. Después de algunos minutos caminando, parecía que no sucedería nada interesante, pero entre más avanzaba comencé a notar a la gente alborotada, como si un huracán hubiera pasado por ahí. Algunos comercios afectados por alguna misteriosa razón, -Anciano, ¿que ha pasado por aquí?- Dije tomando algunas col que habían en el suelo y poniéndolas de nuevo en una caja de madera –Dos tipos han pasado por aquí destrozando todo a su paso, parecía ser una persecución, maldita sea, esos tipos con tatuaje de lobo huargo están arruinándolo todo. Encima hoy tendremos que cerrar los negocios temprano-
El anciano parecía bastante molesto, explicándome el contexto de la situación a gritos, parecía que incluso en esta zona aquellos hombres con tatuajes también era un problema que nadie podía resolver. Pero había algo que no me quedaba claro del todo
–¿A que se refiere con cerrar los negocios temprano, es que acaso pasara algo hoy?-
-Tu si que no te enteras de nada, ¿verdad?, hoy es la gran fiesta de esos malnacidos, suelen celebrar en un gran barco en el puerto cada cierto tiempo, y para evitar que nos roben las cosas para utilizarlas en su fiesta cerramos todo antes que sea demasiado tarde. Encima nadie se acerca por ahí, es como si toda la noche, Dorithia le perteneciera a esos imbéciles-
Después de escuchar aquellas palabras y terminar de ayudarle a aquel hombre con lo que fuera que le había pasado a su negocio inicié a evaluar la situación, era el momento perfecto para ir y arruinarle su gran velada a aquellos hombres. No pude evitar sonreír, y vaya que de gran manera, era como si la oportunidad que había estado esperando, de la nada, se presentara ante mí pidiendo a gritos que arruinara aquella velada.
El anciano parecía bastante molesto, explicándome el contexto de la situación a gritos, parecía que incluso en esta zona aquellos hombres con tatuajes también era un problema que nadie podía resolver. Pero había algo que no me quedaba claro del todo
–¿A que se refiere con cerrar los negocios temprano, es que acaso pasara algo hoy?-
-Tu si que no te enteras de nada, ¿verdad?, hoy es la gran fiesta de esos malnacidos, suelen celebrar en un gran barco en el puerto cada cierto tiempo, y para evitar que nos roben las cosas para utilizarlas en su fiesta cerramos todo antes que sea demasiado tarde. Encima nadie se acerca por ahí, es como si toda la noche, Dorithia le perteneciera a esos imbéciles-
Después de escuchar aquellas palabras y terminar de ayudarle a aquel hombre con lo que fuera que le había pasado a su negocio inicié a evaluar la situación, era el momento perfecto para ir y arruinarle su gran velada a aquellos hombres. No pude evitar sonreír, y vaya que de gran manera, era como si la oportunidad que había estado esperando, de la nada, se presentara ante mí pidiendo a gritos que arruinara aquella velada.
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Afortunadamente el sol había hecho su aparición entre las nubes, despejando el día. Apenas era por la mañana, pero toda la noche de actividad me había fatigado más de la cuenta. Resoplé y mire alrededor. Seguía sentado sobre aquel escenario improvisado de la plaza. Todas las personas que habían acudido al espectáculo habían seguido ya su camino. Todas menos una.
Lossie se acercó y se sentó a mi lado, señalando los objetos que le había robado al hombre del tatuaje.
-Este papel... Lo he visto antes- cogió uno de las hojas que tenía entre las manos y se la acercó para leer mejor. Unos segundos leyendo fueron suficientes para que una expresión de sorpresa asomase en su rostro.
-Esto... esto... ¡es perfecto!- exclamó. Ladeé la cabeza ante sus palabras y después le hice un gesto con la mano.
-Oh, vas a hacer que me sonroj...
-¡No! ¡Mira esto!- me interrumpió. Resoplé y miré lo que había escrito en el papel.
"Mañana por la noche necesito que traigas a algunos de tus mejores hombres. Acude tú también. Necesitamos que todo salga bien. Recuerda traer máscara si planeas dejarte ver entre los invitados.
Errante hijo"
-¿Esta noche? ¿Qué ocurre esta noche?- pregunté. Lossie me miró con expresión confusa, como si estuviese pasando algo obvio por alto.
-Esta noche es el evento. Toda Dorithia lo sabe. Hoy la mayoría de tiendas y puestos de venta estarán cerrados a media tarde, y eso solo si son valientes. Cuando caiga el sol se juntará esa banda de bastardos que estábamos siguiendo y tendrán una de sus fiestas en un barco gigante en el puerto. - dijo mientras negaba con la cabeza.
-Entiendo... ¿Y por qué el rey no detiene esto? ¿Por qué no van simplemente y cogen a esos maleantes?- le pregunté, curioso. Aquel plan no parecía demasiado consistente.
-¿El rey? Tiene demasiados problemas ahí arriba como para preocuparse por cosas de mortales. Además, la gente de esta banda no es tan estúpida. Invitan a algunos nobles para juntarse con ellos en el barco, y obligan a todo invitado que pise cubierta a llevar una máscara. Esto impide poder diferenciar a personas de la banda de simples nobles o gente adinerada. También les viene bien para cerrar algunos tratos. Todo un negocio.- terminó diciendo mientras se llevaba el dedo índice a la frente.
Asentí lentamente, y me puse en pie.
-Pero bueno, mejor pensado, es algo peligroso. No te preocupes, no nos acercaremos allí, no podemos hacer nada.
-Voy a ir- dije convencido.
-¿Qué? ¿Sabes lo peligroso que es eso? Aunque tengas que conseguir información...
-Tengo que ir- confirmé mientras asentía con la cabeza. -Pero antes...- dije mientras miraba alrededor, hasta que encontré el local que buscaba. -Antes voy a dormir un rato.
Lossie se acercó y se sentó a mi lado, señalando los objetos que le había robado al hombre del tatuaje.
-Este papel... Lo he visto antes- cogió uno de las hojas que tenía entre las manos y se la acercó para leer mejor. Unos segundos leyendo fueron suficientes para que una expresión de sorpresa asomase en su rostro.
-Esto... esto... ¡es perfecto!- exclamó. Ladeé la cabeza ante sus palabras y después le hice un gesto con la mano.
-Oh, vas a hacer que me sonroj...
-¡No! ¡Mira esto!- me interrumpió. Resoplé y miré lo que había escrito en el papel.
"Mañana por la noche necesito que traigas a algunos de tus mejores hombres. Acude tú también. Necesitamos que todo salga bien. Recuerda traer máscara si planeas dejarte ver entre los invitados.
Errante hijo"
-¿Esta noche? ¿Qué ocurre esta noche?- pregunté. Lossie me miró con expresión confusa, como si estuviese pasando algo obvio por alto.
-Esta noche es el evento. Toda Dorithia lo sabe. Hoy la mayoría de tiendas y puestos de venta estarán cerrados a media tarde, y eso solo si son valientes. Cuando caiga el sol se juntará esa banda de bastardos que estábamos siguiendo y tendrán una de sus fiestas en un barco gigante en el puerto. - dijo mientras negaba con la cabeza.
-Entiendo... ¿Y por qué el rey no detiene esto? ¿Por qué no van simplemente y cogen a esos maleantes?- le pregunté, curioso. Aquel plan no parecía demasiado consistente.
-¿El rey? Tiene demasiados problemas ahí arriba como para preocuparse por cosas de mortales. Además, la gente de esta banda no es tan estúpida. Invitan a algunos nobles para juntarse con ellos en el barco, y obligan a todo invitado que pise cubierta a llevar una máscara. Esto impide poder diferenciar a personas de la banda de simples nobles o gente adinerada. También les viene bien para cerrar algunos tratos. Todo un negocio.- terminó diciendo mientras se llevaba el dedo índice a la frente.
Asentí lentamente, y me puse en pie.
-Pero bueno, mejor pensado, es algo peligroso. No te preocupes, no nos acercaremos allí, no podemos hacer nada.
-Voy a ir- dije convencido.
-¿Qué? ¿Sabes lo peligroso que es eso? Aunque tengas que conseguir información...
-Tengo que ir- confirmé mientras asentía con la cabeza. -Pero antes...- dije mientras miraba alrededor, hasta que encontré el local que buscaba. -Antes voy a dormir un rato.
- Para Edu (opcional):
- Han pasado algunas horas desde tu caída y sigues vivo. Parece que incluso todos los huesos están en su sitio, lo cual no deja de fascinarte. Esto de no morir te viene bien, porque te espera una sorpresa. En la primera tienda que encuentras, cuando estás a punto de comprar uno de esos frutos que tanto te gustan, el mercader comienza a desarmar el puesto. Parece asustado. No para de maldecir y balbucear palabras sobre un puerto, una fiesta, un barco, esos bastardos del tatuaje...
Parece que el hombre quiere desahogarse, y quizás sepa algunas cosas que tú no. Por cierto, ¿está esa máscara de lobo a la venta?
- Para Ryu (opcional):
- Estás en la taberna, bebiendo otra de esas copas que tanto te gustan, cuando un tipo raro se acerca. Su aspecto parece amenazador, pero cuando deja una bolsa de berries delante de ti, piensas que podéis ser buenos amigos. El tipo, además de sus berries, trae una propuesta.
"He visto lo que has hecho ahí arriba y me has convencido. Puedes tener todo este dinero y más si vienes esta noche a tocar a una pequeña reunión entre amigos. Además, he oído que buscas información, y si acudes tendrás la mejor y de primera mano. Si te interesa, nos vemos al ocaso en el puerto. Ah, y trae máscara."
Podrías aceptar, rechazarlo, ignorarlo... Pero ¿no suena tentador?
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Quedé paralizado unos largos segundos en los que mi mente transmitía erróneamente a mi sistema motor que era incapaz de activarse. Cuándo por fin la poderosa sugestión se marchó a paso firme por donde había venido, me zarandeé con torpeza hasta poder erguirme de nuevo por completo, tratando de ignorar como el crujir de la totalidad de mis huesos formaba una metafórica y bella orquesta.
Quise encontrar explicación a mi persistente existencia en el mundo de los mortales, y digamos, que la encontré a medias, eso y algún otro misterio inexplicable de mundo desconocido.
-Oe oe... aquí huele a pino bien plantado..-Me pellizqué la nariz con la mano derecha al tiempo que intentaba disipar el desagradable aroma con el brazo restante, como si sirviese de algo. Con el primer paso que dí me percaté de la elevada humedad de la zona, lo cuál dificultaba levemente el movimiento por la periferia, que se encontraba tapada por matorrales.
Avanzaba maldiciendo el calar del agua entre mis botas, apartando tímidamente los arbustos que obstaculizaban lo que sería una memorable vista panorámica del lugar, y con memorable quiero decir tétrica.
-¡¡Esto es..!!-Exclamé al toparme con el inesperado destino, apartando rápidamente la mirada de la fugaz pero sangrienta escena.
El crujir de las ramas lo anunciaban por todo lo alto. Lo que mis ojos visualizaban en aquel momento, no era, ni mas ni menos, que el nido de la bestia a la que habíamos intentado dar caza desde horas antes del amanecer, y mas concretamente, lo que había revuelto mis tripas de manera preocupantemente turbia fueron los cadáveres y restos de carnada que decoraban el angustioso lugar.
A mi izquierda se hallaba medio torso de caballo en descomposición, mientras que el lado contrario lo poblaban restos de pecheras y demás indumentarias con aquellas características franjas azules que me acogieron “cálidamente” en la llegada a la isla.
Como cualquiera en su sano juicio podría comprender, las arcadas vinieron a mí como agua de mayo. Intente evadir rápidamente el lugar sin contemplar con demasiada pasión la escena, contemplando sin embargo un hallazgo sorprendente.En uno de los bordes que cerraban la supervie circular , se encontraban, cubiertos por maleza con un tono camaleónico y perfectamente acolchados por un montículo de ramas, dos enormes huevos, en este caso no los de un servidor harto imprudente, si no los de la bestia que desde hace semanas ,si no más, acechaba el corazón del ejercito desde el cielo.
Quizás el hecho hubiese sido mas impactante en una situación menos grotesca, pero de momento la neurona que yacía en mi cerebro se limitaba a repetir en imperativo que presionase la "W".
Raudo e ineficientemente realicé la tarea, alejándome del lugar con los ojos cerrados y la nariz pinzada con una de mis manos, que bien me habría venido un babero en aquella ocasión.
Al no poder confirmar que pisaba tierra firme, mi pié derecho patinó fatídicamente en la transición de las crujientes ramas al suelo pantanoso, haciendo que me precipitase rodando cuál peonza hasta el pié de la ladera que se encontraba bajo el nido. En estos momentos comenzaba a entender porqué la gente me llamaba torpe.
Supongo que mis quejidos de dolor sirvieron como señal de aviso en un radio considerable, espantando algunas bandadas de pájaros en mi camino, y dibujando una ruta mental coherente para la peliblanca que había dejado a mi espalda tan solo unos minutos atrás consecuencia de "basilisco express airline."
-A quién se le ocurre...-Mis orejas se movieron ligeramente entre el barrizal en el que estaba sepultado al escuchar como la voz de la joven se aproximaba junto con el chasquido de las herraduras golpeando la encharcada zona.
-¿Estás vivo?...¿Cómo puede existir alguien con tanta suerte..?-Suspiró y se agachó para agarrar una rama caída que había en mitad del camino.
-Es un milagro que Kelpie esté a salvo después de todo.-Se dio la vuelta para acariciar a su montura, ignorando a aquel bulto marrón que suponíamos que se trataba de mi persona.
-¿Te ha soltado aquí?¿Has visto hacia donde volaba?¿Has conseguido herirlo?Quizás podamos seguir su rastro..-La joven hablaba apresuradamente, casi le faltaba el aire para terminar las oraciones.
-Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh....-Un pequeño suspiro sonaba de fondo mientras la joven hablaba, signo del estado semi inconsciente que aun se apoderaba de mi ser.
-¿Seguro que estás bien?-Se hizo la pregunta un poco tarde tras terminar su monologo, tocando lo que parecía la forma de mi cuerpo entre el barro con la rama que había agarrado anteriormente.
-Etzio...una....roza...-Me incorporaba lentamente con mi forma de hombre-pantano y la ayuda de la rama que Kity portaba en la mano. Parecía que todo iba bien, pero no se porque escribo estas palabras..
-¡¡¡PUAHHHHHHHHHHH!!!-Grité aún con una rodilla clavada en el barro, al alzar la vista al cielo, divisando el regreso de nuestro predador, el basilisco plateado, que caía en picado hacia nuestra posición. Escupí un buen pellizco de barro con el susto, el cuál fue a parar a la cara de Kity-chan, y por si fuera poco, mi gesto repentino pareció ser contagioso, haciendo que ella gritase por acto reflejo.
-¿¡EHHHHHHHH?!-Retrocedió un par de metros como consecuencia del susto, limpiándose el barro de la cara como si se tratase de un limpia-parabrisas. Tras comenzar a gritarme por mi reacción, se detuvo rápidamente y miró al cielo al ver mi gesto petrificado.
Ya hacía un buen rato que era completamente de día, pudiendo apreciarse por fin la figura de la mitológica bestia, quedando plasmaba en un plano digno de un cuadro , rebosando a partes iguales fiereza y hermosura por sus piel escamada de color azul y dorado.
Grande como un grifo pero veloz como un halcón, cuando quise reaccionar a la situación para echar mano a Shugo tenshi probablemente hubiese sido demasiado tarde para poder pensar en evadir la acometida, pero..
Quise encontrar explicación a mi persistente existencia en el mundo de los mortales, y digamos, que la encontré a medias, eso y algún otro misterio inexplicable de mundo desconocido.
-Oe oe... aquí huele a pino bien plantado..-Me pellizqué la nariz con la mano derecha al tiempo que intentaba disipar el desagradable aroma con el brazo restante, como si sirviese de algo. Con el primer paso que dí me percaté de la elevada humedad de la zona, lo cuál dificultaba levemente el movimiento por la periferia, que se encontraba tapada por matorrales.
Avanzaba maldiciendo el calar del agua entre mis botas, apartando tímidamente los arbustos que obstaculizaban lo que sería una memorable vista panorámica del lugar, y con memorable quiero decir tétrica.
-¡¡Esto es..!!-Exclamé al toparme con el inesperado destino, apartando rápidamente la mirada de la fugaz pero sangrienta escena.
El crujir de las ramas lo anunciaban por todo lo alto. Lo que mis ojos visualizaban en aquel momento, no era, ni mas ni menos, que el nido de la bestia a la que habíamos intentado dar caza desde horas antes del amanecer, y mas concretamente, lo que había revuelto mis tripas de manera preocupantemente turbia fueron los cadáveres y restos de carnada que decoraban el angustioso lugar.
A mi izquierda se hallaba medio torso de caballo en descomposición, mientras que el lado contrario lo poblaban restos de pecheras y demás indumentarias con aquellas características franjas azules que me acogieron “cálidamente” en la llegada a la isla.
Como cualquiera en su sano juicio podría comprender, las arcadas vinieron a mí como agua de mayo. Intente evadir rápidamente el lugar sin contemplar con demasiada pasión la escena, contemplando sin embargo un hallazgo sorprendente.En uno de los bordes que cerraban la supervie circular , se encontraban, cubiertos por maleza con un tono camaleónico y perfectamente acolchados por un montículo de ramas, dos enormes huevos, en este caso no los de un servidor harto imprudente, si no los de la bestia que desde hace semanas ,si no más, acechaba el corazón del ejercito desde el cielo.
Quizás el hecho hubiese sido mas impactante en una situación menos grotesca, pero de momento la neurona que yacía en mi cerebro se limitaba a repetir en imperativo que presionase la "W".
Raudo e ineficientemente realicé la tarea, alejándome del lugar con los ojos cerrados y la nariz pinzada con una de mis manos, que bien me habría venido un babero en aquella ocasión.
Al no poder confirmar que pisaba tierra firme, mi pié derecho patinó fatídicamente en la transición de las crujientes ramas al suelo pantanoso, haciendo que me precipitase rodando cuál peonza hasta el pié de la ladera que se encontraba bajo el nido. En estos momentos comenzaba a entender porqué la gente me llamaba torpe.
Supongo que mis quejidos de dolor sirvieron como señal de aviso en un radio considerable, espantando algunas bandadas de pájaros en mi camino, y dibujando una ruta mental coherente para la peliblanca que había dejado a mi espalda tan solo unos minutos atrás consecuencia de "basilisco express airline."
-A quién se le ocurre...-Mis orejas se movieron ligeramente entre el barrizal en el que estaba sepultado al escuchar como la voz de la joven se aproximaba junto con el chasquido de las herraduras golpeando la encharcada zona.
-¿Estás vivo?...¿Cómo puede existir alguien con tanta suerte..?-Suspiró y se agachó para agarrar una rama caída que había en mitad del camino.
-Es un milagro que Kelpie esté a salvo después de todo.-Se dio la vuelta para acariciar a su montura, ignorando a aquel bulto marrón que suponíamos que se trataba de mi persona.
-¿Te ha soltado aquí?¿Has visto hacia donde volaba?¿Has conseguido herirlo?Quizás podamos seguir su rastro..-La joven hablaba apresuradamente, casi le faltaba el aire para terminar las oraciones.
-Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh....-Un pequeño suspiro sonaba de fondo mientras la joven hablaba, signo del estado semi inconsciente que aun se apoderaba de mi ser.
-¿Seguro que estás bien?-Se hizo la pregunta un poco tarde tras terminar su monologo, tocando lo que parecía la forma de mi cuerpo entre el barro con la rama que había agarrado anteriormente.
-Etzio...una....roza...-Me incorporaba lentamente con mi forma de hombre-pantano y la ayuda de la rama que Kity portaba en la mano. Parecía que todo iba bien, pero no se porque escribo estas palabras..
-¡¡¡PUAHHHHHHHHHHH!!!-Grité aún con una rodilla clavada en el barro, al alzar la vista al cielo, divisando el regreso de nuestro predador, el basilisco plateado, que caía en picado hacia nuestra posición. Escupí un buen pellizco de barro con el susto, el cuál fue a parar a la cara de Kity-chan, y por si fuera poco, mi gesto repentino pareció ser contagioso, haciendo que ella gritase por acto reflejo.
-¿¡EHHHHHHHH?!-Retrocedió un par de metros como consecuencia del susto, limpiándose el barro de la cara como si se tratase de un limpia-parabrisas. Tras comenzar a gritarme por mi reacción, se detuvo rápidamente y miró al cielo al ver mi gesto petrificado.
Ya hacía un buen rato que era completamente de día, pudiendo apreciarse por fin la figura de la mitológica bestia, quedando plasmaba en un plano digno de un cuadro , rebosando a partes iguales fiereza y hermosura por sus piel escamada de color azul y dorado.
Grande como un grifo pero veloz como un halcón, cuando quise reaccionar a la situación para echar mano a Shugo tenshi probablemente hubiese sido demasiado tarde para poder pensar en evadir la acometida, pero..
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Mar 27 Mar 2018 - 0:16}
Abrí los ojos y me incorpore de a poco, acto seguido di un gran bostezo, hacía tiempo que no dormía y estaba tan limpio. Tenía todo preparado, una indumentaria básica de camarero que había comprado hace unas horas para poder infiltrarme sin problemas, ese era mi boleto de entrada. Salí de la taberna y di un rápido vistazo a las calles, el puerto no me quedaba tan lejos, así que en su mayoría las calles estaban vacías.
Era una noche con mucho viento y estrellas en el cielo, con pasos lentos comencé a avanzar con destino al puerto. Por alguna razón estaba algo inquieto antes de llegar y solo pensaba en la coartada perfecta para ingresar si alguien me preguntaba o causaba algún problema. Aquella inquietud desapareció al llegar al puerto y mirar el enorme barco en el que estaban montando la fiesta. Un montón de escándalo que se escuchaba desde mi posición, y eso que aún me quedaban varios metros para llegar. El barco completamente iluminado con bellas luces y carcajadas que sonaban desde muy lejos Rían ahora, mientras puedan Murmure con una expresión de enojo en mi cara.
Por fin el barco estaba a unos escasos metros de mí, para mi sorpresa había demasiada gente intentando acceder, todas con -¿Mascaras?- Me lleve la palma de mi mano derecha a mi cara, ahora todo recobraba un poco más de sentido para mí, esa era la razón del por qué hacían una fiesta sin preocupación alguna. De alguna manera, eso hacía más fácil para mí entrar a la fiesta sin dejar a algunos guardias inconscientes. Para mi suerte había un señor vendiendo mascaras por ahí, lo malo es que solo quedaba una mascara blanca de conejo o oveja, ni siquiera era capaz de describirla. La peor parte de todo es que tenía que llevar puesto eso casi toda la noche, ¿por que siempre me tocaba la peor parte?
Ya estaba en cubierta, para ingresar tan solo me hicieron algunas preguntas. Como era de esperar pidieron verme la cara, pero el atuendo que llevaba y la coartada que les había soltado fueron suficientes para que al final me dejaran marchar. Un poco de torpeza por mi parte y por poco todo mi plan se hubiera venido abajo. Con tanta gente no iban a despreciar a un trabajador más. Las primeras impresiones eran bastante malas, veía más gente adinerada que miembros de la banda y los atuendos lujosos tapaban cualquier indicio de algún tatuaje de lobo Huargo de la mayoría de las personas, eso haría más difícil identificarlos con eficacia.
Era una noche con mucho viento y estrellas en el cielo, con pasos lentos comencé a avanzar con destino al puerto. Por alguna razón estaba algo inquieto antes de llegar y solo pensaba en la coartada perfecta para ingresar si alguien me preguntaba o causaba algún problema. Aquella inquietud desapareció al llegar al puerto y mirar el enorme barco en el que estaban montando la fiesta. Un montón de escándalo que se escuchaba desde mi posición, y eso que aún me quedaban varios metros para llegar. El barco completamente iluminado con bellas luces y carcajadas que sonaban desde muy lejos Rían ahora, mientras puedan Murmure con una expresión de enojo en mi cara.
Por fin el barco estaba a unos escasos metros de mí, para mi sorpresa había demasiada gente intentando acceder, todas con -¿Mascaras?- Me lleve la palma de mi mano derecha a mi cara, ahora todo recobraba un poco más de sentido para mí, esa era la razón del por qué hacían una fiesta sin preocupación alguna. De alguna manera, eso hacía más fácil para mí entrar a la fiesta sin dejar a algunos guardias inconscientes. Para mi suerte había un señor vendiendo mascaras por ahí, lo malo es que solo quedaba una mascara blanca de conejo o oveja, ni siquiera era capaz de describirla. La peor parte de todo es que tenía que llevar puesto eso casi toda la noche, ¿por que siempre me tocaba la peor parte?
Ya estaba en cubierta, para ingresar tan solo me hicieron algunas preguntas. Como era de esperar pidieron verme la cara, pero el atuendo que llevaba y la coartada que les había soltado fueron suficientes para que al final me dejaran marchar. Un poco de torpeza por mi parte y por poco todo mi plan se hubiera venido abajo. Con tanta gente no iban a despreciar a un trabajador más. Las primeras impresiones eran bastante malas, veía más gente adinerada que miembros de la banda y los atuendos lujosos tapaban cualquier indicio de algún tatuaje de lobo Huargo de la mayoría de las personas, eso haría más difícil identificarlos con eficacia.
- Mi mascara:
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Mar 27 Mar 2018 - 0:33}
Abrí los ojos y noté que habían pasado varias horas. El sol entraba levemente por la ventana, con color anaranjado. El ocaso había llegado y un día más estaba a punto de concluir; otro día sin nada que hacer, sin ninguna tarea pendiente, sin ningún…
-¡Mierda! ¡La fiesta!
Salté de la cama con una acrobacia propia de los mejores circos y en unos segundos estaba vestido. Miré mis espadas y pensé en cogerlas, pero no era un evento al que pudiese llevarlas. Hoy no. Considerando la posición del sol, apenas tenía unos minutos para llegar hasta el puerto, adivinar una manera de colarme en la fiesta, infiltrarme sin causar ningún altercado...
Salí a toda prisa y corrí en dirección al puerto. En unos minutos estaba subido a uno de los tejados cercanos al barco donde parecía que acababa de comenzar la fiesta. Miré alrededor, y el espectáculo me impresionó.
-Oe oe oe...
El puerto estaba a oscuras. La luz de la luna brillaba con fuerza sobre el cielo, dando algo de brillo a las olas, que iban y venían con tranquilidad. Todos los barcos estaban apostados en sus puestos y oscuros, sin nadie a bordo. Todos menos uno.
El barco de la organización del tatuaje estaba asentado al lado de los muelles, reinando sobre el lugar. Era uno de los barcos más grandes que había visto jamás, y el tamaño de su cubierta superaba todo lo que había presenciado anteriormente. Y eso no era lo único que le hacía lucir imponente.
Las luces lo adornaban, dándole un brillo único en aquella oscuridad. Los invitados caminaban y bailaban sobre la madera, dejándose ver a medias en aquel juego de máscaras. Intercambiaban saludos, gestos, risas… Falso afecto. No paraban de llegar, pero la zona de cubierta era tan amplia que no parecía que pudiese llenarse completamente nunca.
Sacudí la cabeza para despejarme y miré alrededor. Necesitaba encontrar un modo de subir cuanto antes. Quizás sí…
-Allí- musité al mirar a un pequeño callejón oscuro. Por él se acercaba un hombre solitario, vestido de traje y con andares particulares. No tendría una mejor oportunidad en toda la noche.
Salté desde el tejado hacia donde estaba él y caí a su lado, preparado para dejarlo inconsciente. El hombre me miró durante unos segundos hasta darse cuenta de que lo que estaba pasando.
-¡Ja! ¿Crees que puedes vencerme?- dijo con aire de superioridad -¡No sabes a quién te enfrentas! ¡Has tenido mala suerte, hijo!- el tipo cambió su postura y comenzó a hacer giros con las manos. Levantó una pierna, y empezó a sisear como una serpiente.
-Tzuuun tzuuun tzuuun…- siguió siseando y sus brazos se movieron en círculos lentos -Esta técnica la aprendí de mi maestro Bajapieles, el legendario luchador de artes marciales. ¡Sucumbe ante mi técnica!
Me acerqué a paso lento, sin saber muy bien cómo reaccionar. El tipo seguía haciendo su ritual. Estaba cada vez más cerca, más cerca… cuando de repente, sucedió. Le di un golpe en la nuca y lo dejé inconsciente.
-Por Roger…- me llevé una mano a la frente y suspiré.
Escondí al pobre hombre inconsciente en un callejón y en unos minutos tenía puesto su traje.
-Oh, casi lo olvidaba- me agaché y cogí la máscara que llevaba el tipo. Parecía representar a una especie de zorro, pero poco me importaba si hacía su cometido. Con todo preparado, puse camino al barco.
-Bien, todo listo. Hora de animar la fiesta.
-¡Mierda! ¡La fiesta!
Salté de la cama con una acrobacia propia de los mejores circos y en unos segundos estaba vestido. Miré mis espadas y pensé en cogerlas, pero no era un evento al que pudiese llevarlas. Hoy no. Considerando la posición del sol, apenas tenía unos minutos para llegar hasta el puerto, adivinar una manera de colarme en la fiesta, infiltrarme sin causar ningún altercado...
Salí a toda prisa y corrí en dirección al puerto. En unos minutos estaba subido a uno de los tejados cercanos al barco donde parecía que acababa de comenzar la fiesta. Miré alrededor, y el espectáculo me impresionó.
-Oe oe oe...
El puerto estaba a oscuras. La luz de la luna brillaba con fuerza sobre el cielo, dando algo de brillo a las olas, que iban y venían con tranquilidad. Todos los barcos estaban apostados en sus puestos y oscuros, sin nadie a bordo. Todos menos uno.
El barco de la organización del tatuaje estaba asentado al lado de los muelles, reinando sobre el lugar. Era uno de los barcos más grandes que había visto jamás, y el tamaño de su cubierta superaba todo lo que había presenciado anteriormente. Y eso no era lo único que le hacía lucir imponente.
Las luces lo adornaban, dándole un brillo único en aquella oscuridad. Los invitados caminaban y bailaban sobre la madera, dejándose ver a medias en aquel juego de máscaras. Intercambiaban saludos, gestos, risas… Falso afecto. No paraban de llegar, pero la zona de cubierta era tan amplia que no parecía que pudiese llenarse completamente nunca.
Sacudí la cabeza para despejarme y miré alrededor. Necesitaba encontrar un modo de subir cuanto antes. Quizás sí…
-Allí- musité al mirar a un pequeño callejón oscuro. Por él se acercaba un hombre solitario, vestido de traje y con andares particulares. No tendría una mejor oportunidad en toda la noche.
Salté desde el tejado hacia donde estaba él y caí a su lado, preparado para dejarlo inconsciente. El hombre me miró durante unos segundos hasta darse cuenta de que lo que estaba pasando.
-¡Ja! ¿Crees que puedes vencerme?- dijo con aire de superioridad -¡No sabes a quién te enfrentas! ¡Has tenido mala suerte, hijo!- el tipo cambió su postura y comenzó a hacer giros con las manos. Levantó una pierna, y empezó a sisear como una serpiente.
-Tzuuun tzuuun tzuuun…- siguió siseando y sus brazos se movieron en círculos lentos -Esta técnica la aprendí de mi maestro Bajapieles, el legendario luchador de artes marciales. ¡Sucumbe ante mi técnica!
Me acerqué a paso lento, sin saber muy bien cómo reaccionar. El tipo seguía haciendo su ritual. Estaba cada vez más cerca, más cerca… cuando de repente, sucedió. Le di un golpe en la nuca y lo dejé inconsciente.
-Por Roger…- me llevé una mano a la frente y suspiré.
Escondí al pobre hombre inconsciente en un callejón y en unos minutos tenía puesto su traje.
-Oh, casi lo olvidaba- me agaché y cogí la máscara que llevaba el tipo. Parecía representar a una especie de zorro, pero poco me importaba si hacía su cometido. Con todo preparado, puse camino al barco.
-Bien, todo listo. Hora de animar la fiesta.
- Máscara:
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En un giro inesperado de los acontecimientos la bestia cambió su trayectoria aérea radicalmente, desapareciendo entre los altos árboles de aquella zona pantanosa ante nuestra total confusión.
-¿¡Pero nos vas a zurrar o no en que quedamos?!- Daba pequeños saltos de furia sin moverme de mi posición, provocando la caída de la mayor parte del barro que me cubría.
-¡¡Vamos, Kity-chan!! El gorrión se escapa.-Corría en círculos sin saber a donde ir, era curioso como un animal tan grande podía camuflarse tan bien en la inmensidad del bosque sin dejar un rastro palpable.
-Espera.. es inútil.-Se acercó a su caballo de nuevo con resignación, cerca de donde me encontraba.
-¡¿De qué estás hablando?!..Maldita sea..No pienso quedarme encerrado en este truño de isla.-Arranqué a correr furioso como si de un erizo azul super sónico se tratase, siendo vilmente detenido en el acto por la señorita de ojos esmeralda.
-¡¡Alto ahí jovenzuelo¡¡-Su mano agarró con la fuerza de un caimán mi mejilla, convirtiendo mi arrancada en un mero chiste.
-Es cierto que vinimos a cazar al basilisco...pero...pero...-
Las horas posteriores a la conversación pasaron sin nada especialmente destacable, simplemente el mismo camino monótono por medio del bosque, estando dormido en un posición fetal a lomos de Kelpie hasta llegar al destino que horas antes habíamos acordado.
Un rugido piedad por parte de mi estómago me despertó al poco de haber entrado en las primeras calles de la ciudad. Aquella zona era algo mas estrecha que las demás , pero debo admitir que su arquitectura comenzó a llamarme cada vez la atención, destacando si embargo los mercaderes que plagaban la zona, no tanto por su número, que también, si no por su agitación.
-Dame un momento Kity-chan.- Me impulsé desde el caballo sin mucha dificultad, ya que este se movía con lentitud por la transitada zona.
-Oe oe viejo,¿A cuánto están esos de ahí?-Señalé con impaciencia los frutos de aquel estante que tenía a su espalda. De color rojo bermellon, eran bastante similares a los que tiempo atrás había probado en Little Garden.
-Bueno..normalmente a unas 30 monedas de oro cada uno..Pero..-
-Querrá decir 30 Berries..-Pensé sin darme cuenta.
-Si te los llevas ahora, por 15 son tuyos los tres, si no para mañana estarán podridos.-
-¡Dabuten!,pero... aún no es casi ni media tarde viejo...-Me rasqué la cabeza, sintiendo algo de pena por el desorientado hombre de la tercera edad.
-No eres de por aquí..¿Verdad joven?-La afirmación en sus palabras hizo despertar mi intriga.
-Oh...¿Me conoces?..Lo siento amigo ahora estoy muerto para el mundo...pero, si te firmo un autógrafo espero que puedas mantener contenidas a las masas.-Mi cara se tornó del color de los frutos que intentaba adquirir, girando el rostro tímidamente de medio lado.
-Espera..¿Ha sido por las legendarias katanas verdad?..Mira mira...¿Quieres saber porque esta se llama Nintai-Ryoku?-
-Bien, ya que insistes, te comento que la leyenda cuenta que simboliza el esfuerzo, la perseverancia y el sacrificio y que todo el que la empuña perdió la cordura.- Mis ojos brillaban con la intensidad del sol a medida que mis palabras se sucedían. Una gota de sudor recorrió a la joven de cabello blanco y al anciano mercader.
-No, en realidad me da igual...el caso es que toda la gente de la isla sabe que hoy es el baile de máscaras en el puerto al que acude toda la gente importante de la zona. Los mercaderes cerramos nuestros negocios para evitar los saqueos de esas ratas..-
-¡¡Maldito viejo maleducado¡¡-Grité al presenciar su ignorante actitud.
-Espera...¿Saqueos?-Rectifiqué al analizar mentalmente sus palabras.
-No hables tan alto..-El hombre pedía calma agitando ambas manos, indicando preocupación.
-Verás, el baile de máscaras lo organizan una panda de bastardos que tienen tomado el control de la mayoría de la ciudad. Esos mal nacidos son intocables ahora mismo, por eso intentamos evitarlos siempre que podemos. Además, dicen que tienen contactos con mucha influencia, por eso se camuflan con facilidad entre los nobles de la isla.-
Siendo totalmente sincero, un alarde de rabia pudo intuirse durante algunos instantes en mi rostro, pero a decir verdad aquella situación era algo que no tenía nada que ver conmigo, con suerte lograría acabar encerrado otra vez, muerto, o intentando solucionarme la vida con alguna condesa en su lecho de muerte.
-¿¡Pero nos vas a zurrar o no en que quedamos?!- Daba pequeños saltos de furia sin moverme de mi posición, provocando la caída de la mayor parte del barro que me cubría.
-¡¡Vamos, Kity-chan!! El gorrión se escapa.-Corría en círculos sin saber a donde ir, era curioso como un animal tan grande podía camuflarse tan bien en la inmensidad del bosque sin dejar un rastro palpable.
-Espera.. es inútil.-Se acercó a su caballo de nuevo con resignación, cerca de donde me encontraba.
-¡¿De qué estás hablando?!..Maldita sea..No pienso quedarme encerrado en este truño de isla.-Arranqué a correr furioso como si de un erizo azul super sónico se tratase, siendo vilmente detenido en el acto por la señorita de ojos esmeralda.
-¡¡Alto ahí jovenzuelo¡¡-Su mano agarró con la fuerza de un caimán mi mejilla, convirtiendo mi arrancada en un mero chiste.
-Es cierto que vinimos a cazar al basilisco...pero...pero...-
Las horas posteriores a la conversación pasaron sin nada especialmente destacable, simplemente el mismo camino monótono por medio del bosque, estando dormido en un posición fetal a lomos de Kelpie hasta llegar al destino que horas antes habíamos acordado.
Un rugido piedad por parte de mi estómago me despertó al poco de haber entrado en las primeras calles de la ciudad. Aquella zona era algo mas estrecha que las demás , pero debo admitir que su arquitectura comenzó a llamarme cada vez la atención, destacando si embargo los mercaderes que plagaban la zona, no tanto por su número, que también, si no por su agitación.
-Dame un momento Kity-chan.- Me impulsé desde el caballo sin mucha dificultad, ya que este se movía con lentitud por la transitada zona.
-Oe oe viejo,¿A cuánto están esos de ahí?-Señalé con impaciencia los frutos de aquel estante que tenía a su espalda. De color rojo bermellon, eran bastante similares a los que tiempo atrás había probado en Little Garden.
-Bueno..normalmente a unas 30 monedas de oro cada uno..Pero..-
-Querrá decir 30 Berries..-Pensé sin darme cuenta.
-Si te los llevas ahora, por 15 son tuyos los tres, si no para mañana estarán podridos.-
-¡Dabuten!,pero... aún no es casi ni media tarde viejo...-Me rasqué la cabeza, sintiendo algo de pena por el desorientado hombre de la tercera edad.
-No eres de por aquí..¿Verdad joven?-La afirmación en sus palabras hizo despertar mi intriga.
-Oh...¿Me conoces?..Lo siento amigo ahora estoy muerto para el mundo...pero, si te firmo un autógrafo espero que puedas mantener contenidas a las masas.-Mi cara se tornó del color de los frutos que intentaba adquirir, girando el rostro tímidamente de medio lado.
-Espera..¿Ha sido por las legendarias katanas verdad?..Mira mira...¿Quieres saber porque esta se llama Nintai-Ryoku?-
-Bien, ya que insistes, te comento que la leyenda cuenta que simboliza el esfuerzo, la perseverancia y el sacrificio y que todo el que la empuña perdió la cordura.- Mis ojos brillaban con la intensidad del sol a medida que mis palabras se sucedían. Una gota de sudor recorrió a la joven de cabello blanco y al anciano mercader.
-No, en realidad me da igual...el caso es que toda la gente de la isla sabe que hoy es el baile de máscaras en el puerto al que acude toda la gente importante de la zona. Los mercaderes cerramos nuestros negocios para evitar los saqueos de esas ratas..-
-¡¡Maldito viejo maleducado¡¡-Grité al presenciar su ignorante actitud.
-Espera...¿Saqueos?-Rectifiqué al analizar mentalmente sus palabras.
-No hables tan alto..-El hombre pedía calma agitando ambas manos, indicando preocupación.
-Verás, el baile de máscaras lo organizan una panda de bastardos que tienen tomado el control de la mayoría de la ciudad. Esos mal nacidos son intocables ahora mismo, por eso intentamos evitarlos siempre que podemos. Además, dicen que tienen contactos con mucha influencia, por eso se camuflan con facilidad entre los nobles de la isla.-
Siendo totalmente sincero, un alarde de rabia pudo intuirse durante algunos instantes en mi rostro, pero a decir verdad aquella situación era algo que no tenía nada que ver conmigo, con suerte lograría acabar encerrado otra vez, muerto, o intentando solucionarme la vida con alguna condesa en su lecho de muerte.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Mar 3 Abr 2018 - 16:58}
Con todos los preparativos terminados, me dirigí hacia el final de la calle, camino al barco de la fiesta. No tardé en ubicarlo, puesto que destacaba en el paisaje, y me uní al tumulto de gente que estaba de camino al lugar. No tardé en notar algunos giros de cabeza hacia mi persona, lo que me hizo dudar por un segundo de si podían saber que no era el noble que aparentaba ser. Disipé esas dudas rápidamente de mi cabeza e interpreté lo mejor que pude mi papel, irguiendo el pecho y apartando a la gente a mi paso. No tardé en llegar a la rampa de entrada.
Desde cerca el barco parecía mucho más impresionante. Se extendía hacia los lados durante decenas de metros, y prácticamente toda la cubierta irradiaba luz. Había guardias de seguridad apostados cada poco metros, vigilando a la gente. Estos no llevaban máscara, por lo que al menos me sería más fácil interpretar sus acciones o movimientos. El tipo que me detuvo en la rampa para subir a cubierta, sin embargo, sí que llevaba una.
-Alias, por favor- dijo casi de forma autómata. Llevaba una máscara sencilla adornada con unas plumas en la parte frontal. En sus manos tenía un bolígrafo y un papel con nombres anotados.
"Una lista de invitados", pensé. "Ahora sí que estoy en problemas". Miré a los lados intentando ganar tiempo, pero el hombre pareció darse cuenta y miró a los guardias, que se acercaron al detectar el problema.
"Mierda". El tiempo se me estaba agotando y no había nada que pudiese hacer, pero entonces una luz pareció iluminarse en mi cabeza.
-¡Ja! ¿Se puede saber dónde vais, esbirros?- dije en voz alta, atrayendo algunas miradas. Levanté una pierna y comencé a hacer movimientos con las manos, tal como el señor que había encontrado en el callejón. El tipo me miró extrañado e hizo un gesto a los guardias.
-Señor, creo que tiene que irse…
-¡Alto!- se escuchó a sus espaldas. Un tipo más bajito y con máscara de gato se acercó, haciendo gestos con las manos. –Tranquilo, tranquilo. Es el gran Zunzun. ¿Cuán lerdo puedes ser, hijo? ¿No reconoces a una leyenda?
El guardia me miró de arriba a abajo, y seguí moviendo mis manos. Pareció sentir algo de vergüenza.
-Lo siento, señor. Es que no había….
-No, no, no. Sigue trabajando. Vamos, pasa, Zunzun.
Asentí solemnemente y recuperé mi postura normal, para después pasar por al lado del guardia negando con la cabeza.
-Estos jóvenes de hoy en día…- dijo el tipo en cuanto llegamos a cubierta.
Asentí con la cabeza y simplemente me fui, metiéndome entre el tumulto de gente. Al fin y al cabo, Zunzun no parecía una persona que se preocupase por formalidades, y además necesitaba recuperar el aliento tras la tensión del momento. Frené tras avanzar unos cuantos metros y miré alrededor.
-Bien, ahora solo debo ubicar…- me detuve al notar una presión en mi brazo. Alguien me había posado la mano ahí. Me giré, nervioso, y me encontré ante una figura femenina.
Tenía una máscara de lobo rojo y un bonito vestido verde ajustado. Deslizó su mano desde mi brazo hasta mi cadera, y se acercó levemente, dejando su cuerpo a escasos centímetros del mío.
-Es un placer conocerte, Xeyner Zahard.
Desde cerca el barco parecía mucho más impresionante. Se extendía hacia los lados durante decenas de metros, y prácticamente toda la cubierta irradiaba luz. Había guardias de seguridad apostados cada poco metros, vigilando a la gente. Estos no llevaban máscara, por lo que al menos me sería más fácil interpretar sus acciones o movimientos. El tipo que me detuvo en la rampa para subir a cubierta, sin embargo, sí que llevaba una.
-Alias, por favor- dijo casi de forma autómata. Llevaba una máscara sencilla adornada con unas plumas en la parte frontal. En sus manos tenía un bolígrafo y un papel con nombres anotados.
"Una lista de invitados", pensé. "Ahora sí que estoy en problemas". Miré a los lados intentando ganar tiempo, pero el hombre pareció darse cuenta y miró a los guardias, que se acercaron al detectar el problema.
"Mierda". El tiempo se me estaba agotando y no había nada que pudiese hacer, pero entonces una luz pareció iluminarse en mi cabeza.
-¡Ja! ¿Se puede saber dónde vais, esbirros?- dije en voz alta, atrayendo algunas miradas. Levanté una pierna y comencé a hacer movimientos con las manos, tal como el señor que había encontrado en el callejón. El tipo me miró extrañado e hizo un gesto a los guardias.
-Señor, creo que tiene que irse…
-¡Alto!- se escuchó a sus espaldas. Un tipo más bajito y con máscara de gato se acercó, haciendo gestos con las manos. –Tranquilo, tranquilo. Es el gran Zunzun. ¿Cuán lerdo puedes ser, hijo? ¿No reconoces a una leyenda?
El guardia me miró de arriba a abajo, y seguí moviendo mis manos. Pareció sentir algo de vergüenza.
-Lo siento, señor. Es que no había….
-No, no, no. Sigue trabajando. Vamos, pasa, Zunzun.
Asentí solemnemente y recuperé mi postura normal, para después pasar por al lado del guardia negando con la cabeza.
-Estos jóvenes de hoy en día…- dijo el tipo en cuanto llegamos a cubierta.
Asentí con la cabeza y simplemente me fui, metiéndome entre el tumulto de gente. Al fin y al cabo, Zunzun no parecía una persona que se preocupase por formalidades, y además necesitaba recuperar el aliento tras la tensión del momento. Frené tras avanzar unos cuantos metros y miré alrededor.
-Bien, ahora solo debo ubicar…- me detuve al notar una presión en mi brazo. Alguien me había posado la mano ahí. Me giré, nervioso, y me encontré ante una figura femenina.
Tenía una máscara de lobo rojo y un bonito vestido verde ajustado. Deslizó su mano desde mi brazo hasta mi cadera, y se acercó levemente, dejando su cuerpo a escasos centímetros del mío.
-Es un placer conocerte, Xeyner Zahard.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Mar 3 Abr 2018 - 18:03}
El sonido metálico de una bolsa llena de monedas cayendo sobre el mostrador del mercader me extrajo de mi dilema interior.
-Me llevo las tres.-Interrumpió la joven desde el sillín del caballo. En aquel momento recordé que no tenia un puto duro.
-¡No seas egoísta Kity-ch-
-Pero...aquí hay 50 monedas de oro, pensaba que..-Interrumpió el irrespetuoso mercader.
-Eso de ahí, ¿está a la venta no?-Su dedo señalaba firme.
-Eh...¿La máscara?,Bueno sí, pero...-Alcanzó con cuidado una máscara de color plateado con la forma de un lobo, bastante elegante y ligeramente llamativa.
-Pues me lo llevo todo...no serás tan mala persona como para no hacerle descuento a una residente,¿verdad?-Su mirada se tornó malévola durante un instante, lo suficiente para disipar las dudas del mercader.
-Está bien, es tuya, de todas formas tengo que darme prisa en cerrar..-Asumió con resignación su destino y tras darnos una bolsa con la mercancía reanudamos la marcha hasta llegar al final de las estrechas calles de mercaderes.
-Oe oe espera..¿Para que quieres esa máscara? No es que sea muy femenina.-Comenté dudoso tras los primeros trotes del caballo sobre los adoquines pincelados por los últimos rayos de sol de aquella larga tarde.
-Toma.-La joven ignoró la consulta, extendiendo su brazo hasta mi posición con una de aquellas frutas recién adquiridas a modo de ofrenda.
-¿Eh?-Mis pupilas se dilataron ligeramente, dando paso a los ríos de saliva que descendían por las comisuras de mi boca.
-¿¡Acaso me escuchas cuándo te hablo?!-Mi estómago rugió rápidamente, apaciguando todo rastro de ira presente.
-Ummm...sabroso.-Incliné el torso y abrí la boca todo lo que pude, engullendo la fruta posada en la mano de la joven de un solo bocado, sin ni siquiera masticarla.
-¡¡No seas maleducado, maldito simio de instintos primarios!!-Golpeó la cúspide de mi cabeza con énfasis, al tiempo que se sacudía los restos de comida de la palma de su otra mano. Posteriormente, cuándo el humo emanaba del prominente chichón de mi cabeza, suspiró.
-Bueno, ya sabes lo que te dije al mediodía. Tengo que ver a una amiga esta noche, y se donde estará.-
-Ajam, ajam.-Asentía como si le viese sentido a lo que la joven mencionaba.
-Por eso necesito la máscara.-La joven zarandeó con suavidad las riendas del caballo, buscando que Kelpie aumentase el ritmo, lo cuál hizo en un abrir y cerrar de ojos.
-Espera, espera... no me digas que has comprado la máscara para ir a la fiesta que ha dicho el vejestorio..¡¿Con que clase de gente te relacionas tu?!-Un pequeño click se escuchó en mi cabeza, instante en el comencé a comprender el contexto de la situación.
-¿Ah,esto?-Señaló la máscara con una sonrisa malévola, provocando un súbito escalofrío por todo mi cuerpo.
-Que va, yo ya tengo la mía. Esta es para ti.-
-¿¿¡¡EHHH?!!¿¡Me puedes decir que pinto yo en esa fiesta de mierda?!-Me mordía mis agrietados labios sin compasión.
-Esto no entraba en el trato, yo tenía que cazar el bosomórfido. ¿¡Es que has pensado que soy tu recadero o algo?!-
-Vamos vamos..deja de quejarte.-La joven me dio un par de palmadas en la frente como si estuviese tratando con un crío de cinco años, lo cuál me enfureció aun mas.
-No me llevo demasiado bien con algunos de los que frecuentan ese lugar, así que necesito alguien con quien poder pasar desapercibida mientras busco lo que necesito.-
-¡¡YIAJUUUU!! Así que se trata de una declaración de sentimientos. En ese caso, lo entiendo, señorita.-Me dispuse a agarrarle la mano en busca de aceptar su propuesta, pero la peliblanca se adelantó agarrando mi desgastada gabardina a la altura del cuello. Noté como si una lanza me atravesase el corazón, dejándome petrificado ante el huracán de sentimientos.
-Por eso...-La fuerza de su agarré se intensificó. Estaba claro, era mi momento. A simple vista parecía que un sin fin de llamas emanaban de mi cuerpo, erizando mi pelo como si se tratasen de las púas de un erizo.
Aproximadamente una hora mas tarde, allí me encontraba, tremendamente impuntual como ya acostumbraba, dando el primer paso sobre la pasarela de madera que conectaba el puerto con la entrada del apabullante navío, de asombrosa extensión y alumbrado por incontables faroles dignos del mas alto escalón social. En mitad del bullicio formado unos metros antes de la entrada, una mano apareció de la nada para agarrarme de mi impoluta camisa blanca abierta hasta la altura del diafragma.
Se trataba de Kity, que al ser consciente de que la fiesta ya había empezado hace un buen rato, comenzó a apartar con sutileza a la gente de la cola sin que estos ni siquiera pudiesen notarlo. La impaciencia de la joven fue inútil en el momento en el que llegamos a la puerta, donde un voluminoso guardia registraba la lista de asistentes a golpe de pluma y papel.
-Alias, por favor.-Comentó con un tono robótico, como si llevase toda la noche repitiendo lo mismo a cualquiera que se aproximase al lugar.
-Esto, yo soy...digo...nosotros somos..-Percibí al tacto como la mano de la joven que me agarraba la muñeca se tensaba, provocando un involuntario gesto rígido en la joven, que vestía en aquella ocasión una delicada máscara de color blanco con la forma de las alas de una golondrina, dejando unicamente visible la zona de sus rosados labios hacia abajo.
Otro tipo vestido con un traje negro de estreno se acercó cuidadosamente a la espalda del guardia de la entrada, susurrándole algo al oído mientras tapaba su rostro con unas gafas negras con forma triangular y un sombrero del mismo color, adornado con rallas blancas y ligeramente ladeado sobre su cabeza.
-Que pasen una buena noche.-El imponente guardián se hizo a un lado con una parsimonia considerable, dejando ver por fin la entrada al lugar, donde la gente bailaba con elegancia y parecía pasarlo en grande.
Kity y yo nos miramos arqueando una ceja, y sin decir ni una sola palabra pasamos hasta la zona central del barco, donde se encontraba una hermosa fuente de mármol blanco, custodiada en el centro por la estatua de una sirena posada en una roca tocando el harpa.
La gente, mientras tanto, permanecía inmersa en el éxtasis de la celebración. Algunos cantaban, otros bailaban, unos pocos pintaban cuadros de la escena.Un puñado tocaba una alegre y armoniosa música que contagiaba al populacho, mientras que los restantes permanecían sentados a los lados de unas largas, rectangulares y recargadas mesas de color dorado y rojizo, saboreando con gusto cada bocado de los manjares que los mayordomos depositaban sobre la mesa.
Mientras admiraba la bella obra de arte en medio del espectáculo, noté como una sombra alargada se acercaba hacia mi posición desde mi espalda. Antes de que pudiese darme media vuelta, una mano se apoyó con torpeza sobre mi hombro derecho. Aquello, amigos, era tan solo el comienzo de los acontecimientos de la fiesta.
-Me llevo las tres.-Interrumpió la joven desde el sillín del caballo. En aquel momento recordé que no tenia un puto duro.
-¡No seas egoísta Kity-ch-
-Pero...aquí hay 50 monedas de oro, pensaba que..-Interrumpió el irrespetuoso mercader.
-Eso de ahí, ¿está a la venta no?-Su dedo señalaba firme.
-Eh...¿La máscara?,Bueno sí, pero...-Alcanzó con cuidado una máscara de color plateado con la forma de un lobo, bastante elegante y ligeramente llamativa.
-Pues me lo llevo todo...no serás tan mala persona como para no hacerle descuento a una residente,¿verdad?-Su mirada se tornó malévola durante un instante, lo suficiente para disipar las dudas del mercader.
-Está bien, es tuya, de todas formas tengo que darme prisa en cerrar..-Asumió con resignación su destino y tras darnos una bolsa con la mercancía reanudamos la marcha hasta llegar al final de las estrechas calles de mercaderes.
-Oe oe espera..¿Para que quieres esa máscara? No es que sea muy femenina.-Comenté dudoso tras los primeros trotes del caballo sobre los adoquines pincelados por los últimos rayos de sol de aquella larga tarde.
-Toma.-La joven ignoró la consulta, extendiendo su brazo hasta mi posición con una de aquellas frutas recién adquiridas a modo de ofrenda.
-¿Eh?-Mis pupilas se dilataron ligeramente, dando paso a los ríos de saliva que descendían por las comisuras de mi boca.
-¿¡Acaso me escuchas cuándo te hablo?!-Mi estómago rugió rápidamente, apaciguando todo rastro de ira presente.
-Ummm...sabroso.-Incliné el torso y abrí la boca todo lo que pude, engullendo la fruta posada en la mano de la joven de un solo bocado, sin ni siquiera masticarla.
-¡¡No seas maleducado, maldito simio de instintos primarios!!-Golpeó la cúspide de mi cabeza con énfasis, al tiempo que se sacudía los restos de comida de la palma de su otra mano. Posteriormente, cuándo el humo emanaba del prominente chichón de mi cabeza, suspiró.
-Bueno, ya sabes lo que te dije al mediodía. Tengo que ver a una amiga esta noche, y se donde estará.-
-Ajam, ajam.-Asentía como si le viese sentido a lo que la joven mencionaba.
-Por eso necesito la máscara.-La joven zarandeó con suavidad las riendas del caballo, buscando que Kelpie aumentase el ritmo, lo cuál hizo en un abrir y cerrar de ojos.
-Espera, espera... no me digas que has comprado la máscara para ir a la fiesta que ha dicho el vejestorio..¡¿Con que clase de gente te relacionas tu?!-Un pequeño click se escuchó en mi cabeza, instante en el comencé a comprender el contexto de la situación.
-¿Ah,esto?-Señaló la máscara con una sonrisa malévola, provocando un súbito escalofrío por todo mi cuerpo.
-Que va, yo ya tengo la mía. Esta es para ti.-
-¿¿¡¡EHHH?!!¿¡Me puedes decir que pinto yo en esa fiesta de mierda?!-Me mordía mis agrietados labios sin compasión.
-Esto no entraba en el trato, yo tenía que cazar el bosomórfido. ¿¡Es que has pensado que soy tu recadero o algo?!-
-Vamos vamos..deja de quejarte.-La joven me dio un par de palmadas en la frente como si estuviese tratando con un crío de cinco años, lo cuál me enfureció aun mas.
-No me llevo demasiado bien con algunos de los que frecuentan ese lugar, así que necesito alguien con quien poder pasar desapercibida mientras busco lo que necesito.-
-¡¡YIAJUUUU!! Así que se trata de una declaración de sentimientos. En ese caso, lo entiendo, señorita.-Me dispuse a agarrarle la mano en busca de aceptar su propuesta, pero la peliblanca se adelantó agarrando mi desgastada gabardina a la altura del cuello. Noté como si una lanza me atravesase el corazón, dejándome petrificado ante el huracán de sentimientos.
-Por eso...-La fuerza de su agarré se intensificó. Estaba claro, era mi momento. A simple vista parecía que un sin fin de llamas emanaban de mi cuerpo, erizando mi pelo como si se tratasen de las púas de un erizo.
Aproximadamente una hora mas tarde, allí me encontraba, tremendamente impuntual como ya acostumbraba, dando el primer paso sobre la pasarela de madera que conectaba el puerto con la entrada del apabullante navío, de asombrosa extensión y alumbrado por incontables faroles dignos del mas alto escalón social. En mitad del bullicio formado unos metros antes de la entrada, una mano apareció de la nada para agarrarme de mi impoluta camisa blanca abierta hasta la altura del diafragma.
Se trataba de Kity, que al ser consciente de que la fiesta ya había empezado hace un buen rato, comenzó a apartar con sutileza a la gente de la cola sin que estos ni siquiera pudiesen notarlo. La impaciencia de la joven fue inútil en el momento en el que llegamos a la puerta, donde un voluminoso guardia registraba la lista de asistentes a golpe de pluma y papel.
-Alias, por favor.-Comentó con un tono robótico, como si llevase toda la noche repitiendo lo mismo a cualquiera que se aproximase al lugar.
-Esto, yo soy...digo...nosotros somos..-Percibí al tacto como la mano de la joven que me agarraba la muñeca se tensaba, provocando un involuntario gesto rígido en la joven, que vestía en aquella ocasión una delicada máscara de color blanco con la forma de las alas de una golondrina, dejando unicamente visible la zona de sus rosados labios hacia abajo.
Otro tipo vestido con un traje negro de estreno se acercó cuidadosamente a la espalda del guardia de la entrada, susurrándole algo al oído mientras tapaba su rostro con unas gafas negras con forma triangular y un sombrero del mismo color, adornado con rallas blancas y ligeramente ladeado sobre su cabeza.
-Que pasen una buena noche.-El imponente guardián se hizo a un lado con una parsimonia considerable, dejando ver por fin la entrada al lugar, donde la gente bailaba con elegancia y parecía pasarlo en grande.
Kity y yo nos miramos arqueando una ceja, y sin decir ni una sola palabra pasamos hasta la zona central del barco, donde se encontraba una hermosa fuente de mármol blanco, custodiada en el centro por la estatua de una sirena posada en una roca tocando el harpa.
La gente, mientras tanto, permanecía inmersa en el éxtasis de la celebración. Algunos cantaban, otros bailaban, unos pocos pintaban cuadros de la escena.Un puñado tocaba una alegre y armoniosa música que contagiaba al populacho, mientras que los restantes permanecían sentados a los lados de unas largas, rectangulares y recargadas mesas de color dorado y rojizo, saboreando con gusto cada bocado de los manjares que los mayordomos depositaban sobre la mesa.
Mientras admiraba la bella obra de arte en medio del espectáculo, noté como una sombra alargada se acercaba hacia mi posición desde mi espalda. Antes de que pudiese darme media vuelta, una mano se apoyó con torpeza sobre mi hombro derecho. Aquello, amigos, era tan solo el comienzo de los acontecimientos de la fiesta.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Jue 5 Abr 2018 - 16:40}
Todo estaba oscuro, las velas de mi pequeña barcaza podían escucharse silbar a causa del fuerte viento que soplaba aquella noche… días sin comer… días sin beber… definitivamente tenía que dejar de hacer aquellos tipos viajes “improvisados”, siempre acababan con el mismo resultado… aunque esta vez me encontraba mucho peor, las extremidades de mi cuerpo temblaban ligeramente y la visión de mis ojos se iba nublando por segundos. Yo me encontraba totalmente estirado en el suelo del vehículo, mirando hacía el único punto realmente distinguible del resto de cielo: la luna. Empecé a cerrar los ojos lenta e involuntariamente, no sabía muy bien si para dormir o descansar eternamente, pero de repente… un repentino pero suave golpe me hizo abrir los ojos rápidamente. El barco paró de moverse de golpe, este ya no era arrastrado por el oleaje ni empujado por el viento… ¿Habría llegado a tierra? Apoyándome como pude en el mástil fui incorporándome poco a poco, en cuanto alcé la mirada no pude evitar que una pequeña sonrisa apareciera en mi rostro… casas. No sabía dónde estaba, ni tampoco me importaba, lo único que tenía sentido para mi ahora era salir de ese trozo de madera y encontrar algún sitio en el que poder recobrar las energías.
Haciendo uso de todas mis fuerzas logré llegar de pie hasta el suelo casi arrastrándome por el pequeño bauprés de la embarcación. Por el olor que hacía allí a pescado podrido y a pólvora estaba en un muelle de mercaderes, aunque no veía a nadie. Las únicas luces que había por las calles eran las de las farolas y los edificios más cercanos se encontraban a cien o doscientos metros de donde me encontraba, viendo la caminata que me queda por delante retiré a Bagami de mi cinturón y lo utilicé de bastón para ayudarme a mantener el equilibrio y no caerme. Comencé a caminar recto, pero poco a poco iba haciendo cada vez más eses y parones para recuperar el aliento, en una de estas pausas pude ver como un gato se estaba comiendo un pez al lado de un montón de sacos de lo que parecía ser harina, el pescado ya estaba por la mitad y no olía mejor que el lugar en el que había desembarcado, aun así sin pensármelo dos veces me dejé caer al suelo en dirección al gato haciendo que este saliera corriendo dejando atrás su comida. Sin utilizar las manos y todavía agarrando mi katana con la mano derecha comencé a pegarle mordiscos a la mojada carne, terminando metiéndomelo entero en la boca y comiéndome hasta las espinas. Al cabo de un rato pensando aún tumbado en lo que acababa de hacer, volví a reincorporarme ayudándome de los sacos y de mi espada, tenía más fuerzas que antes, pero todo mi cuerpo seguía temblando y mi mirada continuaba siendo no muy clara… tenía que encontrar un bar lo antes posible .
A los quince minutos andando vislumbré un letrero colgando de un edificio cuadrado, no podía leer lo que ponía en este pero estaba seguro de que dentro había comida, apoyé mi mano en la puerta casi dejándome caer para abrirla, pero esta se encontraba cerrada, instintivamente reaccioné dándole un puñetazo a la puerta ¿Acaso ese era un pueblo fantasma? Tal vez había ido a parar al peor lugar posible… Me senté en el suelo apoyado en la puerta que anteriormente había intentado abrir y miré hacía cielo con cada vez menos esperanzas de seguir viviendo. Cuando iba a bajar la mirada hacía el suelo vi una potente luz provenir de lo que parecía ser un segundo muelle totalmente diferente más allá del que yo había dejado mi pequeño navío. Era la única señal de vida en los alrededores y se encontraba aproximadamente a 1 kilómetro del lugar por el que yo había llegado. No me quedaba otra opción… así que usando las pocas fuerzas que me quedaban en el cuerpo volví a levantarme y di el primer paso hacía aquella dirección, esperaba que aún no fuera mi hora.
Haciendo uso de todas mis fuerzas logré llegar de pie hasta el suelo casi arrastrándome por el pequeño bauprés de la embarcación. Por el olor que hacía allí a pescado podrido y a pólvora estaba en un muelle de mercaderes, aunque no veía a nadie. Las únicas luces que había por las calles eran las de las farolas y los edificios más cercanos se encontraban a cien o doscientos metros de donde me encontraba, viendo la caminata que me queda por delante retiré a Bagami de mi cinturón y lo utilicé de bastón para ayudarme a mantener el equilibrio y no caerme. Comencé a caminar recto, pero poco a poco iba haciendo cada vez más eses y parones para recuperar el aliento, en una de estas pausas pude ver como un gato se estaba comiendo un pez al lado de un montón de sacos de lo que parecía ser harina, el pescado ya estaba por la mitad y no olía mejor que el lugar en el que había desembarcado, aun así sin pensármelo dos veces me dejé caer al suelo en dirección al gato haciendo que este saliera corriendo dejando atrás su comida. Sin utilizar las manos y todavía agarrando mi katana con la mano derecha comencé a pegarle mordiscos a la mojada carne, terminando metiéndomelo entero en la boca y comiéndome hasta las espinas. Al cabo de un rato pensando aún tumbado en lo que acababa de hacer, volví a reincorporarme ayudándome de los sacos y de mi espada, tenía más fuerzas que antes, pero todo mi cuerpo seguía temblando y mi mirada continuaba siendo no muy clara… tenía que encontrar un bar lo antes posible .
A los quince minutos andando vislumbré un letrero colgando de un edificio cuadrado, no podía leer lo que ponía en este pero estaba seguro de que dentro había comida, apoyé mi mano en la puerta casi dejándome caer para abrirla, pero esta se encontraba cerrada, instintivamente reaccioné dándole un puñetazo a la puerta ¿Acaso ese era un pueblo fantasma? Tal vez había ido a parar al peor lugar posible… Me senté en el suelo apoyado en la puerta que anteriormente había intentado abrir y miré hacía cielo con cada vez menos esperanzas de seguir viviendo. Cuando iba a bajar la mirada hacía el suelo vi una potente luz provenir de lo que parecía ser un segundo muelle totalmente diferente más allá del que yo había dejado mi pequeño navío. Era la única señal de vida en los alrededores y se encontraba aproximadamente a 1 kilómetro del lugar por el que yo había llegado. No me quedaba otra opción… así que usando las pocas fuerzas que me quedaban en el cuerpo volví a levantarme y di el primer paso hacía aquella dirección, esperaba que aún no fuera mi hora.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Jue 5 Abr 2018 - 21:55}
-¡HEY, TU, DEJA DE HOLGAZANEAR QUE A TRABAJAR HAS VENIDO-
De la nada mientras observaba a la gente, sin molestar a nadie, tan solo volteando a todos lados una estruendosa voz se escucha apenas a unos escasos metros. Un hombre, con un bigote y cejas inmensas que incluso los cabellos sobresalían de la máscara que portaba, al menos de casi dos metros y vestido como yo, se planto ante mi, completamente rojo y enojado por alguna situación que no llegaba a entender. Me sujeto fuertemente con sus dos manos, estaba muy cerca de mi intentando llamar lo menos posible la atención. Pero eso no evito un par de miradas hacía nosotros -¿Acaso me habían descubierto?- Pensé yo, mientras miraba de frente al hombre que me sujetaba firmemente mi indumentaria. Los impulsos no eran parte de mi, pero no me molestaba la idea de dejar a este sujeto inconsciente un par de horas.
-Don Facchino no perdonara a nadie que este holgazaneando, menos cuando yo este al mando. Eres un camarero, ¿no?, sígueme, pequeño vago- Dijo él, tenía un acento bastante extravagante, el cual por poco hacía que diera una gran carcajada que seguramente se escucharía por toda la cubierta. Antes de marchar me dio una pequeña palmada en mi mejilla, odiaba a estos tipos pero por ahora tenía que seguir en mi papel. Le seguí con pasos apresurados, pasamos por varios camarotes adornados con un montón de cosas hasta llegar a lo que era la cocina, donde me obligaron a tomar una pequeña bandeja y repartir tragos para la gente, lo cual me venía muy bien para explorar aquel barquillo lleno de malhechores. Caminando con una gran sonrisa en mi rostro repartía las copas, cada vez me adentraba más en el interior del barco a propósito, con la esperanza de encontrar algo interesante. Sin darme cuenta había repartido todas las copas y no me quedaba ninguna más, pensaba en regresar para dar otro recorrido antes que el tal Don Facchino empezara a gritarme por ahí, pero, de repente la multitud había desaparecido, y al parecer me había metido por un pasillo bastante misterioso.
De pronto, escuché dos personas, ambas portando máscaras y parloteando cosas sin sentido, una conversación bastante vaga. Por instinto me escondí detrás de una pared y decidí seguir a aquellos hombres, si estaban por aquí era muy seguro que pertenecieran a la banda. Agachado, avancé por aquel largo pasillo intentando averiguar a donde se dirigían aquellos rufianes, tal vez atravesamos unos cuantos pasillos hasta que se detuvieron en una puerta, pero más que un camarote parecía ser un pequeño almacén. Ellos se pararon firmemente ahí y no parecía que iban a moverse en un buen rato, así que decidí actuar, no podía dejar que el hombre extravagante sospechara de mí. Di un vistazo rápido antes de ir a la carga, portaban pequeñas armas de fuego, pero no serían ningún problema para mi.
-¡Ooooh, verán, me he perdido. Dios mío, mi primer día como mesero y lo he echado a perder. Don Facchino va a matarme, por favor, se los ruego, por favor, díganme como volver a la gran y esplendorosa cocina!-
Exclame a unos metros de esos hombres llamando su atención, bastante preocupado y dando la impresión de ser alguien con muchos problemas, intentando ser lo más torpe y ridículo posible haciendo extraños movimientos con los brazos. Ellos se miraron entre sí, estaban tan abrumados que no sabían cómo responder a aquella vergonzosa situación que yo había creado intencionalmente. Aproveche aquello para acortar las distancias y que mi acercamiento no fuera sospechoso.
Ambos discutían sobre lo que al parecer iban a hacer a continuación, pero no esperé ni un segundo mas para imbuir mi brazo con Haki y dejar inconsciente al primer hombre con un golpe rápido en la nuca. El instinto del otro hombre lo llevo a intentar sacar su pistola, pero tan solo en unos segundos utilizando mi fruta del diablo y aprovechando la velocidad que esta me otorgaba, logré asestar un gran cabezazo en la nariz del pobre hombre, dejándolo inconsciente en el acto. Después de verificar que no había nadie cerca decidí mirar por una pequeña abertura que había en aquella puerta del almacén, lo que había adentro me había dejado sin aliento. Montones y montones de tesoros permanecían descansando , algunos que otros brillando con mucha intensidad, alumbrando aquella habitación con poca iluminación.
-Don Facchino no perdonara a nadie que este holgazaneando, menos cuando yo este al mando. Eres un camarero, ¿no?, sígueme, pequeño vago- Dijo él, tenía un acento bastante extravagante, el cual por poco hacía que diera una gran carcajada que seguramente se escucharía por toda la cubierta. Antes de marchar me dio una pequeña palmada en mi mejilla, odiaba a estos tipos pero por ahora tenía que seguir en mi papel. Le seguí con pasos apresurados, pasamos por varios camarotes adornados con un montón de cosas hasta llegar a lo que era la cocina, donde me obligaron a tomar una pequeña bandeja y repartir tragos para la gente, lo cual me venía muy bien para explorar aquel barquillo lleno de malhechores. Caminando con una gran sonrisa en mi rostro repartía las copas, cada vez me adentraba más en el interior del barco a propósito, con la esperanza de encontrar algo interesante. Sin darme cuenta había repartido todas las copas y no me quedaba ninguna más, pensaba en regresar para dar otro recorrido antes que el tal Don Facchino empezara a gritarme por ahí, pero, de repente la multitud había desaparecido, y al parecer me había metido por un pasillo bastante misterioso.
De pronto, escuché dos personas, ambas portando máscaras y parloteando cosas sin sentido, una conversación bastante vaga. Por instinto me escondí detrás de una pared y decidí seguir a aquellos hombres, si estaban por aquí era muy seguro que pertenecieran a la banda. Agachado, avancé por aquel largo pasillo intentando averiguar a donde se dirigían aquellos rufianes, tal vez atravesamos unos cuantos pasillos hasta que se detuvieron en una puerta, pero más que un camarote parecía ser un pequeño almacén. Ellos se pararon firmemente ahí y no parecía que iban a moverse en un buen rato, así que decidí actuar, no podía dejar que el hombre extravagante sospechara de mí. Di un vistazo rápido antes de ir a la carga, portaban pequeñas armas de fuego, pero no serían ningún problema para mi.
-¡Ooooh, verán, me he perdido. Dios mío, mi primer día como mesero y lo he echado a perder. Don Facchino va a matarme, por favor, se los ruego, por favor, díganme como volver a la gran y esplendorosa cocina!-
Exclame a unos metros de esos hombres llamando su atención, bastante preocupado y dando la impresión de ser alguien con muchos problemas, intentando ser lo más torpe y ridículo posible haciendo extraños movimientos con los brazos. Ellos se miraron entre sí, estaban tan abrumados que no sabían cómo responder a aquella vergonzosa situación que yo había creado intencionalmente. Aproveche aquello para acortar las distancias y que mi acercamiento no fuera sospechoso.
Ambos discutían sobre lo que al parecer iban a hacer a continuación, pero no esperé ni un segundo mas para imbuir mi brazo con Haki y dejar inconsciente al primer hombre con un golpe rápido en la nuca. El instinto del otro hombre lo llevo a intentar sacar su pistola, pero tan solo en unos segundos utilizando mi fruta del diablo y aprovechando la velocidad que esta me otorgaba, logré asestar un gran cabezazo en la nariz del pobre hombre, dejándolo inconsciente en el acto. Después de verificar que no había nadie cerca decidí mirar por una pequeña abertura que había en aquella puerta del almacén, lo que había adentro me había dejado sin aliento. Montones y montones de tesoros permanecían descansando , algunos que otros brillando con mucha intensidad, alumbrando aquella habitación con poca iluminación.
Ragnar Asborn
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A cada paso que daba un espeluznante escalofrió recorría todo mi cuerpo y el tembloroso ruido de mi espada usada como bastón impregnaba las callas por las que pasaba, mi boca estaba completamente seca y cada vez que intentaba tragar las gotas de saliva que parecía me quedaban, notaba como si la nuez se fuera a subir… teniendo que volver a tragar rápidamente varias veces más para que se disipase aquella extraña sensación. “Ya queda poco” me decía convencido a mí mismo una y otra vez cada 5 metros. A medida que iba avanzando por el camino que unía los dos puertos iba apreciando más y más aquella brillante luz de origen desconocido, en ese mismo momento eso era lo más parecido a un cielo para mí y debía de llegar hasta allí lo más rápido posible se tratase de un bar, un faro, un barco o un incendio. Mientras caminaba, cosas sin sentido iban a pareciéndose en mi cabeza: “Tendría que haberme comido al gato”, “¡Voy a ser el próximo Rey de los Piratas!”, “¡Rasengan!” y por último: “Cuanto mejor peor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el SUYO beneficio político.” Tras esta última afirmación me di cuenta de que ya me encontraba mucho más cerca de mi destino, el cual ya podía identificar, se trataba de un enorme barco, el más grande que había visto en toda mi vida y parecía que cada centímetro de este estuviera aprovechado para que emanara aquella gran luminiscencia. En tierra afirme había un grupo de cuatro personas hablando entre ellos y varios más haciendo cola para entrar al anteriormente mencionado navío, al parecer se estaba celebrando alguna cosa o algo por el estilo… en ese tipo de eventos siempre había mucha comida y bebida, por lo que enseguida se me iluminaron los ojos y comencé a caminar a mayor ritmo, ya quedaba mucho menos de cien metros.
En cuanto me encontraba a unos escasos diez metros de las demás personas prácticamente todos se giraron a mirarme, sin darle mucha importancia seguí caminando recto como una bala hacía la pasarela para acceder al lugar. En cuanto me fijé en una de las caras que me observaba no pude evitar sorprenderme, llevaba mascara… él y todos los demás ahora que me fijaba mejor, quizás era carnaval y no me había enterado, aunque todos iban en pareja… ¿Qué clase de fiesta era aquella? Fui apartando a todos en la cola hasta posicionarme el primero y quedarme delante de un par de gorilas también enmascarados, mirándolos fijamente sin decir nada y creando así un tenso silencio. Uno de ellos llevaba una máscara bastante básica con unas cuantas plumas, mientras que el otro tenía puesta una triangular con aperturas redondas para los ojos y una mitad de color rojo y la otra azul. - Vete de aquí vagabundo, no queremos borrachos. – Dijo el último con un tono no muy amigable. - El jefe nos matará si montamos una escena, sácalo de aquí. - Añadió el otro de forma inquisitiva. Inmediatamente el de la máscara triangular puso su mano derecha sobre mi hombro izquierdo en señal hostil, antes de que pudiera hacer nada, pronuncié como pude unas palabras acompañadas de una fija mirada que hicieron que se creara un silencio incluso más tenso que el anterior. – Aparta, yo… quiero carne…
En el mismo instante que el guardia iba a romper aquel momento aparentemente interminable dándome un puñetazo para tirarme al mar, una masculina y firme voz a sus espaldas proveniente de la cubierta del barco interrumpió por completo la acción, mostrando cierto grado de liderazgo y respeto. -¡Detente! – Exclamó en un tono calmado al mismo tiempo que sus pasos iban dejando constancia en el metal de su descenso hacía nuestra posición. Yo no pude evitar sonreír, en aquel estado no podría haber esquivado ni parado aquel golpe. – No podéis ser más estúpidos ¿Enserio creéis que un simple vagabundo iba a llevar consigo tres espadas? – Tras estas últimas palabras, pude ver al hombre. Era alguien alto y delgado, de un metro noventa aproximadamente y unos setenta kilos de peso, llevaba un traje marrón con una camisa negra debajo, vestía con corbata y unos tirantes también marrones, tenía un acento ligeramente Italiano e iba gesticulando prácticamente cada palabra que decía. Llevaba una máscara negra de pantera y a pesar de ocultar su rostro con esta portaba un sombrero a cuadros del mismo color que su traje. – Esa persona es alguien famoso, no un borracho de tres al cuarto, un invitado de honor. – En el mismo momento que la palabra “famoso” surgió de la boca de aquel hombre, toda la gente comenzó a hablar entre si, creando de esa manera un ruido incesante de fondo. - Así que apártate ahora mismo y déjale pasar. – Cada palabra que decía parecía más por el tono una sugerencia, una conversación amigable que lo que realmente era: una orden. Ambos individuos se hicieron a un lado sin rechistar dejándome pasar y haciendo que me encontrase de frente con la persona que me había salvado la vida. – Bienvenido Ragnar, se quién eres, se lo que has hecho, al fin y al cabo una recompensa de nueve cifras no pasa desapercibida así como así… No tienes de que preocuparte, soy amigo… mi nombre es Dia’n Gellico y soy el segundo al mando de esta pequeña y humilde celebración, es todo un gusto el conocerte. – Terminó diciendo al mismo tiempo que extendía su mano hacía mi con intenciones de saludarme, en ese mismo movimiento la manga de su brazo se tiró para atrás, dejando al aire un tatuaje de lo que parecía ser un lobo. Yo no respondí, simplemente respiraba casi jadeando por la boca a causa del esfuerzo que había hecho para llegar hasta allí, alcé la extremidad opuesta a la que me había ofrecido aceptando el apretón de manos y lo miré fijamente con unas ganas inmensas de subir y comenzar a comer. - No tienes muy buen aspecto, pareces estar hambriento y sediento, además llevas una gran cantidad de suciedad contigo y… una gamma no muy agradable de olores los cuales son asombrosamente parecidos al del pescado podrido… pero lo más importante… ¡No llevas máscara! Ven conmigo, te prepararemos de forma adecuada para la fiesta, pero hazme un favor y pon a esa espada con las demás, no queremos que a nadie le dé un infarto. – Al instante de decir aquello se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a la cubierta, yo sin pensármelo dos veces lo seguí de forma apresurada guardando a Bagami de nuevo en mi cintura, ese lugar me olía peor por momentos, pero ya no me quedaban más alternativas.
En cuanto me encontraba a unos escasos diez metros de las demás personas prácticamente todos se giraron a mirarme, sin darle mucha importancia seguí caminando recto como una bala hacía la pasarela para acceder al lugar. En cuanto me fijé en una de las caras que me observaba no pude evitar sorprenderme, llevaba mascara… él y todos los demás ahora que me fijaba mejor, quizás era carnaval y no me había enterado, aunque todos iban en pareja… ¿Qué clase de fiesta era aquella? Fui apartando a todos en la cola hasta posicionarme el primero y quedarme delante de un par de gorilas también enmascarados, mirándolos fijamente sin decir nada y creando así un tenso silencio. Uno de ellos llevaba una máscara bastante básica con unas cuantas plumas, mientras que el otro tenía puesta una triangular con aperturas redondas para los ojos y una mitad de color rojo y la otra azul. - Vete de aquí vagabundo, no queremos borrachos. – Dijo el último con un tono no muy amigable. - El jefe nos matará si montamos una escena, sácalo de aquí. - Añadió el otro de forma inquisitiva. Inmediatamente el de la máscara triangular puso su mano derecha sobre mi hombro izquierdo en señal hostil, antes de que pudiera hacer nada, pronuncié como pude unas palabras acompañadas de una fija mirada que hicieron que se creara un silencio incluso más tenso que el anterior. – Aparta, yo… quiero carne…
En el mismo instante que el guardia iba a romper aquel momento aparentemente interminable dándome un puñetazo para tirarme al mar, una masculina y firme voz a sus espaldas proveniente de la cubierta del barco interrumpió por completo la acción, mostrando cierto grado de liderazgo y respeto. -¡Detente! – Exclamó en un tono calmado al mismo tiempo que sus pasos iban dejando constancia en el metal de su descenso hacía nuestra posición. Yo no pude evitar sonreír, en aquel estado no podría haber esquivado ni parado aquel golpe. – No podéis ser más estúpidos ¿Enserio creéis que un simple vagabundo iba a llevar consigo tres espadas? – Tras estas últimas palabras, pude ver al hombre. Era alguien alto y delgado, de un metro noventa aproximadamente y unos setenta kilos de peso, llevaba un traje marrón con una camisa negra debajo, vestía con corbata y unos tirantes también marrones, tenía un acento ligeramente Italiano e iba gesticulando prácticamente cada palabra que decía. Llevaba una máscara negra de pantera y a pesar de ocultar su rostro con esta portaba un sombrero a cuadros del mismo color que su traje. – Esa persona es alguien famoso, no un borracho de tres al cuarto, un invitado de honor. – En el mismo momento que la palabra “famoso” surgió de la boca de aquel hombre, toda la gente comenzó a hablar entre si, creando de esa manera un ruido incesante de fondo. - Así que apártate ahora mismo y déjale pasar. – Cada palabra que decía parecía más por el tono una sugerencia, una conversación amigable que lo que realmente era: una orden. Ambos individuos se hicieron a un lado sin rechistar dejándome pasar y haciendo que me encontrase de frente con la persona que me había salvado la vida. – Bienvenido Ragnar, se quién eres, se lo que has hecho, al fin y al cabo una recompensa de nueve cifras no pasa desapercibida así como así… No tienes de que preocuparte, soy amigo… mi nombre es Dia’n Gellico y soy el segundo al mando de esta pequeña y humilde celebración, es todo un gusto el conocerte. – Terminó diciendo al mismo tiempo que extendía su mano hacía mi con intenciones de saludarme, en ese mismo movimiento la manga de su brazo se tiró para atrás, dejando al aire un tatuaje de lo que parecía ser un lobo. Yo no respondí, simplemente respiraba casi jadeando por la boca a causa del esfuerzo que había hecho para llegar hasta allí, alcé la extremidad opuesta a la que me había ofrecido aceptando el apretón de manos y lo miré fijamente con unas ganas inmensas de subir y comenzar a comer. - No tienes muy buen aspecto, pareces estar hambriento y sediento, además llevas una gran cantidad de suciedad contigo y… una gamma no muy agradable de olores los cuales son asombrosamente parecidos al del pescado podrido… pero lo más importante… ¡No llevas máscara! Ven conmigo, te prepararemos de forma adecuada para la fiesta, pero hazme un favor y pon a esa espada con las demás, no queremos que a nadie le dé un infarto. – Al instante de decir aquello se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a la cubierta, yo sin pensármelo dos veces lo seguí de forma apresurada guardando a Bagami de nuevo en mi cintura, ese lugar me olía peor por momentos, pero ya no me quedaban más alternativas.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Vie 6 Abr 2018 - 22:27}
Por azares del destino me encontraba yo en una isla cualquiera sin mucho mas que hacer que beber en una taberna de mala muerte, entre sorbo y sorbo del peor whisky que he probado en mi vida rebuscaba entre mis pertenencias la bolsita donde guardo los pocos berris que poseo.
20... 30... 40... no creo que sea suficiente para comprar un pasaje en el ferry...
Hablaba conmigo mismo mientras contaba mis escasos fondos a los que tendría que descontar luego el trago que estaba tomando.
(¿quizás pueda asaltar un banco?) pensaba mientras zarandeaba mi cabeza por lo ridículo de la situación, cuando un tipo se sentó a mi lado y por un rato me mantuvo vigilado, aun que trato de ocultarlo bastante bien (¿que quiere este? ¿robarme?) me cuestione a mi mismo (no creo, tengo una miseria frente a sus ojos). pensé.
El hombre misterioso seguía observándome de cerca, cada vez era menos y menos cuidadoso con sus movimientos y francamente ya comenzaba a irritarme.
He, amigo. me dirigí al tipo misterioso al tiempo que me ponía de pie zarandeándome ya que estaba un poco ebrio pareces tener especial interés en mi o en mis pertenecías, agradecería amablemente que... no pude terminar la frase, pues de inmediato el hombre frente a mi me golpeo lanzándome un par de metros hasta aterrizar sobre una par de barriles que cumplían el rol de mesas dentro de la taberna, debido a este golpe quede cubierto de mal licor y cenizas de tabaco.
¡¡¡GENIAL, FABULOSO!!! rugí furioso mientras me levantaba y sacudía la solapa de mi chaqueta con lo que me gusta esta prenda... el hombre que recién me golpeo se colocaba en posición de pelea frente a mi, pero yo seguía a lo mio Puedo perdonar tu impertinencia al atacarme mientras hablo, pero hoy no, hoy no puedo... perdonar... ¡¡¡QUE ARRUINES MI ROPAAAA!!! de inmediato y lanzando un grito atronador corrí hacia aquel hombre y un segundo después estaba cara a cara con el, golpeando con mi puño derecho en su nariz, acto seguido viendo como salia volando por el impacto hasta aterrizar al otro lado de la taberna, hundido en la pared con medio cuerpo asombando a la calle.
Fiuuuuhhh Espire profundamente para serenarme, me había dejado llevar y a causa de eso puede que hubiera matado a un tipo en un bar, vale que el me ataco primero pero no era excusa para acabar con su existencia.
Rasque mi nuca con la mano derecha mientras me acercaba a comprobar su situación pero antes de decir nada el hombre como si no hubiera ocurrido nada hace unos segundos se sacudió y salio del agujero en la pared, aparentemente intacto.
Ese ha sido... un buen derechazo Dijo el hombre misterioso mientras se incorporaba y frotaba su nariz Un poco mas y me la rompes.
El hombre misterioso levanto con el pie una de las sillas caidas y la hizo rodar por el suelo hasta quedarse perfectamente colocada frente a un barril sientate, tomemos algo dijo mientras se sentaba y me indicaba con un rapido movimiento de cabeza que le acompañara.
Dude por un segundo pero decidí ser cortes, aquel hombre soporto sin problemas un golpe directo a la cara, eso era digno de alago y me apetecía beber con el por lo que imitando sus movimientos yo tambien coloce una silla frente al barril y me sente con el.
Impresionante argumento el hombre sabia que algo en ti era interesante, déjame invitarte a un trago. Aquel hombre llamo al camarero con un silbido y este llego raudo a su llamado saltando por encima de la barra, parecía tenerle un especial miedo a aquel tipo misterioso.
El hombre misterioso pidió una botella de whisky, lo que en principio me desilusiono ya que sabia lo malo que era, pero mi expectativas cambiaron cuando vi al barman sacar de un pequeño armario una fabulosa botella que parecía muy cara.
Veo que eres un V.I.P en este establecimiento le dije al hombre mientras probaba un trago de ese alcohol, era bueno.
Soy un V.I.P en toda la isla y esta... se arremango la manga de su camisa y me mostró el tatuaje de alguna especie de lobo es mi entrada, la entrada que cualquier hombre con habilidades y falto de berris desea tener aquí.
¿HOJO?.... ¿con que cualquiera? dije esbozando una sonrisa.
Bueno, cualquiera con la suficiente inteligencia. respondió secamente el hombre, como si hubiera visto claramente mi intento de alterarlo se que te faltan los fondos siguió hablando ignorando mi provocación eso salta a la vista, pero por lo que he comprobado también tienes la actitudes.
¿Me esta ofreciendo un tatuaje señor V.I.P? expuse mientras de un trago terminaba mi bebida.
Te ofrezco la oportunidad de obtenerlo... dijo el hombre y espero en silencio a que terminada de beber.
No me interesa... respondí al tiempo que dejaba el baso boca abajo sobre la mesa y me levantaba llevándome mi petate al hombro gracias por el trago.
Ya me estaba dirigiendo a la salida cuando el hombre se incorporo rápidamente y me sujeto del hombro por favor reconsiderarlo me dijo nos falta gente capacitada remarco el hombre.
Me sorprendió su insistencia, apenas si me conocía y solo sabia de mi que golpeaba bien ¿por que se exigía tanto a si mismo para reclutar a un don nadie como yo? no es como si su oferta no me beneficiara si la aceptara, pero unirme a el y su grupo significaba que seguramente debería permanecer en aquella isla un buen tiempo, quizás indefinidamente y esa no era una opción para mi, por mis propias razones tenia que tener libertad para moverme y viajar.
Esta noche tendremos una fiesta en el puerto, en un barco... interrumpió mis pensamientos aquel hombre mis compañeros asistirán y tendremos buen alcohol que beber, puedes venir y tomarte unos tragos siguió insistiendo sin compromisos ajunto.
Dude por unos segundos lo que debería hacer, es cierto que no tengo nada mejor que hacer pero no soy tan tonto como para aceptar una invitación tan rara de alguien de quien incluso desconozco el nombre, pero... lo del barco me llamo la atención, estoy sin dinero y sin expectativas de obtener mas en un tiempo son pocas, si el barco donde se hace la fiesta es lo bastante grande quizás pueda aprovecharme de ello... un bote por aquí, unos suministros de la bodega... hasta la mañana siguiente nadie los echaría de menos... OK, decidido entonces.
Sabes que, al diablo iré a tu fiesta, espero que tengas buen alcohol. le respondí esbozando una sonrisa amistosa de oreja a oreja para ocultar mis secretas intenciones.
Fabuloso expreso el hombre alegre, quizás demasiado alegre le-le espero esta noche ^^ casi saltando en el sitio el hombre misterioso sonrió, junto sus manos y jugo con sus dedos un segundo... un escalofrió recorrió mi espalda pero no puede ir con ese atuendo... no es que le quede mal, al contrario... pero es una fiesta elegante debe ir de etiqueta... claro no tienes dinero que estúpido soy.
El hombre serio frente a mi cambio radicalmente de comportamiento, hablando aceleradamente mientras jugaba con sus dedos y desviando la mirada cuando sus ojos se encontraban con los míos... .No sabia por que pero estaba seguro de que me arrepentiría mas adelante de mi decisión de acudir a la fiesta.
Después de unos minutos escuchando la verborrea de aquel hombre por fin termino de hablar y se fue, no sin antes darme dinero para comprar un traje y una mascara en una tienda cercana y la entrada a la fiesta, cuando se alejaba me saludo enérgicamente con la mano y puedo jurar que corrió dirección al puerto dando saltitos...
¿En... en que me acabo de meter? me pregunte a mi mismo mientras veía a aquel extraño hombre corriendo por la calle.
Mire el dinero en mi mano, tenia lo suficiente para un billete de ferry por lo que no tendría que cumplir mi compromiso con aquel extraño hombre misterioso, no tendría por que pero... ¿hum...? mire mis ropas deprimiendome por el estado raído y desgastado de estas (la verdad es que se me antoja un traje nuevo y no es propio de mi faltar a mi palabra... ) pensaba, casi debatiéndome lo que debía hacer.
Mas al final termine cediendo a mis instintos de sastre y termine entrando a la tienda donde compre el traje y una mascara azul de algún animal marino Bueno, quien lo diría, tengo planes para esta noche.
20... 30... 40... no creo que sea suficiente para comprar un pasaje en el ferry...
Hablaba conmigo mismo mientras contaba mis escasos fondos a los que tendría que descontar luego el trago que estaba tomando.
(¿quizás pueda asaltar un banco?) pensaba mientras zarandeaba mi cabeza por lo ridículo de la situación, cuando un tipo se sentó a mi lado y por un rato me mantuvo vigilado, aun que trato de ocultarlo bastante bien (¿que quiere este? ¿robarme?) me cuestione a mi mismo (no creo, tengo una miseria frente a sus ojos). pensé.
El hombre misterioso seguía observándome de cerca, cada vez era menos y menos cuidadoso con sus movimientos y francamente ya comenzaba a irritarme.
He, amigo. me dirigí al tipo misterioso al tiempo que me ponía de pie zarandeándome ya que estaba un poco ebrio pareces tener especial interés en mi o en mis pertenecías, agradecería amablemente que... no pude terminar la frase, pues de inmediato el hombre frente a mi me golpeo lanzándome un par de metros hasta aterrizar sobre una par de barriles que cumplían el rol de mesas dentro de la taberna, debido a este golpe quede cubierto de mal licor y cenizas de tabaco.
¡¡¡GENIAL, FABULOSO!!! rugí furioso mientras me levantaba y sacudía la solapa de mi chaqueta con lo que me gusta esta prenda... el hombre que recién me golpeo se colocaba en posición de pelea frente a mi, pero yo seguía a lo mio Puedo perdonar tu impertinencia al atacarme mientras hablo, pero hoy no, hoy no puedo... perdonar... ¡¡¡QUE ARRUINES MI ROPAAAA!!! de inmediato y lanzando un grito atronador corrí hacia aquel hombre y un segundo después estaba cara a cara con el, golpeando con mi puño derecho en su nariz, acto seguido viendo como salia volando por el impacto hasta aterrizar al otro lado de la taberna, hundido en la pared con medio cuerpo asombando a la calle.
Fiuuuuhhh Espire profundamente para serenarme, me había dejado llevar y a causa de eso puede que hubiera matado a un tipo en un bar, vale que el me ataco primero pero no era excusa para acabar con su existencia.
Rasque mi nuca con la mano derecha mientras me acercaba a comprobar su situación pero antes de decir nada el hombre como si no hubiera ocurrido nada hace unos segundos se sacudió y salio del agujero en la pared, aparentemente intacto.
Ese ha sido... un buen derechazo Dijo el hombre misterioso mientras se incorporaba y frotaba su nariz Un poco mas y me la rompes.
El hombre misterioso levanto con el pie una de las sillas caidas y la hizo rodar por el suelo hasta quedarse perfectamente colocada frente a un barril sientate, tomemos algo dijo mientras se sentaba y me indicaba con un rapido movimiento de cabeza que le acompañara.
Dude por un segundo pero decidí ser cortes, aquel hombre soporto sin problemas un golpe directo a la cara, eso era digno de alago y me apetecía beber con el por lo que imitando sus movimientos yo tambien coloce una silla frente al barril y me sente con el.
Impresionante argumento el hombre sabia que algo en ti era interesante, déjame invitarte a un trago. Aquel hombre llamo al camarero con un silbido y este llego raudo a su llamado saltando por encima de la barra, parecía tenerle un especial miedo a aquel tipo misterioso.
El hombre misterioso pidió una botella de whisky, lo que en principio me desilusiono ya que sabia lo malo que era, pero mi expectativas cambiaron cuando vi al barman sacar de un pequeño armario una fabulosa botella que parecía muy cara.
Veo que eres un V.I.P en este establecimiento le dije al hombre mientras probaba un trago de ese alcohol, era bueno.
Soy un V.I.P en toda la isla y esta... se arremango la manga de su camisa y me mostró el tatuaje de alguna especie de lobo es mi entrada, la entrada que cualquier hombre con habilidades y falto de berris desea tener aquí.
¿HOJO?.... ¿con que cualquiera? dije esbozando una sonrisa.
Bueno, cualquiera con la suficiente inteligencia. respondió secamente el hombre, como si hubiera visto claramente mi intento de alterarlo se que te faltan los fondos siguió hablando ignorando mi provocación eso salta a la vista, pero por lo que he comprobado también tienes la actitudes.
¿Me esta ofreciendo un tatuaje señor V.I.P? expuse mientras de un trago terminaba mi bebida.
Te ofrezco la oportunidad de obtenerlo... dijo el hombre y espero en silencio a que terminada de beber.
No me interesa... respondí al tiempo que dejaba el baso boca abajo sobre la mesa y me levantaba llevándome mi petate al hombro gracias por el trago.
Ya me estaba dirigiendo a la salida cuando el hombre se incorporo rápidamente y me sujeto del hombro por favor reconsiderarlo me dijo nos falta gente capacitada remarco el hombre.
Me sorprendió su insistencia, apenas si me conocía y solo sabia de mi que golpeaba bien ¿por que se exigía tanto a si mismo para reclutar a un don nadie como yo? no es como si su oferta no me beneficiara si la aceptara, pero unirme a el y su grupo significaba que seguramente debería permanecer en aquella isla un buen tiempo, quizás indefinidamente y esa no era una opción para mi, por mis propias razones tenia que tener libertad para moverme y viajar.
Esta noche tendremos una fiesta en el puerto, en un barco... interrumpió mis pensamientos aquel hombre mis compañeros asistirán y tendremos buen alcohol que beber, puedes venir y tomarte unos tragos siguió insistiendo sin compromisos ajunto.
Dude por unos segundos lo que debería hacer, es cierto que no tengo nada mejor que hacer pero no soy tan tonto como para aceptar una invitación tan rara de alguien de quien incluso desconozco el nombre, pero... lo del barco me llamo la atención, estoy sin dinero y sin expectativas de obtener mas en un tiempo son pocas, si el barco donde se hace la fiesta es lo bastante grande quizás pueda aprovecharme de ello... un bote por aquí, unos suministros de la bodega... hasta la mañana siguiente nadie los echaría de menos... OK, decidido entonces.
Sabes que, al diablo iré a tu fiesta, espero que tengas buen alcohol. le respondí esbozando una sonrisa amistosa de oreja a oreja para ocultar mis secretas intenciones.
Fabuloso expreso el hombre alegre, quizás demasiado alegre le-le espero esta noche ^^ casi saltando en el sitio el hombre misterioso sonrió, junto sus manos y jugo con sus dedos un segundo... un escalofrió recorrió mi espalda pero no puede ir con ese atuendo... no es que le quede mal, al contrario... pero es una fiesta elegante debe ir de etiqueta... claro no tienes dinero que estúpido soy.
El hombre serio frente a mi cambio radicalmente de comportamiento, hablando aceleradamente mientras jugaba con sus dedos y desviando la mirada cuando sus ojos se encontraban con los míos... .No sabia por que pero estaba seguro de que me arrepentiría mas adelante de mi decisión de acudir a la fiesta.
Después de unos minutos escuchando la verborrea de aquel hombre por fin termino de hablar y se fue, no sin antes darme dinero para comprar un traje y una mascara en una tienda cercana y la entrada a la fiesta, cuando se alejaba me saludo enérgicamente con la mano y puedo jurar que corrió dirección al puerto dando saltitos...
¿En... en que me acabo de meter? me pregunte a mi mismo mientras veía a aquel extraño hombre corriendo por la calle.
Mire el dinero en mi mano, tenia lo suficiente para un billete de ferry por lo que no tendría que cumplir mi compromiso con aquel extraño hombre misterioso, no tendría por que pero... ¿hum...? mire mis ropas deprimiendome por el estado raído y desgastado de estas (la verdad es que se me antoja un traje nuevo y no es propio de mi faltar a mi palabra... ) pensaba, casi debatiéndome lo que debía hacer.
Mas al final termine cediendo a mis instintos de sastre y termine entrando a la tienda donde compre el traje y una mascara azul de algún animal marino Bueno, quien lo diría, tengo planes para esta noche.
Ragnar Asborn
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A cada paso que daba más gente posaba sobre mí su mirada, sin el apoyo de Bagami no podía caminar tan bien, mi equilibrio era pésimo… parecía que fuera a caerme en cada movimiento que realizaba e iba apoyándome como podía en todo lo que me rodeaba, tanto en las lujosas columnas posiblemente hechas de mármol blanco como en las mismas paredes negras llenas de luces de colores que nos separaban del mar, incluso en algún hombro que otro ignorando por completo las quejas posteriores, a los 100 pasos nos adentramos en un pasillo algo aislado del resto del barco y totalmente blanco con unas cuantas puertas de tamaño normal y forma de prisma, hechas todas del mismo material que las columnas. – Lo primero es lo primero, por tu forma de respirar y… de andar, deduzco que llevas días, incluso me atrevería a decir semanas sin comida ni bebida y eso… es algo inaceptable. - Al finalizar esas palabras se paró delante de la tercera puerta y se volteó hacía mi, yo simplemente asentí con la cabeza también parado. Tras aquella acción apoyó su mano sobre la puerta y empujó, abriéndola y haciéndome un gesto con el otro brazo de “adelante”, me puse lo más rígido que pude y entré en la habitación de la forma más rápida posible dadas mis condiciones. Al ver su contenido no pude evitar sonreír enormemente y quedarme inmóvil durante un segundo… ¡ESTABA LLENA DE COMIDA! Había una gran mesa rectangular con capacidad de unas cien personas en el centro de la sala ocupando prácticamente todo el espacio, los huecos que quedaban eran los justo para poder sentarse en las sillas. Toda la habitación estaba hecha también de mármol blanco, exceptuando las redondas botellas de vino colocadas estratégicamente sobre la mesa, el mantel negro y las servilletas rojas de seda puestas delante de cada silla con su respectiva copa y vaso de reluciente y puro cristal. No había ningún tipo de decorado ni ventana, toda la atención estaba centrada en los espectaculares y variados manjares situados sobre la mesa, en cuanto procesé aquella información me abalancé famélico sobre el primer plato que vi: una especie de ave asada recubierta con una espesa salsa amarillenta. Mientras con una mano me lo comía ya estaba abriendo con la otra una botella de vino, terminándola de un trago en cuanto logré retirar el corcho, ese proceso se repitió cuatro o cinco veces, hasta llegar al punto de no poder comer ni beber un solo gramo más. El tal Dia’n Gellico fue hablando desde la puerta con ese tono amigable que había utilizado hasta el momento mientras yo me encontraba rellenando los depósitos. – Este lugar es lo VIP de lo VIP, los cocineros que han realizado los platos que estás degustando han venido desde muy lejos para estar aquí esta gran noche, los ingredientes son de primerísima calidad, totalmente frescos… sin lugar alguna los mejores. Dime, si podemos permitirnos lo mejor... ¿Por qué no tenerlo? Hay quien dice que el dinero no da la felicidad… humildemente yo creo que AYUDA a conseguirla. Tú felicidad ahora mismo es la comida, la bebida, y es el dinero quien ha podido saciar esa necesidad, aunque no hayas comido billetes.
Justamente cuando le puso el punto final a aquella frase yo terminé con el último trozo de carne que mi cuerpo era capaz de aguantar, en ese mismo instante nuestras miradas se cruzaron, mi visión iba mejorando por momentos, al igual que el resto de sentidos aunque aún no estuviesen en su mejor momento. Separé mi cuerpo de la mesa y me limpié las manos con una de las servilletas mientras me ponía mirando hacía él, preparando mi aún cansada voz para lo que quería decir. - ¿Por qué me ayudas? - Tras mi respuesta el hombre comenzó a adentrarse lentamente en la habitación, cogiendo una de las copas de la mesa y sirviéndose algo de vino. - ¿Sabes? Esta habitación estaba reservada desde hace ya meses por un gran grupo de gente importante, viejos amigos a los que personalmente conozco desde hace tiempo. Pero no se han presentado, desagradecidos… - Dijo con un tono más serio mientras apretaba con algo más de fuerza la copa que sujetaba, seguidamente levantó ligeramente la mascara por abajo y dio un breve trago de vino, dejando ver su su afeitada y marcada barbilla. – Hay gente en este mundo que no sabe ser agradecida, que no ven el esfuerzo que los demás hacen por ellos ni entienden el autentico significado de los sacrificios. “Piratas” la única facción en este basto y ancho mundo que no decide el nombre por el que es llamado, sino que los demás los acaban bautizando así. Ya sea por ser unos bandidos o simplemente ir en contra de las ideas del gobierno mundial… ¿¡ Y QUIEN PUEDE ESTAR DE ACUERDO CON LAS IDEAS DE ESA SUCIA ORGANIZACIÓN!? – Gritó de una forma exagerada y rebosante de convicción la cual retumbó con fuerza por toda la habitación. - ¡Un gobierno que está de acuerdo con las clases sociales, con la pobreza, un gobierno que se hace el ciego ante el tráfico de esclavos y la tirana distribución de poderío en ciertas tierras… un gobierno cuyo las propias filas de su ejercito rebosan más sed de pelea y venganza que la mayoría de “Piratas”. La gente es desagradecida, tachan de malévolos y ponen precio a la cabeza de quienes se revelan contra el yugo que ata a todo el pueblo, a quienes sacrifican su vida en busca de la autéintica libertad. Nosotros dos nos parecemos en una cosa Ragnar: ambos somos sacrificadores rodeados de desagradecidos – Cuando terminó de hablar volvió a dar otro trago de su copa y la dejó en la mesa, seguidamente volvió a colocarse bien la mascara y miró hacia mi esperando una respuesta, yo estaba sonriendo, acumulando fuerzas para hablar el máximo de tiempo posible. – No todo es negro o blanco, no todos los piratas somos buenos ni todos los marines son malos y me temo que mucho menos al revés. La marina no es una mala organización, pero tampoco una buena… al igual que hay gente poderosa dentro de esta luchando por la “oscuridad” estoy seguro de que también habrá muchos héroes luchando por la luz, y mientras esa luz siga existiendo… el alma de la idea también lo hará. – Tras aquello no pude evitar engrandar mi sonrisa, esperando una reacción por su parte. Casi al instante comenzó a reír cada vez con más fuerza, para unos siete segundos después responderme con de nuevo aquél amigable tono de voz. – No puedo creer que hayas podido pronunciar más de diez palabras seguidas tan solo un instante después de comer, se nota que eres fuerte. Hoy en día uno no se encuentra con personas fuertes cuando va caminando por la calle, a personas con esa intensa aura de vida rodeándoles.¿Dime Ragnar, te interesaría unirte a mi humilde banda?
Justamente cuando le puso el punto final a aquella frase yo terminé con el último trozo de carne que mi cuerpo era capaz de aguantar, en ese mismo instante nuestras miradas se cruzaron, mi visión iba mejorando por momentos, al igual que el resto de sentidos aunque aún no estuviesen en su mejor momento. Separé mi cuerpo de la mesa y me limpié las manos con una de las servilletas mientras me ponía mirando hacía él, preparando mi aún cansada voz para lo que quería decir. - ¿Por qué me ayudas? - Tras mi respuesta el hombre comenzó a adentrarse lentamente en la habitación, cogiendo una de las copas de la mesa y sirviéndose algo de vino. - ¿Sabes? Esta habitación estaba reservada desde hace ya meses por un gran grupo de gente importante, viejos amigos a los que personalmente conozco desde hace tiempo. Pero no se han presentado, desagradecidos… - Dijo con un tono más serio mientras apretaba con algo más de fuerza la copa que sujetaba, seguidamente levantó ligeramente la mascara por abajo y dio un breve trago de vino, dejando ver su su afeitada y marcada barbilla. – Hay gente en este mundo que no sabe ser agradecida, que no ven el esfuerzo que los demás hacen por ellos ni entienden el autentico significado de los sacrificios. “Piratas” la única facción en este basto y ancho mundo que no decide el nombre por el que es llamado, sino que los demás los acaban bautizando así. Ya sea por ser unos bandidos o simplemente ir en contra de las ideas del gobierno mundial… ¿¡ Y QUIEN PUEDE ESTAR DE ACUERDO CON LAS IDEAS DE ESA SUCIA ORGANIZACIÓN!? – Gritó de una forma exagerada y rebosante de convicción la cual retumbó con fuerza por toda la habitación. - ¡Un gobierno que está de acuerdo con las clases sociales, con la pobreza, un gobierno que se hace el ciego ante el tráfico de esclavos y la tirana distribución de poderío en ciertas tierras… un gobierno cuyo las propias filas de su ejercito rebosan más sed de pelea y venganza que la mayoría de “Piratas”. La gente es desagradecida, tachan de malévolos y ponen precio a la cabeza de quienes se revelan contra el yugo que ata a todo el pueblo, a quienes sacrifican su vida en busca de la autéintica libertad. Nosotros dos nos parecemos en una cosa Ragnar: ambos somos sacrificadores rodeados de desagradecidos – Cuando terminó de hablar volvió a dar otro trago de su copa y la dejó en la mesa, seguidamente volvió a colocarse bien la mascara y miró hacia mi esperando una respuesta, yo estaba sonriendo, acumulando fuerzas para hablar el máximo de tiempo posible. – No todo es negro o blanco, no todos los piratas somos buenos ni todos los marines son malos y me temo que mucho menos al revés. La marina no es una mala organización, pero tampoco una buena… al igual que hay gente poderosa dentro de esta luchando por la “oscuridad” estoy seguro de que también habrá muchos héroes luchando por la luz, y mientras esa luz siga existiendo… el alma de la idea también lo hará. – Tras aquello no pude evitar engrandar mi sonrisa, esperando una reacción por su parte. Casi al instante comenzó a reír cada vez con más fuerza, para unos siete segundos después responderme con de nuevo aquél amigable tono de voz. – No puedo creer que hayas podido pronunciar más de diez palabras seguidas tan solo un instante después de comer, se nota que eres fuerte. Hoy en día uno no se encuentra con personas fuertes cuando va caminando por la calle, a personas con esa intensa aura de vida rodeándoles.¿Dime Ragnar, te interesaría unirte a mi humilde banda?
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Dom 8 Abr 2018 - 18:25}
Inspiré profundamente y abrí los ojos, viendo a la dama ante mí. La música había comenzado a sonar y me cogió una mano para acompañarle en el baile. Intenté seguir sus pasos lo mejor que pude, pero noté al instante que mi falta de práctica estaba pasando factura a la actuación. Dejé que el ritmo nos llevara por un poco más, y aproveché un leve receso para interrumpir el baile. Me acerqué a su oído y le susurré las palabras que cualquier mujer querría escuchar.
-¿Te queda mucho? Empiezo a aburrirme- separé levemente la cabeza y noté cómo la chica me miraba a través de la máscara, con los ojos clavados en los míos. Un amago de sonrisa pareció reflejarse en la parte visible de su cara, y me pisó con uno de sus tacones.
-Eres un capullo. ¿Tanto se notaba?
Lossie se recogió el pelo y me indicó un lugar apartado de la zona de baile. La seguí y no tardamos en colocarnos en un lugar más apto para conversar.
-¿Tantas ganas tenías de bailar?- le dije llevándome una mano a la barbilla, en tono reflexivo.
-No- dijo secamente, y cambió de tema. -Pero había que aparentar, recuerda que esto es una fiesta y nosotros tenemos que ser nobles. -miró alrededor, levantando la nariz. -Ugh, creo que alguno de los presentes debería ser más consciente de esto y dignarse a darse una ducha de vez en cuando. Incluso lavarse en el río le vendría bien.
Asentí con la cabeza al instante al notar el olor, que se disipó rápidamente.
-¿Y bien? ¿Sabes algo?- dije apoyándome en una barandilla cercana- Esto de disfrutar de la fiesta está bien, pero...- levanté la cabeza mirando a las personas que se paseaban por allí. La mayoría serían de esa organización criminal, personas a las que no le importaba jugar con la vida de los demás. Y nobles a los que no les importaba confabularse con aquellas ratas, que eran capaces de cualquier cosa por tener beneficios. Noté que tenía el puño cerrado y un rastro de vapor comenzaba a salir de mi piel a causa de Borg, y me obligué a pensar en otra cosa.
-Dios, odio esto- por suerte no tardé en recordar algo que, aunque todo saliese mal, siempre me daba esperanza para continuar. -¿Has visto a alguno de mis nakamas? Al fin y al cabo, por eso es que estoy aquí hoy.
Lossie asintió lentamente, y noté que me miraba de forma extraña, seguramente por aquella reacción. -Creo... creo que podría haber alguno aquí hoy. El problema es que, si sabe lo que se hace, estará bien protegido por una máscara y una identidad falsa.
Asentí con la cabeza y miré a una especie de puerta en un lateral del barco.
-Cúbreme aquí, iré a investigar por el interior.
Me acerqué a la puerta, aprovechando el entretenido paseo para chocar con un hombre y conseguir prestados un reloj de bolsillo y un bonito saquito marrón, tejido a mano y con una decente cantidad de berries. ¿A quién se le ocurría traer tanto dinero en el bolsillo lateral del traje? No era nada seguro. En el fondo le estaba haciendo un favor.
Continué, atravesando la puerta y descendiendo unas escaleras, hasta llegar a una extraña habitación. Miré hacia el lateral y no pude evitar esconderme tras una columna por la sorpresa.
Varios cuerpos humanos yacían en el suelo, seguramente inconscientes. Intenté sofocar el sonido de mi respiración, pero al instante noté que había otra persona en la habitación. La luz de un candil reflejó una sombra en la pared y me llevé una mano a una de mis espadas, esperando lo peor.
-¿Te queda mucho? Empiezo a aburrirme- separé levemente la cabeza y noté cómo la chica me miraba a través de la máscara, con los ojos clavados en los míos. Un amago de sonrisa pareció reflejarse en la parte visible de su cara, y me pisó con uno de sus tacones.
-Eres un capullo. ¿Tanto se notaba?
Lossie se recogió el pelo y me indicó un lugar apartado de la zona de baile. La seguí y no tardamos en colocarnos en un lugar más apto para conversar.
-¿Tantas ganas tenías de bailar?- le dije llevándome una mano a la barbilla, en tono reflexivo.
-No- dijo secamente, y cambió de tema. -Pero había que aparentar, recuerda que esto es una fiesta y nosotros tenemos que ser nobles. -miró alrededor, levantando la nariz. -Ugh, creo que alguno de los presentes debería ser más consciente de esto y dignarse a darse una ducha de vez en cuando. Incluso lavarse en el río le vendría bien.
Asentí con la cabeza al instante al notar el olor, que se disipó rápidamente.
-¿Y bien? ¿Sabes algo?- dije apoyándome en una barandilla cercana- Esto de disfrutar de la fiesta está bien, pero...- levanté la cabeza mirando a las personas que se paseaban por allí. La mayoría serían de esa organización criminal, personas a las que no le importaba jugar con la vida de los demás. Y nobles a los que no les importaba confabularse con aquellas ratas, que eran capaces de cualquier cosa por tener beneficios. Noté que tenía el puño cerrado y un rastro de vapor comenzaba a salir de mi piel a causa de Borg, y me obligué a pensar en otra cosa.
-Dios, odio esto- por suerte no tardé en recordar algo que, aunque todo saliese mal, siempre me daba esperanza para continuar. -¿Has visto a alguno de mis nakamas? Al fin y al cabo, por eso es que estoy aquí hoy.
Lossie asintió lentamente, y noté que me miraba de forma extraña, seguramente por aquella reacción. -Creo... creo que podría haber alguno aquí hoy. El problema es que, si sabe lo que se hace, estará bien protegido por una máscara y una identidad falsa.
Asentí con la cabeza y miré a una especie de puerta en un lateral del barco.
-Cúbreme aquí, iré a investigar por el interior.
Me acerqué a la puerta, aprovechando el entretenido paseo para chocar con un hombre y conseguir prestados un reloj de bolsillo y un bonito saquito marrón, tejido a mano y con una decente cantidad de berries. ¿A quién se le ocurría traer tanto dinero en el bolsillo lateral del traje? No era nada seguro. En el fondo le estaba haciendo un favor.
Continué, atravesando la puerta y descendiendo unas escaleras, hasta llegar a una extraña habitación. Miré hacia el lateral y no pude evitar esconderme tras una columna por la sorpresa.
Varios cuerpos humanos yacían en el suelo, seguramente inconscientes. Intenté sofocar el sonido de mi respiración, pero al instante noté que había otra persona en la habitación. La luz de un candil reflejó una sombra en la pared y me llevé una mano a una de mis espadas, esperando lo peor.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Dom 8 Abr 2018 - 23:41}
Tras sus palabras se formó un segundo de silencio el cual rompí de forma tajante pero amable. - No. Agradezco la hospitalidad por tu parte pero ahora mismo no me interesa atarme a nada, simplemente quiero dejarme llevar… - Un sonido de incredibilidad fue emitido debajo de su máscara, para más adelante responder aún con tono sereno. – Si nos ayudaras recibirías inmensas recompensas económicas, nunca tendrías que volver a pasar hambre o sed, de hecho podrías permitirte comidas como estas cada día. Lo único que te pido a cambio es tu fuerza, como ya te he dicho nos hacen falta personas fuertes… no más estúpidos incompetentes como los macacos que te has encontrado en la entrada. ¿No te gustaría tener cualquier cosa a tu alcance? Solo con abrir tu cartera, con deshacerte de unas pocas monedas del más puro oro serías capaz de conseguir todo lo que quisieras. Lo único que tienes que hacer es aceptar mi oferta, unirte a mí. – A pesar de llevar mascara podía notar como tenía su mirada clavada en mí, esperando ansioso una respuesta a su oferta de… ¿trabajo? Yo di un paso hacia él, encontrándonos ahora a una distancia de aproximadamente tres palmas, volví a ponerme lo más recto posible para poder mirarlo a los “ojos” y ponerle punto final a aquella conversación. Ya me estaba empezando a cansar de su forma de insistir, por lo que mi tanto mi expresión como mi forma de hablar se volvieron un poco más agrias. – El dinero no puede darme lo que busco, solamente el tiempo, y si malgasto mi tiempo en ganar dinero… sería lo mismo que para ti darle billetes a un vagabundo por cada segundo que ha estado sin trabajar. – De nuevo mi anfitrión se tomó aquellas palabras mejor de lo que me imaginaba, simplemente juntó sus dos manos dando así una fuerte palmada y me respondió con el mismo tono anteriormente utilizado mientras se dirigía con teatrales pasos hacía la abierta puerta de la habitación. – En fin… veo que no puedo convencerte, que le vamos a hacer… No obstante insisto en que te quedes a la celebración, hay baños, ropa y trabajadores suficientes como para poder ponerte en condiciones en menos de media hora, me harías un gran honor honrándome a mí y al resto de invitados con tu presencia. – Lo cierto es que no me gustaba ser desagradecido, aunque por intereses propios aquel hombre me había salvado la vida, dos veces visto por separado y después de aquel discurso sobre los “desagradecidos y los sacrificios” no podía decir que no, aunque la mayoría de cosas y personas de aquel tipo de eventos me causara repulsión. Además... si que era verdad que olía un poco mal. – Claro, también será para mí un gusto poder formar parte de la fiesta. – En cuanto acabé de hablar él ya se encontraba respondiendo de forma ligeramente eufórica. - ¡Espléndido! En ese caso dirígete hacía el fondo del pasillo, a la última habitación. Allí te asearan un par de empleados para que estés… presentable. Di que la mano derecha te manda allí, mientras tanto yo iré a pedir que te traigan un traje y una máscara. – Siguió andando hacía la puerta, parándose durante un instante tras pasarla para añadir algo más de forma más neutra. - Nos vemos por el barco Ragnar, espero que esta resulte una noche inolvidable para ti, quien sabe, quías cambies de opinión y todo. – Al acabar continuó caminando, yo permanecí parado donde me encontraba hasta que sus pasos me resultaron inaudibles, pensado en la conversación que acabábamos de mantener.
Di un primer paso lleno de fuerzas y seguridad, mis piernas ya no temblaban y mi equilibro había aumentado enormemente, pudiendo encadenar más de diez pisadas seguidas sin la necesidad de ayudarme en nada. Además mi visión ya era clara y en cuanto salí del cuarto mis orejas pudieron captar un sonido el cual no había sido capaz de distinguir hasta aquel momento: música, no era ni muy clásica ni muy moderna, el punto medio justo para que agradara a la mayor cantidad de gente posible, además el ritmo era pegadizo y lo suficientemente “movido” para poder bailarse, aunque al mismo tiempo agradable, para poder conversar con esta de fondo. Enseguida ignoré aquella melodía y miré hacia el final del pasillo, efectivamente había una puerta en la pared que cerraba el pasaje, exactamente igual a la de la sala que había dejado atrás. Caminé hacía allí de forma más normalizada, apoyándome una única vez en la pared para poder abrir la puerta sin complicaciones. De nuevo una habitación hecha completamente de mármol apareció ante mí, o mejor dicho un baño de lujo, siendo la única excepción unas negras toallas colocadas en un colgador alargado en forma de tridente en la esquina más cercana de la entrada y el rojo felpudo que recubría todo el suelo del lugar, además de varios productos de aseo personal colocados en una bandeja al lado de las toallas. La sala tenía forma cuadrada y estaba llena de vapor, habiendo en el cetro una enorme bañera con forma redonda llena de agua bastante caliente y burbujeante, tenía varios tallados en forma de espirales en los bordes y se encontraba sobre una elevación con escaleritas de aproximadamente cincuenta centímetros. En las esquinas opuestas a la entrada se extendía un largo banco unido a las paredes, a sus pies había unas brasas muy débiles colocadas en una depresión con rejas, para quien se sentara allí no se quemara. La esquina del mismo lado que la puerta pero más alejada de esta guardaba lo que parecían ser dos grandes frigoríficos de una sola puerta cada uno, seguramente contendrían hielo y bebida. Al lado del gran Jacuzzi había dos personas paradas con máscara, un hombre y una mujer. El hombre era bajito y delgado, vestía un elegante traje completamente blanco con guantes del mismo color y llevaba una careta con la forma de la corona del rey en el ajedrez. La mujer también iba vestida de blanco, pero con un largo y bello vestido de tirantes y una máscara con la forma de la figura opuesta al rey: la reina. En cuanto los vi les dije de forma amable lo que Dia’n Gellico me indicó. –Vengo de parte de la mano derecha, él me ha dado permiso para utilizar esta habitación por lo que os agradecería que salierais de aquí... quiero darme un baño.
Di un primer paso lleno de fuerzas y seguridad, mis piernas ya no temblaban y mi equilibro había aumentado enormemente, pudiendo encadenar más de diez pisadas seguidas sin la necesidad de ayudarme en nada. Además mi visión ya era clara y en cuanto salí del cuarto mis orejas pudieron captar un sonido el cual no había sido capaz de distinguir hasta aquel momento: música, no era ni muy clásica ni muy moderna, el punto medio justo para que agradara a la mayor cantidad de gente posible, además el ritmo era pegadizo y lo suficientemente “movido” para poder bailarse, aunque al mismo tiempo agradable, para poder conversar con esta de fondo. Enseguida ignoré aquella melodía y miré hacia el final del pasillo, efectivamente había una puerta en la pared que cerraba el pasaje, exactamente igual a la de la sala que había dejado atrás. Caminé hacía allí de forma más normalizada, apoyándome una única vez en la pared para poder abrir la puerta sin complicaciones. De nuevo una habitación hecha completamente de mármol apareció ante mí, o mejor dicho un baño de lujo, siendo la única excepción unas negras toallas colocadas en un colgador alargado en forma de tridente en la esquina más cercana de la entrada y el rojo felpudo que recubría todo el suelo del lugar, además de varios productos de aseo personal colocados en una bandeja al lado de las toallas. La sala tenía forma cuadrada y estaba llena de vapor, habiendo en el cetro una enorme bañera con forma redonda llena de agua bastante caliente y burbujeante, tenía varios tallados en forma de espirales en los bordes y se encontraba sobre una elevación con escaleritas de aproximadamente cincuenta centímetros. En las esquinas opuestas a la entrada se extendía un largo banco unido a las paredes, a sus pies había unas brasas muy débiles colocadas en una depresión con rejas, para quien se sentara allí no se quemara. La esquina del mismo lado que la puerta pero más alejada de esta guardaba lo que parecían ser dos grandes frigoríficos de una sola puerta cada uno, seguramente contendrían hielo y bebida. Al lado del gran Jacuzzi había dos personas paradas con máscara, un hombre y una mujer. El hombre era bajito y delgado, vestía un elegante traje completamente blanco con guantes del mismo color y llevaba una careta con la forma de la corona del rey en el ajedrez. La mujer también iba vestida de blanco, pero con un largo y bello vestido de tirantes y una máscara con la forma de la figura opuesta al rey: la reina. En cuanto los vi les dije de forma amable lo que Dia’n Gellico me indicó. –Vengo de parte de la mano derecha, él me ha dado permiso para utilizar esta habitación por lo que os agradecería que salierais de aquí... quiero darme un baño.
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Re: ¡Un nuevo comienzo!¡La llama de Spectral Shadows nunca se apaga![Libre] {Lun 9 Abr 2018 - 20:52}
-Que bello...casi parece que tiene vida.-La llamativa escultura consiguió atraparme durante unos segundos.
Los ojos de aquella obra de arte parecían seguirme con la mirada, casi llegando a notar un leve efecto hipnótico al mirarlos fijamente que se disipó al cambiar el foco de atención a las manos de la bella y petrificada sirena, que rasgaba con delicadeza las cuerdas de aquella memorable harpa plasmaba en el mas reluciente mármol blanco.
-Oye jovencito...Veo que miras con interés “ El último pecado de Belosine”.-Una voz madura y femenina se dirigió a mi al tocarme el hombro con torpeza, haciendo referencia a obra que tan atónito me mantenía.
-Si...es una pieza fantástica. Mi madre siempre me decía que yo sabía apreciar el verdadero arte...supongo que me viene de familia.-Suspiré al recordar las palabras de la mujer que me había dado la vida, sumergiendo posteriormente dos de mis dedos en el agua cristalina y calmada de la fuente, ignorando por completo a la persona que me había dirigido la palabra mientras me mantenía absorto en mis pensamientos.
-Las obras de Niccolo Donutello no pasan desapercibidas en ninguna parte del mundo mero mero mero.-Mis ojos se achicaron por un instante al escuchar la extravagante risa de la mujer, la cuál solo se dejaba ver por un esbelto reflejo que se plasmaba sobre el agua de la fuente alumbrada por los candiles que la rodeaban, dejando pasar desapercibida la imponente luna llena que se alzaba en lo alto del inmenso y decorado navío.
Me dí media vuelta muy a mi pesar para terminar tragando saliva involuntariamente al ver en primer plano la escena. La esbelta figura que momentos antes se había reflejado en el agua, había sido deformada por una pincelada de realidad, convirtiendo a la hipotética señorita bella y culta en una desagradable anciana de unos sesenta y cinco años, con la mitad del pelo de color rubí y la otra de un color verde oliva, formando unos rulos que ningún ser humano en su sano juicio se atrevería a peinar por las mañanas.
-¿Donut...tillas?...Es la primera vez que lo escucho, pero por alguna razón se me hace la boca agua.-Tragué saliva por algún tipo de acto de magia negra al escuchar el nombre del escultor.
-No me extraña...Donutello nació en una isla lejana, de donde yo provengo-hip.-
-(¿Está borracha?)-Me pregunté a mi mismo al escuchar el ebrio tono de su desgastada voz. Acto seguido, al fijar mi foco de atención en aquella surrealista mujer, aprecié como una jarra de color cobrizo en su mano derecha ascendía con la fuerza de un géiser hasta su boca, descargando ingentes cantidades de alguno de esos licores extravagantes con sabor a colonia.
-(Es obvio que está borracha..)-Confirmé las suposiciones al ser testigo del estúpido baile que la anciana realizaba para mantener el equilibrio.
-Oh..¿Así que tu tampoco eres de por aquí? Pensaba que era una fiesta solo para la burguesía de la isla.-
-La influencia de esta festividad se extiende mas allá de esta isla-hip.-Sus gafas pastosas y triangulares relucieron por un momento a la luz de los candiles que decoraban la inmensa embarcación portuaria.
-Si esto te parece asombroso, es porque aún no has visto Touss-hip. Nunca dejamos escapar a las grandes joyas del reino. Allí se encuentran varios de los mejores artistas mundiales...escultores, pintores, músicos..unos viñedos de fábula en los que puedes perderte hasta ver un bello atardecer que muchos han buscado inmortalizar-hip.-
-Impresionante...definitivamente tengo que ir allí algún día. Lo apuntaré en mis notas mentales...Toussahip, “la tierra del arte y el vino”..¡¡Suena cojonudo!!-Mis puños se cerraron y mis ojos brillaron entusiasmados, sin ni siquiera esperar que algún lejano día en esta misma historia, aquel apodo sería renombrado a “La tierra de la sangre y el vino”.
-Si vinieses conmigo... Podría contarte la historia tras esta escultura y muchas más que hacen famosos los mitos de nuestro reino-hip.- Su cara se ensombreció por un momento en el que miró al suelo.
-Oe...e....e...e....e...e-Las palabras de la anciana inundaron el lugar con un aura lúgubre. Todo mi cuerpo comenzó a temblar disimuladamente.
-¡¡¡PELUCHÍN-KUN!!!-A pesar de su evidente estado de embriaguez, se lanzó a mi posición con una velocidad digna del mas poderoso usuario.
-¡¡¡AL CARAJO!!!-Me tapé el rostro cruzando ambos brazos, como si fuera a despertar de alguna desagradable pesadilla.
-Espere señora condesa, creo que ha bebido demasiado por hoy...-Dos pintorescos tipos vestidos de traje aparecieron en escena, uniendo fuerzas para frenar la envestida de aquel hiperactivo búfalo, al cuál aprisionaron unos centímetros antes de entrar en colisión con mi paralizado cuerpo. Ambos portaban un elegante traje blanco decorado con una corbata roja y algunos adornos dorados, uniendo el botón superior del traje con una de las hombreras mediante una larga cadena de oro trenzado.
-(¿Condesa?)-Las pupilas de mis ojos descendieron por si solas, deteniéndose en una de las manos de la anciana. Encima de todas esas arrugas propias de momia del medievo, portaba con orgullo una recargada colección de joyas que iban desde el brazalete tallado de su muñeca a los chillones anillos de sus dedos, a cada cuál mas grande y de un color mas ostentoso.
Debajo de su cara, un gran cartel rectangular se desplegó, presentando al espectador el sujeto nombrado anteriormente:
Los ojos de aquella obra de arte parecían seguirme con la mirada, casi llegando a notar un leve efecto hipnótico al mirarlos fijamente que se disipó al cambiar el foco de atención a las manos de la bella y petrificada sirena, que rasgaba con delicadeza las cuerdas de aquella memorable harpa plasmaba en el mas reluciente mármol blanco.
-Oye jovencito...Veo que miras con interés “ El último pecado de Belosine”.-Una voz madura y femenina se dirigió a mi al tocarme el hombro con torpeza, haciendo referencia a obra que tan atónito me mantenía.
-Si...es una pieza fantástica. Mi madre siempre me decía que yo sabía apreciar el verdadero arte...supongo que me viene de familia.-Suspiré al recordar las palabras de la mujer que me había dado la vida, sumergiendo posteriormente dos de mis dedos en el agua cristalina y calmada de la fuente, ignorando por completo a la persona que me había dirigido la palabra mientras me mantenía absorto en mis pensamientos.
-Las obras de Niccolo Donutello no pasan desapercibidas en ninguna parte del mundo mero mero mero.-Mis ojos se achicaron por un instante al escuchar la extravagante risa de la mujer, la cuál solo se dejaba ver por un esbelto reflejo que se plasmaba sobre el agua de la fuente alumbrada por los candiles que la rodeaban, dejando pasar desapercibida la imponente luna llena que se alzaba en lo alto del inmenso y decorado navío.
Me dí media vuelta muy a mi pesar para terminar tragando saliva involuntariamente al ver en primer plano la escena. La esbelta figura que momentos antes se había reflejado en el agua, había sido deformada por una pincelada de realidad, convirtiendo a la hipotética señorita bella y culta en una desagradable anciana de unos sesenta y cinco años, con la mitad del pelo de color rubí y la otra de un color verde oliva, formando unos rulos que ningún ser humano en su sano juicio se atrevería a peinar por las mañanas.
-¿Donut...tillas?...Es la primera vez que lo escucho, pero por alguna razón se me hace la boca agua.-Tragué saliva por algún tipo de acto de magia negra al escuchar el nombre del escultor.
-No me extraña...Donutello nació en una isla lejana, de donde yo provengo-hip.-
-(¿Está borracha?)-Me pregunté a mi mismo al escuchar el ebrio tono de su desgastada voz. Acto seguido, al fijar mi foco de atención en aquella surrealista mujer, aprecié como una jarra de color cobrizo en su mano derecha ascendía con la fuerza de un géiser hasta su boca, descargando ingentes cantidades de alguno de esos licores extravagantes con sabor a colonia.
-(Es obvio que está borracha..)-Confirmé las suposiciones al ser testigo del estúpido baile que la anciana realizaba para mantener el equilibrio.
-Oh..¿Así que tu tampoco eres de por aquí? Pensaba que era una fiesta solo para la burguesía de la isla.-
-La influencia de esta festividad se extiende mas allá de esta isla-hip.-Sus gafas pastosas y triangulares relucieron por un momento a la luz de los candiles que decoraban la inmensa embarcación portuaria.
-Si esto te parece asombroso, es porque aún no has visto Touss-hip. Nunca dejamos escapar a las grandes joyas del reino. Allí se encuentran varios de los mejores artistas mundiales...escultores, pintores, músicos..unos viñedos de fábula en los que puedes perderte hasta ver un bello atardecer que muchos han buscado inmortalizar-hip.-
-Impresionante...definitivamente tengo que ir allí algún día. Lo apuntaré en mis notas mentales...Toussahip, “la tierra del arte y el vino”..¡¡Suena cojonudo!!-Mis puños se cerraron y mis ojos brillaron entusiasmados, sin ni siquiera esperar que algún lejano día en esta misma historia, aquel apodo sería renombrado a “La tierra de la sangre y el vino”.
-Si vinieses conmigo... Podría contarte la historia tras esta escultura y muchas más que hacen famosos los mitos de nuestro reino-hip.- Su cara se ensombreció por un momento en el que miró al suelo.
-Oe...e....e...e....e...e-Las palabras de la anciana inundaron el lugar con un aura lúgubre. Todo mi cuerpo comenzó a temblar disimuladamente.
-¡¡¡PELUCHÍN-KUN!!!-A pesar de su evidente estado de embriaguez, se lanzó a mi posición con una velocidad digna del mas poderoso usuario.
-¡¡¡AL CARAJO!!!-Me tapé el rostro cruzando ambos brazos, como si fuera a despertar de alguna desagradable pesadilla.
-Espere señora condesa, creo que ha bebido demasiado por hoy...-Dos pintorescos tipos vestidos de traje aparecieron en escena, uniendo fuerzas para frenar la envestida de aquel hiperactivo búfalo, al cuál aprisionaron unos centímetros antes de entrar en colisión con mi paralizado cuerpo. Ambos portaban un elegante traje blanco decorado con una corbata roja y algunos adornos dorados, uniendo el botón superior del traje con una de las hombreras mediante una larga cadena de oro trenzado.
-(¿Condesa?)-Las pupilas de mis ojos descendieron por si solas, deteniéndose en una de las manos de la anciana. Encima de todas esas arrugas propias de momia del medievo, portaba con orgullo una recargada colección de joyas que iban desde el brazalete tallado de su muñeca a los chillones anillos de sus dedos, a cada cuál mas grande y de un color mas ostentoso.
Debajo de su cara, un gran cartel rectangular se desplegó, presentando al espectador el sujeto nombrado anteriormente:
- Condesa Meroru:
- Dueña de la galería de arte “l'oreille du chat”.
Productora del vino “troubadour” en sus viñedos.
Tuvo un hijo con su primo cuando era joven.
Riqueza aproximada: 325 millones de Berries.
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Separé mis manos de mi boca al sentirme completamente calmado, y me aparté de la columna para mirar la habitación. Un pequeño farol alumbraba la estancia, dejando ver la sombra alargada de una persona. La sombra se movía arriba y abajo, con un gesto difuso debido al tamaño, y no pude evitar pensar que algo grave estaba sucediendo allí. Dado que el movimiento no paraba, me giré para observar la escena.
No tardé en volver a llevarme las manos a la boca de nuevo al presenciar lo que estaba ocurriendo. Había un par de personas atadas en el suelo y el tipo tenía un hacha en su mano, la cual estaba limpiando con un paño. Los tipos del suelo intentaban gritar, pero apenas podían gemir dada la mordaza que había improvisado el tipo sobre ellos.
"¿Esto es de verdad? ¿Cómo puede haber un descerebrado tan cerca de los demás? Todo el barco corre peligro." pensé a toda velocidad, mientras miraba de reojo al tipo. Pero... Era extraño. Las dos personas en el suelo no eran nobles, parecían simples vagabundos. Y además, la puerta estaba cerrada a cal y canto, había tenido que ingeniármelas para colarme. Entonces, ¿cómo era posible que aquél tipo hubiese llegado allí?.
-¿Te queda mucho para salir?
Una voz aplastó mis pensamientos como si de una apisonadora se tratase. Miré hacia el frente y vi al tipo con el hacha, mirando en mi dirección. Sin hacer un solo gesto, comenzó a caminar hacia mí.
-¿Quién eres? ¿De qué va todo esto?- dije dando un paso hacia atrás, intentando ganar tiempo. -Suelta eso- terminé diciendo mientras señalaba su hacha.
-¿Esto? Vamos, hijo. Lo necesito para trabajar. Sabes que no puedo soltarlo- expresó con total tranquilidad, sin dejar de caminar. Cada vez más cerca.
Llevé una mano a una de mis espadas y comencé a desenfundarla. Si no era capaz de detenerle de una forma, tendría que ser de otra, aunque aún estuviese intentando serenarme del todo.
Noté cómo los tipos me miraban con lágrimas en los ojos, y entonces supe lo que tenía que hacer. Fruncí el ceño y cogí mi otra espada con la otra mano, preparado para pelear.
-Viejo, aún estás a tiempo de dejarlos.
No tardé en volver a llevarme las manos a la boca de nuevo al presenciar lo que estaba ocurriendo. Había un par de personas atadas en el suelo y el tipo tenía un hacha en su mano, la cual estaba limpiando con un paño. Los tipos del suelo intentaban gritar, pero apenas podían gemir dada la mordaza que había improvisado el tipo sobre ellos.
"¿Esto es de verdad? ¿Cómo puede haber un descerebrado tan cerca de los demás? Todo el barco corre peligro." pensé a toda velocidad, mientras miraba de reojo al tipo. Pero... Era extraño. Las dos personas en el suelo no eran nobles, parecían simples vagabundos. Y además, la puerta estaba cerrada a cal y canto, había tenido que ingeniármelas para colarme. Entonces, ¿cómo era posible que aquél tipo hubiese llegado allí?.
-¿Te queda mucho para salir?
Una voz aplastó mis pensamientos como si de una apisonadora se tratase. Miré hacia el frente y vi al tipo con el hacha, mirando en mi dirección. Sin hacer un solo gesto, comenzó a caminar hacia mí.
-¿Quién eres? ¿De qué va todo esto?- dije dando un paso hacia atrás, intentando ganar tiempo. -Suelta eso- terminé diciendo mientras señalaba su hacha.
-¿Esto? Vamos, hijo. Lo necesito para trabajar. Sabes que no puedo soltarlo- expresó con total tranquilidad, sin dejar de caminar. Cada vez más cerca.
Llevé una mano a una de mis espadas y comencé a desenfundarla. Si no era capaz de detenerle de una forma, tendría que ser de otra, aunque aún estuviese intentando serenarme del todo.
Noté cómo los tipos me miraban con lágrimas en los ojos, y entonces supe lo que tenía que hacer. Fruncí el ceño y cogí mi otra espada con la otra mano, preparado para pelear.
-Viejo, aún estás a tiempo de dejarlos.
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La impresión de haber encontrado aquellos tesoros me había dejado unos minutos sin poder moverme. Puede que haber dejado a solo dos hombres custodiando todo este botín había sido un error del cual seguramente los del tatuaje se arrepentirían mas tarde.
Comencé a pensar acerca de marcharme del barco con todo lo que pudiera tomar, seguro que me daba para muchísimos años, pero yo no era de los que pensaban así, había hecho una promesa a un chico y su abuela, no podía defraudarlos después de haber dado mi palabra. No podía irme de aquí sin antes al menos sembrar un poquito de caos en este barco.
Con una gran soga que había en el almacén me las ingenie para mantenerlos quietos, al menos por algunas horas, con un gran trapo en sus bocas no iban a causar problemas por ahora. Si la fiesta se tornaba difícil, no dudaría en venir a esta habitación y marcharme una vez por todas.
Asi pues, regrese a donde me correspondía estar, me puse a repartir bebidas con una gran sonrisa en mi rostro, me costaba bastante sonreírle a la gente que eran la hipocresía en persona, pero no tenía muchas más alternativas por el momento.
Después de unas horas agotadoras haciendo un trabajo de mesero era hora de volver a explorar un poco, me fui alejando poco a poco, intentando perderme en aquellos largos pasillos de aquel barco gigante. Parece que no me seguía nadie, así que comencé a revisar habitaciones a diestra y siniestra, buscando descaradamente cualquier cosa que pudiera servirme para joder un poco mas la vida de los hombres del tatuaje de lobo huargo.
De golpe me detuve, había escuchado un ruido lo suficientemente fuerte a unos metros detrás de mi posición, sonido lo suficientemente fuerte pero eso me bastaba para darme cuenta que me habían seguido –Te has tardado un poco en darte cuenta, Don facchino jamás se equivoca. Todo este tiempo burlándote de mi y de los míos. Don facchino no puede perdonarte- Dijo el con su acento extravangante mientras mecía su cuchillo gigante de cocina de un lado a otro y lo limpiaba con un pequeño trapo.
Había echado a perder mi infiltración perfecta –Lo siento Don facchino, no podré dejar que te marches. Y si estas con estos hombres, tendras que afrontar las consecuencias. Se lo he prometido a alguien
Di un gran suspiro y di un ultimo vistazo a mis alrededores, sería malo si alguien viera esta pelea. Por suerte, estábamos un poco lejos de la multitud, y cualquier cosa que pudiera pasar, se quedaría justo aquí, en estos pasillos. Con tan solo un par de hermosas pinturas que estaban pegadas en las paredes, solo ellas serian testigos de esta inevitable batalla.
Comencé a pensar acerca de marcharme del barco con todo lo que pudiera tomar, seguro que me daba para muchísimos años, pero yo no era de los que pensaban así, había hecho una promesa a un chico y su abuela, no podía defraudarlos después de haber dado mi palabra. No podía irme de aquí sin antes al menos sembrar un poquito de caos en este barco.
Con una gran soga que había en el almacén me las ingenie para mantenerlos quietos, al menos por algunas horas, con un gran trapo en sus bocas no iban a causar problemas por ahora. Si la fiesta se tornaba difícil, no dudaría en venir a esta habitación y marcharme una vez por todas.
Asi pues, regrese a donde me correspondía estar, me puse a repartir bebidas con una gran sonrisa en mi rostro, me costaba bastante sonreírle a la gente que eran la hipocresía en persona, pero no tenía muchas más alternativas por el momento.
Después de unas horas agotadoras haciendo un trabajo de mesero era hora de volver a explorar un poco, me fui alejando poco a poco, intentando perderme en aquellos largos pasillos de aquel barco gigante. Parece que no me seguía nadie, así que comencé a revisar habitaciones a diestra y siniestra, buscando descaradamente cualquier cosa que pudiera servirme para joder un poco mas la vida de los hombres del tatuaje de lobo huargo.
De golpe me detuve, había escuchado un ruido lo suficientemente fuerte a unos metros detrás de mi posición, sonido lo suficientemente fuerte pero eso me bastaba para darme cuenta que me habían seguido –Te has tardado un poco en darte cuenta, Don facchino jamás se equivoca. Todo este tiempo burlándote de mi y de los míos. Don facchino no puede perdonarte- Dijo el con su acento extravangante mientras mecía su cuchillo gigante de cocina de un lado a otro y lo limpiaba con un pequeño trapo.
Había echado a perder mi infiltración perfecta –Lo siento Don facchino, no podré dejar que te marches. Y si estas con estos hombres, tendras que afrontar las consecuencias. Se lo he prometido a alguien
Di un gran suspiro y di un ultimo vistazo a mis alrededores, sería malo si alguien viera esta pelea. Por suerte, estábamos un poco lejos de la multitud, y cualquier cosa que pudiera pasar, se quedaría justo aquí, en estos pasillos. Con tan solo un par de hermosas pinturas que estaban pegadas en las paredes, solo ellas serian testigos de esta inevitable batalla.
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-¡¡Excarceladme badulaques, dejad que esta desdichada alma en pena goce de la presente conmemoración!!-La longeva señora se traqueteaba sin mesura, logrando finalmente deshacerse del candado humano que sus acompañantes formaban.
Sin embargo, el gesto de los implicados quedó estupefacto cuándo la nube de polvo que su revuelo había propiciado se disipó, tornado espectadores de un espectáculo escapista a la altura del memorable Houdini.
-La operación bomba de humo...ha sido un éxito señores.-Me dije a mi mismo en voz baja mientras miraba de reojo la escena con la boca abierta en forma de O y los ojos casi cerrados, presenciando como la mirada de los presentes se dislocaba intentando hallar la posición de un escurridizo servidor.
-¿Quizás debería llamarlo jutsu de desaparición?-Empecé a hacer gestos incoherentes con los dedos de ambas manos, quedando levemente convencido con el resultado.
-¿O tal vez debería ser transmutación de energía vital?-Junté las palmas formando una perfecta simetría, asombrándome a mi mismo con la capacidad de un niño de 5 años que empieza a experimentar con su cuerpo.
-¿¡Ultra...instinto?!-Quedé petrificado unos segundos cuándo aquella referencia llegó a mi cabeza, clarificando que cada vez me encontraba mas cerca de hallar la verdad detrás de la verdad, o mas bien un certificado de tonto y una paga del estado, pero yo era feliz.
Tras un breve lapso de tiempo absorto, recordé que me encontraba detrás de uno de los pilares macizos que soportaban uno de los inmensos bloques de camarotes del barco. Fui protegido por la ausencia de luz en la zona, contenida por las proximidades de la cocina central la cuál se encontraba plagada de candiles forjados con distintas pero exóticas estampas. Los chefs ordenaban con mas brío que un teniente, mientras que los camareros se tropezaban y chocaban entre si al momento de salir y entrar en masa del lugar sin un solo momento de paz, presionados porque el acontecimiento se sucediese de una manera impecable.
-¡¡Espera!!¿Donde te has metido, Kity-chan?-En medio del caos que significaba semejante acontecimiento, recordé el hecho de que le había perdido la pista a la joven de cabello albino desde el momento en el pasamos el control de asistentes de la entrada a la embarcación.
-Juro que cómo esté algún buitre con ella...-La ausencia de luz del lugar se deshizo con la arremetida de furia que tales pensamientos hostiles prendieron en mi cabeza, provocando un calor alrededor de mi cuerpo comparable a una fusión nuclear. Rápidamente, estiré mi cuello todo lo que un ser humano podría, con el símil de una tortuga que saca la cabeza de su caparazón cuándo no siente el peligro acechando. En posición de depredador, un escáner pareció iniciarse en mi mirada, barriendo oleada tras oleada el lugar con un único objetivo en mente, “Se ha iniciado búsqueda de bellas y frondosas féminas....parámetros específicos...cabello blanco..ojos claros...tono verdoso...cicatriz en el rostro...parámetro especial...trasero imponente...rastreando...rastreando...analizando motores de búsqueda...en ejecución...”
Mientras tanto, una serie de acontecimientos se iban sucediendo a lo largo del mundo, cambiando el porvenir de la historia reanudada a la que unos chicos jóvenes llenos de sueños e ilusiones volvían a dar vida.
“En aquella misma fiesta”
(Comienza a sonar la música)
-Purú purú purú...purú purú purú...gotcha- Un hombre vestido con un traje gris decorado con rayas blancas sacá con desgana un den den mushi de uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, mientras degusta en su paladar un trago de licor de Piamonte.
-¿Sí?-El hombre de traje preguntaba con formalidad y calma, como si ya hubiese sospechado la llamada entrante.
-Por lo qué llega a mis oídos ya te encuentras allí...¿No es así, Lucciano?-Preguntó retoricamente el emisor de la llamada, haciendo referencia a los sonidos propios del jolgorio que se escuchaban de fondo.
-Así es, Kondoru-sama...hemos tenido una llegada tranquila, todo según lo esperado.-El hombre del traje posó con delicadeza su copa sobre la mesa, centrando toda su atención en aquella repentina conversación.
-Espero que no te relajes, Lucciano, recuerda que aunque parezca una fiesta...el trato que cerraremos hoy nos allanará aun mas el camino...para que me convierta en el rey del bajo mundo.-Una sonrisa pícara y satisfecha se dibujó en la cara del den den mushi.
-Sí, yo también soy consciente de lo importante que puede ser nuestro primer contacto con este país...además...el hecho de que no tenga relaciones con el gobierno mundial...puede ser nuestro as en la manga..¡¡Para cerrar Orión!!-El hombre comenzó a reír a carcajadas de una manera inesperada e incontrolable, mientras los hombres que le acompañaban le miraban con un gesto de resignación en sus rostros.
-Cálmate idiota, y mantén la compostura..recuerda que aún no sabemos quién es el contacto.-
-Lo siento jefe..ya sabe qu...un momento.-El sujeto vestido de traje desvió la mirada a uno de los lados de la silla tallada de una pieza sobre madera de ébano en la que se acurrucaba cómodamente, dejando el den den mushi al lado de la cubertería de plata que le habían preparado sobre la larga mesa que él mismo presidía ante la mirada atónita de los presentes.
-No me digas qué...otra vez no...¡¡Deténgase, padrino-sama!!-Gritó uno de los jóvenes acompañantes de su viaje, al tiempo que retiraba su silla de un taconazo para correr al otro lado de la mesa.
“Momentos antes, en el centro de la ciudad”(Próximamente)
-¡Jefe, por aquí! los civiles que dicen que fue a plena luz del día.-Un soldado envuelto en cota de malla y armado con una lanza que sobresalí por su cabeza dirigía el paso del pequeño pelotón de hombres conforme el sol iba ocultándose tras las tímidas olas del puerto.
Sin embargo, el gesto de los implicados quedó estupefacto cuándo la nube de polvo que su revuelo había propiciado se disipó, tornado espectadores de un espectáculo escapista a la altura del memorable Houdini.
-La operación bomba de humo...ha sido un éxito señores.-Me dije a mi mismo en voz baja mientras miraba de reojo la escena con la boca abierta en forma de O y los ojos casi cerrados, presenciando como la mirada de los presentes se dislocaba intentando hallar la posición de un escurridizo servidor.
-¿Quizás debería llamarlo jutsu de desaparición?-Empecé a hacer gestos incoherentes con los dedos de ambas manos, quedando levemente convencido con el resultado.
-¿O tal vez debería ser transmutación de energía vital?-Junté las palmas formando una perfecta simetría, asombrándome a mi mismo con la capacidad de un niño de 5 años que empieza a experimentar con su cuerpo.
-¿¡Ultra...instinto?!-Quedé petrificado unos segundos cuándo aquella referencia llegó a mi cabeza, clarificando que cada vez me encontraba mas cerca de hallar la verdad detrás de la verdad, o mas bien un certificado de tonto y una paga del estado, pero yo era feliz.
Tras un breve lapso de tiempo absorto, recordé que me encontraba detrás de uno de los pilares macizos que soportaban uno de los inmensos bloques de camarotes del barco. Fui protegido por la ausencia de luz en la zona, contenida por las proximidades de la cocina central la cuál se encontraba plagada de candiles forjados con distintas pero exóticas estampas. Los chefs ordenaban con mas brío que un teniente, mientras que los camareros se tropezaban y chocaban entre si al momento de salir y entrar en masa del lugar sin un solo momento de paz, presionados porque el acontecimiento se sucediese de una manera impecable.
-¡¡Espera!!¿Donde te has metido, Kity-chan?-En medio del caos que significaba semejante acontecimiento, recordé el hecho de que le había perdido la pista a la joven de cabello albino desde el momento en el pasamos el control de asistentes de la entrada a la embarcación.
-Juro que cómo esté algún buitre con ella...-La ausencia de luz del lugar se deshizo con la arremetida de furia que tales pensamientos hostiles prendieron en mi cabeza, provocando un calor alrededor de mi cuerpo comparable a una fusión nuclear. Rápidamente, estiré mi cuello todo lo que un ser humano podría, con el símil de una tortuga que saca la cabeza de su caparazón cuándo no siente el peligro acechando. En posición de depredador, un escáner pareció iniciarse en mi mirada, barriendo oleada tras oleada el lugar con un único objetivo en mente, “Se ha iniciado búsqueda de bellas y frondosas féminas....parámetros específicos...cabello blanco..ojos claros...tono verdoso...cicatriz en el rostro...parámetro especial...trasero imponente...rastreando...rastreando...analizando motores de búsqueda...en ejecución...”
Mientras tanto, una serie de acontecimientos se iban sucediendo a lo largo del mundo, cambiando el porvenir de la historia reanudada a la que unos chicos jóvenes llenos de sueños e ilusiones volvían a dar vida.
“En aquella misma fiesta”
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-Purú purú purú...purú purú purú...gotcha- Un hombre vestido con un traje gris decorado con rayas blancas sacá con desgana un den den mushi de uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, mientras degusta en su paladar un trago de licor de Piamonte.
-¿Sí?-El hombre de traje preguntaba con formalidad y calma, como si ya hubiese sospechado la llamada entrante.
-Por lo qué llega a mis oídos ya te encuentras allí...¿No es así, Lucciano?-Preguntó retoricamente el emisor de la llamada, haciendo referencia a los sonidos propios del jolgorio que se escuchaban de fondo.
-Así es, Kondoru-sama...hemos tenido una llegada tranquila, todo según lo esperado.-El hombre del traje posó con delicadeza su copa sobre la mesa, centrando toda su atención en aquella repentina conversación.
-Espero que no te relajes, Lucciano, recuerda que aunque parezca una fiesta...el trato que cerraremos hoy nos allanará aun mas el camino...para que me convierta en el rey del bajo mundo.-Una sonrisa pícara y satisfecha se dibujó en la cara del den den mushi.
-Sí, yo también soy consciente de lo importante que puede ser nuestro primer contacto con este país...además...el hecho de que no tenga relaciones con el gobierno mundial...puede ser nuestro as en la manga..¡¡Para cerrar Orión!!-El hombre comenzó a reír a carcajadas de una manera inesperada e incontrolable, mientras los hombres que le acompañaban le miraban con un gesto de resignación en sus rostros.
-Cálmate idiota, y mantén la compostura..recuerda que aún no sabemos quién es el contacto.-
-Lo siento jefe..ya sabe qu...un momento.-El sujeto vestido de traje desvió la mirada a uno de los lados de la silla tallada de una pieza sobre madera de ébano en la que se acurrucaba cómodamente, dejando el den den mushi al lado de la cubertería de plata que le habían preparado sobre la larga mesa que él mismo presidía ante la mirada atónita de los presentes.
-No me digas qué...otra vez no...¡¡Deténgase, padrino-sama!!-Gritó uno de los jóvenes acompañantes de su viaje, al tiempo que retiraba su silla de un taconazo para correr al otro lado de la mesa.
“Momentos antes, en el centro de la ciudad”(Próximamente)
-¡Jefe, por aquí! los civiles que dicen que fue a plena luz del día.-Un soldado envuelto en cota de malla y armado con una lanza que sobresalí por su cabeza dirigía el paso del pequeño pelotón de hombres conforme el sol iba ocultándose tras las tímidas olas del puerto.
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