Katharina von Steinhell
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Le pareció una broma de mal gusto que, justo tras haber decidido entrar al mundo espiritual para encontrar información —la cual no fue mucha, por cierto—, la atacaran. Pudo haber sido mucho antes, pero no, tuvo que ser en el momento en el que estaba completamente indefensa. ¿Qué fue de su compañero? ¿Acaso no le dijo que, ante cualquier movimiento sospechoso, usara una pequeña dosis de electricidad para sacarla del trance? En fin, nada servía llorar sobre la leche derramada. Lamentablemente, no tuvo mucho tiempo para analizar la frase del hombretón regordete ni enfocarse en la lucha que, seguramente, libraba su capitán.
El dolor recorrió tenuemente cada músculo de su cuerpo, centrándose por montones en la boca del estómago, haciendo que respirar resultara una tarea tediosa. La espalda y la cabeza también le dolían, pero nada que no pudiera manejar. Y cuando por fin pudo incorporarse, consiguió observar con más detalle al que había osado golpearle. Se trataba de un jovencito de aspecto ¿femenino? A juzgar por lo que llevaba encima, parecía ser un experto en el uso de todo tipo de armas. Si Katharina buscaba un enfrentamiento a media distancia, seguramente su oponente respondería con las pistolas o la pseudo-ballesta. En cambio, si optaba por el combate cuerpo a cuerpo, podría responder con dagas o el sable. Ya de primeras la inminente batalla no parecía nada sencilla.
—Aún no ha llegado mi hora de pagar —respondió la bruja mientras se quitaba el polvo de la ropa—. Qué pena que hayas desperdiciado la única oportunidad de vencerme que tendrás en tu vida —comentó con suma arrogancia, empuñando la inmensa guadaña con elegancia y destreza.
Antes de usar sus hechizos de potenciación, tantearía a su oponente. Lo primero era estudiar su estilo de combate y, en función a eso, decidir qué rumbo tomaría el combate. Así que, aprovechando que el aura congelante era un arma increíblemente letal a corta distancia, optaría por pelear casi cuerpo a cuerpo. Casi. Sin embargo, antes de iniciar cualquier cosa…
—El mundo tal y como lo conocemos está por terminar, así que ¿por qué no tener un duelo justo y honesto? —preguntó mientras miraba fijamente a Denis, ofreciéndole su mano a modo de saludo—. No te preocupes. No tengo intenciones ocultas —aseguró, conteniendo su aura congelante para que esta no delatase ninguna cosa.
Una vez hecho el saludo —o no—, daría inicio al combate. La bruja atravesó a una velocidad sobrehumana el campo de batalla y, por un momento, sus ojos emitieron un destello plateado. Enseguida la hoja de Arugoriashito se iluminó y una onda cortante salió disparada a toda velocidad. «¡Vientos de Venganza!», se dijo a sí misma en sus pensamientos. Sin importar si la onda impactara o no, el cuerpo de Katharina se vio rodeado por un aura blanquecino, siendo muy similar al vapor, y es que el efecto secundario del hechizo empezaba a hacer efecto. Finalmente, haciendo uso de su prodigiosa agilidad, realizó una serie de cortes provenientes de todas direcciones. El primero fue un tajo completamente horizontal, seguido de uno vertical; y, luego, uno diagonal y ascendente. El combo terminaría con un doble mortal hacia delante, aprovechando el impulso para aumentar el poder destructivo.
Si su enemigo resistía esa poderosa combinación de ataques, la bruja tomaría distancia y mantendría su haki de visión centrado completamente en él. Denis debió haber sido cortado, congelado y doblemente cortado, pero ¿qué decidiría el destino?
El dolor recorrió tenuemente cada músculo de su cuerpo, centrándose por montones en la boca del estómago, haciendo que respirar resultara una tarea tediosa. La espalda y la cabeza también le dolían, pero nada que no pudiera manejar. Y cuando por fin pudo incorporarse, consiguió observar con más detalle al que había osado golpearle. Se trataba de un jovencito de aspecto ¿femenino? A juzgar por lo que llevaba encima, parecía ser un experto en el uso de todo tipo de armas. Si Katharina buscaba un enfrentamiento a media distancia, seguramente su oponente respondería con las pistolas o la pseudo-ballesta. En cambio, si optaba por el combate cuerpo a cuerpo, podría responder con dagas o el sable. Ya de primeras la inminente batalla no parecía nada sencilla.
—Aún no ha llegado mi hora de pagar —respondió la bruja mientras se quitaba el polvo de la ropa—. Qué pena que hayas desperdiciado la única oportunidad de vencerme que tendrás en tu vida —comentó con suma arrogancia, empuñando la inmensa guadaña con elegancia y destreza.
Antes de usar sus hechizos de potenciación, tantearía a su oponente. Lo primero era estudiar su estilo de combate y, en función a eso, decidir qué rumbo tomaría el combate. Así que, aprovechando que el aura congelante era un arma increíblemente letal a corta distancia, optaría por pelear casi cuerpo a cuerpo. Casi. Sin embargo, antes de iniciar cualquier cosa…
—El mundo tal y como lo conocemos está por terminar, así que ¿por qué no tener un duelo justo y honesto? —preguntó mientras miraba fijamente a Denis, ofreciéndole su mano a modo de saludo—. No te preocupes. No tengo intenciones ocultas —aseguró, conteniendo su aura congelante para que esta no delatase ninguna cosa.
Una vez hecho el saludo —o no—, daría inicio al combate. La bruja atravesó a una velocidad sobrehumana el campo de batalla y, por un momento, sus ojos emitieron un destello plateado. Enseguida la hoja de Arugoriashito se iluminó y una onda cortante salió disparada a toda velocidad. «¡Vientos de Venganza!», se dijo a sí misma en sus pensamientos. Sin importar si la onda impactara o no, el cuerpo de Katharina se vio rodeado por un aura blanquecino, siendo muy similar al vapor, y es que el efecto secundario del hechizo empezaba a hacer efecto. Finalmente, haciendo uso de su prodigiosa agilidad, realizó una serie de cortes provenientes de todas direcciones. El primero fue un tajo completamente horizontal, seguido de uno vertical; y, luego, uno diagonal y ascendente. El combo terminaría con un doble mortal hacia delante, aprovechando el impulso para aumentar el poder destructivo.
Si su enemigo resistía esa poderosa combinación de ataques, la bruja tomaría distancia y mantendría su haki de visión centrado completamente en él. Denis debió haber sido cortado, congelado y doblemente cortado, pero ¿qué decidiría el destino?
- Resumen:
- Un poco de descripción de lo sucedido.
- Ofrecer un duelo justo y honesto, tendiendo la mano sin intenciones ocultas como prueba de esto.
- Buscar la espalda de su oponente, usar Vientos de Venganza y terminar el ataque con una serie de cortes.
- Quedar atenta a los movimientos enemigos.
- Un poco de descripción de lo sucedido.
- Cosas usadas:
- Nivel 100: Reflejos 10, Poder de Destrucción 7, Agilidad 9 (x2.5), Puntería 4, Resistencia 5 (x2.5)
Nombre de la técnica: Pasos veloces
Naturaleza de la técnica: Física
Descripción de la técnica: Impulsándose con las piernas, permite desplazarse a velocidades increíblemente altas dando la idea que el usuario se teletransporta, pero en realidad no es más que una serie de pasos extremadamente rápidos. Resumidamente, permite desplazarse de un lugar a otro a 30 metros por segundo.
Tiempo de canalización: Tarda 1 segundo en recorrer 30 metros.
Cuerpo mejorado: Debido a la increíble cantidad de tiempo que estuvo Katharina exponiéndose a una gravedad dos veces más intensa que en el mundo de los vivos, su cuerpo ha presentado mejoras físicas. Ahora puede decir que es fuerte. A efectos prácticos, Katharina es 2.5 veces más ágil y resistente.
Asutoraru kyūshū: El dominio de la nigromancia le permite reunir energías del más allá para cansarse menos. La bruja es capaz de reunir un 35% de energía proveniente del otro mundo para usar sus conjuros, lo que se entiende que es capaz de castear un 35% de hechizos más en un combate.
Nombre de la técnica: Vientos de Venganza
Naturaleza de la técnica: Elemental
Descripción de la técnica: Reúne energía elemental para lanzar una onda de viento cortante que cubre un radio de 30 metros y es lo suficientemente destructiva como para cortar sin ningún problema materiales de dureza 9. El siguiente turno, la bruja recibirá un aumento del 100% en agilidad, velocidad y reflejos. Puede usarse una vez cada 4 turnos. [Desbloqueable a nivel 90].
Tiempo de canalización: 1.5 segundos.
Nombre de la técnica: Rengoku no Samui
Naturaleza de la técnica: Mejora de akuma no mi
Descripción de la técnica: El cuerpo de Katharina desprende un aura helada capaz de congelar todo lo que se encuentre a su alrededor, a una distancia máxima de 20 centímetros, así que es normal que se congele por donde pisa. Su cuerpo ha asimilado perfectamente el frío del otro mundo, volviéndose capaz de soportar temperaturas de hasta -70°C. Por otra parte, es capaz de descender esa temperatura hasta los -70°C, lo suficientemente helado como para causar quemaduras de tercer grado. Tan solo el contacto físico que realice Katharina podrá congelar cuerpos (piel, objetos, etc.), profundizando algunos centímetros y extendiéndose rápidamente por cada segundo. A efectos escénicos, únicamente la persona que Katharina desee es capaz de acercarse a ella sin ser congelada
Tiempo de canalización: Es un PU, por lo tanto es permanente.
Tu contrincante te mira y sonríe ante tus palabras. Es una risa aguda e incómoda, de esas que no suelen gustar a nadie por lo irritante que es. Tu ataque se dirige hacia ella a gran velocidad, pero tu oponente no parece ni inmutarse. Ves cómo sus manos se envuelven en una extraña aura inestable, que fluctúa alrededor de ella y sujeta tu onda cortante con las manos. La aprieta con fuerza y la rompe en dos, haciendo que la onda se dirija hacia distintos lugares.
—Esto va a ser divertido
Tras decir eso, casi a una velocidad sobrehumana, a la que un ojo normal le costaría ver, aparece frente a ti y desaparece. Va yendo de un lado al otro, girando sobre ti hasta que, finalmente, desde uno de tus costados, ahora con una daga en cada mano, alza su brazo derecho apuntando a su cabeza, mientras que con su brazo izquierdo apunta a tu espalda. Está muy cerca de ti, y tu aura no parece afectarle, pero parece que su cuerpo se ha adaptado a ello.
—Esto va a ser divertido
Tras decir eso, casi a una velocidad sobrehumana, a la que un ojo normal le costaría ver, aparece frente a ti y desaparece. Va yendo de un lado al otro, girando sobre ti hasta que, finalmente, desde uno de tus costados, ahora con una daga en cada mano, alza su brazo derecho apuntando a su cabeza, mientras que con su brazo izquierdo apunta a tu espalda. Está muy cerca de ti, y tu aura no parece afectarle, pero parece que su cuerpo se ha adaptado a ello.
Katharina von Steinhell
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
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Akuma no mi
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Sonrió nerviosa al ver que su oponente destrozaba sin muchas dificultades su hechizo, provocando que la onda cortante se dividiera en dos y terminara en diferentes destinos. En un principio asumió que debía tratarse de una imponente fuerza bruta, sin embargo, iba mucho más allá de eso. Denis era increíblemente hábil y, bien poseía el poder de una Fruta del Diablo, o contaba con técnicas realmente aterradoras. Katharina frunció el ceño cuando la chica —o el chico, ¿quién sabe?— desapareció por un instante. No cualquiera era burlar los reflejos de la bruja, pero afortunadamente sus ojos terminaron acostumbrándose a la velocidad de su oponente.
No sólo su hechizo fue completamente inútil, sino que su aura tampoco causaba el efecto deseado. El suelo bajo sus pies se congelaba poco a poco y la temperatura a su alrededor descendía abruptamente, así que ¿por qué a Denis no le afectaba? Ahora no podía detenerse a encontrar respuestas, no mientras su enemigo giraba a toda velocidad en torno a Katharina. Pronto, en cualquier momento, atacaría.
El frío del Reino de los Muertos seguía calando hasta los huesos, no importaba lo mucho que la bruja se expusiera a él y consiguiera acostumbrarse al punto de dejar de tiritar. Sin embargo, cada vez que se exponía una vez parecía que el frío penetraba incluso más. Una neblina verde musgo impedía ver más allá de dos metros de distancia, dejándolo todo en un aterrador misterio. De vez en cuando, podían escucharse susurros guturales, voces que hablaban en lenguas olvidadas, pero que Katharina podía entender perfectamente. Nada de lo que escuchaba era bueno. Oh, y los atronadores aullidos… No sólo no podía ver, tampoco podía sentir algo, pues lo muerto no puede ser percibido por lo vivo.
Luchar contra su maestro sin la protección del velo era prácticamente un suicidio. Las manos le sangraban y las rodillas no dejaban de temblarle. Constantemente debía quitarse la sangre que le caía a los ojos. Por un lado, el frío le impedía moverse con naturalidad; por otro, la increíble fuerza gravitacional de ese extraño mundo la echaba al suelo. Y, encima, debía estar atenta a los movimientos de un enemigo que no podía ver ni sentir.
—Aguza tu percepción, querida —escuchó de entre la niebla y luego sintió el frío acero rasgándole la piel—. Sólo así sobrevivirás.
Intentaba contrarrestar los movimientos de su maestro, pero simplemente no podía. Cada vez que contraatacaba, terminaba golpeando el aire. Frustrada, sintiendo que ya no podía más, dejando que la duda comenzase a atormentarle, dejó escapar la furia que sentía en ese momento. Tanto su cuerpo como su cabello crecieron, la esclerótica de sus ojos se volvió completamente negra y el suelo bajo sus pies temblaba ante la imponente voluntad de Katharina.
—Impresionante… —susurró Musashi Haru al ver que el alrededor de la bruja se convertía en magia.
La fuerza mágica de Vientos de Venganza seguía fluyendo a través de las venas de la bruja, dotándola de unos reflejos sobrehumanos, y una agilidad excepcional. Consiguió ver a través de la velocidad de Denis y su mantra le advirtió la intención de sus movimientos. Con segundos de antelación, predijo lo que ella haría. «Definitivamente será divertido», se respondió a sí misma sintiendo que algo se encendía muy en lo profundo de su ser. Casi desafiando las leyes de la física, Katharina esquivó el ataque con suma elegancia. En el momento exacto, la bruja despegó los pies del suelo para dar un salto controlado de tal forma que una daga pasara por debajo de ella, y la otra por encima.
Hacía mucho que Katharina no se tomaba un combate tan en serio, y es que tampoco había visto en mucho tiempo que alguien destrozaba con tal facilidad uno de sus ataques.
—Ha sido un buen truco, pero no lo suficiente para hacerme pagar por mis pecados. ¿Acaso es lo mejor que puedes hacer?
Sin esperar respuesta, la bruja mostraría un poco de su poder. No atacaría de inmediato, sino que esperaría los preparativos. Sus ojos emitieron un destello blanquecino que duró menos de un segundo y, enseguida, todo su cuerpo se vio rodeado por una especie de armadura de samurái prácticamente translúcida. Sin embargo, su metamorfosis no se detuvo ahí. Hubo otro destello; esta vez azulado. De sus piernas y hombros comenzó a emerger una importante cantidad de energía espiritual. «Armamento de Mago», se dijo a sí misma.
—Ven —dijo finalmente, provocando a que su oponente retomase el duelo.
No sólo su hechizo fue completamente inútil, sino que su aura tampoco causaba el efecto deseado. El suelo bajo sus pies se congelaba poco a poco y la temperatura a su alrededor descendía abruptamente, así que ¿por qué a Denis no le afectaba? Ahora no podía detenerse a encontrar respuestas, no mientras su enemigo giraba a toda velocidad en torno a Katharina. Pronto, en cualquier momento, atacaría.
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El frío del Reino de los Muertos seguía calando hasta los huesos, no importaba lo mucho que la bruja se expusiera a él y consiguiera acostumbrarse al punto de dejar de tiritar. Sin embargo, cada vez que se exponía una vez parecía que el frío penetraba incluso más. Una neblina verde musgo impedía ver más allá de dos metros de distancia, dejándolo todo en un aterrador misterio. De vez en cuando, podían escucharse susurros guturales, voces que hablaban en lenguas olvidadas, pero que Katharina podía entender perfectamente. Nada de lo que escuchaba era bueno. Oh, y los atronadores aullidos… No sólo no podía ver, tampoco podía sentir algo, pues lo muerto no puede ser percibido por lo vivo.
Luchar contra su maestro sin la protección del velo era prácticamente un suicidio. Las manos le sangraban y las rodillas no dejaban de temblarle. Constantemente debía quitarse la sangre que le caía a los ojos. Por un lado, el frío le impedía moverse con naturalidad; por otro, la increíble fuerza gravitacional de ese extraño mundo la echaba al suelo. Y, encima, debía estar atenta a los movimientos de un enemigo que no podía ver ni sentir.
—Aguza tu percepción, querida —escuchó de entre la niebla y luego sintió el frío acero rasgándole la piel—. Sólo así sobrevivirás.
Intentaba contrarrestar los movimientos de su maestro, pero simplemente no podía. Cada vez que contraatacaba, terminaba golpeando el aire. Frustrada, sintiendo que ya no podía más, dejando que la duda comenzase a atormentarle, dejó escapar la furia que sentía en ese momento. Tanto su cuerpo como su cabello crecieron, la esclerótica de sus ojos se volvió completamente negra y el suelo bajo sus pies temblaba ante la imponente voluntad de Katharina.
—Impresionante… —susurró Musashi Haru al ver que el alrededor de la bruja se convertía en magia.
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La fuerza mágica de Vientos de Venganza seguía fluyendo a través de las venas de la bruja, dotándola de unos reflejos sobrehumanos, y una agilidad excepcional. Consiguió ver a través de la velocidad de Denis y su mantra le advirtió la intención de sus movimientos. Con segundos de antelación, predijo lo que ella haría. «Definitivamente será divertido», se respondió a sí misma sintiendo que algo se encendía muy en lo profundo de su ser. Casi desafiando las leyes de la física, Katharina esquivó el ataque con suma elegancia. En el momento exacto, la bruja despegó los pies del suelo para dar un salto controlado de tal forma que una daga pasara por debajo de ella, y la otra por encima.
Hacía mucho que Katharina no se tomaba un combate tan en serio, y es que tampoco había visto en mucho tiempo que alguien destrozaba con tal facilidad uno de sus ataques.
—Ha sido un buen truco, pero no lo suficiente para hacerme pagar por mis pecados. ¿Acaso es lo mejor que puedes hacer?
Sin esperar respuesta, la bruja mostraría un poco de su poder. No atacaría de inmediato, sino que esperaría los preparativos. Sus ojos emitieron un destello blanquecino que duró menos de un segundo y, enseguida, todo su cuerpo se vio rodeado por una especie de armadura de samurái prácticamente translúcida. Sin embargo, su metamorfosis no se detuvo ahí. Hubo otro destello; esta vez azulado. De sus piernas y hombros comenzó a emerger una importante cantidad de energía espiritual. «Armamento de Mago», se dijo a sí misma.
—Ven —dijo finalmente, provocando a que su oponente retomase el duelo.
- Resumen:
- Sorprenderse por lo fácil que su hechizo fue repelido.
- Un bello recuerdo que hace "alusión" al posible Despertar de Katharina.
- Esquivar el ataque enemigo.
- Prepararse para el combate (uso el tiempo de ataque y el de movimiento).
- Sorprenderse por lo fácil que su hechizo fue repelido.
- Cosas usadas:
- Nombre de la técnica: Armadura de Mago
Naturaleza de la técnica: Espiritual
Descripción de la técnica: Envuelve al objetivo (o a sí misma) en una armadura espiritual similar a la de un samurái, actuando como un manto que protege de cualquier clase de ataque (sin embargo, si se encuentra envenenado, el veneno seguirá haciendo efecto) durante dos turnos. Armadura de Mago reduce 21.25% del daño recibido. Puede usarse solo una vez cada dos turnos, dos veces por combate y sobre otra persona en un rango de 20 metros.
Tiempo de canalización: 2 segundos
Nombre de la técnica: Armamento de Mago
Naturaleza de la técnica: Espiritual
Descripción de la técnica: El objetivo recibe una potenciación de un 200% a la agilidad y velocidad. Tanto de los hombros como de las piernas emerge una gran cantidad de energía espiritual de color azul. Puede usarse una vez cada dos turnos.
Tiempo de canalización: 2 segundos
Tier 7 (Visión): Podría prever los golpes de su oponente a hasta ciento cincuenta metros de distancia. Podría evaluar con no mucha dificultad el nivel de combate de un oponente (un posible error de veinte niveles).
Nivel 100: Reflejos 10, Poder de Destrucción 7, Agilidad 9 (x2.5), Puntería 4, Resistencia 5 (x2.5)
La sonrisa no se borra de la cara de tu oponente, que te mira con superioridad mientras su mirada se desvía hacia tu costado. Puedes ver que su daga esta manchada de sangre, tu sangre concretamente. Ha sido tan rápido que no te has dado cuenta de lo ocurrido. Es una incisión que ha chocado directamente contra una de tus costillas, fisurándola un pelín. Además de eso, no hay ningún daño interno, pero la sangre sale a borbotones.
A excepción de la armadura que envuelve tu voluptuoso cuerpo, todo en ti sigue igual. Tu escala de poder, la forma en la que eres capaz de conjurar tus ataques; todo. Rápidamente, Denis desaparece de tu vista, y frente a ti se escuchan cuatro disparos. Contemplas como los proyectiles forman un cuadrado perfecto, las cuales se abren y crear una especie de campo eléctrico que va hacia ti. Además de ello, cuando vuelves a ver a tu enemigo, o enemiga, está a tu espalda, llama tu atención y desaparece. Tras eso, contemplas como está de nuevo tras el capo eléctrico y, alzando su mano, de este emerge un rayo que se dirige hacia ti. Parece tener un voltaje alto.
A excepción de la armadura que envuelve tu voluptuoso cuerpo, todo en ti sigue igual. Tu escala de poder, la forma en la que eres capaz de conjurar tus ataques; todo. Rápidamente, Denis desaparece de tu vista, y frente a ti se escuchan cuatro disparos. Contemplas como los proyectiles forman un cuadrado perfecto, las cuales se abren y crear una especie de campo eléctrico que va hacia ti. Además de ello, cuando vuelves a ver a tu enemigo, o enemiga, está a tu espalda, llama tu atención y desaparece. Tras eso, contemplas como está de nuevo tras el capo eléctrico y, alzando su mano, de este emerge un rayo que se dirige hacia ti. Parece tener un voltaje alto.
- Cositas a tener en cuenta:
- No puedes dar por sentado una defensa o un ataque, siempre has de poner que lo intentas o tratas de hacerlo, ya que sino formas una cerrada. Y eso, si no está pactado de antemano, caquita.
Si tienes dudas de como funciona el sistema de combate, te insto a leerte la guía.
Katharina von Steinhell
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Características
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Fortaleza
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Agilidad
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Soltó una mueca de dolor al sentir el acero enemigo rasgar su piel hasta las costillas, reprimiendo un grito. Afortunadamente, la daga no ocasionó daños en puntos vitales ni órganos importantes, por lo que Katharina podía luchar con normalidad. Bueno, a excepción de la sangre que no dejaba de brotar desde su herida. Algo había que hacer para detener el sangrado, y a la bruja no se le ocurrió nada mejor que crear una fina capa de hielo a modo de tapón. Bien pudo haberla cauterizado, pero no le apetecía sentir más dolor. Además, tampoco gozaba de una precisión quirúrgica y su enemigo —o enemiga— se aproximaba hacia ella.
El sonido de los disparos alertó a la pirata e innumerables imágenes acudieron a su mente, previendo lo que estaba a punto de suceder. Usando la velocidad de la que se sentía tan orgulloso, su oponente rodeó a Katharina sin dificultad alguna, llamó su atención y volvió a colocarse tras el campo eléctrico para disparar un rayo de electricidad. Al mismo tiempo que sentía las intenciones enemigas, la bruja pensaba en un plan para protegerse de sus movimientos. O bien esquivaba, o bien se defendía, pero la verdadera pregunta era cómo hacerlo.
Tras soltar una sonrisita burlesca, Katharina transformó rápidamente el mango de su arma para formar un escudo lo suficientemente grande para cubrir todo su cuerpo. Katharina no era una experta en el campo de la electricidad, pero sí sabía que el mango de su arma era un aislante perfecto, y, aprovechando esta ventaja, se ubicaría tras el escudo improvisado para protegerse del ataque. Tal vez no hubiera sido necesario tanto truco de magia, quizás hubiera bastado con recibir el ataque con el filo de su arma y dejar que la electricidad desapareciera una vez tocado el mango, pero no estaba segura de que fuera a funcionar. Había fallado una vez, había confiado en que sus capacidades físicas bastaban para esquivar los movimientos de su oponente, y, como respuesta, recibió una fea herida que dejaría una cicatriz a su larga colección.
Esperaba que su arma transformada bastara para detener el ataque de Denis, confiaba en ello. Y ahora era el turno de Katharina. Flexionó ligeramente sus rodillas e inclinó un tanto su cuerpo hacia delante para ganar más velocidad. Acto seguido, buscaría la espalda de su oponente para realizar una serie de ataques mortales. Si tenía éxito en su movimiento, lanzaría un corte horizontal sosteniendo la empuñadura de la guadaña con ambas manos. Siguiendo el movimiento del arma, la elevaría para realizar un tajo completamente vertical y descendente, buscando cortar a Denis en dos mitades iguales. Si retrocedía, la seguiría. Si se protegía, seguiría atacando, pues recién había empezado.
La agilidad sobrehumana de Katharina incrementada con Armamento de Mago le permitía seguir lanzando ataques. «Aún no. ¡Aún no soy lo suficientemente rápida!», se dijo para sí, intentando no perder de vista a Denis. La arremetida continuaría con una estocada con la que ocasionaría un golpe contundente, buscando la boca del estómago de su oponente; si tenía suerte, quizá rompería algún hueso. Finalmente, y si aún estaba cerca de Denis, movería en un ángulo de 360° su arma, girando su propio eje, y acompañaría el movimiento con una poderosa onda de Haoshoku Haki.
El sonido de los disparos alertó a la pirata e innumerables imágenes acudieron a su mente, previendo lo que estaba a punto de suceder. Usando la velocidad de la que se sentía tan orgulloso, su oponente rodeó a Katharina sin dificultad alguna, llamó su atención y volvió a colocarse tras el campo eléctrico para disparar un rayo de electricidad. Al mismo tiempo que sentía las intenciones enemigas, la bruja pensaba en un plan para protegerse de sus movimientos. O bien esquivaba, o bien se defendía, pero la verdadera pregunta era cómo hacerlo.
Tras soltar una sonrisita burlesca, Katharina transformó rápidamente el mango de su arma para formar un escudo lo suficientemente grande para cubrir todo su cuerpo. Katharina no era una experta en el campo de la electricidad, pero sí sabía que el mango de su arma era un aislante perfecto, y, aprovechando esta ventaja, se ubicaría tras el escudo improvisado para protegerse del ataque. Tal vez no hubiera sido necesario tanto truco de magia, quizás hubiera bastado con recibir el ataque con el filo de su arma y dejar que la electricidad desapareciera una vez tocado el mango, pero no estaba segura de que fuera a funcionar. Había fallado una vez, había confiado en que sus capacidades físicas bastaban para esquivar los movimientos de su oponente, y, como respuesta, recibió una fea herida que dejaría una cicatriz a su larga colección.
Esperaba que su arma transformada bastara para detener el ataque de Denis, confiaba en ello. Y ahora era el turno de Katharina. Flexionó ligeramente sus rodillas e inclinó un tanto su cuerpo hacia delante para ganar más velocidad. Acto seguido, buscaría la espalda de su oponente para realizar una serie de ataques mortales. Si tenía éxito en su movimiento, lanzaría un corte horizontal sosteniendo la empuñadura de la guadaña con ambas manos. Siguiendo el movimiento del arma, la elevaría para realizar un tajo completamente vertical y descendente, buscando cortar a Denis en dos mitades iguales. Si retrocedía, la seguiría. Si se protegía, seguiría atacando, pues recién había empezado.
La agilidad sobrehumana de Katharina incrementada con Armamento de Mago le permitía seguir lanzando ataques. «Aún no. ¡Aún no soy lo suficientemente rápida!», se dijo para sí, intentando no perder de vista a Denis. La arremetida continuaría con una estocada con la que ocasionaría un golpe contundente, buscando la boca del estómago de su oponente; si tenía suerte, quizá rompería algún hueso. Finalmente, y si aún estaba cerca de Denis, movería en un ángulo de 360° su arma, girando su propio eje, y acompañaría el movimiento con una poderosa onda de Haoshoku Haki.
- Combate:
- Hice caso a tu recomendación y leí la Guía de Rol III: Combate. Puede que haya entendido mal, pero, según lo que dice esta, lo que yo hice está bien.DIOS TODOPODEROSO escribió:Daño: Un jugador no puede elegir los daños que su ataque causará al oponente. No obstante, éste debe decidir, en base al ataque y a su propia defensa, qué daño debe haber recibido de manera coherente y lógica. Es posible evitar totalmente los daños si hay un motivo razonable para ello.
Este apartado indica que el jugador debe decidir, en base al ataque y a su propia defensa, el daño recibido de manera coherente y lógica. Y fue lo que yo hice. En cualquier caso, si he entendido mal me gustaría que me corrigieras. El post lo he hecho teniendo en cuenta el daño recibido (puta daga cortacostillas), así que tampoco pasa nada, y he dejado en tus manos el resultado de la defensa realizada.
- Cosillas:
- Vamos por partes que aquí he usado unas cuantas cosas:
Nivel 100: Reflejos 10, Poder de Destrucción 7, Agilidad 9 (x2.5), Puntería 4, Resistencia 5 (x2.5)
Nombre de la técnica: Pasos veloces
Naturaleza de la técnica: Física
Descripción de la técnica: Impulsándose con las piernas, permite desplazarse a velocidades increíblemente altas dando la idea que el usuario se teletransporta, pero en realidad no es más que una serie de pasos extremadamente rápidos. Resumidamente, permite desplazarse de un lugar a otro a 30 metros por segundo.
Tiempo de canalización: Tarda 1 segundo en recorrer 30 metros.- Hoja de Argoria:
- Nombre del objeto: Arugoriashīto (Hoja de Argoria)
Descripción: Muchos creen que esta arma proviene del espacio, forjada por humanos de otro mundo. La hoja de la guadaña presenta una forma de media luna y un color blanco con una longitud de ciento cincuenta centímetros. Dentro de la misma hoja se puede ver una franja de color azulado, el cual recuerda a un cielo ligeramente nublado. El filo del arma parece estar sostenido por una especie de cruz, la cual termina en una peligrosa punta forjada con el mismo material que el resto del arma. El mango es sumamente delgado y largo, llegando a una extensión de un metro y setenta centímetros.- Spoiler:
Cualidades del material: Posee tenacidad y dureza épica. Además, posee un mecanismo autónomo que constantemente está generando nanobots. Por otro lado, el mango del arma está constituido por aislantes eléctricos impidiendo así que la electricidad afecte a su portador.
Cualidades excepcionales:
Transmutación: La Hoja de Argoria, como se ha dicho antes, posee una tecnología demasiado avanzada para la civilización actual. Esta guadaña posee nanobots que son guiados por impulsos eléctricos. Estos pequeños cuerpos robóticos se encargan de reconfigurar (o transmutar) la materia a su alrededor a voluntad del usuario, pues los impulsos eléctricos que los guían provienen de la persona que porta el arma. Resumidamente, la Hoja de Argoria tiene la habilidad de una vez por turno alterar el mundo físico a voluntad del usuario, siempre y cuando esto no afecte directamente la funcionalidad de una cosa (por ejemplo, se puede formar un pilar de rocas pero no aumentar o disminuir su dureza ni tenacidad). El rango de acción siempre será de 15 metros de radio, tomando como centro al usuario del arma. Para transformar la materia, la guadaña debe estar en contacto físico con ella y, dependiendo de su peso, tardará un tiempo determinado y estipulado en la siguiente tabla:- Tabla:
- Tarda medio post en transformar 20 litros.
Tarda un post en transformar 50 litros.
Tarda un post y medio en transformar 125 litros.
Tarda dos post en transformar 200 litros.
Tarda dos post y medio en transformar 275 litros.
A partir de este punto, transformar 125 litros extra, requerirá de medio post de contacto físico y trabajo de los nanobos.
¡Diablos! ¡Chispitas!: Algunos de los nanobots del sistema del arma son capaces de producir pequeñas descargas eléctricas. Si bien uno no tiene demasiado poder, 100 sí lo tienen. Una vez cada dos turnos el arma puede cargarse de electricidad para provocar un golpe mucho más peligroso, el cual posee la capacidad de electrocutar gravemente a la víctima (siempre y cuando no sea un aislante eléctrico, claro). Esta descarga eléctrica puede paralizar durante un turno a una persona de 2 metros de altura y un peso de 120 kg. Los turnos en que no se puede usar la descarga se entiende que los nanobots se están recargando.
Descarga del Dragón Blanco: Sacrificando algunos nanobots, el arma puede sobrecargarse de electricidad que no afectará al portador. Esta sobrecarga permite que se realice un único y poderoso disparo que alcanza temperaturas de hasta 850°C, lo suficiente para fundir cualquier roca, y tanta electricidad como para alimentar un casino de las vegas durante todo un mes. Como consecuencia del sacrificio de estos pequeños cuerpos robóticos, el tiempo de espera de la habilidad anterior aumenta en un turno por cada vez que se usa esta habilidad hasta un máximo de tres disparos, tras lo cual no se puede usar ninguna habilidad del arma. Este disparo tiene un radio de 15 metros y un alcance de 85 metros, además la energía descarga simula la apariencia de un dragón blanco envuelto en llamas y electricidad. Para volver a usarse esta técnica, debe esperarse 5 turnos en los que los nanobots se generan a sí mismos.
Nombre de la técnica: Transmutación Avanzada
Naturaleza de la técnica: Mejora de akuma no mi
Descripción de la técnica: La bruja es capaz de acceder al polimorfismo sin necesidad de usar hechizo alguno, así como modificar ligeramente algunas propiedades de la materia (reducir en pequeñas cantidades la dureza de un objeto, extender o acortar vestimentas, entre otras). Para poder hacer esto, debe estar en contacto físico.
Tiempo de canalización: El tiempo varía según el tamaño y volumen, pero por lo general no tarda más de un segundo para objetos normales (una prenda, una espada común y corriente, etc.).
Destrucción: Los usuarios con sintonía en Destrucción tienen una voluntad fuerte y decidida, férrea, capaz de destruir cualquier cosa. A través de su poder son capaces de lanzar potentes ondas de Haki del Rey, suficientemente poderosas como para derribar a la gente (personas normales) a veinte metros a su alrededor, así como quebrar el entorno que lo reciba.
Haki de Observación (Visión) Tier 7 y Haki del Rey (Predilecto) Tier 2.
Bonificadores activos: 200% (agilidad y velocidad) y una reducción al daño de un 21.25%. Mi agilidad quedaría en 7.5 (lo que, según la tabla, me permitiría lanzar 52.5 golpes en el tiempo en el tiempo que otros hacen uno).
- Resumen:
- Defensa: Uso entre 1 a 2 segundos para transformar mi arma en un escudo.
- Movimiento: Uso entre 1 a 2 segundos para volver a transformar mi arma y uso 1 segundo en la técnica Pasos Veloces.
- Ataque: Uso la mayor cantidad de segundos posibles para lanzar diferentes cortes, tajos y estocadas.
- Defensa: Uso entre 1 a 2 segundos para transformar mi arma en un escudo.
Una sonrisa vuelve a dibujarse en el rostro de tu contrincante. Tu arma consigue interceder en el rayo eléctrico que dirigía hacia ti. Todo parece ir bien hasta que la electricidad chamusca a muchos de los nanobots, haciendo que surjan pequeñas explosiones a lo largo de toda la guadaña. Ésta, por su parte, queda inutilizada —Al menos hasta que te avise más adelante—, quedándose como una guadaña normal y corriente, aunque de materiales épicos.
La distancia que os separa es de unos cinco metros, así que, para bloquear tu onda, decide lanzar una onda vertical igual de poderosa. Ambas chocan, explotando en el acto y sacudiendo el polvo de la quinta planta de la aguja. Cuando te abalanzas de nuevo contra tu oponente, bloquea tu guadaña con su espada, y hace lo mismo con gran parte de tus golpes. Sin embargo, tu última estocada no es capaz de atravesar el estómago de tu oponente, que se torna de un negro grisáceo.
—¿Eso es todo lo que tienes? —te pregunta. Observas que tiene varios cortes, que algunos de tus golpes han hecho mella en Denis, pero eso no le impide agarrar tu guadaña con las dos manos y elevarte en el cielo con ella. Desatas tu voluntad, no obstante, eso no parece impactarle para nada, como si no fuera lo suficiente—. En un mundo rodeado de monstruos —Hace un gesto con la cabeza señalando el lugar donde se encuentra Krauser, Zane, Zuko y Deathstroke, así como un dragón que se eleva hacia lo más alto de la aguja creando un campo de nubes—, tu fútil voluntad es como la de una niña pequeña.
Te echa hacia atrás, soltando tu guadaña y se aproxima hacia ti. Primero intenta clavarte la espada, de la cual sale una onda cortante en línea recta, algo así como una estocada para atravesarte. Inmediatamente después, haría un movimiento de apertura con su mano para intentar dividirte en dos por la cintura, para justo después dar un salto hacia atrás y agarrar una bomba en su mano, la cual lanzaría a escasos metros de ti. La esquives o no, cuando el fuego se disipa te das cuenta de que tu contrincante está envuelto en llamas, y no duda en lanzarte un fogonazo.
La distancia que os separa es de unos cinco metros, así que, para bloquear tu onda, decide lanzar una onda vertical igual de poderosa. Ambas chocan, explotando en el acto y sacudiendo el polvo de la quinta planta de la aguja. Cuando te abalanzas de nuevo contra tu oponente, bloquea tu guadaña con su espada, y hace lo mismo con gran parte de tus golpes. Sin embargo, tu última estocada no es capaz de atravesar el estómago de tu oponente, que se torna de un negro grisáceo.
—¿Eso es todo lo que tienes? —te pregunta. Observas que tiene varios cortes, que algunos de tus golpes han hecho mella en Denis, pero eso no le impide agarrar tu guadaña con las dos manos y elevarte en el cielo con ella. Desatas tu voluntad, no obstante, eso no parece impactarle para nada, como si no fuera lo suficiente—. En un mundo rodeado de monstruos —Hace un gesto con la cabeza señalando el lugar donde se encuentra Krauser, Zane, Zuko y Deathstroke, así como un dragón que se eleva hacia lo más alto de la aguja creando un campo de nubes—, tu fútil voluntad es como la de una niña pequeña.
Te echa hacia atrás, soltando tu guadaña y se aproxima hacia ti. Primero intenta clavarte la espada, de la cual sale una onda cortante en línea recta, algo así como una estocada para atravesarte. Inmediatamente después, haría un movimiento de apertura con su mano para intentar dividirte en dos por la cintura, para justo después dar un salto hacia atrás y agarrar una bomba en su mano, la cual lanzaría a escasos metros de ti. La esquives o no, cuando el fuego se disipa te das cuenta de que tu contrincante está envuelto en llamas, y no duda en lanzarte un fogonazo.
Katharina von Steinhell
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Frunció el ceño y chasqueó la lengua al ver las pequeñas explosiones que se originaron dentro de la guadaña, indicando que algo andaba mal. No tenía sentido. Le costaba trabajo creer que se hubiera sobrecargado por el rayo lanzado por Denis, es decir, Arugoriashito era un arma que empleaba la electricidad como fuente de poder. Había visto cientos de veces su habilidad más poderosa, Descarga del Dragón Blanco, y Katharina estaba segura de que el voltaje de esta era más alto que el del rayo lanzado por su oponente. Sin embargo, de nada servía llorar sobre la leche derramada. «Lo hecho, hecho está», se dijo para sí misma, intentando no lamentarse por la pérdida del funcionamiento de su arma.
Cada vez que el filo de Arugoriashito chocaba contra la espada de Denis, Katharina sentía un agudo hormigueo en sus manos, un dolor que se extendía hasta sus brazos. Sus movimientos, aunque rápidos, fueron bloqueados por su enemigo y apenas había causado daño. El endurecimiento protegió por completo el estómago de Denis y, entonces, comenzó a hablar.
Frunció aún más el ceño al escuchar las palabras de Denis y se aferró con fuerza al mango de su arma. No quería admitirlo, pero tenía razón. Su voluntad no podía compararse de aquellos monstruos que luchaban contra un verdadero demonio. Tenía razón. Katharina no era más que una niña intentando entrar en las grandes ligas. Si quería que la considerasen un monstruo, si quería que dejasen de tratarla como a una niña pequeña, debía esforzarse más. Y sabía exactamente lo que tenía que hacer.
La niebla a su alrededor fue empujada por una increíble fuerza, creando una zona completamente despejada. Pese a que las manos le sangraban, las rodillas le temblaban y todo el cuerpo le suplicaba que no diese un paso más, el dolor había desaparecido de la mente de la bruja. Pequeñas partículas de pura energía revoloteaban a su alrededor, comportándose como auténticas luciérnagas que emitían destellos azulados y amarillentos, verdosos y rojos. Todo a su alrededor reaccionaba ante el poder que manaba del cuerpo de Katharina.
Si hubiera que darle un apelativo científico a la magia, sería algo así como la energía de todas las cosas. La Fruta del Diablo que había consumido la bruja permitía burlar las restricciones impuestas a los humanos, pudiendo conseguir cosas que nadie más podría, ni siquiera volviéndose un experto en la materia. Controlar los elementos, resucitar a los muertos y modificar las propiedades físicas del mundo. Todo ello formaba parte de los poderes de la Magi Magi no Mi, no obstante, había una última habilidad que Katharina jamás había explorado.
Había pasado años en busca de conocimiento, había leído toda clase de libros para comprender mejor el funcionamiento de su Fruta del Diablo. Había dedicado cientos de horas a la meditación para encontrar las respuestas a las preguntas que acudían a su cabeza y, poco a poco, sentía que su conexión con el poder que crecía dentro de ella se volvía más intensa. Tardó años en encontrarlo, pero finalmente lo había conseguido. La propagación de sus poderes al medio que la rodeaba era la última faceta que desarrollaría. La transformación de la materia en pura magia fue el proceso final que debió comprender y dominar.
«El mayor grado de maestría de un usuario se conoce como Despertar, y es único en cada caso, pero las Frutas del Diablo del tipo de la Magi Magi no mi tienen algo en común: todas pueden propagar sus poderes a través del entorno», había explicado semanas atrás Musashi Haru. Cuando Katharina había visto los primeros indicios de su Despertar, se sintió decepcionada al darse cuenta de que lo único que hacía era transformar en magia el entorno. Sin embargo, no fue hasta ese día, en el que la niebla la cegaba, el cuerpo le suplicaba que se detuviese y el frío le helaba hasta los huesos, que comprendió lo que verdaderamente significaba transformar el entorno en magia.
Una onda cortante en línea recta salió disparada de la espada de Denis, buscando atravesar a Katharina. La bruja intentaría echarse hacia atrás, colocando el filo de su arma unos centímetros más adelante para que, en caso de pasar muy cerca de ella, la onda rozase el acero de Arugoriashito y no la carne de Katharina. Al ver el siguiente movimiento de su oponente, la bruja optaría por echarse hacia atrás dando un brinco, explotando lo máximo posible su agilidad prodigiosa. Fue en ese entonces que vio un pequeño destello metálico en la mano de Denis, tardándose un valioso segundo en darse cuenta de que tenía una bomba.
Recién había tocado el suelo luego de brincar hacia atrás, por lo que no tenía tiempo suficiente para dar otro salto y esquivar la explosión flamígera. Con toda la velocidad que le permitía su dominio elemental, crearía un pilar de hielo bajo sus pies, ligeramente inclinado hacia atrás, y lo usaría para tomar gran distancia entre ambos. No sólo serviría para alejarla de la explosión, sino que también lo usaría como escudo para el inminente fogonazo que lanzó Denis.
—Tienes razón —empezó a decir—. No soy un monstruo ni estoy dentro de las grandes ligas como Zane. Y parece que tú tampoco. Sin embargo, hay una diferencia entre nosotros, y es que, sin importar lo que suceda, siempre encuentro la manera de continuar hacia delante.
Jamás lo había intentado en el mundo de los vivos, pues la diferencia composicional entre ambos era sustancialmente importante. Mientras que el Reino de los Vivos estaba conformado casi por pura energía en estado puro, permitiendo facilitar el dominio del Despertar de la Magi Magi no Mi, el mundo de los vivos estaba compuesto de materia. Sin embargo, si deseaba continuar, si quería que empezasen a considerarla como un monstruo más, no podía dudar. No importaba si los huesos de sus brazos quedaban destrozados por la presión que originaría el Despertar. Tampoco importaban los fuertes dolores de cabeza que acudirían a ella producto de la intensificación de su poder. Debía mantenerse cuerda y controlar la verdadera fuerza de su Fruta del Diablo.
—A más riesgo, mayor es la recompensa —se limitó a susurrar una última vez antes de empezar.
No había un camino seguro en esto, no había un método que garantizaba la victoria, sino que simplemente estaba improvisando. Lo que jamás había hecho por miedo a fallar, lo estaba haciendo ahora, cuando el mundo estaba al borde del colapso, cuando su vida corría peligro y la muerte le acechaba desde las sombras.
Cerró suavemente los ojos y dejó que la magia comenzase a fluir aceleradamente por sus venas. Poco a poco la energía empezaba a hacerse notar, sintiendo que un fluido ardiente atravesaba el interior de su cuerpo. Le dolía, le dolía mucho, pero no se detuvo. No pudo reprimir una mueca de dolor, pero siguió adelante. Si los efectos del Despertar comenzaban a surgir, su cabello comenzaría a tornarse más oscuro, de un color rosa mucho más vivo e intenso que el característico pálido de siempre. Sus ojos, antes azules y fríos, ahora serían dorados como los de una bestia y la esclerótica completamente negra. Lo que alguna vez fueron manos y dedos, ahora no serían más que afiladas y largas garras de aspecto metálico y oscuro.
Si su propio poder no la consumía por dentro, el suelo bajo sus pies comenzaría a reaccionar ante ella. La tierra, el metal o lo que fuese que hubiese debajo, empezaría a tomar una forma etérea. Incluso el viento cambiaría, transformándose en rayos de luz de diferentes colores. Y, entonces, toda esa materia transformada, todo lo que estaba al alcance del poder de Katharina, serviría como alimento para sus hechizos, volviéndolos mucho más poderosos y reduciendo el tiempo de canalización considerablemente. No obstante, lo más interesante del Despertar, de la máxima manifestación de poder, era la manipulación perfecta de las Escuelas de Magia que dominaba.
Al ser la primera vez —y si aún no caía desmayada por la inmensa presión que ejercía la magia sobre ella— el cuerpo le pesaba y la cabeza le ardía infinitamente. Sin embargo, era hora de demostrar que ella también tenía una fuerte voluntad, era hora de probarse a sí misma y a todos los que la observaban que Katharina von Steinhell no se rendía ante nada ni nadie. Con una versión tres veces más poderosa de lo normal, la bruja lanzaría una Bola de Fuego en dirección a Denis. No necesitaría apuntar a una zona en específico, pues la bola candente tomaría proporciones jamás antes vistas. Luego del lanzamiento del hechizo, y sin importar si daba o no, chasquearía los dedos para generar una explosión tardía detrás de Denis. El efecto esperado era que la explosión la lanzara hacia delante y, en ese momento, ya tendría preparada una lluvia de esquirlas de hielo carmesí para lanzar.
Cada vez que el filo de Arugoriashito chocaba contra la espada de Denis, Katharina sentía un agudo hormigueo en sus manos, un dolor que se extendía hasta sus brazos. Sus movimientos, aunque rápidos, fueron bloqueados por su enemigo y apenas había causado daño. El endurecimiento protegió por completo el estómago de Denis y, entonces, comenzó a hablar.
Frunció aún más el ceño al escuchar las palabras de Denis y se aferró con fuerza al mango de su arma. No quería admitirlo, pero tenía razón. Su voluntad no podía compararse de aquellos monstruos que luchaban contra un verdadero demonio. Tenía razón. Katharina no era más que una niña intentando entrar en las grandes ligas. Si quería que la considerasen un monstruo, si quería que dejasen de tratarla como a una niña pequeña, debía esforzarse más. Y sabía exactamente lo que tenía que hacer.
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La niebla a su alrededor fue empujada por una increíble fuerza, creando una zona completamente despejada. Pese a que las manos le sangraban, las rodillas le temblaban y todo el cuerpo le suplicaba que no diese un paso más, el dolor había desaparecido de la mente de la bruja. Pequeñas partículas de pura energía revoloteaban a su alrededor, comportándose como auténticas luciérnagas que emitían destellos azulados y amarillentos, verdosos y rojos. Todo a su alrededor reaccionaba ante el poder que manaba del cuerpo de Katharina.
Si hubiera que darle un apelativo científico a la magia, sería algo así como la energía de todas las cosas. La Fruta del Diablo que había consumido la bruja permitía burlar las restricciones impuestas a los humanos, pudiendo conseguir cosas que nadie más podría, ni siquiera volviéndose un experto en la materia. Controlar los elementos, resucitar a los muertos y modificar las propiedades físicas del mundo. Todo ello formaba parte de los poderes de la Magi Magi no Mi, no obstante, había una última habilidad que Katharina jamás había explorado.
Había pasado años en busca de conocimiento, había leído toda clase de libros para comprender mejor el funcionamiento de su Fruta del Diablo. Había dedicado cientos de horas a la meditación para encontrar las respuestas a las preguntas que acudían a su cabeza y, poco a poco, sentía que su conexión con el poder que crecía dentro de ella se volvía más intensa. Tardó años en encontrarlo, pero finalmente lo había conseguido. La propagación de sus poderes al medio que la rodeaba era la última faceta que desarrollaría. La transformación de la materia en pura magia fue el proceso final que debió comprender y dominar.
«El mayor grado de maestría de un usuario se conoce como Despertar, y es único en cada caso, pero las Frutas del Diablo del tipo de la Magi Magi no mi tienen algo en común: todas pueden propagar sus poderes a través del entorno», había explicado semanas atrás Musashi Haru. Cuando Katharina había visto los primeros indicios de su Despertar, se sintió decepcionada al darse cuenta de que lo único que hacía era transformar en magia el entorno. Sin embargo, no fue hasta ese día, en el que la niebla la cegaba, el cuerpo le suplicaba que se detuviese y el frío le helaba hasta los huesos, que comprendió lo que verdaderamente significaba transformar el entorno en magia.
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Una onda cortante en línea recta salió disparada de la espada de Denis, buscando atravesar a Katharina. La bruja intentaría echarse hacia atrás, colocando el filo de su arma unos centímetros más adelante para que, en caso de pasar muy cerca de ella, la onda rozase el acero de Arugoriashito y no la carne de Katharina. Al ver el siguiente movimiento de su oponente, la bruja optaría por echarse hacia atrás dando un brinco, explotando lo máximo posible su agilidad prodigiosa. Fue en ese entonces que vio un pequeño destello metálico en la mano de Denis, tardándose un valioso segundo en darse cuenta de que tenía una bomba.
Recién había tocado el suelo luego de brincar hacia atrás, por lo que no tenía tiempo suficiente para dar otro salto y esquivar la explosión flamígera. Con toda la velocidad que le permitía su dominio elemental, crearía un pilar de hielo bajo sus pies, ligeramente inclinado hacia atrás, y lo usaría para tomar gran distancia entre ambos. No sólo serviría para alejarla de la explosión, sino que también lo usaría como escudo para el inminente fogonazo que lanzó Denis.
—Tienes razón —empezó a decir—. No soy un monstruo ni estoy dentro de las grandes ligas como Zane. Y parece que tú tampoco. Sin embargo, hay una diferencia entre nosotros, y es que, sin importar lo que suceda, siempre encuentro la manera de continuar hacia delante.
Jamás lo había intentado en el mundo de los vivos, pues la diferencia composicional entre ambos era sustancialmente importante. Mientras que el Reino de los Vivos estaba conformado casi por pura energía en estado puro, permitiendo facilitar el dominio del Despertar de la Magi Magi no Mi, el mundo de los vivos estaba compuesto de materia. Sin embargo, si deseaba continuar, si quería que empezasen a considerarla como un monstruo más, no podía dudar. No importaba si los huesos de sus brazos quedaban destrozados por la presión que originaría el Despertar. Tampoco importaban los fuertes dolores de cabeza que acudirían a ella producto de la intensificación de su poder. Debía mantenerse cuerda y controlar la verdadera fuerza de su Fruta del Diablo.
—A más riesgo, mayor es la recompensa —se limitó a susurrar una última vez antes de empezar.
No había un camino seguro en esto, no había un método que garantizaba la victoria, sino que simplemente estaba improvisando. Lo que jamás había hecho por miedo a fallar, lo estaba haciendo ahora, cuando el mundo estaba al borde del colapso, cuando su vida corría peligro y la muerte le acechaba desde las sombras.
Cerró suavemente los ojos y dejó que la magia comenzase a fluir aceleradamente por sus venas. Poco a poco la energía empezaba a hacerse notar, sintiendo que un fluido ardiente atravesaba el interior de su cuerpo. Le dolía, le dolía mucho, pero no se detuvo. No pudo reprimir una mueca de dolor, pero siguió adelante. Si los efectos del Despertar comenzaban a surgir, su cabello comenzaría a tornarse más oscuro, de un color rosa mucho más vivo e intenso que el característico pálido de siempre. Sus ojos, antes azules y fríos, ahora serían dorados como los de una bestia y la esclerótica completamente negra. Lo que alguna vez fueron manos y dedos, ahora no serían más que afiladas y largas garras de aspecto metálico y oscuro.
Si su propio poder no la consumía por dentro, el suelo bajo sus pies comenzaría a reaccionar ante ella. La tierra, el metal o lo que fuese que hubiese debajo, empezaría a tomar una forma etérea. Incluso el viento cambiaría, transformándose en rayos de luz de diferentes colores. Y, entonces, toda esa materia transformada, todo lo que estaba al alcance del poder de Katharina, serviría como alimento para sus hechizos, volviéndolos mucho más poderosos y reduciendo el tiempo de canalización considerablemente. No obstante, lo más interesante del Despertar, de la máxima manifestación de poder, era la manipulación perfecta de las Escuelas de Magia que dominaba.
Al ser la primera vez —y si aún no caía desmayada por la inmensa presión que ejercía la magia sobre ella— el cuerpo le pesaba y la cabeza le ardía infinitamente. Sin embargo, era hora de demostrar que ella también tenía una fuerte voluntad, era hora de probarse a sí misma y a todos los que la observaban que Katharina von Steinhell no se rendía ante nada ni nadie. Con una versión tres veces más poderosa de lo normal, la bruja lanzaría una Bola de Fuego en dirección a Denis. No necesitaría apuntar a una zona en específico, pues la bola candente tomaría proporciones jamás antes vistas. Luego del lanzamiento del hechizo, y sin importar si daba o no, chasquearía los dedos para generar una explosión tardía detrás de Denis. El efecto esperado era que la explosión la lanzara hacia delante y, en ese momento, ya tendría preparada una lluvia de esquirlas de hielo carmesí para lanzar.
- Transformación:
- Resumen:
- Sentirse extrañada por la sobrecarga de los nanobots de Arugoriashito.
- Encontrarle la razón a Denis.
- Flashback del entrenamiento realizado en el Reino de los Muertos.
- Explicación a grandes rasgos del Despertar de la Fruta del Diablo de Katharina.
- Volver del flashback e intentar esquivar los ataques de Denis, echándose hacia un lado al ver la onda cortante en línea recta, dando un brinco hacia atrás para esquivar la apertura, y creando un pilar de hielo inclinado para protegerse de la explosión.
- Intentar realizar el Despertar.
- En caso de funcionar, lanzar una Bola de Fuego mucho más poderosa (gracias al Despertar), crear una explosión tardía en la espalda de Denis y lanzar una lluvia de estacas de hielo.
- Sentirse extrañada por la sobrecarga de los nanobots de Arugoriashito.
- Cosas usadas:
- Primero que todo, el Despertar de la Magi Magi no Mi altera el entorno, transformando la materia en magia y utilizándola como combustible para la conjuración de hechizos, reduciendo el tiempo de canalización (a discutir con el Staff) e incrementando la fuerza de sus hechizos (también a discutir con el Staff).
Nombre de la técnica: Bola de Fuego
Naturaleza de la técnica: Elemental
Descripción de la técnica: Un pentáculo rojo aparece frente a la mano de la conjuradora e inmediatamente después una bola de fuego sale disparada. La bola de fuego alcanza el tamaño de una rueda de camión estándar, viaja a 195 m/s y al recorrer 20 metros o impactar contra algún cuerpo provoca una explosión con un radio de 4.5 metros. Puede usarse una vez cada dos turnos.
Tiempo de canalización: Hechizo de casteo casi instantáneo, por lo que equivale a 1 segundo.
Nombre de la técnica: Meteoro
Naturaleza de la técnica: Elemental
Descripción de la técnica: Provoca una explosión tardía que abarca un radio de 5 metros. Esta puede provocarse dentro del radio estipulado, el cual equivale a 40 metros tomando a la bruja como centro de la circunferencia. Puede causar quemaduras de hasta grado uno.
Tiempo de canalización: El hechizo tarda 1 en canalizarse y la explosión tarda 1 segundos en aparecer.
Nombre de la técnica: Evocación Avanzada
Naturaleza de la técnica: Mejora de akuma no mi
Descripción de la técnica: Katharina es capaz de sintonizar su magia para manipular y crear los elementos básicos de la naturaleza: aire, tierra, hielo y fuego. Permite que acceda de forma más libre a la esencia de la magia elemental, aunque en cuanto a utilidad y poder no se asemeja a lo que puede alcanzar un conjuro.
Hielo: Únicamente es capaz de generar este elemento y siempre en su forma sólida. El hielo creado tendrá una dureza de 7,5 según la escala de Mohs, además de una resistencia igual a la del hielo glaciar. De ninguna forma podrá crear figuras complejas, a lo más estacas, lanzas y figuras similares. Puede crear 20 metros cúbicos de este elemento.
Reculas hacia atrás y comienzas a bloquear parte de la onda cortante de tu oponente, pero eso no es suficiente como pararlo y acabas cediendo hasta que la onda te roza el hombro derecho y la oreja del mismo lado, perdiendo el lóbulo en el intento. El segundo ataque lo esquivas, pues el corte da en tu arma. Y creas un muro que bloquea la bomba, pero destroza el muro de hielo en múltiples pedazos que luego son derretidos por el fogonazo.
El intento de exponer los secretos de tu fruta del diablo no funciona, y tu bola de fuego es absorbida por el cuerpo encendido de tu oponente, que te mira con ligera decepción.
—¿Eso es todo lo que tienes? —te dice, volviendo inmediatamente a su estado normal—. Tu magia no puede hacerme daño, ¿acaso no te has dado cuenta?
El intento de exponer los secretos de tu fruta del diablo no funciona, y tu bola de fuego es absorbida por el cuerpo encendido de tu oponente, que te mira con ligera decepción.
—¿Eso es todo lo que tienes? —te dice, volviendo inmediatamente a su estado normal—. Tu magia no puede hacerme daño, ¿acaso no te has dado cuenta?
Katharina von Steinhell
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hizo una mueca de dolor al perder el lóbulo derecho, reprimiendo las ganas de gritar. No lo haría, no quedaría en vergüenza frente a su oponente. Y ahora que había desperdiciado energías en intentar alcanzar el máximo poder de su Fruta del Diablo, las opciones se acababan poco a poco. Denis había acabado fácilmente con la onda cortante que Katharina había usado antes. Su cuerpo encendido redujo a nada las esquirlas de hielo lanzadas y, encima, pudo resistir perfectamente la estocada que la bruja había ejecutado. Por ningún motivo lo admitiría en voz alta, pero sabía que estaba ante un oponente superior a ella.
¿Qué podía hacer? Los hechizos elementales no tendrían efecto en ella y cualquier onda cortante sería fácilmente detenida. Tampoco podía darse nuevamente el lujo de gastar energías en un fallido Despertar. Si en el Reino de los Muertos lo había alcanzado, se debía a que las condiciones eran muy diferentes a las del mundo de los vivos. No hallaba forma de derrotar a su oponente. Sin embargo, eso no la detendría. Debía continuar.
—Aún no has visto nada —susurró, mirando fijamente a Denis.
Katharina, antes de arremeter contra su oponente, canalizaría energía mágica para conjurar una serie de hechizos. Si Denis no intervenía, lo primero que cambiaría en la bruja serían sus rasgos faciales, volviéndose más los de un felino que los de un humano. Gracia Felina aumentaría no sólo la agilidad y los reflejos de Katharina, también su velocidad. Y Armamento de Mago reforzaría sus cualidades físicas, volviéndola incluso más ágil y veloz.
Cubriría su arma con una frágil e invisible armadura, luego buscaría la espalda de Denis usando los Pasos Veloces y, una vez allí, giraría con suma destreza su guadaña, creando un verdadero vórtice cortante de acero que tenía como objetivo dividir en dos partes iguales a su oponente. Sabiendo que no sería suficiente para detener a tan hábil luchador, continuaría atacando. El siguiente movimiento sería un giro vertical del arma, intentando clavar la punta de la guadaña en el hombro de Denis. Cogería con firmeza el mango de Arugoriashito y lanzaría un tajo horizontal desde la derecha el cual, seguramente, sería detenido. De tal ser el caso, giraría sobre su propio eje al mismo tiempo que flexionaría sus piernas para agacharse unos cuantos centímetros, formando otro vórtice que tenía como objeto cortar a Denis a la altura de las rodillas.
¿Qué podía hacer? Los hechizos elementales no tendrían efecto en ella y cualquier onda cortante sería fácilmente detenida. Tampoco podía darse nuevamente el lujo de gastar energías en un fallido Despertar. Si en el Reino de los Muertos lo había alcanzado, se debía a que las condiciones eran muy diferentes a las del mundo de los vivos. No hallaba forma de derrotar a su oponente. Sin embargo, eso no la detendría. Debía continuar.
—Aún no has visto nada —susurró, mirando fijamente a Denis.
Katharina, antes de arremeter contra su oponente, canalizaría energía mágica para conjurar una serie de hechizos. Si Denis no intervenía, lo primero que cambiaría en la bruja serían sus rasgos faciales, volviéndose más los de un felino que los de un humano. Gracia Felina aumentaría no sólo la agilidad y los reflejos de Katharina, también su velocidad. Y Armamento de Mago reforzaría sus cualidades físicas, volviéndola incluso más ágil y veloz.
Cubriría su arma con una frágil e invisible armadura, luego buscaría la espalda de Denis usando los Pasos Veloces y, una vez allí, giraría con suma destreza su guadaña, creando un verdadero vórtice cortante de acero que tenía como objetivo dividir en dos partes iguales a su oponente. Sabiendo que no sería suficiente para detener a tan hábil luchador, continuaría atacando. El siguiente movimiento sería un giro vertical del arma, intentando clavar la punta de la guadaña en el hombro de Denis. Cogería con firmeza el mango de Arugoriashito y lanzaría un tajo horizontal desde la derecha el cual, seguramente, sería detenido. De tal ser el caso, giraría sobre su propio eje al mismo tiempo que flexionaría sus piernas para agacharse unos cuantos centímetros, formando otro vórtice que tenía como objeto cortar a Denis a la altura de las rodillas.
- Cosas usadas:
- Características: Reflejos 10, Poder de Destrucción 7, Agilidad 9 (x2.5), Puntería 4, Resistencia 5 (x2.5)
Nombre de la técnica: Pasos veloces
Naturaleza de la técnica: Física
Descripción de la técnica: Impulsándose con las piernas, permite desplazarse a velocidades increíblemente altas dando la idea que el usuario se teletransporta, pero en realidad no es más que una serie de pasos extremadamente rápidos. Resumidamente, permite desplazarse de un lugar a otro a 30 metros por segundo.
Tiempo de canalización: Tarda 1 segundo en recorrer 30 metros.
Haki Despertado: Una vez despertado, previamente a ser entrenado, este Haki forma una frágil armadura invisible alrededor de partes concretas de tu cuerpo o armas, permitiendo tocar el cuerpo material de usuarios y reducir ligeramente el daño recibido. Puede mantener esto durante hasta cinco asaltos.
Nombre de la técnica: Gracia Felina
Naturaleza de la técnica: Espiritual
Descripción de la técnica: El objetivo recibe rasgos felinos (ojos, orejas, pelaje, etc.), volviéndose mucho más ágil, veloz y coordinada. El conjuro otorga 100% a la agilidad y reflejos, además de un 75% a la velocidad, durante dos turnos. Puede usarse una vez cada tres turnos.
Tiempo de canalización: 2 segundos.
Nombre de la técnica: Armamento de Mago
Naturaleza de la técnica: Espiritual
Descripción de la técnica: El objetivo recibe una potenciación de un 200% a la agilidad y velocidad. Tanto de los hombros como de las piernas emerge una gran cantidad de energía espiritual de color azul. Puede usarse una vez cada dos turnos.
Tiempo de canalización: 2 segundos.
Bonificadores: 300% a Agilidad, 275% a Velocidad y 100% a Reflejos.
Uno de los anillos ha explotado y cae junto a vosotros, pero eso no hace que se neutralicen tus conjuros, es más te da algo más de tiempo para prepararlos. Ves como Denis lleva la mano a un trozo del anillo y su cuerpo parece cubrirse de del mismo material que ha tocado. Tras eso, se abalanza hacia ti al mismo que lanza su ataque, deshaciendo el vórtice cortante con sus manos envueltas en energía. Luego desvía tu guadaña, impidiendo cualquier acción con ella. Sin embargo, tu giro le pilla desprevenido y tu vórtice lo lanza más allá del muro que tenéis al lado y cae varios pisos hacia abajo.
Si te asomas verás que su cuerpo no está, ¿habrá muerto? Quién sabe.
Si te asomas verás que su cuerpo no está, ¿habrá muerto? Quién sabe.
Katharina von Steinhell
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Akuma no mi
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La explosión desestabilizó ligeramente a Katharina, pero al final consiguió conjurar los hechizos. Y así comenzó su lluvia de ataques. Denis no tuvo problema alguno en protegerse y desviar la ofensiva de la bruja, no obstante, un movimiento medio sorpresivo terminó arrojando al hábil guerrero más allá del muro, haciéndolo caer varios pisos. Katharina se acercó lentamente para echar un vistazo, jadeando y sangrando. Las heridas le escocían y, si no hacía algo luego, terminarían pasándole la cuenta.
Con la oportuna desaparición de Denis, Katharina contaba con dos opciones: seguir su camino en busca de los planos o terminar con lo que había empezado. No se sentiría satisfecha hasta derrotar con sus propias manos a su oponente. No podía considerar una victoria un desenlace como ese, por supuesto que no. Pero, por otra parte, había algo más importante que su propio orgullo. La obtención de los planos era casi tan fundamental como detener la activación del aparato apocalíptico. A Katharina jamás le importó la millonaria suma de dinero que Viktor entregaría a quien le llevara los planos. Jamás le interesó quedárselos para construir otra. No, Katharina quería encontrarlos para destruirlos y que nadie más ocupase esa tecnología maldita.
Antes de decidir cualquier cosa, aprovecharía el pequeño descanso para usar magia sanadora y recuperarse. Aunque no había sufrido heridas mortales, el dolor persistía y comenzaba a sentirse extraña sin el lóbulo derecho. Además, tendría que ver el estado de su guadaña. Como sea, luego de que el hechizo hiciese efecto, y si nadie intervenía, emprendería rumbo. Tenía un laberinto enfrente —o eso parecía— y ninguna pista sobre los planos. Quizá ni siquiera existían. Tal vez no había que preocuparse por la construcción de otra aguja como esa, pero necesitaba comprobarlo con sus propios ojos.
En cualquier caso, no bajaría la guardia. Un oponente como Denis no moriría tan fácilmente. Si realmente quería hacer pagar a Katharina por los pecados que había cometido, no se detendría. Una caída como esa no lo haría detenerse. La bruja se limitaría a continuar su camino con el mantra activo, pendiente ante cualquier movimiento sospechoso.
Con la oportuna desaparición de Denis, Katharina contaba con dos opciones: seguir su camino en busca de los planos o terminar con lo que había empezado. No se sentiría satisfecha hasta derrotar con sus propias manos a su oponente. No podía considerar una victoria un desenlace como ese, por supuesto que no. Pero, por otra parte, había algo más importante que su propio orgullo. La obtención de los planos era casi tan fundamental como detener la activación del aparato apocalíptico. A Katharina jamás le importó la millonaria suma de dinero que Viktor entregaría a quien le llevara los planos. Jamás le interesó quedárselos para construir otra. No, Katharina quería encontrarlos para destruirlos y que nadie más ocupase esa tecnología maldita.
Antes de decidir cualquier cosa, aprovecharía el pequeño descanso para usar magia sanadora y recuperarse. Aunque no había sufrido heridas mortales, el dolor persistía y comenzaba a sentirse extraña sin el lóbulo derecho. Además, tendría que ver el estado de su guadaña. Como sea, luego de que el hechizo hiciese efecto, y si nadie intervenía, emprendería rumbo. Tenía un laberinto enfrente —o eso parecía— y ninguna pista sobre los planos. Quizá ni siquiera existían. Tal vez no había que preocuparse por la construcción de otra aguja como esa, pero necesitaba comprobarlo con sus propios ojos.
En cualquier caso, no bajaría la guardia. Un oponente como Denis no moriría tan fácilmente. Si realmente quería hacer pagar a Katharina por los pecados que había cometido, no se detendría. Una caída como esa no lo haría detenerse. La bruja se limitaría a continuar su camino con el mantra activo, pendiente ante cualquier movimiento sospechoso.
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