viaje de paso (pasado) [privado Kaworu]

Ilusia no era de las islas mas conocidas, algo que sorprendió a Greed cuando vio la ciudad, impresionante, con una estructura única y exquisita, los ciudadanos parecían felices y el comercio abundante, si, ciertamente habían personas en un estado lamentable en algunos "puntos aislados" de la población, pero ignorando ese pequeño e insignificante detalle, la ciudad era prospera y tranquila, gracias a sus enormes murallas y fuertes defensores.

Hasta el pequeño Tontatta se sentía mas seguro, y eso que él nunca estaba seguro, no mientras estuviera en una ciudad humana, como tontatta tenía precio a su cabeza en el mercado negro, así que nunca estaba del todo a salvo, pero en este caso solo estaría unas horas en la isla, estaba esperando el barco que lo llevaría a Ohara, no era un ferry barato, pero como buen sabio que pretendía ser, debía viajar allí aunque fuera una vez en su vida ¿No es lógico?
Mientras esperaba en una pequeña plaza, estaba escondiéndose entre las palomas que venían a comer las migas que tiraba un viejo ¿no era el plan perfecto de escondite? Todos solían confundirlo con un pájaro, y si un libro lo escondes en la biblioteca ¿Donde escondes un pájaro?
-¡OH! pero mira que pájaro mas elegante, con sombrero y todo.-buenas señor, no soy un ... Pareces hambriento... ¡TOMA! ¡piiiiiiitas-pitas-pitas-pitas!
Sobre Greed llovió una lluvia de migas, haciendo que se pusiera de mal humor, le gustaba ir impecable, y acababan de bañarlo en migas de pan, para él no tenía ninguna gracia, y así lo hizo saber.
-Que sepa señor... que eso me ha indignado
Así es como el pequeño Tontatta se separa del grupo de palomas, sacudiéndose las migas mientras las palomas siguen con el festín.

Aquel había sido un viaje bastante movido, la mar estaba bastante furiosa aquel día, tuve que hacer uso de mis conocimientos en navegación para poder llegar a salvo a buen puerto, no era conocedor de en qué isla me encontraba ni tampoco me importaba, siempre que llegaba a un nuevo lugar vivía nuevas aventuras y el placer de viajar de puerto en puerto era mejor si no se conocía el destino. Mi llegada a aquella isla sería calmada, ya que ni si quiera tendría que pagar por aparcar mi embarcación, al parecer aquella isla recibía con los brazos abiertos a los extranjeros, y desde luego que yo, aunque pobre, era uno de ellos.

Me bajé de la barca y después de atarla con una cuerda para que esta no viajase a la deriva, cambié mi indumentaria de combate en mitad del lugar. Me desnudé con lentitud y me coloqué pieza a pieza todos los componentes de mi ropa de paisano, incluyendo los guantes de impacto, por si acaso me veía obligado a tener que usarlos. La mirada de los paisanos y sobretodo de las paisanas estaba fija en mí, algunos rubores surgieron pero cambiaron a rostros entristecidos en cuanto me puse de espaldas para ponerme la nueva prenda superior, entonces todos vieron las cicatrices de latigazos y la quemadura en mi nuca, apartaron la vista y yo puse rumbo hacia el interior de la ciudad, de manera concreta hacia la taberna.

Ropa Civil:

En mi camino hacia el establecimiento, lugar en el cual quería obtener información para así restablecer los víveres de mi embarcación, pude ver a un extraño pájaro vestido con una elegante indumentaria, había un hombre mayor, ya prácticamente un medio fósil en edad, que se entretenía lanzando... ¿Comida? No podía ser verdad, el pájaro se estaba quejando. Poseído por un extraño poder (conveniencia del guión) fui a salvar al pájaro, ya que como bien pirata debía de tener un loro elegante en el hombro. Llevé mi mano hacia él, lo tomé con completa confianza e hice lo que había mencionado anteriormente. El viejo decidió mirarme con rostro amenazante y me llamó la atención.

Anciano - ¿Qué haces llevándote a la paloma? ¿Le vas a quitar entretenimiento a un pobre anciano senil?

Decidí mirarle fijamente a los ojos y me crucé de brazos, me encogí de hombros y respondí con seriedad.

- ¿En serio te parece este bicho una paloma?

El anciano agarró su bastón y lo zarandeó por el cielo.

Anciano - ¡Devuélvelo o te lo haré soltar a la fuerza! ¡Estos zagales de hoy día no tienen educación!

Me negué rotundamente con giros de cabeza y respondí, di un movimiento de muñeca sacando de mi guante las cinco uñas de tres centímetros.

- Vuelve a amenazarme y te arrancaré el bastón, anciano.

El medio fósil decidió replicar una vez mas.

Anciano - ¡He pasado por dos guerras! ¡No voy a caer ante tus amenazas ni antes tus guantes de gatito asustado!

Fruncí el ceño y saqué las uñas de metal del otro guante, preparándome para enfrentarme al anciano.

Todo quedó en manos de Little Greed, en sus manos recaía el parar la pelea o no.

Greed estaba confuso, cuando creía que aquel viejo le iba a hacer el día, apareció un segundo cretino ¿Por qué también era un cretino? Pues sin ni siquiera verlo venir, vino y le agarró, como si fuera un mero objeto, sin presentarse, ni saludar, ni siquiera espero a la tercera cita....
-¡EXACTO! ¡No soy una paloma señor! deje de arrojarme...¡HEEE!... ¡TAMPOCO SOY UN BICHO!  ¡MI nombre es Greed! Y soy un Tontatta, un ser superior a todo bicho o paloma...

No supo si se hizo escuchar ya que ambos combatientes parecían haber empezado su danza de combate de gallitos para impresionar a la hembra de su especie, aunque Greed no veía mujer alguna cerca ¿O se estaban peleando por ÉL? En parte se sentía halagado, debía admitirlo, y tenía sentimientos encontrados sobre quien debía ganar... por un lado Él era demasiado viejo, y le tiraba migas a la cara como perdigones de escopeta, por otro, él lo agarraba sin permiso y intensamente, pero también lo llamaba bicho.

Perfectamente podría dejar que se pelearan, y salir de allí, mientras ganara quien ganara tomaba la vida del otro en compensación por perderle, y él podría seguir viviendo su vida, sin preocupaciones... bueno, excepto el hecho de que alguien moriría por su culpa, lo cual caería en su conciencia ¿Podría vivir con ello? Tal vez no.

-¡ALTO ALTO ALTO! Señores gigantes, por favor, no empiecen una pelea, estamos en un parque público ¡¿Es que nadie piensa en los niños?!-Dijo intentando calmar los ánimos, por que si no allí habría sangre- Estoy casi seguro... casi, de que existe una forma mas... civilizada de resolver esta disputa, por que esta claro que soy un Tontatta, no una paloma ni un bicho.... ni un ratón, solo por si lo pensaban.

Greed se quedo observando a ambos hombres, el joven de "mano fácil" impulsivo y terco, de mecha fácil y explosivo, que a saber en que pensaba, y luego en el viejo cascarrabias, su cuerpo podía parecer frágil, pero Greed tenía cierto ojo para los detalles, y aquellos músculos aunque flácidos, aún podrían romper mas de un hueso, aquel hombre era viejo, pero también era rudo, estaba entrenado, y sus ojos vidriosos le decían que ahora mismo estaba recordando sus batallas en Vietnam, así que no sabía si le escuchaba.

-Y si lo resolvemos... con un pulso... ¡un pulso Toroano! - Naturalmente Greed esperaba que ambos lo miraran extrañados, por que Greed se lo acababa de inventar, por supuesto-¡Sí! los famosos pulsos de la isla de Toroa ¿No lo conocéis? unís vuestras manos y vuestros pulgares se enfrentan e intentan reducir el pulgar del otro.

Dejó que la idea fuera calando, al fin y al cabo con esa competición nadie sufría mas que una torcedura grave de pulgar, mientras buscaba como convencer a ambos con su idea, por que tenía que poner cebo en el anzuelo, o los peces no pican.

-Si usted Gana, podrá tirarnos palomitas con ganas durante 10 minutos, todo lo que quiera... en cambio si Él gana, pues... hemmm... ¿Tu que quieres si ganas?- no le había quedado claro que quería Kaworu, si romperle el bastón, insultarlo o tirarle palomitas al anciano, así que dejo que fuera el mismo quien dijera lo que quería.- ¡Si eso! ...espera ¡¿Que?!

Con las cuchillas ya fuera y después de la conversación agresiva, me dispuse a adoptar mi posición de combate, misma acción que realizó el anciano, ahora él parecía bastante diestro en el combate, algo que era un rasgo bastante poco peculiar en un hombre tan anciano como él. Ambos mantuvimos la mirada fija el uno en el otro, parecía que tratábamos de adivinar cuándo el adversario iba a avanzar para así poder contradecir su ataque. En un plano que parecía paralelo se podía escuchar la voz del pequeño Greed, quien al parecer quería calmar la situación. Ambos nos mantuvimos callados durante toda su charla, no relajamos la posición por más que él trató de traer la paz. El anciano fue el primero en romper el silencio.

- Apenas conozco la isla de la que hablas, paloma parlante, pero sé muy bien las costumbres en mi familia. ¡Este niñato pagará con un precio alto sus acciones! ¡Me quedaré contigo y te daré de comer palomitas aunque no quieras!

Y como no podía ser de otra forma, respondí a las amenazas del anciano.

- Cuanto te haya partido lo poco que te quedarán de los huesos de la espalda entonces podrás comprender que no eres un adversario adecuado para mí. ¡Me llevaré a este pájaro elegante conmigo y demostraré que es el loro que se merece el futuro rey de los piratas!

El anciano negó con la cabeza y acto seguido sacó de detrás del banco un gran mandoble, un mandoble de metro y medio que si destacaba por algo era por su ligereza, por la forma en la que lo tomó se dejaba entrever que era diestro con él.

- Has sentenciado tu vida, niñato, o quizás debería de decir... Pirata. ¡No dejaré que un pirata campe a sus anchas por Ohara! ¡No lo haré como miembro del CP9 que fui!

Al parecer había hablado demasiado, desvié la vista con levedad para ver cómo algunas personas se alejaban del parque a toda prisa, quizás tratasen de llamar miembros del cuartel de la marina que había ubicado allí. Aquella disputa tendría tiempo límite y no conocía del todo si este sería largo o corto, lo que era seguro era que debía de terminar el combate cuanto antes. Sentí un gran torrente de aire avanzar hacia a mí y entonces instintivamente me agaché con velocidad, alcé la vista hacia el cielo solo para ver cómo un gran mandoble estaba sobre mi cabeza, había incrustado la hoja en el árbol, dando por iniciado el combate. Llevé mi mano hacia la posición de Greed, lo tomé teniendo cuidado de no clavar ninguna de mis agujas en él y lo metí con rapidez en mi bolsillo.

- ¡Mantente ahí, Greed! ¡Luego hablamos, ahora tengo que mandar a un anciano al...!

Un nuevo mandoblazo me interrumpió, había logrado sacar la liviana hoja del árbol y esta vez había realizado un tajo vertical, giré con velocidad y lo esquivé de milagro, el tajo había terminado hundiendo la parte frontal de la hoja en el suelo. Aquel anciano parecía ser bastante duro.

-KIIIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

Greed chillo cuando Kaworu lo agarró y lo metió en su bolsillo, pues a pesar de todas sus buenas intenciones parecía que el viejo y el joven iban a pelearse definitivamente, y para poner leña al fuego, el joven captor, era pirata, y no un pirata cualquiera, sino uno de los locos, uno de los muchos jóvenes piratas que aspiraban a alcanzar el mayor titulo de todos, El rey de los piratas.

Lo cual solo sería medianamente desagradable, si no resultara que el anciano resultaba ser un antiguo agente secreto del gobierno, uno de los misteriosos y temibles ¡CP9! Greed nunca esperó encontrarse con uno en vida, muchos creían que eran un mito.

Y lo peor, es que en vez de estar lejos del combate en una zona protegida del mismo, ahora estaba dentro del mismo, en el peor sitio posible, del lado del que poseía unas garras en plan gato, al lado contrario del que tenia una enorme espada de gigante que perfectamente podría cortarlos como mantequilla.

-¡¿AH mi por qué me metes?! ¡Yo no se pelear!

Bueno, no saber pelear, es relativo, claro que sabía, pero … ¡No luchaba cuerpo a cuerpo! Al alcance de aquella arma temible, esa espada que podría cortar uñas de gigantes de verdad, y con la que se podría hacer un revuelto de kaworu y Greed a la vinagreta.

-Oye, por si no te has dado cuenta, tu arma son guantes, el tiene una espada con un alcance de la hostia… ¡Te va a hacer trizas! ¡Mantén las distancias o nos hará una brocheta!

Greed no era un gran combatiente, pero su vida ahora estaba ligada a un loco joven con aspiraciones locas y infantiles como ser el rey de los piratas, ahora el punto bueno, es que estaba en un bolsillo y desde allí, al menos estaba mas protegido del combate directo, tal vez pudiera desarrollar una estrategia.
Por alguna razón le daba la sensación de que nadie le hacia caso y eso le preocupaba cada vez más, no tener el control de los acontecimientos que se venían sucediendo.

-¿Sabes? aun no es tarde... podemos correr, alcanzar un barco y desaparecer... seguro que ese viejo no es tan rápido.- Dijo insistiendo y jugando su ultima carta- ¿Qué me dices? los piratas muertos no pueden tener un loro chulo en su hombro.

Aunque pareciese mentira estaba tratando de esforzarme por escuchar las palabras de Greed, pero el frenesí del combate en el que me había visto envuelto había provocado que necesitase brindar toda la atención a este para no morir cortado por la mitad. Daba gracias a haber estado durante tanto tiempo entrenándome, lo que había aumentado en gran medida la cantidad de veces que podía esquivar antes de cansarme. Sus cortes con el mandoble parecían ser rápidos, pesados y cada vez trataban de acorralarme más contra uno de los árboles del parque. Se trataban de cortes diagonales que me eran muy difíciles de esquivar por culpa del gran rango del arma, retrocedí y retrocedí sin parar hasta topar con la espalda en el árbol.

- ¡Ha llegado tu hora!

Gritó el anciano en un gran ataque que provocó que la espada se rodeara de una extraña aura de color blanco, acto seguido descargó el ataque en vertical, ante lo que respondí resbalándome por el tronco hasta quedarme sentado debajo de este, mi cabeza pensó en esquivar pero no tuve tiempo, el ataque resquebrajó el tronco por la mitad con velocidad y parecía ser capaz de cortarme por la mitad, hasta que por reflejos intercepté el ataque con las palmas de mis manos, provocando que los diales absorbiesen lo que restaba de la gran técnica, que había sido debilitada por el gran corte profundo que había realizado en la madera.

- ¡En mis años mozos te habría partido por la mitad!

Volvió a gritar el anciano que ahora se veía con dificultades para sacar el mandoble del árbol. Rodé hacia la izquierda y me alejé de él, entonces pude escuchar las sabias palabras de Greed, ante lo que decidí responder al instante.

- Quizá tengas razón, Greed, no me gustaría tener que matar a un anciano ante la atenta mirada del pueblo de Ohara, aún no me conocen por nada, no quiero que lo primero que escuchen de mí es que me peleo con viejos.

Dije aquellas palabras tratando de mantener una seguridad que no había en mi interior, lugar en donde continuaba temiendo por mi vida pese a que el anciano pareciese no poder sacar el mandoble del árbol, quien, después de haberlo intentado durante algunos segundos, se rindió, decidió avanzar hacia a mí y continuar la pelea cuerpo a cuerpo.

Greed se encogió dentro del bolsillo, pues no queriendo ver el gigantesco arma que descendía hacia ellos, quiso protegerse inconsciente mente en una posición en forma fetal, todo ello  a pesar del enorme tronco que los separa de la decapitación se oía como cedía sin problema, la madera crujía y se doblegaba como si fuera mantequilla.
-KIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAA....
Greed ahí lo supo, no podía dejarlo solo, aquel estupendo “señor-que-quiere-ser-rey-de-piratas" los iba a matar a los dos como continuara así haciendo lo que Greed catalogo de  estupideces, el pequeño debía intervenir, porque estaba claro que el otro no tenía ni idea.
-Me alegro que lo comprendas... ¡De una maldita vez! Ahora déjame... ¡A mí!
Greed asomo y se remango mientras sacaba un pequeño tubo muy curioso y un clip, el cual estiro hasta convertirlo en una aguja larga de metal, la metió en el pequeño tuvo y encajo este tubo en su máscara, en un pequeño agujero por donde podía expulsar el aire de su respiración.
-FUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUHHHHSSSS!!!
Extallo la respiración cuando expulso mas aire del que parecía posible por su pequeño cuerpecito, la cerbatana funciono perfectamente, y el pequeño alambre voló casi invisible por el aire, hasta encontrarse la suave y frágil carne del anciano, golpeándolo con total y brutal potencia de fuego que... no ocasiono ningún daño, el clip reboto contra el pecho del hombre, pero la sensación del golpe como un ligero toque confundió al hombre mayor que miro su pecho buscando que era lo que había sentido.
-¡AHORA! ¡¡¡¡CORRE!!! ¡Corre por tu vida mentecato! ¡Pero sobretodo corre por la mía! ¡No quiero morir!

Greed había querido crear una distracción para que Kaworu decidiera por lógica, huir y salvar sus vidas. Por otra parte también evitaría que el viejo sufriera daños, esas articulaciones seguro que le dolían mañana…

Me mantuve en guardia sin saber cuál sería el primer ataque cuerpo a cuerpo que realizaría el anciano contra mí, había demostrado ser un muy hábil luchador con aquel mandoble, temía que se supiese desenvolver de la misma manera en el cuerpo a cuerpo, había cometido un grave error, sí, me había confiado por el aspecto de él aunque tampoco podía culparme a mí mismo por ello, hasta el hombre más cauteloso se habría lanzado a una batalla si su adversario tenía la misma imagen que el mío, un anciano simplón que le echaba de comer a las palomas, por muy estúpido que sonase que yo estuviese combatiendo contra éste.

Transcurrieron algunos segundos que se sintieron eternos, deseaba que el combate continuase y a la vez no, aunque quizás esto era parte de la agresividad con la que me habían instruido desde pequeño... De pronto un ataque interrumpió mis pensamientos, un golpe tan rápido que casi había conseguido pasar desapercibido por mi vista, un disparo de un objeto metálico menor que había impactado contra el cuerpo del anciano, reaccioné con rapidez, cargué contra mi adversario y le propiné un potente rodillazo contra su abdomen, llevé mi mano izquierda hacia su clavícula y la agarré con fuerza, bastante fuerza, de hecho, tanto que sentí el hueso este crujir, llevé mi otra mano hacia la zona inferior de sus costillas, alcé el cuerpo de mi adversario en un rápido y agresivo movimiento, lo hice desplazarse por encima de mi propia cabeza y lo estampé justo detrás mía contra el duro suelo. Un fuerte crujido en el cuerpo del anciano seguido por un grito agónico proveniente del mismo me hizo temer lo peor, sí, le había partido la cadera en aquella acción. Fui entonces consciente de las palabras del pequeño Greed.

Miré hacia mi alrededor y descubrí que la marina estaba acudiendo en rescate del anciano, había allí una veintena de marines de los que tuve que escapar corriendo antes de que ellos fuesen conscientes de que yo era el culpable y de que estaba huyendo de la escena del crimen, los marines automáticamente corrieron tras de mí, no abrieron fuego puesto que estaba corriendo en mitad de la ciudad y debía de esquivar peatones y empujarlos, ellos podían ser también heridos por los disparos, estaba tomando distancia respecto a ellos, fue entonces cuando decidí responder al pequeño "loro" bien vestido.

- ¡Ya estamos huyendo!

Exclamé sin poder parar de correr.

- ¡Joder! ¡¿Conoces algún lugar en Ilusia en el que escondernos?!

Volví a exclamar para que me escuchara, tratando de reducir lo suficiente la voz como para que mis perseguidores no pudiesen entender mis palabras.

Greed aplaudiría a Kaworu si no fuera porque parecía haber dislocado la cadera del pobre anciano... Y encima  hacía cómplice de todo al pequeño inocente Tontatta que no pretendía todo aquello, nadie hacia caso de sus opiniones pacificas y no destructivas. Por otra curiosidad de la vida, mil marines salieron de la nada y parecían perseguirlos sanguinaria mente... O al menos a Greed le parecieron muchos para dignarse a contarlos a todos.

-¡¡¡ESTAMOS MUERTOS!!! ¡¡¡MUERTOS!!! O peor, seremos encerrados durante días, y que se yo.... Nos ejecutarán y estaremos... ¡¡¡MUERTOS!!!

Greed escucho lo que su nuevo y forzado aliado preguntaba, algo que en cualquier otra situación habría demostrado inteligencia, pero estaba demasiado ansioso y asustado como para dar una respuesta coherente y bien pensada, por que ahora mismo no pensaba con claridad en absoluto.

-¡NO ME DIGAS! ESPERA QUE MIRE EN MI GUÍA TURÍSTICA... ¡NO ESPERA! NO LA TENGO A MANO ¡ZOPENCO! CORRE Y...

De golpe algo pareció golpear aún Marine y lo lanzó volando por delante de Kaworu, por un momento pareció que le hubiera adelantado, pero sus ojos en blanco y su cuerpo inerte rodando parecían delatar otro tipo de naturaleza, Greed pensó entonces que entonces Kaworu era un capitán de un barco pirata, tal vez sus aliados los estaban salvan... Un árbol casi justo al lado de Kaworu, reventó, y se convirtió en chocapic... arrojando una lluvia de astillas sobre ellos.
3 explosiones más se sucedieron por el suelo como si explotará minas.

-¡NO OS DEJARÉ ESCAPAR GAMBERROS!

Gritaba el anciano mientras sacaba otros 5  pequeñas pero duras semillas de maiz, de las que se quedan en el fondo de los paquetes de palomitas o cotufas, esas armas eran letales, pero en manos de aquel anciano parecian bolas de cañón al impactar ¿como lo hacía?
-Aaaaahhh...
Otro Marine cayó bajo uno de los poderosos maníes, pero las explosiones del resto se acercaron mucho más a Kaworu y al indefenso y pobre Greed.

-¡AAAAAHHH!! SACANOS DE AQUÍ MÉTETE ENTRE LAS CASAS... No nos disparará allí!

Continué corriendo a toda la velocidad que me permitían mis piernas, tratando de evitar el tropezar con alguien o el caer puesto que aquello supondría un error fatal. En mi intenta huida escuché las palabras del tontatta que una vez más estaba aterrado, obcecado en el pensamiento de que él era un loro decidí responder acorde.

- ¡Cállate! ¡Entiendo que no eres más que una maldita ave asustadiza, pero yo tengo toda la situación controlada!-

Exclamé intentando parecer lo más seguro posible de mis palabras, pronto escuché su respuesta a mi anterior pregunta, lo cual me hizo responder de la misma manera.

- ¡Gilipollas! ¡¿VAS A ESTAR TODO EL PUTO TIEMPO ESCONDIDO SIN HACER NADA?!-

Volví a gritar, esta vez con mayor cabreo, pronto comencé a escuchar explosiones tras de mí, vi los marines volar y escuché de nuevo al pobre tontatta quejarse de la situación, así que actué según mi instinto, las explosiones se sucedían una tras otra y aquellas levantaban una espesa capa de tierra y humo, queriendo aprovechar que estas cegaban a mis perseguidores me arrojé hacia la ventana de una casa, la partí al traspasarla y corrí hasta avanzar por toda la casa, salté a través del cristal que miraba hacia la otra calle paralela y continué corriendo dirección hacia la costa, recé por haberles perdido la pista, o como mínimo haber ganado distancia. Llevé mi mano derecha hacia el interior de mi bolsillo y agarré al tontatta con fuerza, acto seguido lo coloqué delante de mi rostro, sin dejar de correr hablé con él.

- ¡¿NO SABES NADA DE AQUÍ, PEQUEÑO?!-

Le grité.

- ¡Gilipollas! ¡¿VAS A ESTAR TODO EL PUTO TIEMPO ESCONDIDO SIN HACER NADA?!

Greed no podía evitar tener que dar la razón a este casi desconocido individuo, al cual le confiaba su vida sea dicho de paso, pero era prácticamente normal desde su posicion, Greed era un Tontatta, gran parte de su vida consistía en esconderse, construir hogares escondidos, tomar cosas a hurtadillas... ¡Correr! ¡Huir! ¡No dejarse atrapar! Eran el pan de cada día de una mísera existencia Tontatta.

¿Cómo podría abandonar una costumbre tan arraigada en su ser? Por no añadir que era un cobarde por naturaleza que huye del conflicto directo...

Tan ensimismado estaba cubriéndose de los trozos de cristal que no paraba de romper su "medio de transporte", que no vio la mano que lo agarró del pescuezo para encararlo y le exigió más información, Greed supo que si no decía algo su vida corría peligro.

-ggfff... ¡El puerto!...ggfff... ¡Tienen un gran puerto!... Gggfff... me estas... Extrangulando...

Greed era prácticamente cabeza, si su cuerpo era comprimido su pecho no podía expandirse y permitir la entrada de aire al cuerpo, lo cual lo asfixiada tanto como si lo estuviera agarrando del cuello.

O tal vez simplemente pensaba que al apretar su cuerpo, su cabeza se hincharia y saldría un cómico sonido de pato de goma.

-El puerto está lleno de gente ¡y de barcos! ¡Seguro que los despista os!

Chasqueé mi lengua con fiereza tratando no sacarla de mi boca, en mi fiero trote tal acción podía suponer perderla. Por primera vez desde que llegué a aquella isla todo pareció recuperar parte de la normalidad, la evasiva había conseguido despistar a aquellos miembros de la marina durante un tiempo, algo que entonces valía bastante más que el propio oro, a fin de cuentas me encontraba en una carrera suicida en busca de la libertad.

Tuve que esquivar varias personas, saltar a través de varios puestos de venta a causa de una multitud que corría asustada de lado a lado por las callejuelas de Ilusia, y con la nueva presencia de la marina que de nuevo comenzó a pisarme los talones aceleré todo lo que pude y más. Las palabras del pequeño Greed me sonaron obvias, pero no fue tan obvio para mí la asfixia que le provocaba mi fuerte mano, el pequeño tontatta terminó por quedar inconsciente ante dicha presión.

En una sucesión de movimientos dignos de una persona que parecía tener experiencia en carrera libre conseguí llegar al puerto y divisé mi bote a lo lejos de mi posición. No cesé mi velocidad, no tenía tiempo para ello, cuando estuve cerca de él salté con fuerza sin caer en la presencia de una persona que había agachada dentro del mismo. Aterricé en su columna, acción que provocó que el extraño impactase de bruces contra el suelo de la barca de vela. El bote salió despedido de puerto como si se tratase de una tabla de surf, a los pocos metros volvió a recuperar la estabilidad y continuó gracias al impulso del viento que arremetía con fuerza contra la vela. La suerte y mi habilidad como timonel provocaron que mi embarcación zarpase lejos de la despistada marina.

La barca parecía haber terminado de estabilizar el rumbo que había elegido para escapar con rapidez de aquella isla y sentí que ya era momento de relajarme. Tomé asiento en mi barca y entonces dirigí mi mirada hacia el tontatta que aún permanecía en mi mano, siendo consciente de lo que le había provocado al pobre lo coloqué cerca de mí, en un sitio seguro de caer a la deriva, a fin de cuentas no quería que la vida de mi mascota sufriese peligro, estaba seguro de que se recuperaría. Acto seguido dirigí mi mirada hacia la persona que había pisado con anterioridad, se trataba de un hombre de estatura media, bastante pálido de piel, cabellos rubios y con un corte con forma de seta, ropajes elegantes a la par que caros y una extraña caja que agarraba entre sus manos temblorosas. Su rostro mostraba una imagen de pavor que ya había visto en otras personas con anterioridad. Traté de acercarme a él pero su respuesta fue retroceder hasta quedar arrinconado contra la proa de dicha embarcación.

- ¿Se puede saber quién demonios eres?-

Pregunté a la par que realizaba un movimiento en seco con mi puño para dejar escapar las garras retráctiles de mi guante de combate, cuchillas que apunté desde mi posición directamente a su rostro.

El hombre asustadizo dijo. - Y... Y... Yo... Yo... Yo, yo y-yo yo...

Aquel tipo estaba empezando a ponerme nervioso y eso que ni siquiera había arrancado a hablar.

- Habla o serás la comida para los tiburones que luego me comeré yo.-

Amenacé a la par que fruncía mi ceño, acercándome más hacia su posición, tratando de intimidarle más de lo intimidado que de por sí él ya estaba.

El hombre asustadizo dijo - N... No... N-N-N... No...

El hombre asustadizo negó con la cabeza, inspiró aire y lo exhaló con calma hacia el exterior, casi parecía querer tomar aquel asunto con una calma que se veía a leguas que no poseía.

El hombre asustadizo dijo - No me mates... Verás, yo he... he...

De nuevo volvió a tartamudear, lo que me provocó impaciencia y que mi mirada se fijase aún más en la suya, un escalofrío pareció recorrer la espalda de aquel hombre que al parecer entendió que alargar la situación lo condenaría.

El hombre asustadizo dijo - He intentado robar tu barco porque me seguía la mafia... Pero no te preocupes, soy rico. Puedo pagarte... ¡Ja ja ja! ¡¿Ha sido tu día de suerte, verdad?! ¡Ahora me podrás entregar a mi familia rica y cobrar un gran rescate! ¡Rico! ¡ASQUEROSAMENTE RICO!-

Exclamó una y otra vez, cada vez con mayor fuerza que la anterior, y no podía negar que sus palabras poseían un valor para mí incuestionable, el peso del oro era algo que siempre condicionaría mi vida. Mostré una amplia sonrisa y guardé mis cuchillas con un nuevo movimiento, no terminé de fiarme de él pero no parecía suponer una amenaza.

- Entonces... ¿Me dirás hacia dónde he de dirigir mi embarcación para llegar a tu isla del tesoro?-

Alcé una de mis cejas a la par que hice el amago de cruzarme de brazos, acción que fue interrumpida por el desconocido soltando con una de sus manos la caja, que había parecido pasar a un segundo plano de importancia, y dirigiéndola hacia una de las mías para estrechármela, como tratando de cerrar un trato.

El hombre asustadizo dijo - Vayamos hacia Syrup y...

No le dio tiempo a decir más, el sentir la mano de aquel asqueroso hombre rozando la mía provocó que mis instintos asesinos se activasen, mi fobia había actuado por mí. Me abalancé sobre él, llevé mis manos hacia sus ojos y le introducí mis pulgares hasta el fondo de ellos, terminado por reventarle los globos oculares, un grito agónico escapó de sus labios antes de dejar caer la caja en la cubierta de mi barco y ser arrojado al mar aún con vida para que muriese ahogado.

La sangre del hombre manchó mis manos y salpicó en mi rostro, algo bastante molesto para mí, motivo por el que busqué en mi barca algo para poder limpiarme. Al no haber encontrado nada más que agua salada y al pobre tontatta inconsciente, me limpié las manos y el rostro, finalmente me sequé con el cuerpo del tontatta, depositándolo de nuevo en su zona de confort. Finalmente me tuve que conformar con la caja que me dropeó mi enemigo al matarlo.