Dos hermanas una dicótoma [Pasado - Privado Kumi & Sayumi]

Los trabajos nos llevan a veces a sitios insospechados, como este lugar, donde todo el mundo está feliz contento y tienen posiblemente el mismo libido que yo tengo, sinceramente me gustaba el sitio, tranquilo y en paz. Kumu bueno ella es como es y siempre busca el siguiente objetivo últimamente ella se estaba empeñando en entrenar, una y otra vez, y yo bueno a encogerme de hombros y cumplir los deseos de mi hermanita, aunque ya demasiadas veces había tenido que curarme o curarla por esto mismo. No había nada más que me gustara menos que pelear contra Kumi, aunque fuera un entrenamiento controlado, y solo lo hacía porque si no ella misma se molestaba aún más conmigo.

Nos encontrábamos actualmente en una posada, y desconocía exactamente cuánto tiempo decidiría Kumi de estar en este lugar, pero mientas ella fuera feliz yo era feliz. La noche anterior simplemente habíamos dormido, sin ninguno de mis jueguecitos de por medio, por lo que no solo estaba rebosante de energía si no también inquieta, y eso Kumi lo sabía, y si no lo sabía era visible con solo verme, en cualquier caso, era hora de prepararse. Tome mis armas, pero cargando en las mismas la munición de goma, ni por asomo iba a dispararle a ella con mi munición real. Kumi ya sabía lo poco de hecho que me gustaba pelear ya usando las armas de filo, o nuestros poderes a toda potencia, todas esas cosas me ponían demasiado nerviosa e inquieta.

Me acerqué a ella y le di cariñosamente un beso para indicarle que ya estaba lista. -Kumicita, sabes que esto que hacemos me preocupa, así que por favor prométeme que si las cosas llegan demasiado lejos paramos. Necesitaba que me lo dijera, no por que no confiara en ella, si no para que yo estuviera mas tranquila, por que era justamente lo que necesitaba ahora tranquilizarme.