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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Miér 11 Mar 2020 - 14:31}

[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Z7Oc6wA

¡Comienza el de menor nivel!

Descripción aproximada del estadio:
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Dom 15 Mar 2020 - 21:37}

No era más que otro viejo megalomaníaco asquerosamente rico. La primera impresión que había tenido Therax al recibir la carta de Lord William no se encontraba demasiado lejos de ésa. Con el paso de los días, y viendo que los rumores indicaban que eran varios los interesados en participar en su evento, casi había logrado convencerse de que tal vez se hubiese equivocado al juzgar a aquel hombre sin conocerlo. «Pues no, justo en el clavo», se contradijo al escuchar el discurso del millonario. Simplemente con ver el espectáculo que había formado se podía intuir el tipo de persona que era: una de ésas que no soportaba el rōnin alado.

Tal vez la única información verdaderamente útil que se podía extraer de sus palabras era cómo funcionaría el torneo. No obstante, el rubio nunca le había prestado demasiada atención a aquel tipo de explicaciones. Finalmente ganaría uno, y para llegar a esa posición el único modo era ganar todos y cada uno de sus enfrentamientos. Con esa idea en mente, cualquier explicación adicional estaba de más.

Sólo necesitaba saber quién sería su oponente en primer lugar y dónde se celebraría el encuentro. Cuando Lord William anunció los emparejamientos, Therax no pudo más que esbozar un gesto de sorpresa al escuchar el nombre de la bruja. Había formado parte de la tripulación de Zane durante algún tiempo y, aunque no fuese la más veterana entre sus compañeros, se había jugado la vida junto a ella en más de una ocasión. Su tendencia a actuar en solitario estaba ahí y siempre le había resultado bastante molesta, pero rasgos como aquél tendían a diluirse en las aguas del tiempo y quedar olvidados.

No necesitó demasiado tiempo para averiguar cuándo y dónde se encontraría con Katharina. Otra cosa no, pero el acaudalado noble se había encargado de que en su evento no hubiese lugar para la confusión. En espera de que llegase el momento indicado, decidió comprobar que todo lo que necesitaría estaba en orden.

***

Una amplia superficie de roca y madera sería la encargada de acoger el encuentro entre ambos piratas. El manto de Heimdall y la capa de moda ondeaban débilmente a espaldas del espadachín, fundidas en un movimiento sincronizado que hacía imposible pensar que fuesen prendas separadas. A su lado, Hi no Tamashii se apoyaba en su muslo, mientras que sus tres sables se cruzaban en una hermosa imagen sobre la zona posterior de su cintura.

Debía haber aproximadamente la misma distancia desde su espalda al límite del terreno que desde su pecho hasta la mitad de la arena. Una lástima que sus pies no fuesen a tocarla en absoluto. Therax no conocía en profundidad las habilidades de la bruja —ni por asomo—, pero era consciente de que ella tampoco sabía ni de lejos cuáles eran sus límites. Lo que sí tenía claro era que una peligrosidad manifiesta la acompañaba donde fuese. Su territorio eran los cielos, así que hacia ellos se elevó.

Una energía azulada comenzó a emanar de su cuerpo, abrazándolo con calidez y ternura para condensarse en torno a él. La forma de un águila antropomorfa envolvió la anatomía de Therax, que no tardó en elevarse varios metros sobre el suelo. Conforme se despegaba del mismo, la energía se esculpía y matizaba de forma automática. Las plumas tomaron forma allá donde se mirase justo cuando el domador desenvainó a Yuki-onna y Wirapuru de sus vainas.

Sonrió, lanzando una onda cortante en dirección a la bucanera. Era consciente de que no supondría más que una leve toma de contacto, pero estaba acostumbrado a ello y, por qué no decirlo, se había convertido en algo así como un ritual, su modo de personal de reconocer a un rival y dar comienzo a un combate.

—Bienvenida.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Dom 15 Mar 2020 - 23:39}

Estaba sentada con las canillas de cara al suelo de madera, y sus manos reposaban suavemente sobre sus muslos. Salvo por la melodía compuesta por el dulce sonido del shakuhachi en compañía del koto y los suaves golpes al tambor, reinaba un absoluto silencio. El delicado compás de la música le ayudaba a mantenerse concentrada. Tenía los ojos cerrados y el pecho se inflaba lentamente a medida que inhalaba. Finalmente había llegado el día en que le mostraría al mundo entero sus verdaderas habilidades. El hecho de pelear en público le inquietaba un poco, pero ¿reencontrarse con quienes fueron sus compañeros? Vaya, ahora no estaba tan segura de estar preparada para ese momento. Se había ido sin siquiera despedirse; bueno, estaba casi acostumbrada a desaparecer de la vida de los demás de un momento a otro. Y cuando supo a quién se enfrentaría sintió un vacío en el estómago, un brinco en el corazón.

En los próximos minutos lucharía contra el segundo miembro más fuerte de los Arashi no Kyoudai: Therax Palatiard. Era un espadachín consumado dueño de una habilidad casi inigualable y, si bien ignoraba la profundidad de su poder, era consciente de un par de cosas como, por ejemplo, la fuerza de su Fruta del Diablo. ¿Podía considerarlo una ventaja cuando su oponente también estaba al tanto de los propios poderes de la bruja? Desde su deserción había superado un montón de experiencias difíciles que forjaron su espíritu. Estuvo sola, entrenó como maniática y luchó en más de una ocasión con la misma muerte. Así que esperaba que de algo valiera todo el esfuerzo que había invertido los últimos meses; además, era una obligación autoimpuesta obtener la victoria y de paso demostrarse a sí misma lo fuerte que era: no podía perder contra nadie antes de enfrentar a Zane.

En su índice derecho llevaba el Anillo de Jade de Levi, una exquisita pieza con tonalidades verdes, y llevaba el cabello amarrado en un cinto negro con adornos rojizos. Vestía un delicado kimono sin escote de un sólido color azul sujetado por un cinturón de seda rojo, así como también unas calzas hasta las rodillas que dejaban a simple vista sus pálidos y carnosos muslos. Fushigiri yacía guardada en su vaina negra, esperando el momento idóneo para encontrarse con la carne del oponente. Y también contaba con la Hoja de Argoria transformada en una katana algo más corta que la Espada Maldita. No necesitaba más que esas dos armas para plantearse frente a uno de los espadachines más fuertes del mundo entero.

A medida que recorría el oscuro pasillo iluminado sólo por unas débiles luces podía escuchar los gritos eufóricos de la gente. Estaba… nerviosa. Las multitudes definitivamente no le gustaban en lo absoluto, pero debía mantenerse enfocada en el duelo. Cuando llegó al campo de combate miró hacia todos lados, sorprendida ante la exagerada cantidad de gente que presenciaría el encuentro entre dos grandes piratas. Y allí le vio. Parecía ser el mismo hombre que conoció hace ya más de un año. ¿Debía decirle algo? No se le ocurría nada; era pésima con esas situaciones. ¿Y si dejaba que sus espadas hablasen por ella? Supuso que tenía más sentido. Venga, era hora de empezar y mostrarle a su oponente la calidad de la estrategia que usaría contra él.

Desenvainó en una fracción de segundos a Fushigiri cuando vio la onda cortante dirigirse hacia ella, y pensó que era buena idea responder de la misma manera. Cortó el aire tal como lo hizo Therax, lanzando una onda que chocó violentamente contra la de su contrincante.

—Gracias —respondió, esperando que sus palabras llegasen a oídos del pirata; tampoco es que les separase una gran distancia—. Si te soy sincera nunca esperé que nos reencontráramos en un lugar como este. Por el respeto que te mereces, ya sea por tu fuerza o porque alguna vez luchamos juntos, iré muy en serio.

Alcanzar su verdadero potencial se relacionaba intrínsecamente con el paso del tiempo y el uso de la magia para alimentarse del maná residual. Así que primero generaría dos ráfagas de viento cortante, cada una capaz de echar abajo un edificio, lo suficientemente grandes para cubrir el cuerpo de Therax, y a unos diez metros de distancia. Una de ellas impactaría de frente; la otra, por la espalda. La runa elemental de tierra disminuía considerablemente el tiempo empleado en canalizar la energía mágica. Por otra parte, la Cúpula de Hipermagia le permitía conjurar magia desde cualquier punto dentro de un considerable radio esférico. Sabía que un ataque tan… sencillo como ese no causaría demasiado daño, pero cumpliría su función principal: generar una runa elemental de viento. Finalmente, canalizaría maná para convocar un círculo mágico rojo aunque nada aparecía de este. Aplicaría una condición de activación a su hechizo Cuerpo Ardiente sobre sí misma: Fuego; una vez dijera esa palabra el conjuro acabaría por activarse.

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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Lun 16 Mar 2020 - 1:30}

—¿Crees que el viento es tu aliado? —dijo en un tono de voz suficientemente alto para que Katharina pudiese escucharle. Daba por hecho que la bruja no esperaba que aquel ataque hiciese mella en él, pues conocía que ése era su ámbito, que pocas personas en el mundo podían rivalizar con él en su control y dominio.

El viento nació a su alrededor, desatándose con buena parte de la furia de la que podía dotar a sus corrientes. Colisionó violentamente con las ráfagas generadas por su oponente, liberando un poderoso vendaval que sacudió toda estructura susceptible de ser movilizada. El estadio rugió, agradecido por el espectáculo que estaba brindando a los asistentes. Therax no les prestó la menor atención. No le importaban. Su atención estaba puesta por completo sobre su rival. Era consciente de que el menor descuido ante su antigua compañera podía jugarle una mala pasada, que el menor despiste podía ser fatal y significar su derrota, y no estaba dispuesto a ser derrotado de ese modo. Los Arashi no se lo merecían y ella tampoco.

Alzó su espada, calmado, y las corrientes de aire resultantes de la colisión abandonaron su movimiento anárquico para responder a la voluntad del rōnin alado. Dispuestas en el cielo a una distancia variable del creador, veinticinco esferas etéreas cobraron forma. Zumbaban en un tono amenazador, avisando a quien se convirtiese en su objetivo de que no era buena idea ignorarlas. No sabía cuál sería el resultado del combate, pero quedaría claro quién era el señor del viento en aquella arena.

El extremo de Wirapuru señalaba a Katharina. Apenas una leve agitación, un tímido bamboleo casi imperceptible para quien no estuviese preparado para verlo, precedió al inicio de su ofensiva. Aún suspendido en el aire, contempló cómo quince de sus esferas salían despedidas hacia la diana que les había sido asignada. No lo hicieron todas a la vez, no. Siete de ellas surcaron el aire a toda velocidad con intención de atravesar la anatomía de la hechicera. Y es que ése era el único modo de obtener la victoria. Si no atacaba como si realmente quisiese herirla de gravedad no podría tocarla siquiera.

Una corriente de viento guió a cada esfera, propulsándolas a una velocidad muy superior a la que podrían adquirir de no ser por ellas. Avanzaban con una velocidad infernal, inimaginable para quienes no tomasen parte en aquel torneo, para quienes no hubiesen contemplado lo que los ojos de los participantes habían visto.

Aguardaría a que la bruja hiciese su movimiento. Si optaba por apartarse de las siete primeras, las demás saldrían despedidas —propulsadas por corrientes de viento de las mismas características— en tandas de cuatro para dirigirse al lugar donde la bruja pretendiese detenerse. En caso contrario, harían lo propio en dirección al lugar donde se mantuviese.

Las restantes quedaron suspendidas, esperando pacientemente la orden de su amo y señor. Nunca estaba de más guardarse un as bajo la manga. El rubio lo sabía y procuraba jugar siempre esa baza. El enfrentamiento comenzaba a caldearse. Therax lo percibía y estaba convencido de que Katharina también. ¡Hasta los espectadores lo sabían! Sonrió, extasiado, ansioso por afrontar una situación en la que verdaderamente pudiese desplegar al máximo sus poderes y romper sus límites.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Lun 16 Mar 2020 - 4:11}

Soltó una sonrisa de satisfacción al contemplar desde su posición la respuesta de Therax. El cielo rugió como si un dios golpease un yunque con su martillo. Los espectadores gritaron eufóricos ante el comienzo del combate, y debían tener algo claro: ambos contrincantes sólo se estaban saludando. Era muy consciente de lo poderoso que era su oponente por lo que había decidido dejar las bromas a un lado e ir en serio. El espadachín lo merecía; no pretendía dañar su orgullo al ir con trucos baratos y estupideces. Sin embargo, ahora mismo debía responder una importante pregunta: ¿Hacia dónde guiar el combate? Podía alzar el vuelo, sí, pero luchar en el cielo sería un acto de arrogancia desmedida, una osada aventura de la cual podía salir muy mal parada. Había visto ya con sus propios ojos la fuerza de las ráfagas de viento convocadas por el pirata. Lo más inteligente era continuar con su estrategia y acumular runas elementales hasta alcanzar una fuerza devastadora.

—No existe fuerza alguna en este mundo que no responda ante mis caprichos —le respondió a su antiguo compañero, mostrando un comportamiento como mínimo soberbio, aunque la verdad guardada en sus palabras era inquietante.

Tuvo que dejar las reflexiones y la verborrea a un lado cuando se dio cuenta de que Therax se preparaba para el contraataque. Perfecto, así es como debía ser. Posó su agudo mantra sobre su oponente y una peligrosa visión acudió a su mente, viéndose a sí misma ser golpeada por una fuerza monstruosa. Consiguió entender el sentido de su predicción cuando vio a su oponente rodeado de una ingente cantidad de esferas. Estas respondieron ante su voluntad y surcaron el cielo comportándose como verdaderas balas. Logró reaccionar a tiempo gracias a su prodigioso mantra y sus reflejos sobrehumanos. Haciendo uso de una increíble agilidad que parecía rozar lo absurdo retrocedió dando pequeños saltos en diagonal, esquivando una a una las esferas que destrozaban brutalmente el suelo bajo sus pies.

Hubiese sido decepcionante que el ataque del espadachín se quedase en un movimiento tan simple, pero Katharina sabía que este era un hombre inteligente y tenía una gran experiencia en combate. La hechicera pareció danzar sobre el campo de batalla, realizando movimientos difíciles de concebir como humanos. Una de las esferas pareció golpearle el dorso, pero amortiguó de tal manera el impacto que minimizó casi la totalidad del daño. Continuó danzando de allá para acá en un compás de giros y saltos, sin embargo, ni siquiera alguien con sus extraordinarias capacidades físicas podía sobreponerse a tantos proyectiles con una velocidad cerca de ser sónica. Perdió el ritmo cuando una de las esferas de viento alcanzó su espalda. Si bien pudo amortiguar una parte del daño, esta le hizo perder el equilibrio y recibir prácticamente de lleno el golpe en su costado derecho, escuchando un feo crujido y soltando un escupitajo de sangre. ¿Ese sonido había sido el de sus costillas al romperse…? Joder, cómo dolía. Katharina cayó al suelo, pero por suerte la interminable lluvia de destructivas esferas había terminado.

Al mismo tiempo que agarraba de la tsuba a Fushigiri y se ponía en pie, la runa elemental de hielo comenzaba a trabajar a máxima velocidad, soltando un brillo azulado proveniente de su brazo derecho. El dolor desapareció cuando sus costillas rotas volvieron a la normalidad. Katharina movió en círculo tanto los hombros como la cabeza, dando a entender que el poderoso ataque de su antiguo compañero no había significado nada para ella.

—Siempre has sido muy talentoso y fuerte, Therax, pero es hora de que veas con tus propios ojos la fuerza que poseo actualmente.

Canalizaría maná para crear una espada de hielo en su mano disponible, tardando una ínfima fracción de segundos y haciendo aparecer una runa de dicho elemento, preparándose para el verdadero combate. Volvería a reunir energía mágica a un ritmo más o menos acelerado para adoptar su Forma Bestial, haciendo aparecer dos alas de dragón de su espalda y cubriendo prácticamente todo su cuerpo de férreas y duras escamas de tonalidades negras con chispas carmesíes. Luego, se desplazaría como un rayo hacia la espalda de Therax, reduciendo en menos de medio segundo la distancia existente entre el espadachín y ella, ejecutando a la perfección la Undécima Danza: Vuelo. El suelo bajo sus pies colapsaría y dejaría un cráter en este, alcanzando una velocidad que rozaba la del sonido. Trazaría una trayectoria ascendente con la espada de hielo imbuida en haki de armadura apuntando a su ala derecha, envolviéndose en un manto de llamas azuladas con brillos carmesíes producto de sus Llamas del Remordimiento. Además, al estar posicionada en la espalda propiciaría un impacto crítico y la potencia de su espadazo se vería incrementada.

Esquivase o bloquease, realmente daba igual, le intentaría seguir de cerca y maniobraría de tal manera que ejecutaría un giro completo con Fushigiri extendida e imbuida en haki de armadura, envuelta también con las Llamas del Remordimiento. Pero Katharina no era tonta ni despistada. Sabía que su oponente se había guardado unas pocas esferas de viento que suponían un verdadero dolor de culo, así que se mantendría pendiente de ellas. Ya había probado en carne propia lo doloroso que era ser golpeada por una de esas cosas.

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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Lun 16 Mar 2020 - 20:06}

Therax no pudo evitar sonreír ante la respuesta de Katharina. Por el tiempo que había pasado con ella sabía que demostraciones de orgullo como aquélla formaban parte de su personalidad. No le sorprendió que replicase de ese modo, aunque hubiera si mentido al afirmar que tampoco le había molestado. De un modo u otro, la coreografía comenzó en cuanto las esferas surcaron el aire. La bruja hacía gala de unos reflejos felinos que le permitían evadir los impactos, mas algunos lograron hacer mella. El rubio no esperaba causar grandes daños con aquel ataque, pero era una herramienta excepcional para medir con más precisión las habilidades de sus oponentes.

De un modo u otro, pronto comprobó que el tiempo no poseía ningún significado para la hechicera —y si lo tenía, se esforzaba por ignorarlo deliberadamente—. Hielo, alas, escamas y chispas empezaron a brotar del cuerpo de la pirata, para quien conjurar semejante despliegue de hechizos no debía suponer el menor esfuerzo a juzgar por su semblante. Estaba claro que había mejorado, pero ¿hasta ese punto? El rubio apretó los dientes y, cuando quiso darse cuenta, había desaparecido.

Reaccionó, pero él mismo se dio cuenta de que iba tarde. Intentó apartar el ala de la trayectoria del sable de hielo, mas no llegó a tiempo. No obstante, un corte que le habría impedido volar en forma híbrida fue mitigado para convertirse en una molesta dificultad, una herida que con toda seguridad le dolería cada vez que aletease. No había sangre, pues en aquel estado sus alas no se componían de materia como tal. Sin embargo, el dolor era tan real como si la dentadura helada hubiese mordido su propia carne, como si una ventisca hubiese aferrado con fuerza su falsa extremidad y pugnase por llevarla a la congelación.

Pero aquello no era nada. Doloroso —y mucho, eso sí—, pero insuficiente para parar al rōnin alado. Una herida que desaparecería en cuanto abandonase su forma híbrida ni siquiera le haría cuestionarse la situación, incluso si el dolor persistiese —que lo haría, pues para su desgracia ya lo había comprobado en otras ocasiones—. Por otro lado, de aquel lance sacaba en claro la absoluta necesidad de mantenerse alejado de esas condenadas llamas, y el segundo ataque no le pillaría por sorpresa.

Los filos de Wirapuru y Yuki-onna se tiznaron de un brillante color negro para recibir la acometida de Katharina, frenando en seco el impacto pese al retroceso que se vio obligado a asumir para amortiguar en buena parte la potencia del golpe. Y con la hechicera a unos palmos de él, con los aceros entrelazados en un violento y chirriante encuentro, sonrió una vez más por puro placer. Él también sabía jugar a eso de cambiar de forma.

Las esferas que habían permanecido suspendidas comenzaron su desplazamiento. Salieron disparadas de dos en dos, buscando cualquier zona susceptible de ser dañada en el cuerpo de Katharina pero evitando dirigirse al del domador. Imaginaba que su contrincante no se habría olvidado de ellas, ya que de no tomar medidas las consecuencias podrían ser fatales. Mientras surcaban el aire, la morfología de Therax fue cambiando rápidamente. Su estatura creció hasta los dos metros y el manto de energía azulada desapareció para dejar su lugar a un plumaje grisáceo y blanco. El dolor seguía ahí, pero su ala, ya sólida y tangible, era perfectamente funcional.

Al mismo tiempo, el viento se consolidó con furia en torno a sus sables hasta adquirir naturaleza sólida, incrementando su longitud, grosor y, en definitiva, poder destructivo. ¿Qué restaba? Sencillo: lanzarse a la ofensiva. Se dirigió hacia su oponente —en caso de que hubiese optado por distanciarse de él para evitar los proyectiles, claro, aunque el ataque que realizaría sería el mismo sin importar cómo hubiese lidiado con Etesio— y trazó un corte diagonal en dirección a su torso. Este movimiento aún no había terminado cuando sendos tajos rasgaron el aire en dirección a sus brazos, todo en una fracción de segundo que, pese a ser potencialmente problemática —por decirlo suavemente—, no dejaba de ser la antesala de la verdadera ofensiva.

Desde el momento en que Sirocco había tomado forma en su cuerpo, el aire bajo la hechicera se había comenzado a movilizar de forma anómala. Algo que probablemente fuese imperceptible para quien no tuviese una afinidad especial con el viento había comenzado a tomar forma, y un violento tornado surgió de la nada con el único fin de atrapar a Katharina en su interior. Giraba con la máxima velocidad que el espadachín podía concederle, siendo sumamente peligroso por su mera existencia. No cabían las medias tintas con la pirata, de manera que el huracán llegaría a alcanzar un radio de cinco metros. No era ni de lejos el límite de sus capacidades, pero optimizar y dosificar sus energías era fundamental.

El combate real acababa de comenzar. No pensaba volver a relajarse; permitir que su rival le pillase por sorpresa, así que expandió su presencia hasta tocar su aura.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Lun 16 Mar 2020 - 22:29}

Empuñó con aún más fuerza su espada de hielo envuelta en llamas heladas cuando cortó el ala de su oponente y, si bien no había conseguido cercenársela como quiso hacerlo en un principio, pudo dejarle un feo corte que dificultaría el movimiento de este. O eso esperaba. Jamás había sentido especial predilección por el combate, pero ahora mismo el calor que provenía desde lo profundo de su pecho parecía indicar lo contrario. Y que el pirata sonriera al cruzar espadas, liberando un chirrido metálico tan fuerte como un trueno, no hacía más que avivar el fuego que surgía desde dentro. Therax logró bloquear a la perfección el ataque giratorio de la espadachina, resistiendo como un verdadero samurái. Había dicho nada de juegos y aún no estaba usando su máxima capacidad; acabaría pasándole la cuenta si no iba con todo desde ya.

No hubo intercambio alguno de palabras; tampoco fue necesario. El fulgor en las miradas de los adversarios hablaba por sí solo. Los labios de la bruja dibujaron una sonrisa rebosante de arrogancia, como queriendo decirle a su oponente que lo tenía todo bajo control. Gracias a su mantra permanentemente activo, los presagios acudieron a su mente a través de imágenes nítidas y alarmantes, viéndose a sí misma ser golpeada una vez más por esas malditas esferas de viento. No tenía intenciones de ser alcanzada de nuevo por esos peligrosos proyectiles que, en principio, parecían inofensivos. Pero sus costillas no dirían lo mismo de ser golpeadas por segunda vez.

La hechicera demostró una envidiable soltura en el aire mientras las esferas surcaban el cielo a velocidades extraordinarias. En compañía de sus agudos reflejos, como si pudiese ver todo en cámara lenta, y los presagios que acudían continuamente a su cabeza, fue esquivando poco a poco las balas de viento. Danzaba de allá para acá, yendo hacia la izquierda y luego hacia la derecha, aumentando y disminuyendo la altura. Incluso cuando intentó acercarse hacia su oponente para interrumpir la transformación que estaba llevando a lugar, esas molestosas esferas interceptaron la carga. Se vio obligada a encerrarse dentro de sus alas que gozaban de una tenacidad épica, recibiendo el resto de los proyectiles. Pese a que ninguno de estos pudo atravesar la férrea defensa ofrecida por su transformación, esto no ignoró el molesto dolor que recorrió su cuerpo.

Se llevó una desagradable sorpresa tras expandir las alas, recobrando la vista. Vio a Therax aproximarse hacia ella a una velocidad endemoniada. Y, a pesar de poder leer sus movimientos, la resistencia de su espada de hielo no bastó para protegerle por completo del poderoso corte del espadachín. La armadura ennegrecida que imbuía el arma enemiga logró atravesar la escasa resistencia ofrecida por su creación elemental. Se sintió ofuscada al no tener otra opción que condensar el endurecimiento en su pequeño dorso, volviendo las escamas de dragón aún más negras. Sintió el impacto de la espada en su pecho al mismo tiempo que sus alas le protegían de las rasgaduras que buscaban sus brazos. Dolió un montón, mas no bastó para superar las increíbles defensas de la bruja.

—Ahora es mi-

Una sensación de máxima alarma invadió su cuerpo e interrumpió sus propias palabras cuando un presagio apareció en su mente, avisándole de las verdaderas intenciones de Therax. «Eres astuto, maldito perro…», pensó en una fracción de segundos tras decidirse qué hacer para zafarse de esa peligrosa situación. En un parpadeo creó una plataforma de hielo bajo sus pies, usándola para impulsarse y tener una superficie sólida en la que apoyarse y realizar la Octava Danza: Corte. ¿Su intención? Salir del maldito rango mortal del puto tornado generado por el espadachín. En medio segundo se alejó más de cincuenta metros, pero incluso a esa distancia se sentía atraída por la fuerza centrípeta del fenómeno meteorológico.

Era peligroso acercarse, aunque la decisión de su oponente contribuía a su estrategia para continuar acumulando runas elementales, y ya era hora de darle prioridad a su poder destructivo. Era muy consciente del ritmo que estaba llevando, pero también sabía que podía gestionar de una manera increíblemente eficiente el gasto de maná. Canalizaría rápidamente energía mágica para convocar un círculo mágico rojo a diez metros por arriba de Therax, y de este saldría disparado casi en un instante una Bola de Fuego con una velocidad similar a la de una bala. Una runa de fuego aparecería en su pecho escamoso, aumentando considerablemente la temperatura de su magia. Le hubiera gustado acercarse a máxima velocidad, pero tenía dificultades para mantener el vuelo, así que pasaría al plan b.

Haría un esfuerzo para reunir por segunda vez energía mágica y convocaría un imponente círculo mágico de tonalidades carmesíes y verdes justo bajo Therax. Si esquivaba la Bola de Fuego retrocediendo, movería el círculo hacia esa posición; básicamente seguiría su movimiento, calculando con una precisión medianamente decente. Y en cuestión de segundos aparecería un tornado de fuego de 15 metros de alto y 11 de diámetro, teniendo la suficiente fuerza para destrozar un edifico y la suficiente temperatura para calcinar una roca. Buscaría atrapar el cuerpo del espadachín en la peligrosa ráfaga vertical de viento ardiente.

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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Mar 17 Mar 2020 - 3:01}

Therax deshizo el tornado que acababa de convocar maldiciendo en su fuero interno. Había estado muy cerca de conseguirlo, tanto que casi había saboreado la ofensiva que planeaba realizar a continuación. En esa ocasión no sonrió, pues, aunque la euforia que acompañaba a cada movimiento en ese combate no le abandonaba, no soportaba que le hubiesen quitado la miel de los labios después de dejarle olerla.

Por otro lado, cuando el viento al fin se disipó pudo contemplar una imagen que no le gustó en absoluto. Katharina le miraba fijamente, y lo que se podía ver en sus ojos no auguraba nada bueno. Su presencia era turbia, amenazadora: la ofensiva estaba por venir. Y lo vio. Contempló cómo una ingente masa esférica de fuego se cernía sobre él y devoraba con sus llamas cada centímetro de su cuerpo. Apreció el modo en que sus plumas eran consumidas al desprenderse de su cuerpo chamuscado y vislumbró su derrota.

No, no estaba dispuesto a aquello. Se desplazó hacia atrás, abandonando el área que la habilidad de la bruja podía cubrir. Por desgracia para él, no fue hasta que se encontraba en pleno recorrido que la alternativa de la hechicera se mostró con claridad en su mente. Aquel remolino de fuego le atraparía si no hacía nada para evitarlo, y el verde y el carmesí ya se fusionaban bajo él para atraparle en su flamígero seno cuando fue plenamente consciente de ello.

Estaba manifiestamente claro que no cabía la opción de evadir una vez más, así que se dispuso a reducir al mínimo los daños que sufriría. Expandió sus alas cuanto pudo y se ocultó en ellas, originando una esfera de plumas grises y blancas cuyo único fin era ganar tiempo. El viento comenzó a agitarse a su alrededor, pero el fuego ya había nacido bajo sus pies y le cercaba sin misericordia. Sus alas comenzaron a arder, y un agudo chillido se extendió por el estadio. Era puro dolor, pues las llamas habían devorado buena parte de su plumaje y comenzaban a morder la carne.

El estadio se sumió en el silencio, impresionado por el lamento animal que había lacerado sus oídos, minimizado ante la colosal espiral ígnea que parecía haber derrotado al rōnin alado. ¿Acaso lo había logrado? En el interior de la columna, el viento al fin había adquirido la potencia suficiente para salvar la vida de su creador. Tal vez lo hubiese hecho incluso antes de lo que la mayoría de los presentes pudiera imaginar. Rugía con fuerza en torno a su cuerpo, actuando como una barrera que al fin había conseguido separar llamas de materia. No obstante, el calor era sofocante y consumía el oxígeno, impidiendo que respirase adecuadamente. Resultaba agobiante cuanto menos.

En esa ocasión no chilló; no permitió que su naturaleza animal tomase el control y gritó como Therax Palatiard, como contramaestre de los Arashi no Kyoudai. Desplegó sus alas, recuperando su posición normal y alzando a Yuki-onna para apuntar a Katharina. La fina cúpula de viento con la que se había conseguido proteger se expandió con la ira de su creador, abombando el tornado ígneo hasta que finalmente se quebró en su centro.

—¡Levante! —exclamó. El aire que había comenzado a concentrarse en la punta de su sable vibró, saliendo disparado como una densa y brillante ráfaga de viento. Avanzaba muchísimo más rápido que cualquier corriente de viento que el rubio hubiese empleado hasta ese momento. Del mismo modo, su poder destructivo era muy superior a todas las habilidades que Therax había demostrado previamente.

El plumaje de sus alas había desaparecido casi por completo, y profundas quemaduras las recorrían hasta hacer infinitamente doloroso cada aleteo. No obstante, él nunca había necesitado moverlas para volar. Corrientes de aire de una potencia perfectamente medida las golpeaban de forma constante, permitiéndole permanecer sin esfuerzo en las alturas. Aun así resultaba tremendamente doloroso y molesto, pero se negaba a tirar la toalla y caer derrotado de ese modo.

Los asistentes estallaron en vítores ante el poder demostrado por ambos contendientes, aunque no tardaron en guardar silencio. Esquivase o recibiese a Levante, la tremendamente violenta ráfaga de viento atravesaría sin ninguna dificultad las paredes que marcaban los márgenes de la arena, sacudiéndola hasta sus cimientos. Sí, ellos también estaban en peligro y debían saberlo.

Del mismo modo, en el instante en que el vendaval nació de Yuki-onna tres tornados tomaron forma alrededor de Katharina. El objetivo era impedir que tuviese una escapatoria fácil, que fuese consciente de que ella no era la única capaz de poner a su rival entre la espada y la pared... Que ambos saldrían del estadio pensando que no volverían a participar en un combate igual.

—Esto no es nada —musitó en relación a sus heridas, consciente de que lo más probable era que la hechicera le escuchaba o al menos pudiese leer sus labios.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Mar 17 Mar 2020 - 4:43}

Sabía controlar casi a la perfección su respiración para no cansarse, incluso sabía gestionar eficientemente el consumo de maná para conjurar un vasto número de hechizos, pero sus conocimientos prácticos y teóricos no eran suficientes para impedir que su pecho se expandiese y contrajese a un ritmo acelerado en comparación a unos segundos atrás. Suspendida en el cielo gracias al aleteo de sus alas aprovechó el efímero instante para recuperar energías mientras contemplaba el hábil esquive de su oponente. El proyectil ígneo salió disparado hacia abajo, generando una explosión en las lejanías y provocando que pequeñas llamas alcanzasen el suelo. La hechicera chasqueó la lengua: era evidente que un ataque de ese nivel jamás dañaría profundamente a un contrincante como Therax. Y esa era la razón principal por la cual había preparado una ofensiva devastadora, quedando demostrada cuando el tornado ardiente comenzó a aparecer.

Los vellos de los brazos se le erizaron al escuchar el agudo chillido de su adversario, preguntándose cómo haría para sobrevivir a ese torrente de fuego. ¿Querer matar a su antiguo compañero? ¿A uno de los pocos tripulantes de los Arashi que fue especialmente amable con ella? Por favor, ni siquiera Katharina era tan cruel. Podía preparar su siguiente movimiento mientras el tornado devoraba las plumas y carnes del pirata, pero decidió quedarse quieta, expectante ante el dolor al que le había condenado. Arrugó la nariz cuando el olor a chamuscado llegó hasta ella, y sus oídos fueron invadidos por otro grito, uno mucho más humano que el anterior, uno que evidenciaba la férrea voluntad de un espadachín al que nunca debía subestimar.

Pensó que todo había acabado cuando vio a Therax ser tragado por las fauces de fuego que rugían como una bestia enfurecida, pero nada más lejos de la realidad. ¿Debía sentirse decepcionada consigo misma por no haber terminado ya el combate? ¿O contenta porque este, pese a las condiciones de su oponente, continuaría? No lo tenía claro ni necesitaba una respuesta inmediata, sólo era consciente de una cosa: luchar podía llegar a ser divertido. Desde su posición evidenció la fuerza de los vientos convocados por el pirata al desmoronar el tornado en llamas que había montado. Y debió haber tomado precauciones. Debió haber posado su mantra sobre su oponente porque a esa distancia los presagios simplemente no funcionaban. Incluso teniendo la capacidad de ver el mundo prácticamente en cámara lenta le costó reaccionar al poderoso ataque del rubio. El instinto mezclado con la experiencia le dejaron en claro algo: esquivar no era una opción, y no sólo por los tornados que le habían apresado.

Se resguardó detrás de sus dos alas de dragón capaces de resistir casi cualquier cosa en el mundo, formando una especie de cúpula que ofrecía una defensa impenetrable. O eso creía. Todo pasó demasiado rápido. A la poderosa ráfaga de viento le tomó una fracción de segundo atravesar el campo de batalla y perforar las alas de la bruja en el proceso. Katharina sintió un agudo dolor. Pero fue cuando el láser atravesó la zona superior de su pecho imbuido en haki de armadura que no pudo reprimir un grito de dolor. Quizás fue obra del destino; tal vez la estocada fue desviada ligeramente al perforar sus alas, pero el caso es que evadió un trágico final al evitar que su corazón fuese atravesado. Y, pese a que sus runas elementales de hielo cerraban rápidamente las heridas recién generadas, el dolor sencillamente había llegado para quedarse; tardaría más que un instante en sanarse la comprometedora herida de su pecho.

—¡Así es como tiene que ser! —le respondió a Therax con cierta dificultad, intentando ocultar el dolor que sentía.

Ya tenía decidido lo que haría, el movimiento que daría fin al encuentro entre dos importantes personalidades del mundo de la piratería. ¿Le había dado un buen espectáculo al público? Algo así jamás le había importado, pero en ese momento esperaba que sí. Y quería que estuvieran muy atentos, aunque de ninguna manera conseguirían ver lo que estaba a punto de realizar.

Fushigiri en su mano derecha y la Hoja de Argoria aún en su funda, tal y como debía ser. Los tornados a su alrededor le jalaban de allá para acá, dificultándole el vuelo. El viento le zumbaba los oídos, pero no era suficiente para romper su concentración. La Espada Maldita se cubrió por completo de una reluciente armadura endurecida y envuelta en un intenso fuego azul metálico con chispas carmesíes, y una llama fantasmagórica y de un suave tono violeta fluctuaba por el filo del arma. Incluso el mismo cielo comenzó a temblar ante su devastadora voluntad, y es que pretendía mostrarle en un ataque lo que sentía hacia Therax: respeto.

Al mismo tiempo que adoptaba una postura horizontal, como si fuese un verdadero misil, aparecía una plataforma de hielo justo bajo sus pies. Los músculos de sus piernas se ensancharon; sus venas, se inflaron. Perdió unas centésimas de segundo al detenerse a escupir sangre por la herida recién causada que continuaba cerrándose, pero no se detuvo. Destrozó en un estruendoso estallido la superficie helada cuando volvió a usar la Undécima Danza: Vuelo. Intentaría pasar a escasos centímetros del costado derecho de su oponente, aprovechando su pequeño y compacto cuerpo; buscaría cortar profunda pero no mortalmente el espacio entre las costillas donde la carne era más blanda, causando un impacto crítico. Usaría todo lo que había aprendido en esa brutal y violenta ofensiva, impregnaría su alma en el filo de Fushigiri y plasmaría su Espíritu del Conquistador en ella, demostrándole a Therax que su voluntad era tan fuerte como la de su excapitán, Zane D. Kenshin. Bloquease o se alejase, culminaría la ofensiva con un imperceptible iaido, desenvainando rápidamente la Hoja de Argoria y ejecutando a la perfección la Décima Danza: Estallido, lanzando una onda cortante supersónica que haría colapsar por completo el campo de batalla.

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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Mar 17 Mar 2020 - 19:48}

¿Nada le hacía daño a esa condenada hechicera, o qué demonios estaba ocurriendo allí? El fuego, las chispas, las escamas y los colores de toda índole no habían dejado de nacer de ella durante todo el enfrentamiento, pero el desgaste no parecía hacer mella en ella. ¿Qué sentido tenía entonces que él se hubiese dedicado a dosificar sus energías?

Levante había dado en el blanco, logrando atravesar sus defensas e incidir sobre su propio cuerpo. Poseía tanta potencia que incluso había destruido sin problemas el estadio situado a sus espaldas, pero estaba visto y comprobado que aquello era insuficiente para detener a la bruja; incluso para dificultarle lo más mínimo sus movimientos o entorpecer de algún modo sus acciones. Comenzaba a resultar frustrante; no podía negarlo.

Una vez más, un juego de luces, llamas y tonalidades envolvieron a Katharina y todo lo que dependía de ella. Su aura continuaba poseyendo la misma decisión que hacía unos instantes; tal vez incluso más. Pasaría a la ofensiva en breves instantes, pues ya había terminado sus preparativos. Therax percibió el dolor en el costado antes de que el golpe se produjese, mucho antes... De hecho, su contrincante ni siquiera había iniciado a moverse cuando vio, olió y experimentó lo que estaba por suceder.

En lo más profundo de su ser sintió decepción y alivio a partes iguales. La acometida que iba a realizar la bruja era demasiado similar a la que había llevado a cabo hacía no demasiado tiempo. En su mente estaba la idea de hacer uso de un movimiento que acababa de emplear para, igual que al principio del combate, rebasar su posición y atacarle desde un ángulo muerto. El ataque prometía ser mucho más potente, de acuerdo, y era consciente de que no podría evitarlo, pero resultaba hasta cierto punto predecible. De hecho, dudaba que hubiese podido sorprenderle incluso si su voluntad no le hubiese avisado de lo que estaba por venir.

Wirapuru y Yuki-onna, teñidas de un feroz color negro, aguardaban el impacto antes de que Katharina hiciese acto de presencia en el lugar que ocuparía. El viento, firmemente domado tras años de dedicación, ya se había distribuido en torno a su cuerpo con una ira inusitada, adquiriendo la sólida naturaleza con la que pretendía minimizar los daños. Porque sí, pensaba demostrarle a Katharina que el combate no finalizaría cuando ella lo decidiese, sino cuando alguno de los dos no pudiera continuar.

Una postura perfecta le permitía aplicar toda la fuerza de la que disponía a sus sables, preparado para bloquear el impacto. Del mismo modo, estaba preparado para asimilar y amortiguar lo que se le venía encima. No se movería...

La espada de la hechicera colisionó con la suya y, por un momento, el rōnin alado notó cómo su espíritu era forzado a quebrarse. Sus espadas perdieron la tenaz verticalidad con la que habitualmente se enfrentaban al enemigo, de modo que el extremo de sus filos se clavó en el muslo de su portador. Dolió hasta el extremo, más aún cuando su propia estructura actuó como palanca para terminar de asimilar el golpe. Tal vez la acometida hubiese sido predecible —de hecho, lo había sido—; puede que hubiese sido capaz de preparar una defensa que en otras condiciones hubiera resultado imposible y hasta podía aceptar que sabía el incremento de potencia que estaba por venir. De acuerdo, pero aquello se salía completamente de sus esquemas.

Salió despedido y fue lanzado contra el lateral de la arena. Los muros que la delimitaban se quebraron a su paso, arrancando lastimeros crujidos de su cuerpo que no hacían sino confirmar que seguía vivo, que aún estaba lejos de quedar postrado en el suelo. Había recibido un buen golpe, eso estaba claro, pero en cierto modo no dejaba de percibirlo como una victoria moral.

El clamor del estadio se escuchaba más distante en el exterior. Más aún cuando una montaña de piedra cubría su cuerpo. Movilizó el brazo izquierdo en apenas un instante, comprobando que, por si no fuese suficiente, todo indicaba que una bonita fisura había pasado a adornar su húmero. Iba a necesitar una larga sesión de cuidados cuando aquello terminase.

Mistral comenzó a tomar forma en su cuerpo cuando decidió que debía levantarse. En apenas una fracción de segundo su fisionomía mutó por completo. Un plumaje azul y blanco creció de cada poro de su piel, haciéndose más grueso en localizaciones clave para otorgarle el aspecto de una imponente armadura plumífera. Las heridas seguían en su lugar y el dolor no desaparecería, pero visualmente parecía una persona nueva. Tal vez aquello pudiese confundir a la hechicera, ¿quién sabía?

De un modo u otro, acababa de abandonar el cúmulo de escombros cuando comprobó que una letal onda cortante se cernía sobre él. La velocidad que alcanzaba era extrema, y debía haber recorrido la distancia que separaba a ambos contendientes en apenas un instante. ¿Cuántos metros podía haber entre ambos? ¿Unos cincuenta? Era lo más probable, pues la agresividad de la ofensiva de Katharina no era para menos.

Alzó a Wirapuru, interponiéndola en el camino de la onda cortante y forzándola a cambiar de dirección. No obstante, su poder destructivo era considerable y el margen de reacción era mínimo. Logró desviarla, pero la sangre comenzó a gotear desde su antebrazo cuando la afilada ráfaga la acarició. A decir verdad, ni siquiera le dolió. Cada uno de los ataques que había realizado la pirata era más poderoso que aquél en concreto.

Contempló la imponente figura de la hechicera a través del hueco abierto en los márgenes del estadio. El fuego con la capacidad abrasadora que había generado, el modo en que las heridas que le infligía parecían no afectarle, una armadura de semejante calibre... Aquello debía consumir ingentes cantidades de energía por pura necesidad, no había más remedio. Más tarde o más temprano quedaría exhausta; se negaba a admitir que una sola persona en el mundo fuese inagotable, que no experimentase la fatiga ni la extenuación después de desplegar semejante arsenal.

Sí, era el momento de tomar la iniciativa, de apretar al máximo y no dejar que tuviese ni un segundo para respirar. Sus heridas... Bueno, ya se ocuparía más tarde de ellas.

—Ostro —susurró, y el viento a sus espaldas adquirió la forma de dos inmensas alas. No obstante, en seguida mutó y se elevó hacia los cielos. Dos agudos chillidos precedieron la aparición de masas de aire que evocaban a sendas águilas. Cada una de ellas medía dos metros, pudiendo alcanzar la infernal velocidad con la que Therax podía manipular el viento que generaba.

Más resistente, ágil y veloz que nunca, el espadachín se lanzó a la ofensiva. Atravesó el orificio por el que había sido expulsado de la arena mientras sus creaciones se cernían a toda velocidad sobre la bruja. Cortarían y clavarían sus garras en cualquier zona que les resultase accesible, esforzándose por impedir una defensa óptima a su objetivo. De cualquier modo, los sables del domador se habían cubierto de una película azulada de la que no dejaban de manar chispas violentamente.

Con la naturaleza eléctrica de sus espadas aumentando increíblemente su capacidad ofensiva y el reluciente negro impregnándolas de nuevo, el rubio se impulsó a toda velocidad hacia su adversaria. El viento le concedía aún más velocidad, permitiéndole recorrer la distancia que les separaba en unas décimas de segundo. Un corte oblicuo amenazó con seccionar el cuerpo de la bruja al completo, mientras que diversas estocadas más veloces se afanaron por perforar una vez más las extremidades de la hechicera. Llevaría el conflicto al combate cercano, no le cabía la menor duda, y esperaba que las incesantes acometidas de Ostro le proporcionasen la ventaja que tanto necesitaba. Por otro lado, en absoluto era buena idea tomar a la ligera el daño que las águilas pudiesen hacer.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Mar 17 Mar 2020 - 23:48}

El choque entre espadas fue acompañado con un despliegue increíble de rayos negros seguido de un estruendoso chirrido metálico. El público gritó eufórico, aunque algunos cayeron desmayados producto de la poderosa voluntad de Katharina. Su oponente resistió el impacto unos efímeros segundos para luego salir disparado con brutalidad hacia atrás, incrustándose en el muro y siendo sepultado entre escombro y piedras. La fatídica demostración de poder aceleró momentáneamente el pulso cardíaco de la bruja, obligándole a tomar una bocanada de aire para realizar el siguiente movimiento. Creyó que un ataque como ese bastaría para acabar con Therax, pero había resultado ser mucho más resistente de lo que pensaba. Nada de juegos, se había prometido a sí misma. De su espada nació una gigantesca onda cortante, y sólo después llegó el sonido en un escandaloso estallido. Chasqueó la lengua y frunció el ceño cuando su oponente recibió una de sus técnicas más poderosas apenas lastimándose el antebrazo. Una gran parte del campo de batalla quedó completamente destruida al hacerlo, pero era lo que menos le importaba.

La herida en su pecho se había cerrado por completo y el dolor había desaparecido, dejando como prueba de haber sido perforada un pequeño orificio en el kimono. Era demasiado pronto para sentir los primeros síntomas del cansancio, pero sabía que, si continuaba luchando a ese ritmo excepcionalmente intenso, más temprano que tarde acabarían llegando. No le preocupaba: el combate terminaría antes. Estaba emocionada como nunca, dispuesta a dejar fluir su voluntad con completa libertad, inspirada a mostrarle a su antiguo compañero la diferencia existente entre sus fuerzas. ¿Se pensaba que había usado sus habilidades más devastadoras? Esperaba que no creyese que su arsenal acababa con bolas de fuego y tornados en llamas. Le estaba tomando en serio, era cierto, pero también estaba guardando estrategias previamente pensadas para los combates venideros porque, si de algo estaba segura, era de que la victoria sería suya y avanzaría en la tabla de posiciones.

—¡¿Esto es todo lo que tienes?! —le preguntó en un intento de provocarle al ver esas dos gigantescas aves de viento que se aproximaban hacia ella.

Su ala izquierda protegió su flanco izquierdo; la derecha, su flanco derecho. Los arañazos dolían un montón, pero eran demasiado débiles para atravesar la férrea defensa ofrecida por sus extremidades artificiales. El problema es que resultaban infinitamente molestas, teniendo dificultades para mantenerse en vuelo. Antes de que el espadachín llegase, una de las águilas se posicionó en su espalda y le arañó profundamente la carne sin poder hacer nada para evitarlo. Sin embargo, la herida comenzó a cerrarse a un ritmo injusto después de ser proporcionada, aunque esto no evitó el dolor que sentía. Frustrante, ¿verdad? Dañar cansinamente al rival sin ver resultados aparentes era como mínimo agobiante. Y si su oponente no cambiaba de estrategia acabaría desesperándose.

Un nítido presagio de su mantra permanentemente activo acudió a su mente en forma de imagen, un claro chirrido que buscaba cercenar su cuerpo. Pero incluso sin su haki de observación sabía que el ataque de Therax era poderoso y peligroso. Hubiese optado por esquivar, pero estaba demasiado ocupada coordinando a la perfección sus alas para mantener alejadas a las putas y molestas águilas. Debía prepararse para el impacto, maldita sea. En vez de limitarse a un simple bloqueo, optó por un movimiento arriesgado cuyo precio acabaría pagando en los siguientes instantes. Blandió con una fuerza sobrehumana la Hoja de Argoria en un movimiento completamente recto y descendente, envuelta en una armadura endurecida y con tintes azulados, cuyo fuego danzaba al compás de la batalla, cuya llama violeta fluctuaba de acuerdo a su voluntad.

El choque de voluntades conllevó una onda expansiva que destrozó el suelo cercano. Las chispas de electricidad se movieron libremente por el acero de la Hoja de Argoria, deteniéndose en el mango que se comportaba como un aislante eléctrico. No obstante, ni su poderoso haki de armadura ni su devastadora voluntad expresada a través del haoshoku detuvieron el intenso dolor que se propagó por su brazo izquierdo, obligándole a soltar un quejido humillante. Unas pequeñas ondas cortantes producto del impacto volaron hacia su cuerpo, rasgándole el rostro, el pecho y el estómago. Y si bien la mayoría de las heridas se cerraron inmediatamente, estas dolieron un montón. Bloqueó violentamente el primer acto ofensivo, despreocupándose un poco de las águilas que danzaban revoltosamente a su alrededor. El aleteo de sus alas las mantenía a raya, pero cuando una de estas volvió a alcanzar su espalda y Katharina sufrió las respectivas consecuencias de no proteger su flanco más importante.

El ataque del águila de viento interrumpió el ritmo de su defensa de manera que le fue imposible bloquear la primera de las estocadas que atravesó dolorosamente su brazo derecho. La herida tardaría unos segundos en cerrar así que tampoco le preocupó demasiado, pero sí que maldijo a Therax por ello. Empuñó verticalmente a Fushigiri para protegerse de la siguiente estocada como bala, cuyo acero se deslizó por la hoja de su katana, desprendiendo un chirrido metálico y un montón de calientes chispas anaranjadas. Y fueron sus extraordinarios reflejos que le permitieron reaccionar a los siguientes ataques orquestados por el espadachín enemigo. Mientras la Espada Maldita bloqueaba el águila que atacaba por el flanco derecho, la Hoja de Argoria retenía otra de las estocadas frontales. Demostrando una elasticidad excepcional su pierna izquierda imbuida en haki detuvo el peligroso avance de la bestia de viento.

—Te tengo —le susurró tras ver a través de sus movimientos.

Había esperado el momento indicado para ejecutar la Duodécima Danza: Alma, desviando la última estocada hacia el lado opuesto con Fushigiri. En menos de lo que tarda un parpadeo le haría creer a su contrincante que contraatacaría blandiendo la Hoja de Argoria en un corte ascendente y diagonal, pero se detendría en última instancia para girar su cuerpo hacia la izquierda y acompañar el movimiento con un trazo extendido de su espada en busca de la carne ubicada entre las costillas. Una vez más plasmaría todo su espíritu en ese contraataque, aunque la verdadera ofensiva estaba a punto de comenzar. Bloquease o esquivase —cuestión que resultaba increíblemente difícil— seguiría la trayectoria del pirata, volando a máxima velocidad y dejando atrás las molestas águilas que ya mucho daño le habían causado.  

¡Fuego! —diría una vez estuviese lo suficientemente cerca para asegurarse de que el hechizo conjurado al principio del combate, y retardada su activación hasta ese momento, causase el mayor daño posible.

Un gigantesco y peligroso vórtice de llamas intentaría devorar la carne y las plumas del espadachín, poseyendo un nivel destructivo incluso mayor al del recién convocado tornado de fuego. Y este movimiento tendría una diferencia: el tiempo de aparición. Había conjurado previamente el hechizo; sólo se había limitado a retrasar su activación. Y lo había guardado para un momento como ese, para un momento en el que se asegurase de pillar por sorpresa a su adversario, un momento que le acercaría un paso más a la victoria.

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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Miér 18 Mar 2020 - 21:16}

¿Acaso era un espejismo? No, no podía serlo. No se refería al corte que había travesado su costado y le había obligado a caer al suelo. Eso era lo de menos en realidad. La incredulidad que asolaba su mente provenía de la experiencia que acababa de vivir. Se había enfrentado a un oponente, una antigua compañera, que era literalmente invulnerable a todo su arsenal. ¿De qué servía tanto entrenamiento y dedicación? ¿Para qué jugarse la vida una y otra vez si después sus ataques no hacían mella en sus adversarios?

Levante se había mostrado capaz de reducir a su mínima expresión a incontables enemigos, de hacer añicos varios navíos de un único golpe. ¡Y había incidido sobre la bruja, suponiendo para ella lo mismo que el airado soplido de un bebé sobre su madre! Mistral siempre se había caracterizado por complementar un poder destructivo abrumador con mayor poder defensivo y versatilidad en combate, pero también había resultado completamente inútil. No subóptimo, no, inútil y casi infantil; como si en realidad su potencial no permitiese más que acariciar las escamas que había convocado.

¿Por qué él sangraba y se quemaba mientras que ella continuaba como si nada pese a recibir sus ofensivas en mayor o menor medida? ¿Cuál era la causa de que sus propios movimientos se ralentizasen y se volviesen más torpes conforme el esfuerzo iba creciendo, mientras que en el caso de Katharina esto no tenía lugar? La hechicera no había dejado de invocar violentos huracanes de fuego, armaduras mitológicas dignas de cuento y a saber cuántas cosas de las que él no habría sido consciente. No obstante, había respondido con absoluta normalidad a una ofensiva puramente física lanzada por él, que no había tenido más desgaste que pasar al ataque. No, no sólo había sido lanzada por él, sino por H y buena parte del poder que era capaz de concederle. ¡Aquello tenía que ser una broma de mal gusto!

«¿Es un fantasma? ¿Por qué mis ataques no le afectan incluso cuando la atraviesan?», se preguntó al fin, dando forma a los abstractos pensamientos y emociones que habían comenzado a danzar por su mente. La sangre manaba a borbotones de su costado, cubriendo por completo su abdomen. Logró ponerse de rodillas, respirando agitadamente y esforzándose por no caer de nuevo. Se irguió.

Pese a lo nubloso de su vista, consiguió divisar la figura de la bruja. Allí estaba, indemne. Sus ojos no le habían jugado una mala pasada en ningún momento. Tal vez los poderes que le había concedido su fruta le otorgasen capacidades que no sospechaba. Volverse etérea y que sus acometidas no causasen el menor efecto en ella aunque a él se lo pareciese, por ejemplo. O ser capaz de conjurar una infinita cantidad de hechizos sin notar la menor extenuación.

A saber, pero tal vez en el futuro pudiese investigar al respecto. Desconectó. Su cuerpo volvió a dar de bruces en el suelo, cayendo aparatosamente sobre el terreno y silenciando las voces de todos los presentes. Pese a todo, sus dientes continuaban apretados en un rictus que reflejaba incomprensión, incredulidad y frustración.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Sáb 21 Mar 2020 - 17:05}

El mar de llamas nació de su cuerpo, devorando todo a su paso al mismo tiempo que se extendía por varios metros, mas no fue necesario. Su oponente había caído al suelo antes de que la hechicera pudiera detener la activación de su hechizo, de hecho, era imposible que pudiera cancelar la conjuración. Y sin siquiera darse cuenta la herida de su brazo se había cerrado por completo. Fuera de la ropa destartalada y medio destruida, no había ninguna otra evidencia que delatase el combate recién sucedido. ¿Tenía en muy alta estima al espadachín de los Arashi? ¿O de verdad había mejorado tanto que ni siquiera el segundo miembro más poderoso de la banda pirata podía hacerle frente? Descendió y envainó sus armas. Incluso volvió a su forma humana, haciendo desaparecer las alas de dragón y las escamas.

Miró desde su posición el cuerpo maltrecho de su adversario; si fuese un enemigo y no estuviesen en condición de torneo, la espadachina le habría quitado la vida. ¿Se sentía decepcionada porque el combate había terminado? ¿U orgullosa de sí misma por haberse quedado con la victoria tan deprisa? Pensó en usar su magia para sanar las heridas de Therax y detener así su sufrimiento, pero ¿no sería un duro golpe al orgullo del espadachín? Venga, haría un último gesto de respeto hacia quien había sido su compañero. Convocó un círculo mágico de tonalidades doradas encima del pirata. Enseguida, un rayo de luz dorada salió despedida y cayó directamente sobre el cuerpo. No sanaría todas sus heridas, pero al menos le ahorraría algo de trabajo a los médicos.

—Ha sido un buen combate —dijo para luego marcharse del campo de combate entre aplausos, vítores y gritos eufóricos. La primera victoria había sido para Katharina, aunque no estaba del todo segura si podría mantener una racha intachable durante el resto del torneo. Si ahí estaba Therax, era probable que Luka y Zane se hubieran unido también.
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[Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard  Empty Re: [Primera Ronda] Katharina Von Steinhell vs. Therax Palatiard {Lun 23 Mar 2020 - 13:47}

Buenos días por la mañana. Como prometí, hoy iba a estar esto y, cómo no, toca cumplir. Soy Nat y hoy voy a ser vuestro árbitro. Podéis sobornarme o seguirme en twitter, aunque en estos tiempos confusos igual queráis hacer donativos a mi Patreon para no perderos las mejores actuaciones pin-up de este servidor. Por si acaso, yo lo dejo: "XxX_SweetNatty_XxX". Y para cuando hayamos acabado con eso, permitidme recordaros cómo debemos moderar esta serie de combates:

Resultado bélico: Si uno de los dos contendientes cede la victoria, debemos asumir que este acepta el resultado del combate y reconoce la victoria rival. Entendemos que en un entorno de fair play esto es un reconocimiento al ganador bélico por parte del perdedor y una muestra de deportividad de este último. Por ello, otorga CINCO PUNTOS al último hombre en pie.

Asunción de daños: Ambos personajes que se enfrentan deben estar dispuestos a salir heridos. Este apartado otorga DOS PUNTOS al personaje que mejor asuma daños, entendiendo esto como ajustarse a las habilidades del rival y propias a la hora de dilucidar cómo sus ataques son encajados.

Originalidad y entorno: El uso menos ortodoxo del terreno de combate, las estrategias de fondo e inesperadas, aquellas demostraciones de ingenio en general que ayudan a mantener una ventaja constante o a volcar una situación. Otorgamos DOS PUNTOS a este apartado.

Narración y estilo: Esencialmente referido al rol escénico, a la interacción de un personaje con lo que le rodea desde un punto de vista más reflexivo o interpretativo. Hilar una narración, en resumidas cuentas, que no se vuelva aburrida o pesada, excesivamente densa. Este apartado otorga DOS PUNTOS también.

Pulcritud de escritura: El uso de figuras literarias va arriba, pero el uso de estructuras morfosintácticas correctas y una adecuada ortografía se juzga aquí, valorándose con un total de UN PUNTO para el que tenga una mayor pulcritud.

Como podéis ver ganar el combate casi garantiza la victoria para el torneo, pero no la asegura. Debemos considerar que este foro busca el rol narrativo, y por tanto alguien que simplemente abuse de su ficha sin pararse a construir un relato podría perder todos sus combates aun demostrando una fuerza arrolladora. Dicho esto, creo que podemos proceder a dar una moderación clara:

Bélico: Therax asume su derrota, así que cinco puntos para Katharina.

Asunción de daños: Aquí he dudado mucho. Evidentemente tengo que dar la victoria a Therax, puesto que si bien es cierto que a lo largo del combate Kath también ha recibido daños esto ha ido de forma gradual, casi recibiéndolos por educación de manera un poco irrisoria. Si bien es cierto, por otra parte, que en ocasiones tal vez Therax ha pecado de exceso de daños. No obstante, creo que en general ha sido más realista en ese aspecto. Dos puntos para Therax.

Uso del entorno y originalidad: Punto para nadie. No hay un uso del entorno ni estrategias extravagantes o sorprendentes.

Narración y estilo: Cada uno con su estilo, la verdad es que ha sido un combate ameno y entretenido. No me siento cómodo juzgando este apartado dado que me gusta más el carácter que Therax otorga a su prosa, más acercada a una historia que a una visión pragmática del combate. No obstante, tratando de juzgar únicamente vuestra narración dentro de vuestro propio estilo, creo que debo otorgar un empate.

Pulcritud: De nuevo, punto para nadie. Sabéis que yo no resto por los diacríticos en desuso, siempre que estén bien usados, así que de nuevo punto para nadie.

Faltas y demás: Combate bastante estético, con mucho fairplay, pero Therax me ha robado a Annie así que -30 puntos. Nah, es broma, nada que mencionar aquí.

Esto nos deja con un 5-2 a favor de Katharina, por lo que debo proclamarla vencedora del combate. Enhorabuena a ambos por esta demostración, y muchas gracias por el tiempo dedicado a este combate. No olvidéis que podéis solicitar una segunda opinión si no estáis conformes.

Buenos días.
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