Las aventuras de los Blue-Bros. Parte 1 [Privado / Galhard - Oppen]

El Gobierno Mundial tenía muchos conceptos sobre la realidad. El primero era pensar que el cuerpo de la Marina y los agentes del Cipher Pol no estaban lo suficientemente unidos, y debían trazar relaciones amistosas en pos de una buena colaboración en el futuro. Lo segundo era creer que el nivel de poder de los hombres de la ley de más bajo rango era tan bajo que necesitaban entrenamiento. ¿Cuál fue el resultado de esta clase de pensamiento? Unas prácticas en conjunto: marines y agentes entrenando codo a codo para estrechar lazos y volverses más fuertes y así poder proteger al pueblo. Sonaba maravilloso, pero como en todo, la teoría y la práctica era muy diferente.

Aquella mañana un grupo de agentes del Cipher Pol se había presentado en el G2 de la marina. Liderados por el Agente de Campo Moses Ozerov, un hombre corpulento, de pelo rubio y corte militar, que siempre portaba gafas de sol oscuras y estaba muy serio, fueron llevados hasta un campo entrenamiento consistente en una pista del tamaño de un campo de fútbol, con varios elementos que parecían formar parte de una enrevesada gymkana y donde ya estaban esperando el grupo que les acompañaría en estas prácticas, los marines dirigidos por el señor Mitaki Tochimoto, esbelto e imberbe espadachín, al que siempre se podía ver con su capa de Comandante.

Los dos cabecillas se saludaron formalmente, aunque los más avispados pudieron notar una ligera tensión en aquel apretón de manos que duró varios segundos más de lo habitual. Parecía que el entrenamiento estaba a punto de convertirse en un enfrentamiento por ver qué facción era mejor.

Roland, que se había visto en la obligación de ir ante la exigencia de sus jefes a pesar de todos sus intentos de evitarlo, estaba observando la situación, pensando en como podía aprovechar la rivalidad existente a su favor cuando algo le llamó la atención. Entre los marines había un hombre, uno al conocía muy bien, quizás hasta demasiado. No es que hubiera pasado mucho tiempo con esa persona, pero un vínculo inquebrantable les unía, un vínculo que hacía parecer que estaban predestinados a encontrarse una y otra vez.

- Tú... evita vomitar encima mío. No seré tan amable la próxima vez - dijo el mink siendo esta su forma cariñosa de saludar a un viejo amigo.

Habían transcurrido unos días tras volver de la misión de encontrar al viejo marine y ya otra vez Arthur quería enviar a Galhard a otro entrenamiento con la excusa de curtir su fuerza y espíritu, lejos de la realidad lo quería tener algo lejos ya que aunque el café que preparaba era de su agrado el carácter despreocupado del marine retroalimentaba el de Al y repercutía en la salud del contralmirante así que tras hacerle preparar varios termos con café (El único alimento que el marine conseguía preparar bien sin ningún que ningún lavado de estomago fuese necesario) y con la premisa de hacerle reunir logros para ascender en la jerarquía de la marina fue enviado nuevamente fuera del cuartel, esta vez en las inmediaciones del G2, allí actuaría como un cadete más del recinto y entrenaría junto a ellos y a un destacamento del Chiper Pol que vendrían a hacer unas maniobras conjuntas, Arthur le dijo que el caos y la tensión que allí se podrían generar le serviría de Escarmiento entrenamiento perfecto para poder actuar con naturalidad en el entorno impredecible que un campo de batalla tendía a mostrar. Con gran pereza Galhard marchó hacia allí y una vez formando entre las filas de los otros cadetes, los cuales le miraban extrañado ya que, aunque si bien, esta vez no se había olvidado el uniforme sí que había confundido la gorra de la marina con su tricornio habitual y el pañuelo con una de las bufandas de Al.

El encuentro parecía ir como la seda, cosa que contrastaba con la advertencia de Arthur hasta que los dos oficiales al cargo de ambas compañías intercambiaron un apretón de manos un tanto singular.

-Ah... Ya lo veo, Marines contra agentes... La hermandad no va a funcionar y esto será un "quien es mejor unidad"... Que palo...

Cuando Gal iba a dar un bostezo algo sonoro que habría despertado la atención de los oficiales una voz familiar cortó en seco su bostezo, el cual se convirtió en un estornudo algo discreto que consiguió tapar con su brazo.

-Espera...No puede ser... ¡BROO!- Una sonrisa se dibujó de oreja a oreja en la cara de Gal que de forma efusiva levantó los brazos, tanto tiempo con Oppen parecía que estaba curtiendo su sistema respiratorio al menos con el pelaje del agente al cual le tendió la mano sin quitar la sonrisa de felicidad en su rostro.

-Que bien que nos volvamos a encontrar, contigo el entrenamiento si que será divertido y provechoso. Hablé muy bien de ti en el cuartel, gracias a ti encontramos en nada al viejo marine perdido

El hombre con el que había compartido experiencias incomparables se había vuelto loco de alegría al verle. Parecía disfrutar de la idea de entrenar con su compañero en aquella competencia de marines contra agentes. 


- Claro, la misión fue un juego de niños - respondió a su comentario -. Oye, ¿por qué tenemos que estar aquí? La gente como nosotros no necesitamos entrenamiento - comentó prepotentemente.


Y lo más curioso de aquella frase es que había metido a Galhard en el mismo saco que a él, cosa poco habitual. Roland consideraba a casi todo el mundo inferior a él, pero tras los acontecimientos de Ennies Lobby había reconocido el valor del marine y lo había aceptado como amigo. Podía considerarse que era una de las pocas personas en las que confiaba. Aunque su actitud normal no lo mostraba. 


Cuándo terminaron de hablar y ponerse al día de sus propios asuntos los jefes de cada pelotón los llamaron a filas. Roland se dio la vuelta y se despidió con un gesto de mano para colocarse en su sitio y escuchar el discurso de los líderes.


- Caballeros, hoy no estáis aquí ni como agentes ni como marines. Estáis aquí como hombres con un gran potencial para proteger está vuestra nación. Habéis llegado a nuestras manos como simples aficionados con grandes pero lejanos sueños, pero saldréis siendo lo que queréis ser; los héroes protectores que el pueblo y el Gobierno Mundial se merece. 


Después de aquel discurso muchos reclutas aplaudieron. Sin embargo Roland no lo hizo. No se trataba aquel discurso, y no le apetecía estar ahí, rodeado de tantos inútile. No obstante, algo hizo que prestará más atención.


- Ahora, antes de empezar, ¿hay alguno de ustedes aquí presente que sea capaz de usar haki? Quizás no lo conozcáis por ese nombre, pero quizás hayan sentidos sensaciones extrañas. Haber visto algo que iba a suceder antes de que sucediera pudiendo reaccionar a dicha acción, haber podido bloquear ataques inbloqueables o haber atravesado defensas impenetrables o haber podido presentir las emociones de otras personas. Cualquier persona que sepa de lo que estoy hablando, que levante la mano. Esta recibirá un entrenamiento especial.


Roland escuchó con atención el discurso y levantó la mano sin dudar. Nadie más la había levantado. Nadie más salvo una persona, un marine. Roland sonrió; ya sabía que aquel no era lugar para ninguno de ellos.

Galhard se incorporó y se encogió de hombros sabía del caracter algo voluble de su compañero y que a veces ser un poco zalamero con él podía funcionar así que decidió llevarlo a cabo. -Hasta los más expertos han de repasar los conceptos básicos de tanto en tanto, ya sea para refrescarse o dejar en claro por qué se es maestro. ¿No crees?. el cadete sonrió levemente y añadió -Así que dejemos bien alto el nivel- Los superiores decidieron que era hora de formar y dando un discurso, algo genérico, subieron la moral de los soldados y relajaron la crispación que se había generado.

De golpe, ambos oficiales solicitaron gente que tuviese Haki, Gal, si bien no había tenido mucho tiempo a desarrollar el suyo podía defenderse con el de observación. Desde luego estaba esperando a poderlo entrenar, visto que en la brigada todos habían decidido tomarse un tiempo de relax y enviarle de un sitio para otro. Gal alzó la mano mientras miraba que Oppen la alzaba también siendo ellos los únicos que la levantaron.

-Mmmm si bien me gusta que sea así tenía la esperanza de que más compañeros tuviesen ese don, habría sido interesante ver quienes más podían poseer eso.- Murmuró Gal mientras salía de entre la multitud de soldados para posicionarse cerca de los oficiales y de Oppen.

Al final, esto acabaría en un entrenamiento entre ellos dos, lo cual, se haría más ameno e interesante.

Su compañero había dado en el clavo. Tenían que demostrar el nivel que tenían y limpiar el suelo con aquellos que pasaran hacerles frente. O algo así.


Al final los dos funcionarios del gobierno se habían acercado a sus respectivos líderes. Ambos, cada uno contento tras ver que al menos uno de su facción tenía un mínimo de habilidades sonieron, y una mirada de complicidad pero a la vez competencia cruzó sus rostros cuando se observaron.


- Bien muchachos - empezó diciendo el líder marine -. Primero veamos cómo se desenvuelve cada uno en el uso de su haki. Haremos combates de prueba, nosotros contra vosotros. Solo tenéis permitido usar vuestras habilidades básicas y haki. Si alguno es usuario de akuma será devuelto a su casa con un expediente abierto si la utiliza. Y tú - dijo mirando a Roland - no podrás usar Rokushiki.


- Espera, espera - interrumpió el líder de los agentes -. Este... Este... - titubeó buscando una palabra que no tuviera relación alguna con gato -. Este agente está bajo mi cargo. Yo le pondré a prueba y yo le diré lo que puede y no puede usar. Agente, no podrá usar ninguna arma ni akuma en caso de tenerla, pero sí podrás hacer uso de las técnicas del Rokushiki y de tu haki. ¿Queda claro? - preguntó mirando al mink aunque parecía que iba más dirigida al marine. 


- Qué remedio. Oye - se acerco Galhard -, ¿crees que nos ascenderán si los derrotamos? Estoy cansado de estar tanto tiempo en el mismo rango, soportando a imbéciles que no saben mandar - por suerte esto último no lo escuchó ninguno de los superiores.


Los guiaron por los terrenos de la fortaleza del G-2 hasta llegar a una especie de gimnasio-almacén techado. 


- Aquí nadie nos interrumpirá. Será un dos contra dos, así no solo probaremos vuestras habilidades sino vuestra capacidad de trabajo en equipo y coordinación improvisada. También esperamos que esto sirva como puente entre agentes y marines. Si estáis listo, empezad cuando queráis.


Roland observó todo su alrededor. El sitio era suficientemente alto para moverse con libertad. Lo mejor sería que usara su método habitual para pelear en vez de intentar adoptar alguna estrategia nueva. No le gustaba trabajar en equipo, sentía que los demás estorbaban, y aunque tenía en consideración a su compañero, crear en ese momento una estrategia de combate desde cero quizás no fuese del todo adecuado.


- Vale Gal, yo voy a por el rubito - dijo señalando al superior del CP -. Quiero mi ascenso. Tú si quieres ve a por el otro, quizás tengas un combate interesante. 


Cuándo hubo terminado de hablar se elevó en el aire con el Geppou para lanzar un Rankyaku contra su rival.


- Toma Rokushiki - murmuró para sí.

"Oh una sesión de sparring... Creo que será más fácil que practicar con Arthur o Al, al menos no tendré las piernas y los brazos atados mientras trato de esquivar los golpes o recibirlos cual saco de boxeo"
Pensó el cadete mientras miraba con cierta cara de extrañeza al superior de Roland ¿A caso el rokushiki era lo único bueno que ese agente podía intentar decirle a Roland que lo hacía mejor? menos mal que no le dijo misifú como el día en el que él conoció al Mink, la cosa podría haber escalado.

Tras llegar al gimnasio, la verdad algo más limpio que el resto de la fortaleza, quizás por el poco uso que parecía que le diesen iba a empezar la pelea.

-¿Ascenso? Ah... Me había olvidado que aún soy un cadete pero... Quiero pasar directo a capitán como menos... Me han avisado de todo el papel burocrático que tiene que hacerse en la marina y el de sargento es un coñazo, como capitán al menos te toca cierta independencia y no hacen tantas preguntas.-

Mientras Roland avanzaba para enfrentar al agente del cp Gal decidió mirar al marine, que a juzgar por su cuerpo lleno de cicatrices o estaba curtido en batalla o el tema de esquivar los golpes o protegerse bien no era lo suyo, aún así el combate sería duro pues el tipo parecía tener habilidades fuera de lo común y una fuerza hercúlea.

-Está bien, está bien, nosotros dos por otra parte, supongo que esto rompe tu deseo de romper a un agente del cp, oficial, pero creo que es mejor para ti pelear contra mi, mi amigo no es de los que se contiene en una pelea y si bien yo tampoco él es más fuerte que yo. Empecemos pues ¿Uso mi espada? Bah... Supongo que sí...-

Con rapidez el cadete desenfundó su espada, la cual chocó con la de su superior. ¿En que momento la había sacado? Esto demostraba que lo de parar golpes si era algo que supiese hacer el oficial y que la pelea sería dura. Gal retrocedió un par de pasos los cuales volvió a ganar con un fondo que fue parado también por el arma del marine más experimentado. "Aah... Claro, ha de tener haki de observación también, todo lo que piense va a saber que voy a hacerlo pero...¿Como se supone que he de golpear a alguien que parece más rápido que yo?"

-Mientras se pelea no se tiene que perder el tiempo pensando en tonterías- Dijo el oficial que aprovechando que Gal volvía a su posición de guardia le embistió con su cuerpo tirando al cadete hacía atrás, había sido benevolente ya que de haber golpeado con su arma podría haberle herido. Después de todo se trataba de una pelea amistosa. -Deja de hacer el ridiculo y pelea en serio o los del cp nos tomarán por tontos- Murmuró el marine lleno de cicatrices mientras siguió atacando a Gal, el cual se incorporó como pudo y golpeó la cadera del oficial con su pierna.

-Que pereza, iré con todo pues...- Tras la patada con su mano sin arma golpeó el estomago del oficial para desarmarlo luego con su espada.-Al final quien ha pensado en tonterías has sido tu también...¿Peleamos a puño o coges tu espada de nuevo? Dijo Gal sin querer sonar condescendiente aunque, a oídos del marine no fue así.

-Pequeño calamar... Vas a ver- Cogió de nuevo su arma y cargó contra Gal enfadado, el cual pudo leer sus movimientos que se habían vuelto impulsivos.

Cuando la onda cortante parecía haber alcanzado al agente, Roland pensó que le iban a despedir por asesinar a un superior. Es suya por no saber defenderse se decía en mitad del aire cuando observó que allí a donde había dirigido el ataque no se encontraba ningún cadáver. Entonces si Instinto Animal, que era como él nombraba a su haki de observación, le avisó de que algo se acercaba. Roland rápidamente hizo un bloqueo en cruz con sus brazos pero la potencia del impacto le mandó a volar contra el suelo. 


- Maldito bravucón - gruñó mientras se levantaba entre quejidos del suelo.


- ¿Eso es todo lo que sabes hacer? - preguntaba si superior desde el aire, manteniéndose en aquella posición al dar un pequeños saltos con una de sus piernas -. No eres mejor que cualquiera de los novatos.


Roland crujió sus nudillos, hizo estallar algunos huesos de su espalda al levantar los hombros, uno cada vez, y volvió a lanzarse directo contra su superior, desplazándose en el aire. Esta vez se permitió golpear con una espectacular patada cubierta de un invisible haki de armadura al rostro de aque hombre que, de haberla recibido, hubiera caído tal y como el mink había hecho segundos antes, pero que evadió en el último momento como si supiera de donde provenía el golpe. Tras golpear al aire, Roland se recompuso dando unos pocos pasos más con su técnica. Empezaba a encontrarse airado.


- Hijo, no estás usando todo tu potencial - le comentó el agente.


Roland, que sintió el comentario como una ofensa, estaba cada vez más molesto. Primero había resistido su ataque como si nada, sin siquiera moverse, para después evitar otro golpe. Le estaba dejando en ridículo, y no iba a permitir que sucediera. Moviéndose a través del aire lo más rápido posible, intentó combinar el Soru con el Geppou, para acercarse a su mayor velocida y así evitar que esquivase el ataque. Ataque que consistía en un despampanante Shigan hacia su pecho, embutido con todo el poder que su haki podía tener para que le fuera imposible bloquearlo. Sin embargo, la sorpresa fue poca cuando el agente no perdió de vista a Roland en ningún momento a pesar de usar su mayor velocidad, y no solo eso, sino que abiertamente se dejó golpear de lleno, siendo el ataque ineficaz.


- No tengo nada más que decirte - dijo agarrando del brazo a Roland y lanzándolo hacia el suelo haciéndole dar una vuelta por encima de su cabeza. 


El mink volvió a impactar como si de un meteorito de tratase, acabando magullado y herido. Se volvió a levantar; por suerte no tenía ningún hueso roto, pero a ese ritmo poco le faltaba.


- Hemos acabado por hoy. Observemos como le va a tu compañero y os diremos lo que vamos a hacer tras esta demostración.

Recordando las sesiones de sparring con Arthur y Al, el cadete mantuvo un buen juego de pies, ahora que podía moverlos libremente mientras los golpes del oficial se hacían más y más rápidos y furiosos, parecía que su superior iba a todo gas tras la falta de respeto que creía que el cadete había mostrado.

En el momento justo Gal golpeó con el pomo de su espada al oficial que retrocedió unos metros por el impacto, con la guardia completamente abierta, los ojos del cadete no tardaron en percibir eso y olvidando por un momento que se trataba de un combate amistoso asestó un duro golpe al oficial. La potencia del ataque debería haber cortado al oficial pero un sonoro ruido metálico hizo eco en la sala. Un trozo de espada voló hacía Gal cortando alguno de sus cabellos, de nuevo ese viejo y desgastado sable se había vuelto a partir, el oficial en última instancia había recurrido a su haki de armadura, lo que llevó a la espada de Gal a romperse.

-¡Eh! ¿Sabes lo difícil que es encontrar un sable de esa aleación?- El cadete iba a continuar su reproche cuando un puñetazo de su superior cortó sus quejas, Gal esta vez fue quien salió disparado unos cuantos metros cayendo al suelo, con rapidez se levanto y frotó sus labios, de los cuales brotaba algo de sangre.

-¿Que querías conseguir con ese corte recluta? Has ido muy lejos, esto es por lo de antes.- El oficial parecía molesto y retomó la carga contra el cadete espada en mano.

-Como si no lo hubieses podido parar de todas formas- Dijo con confianza Gal mientras se incorporó, él no tenía haki de armadura así que un corte y todo se acabaría. -Con espada o sin voy a enseñarte que sigo siendo cadete por simple capricho.- Con gran velocidad Galhard corrió a recibir la carga, eso cogió por sorpresa al oficial ya que lo último que esperaría es que un hombre cargase sin un arma contra él, en el momento justo pero el cadete uso sus antebrazos para parar el movimiento del oficial chocando esa parte con la misma de su superior y con una llave movió el brazo de su adversario hasta que este cedió soltando la espada.

-Si solo nos valiésemos de armas no seríamos marines ¿Verdad? Además te voy a enseñar por qué soy el heredero de mi casa- Tras ese movimiento que cogió de improvisto al oficial pero que a su vez le dibujó una breve sonrisa al mismo pateó lejos el arma de su superior. -Cuerpo a cuerpo esta vez-

Los dos marines se enzarzaron en un intercambio de puños, cuando Gal parecía que fuese a dar un golpe decisivo el marine cubrió su cuerpo de haki de armadura, lo que provocó que el golpe le doliese más al cadete que al marine que lo recibió provocando que se separasen unos centímetros.

-Se acabó- Con gran velocidad el marine pateó el abdomen de Gal lo que le llevó a salir disparado contra la pared, con un aspecto cansado y jadeando Gal se levantó de nuevo poniéndose en guardia nuevamente -Se acabó dije, ser un cabezota aquí no te llevará a nada, hemos acabado la demostración, tenéis madera, mañana empezará un entrenamiento especial para vosotros, sentíos afortunados pero creerme que desearéis morir mientras ese entrenamiento dure- Dijo el oficial visiblemente molesto. -De la brigada indisciplinada tenía que ser este follonero... Claro... El notas que acompañó al Almirante Koneko cuando hicieron el idiota en Enies Lobby, vaya dolor de cabeza...- Murmuró mientras se acercaba al otro agente del cp.

- Pues el mío fue el gilipollas que se dejó golpear con una pantufla en la Cúpula del Trueno - respondió el agente a su compañero marine -. Fuertes dos nos han tocado...


Dicho eso, se marcharon. Roland, exhausto y humillado, miró a su compañero, que no estaba en un mejor estado. 


- Me estaba conteniendo, ¿sabes? - de excusó ante su amigo -. Lo tenía contra las cuerdas. Si no hubiera parado el combate, le hubiera ganado.


Al salir del almacén ambos se dirigieron a una habitación de la base marina donde dormirían hasta que el entrenamiento terminase. Un sitio simple, con dos camas individuales, un baño estrecho, humedades en las paredes y una sencilla ventana que daba a una torre de vigilancia. No eran las lujosas habitaciones de Ennies Lobby, pero el mink no era muy melindroso y se conformó con dormir. No intercambió muchas más palabras con su compañero, salvo unas pocas cuando estaba ya acostado. 


- Mañana se van a enterar, les vamos a dar pal' pelo - decía, casi hablando consigo mismo -. Aunque a ti te hace falta una nueva espada. Mañana lo pillas del almacén.


Roland no pudo dormir en paz. No quería admitirlo, en su cabeza no existía la palabra perdedor salvo para definir a los demás. Pero, aunque él nunca fuera capaz de admitirlo en voz alta, había perdido. En aquel momento lo tenía muy claro; no iba a permitir que le considerasen un perdedor inútil nunca más. Iba a demostrar que él era un ganador nato, y que nadie estaba por encima suyo. Y si para ello tenía que entrenar un poco, que así fuera.


Al día siguiente[


Roland se despertó temprano. Se acercó a la cama de sus compañeros y le intentó despertar con unos débiles golpes.


- Venga, mueve el culo. Vamos a darle duro al tema.


Cuándo se hubieron levantado y aseado fueron a desayunar, y tras ello, directos al entrenamiento especial. Tal y como les habían indicado, se dirigieron a la misma zona de entrenamiento en la que se habían encontrado al inicio del día anterior.


- Bien, caballeros. Antes que nada, buenos días - empezó a hablar el comandante marine -. Espero que estéis preparados para sufrir de verdad. Vuestro entrenamiento consistirá en el desarrollo de ambos tipos de haki a través de métodos científicamente comprobados. A lo largo del día realizaréis los entrenamientos hasta quedar exhaustos, y una vez los hayáis completado os enfrentáreis contra nosotros nuevamente. Esto lo haremos día sí y día también hasta que al final hayáis aprendido a dominar vuestro poder - explicó.


- Tú, agente Oppenheimer - dijo el agente que le había apalizado hacía menos de 24 horas -. Empezarás el entrenamiento del haki de armadura. Os iréis turnando los entrenamientos a lo largo del día - explicó para los dos -. ¿Capicci? Pues andando. 


Roland empezó el entrenamiento de haki de armadura. Este consistía en dos partes; la primera se centraba en la resistencia otorgada por esa habilidad. Como el haki de armadura en primera instancia servía como defensa, empezarían por esa parte. 


- ¿Pero quieres dejar de usar el Tekkai? - gritó el agente -. Haki, te he dicho que uses haki.


- Y yo le he dicho que es un acto reflejo - contestó Roland -. Ya va, ya va.


Tenía que dejarse golpear por los puñetazos del agente, intentando protegerse íntegramente. Al comienzo de la sesión le costaba, no conseguía extraer el poder suficiente para defenderse. Al final de la sesión Roland ya tenía toda clase de moratones y magulladuras por todo el cuerpo. 


Por suerte la segunda parte era más sencilla, aunque no por ello mejor. Al mink le habían colocado un gigantesco bloque de acero enfrente suyo. Su misión, concentrar todo el haki en sus puños para hacer el máximo de daño posible al bloque. Golpe tras golpe, minuto tras minuto, hora tras hora, golpeó el bloque sin cesar, y sin hacerle un solo rasguño también. 


- Vale, vale, está bien por el momento - dijo su instructor al ver cómo había bajado el ritmo tras el cansancio -. Dejémoslo por hoy, cambiaré con el otro chico.


Roland se dirigió a la zona de entrenamiento de Galhard. Cuándo le vio, le dijo que tocaba cambiarse y que ya se verían en el combate más tarde.


- Ahora toca haki de observación. Prepárate para pasar por el mismo infierno que acaba de pasar tu compañero.

Gal miró a su maltrecho compañero, realmente ambos habían sido derrotados, mirase por donde se mirase, habían pecado de confianza y les había sido caro, mientras recogía los trozos de su espada asintió a lo que le decía Oppen.

-La siguiente vez que nos enfrentemos a ellos les enseñaremos de que somos capaces y no podrán huir, sobre la espada ya buscaré alguna, las que tienen por aquí no me acaban de resultar cómodas de usar pero menos da una piedra...- La habitación era pequeña y olía raro pero el cansancio de Gal lo hizo caer dormido en seguida, a la mañana siguiente fue despertado de forma brusca por Roland, siendo sinceros algo que no le sentaba muy bien a su humor y a su salud pero que iba a hacerle.

-Ahh... cinco minutos más... Dijo mientras se hacía el remolón en la cama, cosa que no detuvo a Oppen hasta sacarlo del cuarto, completamente vestido y aseado.

Fueron recibidos por los dos superiores, con una siniestra mueca en sus rostros, parece que tenían pensada alguna de indios.

-Bien, señor cadete de la bufanda- Dijo el marine con una espada de madera y una venda de color negro en sus manos. -Ponte esta venda en los ojos y vas a tener que esquivar todos los golpes que yo te de sin poderlos ver, la privación del sentido de la vista te ayudará a estar en mejor conexión con tu voz interior, serás capaz de escuchar mis golpes antes de que te den... Cuando logres eso pasaremos a la segunda parte-

Si bien la falta de sueño afectó a la coordinación de Galhard también le ayudó a poder escuchar mejor la voz de las cosas al estar en una situación de desventaja, de todas maneras eso no le salvó de acabar con alguna que otra magulladura al principio.

-Ptch... Aunque odie admitirlo se nota que eres de la brigada indisciplinada, un cadete habría tardado al menos horas en esquivar un golpe- Dijo algo molesto el marine.

-Nah... No creas, es costumbre, los pocos entrenamientos que hice con la brigada eran estos pero atado de pies y manos y con alguien menos benevolente a la hora de golpear- Dijo Gal, el cual estaba de un humor de perros por la falta de sueño. Ese tono molestó al marine que decidió volver el entrenamiento como el de la brigada, dejando a Galhard lleno de moratones ante la imposibilidad de moverse.

-Para que hablo si se pica...- El entrenamiento o más bien ensañamiento funcionó, pero aunque pudiese escuchar y notar de donde iban a venir los golpes del marine si no podía moverse tampoco podía esquivarlos.

Pasaron las horas y Oppen llegó, pudo ver a un Gal maniatado y con los ojos vendados, lleno de moratones y sangrando de algunos puntos de la cabeza por los golpes de la espada.

-Oh... Hola Oppen... Si que acabaste rápido tu entrenamiento...

Roland tenía los nudillos en carne viva, hematomas de todos los colores y una cara de cansancio abrumadora. A pesar de ello, algunos dirían que tenía mejor aspecto que su compañero, aunque por poco. Unas ojeras resaltaban en la cara del marine, la misma clase de hematomas se podían observar en su piel y el mink hubiese jurado haber visto algún hilillo de sangre. Fenomenal pensó sarcásticamente.

- ¿Qué clase de infierno será esta vez? ¿Uno congelado? - respondió al comentario del marine cuando su compañero se hubo marchado al entrenamiento de haki de armadura.

- ¿Te crees muy gracioso? Ponte esta venda - le tendió la misma que Galhard había usado con anterioridad - Tendrás que esquivar mis golpes con los ojos cubiertos. Y te aviso, no me pienso contener contigo.

Él parecía no estar de buen humor. ¿Galhard le habría molestado con algo? Fuera como fuera, eso no le ayudaría si era una persona que se dejaba llevar por las emociones. Roland se puso la venda y se rascó la cabeza, pensando en que aquel entrenamiento no podía ser tan difícil. Aún sin poder ver, sus otros sentidos eran mejores que los de los humanos, y con escuchar su respiración o movimientos podía reaccionar... ¡PLOF!

- ¡Ahhhh! - gritó Roland de dolor. Había recibido un golpe directo en la nuca -. ¿Dónde te has metido? Si te pillo te mato, desgraciado - decía mientras agitaba los brazos en busca de quién le había golpeado.

A pesar de todo, Roland no conseguía atraparle. Ni escucharle siquiera; era completamente sigiloso. No hacía ruido al andar, ni al moverse, como si no estuviera ahí. Y mientras hacía un esfuerzo vano en apresarle o golpearle, seguía recibiendo golpes. Cuando creía que estaba detrás suyo, sentía dolor en el abdomen; cuando creía que estaba a su izquierda, recibía un golpe en el pie izquierdo; cuando creía que estaba por encima, los huesos de su cadera crujían. A ese ritmo acabaría aún más magullado que en el entrenamiento anterior, y no lo iba a permitir. Tenía que demostrar que era que mejor que aquellos que les entrenaban, que aquel entrenamiento no era más que un juego de niños y que nadie, y absolutamente nadie, iba a humillarle y dejarle en ridículo.

Entonces se concentró. Notó como la espada de madera alcanzó su espalda, haciéndole un daño considerable, pero se mantuvo de pie, erguido, soportando tanto ese golpe como los siguientes, concentrándose para prever el siguiente ataque. Con los ojos envueltos en oscuridad, buscó al marine. En aquel mar negro, que era lo único que podía ver, una tenue silueta fue tomando forma. Se movía velozmente alrededor de Roland. Le costaba seguirle el ritmo, pero con sus cansadas piernas lo intentaba, girando y pivotando hacia donde se moviera la figura. Entonces presintió que algo iba a golpear su brazo derecho cuando lo retiró girando el torso para evitar el golpe.

- Bien, chico. Parece que tienes cierto control sobre el haki de observación - escuchó decir al marine -. Si tan solo perdieras menos la paciencia y te concentraras más, podrías mejorar notablemente.

Al final Roland acabó consumido por el cansancio y el dolor, pero había sido capaz de esquivar la mayor parte de los golpes desde que empezó a concentrarse, hasta que llegó el final del entrenamiento, donde su entrenador había aumentado el ritmo y él había perdido la paciencia perdiendo la concentración con ella.

- Descansa un rato con el otro recluta. En dos horas tendremos otro enfrentamiento como el de ayer - y se marchó, con la capa ondeando al viento.

Roland fue a dar con Galhard, quién había acabado también de entrenar.

- Joder Gal, son unos infelices mentecatos a los que parece que les gusta el sufrimiento ajeno - comentó a su amigo -. Que yo no he sufrido, pero son unos canallas. Vamos a descansar para ajustar cuentas con ellos.

Como pudo Gal se arrastró hasta el lugar donde el agente del cp le esperaba para entrenar el haki de armadura, las magulladuras y el sangrado, junto al dolor serían el único problema en el entrenamiento si no fuese por un pequeño detalle, una ínfima chorrada, él no tenía haki de armadura.

-Eh... E-esto señor trajeado... Creo que hubo un mal entendido aquí... Yo solo tengo eso a lo que llamáis haki de observación.- -Dijo como pudo el cadete para ser mirado de arriba a abajo con desdén.

-Estos de la marina...jajaja. De todas formas vas a someterte al entrenamiento.- Con la punta de su zapato golpeó la cadera de Galhard para darle a entender que debía levantarse -Mira, te haré un pequeño favor ¿Vale? solo por lástima, no te acostumbres, te cambiaré de orden las partes del entrenamiento para que puedas respirar un poco antes de recibir un poco más de jarabe de palo.- Con una sonrisa burlona en la cara cargó a Gal y lo puso en frente de un enorme pilar de acero, le comentó al recluta que su misión era hacerle el mayor daño posible a ese bloque.

"Ah... ¿Estamos locos? En mis capacidades actuales no podría... Ojala tener a los instructores de cuando era pequeño y recordar la técnica que me enseñó el piernas largas para dar una patada a un bloque de hierro y dejarle una bolladura..." Pensó el marine mientras que con las fuerzas que logró reunir se puso de pie, en guardia y con sus puños empezó a golpear el trozo de acero, cada golpe aumentaba el dolor en sus articulaciones y ponía más rojos los nudillos que no tardaron en sangrar, la ira de aguantar el daño llevó al recluta a dar una poderosa patada al bloque, intentando emular lo que recordaba de la técnica de su profesor, si bien, la patada fue fuerte el bloque no recibió daño alguno y un sonoro ruido metálico invadió el lugar haciendo que el agente del cp pusiese una mueca de dolor al ponerse en el papel del marine que se tambaleaba haciendo esfuerzos por mantenerse en pie.

-Bueno, lo intentaste y no lo lograste... No esperaba otra cosa la verdad ¿Preparado para otra tunda? Recuerda lo que dijo tu superior, bienvenido al infierno- El cp no tuvo miramientos y se ensañó con el cadete no solo con golpes normales si no con algunos imbuidos en haki, probablemente después de ello Gal tendría alguna fractura en los huesos de las costillas, de forma inusual el cadete pudo con su haki de observación esquivar por instinto algún que otro golpe que podría haber roto lo facturado. -Bueno, lo dejamos por hoy marinerito, no quiero romperte del todo antes del show final, descansa lo que puedas- El agente tiró un pañuelo encima de la cara de un Galhard que se encontraba tendido en el suelo, quizás para que se limpiase la sangre o quizás para hacer más burla al pobre, Oppen no tardaría en recogerle o eso esperaba un casi inconsciente Gal mientras hacía esfuerzos por respirar.

-Que bien que estés ahí Oppen... Te ¿Te importa cargarme hasta la habitación? Estoy en las últimas... Van... van a pagar por esto...- Dijo el cadete mientras tosió y se llevó la mano a la cara, tomando el pañuelo y limpiando un poco la sangre de su cara.

Gal perdió el conocimiento, cuando despertó se encontraba en su habitación, sin rastro de oppen, no estaba seguro de cuántas horas habían pasado.

Trató de Levantarse, su cuerpo aún pesaba y las magulladuras le dolían, un notorio malestar recorría su cuerpo por lo que decidió descansar un poco más.

A mediodía alguien abrió la puerta de su habitación y le despertó abruptamente, se trataban tanto del oficial marine como del agente del cp que miraron con cara molesta al cadete.

-¿Que pasa ahora? Aún no es por la tarde... No es hora de entrenar. - Dijo un aún adormecido Galhard.

Los dos oficiales le miraron con cierta complicidad, estaba hecho un cuadro por los golpes recibidos pero aún así no decía que quería abandonar, solo descansar más.

-No venimos a eso ¿donde está tu compañero? Tuvimos que llevarte a tu habitación cuando perdiste el conocimiento, quizás nos pasamos un poco pero no hay ni rastro de él agente del cp ¿sabes donde podría estar? —

Galhard bostezó y mientras se frotaba los ojos se encogió de hombros -Si no fue él quien me llevó no sé donde habrá ido, pero si puedo respirar bien es que no ha pasado por aquí-

Los dos oficiales se miraron el uno al otro y mientras que el agente del Cp se marchó del cuarto el marine ayudó a Gal a incorporarse, decidieron darle unos días de descanso antes de proseguir con los mismos entrenamientos pero esta vez serían más misericordiosos con él, había pasado la prueba y no había huido, no podía decirse lo mismo de oppen que había desaparecido del lugar.

Tras varios días en el entrenamiento del haki de armamento.

-¿No dije ya que esto no iba a resultar? Al final de tanto golpe o me dejaréis tonto o no me hará falta despertar haki de armadura porque me habréis matado los receptores de dolor.- decía el cadete ante los extraños entrenamientos de resistencia de aquellos dos superiores.

-Precisamente este es un buen entrenamiento por ello, aunque un haki no se haya despertado un entrenamiento apropiado puede condicionar el cuerpo para que en el momento en el que se despierte tengas algo de entrenamiento en tu memoria muscular, deja de ser un quejica y sigue aguantando. Al menos ya estás esquivando los golpes en el de observación Dijo inquisitivamente el agente del cp ordenando que golpease el bloque de acero de forma más contundente mientras que sin poderse mover recibía un golpe de una porra en el costado.

Fueron largas horas de una agonia que podía llamarse tortura más que entrenamiento, los dos oficiales se miraron satisfechos frente a un cadete que no podía más.

-Has acabado tu entrenamiento, te dejaremos unos días en la enfermería para que te recuperes y te mandaremos a tu cuartel, podrías haberlo hecho mejor cadete pero no has estado mal.- Dijo el marine sonriendo

—Mejor mandadme ya a Dress rosa, no me gusta esto y lo siento pero voy a reportar vuestro comportamiento tanto al contralmirante Arthur como al Almirante Koneko... Si bien esperabais más diversión de un miembro de la brigada indisciplina da esto ha sido un abuso y aunque quede como un quejica no voy a pasarlo por alto, que hasta Arthur tiene un límite. Tras ello, con sus últimas energías sacó un den den mushi y llamó a la torre alvenger en dressrosa, la secretaria de Al cogió la llamada y anotó todas las quejas del recluta bajo mirada de horror de ambos oficiales, podían escuchar como la secretaria decía que enviaría un barco con dotación médica que correría a cargo del presupuesto del G-2 y que dadas las circunstancias ella haría el papeleo que posteriormente deberían ampliar ambos agentes bajo un expediente disciplinario. La tortura se había acabado para Galhard y con su espada vieja partida en dos marchó hacia el puerto con la ayuda de otros soldados que ante la información de que sus superiores iban a ser disciplinados decidieron colaborar con Gal para evitar que el expediente se ampliarse sobre ellos.