Unas buenas vacaciones o no [Moderado nivel 4 Dark]

-¡Hey! Estáis bien, ¿qué ha pasado en el pasillo que esta todo derrumbado? ¿Me escucháis? ¿Hola?

Dark tenía que hacer algo rápido. No sólo acababa de escuchar aquel Den Den Mushi sonar; a la vez, también estaba sintiendo pasos por el pasillo. Se llevó la mano a la boca y después golpeó su palma con el puño cerrado. Había tenido una idea increíble; le serviría para contestar a la llamada y, a su vez, librarse de los del pasillo. Agarró el caracol y comenzó a caminar hacia la puerta mientras intentaba entonar la voz más seria posible.

-Informamos, estamos arrinconados. Han entrado en la zona de duchas. Solicitamos que venga el superior de más rango para examinar a los que han huido de la arena. Tenemos ya cinco hombres abatidos en nuestra posición; nos están amenazando con matarnos. Habíamos procedido a entrar para ver qué pasaba pero nos han reducido. Ahora mismo nos están dando su consentimiento para coger esta llamada. Cambio y corto. - Acabó diciendo.

Después indicó al toro que dejase de esconder la gente inconsciente; iban a acabar de raíz metiendo al rango más alto ahí y extorsionándole para salir. Volvió a pedirle de hacer un ataque coordinado y agarraron a la vez a los dos que entraron a las duchas. Con uno Dark usó el haoshoku para dejarlo inconsciente y con el otro lo dejó agarrado para usarlo de cebo para su jefe.

Los dos tipos de las duchas estaban tan ensimismados en lavar en su cuerpo que ni siquiera se dan cuenta que los atacáis. Cae inconsciente ante tu ataque, mientras que el toro el toro agarra fuertemente al otro tipo, no es fuerte así que lo hace sin problemas. De hecho os compenetráis realmente bien. En cuanto a los de la llamada no tarda en aparecer un tipo bajito de un metro y medio encapuchado con otros dos escoltas más. Tu intuición te dice que el tipo bajito no es muy fuerte, pero los dos escoltas si lo son. Casi igualan tu nivel de poder y el del toro.

-Guardias atrapadlos e ignorar al debilucho que se ha dejado atrapar, si no los matan ellos lo hare yo mismo por inútil- dijo el tipo bajito.

Los dos escoltas se lanzan hacia vosotros con intención de haceros bastante daño. El que se acerca a ti dark va con toda la intención de darte un puñetazo en la cara. Mientras que el que va a por el toro le lanza una patada que este detiene con el brazo, dejando al escolta sorprendido.

Dark se encontraba feliz al ver que había decidido plantarse el jefe ahí. Sí, le había pillado la trampa fácilmente, pero aquello no le importaba. Con su nuevo amigo, el toro, lograrían salir de ahí. Era muy fuerte y podía confiar en que lo haría bien con el otro. Notó cómo se abalanzó hacia él para pegarle un puñetazo en la cara y la cubrió entera de busoshoku haki, poniendo la frente para que le atacase directamente. Recibió el golpe de pleno, pero hizo fuerza con las piernas para echarse hacia delante; intentándolo agarrar con el brazo dracónico y sacando el revólver que había cogido antes con la mano izquierda. Tenía seis balas, así que tenía que aprovecharlas. Le puso el arma a ras del estómago y pulsó el gatillo varias veces mientras movía el revólver para evitar que usase busoshoku en pequeñas partes. Después movió las manos en un círculo y chasqueó los dedos, desapareciendo completamente y escondiéndose detrás de una de las taquillas. Mitigó su presencia y empezó a concentrar toda su voluntad en la mano. Sabía que podía hacerlo y no dudaría. Iba a apuntar hacia el pecho del que estaba peleando e imitar el rokougan de los CP.

Quizás no sabía la base de aquella técnica, pero sólo quería el efecto final. Movió la palma de la mano y se preparó para ser atacado; si podían sentir su presencia, lo harían. Incluso él podía notar la cantidad de poder que salía de su brazo. Levantó un poco éste y lo dirigió hacia la parte alta de la taquilla, para hacer creer así a su enemigo que se encontraba ahí. Después se colocó contra la taquilla y contó las balas que le faltaban; si había gastado dos tenía que vigilar con las cuatro que le faltaban. Si no tendría que empezar a luchar cuerpo a cuerpo otra vez, y prefería no hacerlo sin su espada. Siguió cargando toda su presencia en la palma de la mano izquierda y esperó que su plan funcionase. Le dolía la frente bastante pero sabía que podía aguantar varios golpes más.

—Me vas a acabar dando las llaves de esto, ¿sabes? Cuando acabemos con tus guardaespaldas —amenazó al jefe.

Parece que esta vez te ha salido bien la jugada, Has podido aguantar bastante bien el golpe de aquel tipo. Le has conseguido meterle dos balazos al tipo en el estómago y por suerte para ti eso ha hecho hincar la rodilla del tipo en el suelo. Tras desaparecer el tipo parece incorporarse y para tu sorpresa nadie aparece donde querías, sino que sientes como la taquilla se mueve repentinamente intentando aplastarte contra la pared. Aquel tipo parece más listo de lo que crees y no se ha dejado engañar por tu truco.

-Morirá aquí junto a su amigo señor Dark, no lo haga más difícil- te contestó aquel pequeño hombre.

Mientras tanto si te fijas en el toro podrás ver que mantiene una dura pelea contra el otro guardaespaldas, con un sin cesar intercambio de golpes. Están en una pelea ardua y perece que la fuerza del toro está decayendo poco a poco. Si no te das prisa en acabar con tu contrincante y ayudas a tu compañero te podrías encontrar con un dos contra uno.

Perfecto, nada salía como deseaba. Como tenía el mantra activado, presenció por un momento que la taquilla saldría volando hacia él. Suspiró y liberó todo el haoshoku que había concentrado en parte de su extremidad, haciendo que la taquilla se reventase enteramente. Se quitó varios trozos de metal incrustados del brazo mientras gesticulaba una mueca de dolor, y empezó a mirar hacia los lados. Estaba muy alerta y sabía que no tenía demasiado tiempo para pelear; si tardaba en ayudar a su compañero —el cual parecía estar perdiendo, ya que sus fuerzas flaqueaban—, se vería envuelto en un dos contra uno. Y no le apetecía nada verse en esa situación, así que aprovechó para pegar dos tiros más hacia su enemigo. Aquello no sería el ataque, claro; mientras ganaba tiempo con los tiros y creaba una distracción, volvió a concentrar espíritu en su puño y decidió lanzarlo con todas sus fuerzas hacia el pecho de su oponente. No solo eso: también lo imbuyó plenamente de busoshoku; quería acabar lo más rápido posible.

—Me parece bastante estúpido que digas que esto va a acabar —exclamó mientras se concentraba en que no le tirasen más taquillas encima.

La parte de las duchas eran lo suficientemente amplias como para que se pudiese mover libremente, e iba aprovechar aquello. Le quedaban dos tiros solo en el revólver, pero ya había planeado cómo los iba a gastar. Si lograba impactar aquel golpe los usaría para ayudar al toro; si no lograba impactarlos, los usaría para rematar con el que estaba luchando. Era solo cuestión de probabilidades y adaptación, cosa las cuales solían ir siempre a su favor. Dark no era una persona de malgastar munición de por sí, y mucho menos contra alguien que podía encargarse físicamente.

Los tiros que le pegas al guardaespaldas rebotan en el estómago de este al usar su haki, pero para desgracia de él no pudo prever tu siguiente ataque de tu puño cargado de haki. El cual impactó de lleno en el pecho de aquel tipo, del cual se escucha claramente unos cuantos ¡Crack!, intuyes que le has partido unas cuantas costillas de la caja torácica del hombre. Esto hace que el tipo en cuestión caiga al suelo inmediatamente dando gritos de dolor. Ese hombre tiene pinta que no volverá a levantarse en un buen tiempo.

Los otros dos tiros restantes del arma los aprovechas hábilmente en ayudar al toro, los cuales aprovecha contundentemente. Pues la pelea entre los dos estaba siendo igualada y al darle ese chance el toro, que arremete con todo contra su oponente, dándole un tremendo puñetazo en la cara. Esto hace que segundo guardaespaldas caiga redonda con la mandíbula partida por tremendo golpe. Tras eso el toro parece agotado por el combate que ha tenido y agradece enormemente tu ayuda.

Luego tenemos al tipo bajito, al cual al ver como sus hombres caen ante vosotros le empiezan a temblar las piernas como un condenado. Parece bastante asustado ante vuestra fuerza y no tarda en rogar por su vida.

-Por favor no me matéis, os daré todo lo que queráis- dice entre lágrimas de desesperación, -tenemos el dinero guardado de la recaudación de las apuestas son cien millones, os lo daré todo pero por favor no me matéis- llora desesperadamente.

Había vuelto a salvar el día. Hizo un pequeño juego de ruleta con el revólver y se lo guardó en la funda mientras posaba. Había querido hacer eso desde que tenía conciencia. Se acercó amenazante hacia el pequeñito y le agarró del cuello, levantándolo por la parte de la toga para no ahogarlo. Una vez lo elevó a su altura, le soltó un puñetazo en la cara. "Eso te está bien servido por jugar con nosotros a lo gladiator, gilipollas.", pensó mientras sonreía. Lo lanzó contra la zona de las duchas y empezó a remangarse mientras iba hacia él.

—Bueno bueno, he estado viendo la condición de esta isla. Si tú eres el que manda, a partir de ahora lo soy yo. ¿Lo tienes claro o necesitas un mapa? —Se dio cuenta que aquella expresión quizás era algo estúpida, pero no le importó en absoluto; continuó hablando mientras ponía el tono más amenazante posible—. Me vas a decir cómo funciona todo esto y vas a hablar por los altavoces diciendo que el jefe ha vuelto. Después reunirás a todos y les explicarás que ahora mando yo. ¿Ha quedado claro?

Apuntó a la puerta para que el toro la cerrase. Si se negaba a hacer algo, lo mataría ahí mismo. Si después le traicionaba, lo mataría más tarde. Aquello no era problema, ya que si había venido con dos lacayos de esa calaña, es que eran sus mejores hombres. Se apoyó en la pared y le miró fijamente, dejando fluir su presencia libremente para quebrar ligeramente el suelo. Se estaba empezando a acostumbrar a usar el haoshoku con más facilidad, ya que llevaba todos los combates improvisando para hacer cosas con él. Si seguía así, encontraría el dominio total de la fuerza destructiva de su voluntad, que era donde quería llegar. Se concentró e intentó ejercer presión alrededor de toda la zona, exceptuando donde estaba tirado el hombre que había pegado. Le costaba mantener esa presión, pero sin duda era bastante preciso.

—Mi voluntad no te está aplastando ahora. ¿Ves como todo se agrieta a tu alrededor? Soy yo. Soy uno del millón que posee este talento. ¿No crees que un líder debe ser fuerte? —Acabó diciendo con tono serio.

El tipo parece cagado de miedo y no tiene ningunas ganas de morir. Tras tus palabras el tipo accede a ser tu lacaya. El pobre al sentir tu poder se mea de miedo ante ustedes. Pero te dice algo que al igual no te gusta mucho. Él no es él “manda más” del resurgimiento del culto, es tan solo un pelele que han puesto en ese lugar para que recaude dinero. Por desgracia si intentas preguntarle quien es no te podrá decir nada, pues a él solo le vienen a ver dos tipos, que solo recogen el dinero de las apuestas de las peleas y no dicen nada. Esta más que dispuesto a ayudarte y te propone un trato que no está nada mal.

El trato consiste en darte un tanto por ciento de los beneficios al mes del coliseo, lo que vienen siendo unos quince millones de berries mensuales. Mientras el investigara la localización de los mandamás del culto con sus hombre, los cuales ahora serán tuyos también. No te puede dar más dinero pues tiene que mantener su fachada. Y de lo que tiene en las sacas solo te podrás llevar cincuenta millones si quieres que consiga esa valiosa información para ti. Si acepta el trato o no te guiara hasta su despacho, donde dependiendo de si aceptas o no te dará más o menos dinero. El tipo parece muy asustado y parece estar más que dispuesto a ayudarte en lo necesites siempre y cuando le perdones su vida.

Se llevó la mano a la nariz y empezó a agitarla delante de esta tras verlo mearse. Suponía que aquello era suficiente prueba como de que le haría caso. Después se cruzó de brazos y esperó a que hablase, sintiéndose algo decepcionado al ver que no era el mandamás de allí. Pero por lo menos podría ayudarle a encontrarlo si no lo mataba en aquel momento. En parte, Dark quería cortarle el cuello por lo que le había hecho pasar a él y al toro, pero por otra, quería liberar a la isla del recién nuevo culto que estaba empezando a formarse. Se llevó la mano al mentón y agitó la cabeza de arriba hacia abajo, aclarándole de que le haría caso. Se apoyó en la pared más cercana y se encendió un cigarro tomándose el tiempo que necesitaba, para después mirarle fríamente.

—Vale, quiero dos cosas. Los cincuenta millones te los quedarás para otro uso. —Le explicó mientras señalaba hacia las cámaras de la sala—. Ahora mismo no tengo mis armas y me siento desnudo con ellas, pero ten bien claro de que volveré a ayudar a esta isla. Quiero que inviertas ese dinero en ayudar a la economía de la isla, haciendo una donación grande. No parece una isla con demasiados recursos, así que cincuenta millones les solucionará la vida a muchos. —Paró un momento para dar una calada larga al cigarro; era una suerte de que fumase el que tenía la capa que había robado—. Además de que quiero que haya una pequeña milicia local para que les tendamos una trampa al jefe del culto. Después con las primeras partes de mis beneficios, quiero que construyas un puerto franco hacia fuera. Así podré acceder de forma secreta al coliseo. O si ya lo hay, cosa la cual sería de lo mejor, me los puedes ir dando.

Tras acabar cerró el puño con fuerza y empezó a abrírsele una sonrisa no propia de él. Iba a ser la primera isla que iba a conquistar, y gracias a todo lo que había hecho ahora iba a tener una base secreta y un puerto franco para ayudarle. Iba a venir solo a la conquista, o por lo menos con la ayuda del toro si aceptaba ir con él. Le puso la mano en el hombro a su compañero y le miró fijamente.

—Supongo que aquí partimos caminos. Soy Dark, encantado de conocerte. Y lo siento por haberte jodido antes. Por suerte hemos cooperado y salido de esta. —Le dijo mientras bajaba la mano y se la ofrecía.

Después de explicar el plan y despedirse del otro pirata, pidió indicaciones para salir hacia fuera. Dentro de poco Samirn sería suya y empezaría su plan para descubrir los poneglyphs.

El tipo parece estar de acuerdo en todo lo que le dices, acepta dar los cincuenta millones que te había prometido para ayudar a la isla y accede a crear una pequeña milicia local. De echo el toro parece bastante atento a esta última parte. Es tanto que se ofrece voluntario para ayudar a conseguir hombres por haberlo ayudado a salir de allí con vida. Te cuenta que llevaba allí encerrado un mes y no veía escapatoria de aquel lugar. Hasta que vuelvas se encargará a que tengas una milicia decentemente entrenada. Además se ofrece también a vigilar al tipo pequeño mientras no estés, pero esto te lo dice apartado de este. El toro no termina de estar convencido del todo.

Tras eso te dan las indicaciones para salir del lugar, del cual si sales te darás cuenta que estás al pie de una pequeña montaña no muy lejos de la ciudad portuaria a la que llegaste. Si vuelves al hotel en el cual te registraste te encontrarás con el hombre mayor un tanto preocupado por lo que te había pasado. Te preguntara que te paso y si estás bien, el tipo intuye algo de que el culto ha tenido que ver y te lo pregunta directamente. De hecho intuyes que el tipo esconde mucho más de lo que dice, incluso te sientes un poco como un interrogatorio con tanta pregunta.

Tras acabar la extraña conversación, llena de amenazas y peticiones, Dark tuvo que encarar una vez más a su compañero principal. Este, algo apartado y de forma reservada, le comentó que se quedaría en la isla para vigilar al enano. Aquello le pareció espléndido a Dark, ya que podría sentirse más tranquilo de esa forma. Le había salvado la vida, y ahora era alguien que seguiría sus pasos. Ayudaría a Samirn a recuperar su esplendor, y aguardaría a la llegada del peliblanco para luchar por ella. Aquel superior era el principal problema, y no tardaría demasiado en erradicarlo. Tras liberar al pueblo del yugo de esa secta, podría tener su primera base oficial, quizás hasta con puerto. Y entonces todo empezaría a girar cual engranajes de un reloj. Una isla llevaría a la otra y dentro de poco podría empezar a saciar su sed de conocimientos a gran escala. Tras aclararlo todo, salió por donde le indicaron, y a pesar de encontrarse en un lugar alejado, logró volver hacia donde estaba su primer objetivo.

Tras entrar, un hombre mayor se le acercó con pinta de preocupación. Parecía algo nervioso, e incluso con más curiosidad de la que podía permitirse saciar. Preguntaba de forma constante, intentando pedir cada detalle, a los cuales Dark le iba contestando. No quería dar más información de la necesaria, así que se limitó a informar de lo que quería hacer.

—Samirn tendrá una generosa donación por mi parte. Esto os permitirá a todos tener la vida que merecéis, y no depender de vender cocoteros por ahí. Tampoco del turismo, claro —Explicó mientras se cruzaba de brazos—. Ahora tomaré la habitación que me fue designada, ya que he tenido unas horas bastante largas. Gracias.

El anciano se queda un poco desconcertado, pues aun con su insistencia no consiguió nada de información. Tras un momento perdido en sus pensamientos, te acompaña hasta tu habitación. Entras dentro de esta y descubres que no está nada mal, prácticamente todo el mobiliario es nuevo, como si estuviera recién comprado en el IKEA. Tienes una cama de matrimonio toda para ti solito, aunque siempre puedes pedir compañía, o eso pone uno de los folletos que te dejaron encima de la mesita de noche. Encima de la cama encuentras una pequeña cesta con un poco de fruto por cortesía del hotel. Se echa el atardecer encima y podrías bajar a visitar el restaurante que te aconsejaron antes del secuestro o lo que prefieras, eso lo dejo a tu elección. La ciudad esta maravillosa en la noche para dar un paseo relajante, aunque siempre puedes irte a dormir temprano, pues nada digno de mención pasará.

A la mañana siguiente, al salir de tu habitación te encontraras con la pequeña niña, que al llegar te dio aquella sabrosa bebida. Esta te cuenta que han dicho que el barco que te trajo saldrá de vuelta a la tarde y que si decides no cogerlo tardará una semana más en salir el siguiente. Aunque siempre puedes alquilar un barco para volver si decides quedarte unos días más, aunque esto te costara un pico. Si finalmente decides quedarte, al ir a ver al pequeñín del coliseo podrás comprobar que todo va según lo planeaste, lento pero seguro. Te cuentan que están repartiendo el dinero entre los ciudadanos de la isla, como te prometieron. El toro sigue a lo suyo organizando tu pequeño ejército para hacerte con la isla. Aparte de eso poco más podrás conseguir si continuas en la isla. Poco a poco la gente te va reconociendo y te agradece enormemente tu aporte a la comunidad, de hecho alguna preciosidad que otra se te insinúa buscando un papi que la mantenga. Los chicos que han repartido el dinero en tu nombre lo están haciendo bien, tanto para bien como para mal, pues algún que otro desalmado se te tira encima para acabar contigo, pero no seria gran cosa para ti deshacerte de el. Tienes libertad de describir los acontecimientos, pues salvo algún idiota que otro no pasa nada relevante para tu proyecto de conquista.

Spoiler:

Dark decidió quedarse unos días más tras descansar la noche ahí. Vio cómo todo empezaba a actuar como él quería, y hacerle sentirse lleno por dentro. Al darles todo una parte de lo que el culto les había rebatado, había hecho renacer a Samirn. No, más bien dicho, iba a hacerlo. Iba a volver tras una temporada, para asegurarse de conseguir conquistar todo aquello y eliminar el culto de una vez por todas. Entonces instauraría alguna clase de alcaldía, y redistribuiría en base a su experiencia como cronista en general una nueva sociedad. Una en la que no tuviesen que sufrir bajo el yugo de unos sectarios. Ese era su camino, y se iba a encargar de seguirlo. Había conseguido un poderoso aliado, había logrado dominar su voluntad un paso más allá. A parte de enriquecerse los bolsillos, lo cual iría invirtiendo poco a poco para mejorarlo aún más todo.