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Bien, hoy nos hemos reunido aquí para unir en santa batalla a estos contendientes. Yasei, Lysbeth, Freites y dos marines que se van a encargar de crearles un montón de problemas. Yasei consigue colocarse el hombro golpeándose contra Shir, Mustafá mantiene agarrado al marine y Umi se queja del corte en su cola, no parece contenta con recibir tantos golpes en aquella batalla.
El fogonazo de voluntad saliente de Lysbeth es contrarrestado por un fogonazo del mismo calibre que salía del marine que estaba peleando contra Yasei. Sin embargo este haki tiene como objetivo algo más, los gatos de nuestra reina felina caen al suelo completamente inconsciente por lo que Jade no llega a atacar y provoca que la reina marina se esconda en las profundidades marinas, aquello era demasiado para ella. El marine lentamente mueve su cuello para provocar que sus huesos suenen.
– Así que es cierto que estabas aquí Lysbeth Ardian, es hora de que vengas a hacer una visita guiada a Impel Down – su voz suena cargada de burla mientras mueve su cuerpo a una velocidad considerable, evitando así la columna de fuego al igual que el otro marine que al ser libre del agarre del león esquiva tu ataque al igual que su compañero aunque es posible que el gato reciba el daño de tu fuego, sobre todo teniendo en cuenta que hiciste aparecer una columna de fuego bajo sus pies y el gato estaba agarrando una de sus piernas.
Los cuchillos terminan clavados en el suelo, nuevamente tras una maniobra por parte del marine que evita que estos puedan si quiera rozarle quitándose del camino de las armas. Tal y como pretendes caes sobre él, pero está totalmente preparado para tu acción, gira a un lado tomando tu muñeca con una de sus manos y envolviendo su otro puño en haki golpearía tu estómago buscando hacerte perder la postura y seguramente que soltases el sai que tienes entre las manos.
Por otro lado, el marine que tiene la espada entre las manos ve venir a Alpha y ahora que ha conseguido librarse del yugo de los animales se siente bastante más liberado. El joven rey de la forja cae en picado contra él, pero el hombre da un par de pasos hacia atrás momentos antes de que pudiera golpearlo con su arma. Él buscaría propinar una fuerte patada en el trasero del muchacho para que terminase enterrando su cara contra el suelo.
El fogonazo de voluntad saliente de Lysbeth es contrarrestado por un fogonazo del mismo calibre que salía del marine que estaba peleando contra Yasei. Sin embargo este haki tiene como objetivo algo más, los gatos de nuestra reina felina caen al suelo completamente inconsciente por lo que Jade no llega a atacar y provoca que la reina marina se esconda en las profundidades marinas, aquello era demasiado para ella. El marine lentamente mueve su cuello para provocar que sus huesos suenen.
– Así que es cierto que estabas aquí Lysbeth Ardian, es hora de que vengas a hacer una visita guiada a Impel Down – su voz suena cargada de burla mientras mueve su cuerpo a una velocidad considerable, evitando así la columna de fuego al igual que el otro marine que al ser libre del agarre del león esquiva tu ataque al igual que su compañero aunque es posible que el gato reciba el daño de tu fuego, sobre todo teniendo en cuenta que hiciste aparecer una columna de fuego bajo sus pies y el gato estaba agarrando una de sus piernas.
Los cuchillos terminan clavados en el suelo, nuevamente tras una maniobra por parte del marine que evita que estos puedan si quiera rozarle quitándose del camino de las armas. Tal y como pretendes caes sobre él, pero está totalmente preparado para tu acción, gira a un lado tomando tu muñeca con una de sus manos y envolviendo su otro puño en haki golpearía tu estómago buscando hacerte perder la postura y seguramente que soltases el sai que tienes entre las manos.
Por otro lado, el marine que tiene la espada entre las manos ve venir a Alpha y ahora que ha conseguido librarse del yugo de los animales se siente bastante más liberado. El joven rey de la forja cae en picado contra él, pero el hombre da un par de pasos hacia atrás momentos antes de que pudiera golpearlo con su arma. Él buscaría propinar una fuerte patada en el trasero del muchacho para que terminase enterrando su cara contra el suelo.
Freites D. Alpha
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¿Fallo? Si, definitivamente fallo. Aquel impulso no fue lo suficientemente rápido o el marine definitivamente le vio venir, era una de dos alternativas. Igualmente las razones no importaban, el espadachín habría logrado esquivar el ataque.
Y ustedes se preguntaran ¿Cómo va a responder a esa patada? Pues claramente con otra patada. Aunque a diferencia de muchos guerreros o personas que les encanta esquivar y correr, como aquel jodido pelirrojo que algún día se llevara una buena paliza por parte de Alpha, el pequeño pirata siempre le ha encantado encarar fuerza con más fuerza. Calentándose a tope, cubriendo su pierna con llamas y girando sobre su propio eje y lanzando una fuerte patada, respondiendo al ataque. Recuerden bien niños, la mejor defensa es un buen ataque. Sí señor.
Por otro lado, independientemente del resultado de aquel choque ¿El marine estaba a corta distancia no? A ver contemos… uno, dos, tres ¡Excelente! No esta tan lejos (si lo se, estoy exagerando, el marine y Alpha están teniendo un combate cerrado ¿Pero que es la vida sin un poquito de drama?) ¿En que estaba? Cierto… la ofensiva. El pelilargo sin dudar mucho lanzo una fuerte llamarada desde sus fauces en contra del marine. De acertar, tomaría su alabarda y daría un fuerte salto en contra de él, tratando de empalarlo.
Aunque claro esta, todo esto ocurriría siempre y cuando todo saliera de acuerdo a lo planeado, pero si algo sabemos todos es que a veces el destino es muy chistoso y te trae bastante sorpresas.
Así que cuéntanos querido narrador, en esta hermosa noche que nos encontramos hoy ¿Que ocurrirá con las acciones de mi señor de la guerra?
Y ustedes se preguntaran ¿Cómo va a responder a esa patada? Pues claramente con otra patada. Aunque a diferencia de muchos guerreros o personas que les encanta esquivar y correr, como aquel jodido pelirrojo que algún día se llevara una buena paliza por parte de Alpha, el pequeño pirata siempre le ha encantado encarar fuerza con más fuerza. Calentándose a tope, cubriendo su pierna con llamas y girando sobre su propio eje y lanzando una fuerte patada, respondiendo al ataque. Recuerden bien niños, la mejor defensa es un buen ataque. Sí señor.
Por otro lado, independientemente del resultado de aquel choque ¿El marine estaba a corta distancia no? A ver contemos… uno, dos, tres ¡Excelente! No esta tan lejos (si lo se, estoy exagerando, el marine y Alpha están teniendo un combate cerrado ¿Pero que es la vida sin un poquito de drama?) ¿En que estaba? Cierto… la ofensiva. El pelilargo sin dudar mucho lanzo una fuerte llamarada desde sus fauces en contra del marine. De acertar, tomaría su alabarda y daría un fuerte salto en contra de él, tratando de empalarlo.
Aunque claro esta, todo esto ocurriría siempre y cuando todo saliera de acuerdo a lo planeado, pero si algo sabemos todos es que a veces el destino es muy chistoso y te trae bastante sorpresas.
Así que cuéntanos querido narrador, en esta hermosa noche que nos encontramos hoy ¿Que ocurrirá con las acciones de mi señor de la guerra?
Aki D. Arlia
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Sentir la voluntad del hombre no fue una sorpresa, aunque sí que le cabreó muchísimo. ¿En serio? ¿Era un marine y su voluntad era maltratar a gente y animales por igual? Era despreciable. Iba a encargarse de borrarle esa estúpida sonrisa de la cara.
Lo peor es que el hombre no se había controlado y todos los animales de la zona cayeron al suelo. Incluso la hermosa reina marina decidió que había tenido suficiente y se metió bajo el agua. Aunque en realidad seguramente era la opción más sana para ella, así que tampoco se lo reprochaba.
Ambos marines esquivaron su fuego y no contento con eso el que tenía más cerca se dedicó a burlarse de ella. Lys contempló furiosa cómo el hombre esquivaba todos sus cuchillos ¡incluso aquellos escondidos! De un simple movimiento. ¿Quién era ese ser?
La pirata logra caer sobre él y ya advertida de lo que puede hacer en cuanto le coge la muñeca ella abre la mano para tratar de cogerle el antebrazo y utilizarlo de punto de apoyo. Se encoge sobre sí misma y enfrenta el puñetazo con una patada envuelta en haki y fuego infernal. Asume que del zapato puede olvidarse, pero es lo de menos en ese momento. Destrozarle la cara a ese malnacido es la prioridad número uno.
En cuanto pueda, convocará una llama infernal en la mano que le sujeta, para quemarle y poder apartarse. Utilizaría el poder de su akuma para hacer que ese sujeto sintiera todo el deseo del mundo por el árbol más cercano que hubiera. Que fuera a restregarse para poder clavarle un cuchillo en el pecho o algo, solo quería acabar con esto cuanto antes. Volvió a forzar todo su haki del rey sobre esa persona, esperando a ver cómo reaccionaba. Molesta, le apuntó a la cara y le dedicó un rayo de energía infernal, lo bastante concentrado como para destrozar una casita de campo. No entendía cómo había esquivado sus ataques previos, pero estaba completamente decidida a que no escapara.
Lo peor es que el hombre no se había controlado y todos los animales de la zona cayeron al suelo. Incluso la hermosa reina marina decidió que había tenido suficiente y se metió bajo el agua. Aunque en realidad seguramente era la opción más sana para ella, así que tampoco se lo reprochaba.
Ambos marines esquivaron su fuego y no contento con eso el que tenía más cerca se dedicó a burlarse de ella. Lys contempló furiosa cómo el hombre esquivaba todos sus cuchillos ¡incluso aquellos escondidos! De un simple movimiento. ¿Quién era ese ser?
La pirata logra caer sobre él y ya advertida de lo que puede hacer en cuanto le coge la muñeca ella abre la mano para tratar de cogerle el antebrazo y utilizarlo de punto de apoyo. Se encoge sobre sí misma y enfrenta el puñetazo con una patada envuelta en haki y fuego infernal. Asume que del zapato puede olvidarse, pero es lo de menos en ese momento. Destrozarle la cara a ese malnacido es la prioridad número uno.
En cuanto pueda, convocará una llama infernal en la mano que le sujeta, para quemarle y poder apartarse. Utilizaría el poder de su akuma para hacer que ese sujeto sintiera todo el deseo del mundo por el árbol más cercano que hubiera. Que fuera a restregarse para poder clavarle un cuchillo en el pecho o algo, solo quería acabar con esto cuanto antes. Volvió a forzar todo su haki del rey sobre esa persona, esperando a ver cómo reaccionaba. Molesta, le apuntó a la cara y le dedicó un rayo de energía infernal, lo bastante concentrado como para destrozar una casita de campo. No entendía cómo había esquivado sus ataques previos, pero estaba completamente decidida a que no escapara.
Zaina Nitocris
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Aunque fuera la que llevara un rato peleando con ellos era consciente de lo que estaba pasando. Cuando el Haki mandó a sus animales en retirada, incluso a Umi ella tomó aire para relajarse. El problema era que aunque hubiera querido que el resto se moviera no podría, al menos les había pillado algo alejados. El tema de Mustafá, cuando la columna fuera a aparecer Yasei tomaría impulso para empujar al animal y sacarlo de allí. Notó el calor quemar parte de su hombro y costado, pero no emitió sonido de dolor alguno. Dejó a Mustafá con Jade y el resto, mientras se quitaba la tela que colgaba de sus hombros al haber terminado ligeramente chamuscada.
Le costaba respirar de manera adecuada, el veneno se movía más rápidamente por su cuerpo por culpa de la adrenalina, del pulso rápido que parecía querer salir de su corazón. No podía hacer demasiado con ello, entonces simplemente miró sus manos un momento. Comenzó a doblarlas, mientras las veía sangrar. Los enganches de las cuchillas comenzaban a clavarse por culpa de la fuerza, el frenazo usando sus manos.
Lejos de preocuparse o cortar la sangre, movió las manos para que la sangre bajara más rápido y dejó que manchara sus cuchillas al completo. Cierto era que aquellas hojas tenían de por sí un veneno que cortaba la cicatrización por corrosión, pero si el veneno de su sangre era el de las cobras ahora mismo, era algo tóxico y reducía bastante la movilidad del enemigo.
El problema sería darle a aquel tipo, si no se equivocaba, por mucho que pudiera usar su mantra, el del marine era mucho mejor.
Fue por eso que esperó, y esperó, dejó que Alpha atacara, que defendiera, que se decidiera si sus ataques daban o no y Yasei permaneció agazapada. Esperó hasta que el muchacho atacó con la alabarda de nuevo, esperó a que el marine decidiera qué hacer con aquellos ataques y entonces, cuando hubiera terminado, se lanzaría. Buscaría cortar a la altura de su costado con la garra derecha y se intentaba girar el cuerpo para dejarla pasar y esquivarla, Yasei buscaría clavar la izquierda en el otro lado, aprovechando el movimiento.
Rotación, esperar y aprovechar. No pensaba dejar que aprovecharan que eran dos para intentar chocarlos, usarlos o intentar algo así. Ella iba a esperar a que Alpha hiciera lo que tuviera que hacer y cuando acabara, independientemente del resultado, iría a por el hombre una vez más.
Le costaba respirar de manera adecuada, el veneno se movía más rápidamente por su cuerpo por culpa de la adrenalina, del pulso rápido que parecía querer salir de su corazón. No podía hacer demasiado con ello, entonces simplemente miró sus manos un momento. Comenzó a doblarlas, mientras las veía sangrar. Los enganches de las cuchillas comenzaban a clavarse por culpa de la fuerza, el frenazo usando sus manos.
Lejos de preocuparse o cortar la sangre, movió las manos para que la sangre bajara más rápido y dejó que manchara sus cuchillas al completo. Cierto era que aquellas hojas tenían de por sí un veneno que cortaba la cicatrización por corrosión, pero si el veneno de su sangre era el de las cobras ahora mismo, era algo tóxico y reducía bastante la movilidad del enemigo.
El problema sería darle a aquel tipo, si no se equivocaba, por mucho que pudiera usar su mantra, el del marine era mucho mejor.
Fue por eso que esperó, y esperó, dejó que Alpha atacara, que defendiera, que se decidiera si sus ataques daban o no y Yasei permaneció agazapada. Esperó hasta que el muchacho atacó con la alabarda de nuevo, esperó a que el marine decidiera qué hacer con aquellos ataques y entonces, cuando hubiera terminado, se lanzaría. Buscaría cortar a la altura de su costado con la garra derecha y se intentaba girar el cuerpo para dejarla pasar y esquivarla, Yasei buscaría clavar la izquierda en el otro lado, aprovechando el movimiento.
Rotación, esperar y aprovechar. No pensaba dejar que aprovecharan que eran dos para intentar chocarlos, usarlos o intentar algo así. Ella iba a esperar a que Alpha hiciera lo que tuviera que hacer y cuando acabara, independientemente del resultado, iría a por el hombre una vez más.
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Freites, el marine al ver el fuego en tu pierna cubre la suya con Haki de armadura para evitar que aquellas llamaradas pudieran hacerle demasiado daño y al impactar tu pierna con la suya puedes sentir como el hueso de tu pierna se parte, pero el marine también se resiente, después de todo ya estaba algo herido y la pelea se está alargando demasiado.
Intentas empalarlo con tu alabarda nueva, pero el marine la sujeta con una de sus manos para esquivar como buenamente puede la punta y realiza un movimiento con su espada con la intención de cortarte la mano que te queda. Deberías tener un poco más de cuidado con tus movimientos joven herrero, el marine tiene una pierna apoyada en el suelo pero tú estás volando por los aires.
Por tu parte Lysbeth, pareces enfadada, aunque debo decir que el marine no se estaba riendo exactamente por hacerle daño a personas o a animales, más bien por la idea de llevarse un trofeo como tú derechito a la cárcel, pero ese es otro tema. El marine con su puño envuelto en haki recibe tu patada y tú su puñetazo, ambos sentís cierto dolor en vuestro respectivo miembro del cuerpo, pero ninguno habéis sufrido un daño irreversible o preocupante.
Al sentir la llamarada infernal en su brazo suelta el tuyo y consigues alejarte. Por un momento el marine se siente realmente confundido, mira hacia los lados y se queda completamente fijo en lo que parece ser un árbol. Por alguna razón se siente atraído hacía él, aunque se siente confundido por que no entiende muy bien porque, nunca le ha gustado la naturaleza.
Se va acercando poco a poco hacía el árbol mientras una de sus manos terminar por tocar el tronco y acariciarlo como si fuera lo más bonito que ha visto en el mundo aunque aún intenta resistirse un poco al absurdo deseo que ha surgido en él al ver aquel árbol. Se encuentra tan perdido en aquel deseo que ha surgido en él que no puede evitar abrazar al árbol como un hippie que busca salvar la selva y comenzar a refregarse contra él.
— Ojala esto fuera una manifestación para poder encadenarme a ti — No sabemos muy bien porque habla de manifestaciones un vicealmirante, pero bueno, tu rayo de energía demoníaca consigue impactar de lleno contra su cuerpo que se estampa destrozando contra el árbol y cae al suelo sin mucha más oportunidad.
Yasei a conseguido poner a salvo a Mustafá aunque la quemadura en su brazo parece ligeramente preocupante. Al menos tus gatos se encuentran más o menos a salvo dentro de lo que ha sucedido y de las heridas que puedan tener. Pero no es momento de ponernos a recordar heridas o algo parecido. Tu sangre mancha las garras y parece que estas lista para dar un poco más de guerra.
Te lanzas contra el marine una vez a esquivado a Freites para intentar clavar tus garras en su costado derecho, pero este usa la propia alabarda de tu compañero que aún mantiene sujeta para frenarlas. Cuando intentas clavar las garras en el lado izquierdo es la hoja de su espada la que te detiene al cambiar de objetivo, deja caer la pierna que topo con la de Alpha en el suelo para intentar darte una coz con haki con la otra. Has conseguido salvar la mano de tu compañero y seguramente debería agradecértelo después.
Solo queda uno en pie, pero seguramente este no sea un gran problema ahora para vosotros ya que parece encontrarse entre las cuerdas ¿verdad?
Intentas empalarlo con tu alabarda nueva, pero el marine la sujeta con una de sus manos para esquivar como buenamente puede la punta y realiza un movimiento con su espada con la intención de cortarte la mano que te queda. Deberías tener un poco más de cuidado con tus movimientos joven herrero, el marine tiene una pierna apoyada en el suelo pero tú estás volando por los aires.
Por tu parte Lysbeth, pareces enfadada, aunque debo decir que el marine no se estaba riendo exactamente por hacerle daño a personas o a animales, más bien por la idea de llevarse un trofeo como tú derechito a la cárcel, pero ese es otro tema. El marine con su puño envuelto en haki recibe tu patada y tú su puñetazo, ambos sentís cierto dolor en vuestro respectivo miembro del cuerpo, pero ninguno habéis sufrido un daño irreversible o preocupante.
Al sentir la llamarada infernal en su brazo suelta el tuyo y consigues alejarte. Por un momento el marine se siente realmente confundido, mira hacia los lados y se queda completamente fijo en lo que parece ser un árbol. Por alguna razón se siente atraído hacía él, aunque se siente confundido por que no entiende muy bien porque, nunca le ha gustado la naturaleza.
Se va acercando poco a poco hacía el árbol mientras una de sus manos terminar por tocar el tronco y acariciarlo como si fuera lo más bonito que ha visto en el mundo aunque aún intenta resistirse un poco al absurdo deseo que ha surgido en él al ver aquel árbol. Se encuentra tan perdido en aquel deseo que ha surgido en él que no puede evitar abrazar al árbol como un hippie que busca salvar la selva y comenzar a refregarse contra él.
— Ojala esto fuera una manifestación para poder encadenarme a ti — No sabemos muy bien porque habla de manifestaciones un vicealmirante, pero bueno, tu rayo de energía demoníaca consigue impactar de lleno contra su cuerpo que se estampa destrozando contra el árbol y cae al suelo sin mucha más oportunidad.
Yasei a conseguido poner a salvo a Mustafá aunque la quemadura en su brazo parece ligeramente preocupante. Al menos tus gatos se encuentran más o menos a salvo dentro de lo que ha sucedido y de las heridas que puedan tener. Pero no es momento de ponernos a recordar heridas o algo parecido. Tu sangre mancha las garras y parece que estas lista para dar un poco más de guerra.
Te lanzas contra el marine una vez a esquivado a Freites para intentar clavar tus garras en su costado derecho, pero este usa la propia alabarda de tu compañero que aún mantiene sujeta para frenarlas. Cuando intentas clavar las garras en el lado izquierdo es la hoja de su espada la que te detiene al cambiar de objetivo, deja caer la pierna que topo con la de Alpha en el suelo para intentar darte una coz con haki con la otra. Has conseguido salvar la mano de tu compañero y seguramente debería agradecértelo después.
Solo queda uno en pie, pero seguramente este no sea un gran problema ahora para vosotros ya que parece encontrarse entre las cuerdas ¿verdad?
Freites D. Alpha
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Sus huesos crujieron, pero aun así, su sonrisa aun permanecía allí. El hecho de luchar contra un oponente de tal calibre le ponía más que feliz. Y aunque después tendría que entablarse la pierna durante un tiempo, no se arrepentía de nada.
El joven herrero intentaría empalar al espadachín una segunda vez. Pero aquel hombre fue lo suficientemente rápido, el marine había tomado la alabarda con su mano y desviado la punta de la misma. Aquello tomo Alpha por sorpresa, realmente pensó que esta vez sí lograría atinarle, y lanzar una llamarada no daba tiempo. Su espada venía a por la ultima mano que le quedaba al joven rey de la forja y, en una posición tan inverosímil como esa, las alternativas que le quedaban eran muy pocas.
Lo único por lo que podía optar en ese momento era por atravesar el cuerno y chocarlo contra el filo de su espada. Pero si no fuera por la acción de su compañera Yasei, seguramente hubiera perdido la otra mano que le quedaba. Sin duda alguna, le debía un favor bien grande, ya en un futuro se encargaría de pagarle como era debido.
Por otro lado, al ser su alabarda utilizada para bloquear los ataques de su compañera, pondría al pequeño en una posición más cómoda. Aun así, faltaban unos cuantos centímetros para poder tocar la arena (cosas de ser bajito) pero gracias a Yasei, le dio tiempo a reaccionar más rápido. Canalizando el calor sobre su arma para que esta se calentara y se encendiera, la intención del pequeño era que el espadachín soltara su alabarda. Si sucedía, Alpha cargaría contra el dando un fuerte salto, para utilizar su onda punzante a quemarropa y tratar abrirle en el pecho un gran agujero.
Ahora la batalla se trataba de tres contra uno, y todos estábamos totalmente seguros que entre los tres pondríamos un rápido fin a todo esto. Si todo terminaba justo ahora, ya sería un momento de hacer un recuento. Pero antes, el pequeño se tomaría la molestia de tomar un premio más. Aquella espada del marine espadachín, vendría bien para un futuro.
Pero he de decir… que lo más probable era que todos se pusieran en marcha a la ciudad de las amazonas. Así que el pequeño pirata solo se dispondría a subir en su fiel compañera Suzaku y, con alabarda en el hombro, se pondría en camino juntos a sus compañeras.
Siempre y cuando, todo salga de acuerdo a lo planeado ¿Verdad narrador?
El joven herrero intentaría empalar al espadachín una segunda vez. Pero aquel hombre fue lo suficientemente rápido, el marine había tomado la alabarda con su mano y desviado la punta de la misma. Aquello tomo Alpha por sorpresa, realmente pensó que esta vez sí lograría atinarle, y lanzar una llamarada no daba tiempo. Su espada venía a por la ultima mano que le quedaba al joven rey de la forja y, en una posición tan inverosímil como esa, las alternativas que le quedaban eran muy pocas.
Lo único por lo que podía optar en ese momento era por atravesar el cuerno y chocarlo contra el filo de su espada. Pero si no fuera por la acción de su compañera Yasei, seguramente hubiera perdido la otra mano que le quedaba. Sin duda alguna, le debía un favor bien grande, ya en un futuro se encargaría de pagarle como era debido.
Por otro lado, al ser su alabarda utilizada para bloquear los ataques de su compañera, pondría al pequeño en una posición más cómoda. Aun así, faltaban unos cuantos centímetros para poder tocar la arena (cosas de ser bajito) pero gracias a Yasei, le dio tiempo a reaccionar más rápido. Canalizando el calor sobre su arma para que esta se calentara y se encendiera, la intención del pequeño era que el espadachín soltara su alabarda. Si sucedía, Alpha cargaría contra el dando un fuerte salto, para utilizar su onda punzante a quemarropa y tratar abrirle en el pecho un gran agujero.
Ahora la batalla se trataba de tres contra uno, y todos estábamos totalmente seguros que entre los tres pondríamos un rápido fin a todo esto. Si todo terminaba justo ahora, ya sería un momento de hacer un recuento. Pero antes, el pequeño se tomaría la molestia de tomar un premio más. Aquella espada del marine espadachín, vendría bien para un futuro.
Pero he de decir… que lo más probable era que todos se pusieran en marcha a la ciudad de las amazonas. Así que el pequeño pirata solo se dispondría a subir en su fiel compañera Suzaku y, con alabarda en el hombro, se pondría en camino juntos a sus compañeras.
Siempre y cuando, todo salga de acuerdo a lo planeado ¿Verdad narrador?
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La idea era sencilla para alguien como ella, pero era complicada si te ponías a pensar en todo lo que estaba pasando en ese momento. La idea era levantar la pierna derecha y colocar en la trayectoria de su coz los mitones de sus pies. Con algo de suerte en cuanto le diera la patada , él mismo se clavaría las cuchillas de los zapatos de Yasei haciéndose daño. Independientemente de que el golpe la hubiera alejado y el pie le molestara.
Dejó distancia de nuevo para que Alpha hiciera de las suyas, después de todo ya había jugado con fuego antes y no tenía ganas de repetir. No podía lanzar ataques desde arriba porque su hombro derecho había decidido irse a jugar a otra isla, así que tenía que trabajar con lo que podía y tenía entre manos. La idea era de nuevo esperar a que el chico terminara su ataque, en cuanto el hombre intentara reaccionar a su salto y ataque punzante, ella volvería a moverse.
Acortaría de nuevo las distancias, buscaría una patada en su muslo para hacer que tenga que encoger el cuerpo o lidiar con el corte de las cuchillas de sus pies, entonces su garra buscaría destruir su cuello o su rostro, fuera lo que fuera, quería acabar con él de una maldita vez.
No es solo el daño que le hizo a sus animales, es el daño que le ha hecho a tanta gente, a tantas bestias que no se merecían padecer bajo el poder que pensaban poder tener sobre ellos y lo que les rodeaba.- Esto es por lo que le has hecho a mis niños.- Tendría que cuidar la cadera de Sahir, el costado de Mustafá, las heridas de la pobre Umi y todo lo que le hubiera podido pasar a Jade, aparte de limpiar los cortes de Malik.
Si con un poco de suerte la mezcla de todos los ataques combinados funcionaba y el hombre no se levantaba de donde estaba. Nuestra Yasei haría una cosa que tenía planeada desde el comienzo de aquella lucha. Acercarse al vicealmirante, levantarlo por el cuello y llevarlo delante de su nueva mascota. Eso dejaba claro que nadie volvería a hacerle daño, que no pensaba dejar que nada ni nadie volviera a herirlo. Aunque claro, esto todo si la cosa salía bien y tal, igual que volvería a tirar el cuerpo fuera y mirar a sus compañeros.
Las cosas avanzaban deprisa, pero quizás era la urgencia después de todo lo que estaba pasando. La sangre de sus manos comenzaba a quemarle y aunque las movía para despertarlas solo atinó a cerrar los ojos un momento. Estaba cansada.
Dejó distancia de nuevo para que Alpha hiciera de las suyas, después de todo ya había jugado con fuego antes y no tenía ganas de repetir. No podía lanzar ataques desde arriba porque su hombro derecho había decidido irse a jugar a otra isla, así que tenía que trabajar con lo que podía y tenía entre manos. La idea era de nuevo esperar a que el chico terminara su ataque, en cuanto el hombre intentara reaccionar a su salto y ataque punzante, ella volvería a moverse.
Acortaría de nuevo las distancias, buscaría una patada en su muslo para hacer que tenga que encoger el cuerpo o lidiar con el corte de las cuchillas de sus pies, entonces su garra buscaría destruir su cuello o su rostro, fuera lo que fuera, quería acabar con él de una maldita vez.
No es solo el daño que le hizo a sus animales, es el daño que le ha hecho a tanta gente, a tantas bestias que no se merecían padecer bajo el poder que pensaban poder tener sobre ellos y lo que les rodeaba.- Esto es por lo que le has hecho a mis niños.- Tendría que cuidar la cadera de Sahir, el costado de Mustafá, las heridas de la pobre Umi y todo lo que le hubiera podido pasar a Jade, aparte de limpiar los cortes de Malik.
Si con un poco de suerte la mezcla de todos los ataques combinados funcionaba y el hombre no se levantaba de donde estaba. Nuestra Yasei haría una cosa que tenía planeada desde el comienzo de aquella lucha. Acercarse al vicealmirante, levantarlo por el cuello y llevarlo delante de su nueva mascota. Eso dejaba claro que nadie volvería a hacerle daño, que no pensaba dejar que nada ni nadie volviera a herirlo. Aunque claro, esto todo si la cosa salía bien y tal, igual que volvería a tirar el cuerpo fuera y mirar a sus compañeros.
Las cosas avanzaban deprisa, pero quizás era la urgencia después de todo lo que estaba pasando. La sangre de sus manos comenzaba a quemarle y aunque las movía para despertarlas solo atinó a cerrar los ojos un momento. Estaba cansada.
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Ah. Ahora sí. Ahora no tenía escapatoria. Contempló cómo se movía hacia el árbol con lujuria, todavía bastante cabreada. No vaciló ni un instante en acabar con su vida. Se acercó al vicealmirante, eso sí, para comprobar que efectivamente estaba muerto. No iba a dejar nada al azar. Le cortó la cabeza de un tajo para terminar de asegurarse. En realidad no había necesidad, pero algo dentro de ella se lo pedía. Listo. Ahí, manchado de arena y por fin inmóvil. Muchísimo más cómodo de transportar que el cuerpo. Al fin y al cabo, sabía que Yasei querría demostrarle a su nueva mascota que habían cumplido su promesa.
Se giró hacia sus compañeros. Sabía que ellos estaban dando lo mejor de sí contra el marine que quedaba y en su opinión el pobre hombre no tenía ni una sola oportunidad. Por lo menos todos los gatetes de Yasei estaban a salvo y lo único que les quedaba por hacer era rematar a ese señor. Se acercó con tranquilidad mientras ellos seguían peleando contra él. Tras pensarlo un momento, alargó la mano y utilizó sus poderes sobre él. Esta vez, haciendo que deseara con todo su ser la arena que pisaba. Incluso si todavía le quedaban fuerzas para alzarse contra sus amigos, no iba a dejarle. Fuera lo que fuera que deseaban hacerle, iba a asegurarse de que el tipo quedara a su merced.
Terminó de acercarse y creó un orbe oscuro en su mano. Solo por si acaso. Si cuando llegara el tipo todavía no estaba muerto, se lo lanzaría a la cara. Lo que tenía bastante claro era que de ahí no iba a escapar, ni de broma. Si tenía que lanzarle otro rayo de energía demoníaca al pecho lo haría con toda la calma del mundo.
Por fin, habían terminado. Los marines estaban acabados y no les habían relacionado con las amazonas… en teoría, al menos. Eso esperaba. Su trato estaría completo y habrían conseguido aquello por lo que habían venido. Si lo lograban, caminarían con calma por la selva de vuelta hasta la ciudad de las amazonas. Se llevaría las chaquetas de los marines y una mano de cada uno, como prueba de sus palabras. El campamento bien podían comprobar por su cuenta que había sido arrasado.
Por fin, podía quedarse tranquila.
Se giró hacia sus compañeros. Sabía que ellos estaban dando lo mejor de sí contra el marine que quedaba y en su opinión el pobre hombre no tenía ni una sola oportunidad. Por lo menos todos los gatetes de Yasei estaban a salvo y lo único que les quedaba por hacer era rematar a ese señor. Se acercó con tranquilidad mientras ellos seguían peleando contra él. Tras pensarlo un momento, alargó la mano y utilizó sus poderes sobre él. Esta vez, haciendo que deseara con todo su ser la arena que pisaba. Incluso si todavía le quedaban fuerzas para alzarse contra sus amigos, no iba a dejarle. Fuera lo que fuera que deseaban hacerle, iba a asegurarse de que el tipo quedara a su merced.
Terminó de acercarse y creó un orbe oscuro en su mano. Solo por si acaso. Si cuando llegara el tipo todavía no estaba muerto, se lo lanzaría a la cara. Lo que tenía bastante claro era que de ahí no iba a escapar, ni de broma. Si tenía que lanzarle otro rayo de energía demoníaca al pecho lo haría con toda la calma del mundo.
Por fin, habían terminado. Los marines estaban acabados y no les habían relacionado con las amazonas… en teoría, al menos. Eso esperaba. Su trato estaría completo y habrían conseguido aquello por lo que habían venido. Si lo lograban, caminarían con calma por la selva de vuelta hasta la ciudad de las amazonas. Se llevaría las chaquetas de los marines y una mano de cada uno, como prueba de sus palabras. El campamento bien podían comprobar por su cuenta que había sido arrasado.
Por fin, podía quedarse tranquila.
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Seamos sinceros, un tres contra uno ya es por vicio y demasiado complicado para nuestro marine restante. El calor del arma de Freites hace que suelte la alabarda y que él pueda aprovechar para intentar empalar al muchacho, cosa que consigue. No le da tiempo a reaccionar ante los movimientos del rey de la forja y de su compañera que había movido su pie justo a tiempo para que el muchacho terminase por clavarse sus garras en la pierna.
No tenía escapatoria y poco podía hacer ya para libarse de aquellos que le mantenían rodeado. Entre los tres lográis reducir por completo al hombre que al igual que su jefe, muere a consecuencia de vuestros ataques sin poder hacer mucho más por defenderse.
Ahora tenéis dos marines muertos y podéis descansar. La batalla por fin ha finalizado y es momento de que reviséis vuestras heridas. Sería una buena idea que fuerais a hacerle una última visita a las amazonas, seguramente quieran saber cómo de bien os ha ido en vuestra incursión al campamento marine y de paso, conocer a la mujer que quiere llevarse al rey de la selva.
Tal y como Freites menciona, tras revisar un poco vuestras heridas e intentar arreglarlos un poco, ponéis rumbo a la ciudad de las amazonas donde una vez llegáis os reciben de inmediato y os llevan hasta la reina que espera impaciente vuestra llegada. Pasea su mirada por los tres y entonces se fija en la alabarda que Freites lleva consigo y arruga un poco el ceño, parece que le suena de algo ese arma.
— Así que la tenían ellos, bien, puedes quedarte el arma joven, como símbolo de nuestra alianza — respecto a Freites no tenía más que decir así que miro entonces a Yasei con cierta curiosidad, analizando completamente a la joven de arriba abajo, parecía bastante malherida pero es lo que sucedía cuando uno se enfrenta a un vicealmirante.
— Tú debes ser la joven que quiere llevarse al rey de la selva, espero que lo cuides bien muchacha — por su parte tampoco podía negarle el derecho a llevarse a un animal que ella misma había salvado, aunque aún tendría que domarlo un poquito, aquel animal era salvaje y no se dejaría mangonear tan fácilmente como cualquiera pudiera esperar sobre todo cuando no ha parado de ser maltratado por humanos.
La ultima en recibir una seria mirada por parte de la reina amazona fue Lysbeth — quiero que lleves esto contigo Lysbeth, como muestra de tu amistad con el pueblo de las amazonas, serás bien recibida entre nosotras siempre que vengas e incluso podrás aprender el estilo de lucha de nuestras guerreras — tras aquel breve discurso la reina de las amazonas le hará entrega de un cinturón y os ofrecerá descansar en la ciudad esa noche y reponeros de vuestras heridas.
Quedaros o no es decisión vuestra ¿Qué haréis?
No tenía escapatoria y poco podía hacer ya para libarse de aquellos que le mantenían rodeado. Entre los tres lográis reducir por completo al hombre que al igual que su jefe, muere a consecuencia de vuestros ataques sin poder hacer mucho más por defenderse.
Ahora tenéis dos marines muertos y podéis descansar. La batalla por fin ha finalizado y es momento de que reviséis vuestras heridas. Sería una buena idea que fuerais a hacerle una última visita a las amazonas, seguramente quieran saber cómo de bien os ha ido en vuestra incursión al campamento marine y de paso, conocer a la mujer que quiere llevarse al rey de la selva.
Tal y como Freites menciona, tras revisar un poco vuestras heridas e intentar arreglarlos un poco, ponéis rumbo a la ciudad de las amazonas donde una vez llegáis os reciben de inmediato y os llevan hasta la reina que espera impaciente vuestra llegada. Pasea su mirada por los tres y entonces se fija en la alabarda que Freites lleva consigo y arruga un poco el ceño, parece que le suena de algo ese arma.
— Así que la tenían ellos, bien, puedes quedarte el arma joven, como símbolo de nuestra alianza — respecto a Freites no tenía más que decir así que miro entonces a Yasei con cierta curiosidad, analizando completamente a la joven de arriba abajo, parecía bastante malherida pero es lo que sucedía cuando uno se enfrenta a un vicealmirante.
— Tú debes ser la joven que quiere llevarse al rey de la selva, espero que lo cuides bien muchacha — por su parte tampoco podía negarle el derecho a llevarse a un animal que ella misma había salvado, aunque aún tendría que domarlo un poquito, aquel animal era salvaje y no se dejaría mangonear tan fácilmente como cualquiera pudiera esperar sobre todo cuando no ha parado de ser maltratado por humanos.
La ultima en recibir una seria mirada por parte de la reina amazona fue Lysbeth — quiero que lleves esto contigo Lysbeth, como muestra de tu amistad con el pueblo de las amazonas, serás bien recibida entre nosotras siempre que vengas e incluso podrás aprender el estilo de lucha de nuestras guerreras — tras aquel breve discurso la reina de las amazonas le hará entrega de un cinturón y os ofrecerá descansar en la ciudad esa noche y reponeros de vuestras heridas.
Quedaros o no es decisión vuestra ¿Qué haréis?
Freites D. Alpha
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- Primero que todo.:
- Quiero dar las gracias de todo corazón a todos los involucrados en este moderado, que para bien o para mal, al fin a terminado.
Lysbeth: Gracias hermosa, gracias por tener paciencia y una agilidad mental extraordinaria en los momentos de dificultad. No he podido elegir a una mejor maestra y gran amiga como tú. En serio eres un sol, nunca te extingas,
Zaina: Eres tú en alta definición y en 4k ultra HD. Jamás pensé que existiera una persona con ideas suicidas. Además de siempre animarme en momentos donde me vi desanimado y me motivaste a seguir escribiendo y no decaer, gracias Zaina, eres de la mejor amiga que puedo llegar a tener.
Mí querido narrador: ¿Pensaste que no te mencionaría, joputa? ¿Cómo te atroces si quiera pensarlo? Sé que lo has pasado bastante mal, lo sé. Sé que has tratado con toda tu capacidad y conocimiento colocare la cuarta pata a la mesa que ha traído tres. Eres un crack, quiero que sepas que apenas sepa quién eres te daré las gracias yo mismo por chat de voz. Y me gustaría poder platicar contigo lo bien que lo has hecho a pesar de haber sido un dolor de cabeza especialmente para ti.
Corrector: Gracias, sé que te dolerá el culo corregir todo esto. Pero igualmente se que te molara ver como perdí el brazo chachimente.
Finalmente… finalmente todo había terminado. Toda aquella loca idea al fin de había materializado en lo que había estado buscando, aunque con ciertas modificaciones realizadas durante la marcha. Aunque seamos sinceros, el joven rey de la forja está más que satisfecho.
La reina amazona miraba a todos, cuando se dirigió al pequeño pirata. Este agacharía la cabeza y escucharía con mucho cuidado las palabras. El perdería un brazo como símbolo de la alianza y ellos le darían esta arma como símbolo de la misma. Era… un trato justo. A quien quiero engañar, era el trato más adecuado que se podía ofrecer.
- Estoy agradecido, mi reina. – Dijo mostrándose satisfecho el pequeño. – Solo me gustaría mencionar, que un león blanco también había sido apresado por los marines. Era grande y hermoso. Era… como si su pelaje era de nieve… - Alpha levantaría la mirada, para mirar directamente a los ojos de su nueva aliada. Añadiendo. – Lo he liberado y ha regresado a la jungla, como tiene que ser.
Luego de aquello y si la reina tenía algo que añadir ante sus palabras y la de sus compañeras, Alpha caería al suelo, totalmente noqueado. La adrenalina del momento ya había pasado y ya era mucho dolor para su mente y su cuerpo. Era lógico que cayera tarde o temprano.
Y para suerte de todos, fue el primero y el ultimo que cayo del grupo. Ahora es momento de descansar.
Aki D. Arlia
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Al fin. Estaba muerto. Ya no quedaba nada más por hacer.
El camino a la aldea de las amazonas fue relativamente tranquilo. Los tres estaban hechos polvo, pero sabían que tenían que avisarlas de que sus problemas habían terminado. Nada más llegar les recibieron y les llevaron hasta el palacio. La reina nos esperaba casi impaciente, pero no podía culparla. Ella no podía hacer nada para intervenir, y tenía mucho en juego. Ellos eran desconocidos al fin y al cabo. Pero habían logrado lo que querían y le habían liberado de la carga que resultaban los marines.
Atendió con una sonrisa a las concesiones que hizo a sus amigos. Estaba muy orgullosa de ellos. Le dolía ver las heridas de ambos, le habría gustado poder hacer más por defenderles y parte de ella todavía se arrepentía de haber ido hacia el campamento. Si hubieran llegado antes a la playa, Yasei no estaría tan malherida. Por suerte, nada irreparable había sucedido. Diría que estaban los tres de una pieza, pero en realidad Alpha estaba en dos. Por propia voluntad al menos y si eso era lo peor que podía pasarles, lo aceptaba con humildad.
Cuando fue su turno abrió mucho los ojos e inclinó la cabeza en señal de respeto mientras aceptaba el cinturón. Era simplemente hermoso.
-Es un gran honor. Y será uno todavía más grande el aprender de vuestras guerreras. Me enorgullezco de haberme ganado ese privilegio.
Se colocó el cinturón con una enorme sonrisa y entonces notó algo a su lado. Agarró a Alpha segundos antes de que se estampara contra el suelo. Demasiado trajín para el pequeño, no cabía duda. Pero tenía pulso y sus heridas estaban controladas, aunque le haría bien una revisión. O dos. El caso es que sobreviviría y eso era lo importante. Sonrió ante la invitación de la reina y asintió con respeto.
-Tanto yo como mi compañero aceptamos vuestra oferta. Si no es una molestia, me gustaría cuidarle una vez le hayan atendido vuestras médicas.
No iba a mentir, le iba a costar quedarse tranquila después de haber visto como se desplomaba, incluso aunque entendía que no estaba en peligro. Prefería asegurarse, en cualquier caso. Se giró hacia Yasei, dándole las gracias por todo con la mirada.
-Si quieres ir al barco, no te lo reprocharé. Sé que estás deseando ayudar al Rey y si quieres te acompañaré antes de regresar para tener un ojo encima de Alpha. De cualquier manera haz lo que prefieras y nos marcharemos por la mañana.
Empezaba a conocer un poco a la mujer y después de cómo habían acabado sus gatos entendería que quisiera enterrarse en ellos y dormir durante días. Podría hacerlo, en realidad. Les esperaba una ruta de al menos una semana hasta cualquier isla, pero la perspectiva le agradaba. Habían sido unos días de muchas emociones y… estaba deseando descansar.
El camino a la aldea de las amazonas fue relativamente tranquilo. Los tres estaban hechos polvo, pero sabían que tenían que avisarlas de que sus problemas habían terminado. Nada más llegar les recibieron y les llevaron hasta el palacio. La reina nos esperaba casi impaciente, pero no podía culparla. Ella no podía hacer nada para intervenir, y tenía mucho en juego. Ellos eran desconocidos al fin y al cabo. Pero habían logrado lo que querían y le habían liberado de la carga que resultaban los marines.
Atendió con una sonrisa a las concesiones que hizo a sus amigos. Estaba muy orgullosa de ellos. Le dolía ver las heridas de ambos, le habría gustado poder hacer más por defenderles y parte de ella todavía se arrepentía de haber ido hacia el campamento. Si hubieran llegado antes a la playa, Yasei no estaría tan malherida. Por suerte, nada irreparable había sucedido. Diría que estaban los tres de una pieza, pero en realidad Alpha estaba en dos. Por propia voluntad al menos y si eso era lo peor que podía pasarles, lo aceptaba con humildad.
Cuando fue su turno abrió mucho los ojos e inclinó la cabeza en señal de respeto mientras aceptaba el cinturón. Era simplemente hermoso.
-Es un gran honor. Y será uno todavía más grande el aprender de vuestras guerreras. Me enorgullezco de haberme ganado ese privilegio.
Se colocó el cinturón con una enorme sonrisa y entonces notó algo a su lado. Agarró a Alpha segundos antes de que se estampara contra el suelo. Demasiado trajín para el pequeño, no cabía duda. Pero tenía pulso y sus heridas estaban controladas, aunque le haría bien una revisión. O dos. El caso es que sobreviviría y eso era lo importante. Sonrió ante la invitación de la reina y asintió con respeto.
-Tanto yo como mi compañero aceptamos vuestra oferta. Si no es una molestia, me gustaría cuidarle una vez le hayan atendido vuestras médicas.
No iba a mentir, le iba a costar quedarse tranquila después de haber visto como se desplomaba, incluso aunque entendía que no estaba en peligro. Prefería asegurarse, en cualquier caso. Se giró hacia Yasei, dándole las gracias por todo con la mirada.
-Si quieres ir al barco, no te lo reprocharé. Sé que estás deseando ayudar al Rey y si quieres te acompañaré antes de regresar para tener un ojo encima de Alpha. De cualquier manera haz lo que prefieras y nos marcharemos por la mañana.
Empezaba a conocer un poco a la mujer y después de cómo habían acabado sus gatos entendería que quisiera enterrarse en ellos y dormir durante días. Podría hacerlo, en realidad. Les esperaba una ruta de al menos una semana hasta cualquier isla, pero la perspectiva le agradaba. Habían sido unos días de muchas emociones y… estaba deseando descansar.
Zaina Nitocris
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Nuestra dama de orbes esmeralda iba en una nube, no una demasiado buena, no una tan mala como podría haberse esperado. Cansada, machacada y adolorida, tenía huesos rotos y quemaduras, cansancio acumulado como para terminar una semana en la cama y no vamos a hablar de lo que el veneno seguía haciendo en su cuerpo. Toma aire para intentar aparentar lo mejor que puede delante de su majestad, pero la mujer se da cuenta enseguida de su estado y ella simplemente hace una reverencia con la mayor elegancia de la que dispone en su estado actual.- Agradezco sus palabras, lo cuidaré como a un miembro más de mi familia.- Inclina la cabeza de manera solemne, mientras las cosas avanzan a cámara lenta.
Finalmente Alpha se desploma y ella niega levemente.- Estos niños de hoy en día…- Asegurándose de que estaba bien lo dejó tranquilo, mirando a Lys asintió ante sus palabras, sabe de sobra que tiene cosas pendientes de hacer.- Tengo que vendar y tratar a mis niños, agradecería toda ayuda posible para tratarme a mí, pero tendré que volver al barco para cambiarle las vendas.- Aunque la cosa fuera simplemente dejarlos acostados, cómodos y tratados y volver a descansar al lugar de las amazonas. Lo más importante en aquel momento era cuidar de sus pequeños y asegurarse de que las heridas no dieran problemas.
Quería preparar una gran cena, darle a Umi un trozo grande de carne como parte de su bienvenida y muchos mimos por lograr ayudarla en su primera batalla. Luego tendría que vendar a Sahir y dejarlo con Jade , al igual que Mustafá ambos tendrían que apoyarse en su hermana mayor para poder caminar de la manera correcta. Le dolía pensar lo heridos que habían terminado, pero todo había acabado finalmente y ahora podrían descansar hasta recuperarse.
La posibilidad de volver a casa, descansar en una cama cómoda y amplia, abrazar a Yarmin y perderse era tentadora. Ahora mismo sin embargo debía cerrar sus heridas, cuidarse un poco y finalmente tomar fuerzas. Asegurarse de que Malik confíe del todo en ella y continuar con el trabajo pendiente. Había dado un gran paso en aquella carrera que la esperaba, en la vida en general, pero eso no quería decir que se hubiera terminado. Apenas acababa de empezar y tenía muchas cosas que aprender y pelear.
Aunque ahora mismo era el momento de lamerse las heridas y apreciar la paz y la tranquilidad que iban a experimentar. Puede que no durara demasiado, pero igualmente para ella, sería eterna.
Finalmente Alpha se desploma y ella niega levemente.- Estos niños de hoy en día…- Asegurándose de que estaba bien lo dejó tranquilo, mirando a Lys asintió ante sus palabras, sabe de sobra que tiene cosas pendientes de hacer.- Tengo que vendar y tratar a mis niños, agradecería toda ayuda posible para tratarme a mí, pero tendré que volver al barco para cambiarle las vendas.- Aunque la cosa fuera simplemente dejarlos acostados, cómodos y tratados y volver a descansar al lugar de las amazonas. Lo más importante en aquel momento era cuidar de sus pequeños y asegurarse de que las heridas no dieran problemas.
Quería preparar una gran cena, darle a Umi un trozo grande de carne como parte de su bienvenida y muchos mimos por lograr ayudarla en su primera batalla. Luego tendría que vendar a Sahir y dejarlo con Jade , al igual que Mustafá ambos tendrían que apoyarse en su hermana mayor para poder caminar de la manera correcta. Le dolía pensar lo heridos que habían terminado, pero todo había acabado finalmente y ahora podrían descansar hasta recuperarse.
La posibilidad de volver a casa, descansar en una cama cómoda y amplia, abrazar a Yarmin y perderse era tentadora. Ahora mismo sin embargo debía cerrar sus heridas, cuidarse un poco y finalmente tomar fuerzas. Asegurarse de que Malik confíe del todo en ella y continuar con el trabajo pendiente. Había dado un gran paso en aquella carrera que la esperaba, en la vida en general, pero eso no quería decir que se hubiera terminado. Apenas acababa de empezar y tenía muchas cosas que aprender y pelear.
Aunque ahora mismo era el momento de lamerse las heridas y apreciar la paz y la tranquilidad que iban a experimentar. Puede que no durara demasiado, pero igualmente para ella, sería eterna.
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Las amazonas no dudan en ayudar a Lysbeth para llevar a Freites a otro lugar donde tratar sus heridas y encargarse de que el joven rey de la forja se vaya recuperando poco a poco. Ahora tiene la gratitud de las amazonas y una alianza con ellas por lo que lo tratarían bien aunque aún de forma reticente teniendo en cuenta que por muy aliado que sea, sigue siendo un hombre. La reina complacida por lo ocurrido y contenta al ver la emoción en Lysbeth permite que sus amazonas curen y venden sus heridas.
Una vez os encontráis totalmente atendidas y vendadas, la reina envía junto a Yasei a un par de sus chicas para ayudarla a cuidar de sus diversos animales. Sin embargo, cuando llegáis al barco podéis ver que la reina marina os está esperando. Se agacha hasta Yasei para frotar su cabeza suavemente contra la mejilla de la joven y luego toma uno de sus huevos con su cola para entregárselo.
Te está pidiendo que cuides de él, que es un obsequio por haberla ayudado y por cuidar de ella, pero va a ser madre y en esa batalla a sufrido suficientes heridas como para una buena temporada. No está dispuesta a acompañarte al resto de tus aventuras, pero puedes llevarte a uno de sus hijos como símbolo de que ambas familias están unidas. Después tomaría el resto de sus huevos con la cola y se hundiría en el fondo marino.
Está en ti quedarte con el huevo o devolvérselo a su madre. Mientras Yasei y Freites curan sus heridas, las amazonas aprovechan para entrenar a Lysbeth tal y como la reina había acordado. Después de todo, ahora era considerada una más entre ellas y merecía aprender un poco sobre su modo de pelea. Podemos dar por finalizado este moderado, espero que haya sido agradable para vosotros, a continuación pondré un spoiler para que el corrector tenga en cuenta lo que por mi parte considero adecuado que saquéis como premio.
Una vez os encontráis totalmente atendidas y vendadas, la reina envía junto a Yasei a un par de sus chicas para ayudarla a cuidar de sus diversos animales. Sin embargo, cuando llegáis al barco podéis ver que la reina marina os está esperando. Se agacha hasta Yasei para frotar su cabeza suavemente contra la mejilla de la joven y luego toma uno de sus huevos con su cola para entregárselo.
Te está pidiendo que cuides de él, que es un obsequio por haberla ayudado y por cuidar de ella, pero va a ser madre y en esa batalla a sufrido suficientes heridas como para una buena temporada. No está dispuesta a acompañarte al resto de tus aventuras, pero puedes llevarte a uno de sus hijos como símbolo de que ambas familias están unidas. Después tomaría el resto de sus huevos con la cola y se hundiría en el fondo marino.
Está en ti quedarte con el huevo o devolvérselo a su madre. Mientras Yasei y Freites curan sus heridas, las amazonas aprovechan para entrenar a Lysbeth tal y como la reina había acordado. Después de todo, ahora era considerada una más entre ellas y merecía aprender un poco sobre su modo de pelea. Podemos dar por finalizado este moderado, espero que haya sido agradable para vosotros, a continuación pondré un spoiler para que el corrector tenga en cuenta lo que por mi parte considero adecuado que saquéis como premio.
- Freites:
- Base en Amazon Lily
- Katana de calidad genuina (Dureza, tenacidad y liviandad genuina)
- Alabarda
Nombre del objeto: Partisana del sol ciego
Descripción y habilidades: Se trata de, una alabarda partisana de un acero negro realmente peculiar; solo parece surgir en una zona recóndita de Amazon Lily debido a la sedimentación de los huesos de las Yuda, las serpientes particulares de las Kuja. Estos degeneran en este oscuro mate con líneas grises que forman espirales finas e imperceptibles desde lejos, fruto de las irregularidades a la hora de darle nacimiento. ¿Qué la hace tan particular respecto a otros minerales? Simple: aparte de aguantar altas temperaturas sin deformarse, es capaz de multiplicar las vibraciones de las partículas por la temperatura en las puntas, lo que deviene en que en dichas zonas trepiden con fuerza, causando una herida más abierta y, por lo tanto, difícil de taponar por la sangre. Este fenómeno aparece por encima de los mil grados, ganando en violencia a partir de ese punto. El lugar donde se encuentra este material únicamente se encuentra en posesión de las amazonas por lo que cualquier otro individuo no podría averiguarlo.
Propiedades exóticas: Tenacidad y dureza épicas, pesadez y atermia míticas.
- Yasei:
- - Malik (Esfinge)
- Huevo de rey marino (si decide quedarse con él)
- Signatura de venenos
- Lysbeth:
- - Puerto franco en Amazon Lily
- Cinturón de Hipólita (Se trata de un cinturón que aparece mencionado en muchas leyendas pero que no tiene ningún tipo de poder especial, es un símbolo que hace a su portadora amiga de las amazonas y que le permiten la entrada y salida de la ciudad además de asistir a entrenamientos como si fuera una más)
- Las amazonas te entrenan durante los días en los que tus compañeros se curan, ganas una técnica mítica, puedes hacerla a tu gusto pero intenta que tenga algo que ver con las amazonas.
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