Página 1 de 2. • 1, 2
Contratante: [/]Alcalde Jonás Fëra
[b]Descripción de la misión: Un antiguo palacio de la ciudad ha sido invadido por unos malechores sin identificar. Alegan que el castillo ,es suyo por nacimiento, pero se sabe que hace siglos que fue abandonado. Desde hace dos semanas, día tras día, bajan al pueblo a saquear el mercado y la destileria del pueblo, pero ahora están exigiendo que nuestros hijos e hijas vayan al castillo. ¡Necesitamos ayuda!
Objetivo principal: Sacar a los criminales del castillo y llevarlos ante la justicia local.
Objetivo secundario: Devolver sano y salvo a las hijas e hijos de los pueblerinos.
Premios: 40.000.000 para cada participante y conocimiento único.
Premios por cumplir el objetivo secundario: Una técnica épica basada en la energía espiritual descrita en un viejo pergamino del archivo local del pueblo
[b]Descripción de la misión: Un antiguo palacio de la ciudad ha sido invadido por unos malechores sin identificar. Alegan que el castillo ,es suyo por nacimiento, pero se sabe que hace siglos que fue abandonado. Desde hace dos semanas, día tras día, bajan al pueblo a saquear el mercado y la destileria del pueblo, pero ahora están exigiendo que nuestros hijos e hijas vayan al castillo. ¡Necesitamos ayuda!
Objetivo principal: Sacar a los criminales del castillo y llevarlos ante la justicia local.
Objetivo secundario: Devolver sano y salvo a las hijas e hijos de los pueblerinos.
Premios: 40.000.000 para cada participante y conocimiento único.
Premios por cumplir el objetivo secundario: Una técnica épica basada en la energía espiritual descrita en un viejo pergamino del archivo local del pueblo
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard recién había terminado su misión en el G-3, el encuentro con aquel misterioso marine llamado Rapanui había sido enriquecedor para el cadete y conocer a un Justice Raider más había sido algo que le había alegrado aun más, tenía suerte de contar con compañeros en la marina tan agradable, aunque tuvo que volver a echarse a la mar con su viejo y pequeño bote poco le importó, por lo divertido de aquella misión, los tesoros que había encontrado y todo lo que había aprendido de Rapanui y de aquellos libros sobre la niebla arco iris.
Cuando Gal estaba comiendo un pequeño tentempié que le dieron en el cuartel del G-3 reperó en mirar la lista de contratantes y su pose justamente daba al lugar donde la misión tenía lugar, unos delincuentes misteriosos habían ocupado un antiguo palacio abandonado y habían empezado a reclamar niños al más puro estilo de los dragones en las novelas medievales así que una vez acabado el almuerzo puso rumbo a esa isla, que de todos modos debería visitar para ponerle fin a la locura de esos delincuentes, la recompensa si bien era cuantiosa no era lo que motivaba a Gal pero la mención de un extraño manuscrito al cual poder echarle un ojo le hacía palpitar el corazón.
No tardó en llegar a aquella isla, al parecer en el tiempo transcurrido los maleantes ya se habían llevado a todos los niños a aquel palacio ¿Que objetivo oscuro tendrían detrás de tales actos? Como marine, aunque fuese cadete, tenía la obligación de llegar hasta el final y devolverle la paz a esos niños y a esa isla.
Los habitantes estaban debastados por la perdida de sus hijos, habían empezado a formar una pequeña milicia para intentar infiltrarse en el palacio armandose con herramientas de agricultura y armas que habían tenido mejores días, cuando Gal llegó al puerto los habitantes le miraron de arriba a abajo y suspiraron
-¿Tan poco le importamos a la marina que lo único que nos envían es a un cadete en un barco que parece de corcho? Encima parece más un pirata que un marine...- Exclamó indignado el alcalde que se encontraba limpiando el cañón de un viejo mosquete
-Lamento solo ser yo esta vez... Estaba de camino y aproveché para pasarme a ayudar, puede que solo sea cadete pero me defiendo bastante bien, si tuviese compañía os diría de manteneros al margen pero no negaré que toda mano me será de ayuda... Lamento no solo no poderos ayudar con más gente si no poneros en riesgo pero os prometo que esos delincuentes lo pagarán y vuestros hijos volverán sanos y salvos, como miembro del Kiritsu no os defraudaré.- Dijo Gal mientras en su mente se preguntaba si tendría la suerte de poder probar no solo su nueva espada si no aquello que Rapanui le había enseñado.
-Cuanto estéis listos partiremos... ¿Tenéis algo de comer aún así?-
Cuando Gal estaba comiendo un pequeño tentempié que le dieron en el cuartel del G-3 reperó en mirar la lista de contratantes y su pose justamente daba al lugar donde la misión tenía lugar, unos delincuentes misteriosos habían ocupado un antiguo palacio abandonado y habían empezado a reclamar niños al más puro estilo de los dragones en las novelas medievales así que una vez acabado el almuerzo puso rumbo a esa isla, que de todos modos debería visitar para ponerle fin a la locura de esos delincuentes, la recompensa si bien era cuantiosa no era lo que motivaba a Gal pero la mención de un extraño manuscrito al cual poder echarle un ojo le hacía palpitar el corazón.
No tardó en llegar a aquella isla, al parecer en el tiempo transcurrido los maleantes ya se habían llevado a todos los niños a aquel palacio ¿Que objetivo oscuro tendrían detrás de tales actos? Como marine, aunque fuese cadete, tenía la obligación de llegar hasta el final y devolverle la paz a esos niños y a esa isla.
Los habitantes estaban debastados por la perdida de sus hijos, habían empezado a formar una pequeña milicia para intentar infiltrarse en el palacio armandose con herramientas de agricultura y armas que habían tenido mejores días, cuando Gal llegó al puerto los habitantes le miraron de arriba a abajo y suspiraron
-¿Tan poco le importamos a la marina que lo único que nos envían es a un cadete en un barco que parece de corcho? Encima parece más un pirata que un marine...- Exclamó indignado el alcalde que se encontraba limpiando el cañón de un viejo mosquete
-Lamento solo ser yo esta vez... Estaba de camino y aproveché para pasarme a ayudar, puede que solo sea cadete pero me defiendo bastante bien, si tuviese compañía os diría de manteneros al margen pero no negaré que toda mano me será de ayuda... Lamento no solo no poderos ayudar con más gente si no poneros en riesgo pero os prometo que esos delincuentes lo pagarán y vuestros hijos volverán sanos y salvos, como miembro del Kiritsu no os defraudaré.- Dijo Gal mientras en su mente se preguntaba si tendría la suerte de poder probar no solo su nueva espada si no aquello que Rapanui le había enseñado.
-Cuanto estéis listos partiremos... ¿Tenéis algo de comer aún así?-
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por alguna razón, el viajar por aquel mar era mucho más complejo que hacerlo por mares del cielo. Era cierto el hecho de que no tenía experiencia en la navegación, pero seguir una brújula no me pareció complejo al principio, cuando me fijé la brújula tras bajar de mi isla natal, esta parecía rota, no hacía más que girar de un lado para otro sin indicar una dirección clara.
Por suerte, las corrientes marinas me llevaron hasta una isla en la que se encontraba a unos días de mi posición, además el tiempo acompaño en el viaje. La isla no parecía ser tremendamente grande como de la que yo procedía. Cuando me acercaba a la isla el barco tomó velocidad, algo fuera de mi control. Intenté girar el timón para reconducir la dirección hacia algún sitio que no fuese el acantilado que estaba delante de mí. Mis esfuerzos fueron en vano, y el pequeño barco siguió camino a la pared.
Recogí todas mis cosas tan rápido como pude y fui a la proa del barco preparándome para saltar antes de que el barco chocase y se hundiese. Todo salió según lo planeado. El acantilado por suerte no era muy pronunciado y pude subir en poco tiempo. Desde ahí me dirigí hacia un pueblo cercano que pude una vez subí.
En el pueblo, los ánimos no parecían ser muy buenos, la gente parecía estar haciendo una revuelta, sin embargo, alguien había llamado su atención y le estaban mirando. Un marine que parecía ser un cadete. Escuché con atención lo que dijo. Y como fue evidente tras sus palabras, la gente no pareció tranquilizarse.
-¿De los Kiritsu? – pregunté adelantándome a la gente que parecía acabar de percatarse de mí – ¿Te refieres a esa brigada tan famosa de la marina?, me he cruzado con uno de sus integrantes antes, era un tipo peculiar. Te ayudaré marine – dije colocándome a un par de metros delante del joven marine – No se preocupen. Esa brigada la he visto en acción y tanto sus rangos como apariencia confunden, y si este joven ha sido entrenado por ellos, no tendrá nada de cadete, sino mucho superior. – Añadí girándome hacia la gente.
Esperaba que aquellas palabras tranquilizasen a los pueblerinos. Y dado que iba a ayudar al marine esperaba que este me pusiese al día en lo que iba a hacer.
Por suerte, las corrientes marinas me llevaron hasta una isla en la que se encontraba a unos días de mi posición, además el tiempo acompaño en el viaje. La isla no parecía ser tremendamente grande como de la que yo procedía. Cuando me acercaba a la isla el barco tomó velocidad, algo fuera de mi control. Intenté girar el timón para reconducir la dirección hacia algún sitio que no fuese el acantilado que estaba delante de mí. Mis esfuerzos fueron en vano, y el pequeño barco siguió camino a la pared.
Recogí todas mis cosas tan rápido como pude y fui a la proa del barco preparándome para saltar antes de que el barco chocase y se hundiese. Todo salió según lo planeado. El acantilado por suerte no era muy pronunciado y pude subir en poco tiempo. Desde ahí me dirigí hacia un pueblo cercano que pude una vez subí.
En el pueblo, los ánimos no parecían ser muy buenos, la gente parecía estar haciendo una revuelta, sin embargo, alguien había llamado su atención y le estaban mirando. Un marine que parecía ser un cadete. Escuché con atención lo que dijo. Y como fue evidente tras sus palabras, la gente no pareció tranquilizarse.
-¿De los Kiritsu? – pregunté adelantándome a la gente que parecía acabar de percatarse de mí – ¿Te refieres a esa brigada tan famosa de la marina?, me he cruzado con uno de sus integrantes antes, era un tipo peculiar. Te ayudaré marine – dije colocándome a un par de metros delante del joven marine – No se preocupen. Esa brigada la he visto en acción y tanto sus rangos como apariencia confunden, y si este joven ha sido entrenado por ellos, no tendrá nada de cadete, sino mucho superior. – Añadí girándome hacia la gente.
Esperaba que aquellas palabras tranquilizasen a los pueblerinos. Y dado que iba a ayudar al marine esperaba que este me pusiese al día en lo que iba a hacer.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras los habitantes de aquel lugar se llevaban las manos a la cabeza ante la extravagante petición del cadete por algo de comer un joven salió de la multitud y mencionó no solo haber visto a la brigada Kiritsu en acción si no que también conocía a uno de los integrantes, para desgracia de Galhard dijo un tipo peculiar, eso caía en la descripción de la totalidad de los miembros de la brigada. La gente se calmó un poco al escuchar las palabras de aquel joven que ofreció su ayuda a Galhard.
-¡Oh! Estaré encantado de contar con su ayuda emm... ¿Como se llama? Si viste a mis superiores en acción y conocista alguno debes llevar muchas aventuras a tus espaldas. Muchas gracias por hablar bien de la brigada a la que pertenezco aunque bueno, la verdad es que si soy un cadete pero realmente por temas de papeleo estoy esperando a mejor reunir todas los requisitos para un rango alto desde cadete, además que así aprendo mejor todo hasta estar preparado-
Los aldeanos dejaron las armas y el alcade dejó de limpiar ese viejo arcabuz que tenía más aspecto de explotar en las manos de su usuario que de disparar algo.
Gal se acercó al hombre y le tendió su mano.
Es verdad, que falta de educación la mía, preguntar por un nombre sin dar el mío antes, soy Galhard y como has podido escuchar soy un cadete de la marina perteneciente al Kiritsu Ryodan, pasaba por aquí cuando leí la petición de esta gente de expulsar a unos maleantes que se han adueñado de un palacio abandonado en la isla y están arrasando sus comercios y han raptado a sus hijos. No puedo permitir que tales monstruos se salgan con la suya y contar con un aliado va a ser de gran ayuda contra ellos y no tendrán que correr más riesgos los habitantes del lugar. Galhard sonrió, estaba impaciente por partir y hablar por el camino con aquel hombre sobre las gestas que había podido presenciar de la brigada.
-¡Oh! Estaré encantado de contar con su ayuda emm... ¿Como se llama? Si viste a mis superiores en acción y conocista alguno debes llevar muchas aventuras a tus espaldas. Muchas gracias por hablar bien de la brigada a la que pertenezco aunque bueno, la verdad es que si soy un cadete pero realmente por temas de papeleo estoy esperando a mejor reunir todas los requisitos para un rango alto desde cadete, además que así aprendo mejor todo hasta estar preparado-
Los aldeanos dejaron las armas y el alcade dejó de limpiar ese viejo arcabuz que tenía más aspecto de explotar en las manos de su usuario que de disparar algo.
Gal se acercó al hombre y le tendió su mano.
Es verdad, que falta de educación la mía, preguntar por un nombre sin dar el mío antes, soy Galhard y como has podido escuchar soy un cadete de la marina perteneciente al Kiritsu Ryodan, pasaba por aquí cuando leí la petición de esta gente de expulsar a unos maleantes que se han adueñado de un palacio abandonado en la isla y están arrasando sus comercios y han raptado a sus hijos. No puedo permitir que tales monstruos se salgan con la suya y contar con un aliado va a ser de gran ayuda contra ellos y no tendrán que correr más riesgos los habitantes del lugar. Galhard sonrió, estaba impaciente por partir y hablar por el camino con aquel hombre sobre las gestas que había podido presenciar de la brigada.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El joven marine pareció sorprenderse también un poco de mi llegada y agradeció mis palabras hacia su brigada, así como explicó el por qué seguía siendo un cadete. La gente pareció calmarse y dejar las armas, aunque siguieron cabizbajos, aunque no sabía el por qué. Un sentimiento de pena comenzó a apoderarse de mí al verlos.
El marine se presentó como Galhard y me contó el como había llegado hasta aquella isla y lo que sucedía. El sentimiento se me hizo más profundo y hacía que me enfadase, tomé un par de respiraciones profundas y me calmé un poco.
-Soy Ori Kenobi. – me presenté devolviendo el apretón de manos – Gracias por ponerme al día, ahora con más razón te ayudaré, no puedo irme de aquí sabiendo eso.
Esperé unos minutos a que el cadete estuviese preparado y poder dirigirnos hacia el palacio en el que se encontraban escondidos los asaltantes de aquella villa. Durante el camino pensaría alguna forma de intentar entrar en el edificio y lo que era más importante, rescatar a aquellos niños.
-Perdón si has creído que soy alguien vivido, a decir verdad, prácticamente toda mi vida la he pasado leyendo y estudiando, conocí a tu brigada en una ejecución de alguien famoso, un tal Legim o similar. Y tras eso, me he mantenido al margen para ver un poco como era el mundo por aquí abajo.
El marine se presentó como Galhard y me contó el como había llegado hasta aquella isla y lo que sucedía. El sentimiento se me hizo más profundo y hacía que me enfadase, tomé un par de respiraciones profundas y me calmé un poco.
-Soy Ori Kenobi. – me presenté devolviendo el apretón de manos – Gracias por ponerme al día, ahora con más razón te ayudaré, no puedo irme de aquí sabiendo eso.
Esperé unos minutos a que el cadete estuviese preparado y poder dirigirnos hacia el palacio en el que se encontraban escondidos los asaltantes de aquella villa. Durante el camino pensaría alguna forma de intentar entrar en el edificio y lo que era más importante, rescatar a aquellos niños.
-Perdón si has creído que soy alguien vivido, a decir verdad, prácticamente toda mi vida la he pasado leyendo y estudiando, conocí a tu brigada en una ejecución de alguien famoso, un tal Legim o similar. Y tras eso, me he mantenido al margen para ver un poco como era el mundo por aquí abajo.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ambos una vez presentados y habiendo intercambiado un apretón de manos partieron hacia donde los habitantes del lugar les habían indicado que se encontraba el palacio, Galhard había conseguido un pequeño bocadillo de pollo que una tabernera había decidido entregarle si estos dos marchaban a buscar a su hija, tras acabarse el bocadillo con rapidez respondió a Ori.
-Bueno, ya el mero hecho de que fueses testigo de la ejecución del infame Legim ya es en sí toda una aventura, durante gran parte de mi vida también estuve bajo estudio, lo típico que una familia espera de su primogénito pero al final pude disuadirles a que me dejasen intentar mi sueño de entrar en la marina, así que ello me lleva a querer subir de golpe, una vez tenga un rango alto volveré a mi isla natal a enseñarle mis hazañas a mi padre y meditar sobre si seguir en la institución o seguir los deseos que tenían para mi... Pero bueno ya sabes lo que ocurre cuando un ave que no ha tomado el vuelo lo hace después de tiempo, todo es una aventura-
Lentamente llegaron a una pequeña colina, la cual otorgaba una vista privilegiada del palacio, unas antiguas ruinas en el lugar dejaban a entender que allí debió encontrarse una antigua torre de vigilancia que debía avisar a los antiguos habitantes del castillo y que ahora serviría de base improvisada para ambos mientras planeaban su infiltración.
-Pero he de especificar, aunque siempre quise explorar el mundo por mi mismo y me instruí en navegación aquello que me motivó para entrar en la marina no fue el dinero ni la fama... Quiero que haya un mundo donde la paz, la tranquilidad y la felicidad sean accesibles para todos, sobretodo los niños.
Desde la colina ambos contemplaron lo opulento que resultaba el palacio que pese a haber estado deshabitado por años no había perdido su esplendor, desde allí podían ver como dos maleantes de extrañas ropas vigilaban la entrada principal y un tercero se encontraba en un torreón que habían restaurado de forma improvisada, si se lo manejaban bien podrían encontrar una brecha de vigilancia en el lugar aunque la tan escasa vigilancia del lugar resultaba sospechosa pues contradecía las palabras de los aldeanos ante el número de personas hostiles que les habían hostigado.
-Bien... Mirando desde aquí veo que el ala norte del castillo no tiene excesiva vigilancia aunque me da mala espina... Si fuese más versado en el haki de observación intentaría sentir cuantas personas se encuentran en el castillo pero por desgracia no es el caso... ¿Crees que habremos llegado cuando han marchado a buscar más niños en otras aldeas? De ser así podríamos intentar hacernos fuertes en el castillo y recibirles por todo lo alto... Aunque si tienes un plan menos arriesgado soy todo oídos.- Gal suspiró mientras le cedió su viejo catalejo a Ori por si quería mirar por él mismo la totalidad del castillo con mejor perspectiva.
-Bueno, ya el mero hecho de que fueses testigo de la ejecución del infame Legim ya es en sí toda una aventura, durante gran parte de mi vida también estuve bajo estudio, lo típico que una familia espera de su primogénito pero al final pude disuadirles a que me dejasen intentar mi sueño de entrar en la marina, así que ello me lleva a querer subir de golpe, una vez tenga un rango alto volveré a mi isla natal a enseñarle mis hazañas a mi padre y meditar sobre si seguir en la institución o seguir los deseos que tenían para mi... Pero bueno ya sabes lo que ocurre cuando un ave que no ha tomado el vuelo lo hace después de tiempo, todo es una aventura-
Lentamente llegaron a una pequeña colina, la cual otorgaba una vista privilegiada del palacio, unas antiguas ruinas en el lugar dejaban a entender que allí debió encontrarse una antigua torre de vigilancia que debía avisar a los antiguos habitantes del castillo y que ahora serviría de base improvisada para ambos mientras planeaban su infiltración.
-Pero he de especificar, aunque siempre quise explorar el mundo por mi mismo y me instruí en navegación aquello que me motivó para entrar en la marina no fue el dinero ni la fama... Quiero que haya un mundo donde la paz, la tranquilidad y la felicidad sean accesibles para todos, sobretodo los niños.
Desde la colina ambos contemplaron lo opulento que resultaba el palacio que pese a haber estado deshabitado por años no había perdido su esplendor, desde allí podían ver como dos maleantes de extrañas ropas vigilaban la entrada principal y un tercero se encontraba en un torreón que habían restaurado de forma improvisada, si se lo manejaban bien podrían encontrar una brecha de vigilancia en el lugar aunque la tan escasa vigilancia del lugar resultaba sospechosa pues contradecía las palabras de los aldeanos ante el número de personas hostiles que les habían hostigado.
-Bien... Mirando desde aquí veo que el ala norte del castillo no tiene excesiva vigilancia aunque me da mala espina... Si fuese más versado en el haki de observación intentaría sentir cuantas personas se encuentran en el castillo pero por desgracia no es el caso... ¿Crees que habremos llegado cuando han marchado a buscar más niños en otras aldeas? De ser así podríamos intentar hacernos fuertes en el castillo y recibirles por todo lo alto... Aunque si tienes un plan menos arriesgado soy todo oídos.- Gal suspiró mientras le cedió su viejo catalejo a Ori por si quería mirar por él mismo la totalidad del castillo con mejor perspectiva.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Al menos tu pudiste elegir lo que querías hacer en parte. En mi caso, cuando los sabios detectaron que podía usar la Fuerza me llevaron de mi casa, y me he criado sin mis padres, aunque por elección de todos ya que de donde vengo eso se considera lo mejor.
Llegamos a una colina que nos dejaba una buena vista del palacio y sus alrededores. En ese momento, mientras entrabamos en unas ruinas de lo que parecía una torre, Galhard me dio el motivo por el que se había unido a la marina. Uno muy noble y por el cual aquella misión le era muy importante llevarla a cabo.
-Eso te honra – le dije contemplando el panorama. – la educación que he recibido es para luchar contra el mal y aquellos que lo siguen; proteger al débil y ayudar al necesitado. Y con ello me enseñaron a reprimir ciertos sentimientos que nos hacen seguir ese camino del mal.
Galhard me pasó un catalejo que tomé prestado para ojear con este. Como me dijo mientras revisaba, la vigilancia del palacio era escasa para lo que habían hecho. No me pareció una mala suposición la de que la fuerza principal se había ido a otro pueblo a hacer lo mismo y llevarse a los niños. También parecía conocer aquello del haki, y al igual que él no notaba nada.
-Mmm, también sé usarlo, pero me temo que también soy novel en su práctica. Si distraigo a los guardias, ¿serias capaz de infiltrarte sin que te vean? – le pregunté sin rodeos – Una vez dentro podrás ir a buscar a los niños para rescatarlos, yo intentaré entrar de otra forma.
Llegamos a una colina que nos dejaba una buena vista del palacio y sus alrededores. En ese momento, mientras entrabamos en unas ruinas de lo que parecía una torre, Galhard me dio el motivo por el que se había unido a la marina. Uno muy noble y por el cual aquella misión le era muy importante llevarla a cabo.
-Eso te honra – le dije contemplando el panorama. – la educación que he recibido es para luchar contra el mal y aquellos que lo siguen; proteger al débil y ayudar al necesitado. Y con ello me enseñaron a reprimir ciertos sentimientos que nos hacen seguir ese camino del mal.
Galhard me pasó un catalejo que tomé prestado para ojear con este. Como me dijo mientras revisaba, la vigilancia del palacio era escasa para lo que habían hecho. No me pareció una mala suposición la de que la fuerza principal se había ido a otro pueblo a hacer lo mismo y llevarse a los niños. También parecía conocer aquello del haki, y al igual que él no notaba nada.
-Mmm, también sé usarlo, pero me temo que también soy novel en su práctica. Si distraigo a los guardias, ¿serias capaz de infiltrarte sin que te vean? – le pregunté sin rodeos – Una vez dentro podrás ir a buscar a los niños para rescatarlos, yo intentaré entrar de otra forma.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Fuerza? Pensó Gal, supuso que así le debían llamar en el lugar de origen del chico al Haki, no pudo evitar entender en parte lo que había vivido el chico al ser separado de sus padres pero los destinos eran caprichosos en ocasiones. ¿Quien sabe lo que depararía?
-Hago lo que está en mi mano pero me queda mucho por perfilar- Dijo timidamente -Supongo que esa represión de sentimientos ha de ser algo similar a la etiqueta... Después de que acabemos esta misión compartiremos una buena cena y hablaremos de aquello que hemos vivido y conocido.- Gal sin duda sentía curiosidad por la procedencia y las vivencias de aquel hombre, compartían el objetivo de hacer del mundo un lugar mejor ¿Y que mejor manera de ayudarse que compartiendo conocimientos?
Ori le propuso hacer de cebo para que él pudiese adentrarse en aquel palacio, si bien preferiría hacerlo él aceptó confiando en las habilidades y juicio de Kenobi.
No te defraudaré ¿Tienes un den den mushi? Eso nos ayudaría a ponernos en contacto una vez nos hayamos podido infiltrar ambos en el edificio y nos facilitaría las cosas a la hora de coordinarnos.
Galhard guardó el catalejo en su chaqueta y estiró sus piernas.
-Cuando me des la señal marcharé, si una vez dentro puedo facilitar tu entrada lo haré, espero que podamos conservar el factor sopresa durante la mayoría del tiempo, sacar a los niños en estado de alerta podría ser peligroso para ellos.-
El cadete miró a Kenobi, ambos bajaron parte de la colina y Gal decidió esperarse a que Ori hiciese lo que tenía en mente para distraer a los guardias y seguir el plan.
-Hago lo que está en mi mano pero me queda mucho por perfilar- Dijo timidamente -Supongo que esa represión de sentimientos ha de ser algo similar a la etiqueta... Después de que acabemos esta misión compartiremos una buena cena y hablaremos de aquello que hemos vivido y conocido.- Gal sin duda sentía curiosidad por la procedencia y las vivencias de aquel hombre, compartían el objetivo de hacer del mundo un lugar mejor ¿Y que mejor manera de ayudarse que compartiendo conocimientos?
Ori le propuso hacer de cebo para que él pudiese adentrarse en aquel palacio, si bien preferiría hacerlo él aceptó confiando en las habilidades y juicio de Kenobi.
No te defraudaré ¿Tienes un den den mushi? Eso nos ayudaría a ponernos en contacto una vez nos hayamos podido infiltrar ambos en el edificio y nos facilitaría las cosas a la hora de coordinarnos.
Galhard guardó el catalejo en su chaqueta y estiró sus piernas.
-Cuando me des la señal marcharé, si una vez dentro puedo facilitar tu entrada lo haré, espero que podamos conservar el factor sopresa durante la mayoría del tiempo, sacar a los niños en estado de alerta podría ser peligroso para ellos.-
El cadete miró a Kenobi, ambos bajaron parte de la colina y Gal decidió esperarse a que Ori hiciese lo que tenía en mente para distraer a los guardias y seguir el plan.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sonreí antes las palabras del cadete. Esperaba poder tener esa conversación mientras cenábamos tras haber rescatado a los niños. Por otra parte, accedió a seguir con mi plan. No lo había dudado a pesar de habernos conocido hacía tan poco tiempo. Me preguntó por un aparato que no conocía.
-No, y no se ni lo que es la verdad. Y por la señal no te preocupes, cuando entre con los que están en la puerta tendrás más oportunidad, la curiosidad es una cosa que nadie puede resistir y el de la torre a se asomará para verme en la puerta. Tu céntrate en encontrar a los muchachos.
Me puse la capucha de forma que apenas se me viese la barbilla y ligeramente la boca. Junté las manos y las mangas de la túnica las cubrieron de forma que no se veía nada. Era hora de entrar en acción.
Bajamos la colina nuevamente y comencé a avanzar hacia la puerta mientras Galhard se mantuvo oculto esperando a su oportunidad. En unos minutos me planté frente al palacio, apenas a unos treinta metros y pude notar que los guardias ya me habían visto.
-Buenas tardes, soy un invitado de este palacio, ¿me preguntaba si podía entrar?
Los guardias se miraron y luego se acercaron.
-No esperamos visitas de monjes. – contestaron en un tono desagradable y agresivo.
-Vengo a velar por las almas de los pobres niños una vez les hayáis asesinado. – Ante estas palabras los dos hombres se miraron.
No dijeron más y tras revisarme quitándome mis armas, las cuales pesaron que no eran nada importante, me llevaron con ellos al interior del palacio. Era la hora de Galhard.
-No, y no se ni lo que es la verdad. Y por la señal no te preocupes, cuando entre con los que están en la puerta tendrás más oportunidad, la curiosidad es una cosa que nadie puede resistir y el de la torre a se asomará para verme en la puerta. Tu céntrate en encontrar a los muchachos.
Me puse la capucha de forma que apenas se me viese la barbilla y ligeramente la boca. Junté las manos y las mangas de la túnica las cubrieron de forma que no se veía nada. Era hora de entrar en acción.
Bajamos la colina nuevamente y comencé a avanzar hacia la puerta mientras Galhard se mantuvo oculto esperando a su oportunidad. En unos minutos me planté frente al palacio, apenas a unos treinta metros y pude notar que los guardias ya me habían visto.
-Buenas tardes, soy un invitado de este palacio, ¿me preguntaba si podía entrar?
Los guardias se miraron y luego se acercaron.
-No esperamos visitas de monjes. – contestaron en un tono desagradable y agresivo.
-Vengo a velar por las almas de los pobres niños una vez les hayáis asesinado. – Ante estas palabras los dos hombres se miraron.
No dijeron más y tras revisarme quitándome mis armas, las cuales pesaron que no eran nada importante, me llevaron con ellos al interior del palacio. Era la hora de Galhard.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard observaba detenidamente la escena y una vez los dos guardias desaparecieron entre las sobras del pasillo junto con Kenobi alzó la vista para asegurarse que el guardia de la torre caía preso de la curiosidad como kenobi había estamentado.
"Sin duda alguna este chico es misterioso ¿De donde puede venir sin conocer los mushis? A todo esto... No han contradicho la afirmación de Ori... ¿Eso significa que el objetivo de raptar a los niños no es otro que asesinarlos? Ah... Espero que no esté en problemas ahí dentro y desarmado." Pensó en sus adentros Galhard mientras aprovechó que el guardia se bajaba de la torre para adentrarse en el palacio, sabía que si seguía la misma ruta que su compañero y los guardias irremediablemente encontraría a los niños pero también sería más dificil pasar desapercibido.
A juzgar por el tipo de construcción del palacio debía al menos haber varias divisiones en los pasillos que acabasen llevando a un mismo lugar, una zona donde esas bifurcaciones se volviesen a juntar y diesen a una sala, probablemente aquella que se encontraba más adentrada en las entrañas del castillo sería el lugar idoneo para una mazmorra donde guardar los niños pero ¿Encontraría antes la sala del trono que los niños? Quizás esa sería una buena referencia pensaba Gal mientras caminaba con lentitud asegurandose que sus pasos no rompían el silencio de los pasillos, cualquier ruido haría un enorme eco y revelaría su posición.
No tardó en avanzar hasta dar con una división como pensaba, a lo lejos podía ver como los tres guardias se habían congregado junto a Kenobi y si bien no logró escuchar que hablaban por la reverberación de sus voces optó por seguir el otro pasillo con esperanzas de llegar a una unión nuevamente, si no tendría que volver sobre sus pasos, por suerte las rocas que se habían desprendido del techo y paredes hacían de covertura natural para que con agilidad las usase mientras avanzaba tramo a tramo.
El pasillo parecía no tener fin hasta que una tenue luz se hizo visible a la lejanía del pasillo. Gal con el mismo cuidado que había tenido durante toda su travesía se acercó hasta ver una gran sala la cual si bien parecía que no se unía al otro pasillo daba lugar a otro camino, la sala parecía ser usada como lugar de descanso por los inquilinos y aunque nadie estaba presente había indicios de que alguien había estado allí hace nada.
"Eso significa que no voy tan errado... deberé seguir con cuidado ese otro pasillo, si alguien ha abandonado esta sala debe haber corrido la voz de los guardias de la puerta, tocará ir con mucho más cuidado ahora, es probable que haya companía en medio del pasillo" Meditó el cadete para con rápidez alejarse de la sala y esconderse entre las sombras del otro pasillo, parece que estos individuos les gustaba ahorrar en antorchas.
Gal no tardó en percibir a dos individuos que habían más adelante, avanzaban por la oscuridad con un candil y comentaban sobre que la visita que esperaban había llegado antes de lo previsto y que les tocaría hacer el trabajo de los demás que no se encontraban en el castillo.
Los pasos fueron cortos hasta dar con otra sala, allí los dos individuos dejaron su candil y decidieron esperar a sus compañeros y al visitante.
"Sin duda alguna este chico es misterioso ¿De donde puede venir sin conocer los mushis? A todo esto... No han contradicho la afirmación de Ori... ¿Eso significa que el objetivo de raptar a los niños no es otro que asesinarlos? Ah... Espero que no esté en problemas ahí dentro y desarmado." Pensó en sus adentros Galhard mientras aprovechó que el guardia se bajaba de la torre para adentrarse en el palacio, sabía que si seguía la misma ruta que su compañero y los guardias irremediablemente encontraría a los niños pero también sería más dificil pasar desapercibido.
A juzgar por el tipo de construcción del palacio debía al menos haber varias divisiones en los pasillos que acabasen llevando a un mismo lugar, una zona donde esas bifurcaciones se volviesen a juntar y diesen a una sala, probablemente aquella que se encontraba más adentrada en las entrañas del castillo sería el lugar idoneo para una mazmorra donde guardar los niños pero ¿Encontraría antes la sala del trono que los niños? Quizás esa sería una buena referencia pensaba Gal mientras caminaba con lentitud asegurandose que sus pasos no rompían el silencio de los pasillos, cualquier ruido haría un enorme eco y revelaría su posición.
No tardó en avanzar hasta dar con una división como pensaba, a lo lejos podía ver como los tres guardias se habían congregado junto a Kenobi y si bien no logró escuchar que hablaban por la reverberación de sus voces optó por seguir el otro pasillo con esperanzas de llegar a una unión nuevamente, si no tendría que volver sobre sus pasos, por suerte las rocas que se habían desprendido del techo y paredes hacían de covertura natural para que con agilidad las usase mientras avanzaba tramo a tramo.
El pasillo parecía no tener fin hasta que una tenue luz se hizo visible a la lejanía del pasillo. Gal con el mismo cuidado que había tenido durante toda su travesía se acercó hasta ver una gran sala la cual si bien parecía que no se unía al otro pasillo daba lugar a otro camino, la sala parecía ser usada como lugar de descanso por los inquilinos y aunque nadie estaba presente había indicios de que alguien había estado allí hace nada.
"Eso significa que no voy tan errado... deberé seguir con cuidado ese otro pasillo, si alguien ha abandonado esta sala debe haber corrido la voz de los guardias de la puerta, tocará ir con mucho más cuidado ahora, es probable que haya companía en medio del pasillo" Meditó el cadete para con rápidez alejarse de la sala y esconderse entre las sombras del otro pasillo, parece que estos individuos les gustaba ahorrar en antorchas.
Gal no tardó en percibir a dos individuos que habían más adelante, avanzaban por la oscuridad con un candil y comentaban sobre que la visita que esperaban había llegado antes de lo previsto y que les tocaría hacer el trabajo de los demás que no se encontraban en el castillo.
Los pasos fueron cortos hasta dar con otra sala, allí los dos individuos dejaron su candil y decidieron esperar a sus compañeros y al visitante.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquellos tipos, parecían estúpidos, justo cuando estaba por entrar en el edificio el tercero que vigilaba había bajado y entró con los otros dos dejando vía libre en la entrada para Galhard. Me guiaron a lo largo de varias estancias de gran tamaño en las que conté una docena de guardias. Tras unos minutos caminando acabamos llegando hasta una sala más grande que las anteriores y que tenía un trono en medio en el que se encontraba un tipo mal sentado.
-Señor, este hombre dice ser un monje que viene a velar por el alma de los niños que matemos. – El hombre me miró y se recolocó en el trono.
-¿Y por qué lo traéis? Ni que me importasen las almas de unos niños ni la de nadie.
-Traía esto – El que me había cacheado se acercó a su jefe y le entregó las armas – no sabemos que son, pero por si acaso se las requisamos. – El hombre la cogió y curioseó un poco.
-¿Qué son monje?
-Dime que les espera a los niños y te responderé – dije en un tono calmado.
-Eso a ti no te importa. Pero dado que no vas a poder hacer nada por ellos. Los niños serán vendidos como esclavos para trabajar, y ellas como prostitutas, ahora tienen buena edad para comenzar. – dijo sonriendo y encarando mi mirada.
-Eso que tienes en la mano, es un pago, por todos ellos, puede no parecer nada, pero son realmente valiosos – Informé aún con las manos juntas y tapadas por las mangas.
-¿Tres tubos de metal? ¿Crees que esta mierda puede valer más de lo que planeo ganar con esos críos? – dijo dejándolos caer delante suyo.
-Eso puede valer millones en determinados sitios. – le dije acercándome unos pasos quedando una distancia de apenas tres metros. – Además, si aceptas no diré nada a las autoridades.
-¿Me amenazas monje?
-No. Nunca haría eso. No me considero que sea quien para decir que debe hacer alguien con su vida, pero considero que es algo ilegal y cruel.
-Entonces, me temo que morirás, no me puedo fiar de que esto valga, y menos aún de que después no digas nada. – Hizo un gesto con la mano a los hombres que me habían escoltado.
Activé mi percepción de la Fuerza y pude notar como aquellos hombres pretendían matarme tal y como les había ordenado aquel tipo. “Tengo que mejorar mis negociaciones.” Extendí una mano hacia su líder y empleé la Fuerza para realizar un empujón contra aquel tipo, quien del impulso se golpeó en la cabeza con el respaldo de aquel trono que parecía muy pesado. Tras esto di un salto hacia atrás por encima de aquellos guardias y con eso evité su ataque. En ese momento de una de las entradas de aquella sala entraron dos tipos. “Ya son diecisiete, espero poder darle tiempo a Galhard”.
-Señor, este hombre dice ser un monje que viene a velar por el alma de los niños que matemos. – El hombre me miró y se recolocó en el trono.
-¿Y por qué lo traéis? Ni que me importasen las almas de unos niños ni la de nadie.
-Traía esto – El que me había cacheado se acercó a su jefe y le entregó las armas – no sabemos que son, pero por si acaso se las requisamos. – El hombre la cogió y curioseó un poco.
-¿Qué son monje?
-Dime que les espera a los niños y te responderé – dije en un tono calmado.
-Eso a ti no te importa. Pero dado que no vas a poder hacer nada por ellos. Los niños serán vendidos como esclavos para trabajar, y ellas como prostitutas, ahora tienen buena edad para comenzar. – dijo sonriendo y encarando mi mirada.
-Eso que tienes en la mano, es un pago, por todos ellos, puede no parecer nada, pero son realmente valiosos – Informé aún con las manos juntas y tapadas por las mangas.
-¿Tres tubos de metal? ¿Crees que esta mierda puede valer más de lo que planeo ganar con esos críos? – dijo dejándolos caer delante suyo.
-Eso puede valer millones en determinados sitios. – le dije acercándome unos pasos quedando una distancia de apenas tres metros. – Además, si aceptas no diré nada a las autoridades.
-¿Me amenazas monje?
-No. Nunca haría eso. No me considero que sea quien para decir que debe hacer alguien con su vida, pero considero que es algo ilegal y cruel.
-Entonces, me temo que morirás, no me puedo fiar de que esto valga, y menos aún de que después no digas nada. – Hizo un gesto con la mano a los hombres que me habían escoltado.
Activé mi percepción de la Fuerza y pude notar como aquellos hombres pretendían matarme tal y como les había ordenado aquel tipo. “Tengo que mejorar mis negociaciones.” Extendí una mano hacia su líder y empleé la Fuerza para realizar un empujón contra aquel tipo, quien del impulso se golpeó en la cabeza con el respaldo de aquel trono que parecía muy pesado. Tras esto di un salto hacia atrás por encima de aquellos guardias y con eso evité su ataque. En ese momento de una de las entradas de aquella sala entraron dos tipos. “Ya son diecisiete, espero poder darle tiempo a Galhard”.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Los hombres que custodiaban la habitación decidieron ir a la zona donde se escuchaba un gran revuelo, sin duda debía ser Kenobi pensó Gal mientras lamentaba no poder brindarle ayuda pero gracias a ello podría buscar con más libertad a aquellos niños.
Continuó por un pasillo algo más iluminado que los anteriores, allí un vigilante que a juzgar por la pinta que llevaba en la mano se había quedado dormido en servicio mientras vigilaba una celda oscura con barrotes de madera, allí podían escucharse ligeros sollozos de varios niños, por suerte no lo suficientemente altos como para despertar al vigilante borracho.
Debía ser mi día de suerte, un vigía dormido en una prisión era presa fácil para ser apresado por sus propíos grilletes.
Gal hizo un gesto de silencio a los niños y sin perder tiempo cogió unas oxidadas esposas y colocó al vigía una mordaza para a continuación acomodarle las esposas, cabe decir que no ofreció resistencia y casi que con su apagada vista de borracho daba a entender que aún pedía más fuerza en ello, fetiches de cada uno vaya.
Ante la pereza de tener que buscar la llave correcta Gal optó por la vía fácil y forzó la cerradura de la celda, retiró a los niños que contenían el llanto y dejó dentro al vigía, debía actuar rápido pues, tener que escoltar a tantos pequeñines sería una odisea y no quería imaginarse que podía ocurrir si les descubrían.
-Muy bien chicos, habéis sido muy fuertes aguantando todo esto, vuestros padres nos han envíado a mi y a un amigo mío a rescataros, hacedme caso y en nada estaréis de vuelta en casa y fuera de peligro. Tocará no hacer ruído y seguir mis pasos... Rápido.- Gal no podía negar su nerviosismo y la sensación agridulce de que todo estaba resultando demasiado fácil, temía que todo el marrón lo estuviese sufriendo Kenobi y debía procurar salir cuanto antes de allí y esconder a los niños en la lejanía del palacio y volver a darle apoyo a su compañero pues estaba claro que aquellos maleantes no debían ser el total de las fuerzas y de seguro aún debían llegar más y con más niños.
El camino de vuelta fue algo complicado, si bien no se percataron de su presencia a cada tantos metros debían parar y esconderse pues parecía que distintos guardias desde otros lugares del palacio iban hacia la sala del trono.
Poco a poco llegó hasta la salida y aventurandose primero vío la costa despejada.
-Bien, vostros mejor que yo sabréis donde esconderos, creo que la colina de allí puede ser un buen lugar entre las ruínas mientras yo voy a ayudar a mi compañero, si os veís con valentía podéis intentar llegar hacía el pueblo evitando las carreteras principales, de seguro llegarán más gente como ellos, yo os acompañaré hacía las ruinas y volveré hacia el palacio.-
Corrieron cuanto pudieron mientras que gal tuvo que cargar con dos niños que no podían correr más por las condiciones en las que habían estado, una vez en la cima Gal llamó por den den mushi al alcalde para informarles de la situación y que volvería al palacio para prestar ayuda a Kenobi y pedía refuerzos para que recogieran a los niños, la situación iba a ponerse fea y Gal no iba a dejar a su colega atrás.
Continuó por un pasillo algo más iluminado que los anteriores, allí un vigilante que a juzgar por la pinta que llevaba en la mano se había quedado dormido en servicio mientras vigilaba una celda oscura con barrotes de madera, allí podían escucharse ligeros sollozos de varios niños, por suerte no lo suficientemente altos como para despertar al vigilante borracho.
Debía ser mi día de suerte, un vigía dormido en una prisión era presa fácil para ser apresado por sus propíos grilletes.
Gal hizo un gesto de silencio a los niños y sin perder tiempo cogió unas oxidadas esposas y colocó al vigía una mordaza para a continuación acomodarle las esposas, cabe decir que no ofreció resistencia y casi que con su apagada vista de borracho daba a entender que aún pedía más fuerza en ello, fetiches de cada uno vaya.
Ante la pereza de tener que buscar la llave correcta Gal optó por la vía fácil y forzó la cerradura de la celda, retiró a los niños que contenían el llanto y dejó dentro al vigía, debía actuar rápido pues, tener que escoltar a tantos pequeñines sería una odisea y no quería imaginarse que podía ocurrir si les descubrían.
-Muy bien chicos, habéis sido muy fuertes aguantando todo esto, vuestros padres nos han envíado a mi y a un amigo mío a rescataros, hacedme caso y en nada estaréis de vuelta en casa y fuera de peligro. Tocará no hacer ruído y seguir mis pasos... Rápido.- Gal no podía negar su nerviosismo y la sensación agridulce de que todo estaba resultando demasiado fácil, temía que todo el marrón lo estuviese sufriendo Kenobi y debía procurar salir cuanto antes de allí y esconder a los niños en la lejanía del palacio y volver a darle apoyo a su compañero pues estaba claro que aquellos maleantes no debían ser el total de las fuerzas y de seguro aún debían llegar más y con más niños.
El camino de vuelta fue algo complicado, si bien no se percataron de su presencia a cada tantos metros debían parar y esconderse pues parecía que distintos guardias desde otros lugares del palacio iban hacia la sala del trono.
Poco a poco llegó hasta la salida y aventurandose primero vío la costa despejada.
-Bien, vostros mejor que yo sabréis donde esconderos, creo que la colina de allí puede ser un buen lugar entre las ruínas mientras yo voy a ayudar a mi compañero, si os veís con valentía podéis intentar llegar hacía el pueblo evitando las carreteras principales, de seguro llegarán más gente como ellos, yo os acompañaré hacía las ruinas y volveré hacia el palacio.-
Corrieron cuanto pudieron mientras que gal tuvo que cargar con dos niños que no podían correr más por las condiciones en las que habían estado, una vez en la cima Gal llamó por den den mushi al alcalde para informarles de la situación y que volvería al palacio para prestar ayuda a Kenobi y pedía refuerzos para que recogieran a los niños, la situación iba a ponerse fea y Gal no iba a dejar a su colega atrás.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mi plan pareció funcionar, tenía a cinco hombres tras de mí y no prestaban atención a mi compañero. Estiré las manos y atraje los tubos que me habían quitado. Estos salieron volando desde el suelo hasta mis manos y los guardé en el cinturón. Comencé a correr hacia la sala por la que había entrado con la intención de sacarlos de allí hasta que el cadete saliese con los niños.
Cuando llegué a la otra sala los guardias que había allí se levantaron y me cortaron el paso. Frené en seco y los encaré, llevé una mano al cinturón para coger un de los tubos con cabeza de lobo. Extendí una mano hacia los tipos frente a mí y la otra la coloqué al lado de la cara con el tubo y le transmití energía haciendo que la energía saliese de este formando un filo plateado.
Aquello pareció sorprender a los presentes, quienes a pesar de ser más numerosos se comenzaron a mirar desconcertados por lo que acababan de ver.
-Chicos, sois muchos más, pensaba que queríais detenerme. – Les dije en un tono gracioso sin perder la postura - ¿O es que tenéis miedo de alguien que enciende luces?
Ira, a veces, demasiado fácil de provocar, sobre todo con gente que era simple de mente y no solía pensar por sí misma. Como borregos todos comenzaron a correr hacia mí desenvainando sus armas; di un par de pasos hacia adelante y al igual que había hecho antes salté por encima de ellos, y con una ligera acrobacia en el aire cuando caía quedé de cara a ellos. Desde esa posición pude ver como venía algún guardia más y como Galhard y algunos niños que le seguían avanzaban.
Ahora tenía a todos los guardias delante de mí, y cambié mi postura a una más básica con el arma en vertical delante de mí cogiéndola con ambas manos. Mientras daba pequeños pasos hacia atrás para ganar algo de espacio. Al igual que antes saltaron al ataque varios a la vez. Di un vistazo rápido hacia atrás y tras ver unas sillas extendí una mano hacia atrás, usé la Fuerza para levantarlas y lanzarlas contra los guardias que se acercaban.
Prácticamente todos los que me iban a atacar cayeron al ser golpeados. Aquello me dio algo de tiempo para poder moverme de nuevo y con la mayor velocidad que pude corrí rodeando al resto de guardias y colocándome a la entrada de la sala con el trono.
-Sois demasiado patosos, chicos. – les dije en un tono burlón para que me siguiesen.
Cuando llegué a la otra sala los guardias que había allí se levantaron y me cortaron el paso. Frené en seco y los encaré, llevé una mano al cinturón para coger un de los tubos con cabeza de lobo. Extendí una mano hacia los tipos frente a mí y la otra la coloqué al lado de la cara con el tubo y le transmití energía haciendo que la energía saliese de este formando un filo plateado.
Aquello pareció sorprender a los presentes, quienes a pesar de ser más numerosos se comenzaron a mirar desconcertados por lo que acababan de ver.
-Chicos, sois muchos más, pensaba que queríais detenerme. – Les dije en un tono gracioso sin perder la postura - ¿O es que tenéis miedo de alguien que enciende luces?
Ira, a veces, demasiado fácil de provocar, sobre todo con gente que era simple de mente y no solía pensar por sí misma. Como borregos todos comenzaron a correr hacia mí desenvainando sus armas; di un par de pasos hacia adelante y al igual que había hecho antes salté por encima de ellos, y con una ligera acrobacia en el aire cuando caía quedé de cara a ellos. Desde esa posición pude ver como venía algún guardia más y como Galhard y algunos niños que le seguían avanzaban.
Ahora tenía a todos los guardias delante de mí, y cambié mi postura a una más básica con el arma en vertical delante de mí cogiéndola con ambas manos. Mientras daba pequeños pasos hacia atrás para ganar algo de espacio. Al igual que antes saltaron al ataque varios a la vez. Di un vistazo rápido hacia atrás y tras ver unas sillas extendí una mano hacia atrás, usé la Fuerza para levantarlas y lanzarlas contra los guardias que se acercaban.
Prácticamente todos los que me iban a atacar cayeron al ser golpeados. Aquello me dio algo de tiempo para poder moverme de nuevo y con la mayor velocidad que pude corrí rodeando al resto de guardias y colocándome a la entrada de la sala con el trono.
-Sois demasiado patosos, chicos. – les dije en un tono burlón para que me siguiesen.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El alcalde comentó por el mushi que enviaría a los aldeanos más en forma para escabullirse con los niños mientras Gal miraba con preocupación el Palacio, por una parte no quería dejar solos a los niños ni a los aldeanos por temor a que los que faltaban por llegar coincidiesen en su marcha con ellos y por otra quería ir al palacio a ayudar a Kenobi, decidió decantarse por lo último ya que a juzgar por el carácter de su compañero sería lo que preferiría, siguió guiando a los niños hasta que a medio camino del pueblo pudo ver a los mozos mencionados por el alcalde, les hizo señas, irían juntos hasta el pueblo y tan rápido como le fuese posible volvería al palacio para ayudar a Kenobi y no dejarle en la estacada.
Los pueblerinos gritaron felices y aliviados de ver a sus niños a salvo mientras le preguntaban al cadete que había ocurrido con el otro sujeto, Gal les comentó la situación, debía volver cuanto antes al palacio y no sólo ayudarle si no planear acabar de raíz con esos indeseables, el molinero del pueblo ante la situación decidió dejarle al marine su caballo para que pudiese llegar más rápido al auxilio de Kenobi mientras se preguntaban que tanto éxito podrían tener. Aún así, respiraban aliviados de tener a sus hijos de vuelta, una vez Gal salió al galope hacia el castillo los aldeanos empezaron a cerrar sus casas a cal y canto esperando protegidos en sus casas que todo mal pasase y que realmente esos dos forasteros pudiesen salvar su isla.
El trote parecía eterno, aquellos bosques que rodeaban el palacio eran más difíciles de atravesar desde fuera hacia el castillo que al revés. Cuando volvió a ver el castillo suspiró aliviado, deseando que Kenobi estuviera bien.
Bajó del caballo y lo dejó atado tras una roca, si la situación se complicaba podrían usarlo para alguna estrategia, aunque la huida no se dibujó en la mente del cadete, para él era hora de usar aquel truco que el misterioso marine de la niebla arco iris le había enseñado. Sacó un par de monedas de 5 berries y corrió hacia el interior del palacio, esta vez sin reparar en el ruido que pudiese hacer.
Los pueblerinos gritaron felices y aliviados de ver a sus niños a salvo mientras le preguntaban al cadete que había ocurrido con el otro sujeto, Gal les comentó la situación, debía volver cuanto antes al palacio y no sólo ayudarle si no planear acabar de raíz con esos indeseables, el molinero del pueblo ante la situación decidió dejarle al marine su caballo para que pudiese llegar más rápido al auxilio de Kenobi mientras se preguntaban que tanto éxito podrían tener. Aún así, respiraban aliviados de tener a sus hijos de vuelta, una vez Gal salió al galope hacia el castillo los aldeanos empezaron a cerrar sus casas a cal y canto esperando protegidos en sus casas que todo mal pasase y que realmente esos dos forasteros pudiesen salvar su isla.
El trote parecía eterno, aquellos bosques que rodeaban el palacio eran más difíciles de atravesar desde fuera hacia el castillo que al revés. Cuando volvió a ver el castillo suspiró aliviado, deseando que Kenobi estuviera bien.
Bajó del caballo y lo dejó atado tras una roca, si la situación se complicaba podrían usarlo para alguna estrategia, aunque la huida no se dibujó en la mente del cadete, para él era hora de usar aquel truco que el misterioso marine de la niebla arco iris le había enseñado. Sacó un par de monedas de 5 berries y corrió hacia el interior del palacio, esta vez sin reparar en el ruido que pudiese hacer.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Comencé a retroceder paso a paso hacia el centro de la sala del trono. Me mantenía pendiente de los movimientos de los bandidos. Por pucho que les estuviese tomando el pelo sabía que eran demasiados para enfrentarme a ellos yo solo. “Espero que el marine no tarde demasiado” pensé mientras llegaba al centro de la sala.
De pronto se me ocurrió algo para ganar algo más de tiempo, era el momento de desaparecer. Apagué el arma y corrí rápidamente hasta la sala que había tras el trono, que era de donde había sacado Galhard a todos los niños.
La sala en tamaño era similar al resto, pero bastante más oscura y me pareció ver jaulas, posiblemente donde habían estado antes los niños. Al lado de una de las jaulas otro bandido, pero este se mantenía dormido. Me moví por las zonas más oscuras y me tapé con la túnica que por el color me facilitaría la tarea.
Entraron todos en tropel a la estancia, el número parecía ser el mismo que el que había dejado cuando entré a la estancia.
-¿¡Pero qué demonios ha pasado aquí!? – preguntó el que primero entró - ¿Por qué no están los críos aquí? – se fijo en el tipo dormido y miró alrededor para cerciorarse de lo que veía.- Buscad al monje por cualquier recoveco, incluso en las jaulas. Y que alguien despierte a ese borracho o me lo cargo aquí mismo.
El resto de hombres le hicieron caso y comenzaron a comprobar todo, aunque lejos de donde yo me encontraba. Mantuve la percepción de la Fuerza activada, aunque de una forma más relajada por la situación. En ese momento, cerca de mi posición noté otra presencia, no era agresiva como la de los bandidos, sino más bien temerosa, con miedo. “¿Podría ser?” pensé moviéndome en completo silencio hacia la presencia.
-¿Eres uno de los niños secuestrados? – pregunté en vos muy baja cuando estaba casi encima de la presencia – No te preocupes, estoy aquí como el otro tipo que salió con los demás niños, te sacaré de aquí, ¿de acuerdo? – escuché un pequeño sonido afirmativo – Tendrás que esperar un poco ¿Vale?
Escuché otro tímido asentimiento por parte del niño. Me acerqué de forma que estuviese a la espalda de todos los bandidos para que no me descubriesen. Parecían estúpidos. Unos cuatro entraron en la celda que estaba más cerca de mi posición y que posiblemente fuese la última que abrió Galhard ya que las llaves seguían en la cerradura. Fui hasta ella y con cuidado de que no se escuchase cerré la puerta y la cerradura, de forma que quedaron encerrados en la jaula.
De pronto se me ocurrió algo para ganar algo más de tiempo, era el momento de desaparecer. Apagué el arma y corrí rápidamente hasta la sala que había tras el trono, que era de donde había sacado Galhard a todos los niños.
La sala en tamaño era similar al resto, pero bastante más oscura y me pareció ver jaulas, posiblemente donde habían estado antes los niños. Al lado de una de las jaulas otro bandido, pero este se mantenía dormido. Me moví por las zonas más oscuras y me tapé con la túnica que por el color me facilitaría la tarea.
Entraron todos en tropel a la estancia, el número parecía ser el mismo que el que había dejado cuando entré a la estancia.
-¿¡Pero qué demonios ha pasado aquí!? – preguntó el que primero entró - ¿Por qué no están los críos aquí? – se fijo en el tipo dormido y miró alrededor para cerciorarse de lo que veía.- Buscad al monje por cualquier recoveco, incluso en las jaulas. Y que alguien despierte a ese borracho o me lo cargo aquí mismo.
El resto de hombres le hicieron caso y comenzaron a comprobar todo, aunque lejos de donde yo me encontraba. Mantuve la percepción de la Fuerza activada, aunque de una forma más relajada por la situación. En ese momento, cerca de mi posición noté otra presencia, no era agresiva como la de los bandidos, sino más bien temerosa, con miedo. “¿Podría ser?” pensé moviéndome en completo silencio hacia la presencia.
-¿Eres uno de los niños secuestrados? – pregunté en vos muy baja cuando estaba casi encima de la presencia – No te preocupes, estoy aquí como el otro tipo que salió con los demás niños, te sacaré de aquí, ¿de acuerdo? – escuché un pequeño sonido afirmativo – Tendrás que esperar un poco ¿Vale?
Escuché otro tímido asentimiento por parte del niño. Me acerqué de forma que estuviese a la espalda de todos los bandidos para que no me descubriesen. Parecían estúpidos. Unos cuatro entraron en la celda que estaba más cerca de mi posición y que posiblemente fuese la última que abrió Galhard ya que las llaves seguían en la cerradura. Fui hasta ella y con cuidado de que no se escuchase cerré la puerta y la cerradura, de forma que quedaron encerrados en la jaula.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El aspecto del palacio era desolador, la sala del trono estaba vacía y con signos de haber ocurrido una pelea pero ningún rastro de Kenobi ni los invasores. Gal se acercó al trono y reparó en las luz que provenía de la sala que conectaba el pasillo que había usado para entrar y escapar con los niños, pensó que quizás habían capturado a su compañero y todos se habían congregado allí pero le resultaba sospechoso que no hubiesen dividido entonces sus números para comprobar que no hubiese nadie más pues los niños se los había llevado él, avanzó hacia allí dentro, varios guardias y el que parecía estar al cargo del destacamento que se encontraba ahora mismo dentro del edificio estaban en la puerta de la habitación que daba a las celdas. Era demasiado fácil pensó galhard mientras concentró toda su fuerza en lanzar una de las monedas de 5 berries contra los tres que se encontraban allí, las palabras del mentor que le había enseñado esa técnica decían que podría tumbar a 10 personas con la fragmentación de la moneda
"¿En serio estas son las monedas de curso legal que usáis ahora? En mis tiempos con una de este valor podías tumbar una corbeta sin que se rompiese... De todas formas que usen un material tan endeble para ellas te otorgará otros beneficios, si la moneda se rompe la pequeña metralla si bien no servirá para hundir un barco como tal podrá servir para dejar fuera de combate a diez mequetrefes, si es que tienes puntería... Cosa que no es lo tuyo, no temas en gastar dinero para aprender a realizar la técnica mejor, total, el gobierno mundial no va a arruinarse porque desaparezcan muchas monedas de 5 míseros berries, cuando tengas un brazo y una muñeca que no sean los de un niño pequeño ya podrás disparar monedas más grandes y pesadas... Aunque no lo harás tan bien como yo idiota"
Las palabras de rapanui sonaban en la mente del cadete mientras disparaba la moneda contra esos tres objetivos, como era de esperar 6 de los 10 fragmentos de moneda fallaron, dando dos de ellos en el jefe y los dos restantes en sus compinches que tras el golpe de metralla se golpearon unos con otros chocando a su vez contra la pared, el ruido fue algo notorio pero a estas alturas ya poco importaba ser descubierto o no y además era primordial limpiar el castillo antes de que los demás secuestradores volvieran a su base para poder tenderles una emboscada.
Gal avanzó hasta llegar a la sala de las celdas ahí dislumbro como la mayoría de soldados se encontraban buscando dentro de ellas y como gritaban notoriamente enfadados soltando improperios sobre el monje brujo que les había engañado.
Gal tomó con su mano la segunda moneda, habían veinte hombres, aunque algunos estaban extrañamente encerrados en una celda no podría reducir ni a la mitad del total de lejos, dada su puntería, pero quizás con el caos Kenobi aparecería.
-¡Eh! ¿Buscáis a alguien? Yo os traigo una limosna- Tras sus palabras disparó la moneda que se fragmentó y dio a tres de los guardias
-Vuestras fechorías con niños han acabado, la única recompensa de dinero que vais a recibir por quererlos asesinar serán estas monedas en vuestro cuerpo- Gal disparó la última moneda que llevaba en su mano deseando que esta tuviese más suerte en acertar a los maleantes a la vez que esperaba poder encontrar a Kenobi tras el revuelo.
"¿En serio estas son las monedas de curso legal que usáis ahora? En mis tiempos con una de este valor podías tumbar una corbeta sin que se rompiese... De todas formas que usen un material tan endeble para ellas te otorgará otros beneficios, si la moneda se rompe la pequeña metralla si bien no servirá para hundir un barco como tal podrá servir para dejar fuera de combate a diez mequetrefes, si es que tienes puntería... Cosa que no es lo tuyo, no temas en gastar dinero para aprender a realizar la técnica mejor, total, el gobierno mundial no va a arruinarse porque desaparezcan muchas monedas de 5 míseros berries, cuando tengas un brazo y una muñeca que no sean los de un niño pequeño ya podrás disparar monedas más grandes y pesadas... Aunque no lo harás tan bien como yo idiota"
Las palabras de rapanui sonaban en la mente del cadete mientras disparaba la moneda contra esos tres objetivos, como era de esperar 6 de los 10 fragmentos de moneda fallaron, dando dos de ellos en el jefe y los dos restantes en sus compinches que tras el golpe de metralla se golpearon unos con otros chocando a su vez contra la pared, el ruido fue algo notorio pero a estas alturas ya poco importaba ser descubierto o no y además era primordial limpiar el castillo antes de que los demás secuestradores volvieran a su base para poder tenderles una emboscada.
Gal avanzó hasta llegar a la sala de las celdas ahí dislumbro como la mayoría de soldados se encontraban buscando dentro de ellas y como gritaban notoriamente enfadados soltando improperios sobre el monje brujo que les había engañado.
Gal tomó con su mano la segunda moneda, habían veinte hombres, aunque algunos estaban extrañamente encerrados en una celda no podría reducir ni a la mitad del total de lejos, dada su puntería, pero quizás con el caos Kenobi aparecería.
-¡Eh! ¿Buscáis a alguien? Yo os traigo una limosna- Tras sus palabras disparó la moneda que se fragmentó y dio a tres de los guardias
-Vuestras fechorías con niños han acabado, la única recompensa de dinero que vais a recibir por quererlos asesinar serán estas monedas en vuestro cuerpo- Gal disparó la última moneda que llevaba en su mano deseando que esta tuviese más suerte en acertar a los maleantes a la vez que esperaba poder encontrar a Kenobi tras el revuelo.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras cerrar la puerta me volví a las sombras para desaparecer nuevamente, debía esperar al momento oportuno en el que más bandidos entrasen en una jaula. Sin embargo, la situación cambió de golpe. Apareció por la entrada a la sala el cadete de la marina. “Creo que ya me puedo relajar un poco” pensé al verlo.
De pronto mi percepción me avisó de un proyectil. Con rapidez puse mi mano en el camino de aquel proyectil y lo cogí con la mano. Abrí la mano y vi lo que era. Algo que parecía partido por las irregularidades que había en los bordes, además era plano. Curioso para ser un proyectil, pero supuse lo que era pues en el fragmento ponía una “B” y otra pequeña elevación que parecía de un número.
-Me alegro de verte Galhard. – le dije saliendo de las sombras – ¿Has dejado a los niños a salvo?
Suponía la respuesta dado que él había vuelto y la última vez que lo vi le seguían los niños. Pero no había tiempo para demasiada charla. Algunos de los bandidos parecían aun confusos por la aparición de Galhard. Me moví a gran velocidad de forma que quedé delante de unos cuatro bandidos que estaban delante de una puerta de una jaula abierta, extendí el brazo y los empujé hacia el interior de esta. Los bandidos cayeron al suelo unos metros más atrás de donde se encontraban, en lo que se levantaron aproveché para cerrar la jaula con las llaves.
-Bueno, solo queda encerrar a la mitad, más o menos – dije retrocediendo hasta estar al lado de Galhard.
De pronto mi percepción me avisó de un proyectil. Con rapidez puse mi mano en el camino de aquel proyectil y lo cogí con la mano. Abrí la mano y vi lo que era. Algo que parecía partido por las irregularidades que había en los bordes, además era plano. Curioso para ser un proyectil, pero supuse lo que era pues en el fragmento ponía una “B” y otra pequeña elevación que parecía de un número.
-Me alegro de verte Galhard. – le dije saliendo de las sombras – ¿Has dejado a los niños a salvo?
Suponía la respuesta dado que él había vuelto y la última vez que lo vi le seguían los niños. Pero no había tiempo para demasiada charla. Algunos de los bandidos parecían aun confusos por la aparición de Galhard. Me moví a gran velocidad de forma que quedé delante de unos cuatro bandidos que estaban delante de una puerta de una jaula abierta, extendí el brazo y los empujé hacia el interior de esta. Los bandidos cayeron al suelo unos metros más atrás de donde se encontraban, en lo que se levantaron aproveché para cerrar la jaula con las llaves.
-Bueno, solo queda encerrar a la mitad, más o menos – dije retrocediendo hasta estar al lado de Galhard.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard sonrió al ver a su compeñero sano y salvo y moviendo la cabeza asinitió a la pregunta de Kenobi.
-Como habrás podido ver me tomé el tiempo necesario para asegurarlos bien, ahora solo restaría reducir a los que quedan en el palacio y los que tienen que llegar, además hay que proteger al pequeño que llevas contigo- Gal desenvainó su sable y sacó una moneda más de su chaqueta, quedaban diez guardias, si su lanzamiento no fallaba podría reducirlos de un solo tiro pero después de hacerlo solo consiguió reducir a cuatro, dejando seis en pie de guerra.
-Bueno amigo mío, tres por cabeza, no debería ser un problema.- Tras sus palabras se lanzó hacia uno de ellos golpeando el cuello de este con la parte roma de su sable, dejando inconsciente al combatiente. Mientras se movía para golpear al segundo con su sable sacó un zipo que abrió y lanzó hacia el tercero, el cual, sufrió una descarga a consecuencia del zipo que lo dejó fuera de combate. El guardia restante quedó confundido y no pudo protegerse del corte que el cadete le propició en el hombro.
-Soy todo ojos Ori, quiero verte en acción.- dijo mientras golpeó con el pomo de su arma la cabeza del maleante herido, haciendo que perdiese la consciencia.
Una Kenobi acabase con los suyos habría que ver cuantos más estaban por llegar al palacio e idear una estrategia para derrotarlos de una vez por todas. Que el palacio contase con tantas celdas facilitaba el poder dejar encerrados a los criminales sin necesidad de gastar cuerdas o tener que esperar sin poder moverse de la isla refuerzos de un cuartel marine.
-Como habrás podido ver me tomé el tiempo necesario para asegurarlos bien, ahora solo restaría reducir a los que quedan en el palacio y los que tienen que llegar, además hay que proteger al pequeño que llevas contigo- Gal desenvainó su sable y sacó una moneda más de su chaqueta, quedaban diez guardias, si su lanzamiento no fallaba podría reducirlos de un solo tiro pero después de hacerlo solo consiguió reducir a cuatro, dejando seis en pie de guerra.
-Bueno amigo mío, tres por cabeza, no debería ser un problema.- Tras sus palabras se lanzó hacia uno de ellos golpeando el cuello de este con la parte roma de su sable, dejando inconsciente al combatiente. Mientras se movía para golpear al segundo con su sable sacó un zipo que abrió y lanzó hacia el tercero, el cual, sufrió una descarga a consecuencia del zipo que lo dejó fuera de combate. El guardia restante quedó confundido y no pudo protegerse del corte que el cadete le propició en el hombro.
-Soy todo ojos Ori, quiero verte en acción.- dijo mientras golpeó con el pomo de su arma la cabeza del maleante herido, haciendo que perdiese la consciencia.
Una Kenobi acabase con los suyos habría que ver cuantos más estaban por llegar al palacio e idear una estrategia para derrotarlos de una vez por todas. Que el palacio contase con tantas celdas facilitaba el poder dejar encerrados a los criminales sin necesidad de gastar cuerdas o tener que esperar sin poder moverse de la isla refuerzos de un cuartel marine.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard sugirió repartirse de forma equitativa los seis bandidos que quedaban, de forma que él en apenas unos segundos y con unos golpes precisos y contundentes derrotó a los tres que había elegido. Incluso le sobró tiempo para ver que era lo que hacía yo para derrotar a los que habían quedado.
-Impresionante. – le respondí después de que noquease al tercero – No sé si puedo estar a la altura, pero lo intentaré.
Saqué nuevamente unos de los tubos y usé la Fuerza para activarlo, saliendo nuevamente una hoja de un tono gris. Me preparé y me impulsé con una pierna hacia los bandidos. Los tres reaccionaron a tiempo y se prepararon para el ataque. Nunca había destacado por ser alguien fuerte, y el primero de los bandidos pudo parar con facilidad el corte horizontal que comencé a hacer. Los otros dos aprovecharon el momento para atacar con sus espadas.
Con un rápido movimiento extendí mi mano hacia ellos y usé la Fuerza para detener sujetar sus armas, quedando estas en el aire y cuando realizaron su ataque se les escaparon de las manos. Sin olvidarme del que estaba bloqueando mi sable de luz extendí varios dedos hacia él y salió repelido hasta cocharse contra una pared, que de la potencia se agrietó y él quedó inconsciente.
Di un salto hacia atrás colocándome delante del marine y guardando el tubo ahora apagado. Extendí ambas manos hacia los dos que quedaban, cogiéndolos con la Fuerza. Hice que flotasen un poco y luego los moví rápido el uno contra el otro haciendo que sus cabezas chocasen y cayeron al suelo sin moverse.
-Bueno, creo que eso es todo. – dije volviendo a usar la Fuerza para introducir los cuerpos en la jaula. – Espero no haber sido demasiado violento.
-Impresionante. – le respondí después de que noquease al tercero – No sé si puedo estar a la altura, pero lo intentaré.
Saqué nuevamente unos de los tubos y usé la Fuerza para activarlo, saliendo nuevamente una hoja de un tono gris. Me preparé y me impulsé con una pierna hacia los bandidos. Los tres reaccionaron a tiempo y se prepararon para el ataque. Nunca había destacado por ser alguien fuerte, y el primero de los bandidos pudo parar con facilidad el corte horizontal que comencé a hacer. Los otros dos aprovecharon el momento para atacar con sus espadas.
Con un rápido movimiento extendí mi mano hacia ellos y usé la Fuerza para detener sujetar sus armas, quedando estas en el aire y cuando realizaron su ataque se les escaparon de las manos. Sin olvidarme del que estaba bloqueando mi sable de luz extendí varios dedos hacia él y salió repelido hasta cocharse contra una pared, que de la potencia se agrietó y él quedó inconsciente.
Di un salto hacia atrás colocándome delante del marine y guardando el tubo ahora apagado. Extendí ambas manos hacia los dos que quedaban, cogiéndolos con la Fuerza. Hice que flotasen un poco y luego los moví rápido el uno contra el otro haciendo que sus cabezas chocasen y cayeron al suelo sin moverse.
-Bueno, creo que eso es todo. – dije volviendo a usar la Fuerza para introducir los cuerpos en la jaula. – Espero no haber sido demasiado violento.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—Creo que quien ha estado impresionante aquí has sido tu ¿que es esa energía que usas para mover objetos o paralizarlos? No has sido violento, más diría que te has hasta contenido, la humildad es buena pero estas a mucha más altura que yo. — Dijo con los ojos iluminados el cadete. Estaba realmente curioso por las habilidades de Kenobi pero debían aprovechar que habían reducido a los ocupantes del palacio para preparar el siguiente movimiento, deberían tender una trampa a aquellos que se aproximaban.
—Bueno, las explicaciones, muy a mi desgracia, podrán esperar. Debemos parar a los restantes ¿Recuerdas la torre de vigía que ocupaba uno de los guardias? Sería un buen lugar para que yo pudiese usar mi técnica de monedas para diezmar sus números y tu aprovechar su desconcierto cuando eso ocurra para limpiar a los que queden... Aunque habrá que actuar con cautela si se da la condición de que traen niños, no tengo buena puntería y temo que algún fragmento perdido de a algún niño, de todas maneras esa posición servirá para que en caso de necesitar refuerzos abajo se pueda llegar de un salto, aunque si lo prefieres puedo ser yo quien reciba en la entrada a los restantes y tu usar tu energía para o bien inmovilizarles y aumentar mi precisión o bien desviar la metralla que pudiese golpear a los niños Dijo el cadete mientras se acariciaba la perilla pensativo
—Aún así tengo la sensación que aquellos que están por llegar no serán tan fáciles de vencer como estos— comentó mirando con preocupación la celda —Si aún así tienes mejor idea o prefieres emboscarlos dentro pese a que ello conlleve a que estén más alerta soy todo oídos. De todas formas vayamos hacia la torre, allí veremos si están por llegar o no. Espero que no estén justo cuando lleguemos a la torre, eso sería un problema. Dijo el cadete mientras avanzó junto a Kenobi en dirección al torreón del Palacio.
No podían perder el tiempo ya que enfrentarlos de camino sería un revés enorme.
—Bueno, las explicaciones, muy a mi desgracia, podrán esperar. Debemos parar a los restantes ¿Recuerdas la torre de vigía que ocupaba uno de los guardias? Sería un buen lugar para que yo pudiese usar mi técnica de monedas para diezmar sus números y tu aprovechar su desconcierto cuando eso ocurra para limpiar a los que queden... Aunque habrá que actuar con cautela si se da la condición de que traen niños, no tengo buena puntería y temo que algún fragmento perdido de a algún niño, de todas maneras esa posición servirá para que en caso de necesitar refuerzos abajo se pueda llegar de un salto, aunque si lo prefieres puedo ser yo quien reciba en la entrada a los restantes y tu usar tu energía para o bien inmovilizarles y aumentar mi precisión o bien desviar la metralla que pudiese golpear a los niños Dijo el cadete mientras se acariciaba la perilla pensativo
—Aún así tengo la sensación que aquellos que están por llegar no serán tan fáciles de vencer como estos— comentó mirando con preocupación la celda —Si aún así tienes mejor idea o prefieres emboscarlos dentro pese a que ello conlleve a que estén más alerta soy todo oídos. De todas formas vayamos hacia la torre, allí veremos si están por llegar o no. Espero que no estén justo cuando lleguemos a la torre, eso sería un problema. Dijo el cadete mientras avanzó junto a Kenobi en dirección al torreón del Palacio.
No podían perder el tiempo ya que enfrentarlos de camino sería un revés enorme.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El marine alabó lo que acaba de hacer y me dijo que no había sido violento. A pesar de sus palabras, creía que si me había excedido un poco para lo que me habían enseñado. Noté en su mirada y en sus palabras la curiosidad, similar a la de un niño al que le sacas una moneda de la oreja.
-Agradezco tus palabras. En otra ocasión te hablaré de lo que es la Fuerza. – le dije alegre.
Escuché a Galhard su plan para cuando llegasen los que pudiesen quedar por llegar, no era un mal plan, pero el no saber cuantos eran y tener a un niño que proteger podría complicar las cosas si nos separábamos.
-Esta bien, pero que el niño vaya contigo a la torre. – Le pedí – Si son muchos, es posible que no pueda defenderle, y en la torre al menos puede ocultarse de los bandidos. Por cierto, ¿sería posible que pidieses refuerzos con el aparato ese que llamas den den mushi? Nos vaya bien o mal defendiendo el palacio puede ser un buen as bajo la manga que podemos usar. – Le informe – Y respecto a los fragmentos que dices, lo siento, pero creo que necesitaría más entrenamiento para detener varios o corregir su trayectoria, mis habilidades son apenas las de un caballero principiante, como maestro es posible que pudiese.
Mientras hablábamos llegamos a la entrada del palacio con el niño. Por suerte para nosotros nadie había llegado. Esperé a que Galhard y el niño fuesen a la torre y luego bajé los escalones de la entrada para esperar, bien a los refuerzos si los había pedido el cadete o a los bandidos.
-Agradezco tus palabras. En otra ocasión te hablaré de lo que es la Fuerza. – le dije alegre.
Escuché a Galhard su plan para cuando llegasen los que pudiesen quedar por llegar, no era un mal plan, pero el no saber cuantos eran y tener a un niño que proteger podría complicar las cosas si nos separábamos.
-Esta bien, pero que el niño vaya contigo a la torre. – Le pedí – Si son muchos, es posible que no pueda defenderle, y en la torre al menos puede ocultarse de los bandidos. Por cierto, ¿sería posible que pidieses refuerzos con el aparato ese que llamas den den mushi? Nos vaya bien o mal defendiendo el palacio puede ser un buen as bajo la manga que podemos usar. – Le informe – Y respecto a los fragmentos que dices, lo siento, pero creo que necesitaría más entrenamiento para detener varios o corregir su trayectoria, mis habilidades son apenas las de un caballero principiante, como maestro es posible que pudiese.
Mientras hablábamos llegamos a la entrada del palacio con el niño. Por suerte para nosotros nadie había llegado. Esperé a que Galhard y el niño fuesen a la torre y luego bajé los escalones de la entrada para esperar, bien a los refuerzos si los había pedido el cadete o a los bandidos.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard volvió a reparar en el niño, cierto, eso era un gran problema. El cadete asintió a la petición de llevarlo a la torre, allí estaría fuera del rango de los bandidos, durante el camino Kenobi le mencionó su Den Den Mushi.
-Mmm... No es mala idea, pero jamás había pedido refuerzos mediante él, debería mirar si la base del G-3 tiene algunos soldados de sobra para ayudarnos, por intentarlo no pierdo nada... Oh ¿Otra petición de buscar a Rapanui? Así que no era buena idea haber dejado que se quedase en la niebla- Dijo Galhard mientras sacaba su caracol y recibía una notificación de la misma base que había abandonado poco antes. Llamó aprovechando para mencionar que una vez acabado el entuerto donde se encontraba iría a cumplir la misión de traerle, después de todo tenía que explicarle sus avances con la técnica que le había enseñado.
La voz que respondió a Galhard sobre su petición lo hizo a regañadientes y dijo que en un par de horas los refuerzos llegarían a la isla pero porque tenían que llevarse no solo a los bandidos si no al propio cadete para que solucionase la misión como era debido.
-Bueno, parece que sí tendremos algo de cobertura pero estaremos solos por un tiempo, deberemos ceñirnos a un plan que nos permita ganar tiempo en caso de vernos superados.-
La entrada del palacio llenó de luz los ojos del cadete, de Ori y del niño. Gal no tardó en llevarse el niño al torreón mientras rascaba de su bolsillo un par de monedas más, al final con la tontería usando esa técnica gastaría mucho más que el sueldo que recibía como cadete.
Pasaron casi dos horas cuando un tumulto de gente pudo verse en la lejanía del camino que llevaba el palacio, entre ellos dos hombres parecían destacar, uno portaba dos espadas curvas, similares a unas kopis pero más curvadas hacia el interior, el otro llevaba una hoz que tenía atada una cadena. Parecía que ese dúo lideraba a los bandidos que, detrás de todos ellos arrastraban un carromato recio de madera al cual, de tanto en tanto alguno de los bandidos golpeaba gritando silencio.
-Mmm... Ahí es donde deben tener a los niños... Supongo.- Gal miró la hora en un viejo reloj de bolsillo, los bandidos se habían adelantado a los marines pero el pelotón enviado por el G-3 debía estar al caer, solo necesitaban ganar algo de tiempo, quizás un tiro furtivo para diezmar unos pocos hombres y una provocación correcta de un duelo entre él y Kenobi contra los dos jefes podría resultar pero ¿Como podía asegurarse de que los demás bandidos se mantendrían al margen?
De todos modos Galhard lanzó una moneda, esta vez golpeando a 7 de los numerosos bandidos que formaban la caravana, lanzó un segundo tiro con la esperanza que su compañero hubiese tenido la misma idea de conseguir hacer un duelo contra los dos lideres.
-Mmm... No es mala idea, pero jamás había pedido refuerzos mediante él, debería mirar si la base del G-3 tiene algunos soldados de sobra para ayudarnos, por intentarlo no pierdo nada... Oh ¿Otra petición de buscar a Rapanui? Así que no era buena idea haber dejado que se quedase en la niebla- Dijo Galhard mientras sacaba su caracol y recibía una notificación de la misma base que había abandonado poco antes. Llamó aprovechando para mencionar que una vez acabado el entuerto donde se encontraba iría a cumplir la misión de traerle, después de todo tenía que explicarle sus avances con la técnica que le había enseñado.
La voz que respondió a Galhard sobre su petición lo hizo a regañadientes y dijo que en un par de horas los refuerzos llegarían a la isla pero porque tenían que llevarse no solo a los bandidos si no al propio cadete para que solucionase la misión como era debido.
-Bueno, parece que sí tendremos algo de cobertura pero estaremos solos por un tiempo, deberemos ceñirnos a un plan que nos permita ganar tiempo en caso de vernos superados.-
La entrada del palacio llenó de luz los ojos del cadete, de Ori y del niño. Gal no tardó en llevarse el niño al torreón mientras rascaba de su bolsillo un par de monedas más, al final con la tontería usando esa técnica gastaría mucho más que el sueldo que recibía como cadete.
Pasaron casi dos horas cuando un tumulto de gente pudo verse en la lejanía del camino que llevaba el palacio, entre ellos dos hombres parecían destacar, uno portaba dos espadas curvas, similares a unas kopis pero más curvadas hacia el interior, el otro llevaba una hoz que tenía atada una cadena. Parecía que ese dúo lideraba a los bandidos que, detrás de todos ellos arrastraban un carromato recio de madera al cual, de tanto en tanto alguno de los bandidos golpeaba gritando silencio.
-Mmm... Ahí es donde deben tener a los niños... Supongo.- Gal miró la hora en un viejo reloj de bolsillo, los bandidos se habían adelantado a los marines pero el pelotón enviado por el G-3 debía estar al caer, solo necesitaban ganar algo de tiempo, quizás un tiro furtivo para diezmar unos pocos hombres y una provocación correcta de un duelo entre él y Kenobi contra los dos jefes podría resultar pero ¿Como podía asegurarse de que los demás bandidos se mantendrían al margen?
De todos modos Galhard lanzó una moneda, esta vez golpeando a 7 de los numerosos bandidos que formaban la caravana, lanzó un segundo tiro con la esperanza que su compañero hubiese tenido la misma idea de conseguir hacer un duelo contra los dos lideres.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Antes de que Galhard subiese a la torre con el niño me informó de que recibiríamos refuerzos en unas horas. “Mmm, deberemos apañárnoslas de alguna forma” pensé viendo al marine con el niño.
Fue pasando el tiempo y casi a las dos horas pude ver un punto negro a lo lejos. Parecía que al final tendríamos la visita de alguien, fuesen marines o bandidos. Me levanté del escalón en el que me había sentado y me preparé para recibir a nuestros invitados.
Parecían ser el resto de los bandidos. Al frente un par dirigían al resto, aquello no era bueno, habían llegado antes que los refuerzos. Me puse frente a la caravana y me quité la capucha. Mientras seguían acercándose.
-¿Quién eres? – preguntó uno de los dos tipos que iba en cabeza – no recuerdo haberte visto y menos aún haberte dejado de encargado de la entrada.
-Mis disculpas. Soy Ori Kenobi y estamos aquí para que os entreguéis y dejéis libres a los niños. – En ese momento Galhard usó sus monedas para reducir a siete de los bandidos y luego lanzó otra con la que redujo a otros cinco. – Bueno, y cabe decir que estáis rodeados. Espero su colaboración.
El resto de los bandidos salvo los dos que estaban en cabeza tiraron las armas y se ocultaron tras la jaula para cubrirse. En cambio, los dos principales lideres no se achantaron ante la amenaza.
-Entonces os tendremos que enseñar quien manda. – dijo el tipo con dos espadas curvas desenvainándolas.
-Sea pues. – le respondí quitándome la túnica y dejándola caída en el suelo, dejando al descubierto las partes de armadura que tenía. Cogí dos de los tubos que llevaba y me preparé para el combate aun sin encenderlos – ¿Será un uno contra uno o vais a venir los dos de forma deshonesta?
Fue pasando el tiempo y casi a las dos horas pude ver un punto negro a lo lejos. Parecía que al final tendríamos la visita de alguien, fuesen marines o bandidos. Me levanté del escalón en el que me había sentado y me preparé para recibir a nuestros invitados.
Parecían ser el resto de los bandidos. Al frente un par dirigían al resto, aquello no era bueno, habían llegado antes que los refuerzos. Me puse frente a la caravana y me quité la capucha. Mientras seguían acercándose.
-¿Quién eres? – preguntó uno de los dos tipos que iba en cabeza – no recuerdo haberte visto y menos aún haberte dejado de encargado de la entrada.
-Mis disculpas. Soy Ori Kenobi y estamos aquí para que os entreguéis y dejéis libres a los niños. – En ese momento Galhard usó sus monedas para reducir a siete de los bandidos y luego lanzó otra con la que redujo a otros cinco. – Bueno, y cabe decir que estáis rodeados. Espero su colaboración.
El resto de los bandidos salvo los dos que estaban en cabeza tiraron las armas y se ocultaron tras la jaula para cubrirse. En cambio, los dos principales lideres no se achantaron ante la amenaza.
-Entonces os tendremos que enseñar quien manda. – dijo el tipo con dos espadas curvas desenvainándolas.
-Sea pues. – le respondí quitándome la túnica y dejándola caída en el suelo, dejando al descubierto las partes de armadura que tenía. Cogí dos de los tubos que llevaba y me preparé para el combate aun sin encenderlos – ¿Será un uno contra uno o vais a venir los dos de forma deshonesta?
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Galhard escuchó desde el torreón, sin duda su nuevo amigo sabía decir las palabras correctas en el momento correcto, su capacidad de convicción consiguió que los bandidos realmente pensasen que estaban rodeados, aunque había que decir que no era del todo mentira pues sí los marines llegaban en breve si que lo estarían.
El cadete aprovechó la confusión para volver a llamar por den den mushi, contando al arisco funcionario que los bandidos habían llegado y que cuando los marines se presentasen estuviesen preparados para darles caza y no dañar el carromato.
Cuando colgó y volvió a asomarse pudo ver y escuchar una escena incómoda. Los dos bandidos se rieron ante la proposición de un uno contra uno que pedía Kenobi y se lanzaron los dos contra él.
—Idiota, si nos tenéis rodeados ¿Que más dará que vayamos de uno en uno? Al menos si tus amigos deciden volver a disparar tu te vendrás con nosotros — Dijo el bandido de las dos espadas moviendolas violentamente lanzando una onda cortante contra Kenobi, cualquiera diría que iba a cargar contra Orí pero lejos de ello hacia de señuelo.
Detrás de él, el bandido de la hoz soltó una carcajada Iluso, ahora verás que le ocurre a los listillos como tú— Este último lanzó la cadena de su hoz.
El cuerpo de Gal se movió por instinto, saltó del torreón interponiendose con su sable entre la cadena del bandido y Kenobi.
—parece que otro listillos sale de las sombras ¿Un pirata? ¿Ahora también jugáis a ser héroes? Puhahahaha... Espera... Esa gaviota que llevas en los pantalones y ese pañuelo ¡pero si tenemos a un marinerito! Creo que tanto tú como el monje raro vais a servir de ejemplo para todos esos perros del gobierno que quieran meterse en nuestros negocios— Con una rápida sacudida de la cadena el bandido le quitó el sable que había quedado atrapado en ella a Gal. —Esto es lo que ocurre cuando uno quiere hacerse el héroe Puhahahahaha— el bandido tomó el sable con sus manos y no evitó reírse aún más por lo antiguo que resultaba el sable y por cómo se notaba que había sido reparado de una rotura de hoja de una forma muy zarrapastrosa, no tardó en volverlo a partir lo que dio a Gal el tiempo suficiente para correr hacia el bandido con una moneda entre sus dedos de la mano derecha.
—Grr... Si bien tenía en mente que me quitarías el sable no esperaba que me lo destrozaras pero... Gracias a ello me has dado tiempo para hacerte un regalo extra— Galhard mientras llegó hasta donde el bandido se encontraba sacó un extraño zipo, golpeó con su mano derecha al criminal mientras que de una sacudida de la izquierda abrió lo que parecía el mechero, que lejos de soltar una llama propinó una descarga eléctrica que entumeció unos segundos al bandido los suficientes para poder disparar a quemarropa la moneda que tenía guardada en su mano derecha.
La metralla lo golpeó de lleno y permitió a Gal coger su viejo, gastado y partido sable del suelo. Debía haber traído del barco aquel que encontró en la niebla pero que sería de gal sin ser un despistado.
El cadete aprovechó la confusión para volver a llamar por den den mushi, contando al arisco funcionario que los bandidos habían llegado y que cuando los marines se presentasen estuviesen preparados para darles caza y no dañar el carromato.
Cuando colgó y volvió a asomarse pudo ver y escuchar una escena incómoda. Los dos bandidos se rieron ante la proposición de un uno contra uno que pedía Kenobi y se lanzaron los dos contra él.
—Idiota, si nos tenéis rodeados ¿Que más dará que vayamos de uno en uno? Al menos si tus amigos deciden volver a disparar tu te vendrás con nosotros — Dijo el bandido de las dos espadas moviendolas violentamente lanzando una onda cortante contra Kenobi, cualquiera diría que iba a cargar contra Orí pero lejos de ello hacia de señuelo.
Detrás de él, el bandido de la hoz soltó una carcajada Iluso, ahora verás que le ocurre a los listillos como tú— Este último lanzó la cadena de su hoz.
El cuerpo de Gal se movió por instinto, saltó del torreón interponiendose con su sable entre la cadena del bandido y Kenobi.
—parece que otro listillos sale de las sombras ¿Un pirata? ¿Ahora también jugáis a ser héroes? Puhahahaha... Espera... Esa gaviota que llevas en los pantalones y ese pañuelo ¡pero si tenemos a un marinerito! Creo que tanto tú como el monje raro vais a servir de ejemplo para todos esos perros del gobierno que quieran meterse en nuestros negocios— Con una rápida sacudida de la cadena el bandido le quitó el sable que había quedado atrapado en ella a Gal. —Esto es lo que ocurre cuando uno quiere hacerse el héroe Puhahahahaha— el bandido tomó el sable con sus manos y no evitó reírse aún más por lo antiguo que resultaba el sable y por cómo se notaba que había sido reparado de una rotura de hoja de una forma muy zarrapastrosa, no tardó en volverlo a partir lo que dio a Gal el tiempo suficiente para correr hacia el bandido con una moneda entre sus dedos de la mano derecha.
—Grr... Si bien tenía en mente que me quitarías el sable no esperaba que me lo destrozaras pero... Gracias a ello me has dado tiempo para hacerte un regalo extra— Galhard mientras llegó hasta donde el bandido se encontraba sacó un extraño zipo, golpeó con su mano derecha al criminal mientras que de una sacudida de la izquierda abrió lo que parecía el mechero, que lejos de soltar una llama propinó una descarga eléctrica que entumeció unos segundos al bandido los suficientes para poder disparar a quemarropa la moneda que tenía guardada en su mano derecha.
La metralla lo golpeó de lleno y permitió a Gal coger su viejo, gastado y partido sable del suelo. Debía haber traído del barco aquel que encontró en la niebla pero que sería de gal sin ser un despistado.
Ori Kenobi
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Como era de esperarse, no aceptaron el venir de uno en uno y el de las espadas curvas saltó hacia mí blandiendo sendas armas con las que formó una onda que se dirigió hacia mí rápidamente. No había visto nunca una habilidad así, pero tampoco me resultaba algo extraño teniendo en cuenta los rumores que había escuchado y visto de las frutas del demonio.
Avancé hacia la onda y salté por encima de esta para evitarla, aunque no fue la mejor idea el otro tipo lanzó la cadena unida a su arma para atraparme, me preparé para sujetarla con el sable de luz, pero en ese momento apareció volando Galhard que la detuvo.
-Justo a tiempo – dije cayendo al suelo y encarando el tipo de las dos espadas. – Bueno, espero estar a la altura de tus habilidades. – le dije al bandido.
Este se rio por aquellas palabras, como era evidente nadie en su sano juicio le dice a su oponente de una forma tan explicita que es más débil, más bien lo contrario. Hice una mueca sonriendo y me impulsé con toda la velocidad que pude hacia el bandido. La sorpresa por la velocidad pude notarla en su cara pues apenas le había dado tiempo a cubrirse de mi corte en vertical que había tenido que bloquear con ambas espadas.
-Tu no eres un simple monje – dijo el hombre con esfuerzo.
-No, y nunca dije que lo fuese.
El bandido hizo acopio de todas sus fuerzas y rompió mi ataque empujándome con toda su fuerza para ganar espacio. Adquirí una postura básica cogiendo una de mis espadas de forma normal mientras que la otra boca abajo. El bandido tomo esta vez la iniciativa, pero me resultó fácil leer sus movimientos y anteponerme a ellos bloqueándolos. Dejé que me realizara varios cortes que bloqueé sin problemas para pasar al ataque.
Con unos rápidos movimientos y algún giro algo acrobático conseguí impactar el filo de mis armas en diversos puntos de mi oponente, impactándole en el hombro con una estocada, haciendo que soltase una de sus armas y el brazo le colgase. Otro golpe tras la rodilla derecha que hizo que hincase rodilla. Aunque esto no hizo que se rindiese y cuando volvió a la carga me resultó más fácil el volver hacerle lo mismo, pero en las extremidades opuestas quedando inmovilizado y desarmado.
-Creo que debes rendirte.
Avancé hacia la onda y salté por encima de esta para evitarla, aunque no fue la mejor idea el otro tipo lanzó la cadena unida a su arma para atraparme, me preparé para sujetarla con el sable de luz, pero en ese momento apareció volando Galhard que la detuvo.
-Justo a tiempo – dije cayendo al suelo y encarando el tipo de las dos espadas. – Bueno, espero estar a la altura de tus habilidades. – le dije al bandido.
Este se rio por aquellas palabras, como era evidente nadie en su sano juicio le dice a su oponente de una forma tan explicita que es más débil, más bien lo contrario. Hice una mueca sonriendo y me impulsé con toda la velocidad que pude hacia el bandido. La sorpresa por la velocidad pude notarla en su cara pues apenas le había dado tiempo a cubrirse de mi corte en vertical que había tenido que bloquear con ambas espadas.
-Tu no eres un simple monje – dijo el hombre con esfuerzo.
-No, y nunca dije que lo fuese.
El bandido hizo acopio de todas sus fuerzas y rompió mi ataque empujándome con toda su fuerza para ganar espacio. Adquirí una postura básica cogiendo una de mis espadas de forma normal mientras que la otra boca abajo. El bandido tomo esta vez la iniciativa, pero me resultó fácil leer sus movimientos y anteponerme a ellos bloqueándolos. Dejé que me realizara varios cortes que bloqueé sin problemas para pasar al ataque.
Con unos rápidos movimientos y algún giro algo acrobático conseguí impactar el filo de mis armas en diversos puntos de mi oponente, impactándole en el hombro con una estocada, haciendo que soltase una de sus armas y el brazo le colgase. Otro golpe tras la rodilla derecha que hizo que hincase rodilla. Aunque esto no hizo que se rindiese y cuando volvió a la carga me resultó más fácil el volver hacerle lo mismo, pero en las extremidades opuestas quedando inmovilizado y desarmado.
-Creo que debes rendirte.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.