[Misión legendaria-Red Line] El otro lado

Contratante: El Mayordomo

Descripción de la misión: Permítame presentarme, soy el Mayordomo. Muchos me llaman así por mi carácter servicial y mis grandes dotes para facilitar la vida de quien decida contratarme. Realizo cualquier encargo, conozco el protocolo de hasta setenta y nueve situaciones posibles y todas sus variables… Y quiero unirme a la Hermandad de la Estrella Oscura. Sin embargo, para eso necesito cruzar el Red Line y llegar al Nuevo Mundo, o que alguien me lleve a través de la Isla Gyojin. Pero quiero que sepan que soy poderoso.

Objetivos: Ayudar al Mayordomo a llegar al Nuevo Mundo.

Objetivos secundarios: Atravesar Mary Geoise.

Premios: Un millón de berries y una campanita dorada de calidad épica con poderes misteriosos.

Premios por objetivos secundarios: Técnica épica de sigilo. Si además el objetivo se cumple sin ser vistos, conocimiento único.

Datos a tener en cuenta: El Mayordomo posee un nivel entre 80 y 120. El resto queda a vuestra discreción. Si atravesáis Mary geoise sed respetuosos con el canon y tratad de llevar cierta coherencia.

Cruzar Mary Geoise era una audacia temeraria que hasta él se hubiese pensado dos veces. Sin embargo era una prueba excelente para comprobar cuánto habían mejorado sus habilidades... y una oportunidad excelente de cara al futuro para estudiar la estructura de la Tierra Sagrada. Por ahora había tirado de algunos contactos para enterarse de unos pocos datos sobre la ciudad, aunque en general para aquellos que no eran altos cargos del Gobierno Mundial o Tenryuubitos la capital del mundo era un misterio. Sabía que la gente subía a Mary Geoise desde el Red Port, donde tras pasar por unos elevadores llegaban a las escaleras a la ciudad. Esa ruta estaría demasiado vigilada.

Sin embargo la guerra contra los gyojin había sido una oportunidad para que otros vieran y reconocieran la ciudad. Si bien probablemente había sido desde entonces reconstruida y habrían cambiado cosas, un viejo conocido le había presentado a un veterano revolucionario que a cambio de un futuro favor le había hablado de un túnel que conectaba una mansión en ruinas de las afueras con el interior de la ciudad. Este había usado tras la guerra para la retirada de las fuerzas de la Revolución después de que el Gobierno expulsara tanto a estas como a las del yonkou Kirito. Este túnel daba al sótano de una residencia comunal de esclavos. Con esa información, había preparado un plan.

Había fijado el punto de encuentro en la Red Line, a unos kilómetros al norte de la ciudad, no muy lejos de la mansión. Esperaba en silencio a que llegaran el Mayordomo y Dark llegasen, oculto entre unas rocas mientras bebía de su cantimplora. Mantenía el terreno vigilado con su kenbunshoku y sentidos, alerta a cualquier peligro, y camuflado en una sombra con su Manto. Hasta ver a Dark o a su cliente no se desvelaría ni haría movimientos innecesarios que pudieran delatarle. Aquella misión sería probablemente de las más duras que había llevado a cabo.