Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Arabasta. ¿Por qué no había estado nunca ahí? Por lo menos no que recordase. Se llevó la mano al mentón una vez desembarcó y miró hacia los alrededores. Tuvo que separar la extremidad y empezar a abanicarse con ella. Llevar un kimono a una región desértica había sido una decisión estúpida, pero por lo menos tenia sus truquillos. Estiró los brazos y se limitó a polimorfar su ropa, dejándolo con un aspecto sedoso. Ahora era mucho más sencillo de llevar y, encima, más fresco. Se llevó las manos a la cadera y mantuvo una postura más relajada. Firme, pero se podían notar sus hombros sin tensión. ¿A dónde podía ir exactamente? Era un misterio, así que decidió pagar un camello y tomarse con tranquilidad el viaje.
A pesar del calor y lo larga que era la travesía, Dark se encontraba extrañamente tranquilo. No buscaba nada en general ni tampoco tenía un interés mayor que el de tener un poco de turismo por un lugar tan famoso. Así que tras varias horas a camello, llegó a lo que parecía ser Nanohana. Una de las ciudades o pueblo principales de Arabasta. Sabía de la historia del lugar y todo lo que procedía a como estaba a día de hoy, por lo que se adentró en el restaurante más cercano para hacer lo primero de su lista de tareas: comer. De forma discreta, se adentró y pidió una mesa, la cual le concedieron por razones obvias. El mero hecho de que se presentase allí era publicidad para el local, por lo que podía comer hasta gracias. Con un vago movimiento de cabeza y una sonrisa agradeció que le guiasen hasta allí, sentándose mientras se acomodaba el kimono para no pisarlo.
Ojeó la carta y acabó decidiéndose por un plato principal de maqluba con baklava de postre. Se relamió solo pensando en la buena pinta que tenían: la maqluba era muy parecida a lo que solían llamar en otros lares a la paella. Seguramente utilizarían tanto carne como especias distintas, por lo que estaba muy interesado en lo que podía llegar a degustar. Así que se echó hacia atrás y aprovechó para encender un cigarro usando una llama tenue que salió de su dedo.
—Una maqluba. De beber quiero agua, helada. Una jarra me sirve a poder ser —añadió mientras miraba en uno de los bolsillos de su kimono una petaca. Sabía que no iban a vender alcohol por ahí—. De postre querré un baklava acompañado de un café solo, doble y con tres cubitos de hielo. Gracias.
Ahora solo le quedaba esperar.
A pesar del calor y lo larga que era la travesía, Dark se encontraba extrañamente tranquilo. No buscaba nada en general ni tampoco tenía un interés mayor que el de tener un poco de turismo por un lugar tan famoso. Así que tras varias horas a camello, llegó a lo que parecía ser Nanohana. Una de las ciudades o pueblo principales de Arabasta. Sabía de la historia del lugar y todo lo que procedía a como estaba a día de hoy, por lo que se adentró en el restaurante más cercano para hacer lo primero de su lista de tareas: comer. De forma discreta, se adentró y pidió una mesa, la cual le concedieron por razones obvias. El mero hecho de que se presentase allí era publicidad para el local, por lo que podía comer hasta gracias. Con un vago movimiento de cabeza y una sonrisa agradeció que le guiasen hasta allí, sentándose mientras se acomodaba el kimono para no pisarlo.
Ojeó la carta y acabó decidiéndose por un plato principal de maqluba con baklava de postre. Se relamió solo pensando en la buena pinta que tenían: la maqluba era muy parecida a lo que solían llamar en otros lares a la paella. Seguramente utilizarían tanto carne como especias distintas, por lo que estaba muy interesado en lo que podía llegar a degustar. Así que se echó hacia atrás y aprovechó para encender un cigarro usando una llama tenue que salió de su dedo.
—Una maqluba. De beber quiero agua, helada. Una jarra me sirve a poder ser —añadió mientras miraba en uno de los bolsillos de su kimono una petaca. Sabía que no iban a vender alcohol por ahí—. De postre querré un baklava acompañado de un café solo, doble y con tres cubitos de hielo. Gracias.
Ahora solo le quedaba esperar.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El desierto… el desierto es un lugar cruel y hostil lleno de una cantidad inmensurable de pruebas para cualquiera. Esta parte de la madre naturaleza suele ser según mi opinión, la más cruel de todas. Arabasta, por fin es mi momento de narrar una historia de mi chiquillo ¿Estas preparada isla de arena? Pues yo lo estaría, por que Alpha ha llegado.
Déjenme decirles que la travesía ha sido bastante cómoda para el pequeño. Por suerte el calor no ha sido una dificultad mayor y, Suzaku es lo suficientemente rápida como para correr en el mar de arena libremente sin ser atrapada. El agua nunca falto, el pirata se aseguró de ello. Ese siempre será el elemento más importante para sobrevivir en este ambiente. El señor de la guerra estaba listo para ello.
Y fue después de esa odisea que llego a Nanohana. Al llegar, lo primero que hizo el pelilargo fue sacudir su kimono, quitando la arena que había recogido del viaje. Ya era momento de buscar un lugar donde reabastecerse y comer algo. Así que lo primero era lo primero, es hora de comer.
Al entrar al establecimiento de comida algo interesante ocurrió. Todos los presentes del lugar quedaron en silencio y se quedaron observando fijamente al pequeño Alpha. Algunos le reconocieron, otros solo murmuraban y preguntaban en voz baja si le conocían o le habían visto en algún lado. Era algo interesante de ver y de cierta forma curioso. Por qué el señor de la guerra se percató de la presencia de un pirata que, honestamente no esperaba ver aquí.
Paso a paso el chiquillo se fue acercando hasta llegar a la mesa del pirata Dark. Todos estaban en silencio esperando ver qué ocurriría, otros simplemente salieron del local antes de que algo peligroso ocurriera. Era un momento tenso para muchos, pero tranquilo para otros, o mejor dicho, otro.
- Dark E. Satou ¿Correcto?. –Preguntaba amablemente, claramente el sabia quién era. Claramente Alpha conocía sobre cada pirata en el Grand line. – ¿Le molestaría que le acompañara a comer? Soy Alpha.
Por fuera, era ese chico amable y sentir que vestía un kimono rojo que no le hacía daño a nadie, pero por dentro ya estaba listo para la batalla y listo para lo que fuera. Quería luchar, era parte de su naturaleza, pero primero lo primero.
Déjenme decirles que la travesía ha sido bastante cómoda para el pequeño. Por suerte el calor no ha sido una dificultad mayor y, Suzaku es lo suficientemente rápida como para correr en el mar de arena libremente sin ser atrapada. El agua nunca falto, el pirata se aseguró de ello. Ese siempre será el elemento más importante para sobrevivir en este ambiente. El señor de la guerra estaba listo para ello.
Y fue después de esa odisea que llego a Nanohana. Al llegar, lo primero que hizo el pelilargo fue sacudir su kimono, quitando la arena que había recogido del viaje. Ya era momento de buscar un lugar donde reabastecerse y comer algo. Así que lo primero era lo primero, es hora de comer.
Al entrar al establecimiento de comida algo interesante ocurrió. Todos los presentes del lugar quedaron en silencio y se quedaron observando fijamente al pequeño Alpha. Algunos le reconocieron, otros solo murmuraban y preguntaban en voz baja si le conocían o le habían visto en algún lado. Era algo interesante de ver y de cierta forma curioso. Por qué el señor de la guerra se percató de la presencia de un pirata que, honestamente no esperaba ver aquí.
Paso a paso el chiquillo se fue acercando hasta llegar a la mesa del pirata Dark. Todos estaban en silencio esperando ver qué ocurriría, otros simplemente salieron del local antes de que algo peligroso ocurriera. Era un momento tenso para muchos, pero tranquilo para otros, o mejor dicho, otro.
- Dark E. Satou ¿Correcto?. –Preguntaba amablemente, claramente el sabia quién era. Claramente Alpha conocía sobre cada pirata en el Grand line. – ¿Le molestaría que le acompañara a comer? Soy Alpha.
Por fuera, era ese chico amable y sentir que vestía un kimono rojo que no le hacía daño a nadie, pero por dentro ya estaba listo para la batalla y listo para lo que fuera. Quería luchar, era parte de su naturaleza, pero primero lo primero.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La comida llegó y no pudo evitar hacer brillar sus ojos. Se relamió y remangó las mangas de su kimono, preparándose para comer. Agarró un tenedor y lo pinchó en la carne, mordiéndolo y llevándose la otra mano al moflete. Tenía un gusto de lo más extravagante, con un tono de picante y con el aroma de las especias. Estaba bien hecho, no hasta el punto de estar quemado, pero sí estaba pasado de su punto. No podía quejarse: le encantaba la carne cocinada de esa forma. Lamentablemente, su paz no duró demasiado. Frunció el ceño cuando elevó la vista de la segunda cucharada de arroz, viendo cómo entraba un chico que se parecía a él. Pelo largo y kimono rojo, ¿era un fan? Quizás se había corrido la voz de que estaba ahí. Estaba comiendo gratis, así que tampoco se podía quejar. Se presentó y toda la gente pareció tensarse. ¿Alpha? Le sonaba de algo, lo tenía en la punta de la lengua. Pero tuvo que encogerse de hombros y evadir la conversación. Quizás ofreciéndole comida lo lograría.
—¿Hmm...? —Musitó mordiendo un trozo de carne—. No, la verdad es que no me molesta. ¿Quieres un poco de maqluba? —inquirió mientras cargaba otra cucharada de arroz.
¿Por qué estaba toda la gente mirando hacia ellos? Frunció el ceño y tragó la comida. Sí, la verdad es que era bastante famoso, pero solía ir con un perfil bajo y la gente no solía molestarle. Eso sí, sabían que era un pirata cruel pero justo. Gran parte de su fama provenía de historias en las que ayudaba a la gente en general. Y con Galhard había estado ayudando al gobierno, cosa la cual cantaban en más de una taberna. El problema era... ¿Alpha? Sí, algo le sonaba. A lo mejor habría visto de refilón alguno de sus wanteds o habría escuchado algún rumorcillo por ahí. También podría ser que tuviese fama local, pero el acento que tenía difería mucho de uno de Arabasta. Se acercó el camarero una vez más y comprobó que todo estuviese bien, con un cierto grado de tensión. Dark simplemente lo miró con una sonrisa. No hizo falta más para que de repente, se calmase y volviese a tomar el pedido, esta vez al joven.
—¿Qué quieres comer? — preguntó mientras mantenía su bolígrafo encima de la libreta.
—dae nfs alshay' li —respondió Dark por Freites, hablando en un dialecto de Arabasta. Una vez se fue el camarero, Dark giró la cabeza y miró directamente al joven, centrando su mantra en él y después soltando un largo suspiro. Era débil—. Le he pedido que te pongan lo mismo que a mí, si no te importa. Cuéntame, Alpha, ¿quién eres?
Se había presentado ante él, así que... ¿Por qué no darle la oportunidad de hablar?
—¿Hmm...? —Musitó mordiendo un trozo de carne—. No, la verdad es que no me molesta. ¿Quieres un poco de maqluba? —inquirió mientras cargaba otra cucharada de arroz.
¿Por qué estaba toda la gente mirando hacia ellos? Frunció el ceño y tragó la comida. Sí, la verdad es que era bastante famoso, pero solía ir con un perfil bajo y la gente no solía molestarle. Eso sí, sabían que era un pirata cruel pero justo. Gran parte de su fama provenía de historias en las que ayudaba a la gente en general. Y con Galhard había estado ayudando al gobierno, cosa la cual cantaban en más de una taberna. El problema era... ¿Alpha? Sí, algo le sonaba. A lo mejor habría visto de refilón alguno de sus wanteds o habría escuchado algún rumorcillo por ahí. También podría ser que tuviese fama local, pero el acento que tenía difería mucho de uno de Arabasta. Se acercó el camarero una vez más y comprobó que todo estuviese bien, con un cierto grado de tensión. Dark simplemente lo miró con una sonrisa. No hizo falta más para que de repente, se calmase y volviese a tomar el pedido, esta vez al joven.
—¿Qué quieres comer? — preguntó mientras mantenía su bolígrafo encima de la libreta.
—dae nfs alshay' li —respondió Dark por Freites, hablando en un dialecto de Arabasta. Una vez se fue el camarero, Dark giró la cabeza y miró directamente al joven, centrando su mantra en él y después soltando un largo suspiro. Era débil—. Le he pedido que te pongan lo mismo que a mí, si no te importa. Cuéntame, Alpha, ¿quién eres?
Se había presentado ante él, así que... ¿Por qué no darle la oportunidad de hablar?
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-No, no tengo ningún problema en comer lo mismo que usted, señor Dark. – Dijo el pelilargo mientras tomaba haciendo justo en frente de él. Quito unos cuantos mechones de cabello que cubrían su rostro con suma tranquilidad, utilizando su oreja derecha para que este se mantuviera quieto.
-¿Qué le hable un poco de mí? – Responderia el pequeño aquella pregunta con otra preunta. Buscaba en su mente las palabras indicadas para no hacer sentir a aquel hombre incomodo o molesto, puesto que tal vez su naturaleza le pareciera algo… hostil. – Pues a decir verdad no soy más que una mosca en este mundo o, al menos yo podría considerarme eso. Soy muy pequeño para lo grande que son mis ambiciones aun. – Dijo mientras llegaba el mesero, colocando en la mesa lo que Dark había pedido. El chiquillo dio las gracias y continúo parloteando un poco. - Pirata, capitán de los Big Brother kaizokudan. Se me conoce como el pirata que jode otros piratas, el señor de la guerra, el herrero de lo imposible y un montón de apodos mas que ni yo mismo conozco. Aunque mi fama no se compara con la suya. Quizás una que otra persona de los presentes por simple casualidad sepa algo de mí y tienen miedo a que entablemos combate y, siendo honesto, no sería la primera vez que ocurriese.
Lentamente sujeto la carne con la mano y la arrojo por la ventana que tenían justo al lado. Suzaku pasaría corriendo a gran velocidad tomando con el pico aquel trozo para devorarlo. –Espero no le importe que comparta de los alimentos con mi compañera. Le he dicho que esperara afuera y suele ser muy inquieta. –Alpha comenzó a servirse un poco de agua para luego beberla. – Lamento mucho que el lugar se torne tenso por mi presencia. Hoy en día no vengo en busca de ningún duelo ni entablar combate. Aunque claro que sería algo que me encantaría en algún momento, pero justo ahora solo puedo imaginarme mordiendo el polvo y con una fea herida en alguna parte. - Y quizás era mejor así, hoy en día Alpha tenía otra razón por la cual pisar Nanohana, estaba en búsqueda de algo. Y ha estado rastreando a esa persona durante largo tiempo.
-Hoy me encuentro en la búsqueda de un nuevo amigo. He estado rastreando durante un tiempo a un vendedor ilegal de animales. Mis contactos me han reafirmado que ellos tienen el ejemplar de un poderoso mono. Quiero adquirirlo y como buen pirata que soy, lo tomare por la fuerza.
-¿Qué le hable un poco de mí? – Responderia el pequeño aquella pregunta con otra preunta. Buscaba en su mente las palabras indicadas para no hacer sentir a aquel hombre incomodo o molesto, puesto que tal vez su naturaleza le pareciera algo… hostil. – Pues a decir verdad no soy más que una mosca en este mundo o, al menos yo podría considerarme eso. Soy muy pequeño para lo grande que son mis ambiciones aun. – Dijo mientras llegaba el mesero, colocando en la mesa lo que Dark había pedido. El chiquillo dio las gracias y continúo parloteando un poco. - Pirata, capitán de los Big Brother kaizokudan. Se me conoce como el pirata que jode otros piratas, el señor de la guerra, el herrero de lo imposible y un montón de apodos mas que ni yo mismo conozco. Aunque mi fama no se compara con la suya. Quizás una que otra persona de los presentes por simple casualidad sepa algo de mí y tienen miedo a que entablemos combate y, siendo honesto, no sería la primera vez que ocurriese.
Lentamente sujeto la carne con la mano y la arrojo por la ventana que tenían justo al lado. Suzaku pasaría corriendo a gran velocidad tomando con el pico aquel trozo para devorarlo. –Espero no le importe que comparta de los alimentos con mi compañera. Le he dicho que esperara afuera y suele ser muy inquieta. –Alpha comenzó a servirse un poco de agua para luego beberla. – Lamento mucho que el lugar se torne tenso por mi presencia. Hoy en día no vengo en busca de ningún duelo ni entablar combate. Aunque claro que sería algo que me encantaría en algún momento, pero justo ahora solo puedo imaginarme mordiendo el polvo y con una fea herida en alguna parte. - Y quizás era mejor así, hoy en día Alpha tenía otra razón por la cual pisar Nanohana, estaba en búsqueda de algo. Y ha estado rastreando a esa persona durante largo tiempo.
-Hoy me encuentro en la búsqueda de un nuevo amigo. He estado rastreando durante un tiempo a un vendedor ilegal de animales. Mis contactos me han reafirmado que ellos tienen el ejemplar de un poderoso mono. Quiero adquirirlo y como buen pirata que soy, lo tomare por la fuerza.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No le gustó para nada varias cosas de las que dijo. ¿Realmente se creía tener de tantos títulos y fama? No había oído de él, y llamarse a sí mismo el jode piratas eran palabras mayores. Por eso mismo Dark, con una paciencia absoluta, decidió darle al muchacho una lección y enseñarle quién era realmente el jode piratas. Sí, iba a joderle. No, no iba a hacerle daño. Pero iba a destrozar su voluntad y obligarle a que la recogiese pedazo a pedazo. Había tenido la gran suerte de encontrarse con él, porque si hubiese dicho eso a otra persona quizás podría haberle matado. Gruñió por lo bajo y después lo miró fríamente, usando un tono de lo más forzado. Se le notaba cansado, sin ganas de hablar.
—Oh bueno, a mí me puedes llamar como antiguo señor de la caza, mano derecha del anterior rey de los cazadores, vice-almirante prodigio que subió en una semana tras entrar en la marine... El destructor de la octava isla —paró un momento y rumió— porque me cargué una de un puñetazo, ¿sabes? El hombre de las dos frutas, soy de los pocos que han logrado cambiar de poder del diablo —recordó lo de el pirata que jode a otros piratas— el que purgó Jaya y eliminó toda presencia de piratas de ella... Además de que tengo ya una religión que adora mi persona en Samirn y de que me he codeado con las personas más fuertes del mundo.
Se levantó de la mesa pegando un golpe e indicó hacia fuera, imbuyendo en su mirada una orden. La de salir. Si no lo hacía usaría la voz, y no quería doblegar su voluntad. No necesitaba decirle nada para lo que iba a pasar: la gente realmente estaba asustada, y más que asustada, se sentía increíblemente pesada. Había liberado su presencia y contagiado la zona de un peso devastador, tan fuerte que casi ni podían mantenerse de pie. Seguramente el joven Alpha podría resistir ese efecto también, pero debería sentirse pesado. No iba a permitir que una persona se convirtiese en el jode piratas por excelencia, y menos cuando él mismo había perdido parte de su sanidad al purgar Jaya. Se dirigió hacia fuera y esperó con las manos en la espalda. Una vez viniese, le dedicaría una larga mirada, mostrándose de lo más decepcionado.
—¿El jode piratas? Pégame lo más fuerte que puedas. Atácame como si intentases matarme. Si no lo haces, te mataré yo. Con un dedo, introduciéndolo en tu nuez y deslizándolo hasta arriba para llegar a tu cerebro. ¡Vamos! ¡Demuéstrame que merece la pena tu puto título! —Gritó enfadado—. Tienes diez segundos para atacarme. Si tardas más de eso te mataré. Tienes mi palabra de antiguo señor de la caza. Si no me intentas matar, morirás.
Elevó un dedo y concentró su voluntad en él, volviéndolo totalmente negro. Después apuntó hacia su cuello y esperó. Habían varios metros entre ellos y le quedaban diez segundos.
—Oh bueno, a mí me puedes llamar como antiguo señor de la caza, mano derecha del anterior rey de los cazadores, vice-almirante prodigio que subió en una semana tras entrar en la marine... El destructor de la octava isla —paró un momento y rumió— porque me cargué una de un puñetazo, ¿sabes? El hombre de las dos frutas, soy de los pocos que han logrado cambiar de poder del diablo —recordó lo de el pirata que jode a otros piratas— el que purgó Jaya y eliminó toda presencia de piratas de ella... Además de que tengo ya una religión que adora mi persona en Samirn y de que me he codeado con las personas más fuertes del mundo.
Se levantó de la mesa pegando un golpe e indicó hacia fuera, imbuyendo en su mirada una orden. La de salir. Si no lo hacía usaría la voz, y no quería doblegar su voluntad. No necesitaba decirle nada para lo que iba a pasar: la gente realmente estaba asustada, y más que asustada, se sentía increíblemente pesada. Había liberado su presencia y contagiado la zona de un peso devastador, tan fuerte que casi ni podían mantenerse de pie. Seguramente el joven Alpha podría resistir ese efecto también, pero debería sentirse pesado. No iba a permitir que una persona se convirtiese en el jode piratas por excelencia, y menos cuando él mismo había perdido parte de su sanidad al purgar Jaya. Se dirigió hacia fuera y esperó con las manos en la espalda. Una vez viniese, le dedicaría una larga mirada, mostrándose de lo más decepcionado.
—¿El jode piratas? Pégame lo más fuerte que puedas. Atácame como si intentases matarme. Si no lo haces, te mataré yo. Con un dedo, introduciéndolo en tu nuez y deslizándolo hasta arriba para llegar a tu cerebro. ¡Vamos! ¡Demuéstrame que merece la pena tu puto título! —Gritó enfadado—. Tienes diez segundos para atacarme. Si tardas más de eso te mataré. Tienes mi palabra de antiguo señor de la caza. Si no me intentas matar, morirás.
Elevó un dedo y concentró su voluntad en él, volviéndolo totalmente negro. Después apuntó hacia su cuello y esperó. Habían varios metros entre ellos y le quedaban diez segundos.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Oh, al parecer no habría logrado simpatizar con el señor de la piratería, Alpha pudo notar como cada palabra de la cual salía de la boca de Dark estaba llena de bastante enojo pero, por otro lado, no paraba de sentirse bastante emocionado. Tantos títulos… tantos apodos… sin lugar a dudar el pirata que está al frente del chiquillo, está a un nivel totalmente diferente. Aquel alto pirata, ha vivido lo suficiente como para literalmente hacer lo que quiera.
La voluntad del moreno no se hizo esperar. Era pesada e imponente. Su haoshuko era totalmente monstruoso. Alpha podía sentirlo, pero aun así no para de sonreír. También estaba temblando. N definitiva tenía miedo. Estaba totalmente asustado de aquel hombre. Pero aun así, sentir miedo era algo que el señor de la guerra agradecía con todo su corazón, gracias al demostraba que estaba vivo, “el miedo es el incentivo que nos obliga a todos a superarnos a nosotros mismos”, es una de las tantas frases que se dice a si mismo y a sus hermanos para salir adelante. Pero en esta oportunidad no sabía si lograría salir de esta.
El chiquillo no se negó, para nada. Accedió a seguirle hasta afuera. Rápidamente se dio cuenta que Suzaku estaba totalmente asustada escondido en un rincón, mirándolo totalmente preocupada. “¿Tú también los has sentido hermosa?” Pensó. Luego, su Dark le estaba pidiendo algo totalmente inesperado para el: Dame tu mejor golpe. Y si el pequeño no obedecía, moriría.
Alpha descubrió toda la parte superior de su cuerpo. Mirando a su oponente con total tranquilidad, de hecho, le miraba amablemente, con cariño, con mesura. ¿Acaso tenía que odiarlo por alguna razón? La verdad no, Alpha simplemente vivía basándose en sus instintos y principios. El sabia de ante mano lo peligroso que era este camino. Lo peligroso que sería su destino. ¿Por qué vivir amargadamente cuando puedes disfrutar de lo que haces?
Sus pies se llenaron de calor haciendo que este se elevara, la vista de Alpha estaba puesta en un solo objetivo: el corazón de Dark. Saldria disparado su contra. Calentando su puño a su máxima capacidad (1200°) para propinarle un golpe justo en su objetivo. Con toda su fuerza, con todo lo que tenía.
Ya era cuestión de su oponente saber su recibiría o no aquel golpe. Pero para bien o para mal, El chiquillo lo estaba dando todo.
La voluntad del moreno no se hizo esperar. Era pesada e imponente. Su haoshuko era totalmente monstruoso. Alpha podía sentirlo, pero aun así no para de sonreír. También estaba temblando. N definitiva tenía miedo. Estaba totalmente asustado de aquel hombre. Pero aun así, sentir miedo era algo que el señor de la guerra agradecía con todo su corazón, gracias al demostraba que estaba vivo, “el miedo es el incentivo que nos obliga a todos a superarnos a nosotros mismos”, es una de las tantas frases que se dice a si mismo y a sus hermanos para salir adelante. Pero en esta oportunidad no sabía si lograría salir de esta.
El chiquillo no se negó, para nada. Accedió a seguirle hasta afuera. Rápidamente se dio cuenta que Suzaku estaba totalmente asustada escondido en un rincón, mirándolo totalmente preocupada. “¿Tú también los has sentido hermosa?” Pensó. Luego, su Dark le estaba pidiendo algo totalmente inesperado para el: Dame tu mejor golpe. Y si el pequeño no obedecía, moriría.
Alpha descubrió toda la parte superior de su cuerpo. Mirando a su oponente con total tranquilidad, de hecho, le miraba amablemente, con cariño, con mesura. ¿Acaso tenía que odiarlo por alguna razón? La verdad no, Alpha simplemente vivía basándose en sus instintos y principios. El sabia de ante mano lo peligroso que era este camino. Lo peligroso que sería su destino. ¿Por qué vivir amargadamente cuando puedes disfrutar de lo que haces?
Sus pies se llenaron de calor haciendo que este se elevara, la vista de Alpha estaba puesta en un solo objetivo: el corazón de Dark. Saldria disparado su contra. Calentando su puño a su máxima capacidad (1200°) para propinarle un golpe justo en su objetivo. Con toda su fuerza, con todo lo que tenía.
Ya era cuestión de su oponente saber su recibiría o no aquel golpe. Pero para bien o para mal, El chiquillo lo estaba dando todo.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No usó su mantra, no se dignó a moverse. Simplemente endureció su pecho, haciéndolo arder con su propio haki. Frunció el ceño y ni siquiera se inmutó. Se encogió de hombros y centró sus ojos en él, sin hacer nada más. Solo le dedicó una larga mirada en la cual se podía ver una mezcla de decepción y aburrimiento. Estaba simplemente dándole una lección: no iba a pegarle ni desmayarlo con su haoshoku. No podía ir con esa actitud a todos los lugares, porque algún día se encontraría con otro que no fuese tan benevolente como él. En este mundo la gente en general mataban por cualquier cosa.
—Vaya vaya... —exclamó mientras se cruzaba de brazos y mantenía el mismo rostro—. Son palabras mayores llamarte el señor de la guerra si con tu ataque más fuerte ni siquiera logras herirme —le explicó mientras deshacía el endurecimiento—. ¿No crees que tendrías que apartar de lado esos títulos si no eres digno de ellos? A lo mejor otro se lo podría haber tomado en serio y haberte retado a muerte. ¿Y es una lástima morir contra cualquiera, no crees? Supondré que quieres marcar un antes y un después en el mundo con la actitud que tienes, algo a escala global. Pero tu camino será muy corto si mantienes esa actitud. Por eso mismo te recomiendo que debatas con la almohada como presentarte a partir de ahora. Llámate Freites D. Alpha, porque llevar la voluntad de la D en tu nombre no te convierte automáticamente en alguien poderoso. Y corta esa cara de soy un chico bueno. Lo que más anhelas en tu corazón no se basa en tu benevolencia.
Bueno, claro, él podía deducirlo todo en base a la voz. Miró hacia dentro y se fijó en que ya habían limpiado su mesa, cabreándole un poco el hecho de no poder comerse un poco de baklava. Frunció el ceño un poco y notó varias presencias fuertes por la zona, mucho más de lo normal. Aquello sí podía ser interesante. Eran un grupo de personas dirigiéndose hasta un edificio no muy lejos de allí. Por lo que en un afán de saber qué hacían, indicó con la mano al joven Freites que le siguiese.
—Te haré una oferta que puedes rechazar si quieres: seguirme. A lo mejor aprenderás algo de mí, quién sabe. Pero yo voy a ver qué hacen esos tíos. ¿Vienes? —acabó preguntándole mientras andaba sin mirar hacia atrás.
Para qué mentir, había llamado su atención.
—Vaya vaya... —exclamó mientras se cruzaba de brazos y mantenía el mismo rostro—. Son palabras mayores llamarte el señor de la guerra si con tu ataque más fuerte ni siquiera logras herirme —le explicó mientras deshacía el endurecimiento—. ¿No crees que tendrías que apartar de lado esos títulos si no eres digno de ellos? A lo mejor otro se lo podría haber tomado en serio y haberte retado a muerte. ¿Y es una lástima morir contra cualquiera, no crees? Supondré que quieres marcar un antes y un después en el mundo con la actitud que tienes, algo a escala global. Pero tu camino será muy corto si mantienes esa actitud. Por eso mismo te recomiendo que debatas con la almohada como presentarte a partir de ahora. Llámate Freites D. Alpha, porque llevar la voluntad de la D en tu nombre no te convierte automáticamente en alguien poderoso. Y corta esa cara de soy un chico bueno. Lo que más anhelas en tu corazón no se basa en tu benevolencia.
Bueno, claro, él podía deducirlo todo en base a la voz. Miró hacia dentro y se fijó en que ya habían limpiado su mesa, cabreándole un poco el hecho de no poder comerse un poco de baklava. Frunció el ceño un poco y notó varias presencias fuertes por la zona, mucho más de lo normal. Aquello sí podía ser interesante. Eran un grupo de personas dirigiéndose hasta un edificio no muy lejos de allí. Por lo que en un afán de saber qué hacían, indicó con la mano al joven Freites que le siguiese.
—Te haré una oferta que puedes rechazar si quieres: seguirme. A lo mejor aprenderás algo de mí, quién sabe. Pero yo voy a ver qué hacen esos tíos. ¿Vienes? —acabó preguntándole mientras andaba sin mirar hacia atrás.
Para qué mentir, había llamado su atención.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Definitivamente era un resultado que ya el joven pirata esperaba. Nada, absolutamente nada, ni un rasguño y tampoco logro fundir su piel. Ni atravesar su carne. Ni llegar a su corazón para hacerlo polvo. En este caso, esperaba tranquilamente que fuera el fin del camino, pero no lo fue.
- ¿Títulos impuestos por mí? No creo tener tiempo ni cabeza para pensar en apodos. – Dijo tranquilamente mientras miraba a otro lado. – La gente que observa normalmente es quien hace eso. – Era verdad. Su primer título había sido cosa de su madre, cuando realizo la primera gran masacre a sus quince años. Ser el hemano mayor lo gano justo después de terminar de conquistar y salir con vida de las minas de Auria, en Hallstat. Lo del pirata que jode piratas, eso ya es cosa de la marina, después de todo Alpha hace mejor el trabajo que muchos marines ineficientes.
¿Morir? Él no le tenía miedo a la muerte, para el la muerte era simplemente el final del camino, un descanso después de tanto luchar y haber vivido, incluso la muerte sonaba más cómodo que dormir.
¿Lo que anhelaba el corazón del pequeño? Muchas cosas la verdad. Guerra, conquiste, gloria, honor, y un montón de cosas que no dudara en hacer lo que sea necesario para lograrlo. ¿Acaso era tan fuerte para saber lo que realmente deseaba el pelilargo? Al parecer sí. Luego de divagar un rato y mirar en otros lados le miro nuevamente. Memorizando ese rostro que volvería a ver algún día después de separarse y, se aseguraría de estar listo.
Seguirle… Alpha pensó que no era mala idea, aunque no parlotearía sobre ello, simplemente se centraría en mantener silencio mientras se proponía a seguirle unos cuantos pasos por detrás de Dark y claramente estaría montado sobre su súper ave, acariciándole y calmándole, ya que el susto que se ha llevado no ha sido agradable.
- ¿Títulos impuestos por mí? No creo tener tiempo ni cabeza para pensar en apodos. – Dijo tranquilamente mientras miraba a otro lado. – La gente que observa normalmente es quien hace eso. – Era verdad. Su primer título había sido cosa de su madre, cuando realizo la primera gran masacre a sus quince años. Ser el hemano mayor lo gano justo después de terminar de conquistar y salir con vida de las minas de Auria, en Hallstat. Lo del pirata que jode piratas, eso ya es cosa de la marina, después de todo Alpha hace mejor el trabajo que muchos marines ineficientes.
¿Morir? Él no le tenía miedo a la muerte, para el la muerte era simplemente el final del camino, un descanso después de tanto luchar y haber vivido, incluso la muerte sonaba más cómodo que dormir.
¿Lo que anhelaba el corazón del pequeño? Muchas cosas la verdad. Guerra, conquiste, gloria, honor, y un montón de cosas que no dudara en hacer lo que sea necesario para lograrlo. ¿Acaso era tan fuerte para saber lo que realmente deseaba el pelilargo? Al parecer sí. Luego de divagar un rato y mirar en otros lados le miro nuevamente. Memorizando ese rostro que volvería a ver algún día después de separarse y, se aseguraría de estar listo.
Seguirle… Alpha pensó que no era mala idea, aunque no parlotearía sobre ello, simplemente se centraría en mantener silencio mientras se proponía a seguirle unos cuantos pasos por detrás de Dark y claramente estaría montado sobre su súper ave, acariciándole y calmándole, ya que el susto que se ha llevado no ha sido agradable.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.