Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El mundo no dejaba de ser un nido de hipócritas, creídos y abusadores que miran al resto por encima del hombro. Dressrosa era el mejor ejemplo de esto, pero, tras dejar atrás su puerto para embarcarme a nuevas islas, se podía ver que el mundo en general tenía esta terrible “enfermedad”. Nadie se salvaba, nadie podía evitarlo, aunque lo supieras.
Mi destino me condujo a la villa de Mock Town, en Jaya. No era la panacea, pero el lugar estaba bien para la gente que tuviera asuntos de “dudosa legalidad” pendientes. El barco de mercancías que me dejó allí no tardó en marcharse tras aprovisionarse, pues la isla tenía su mala fama por ser el lugar donde los piratas solían concentrarse. Por este motivo había arribado a la isla, pues ahora era una capitán “autónomo”, sin embargo, no tenía ni hombres ni un navío. Pero bueno, eso no era importante, al menos por ahora. Lo único que me apetecía era tomar algo fresquito para calmar mi garganta, la cual estaba seca de tanto salitre en alta mar.
Desde los acontecimientos sufridos en Praha no sabía si los lugareños me iban a reconocer, y esperaba que no lo hicieran.¿ Cómo les explico que Dregan el pirata, ahora era Nayelis? Bien podría contarles toda la historia pero estaba segura de que no me iban a creer. Así que de momento mi secreto debía seguir oculto, pues ser hija de Enoc era algo que tampoco me motivaba en exceso, a pesar de los dones que me dio ingerir aquella reliquia en forma de fruta.
Traté de buscar una taberna en la plaza principal, y no sería muy difícil ya que aquí abundaban en exceso. Busqué la que estaba menos concurrida, pero como era obvio todas estaban llenas. Así que tiré a la primera que vi, una llamada: “Wipe´s". Nunca había ido a esta, ya que la gente que solía ir era un poco más "chick" y no sucios marineros. A Tinny mi conejo parecía gustarle la idea de un lugar limpio y bien iluminado, y no de la primera tasca que encontrara. Además..no era lo mismo entrar con pene a una tasca que sin él...podían pasar cosas y no quería tener fiesta tan temprano.
Nada más entrar se podía ver un establecimiento bastante grande. Muchas mesas colocadas en paralelo a lo largo de la pared derecha, mientras que en el lado izquierdo había una barra y varias sillas junto a ella. Había bastante gente, dejando solo dos o tres mesas libres al fondo. El camarero me vio entrar, y todas las miradas se posaron en mi. No porque no hayan visto a una mujer, pues había varias más sentadas en el establecimiento, sino por los rasgos que tenía. Al fin y al cabo era una Praheña, y por tanto se nos caracterizaba por tener un físico angelical. Yo aparentaba ser una muchacha de 27 años, cabello rubio largo, ojos azules, tez blanquecina y con una altura de 1,80...mientras que el resto del bar eran bajitas, fofas, algunas bellas pero mal proporcionadas etc. vamos, creo que desperté ciertas envidias.
Tinny se dio cuenta también de estas miradas de envidia y acoso, pero el animal estaba muy tranquilo, yo no tanto. Tomé asiento en una de las mesas del fondo, aprovechando de pedirle al tabernero, ya que pasaba por el lado de la barra un zumo de naranja para refrescar la garganta, pero también un vino, el mejor que tuviera.
Antes de sentarme cogí uno de los periódicos que había en el revistero al final de la barra. Tomé asiento y esperé a que me sirvieran mis bebidas. Mi conejo, se puso sobre la mesa sentado mientras leía la sección de “Wanteds”, aunque apenas se podía leer por aquellas miradas clavándose en mi nuca. Al final tendría que acabar marchándome del establecimiento.
Mi destino me condujo a la villa de Mock Town, en Jaya. No era la panacea, pero el lugar estaba bien para la gente que tuviera asuntos de “dudosa legalidad” pendientes. El barco de mercancías que me dejó allí no tardó en marcharse tras aprovisionarse, pues la isla tenía su mala fama por ser el lugar donde los piratas solían concentrarse. Por este motivo había arribado a la isla, pues ahora era una capitán “autónomo”, sin embargo, no tenía ni hombres ni un navío. Pero bueno, eso no era importante, al menos por ahora. Lo único que me apetecía era tomar algo fresquito para calmar mi garganta, la cual estaba seca de tanto salitre en alta mar.
Desde los acontecimientos sufridos en Praha no sabía si los lugareños me iban a reconocer, y esperaba que no lo hicieran.¿ Cómo les explico que Dregan el pirata, ahora era Nayelis? Bien podría contarles toda la historia pero estaba segura de que no me iban a creer. Así que de momento mi secreto debía seguir oculto, pues ser hija de Enoc era algo que tampoco me motivaba en exceso, a pesar de los dones que me dio ingerir aquella reliquia en forma de fruta.
Traté de buscar una taberna en la plaza principal, y no sería muy difícil ya que aquí abundaban en exceso. Busqué la que estaba menos concurrida, pero como era obvio todas estaban llenas. Así que tiré a la primera que vi, una llamada: “Wipe´s". Nunca había ido a esta, ya que la gente que solía ir era un poco más "chick" y no sucios marineros. A Tinny mi conejo parecía gustarle la idea de un lugar limpio y bien iluminado, y no de la primera tasca que encontrara. Además..no era lo mismo entrar con pene a una tasca que sin él...podían pasar cosas y no quería tener fiesta tan temprano.
Nada más entrar se podía ver un establecimiento bastante grande. Muchas mesas colocadas en paralelo a lo largo de la pared derecha, mientras que en el lado izquierdo había una barra y varias sillas junto a ella. Había bastante gente, dejando solo dos o tres mesas libres al fondo. El camarero me vio entrar, y todas las miradas se posaron en mi. No porque no hayan visto a una mujer, pues había varias más sentadas en el establecimiento, sino por los rasgos que tenía. Al fin y al cabo era una Praheña, y por tanto se nos caracterizaba por tener un físico angelical. Yo aparentaba ser una muchacha de 27 años, cabello rubio largo, ojos azules, tez blanquecina y con una altura de 1,80...mientras que el resto del bar eran bajitas, fofas, algunas bellas pero mal proporcionadas etc. vamos, creo que desperté ciertas envidias.
Tinny se dio cuenta también de estas miradas de envidia y acoso, pero el animal estaba muy tranquilo, yo no tanto. Tomé asiento en una de las mesas del fondo, aprovechando de pedirle al tabernero, ya que pasaba por el lado de la barra un zumo de naranja para refrescar la garganta, pero también un vino, el mejor que tuviera.
Antes de sentarme cogí uno de los periódicos que había en el revistero al final de la barra. Tomé asiento y esperé a que me sirvieran mis bebidas. Mi conejo, se puso sobre la mesa sentado mientras leía la sección de “Wanteds”, aunque apenas se podía leer por aquellas miradas clavándose en mi nuca. Al final tendría que acabar marchándome del establecimiento.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Paraíso… definitivamente nunca dejas de sorprenderme. Eres un océano maravilloso lleno de secretos tan profundos como el corazón de una mujer. ¿Qué? ¿Acaso nunca habías escuchado ese proverbio? Un sabio dijo una vez eso y no creerle seria ignorar algo que no es cierto. Los hombres suelen ser más simples y de pensamientos un poco más primitivos que las mujeres. Puedo confirmarlo aún más, normalmente suelo estar rodeado de magnificas mujeres.
Tan magnificas, que traerán a la vida a mi nueva generación.
-Me llevare esto y esto por favor, con un lingote de cada me basta.- El marcado de Haya tenia muchas cosas que podían ofrecer. Para ponerlo en simples términos, para mí que soy herrero, es como si pudiera un niño en una dulcería con dinero infinito. Aunque claro, sin llegar a lo inimaginable. Este día realmente me sentía afortunado de tener la posibilidad de haber podido comprar Wolframio. Había estado pensando en un par de proyectos y con estos dos lingotes podía darme a la tarea de forjarlos. Aunque lo de forjar seria para más tarde, por ahora es momento de comer y descansar.
Por otro lado, antes de retirarme del lugar algo llamo mi atención. Era una pequeña tienda de instrumentos musicales. Llegue hasta el puesto. Observe cada instrumento, aunque ninguno me llamaba profundamente la atención. Hasta que distinguí uno en especial, un shamisen. Su diseño era atractivo para mí, tenía bordado una mujer de vestido rojo- De cierto modo, me recordaba a mi madre y, sin pensarlo mucho, compre el instrumento.
De todas formas, termine comprando muchos juegos de mesas. Me gustan mucho esas cosas.
Ya era momento de descansar. Busque y busque hasta encontrar una llamada Wipe´s. Entre y lo primero que vi era la cantidad de personas que habían. Eran bastantes, incluso me atrevería a decir que demasiadas para mi gusto. Solía disfrutar más de los espacios abiertos pero como hoy era un día especial, podía hacer una excepción. Fui a las mesas del fondo. Me dispuse a sentarme acompañado de Suzaku. EL cantinero apenas entrar me había preguntado que había consumir. – Coloque lo mejor que tenga en mi mesa, por favor. - Hice una pequeña reverencia. Mientras esperaba. Saque mi nuevo instrumento y, me dispuse a tocar mientras mi comida y mi bebida.
Tan magnificas, que traerán a la vida a mi nueva generación.
-Me llevare esto y esto por favor, con un lingote de cada me basta.- El marcado de Haya tenia muchas cosas que podían ofrecer. Para ponerlo en simples términos, para mí que soy herrero, es como si pudiera un niño en una dulcería con dinero infinito. Aunque claro, sin llegar a lo inimaginable. Este día realmente me sentía afortunado de tener la posibilidad de haber podido comprar Wolframio. Había estado pensando en un par de proyectos y con estos dos lingotes podía darme a la tarea de forjarlos. Aunque lo de forjar seria para más tarde, por ahora es momento de comer y descansar.
Por otro lado, antes de retirarme del lugar algo llamo mi atención. Era una pequeña tienda de instrumentos musicales. Llegue hasta el puesto. Observe cada instrumento, aunque ninguno me llamaba profundamente la atención. Hasta que distinguí uno en especial, un shamisen. Su diseño era atractivo para mí, tenía bordado una mujer de vestido rojo- De cierto modo, me recordaba a mi madre y, sin pensarlo mucho, compre el instrumento.
De todas formas, termine comprando muchos juegos de mesas. Me gustan mucho esas cosas.
Ya era momento de descansar. Busque y busque hasta encontrar una llamada Wipe´s. Entre y lo primero que vi era la cantidad de personas que habían. Eran bastantes, incluso me atrevería a decir que demasiadas para mi gusto. Solía disfrutar más de los espacios abiertos pero como hoy era un día especial, podía hacer una excepción. Fui a las mesas del fondo. Me dispuse a sentarme acompañado de Suzaku. EL cantinero apenas entrar me había preguntado que había consumir. – Coloque lo mejor que tenga en mi mesa, por favor. - Hice una pequeña reverencia. Mientras esperaba. Saque mi nuevo instrumento y, me dispuse a tocar mientras mi comida y mi bebida.
- Musiquita que toco mientras espero.:
- https://www.youtube.com/watch?v=udZF03l-HN8&ab_channel=Hyuman
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tinny parecía tener hambre y yo bastante sed. Así que era momento de empezar a solucionar esos dos problemas. Pedí al tabernero un zumo de naranja y una copa de vino para mi, mientras que para Tinny pedí una zanahoria, que le iba a sentar mal, pero al cabrito le chiflaban. Así que una vez pedido y servido nuestras respectivos pedidos procedimos a beber/comer. Tinny parecía estar super concentrado mientras que yo daba un sorbo de vez en cuando al vino y al zumo de naranja.
Entonces llegó el, un extraño de lo más variopinto que tenía un extraño instrumento. Se sentó en el fondo del local mientras yo seguía a lo mío a pesar de que no podía quitar la vista de aquel instrumento. No me llamaba la atención el hombre para nada, ya que parecía uno más entre tantos, pero ya que tuviera un instrumento musical tan raro ya era digno de mi atención. El problema surgió en el momento en que se dispuso a tocarlo allí, en mitad del local, sin pensar que pudiera molestar con su música.
Que oye, quizás iba a sonar algo bonito y nos amenizaría la velada....y maldito el momento en que le dejaron empezar a tocar. Que ¿música? tan estridente, con tan poco ritmo, alta...excesiva. Por todos los dioses ¿Este hombre nunca ha escuchado a los clásicos?. Parecía más una discoteca que otra cosa. No me gustaba nada, y Tinny parecía opinar lo mismo, puesto que el conejo se escondió en mi regazo dejando su zanahoria a medio acabar.
Bueno, igual en su lugar de origen eso era música...pero pobre de él si entraba en Praha tocando eso. No pude evitar echarme el cabello hacia adelante y tratar de ignorar aquello. Me daba ganas de coger yo mi violín o el piano de la tasca para enseñarle algunos pasos básicos.
Así que de entrada cogí la copa de vino y me la bebí del tirón, con intención de levantarme e irme del lugar. No por la propia incomodidad, sino porque a este paso acabaría diciéndole algo a aquel tipo, y no soy persona que le guste la gresca gratuita.
Entonces llegó el, un extraño de lo más variopinto que tenía un extraño instrumento. Se sentó en el fondo del local mientras yo seguía a lo mío a pesar de que no podía quitar la vista de aquel instrumento. No me llamaba la atención el hombre para nada, ya que parecía uno más entre tantos, pero ya que tuviera un instrumento musical tan raro ya era digno de mi atención. El problema surgió en el momento en que se dispuso a tocarlo allí, en mitad del local, sin pensar que pudiera molestar con su música.
Que oye, quizás iba a sonar algo bonito y nos amenizaría la velada....y maldito el momento en que le dejaron empezar a tocar. Que ¿música? tan estridente, con tan poco ritmo, alta...excesiva. Por todos los dioses ¿Este hombre nunca ha escuchado a los clásicos?. Parecía más una discoteca que otra cosa. No me gustaba nada, y Tinny parecía opinar lo mismo, puesto que el conejo se escondió en mi regazo dejando su zanahoria a medio acabar.
Bueno, igual en su lugar de origen eso era música...pero pobre de él si entraba en Praha tocando eso. No pude evitar echarme el cabello hacia adelante y tratar de ignorar aquello. Me daba ganas de coger yo mi violín o el piano de la tasca para enseñarle algunos pasos básicos.
Así que de entrada cogí la copa de vino y me la bebí del tirón, con intención de levantarme e irme del lugar. No por la propia incomodidad, sino porque a este paso acabaría diciéndole algo a aquel tipo, y no soy persona que le guste la gresca gratuita.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A veces el destino estaba lleno de casualidades y posibilidades que incluso a mí mismo me constaba comprender. Muchos tenían la fuerte creencia que todo ya estaba escrito por una entidad poderosa, una divinidad que dejo escrito el destino de cada cosa en este mundo.
Por mi parte, prefiero creer que forjo todo con mis manos, porque estoy soy, un forjador de lo imposible.
-Veo que a alguien no le gusta la música de Wano. – Dije parando de golpe de tocar. Pude ver como una chica de cabellos rubios se levantaba de golpe al terminar su copa de vino. Por su expresión, claramente estaba insatisfecha con lo que sus oídos escuchaban. Para un músico como yo, eso resultaba ser un poco ofensivo, refiriéndome claramente a que estoy faltándole el respeto a alguien que no estaba disfrutando de la música.
Estoy siendo grosero sin querer serlo, era algo bastante vergonzoso
- ¿Quizás debería cantar algo un poco más suave para odios delicados como el suyo? Creo tener en mi repertorio musical algo para usted.
Deje mi instrumento en la mesa y me puse de pie. Todos me observaban y ya estaba acostumbrado a eso. Junte mis manos y me prepare para usar el mejor instrumento musical que tengo a mis manos.
Si, se trataba de mi voz.
Como siempre, la voz angelical que se me brindo la vida dio vida a la canción narrada por mi madre. Narraba la curiosa historia de un herrero que se encontraba en las montañas oculto del mundo. Resultaba curiosa la visión a futuro que mi madre tenía sobre mí. Quizás algún día se cumpla. Quizás algún día encuentre una montaña nevada donde me quede forjando y aumentando mi colección de armas.
Aunque eso quizás ocurra en un un futuro muy lejano.
-Espero que la historia del forjador de lo imposible, fuera del agrado de todos. – Todos comenzaron a aplaudir. Era bastante agradable saber que las voces angelicales eran del agrado de las personas. Por otro lado, mi comida había llegado a la mesa, era momento de comer.
Por mi parte, prefiero creer que forjo todo con mis manos, porque estoy soy, un forjador de lo imposible.
-Veo que a alguien no le gusta la música de Wano. – Dije parando de golpe de tocar. Pude ver como una chica de cabellos rubios se levantaba de golpe al terminar su copa de vino. Por su expresión, claramente estaba insatisfecha con lo que sus oídos escuchaban. Para un músico como yo, eso resultaba ser un poco ofensivo, refiriéndome claramente a que estoy faltándole el respeto a alguien que no estaba disfrutando de la música.
Estoy siendo grosero sin querer serlo, era algo bastante vergonzoso
- ¿Quizás debería cantar algo un poco más suave para odios delicados como el suyo? Creo tener en mi repertorio musical algo para usted.
Deje mi instrumento en la mesa y me puse de pie. Todos me observaban y ya estaba acostumbrado a eso. Junte mis manos y me prepare para usar el mejor instrumento musical que tengo a mis manos.
Si, se trataba de mi voz.
"Humo verás de la montaña al respirar
y el viento entre valles sooooplará
el cielo y su luz, pronto oscurecerá
y sabrás que Alpha vendrá
Tropezarás, a un abismo te enfrentarás
Gritos y aullidos te envuelven hoy
Cerca de un puente, el frío te congelará
Si lo cruzas allí hallarás a Alpha
Río infernal, que a la tierra calcinará
Su reino de piedra ocultó esta
Como un dios, el acero repicará
Es aquel llamado Alpha
Llamas que caen, cual estrellas verás saltar
Es la forja de una divinidad
Fuelles y fuego, trabajan con decisión
El joven de la forja está aquí, es Alpha"
y el viento entre valles sooooplará
el cielo y su luz, pronto oscurecerá
y sabrás que Alpha vendrá
Tropezarás, a un abismo te enfrentarás
Gritos y aullidos te envuelven hoy
Cerca de un puente, el frío te congelará
Si lo cruzas allí hallarás a Alpha
Río infernal, que a la tierra calcinará
Su reino de piedra ocultó esta
Como un dios, el acero repicará
Es aquel llamado Alpha
Llamas que caen, cual estrellas verás saltar
Es la forja de una divinidad
Fuelles y fuego, trabajan con decisión
El joven de la forja está aquí, es Alpha"
Como siempre, la voz angelical que se me brindo la vida dio vida a la canción narrada por mi madre. Narraba la curiosa historia de un herrero que se encontraba en las montañas oculto del mundo. Resultaba curiosa la visión a futuro que mi madre tenía sobre mí. Quizás algún día se cumpla. Quizás algún día encuentre una montaña nevada donde me quede forjando y aumentando mi colección de armas.
Aunque eso quizás ocurra en un un futuro muy lejano.
-Espero que la historia del forjador de lo imposible, fuera del agrado de todos. – Todos comenzaron a aplaudir. Era bastante agradable saber que las voces angelicales eran del agrado de las personas. Por otro lado, mi comida había llegado a la mesa, era momento de comer.
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parecía que aquel tipo no entendía que no me interesaba escucharle. Buscaba solamente tranquilidad en aquel local, y la estaba teniendo hasta la llegada de aquel hombre. Este no tardó decir que había gente que no le gustaba la música de Wano, en referencia a mi imaginaba. ¿Qué avispado no? ¿ Como se percató?...quizás mis muecas y mis gestos faciales como cuando arañas una pizarra no habían sido lo suficientemente directas....
Luego se dirigió a mi directamente y sus palabras no pudieron ser mas impropias. No tenía nada en contra de él, ya que no lo conocía, y después de esto me apetecía menos. Pero eso no quitaba que le respondiera con educación al fin y al cabo.
-No se moleste- le dije con tranquilidad- No le he pedido en ningún momento que me cantara, pero gracias, pero no. Además ya me iba.
No resultó, pues me cantó una canción para alarde de todos. La sala aplaudió, aunque debían tener todos el oído atrofiado, pero bueno, para gustos colores ¿No?. No conocía estos mares y tampoco pretendía entender a sus gentes. Sin duda fue del agrado de todos la canción, no cabía duda, sería un artista aqui, pero en Praha iba a comerse los mocos.
-Tinny- dije llamando a mi conejo para que saltara de la mesa y me siguiera hacia la salida, ya que me había levantado previamente al acabar mi copa. La canción era bonita, pero después de conocer a varios fanfarrones una sacaba por lógica quién era aquel tipo de la canción.
Antes de salir me acerqué a la barra, saqué mi monedero y pagué con algunos berries las consumiciones. Volví a guardarla mientras la comida de aquel cantante llegaba a su mesa.
-Por favor si puede darme una botella de zumo o algo afrutado se lo agradecería- le dije al tabernero, el cual asintió con la cabeza y sacó una pequeña botella detrás de la barra, algo polvorienta. Volví a pagarle la botella, la agarré y me dispuse a salir del local para sentarme en la fuente de la plaza, la cual estaba bastante tranquila ahora mismo a pesar de la gente que había alrededor.
Tinny se sentó en el borde de la fuente y yo abrí la botella de licor afrutado que me habían dado, para dar un pequeño sorbo y seguir a lo mío.
Luego se dirigió a mi directamente y sus palabras no pudieron ser mas impropias. No tenía nada en contra de él, ya que no lo conocía, y después de esto me apetecía menos. Pero eso no quitaba que le respondiera con educación al fin y al cabo.
-No se moleste- le dije con tranquilidad- No le he pedido en ningún momento que me cantara, pero gracias, pero no. Además ya me iba.
No resultó, pues me cantó una canción para alarde de todos. La sala aplaudió, aunque debían tener todos el oído atrofiado, pero bueno, para gustos colores ¿No?. No conocía estos mares y tampoco pretendía entender a sus gentes. Sin duda fue del agrado de todos la canción, no cabía duda, sería un artista aqui, pero en Praha iba a comerse los mocos.
-Tinny- dije llamando a mi conejo para que saltara de la mesa y me siguiera hacia la salida, ya que me había levantado previamente al acabar mi copa. La canción era bonita, pero después de conocer a varios fanfarrones una sacaba por lógica quién era aquel tipo de la canción.
Antes de salir me acerqué a la barra, saqué mi monedero y pagué con algunos berries las consumiciones. Volví a guardarla mientras la comida de aquel cantante llegaba a su mesa.
-Por favor si puede darme una botella de zumo o algo afrutado se lo agradecería- le dije al tabernero, el cual asintió con la cabeza y sacó una pequeña botella detrás de la barra, algo polvorienta. Volví a pagarle la botella, la agarré y me dispuse a salir del local para sentarme en la fuente de la plaza, la cual estaba bastante tranquila ahora mismo a pesar de la gente que había alrededor.
Tinny se sentó en el borde de la fuente y yo abrí la botella de licor afrutado que me habían dado, para dar un pequeño sorbo y seguir a lo mío.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Y al final, resulto ser una chica bastante odiosa, aunque también era bastante educada. Se caminaba con cierta gracia y sus movimientos eran precisos. Era una lástima que no podíamos tener un gusto musical en común, aunque no podía culparla y tampoco era culpa de nadie. Cada cabeza era un mundo y el mundo estaba lleno de mil posibilidades.
La comida resulto ser bastante deliciosa al igual que la bebida. Cada bocado que daba me brindaba una tormenta de sabores en mi paladar. Era increíble como el arte culinario en cada isla era diferente en otro y era aún más sorprendente, que una isla dominada por criminales y piratas tuviera a un cocinero tan bueno como este. Aunque ya era momento de partir, pronto tendría que encontrar un lugar indicado para comenzar la fabricación de las cosillas por las cuales había comprado el material de esta isla, así que era momento de dirigirme al bosque.
Pague la cuenta y me reitre del lugar, monte a Suzaku y estaba a punto de retirarme hacia mi nuevo destino. Pero algo hizo que me detuviera, era observar de nuevo a la rubia sentada en la fuente de la plaza que se encontraba al frente. Mi compañera plumífera se le quedaba mirando fijamente a aquella persona, con el ceño fruncido. ¿Quizás ella le había caído mal? Es posible, de igual manera a mí no me importaba mucho. Me subí sobre ella y le acaricie la cabeza. También me quede observando a la joven por un rato al igual que su mascota. El conejo era lindo blanco y bastante comelón, a simple vista podía darme cuenta que era bastante gordito y que quizás comía de más. Su pelaje me indicaba que nada andaba mal con él, un animal con una buena dueña, eso era agradable.
Pero una persona odiosa… no tanto.
-Vámonos, Suzaku. - Para poder ir al bosque. La salida quedaba en dirección al otro lado de la plaza. Pasamos derecho justo al frente de la fuente y de la “amable” señorita rubia. Suzaku aún le miraba con el ceño fruncido. Yo la regañe un poco bufando unas cuantas llamas desde mi boca. Ella agacho la cabeza esquivando las llamas y enseguida me miró fijamente. – No vale la pena. Tú sigue. Tengo cosas que forjar. – Mi compañera y yo seguimos avanzando aunque ella aún seguía mirando atrás muy molesta y desde cierta distancia ella le saco la lengua. Era normal, las súper aves de batalla no soportaban a las personas odiosas y groseras.
Mascotas... ¿Quién las entiende?
La comida resulto ser bastante deliciosa al igual que la bebida. Cada bocado que daba me brindaba una tormenta de sabores en mi paladar. Era increíble como el arte culinario en cada isla era diferente en otro y era aún más sorprendente, que una isla dominada por criminales y piratas tuviera a un cocinero tan bueno como este. Aunque ya era momento de partir, pronto tendría que encontrar un lugar indicado para comenzar la fabricación de las cosillas por las cuales había comprado el material de esta isla, así que era momento de dirigirme al bosque.
Pague la cuenta y me reitre del lugar, monte a Suzaku y estaba a punto de retirarme hacia mi nuevo destino. Pero algo hizo que me detuviera, era observar de nuevo a la rubia sentada en la fuente de la plaza que se encontraba al frente. Mi compañera plumífera se le quedaba mirando fijamente a aquella persona, con el ceño fruncido. ¿Quizás ella le había caído mal? Es posible, de igual manera a mí no me importaba mucho. Me subí sobre ella y le acaricie la cabeza. También me quede observando a la joven por un rato al igual que su mascota. El conejo era lindo blanco y bastante comelón, a simple vista podía darme cuenta que era bastante gordito y que quizás comía de más. Su pelaje me indicaba que nada andaba mal con él, un animal con una buena dueña, eso era agradable.
Pero una persona odiosa… no tanto.
-Vámonos, Suzaku. - Para poder ir al bosque. La salida quedaba en dirección al otro lado de la plaza. Pasamos derecho justo al frente de la fuente y de la “amable” señorita rubia. Suzaku aún le miraba con el ceño fruncido. Yo la regañe un poco bufando unas cuantas llamas desde mi boca. Ella agacho la cabeza esquivando las llamas y enseguida me miró fijamente. – No vale la pena. Tú sigue. Tengo cosas que forjar. – Mi compañera y yo seguimos avanzando aunque ella aún seguía mirando atrás muy molesta y desde cierta distancia ella le saco la lengua. Era normal, las súper aves de batalla no soportaban a las personas odiosas y groseras.
Mascotas... ¿Quién las entiende?
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al menos pude beber tranquila sin demasiada molestia junto a Tinny. La verdad es que ya me encontraba mucho más cómoda, así que aproveché para dejar la botella sobre el borde de la fuente mientras miraba a mi mascota.
En ese momento vi como aquel chico salía de la taberna y se subía a un pollo grande que parecía ser su montura. Debo admitir que me llamó la atención puesto que nunca había visto semejante montura anteriormente. Tinny también parecía curioso e incluso movió sus orejas dándome aviso de que me habían echado la lengua en señal de burla.
Me quedé mirándolo sin comprender muy bien el porqué hacía eso. Quizás era una costumbre de ese tipo de monturas, vete a saber.
-Tinny, ven aquí, tengo que verte la heridita de la oreja- le dije en alusión a la pequeña rozadura que se había hecho en la cara interior de su oreja el otro día. El conejo saltó a mi regazo, y yo por mi parte, puse mi mano sobre su oreja. Esta empezó a brillar con un fulgor blanco/ dorado como si fuera un farol. Acto seguido toqué con mi dedo la pequeña rozadura, curándose esta al momento. Tinny parecía estar agradecido.
-¿Mejor verdad?- le dije con tono amable- La próxima vez no te metas por el bosque tu solo, que te arañas con las ramas.
Dicho esto pude ver que el trovador, encima de su montura, se alejaba. No pude evitar ver que salieron unas cuantas llamas de su boca ( de la del jinete). Así que o una de dos, o tenía ardor en el estómago por lo que acababa de comer o era un usuario...bueno, quizás era un mago aparte de cantante, vete tu a saber....No, seguramente un usuario.
Tinny por su parte no paraba de mirar a Suzaku, muestra de que tenía interés por aquel pollo grande.
En ese momento vi como aquel chico salía de la taberna y se subía a un pollo grande que parecía ser su montura. Debo admitir que me llamó la atención puesto que nunca había visto semejante montura anteriormente. Tinny también parecía curioso e incluso movió sus orejas dándome aviso de que me habían echado la lengua en señal de burla.
Me quedé mirándolo sin comprender muy bien el porqué hacía eso. Quizás era una costumbre de ese tipo de monturas, vete a saber.
-Tinny, ven aquí, tengo que verte la heridita de la oreja- le dije en alusión a la pequeña rozadura que se había hecho en la cara interior de su oreja el otro día. El conejo saltó a mi regazo, y yo por mi parte, puse mi mano sobre su oreja. Esta empezó a brillar con un fulgor blanco/ dorado como si fuera un farol. Acto seguido toqué con mi dedo la pequeña rozadura, curándose esta al momento. Tinny parecía estar agradecido.
-¿Mejor verdad?- le dije con tono amable- La próxima vez no te metas por el bosque tu solo, que te arañas con las ramas.
Dicho esto pude ver que el trovador, encima de su montura, se alejaba. No pude evitar ver que salieron unas cuantas llamas de su boca ( de la del jinete). Así que o una de dos, o tenía ardor en el estómago por lo que acababa de comer o era un usuario...bueno, quizás era un mago aparte de cantante, vete tu a saber....No, seguramente un usuario.
Tinny por su parte no paraba de mirar a Suzaku, muestra de que tenía interés por aquel pollo grande.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me adentre en el bosque en búsqueda de un lugar tranquilo y lejos de las personas para come a confeccionar mis nuevas herramientas. No era la primera vez que estaba bajo la refrescante brisa y el dulce aroma del bosque de Jaya. ¿Peligroso? Si, eso no podía negarlo. La fauna de este lugar no era nada amigable con aquellas formas de vida que no eran fuertes. Muchos insectos gigantes son la causa de que este lugar tenga cierto grado de peligrosidad.
Pero… yo soy más peligroso que todo el bosque junto.
Encontré lo que buscaba, se trataba de una cueva que se encontrabas oportunamente a las orillas de una cueva. La primera acción que realice fue revisar el interior de la cueva, no quería llevarme la sorpresa que se tratase del territorio de algún animal que me tocara matar ahora o más adelante. A simple viste el lugar se encontraba totalmente vacío, me procure a inspeccionar un poco más y no encontré restos de algún otro animal cazado ni huellas.
Era una cueva totalmente vacía… ¡Bien!
Desempaque y procure hacerme una cama con hojas de árboles y unas sábanas. Mientras me encontrara en esta ciudad lo menos que quería era tener contacto con los citadinos. Suzaku se acercó a la orilla del rió y comenzó a pescar por sí misma. Por mi parte, reuní unos cuantos leños. Los apile unos con otros y luego les coloque rocas alrededor. Sople una llamarada para encender la madera, y con la fogata ya lista, ya podía concentrarme en otras cosas mientras la plumífera pescaba con suma tranquilidad.
Saque mi equipo de herrería y el material que había comprado. El metal lucia bastante bien y en excelente estado, eso me alegraba un montón. Coloque el metal en un recipiente del kit de herrería, y con mis manos comencé a subir la temperatura. Me asegure de tener los moldes de los objetos que tenía planeado manufacturar cerca de mí. Ahora tocaba esperar, el Wolframio debía fundirse adecuadamente. Yo debía tener paciencia y esperar.
Esto de ser un herrero es divertido, claro que si.
Pero… yo soy más peligroso que todo el bosque junto.
Encontré lo que buscaba, se trataba de una cueva que se encontrabas oportunamente a las orillas de una cueva. La primera acción que realice fue revisar el interior de la cueva, no quería llevarme la sorpresa que se tratase del territorio de algún animal que me tocara matar ahora o más adelante. A simple viste el lugar se encontraba totalmente vacío, me procure a inspeccionar un poco más y no encontré restos de algún otro animal cazado ni huellas.
Era una cueva totalmente vacía… ¡Bien!
Desempaque y procure hacerme una cama con hojas de árboles y unas sábanas. Mientras me encontrara en esta ciudad lo menos que quería era tener contacto con los citadinos. Suzaku se acercó a la orilla del rió y comenzó a pescar por sí misma. Por mi parte, reuní unos cuantos leños. Los apile unos con otros y luego les coloque rocas alrededor. Sople una llamarada para encender la madera, y con la fogata ya lista, ya podía concentrarme en otras cosas mientras la plumífera pescaba con suma tranquilidad.
Saque mi equipo de herrería y el material que había comprado. El metal lucia bastante bien y en excelente estado, eso me alegraba un montón. Coloque el metal en un recipiente del kit de herrería, y con mis manos comencé a subir la temperatura. Me asegure de tener los moldes de los objetos que tenía planeado manufacturar cerca de mí. Ahora tocaba esperar, el Wolframio debía fundirse adecuadamente. Yo debía tener paciencia y esperar.
Esto de ser un herrero es divertido, claro que si.
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Seguí a lo mío pensando en mis cosas mientras Tinny miraba a la senda por donde se había ido el herrero. La verdad es que el pobre conejo había demostrado tener mas curiosidad por el pato grande que tenía aquel tipo que yo.
-Gente muy rara ¿verdad Tinny?-le dije mientras me acababa mi bebida y observaba como el conejo miraba nuevamente al camino por donde se había ido.
-No, no pienso ir, me ha molestado y es un pedante.¿Te recuerdo lo que pasó la ultima vez que hicimos caso a un tipo como ese?.
El conejo tuvo un leve escalofrío al escuchar mis palabras, señal de que efectivamente se acordaba. No tenia nada en contra de aquel chico, pero no soportaba a los creídos y prefería no darles chance a que me molestaran. No me interesa ver pectorales o lo bueno que es alguien, sino ver su lado más humilde. Vale que en Praha somos muy "dionisiácos" pero sabemos respetar.
-Bueno Tinny, ya lo volveremos a ver, seguramente vuelva a beber cuando acabe de hacer lo que esté haciendo.- dije antes de ver como Tinny no estaba de acuerdo con mi parecer cuando me negaba con la abeza.
-No pienso ir detrás de ese flipado Tinny, así que esta vez me harás caso- dije antes de levantarme.
Tinny por su parte seguía curioso por aquel pájaro o pato...lo que fuera que tuviera aquel tipo.
-Venga vámonos, que hay que ir a la herrería a por tu collar y luego tenemos que ir a la joyería a por un par de anillos. Dicen que aquí hay muy buenos artesanos. Espero que me dejen las cosas a buen precio.
Dicho esto comencé a caminar calle abajo hasta las tiendas anteriormente mencionadas. Esperaba que no me timaran con el metal del collar de Tinny..ni tampoco que me tangaran con el oro de los anillos.
-Gente muy rara ¿verdad Tinny?-le dije mientras me acababa mi bebida y observaba como el conejo miraba nuevamente al camino por donde se había ido.
-No, no pienso ir, me ha molestado y es un pedante.¿Te recuerdo lo que pasó la ultima vez que hicimos caso a un tipo como ese?.
El conejo tuvo un leve escalofrío al escuchar mis palabras, señal de que efectivamente se acordaba. No tenia nada en contra de aquel chico, pero no soportaba a los creídos y prefería no darles chance a que me molestaran. No me interesa ver pectorales o lo bueno que es alguien, sino ver su lado más humilde. Vale que en Praha somos muy "dionisiácos" pero sabemos respetar.
-Bueno Tinny, ya lo volveremos a ver, seguramente vuelva a beber cuando acabe de hacer lo que esté haciendo.- dije antes de ver como Tinny no estaba de acuerdo con mi parecer cuando me negaba con la abeza.
-No pienso ir detrás de ese flipado Tinny, así que esta vez me harás caso- dije antes de levantarme.
Tinny por su parte seguía curioso por aquel pájaro o pato...lo que fuera que tuviera aquel tipo.
-Venga vámonos, que hay que ir a la herrería a por tu collar y luego tenemos que ir a la joyería a por un par de anillos. Dicen que aquí hay muy buenos artesanos. Espero que me dejen las cosas a buen precio.
Dicho esto comencé a caminar calle abajo hasta las tiendas anteriormente mencionadas. Esperaba que no me timaran con el metal del collar de Tinny..ni tampoco que me tangaran con el oro de los anillos.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Forja como si tú vida dependiera de ello", eso siempre solía decir mi madre. Aun recuerdo aquellos tiempos de estudio cuando era más pequeño. Adoraba con todo mi corazón estudiar acerca de cada metal y cómo tratar cada uno. Bueno, en aquellos tiempos no dejaba de ser un niño que disfrutaba más jugar que otra cosa y prestaba poca atención a madre. Recuerdo que comience a los diez a practicar herrerías justo después de mi clase de manejo de armas, aunque esas las comencé desde que tenía cinco años.
Siempre me han encantado las armas y las historias que contaban de cada una, pero mi interés por crearlas vino mucho después. Aunque mamá fue muy paciencia en esperar a que yo mismo diera el primer paso a la tradición familiar.
Hoy en día soy un mejor herrero, mama estaría totalmente orgullosa de mí. Estaría orgullosa de que si hijo fuera más que un simple herrero. Algo más que un simple pequeño que solo busca cumplir sus metas. Algo más que simple un simple resultado de años de fornicación para crear al heredero perfecto.
Y mi deber... Es apuntar a la cima.
El metal término de fundirse, eso significa que es momento de colocarlo en los moldes. Con mucho cuidado verti el Wolframio y poco a poco comenzó a solidificarse y tomar forma. ¿Que forma? Pronto se darían cuenta de cual forma le estaba dando a mis dos creaciones. Le tocaba al martillo pequeño en esta oportunidad. Lo tome con mi mano derecha y saque el primer metal y comencé a Martillo sobre el yunque. Luego con el otro. Luego de darles las formas que deseaba y finalmente decorar con algunos detalles ambos objetos. Los coloque en agua. Ambos estaban listos y aún Suzaku estaba pescando.
Me pregunto, que sería de ese lindo conejo que tenía aquella chica. De pronto sentí ganar de moldear una figura de acero de ese pequeñin, y eso haré.
Siempre me han encantado las armas y las historias que contaban de cada una, pero mi interés por crearlas vino mucho después. Aunque mamá fue muy paciencia en esperar a que yo mismo diera el primer paso a la tradición familiar.
Hoy en día soy un mejor herrero, mama estaría totalmente orgullosa de mí. Estaría orgullosa de que si hijo fuera más que un simple herrero. Algo más que un simple pequeño que solo busca cumplir sus metas. Algo más que simple un simple resultado de años de fornicación para crear al heredero perfecto.
Y mi deber... Es apuntar a la cima.
El metal término de fundirse, eso significa que es momento de colocarlo en los moldes. Con mucho cuidado verti el Wolframio y poco a poco comenzó a solidificarse y tomar forma. ¿Que forma? Pronto se darían cuenta de cual forma le estaba dando a mis dos creaciones. Le tocaba al martillo pequeño en esta oportunidad. Lo tome con mi mano derecha y saque el primer metal y comencé a Martillo sobre el yunque. Luego con el otro. Luego de darles las formas que deseaba y finalmente decorar con algunos detalles ambos objetos. Los coloque en agua. Ambos estaban listos y aún Suzaku estaba pescando.
Me pregunto, que sería de ese lindo conejo que tenía aquella chica. De pronto sentí ganar de moldear una figura de acero de ese pequeñin, y eso haré.
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pues nada, parecía que en la joyería me habían dejado a buen precio los dos anillos que necesitaba. No estaba mal y parecía que eran muy buenos artesanos. ¿Quién lo iba a pensar? Jaya no se caracterizaba por ser un lugar muy decente ni trabajador, pero parecía que todavía gozaba de algunas ventajas. El problema es que ahora estaba poniendo rumbo a la herrería, donde seguramente los modales iban a ser algo más "toscos", pero bueno....era necesario ir.
Había encargado un collar para Tinny a modo de regalo para su cumpleaños. Si, regalaba cosas a mi mascota ¿Pasa algo?. Era de los pocos seres vivos de los que me fiaba. Tinny llevaba conmigo mucho tiempo y siempre fue una buena compañía, y que mejor forma de demostrarlo que comprándole el mejor collar artesano, aunque fuera de metal pulido.
Llegué a la herrería y entré en la tienda que tenía anexa a la forja. Nada más cruzar la puerta pude ver al herrero tras el mostrador, el cual sonrió amigablemente nada más verme, a pesar de que sus ojos apuntaban a otro lugar.
-¡Moza Nayelis!-dijo tratando se ser lo más educado posible, aunque no lo lograra- Justo he finalizado el collar para su conejo hace unos diez minutos. Déjeme que vaya a buscarlo.
No me dio tiempo ni a saludar, pues corrió a la trastienda para buscar la pieza que le había encargado. Tinny por su parte se quedó a mi pie esperando, al igual que yo, su regalo. El herrero no tardó en aparecer con la pieza entre sus manos, depositándola sobre la mesa.
-Espero que le guste, son mil quinientos berries como habíamos acordado- concluyó poniendo la mano a modo de pago.
Yo saqué mi monedero y procedí a pagarle mientras miraba el collar tallado de color gris platino mientras le daba las gracias al hombre por su esfuerzo y rápida atención para con mi pedido.
-Le agradezco mucho su trabajo, se ve que le pone empeño incluso para una mascota- dije con una sonrisa mientras le colocaba a Tinny su nuevo regalo.
-Felicidades peque- dije manteniendo la sonrisa mientras el herrero miraba como se lo colocaba.
Había encargado un collar para Tinny a modo de regalo para su cumpleaños. Si, regalaba cosas a mi mascota ¿Pasa algo?. Era de los pocos seres vivos de los que me fiaba. Tinny llevaba conmigo mucho tiempo y siempre fue una buena compañía, y que mejor forma de demostrarlo que comprándole el mejor collar artesano, aunque fuera de metal pulido.
Llegué a la herrería y entré en la tienda que tenía anexa a la forja. Nada más cruzar la puerta pude ver al herrero tras el mostrador, el cual sonrió amigablemente nada más verme, a pesar de que sus ojos apuntaban a otro lugar.
-¡Moza Nayelis!-dijo tratando se ser lo más educado posible, aunque no lo lograra- Justo he finalizado el collar para su conejo hace unos diez minutos. Déjeme que vaya a buscarlo.
No me dio tiempo ni a saludar, pues corrió a la trastienda para buscar la pieza que le había encargado. Tinny por su parte se quedó a mi pie esperando, al igual que yo, su regalo. El herrero no tardó en aparecer con la pieza entre sus manos, depositándola sobre la mesa.
-Espero que le guste, son mil quinientos berries como habíamos acordado- concluyó poniendo la mano a modo de pago.
Yo saqué mi monedero y procedí a pagarle mientras miraba el collar tallado de color gris platino mientras le daba las gracias al hombre por su esfuerzo y rápida atención para con mi pedido.
-Le agradezco mucho su trabajo, se ve que le pone empeño incluso para una mascota- dije con una sonrisa mientras le colocaba a Tinny su nuevo regalo.
-Felicidades peque- dije manteniendo la sonrisa mientras el herrero miraba como se lo colocaba.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Todo estaba listo. Ya habíamos comido los pecados que Suzaku había preparado y la figura y mis dos nuevos juguetes ya habían sido manufacturados. Era momento ya de descansar. Al lado de la fogata me encontraba toando mi Shamisen. Improvisando un poco y dejándome llevar por el sonido de la naturaleza. También me preguntaba por qué a aquella rubia no le había agradado mi música.
-Quizás no soy tan bueno.- Dije en voz alta para mí mismo. No juzgaba a nadie por tener un gusto musical diferente al mío. De hecho, soy un fiel defensor de que cada cabeza es un mundo. Luego de un rato observaba fijamente a la figurita del conejito que había creado en unos momentos. Me parce un animalito bastante tierno y singular, me caía bien.
Por otro lado, mi cabeza aún estaba llena de pensamientos. Aún tenía un montón de ideas y planes los cuales yo deseaba llevar a cabo. Pensamientos los cuales me tenían totalmente distraído del mundo real. Pasaron los minutos y yo seguía introducido en mi mente. Hasta que un sonido interrumpió mi meditación. Voltee la mirada, y allí estaba. Era grande… muy grande. Lo suficiente como para atemorizar a cualquiera.
Se trataba de un ciempiés gigante.
-Al parecer… es momento de jugar. – Me subí sobre mi compañera y empuñe mi alabarda. Los insectos son criaturas indómitas ya que obedecen a unos instintos muy básicos. Y este probablemente se vio atraído por el olor del pescado asado. Mi lenguaje corporal no intimidaba a la criatura. Absolutamente no tenía miedo de mí. Se trataba de un depredador tratando de cazar a su presa y yo no tenía intención de ser la comida de nadie.
- Lastimosamente… contigo no puedo crear gran cosa.
-Quizás no soy tan bueno.- Dije en voz alta para mí mismo. No juzgaba a nadie por tener un gusto musical diferente al mío. De hecho, soy un fiel defensor de que cada cabeza es un mundo. Luego de un rato observaba fijamente a la figurita del conejito que había creado en unos momentos. Me parce un animalito bastante tierno y singular, me caía bien.
Por otro lado, mi cabeza aún estaba llena de pensamientos. Aún tenía un montón de ideas y planes los cuales yo deseaba llevar a cabo. Pensamientos los cuales me tenían totalmente distraído del mundo real. Pasaron los minutos y yo seguía introducido en mi mente. Hasta que un sonido interrumpió mi meditación. Voltee la mirada, y allí estaba. Era grande… muy grande. Lo suficiente como para atemorizar a cualquiera.
Se trataba de un ciempiés gigante.
-Al parecer… es momento de jugar. – Me subí sobre mi compañera y empuñe mi alabarda. Los insectos son criaturas indómitas ya que obedecen a unos instintos muy básicos. Y este probablemente se vio atraído por el olor del pescado asado. Mi lenguaje corporal no intimidaba a la criatura. Absolutamente no tenía miedo de mí. Se trataba de un depredador tratando de cazar a su presa y yo no tenía intención de ser la comida de nadie.
- Lastimosamente… contigo no puedo crear gran cosa.
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Salí del establecimiento junto a Tinny para ir nuevamente a la plaza. Habíamos acabado la mayor parte de nuestras tareas. Así que pensé que podía ser una buena opción dar un pequeño paseo por el bosque junto a Tinny, y así dejar un poco atrás todo el bullicio de la villa. El conejo parecía bastante contento con su nuevo regalo, tanto es así que comenzó a saltar delante mía rumbo a la calle que nos llevaba hasta la salida de la ciudad. Era un pequeño sendero donde finalizaba la calle adoquinada y comenzaba el camino de tierra.
-Vamos, quizás podamos ir hasta el manantial que hay cerca y tomarnos un descanso ¿No crees?.-le dije mientras señalaba el camino y caminaba con tranquilidad por el lugar.
No tardamos mucho en llegar hasta el final del camino, y ahora tocaba meterse entre el follaje y los cantos rarunos de los pájaros. Mientras iba atravesando la zona, Tinny comenzó a olisquear algo, más parecía perro que conejo. Parecía haber captado algo y sin que le dijera nada salió corriendo bosque a través.
-¡Eh a donde vas?-dije comenzando a correr mientras maldecía mi suerte. Cuando Tinny olía algo solían ser problemas. ¿Por qué siempre me lleva a problemas?
Y efectivamente, nada más atravesar al espesura pude ver un ciempiés gigante que estaba atacando a alguien. ¿Había semejantes bicharracos en el bosque parecía que si?. Rápidamente vi a Tinny frenado a pocos metros de aquel ser, per su cabeza estaba enfocando a otro lado. ¿Era aquel tío de la taberna?
-Vamos, quizás podamos ir hasta el manantial que hay cerca y tomarnos un descanso ¿No crees?.-le dije mientras señalaba el camino y caminaba con tranquilidad por el lugar.
No tardamos mucho en llegar hasta el final del camino, y ahora tocaba meterse entre el follaje y los cantos rarunos de los pájaros. Mientras iba atravesando la zona, Tinny comenzó a olisquear algo, más parecía perro que conejo. Parecía haber captado algo y sin que le dijera nada salió corriendo bosque a través.
-¡Eh a donde vas?-dije comenzando a correr mientras maldecía mi suerte. Cuando Tinny olía algo solían ser problemas. ¿Por qué siempre me lleva a problemas?
Y efectivamente, nada más atravesar al espesura pude ver un ciempiés gigante que estaba atacando a alguien. ¿Había semejantes bicharracos en el bosque parecía que si?. Rápidamente vi a Tinny frenado a pocos metros de aquel ser, per su cabeza estaba enfocando a otro lado. ¿Era aquel tío de la taberna?
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.