Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Todo había terminado en aquella isla, mi objetivo de adentrarme más en los bajos fondos no había podido llevarlo a cabo, sin embargo, había conseguido algo que costaba mucho, o eso creía yo, experiencia de campo. Nunca en todo el tiempo que había trabajado me había encontrado con tantos problemas con los que me había encontrado en aquel lugar. Había estado en la boca del lobo casi desde el primer momento.
Tras todo lo que había logrado, la marina me ayudó para poder salir de aquel lugar dado que mi posibilidad de marcharme en otro barco se había ido con Lilith. Además, el favor que le había hecho a la marina me pareció que fue lo suficientemente importante como para que me concediesen aquello. Por otra parte, les había pedido que llevasen a aquellas chicas hasta la isla en la que Lilith había creado la base de su negocio.
El navío en el que yo me subí tomo rumbo sur, parecía que lo hacían con la intención de seguir la estela del cometa que había caído. Supuse que para adelantarse a aquellos piratas dado que les había dado una clara ventaja con mis acciones en el zeppelin. Sin embargo, o bien su navegante no se había dado cuenta o la mala suerte nos invadió. Durante varios días seguidos tuvimos un gran tiempo, luego activaron varios mecanismos para que el barco avanzara sin necesidad de viento, esto se debió a que comenzamos a cruzar una zona en la que en el mar no había ni la más mínima brisa.
Por lo que me contaron, aquello era el Calm Belt, una zona marítima que iba paralela al Grand Line y que tenía aquella particularidad de no haber ni gota de viento. Además, me dijeron que era una zona extremadamente peligrosa no por quedarse atrapado, sino porque aquella zona era un nido de reyes marinos. Nunca los había visto, aunque cuando era pequeño si había comido su carne, la cual era una exquisitez para alguien que apreciase la comida de cualquier tipo.
Tras cruzar aquella zona el tiempo volvió a cambiar radicalmente, el viento se hizo notar rápidamente y las nubes se formaron con rapidez. Estos cambios hicieron que el mar se embraveciese y comenzase a azotar al barco por todas partes. Nunca había vomitado mientras navegaba, siempre había tenido buen estómago para soportar muchas cosas, pero aquello me fue imposible. Como pude bajé a las cocinas del navío para pedir un poco de agua, allí me dieron una pequeña bota de agua de la que bebí un pequeño trago. En ese momento se escuchó un estruendo. Salí a cubierta para ver si se necesitaba mi ayuda, pero de pronto un golpe en mi cabeza me dejó inconsciente.
Cuando volví a despertarme me encontraba en una especie de playa, aunque cuando miré alrededor pude ver que estaba lleno de barcos astillados, destrozados y alguno casi parecía como que se estaba construyendo. Pude notar que en el abrigo aún estaba la bota de agua, bebí un trago y me levanté para explorar aquel lugar.
Tras todo lo que había logrado, la marina me ayudó para poder salir de aquel lugar dado que mi posibilidad de marcharme en otro barco se había ido con Lilith. Además, el favor que le había hecho a la marina me pareció que fue lo suficientemente importante como para que me concediesen aquello. Por otra parte, les había pedido que llevasen a aquellas chicas hasta la isla en la que Lilith había creado la base de su negocio.
El navío en el que yo me subí tomo rumbo sur, parecía que lo hacían con la intención de seguir la estela del cometa que había caído. Supuse que para adelantarse a aquellos piratas dado que les había dado una clara ventaja con mis acciones en el zeppelin. Sin embargo, o bien su navegante no se había dado cuenta o la mala suerte nos invadió. Durante varios días seguidos tuvimos un gran tiempo, luego activaron varios mecanismos para que el barco avanzara sin necesidad de viento, esto se debió a que comenzamos a cruzar una zona en la que en el mar no había ni la más mínima brisa.
Por lo que me contaron, aquello era el Calm Belt, una zona marítima que iba paralela al Grand Line y que tenía aquella particularidad de no haber ni gota de viento. Además, me dijeron que era una zona extremadamente peligrosa no por quedarse atrapado, sino porque aquella zona era un nido de reyes marinos. Nunca los había visto, aunque cuando era pequeño si había comido su carne, la cual era una exquisitez para alguien que apreciase la comida de cualquier tipo.
Tras cruzar aquella zona el tiempo volvió a cambiar radicalmente, el viento se hizo notar rápidamente y las nubes se formaron con rapidez. Estos cambios hicieron que el mar se embraveciese y comenzase a azotar al barco por todas partes. Nunca había vomitado mientras navegaba, siempre había tenido buen estómago para soportar muchas cosas, pero aquello me fue imposible. Como pude bajé a las cocinas del navío para pedir un poco de agua, allí me dieron una pequeña bota de agua de la que bebí un pequeño trago. En ese momento se escuchó un estruendo. Salí a cubierta para ver si se necesitaba mi ayuda, pero de pronto un golpe en mi cabeza me dejó inconsciente.
Cuando volví a despertarme me encontraba en una especie de playa, aunque cuando miré alrededor pude ver que estaba lleno de barcos astillados, destrozados y alguno casi parecía como que se estaba construyendo. Pude notar que en el abrigo aún estaba la bota de agua, bebí un trago y me levanté para explorar aquel lugar.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Las olas rompían contra el embarcadero de Water 7 generando un curioso contraste con respecto a la calma del canal que circulaba a unas decenas del metros al otro lado de la plaza. La salida del puerto estaba completamente concurrida con la muchedumbre de personas que iban y venían. Iba vestida con las ropas de trabajo, a pesar de llamar la atención más de lo necesario, no importaba, nadie se paraba a hablarme y eso era lo que me importaba. Llevaba una maleta grande conmigo, en ella todo lo que necesitaba para la misión.
Estaba volviendo de Shabaody camino al West Blue, pero había recibido una llamada en medio del viaje. Un barco de la marina había desaparecido nada más salir del Calm Belt. Los agentes locales habían sido derivados a otros casos relacionados con el misterioso meteorito y quedaban pocos tras el caso de Thawne. Esta isla no era la más cercana, pero según la última comunicación en la ruta que llevaban, las corrientes deberían haber traído los restos del naufragio (De haber sido el caso) a la ciudad del agua. En caso contrario mi deber era rastrear las pistas que encontrase en busca de una respuesta, ya fuera un ataque al navío, un problema interno o complicaciones derivadas del clima. Eran barcos caros y cargados de vidas de marines, su mera desaparición en una ruta segura era un caso mayor.
Un par de horas después abrí la puerta de la habitación. Habían reservado una habitación a mi nombre, pero las direcciones no eran el fuerte del centro, así que me había costado mucho más rato del debido en llegar, eso sin contar que los ciudadanos eran... reticentes a darme direcciones, comprensible si me miraba al espejo. Por ahora no tenía pistas sólidas y tampoco estaba trabajando a contrarreloj, a diferencia del archipiélago de las burbujas. Me di el pequeño lujo de darme una ducha y relajarme. No me paré a mirar mi reflejo en el espejo, aquellas cicatrices se habían unido al resto para ampliar la colección, aunque por lo menos las heridas habían curado bien. Una vez acabé me vestí de nuevo y salí del hotel, rumbo a los astilleros de nivel más bajo. Allí recibían y desmantelaban barcos viejos o desguazados. El lugar al que las corrientes llevaban los naufragios cercanos y donde cientos de naves encontraban su final. Si habían llegado a la isla restos de un naufragio deberían estar ahí. Si no recibía más información acerca de una nave secuestrada o atacada significaba que los restos estaban en esa zona.
Estaba volviendo de Shabaody camino al West Blue, pero había recibido una llamada en medio del viaje. Un barco de la marina había desaparecido nada más salir del Calm Belt. Los agentes locales habían sido derivados a otros casos relacionados con el misterioso meteorito y quedaban pocos tras el caso de Thawne. Esta isla no era la más cercana, pero según la última comunicación en la ruta que llevaban, las corrientes deberían haber traído los restos del naufragio (De haber sido el caso) a la ciudad del agua. En caso contrario mi deber era rastrear las pistas que encontrase en busca de una respuesta, ya fuera un ataque al navío, un problema interno o complicaciones derivadas del clima. Eran barcos caros y cargados de vidas de marines, su mera desaparición en una ruta segura era un caso mayor.
Un par de horas después abrí la puerta de la habitación. Habían reservado una habitación a mi nombre, pero las direcciones no eran el fuerte del centro, así que me había costado mucho más rato del debido en llegar, eso sin contar que los ciudadanos eran... reticentes a darme direcciones, comprensible si me miraba al espejo. Por ahora no tenía pistas sólidas y tampoco estaba trabajando a contrarreloj, a diferencia del archipiélago de las burbujas. Me di el pequeño lujo de darme una ducha y relajarme. No me paré a mirar mi reflejo en el espejo, aquellas cicatrices se habían unido al resto para ampliar la colección, aunque por lo menos las heridas habían curado bien. Una vez acabé me vestí de nuevo y salí del hotel, rumbo a los astilleros de nivel más bajo. Allí recibían y desmantelaban barcos viejos o desguazados. El lugar al que las corrientes llevaban los naufragios cercanos y donde cientos de naves encontraban su final. Si habían llegado a la isla restos de un naufragio deberían estar ahí. Si no recibía más información acerca de una nave secuestrada o atacada significaba que los restos estaban en esa zona.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquello no parecía nada real. A pesar de mi cuidado cuando hacía cualquier cosa ahora me había convertido en un náufrago y no sabía si aquel lugar podía ser una cosa similar a la que ya estuve en el West Blue. Mi suerte parecía no ser demasiado buena a la hora de viajar dado que las veces que lo había hecho había acabado siendo un náufrago.
Tras un rato caminando me encontré una parte pequeña del caso de un navío de la marina. Parecía ser la popa del barco. Tenía en uno de sus lados un color negro y el color del olor, apenas perceptible de la madera, era igual que cuan había visto quemarse la madera. En otro trozo de la madera se podían leer unas letras “… rugi”. Aquella tormenta parecía que había provocado una catástrofe. Habían muerto un montón de marines. Rodeé la madera y una estructura colosal apareció ante mí. Parecía una gran fuente de la que salía agua en su cumbre y caía por los lados.
“Debo de estar muerto. No existen cosas así” pensé al ver que el agua rodeaba por canales edificios y que conformaban aquel lugar en una ciudad enorme. Le di un trago más a la bota de agua y pensando en la alucinación en la que estaba o lo que fuese seguí avanzando por aquel lugar lleno de barcos destruidos, hasta que encontré un par de cuerpos tumbados en la arena.
Me acerqué a socorrer a los cuerpos pero no parecían reaccionar a nada de lo que les hacía. Tenían las ropas destrozadas, pero eran claramente reconocibles. Eran marines. Mis conocimientos no eran suficientes para intentar reanimarlos de alguna forma. Lo peor fue que reconocí a uno de ellos, el cual había conocido en el barco y había entablado algo de amistad con él por un tatuaje que se había hecho en el brazo. En el tatuaje ponía “Tsurugi”. No me hacía falta nada para saber que el trozo de madera que había encontrado era parte de la popa del barco.
Saqué la linterna y les separé las sombras a los cuerpos que luego se introdujeron en mi sombra. Me tumbé boca arriba y me puse a pensar en todo lo que recordaba del viaje para intentar saber que era lo que había sucedido.
Por suerte o por desgracia, no me dio tiempo a hacerlo mucho dado que de pronto escuché un par de voces que parecía que se acercaban hacia mi posición. Iban hablando de un barco que habían visto llegar a trozos a la cosa. Me preparé para el combate generando en mi mano derecha una hoja que salía desde la muñeca por encima del dorso de la mano sobresaliendo unos diez centímetros. Y en la otra generé un cubo a modo de apoyo. Pero antes de atacar necesitaba saber si eran enemigos o aliados.
Tras un rato caminando me encontré una parte pequeña del caso de un navío de la marina. Parecía ser la popa del barco. Tenía en uno de sus lados un color negro y el color del olor, apenas perceptible de la madera, era igual que cuan había visto quemarse la madera. En otro trozo de la madera se podían leer unas letras “… rugi”. Aquella tormenta parecía que había provocado una catástrofe. Habían muerto un montón de marines. Rodeé la madera y una estructura colosal apareció ante mí. Parecía una gran fuente de la que salía agua en su cumbre y caía por los lados.
“Debo de estar muerto. No existen cosas así” pensé al ver que el agua rodeaba por canales edificios y que conformaban aquel lugar en una ciudad enorme. Le di un trago más a la bota de agua y pensando en la alucinación en la que estaba o lo que fuese seguí avanzando por aquel lugar lleno de barcos destruidos, hasta que encontré un par de cuerpos tumbados en la arena.
Me acerqué a socorrer a los cuerpos pero no parecían reaccionar a nada de lo que les hacía. Tenían las ropas destrozadas, pero eran claramente reconocibles. Eran marines. Mis conocimientos no eran suficientes para intentar reanimarlos de alguna forma. Lo peor fue que reconocí a uno de ellos, el cual había conocido en el barco y había entablado algo de amistad con él por un tatuaje que se había hecho en el brazo. En el tatuaje ponía “Tsurugi”. No me hacía falta nada para saber que el trozo de madera que había encontrado era parte de la popa del barco.
Saqué la linterna y les separé las sombras a los cuerpos que luego se introdujeron en mi sombra. Me tumbé boca arriba y me puse a pensar en todo lo que recordaba del viaje para intentar saber que era lo que había sucedido.
Por suerte o por desgracia, no me dio tiempo a hacerlo mucho dado que de pronto escuché un par de voces que parecía que se acercaban hacia mi posición. Iban hablando de un barco que habían visto llegar a trozos a la cosa. Me preparé para el combate generando en mi mano derecha una hoja que salía desde la muñeca por encima del dorso de la mano sobresaliendo unos diez centímetros. Y en la otra generé un cubo a modo de apoyo. Pero antes de atacar necesitaba saber si eran enemigos o aliados.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La marea estaba baja, el olor a metal oxidado y madera podrida eclipsaba al del agua salada estancada entre los restos de barcos. Los viejos y abandonados hace años contrastaban con los más recientes por las capas de lapas y mejillones que crecían en ellos, cubriendo totalmente en algunos casos lo poco que quedaba de la nave original. Fuera metal o fuera madera nada escapaba a la influencia de los años y las mareas, y eso hacía relativamente sencilla la tarea de encontrar los restos de un barco naufragado hacía poco tiempo.
No me fue muy difícil, lo más complicado hasta ahora había sido no caerme a las charcas de agua o resbalarme sobre restos de metal oxidado, aunque bueno, mi experiencia en Baristan brillaba en este momento a la hora de moverme por madera inestable. En medio de un banco de arena, rodeado de restos más maltrechos, ahí estaba la inconfundible popa de un navío marine, todavía desconocía si los restos eran los que buscaba, pero la falta de vida marina en estos era un buen inicio. Me acerqué y revisé los alrededores, no había rastro alguno de vida, por suerte o por desgracia. Un par de cuerpos estaban tendidos sobre la arena, la falta de heridas mortales y el tono de la piel hinchada indicaba que habían muerto ahogados. Estaban relativamente bien conservados, no hacía mucho de su muerte, estaba sobre la pista correcta, pero tenía que asegurarme. Busqué bajo la camisa de uno de ellos, en la chapa venía el nombre, el tipo sanguíneo y la unidad a la que servía. Efectivamente, la que estaba en el barco desaparecido.
Los cuerpos eran una cosa, pero los restos de un barco eran otra muy diferente. Sin daños evidentes como agujeros de balas de cañón no podía asumir que los habían atacado, por ahora la teoría del naufragio seguía cobrando fuerza, aunque no podía descartar ninguna posibilidad hasta tener pruebas concluyentes.
Y hablando de pruebas. Un último detalle me llamó la atención, una silueta marcada en la arena. Alguien había estado tumbado en esta recientemente. Las huellas sugerían que se había levantado y que seguramente fuera un testigo esencial para esclarecer el caso. Pero también me indicaban otra cosa, no estaba solo, o por lo menos no se había marchado solo. El rastro de por lo menos otras dos personas entraba en escena tras investigar un poco más. Las olas cercanas habían borrado parte de los rastros, lo que había ocurrido seguía siendo un misterio, pero había algo que estaba claro. Se había marchado una persona más de la que había llegado. Y las huellas se perdían en dirección a la ciudad, en la entrada del desagüe que llevaba a las alcantarillas. Los barrotes estaban oxidados y corroídos, una persona podía pasar sin problemas. No me hacía gracia la idea de buscar por ahí, pero el perro de presa no perdía un rastro, por muy desagradable que fuera.
No me fue muy difícil, lo más complicado hasta ahora había sido no caerme a las charcas de agua o resbalarme sobre restos de metal oxidado, aunque bueno, mi experiencia en Baristan brillaba en este momento a la hora de moverme por madera inestable. En medio de un banco de arena, rodeado de restos más maltrechos, ahí estaba la inconfundible popa de un navío marine, todavía desconocía si los restos eran los que buscaba, pero la falta de vida marina en estos era un buen inicio. Me acerqué y revisé los alrededores, no había rastro alguno de vida, por suerte o por desgracia. Un par de cuerpos estaban tendidos sobre la arena, la falta de heridas mortales y el tono de la piel hinchada indicaba que habían muerto ahogados. Estaban relativamente bien conservados, no hacía mucho de su muerte, estaba sobre la pista correcta, pero tenía que asegurarme. Busqué bajo la camisa de uno de ellos, en la chapa venía el nombre, el tipo sanguíneo y la unidad a la que servía. Efectivamente, la que estaba en el barco desaparecido.
Los cuerpos eran una cosa, pero los restos de un barco eran otra muy diferente. Sin daños evidentes como agujeros de balas de cañón no podía asumir que los habían atacado, por ahora la teoría del naufragio seguía cobrando fuerza, aunque no podía descartar ninguna posibilidad hasta tener pruebas concluyentes.
Y hablando de pruebas. Un último detalle me llamó la atención, una silueta marcada en la arena. Alguien había estado tumbado en esta recientemente. Las huellas sugerían que se había levantado y que seguramente fuera un testigo esencial para esclarecer el caso. Pero también me indicaban otra cosa, no estaba solo, o por lo menos no se había marchado solo. El rastro de por lo menos otras dos personas entraba en escena tras investigar un poco más. Las olas cercanas habían borrado parte de los rastros, lo que había ocurrido seguía siendo un misterio, pero había algo que estaba claro. Se había marchado una persona más de la que había llegado. Y las huellas se perdían en dirección a la ciudad, en la entrada del desagüe que llevaba a las alcantarillas. Los barrotes estaban oxidados y corroídos, una persona podía pasar sin problemas. No me hacía gracia la idea de buscar por ahí, pero el perro de presa no perdía un rastro, por muy desagradable que fuera.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquellos tipos no me habían escuchado y seguían hablando, Sin embargo, mi cabeza parecía no querer estar a lo que decían. Estaba saturando con adrenalina mi cuerpo para saltar en el momento adecuado contra aquellos tipos y el cansancio me impedía estar todo lo centrado que debía estar.
“Diez metros, aún es lejos para un ataque sorpresa, les daría tiempo a reaccionar” pensé mientras seguía observándoles. “Cinco metros, solo un poco más y podré darles el golpe de gracia en el momento preciso” preparé mis armas para saltar en el momento justo.
Tras un par de pasos más de aquellos tipos mi mente se quedó en blanco durante un momento haciéndome trastabillar y salir de donde me encontraba. Aún con el filo y el cubo intenté usarlos teniendo a una distancia mínima a aquellos tipos. Que tenían cara de estar sorprendidos ante mi repentina aparición. Moví el brazo en el que tenía el filo frente a ellos sin alcanzarles y sin ninguna fuerza. Tras eso caí de rodillas al suelo y luego de bruces contra el suelo. Lo último que escuché fue “Rápido, hay un superviviente”.
Un rato después me desperté. Aquel lugar tenía un color raro en sus olores, un color bastante desagradable proveniente de la descomposición de multitud de cosas. Reprimí las ganas de vomitar.
-Tranquilo. Es normal que eso pase la primera vez – me dijo una voz masculina a mi lado. – Estás más entero de lo que parecía cuando te encontramos. Te hemos dejado un poco de comida ahí en la mesa de al lado. Come, lo necesitarás. En la cabeza tenías una buena herida. Te quedará una buena cicatriz y te la hemos vendado. Al igual que el brazo, te lo hemos escayolado, nos pareció que tenías un brazo roto.
-Gra… gracias – le dije a aquel hombre mientras me levantaba con cuidado – Tu eres uno de los que me recogió en la playa ¿no?
-Bien, bien, parece que tu memoria sigue bastante bien. – Dijo sonriendo – Cuando comas me gustaría tener una conversación contigo. Tenemos preguntas que necesitan respuestas.
No quise decirle que también tenía alguna pregunta, en aquel sitio estaba en completa desventaja y parecían se buenos tipos. No me habían amordazado y me estaban dando de comer. Hice caso y comí lo que me habían dejado, para sorpresa mía, estaba bastante buena a pesar del lugar en el que estábamos.
-Bien, ya está. ¿Qué necesitabas saber? – le pregunté directamente al hombre una vez terminé.
-¿Quién eres? ¿Qué es lo que pasó en el barco para acabar naufragando con todos los marines muertos menos tú? ¿Cómo hiciste aquellas cosas con las manos? ¿Eres marine o pirata? – preguntó directamente sin dar ningún rodeo.
-Me gusta, directo y sin rodeos. – Dije sonriéndole – Haré lo mismo pues. Soy Morgoth. No sé que es lo que ha pasado en el barco. Algo me golpeó la cabeza y quedé inconsciente. Lo que hice con las manos me lo enseñó mi maestro Sung y no soy ni una cosa ni la otra. Vivo mi vida al día y consigo dinero como puedo ayudando a la gente, buena o mala me da igual, aunque tengo mi moralidad y hago lo correcto para ella. – Aquel hombre permaneció escuchando la escueta respuesta con una expresión neutra en la cara, aunque pude notar algo de reacción cuando mencioné a mi maestro.
De pronto otro hombre al que no reconocí, llegó hasta mi interrogador y le dijo algo al oído que apenas pude escuchar “Hay alguien en la entrada B, ¿hacemos algo?”
-Movimiento A. le dijo simplemente. – Se levantó y caminó hacia mí tendiéndome una mano – Creo que nos llevaremos bien. Acompáñanos, tenemos que marcharnos, te contaré lo que sucede mientas avanzamos.
“Diez metros, aún es lejos para un ataque sorpresa, les daría tiempo a reaccionar” pensé mientras seguía observándoles. “Cinco metros, solo un poco más y podré darles el golpe de gracia en el momento preciso” preparé mis armas para saltar en el momento justo.
Tras un par de pasos más de aquellos tipos mi mente se quedó en blanco durante un momento haciéndome trastabillar y salir de donde me encontraba. Aún con el filo y el cubo intenté usarlos teniendo a una distancia mínima a aquellos tipos. Que tenían cara de estar sorprendidos ante mi repentina aparición. Moví el brazo en el que tenía el filo frente a ellos sin alcanzarles y sin ninguna fuerza. Tras eso caí de rodillas al suelo y luego de bruces contra el suelo. Lo último que escuché fue “Rápido, hay un superviviente”.
Un rato después me desperté. Aquel lugar tenía un color raro en sus olores, un color bastante desagradable proveniente de la descomposición de multitud de cosas. Reprimí las ganas de vomitar.
-Tranquilo. Es normal que eso pase la primera vez – me dijo una voz masculina a mi lado. – Estás más entero de lo que parecía cuando te encontramos. Te hemos dejado un poco de comida ahí en la mesa de al lado. Come, lo necesitarás. En la cabeza tenías una buena herida. Te quedará una buena cicatriz y te la hemos vendado. Al igual que el brazo, te lo hemos escayolado, nos pareció que tenías un brazo roto.
-Gra… gracias – le dije a aquel hombre mientras me levantaba con cuidado – Tu eres uno de los que me recogió en la playa ¿no?
-Bien, bien, parece que tu memoria sigue bastante bien. – Dijo sonriendo – Cuando comas me gustaría tener una conversación contigo. Tenemos preguntas que necesitan respuestas.
No quise decirle que también tenía alguna pregunta, en aquel sitio estaba en completa desventaja y parecían se buenos tipos. No me habían amordazado y me estaban dando de comer. Hice caso y comí lo que me habían dejado, para sorpresa mía, estaba bastante buena a pesar del lugar en el que estábamos.
-Bien, ya está. ¿Qué necesitabas saber? – le pregunté directamente al hombre una vez terminé.
-¿Quién eres? ¿Qué es lo que pasó en el barco para acabar naufragando con todos los marines muertos menos tú? ¿Cómo hiciste aquellas cosas con las manos? ¿Eres marine o pirata? – preguntó directamente sin dar ningún rodeo.
-Me gusta, directo y sin rodeos. – Dije sonriéndole – Haré lo mismo pues. Soy Morgoth. No sé que es lo que ha pasado en el barco. Algo me golpeó la cabeza y quedé inconsciente. Lo que hice con las manos me lo enseñó mi maestro Sung y no soy ni una cosa ni la otra. Vivo mi vida al día y consigo dinero como puedo ayudando a la gente, buena o mala me da igual, aunque tengo mi moralidad y hago lo correcto para ella. – Aquel hombre permaneció escuchando la escueta respuesta con una expresión neutra en la cara, aunque pude notar algo de reacción cuando mencioné a mi maestro.
De pronto otro hombre al que no reconocí, llegó hasta mi interrogador y le dijo algo al oído que apenas pude escuchar “Hay alguien en la entrada B, ¿hacemos algo?”
-Movimiento A. le dijo simplemente. – Se levantó y caminó hacia mí tendiéndome una mano – Creo que nos llevaremos bien. Acompáñanos, tenemos que marcharnos, te contaré lo que sucede mientas avanzamos.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La llamaban la capital del agua, pero esperaba que en un sitio con tanta agua por los canales las cloacas estuvieran un poco más... menos sucias. Supongo que pedía demasiado. Al principio sólo me manchaba las suelas de los zapatos, pero tras doblar un par de esquinas me llegaba hasta los gemelos, y no era agradable. En la penumbra era bastante difícil verlo, pero estaba claro que alguien había raspado las esquinas que había que torcer para llegar hasta donde quisiera que llevase el camino. Era un detalle que se fundía con el ambiente, pero cuando lo comparabas con otras te dabas cuenta de que era algo artificial.
Por fin pude avistar una escalera. Esta subía hasta una pasarela un metro por encima de las aguas residuales. Las pistas me llevaban a tomar esa ruta. Caminé entre el fango y la mugre, pero me paré a un par de pasos del primer escalón. Extendí la mano y agarré un trozo de madera que flotaba arrastrado por la corriente. Hundí la punta en el agua hasta que tocó el suelo y avancé lentamente hasta la escalera. Ahí estaba, justo en el primer escalón bajo el agua, había algo que hacía resistencia bajo el hormigón, parecía un cable o un alambre. No me extrañaría que pusieran alambre de espino en un sitio así para hacer cortes infectados, o que fuera algún mecanismo de alarma. Sabiendo eso no lo toqué más, simplemente pasé por encima con cuidado y subí la escalera para llegar a la pasarela.
Ya sobre el hormigón los rastros eran más claros, se habían secado hacía tiempo, pero pequeños restos de mugre a intervalos irregulares delataban que alguien había salido del agua y había caminado por esa zona. Seguí avanzando con cautela por la pasarela, siguiendo el rastro que habían dejado, doblando esquinas, dentro de las entrañas de la ciudad hasta que por fin pude dar con algo. Se trataba de una sala pequeña detrás de una vieja y oxidada puerta de metal. Tenía pinta de haber sido en su día una sala de control a la que le habían desvalijado todos los sistemas viejos y la cual había sido tratada para hacerla algo más habitable con algunas mantas viejas y tablones de madera. Una losa de hormigón con una manta todavía húmeda y restos de comida encima de la mesilla improvisada con palés me indicaba que alguien había estado aquí... y que se habían ido con prisas. Tenía la sospecha desde que había entrado en las alcantarillas, una corazonada que siempre me da cuando alguien me observa. Me daba la impresión de que sabían que estaba ahí y no les interesaba que los descubriera. No me sentía sola, tenía la impresión de que había alguien cerca observando y de que estaba en su territorio.
Por un momento sentí la tentación de llevar la mano bajo la gabardina y sacar la pistola, pero eso los pondría en alerta. No, simplemente me levanté y salí de la sala por la puerta que tenía en frente, siguiendo un rastro mucho más reciente. Por ahora tenía que dar la impresión de que pensaba que estaba sola, sólo así, si había alguien que no me quisiera ahí, podía mostrarse pensando que se trataba de un ataque por sorpresa.
Las aguas cada vez aumentaban más y más su caudal, y cada esquina que torcía el techo se hacía más alto, la pasarela más amplia y el rugido lejano de varios torrentes se hacía más fuerte ¿A dónde me estaba llevando este rastro?
Por fin pude avistar una escalera. Esta subía hasta una pasarela un metro por encima de las aguas residuales. Las pistas me llevaban a tomar esa ruta. Caminé entre el fango y la mugre, pero me paré a un par de pasos del primer escalón. Extendí la mano y agarré un trozo de madera que flotaba arrastrado por la corriente. Hundí la punta en el agua hasta que tocó el suelo y avancé lentamente hasta la escalera. Ahí estaba, justo en el primer escalón bajo el agua, había algo que hacía resistencia bajo el hormigón, parecía un cable o un alambre. No me extrañaría que pusieran alambre de espino en un sitio así para hacer cortes infectados, o que fuera algún mecanismo de alarma. Sabiendo eso no lo toqué más, simplemente pasé por encima con cuidado y subí la escalera para llegar a la pasarela.
Ya sobre el hormigón los rastros eran más claros, se habían secado hacía tiempo, pero pequeños restos de mugre a intervalos irregulares delataban que alguien había salido del agua y había caminado por esa zona. Seguí avanzando con cautela por la pasarela, siguiendo el rastro que habían dejado, doblando esquinas, dentro de las entrañas de la ciudad hasta que por fin pude dar con algo. Se trataba de una sala pequeña detrás de una vieja y oxidada puerta de metal. Tenía pinta de haber sido en su día una sala de control a la que le habían desvalijado todos los sistemas viejos y la cual había sido tratada para hacerla algo más habitable con algunas mantas viejas y tablones de madera. Una losa de hormigón con una manta todavía húmeda y restos de comida encima de la mesilla improvisada con palés me indicaba que alguien había estado aquí... y que se habían ido con prisas. Tenía la sospecha desde que había entrado en las alcantarillas, una corazonada que siempre me da cuando alguien me observa. Me daba la impresión de que sabían que estaba ahí y no les interesaba que los descubriera. No me sentía sola, tenía la impresión de que había alguien cerca observando y de que estaba en su territorio.
Por un momento sentí la tentación de llevar la mano bajo la gabardina y sacar la pistola, pero eso los pondría en alerta. No, simplemente me levanté y salí de la sala por la puerta que tenía en frente, siguiendo un rastro mucho más reciente. Por ahora tenía que dar la impresión de que pensaba que estaba sola, sólo así, si había alguien que no me quisiera ahí, podía mostrarse pensando que se trataba de un ataque por sorpresa.
Las aguas cada vez aumentaban más y más su caudal, y cada esquina que torcía el techo se hacía más alto, la pasarela más amplia y el rugido lejano de varios torrentes se hacía más fuerte ¿A dónde me estaba llevando este rastro?
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras avanzábamos por las alcantarillas, el hombre ahora una cara más seria de lo que la tenía antes comenzó a responder preguntas que surgían en mi cabeza, sobre donde estaba, quiénes eran, cómo me habían encontrado y cómo es que él conocía a mi maestro.
-No tengo entendido que el barco se dirigiese directamente hacia Water Seven, pero creo que ha sido una suerte que estuviese cerda de donde naufragamos y más aún que consiguiese llegar sobre una tabla inconsciente. – Le comenté cuando él terminó de hablar. – Por cierto, lo siento, pero casi ataco a tus chicos. – Dije en un tono alegre para intentar quitarle hierro al asunto. – Entonces, Sung y tu fuisteis socios en su día.
-Hahaha – se rio – Más que socios casi como hermanos. Nos criamos desde muy pronto juntos. Hacíamos más o menos las mismas cosas, aunque sin duda él era un tipo de genio. Sobre todo, para llevar a cabo planes. Lo se comió esa maldita fruta y tuvo que escapar. No sé el motivo exacto. Alguien debía de buscarla y se topó con él.
Aquello podía ser una buena revelación sobre el motivo por el que mi maestro había muerto. Si había alguien tras él, ahora sería yo el objetivo. Sin embargo, lo que contaba aquel hombre no parecía saber nada de la muerte de Sung, así que probé suerte.
-Disculpa otra cosa, estoo …
-Teo.
-Disculpa Teo. Pero, ¿te refieres a esta fruta? – con mis palabras hice que mi sombra se moviese y cambiase su forma natural.
Teo se detuvo de golpe mirándome con ojos desorbitados, como si supiese lo que significaba lo que acababa de suceder. Me agarró con quizás excesiva fuerza y me pegó a la pared con cara de pocos amigos.
-Tu. ¿Por qué tienes ese poder? Le pertenecía a Sung – me dijo amenazadoramente.
-Lo sé. Ya te dije fui su aprendiz y me enseño gran parte de lo que sé. Nos separamos como un mes antes de él morir y de eso ya hace varios meses. – noté como la fuerza que Teo ejercía en mi brazo se hacía menor hasta soltarme y bajaba la cabeza con tristeza.
Unos pasos en la oscuridad y a lo lejos hicieron que saliese de su asombro por la muerte de su amigo.
-Mierda. Me he distraído. No estamos en el lugar adecuado para evadirnos.
-¿Evadirnos?
-Dejamos trampas por varios sitios por si la ocasión lo necesita y aún falta para la siguiente.
-No te preocupes. – Introduje una mano en el bolsillo y de la sombra del interior de este saqué una canica – Supongo que no se pueden echar abajo las alcantarillas, pero creo que nos dará algo de tiempo.
Comenzamos a correr para alcanzar al resto del grupo y lancé la pequeña canica hacia el centro de la alcantarilla, justo donde había agua. Justo antes de que esta se hundiese en el agua manipulé el trion e hice que estallase. Si mis cálculos no eran malos, la estructura principal no se derrumbaría, quizás si algún ladrillo que la conformaba, pero aguantaría. Mi intención tampoco era la de que impactase a nuestros perseguidores, solo que ganase algo de tiempo mientras reducían su paso.
-Sin duda aprendiste de Sung, chico. Ayúdanos a cazar a los malos y únetenos, te protegeremos de lo que pueda pasar – me dijo Teo divertido al ver lo que hice.
-No tengo entendido que el barco se dirigiese directamente hacia Water Seven, pero creo que ha sido una suerte que estuviese cerda de donde naufragamos y más aún que consiguiese llegar sobre una tabla inconsciente. – Le comenté cuando él terminó de hablar. – Por cierto, lo siento, pero casi ataco a tus chicos. – Dije en un tono alegre para intentar quitarle hierro al asunto. – Entonces, Sung y tu fuisteis socios en su día.
-Hahaha – se rio – Más que socios casi como hermanos. Nos criamos desde muy pronto juntos. Hacíamos más o menos las mismas cosas, aunque sin duda él era un tipo de genio. Sobre todo, para llevar a cabo planes. Lo se comió esa maldita fruta y tuvo que escapar. No sé el motivo exacto. Alguien debía de buscarla y se topó con él.
Aquello podía ser una buena revelación sobre el motivo por el que mi maestro había muerto. Si había alguien tras él, ahora sería yo el objetivo. Sin embargo, lo que contaba aquel hombre no parecía saber nada de la muerte de Sung, así que probé suerte.
-Disculpa otra cosa, estoo …
-Teo.
-Disculpa Teo. Pero, ¿te refieres a esta fruta? – con mis palabras hice que mi sombra se moviese y cambiase su forma natural.
Teo se detuvo de golpe mirándome con ojos desorbitados, como si supiese lo que significaba lo que acababa de suceder. Me agarró con quizás excesiva fuerza y me pegó a la pared con cara de pocos amigos.
-Tu. ¿Por qué tienes ese poder? Le pertenecía a Sung – me dijo amenazadoramente.
-Lo sé. Ya te dije fui su aprendiz y me enseño gran parte de lo que sé. Nos separamos como un mes antes de él morir y de eso ya hace varios meses. – noté como la fuerza que Teo ejercía en mi brazo se hacía menor hasta soltarme y bajaba la cabeza con tristeza.
Unos pasos en la oscuridad y a lo lejos hicieron que saliese de su asombro por la muerte de su amigo.
-Mierda. Me he distraído. No estamos en el lugar adecuado para evadirnos.
-¿Evadirnos?
-Dejamos trampas por varios sitios por si la ocasión lo necesita y aún falta para la siguiente.
-No te preocupes. – Introduje una mano en el bolsillo y de la sombra del interior de este saqué una canica – Supongo que no se pueden echar abajo las alcantarillas, pero creo que nos dará algo de tiempo.
Comenzamos a correr para alcanzar al resto del grupo y lancé la pequeña canica hacia el centro de la alcantarilla, justo donde había agua. Justo antes de que esta se hundiese en el agua manipulé el trion e hice que estallase. Si mis cálculos no eran malos, la estructura principal no se derrumbaría, quizás si algún ladrillo que la conformaba, pero aguantaría. Mi intención tampoco era la de que impactase a nuestros perseguidores, solo que ganase algo de tiempo mientras reducían su paso.
-Sin duda aprendiste de Sung, chico. Ayúdanos a cazar a los malos y únetenos, te protegeremos de lo que pueda pasar – me dijo Teo divertido al ver lo que hice.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Estaba claro que alguien no me quería por aquí, no sólo el alambre de espino, sino algunas de las tuberías que recorrían las paredes habían sido aflojadas con anterioridad. Algunas habían soltado chorros de vapor hirviendo que casi me abrasan, otras directamente se habían caído cerca de mí. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando por fin pude ver algo de movimiento humano.
No les pude ver bien la cara, pero juraría que eran dos de ellos. Estaban cerca de una encrucijada de varias alcantarillas, las cuales vertían agua a diferentes niveles, generando un estruendo ensordecedor. Fue cuando me acerqué que uno de ellos lanzó algo al agua. Me aparté a tiempo para evitar daños graves, mi intuición estuvo en lo cierto, era un explosivo. La explosión lanzó una ola de agua pútrida en mi dirección que me echó al suelo, pero lo peor fue lo que pude ver cuando me incorporé. La pasarela de hormigón había quedado dañada, esta se había derrumbado varios metros impidiendo el paso, aunque por suerte no tenía pinta de que el techo fuese a colapsar sobre mi cabeza. Con esa potencia podría haberme matado de darme, así que asumí que su objetivo no era ese sino ganar tiempo para escapar.
Me sacudí el agua de encima y miré mis opciones. Una pequeña porción de la pasarela seguía unida al muro, pero era tan inestable que seguramente se derrumbase en cuanto pusiera el pie encima, y con la profundidad y la fuerza que había ganado la corriente estaba claro que no era una buena opción. Podía intentar encaramarme a una de las paredes de ladrillo, pero estas estaban húmedas y desgastadas, un punto de apoyo malo y acabaría como antes. El otro lado estaba demasiado lejos como para llegar de un salto, así que seguir por esa ruta estaba descartado. Pero el perro de presa no se da por vencido tan fácilmente. No, dejaría que se regocijasen en esta pequeña victoria, que se relajasen y bajasen la guardia, esta persecución no había acabado.
Miré las tuberías de vapor que habían aflojado antes y las seguí de vuelta. En efecto, otra sala de control, y estas servían a su vez de rutas secundarias con una entrada a cada lado de estas, la redundancia en las rutas servía para evitar que alguien quedase atrapado, y este era el caso. Con cuidado de no caer en más trampas continué por otra ruta, parecía que se dirigían al interior de la ciudad, así que incluso sin señales que me indicasen por donde ir, mientras tuviera esa dirección en mente seguiría acercándome a ellos, y tarde o temprano daría con su paradero. No permitiría más retrasos.
No les pude ver bien la cara, pero juraría que eran dos de ellos. Estaban cerca de una encrucijada de varias alcantarillas, las cuales vertían agua a diferentes niveles, generando un estruendo ensordecedor. Fue cuando me acerqué que uno de ellos lanzó algo al agua. Me aparté a tiempo para evitar daños graves, mi intuición estuvo en lo cierto, era un explosivo. La explosión lanzó una ola de agua pútrida en mi dirección que me echó al suelo, pero lo peor fue lo que pude ver cuando me incorporé. La pasarela de hormigón había quedado dañada, esta se había derrumbado varios metros impidiendo el paso, aunque por suerte no tenía pinta de que el techo fuese a colapsar sobre mi cabeza. Con esa potencia podría haberme matado de darme, así que asumí que su objetivo no era ese sino ganar tiempo para escapar.
Me sacudí el agua de encima y miré mis opciones. Una pequeña porción de la pasarela seguía unida al muro, pero era tan inestable que seguramente se derrumbase en cuanto pusiera el pie encima, y con la profundidad y la fuerza que había ganado la corriente estaba claro que no era una buena opción. Podía intentar encaramarme a una de las paredes de ladrillo, pero estas estaban húmedas y desgastadas, un punto de apoyo malo y acabaría como antes. El otro lado estaba demasiado lejos como para llegar de un salto, así que seguir por esa ruta estaba descartado. Pero el perro de presa no se da por vencido tan fácilmente. No, dejaría que se regocijasen en esta pequeña victoria, que se relajasen y bajasen la guardia, esta persecución no había acabado.
Miré las tuberías de vapor que habían aflojado antes y las seguí de vuelta. En efecto, otra sala de control, y estas servían a su vez de rutas secundarias con una entrada a cada lado de estas, la redundancia en las rutas servía para evitar que alguien quedase atrapado, y este era el caso. Con cuidado de no caer en más trampas continué por otra ruta, parecía que se dirigían al interior de la ciudad, así que incluso sin señales que me indicasen por donde ir, mientras tuviera esa dirección en mente seguiría acercándome a ellos, y tarde o temprano daría con su paradero. No permitiría más retrasos.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parecía que nos habíamos librado de quien nos seguía. Quizás había causado más daños de los que pretendía, pero todo se mantuvo estable por lo que pareció. En apenas un par de giros más llegamos hasta otra de las bases que tenían allí en las alcantarillas. Teo les explicó al resto quien era y que había sido aprendiz de Sung, algo que a todos pareció agradarles bastante, aunque no les comentó el decirles que mi maestro estaba muerto.
Durante unos minutos todos se presentaron y me contaron alguna anécdota, otros fueron más secos y simplemente me pidieron que me quedase allí pues como aprendiz de Sung sería un valioso aliado. Aquello de aliado me pareció extraño, dado que ninguno me mencionó nada sobre enemigos o similar. Cuando todos se presentaron fui a ver a Teo que parecía estar hablando con uno de sus segundos.
-Teo, ¿puedo hablar un momento contigo?
-Por supuesto, un momento. – Se giró hacia sus compañeros – Id preparando el ataque, si se nos han acercado tanto hay que responder cuanto antes por si vuelven con más gente.
Cuando tuve la atención de Teo, le pregunté qué era lo que sucedía. Al principio me dio la sensación de estar algo reticente a darme información, pero al final me lo explicó, parecía ser que en la isla había una banda ilegal que se dedicaba a múltiples cosas, contrabando de drogas, de personas y otro tipo de artículos, pero todos ellos de forma ilegal. Ellos llevaban investigándoles un tiempo y habían visto que habían empezado a atacar a barcos que fuesen de la Marina y del Gobierno pensando que estaban acercándose demasiado a sus negocios.
Aquella información era muy dura. Sin duda les ayudaría a destapar aquella red de delincuencia, pero no parecía que fuese a ser algo fácil. Por lo que parecía, creían que quien había entrado en la base en la que nos encontrábamos antes era uno de los exploradores de la otra banda. No era la primera vez que tenían un encontronazo y desde entonces ambos se encontraban preparándose para el momento oportuno.
Los informes que recibían eran escasos pues seguir rastros de gente en las alcantarillas no era sencillo, sin embargo, las veces que llegaban, aunque fuesen malas noticias, eran recibidos como algo triunfal. Sabían que exploradores de la otra banda les llevaban informes, aunque esperaban que les pasase lo mismo y apenas les llegase.
-Entonces, lo que hice, aunque saliese bien les dio una pista de nuestra posición. Antes de atacar deberíamos movernos a otra posición que nos de algo de ventaja dado que ahora saben más o menos donde estamos y quizás algo de la fuerza que tenemos.
Mis consejos fueron bien recibidos por Teo y casi todos sus segundos. Al notarlo, Teo decidió dividir las fuerzas, para mantener el engaño de que seguíamos todos donde se suponía que nos habían visto. Por mi parte, me uní al grupo de la ofensiva y en apenas cinco minutos nos pusimos en movimiento.
Durante unos minutos todos se presentaron y me contaron alguna anécdota, otros fueron más secos y simplemente me pidieron que me quedase allí pues como aprendiz de Sung sería un valioso aliado. Aquello de aliado me pareció extraño, dado que ninguno me mencionó nada sobre enemigos o similar. Cuando todos se presentaron fui a ver a Teo que parecía estar hablando con uno de sus segundos.
-Teo, ¿puedo hablar un momento contigo?
-Por supuesto, un momento. – Se giró hacia sus compañeros – Id preparando el ataque, si se nos han acercado tanto hay que responder cuanto antes por si vuelven con más gente.
Cuando tuve la atención de Teo, le pregunté qué era lo que sucedía. Al principio me dio la sensación de estar algo reticente a darme información, pero al final me lo explicó, parecía ser que en la isla había una banda ilegal que se dedicaba a múltiples cosas, contrabando de drogas, de personas y otro tipo de artículos, pero todos ellos de forma ilegal. Ellos llevaban investigándoles un tiempo y habían visto que habían empezado a atacar a barcos que fuesen de la Marina y del Gobierno pensando que estaban acercándose demasiado a sus negocios.
Aquella información era muy dura. Sin duda les ayudaría a destapar aquella red de delincuencia, pero no parecía que fuese a ser algo fácil. Por lo que parecía, creían que quien había entrado en la base en la que nos encontrábamos antes era uno de los exploradores de la otra banda. No era la primera vez que tenían un encontronazo y desde entonces ambos se encontraban preparándose para el momento oportuno.
Los informes que recibían eran escasos pues seguir rastros de gente en las alcantarillas no era sencillo, sin embargo, las veces que llegaban, aunque fuesen malas noticias, eran recibidos como algo triunfal. Sabían que exploradores de la otra banda les llevaban informes, aunque esperaban que les pasase lo mismo y apenas les llegase.
-Entonces, lo que hice, aunque saliese bien les dio una pista de nuestra posición. Antes de atacar deberíamos movernos a otra posición que nos de algo de ventaja dado que ahora saben más o menos donde estamos y quizás algo de la fuerza que tenemos.
Mis consejos fueron bien recibidos por Teo y casi todos sus segundos. Al notarlo, Teo decidió dividir las fuerzas, para mantener el engaño de que seguíamos todos donde se suponía que nos habían visto. Por mi parte, me uní al grupo de la ofensiva y en apenas cinco minutos nos pusimos en movimiento.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parecía desde hacía unos minutos que deambulaba sin rastro alguno en la misma dirección, pero sin resultados. Ni una señal, ni una pista que sirviera. La distribución era más moderna, el plan de las alcantarillas más regular, seguramente esta zona la conociesen mejor y no necesitasen de señales ni marcas para moverse.
Pero si me parecía estar escuchando algo, pasos en la lejanía, pero más por donde había venido que a donde me dirigía ¿Los había adelantado? No, conocían este sitio. Lo más probable era que estuvieran intentando realizar un movimiento en pinza, acorralarme en vez de escapar o conducirme a una zona donde tuvieran ventaja. No les dejaría.
Me moví entre los pasillos, caminaba con seguridad, desandando el camino, esta vez totalmente mentalizada para el combate y la mano en la pistola bajo la gabardina. Un ritmo constante, un tamborileo de mi corazón se escuchaba en mi cabeza, retumbaba en mis oídos y se sincronizaba con los pasos que cada vez sonaban más cerca. El eco enmascaraba su número exacto, pero parecían dos o tres, no más. Coordiné la velocidad a la que se acercaban a la esquina y empecé a avanzar, uno, dos, tres pasos, el ritmo había cambiado, me habían escuchado y noté como alguien se separaba del resto, avanzando el primero sin vocalizar una palabra al resto. Un hombre dobló la esquina, ropas de calle, pero la cicatriz, el tatuaje y el sable lo delataban como alguien sospechoso. Una mano fue al encuentro de su cara, agarrando con férreo cierre su cabeza y arrastrándolo a las sombras. Intentó blandir su arma, pero un golpe seco con el maletín y un empujón contra la pared de ladrillo lo neutralizaron de momento. Noté a otro alterado, corrió hacia nosotros y podía sentir que sus intenciones eran las de matar. Giré sobre mí misma en la esquina y lo golpeé con el cuerpo de su compañero, quien todavía hacía algún movimiento por zafarse y tomar aire. Con toda mi fuerza los inmovilicé contra la pared y pude ver cómo un tercero miraba con terror desde cierta distancia, dudando si disparar. Fue en ese momento en el que saboreé el miedo, en el que sabía que no tenía intención de pararme, que notaba que estaba paralizado, que solté el maletín y saqué la pistola, descargando un único tiro que atravesó ambos cuerpos, los solté y entonces me giré al que quedaba, caminando lentamente mientras este me apuntaba con una pistola cuyo cañón temblaba de miedo.
Habían pasado cinco minutos, o puede que diez, o quince quizás... el tiempo cuando no ves el sol, cuando cada pared es la misma que la anterior y los pasillos son monótonos y repetitivos tiende a alterarse. Pero no todo era malo, comenzaba a reconocer las zonas por pequeños detalles, la luz de la superficie se filtraba más o menos en algunos sitios, los sonidos de calles más ajetreadas se escuchaban en ciertos pasillos y en otros no es escuchaba ni la respiración de una rata. Empecé a notar que el suelo estaba más desgastado en las zonas más silenciosas y oscuras, por lo que comencé a seguirlas.
Mi búsqueda terminó dando sus frutos, delante, en una encrucijada empecé sentir un hormigueo en el estómago, como si hubiera varias personas mirando este pasillo, como si me vigilaran sin mirarme. "Más amigos tuyos" Pensé mirando al cuerpo que arrastraba, había intentado interrogarlo, pero había muerto a causa de... complicaciones derivadas de apresarlo. Lo agarré por detrás del cuerpo de la camisa y lo levanté para que quedase delante mío, como un escudo humano. Tras eso comencé a caminar, saliendo de la penumbra y dejando que él fuera lo primero que saliera a la luz de la encrucijada.
- Los otros dos también están muertos. Vuestra emboscada ha fallado.
Pero si me parecía estar escuchando algo, pasos en la lejanía, pero más por donde había venido que a donde me dirigía ¿Los había adelantado? No, conocían este sitio. Lo más probable era que estuvieran intentando realizar un movimiento en pinza, acorralarme en vez de escapar o conducirme a una zona donde tuvieran ventaja. No les dejaría.
Me moví entre los pasillos, caminaba con seguridad, desandando el camino, esta vez totalmente mentalizada para el combate y la mano en la pistola bajo la gabardina. Un ritmo constante, un tamborileo de mi corazón se escuchaba en mi cabeza, retumbaba en mis oídos y se sincronizaba con los pasos que cada vez sonaban más cerca. El eco enmascaraba su número exacto, pero parecían dos o tres, no más. Coordiné la velocidad a la que se acercaban a la esquina y empecé a avanzar, uno, dos, tres pasos, el ritmo había cambiado, me habían escuchado y noté como alguien se separaba del resto, avanzando el primero sin vocalizar una palabra al resto. Un hombre dobló la esquina, ropas de calle, pero la cicatriz, el tatuaje y el sable lo delataban como alguien sospechoso. Una mano fue al encuentro de su cara, agarrando con férreo cierre su cabeza y arrastrándolo a las sombras. Intentó blandir su arma, pero un golpe seco con el maletín y un empujón contra la pared de ladrillo lo neutralizaron de momento. Noté a otro alterado, corrió hacia nosotros y podía sentir que sus intenciones eran las de matar. Giré sobre mí misma en la esquina y lo golpeé con el cuerpo de su compañero, quien todavía hacía algún movimiento por zafarse y tomar aire. Con toda mi fuerza los inmovilicé contra la pared y pude ver cómo un tercero miraba con terror desde cierta distancia, dudando si disparar. Fue en ese momento en el que saboreé el miedo, en el que sabía que no tenía intención de pararme, que notaba que estaba paralizado, que solté el maletín y saqué la pistola, descargando un único tiro que atravesó ambos cuerpos, los solté y entonces me giré al que quedaba, caminando lentamente mientras este me apuntaba con una pistola cuyo cañón temblaba de miedo.
Habían pasado cinco minutos, o puede que diez, o quince quizás... el tiempo cuando no ves el sol, cuando cada pared es la misma que la anterior y los pasillos son monótonos y repetitivos tiende a alterarse. Pero no todo era malo, comenzaba a reconocer las zonas por pequeños detalles, la luz de la superficie se filtraba más o menos en algunos sitios, los sonidos de calles más ajetreadas se escuchaban en ciertos pasillos y en otros no es escuchaba ni la respiración de una rata. Empecé a notar que el suelo estaba más desgastado en las zonas más silenciosas y oscuras, por lo que comencé a seguirlas.
Mi búsqueda terminó dando sus frutos, delante, en una encrucijada empecé sentir un hormigueo en el estómago, como si hubiera varias personas mirando este pasillo, como si me vigilaran sin mirarme. "Más amigos tuyos" Pensé mirando al cuerpo que arrastraba, había intentado interrogarlo, pero había muerto a causa de... complicaciones derivadas de apresarlo. Lo agarré por detrás del cuerpo de la camisa y lo levanté para que quedase delante mío, como un escudo humano. Tras eso comencé a caminar, saliendo de la penumbra y dejando que él fuera lo primero que saliera a la luz de la encrucijada.
- Los otros dos también están muertos. Vuestra emboscada ha fallado.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Comenzamos a caminar por las alcantarillas. Al principio desandando el camino, pero poco después, antes de llegar al lugar que exploté, dimos un giro. Al ver las alcantarillas, casi me pareció marearme. No parecía estar avanzando y además aún me notaba agotado del día anterior, dado que no había tenido un descanso propiamente dicho.
Cruzamos algunas galerías más, no parecían haber tenido ningún tipo de actividad en un tiempo. Salas más oscuras y otras en las que entraba más luz. Las más oscuras tenían a tener un ruido constante de la superficie. No dije nada, pero esperaba que no tardásemos mucho en llegar a la base enemiga, claro estaba si esta estaba donde Teo y sus espías decían que estaba.
De pronto se escuchó un disparo que hizo que todos nos detuviésemos en seco. Pude ver como Teo daba un par de órdenes haciendo unos gestos con las manos. Estos rápidamente tomaron nuevas posiciones y se ocultaron por el lugar haciendo un poco de ruido. “se mueven rápido, pero deberían haberlo hecho con más cuidado” pensé siguiendo a Teo, dado que yo no sabía el código de lo que había ordenado.
Teo parecía más serio de lo que era de forma habitual por lo que había visto. Estaba seguro de que aquel disparo significaba que había vuelto a haber un enfrentamiento entre varios espías de ambos bandos, o que los bandidos aquellos habían pillado a uno de sus hombres. Hizo una nueva señal y esta vez con más cuidado los hombres de Teo retrocedieron hasta posiciones estratégicas de una galería mayor. Sin duda era mejor sitio que un pasillo, ya que aunque fuese amplio no daba tanta versatilidad de movimientos o cobertura.
Empecé a escuchar unos pasos y como si algo estuviese siendo arrastrado. Cambié usando todo mi sigilo para acercarme más al lugar de donde provenían los pasos, aunque no me dio tiempo a mucho ya que estaba más cerca de lo que pensaba y el eco había distorsionado la distancia a la que estaba. Conseguí ocultarme nuevamente justo antes de que apareciese un hombre delante de otro más bajo que lo sujetaba por la camiseta. Aquel tipo comenzó a entrar en la sala y dijo algo en una voz extraña, muy robótica. “¿Emboscada? ¿Tres muertos?” pensé analizando lo que había dicho. No pretendíamos hacer ninguna emboscada, pero si había matado a gente de Teo teníamos un problema, porque sería alguien duro, me giré ligeramente hacia donde se encontraba Teo para ver su reacción, pero no le distinguía bien entre la oscuridad, de la misma forma que no conseguíamos reconocer al tipo que colgaba en los brazos del tipo de voz rara.
Alguien al otro lado de la estancia donde estaba hizo un ademán de salir de donde estaba, haciendo algo de ruido que delató su posición. Aquello no era bueno, pero si conseguía distraer mínimamente a aquel tipo serviría. Salí de mi posición con todo el cuidado que pude y me acerqué hasta nuestro invitado inesperado intentando colocarme tras él. Moviéndome entre las sombras para que se me viese menos. Cuando consideré estar lo suficientemente cerca del enemigo cree en mi mano un cubo de trion. Y justo cuando iba a comenzar la ofensiva escuché a Teo.
-No ataquéis –dijo en una voz firme saliendo de donde se encontraba. - ¿quién eres? Y no me mientas, no eres de los nuestros, pero tampoco de la banda de Akai tato, dado que esos hombres que te has cargado son de ellos.
No deshice el cubo por si acaso, ni salí de mi escondrijo, sin embargo escuché lo que el joven tenía que decir ahora que se había quedado sin un escudo útil.
Cruzamos algunas galerías más, no parecían haber tenido ningún tipo de actividad en un tiempo. Salas más oscuras y otras en las que entraba más luz. Las más oscuras tenían a tener un ruido constante de la superficie. No dije nada, pero esperaba que no tardásemos mucho en llegar a la base enemiga, claro estaba si esta estaba donde Teo y sus espías decían que estaba.
De pronto se escuchó un disparo que hizo que todos nos detuviésemos en seco. Pude ver como Teo daba un par de órdenes haciendo unos gestos con las manos. Estos rápidamente tomaron nuevas posiciones y se ocultaron por el lugar haciendo un poco de ruido. “se mueven rápido, pero deberían haberlo hecho con más cuidado” pensé siguiendo a Teo, dado que yo no sabía el código de lo que había ordenado.
Teo parecía más serio de lo que era de forma habitual por lo que había visto. Estaba seguro de que aquel disparo significaba que había vuelto a haber un enfrentamiento entre varios espías de ambos bandos, o que los bandidos aquellos habían pillado a uno de sus hombres. Hizo una nueva señal y esta vez con más cuidado los hombres de Teo retrocedieron hasta posiciones estratégicas de una galería mayor. Sin duda era mejor sitio que un pasillo, ya que aunque fuese amplio no daba tanta versatilidad de movimientos o cobertura.
Empecé a escuchar unos pasos y como si algo estuviese siendo arrastrado. Cambié usando todo mi sigilo para acercarme más al lugar de donde provenían los pasos, aunque no me dio tiempo a mucho ya que estaba más cerca de lo que pensaba y el eco había distorsionado la distancia a la que estaba. Conseguí ocultarme nuevamente justo antes de que apareciese un hombre delante de otro más bajo que lo sujetaba por la camiseta. Aquel tipo comenzó a entrar en la sala y dijo algo en una voz extraña, muy robótica. “¿Emboscada? ¿Tres muertos?” pensé analizando lo que había dicho. No pretendíamos hacer ninguna emboscada, pero si había matado a gente de Teo teníamos un problema, porque sería alguien duro, me giré ligeramente hacia donde se encontraba Teo para ver su reacción, pero no le distinguía bien entre la oscuridad, de la misma forma que no conseguíamos reconocer al tipo que colgaba en los brazos del tipo de voz rara.
Alguien al otro lado de la estancia donde estaba hizo un ademán de salir de donde estaba, haciendo algo de ruido que delató su posición. Aquello no era bueno, pero si conseguía distraer mínimamente a aquel tipo serviría. Salí de mi posición con todo el cuidado que pude y me acerqué hasta nuestro invitado inesperado intentando colocarme tras él. Moviéndome entre las sombras para que se me viese menos. Cuando consideré estar lo suficientemente cerca del enemigo cree en mi mano un cubo de trion. Y justo cuando iba a comenzar la ofensiva escuché a Teo.
-No ataquéis –dijo en una voz firme saliendo de donde se encontraba. - ¿quién eres? Y no me mientas, no eres de los nuestros, pero tampoco de la banda de Akai tato, dado que esos hombres que te has cargado son de ellos.
No deshice el cubo por si acaso, ni salí de mi escondrijo, sin embargo escuché lo que el joven tenía que decir ahora que se había quedado sin un escudo útil.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por fin había llegado a lo que parecía ser el centro del grupo ¿Una emboscada? No, más bien parecía que habían escuchado el ruido que había hecho y habían decidido adoptar posiciones defensivas. Notaba las miradas de demasiadas personas sobre mí, incluso si eran aficionados tenían una posición ventajosa y la ventaja del número. Estaban en silencio y notaba su tensión, pero por ahora no me parecía que ninguno quisiera iniciar las hostilidades.
No solté el cuerpo, era un escudo de carne y, cuanto menos, encubría lo que hacía con la mano libre. De todas formas faltaba algo, tenía la impresión de que en esas miradas faltaba ira, la ira de haber matado a un camarada, o por lo menos de usarlo como escudo ¿Acaso no tenían sentimientos por esta persona? Me lo esperaba de uno o dos, pero todos era algo raro. Por fin una voz se alzó entre las demás ordenando que no atacasen, pero podía ser un truco para que bajase la guardia, al fin y al cabo había una mirada que se seguía moviendo para flanquearme.
- Mi nombre no importa ahora. - Contesté de forma seca. - Lo que puedo decir es que estoy aquí para investigar el naufragio de un navío de la Marina. Si podéis demostrar que no sois parte del problema estoy dispuesto a irme sin dar más problemas. - Deslicé la pistola por debajo de la gabardina, apuntando bajo el brazo, a mi espalda. - Puedo notar vuestras posiciones, así que sabré mi intentáis algo raro.
No conocía el nombre de esa banda, también podía darse el caso de que fuera un nombre inventado para distraerme. Todo esto era muy sospechoso y nadie se ocultaría en las alcantarillas de forma voluntaria si no escondiera algo, o se escondiera de alguien. Por ahora no tenía razones para temer por mi vida de forma inmediata y no tenía la impresión de que el que estaba hablando me hubiese contado una milonga. Puede me hubiera metido en una guerra entre bandas y simplemente les hubiera hecho el favor de quitarles de en medio a tres del grupo rival, o puede que fuera un buen mentiroso, nunca estaba de más ser precavida.
No solté el cuerpo, era un escudo de carne y, cuanto menos, encubría lo que hacía con la mano libre. De todas formas faltaba algo, tenía la impresión de que en esas miradas faltaba ira, la ira de haber matado a un camarada, o por lo menos de usarlo como escudo ¿Acaso no tenían sentimientos por esta persona? Me lo esperaba de uno o dos, pero todos era algo raro. Por fin una voz se alzó entre las demás ordenando que no atacasen, pero podía ser un truco para que bajase la guardia, al fin y al cabo había una mirada que se seguía moviendo para flanquearme.
- Mi nombre no importa ahora. - Contesté de forma seca. - Lo que puedo decir es que estoy aquí para investigar el naufragio de un navío de la Marina. Si podéis demostrar que no sois parte del problema estoy dispuesto a irme sin dar más problemas. - Deslicé la pistola por debajo de la gabardina, apuntando bajo el brazo, a mi espalda. - Puedo notar vuestras posiciones, así que sabré mi intentáis algo raro.
No conocía el nombre de esa banda, también podía darse el caso de que fuera un nombre inventado para distraerme. Todo esto era muy sospechoso y nadie se ocultaría en las alcantarillas de forma voluntaria si no escondiera algo, o se escondiera de alguien. Por ahora no tenía razones para temer por mi vida de forma inmediata y no tenía la impresión de que el que estaba hablando me hubiese contado una milonga. Puede me hubiera metido en una guerra entre bandas y simplemente les hubiera hecho el favor de quitarles de en medio a tres del grupo rival, o puede que fuera un buen mentiroso, nunca estaba de más ser precavida.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A pesar de las palabras de Teo, aquel tipo no pareció bajar la guardia en ningún momento, así como no bajo el cuerpo de aquel tipo. Según lo miraba lo veía bastante calmado a pesar de la situación de desventaja en la que se encontraba. Respondió de forma seca a Teo con una voz extraña como antes, de hecho, ahora que me encontraba más cerca era incluso más extraña.
-¿Parte del problema? ¿Parte de la solución? – pregunté saliendo de donde me encontraba aún con el cubo en la mano. – ¿El hecho de que hayamos salido de nuestras posiciones y se haya ordenado un alto en el ataque no te hace pensar algo? – pregunté mientras el cubo se fragmentaba en cuatro.
Los proyectiles salieron a gran potencia hacia el escudo humano que usaba dirigidos a la cabeza de este. De los impactos esta se redujo a la nada dejando todo salpicado de sangre y trozos de la cabeza. Los disparos habían sido limpios desde un lado y de forma que no manchasen al recién llegado.
-Y si eso no te es suficiente, yo navegaba en el barco que naufragó. Pero ellos – añadí señalando a mis aliados – Me han contado que hay una banda que se dedica a destruir barcos y otros delitos, como la marina se les estaba acercando han empezado a atacarles. – hice una pequeña pausa por si tenía algo que decir aquel tipo o alguien – Íbamos en su búsqueda cuando nos hemos cruzado contigo.
Pude ver como todos iban saliendo de sus escondites y asintiendo para corroborar lo que había dicho. Cuando mi mirada se cruzó con la de Teo, este me hizo una sonrisa, como si estuviese pensando en algo tras verme actuar frente aquella persona. Esperé a que el recién llegado dijese algo y luego volví hasta la posición en la que se encontraba Teo.
-Me parece a mí que vas a ser un buen segundo al mando y luego líder claro. A mi esta vida me está agotando ya. – me dijo en voz baja cuando llegué hasta él. Hecho que hizo que le mirase sorprendido.
Si aquel tipo no era un problema como decía ser, volvimos a avanzar por la alcantarilla por la que tuvimos que retroceder para seguir nuestra ofensiva contra Akai tato. Esto nos había retrasado y el ruido del arma del joven enmascarado podría haberlos puesto en alerta.
-¿Parte del problema? ¿Parte de la solución? – pregunté saliendo de donde me encontraba aún con el cubo en la mano. – ¿El hecho de que hayamos salido de nuestras posiciones y se haya ordenado un alto en el ataque no te hace pensar algo? – pregunté mientras el cubo se fragmentaba en cuatro.
Los proyectiles salieron a gran potencia hacia el escudo humano que usaba dirigidos a la cabeza de este. De los impactos esta se redujo a la nada dejando todo salpicado de sangre y trozos de la cabeza. Los disparos habían sido limpios desde un lado y de forma que no manchasen al recién llegado.
-Y si eso no te es suficiente, yo navegaba en el barco que naufragó. Pero ellos – añadí señalando a mis aliados – Me han contado que hay una banda que se dedica a destruir barcos y otros delitos, como la marina se les estaba acercando han empezado a atacarles. – hice una pequeña pausa por si tenía algo que decir aquel tipo o alguien – Íbamos en su búsqueda cuando nos hemos cruzado contigo.
Pude ver como todos iban saliendo de sus escondites y asintiendo para corroborar lo que había dicho. Cuando mi mirada se cruzó con la de Teo, este me hizo una sonrisa, como si estuviese pensando en algo tras verme actuar frente aquella persona. Esperé a que el recién llegado dijese algo y luego volví hasta la posición en la que se encontraba Teo.
-Me parece a mí que vas a ser un buen segundo al mando y luego líder claro. A mi esta vida me está agotando ya. – me dijo en voz baja cuando llegué hasta él. Hecho que hizo que le mirase sorprendido.
Si aquel tipo no era un problema como decía ser, volvimos a avanzar por la alcantarilla por la que tuvimos que retroceder para seguir nuestra ofensiva contra Akai tato. Esto nos había retrasado y el ruido del arma del joven enmascarado podría haberlos puesto en alerta.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Podían haberme matado, o por lo menos herido, de eso no cabía duda. El testimonio del que acababa de aparecer tenía cierto sentido, aunque lo había tratado sus ropas tenían restos de arena y sal seca. No quería confiar tan rápidamente en todas estas personas, podían tener su propia agenda que no me gustase, pero si me llevaban a los culpables entonces no tenía razones para quejarme.
- Bien.- Dije sacando el arma que estaba apuntando al joven de los cubos raros. - Pero antes...
Disparé en su dirección cuando este se apartó, la bala se perdió en la oscuridad y una voz emergió de esta. Un hombre con un rifle y un agujero en el abdomen se desplomó sobre un charco de su sangre. Me acerqué y pude ver un tatuaje rojo en el cuello.
- Estaba preparado para escapar e ir a informar, sospechaba que me seguía alguien más, pero no pude hacer nada hasta que se acercó... y el chico se apartó de la línea de tiro.
Con todo resuelto de momento se pusieron en marcha, parecían nerviosos. Por lo que pude ver era una escaramuza por las alcantarillas para asaltar a los de la banda rival, los Akai Tato, los habían llamado. No sabía nada de ellos, por lo que podían ser una banda que se dedicase sólo al crimen organizado de manera local, sus actividades no habrían llegado al West Blue, así que no me extrañaba.
- Estarán alerta, no lo digo por los disparos, sino porque tienen a cuatro exploradores que no regresarán tras esto. De todas formas si lo interpretan como un acto de defensa no creo que esperen un ataque... no tan pronto. - Hice una pausa mientras me acercaba al grupo. - Por ahora os ayudaré, pero sólo para poder aclarar la culpabilidad de ese grupo.
- Bien.- Dije sacando el arma que estaba apuntando al joven de los cubos raros. - Pero antes...
Disparé en su dirección cuando este se apartó, la bala se perdió en la oscuridad y una voz emergió de esta. Un hombre con un rifle y un agujero en el abdomen se desplomó sobre un charco de su sangre. Me acerqué y pude ver un tatuaje rojo en el cuello.
- Estaba preparado para escapar e ir a informar, sospechaba que me seguía alguien más, pero no pude hacer nada hasta que se acercó... y el chico se apartó de la línea de tiro.
Con todo resuelto de momento se pusieron en marcha, parecían nerviosos. Por lo que pude ver era una escaramuza por las alcantarillas para asaltar a los de la banda rival, los Akai Tato, los habían llamado. No sabía nada de ellos, por lo que podían ser una banda que se dedicase sólo al crimen organizado de manera local, sus actividades no habrían llegado al West Blue, así que no me extrañaba.
- Estarán alerta, no lo digo por los disparos, sino porque tienen a cuatro exploradores que no regresarán tras esto. De todas formas si lo interpretan como un acto de defensa no creo que esperen un ataque... no tan pronto. - Hice una pausa mientras me acercaba al grupo. - Por ahora os ayudaré, pero sólo para poder aclarar la culpabilidad de ese grupo.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquel extraño hombre disparó hacia donde me había encontrado hacía un momento. Justo cuando iba a replicarle se escuchó el sonido ahogado de un hombre quejándose y cayendo al suelo. Parecía que había un enemigo que seguía por allí y era posible que hiciese la marcha más acuciante. De todos modos, el sujeto accedió a acompañarnos en nuestra escaramuza y en mi venganza por los marines asesinados.
Comencé a avanzar al ritmo que marcaba Teo, quien avanzaba serio y sin dar ningún tipo de orden, y a pesar de ello todos sus hombres se movían sin estorbarse entre ellos. Parecía que llevaban muchas horas entrenando el cómo moverse, en aquella formación no teníamos cabida ni el nuevo aliado ni yo. Dado que eso era así que me atrasé hasta que dar en última posición para no estorbar.
Teo hizo un gesto y todos comenzaron a preparar sus armas, hice lo mismo y de la sombra del abrigo saqué mi pistola. Estuve a punto de cambiar su modo al de rifle, pero no era el lugar más indicado para hacerlo. La otra mano la metí en el bolsillo y de ahí saqué un par de canicas. De pronto una pequeña explosión surgió de uno de los lados. Y al menos un par de los hombres de Teo salieron disparados contra el otro lado de la alcantarilla. Estaban muertos, si no era por la explosión había sido por el impacto. Por mi parte, algún trozo de ladrillo a modo de metralla también me impactó haciendo que me detuviese en seco y cayese a la asquerosa agua.
Según saqué la cabeza del agua pude escuchar una voz que no reconocí y comenzaron los disparos. Sacudí la cabeza y corrí avanzando hacia donde nos dirigíamos, que era una sala aún mayor que la que Teo y sus hombres se alojaban. Con un rápido vistazo, pude ver algunos hombres y al fondo de la estancia encadenados algún marine que tenía claros signos de haber sido torturados.
Casi como un kamicaze entré en aquella sala a toda velocidad, en la mano en la que tenía lo explosivos lancé uno hacia el primer lugar en el que vi un fogonazo proveniente de algún tipo de arma de fuego y cuando estaba a punto de impactar activé una pequeña carga eléctrica que hizo que explotase en la cara de quienes se encontraban allí. Me puse a cubierto, cogí aire y me asomé para vislumbrar algún enemigo. En cuanto vi alguno realicé un par de disparos que no supe si habían acertado pues un impacto justo donde tomaba cobertura hizo que me agachase de nuevo. La adrenalina comenzaba a subir en mi organismo y lo comenzaba a notar. Miré por otro lado de mi cobertura y al ver un grupo más o menos grande lancé el otro explosivo y lo activé cuando dio un bote a los pies del que iba en cabeza. El momento de la venganza había llegado.
Comencé a avanzar al ritmo que marcaba Teo, quien avanzaba serio y sin dar ningún tipo de orden, y a pesar de ello todos sus hombres se movían sin estorbarse entre ellos. Parecía que llevaban muchas horas entrenando el cómo moverse, en aquella formación no teníamos cabida ni el nuevo aliado ni yo. Dado que eso era así que me atrasé hasta que dar en última posición para no estorbar.
Teo hizo un gesto y todos comenzaron a preparar sus armas, hice lo mismo y de la sombra del abrigo saqué mi pistola. Estuve a punto de cambiar su modo al de rifle, pero no era el lugar más indicado para hacerlo. La otra mano la metí en el bolsillo y de ahí saqué un par de canicas. De pronto una pequeña explosión surgió de uno de los lados. Y al menos un par de los hombres de Teo salieron disparados contra el otro lado de la alcantarilla. Estaban muertos, si no era por la explosión había sido por el impacto. Por mi parte, algún trozo de ladrillo a modo de metralla también me impactó haciendo que me detuviese en seco y cayese a la asquerosa agua.
Según saqué la cabeza del agua pude escuchar una voz que no reconocí y comenzaron los disparos. Sacudí la cabeza y corrí avanzando hacia donde nos dirigíamos, que era una sala aún mayor que la que Teo y sus hombres se alojaban. Con un rápido vistazo, pude ver algunos hombres y al fondo de la estancia encadenados algún marine que tenía claros signos de haber sido torturados.
Casi como un kamicaze entré en aquella sala a toda velocidad, en la mano en la que tenía lo explosivos lancé uno hacia el primer lugar en el que vi un fogonazo proveniente de algún tipo de arma de fuego y cuando estaba a punto de impactar activé una pequeña carga eléctrica que hizo que explotase en la cara de quienes se encontraban allí. Me puse a cubierto, cogí aire y me asomé para vislumbrar algún enemigo. En cuanto vi alguno realicé un par de disparos que no supe si habían acertado pues un impacto justo donde tomaba cobertura hizo que me agachase de nuevo. La adrenalina comenzaba a subir en mi organismo y lo comenzaba a notar. Miré por otro lado de mi cobertura y al ver un grupo más o menos grande lancé el otro explosivo y lo activé cuando dio un bote a los pies del que iba en cabeza. El momento de la venganza había llegado.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pero serán idiotas. Por eso avanzaba detrás de ellos, porque temía que estando en territorio que no habían podido explorar les hubieran tendido una trampa o dos. Habían sido capaces de asaltar una nave de la marina, estaba claro que no se enfrentaban a unos amateurs. Suspiré a ver a los dos que caían por la explosión, ahora había una entrada a donde estaban los que buscábamos, pero habían hecho un cuello de botella, una única entrada por la cual estaba claro que ellos podían concentrar el fuego y acribillar a los que llegaban. Y como un puto suicida el tío de los cubos se lanzó dentro. De algún modo, por suerte o por estupidez había sobrevivido hasta alcanzar cobertura y ponerse a lanzar explosivos, pero eso no cambiaba el hecho de que el resto estuvieran atrapados en la entrada, se había quedado aislado.
Suspiré a cubierto tras una esquina y llevé la mano a la cartuchera de la espalda, sacando dos proyectiles marcados de colores diferentes. Con la otra mano saqué a Redemtio, la cual tenía a Tempestas acoplada. Tomé el arma con las dos manos y cargué la primera granada marcada con cinta blanca.
- ¡Fuego en la sala! - Avisé antes de apretar el gatillo.
Una primera granada voló por el pasillo y sobre la cobertura con un breve silbido. En cuanto llegó en medio de la sala estalló con el fulgor de un sol y un estallido aturdidor. Disciplina de acceso y contacto en espacios tomados, primero aturde. Cargué la segunda con una cinta negra y disparé de nuevo, esta estalló en medio de la sala liberando una densa cortina de humo gris que cubrió la entrada. Segundo, asegura una cobertura.
- ¿A qué estáis esperando? Es vuestra oportunidad. - Les dije siendo la primera en salir y correr dentro.
Los disparos silbaban y rebotaban por las paredes, pero la mayoría seguirían aturdidos, y los que no lo estaban carecían de un objetivo. Dejaría que ellos se encargasen de la mayoría de los delincuentes, yo me encargaría de que no usasen a los marines de escudos humanos. Aprovechando la confusión que había desatado salí del humo y me moví hasta los marines secuestrados. Una vez delante de ellos llevé la mano a la espalda y saqué un cartucho rojo. Tras eso disparé dos veces con la pistola a sus ataduras, cuando cayeron al suelo rompí el cartucho con la mano libre como quien quiebra un lápiz y dejé caer las gotas del tinte rojo sobre sus cabezas. Ahora que parecía que los había silenciado y si seguían inconscientes nadie se interesaría en ellos. Que pensaran que estaban muertos era mi mejor forma de protegerlos.
Suspiré a cubierto tras una esquina y llevé la mano a la cartuchera de la espalda, sacando dos proyectiles marcados de colores diferentes. Con la otra mano saqué a Redemtio, la cual tenía a Tempestas acoplada. Tomé el arma con las dos manos y cargué la primera granada marcada con cinta blanca.
- ¡Fuego en la sala! - Avisé antes de apretar el gatillo.
Una primera granada voló por el pasillo y sobre la cobertura con un breve silbido. En cuanto llegó en medio de la sala estalló con el fulgor de un sol y un estallido aturdidor. Disciplina de acceso y contacto en espacios tomados, primero aturde. Cargué la segunda con una cinta negra y disparé de nuevo, esta estalló en medio de la sala liberando una densa cortina de humo gris que cubrió la entrada. Segundo, asegura una cobertura.
- ¿A qué estáis esperando? Es vuestra oportunidad. - Les dije siendo la primera en salir y correr dentro.
Los disparos silbaban y rebotaban por las paredes, pero la mayoría seguirían aturdidos, y los que no lo estaban carecían de un objetivo. Dejaría que ellos se encargasen de la mayoría de los delincuentes, yo me encargaría de que no usasen a los marines de escudos humanos. Aprovechando la confusión que había desatado salí del humo y me moví hasta los marines secuestrados. Una vez delante de ellos llevé la mano a la espalda y saqué un cartucho rojo. Tras eso disparé dos veces con la pistola a sus ataduras, cuando cayeron al suelo rompí el cartucho con la mano libre como quien quiebra un lápiz y dejé caer las gotas del tinte rojo sobre sus cabezas. Ahora que parecía que los había silenciado y si seguían inconscientes nadie se interesaría en ellos. Que pensaran que estaban muertos era mi mejor forma de protegerlos.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El tipo de la máscara no se quedó quieto tampoco, y brindó al resto del grupo cobertura para que pudiesen entrar. Utilizó un par de municiones especiales que provocaron una explosión de luz y luego otro que generó una enorme nube de humo que cegó casi por completo la entrada a la sala.
Los pasos de mis compañeros comenzaron a sonar mientras avanzaban buscando en el denso humo una cobertura. La distracción que generó aquel extraño individuo duro solo unos instantes, aunque facilitó la entrada de muchos de los de la banda de Teo. Los disparos comenzaron de nuevo a sucederse a pesar de apenas ver que sucedía. Ese era el momento perfecto para desplegar a alguna de mis sombras. Y de mis sombras salieron las de los dos marines, el Otsoa y la mía propia. Estas se desplegaron rápido aprovechando la poca visibilidad y empezaron a buscar enemigos.
Ya las había tanteado con anterioridad y sabía que si sacaba todas, su poder era algo menor al que realmente debían tener, pero en aquel momento nos servirían de apoyo. Se desplegaron rápidamente y comenzaron a actuar. Por mi parte, salí de donde me encontraba y me adentré en la sala más.
Me crucé un par de enemigos que pude sorprender y mientras les sujetaba para que no se girasen contra mí, les disparé un par de disparos a cada uno que hicieron que cayesen muertos al suelo. De la misma forma fui avanzando hacia otros oponentes y disparándoles hasta que agoté las balas. Cuando las agoté guardé el arma y usando un filo en mi mano que iba variando a medida lo necesitaba según como me encontrase con el oponente y en alguna ocasión tuve que hacer alguna llave para inmovilizar a un oponente antes de poder acabar con él.
El número de disparos se había reducido notablemente hasta apenas escuchar alguno de vez en cuando. Las sombras de los marines fueron hasta sus compañeros y los liberaron, luego todas las sombras que había sacado se desvanecieron antes de que el humo desapareciese y volvieron hasta mí. Me mantuve alerta por si quedaba algún enemigo más y esperé a ver a alguno de mis compañeros o al tipo de la máscara.
-Los marines están libres, si alguien puede que los saque de aquí, no parecen con fuerzas como para irse solos. – dije para ver si alguien tenía mejor posición que yo para ir a por ellos.
Entre el humo que iba quedando pude encontrar alguna de las víctimas de Otsoa, algo claro visto el desgarro con los dientes que poseía aquel lobo tan grande. Sin embargo, también pude distinguir alguno de los hombres de Teo muertos relativamente cerca de mi posición. Al verlos la pena se apoderó de mí, sin embargo, me recompuse rápido. Era posible que en el caos hubiese muertos de ambos bandos, además de que ellos sabían al peligro del combate.
Los pasos de mis compañeros comenzaron a sonar mientras avanzaban buscando en el denso humo una cobertura. La distracción que generó aquel extraño individuo duro solo unos instantes, aunque facilitó la entrada de muchos de los de la banda de Teo. Los disparos comenzaron de nuevo a sucederse a pesar de apenas ver que sucedía. Ese era el momento perfecto para desplegar a alguna de mis sombras. Y de mis sombras salieron las de los dos marines, el Otsoa y la mía propia. Estas se desplegaron rápido aprovechando la poca visibilidad y empezaron a buscar enemigos.
Ya las había tanteado con anterioridad y sabía que si sacaba todas, su poder era algo menor al que realmente debían tener, pero en aquel momento nos servirían de apoyo. Se desplegaron rápidamente y comenzaron a actuar. Por mi parte, salí de donde me encontraba y me adentré en la sala más.
Me crucé un par de enemigos que pude sorprender y mientras les sujetaba para que no se girasen contra mí, les disparé un par de disparos a cada uno que hicieron que cayesen muertos al suelo. De la misma forma fui avanzando hacia otros oponentes y disparándoles hasta que agoté las balas. Cuando las agoté guardé el arma y usando un filo en mi mano que iba variando a medida lo necesitaba según como me encontrase con el oponente y en alguna ocasión tuve que hacer alguna llave para inmovilizar a un oponente antes de poder acabar con él.
El número de disparos se había reducido notablemente hasta apenas escuchar alguno de vez en cuando. Las sombras de los marines fueron hasta sus compañeros y los liberaron, luego todas las sombras que había sacado se desvanecieron antes de que el humo desapareciese y volvieron hasta mí. Me mantuve alerta por si quedaba algún enemigo más y esperé a ver a alguno de mis compañeros o al tipo de la máscara.
-Los marines están libres, si alguien puede que los saque de aquí, no parecen con fuerzas como para irse solos. – dije para ver si alguien tenía mejor posición que yo para ir a por ellos.
Entre el humo que iba quedando pude encontrar alguna de las víctimas de Otsoa, algo claro visto el desgarro con los dientes que poseía aquel lobo tan grande. Sin embargo, también pude distinguir alguno de los hombres de Teo muertos relativamente cerca de mi posición. Al verlos la pena se apoderó de mí, sin embargo, me recompuse rápido. Era posible que en el caos hubiese muertos de ambos bandos, además de que ellos sabían al peligro del combate.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El humo comenzaba a dispersarse, no duraba mucho, sólo una pequeña pantalla, pero había bastado para que el resto de los atacantes se adentrase y tomase posiciones. Los marines parecían muertos, eso haría que nadie los amenazase hasta que llegaran a atender sus heridas. Con esos dos pesos menos encima cambié de posición y comencé a disparar para dar fuego de cobertura. El calibre 50 era capaz de perforar los tablones de madera y las planchas finas de metal detrás de las que se escondían, sólo tenía que intentar notar su mirada para saber su posición a apretar el gatillo.
Tras unos minutos el intercambio se había reducido a un par de disparos esporádicos entre los supervivientes de los defensores, bien, no me interesaba que todos muriesen. Comencé a escuchar los pasos y noté cómo sus miradas comenzaban a alejarse de mi, por lo menos cuatro o cinco de ellos habían decidido retirarse. Salí de mi cobertura y caminé hasta los que estaban atendiendo a los marines.
- Se han marchado. - Dije cargando de nuevo la pistola. - El resto han escapado, creo que tres han marchado por ahí. - Dije señalando a lo que debía ser la entrada a uno de los túneles. - Mientras que uno o dos han marchado por ahí. - Señalé a lo que parecía una escalera que daba al exterior. - Agradezco que hayáis atendido sus heridas, podéis dejármelos a mi. Con testigos que puedan esclarecer los hechos podré terminar la misión.
Si querían podían marcharse, los otros eran cuatro o cinco, no deberían ser problema para un grupo tan grande. Me gustaría poder ir a por alguno de los que escaparon e interrogarlo, pero estos hombres estaban en malas condiciones y aunque hubieran recibido primeros auxilios necesitaban ser revisados por un médico inmediatamente. En cuanto se fueran los demás llamaría para solicitar un equipo de evacuación.
Tras unos minutos el intercambio se había reducido a un par de disparos esporádicos entre los supervivientes de los defensores, bien, no me interesaba que todos muriesen. Comencé a escuchar los pasos y noté cómo sus miradas comenzaban a alejarse de mi, por lo menos cuatro o cinco de ellos habían decidido retirarse. Salí de mi cobertura y caminé hasta los que estaban atendiendo a los marines.
- Se han marchado. - Dije cargando de nuevo la pistola. - El resto han escapado, creo que tres han marchado por ahí. - Dije señalando a lo que debía ser la entrada a uno de los túneles. - Mientras que uno o dos han marchado por ahí. - Señalé a lo que parecía una escalera que daba al exterior. - Agradezco que hayáis atendido sus heridas, podéis dejármelos a mi. Con testigos que puedan esclarecer los hechos podré terminar la misión.
Si querían podían marcharse, los otros eran cuatro o cinco, no deberían ser problema para un grupo tan grande. Me gustaría poder ir a por alguno de los que escaparon e interrogarlo, pero estos hombres estaban en malas condiciones y aunque hubieran recibido primeros auxilios necesitaban ser revisados por un médico inmediatamente. En cuanto se fueran los demás llamaría para solicitar un equipo de evacuación.
Morgoth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No sabía qué clase de arma estaba usando aquel tipo de la máscara, pero sin duda era de gran apoyo para todos. Por otra parte, disparaba con precisión a enemigos que se encontraban ocultos tras alguna cobertura de madera y aun así les disparaba, provocando un buen agujero en la madera y su objetivo muerto.
Salí de mi cobertura para justo ver como escapaban algunos de los enemigos de aquella banda. Me acerqué un poco hacia donde se había ido pero no se guía avanzando, primero quería comprobar el estado de los marines y asegurarme de que tendría apoyo para perseguir a los que quedaban para detenerlos y poder interrogarles.
Los marines estaban bastante malheridos, y además tenían unas enormes manchas rojas, como si hubiesen perdido mucha sangre. Con los primeros auxilios que les habían dado no creía que fuesen a ser suficientes. Tras eso fui a buscar a Teo para comentarle el seguir o no a los que quedaban.
Quedaban menos de los que pensaba. Sin duda habíamos sufrido bastantes bajas con aquel asalto improvisado y a pesar de haber contado con la ayuda del tipo extraño. Tras un poco de búsqueda por el lugar encontré a Teo. Se hallaba muerto con un impacto en el centro del pecho y otro en el abdomen. Llamé a sus hombres para que lo supiesen y se lo llevasen para darle sepultura o lo que hiciesen para conmemorarle.
Una tristeza similar a la que sentí cuando me enteré de la muerte de mi maestro se apoderó de mí, seguida de un odio hacia aquella banda que me hizo levantarle y seguir por donde se habían ido varios de los bandidos aquellos. Me pareció escuchar que me decían algunos que no fuese, que era demasiado peligroso, pero en aquel momento no razonaba y en mi cabeza tenía un objetivo claro, acabar con quienes habían acabado con Teo.
Era cierto que apenas lo había conocido aquel día, pero el simple hecho de saber que era alguien relacionado con mi maestro, había hecho que empatizase mucho más con él. Como si de otro maestro u otro guía en mi camino que me ayudase una vez más a recorrer mi camino, pero eso se había acabado muy pronto.
Según salí de la vista de todos, la sombra de los dos marines surgió de la mía y avanzaron a mi lado. Tras un par de giros por aquellas alcantarillas una emboscada cayó sobre nosotros. Al principio ellos también parecieron sorprenderse al ver a mis soldados de sombra, pero les atacaron igual. Eran tres y en un rápido movimiento los tres acabaron con las sombras, aunque uno cayó por una de las sombras, por mi parte con un rápido movimiento acabé con los que quedaron y de pronto algo me golpeó muy fuerte en la cabeza. Caí al suelo y según intenté levantarme una corriente eléctrica la noté recorrer mi cuerpo hasta que caí inconsciente.
Salí de mi cobertura para justo ver como escapaban algunos de los enemigos de aquella banda. Me acerqué un poco hacia donde se había ido pero no se guía avanzando, primero quería comprobar el estado de los marines y asegurarme de que tendría apoyo para perseguir a los que quedaban para detenerlos y poder interrogarles.
Los marines estaban bastante malheridos, y además tenían unas enormes manchas rojas, como si hubiesen perdido mucha sangre. Con los primeros auxilios que les habían dado no creía que fuesen a ser suficientes. Tras eso fui a buscar a Teo para comentarle el seguir o no a los que quedaban.
Quedaban menos de los que pensaba. Sin duda habíamos sufrido bastantes bajas con aquel asalto improvisado y a pesar de haber contado con la ayuda del tipo extraño. Tras un poco de búsqueda por el lugar encontré a Teo. Se hallaba muerto con un impacto en el centro del pecho y otro en el abdomen. Llamé a sus hombres para que lo supiesen y se lo llevasen para darle sepultura o lo que hiciesen para conmemorarle.
Una tristeza similar a la que sentí cuando me enteré de la muerte de mi maestro se apoderó de mí, seguida de un odio hacia aquella banda que me hizo levantarle y seguir por donde se habían ido varios de los bandidos aquellos. Me pareció escuchar que me decían algunos que no fuese, que era demasiado peligroso, pero en aquel momento no razonaba y en mi cabeza tenía un objetivo claro, acabar con quienes habían acabado con Teo.
Era cierto que apenas lo había conocido aquel día, pero el simple hecho de saber que era alguien relacionado con mi maestro, había hecho que empatizase mucho más con él. Como si de otro maestro u otro guía en mi camino que me ayudase una vez más a recorrer mi camino, pero eso se había acabado muy pronto.
Según salí de la vista de todos, la sombra de los dos marines surgió de la mía y avanzaron a mi lado. Tras un par de giros por aquellas alcantarillas una emboscada cayó sobre nosotros. Al principio ellos también parecieron sorprenderse al ver a mis soldados de sombra, pero les atacaron igual. Eran tres y en un rápido movimiento los tres acabaron con las sombras, aunque uno cayó por una de las sombras, por mi parte con un rápido movimiento acabé con los que quedaron y de pronto algo me golpeó muy fuerte en la cabeza. Caí al suelo y según intenté levantarme una corriente eléctrica la noté recorrer mi cuerpo hasta que caí inconsciente.
RAL
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Será mejor que os marchéis lo antes posible. - Dije de forma seca mientras terminaba de revisar a los marines. Notaba como estaban tratando a sus heridos y alguien importante para ellos debía haber muerto en esa escaramuza. Era como si sus miradas estuvieran llenas de tristeza y algo de odio hacia mí por mi falta de empatía. - Dentro de poco este sitio se llenará de marines, no tengo ni idea de quienes sois, pero si os tenéis que esconder en las alcantarillas es porque no queréis cruzaros con ellos. Haré la vista gorda por vuestra ayuda y esto quedará en un ajuste de cuentas entre bandas. - Algunos asintieron y comenzaron a llevarse a heridos y muertos poco a poco. - Por cierto... igual os interesa enviar a alguien a buscar al joven que se ha ido antes, no tengo un buen presentimiento.
Ahora que lo pensaba las miradas que se fueron eran algo diferentes a las que había aquí en un principio, eso podía significar que estaban ocultando su presencia o su fuerza a propósito. No me importaba si caía en una trampa, pero tampoco me gustaba que sacaran algo de esto los mismos que habían hundido un barco de la marina. De todas formas todavía me estaba recuperando de las heridas de Shabaody, y me quedaba poca munición. Con Purgatio siendo reparada tenía menos opciones, había aceptado esta misión sólo porque era de investigación, no de captura o rescate, aunque las granadas que me había dado tiempo a hacer en el taller mientras me recuperaba habían sido de gran ayuda.
Por fin terminaron de marcharse todos. Calculaba que la marina tardaría todavía unos quince minutos en llegar hasta este sitio. Por lo poco que sabía de medicina podía ver que los marines estaban heridos pero estables. Si no había mayores complicaciones se salvarían. Pero antes...
- Sal de una vez, ya no hay nadie. - Dije en voz alta al comprobar que los dos marines estaban todavía inconscientes.
- Oh, me sorprende que pudieras notarlo, con lo bien escondido que estaba. - Dijo el extraño con una voz que no identificaba.
De las sombras salió un hombre trajeado de negro, llevaba un pasamontañas que impedía ver piel y pelo, así como una máscara blanca con la cara de un zorro representada con líneas minimalistas. Sus pasos eran ligeros, calmados y medidos, no denotaban intención hostil, sino más bien se acercaba para conversar mejor. El hombre se inclinó con una reverencia demasiado teatral para presentarse.
- Soy el agente Blacksmith, y por tu aspecto debes de ser... el afamado RAL. Un truco interesante el del cartucho de tinta, los rehenes muertos pierden todo el valor. - Comentó mientras caminaba alrededor de los marines.
- Supongo que eres uno de los agentes de la ciudad, no creo que estés aquí sólo para ayudar a los heridos. Ve al grano. - Contesté de forma seca.
- Tienes razón. No estoy aquí por el asunto del naufragio sino como contacto. Hemos recibido un informe de un fabricante que planea vender el prototipo de un transporte anfibio y sus posibles derechos de producción a una empresa que trabaja para la revolución. Ambos se van a alojar en uno de los hoteles más prestigiosos de Pucci dentro de una semana. El objetivo es evitar que el trato llegue a realizarse por los medios necesarios y detener al enviado de la empresa interesada. Los detalles están aquí.
Sacó de debajo de su chaqueta un sobre sellado con lacre y me lo tendió. Cuando todo se calmase lo leería, pero todo indicaba a que el viejo Rustal había movido los hilos para enviarme a otra misión nada más acabar esta porque "necesitas moverte para recuperarte de las heridas". Un día de estos lo mataría.
Ahora que lo pensaba las miradas que se fueron eran algo diferentes a las que había aquí en un principio, eso podía significar que estaban ocultando su presencia o su fuerza a propósito. No me importaba si caía en una trampa, pero tampoco me gustaba que sacaran algo de esto los mismos que habían hundido un barco de la marina. De todas formas todavía me estaba recuperando de las heridas de Shabaody, y me quedaba poca munición. Con Purgatio siendo reparada tenía menos opciones, había aceptado esta misión sólo porque era de investigación, no de captura o rescate, aunque las granadas que me había dado tiempo a hacer en el taller mientras me recuperaba habían sido de gran ayuda.
Por fin terminaron de marcharse todos. Calculaba que la marina tardaría todavía unos quince minutos en llegar hasta este sitio. Por lo poco que sabía de medicina podía ver que los marines estaban heridos pero estables. Si no había mayores complicaciones se salvarían. Pero antes...
- Sal de una vez, ya no hay nadie. - Dije en voz alta al comprobar que los dos marines estaban todavía inconscientes.
- Oh, me sorprende que pudieras notarlo, con lo bien escondido que estaba. - Dijo el extraño con una voz que no identificaba.
De las sombras salió un hombre trajeado de negro, llevaba un pasamontañas que impedía ver piel y pelo, así como una máscara blanca con la cara de un zorro representada con líneas minimalistas. Sus pasos eran ligeros, calmados y medidos, no denotaban intención hostil, sino más bien se acercaba para conversar mejor. El hombre se inclinó con una reverencia demasiado teatral para presentarse.
- Soy el agente Blacksmith, y por tu aspecto debes de ser... el afamado RAL. Un truco interesante el del cartucho de tinta, los rehenes muertos pierden todo el valor. - Comentó mientras caminaba alrededor de los marines.
- Supongo que eres uno de los agentes de la ciudad, no creo que estés aquí sólo para ayudar a los heridos. Ve al grano. - Contesté de forma seca.
- Tienes razón. No estoy aquí por el asunto del naufragio sino como contacto. Hemos recibido un informe de un fabricante que planea vender el prototipo de un transporte anfibio y sus posibles derechos de producción a una empresa que trabaja para la revolución. Ambos se van a alojar en uno de los hoteles más prestigiosos de Pucci dentro de una semana. El objetivo es evitar que el trato llegue a realizarse por los medios necesarios y detener al enviado de la empresa interesada. Los detalles están aquí.
Sacó de debajo de su chaqueta un sobre sellado con lacre y me lo tendió. Cuando todo se calmase lo leería, pero todo indicaba a que el viejo Rustal había movido los hilos para enviarme a otra misión nada más acabar esta porque "necesitas moverte para recuperarte de las heridas". Un día de estos lo mataría.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.