[Privado Shaki/pasado] Vacaciones en la ciudad del agua

Me habían destinado por unas semanas en aquella ciudad, de nombre Water Seven, era una ciudad impresionante, de las más grandes que tenía el placer de haber pisado, mucho más incluso que Logetown, lo que más me impresionaba, pero al mismo tiempo atemorizaba, eran sus enormes canales los cuales cruzaban prácticamente toda la ciudad. Ahora mismo, me encontraba paseando por la calle comercial, donde la gente vendía sus productos incluso dentro de las barcas, las cuales parecían ser el medio de transporte más común, además de los pocos verdaderamente útiles allí y no solo eso, según pude ver, mientras me entregaban mis tareas para hoy, que aquella ciudad se centraba mucho en todo lo relacionado con la ingeniería, aquella ciudad de verdad me fascinaba.

Mi misión de hoy era muy sencilla, ya que era mi primer día en aquella ciudad debía patrullar por las calles, velando por la seguridad de los ciudadanos y por el bien de la justicia y ya de paso para recordarlas y así trabajar mejor los días que me destinasen allí, sin embargo, ese no era mi único objetivo. Mi capitán, me había dado unos "Se Busca" de piratas que se especulaba que rondaban por la zona. Mientras caminaba, intentando no caerme al agua, los miraba detenidamente, tanto sus fotos como sus recompensas, además de intentando buscarle alguna semejanza a las gentes del lugar, una vez puestos a patrullar, no estaría mal ganar un poco de honor y orgullo personal al capturar a uno de esos bravucones.

Seguía mi camino, patrullando las calles y mirando que no se realizase ninguna acción criminal, aunque sinceramente, tenía ganas de que así fuese, quería hacerme de valer tras todo lo sucedió,aunque seguía sin dejar de mirar los papeles de los "se busca" e iba más concentrado en las hojas que tenía que en memorizar por donde caminaba, lo que hacía muy probable, de que me acabase perdiendo.

Continuaba mi paseo por las calles de Water Seven, mientras silbaba... conforme podía algo para entretenerme, guardando los "Se busca" en el uniforme de la marina, mientras una suave brisa fresca mecía mis plateados cabellos, pero sin llegar a despeinarlos. Mientras caminaba pude ver como un hombre empezaba a correr con lo que parecía una saca en las manos y de fondo se escuchaba a alguien gritando que detuviesen a aquel tipo.

Ante eso reaccioné rápidamente, me puse delante del trayecto del ladrón, haciendo que el cayese al suelo, sin embargo, debido a mi torpeza, también me caí al suelo,dándome un leve golpe en la cabeza

auch...que dolor

me levanté y me abalance sobre el, usando mi peso para inmovilizarlo y poniéndole las esposas para así ya tenerlo totalmente reducido. Después de eso, empece a buscar el Den Den Mushi pero entonces... la tragedia cayó sobre mi...no tenía dicho objeto por lo tanto... no tenía como comunicar a la base el suceso. Sin embargo, hoy la diosa fortuna me sonrió, ya que dos de mis compañeros, armados con rifles se acercaron corriendo, alertados por un ciudadano que fue a avisarles cuando el robo fue cometido.

Tras dar mi informe a mis camaradas, estos me hicieron el saludo militar, al cual respondí y se fueron con el detenido a las instancias centrales de la marina en aquella zona, devolviendo antes la mercancía robada.

Yo no me quedé a ver como sucedía todo eso, seguí a lo mío, recorriendo las calles, de nuevo embobado sin mirar a ningún lado, hasta que finalmente algo atrajo mi atención, se trataba de una mujer de cabellos rubios, sin embargo, su mayor centro de atención eran sus exuberantes pechos, los cuales estaban cubiertos por un top bastante ajustado y ante eso, no pude evitar quedarme embobado durante unos segundos antes de que, sonrojado intentase seguir con mi normalidad,aun con todo podía ver como muchos hombres miraban, ya fuese de reojo con disimulo o de una manera más descarada, mientras caminaba un poco cabizbajo.

Aun avergonzado por lo que había sucedido antes, me puse de nuevo con la cabeza bien alta para vigilar de nuevo a los transeúntes intentando evitar que algo como lo antes sucedido no se volviese a repetir, no me podía volver a tolerar que alguien cometiese un delito tan cerca de mi y como apunte personal, me dije a mi mismo que nada mas pudiese me compraría un Den Den Mushi, para que estas cosas no sucediesen.

Estaba observando hacia todos lados, patrullando tranquila y relajadamente, mientras bostezaba un poco por el hambre mientras paseaba y en ese mismo momento lo hacía por el lado de aquella rubia mujer de grandes pechos, lo que hizo sonrojarme de nuevo y removiendo mi cabeza me acorde de algo, algo que sin duda me sería de gran utilidad para poder buscar a malechores.

Me quité la camisa, para no romperla cuando mi transformación estuviese lista, dejando al aire mi cuerpo atlético junto a mis numerosos tatuajes, entonces me concentré y empecé a concentrar fuerzas, y poco a poco mi tamaño fue creciendo, además de que me encorvé un poco, mis manos finalmente se transformaron en garras de ave, las traseras, en el majestuoso felino el león, el rey de la selva y mi cabeza, en la de un águila, ahora, gracias a mi forma híbrida, tenía una visión más fina y superior que la humana, por lo que tenía mayor detalle de todo lo que sucedía sin embargo... la gente se me quedaba mirándome, no era muy común ver a un... águila/león que sobrepasa los dos metros de altura.

Empecé a mirar por todos lados, afinando al máximo mi vista y en un momento, me pareció ver como algo brillaba, me acerque un poco hacia allí, de la manera más sigilosa que el nuevo cuerpo me permitía, ya que aunque ya controlaba con bastante habilidad mi akuma, mi torpeza seguía siendo la misma... o incluso peor.

Cuando pude estar lo suficientemente cerca, pude ver de que se trataba una circunferencia de algún metal, o quizás de una perla, sin embargo, fuese lo que fuese, a eso si le di un tanto de importancia, ya que... ¿por que iba alguien a guardarse un colgante así en un bolsillo? a merced de que cualquiera se lo robase, o incluso se le cayese, además, seguro que la tienda le daría una bolsa o algo para guardar mejor el artículo comprado, lo que me hizo incrementar levemente mis sospechas, sin embargo, aun no podía acusar a nadie, no fuese que metiese la pata...de nuevo.

Seguía transformado en aquel híbrido de Grifo, mientras mis alas doradas se replegaban en mi espalda, para que no abarcasen tanto espacio, ya que estas también medían lo mismo que yo en dicha forma. Mientras vigilaba a todos lados, pero en especial a aquella chica de cabellos rubios pude escuchar los gritos de alarma del tendero, ante eso, me acerqué con velocidad a dicho puesto, para preguntar que pasaba, cuando vio mi presencia, además de la actual forma con la cual me presenté a el se asustó un poco, intenté calmarle, comunicándole que pese a mi forma, era un soldado de la marina y que estaba allí para ayudarle.

El entonces explicó que le había desaparecido una joya, la cual estaba compuesta por perlas de oro blanco. Al escuchar eso, me sorprendí, recordé lo que vi en aquella mujer ¿acaso podría ser del objeto recientemente robado? era una posibilidad que no pensaba dejar en la duda.

Me voltee de nuevo para ir a preguntar a la chica, la cual esta vez, estaba ingiriendo una manzana y volteada hacia mi posición, haciendo unos comentarios un poco ofensivos hacia mi persona, sin embargo ciertos, no era muy agraciado que digamos cuando mi Zoan se encontrada en su forma híbrida, sin embargo, tanto en persona como en forma completa mejoraba.

oye!... que nadie escoge la akuma que ingiere

Le contesté de nuevo cabizbajo, mientras me deprimía a mi mismo, en mis adentros, sin embargo, el autocompadecerse duró más bien poco, ya que observé como la manzana mordisqueada estaba en el suelo y la chica ya no estaba, sin embargo, la pude ver doblando una esquina. Me transformé en humano y aun con la camisa quitada me puse a correr tras de ella, mirando hacia la esquina que la había visto girar, asintiendo para mi mismo al confirmar que así era, empezando a caminar a unos cuantos metros de ella, aun quería mantener un poco las distancias

Mientras corría hacia la mujer, pensaba si realmente ella era la culpable de aquel delito, las pruebas parecían muy evidentes, había estado por la zona del delito más o menos a la misma hora que este se había cometido, además, había visto en su bolsillo una esfera de un material no reconocido, por lo que todas las pruebas apuntaban directamente hacia ella, por lo que, debía primeramente, averiguar si realmente se trataba de oro blanco y pedirle, en caso de que los sea, que lo devuelva o pague el precio de dicho objeto, antes de pasar a detenciones y demás.

Corriendo aun semidesnudo miraba como aquella chica caminaba al borde de la calle, con el peligro de que se cayese al agua, ante eso, tragué saliva y decidí que no hacía falta que la siguiese del mismo modo, que con que estuviese al lado me sobraba y bastaba.

Mientras intentaba alcanzarla, pude ver como se metía en una tienda, sin embargo, al intentar frenar, no pude hacerlo a tiempo y me resbalé, visitando de nuevo a mi amigo el señor suelo, sin embargo esta vez, solo me golpeé el trasero, por lo que el golpe fue menor.

Me levanté enseguida y acariciándome la parte más dañada me quité el polvo de nuevo de mi cuerpo y ropa, volviendo hacia la tienda donde estaba la chica, sin embargo, entre tanta gente y planta, no podía localizarla y dudaba mucho que podría hacerlo de alguna manera, a no ser que usase mi forma completa, pero quedaría un poco...extraño ver a un ave/mamífero de una veintena de metros de largo, además de que la calle no parecía tan ancha para que pudiese caber.

En algún momento, pensé que posiblemente se escaparía por alguna puerta secundaria, por lo que decidí ir a buscar por el otro lado a ver si efectivamente había una, por lo que me marché corriendo. No obstante, dicha carrera no duró mucho, ya que se me ocurrió algo.

Me transformé en la forma híbrida de Grifo y empecé a alzar el vuelo, dirigiéndome, una vez ya en el aire, en el el tejado más alto y que al mismo tiempo estuviese cercano por la zona de tiendas donde había visto a la rubia, estando vigilante y a la guarida, replegando mis alas y agazapando mi cuerpo para que no fuese tan visible.

Seguía vigilante en lo alto de aquel edificio, cogiéndome de las tejas para no caerme, de vez den cuando, daba una vuelta hacia el otro lado de donde estaba, por si acaso en algún despiste la rubia se había conseguido escaquear de mi vista. Estuve por lo menos, media hora intentando ver si salía, pero no había manera humana de encontrarla, por lo que pensé que se había largado ya y debía encontrarla como fuese.

Abrí mis alas y me dispuse a saltar, para buscarla por Water Seven pero entonces, me resbalé del tejado, cayendo directamente al duro asfalto, quedándome un minuto en el suelo dolido, antes de poder levantarme como pude, quitarme el polvo y revisar si estaba todo bien y no tenía ninguna herida ni nada roto.

Por suerte, nada parecía que se había perjudicado, solamente mi pantalón un poco rasgado y un par de rasguños en mi cuerpo, sin embargo eran tan leves que ni habían sangrado, por lo que, al ver que estaba bien, empecé a levantar el vuelo, buscando por todos lados aquella chica, a sabiendas de que, al aire libre y desde las alturas, podría ser más fácil encontrarla que en aquel lugar lleno de gente y vegetación.

Buscaba por todos lados, frotándome el rostro, ya que me en un momento de despiste, me había chocado contra la pared de un edificio, aunque menos mal que tengo la cabeza muy dura por la gran cantidad de golpes que me he llevado y el hecho de que en mi forma híbrida soy un hueso más duro de roer. Mientras buscaba, me encontré con que había vuelto a las puertas de la base central de la marina, signo evidente de que me había perdido. Ante eso suspiré y me volví hacia otro lado, volando un poco resignado, suspirando y mirando hacia todos lados.

De nuevo volando por todos lados, pensé que el estar buscando a la mujer por todos lados también me beneficiaba, además de servirme un poco como entrenamiento, me ayudaba a reconocer las calles de la ciudad y así poder efectuar mejor mis patrullas, por lo que, la terminase encontrando o no, me podía dar ya por satisfecho, había hecho lo que se esperaba de mi y más aun.

Tras volar al rededor de hora y media, perderme de nuevo un par de veces más y algún que otro descanso para reponer energías y que mis alas no se fatigasen tanto, por fin la suerte y la esperanza vino a mi, me pareció ver a aquella mujer dirigiéndose a lo que parecía una cafetería al aire libre, un lugar perfecto para poder atraparla.

Cuando estuve lo suficientemente cerca como para confirmar que era ella, ya se me había ocurrido la manera por la cual sorprenderla y al menos, tenerla un poco a mi terreno. Empecé a bajar poco a poco al suelo y una vez en este, me dirigí hacia la mesa y me senté frente a ella, aun descamisado y con los pantalones bastante rasgados.

Por fin os encuentro...

Dije cruzándome de brazos y comunicando a la camarera que me cobrase a mi lo que ella había pedido o pidiese, solicitando yo que me trajese cuando pudiese un café bien cargado y caliente, con bastante azúcar, mientras mantenía una sonrisa de medio lado un tanto sospechosa y desafiante, aun sentado enfrente de ella.

Me quedé en silencio, manteniendo una calmada mirada a los ojos de la chica, mientras entrelazaba mis manos posando mi barbilla en estas, cruzándome de piernas, mientras escuchaba y observada al detalle todas las palabras y acciones de la persona que actualmente estaba enfrente mía. Su reacción me sorprendió un poco, poca gente reaccionaría con tanta calma cuando un acosador totalmente desconocido se sienta en tu misma mesa, enfrente tuya como si te conociese de toda la vida y le invitase a lo que quisiese... aunque eso último no era tan malo.

Me mantenía sonriente y mirando a aquella mujer, escuchando su agradecimiento y posterior aclaración, lo cual me hizo reír de manera divertida, pero suave, negando levemente con la cabeza y recostándome contra el respaldo de la silla. moviendo el cuello hacia varios lados, para evitar una molestia muscular.

No hay de que... y tranquila,lo he notado

Comenté con total naturalidad y tranquilidad, recostándome más aun y bostezando, refiriéndome claro está, a las varias veces, una de ellas muy recientemente, que había podido observar a la mujeres que he de admitir que estaban de buen ver, por lo que ya había deducido de que sentía una atracción hacia su mismo sexo.

Vi como aquella camarera nos trajo lo pedido, sonriendo a quien nos atendió y asintiendo con la cabeza en señal de gratitud, poniendo el azúcar en el café, removiéndolo y dando un sorbo, dejándolo de nuevo sobre la mesa, mirando aún detenidamente a aquella mujer, sin mediar palabra.

¿Te preguntarás que quiero de ti cierto?

Comenté eso tras un breve silencio y un par de sorbos más al café, removiendo la cuchara de este para que el azúcar no se quedase de nuevo en el centro, dispuesto a contestar enseguida a la pregunta que le había hecho yo mismo, no sin antes, tomar otro trago, esta vez más largo, de aquel caliente café.

Sencillo....sois muy escurridiza, a la mínima me despisto... pese a mi vista de águila... además... ¿me permitís ver lo que lleváis en los bolsillos

Dije de una manera educada, desvelando el motivo por que la seguía y que sospechaba de que ella había sido la autora de el robo de aquel accesorio de joyería compuesto de oro blanco y que también estaba de parte de la ley, ante mi insistencia ya que un ciudadano de a pie no se tomaría tantas molestias.

además... pese a vuestros gustos, debéis admitir que mejoro un poco de mi forma híbrida

Comenté como una curiosidad o más bien anécdota, mientras me terminaba el café y suspiraba al sentir el calor bajar por mi garganta hasta mi estómago, desvelando así también que el....bicho que había coincidido con ella justamente en los hechos del crimen.

Proseguía sentado, mientras me tronaba los dedos, aun sonriente, mientras miraba tranquila pero muy atentamente todas las acciones y reacciones por parte de la sospechosa y a la par escuchaba sus respuestas, como supuse, quería saber que hacía allí y no le faltaba ningún motivo, pero ya me había apresurado yo a contestar a sus respuestas.

Mientras escuchaba su negativa, me levanté, poniéndome por fin la parte de arriba del uniforme, revisando antes que no tuviese polvo ni ningún agujero, ya tendría suficiente con lo que pudiese pasarme por el pantalón, que seguramente me harían pagar el importe integro no solo del pantalón si no de otro uniforme completo de recluta.

Se perfectamente de lo que hablo, del accesorio de joyería de oro blanco que has hurtado hace escasas horas

Hice una acusación directa, quería ir al grano, además, me acababa de acordar de que mi turno terminaba en como mucho unos diez minutos, por lo que partir de ahí ya no tendría por que reclamar aquel objeto, que ya me había costado demasiado y seguramente me costaría más.

si, soy usuario de una Zoan, mitológica creo recordar, un Grifo, ya sabes, un ser mitad águila mitad león y bueno, tiene sus utilidades, como todas

Le seguí un poco la corriente, intentando no irme mucho de la situación principal contestando de manera directa y con respuestas lo más cortas posibles, mientras me volvía a sentar, ajustando mi katana y mi espada larga a un lado de la silla, sacando los berries para pagar ambos cafés además del alcohol.

Seguía sentado tan tranquilamente, hasta que pude escuchar el tono autoritario de la chica, lo cual he de admitir que me intimidó en cierta manera, pero aun con todo, no me debía acobardar, seguía siendo yo la autoridad allí, por lo que el debía tomar las riendas de la manera que fuese. La suerte sonrió un poco de mi lado, ya que en la misma frase, había dicho su nombre y confesar ser la autora de dicho robo.

Iba a hablar, pero ella se me volvió a adelantar, la verdad es que si fue un descuido por mi parte, ahí había estado muy lista por hacerme caer en la trampa, debía reconocer de que se trataba de una rival a tener en cuenta, pero al mismo tiempo, era bastante calmada y educada, y a mi parecer, poco bravucona. Reí levemente y me dispuse ahora sí a contestarla.

fuiste muy astuta...te admiro por eso y sabes... voy a hacerlo... y voy a permitir que te quedes el collar...ya tengo todos los datos que necesito... tu confesión y tu nombre y si te fijas bien, ya puse berries sobre la mesa. En cuanto a la rosa, no tengo intención de dañar a alguien que no me a hecho nada

Entonces, me levanté y me puse las armas en el sitio, ajustándome los ropajes y haciendo una suave reverencia, marchándome luego de aquella cafetería con paso calmado pero constante y cuando en dirección a la base central en Water Seven y cuando estuve a unos metros, volteé mi cabeza hacia ella.

por cierto... me llamo Teil Nathman y toda nuestra conversación a sido grabada gracias a un dial

Dicho eso se dibujó en mi rostro una sonrisa y volví a emprender mi regreso a la base y acarrear las consecuencias de destrozar el uniforme y dejar escapar la criminal, además, tenía interés por saber si ofrecían un precio por ella, así que también me dedicaría a eso. En cuanto a lo del dial, evidentemente era mentira pero.... ¿que sabía ella?