Freites D. Alpha
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Los bosques de Hallstat eran un lugar tranquilo y agradable. Podía respirar profundo y sentir como su puro aire purificaba cada parte de mí. Hoy… hoy era una noche especial para mí. Han pasado un par de años desde la última vez que había venido a esta isla con algún objetivo definido. La última vez, vine con el propósito de apoderarme de las minas de Auria. Mucho puedo decir de ese día. Era tan solo un novato temerario que creía que podía comerme al mundo. Autoproclamado señor de la guerra que gritaba a los cuatro vientos que no habría nada ni nadie capaz de detenerme. Más alejado de la realidad no podría estar. Aquella derrota fue solo el primer paso para abrir finalmente los ojos. Luego la gran carrera, donde había tenido la oportunidad de toparme con los miembros de la tripulación del Yonkou Zane. Me gustaría decir que habría logrado algo interésate. Me gustaría decir que había plantado finalmente cara a un oponente fuerte.
Me hubiera gustado, pero la humillación fue la respuesta que recibí.
Luego está el tema de Sakura, uno que me dejo un amargo sabor agridulce. No podría decir que me sentaba bien haber “ganado”, porque al final no había hecho absolutamente nada. Lo único que podría sentir como mío propio, es el hecho de haber sacrificado un brazo por el bien de una alianza con las Amazonas. Porque a pesar de haber ganado aquella fatídica batalla en contra de la marina, no dejaba de un lado que Lysbeth había acarreado aquella situación.
Sin mencionar que en Arabasta… perdí a un buen amigo.
- Ya están aquí, Alpha. – Suzaku venia próxima a mis espaldas. El viento no dejaba de soplar y yo simplemente estaba allí. Parado. Mentalizando cada una de aquellas vivencias en búsqueda de aprendizaje. Muchas de ellas habían marcado un antes un después en mi vida. Pero ahora estaba aquí, en el lugar donde comenzó todo, en Hallstat. No puedo evitar pensar lo sarcástico que resultaba todo esto. Pero incluso yo sabía que la vida era curiosa, a su manera.
Muy… a su manera.
A lo lejos podía verlos mientras me aproximaba. Allí estaban, mis nuevos hermanos dispuestos a seguirme. Una vez más había tenido la oportunidad de hacer las cosas bien. Me fije que nuestro campamento ya estaba montado. No uno muy elaborado, solo algunas carpas bien montadas. La fogata estaba rodeada con cuatro leños grandes alrededor que nos permitirían sentarnos y poder charlar. Sobre ella estaba un caldero con algo que se estaba cocinando. Había escuchado en el castillo que a Iullia se le daba muy mal la cocina. Y si soy franco, esperaba que no fuera ella la que preparara la cena de hoy.
- ¿Tienen un momento? – Pregunte mientras me sentaba en uno de los leños. Esperaba que el resto de ellos se sentasen y me hiciesen compañía. Me sentía bastante cómodo con ellos cerca. Finalmente me sentía… en familia. – En estos momentos, cada uno de ustedes está rodeado por un hermano o hermana. Mírense bien. La persona que está a su lado de hoy en adelante, será su compañero de armas y camarada en el saqueo. Juntos formamos algo más que una tripulación. Bajo mi insignia, todos somos familia. Que no se les olvide.
La plumífera me haría la entrega de una botella con licor. Luego, a cada uno por igual. Hoy se trataba de mi licor favorito: El licor de café. Miraba a cada uno con tranquilidad y una sonrisa, esperando que asimilaran mis palabras para luego proseguir.
- Big Brother Kaizokudan se fundó hace años con el propósito de traer la guerra al mundo. Hoy, eso cambia. Tarde tiempo en entender muchas cosas, antes de convertirme en lo que soy hoy. Ya sea por lograr sus sueños, su hambre de aventura o sus ansias de conocimiento. Han decido por voluntad propia formar parte de mi familia. Y desde el fondo de mi corazón, estoy agradecido.
>> Si se preguntan ahora ¿Cuál es el objetivo de esta banda? Eso es fácil de responder: Vivir libres y hacer lo que nos plazca. Si… viviremos aventuras. Si… Lucharemos por nuestros sueños. Y si… saciaremos nuestra ansia de conocimiento. Solo un par de reglas impongo mientras estén a mi mando. La primera: Nada de esclavizar gente. La segunda: No atacamos a gente pobre. Si quieren dinero róbenlo de ricos u otros piratas. Y la última: nada de negocios con drogas.
>> Ahora… ¿Quién dará el pazo al frente y se presentara primero? Nombre y su razón de ser pirata.
Me hubiera gustado, pero la humillación fue la respuesta que recibí.
Luego está el tema de Sakura, uno que me dejo un amargo sabor agridulce. No podría decir que me sentaba bien haber “ganado”, porque al final no había hecho absolutamente nada. Lo único que podría sentir como mío propio, es el hecho de haber sacrificado un brazo por el bien de una alianza con las Amazonas. Porque a pesar de haber ganado aquella fatídica batalla en contra de la marina, no dejaba de un lado que Lysbeth había acarreado aquella situación.
Sin mencionar que en Arabasta… perdí a un buen amigo.
- Ya están aquí, Alpha. – Suzaku venia próxima a mis espaldas. El viento no dejaba de soplar y yo simplemente estaba allí. Parado. Mentalizando cada una de aquellas vivencias en búsqueda de aprendizaje. Muchas de ellas habían marcado un antes un después en mi vida. Pero ahora estaba aquí, en el lugar donde comenzó todo, en Hallstat. No puedo evitar pensar lo sarcástico que resultaba todo esto. Pero incluso yo sabía que la vida era curiosa, a su manera.
Muy… a su manera.
A lo lejos podía verlos mientras me aproximaba. Allí estaban, mis nuevos hermanos dispuestos a seguirme. Una vez más había tenido la oportunidad de hacer las cosas bien. Me fije que nuestro campamento ya estaba montado. No uno muy elaborado, solo algunas carpas bien montadas. La fogata estaba rodeada con cuatro leños grandes alrededor que nos permitirían sentarnos y poder charlar. Sobre ella estaba un caldero con algo que se estaba cocinando. Había escuchado en el castillo que a Iullia se le daba muy mal la cocina. Y si soy franco, esperaba que no fuera ella la que preparara la cena de hoy.
- ¿Tienen un momento? – Pregunte mientras me sentaba en uno de los leños. Esperaba que el resto de ellos se sentasen y me hiciesen compañía. Me sentía bastante cómodo con ellos cerca. Finalmente me sentía… en familia. – En estos momentos, cada uno de ustedes está rodeado por un hermano o hermana. Mírense bien. La persona que está a su lado de hoy en adelante, será su compañero de armas y camarada en el saqueo. Juntos formamos algo más que una tripulación. Bajo mi insignia, todos somos familia. Que no se les olvide.
La plumífera me haría la entrega de una botella con licor. Luego, a cada uno por igual. Hoy se trataba de mi licor favorito: El licor de café. Miraba a cada uno con tranquilidad y una sonrisa, esperando que asimilaran mis palabras para luego proseguir.
- Big Brother Kaizokudan se fundó hace años con el propósito de traer la guerra al mundo. Hoy, eso cambia. Tarde tiempo en entender muchas cosas, antes de convertirme en lo que soy hoy. Ya sea por lograr sus sueños, su hambre de aventura o sus ansias de conocimiento. Han decido por voluntad propia formar parte de mi familia. Y desde el fondo de mi corazón, estoy agradecido.
>> Si se preguntan ahora ¿Cuál es el objetivo de esta banda? Eso es fácil de responder: Vivir libres y hacer lo que nos plazca. Si… viviremos aventuras. Si… Lucharemos por nuestros sueños. Y si… saciaremos nuestra ansia de conocimiento. Solo un par de reglas impongo mientras estén a mi mando. La primera: Nada de esclavizar gente. La segunda: No atacamos a gente pobre. Si quieren dinero róbenlo de ricos u otros piratas. Y la última: nada de negocios con drogas.
>> Ahora… ¿Quién dará el pazo al frente y se presentara primero? Nombre y su razón de ser pirata.
Arny Sanskari
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Akuma no mi
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Habían pasado un par de cosas entre aquel encuentro en Thriller bark con su ahora capitán, y la presencia del ornitorrinco sobrevolando el North blue en busca de un navío con el que poder hacerse rápidamente.
Tras dejar su barco en los cabos gemelos, el rápido jabeque, al cuidado de Mimi, bien fondeado junto al faro. Atravesó la Reverse Mountain volando de vuelta a los mares cardinales.
Arny tenía clara su dirección, Freites había partido hacía días a encontrarse con el reto de la tripulación y había dejado una vivre card para hacerle de guía. La labor del mink no era otra que llevarlos a salvo hasta el paraíso, donde comenzarían a navegar juntos.
Hacía frio a esa altura, por suerte Arny no sentía las inclemencias de la temperatura mientras se dejaba llevar en su forma elemental, fundido con las ráfagas que lo transportaban rápidamente por el mar del norte. Tenía un objetivo claro y llevaba tiempo pensando que sería más apropiado para el viaje que deberían hacer a través de los cabos gemelos. Un simple pesquero no valdría, necesitaban algo con más calado. Algo que pudiera soportar la rudeza del viaje hasta el faro, a partir de ahí podrían abordar su propio navío, por lo que tampoco importaba el estado del barco al final del viaje, tan solo tenía que aguantar la travesía, por lo que tampoco necesitaba hacerse con algo escandalosamente resistente. Arny sabía exactamente lo que necesitaba.
-Ese- pensó al sobrevolar un pequeño carguero que parecía pertenecer a una compañía de transporte. Aquellas construcciones poseían la rudeza de una mula, aunque su velocidad también rivalizaba con la del animal.
Descendió sobre el barco sin ser visto, aun en su forma gaseosa y extendió el suficiente gas anestésico como para dormir un galeón y esperó, paciente, a que todos hubieran caído presa del sueño. El resto era simple, poner los cuerpos en el bote salvavidas, dejarles comida y agua, y una lona con la que cubrirse del sol abrasador del océano. Tras soltar el bote al mar, se acercó al den den mushi del barco y emitió una llamada de socorro con las coordenadas del lugar, después tiro el caracol al mar para simular un hundimiento.
Por suerte, los capitanes que llevan esos barcos soy muy diligentes con sus tareas y tenía la zona de navegación perfectamente acotada en el cuaderno de bitácora. Por lo que indicar la posición del bote era muy simple para el navegante, que comprendía aquel lenguaje de letras sueltas, números y puntos como si fuese su idioma materno.
-Bien- dijo en voz alta, aun a sabiendas que estaba solo tras haber revisado la embarcación por completo. Si alguien se escondiera en algún lugar, la electricidad de su cuerpo lo hubiera delatado, pero no era el caso. El barco tenía comida de sobra en la cocina y agua para varias jornadas, la carga de vigas de madera reposaba en el almacén interior bien atado y los camarotes estaban sucios y descuidados, pero todo estaba en su sitio. -Ahora veamos, ¿Dónde me dices, papelito, que está el capi?- preguntó con el papel en la palma de su mano derecha mientras movía la rueda del timón, poniendo proa en dirección al lugar que aquel curioso trozo blanco apuntaba.
Sin saber donde fondear aquel trasto sin encallar en corales o caer en las corrientes de marea creciente, Arny se guio por la forma de la costa, había visto muchas veces ese tipo de acantilados y playas, por lo que encontrar un lugar donde fondear sin encallar fue relativamente rápido. Arny no quería llegar a puerto con un barco recientemente robado, por lo que buscó un lugar lo más cercano al punto donde el papel más vibraba, lo guardó, y echó el ancla a los pies de un cortado que ocultaba el bosque tras él, pero también al barco de las miradas de los curiosos.
-Se acerca la hora- pensó tras levantar la vista de su libro y mirar al cielo, el cual llevaba leyendo varios días y estaba a punto de acabar. Una fascinante obra sobre dinámica de fluidos y el comportamiento de los gases. El sol ya había bajado lo suficiente y se haría de noche buscando tras los árboles, por lo que el momento de conocer a sus nuevos camaradas había llegado.
Nervioso, dejó el libro en su mochila, se la puso a la espalda y salió de la cabina del barco donde había hecho tiempo.
El ornitorrinco se elevó hasta alcanzar la cima del acantilado y comenzó a vagar entre los árboles, siguiendo el camino que la vivre card le decía. Esquivando a los animales salvajes, atento a su camino hasta que notó la presencia de más gente entre la vegetación, caminando hacia el mismo punto que parecía indicarle su guía. Un claro iluminado por una crepitante hoguera, que empujaba las sombras del único hombre esperando a su lado hacia atrás. Dibujando a su alrededor, el embrujado baile que tan solo las danzarinas llamas pueden crear. -Ahí estás- dijo, avanzando entre la maleza, con la vista fija en su destino.
Mientras todos terminaban de sentarse alrededor de las llamas, en silencio, Freites comenzó a hablar.
Explicó lo que esperaba de nosotros, sus hermanos. Y lo que deseaba para el futuro mientras regaba el discurso con licor.
Arny movía su rodilla con movimientos rápidos arriba y abajo mientras escuchaba, incapaz de permanecer completamente quieto, por eso en cuanto pudo hablar se levantó rápidamente sin ningún tipo de decoro y se presentó -Mi nombre es Arny, Arny Sanskari, soy un ornitorrinco de la tribu mink- Explicó mientras hacía refulgir un chispazo en su mano derecha extendida hacia la hoguera, como si su aspecto no fuese prueba suficiente de su raza -Además- Dijo mientras apuntaba la misma mano hacia el fuego y bajaba el nivel de oxigeno a su alrededor, bajando la intensidad de éste, tan solo para añadir de golpe una mayor cantidad, provocando un fogonazo que ilumino completamente la zona por un segundo -Puedo controlar los gases, lo que me convierte en usuario logia- explicó, mientras se giraba y movía la mochila para mostrar una marca tapada por el espeso pelaje, pero marcada a fuego en su cuerpo y el su alma -Y fui esclavo una temporada, así que estoy muy de acuerdo con el capi, si todos pensáis así, no tendré ningún problema en llamaros hermano- dijo firmemente, mirando a todos los presentes sin un atisbo de duda en su mirada -Encantado de conoceros, prometo que llevaré cualquier cosa con la que naveguemos a juntarse con nuestro destino- dijo al fin más tranquilo, sentándose para ceder el turno al siguiente.
Tras dejar su barco en los cabos gemelos, el rápido jabeque, al cuidado de Mimi, bien fondeado junto al faro. Atravesó la Reverse Mountain volando de vuelta a los mares cardinales.
Arny tenía clara su dirección, Freites había partido hacía días a encontrarse con el reto de la tripulación y había dejado una vivre card para hacerle de guía. La labor del mink no era otra que llevarlos a salvo hasta el paraíso, donde comenzarían a navegar juntos.
Hacía frio a esa altura, por suerte Arny no sentía las inclemencias de la temperatura mientras se dejaba llevar en su forma elemental, fundido con las ráfagas que lo transportaban rápidamente por el mar del norte. Tenía un objetivo claro y llevaba tiempo pensando que sería más apropiado para el viaje que deberían hacer a través de los cabos gemelos. Un simple pesquero no valdría, necesitaban algo con más calado. Algo que pudiera soportar la rudeza del viaje hasta el faro, a partir de ahí podrían abordar su propio navío, por lo que tampoco importaba el estado del barco al final del viaje, tan solo tenía que aguantar la travesía, por lo que tampoco necesitaba hacerse con algo escandalosamente resistente. Arny sabía exactamente lo que necesitaba.
-Ese- pensó al sobrevolar un pequeño carguero que parecía pertenecer a una compañía de transporte. Aquellas construcciones poseían la rudeza de una mula, aunque su velocidad también rivalizaba con la del animal.
Descendió sobre el barco sin ser visto, aun en su forma gaseosa y extendió el suficiente gas anestésico como para dormir un galeón y esperó, paciente, a que todos hubieran caído presa del sueño. El resto era simple, poner los cuerpos en el bote salvavidas, dejarles comida y agua, y una lona con la que cubrirse del sol abrasador del océano. Tras soltar el bote al mar, se acercó al den den mushi del barco y emitió una llamada de socorro con las coordenadas del lugar, después tiro el caracol al mar para simular un hundimiento.
Por suerte, los capitanes que llevan esos barcos soy muy diligentes con sus tareas y tenía la zona de navegación perfectamente acotada en el cuaderno de bitácora. Por lo que indicar la posición del bote era muy simple para el navegante, que comprendía aquel lenguaje de letras sueltas, números y puntos como si fuese su idioma materno.
-Bien- dijo en voz alta, aun a sabiendas que estaba solo tras haber revisado la embarcación por completo. Si alguien se escondiera en algún lugar, la electricidad de su cuerpo lo hubiera delatado, pero no era el caso. El barco tenía comida de sobra en la cocina y agua para varias jornadas, la carga de vigas de madera reposaba en el almacén interior bien atado y los camarotes estaban sucios y descuidados, pero todo estaba en su sitio. -Ahora veamos, ¿Dónde me dices, papelito, que está el capi?- preguntó con el papel en la palma de su mano derecha mientras movía la rueda del timón, poniendo proa en dirección al lugar que aquel curioso trozo blanco apuntaba.
Sin saber donde fondear aquel trasto sin encallar en corales o caer en las corrientes de marea creciente, Arny se guio por la forma de la costa, había visto muchas veces ese tipo de acantilados y playas, por lo que encontrar un lugar donde fondear sin encallar fue relativamente rápido. Arny no quería llegar a puerto con un barco recientemente robado, por lo que buscó un lugar lo más cercano al punto donde el papel más vibraba, lo guardó, y echó el ancla a los pies de un cortado que ocultaba el bosque tras él, pero también al barco de las miradas de los curiosos.
-Se acerca la hora- pensó tras levantar la vista de su libro y mirar al cielo, el cual llevaba leyendo varios días y estaba a punto de acabar. Una fascinante obra sobre dinámica de fluidos y el comportamiento de los gases. El sol ya había bajado lo suficiente y se haría de noche buscando tras los árboles, por lo que el momento de conocer a sus nuevos camaradas había llegado.
Nervioso, dejó el libro en su mochila, se la puso a la espalda y salió de la cabina del barco donde había hecho tiempo.
El ornitorrinco se elevó hasta alcanzar la cima del acantilado y comenzó a vagar entre los árboles, siguiendo el camino que la vivre card le decía. Esquivando a los animales salvajes, atento a su camino hasta que notó la presencia de más gente entre la vegetación, caminando hacia el mismo punto que parecía indicarle su guía. Un claro iluminado por una crepitante hoguera, que empujaba las sombras del único hombre esperando a su lado hacia atrás. Dibujando a su alrededor, el embrujado baile que tan solo las danzarinas llamas pueden crear. -Ahí estás- dijo, avanzando entre la maleza, con la vista fija en su destino.
Mientras todos terminaban de sentarse alrededor de las llamas, en silencio, Freites comenzó a hablar.
Explicó lo que esperaba de nosotros, sus hermanos. Y lo que deseaba para el futuro mientras regaba el discurso con licor.
Arny movía su rodilla con movimientos rápidos arriba y abajo mientras escuchaba, incapaz de permanecer completamente quieto, por eso en cuanto pudo hablar se levantó rápidamente sin ningún tipo de decoro y se presentó -Mi nombre es Arny, Arny Sanskari, soy un ornitorrinco de la tribu mink- Explicó mientras hacía refulgir un chispazo en su mano derecha extendida hacia la hoguera, como si su aspecto no fuese prueba suficiente de su raza -Además- Dijo mientras apuntaba la misma mano hacia el fuego y bajaba el nivel de oxigeno a su alrededor, bajando la intensidad de éste, tan solo para añadir de golpe una mayor cantidad, provocando un fogonazo que ilumino completamente la zona por un segundo -Puedo controlar los gases, lo que me convierte en usuario logia- explicó, mientras se giraba y movía la mochila para mostrar una marca tapada por el espeso pelaje, pero marcada a fuego en su cuerpo y el su alma -Y fui esclavo una temporada, así que estoy muy de acuerdo con el capi, si todos pensáis así, no tendré ningún problema en llamaros hermano- dijo firmemente, mirando a todos los presentes sin un atisbo de duda en su mirada -Encantado de conoceros, prometo que llevaré cualquier cosa con la que naveguemos a juntarse con nuestro destino- dijo al fin más tranquilo, sentándose para ceder el turno al siguiente.
Ryukami Aigon
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Akuma no mi
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Ya había pasado un tiempo desde su encuentro con Alpha y aquel combate que le empujó a mejorar y hacerse mejor espadachín. El peliazul estaba ansioso por volverle a ver y conocer por fin a sus nuevos compañeros o como el Capitán los llamaba, su familia. Su destino finalmente estaba ante sus ojos Hallstat, ahí es a donde la Vivre card del capitán lo había guiado, después de un largo trayecto y en parte, gracias a Nassor y los revolucionarios que lo llevaron la mitad del camino hasta la Red Line y luego siguiendo los consejos del veterano, viajó hasta allí en un barco de transporte comercial.
Aigon había entrenado y luchado para hacerse aun más fuerte, estaba ansioso por volver a medirse con Alpha y desde la cubierta del barco, apoyado en la proa soñaba con el reencuentro e intentaba imaginar como serian sus nuevos camaradas. -Ya casi estoy llegando Aniki…- Decía sonriendo, mientras observaba la vivre card apuntando hacia la isla en el horizonte justo frente a él.
Los últimos rayos de sol estaban cayendo sobre la isla para cuando el barco llegó al puerto, el peliazul, ansioso por llegar dio un gran salto desde la cubierta del barco para aterrizar sobre uno de los pontones del muelle agarrando las katanas en su cintura para luego comenzar a andar hacia la ciudad siguiendo el rumbo del papel que le había guiado hasta allí y que le llevó hasta el lugar de encuentro, un pequeño claro en el bosque de la isla donde se había preparado un pequeño campamento alrededor de una fogata, allí pudo ver por primera vez a su nueva familia, todos reunidos al fin. Iulia fue la primera que vio Aigon en el campamento, le dio la impresión de ser una niña malcriada y egoísta. Luego se fijó en los otros miembros presentes, Arny un ornitorrinco la tribu Mink, sorprendió a Aigon que nunca había llegado a conocer a nadie esta raza, pero le pareció un tipo muy divertido y simpático.
Alpha se acercó a ellos y fue el primero en sentarse, para después ofrecer asiento al resto de la banda y comenzar con un gran discurso mientras Suzaku repartía botellas de licor a todos. Arny fue el primero en presentarse después del discurso del capitán. Se levantó como un resorte y expuso quien era ante todos para luego volver a su asiento.
Aigon dio un largo trago a su botella de licor y se puso en pie mientras se limpiaba la boca con el brazo. -Yo soy Ryukami Aigon, acompañaré al Aniki hasta el final sea cual sea. – Dijo haciendo luego una pequeña pausa para mirar uno por uno a sus compañeros. – Le ayudaré a cumplir sus sueños y sus metas, porque sé que él hará lo mismo por todos nosotros, así que seguiré sus pasos ciegamente hasta el final del mundo si es necesario. – Explicaba para luego torcer su mirada hacia Alpha. -Así, que si el aniki, nuestro capitán, ha confiado en vosotros para compartir el viaje también los acompañare hasta el final del mundo…- Hizo otra breve pausa para dar otro trago a la botella. -Yo seré el musico del barco, procurare que la fiesta nunca termine y que nos divirtamos mientras navegamos en busca de grandes aventuras. Pero mi sueño es llegar a ser algún día un gran espadachín. - Concluyó y se giró hacia las llamas. -Pero, sobre todo, espero poder divertirme en miles de aventuras juntos, estoy seguro de que será fantástico navegar junto a vosotros. Yeeahahahaha. – Luego volvió a sentarse junto al fuego esperando que el siguiente compañero se presentara.
Aigon había entrenado y luchado para hacerse aun más fuerte, estaba ansioso por volver a medirse con Alpha y desde la cubierta del barco, apoyado en la proa soñaba con el reencuentro e intentaba imaginar como serian sus nuevos camaradas. -Ya casi estoy llegando Aniki…- Decía sonriendo, mientras observaba la vivre card apuntando hacia la isla en el horizonte justo frente a él.
Los últimos rayos de sol estaban cayendo sobre la isla para cuando el barco llegó al puerto, el peliazul, ansioso por llegar dio un gran salto desde la cubierta del barco para aterrizar sobre uno de los pontones del muelle agarrando las katanas en su cintura para luego comenzar a andar hacia la ciudad siguiendo el rumbo del papel que le había guiado hasta allí y que le llevó hasta el lugar de encuentro, un pequeño claro en el bosque de la isla donde se había preparado un pequeño campamento alrededor de una fogata, allí pudo ver por primera vez a su nueva familia, todos reunidos al fin. Iulia fue la primera que vio Aigon en el campamento, le dio la impresión de ser una niña malcriada y egoísta. Luego se fijó en los otros miembros presentes, Arny un ornitorrinco la tribu Mink, sorprendió a Aigon que nunca había llegado a conocer a nadie esta raza, pero le pareció un tipo muy divertido y simpático.
Alpha se acercó a ellos y fue el primero en sentarse, para después ofrecer asiento al resto de la banda y comenzar con un gran discurso mientras Suzaku repartía botellas de licor a todos. Arny fue el primero en presentarse después del discurso del capitán. Se levantó como un resorte y expuso quien era ante todos para luego volver a su asiento.
Aigon dio un largo trago a su botella de licor y se puso en pie mientras se limpiaba la boca con el brazo. -Yo soy Ryukami Aigon, acompañaré al Aniki hasta el final sea cual sea. – Dijo haciendo luego una pequeña pausa para mirar uno por uno a sus compañeros. – Le ayudaré a cumplir sus sueños y sus metas, porque sé que él hará lo mismo por todos nosotros, así que seguiré sus pasos ciegamente hasta el final del mundo si es necesario. – Explicaba para luego torcer su mirada hacia Alpha. -Así, que si el aniki, nuestro capitán, ha confiado en vosotros para compartir el viaje también los acompañare hasta el final del mundo…- Hizo otra breve pausa para dar otro trago a la botella. -Yo seré el musico del barco, procurare que la fiesta nunca termine y que nos divirtamos mientras navegamos en busca de grandes aventuras. Pero mi sueño es llegar a ser algún día un gran espadachín. - Concluyó y se giró hacia las llamas. -Pero, sobre todo, espero poder divertirme en miles de aventuras juntos, estoy seguro de que será fantástico navegar junto a vosotros. Yeeahahahaha. – Luego volvió a sentarse junto al fuego esperando que el siguiente compañero se presentara.
Iulia Markov
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquel viaje era la prueba definitiva. Si lograban volver al castillo de Markovia con los tesoros de la fortaleza perdida de la familia Krastov, Iliana le entregaría finalmente la Tsuki no Kagayaki y aceptaría que estaba lista para hacer aquel viaje. Había estado muy emocionada y nerviosa, pero ahora estaba extrañamente calmada. Se hallaba sumida en esa extraña lucidez plácida que acompañaba a una sensación de bienestar y tranquilidad. Perfectamente concentrada, pero relajada y con una muy leve sensación de euforia. En lugar de llevar uno de los elaborados vestidos que solía vestir en la ciudad, llevaba un traje negro ajustado de ninja y la melena recogida en una coleta anudada en tres puntos para que no le estorbase. También tenía una máscara de tela que le cubría desde la nariz hacia abajo, aunque en ese momento la llevaba al cuello, con el rostro descubierto. Al cinturón llevaba la katana, dos cantimploras y una bolsita de cuero.
Observaba los leños de la hoguera arder perezosamente mientras esperaban al resto. Alpha y ella habían llegado los primeros al punto de reunión. Al principio se había movido impacientemente por toda la zona mientras los extraños sirvientes del capitán levantaban el campamento, pero finalmente se había cansado y se había echado a leer el diario de su abuelo sobre una colina cercana. Se había sentido algo frustrada de tener que estar esperando en lugar de lanzarse de inmediato a la aventura, pero a medida la tarde había transcurrido, se había calmado. Ahora estaba simplemente feliz de estar allí. Empezaba a pensar que simplemente pasarían una noche tranquila, cuando el resto empezó a aparecer. Y vaya tropa. Un ornitorrinco parlante muy mono, una chica liebre, una gyojin tiburón con tales delanteras que bien podría usarlas como arma y, finalmente, él. Desde el primer momento le pareció un tipo zafio, barriobajero y ruidoso, con esas maneras de hablar y esas pintas. Aún encima fue el último en llegar.
Inicialmente pensó que la chica liebre y el achuchable ornitorrinco eran otras de las extrañas criaturas que acompañaban a su capitán. Eso fue, claro, hasta que Alpha dio su discurso y Arny se presentó. "Pues claro, un mink. ¿Entonces la chica liebre lo es también?" Había oído hablar de la tribu mink y leído sobre ellos, pero nunca había visto uno más que en dibujos que, por lo que veía ahora, no tenían nada que ver con la realidad. Menos mal que no había intentado abrazar a Arny, porque por lo que había leído, eran una tribu guerrera. Probablemente no se lo tomaría bien. Le llamó la atención el hecho de que, a pesar de que el capi lo pidió, no dijo el motivo por el que se había hecho pirata.
Luego llegó el turno del tipejo peliazul, Aigon. Parecía más un matonzuelo de una banda callejera que un pirata. Cuando dijo que seguiría a Alpha hasta el final, se lo imaginó como un perro azul y tuvo que hacer un esfuerzo para contener la risa. No muy interesada en lo que aquel tipo tenía que decir, se llevó la botella que Suzaku le había dado a la boca. No sabía qué era, pero tenía bastante sed. Y no comprobar primero qué se estaba llevando a la boca fue un craso error. El fuerte sabor del alcohol la pilló desprevenida y le hizo atragantarse. Se las apañó para toser torpemente y acabar con un poco de licor en las fosas nasales. Soltó un estornudo muy agudo y sacó rápidamente un pañuelo para limpiarse. Qué cosa más desagradable, no pensaba tomar ni un trago más. El peliazul terminó su discursito pese a todo. Era un momento tan bueno como cualquier otro para empezar. Se levantó del tronco y dijo:
- Yo soy Iulia Markov. Probablemente hayáis oído en algún momento historias de mi familia. No importa qué hayáis escuchado, porque yo voy a superar a todos mis antepasados - apoyó el pie derecho encima de una piedra y la mano en el mango de la katana - ¿Por qué quiero ser pirata? Para ser la mejor. Veré todas las maravillas del Grand Line, descubriré los secretos del mundo y me convertiré en la pirata más temida. Ahora, sobre lo que podéis esperar de mí... - sonrió orgullosa - Me han entrenado en la Danza de Plata y las artes ninja. Puedo acertar a un blanco con un cuchillo a veinte metros o aproximarme antes de que pueda verme y eliminarle en completo silencio. Y podéis contar conmigo para recorrer ruinas antiguas e identificar secretos del pasado.
Observaba los leños de la hoguera arder perezosamente mientras esperaban al resto. Alpha y ella habían llegado los primeros al punto de reunión. Al principio se había movido impacientemente por toda la zona mientras los extraños sirvientes del capitán levantaban el campamento, pero finalmente se había cansado y se había echado a leer el diario de su abuelo sobre una colina cercana. Se había sentido algo frustrada de tener que estar esperando en lugar de lanzarse de inmediato a la aventura, pero a medida la tarde había transcurrido, se había calmado. Ahora estaba simplemente feliz de estar allí. Empezaba a pensar que simplemente pasarían una noche tranquila, cuando el resto empezó a aparecer. Y vaya tropa. Un ornitorrinco parlante muy mono, una chica liebre, una gyojin tiburón con tales delanteras que bien podría usarlas como arma y, finalmente, él. Desde el primer momento le pareció un tipo zafio, barriobajero y ruidoso, con esas maneras de hablar y esas pintas. Aún encima fue el último en llegar.
Inicialmente pensó que la chica liebre y el achuchable ornitorrinco eran otras de las extrañas criaturas que acompañaban a su capitán. Eso fue, claro, hasta que Alpha dio su discurso y Arny se presentó. "Pues claro, un mink. ¿Entonces la chica liebre lo es también?" Había oído hablar de la tribu mink y leído sobre ellos, pero nunca había visto uno más que en dibujos que, por lo que veía ahora, no tenían nada que ver con la realidad. Menos mal que no había intentado abrazar a Arny, porque por lo que había leído, eran una tribu guerrera. Probablemente no se lo tomaría bien. Le llamó la atención el hecho de que, a pesar de que el capi lo pidió, no dijo el motivo por el que se había hecho pirata.
Luego llegó el turno del tipejo peliazul, Aigon. Parecía más un matonzuelo de una banda callejera que un pirata. Cuando dijo que seguiría a Alpha hasta el final, se lo imaginó como un perro azul y tuvo que hacer un esfuerzo para contener la risa. No muy interesada en lo que aquel tipo tenía que decir, se llevó la botella que Suzaku le había dado a la boca. No sabía qué era, pero tenía bastante sed. Y no comprobar primero qué se estaba llevando a la boca fue un craso error. El fuerte sabor del alcohol la pilló desprevenida y le hizo atragantarse. Se las apañó para toser torpemente y acabar con un poco de licor en las fosas nasales. Soltó un estornudo muy agudo y sacó rápidamente un pañuelo para limpiarse. Qué cosa más desagradable, no pensaba tomar ni un trago más. El peliazul terminó su discursito pese a todo. Era un momento tan bueno como cualquier otro para empezar. Se levantó del tronco y dijo:
- Yo soy Iulia Markov. Probablemente hayáis oído en algún momento historias de mi familia. No importa qué hayáis escuchado, porque yo voy a superar a todos mis antepasados - apoyó el pie derecho encima de una piedra y la mano en el mango de la katana - ¿Por qué quiero ser pirata? Para ser la mejor. Veré todas las maravillas del Grand Line, descubriré los secretos del mundo y me convertiré en la pirata más temida. Ahora, sobre lo que podéis esperar de mí... - sonrió orgullosa - Me han entrenado en la Danza de Plata y las artes ninja. Puedo acertar a un blanco con un cuchillo a veinte metros o aproximarme antes de que pueda verme y eliminarle en completo silencio. Y podéis contar conmigo para recorrer ruinas antiguas e identificar secretos del pasado.
Chihiro
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Para Chihiro visitar y explorar una isla nueva y desconocida siempre es una novedad muy bien recibida, algo a disfrutar de una forma casi culpable. Para alguien como ella, que quiere explorar y registrar todo el mundo, estos lugares inéditos son una motivación más que suficiente para combatir su pereza y su sueño y ponerse zarpas a la obra. En lugares así, todo se siente peculiar, hasta la sensación de la tierra en las patas es una sensación distinta y única en cada isla a la que va... Normalmente, la mink suele llegar a estas poblaciones sin la más mínima idea de qué se va a encontrar, apenas habiendo escuchado hablar de ellas y motivada por su espíritu de aventura. Quizás Hallstat sea una de las que más ha escuchado hablar, de hecho... Y eso que apenas ha oído nada de ella. La única información que tiene de la isla se la dio Alpha, el tipo que la ha citado allí en primer lugar. Durante sus charlas le comentó de su pasado en esa isla, de cómo había sido derrotado ahí... Lo cual lo hace una curiosa elección para un encuentro, pero que Chihiro no cuestiona. Al fin y al cabo la curiosidad la ha traído ahí. Bueno, la curiosidad y esos lobos gigantes que el pirata mencionó en su momento. Si hay un cánido cuatro veces más grande de lo normal en esta isla, tiene que verlo con sus propios ojos y recogerlo en su diario. Y, a poder ser, tiene que hacerlo sin ser devorada en el proceso. Sin duda, una hercúlea tarea...
La llegada a la isla no ha sido fácil, y la pirata empieza a sentir como una auténtica molestia y un inconveniente mayor el no tener una embarcación propia... Algo a solucionar a la mayor brevedad posible. Sin embargo, ya está aquí, y tiene la isla ante ella. Lo más lógico sería ir directamente a la zona donde tienen planeado acampar, esperar allí al momento de esa reunión a la que les han citado... Quizás hasta de llegar con tiempo podría tomarse una siesta. Un bostezo escapa de su garganta al pensar en ello, pero un segundo pensamiento descarta inmediatamente esos planes. No, si llega la primera al campamento seguramente la obliguen a ayudar a montarlo, y eso suena cansado... Es mejor hacer tiempo de alguna forma por los alrededores. Y dado que ha llegado con curiosidad sobre la isla, ¿qué menos que echar un ojo por la misma? Así podrá asegurarse de que es segura además, lo cual es un buen punto. Por interesante que sería científicamente hablando, que uno de esos lobos enormes les sorprendiera cuando estén ahí sentados suena a problema. De ese modo, la mink se decide a por cierta precaución a realizar un reconocimiento de las zonas cercanas. Le resulta curioso que estas islas tengan tanta población vegetal, y tan rica en frutos... Por el camino, Chihiro se harta de recoger nueces y avellanas, tantas que le dan una idea para algo sencillo.
Con eso en mente y una vez ha hecho pasar un poco el tiempo, la pirata vuelve al supuesto campamento con su botín de fruto secos. Cuando llega, el lugar dista mucho de estar vacío. Un par de figuras humanas, un hombre y una mujer, y lo que más le llama la atención a Chihiro, otro mink. Las orejas de la liebre dan un respingo al verle, ladeando ligeramente la cabeza ciertamente con curiosidad. Hace... ¿cuánto que no ve a otro mink? Bueno, estaba esa mestiza tan agradable, pero un mink puro hace mucho que no. De todas formas, a decir verdad todas esas miradas la intimidan un poco... Con lo cual esta se limita a dedicarles una sonrisa fugaz antes de sacar una olla de su mochila y ponerse manos a la obra. Un poco de pimienta negra y una cebolla es casi todo lo que necesita para hacer una sopa de nueces y avellanas al menos comestible, y seguramente se agradecerá algo caliente cuando la temperatura baje. Bueno, lo agradecerán los sinpelo, claro está. La muchacha se dedica entonces al fuego, seguido de fugaces descansos en los cuales trepa a un arbol cercano especialmente cómodo a tumbarse y dibujar... Todo ello hasta que sus orejas vuelven a tensarse, esta vez con el sonido que detecta al aparecer Alpha en el claro en el que se han asentado. Este no les dedica un saludo per sé ni nada parecido, tan sólo se limita a sentarse y les invita a hacer lo mismo... Un gesto que Chihiro imita, bajando fugaz del arbol con el apoyo de la cola y sus robustos dedos.
Lo cierto es que la mink no sabía muy bien que esperar de esta reunión. Es decir, no le incomoda el hecho de conocer a gente nueva, suele ser bastante extrovertida en esos ámbitos... Pero las multitudes le resultan lo bastante intimidantes como para ser recelosa. Por eso se arregla de que sea Alpha el que parta el hielo, hablando sobre su banda, Big Brother Kaizokudan. Para Chihiro es imposible no pensar en su antigua banda, sintiendo un nudo en el estómago... Pero, en cierto modo, eso es algo bueno. Pensar en ello significa que no la ha olvidado, y si no la ha olvidado todo esto le hace sentirse menos culpable. Porque sí, entiende bien cuál es el objetivo de esta reunión... Así como el objetivo de esa botella de licor, con un olor delicioso que no puede resistir el impulso de olfatear. Cuando menciona los objetivos de la banda, la verdad es que son apetecibles, infinitamente más que eso de declarar una guerra al mundo. Una sonrisa se forma en su rostro al escuchar las condiciones que les enumera, ladeando un poco la cabeza con la última de ellas, pero pasándolo a un segundo plano de importancia cuando les piden que se presenten. Lo cierto es que para Chihiro es un alivio no tener que hacerlo ella primero...
El primero que se adelanta a tal tarea, de hecho, es el mink. Al parecer su nombre es Arny, y si bien el chispazo no llama tanto su atención por obvias razones, el cómo juega con su fuego y la hoguera sí lo hace. Ya cuando baja la temperatura del fuego arruga la nariz, pero cuando crea esa llamarada abre los ojos con sorpresa, levantándose de un salto y corriendo hacia el fuego y hacia la sopa que tiene sobre el mismo. Maldiciendo entre dientes la muchacha se pone a removerla rápidamente, buscando que nada se pegue a la olla por el cambio fugaz de temperatura mientras fulmina al mink con la mirada. Una mirada que se relaja un poco en intensidad cuando este menciona que fue eslavo. Para Chihiro eso le pega de muy cerca, y la tensión de su rostro se relaja, perdonando al ornitorrinco y mirando entonces a la sustancia de la olla, perdida en sus pensamientos. Quien rompe los mismos es el muchacho peliazul, el siguiente en presentarse ante ellos como Ryukami Aigon. Las palabras "músico" y "fiesta" captan enormemente su atención, dando un respingo sus orejas como señal de ello mientras le mira con una sonrisa.
-¿Uh, Alpha-chi ha traído un músico? ¡Genial! Tienes que tocar algo, tienes que hacerlo cuando acabemos de presentarnos, chi.-comenta la mink con una evidente emoción, como delata el movimiento de su cola. Cada vez se va sintiendo más cómoda, quizás por sentir que ya conoce a los ahí presentes... Y cuando vuelve al asiento, la muchacha de la máscara en su rostro decide presentarse también. El nombre de Iulia Markov no le suena, pero en su defensa pocos nombres lo hacen. Si de algo se ha dado cuenta Chihiro en el tiempo que lleva viajando es que apenas conoce nada del mundo, ni del que fue ni del que es. Tanto tiempo encerrada se lo ha impedido... Quizás esa chica pueda hacerle un resumen algún día al respecto. Pero cuando esta termina de hablar, la liebre asume que es su momento. Esta se aclara la garganta, dándole un fugaz y tranquilo sorbo a la botella de licor de grandioso olor café para humedecerse la lengua. Quema más de lo que humedece, pero como sea...
-Ejem... Mi nombre es Chihiro, soy una mink, de la tribu liebre. Si se pregunta lo que quiere Chihiro... ¡Ya lo ha dicho un poco Alpha-chi! Si soy pirata es para que nadie me diga nunca qué puedo o no puedo hacer, o a dónde puedo o no puedo ir, si yo no quiero, chi. El objetivo de Chihiro es cruzar todo el mundo, y estudiar todos los animales y plantas que pueda en el camino. ¡Oh, una pregunta! No hay problema con lo de los esclavos, de hecho Chihiro pateará a todos los sucios esclavistas que se encuentre en su camino. Tampoco lo de robar, me dan igual tanto los pobres como lo del dinero, pero lo de las drogas... Chihiro es doctora, y necesita drogas para trabajar. Sí puede negociar por esas drogas, ¿no?-se presenta la mink, mirando a todos detalladamente antes de levantar la mano y lanzar esa última pregunta al capitán de la banda. Es decir, seguramente la respuesta sea obvia... Pero no quiere meter la pata en una de las tres únicas normas, así que mejor asegurarse. Ugh, qué sueño... Ese licor es contradictorio, le da tanto sueño como le despierta... Pero está rico, piensa Chihiro mientras le da otro sorbo.
La llegada a la isla no ha sido fácil, y la pirata empieza a sentir como una auténtica molestia y un inconveniente mayor el no tener una embarcación propia... Algo a solucionar a la mayor brevedad posible. Sin embargo, ya está aquí, y tiene la isla ante ella. Lo más lógico sería ir directamente a la zona donde tienen planeado acampar, esperar allí al momento de esa reunión a la que les han citado... Quizás hasta de llegar con tiempo podría tomarse una siesta. Un bostezo escapa de su garganta al pensar en ello, pero un segundo pensamiento descarta inmediatamente esos planes. No, si llega la primera al campamento seguramente la obliguen a ayudar a montarlo, y eso suena cansado... Es mejor hacer tiempo de alguna forma por los alrededores. Y dado que ha llegado con curiosidad sobre la isla, ¿qué menos que echar un ojo por la misma? Así podrá asegurarse de que es segura además, lo cual es un buen punto. Por interesante que sería científicamente hablando, que uno de esos lobos enormes les sorprendiera cuando estén ahí sentados suena a problema. De ese modo, la mink se decide a por cierta precaución a realizar un reconocimiento de las zonas cercanas. Le resulta curioso que estas islas tengan tanta población vegetal, y tan rica en frutos... Por el camino, Chihiro se harta de recoger nueces y avellanas, tantas que le dan una idea para algo sencillo.
Con eso en mente y una vez ha hecho pasar un poco el tiempo, la pirata vuelve al supuesto campamento con su botín de fruto secos. Cuando llega, el lugar dista mucho de estar vacío. Un par de figuras humanas, un hombre y una mujer, y lo que más le llama la atención a Chihiro, otro mink. Las orejas de la liebre dan un respingo al verle, ladeando ligeramente la cabeza ciertamente con curiosidad. Hace... ¿cuánto que no ve a otro mink? Bueno, estaba esa mestiza tan agradable, pero un mink puro hace mucho que no. De todas formas, a decir verdad todas esas miradas la intimidan un poco... Con lo cual esta se limita a dedicarles una sonrisa fugaz antes de sacar una olla de su mochila y ponerse manos a la obra. Un poco de pimienta negra y una cebolla es casi todo lo que necesita para hacer una sopa de nueces y avellanas al menos comestible, y seguramente se agradecerá algo caliente cuando la temperatura baje. Bueno, lo agradecerán los sinpelo, claro está. La muchacha se dedica entonces al fuego, seguido de fugaces descansos en los cuales trepa a un arbol cercano especialmente cómodo a tumbarse y dibujar... Todo ello hasta que sus orejas vuelven a tensarse, esta vez con el sonido que detecta al aparecer Alpha en el claro en el que se han asentado. Este no les dedica un saludo per sé ni nada parecido, tan sólo se limita a sentarse y les invita a hacer lo mismo... Un gesto que Chihiro imita, bajando fugaz del arbol con el apoyo de la cola y sus robustos dedos.
Lo cierto es que la mink no sabía muy bien que esperar de esta reunión. Es decir, no le incomoda el hecho de conocer a gente nueva, suele ser bastante extrovertida en esos ámbitos... Pero las multitudes le resultan lo bastante intimidantes como para ser recelosa. Por eso se arregla de que sea Alpha el que parta el hielo, hablando sobre su banda, Big Brother Kaizokudan. Para Chihiro es imposible no pensar en su antigua banda, sintiendo un nudo en el estómago... Pero, en cierto modo, eso es algo bueno. Pensar en ello significa que no la ha olvidado, y si no la ha olvidado todo esto le hace sentirse menos culpable. Porque sí, entiende bien cuál es el objetivo de esta reunión... Así como el objetivo de esa botella de licor, con un olor delicioso que no puede resistir el impulso de olfatear. Cuando menciona los objetivos de la banda, la verdad es que son apetecibles, infinitamente más que eso de declarar una guerra al mundo. Una sonrisa se forma en su rostro al escuchar las condiciones que les enumera, ladeando un poco la cabeza con la última de ellas, pero pasándolo a un segundo plano de importancia cuando les piden que se presenten. Lo cierto es que para Chihiro es un alivio no tener que hacerlo ella primero...
El primero que se adelanta a tal tarea, de hecho, es el mink. Al parecer su nombre es Arny, y si bien el chispazo no llama tanto su atención por obvias razones, el cómo juega con su fuego y la hoguera sí lo hace. Ya cuando baja la temperatura del fuego arruga la nariz, pero cuando crea esa llamarada abre los ojos con sorpresa, levantándose de un salto y corriendo hacia el fuego y hacia la sopa que tiene sobre el mismo. Maldiciendo entre dientes la muchacha se pone a removerla rápidamente, buscando que nada se pegue a la olla por el cambio fugaz de temperatura mientras fulmina al mink con la mirada. Una mirada que se relaja un poco en intensidad cuando este menciona que fue eslavo. Para Chihiro eso le pega de muy cerca, y la tensión de su rostro se relaja, perdonando al ornitorrinco y mirando entonces a la sustancia de la olla, perdida en sus pensamientos. Quien rompe los mismos es el muchacho peliazul, el siguiente en presentarse ante ellos como Ryukami Aigon. Las palabras "músico" y "fiesta" captan enormemente su atención, dando un respingo sus orejas como señal de ello mientras le mira con una sonrisa.
-¿Uh, Alpha-chi ha traído un músico? ¡Genial! Tienes que tocar algo, tienes que hacerlo cuando acabemos de presentarnos, chi.-comenta la mink con una evidente emoción, como delata el movimiento de su cola. Cada vez se va sintiendo más cómoda, quizás por sentir que ya conoce a los ahí presentes... Y cuando vuelve al asiento, la muchacha de la máscara en su rostro decide presentarse también. El nombre de Iulia Markov no le suena, pero en su defensa pocos nombres lo hacen. Si de algo se ha dado cuenta Chihiro en el tiempo que lleva viajando es que apenas conoce nada del mundo, ni del que fue ni del que es. Tanto tiempo encerrada se lo ha impedido... Quizás esa chica pueda hacerle un resumen algún día al respecto. Pero cuando esta termina de hablar, la liebre asume que es su momento. Esta se aclara la garganta, dándole un fugaz y tranquilo sorbo a la botella de licor de grandioso olor café para humedecerse la lengua. Quema más de lo que humedece, pero como sea...
-Ejem... Mi nombre es Chihiro, soy una mink, de la tribu liebre. Si se pregunta lo que quiere Chihiro... ¡Ya lo ha dicho un poco Alpha-chi! Si soy pirata es para que nadie me diga nunca qué puedo o no puedo hacer, o a dónde puedo o no puedo ir, si yo no quiero, chi. El objetivo de Chihiro es cruzar todo el mundo, y estudiar todos los animales y plantas que pueda en el camino. ¡Oh, una pregunta! No hay problema con lo de los esclavos, de hecho Chihiro pateará a todos los sucios esclavistas que se encuentre en su camino. Tampoco lo de robar, me dan igual tanto los pobres como lo del dinero, pero lo de las drogas... Chihiro es doctora, y necesita drogas para trabajar. Sí puede negociar por esas drogas, ¿no?-se presenta la mink, mirando a todos detalladamente antes de levantar la mano y lanzar esa última pregunta al capitán de la banda. Es decir, seguramente la respuesta sea obvia... Pero no quiere meter la pata en una de las tres únicas normas, así que mejor asegurarse. Ugh, qué sueño... Ese licor es contradictorio, le da tanto sueño como le despierta... Pero está rico, piensa Chihiro mientras le da otro sorbo.
Milena "Mili"
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Hacía ya unos meses que había sido liberada de una desconocida esclavitud y ahora había acabado en una isla, en esos meses Mili había estado totalmente extasiada por todo lo que había conocido, personas, ligares, cosas y no podía creer que aun faltara mucho mas y que todo lo que había en esa isla fuera solo una pequeña parte del mundo. No le importaba realmente que era un pirata, pues ya era buscada eso lo sabía por qué había escapado de su amo o mas bien de sus herederos y era una esclava valiosa, así que mientras se mantuviera al lado de Freites y tuviera a la mano sus herramientas de carpintería y algo que construir le bastaba, ya habiendo llenado un par de cuartos del lugar donde habitaba de figuras y juguetes de su propia invención, cosa que el dueño de la posada donde estaba toleraba solo por que planeaba venderlos tan pronto la chica se fuera.
Finalmente llegaron al lugar donde se reunirían y los ojos de Mili se abrieron como platos al ver al ornitorrinco… y encima esa cosa hablaba, seguro sabia bien aunque no sabia si era correcto comerse a esa cosa, no por que hablara ya que una vez se había comido un perico y nadie le dijo que fuera incorrecto si no por que parecía ser bastante listo, hasta que ese pensamiento se borro de su mente cuando supo que era un compañero de tripulación, a esos no se los comía sin más, mínimo conocerlos primero los modales son los modales, después de eso el resto de sus compañeros fueron apareciendo y presentándose aunque la verdad no entendía mucho de lo que decían y encima apareció un conejo que tampoco parecía que podía comerse pues no solamente parecía que también era una compañera si no que su aspecto no lucia muy… apetitosos que digamos.
Se quedo sentada pues no sabía cómo se hacía eso de presentarse mientras hacia una pequeña figura de madera sin siquiera voltear a verla tallándola con una navaja que había encontrado en las manso de un amable señor que había saltado por encima en una esquina de la calle y que después de que esta le retorció el brazo hasta que algo trono le había dado antes de irse corriendo, como había gente amable en el mundo que te regalaba cosas aun cuando tuvieran tanta prisa. Finalmente todos terminaron de presentarse y Mili seguía tallando su juguete hasta que se dio cuenta de que sin duda tenía que hacerlo también, dejo el juguete que había estado tallando que era idéntico a ese apetitoso ornitorrinco que no podría comerse y después levanto y como si una chica tiburón de casi dos metros en bikini no llamara suficiente la atención levanto la mano para que le hicieran caso.
-Hola a todos, soy Mi… Mi… ¿Cómo iba?
Pensó un momento ya que la verdad casi nunca usaba su nombre y de echo no lo ahia sabido completo hasta que leyó que había escapado en un periódico, ahí había sabido que era una gyojin, que se llamaba Milena y que ahora tenía que ser criminal si o si ha y que sus dueños por la burrada de decir que tenían esclavos también habían ido a prisión, esperaba que si también iba a prisión pudiera visitarlos, esa tal prisión debía ser un lugar lindo y agradable pues cada que abría un periódico se anunciaba que mínimo una persona finalmente iba a ese lugar a pasar muchos años… entonces recordó por fin su nombre y dio un saltito.
-¡Milena! Pero pueden decirme Mili, fui esclava y ahora soy solo carpintera y voy a encargarme de que el barco no se caiga a pedazos, aun no se ha hundido ningún barco en el que he trabajado… y tampoco he trabajado en ninguno. Espero que nos llevemos bien.
Termino diciendo con una sonrisa, que mostraba sus afilados dientes de tiburón para después sentarse y seguir tallando su juguete aunque ahora mirando a todos sus compañeros y dejando que sus manos se movieran automáticamente, ya totalmente acostumbradas a hacer ese tipo de trabajos.
Finalmente llegaron al lugar donde se reunirían y los ojos de Mili se abrieron como platos al ver al ornitorrinco… y encima esa cosa hablaba, seguro sabia bien aunque no sabia si era correcto comerse a esa cosa, no por que hablara ya que una vez se había comido un perico y nadie le dijo que fuera incorrecto si no por que parecía ser bastante listo, hasta que ese pensamiento se borro de su mente cuando supo que era un compañero de tripulación, a esos no se los comía sin más, mínimo conocerlos primero los modales son los modales, después de eso el resto de sus compañeros fueron apareciendo y presentándose aunque la verdad no entendía mucho de lo que decían y encima apareció un conejo que tampoco parecía que podía comerse pues no solamente parecía que también era una compañera si no que su aspecto no lucia muy… apetitosos que digamos.
Se quedo sentada pues no sabía cómo se hacía eso de presentarse mientras hacia una pequeña figura de madera sin siquiera voltear a verla tallándola con una navaja que había encontrado en las manso de un amable señor que había saltado por encima en una esquina de la calle y que después de que esta le retorció el brazo hasta que algo trono le había dado antes de irse corriendo, como había gente amable en el mundo que te regalaba cosas aun cuando tuvieran tanta prisa. Finalmente todos terminaron de presentarse y Mili seguía tallando su juguete hasta que se dio cuenta de que sin duda tenía que hacerlo también, dejo el juguete que había estado tallando que era idéntico a ese apetitoso ornitorrinco que no podría comerse y después levanto y como si una chica tiburón de casi dos metros en bikini no llamara suficiente la atención levanto la mano para que le hicieran caso.
-Hola a todos, soy Mi… Mi… ¿Cómo iba?
Pensó un momento ya que la verdad casi nunca usaba su nombre y de echo no lo ahia sabido completo hasta que leyó que había escapado en un periódico, ahí había sabido que era una gyojin, que se llamaba Milena y que ahora tenía que ser criminal si o si ha y que sus dueños por la burrada de decir que tenían esclavos también habían ido a prisión, esperaba que si también iba a prisión pudiera visitarlos, esa tal prisión debía ser un lugar lindo y agradable pues cada que abría un periódico se anunciaba que mínimo una persona finalmente iba a ese lugar a pasar muchos años… entonces recordó por fin su nombre y dio un saltito.
-¡Milena! Pero pueden decirme Mili, fui esclava y ahora soy solo carpintera y voy a encargarme de que el barco no se caiga a pedazos, aun no se ha hundido ningún barco en el que he trabajado… y tampoco he trabajado en ninguno. Espero que nos llevemos bien.
Termino diciendo con una sonrisa, que mostraba sus afilados dientes de tiburón para después sentarse y seguir tallando su juguete aunque ahora mirando a todos sus compañeros y dejando que sus manos se movieran automáticamente, ya totalmente acostumbradas a hacer ese tipo de trabajos.
Freites D. Alpha
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Todos y cada uno de los presentes se había presentado. Yo los escuchaba atentamente mientras bebía del licor con tranquilidad. Aunque la reacción de Iulia ante la bebida sí que me había hecho algo de gracia, tanto que no pude evitar sonreír. - ¡Zehahaha! ¿No se te dan bien los licores, Hermana? – Pregunte en forma de broma. Luego de aquello me fije un poco en la sopa que habia preparado Chihiro. Arrugue un poco la nariz al ver que se trataba de sopa de fruto secos. – Lamentablemente esta sopa no la puedo comer. Los frutos secos se me dan mal. – Dije mientras miraba a Suzaku. – Ve con Logi y Thor y traigan algo comestible. Creo que pude ver un lago no muy lejos de aquí.
- Si, Alpha. – Dijo la plumífera, quien se retiró del lugar en búsqueda de aquello que le habia pedido. Por su parte, me quede mirando la fogata por unos instantes. Pensaba en mis siguientes palabras. Era el momento de indicar los cargos en la tripulación.
- Veamos… - Dije mirando fijamente a Iulia. – Tú serás la sub-capitana. Confió en que tienes el suficiente criterio, inteligencia y toma de decisiones para hacerlo. Confió en ti, Iulia. – Luego, me tocaba dirigirme a los Minks. – Arny, Chihiro. Quiero que se apoyen entre ustedes. Tu Arny eres un científico brillante y sediento de conocimiento. Y tu Chihiro eres sin lugar a duda un gran médico, creo que, si tanto tu como Arny combinan sus conocimientos y técnicas, podrán crear algo inimaginable. Ademas, no me referia a que no usaras drogas para tu trabajo. Me refiero a que no optaremos por contrabandear ni hacer ningun tipo de negocio de ese tipo que impleque venta de drogas. Si no estas al tanto, piedele a Arny que te explique bien en que consisten esos negocios. Pero cuentas con mi apoyo para tus drogas medicinales. – Luego mire al Peliazul. – Tu, Aigon, serás el contramaestre. Tu trabajo será hacer que todos los miembros que se unan cumplan las reglas de la tripulación. Que, como puedes ver, no son muchas. Y créeme, que se terminara uniendo más y más a nosotros. En cuanto a ti, Milena. – Me dispuse a mirarla. Curiosamente estaba tallando una figura de Arny, quizás le ha caído bien. – Tu trabajo es mantener los barcos a flote, que tendremos más de uno.
Di otro profundo trago a la botella acabándomela de golpe. – Lo primero es lo primero, encontrar el tesoro que estamos buscando. – Dije mientras le arrojaba el mapa a Iulia. Probablemente ella conocía este terreno mejor que yo, ya que esta es su tierra. – Luego de eso iremos directamente a los cabos gemelos. Y de allí al Grand line. Atravesaremos el paso de la muerte. – Quería ver las reacciones de todos al pronunciar la ruta que tomaríamos. Solo los locos tomaban ese camino. Ningún pirata hasta ahora había completado esa ruta. Al menos no se ha reportado ninguno hasta ahora. – Igualmente debemos desviarnos a medio camino, porque tenemos que buscar un tesoro siguiendo esta Log pose. – El log pose hacia la isla del cielo se lo arrije a Arny, ya que era el encargado de navegar el barco.
-Las demás decisiones como los territorios que tomar y que haremos al llegar al nuevo mundo lo discutiremos más adelante. ¿Alguna pregunta? ¿Alguna objeción?
- Si, Alpha. – Dijo la plumífera, quien se retiró del lugar en búsqueda de aquello que le habia pedido. Por su parte, me quede mirando la fogata por unos instantes. Pensaba en mis siguientes palabras. Era el momento de indicar los cargos en la tripulación.
- Veamos… - Dije mirando fijamente a Iulia. – Tú serás la sub-capitana. Confió en que tienes el suficiente criterio, inteligencia y toma de decisiones para hacerlo. Confió en ti, Iulia. – Luego, me tocaba dirigirme a los Minks. – Arny, Chihiro. Quiero que se apoyen entre ustedes. Tu Arny eres un científico brillante y sediento de conocimiento. Y tu Chihiro eres sin lugar a duda un gran médico, creo que, si tanto tu como Arny combinan sus conocimientos y técnicas, podrán crear algo inimaginable. Ademas, no me referia a que no usaras drogas para tu trabajo. Me refiero a que no optaremos por contrabandear ni hacer ningun tipo de negocio de ese tipo que impleque venta de drogas. Si no estas al tanto, piedele a Arny que te explique bien en que consisten esos negocios. Pero cuentas con mi apoyo para tus drogas medicinales. – Luego mire al Peliazul. – Tu, Aigon, serás el contramaestre. Tu trabajo será hacer que todos los miembros que se unan cumplan las reglas de la tripulación. Que, como puedes ver, no son muchas. Y créeme, que se terminara uniendo más y más a nosotros. En cuanto a ti, Milena. – Me dispuse a mirarla. Curiosamente estaba tallando una figura de Arny, quizás le ha caído bien. – Tu trabajo es mantener los barcos a flote, que tendremos más de uno.
Di otro profundo trago a la botella acabándomela de golpe. – Lo primero es lo primero, encontrar el tesoro que estamos buscando. – Dije mientras le arrojaba el mapa a Iulia. Probablemente ella conocía este terreno mejor que yo, ya que esta es su tierra. – Luego de eso iremos directamente a los cabos gemelos. Y de allí al Grand line. Atravesaremos el paso de la muerte. – Quería ver las reacciones de todos al pronunciar la ruta que tomaríamos. Solo los locos tomaban ese camino. Ningún pirata hasta ahora había completado esa ruta. Al menos no se ha reportado ninguno hasta ahora. – Igualmente debemos desviarnos a medio camino, porque tenemos que buscar un tesoro siguiendo esta Log pose. – El log pose hacia la isla del cielo se lo arrije a Arny, ya que era el encargado de navegar el barco.
-Las demás decisiones como los territorios que tomar y que haremos al llegar al nuevo mundo lo discutiremos más adelante. ¿Alguna pregunta? ¿Alguna objeción?
Arny Sanskari
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Intelecto
Agudeza
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Saberes
Akuma no mi
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El ornitorrinco escuchó las presentaciones de los que a partir de entonces serían sus hermanos mientras tragaba el licor a pequeños sorbos. Disfrutando de la sensación térmica que recorría su cuerpo tras cada sorbito.
Tener un músico en la banda le hacía ilusión, él era completamente incapaz de hacer sonar un instrumento. No sabía si era por sus manos palmeadas o por que realmente no tenía ningún talento.
La chica que estornudaba gracioso, Iulia Markov, y Chihiro, la medica de la tripulación, representaban lo que le faltaba al mink en cuanto a campos de conocimiento. Por lo que sonrió satisfecho tras escucharlas. Y por ultimo Mili, la carpintera -Otra esclava- pensó, asqueado del mundo.
Arny escuchaba atentamente las palabras de Freites mientras enumeraba los cargos. Levantando el dedo gordo de la mano derecha, a la par que guiñaba el ojo del mismo lado. Indicando a Chihiro que contase con él -Puedo hacer los compuestos que necesites para tus medicamentos, no hay fallo- sonrió -Además, tengo ciertos inventos que te van a gustar, ¿Sabes que se puede desinfectar todo un quirófano solo con luz? Mis herramientas siempre están completamente esterilizadas- aseguró -Te enseñaré la manera-
El calor de la hoguera y el aroma de la sopa llenando el lugar eran el complemento perfecto para que la recién formada familia se encontrase a gusto. Creando un momento de privacidad en el que no existía nada más fuera del claro. La atención estaba centrada en el circulo alrededor de la hoguera, en la familia. Y no importaba nada más.
-Un mapa- pensó, veloz, al ver el pliego de papel que el capitán tendía a su ahora, mano derecha. Aun sentado en el tronco, su curiosidad y amor por los mapas lo llevó a no quitar la mirada de la parte trasera mientras la chica lo sujetaba.
Arny conocía parte del plan del capi para llegar al nuevo mundo, sino hubiera sido imposible preparar el barco, pero desconocía los planes que tenía para llegar al nuevo mundo. Por lo que dejó escapar un largo silbido tras escuchar la ruta elegida -Si tenemos que hacer caso a las viejas historias, va a ser divertido- sonrió el mink, que no sabía si estar alegre o alarmado. No le importaba poner en riesgo su vida, de hecho, la mayoría de las veces ni siquiera era capaz de medir el peligro cuando se trataba de si mismo, pero poner en juego las vidas de los demás era otra cosa.
Cuando el eternal pose llego a sus manos no pudo evitar soltar una gran carcajada -¿En serio?- dijo -Un eternal de Skypiea, JAJAJAJAJAJA ¡conquistaremos el cielo! Necesitaremos un eternal de alguna isla del paso de la muerte para poder regresar, pero va a ser divertido- exclamó mientras rebuscaba en su mochila con una mano, sujetando el eternal en la otra -Yo tengo el de Weatheria- terminó, con otra sonora carcajada sujetando un eternal en cada mano, ante su nueva familia.
Tener un músico en la banda le hacía ilusión, él era completamente incapaz de hacer sonar un instrumento. No sabía si era por sus manos palmeadas o por que realmente no tenía ningún talento.
La chica que estornudaba gracioso, Iulia Markov, y Chihiro, la medica de la tripulación, representaban lo que le faltaba al mink en cuanto a campos de conocimiento. Por lo que sonrió satisfecho tras escucharlas. Y por ultimo Mili, la carpintera -Otra esclava- pensó, asqueado del mundo.
Arny escuchaba atentamente las palabras de Freites mientras enumeraba los cargos. Levantando el dedo gordo de la mano derecha, a la par que guiñaba el ojo del mismo lado. Indicando a Chihiro que contase con él -Puedo hacer los compuestos que necesites para tus medicamentos, no hay fallo- sonrió -Además, tengo ciertos inventos que te van a gustar, ¿Sabes que se puede desinfectar todo un quirófano solo con luz? Mis herramientas siempre están completamente esterilizadas- aseguró -Te enseñaré la manera-
El calor de la hoguera y el aroma de la sopa llenando el lugar eran el complemento perfecto para que la recién formada familia se encontrase a gusto. Creando un momento de privacidad en el que no existía nada más fuera del claro. La atención estaba centrada en el circulo alrededor de la hoguera, en la familia. Y no importaba nada más.
-Un mapa- pensó, veloz, al ver el pliego de papel que el capitán tendía a su ahora, mano derecha. Aun sentado en el tronco, su curiosidad y amor por los mapas lo llevó a no quitar la mirada de la parte trasera mientras la chica lo sujetaba.
Arny conocía parte del plan del capi para llegar al nuevo mundo, sino hubiera sido imposible preparar el barco, pero desconocía los planes que tenía para llegar al nuevo mundo. Por lo que dejó escapar un largo silbido tras escuchar la ruta elegida -Si tenemos que hacer caso a las viejas historias, va a ser divertido- sonrió el mink, que no sabía si estar alegre o alarmado. No le importaba poner en riesgo su vida, de hecho, la mayoría de las veces ni siquiera era capaz de medir el peligro cuando se trataba de si mismo, pero poner en juego las vidas de los demás era otra cosa.
Cuando el eternal pose llego a sus manos no pudo evitar soltar una gran carcajada -¿En serio?- dijo -Un eternal de Skypiea, JAJAJAJAJAJA ¡conquistaremos el cielo! Necesitaremos un eternal de alguna isla del paso de la muerte para poder regresar, pero va a ser divertido- exclamó mientras rebuscaba en su mochila con una mano, sujetando el eternal en la otra -Yo tengo el de Weatheria- terminó, con otra sonora carcajada sujetando un eternal en cada mano, ante su nueva familia.
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Uno a uno el resto siguieron presentándose, la chica del pelo negro se presento como Iulia Markov, un apellido que ya había escuchado antes y que hizo al peliazul llevar la mano y la mirada automáticamente a su katana, pues también había conocido el legado de Von Steinhell no hacía mucho. A Iulia le siguieron Chihiro que seria la medico de la banda y Mili que se encargaría como carpintera de que el barco estuviera en condiciones aptas para cada viaje.
Luego el capitán tomo la palabra de nuevo indicando cuales serian los roles de cada uno dentro de la banda, el capitán confió en Iulia para ser la segunda al mando, mientras que a Aigon le dio la tarea de ser el contramaestre, siendo el encargado de hacer que los miembros de la banda cumplan las reglas del capitán. Sin duda en sus ojos, el peliazul respondió a Alpha inclinando la cabeza de forma leve, dando a entender que conocía bien su cometido, ser la mano izquierda del capitán. Por otra parte, los minks trabajarían en equipo en el campo científico. El discurso del capitán siguió diciendo cual seria el siguiente paso, encontrar un tesoro escondido en Hallstat y para lograr tal cosa disponían de un mapa el cual le entregó a Iulia. Luego explico cuales serian los siguientes pasos, Los cabos gemelos, la entrada a Grand line y la ruta de la muerte, el camino más difícil y duro hasta llegar a la segunda parte del Grand line. -Yeaahahahaha Cuando lo dices tú parece sencillo Aniki…- Exclamó el peliazul totalmente seguro de las posibilidades de la banda y su capitán.
Por su parte Arny y Chihiro comenzaron una conversación a cerca de como cooperarían según las directrices de Alpha, mientras el peliazul se dirigía hacia Iulia sentándose junto a ella de forma amistosa. -El capitán confía en tu juicio para ser su mano derecha y yo confió en él, espero que estés a la altura. – Dijo mirándola a los ojos. – Yo me encargaré de ser su mano izquierda, demos todo por el Aniki y la familia. – concluyó, tendiéndole la mano a su nueva hermana.
Luego se acercó al capitán, tenia muchas cosas que contarle como que había conocido a Nassor y le ayudó a llegar hasta el North blue, que había entrenado y combatido con gente fuerte o contarle a cerca de gente muy interesante a la que había conocido como Dastan, el pelimorado con el que se topó en Domica.
Luego el capitán tomo la palabra de nuevo indicando cuales serian los roles de cada uno dentro de la banda, el capitán confió en Iulia para ser la segunda al mando, mientras que a Aigon le dio la tarea de ser el contramaestre, siendo el encargado de hacer que los miembros de la banda cumplan las reglas del capitán. Sin duda en sus ojos, el peliazul respondió a Alpha inclinando la cabeza de forma leve, dando a entender que conocía bien su cometido, ser la mano izquierda del capitán. Por otra parte, los minks trabajarían en equipo en el campo científico. El discurso del capitán siguió diciendo cual seria el siguiente paso, encontrar un tesoro escondido en Hallstat y para lograr tal cosa disponían de un mapa el cual le entregó a Iulia. Luego explico cuales serian los siguientes pasos, Los cabos gemelos, la entrada a Grand line y la ruta de la muerte, el camino más difícil y duro hasta llegar a la segunda parte del Grand line. -Yeaahahahaha Cuando lo dices tú parece sencillo Aniki…- Exclamó el peliazul totalmente seguro de las posibilidades de la banda y su capitán.
Por su parte Arny y Chihiro comenzaron una conversación a cerca de como cooperarían según las directrices de Alpha, mientras el peliazul se dirigía hacia Iulia sentándose junto a ella de forma amistosa. -El capitán confía en tu juicio para ser su mano derecha y yo confió en él, espero que estés a la altura. – Dijo mirándola a los ojos. – Yo me encargaré de ser su mano izquierda, demos todo por el Aniki y la familia. – concluyó, tendiéndole la mano a su nueva hermana.
Luego se acercó al capitán, tenia muchas cosas que contarle como que había conocido a Nassor y le ayudó a llegar hasta el North blue, que había entrenado y combatido con gente fuerte o contarle a cerca de gente muy interesante a la que había conocido como Dastan, el pelimorado con el que se topó en Domica.
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La verdad es que a pesar de conocer un poco ya a Alpha, no esperaba encontrarse con tantos sujetos peculiares el día de hoy. Nada malo en ello por supuesto, de hecho Chihiro lo considera como algo bueno y está encantada por ello... Pero no puede evitar reflexionar al respecto un poco. ¿Los piratas son personas peculiares por naturaleza, o acabas volviéndote peculiar a base de ser pirata? A decir verdad esa es una cuestión que la mink no puede descifrar ahora mismo, pero que tampoco le va a quitar demasiados pensamientos en la cabeza, no mientras necesite dedicarlos a otras cosas. Tienen un músico, una carpintera, un científico y una ninja. Esta última también llama su atención bastante, pues le recuerda a las historias que contaban en su patria natal sobre el no tan lejano país de Wano... Pero a decir verdad, todos los hilos de pensamiento son cortados de golpe cuando el capitán afirma no poder consumir la sopa, dando un respingo sus orejas con sorpresa mientras se vuelve hacia el mismo.
-¿Nada de frutos secos? Eso va a resultar un problema, un problema sin duda, chi... Aunque Chihiro tiene unas cuantas castañas en el bolsillo de las castañas, puede asarlas sin problema. No, espera, son frutos secos... También... ¿quieres que ase una cebolla? ¿O que vaya a buscar algo? Chihiro no come carne, pero puede encontrarla y prepararla para los demás.-sugiere la mink con ciertas dudas, tratando de lanzar varias sugerencias a fin de que el capitán de la banda no pase hambre en el encuentro de hoy. Para la liebre la comida es algo sagrado, quizás porque verdaderamente ha llegado a pasar hambre en su vida, y es algo que no se lo desea a nadie. Es por ello por lo que se dispone a sugerir opciones alternativas, apuntándose la poca disposición de Alpha a los frutos secos mientras sigue atendiendo la sopa. Que, por cierto, no le debe de quedar mucho para estar lista.
Tras ese tropiezo, el capitán empieza a indicar a cada uno cuál será su labor en la banda. Chihiro mira a la nueva subcapitana y contramaestre con curiosidad, dedicándole también una sonrisa a la carpintera. Es lógico que ella se encargue de reparar los barcos, por supuesto, dado que es su especialidad... Pero la muchacha no puede evitar preguntarse qué demonios se supone que hacen un subcapitán y un contramaestre. En su antigua tripulación había, claro está, pero es una de las labores que menos clara tiene sobre su por qué. Por suerte, la función que le ha tocado a ella es mucho más clara y mucho más familiar, encargarse de la salud de los demás miembros. La mink se relaja ante ese cometido, dando otro sorbo al licor de café con calma mientras mira de reojo a su compatriota ornitorrinco. Este ha estado a punto de estropear la sopa... Pero si van a trabajar juntos, podrá superar ese incidente y dejarlo atrás. Además, no puede negar que su nuevo compañero de tripulación la intriga en gran medida, entre otras cosas por lo que este dice sobre los quirófanos. A decir verdad ella nunca ha usado un quirófano como tal, siempre fue más de remiendos apresurados, o de atender enfermedades de a bordo... Pero es innegable que lo que dice es intrigante.
-Chihiro no tiene ni idea de cómo se desinfecta un quirófano solo con luz... Suelo usar alcohol para esas cosas, o fuego, chi. Pero estoy dispuesta a aprender, claro... Y si Chihiro puede ayudar con cualquier cosa a Arny, sólo tiene que pedirlo. Tengo buena pata con las plantas, por ejemplo. Al fin y al cabo vamos a estar muchas horas en un mismo barco, así que es buena idea llevarse bien... ¿A tí te sienta mal alguna comida?-le responde la liebre al orinitorrinco, dedicándole una pequeña sonrisa y soltándole esa pregunta al final. La verdad, si va a estar trabajando con esta gente y haciendo comida de vez en cuando debería preguntar sobre los alimentos y las alergias, y quizás anotarlo en alguna parte. Si no lo hace no hay duda de que eso conllevará más trabajo como doctora, y si puede evitarlo mejor que mejor. Aprovechar ese tiempo para dormir o para trabajar en otras cosas será mucho más productivo, así que sacando su diario personal se pone a apuntar los nombres de los miembros de esa reunión, y a anotar lo dicho por esto en ese aspecto. Sí, habrá que crear un historial médico para cada uno... Seguro que no se le olvida, no.
Tras otorgarles las posiciones y cometidos, Alpha sigue nombrando sus siguientes objetivos a tomar, o más bien hacia dónde van a zarpar. Quizás el concepto de Paso de la Muerte habría asustado más a la mink de no ser por la previa mención del tesoro, que sin duda atrae mucho más su atención. La liebre se levanta con calma, moviéndose hacia donde está Iulia y empezando a contemplar el mapa por encima del hombro de esta, tratando de entenderlo. Aunque a decir verdad, no es que se le den especialmente bien los mapas... De todas formas, también se menciona un log pose, y Arny habla de conquistar el cielo. Sin duda se puede apreciar la confusión de la joven liebre, que mira a un lugar y hacia otro sin entender demasiado, y desde luego con muchas preguntas. Lo que tampoco se puede negar es que sí está emocionada, y un poco más despierta que antes incluso. Son muchos estímulos, después de todo...
-Esperad, esperad, decís muchas cosas... ¿Vamos a ir por un sitio que llaman Paso de la Muerte? Porque si es así suena a que necesitaré más material médico, chi... ¿Y qué es eso de conquistar los cielos? Pero más importante... ¿De qué tipo de tesoro estamos hablando? Dime que no son sólo aburridas monedas, Alpha-chi...-pide la mink con emoción, frotándose las manos con una media sonrisa expectante de la respuesta de su capitán. Al fin y al cabo, es verdad que a la liebre le da igual el dinero... Pero la emoción de una búsqueda del tesoro sí que es algo a tener siempre en cuenta.
-¿Nada de frutos secos? Eso va a resultar un problema, un problema sin duda, chi... Aunque Chihiro tiene unas cuantas castañas en el bolsillo de las castañas, puede asarlas sin problema. No, espera, son frutos secos... También... ¿quieres que ase una cebolla? ¿O que vaya a buscar algo? Chihiro no come carne, pero puede encontrarla y prepararla para los demás.-sugiere la mink con ciertas dudas, tratando de lanzar varias sugerencias a fin de que el capitán de la banda no pase hambre en el encuentro de hoy. Para la liebre la comida es algo sagrado, quizás porque verdaderamente ha llegado a pasar hambre en su vida, y es algo que no se lo desea a nadie. Es por ello por lo que se dispone a sugerir opciones alternativas, apuntándose la poca disposición de Alpha a los frutos secos mientras sigue atendiendo la sopa. Que, por cierto, no le debe de quedar mucho para estar lista.
Tras ese tropiezo, el capitán empieza a indicar a cada uno cuál será su labor en la banda. Chihiro mira a la nueva subcapitana y contramaestre con curiosidad, dedicándole también una sonrisa a la carpintera. Es lógico que ella se encargue de reparar los barcos, por supuesto, dado que es su especialidad... Pero la muchacha no puede evitar preguntarse qué demonios se supone que hacen un subcapitán y un contramaestre. En su antigua tripulación había, claro está, pero es una de las labores que menos clara tiene sobre su por qué. Por suerte, la función que le ha tocado a ella es mucho más clara y mucho más familiar, encargarse de la salud de los demás miembros. La mink se relaja ante ese cometido, dando otro sorbo al licor de café con calma mientras mira de reojo a su compatriota ornitorrinco. Este ha estado a punto de estropear la sopa... Pero si van a trabajar juntos, podrá superar ese incidente y dejarlo atrás. Además, no puede negar que su nuevo compañero de tripulación la intriga en gran medida, entre otras cosas por lo que este dice sobre los quirófanos. A decir verdad ella nunca ha usado un quirófano como tal, siempre fue más de remiendos apresurados, o de atender enfermedades de a bordo... Pero es innegable que lo que dice es intrigante.
-Chihiro no tiene ni idea de cómo se desinfecta un quirófano solo con luz... Suelo usar alcohol para esas cosas, o fuego, chi. Pero estoy dispuesta a aprender, claro... Y si Chihiro puede ayudar con cualquier cosa a Arny, sólo tiene que pedirlo. Tengo buena pata con las plantas, por ejemplo. Al fin y al cabo vamos a estar muchas horas en un mismo barco, así que es buena idea llevarse bien... ¿A tí te sienta mal alguna comida?-le responde la liebre al orinitorrinco, dedicándole una pequeña sonrisa y soltándole esa pregunta al final. La verdad, si va a estar trabajando con esta gente y haciendo comida de vez en cuando debería preguntar sobre los alimentos y las alergias, y quizás anotarlo en alguna parte. Si no lo hace no hay duda de que eso conllevará más trabajo como doctora, y si puede evitarlo mejor que mejor. Aprovechar ese tiempo para dormir o para trabajar en otras cosas será mucho más productivo, así que sacando su diario personal se pone a apuntar los nombres de los miembros de esa reunión, y a anotar lo dicho por esto en ese aspecto. Sí, habrá que crear un historial médico para cada uno... Seguro que no se le olvida, no.
Tras otorgarles las posiciones y cometidos, Alpha sigue nombrando sus siguientes objetivos a tomar, o más bien hacia dónde van a zarpar. Quizás el concepto de Paso de la Muerte habría asustado más a la mink de no ser por la previa mención del tesoro, que sin duda atrae mucho más su atención. La liebre se levanta con calma, moviéndose hacia donde está Iulia y empezando a contemplar el mapa por encima del hombro de esta, tratando de entenderlo. Aunque a decir verdad, no es que se le den especialmente bien los mapas... De todas formas, también se menciona un log pose, y Arny habla de conquistar el cielo. Sin duda se puede apreciar la confusión de la joven liebre, que mira a un lugar y hacia otro sin entender demasiado, y desde luego con muchas preguntas. Lo que tampoco se puede negar es que sí está emocionada, y un poco más despierta que antes incluso. Son muchos estímulos, después de todo...
-Esperad, esperad, decís muchas cosas... ¿Vamos a ir por un sitio que llaman Paso de la Muerte? Porque si es así suena a que necesitaré más material médico, chi... ¿Y qué es eso de conquistar los cielos? Pero más importante... ¿De qué tipo de tesoro estamos hablando? Dime que no son sólo aburridas monedas, Alpha-chi...-pide la mink con emoción, frotándose las manos con una media sonrisa expectante de la respuesta de su capitán. Al fin y al cabo, es verdad que a la liebre le da igual el dinero... Pero la emoción de una búsqueda del tesoro sí que es algo a tener siempre en cuenta.
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Sus compañeros le dieron una impresión muy diversa. Arny y Chihiro eran simplemente adorables, aunque cuando el mink ornitorrinco hablaba parecía más serio, mientras que cada vez que Chihiro decía "chi" le entraban ganas de achucharla. Sin embargo parecía que eran gente competente. Mili parecía... extraña. No parecía demasiado espabilada, pero al menos sí parecía grande y fuerte. Eran pocos, pero tenían un arsenal de habilidades muy diverso. Ahora solo faltaba que los dos minks y la gyojin hiciesen justicia a las historias de sus pueblos y demostrasen ser fuertes guerreros, y su tripulación estaría más que lista para afrontar cualquier desafío. Cuando terminaron de presentarse, Alpha comenzó a decir los puestos de la tripulación. Mientras tanto, Chihiro le acercó un plato de sopa. Iulia se lo agradeció con una sonrisa. Removió un poco la sopa y descubrió con desagrado que era de nueces y avellanas. ¿Qué clase de plato era ese? Nunca había tomado así. Tenía pinta de la clase de comida que comerían campesinos o cazadores. No era comida digna de alguien de su posición. Le daba rabia no comerse la comida de la adorable mink, pero... tenía pinta de que iba a estar horrible. No le apetecía comer comida de pobres.
- Haré honor a esta confianza, hermanito - dijo, en respuesta al nombramiento.
Le resultaba gracioso llamar hermanito a Alpha. Era más fuerte que ella, pero eran de la misma edad y él era más bajito. Así que, ya que había declarado que ahora era su hermana, él sería su hermanito. Dio varias vueltas más a la sopa con la cuchara, nada convencida. Entonces el peliazul con pinta de maleante se le acercó. No tenía claro qué hacía Alpha al nombrar contramaestre a alguien con tal pinta de criminal, pero bueno, él sabría. Alpha llevaba más tiempo siendo pirata y tenía mejor idea que ella de cómo funcionaba un navío. En fin, era una excusa tan buena como cualquier otra para dejar la sopa a un lado. Se levantó y miró a Aigon con curiosidad. Al escucharle hablar, no pudo evitar una sonrisa.
- No tienes que esperarlo. Lo estaré - aceptó su mano y se la estrechó enérgicamente - Haremos que el mar tema nuestra bandera.
Alpha le tendió entonces el mapa que llevaba al tesoro de los Krastov, mientras explicaba los planes de la banda. Iban a recorrer la ruta más peligrosa de Grand Line y visitar la legendaria Isla del Cielo, a juzgar por lo que había dicho Arny. Había leído algunas vagas referencias a un cuento marinero de una isla en lo alto de las nubes. La verdad es que no tenía claro si esas historias eran ciertas, pero no era el momento de discutirlo. Ahora tenía algo mejor que hacer. Desplegó el mapa y le echó un vistazo, comparándolo con un mapa que se había llevado ella. Comparar el Hallstat moderno con el de la Guerra del Norte era un poco complicado. Ninguno de los dos mapas era muy exacto ya de base, y por si fuera poco, la orografía de la isla había cambiado. Sin embargo se hacía una idea de dónde podía estar.
- No sabemos exactamente que hay en el tesoro, pero habrá más que monedas - explicó a Chihiro - Es un castillo subterráneo abandonado. Perteneció a una familia noble, y seguramente estará lleno de sus tesoros familiares - se dirigió ahora a todos - A unas dos horas de aquí, al sur, hay una zona de acantilados y cuevas marinas. En algún punto de esa zona deberíamos encontrar un acceso al castillo subterráneo. El castillo no está en una cueva natural. De hecho en un pasado estuvo en la superficie, pero usando el poder de una akuma no mi, fue sumergido bajo tierra. Es probable que el acceso a la cueva esté escondido - miró a Alpha - Hermanito, ¿cuándo marcharemos? De noche igual nos cuesta más encontrar el acceso. ¿Qué plan tienes?
- Haré honor a esta confianza, hermanito - dijo, en respuesta al nombramiento.
Le resultaba gracioso llamar hermanito a Alpha. Era más fuerte que ella, pero eran de la misma edad y él era más bajito. Así que, ya que había declarado que ahora era su hermana, él sería su hermanito. Dio varias vueltas más a la sopa con la cuchara, nada convencida. Entonces el peliazul con pinta de maleante se le acercó. No tenía claro qué hacía Alpha al nombrar contramaestre a alguien con tal pinta de criminal, pero bueno, él sabría. Alpha llevaba más tiempo siendo pirata y tenía mejor idea que ella de cómo funcionaba un navío. En fin, era una excusa tan buena como cualquier otra para dejar la sopa a un lado. Se levantó y miró a Aigon con curiosidad. Al escucharle hablar, no pudo evitar una sonrisa.
- No tienes que esperarlo. Lo estaré - aceptó su mano y se la estrechó enérgicamente - Haremos que el mar tema nuestra bandera.
Alpha le tendió entonces el mapa que llevaba al tesoro de los Krastov, mientras explicaba los planes de la banda. Iban a recorrer la ruta más peligrosa de Grand Line y visitar la legendaria Isla del Cielo, a juzgar por lo que había dicho Arny. Había leído algunas vagas referencias a un cuento marinero de una isla en lo alto de las nubes. La verdad es que no tenía claro si esas historias eran ciertas, pero no era el momento de discutirlo. Ahora tenía algo mejor que hacer. Desplegó el mapa y le echó un vistazo, comparándolo con un mapa que se había llevado ella. Comparar el Hallstat moderno con el de la Guerra del Norte era un poco complicado. Ninguno de los dos mapas era muy exacto ya de base, y por si fuera poco, la orografía de la isla había cambiado. Sin embargo se hacía una idea de dónde podía estar.
- No sabemos exactamente que hay en el tesoro, pero habrá más que monedas - explicó a Chihiro - Es un castillo subterráneo abandonado. Perteneció a una familia noble, y seguramente estará lleno de sus tesoros familiares - se dirigió ahora a todos - A unas dos horas de aquí, al sur, hay una zona de acantilados y cuevas marinas. En algún punto de esa zona deberíamos encontrar un acceso al castillo subterráneo. El castillo no está en una cueva natural. De hecho en un pasado estuvo en la superficie, pero usando el poder de una akuma no mi, fue sumergido bajo tierra. Es probable que el acceso a la cueva esté escondido - miró a Alpha - Hermanito, ¿cuándo marcharemos? De noche igual nos cuesta más encontrar el acceso. ¿Qué plan tienes?
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Todos parecían llevarse bien eso me agradaba bastante. Yo por mi parte me limitaba a pensar muchas cosas mientras ellos terminaban de asimilar sus tareas y conocerse un poco más entre ellos. Poco a poco, todo esto estaba tomando forma, algo que me llenaba de una profunda y enorme felicidad. – Gracias. – Fue lo primero que se me vino a la cabeza y lo primero que se me ocurrió decir. – Estoy profundamente agradecido con todos. – Pronto llegaría Suzaku acompañados de Thor y de Logi. Parecían no habré logrado cazar nada, pero sí que consiguieron un montón de manzanas. Tome una y la lleve a mi boca. Estaba bastante buena, eso me alegraba bastante.
- Procuren comer y descansar. Partiremos mañana a primera hora. – Dije mientras levantaba. – No tengo ningún plan en concreto, hermana. – Ladeaba un poco la cabeza. – Aunque tenemos un gran arsenal de habilidades a nuestro favor, así que dudo que se nos haga difícil llegar hasta nuestro objetivo. Los animales salvajes no serán problema. Podremos iluminarnos con el fuego de Logi. Pero ya nos precouparemos de eso mañana, lo que necesitamos justo ahora es descansar. – Luego mire a Aigon. – Es curioso que la misma persona que me dio la ruta hacia la isla del cielo sea la que te haya ayudado, hermano. Por otro lado, ese tal Dastan suena a una persona bastante interesante. – Dije sonriente. – Espero conocerle pronto y si quiere ser de la familia, bienvenido sea.
Luego de decir aquello ultimo y aclarar alguna ultima duda, me dispuse a subirme sobre Thor. Era momento de descansar y yo tenía un lugar bastante especial en donde hacerlo.
- Estaré flotando sobre el campamento durmiendo si necesitan decirme algo. – Dije mientras soltaba un bostezo. - Tienen al resto de homies a su alrededor los cuales le ayudaran en cualquier cosa que les pide. – Dije señalando a los cojines, carpas y restos de cosas del lugar. – Mañana temprano les explicare en que consiste mi habilidad. ¡Haced todo lo que les pidan mis hermanos! ¿De acuerdo?
-¡Si, Alpha! – Dijeron todos los objetos a la vez. Thor se elevó un par de metros en el aire. Suzaku subió sobre Logi y de igual manera se alzó por los aires hasta llegar a mi altura. Poco a poco comencé a cerrar mis ojos hasta quedarme profundamente dormido al igual que el resto de mis homies especiales. Mañana sería un día largo y necesitaría de todas mis energías para lograr llegar a al tesoro.
Nuestro primer tesoro.
- Procuren comer y descansar. Partiremos mañana a primera hora. – Dije mientras levantaba. – No tengo ningún plan en concreto, hermana. – Ladeaba un poco la cabeza. – Aunque tenemos un gran arsenal de habilidades a nuestro favor, así que dudo que se nos haga difícil llegar hasta nuestro objetivo. Los animales salvajes no serán problema. Podremos iluminarnos con el fuego de Logi. Pero ya nos precouparemos de eso mañana, lo que necesitamos justo ahora es descansar. – Luego mire a Aigon. – Es curioso que la misma persona que me dio la ruta hacia la isla del cielo sea la que te haya ayudado, hermano. Por otro lado, ese tal Dastan suena a una persona bastante interesante. – Dije sonriente. – Espero conocerle pronto y si quiere ser de la familia, bienvenido sea.
Luego de decir aquello ultimo y aclarar alguna ultima duda, me dispuse a subirme sobre Thor. Era momento de descansar y yo tenía un lugar bastante especial en donde hacerlo.
- Estaré flotando sobre el campamento durmiendo si necesitan decirme algo. – Dije mientras soltaba un bostezo. - Tienen al resto de homies a su alrededor los cuales le ayudaran en cualquier cosa que les pide. – Dije señalando a los cojines, carpas y restos de cosas del lugar. – Mañana temprano les explicare en que consiste mi habilidad. ¡Haced todo lo que les pidan mis hermanos! ¿De acuerdo?
-¡Si, Alpha! – Dijeron todos los objetos a la vez. Thor se elevó un par de metros en el aire. Suzaku subió sobre Logi y de igual manera se alzó por los aires hasta llegar a mi altura. Poco a poco comencé a cerrar mis ojos hasta quedarme profundamente dormido al igual que el resto de mis homies especiales. Mañana sería un día largo y necesitaría de todas mis energías para lograr llegar a al tesoro.
Nuestro primer tesoro.
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Después de charlar con Iulia y Alpha se acerco hasta la liebre, parecía estar apuntando información de todos los presentes para poder estar bien informada sobre que medicamentos podría necesitar y que alimentos podían o no podían comer cada uno. -Yeeahahaha Yo también soy alérgico a la capsaicina… Es oler un poco de picante y ponerme malo… yeeahahahahahaha- Le dijo poniendo su mano sobre la cabeza de la Chihiro para acariciarle entre las orejas de forma un poco brusca.
El musico siguió acercándose al resto de los integrantes de la banda, estaba ansioso por conocerlos en profundidad y, de hecho, le sorprendió la habilidad para tallar de Mili o los artilugios e inventos de Arny. Deseaba comenzar a vivir aventuras y hacer fiestas con todos ellos, pues eso era a lo que se dedicaban los piratas según tenia entendido el peliazul. Y aquel era un buen sitio y un momento ideal para una fiesta, la primera fiesta de los Big Brother Kaizokudan después de que Alpha los reuniera a todos. -Celebremos esta noche. – Exclamó Aigon elevando con una mano la guitarra para después ponérsela frente a él, volver a tomar un trago y comenzar a tocar la guitarra para animar un poco la reunión.
Al rato el capitán advertiría que era hora de dormir, debían descansar para mañana tener fuerzas para partir a por los tesoros así que Aigon dejo la guitarra a un lado según el capitán se despedía y se elevaba sobre ellos montado sobre Thor el hommie de tormentas. El peliazul volvió a sentarse frente a la candela con una sonrisa estúpida en la cara, no tenia sueño, de echo le hubiera gustado seguir por mas tiempo tocado la guitarra y festejando con sus compañeros, pero entendía que estos quisieran descansar, él por su parte estaba a gusto bajo el manto de estrellas nocturno junto a la candela a la que atizaba de vez en cuando con una rama y bebiéndose la botella de licor que Suzaku le había entregado. Poco a poco y solo después de haber acabado con todo el alcohol, fue encontrando la postura cómoda sobre el tronco hasta quedarse dormido.
Los rayos del sor despertaron por la mañana al musico, que al parecer fue el ultimo de todos en despertarse, puesto que después de estirarse y abrir los ojos, sen encontró frente a él a todos sus compañeros terminando de prepararse para partir…
El musico siguió acercándose al resto de los integrantes de la banda, estaba ansioso por conocerlos en profundidad y, de hecho, le sorprendió la habilidad para tallar de Mili o los artilugios e inventos de Arny. Deseaba comenzar a vivir aventuras y hacer fiestas con todos ellos, pues eso era a lo que se dedicaban los piratas según tenia entendido el peliazul. Y aquel era un buen sitio y un momento ideal para una fiesta, la primera fiesta de los Big Brother Kaizokudan después de que Alpha los reuniera a todos. -Celebremos esta noche. – Exclamó Aigon elevando con una mano la guitarra para después ponérsela frente a él, volver a tomar un trago y comenzar a tocar la guitarra para animar un poco la reunión.
Al rato el capitán advertiría que era hora de dormir, debían descansar para mañana tener fuerzas para partir a por los tesoros así que Aigon dejo la guitarra a un lado según el capitán se despedía y se elevaba sobre ellos montado sobre Thor el hommie de tormentas. El peliazul volvió a sentarse frente a la candela con una sonrisa estúpida en la cara, no tenia sueño, de echo le hubiera gustado seguir por mas tiempo tocado la guitarra y festejando con sus compañeros, pero entendía que estos quisieran descansar, él por su parte estaba a gusto bajo el manto de estrellas nocturno junto a la candela a la que atizaba de vez en cuando con una rama y bebiéndose la botella de licor que Suzaku le había entregado. Poco a poco y solo después de haber acabado con todo el alcohol, fue encontrando la postura cómoda sobre el tronco hasta quedarse dormido.
Los rayos del sor despertaron por la mañana al musico, que al parecer fue el ultimo de todos en despertarse, puesto que después de estirarse y abrir los ojos, sen encontró frente a él a todos sus compañeros terminando de prepararse para partir…
Arny Sanskari
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-No, hermana. No me sienta mal ninguna comida- respondió el mink a su compañera de tribu -Pero pese a poder comer de todo, me inclino más por la carne y el pescado, que por los vegetales- sonrió. Al fin y al cabo no era más que una preferencia personal, inclinada por su origen de predador, pero una elección propia.
Tras servirse un cuenco de sopa y olerla, aprovechó el momento para situarse tras la subcapitana y pegar un vistazo a los mapas. El viejo pergamino ya era tentación suficiente para el navegante, pero si además tenía otro más moderno con el cual comparar eso ya terminó de picar la curiosidad profesional del ornitorrinco -Hmmm- se le escapó mientras observaba por encima de la cabeza de Iulia -Interesante... Ese- dijo señalando el viejo mapa -Está dibujado con la antigua escala , por eso es tan complejo de situar en el nuevo. Hay que fijarse en esta esquina- dijo mientras apuntaba la puntiaguda uña de su dedo índice en un lugar concreto del mapa nuevo -Que es lo más reconocible y a partir de aquí quitar aproximadamente medio dedo... tuyo... será un dedo- corrigió -Por cuadrante, así tienes colocados esos acantilados del otro extremo y esa playa del viejo más o menos donde se supone que esta esa colina de ahí... Es irrelevante... lo se, pero no puedo hacer nada contra la deformación profesional. El caso es que si la zona que buscamos es alrededor de esos acantilados, es donde dejé fondeado el barco. El bosque termina directamente en un cortado- explicó con una sonrisa, no siempre la suerte le sonreía, sobre todo con sus experimentos. Pero cuando se trataba de navegación, parecía estar bendecido.
El peliazul se acercó a presentarse y trabar conversación, por lo que tras una breve charla que se fue animando tras irse incluyendo poco a poco todos en la conversación. El músico comenzó a tocar su guitarra, por lo que Arny no perdió oportunidad de terminarse su cena de un trago y beberse el alcohol animadamente, mientras el calor de las llamas y el baile del fuego, dibujaban sombras extrañas que parecían danzar al son de la tonada.
Cuando el capitán ordenó la retirada, los soldados fueron ingresando poco a poco en los reinos de Morfeo. Uno tras otro irían a dormir. Arny personalmente con el susto encima de ver todos esos objetos cotidianos responder al pedido de Alpha de improvisto.
Tras servirse un cuenco de sopa y olerla, aprovechó el momento para situarse tras la subcapitana y pegar un vistazo a los mapas. El viejo pergamino ya era tentación suficiente para el navegante, pero si además tenía otro más moderno con el cual comparar eso ya terminó de picar la curiosidad profesional del ornitorrinco -Hmmm- se le escapó mientras observaba por encima de la cabeza de Iulia -Interesante... Ese- dijo señalando el viejo mapa -Está dibujado con la antigua escala , por eso es tan complejo de situar en el nuevo. Hay que fijarse en esta esquina- dijo mientras apuntaba la puntiaguda uña de su dedo índice en un lugar concreto del mapa nuevo -Que es lo más reconocible y a partir de aquí quitar aproximadamente medio dedo... tuyo... será un dedo- corrigió -Por cuadrante, así tienes colocados esos acantilados del otro extremo y esa playa del viejo más o menos donde se supone que esta esa colina de ahí... Es irrelevante... lo se, pero no puedo hacer nada contra la deformación profesional. El caso es que si la zona que buscamos es alrededor de esos acantilados, es donde dejé fondeado el barco. El bosque termina directamente en un cortado- explicó con una sonrisa, no siempre la suerte le sonreía, sobre todo con sus experimentos. Pero cuando se trataba de navegación, parecía estar bendecido.
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