Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A decir verdad, a Chihiro le sorprende no haber estado antes en la enorme isla de Kieyskaya. Con todo lo que ha navegado en el pasado junto a la tripulación de los Oowatatsumi es extraño que no hayan tocado tierra en esta isla nunca... Quizás es por el estable gobierno que tienen, en cierto modo una amenaza para aquellos que viven al margen de todo ese orden. Es decir, una mayor estructura alberga una mayor probabilidad de que haya agentes de la ley o similares patrullando, ¿no? Algo peligroso para un grupo grande, al ser muchos se llama más la atención... Pero siendo ahora tan sólo ella, esa amenaza se reduce considerablemente. A ella nadie le conoce, y eso hace que moverse sea más fácil. En cierto modo también es ser una molestia ser una desconocida, pero la mink prefiere no darle demasiadas vueltas al asunto. Tampoco es como si ayudase... En su lugar, la mejor respuesta es seguir hacia delante. Continuar investigando, continuar explorando, dado que para eso está aquí. si en algún momento va a aventurarse fuera del North Blue, no puede hacerlo sin investigar esta isla al máximo. El frío clima es una molestia, hasta para alguien de pelaje abundante como ella, pero a cambio guarda unas especies muy interesantes... Vegetales adaptadas a las temperaturas, y animales capaces de sobrevivir en la misma, sea mediante adaptación o por pura fuerza. En particular está interesada en los tigres, pero tampoco le haría ascos a ver unos osos polares. Poder observarlos, dibujarlos, quizás hasta analizarlos más a fondo. Todas esas ideas emocionan a Chihiro... Pero, por desgracia, son ideas que precisan de un presupuesto que no tiene.
Para la joven mink, todo el tema del dinero es un rollo. Nunca se ha preocupado por él, en su vida, y le molestaría tener que hacerlo ahora. Cuando era una esclava era lo de menos, y cuando estaba en la tripulación no hacía preguntas y aceptaba lo que le daban. Ahora que está sola tiene que empezar a buscarse la vida... Y resulta que el comer, el viajar y demás resultan un gasto continuo. Así como también lo será contratar un guía por estas tierras. Es por eso por lo que, aunque le gustaría embarcarse directamente a la aventura y a la búsqueda de esos animales, ha realizado una parada técnica en el Puerto de Azov. Una ciudad costera grande, el sitio ideal para encontrar a gente así. Sin un guía, corre el riesgo de no encontrar a los animales que busca, o peor, ¡que la encuentren a ella! Así que tan sólo le queda como opción hacer algo de dinero. El frío ayuda a mantenerse despierta a pesar de las horas en las que los humanos deciden moverse, pero quizás es demasiado... Y mientras Chihiro pasa cerca de una taberna, no puede evitar olfatear el aroma del té caliente que viene de su interior. La mink avanza hasta la ventana con curiosidad, pegándose a la misma y envidiando ese ambiente. No puede permitirse comprar bebida alguna, por mucho que la boca se le haga agua ante el té y el chocolate que ahí están sirviendo... Pero su mirada repara entonces en unas mesas de juego, donde varios hombres y mujeres están jugando al ajedrez. Recuerda ese juego, solían jugarlo bastante en el barco, y no se le daba mal. ¿Y qué están haciendo, están apostando monedas? La pirata entra en el lugar, vencida por la curiosidad, y confirma lo que había visto a través del cristal. Se juegan dinero en esas partidas, por alguna razón... Y ganarlo jugando suena bastante mejor que tener que sumergirse en las aguas heladas en busca de tesoros, como tenía planeado. Quizás haya encontrado algo interesante...
Y de esa forma, Chihiro pasa un par de días en esa lugar, el mesón Nasdrovia, jugando al ajedrez. Por suerte ganó la primera partida, dado que se marcó un farol y no habría podido pagar si no... Pero poco a poco, apostando las monedas que iba ganando y que no desaparecían al pedir comida, té o chocolate caliente, la mink iba obteniendo una bolsa cada vez más decente. Todos los días acude a un montaraz que ha conocido, le enseña la bolsa de las monedas y este le dice que no es suficiente. La verdad, a Chihiro no se le dan bien los números, así que habrá de fiarse de él... Lo que sea con tal de no marearse contando. De esa forma, por tercer día consecutivo la liebre se sienta amodorrada en la silla, pide un café caliente bien cargado y coloca la bolsa de monedas sobre la mesa. La joven empieza a preparar las piezas en el tablero, colocándolas bien y observa a la gente que entra en el local. A algunos ya los reconoce de vista de los otros dos días, pero al resto no... Hay muchas caras nuevas. Con suerte, alguna se animará a sentarse en la mesa e igualarle la apuesta, sea cuanto sea que lleva. Sabe que es bastante, cuando tenía menos más gente se atrevía, pero ahora que la bolsa ha crecido ya hay más reparos y menos jugadores en su mesa... Pero aún no es suficiente. Además... Las partidas son más intensas y divertidas cuando se apuesta en el todo o nada, ¿no? ¡Ese es el estilo pirata!
Para la joven mink, todo el tema del dinero es un rollo. Nunca se ha preocupado por él, en su vida, y le molestaría tener que hacerlo ahora. Cuando era una esclava era lo de menos, y cuando estaba en la tripulación no hacía preguntas y aceptaba lo que le daban. Ahora que está sola tiene que empezar a buscarse la vida... Y resulta que el comer, el viajar y demás resultan un gasto continuo. Así como también lo será contratar un guía por estas tierras. Es por eso por lo que, aunque le gustaría embarcarse directamente a la aventura y a la búsqueda de esos animales, ha realizado una parada técnica en el Puerto de Azov. Una ciudad costera grande, el sitio ideal para encontrar a gente así. Sin un guía, corre el riesgo de no encontrar a los animales que busca, o peor, ¡que la encuentren a ella! Así que tan sólo le queda como opción hacer algo de dinero. El frío ayuda a mantenerse despierta a pesar de las horas en las que los humanos deciden moverse, pero quizás es demasiado... Y mientras Chihiro pasa cerca de una taberna, no puede evitar olfatear el aroma del té caliente que viene de su interior. La mink avanza hasta la ventana con curiosidad, pegándose a la misma y envidiando ese ambiente. No puede permitirse comprar bebida alguna, por mucho que la boca se le haga agua ante el té y el chocolate que ahí están sirviendo... Pero su mirada repara entonces en unas mesas de juego, donde varios hombres y mujeres están jugando al ajedrez. Recuerda ese juego, solían jugarlo bastante en el barco, y no se le daba mal. ¿Y qué están haciendo, están apostando monedas? La pirata entra en el lugar, vencida por la curiosidad, y confirma lo que había visto a través del cristal. Se juegan dinero en esas partidas, por alguna razón... Y ganarlo jugando suena bastante mejor que tener que sumergirse en las aguas heladas en busca de tesoros, como tenía planeado. Quizás haya encontrado algo interesante...
Y de esa forma, Chihiro pasa un par de días en esa lugar, el mesón Nasdrovia, jugando al ajedrez. Por suerte ganó la primera partida, dado que se marcó un farol y no habría podido pagar si no... Pero poco a poco, apostando las monedas que iba ganando y que no desaparecían al pedir comida, té o chocolate caliente, la mink iba obteniendo una bolsa cada vez más decente. Todos los días acude a un montaraz que ha conocido, le enseña la bolsa de las monedas y este le dice que no es suficiente. La verdad, a Chihiro no se le dan bien los números, así que habrá de fiarse de él... Lo que sea con tal de no marearse contando. De esa forma, por tercer día consecutivo la liebre se sienta amodorrada en la silla, pide un café caliente bien cargado y coloca la bolsa de monedas sobre la mesa. La joven empieza a preparar las piezas en el tablero, colocándolas bien y observa a la gente que entra en el local. A algunos ya los reconoce de vista de los otros dos días, pero al resto no... Hay muchas caras nuevas. Con suerte, alguna se animará a sentarse en la mesa e igualarle la apuesta, sea cuanto sea que lleva. Sabe que es bastante, cuando tenía menos más gente se atrevía, pero ahora que la bolsa ha crecido ya hay más reparos y menos jugadores en su mesa... Pero aún no es suficiente. Además... Las partidas son más intensas y divertidas cuando se apuesta en el todo o nada, ¿no? ¡Ese es el estilo pirata!
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Esta isla sin lugar a dudas había ocupado mi atención desde hace un tiempo. Recuerdo mucho como mi antiguo amigo me hablaba mucho de esta isla. Nieve por doquier y un sinfín de animales fantásticos cuya evolución los había llevado a ser capaces de soportar estas temperaturas bajo cero. Miro alrededor mientras observo como la nieve cae lentamente. Era un lindo paisaje.
En el pasado, me fuera imaginado a mí mismo siendo parte de una gran batalla, liderando a un ejército pirata contra esta gente. Pero hoy, no será así. Me siento orgulloso de decir que mi yo del pasado no se parece ni de lejos a mí. Aunque aún conservo algunas cosas, como mi sed de batalla. Algo que he aprendido a controlar y apaciguar con otras aficione, añadiendo el hecho que ya no soy capitán. Honestamente no es algo que me moleste. Big Brother Kaizokudan fue una gran experiencia y un aprendizaje el cual me enseño mis fortalezas, al mismo tiempo que me enseño mis carencias. Lo cierto es que, no tenia madera de lider. Alguien como yo no podia darse la dicha de liderar a primeras en el pasado. Quizás ser un segundo o tercero al mando por mi falta de experiencia, incluso consejero no fuera estado mal, pero no puedia darme la dicha de ser alguien que lidere a las personas por una razón tan egoísta como la mía.
Además, había olvidado mi sueño. Debo encontrar el Heartstone y forjar algo imposible.
Llegue a un pequeño pueblo. Era lindo y los habitantes parecían ser un poco más amigables que otros que me había topado en el puerto. Cabalgando a Suzaku, como siempre. Por ahora quería encontrar un lugar donde poder descansar y disfrutar de una excelente comida. - ¿El Meson Nasdrovia? – Dije, para mí mismo. A simple vista parecía una taberna como cualquier otra, concurrida y llena de personas que iban día a día a disfrutar de un buen servicio. Asomo un poco la cabeza por la ventana, y me doy cuenta que es están jugando ajedrez y uno que otro juego de mesa. Además, apostaban dinero sin dolor alguno.
Parecía divertido.
Baje de la plumífera disponiéndome a entrar. El ambiente era ameno y refrescante. Podía ver como las personas disfrutaban del juego y la apuesta. Aunque algunos tenían unas caras largas por haber perdido algún que otro juego. Fue allí cuando fije la vista en una pequeña existencia en el fondo. Armando una mesa de ajedrez. Parecía que esperaba a alguien con quien jugar. Pedi al cantinero que me colocaran una taza de café bien cargado en la mesa donde me sentaría y me acerque a hacia la Mink. Era bajita, cosa que me sorprendía bastante. Normalmente suelo ser yo el mas bajo de todos. De cierto modo, me parecía tierna su rostro. Llegue sonriéndole con mucha tranquilidad y señale la mesa con mi mano derecha. - ¿Gustas jugar, señorita? – Dije, mirándole con mesura. Luego tome asiento siéndole las fichas blancas. Incline mi cabeza en señal de respeto. – Espero que tengamos un juego agradable. ¿Qué le gustaría apostar?
En el pasado, me fuera imaginado a mí mismo siendo parte de una gran batalla, liderando a un ejército pirata contra esta gente. Pero hoy, no será así. Me siento orgulloso de decir que mi yo del pasado no se parece ni de lejos a mí. Aunque aún conservo algunas cosas, como mi sed de batalla. Algo que he aprendido a controlar y apaciguar con otras aficione, añadiendo el hecho que ya no soy capitán. Honestamente no es algo que me moleste. Big Brother Kaizokudan fue una gran experiencia y un aprendizaje el cual me enseño mis fortalezas, al mismo tiempo que me enseño mis carencias. Lo cierto es que, no tenia madera de lider. Alguien como yo no podia darse la dicha de liderar a primeras en el pasado. Quizás ser un segundo o tercero al mando por mi falta de experiencia, incluso consejero no fuera estado mal, pero no puedia darme la dicha de ser alguien que lidere a las personas por una razón tan egoísta como la mía.
Además, había olvidado mi sueño. Debo encontrar el Heartstone y forjar algo imposible.
Llegue a un pequeño pueblo. Era lindo y los habitantes parecían ser un poco más amigables que otros que me había topado en el puerto. Cabalgando a Suzaku, como siempre. Por ahora quería encontrar un lugar donde poder descansar y disfrutar de una excelente comida. - ¿El Meson Nasdrovia? – Dije, para mí mismo. A simple vista parecía una taberna como cualquier otra, concurrida y llena de personas que iban día a día a disfrutar de un buen servicio. Asomo un poco la cabeza por la ventana, y me doy cuenta que es están jugando ajedrez y uno que otro juego de mesa. Además, apostaban dinero sin dolor alguno.
Parecía divertido.
Baje de la plumífera disponiéndome a entrar. El ambiente era ameno y refrescante. Podía ver como las personas disfrutaban del juego y la apuesta. Aunque algunos tenían unas caras largas por haber perdido algún que otro juego. Fue allí cuando fije la vista en una pequeña existencia en el fondo. Armando una mesa de ajedrez. Parecía que esperaba a alguien con quien jugar. Pedi al cantinero que me colocaran una taza de café bien cargado en la mesa donde me sentaría y me acerque a hacia la Mink. Era bajita, cosa que me sorprendía bastante. Normalmente suelo ser yo el mas bajo de todos. De cierto modo, me parecía tierna su rostro. Llegue sonriéndole con mucha tranquilidad y señale la mesa con mi mano derecha. - ¿Gustas jugar, señorita? – Dije, mirándole con mesura. Luego tome asiento siéndole las fichas blancas. Incline mi cabeza en señal de respeto. – Espero que tengamos un juego agradable. ¿Qué le gustaría apostar?
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La verdad es que pasar estos días frente a este tablero de ajedrez está despertando muchos recuerdos en la mink... Recuerdos de cuando dejó de ser esclava, de cuando viajaba por los mares junto a sus amigos de la tripulación. Viéndolo en retrospectiva, la verdad es que Chihiro lamenta no haber aprovechado y valorado mejor esos momentos... Le enseñaron tanto que es absurdo simplemente pensar en ello, y en lo rápido que desapareció. Sin embargo, la pirata no es alguien que se deje llevar por la tristeza, ni que deja que domine su psique. ¡Tiene demasiadas cosas que hacer como para estar triste! Al final y después de todo ha aprendido de esa experiencia, y le debe a los suyos el seguir adelante, continuar la leyenda que intentaban crear con sus sueños de cruzar los mares. Sin embargo, a decir verdad le es imposible a Chihiro no recordar a su capitán, a Kaichou D. Kaburyuu. El fue quien le enseñó a jugar... Y en cierto modo no puede evitar sentir una pizca de nostalgia por ello, y en cierto modo, impotencia. Es decir, está ganando ese dinero por ella misma, manteniéndose... Pero a pesar de ello, sigue dependiendo de sus enseñanzas.
La muchacha intenta dejar esos pensamientos atrás con un buen trago de café, sintiéndose mejor al sentir la calidez del mismo recorrerle la garganta y bajar por el mismo, y quedándose con el agradablemente amargo sabor en la boca. Aunque si tiene que quedarse con algo del mismo, sería el olor. Un olor que invita a sentarte y descansar, a pesar de ser algo que irónicamente sea tan útil para despertarte. Sin embargo, ese no es el único olor que capta... La mink olfatea el aire unos instantes, quedándose con ese aroma recién llegado y levantando la cabeza con curiosidad. Ante ella se planta un joven no muy alto, de pelo largo y oscuro y un brazo un tanto... peculiar. Intrigante cuanto menos, las orejas de Chihiro se tensan un segundo en señal de alerta, acompañadas por una mirada curiosa y un movimiento tranquilo pero cauto de su cola. La chica se acomoda mejor en el asiento, observando y analizando al recién llegado. La idea de que sea una amenaza para ella se apaga ligeramente al ver que le dedica una sonrisa y unas palabras amables, aunque por su naturaleza no puede dejar del todo la precaución a un lado... Pero no duda en asentir al chico.
-Claro, me gusta jugar, chi. A Chihiro le gustan los juegos de este tipo, y no se le dan mal. ¿Cómo se le dan a...?-comenta la mink, dando pie al chico a presentarse si así lo desea mientras le hace un gesto tranquilo con la mano, invitándole a sentarse. Este no tarda en hacerlo, y con un gesto igual de calmado la invita a tomar las piezas blancas. La muchacha levanta una ceja unos instantes por este gesto, mirando al chico con curiosidad. Es un secreto a voces que quien abre con las piezas blancas tiene mucha ventaja en una partida... La inquieta mente de la pirata no sabe si esto es un error de novato o una muestra de soberbia y confianza, pero de todas formas no sirve de demasiado preocuparse por ello. Ya se preocupará cuando surja la ocasión... Pero no puede quitarse esa duda del todo de la cabeza, repiqueteando uno de sus achaparrados dedos sobre el hueso del que están tallados estos peones con los que van a jugar.
-Un juego agradable es lo que busco, conocer a gente que le gusta jugar es importante. Aunque no todos se toman bien perder ante Chihiro... Tendrá que prometer no enfadarse si pierde, y haré yo lo mismo, chi. Así no hay conflictos innecesarios.-comenta la mink mientras le ofrece la mano al chico, intentando cerrar así esa promesa entre ellos. No todos con los que ha jugado se han comportado de acuerdo a la promesa después, pero el hecho de hacerla seguramente haya hecho que el orgullo de algunos se mantuviese a ralla. Es decir, nadie quiere quedar como un rompepromesas... Aunque sea en un simple juego de ajedrez. La liebre mueve los dedos de la pata, invitando a que la estreche, esbozando una media sonrisa y una mirada divertida.
-Sobre la apuesta... Chihiro siempre lo apuesta todo. Empezó sin nada y ahora tiene todo esto, pero necesita más al parecer para pagar lo que necesita. No sé cuánto hay... Así que conque pese más o menos lo mismo acepto la apuesta, chi. Pero así es como juega. Mi capitán siempre decía que cuando se juega a todo o nada es más divertido, y es cierto.-comenta la mink con esa media sonrisa, tomando en la otra mano la bolsa de monedas y sopesándola, antes de pasársela al contrario con la mirada atenta en él para que la sopese, pero alerta a que no se la lleve. No es el primero al que tendría que perseguir... Pero el riesgo merece la pena por librarse de la molestia que es contarlo todo.
La muchacha intenta dejar esos pensamientos atrás con un buen trago de café, sintiéndose mejor al sentir la calidez del mismo recorrerle la garganta y bajar por el mismo, y quedándose con el agradablemente amargo sabor en la boca. Aunque si tiene que quedarse con algo del mismo, sería el olor. Un olor que invita a sentarte y descansar, a pesar de ser algo que irónicamente sea tan útil para despertarte. Sin embargo, ese no es el único olor que capta... La mink olfatea el aire unos instantes, quedándose con ese aroma recién llegado y levantando la cabeza con curiosidad. Ante ella se planta un joven no muy alto, de pelo largo y oscuro y un brazo un tanto... peculiar. Intrigante cuanto menos, las orejas de Chihiro se tensan un segundo en señal de alerta, acompañadas por una mirada curiosa y un movimiento tranquilo pero cauto de su cola. La chica se acomoda mejor en el asiento, observando y analizando al recién llegado. La idea de que sea una amenaza para ella se apaga ligeramente al ver que le dedica una sonrisa y unas palabras amables, aunque por su naturaleza no puede dejar del todo la precaución a un lado... Pero no duda en asentir al chico.
-Claro, me gusta jugar, chi. A Chihiro le gustan los juegos de este tipo, y no se le dan mal. ¿Cómo se le dan a...?-comenta la mink, dando pie al chico a presentarse si así lo desea mientras le hace un gesto tranquilo con la mano, invitándole a sentarse. Este no tarda en hacerlo, y con un gesto igual de calmado la invita a tomar las piezas blancas. La muchacha levanta una ceja unos instantes por este gesto, mirando al chico con curiosidad. Es un secreto a voces que quien abre con las piezas blancas tiene mucha ventaja en una partida... La inquieta mente de la pirata no sabe si esto es un error de novato o una muestra de soberbia y confianza, pero de todas formas no sirve de demasiado preocuparse por ello. Ya se preocupará cuando surja la ocasión... Pero no puede quitarse esa duda del todo de la cabeza, repiqueteando uno de sus achaparrados dedos sobre el hueso del que están tallados estos peones con los que van a jugar.
-Un juego agradable es lo que busco, conocer a gente que le gusta jugar es importante. Aunque no todos se toman bien perder ante Chihiro... Tendrá que prometer no enfadarse si pierde, y haré yo lo mismo, chi. Así no hay conflictos innecesarios.-comenta la mink mientras le ofrece la mano al chico, intentando cerrar así esa promesa entre ellos. No todos con los que ha jugado se han comportado de acuerdo a la promesa después, pero el hecho de hacerla seguramente haya hecho que el orgullo de algunos se mantuviese a ralla. Es decir, nadie quiere quedar como un rompepromesas... Aunque sea en un simple juego de ajedrez. La liebre mueve los dedos de la pata, invitando a que la estreche, esbozando una media sonrisa y una mirada divertida.
-Sobre la apuesta... Chihiro siempre lo apuesta todo. Empezó sin nada y ahora tiene todo esto, pero necesita más al parecer para pagar lo que necesita. No sé cuánto hay... Así que conque pese más o menos lo mismo acepto la apuesta, chi. Pero así es como juega. Mi capitán siempre decía que cuando se juega a todo o nada es más divertido, y es cierto.-comenta la mink con esa media sonrisa, tomando en la otra mano la bolsa de monedas y sopesándola, antes de pasársela al contrario con la mirada atenta en él para que la sopese, pero alerta a que no se la lleve. No es el primero al que tendría que perseguir... Pero el riesgo merece la pena por librarse de la molestia que es contarlo todo.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Realmente no creo enfadarme por perder, señorita. Y respondiendo a su pregunta, podría decir que se me da bien ¡Adoro los juegos de mesa! – Sonreía a la mink. Me parecía bastante curiosa la manera con la cual ella hablaba, claramente era en tercera persona. He de admitir que su nombre me resultaba algo lindo, además que era súper imposible no sentir ternura por alguien que terminaba partes de sus oraciones con un “chi”. Por otro lado, subestimarle sería un error garrafal. Aunque si algo he aprendido en este lapso de tiempo es que subestimar a mis oponentes en cualquier ámbito es un error que te puede costar la vida.
He tenido suerte en muchas ocasiones, y esa suerte no dura para siempre.
- Si un juego agradable es lo que busca. Un juego agradable es lo que obtendrá. – Dije a la coneja. Segundos después llegaría mi recién ordenado café a la mesa. Olfateé por unos instantes el increíble aroma del oro negro y sin dudarlo mucho di un sorbo a este sin siquiera soplarle un poco. El sabor era magnifico, puedo sentir su intensidad. – Delicioso. – Si, lo estaba, y mucho. Se podía notar lo satisfecho que estaba. Me fije de nuevo en Chihiro que me explicaba unas cuantas cosas más. Estreche su mano en señal de confirmar lo que ella me pedía. Su pelaje era totalmente suave. De hecho, me atrevería a decir que me resultaba endemoniadamente cómodo.
Ella me agradaba. Al menos por ahora.
Ella intento pasarme su bolsa con monedas. Yo con un gesto la rechace. Sonreí amablemente – No se moleste, por favor. Puedo darme una idea de cuánto tiene allí. – No suelo tomar cosas que no son mías al menos que quiera robarlas. Eso me recuerda al hecho que muy pocas veces he robado en mi vida. Unas dos o tres veces a lo sumo. Conozco muy bien la importancia y lo útil que es el dinero, pero por ahora estoy bien. Además, me interesaban otras cosas. Ella menciono a un capitán. ¿Ella es pirata? ¿Quizás una comerciante? Muchas posibilidades y pocas respuestas.
Espero que ella pueda aclarármelas. Claro, si es su deseo.
- La diversión depende de cada quien. – Dije mientras miraba hacia la ventana. Observando como la nieve caía. – Aunque por la manera que habla de su capitán, parece que ya no se encuentra entre nosotros ¿A qué se dedicaba? Si no es muy atrevido de mi parte preguntar. – Si no quería responder, no era un problema. Cada quien tiene su historia y decide con quien compartirla. Por mi parte, quería que la partida y la plática fuera más amena. – Si gusta, puede pedir lo que guste. Yo invito. – Sonreí para ella – Además, si usted gana. Le daré el doble de lo que carga en la bolsa ¿Qué le parece? Pero si yo gano… me contara sobre usted ¿Le parece justo?
He tenido suerte en muchas ocasiones, y esa suerte no dura para siempre.
- Si un juego agradable es lo que busca. Un juego agradable es lo que obtendrá. – Dije a la coneja. Segundos después llegaría mi recién ordenado café a la mesa. Olfateé por unos instantes el increíble aroma del oro negro y sin dudarlo mucho di un sorbo a este sin siquiera soplarle un poco. El sabor era magnifico, puedo sentir su intensidad. – Delicioso. – Si, lo estaba, y mucho. Se podía notar lo satisfecho que estaba. Me fije de nuevo en Chihiro que me explicaba unas cuantas cosas más. Estreche su mano en señal de confirmar lo que ella me pedía. Su pelaje era totalmente suave. De hecho, me atrevería a decir que me resultaba endemoniadamente cómodo.
Ella me agradaba. Al menos por ahora.
Ella intento pasarme su bolsa con monedas. Yo con un gesto la rechace. Sonreí amablemente – No se moleste, por favor. Puedo darme una idea de cuánto tiene allí. – No suelo tomar cosas que no son mías al menos que quiera robarlas. Eso me recuerda al hecho que muy pocas veces he robado en mi vida. Unas dos o tres veces a lo sumo. Conozco muy bien la importancia y lo útil que es el dinero, pero por ahora estoy bien. Además, me interesaban otras cosas. Ella menciono a un capitán. ¿Ella es pirata? ¿Quizás una comerciante? Muchas posibilidades y pocas respuestas.
Espero que ella pueda aclarármelas. Claro, si es su deseo.
- La diversión depende de cada quien. – Dije mientras miraba hacia la ventana. Observando como la nieve caía. – Aunque por la manera que habla de su capitán, parece que ya no se encuentra entre nosotros ¿A qué se dedicaba? Si no es muy atrevido de mi parte preguntar. – Si no quería responder, no era un problema. Cada quien tiene su historia y decide con quien compartirla. Por mi parte, quería que la partida y la plática fuera más amena. – Si gusta, puede pedir lo que guste. Yo invito. – Sonreí para ella – Además, si usted gana. Le daré el doble de lo que carga en la bolsa ¿Qué le parece? Pero si yo gano… me contara sobre usted ¿Le parece justo?
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ese hombre recién llegado opta por no presentarse, y para Chihiro es imposible no arrugar ligeramente la nariz con un poco de decepción. Sin embargo y a decir verdad con sus modales educados arregla esa falta de cortesía, agradando a la mink desde el momento en que este comenta cómo no se enfadará en caso de perder la partida contra ella. Además, cuando este habla con tanto entusiasmo de los juegos de mesa las orejas de la liebre dan un respingo, esbozando una sonrisa y moviendo la cola un par de veces hacia la izquierda y a la derecha. Se ha encontrado en estos días mucha gente cuyo interés principal de estas apuestas era el dinero, y no puede culparles... En cierto modo, también es su caso. Sin embargo, lo que también es indudable es que es mucho más divertido jugar con gente que realmente aprecia el juego. Y, a pesar de estar necesitada del dinero, ella lo hace.
Tras acceder a sus condiciones iniciales, Chihiro observa cómo le sirven al muchacho el café. El aroma se mezcla fácilmente en sus sensible nariz con el propio, llenándola de una calidez que se intensifica aún más cuando la muchacha coloca las patas en su propia taza para tomar parte de ese calor, dando un sorbo también a su vez. Siempre ha sido bastante influenciable en ese sentido, cuando ve a alguien disfrutar de algo le gusta probarlo... Y esto era fácil de hacer, eso desde luego. Eso sí, la mink sí que debe soplar el café antes de ingerirlo. Está caliente, y su lengua es muy sensible después de todo... Cualquiera diría que se habría inmunizado con todas las porquerías que tuvo que comer como esclava, pero no. Pero bueno, la conversación continúa también incluso después de estrecharse las manos y cerrar el acuerdo, esta vez referida a lo apostado. Al tenderle la bolsa, el chico que tiene frente a ella no parece dispuesto a tomarla. Al principio razona que debe ser como ella, alguien que odia pasar el tiempo en una actividad tan tediosa como es el contar sin parar... Pero la afirmación de que puede hacerse a una idea de cuánto hay ahí hace que abra sus dormidos ojos con sorpresa, ladeando ligeramente la cabeza.
-¿Uh? ¿Puedes saberlo? Eso es una habilidad impresionante... Ojalá Chihiro pudiese hacer eso, contar con la mirada... Sería extremadamente útil poder hacer eso, chi.-argumenta la mink con un par de asentimientos de la cabeza, volviendo a tomar la bolsa de monedas y acercándola de nuevo a ella como un tesoro. En sí el dinero nunca le ha importado demasiado... Es una necesidad para obtener cosas mejores, cosas que la gente no suele querer cambiarla por otras cosas. A la hora de tener riquezas, siempre ha preferido las joyas. También son valiosas, solo que siendo también bonitas, y pudiendo lucirlas. Si llevas un collar de diamantes todos se sorprenden, pero ir vestido con monedas es absurdo incluso para ella. Sí, la mejor parte de un botín son las joyas... La mink toma uno de los peones en su mano, pasándolo entre sus dedos antes de mirar a su compañero de juego. La verdad es que cuando le pregunta por su capitán su expresión se vuelve un poco más seria. Guarda muchos recuerdos de él, claro está, y le añora. Sin embargo, no es razón para estar triste, ni tampoco para no responder... Al fin y al cabo, ahora que él y su tripulación ya no están es labor de Chihiro mantener su legado. La persona a la que tiene delante es un desconocido, eso está claro... Pero es un desconocido educado, aparentemente amable, y su curiosidad no debe de ser maliciosa. Siendo así, ¿por qué ese atisbo de duda?
-Mi capitán... Es quien enseñó a Chihiro a jugar a muchos juegos de este tipo, chi. Era bueno con ellos, pero no se enfadaba al perder. Su nombre era Kaichou D. Kaburyuu, y es verdad que ya no está entre nosotros. Era pirata, un buen pirata... Como Chihiro. Ahora solo queda ella surcando los mares, pero va a salir adelante. Es lo bueno de los piratas, pueden ir a donde quieran y cuando quieran...-le responde la mink al chico con una sonrisa nostálgica recorriendo su rostro, posando el peón en su sitio de nuevo. Sí, los recuerdos pueden ser tanto buenos como malos, pero todos son valiosos. Algunos son cálidos y agradables, y otros lecciones sobre cómo no volver a sufrir. En el caso de su vieja tripulación, los dos tipos se entremezclan debido al agridulce final de la misma... Pero sin duda, los buenos son muy superiores a los malos. De nuevo, sin embargo, sus pensamientos vuelven a ser interrumpidos por la amabilidad del recién llegado. Al principio con la invitación a pedir lo que quiera, pero después con esa oferta que vuelve a estimular sus orejas de darle el doble si gana. Y todo ello sin perderlo si pierde, perdiendo sólo información... Es una oferta extraña, y la mink no puede evitar tensarse en la silla, cruzándose de piernas con la cola tensa y una mirada de recelo y alerta.
-...¿Qué quiere saber de Chihiro? Está siendo muy amable, demasiado... Si trama algo será mejor que lo diga ahora, chi. ...Pero acepto la oferta de todas formas. Por ahora tengo café, pero quizás luego pida un chocolate.-responde la muchacha aún con cierto recelo y con cierta alerta, pero realmente necesita el dinero... Y una oferta casi imposible de rechazar resulta sospechosa, pero resulta que también resulta casi imposible de rechazar. La liebre da otro trago con calma al café, tratando de dejar de lado su desconfianza y volviéndose a su tablero en su lugar. Blancas abren, y ella decide abrir moviendo el peón del rey dos casillas hacia delante. Sí, la apertura de mate en tres es una apertura muy obvia... Pero a ella la pilló la primera vez. ¿Por qué no lo haría con él de ser la primera?
Tras acceder a sus condiciones iniciales, Chihiro observa cómo le sirven al muchacho el café. El aroma se mezcla fácilmente en sus sensible nariz con el propio, llenándola de una calidez que se intensifica aún más cuando la muchacha coloca las patas en su propia taza para tomar parte de ese calor, dando un sorbo también a su vez. Siempre ha sido bastante influenciable en ese sentido, cuando ve a alguien disfrutar de algo le gusta probarlo... Y esto era fácil de hacer, eso desde luego. Eso sí, la mink sí que debe soplar el café antes de ingerirlo. Está caliente, y su lengua es muy sensible después de todo... Cualquiera diría que se habría inmunizado con todas las porquerías que tuvo que comer como esclava, pero no. Pero bueno, la conversación continúa también incluso después de estrecharse las manos y cerrar el acuerdo, esta vez referida a lo apostado. Al tenderle la bolsa, el chico que tiene frente a ella no parece dispuesto a tomarla. Al principio razona que debe ser como ella, alguien que odia pasar el tiempo en una actividad tan tediosa como es el contar sin parar... Pero la afirmación de que puede hacerse a una idea de cuánto hay ahí hace que abra sus dormidos ojos con sorpresa, ladeando ligeramente la cabeza.
-¿Uh? ¿Puedes saberlo? Eso es una habilidad impresionante... Ojalá Chihiro pudiese hacer eso, contar con la mirada... Sería extremadamente útil poder hacer eso, chi.-argumenta la mink con un par de asentimientos de la cabeza, volviendo a tomar la bolsa de monedas y acercándola de nuevo a ella como un tesoro. En sí el dinero nunca le ha importado demasiado... Es una necesidad para obtener cosas mejores, cosas que la gente no suele querer cambiarla por otras cosas. A la hora de tener riquezas, siempre ha preferido las joyas. También son valiosas, solo que siendo también bonitas, y pudiendo lucirlas. Si llevas un collar de diamantes todos se sorprenden, pero ir vestido con monedas es absurdo incluso para ella. Sí, la mejor parte de un botín son las joyas... La mink toma uno de los peones en su mano, pasándolo entre sus dedos antes de mirar a su compañero de juego. La verdad es que cuando le pregunta por su capitán su expresión se vuelve un poco más seria. Guarda muchos recuerdos de él, claro está, y le añora. Sin embargo, no es razón para estar triste, ni tampoco para no responder... Al fin y al cabo, ahora que él y su tripulación ya no están es labor de Chihiro mantener su legado. La persona a la que tiene delante es un desconocido, eso está claro... Pero es un desconocido educado, aparentemente amable, y su curiosidad no debe de ser maliciosa. Siendo así, ¿por qué ese atisbo de duda?
-Mi capitán... Es quien enseñó a Chihiro a jugar a muchos juegos de este tipo, chi. Era bueno con ellos, pero no se enfadaba al perder. Su nombre era Kaichou D. Kaburyuu, y es verdad que ya no está entre nosotros. Era pirata, un buen pirata... Como Chihiro. Ahora solo queda ella surcando los mares, pero va a salir adelante. Es lo bueno de los piratas, pueden ir a donde quieran y cuando quieran...-le responde la mink al chico con una sonrisa nostálgica recorriendo su rostro, posando el peón en su sitio de nuevo. Sí, los recuerdos pueden ser tanto buenos como malos, pero todos son valiosos. Algunos son cálidos y agradables, y otros lecciones sobre cómo no volver a sufrir. En el caso de su vieja tripulación, los dos tipos se entremezclan debido al agridulce final de la misma... Pero sin duda, los buenos son muy superiores a los malos. De nuevo, sin embargo, sus pensamientos vuelven a ser interrumpidos por la amabilidad del recién llegado. Al principio con la invitación a pedir lo que quiera, pero después con esa oferta que vuelve a estimular sus orejas de darle el doble si gana. Y todo ello sin perderlo si pierde, perdiendo sólo información... Es una oferta extraña, y la mink no puede evitar tensarse en la silla, cruzándose de piernas con la cola tensa y una mirada de recelo y alerta.
-...¿Qué quiere saber de Chihiro? Está siendo muy amable, demasiado... Si trama algo será mejor que lo diga ahora, chi. ...Pero acepto la oferta de todas formas. Por ahora tengo café, pero quizás luego pida un chocolate.-responde la muchacha aún con cierto recelo y con cierta alerta, pero realmente necesita el dinero... Y una oferta casi imposible de rechazar resulta sospechosa, pero resulta que también resulta casi imposible de rechazar. La liebre da otro trago con calma al café, tratando de dejar de lado su desconfianza y volviéndose a su tablero en su lugar. Blancas abren, y ella decide abrir moviendo el peón del rey dos casillas hacia delante. Sí, la apertura de mate en tres es una apertura muy obvia... Pero a ella la pilló la primera vez. ¿Por qué no lo haría con él de ser la primera?
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- No se trata de ninguna habilidad, pequeña. Le mentiría si le dijera que puedo hacer ese tipo de cosas. Simplemente me doy una idea, es todo. – La verdad es que en otros ámbitos solía utilizar otras cuestiones más allá que simplemente la lógica. Soy una criatura pensante que se rige por sentir placer y satisfacción con lo que le gusta. Disfruto de la comida, la bebida, el sexo y sobre todo la libertad. Es curioso que alguien que le gusta pensar, como yo, se rija únicamente por su instinto. De hecho, por pensar demasiado muchas veces he caído en situaciones donde mi vida se ha visto en peligro, cosa que no me molesta.
No puedes obtener nada sin sacrificar algo a cambio.
- Dudo mucho que las personas puedan calificar a los piratas como “buenos”. – Le dije, sonriente. La historia sobre su antigua capitán me resultaba de los más melancólica y un poco romántica. De hecho, quizás eso era lo que le faltaba un poco a mi vida de pirata. – La libertad tiene su precio ¿No lo crees? – Y un precio, el cual todos aquellos que quieran izar una calavera y surca los mares tienen que pagar. Algunos buscan poder, fama, riquezas. Otros simplemente desean ser libres.
Y otros como yo, simplemente deseamos ser libres.
- Ha decir verdad, no creo que alguien tan curiosa como tú no tenga algo que contar, señorita Chihiro. – Dije mientras observaba su jugada de ajedrez. ¿Peón del rey? ¿Jaque pastor? Quizás me está probando… adorable. – Mientras, le contare un poco de mí. Acéptelos como disculpas por no haberme presentado adecuadamente desde un comienzo. Mi nombre es Freites D. Alpha. Antiguo capitán de los ya disueltos Big Brother Kaizokudan. Ahora solo soy un pirata que vaga por su cuenta. – Al mencionar mi nombre. Algunos de los presentes fijaron su mirada en mí. Estaban algo tensos. Yo simplemente volteé mi mirada hacia ellos y sonreí, dándoles a entender que no venía buscando problemas. – Y respondiendo a su pregunta. No, no estoy planeando nada. Simplemente busco satisfacer mi curiosidad y tener una historia interesante en mis recuerdos. Adoro coleccionar cosas únicas y, las historias son una de esas cosas.
Mi peon del rey también avanzo dos pasos hacia delante, encontrándose frente a frente contra el otro peón. Yo solamente sonreía y esperaba que cayera en la trampa que acababa de montar. Si ella hacia el Jaque pastor, estaba acabada. – Su turno, señorita.
No puedes obtener nada sin sacrificar algo a cambio.
- Dudo mucho que las personas puedan calificar a los piratas como “buenos”. – Le dije, sonriente. La historia sobre su antigua capitán me resultaba de los más melancólica y un poco romántica. De hecho, quizás eso era lo que le faltaba un poco a mi vida de pirata. – La libertad tiene su precio ¿No lo crees? – Y un precio, el cual todos aquellos que quieran izar una calavera y surca los mares tienen que pagar. Algunos buscan poder, fama, riquezas. Otros simplemente desean ser libres.
Y otros como yo, simplemente deseamos ser libres.
- Ha decir verdad, no creo que alguien tan curiosa como tú no tenga algo que contar, señorita Chihiro. – Dije mientras observaba su jugada de ajedrez. ¿Peón del rey? ¿Jaque pastor? Quizás me está probando… adorable. – Mientras, le contare un poco de mí. Acéptelos como disculpas por no haberme presentado adecuadamente desde un comienzo. Mi nombre es Freites D. Alpha. Antiguo capitán de los ya disueltos Big Brother Kaizokudan. Ahora solo soy un pirata que vaga por su cuenta. – Al mencionar mi nombre. Algunos de los presentes fijaron su mirada en mí. Estaban algo tensos. Yo simplemente volteé mi mirada hacia ellos y sonreí, dándoles a entender que no venía buscando problemas. – Y respondiendo a su pregunta. No, no estoy planeando nada. Simplemente busco satisfacer mi curiosidad y tener una historia interesante en mis recuerdos. Adoro coleccionar cosas únicas y, las historias son una de esas cosas.
Mi peon del rey también avanzo dos pasos hacia delante, encontrándose frente a frente contra el otro peón. Yo solamente sonreía y esperaba que cayera en la trampa que acababa de montar. Si ella hacia el Jaque pastor, estaba acabada. – Su turno, señorita.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La verdad es que la afirmación de Alpha sobre cómo esa supuesta habilidad de contar con la mirada no existe genera una pequeña mueca de decepción en el rostro de la mink, hundiendo las esperanzas de poder aprender a hacer algo así. Al parecer tal talento es más una estimación que un cálculo exacto, y eso no le sirve de demasiado... Es literalmente lo que lleva haciendo ella vagamente toda la vida, aunque seguramente el chico es mucho más preciso que ella en ese ámbito. De todas formas, la muchacha acerca con calma el café a sus labios, dando otro largo sorbo para continuar despertándose poco a poco mientras escucha las palabras de su recién llegado compañero de juego. Este parece dudar de una manera bastante evidente sobre cómo se puede definir como buenos a los piratas, y la verdad es que para Chihiro es un tema complicado cuanto menos... A pesar de haber sido parte de una tripulación pirata, a decir verdad no ha conocido a demasiados... Pero es indudable que casi todos los que ha conocido en esa índole han sido amables con ella, después de todo. Así que es un tema complejo, pero la mink no tiene demasiados reparos en dar su opinión, como siempre.
-¿Y por qué no iba a poder calificar a los piratas como buenos? Chihiro ha conocido a piratas buenos... Sabe que son buenos porque la ayudaron mucho, y sin pedir nada a cambio. Compartieron su sueño de libertad. Si puede decir que conoció piratas buenos, puede decir que hay piratas buenos. Y definitivamente, Kaichou era un pirata bueno.-argumenta la mink con calma, como si fuese lo más obvio del mundo mientras esboza una media sonrisa. La verdad es que pensar en él le duele, pero es imposible que no le salga la sonrisa nostálgica... Y eso es hermoso. Sin duda, el capitán estaría contento con ello. Pero ese también es un pensamiento doloroso. Es por ello por lo que la pirata decide prestar un poco más de atención a la parte de Alpha sobre el precio de la libertad, entrecerrando un ojo y ladeando la cabeza pensativa mientras recoloca la cola al otro lado. No es algo en lo que esté de acuerdo con el pirata... Y de nuevo, no duda en comunicarlo.
-El precio de la libertad... Eso no tiene sentido, chi. Los mink menores os empeñáis en ponerle precio a todo, y hay cosas que no lo tienen. La libertad no tiene precio, y a pesar de que haya gente que comercie con ella no se puede comprar ni vender... Pero es verdad que hay que defenderla. Todos tenemos la libertad, pero no todos usan la libertad... Es algo un poco triste, chi. Pero bueno, eso es lo que es un pirata: alguien que está dispuesto a defender su libertad por encima de las monedas o de la voluntad de los demás. Y eso sí es bonito. Al menos, así piensa Chihiro.-responde la mink mientras se cruza de brazos, estirándose mejor en su asiento la espalda y el cuello un instante, antes de ponerse a la defensiva con el chico. Ya ha pecado de confiada en demasiadas ocasiones, suele hacerlo con demasía frecuencia de hecho... Y aunque la respuesta del pirata no basta como para disipar sus sospechas o recelos, sí que es suficiente como para despertar una curiosidad que sobrepase lo suficiente esos reparos iniciales. El hecho de que la denomine curiosa es interesante, pero no es algo a lo que no esté acostumbrada... Ya se ha dado cuenta que los que son como ella, los mink, tienden a llamar la atención. A veces demasiado, más de una vez ha tenido que empujar a alguien demasiado obsesionado con tocar su pelaje... Es desagradable, pero en cierto modo también es halagador. Y, aunque le moleste un poco admitirlo, divertido. Chihiro acaba al final mostrando una media sonrisa al chico cuando se presenta con su nombre, aunque sin poder ignorar la reacción del local. Sus orejas se tensan de nuevo, mirando a los parroquianos sin saber a qué se debe, dado su habitual desconocimiento del mundo y de la actualidad, pero no parece que haya nada malo...Sólo están tensos, y no puede culparles. Ella también lo ha estado hace unos momentos.
-Bueno... Chihiro es joven, pero ha vivido una buena historia, sí. Pero no la dirá si no es vencida, la ha apostado después de todo... Pero puedo decir que es un placer por ahora, Alpha-chi. Compartes la D. con el capitán... ¿Os conocíais? Nunca llegué a saber qué significaba, y ya no me lo podrá decir. Por la reacción de la gente, quizás Alpha-chi tenga una historia más interesante que la mía a contar... Quizás cuando le gane y consiga el dinero le rete a otra partida para apostar su historia esta vez.-deja escapar con una pequeña risa la pirata, permitiéndose ese comentario pícaro mientras repiquetea un par de veces sus robustos dedos contra la mesa de madera, observando el movimiento. Él también ataca, tratando de controlar el centro de la mesa... Y a pesar de que aún no es capaz de leer a su rival, una estrategia es una estrategia. Aprovechando la apertura del peón, la mink no tarda demasiado en tomar su reina y dirigirla al fondo del flanco derecho en diagonal, a H5. Y con ello, le hace un gesto a su contrincante para que continúe, aún un tanto tensa pero moviendo lentamente la cola entretenida.
-¿Y por qué no iba a poder calificar a los piratas como buenos? Chihiro ha conocido a piratas buenos... Sabe que son buenos porque la ayudaron mucho, y sin pedir nada a cambio. Compartieron su sueño de libertad. Si puede decir que conoció piratas buenos, puede decir que hay piratas buenos. Y definitivamente, Kaichou era un pirata bueno.-argumenta la mink con calma, como si fuese lo más obvio del mundo mientras esboza una media sonrisa. La verdad es que pensar en él le duele, pero es imposible que no le salga la sonrisa nostálgica... Y eso es hermoso. Sin duda, el capitán estaría contento con ello. Pero ese también es un pensamiento doloroso. Es por ello por lo que la pirata decide prestar un poco más de atención a la parte de Alpha sobre el precio de la libertad, entrecerrando un ojo y ladeando la cabeza pensativa mientras recoloca la cola al otro lado. No es algo en lo que esté de acuerdo con el pirata... Y de nuevo, no duda en comunicarlo.
-El precio de la libertad... Eso no tiene sentido, chi. Los mink menores os empeñáis en ponerle precio a todo, y hay cosas que no lo tienen. La libertad no tiene precio, y a pesar de que haya gente que comercie con ella no se puede comprar ni vender... Pero es verdad que hay que defenderla. Todos tenemos la libertad, pero no todos usan la libertad... Es algo un poco triste, chi. Pero bueno, eso es lo que es un pirata: alguien que está dispuesto a defender su libertad por encima de las monedas o de la voluntad de los demás. Y eso sí es bonito. Al menos, así piensa Chihiro.-responde la mink mientras se cruza de brazos, estirándose mejor en su asiento la espalda y el cuello un instante, antes de ponerse a la defensiva con el chico. Ya ha pecado de confiada en demasiadas ocasiones, suele hacerlo con demasía frecuencia de hecho... Y aunque la respuesta del pirata no basta como para disipar sus sospechas o recelos, sí que es suficiente como para despertar una curiosidad que sobrepase lo suficiente esos reparos iniciales. El hecho de que la denomine curiosa es interesante, pero no es algo a lo que no esté acostumbrada... Ya se ha dado cuenta que los que son como ella, los mink, tienden a llamar la atención. A veces demasiado, más de una vez ha tenido que empujar a alguien demasiado obsesionado con tocar su pelaje... Es desagradable, pero en cierto modo también es halagador. Y, aunque le moleste un poco admitirlo, divertido. Chihiro acaba al final mostrando una media sonrisa al chico cuando se presenta con su nombre, aunque sin poder ignorar la reacción del local. Sus orejas se tensan de nuevo, mirando a los parroquianos sin saber a qué se debe, dado su habitual desconocimiento del mundo y de la actualidad, pero no parece que haya nada malo...Sólo están tensos, y no puede culparles. Ella también lo ha estado hace unos momentos.
-Bueno... Chihiro es joven, pero ha vivido una buena historia, sí. Pero no la dirá si no es vencida, la ha apostado después de todo... Pero puedo decir que es un placer por ahora, Alpha-chi. Compartes la D. con el capitán... ¿Os conocíais? Nunca llegué a saber qué significaba, y ya no me lo podrá decir. Por la reacción de la gente, quizás Alpha-chi tenga una historia más interesante que la mía a contar... Quizás cuando le gane y consiga el dinero le rete a otra partida para apostar su historia esta vez.-deja escapar con una pequeña risa la pirata, permitiéndose ese comentario pícaro mientras repiquetea un par de veces sus robustos dedos contra la mesa de madera, observando el movimiento. Él también ataca, tratando de controlar el centro de la mesa... Y a pesar de que aún no es capaz de leer a su rival, una estrategia es una estrategia. Aprovechando la apertura del peón, la mink no tarda demasiado en tomar su reina y dirigirla al fondo del flanco derecho en diagonal, a H5. Y con ello, le hace un gesto a su contrincante para que continúe, aún un tanto tensa pero moviendo lentamente la cola entretenida.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Ganarme? ¿Tanta confianza tiene en derrotarme? Eso me agrada mucho más. A decir verdad, la conversación con la Mink se tornaba bastante agradable. No se si se trataba de su voz o la manera tierna en la que afirma estar en lo correcto. Aunque, basados en el punto de vista de cada quien, todos tienen algo de razón.
- Existen muchas especies de piratas, si me lo pregunta. – Dije mientras miraba hacia la ventana. Veía los copos de nieve caer. Me resultaba bastante relajante verlos. – Pero entre nosotros mismos somos los que podemos reconocernos. Existe piratas buenos, como usted dice. Aquellos que solo buscan aventura. Existen otros que saquean y roban por montones. Y luego están otros como yo. – Deje de mirar la ventana para regresar mi mirada hacia ella. – Solo soy algo que disfruta vivir disfrutando la vida y hacer lo que le gustan: Forjar, Beber, comer, fornicar y luchar. Soy tan simple y al mismo tiempo peligroso para muchos. Impredecible, me llaman. Una “criatura” que vive por mero instinto. Señor de la guerra para sus enemigos. Buen amigo para los que quieran disfrutar de la fiesta conmigo.
>> Y como usted dice, probablemente su capitán fuera una persona buena y, también un pirata bueno. Por la manera que habla de él puedo sentir que en cierto modo le extraña. Es normal sentirnos así, yo también he tenido pérdidas. Pero como consejo personal le diré lo siguiente: Nuestros seres queridos que se van, nunca quieren vernos tristes.
En cuento ella comenzó a argumentar sobre la libertad, emboce una enorme sonrisa lleno de satisfacción. Era fascinante como alguien tan pequeño podía tener un punto de vista tan contrario al de él. Pero, aun así, tener tantas bases que resalta mucho más allá de lo moral. Tenia razón, eso si, pero según lo que yo he vivido también la tengo. – Es verdad lo que dice. Pero todo depende del escenario al cual nos planteemos, señorita. Nadie en este mundo es realmente libre. El precio de ello es tener una etiqueta, ya sea pirata, criminar o revolucionario. Algo en común que puede tener cada uno es que luchar por cumplir algo, cada uno a su manera. ¿Usted lucha por algo, señorita Chihiro? Por otro lado, no tuve la oportunidad de conocer a su capitán. también desconozco el significado de la D en mi nombre. Solo se que la llevo al igual que solía llevarla mi madre
Al ver su jugada. Inmediatamente coloque a mi peón a G6, amenazando la seguridad de su reina. – No creo caer en algo de novatos. – Dije sonriendo. Hice una señal al camarero para que me trajera algo de bebida y comida para ambos. Era un ambiente agradable el que estaba viviendo y no podía permitirme no tratar de manera agradable a esta dama.
- Tu turno.
- Existen muchas especies de piratas, si me lo pregunta. – Dije mientras miraba hacia la ventana. Veía los copos de nieve caer. Me resultaba bastante relajante verlos. – Pero entre nosotros mismos somos los que podemos reconocernos. Existe piratas buenos, como usted dice. Aquellos que solo buscan aventura. Existen otros que saquean y roban por montones. Y luego están otros como yo. – Deje de mirar la ventana para regresar mi mirada hacia ella. – Solo soy algo que disfruta vivir disfrutando la vida y hacer lo que le gustan: Forjar, Beber, comer, fornicar y luchar. Soy tan simple y al mismo tiempo peligroso para muchos. Impredecible, me llaman. Una “criatura” que vive por mero instinto. Señor de la guerra para sus enemigos. Buen amigo para los que quieran disfrutar de la fiesta conmigo.
>> Y como usted dice, probablemente su capitán fuera una persona buena y, también un pirata bueno. Por la manera que habla de él puedo sentir que en cierto modo le extraña. Es normal sentirnos así, yo también he tenido pérdidas. Pero como consejo personal le diré lo siguiente: Nuestros seres queridos que se van, nunca quieren vernos tristes.
En cuento ella comenzó a argumentar sobre la libertad, emboce una enorme sonrisa lleno de satisfacción. Era fascinante como alguien tan pequeño podía tener un punto de vista tan contrario al de él. Pero, aun así, tener tantas bases que resalta mucho más allá de lo moral. Tenia razón, eso si, pero según lo que yo he vivido también la tengo. – Es verdad lo que dice. Pero todo depende del escenario al cual nos planteemos, señorita. Nadie en este mundo es realmente libre. El precio de ello es tener una etiqueta, ya sea pirata, criminar o revolucionario. Algo en común que puede tener cada uno es que luchar por cumplir algo, cada uno a su manera. ¿Usted lucha por algo, señorita Chihiro? Por otro lado, no tuve la oportunidad de conocer a su capitán. también desconozco el significado de la D en mi nombre. Solo se que la llevo al igual que solía llevarla mi madre
Al ver su jugada. Inmediatamente coloque a mi peón a G6, amenazando la seguridad de su reina. – No creo caer en algo de novatos. – Dije sonriendo. Hice una señal al camarero para que me trajera algo de bebida y comida para ambos. Era un ambiente agradable el que estaba viviendo y no podía permitirme no tratar de manera agradable a esta dama.
- Tu turno.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La realidad de que existen muchos tipos de piratas es algo incontestable, incluso para alguien con tanto desconocimiento de la historia como lo es Chihiro. Hay tantos tipos de piratas como tipos de seres vivos, precisamente porque ser pirata no es algo que te haga comportarte de una manera específica. Hay piratas buenos, hay piratas malos y hay piratas que no se preocupan de ser buenos o de ser malos. Al parecer, el pirata que tiene frente a ella parece catalogarse más entre los segundos. La mink entiende perfectamente lo que Alpha trata de decirle... Una criatura de instintos, que se deja llevar por los mismos y vive como quiere. Algo admirable a su modo, a pesar de que pueda ser juzgado fuertemente por otros. Es el tipo más puro de libertad, la libertad animal. Algo que Chihiro, como mink, entiende muy bien... Es el tipo de pirata que no podría sobrevivir enjaulado, igual que los animales que no pueden vivir en cautividad. ¿Quizás por eso se echó a la mar, por la necesidad de escapar al sentirse enjaulado en su isla? ¿Quizás ese fue parte del motivo de sus propios padres para empezar su investigación fuera de Zou? Quien sabe... Lo único que importa es que este Alpha es un sujeto cuanto menos interesante, y eso a Chihiro le agrada. Sin embargo, no por ello sus siguientes palabras dejan de ser duras a su modo... La gente que se ha ido no quiere que estén tristes, eso es seguro, pero es infinitamente más fácil decirlo que hacerlo. La pirata es alguien que trata de vivir adecuadamente a sus propias palabras, pero a veces estas no tienen la bastante fuerza. Y gritar "anímate" a pleno pulmón no hace olvidar el vacío de la pérdida. La mink apoya la mejilla en su mano, acomodándose en la mesa mientras sus orejas bajan por un instante, antes de volver a esbozar una media sonrisa.
-Al parecer, eres una criatura de instintos... Si eso es verdad, serías un buen mink, Alpha-chi. Te diré una cosa. Si los animales sobreviven tanto tiempo, es porque confían en sus instintos. Los malos los matan, sí, pero los buenos los ayudan a sobrevivir... Y son capaces de pasárselos a sus descendientes. Animales, minks, tanto mayores como menores... Todos contamos en nuestro interior con el instinto de los vencedores, los correctos que sobrevivieron. Siendo así, estoy de acuerdo en que quizás no sea mala idea dejarse llevar por ellos. Y si nuestros instintos acaban matándonos... Pues mala suerte, pero habremos vivido como hemos querido, chi. Mi querido capitán murió con una sonrisa en el rostro... Eso es siempre lo último que Chihiro recuerda al pensar en él.-razona la pirata sobre los instintos. En sí ella es alguien que se deja llevar bastante a menudo por los mismos, por lo general cuando sus pensamientos se vuelven demasiado confusos. Estos no suelen fallarle, y al parecer a su contrario ahí presente le ha ido bastante bien siguiéndoles... No consigues que un local se gire a observarte y a murmurar al escuchar tu nombre si no eres alguien. La verdad es que eso añade más curiosidad a Chihiro si cabe, pero esta se acaba el café mientras el pirata habla sobre el precio de la libertad. Si bien el tema de los instintos le pareció muy lógico, ante lo que dice sobre las etiquetas no puede si no dejar escapar un bufido, negando con la cabeza mientras deja la taza en la mesa y se cruza de brazos.
-Tch, tch, tch, no esperaba eso de tí, Alpha-chi... ¿Por qué deberían preocuparme las etiquetas? ¡Las etiquetas las pone gente que Chihiro no conoce, y la gente que Chihiro no conoce le dan igual! Podría ser una molestia que gente que consideras tus aliados te mire raro, pero al final la gente importante acaba juzgándote por lo que eres, no por lo que te llaman, ¿no? La gente a la que merece la pena escuchar es la que está lo bastante cerca como para ignorar etiquetas, chi. Por eso el sueño de Chihiro es sencillo... Ir a dónde le plazca, hacer lo que le plazca y ayudar a quien le plazca. Sin que nadie se lo impida, sin que nadie la obligue. Si hago el bien será porque quiero, no porque sea lo correcto. Si voy a algún sitio será porque lo decido yo, no porque me lo mandan. Por ejemplo, ahora mismo Chihiro va a conseguir ese dinero para pagar a un explorador, y va a buscar los tigres blancos de Kieyskaya para estudiarlos. Y si alguien se entromete, se lidia con el problema. Por ejemplo, el problema ahora es que Chihiro no tiene ese dinero, y está lidiando con ello con una partida de ajedrez... ¿Entiendes, Alpha-chi?-comenta la mink con una amplia sonrisa un tanto burlona mientras se echa hacia atrás en la silla, estirando los brazos detrás de su nuca unos instantes mientras observa al pirata lidiar con su jugada. Por supuesto, no iba a ser tan fácil darle jaque mate... Pero que le frustren los planes también estaba dentro de lo planificado. Es por ello por lo que la pirata no retira en absoluto la sonrisa cuando el peón amenaza a su reina de esa forma, moviendo despreocupada la cola.
-Nah, Chihiro imaginaba que no caerías en algo así... Habría sido útil, pero no divertido realmente. Es mucho más divertido así. La cosa es, que sigue siendo útil y sigue dando ventaja actuar de esta forma. Al fin y al cabo, ahora tienes un peón menos... Y también estás en jaque, Alpha-chi.-comenta la mink con esa despreocupación y esa media sonrisa, tomando su reina y capturando con ella el peón a su izquierda. De esta forma coloca la susodicha delante del rey, tomando su pieza y dejándolo en un jaque fácilmente defendible... Pero una amenaza, después de todo. Y eso la divierte y agrada, sobre todo acompañado de ese olor a comida que olfatea en la distancia.
-Al parecer, eres una criatura de instintos... Si eso es verdad, serías un buen mink, Alpha-chi. Te diré una cosa. Si los animales sobreviven tanto tiempo, es porque confían en sus instintos. Los malos los matan, sí, pero los buenos los ayudan a sobrevivir... Y son capaces de pasárselos a sus descendientes. Animales, minks, tanto mayores como menores... Todos contamos en nuestro interior con el instinto de los vencedores, los correctos que sobrevivieron. Siendo así, estoy de acuerdo en que quizás no sea mala idea dejarse llevar por ellos. Y si nuestros instintos acaban matándonos... Pues mala suerte, pero habremos vivido como hemos querido, chi. Mi querido capitán murió con una sonrisa en el rostro... Eso es siempre lo último que Chihiro recuerda al pensar en él.-razona la pirata sobre los instintos. En sí ella es alguien que se deja llevar bastante a menudo por los mismos, por lo general cuando sus pensamientos se vuelven demasiado confusos. Estos no suelen fallarle, y al parecer a su contrario ahí presente le ha ido bastante bien siguiéndoles... No consigues que un local se gire a observarte y a murmurar al escuchar tu nombre si no eres alguien. La verdad es que eso añade más curiosidad a Chihiro si cabe, pero esta se acaba el café mientras el pirata habla sobre el precio de la libertad. Si bien el tema de los instintos le pareció muy lógico, ante lo que dice sobre las etiquetas no puede si no dejar escapar un bufido, negando con la cabeza mientras deja la taza en la mesa y se cruza de brazos.
-Tch, tch, tch, no esperaba eso de tí, Alpha-chi... ¿Por qué deberían preocuparme las etiquetas? ¡Las etiquetas las pone gente que Chihiro no conoce, y la gente que Chihiro no conoce le dan igual! Podría ser una molestia que gente que consideras tus aliados te mire raro, pero al final la gente importante acaba juzgándote por lo que eres, no por lo que te llaman, ¿no? La gente a la que merece la pena escuchar es la que está lo bastante cerca como para ignorar etiquetas, chi. Por eso el sueño de Chihiro es sencillo... Ir a dónde le plazca, hacer lo que le plazca y ayudar a quien le plazca. Sin que nadie se lo impida, sin que nadie la obligue. Si hago el bien será porque quiero, no porque sea lo correcto. Si voy a algún sitio será porque lo decido yo, no porque me lo mandan. Por ejemplo, ahora mismo Chihiro va a conseguir ese dinero para pagar a un explorador, y va a buscar los tigres blancos de Kieyskaya para estudiarlos. Y si alguien se entromete, se lidia con el problema. Por ejemplo, el problema ahora es que Chihiro no tiene ese dinero, y está lidiando con ello con una partida de ajedrez... ¿Entiendes, Alpha-chi?-comenta la mink con una amplia sonrisa un tanto burlona mientras se echa hacia atrás en la silla, estirando los brazos detrás de su nuca unos instantes mientras observa al pirata lidiar con su jugada. Por supuesto, no iba a ser tan fácil darle jaque mate... Pero que le frustren los planes también estaba dentro de lo planificado. Es por ello por lo que la pirata no retira en absoluto la sonrisa cuando el peón amenaza a su reina de esa forma, moviendo despreocupada la cola.
-Nah, Chihiro imaginaba que no caerías en algo así... Habría sido útil, pero no divertido realmente. Es mucho más divertido así. La cosa es, que sigue siendo útil y sigue dando ventaja actuar de esta forma. Al fin y al cabo, ahora tienes un peón menos... Y también estás en jaque, Alpha-chi.-comenta la mink con esa despreocupación y esa media sonrisa, tomando su reina y capturando con ella el peón a su izquierda. De esta forma coloca la susodicha delante del rey, tomando su pieza y dejándolo en un jaque fácilmente defendible... Pero una amenaza, después de todo. Y eso la divierte y agrada, sobre todo acompañado de ese olor a comida que olfatea en la distancia.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Para ser honestos, ella supero con creces todas mis expectativas. Podía observar como ella parlamentaba todo aquello demostrando cierto brillo en sus ojos. Y, sin importar que ella fuese una mink, la hacía lucir realmente linda. Puedo sentir la libertad de la que ella habla y expresa. Se nota muy segura de sí misma y muestra una seguridad la cual no muchos de muestran. ¿Qué es esto que siento? ¿Me estoy cautivando? No… Simplemente estoy sintiendo admiración por ella.
- ¿Yo ser un buen mink? Agradezco el cumplido, pero creo que soy algo un poco diferente a ello. – Dije mientras le regalaba una sonrisa. – Siempre he vivido así, desde mi inicio hasta mi final. Y con respecto a las etiquetas, eso es algo que no puedo controlar. Las personas con el tiempo comenzaron a llamarme así, después de mi primer intento de conquistar una ciudad minera en las minas de Auria, en el reino de Hallstat. Casi lo logre. Lastimosamente en aquellos tiempos era inmaduro y temerario. Aún sigo siendo temerario, ya que gozo de luchar yo solo contra muchas personas. Pero ya no sigo siendo tan inmaduro. Conozco mis límites.
>> Quien sabe. Quizás algún día regrese a esas minas y derrote a la persona que me derroto en aquel entonces. Aunque ya no me interesa tener las minas para mí, pero he de admitir que el material que allí hace es muy preciado para cualquier herrero. Eso también me recuerda algo. En Hallstat existe una especie de lobo muy grande. Creo recordar que son incluso cuatro veces mas grande que un lobo promedio. Quizás, al igual que su investigación de los tigres, pueda darse la oportunidad de investigar a esos grandes canes. Además, no necesita pagar dinero. Tengo tiempo disponible es mi agenda y, me puedo dar el placer de rastrear un tigre para usted.
Su movimiento fue bastante agresivo. Amenazaba a mi rey y, por un momento estuve tentado a bloquear con mi alfil. Pero medite por un instante. Al mover ese alfil, prácticamente le dejaba a ella la partida totalmente vendida. Luego era Peón de la derecha. Luego torre y luego caballo. Ella era lista, o yo simplemente estaba jugando turnos adelantados jugando contra mí mismo. – Es un buen intento. – Dije mientras bloqueaba con la reina (E7). – Sin lugar a dudas eres una oponente muy astuta, Chihiro. – Luego de eso lleno la comida. Habían traído para mí una ración de fideos calientes con carne de cerdo y huevos. Vamos, básicamente ramen. Para la chica habían traído ensaladas y frutas. Es lógico, la chiquilla frente a mi es una liebre después de todo.
- Su turno.
- ¿Yo ser un buen mink? Agradezco el cumplido, pero creo que soy algo un poco diferente a ello. – Dije mientras le regalaba una sonrisa. – Siempre he vivido así, desde mi inicio hasta mi final. Y con respecto a las etiquetas, eso es algo que no puedo controlar. Las personas con el tiempo comenzaron a llamarme así, después de mi primer intento de conquistar una ciudad minera en las minas de Auria, en el reino de Hallstat. Casi lo logre. Lastimosamente en aquellos tiempos era inmaduro y temerario. Aún sigo siendo temerario, ya que gozo de luchar yo solo contra muchas personas. Pero ya no sigo siendo tan inmaduro. Conozco mis límites.
>> Quien sabe. Quizás algún día regrese a esas minas y derrote a la persona que me derroto en aquel entonces. Aunque ya no me interesa tener las minas para mí, pero he de admitir que el material que allí hace es muy preciado para cualquier herrero. Eso también me recuerda algo. En Hallstat existe una especie de lobo muy grande. Creo recordar que son incluso cuatro veces mas grande que un lobo promedio. Quizás, al igual que su investigación de los tigres, pueda darse la oportunidad de investigar a esos grandes canes. Además, no necesita pagar dinero. Tengo tiempo disponible es mi agenda y, me puedo dar el placer de rastrear un tigre para usted.
Su movimiento fue bastante agresivo. Amenazaba a mi rey y, por un momento estuve tentado a bloquear con mi alfil. Pero medite por un instante. Al mover ese alfil, prácticamente le dejaba a ella la partida totalmente vendida. Luego era Peón de la derecha. Luego torre y luego caballo. Ella era lista, o yo simplemente estaba jugando turnos adelantados jugando contra mí mismo. – Es un buen intento. – Dije mientras bloqueaba con la reina (E7). – Sin lugar a dudas eres una oponente muy astuta, Chihiro. – Luego de eso lleno la comida. Habían traído para mí una ración de fideos calientes con carne de cerdo y huevos. Vamos, básicamente ramen. Para la chica habían traído ensaladas y frutas. Es lógico, la chiquilla frente a mi es una liebre después de todo.
- Su turno.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Chihiro deja escapar una pequeña risa entre dientes cuando el pirata frente a ella afirma ser algo diferente a los minks. Bueno, eso es evidente, a pesar de que no tiene mal pelaje para un mink menor... Los humanos son muy distintos de ellos, eso es algo que ha comprobado, pero los instintos suelen ser bastante parecidos a su modo. Es decir, todo ese impulso de descubrir y vivir en libertad no lo ha heredado sólo de sus padres... De hecho, ella misma estaba resignada a no ser libre nunca más, apenas conocía otro mundo. Fueron los humanos con los que navegó los que despertaron de nuevo sus instintos y le hicieron revivir aquello tan importante, aquello para lo que ahora vive. La muchacha cierra los ojos unos instantes mientras esboza una sonrisa reflexionando al respecto, pero sin dejar de escuchar a su interlocutor. Este le habla de minas y de reinos que no conoce, y cuyos nombres le cuesta retener en la cabeza... Pero el hecho en sí suena interesante, cuanto menos. Al parecer al chico le gusta pelear, quizás demasiado incluso... La mirada de la mink va a parar con ese pensamiento al brazo izquierdo del pirata, sustituido por uno de metal. A Chihiro le es imposible no preguntarse si esa particularidad es fruto de esa derrota en las minas. Es interesante que alguien se jugase el físico por unos pedazos de metal en una mina, pero para un herrero como dice ser debe ser bastante valioso, claro está. Sin embargo, su divagación se ve interrumpida con lo siguiente que Alpha comenta, captando su atención completamente de nuevo. Un lobo cuatro veces más grande que un lobo normal... ¡Una criatura así podría devorarla de un sólo bocado, que miedo! ¡Definitivamente tiene que verlo!
-¿Uh, cómo has dicho que se llama la isla, Hallstat? Chihiro debe apuntarla, si hay una criatura así debe ser una parada en su viaje... Y quizás así se pase también por esas minas, chi. Por lo general a Chihiro no le interesan las minas, pero si tienen una historia detrás cobran interés. ¿Cómo es la persona que le derrotó? Todos aquí parecen tener cierto respeto a alguien que perdió frente a él... Sin ofender. Es sólo que es llamativo, claro. Como el brazo de Alpha. Por suerte Chihiro aún conserva todas sus patas en su lugar.-comenta la liebre mientras saca su libreta roja, aquella donde cataloga los animales, y busca un espacio libre donde tomar apuntes al respecto. Al final acaba torciendo ligeramente la misma y escribiendo un tanto torcido en uno de los márgenes la palabra "Hallstat" y "gigalobos", unidas por un símbolo de igual. Sin embargo, la oferta del chico de rastrear para ella un tigre de gratis levanta por instinto las sospechas de la mink, tensando esta las orejas y la cola mientras levanta ligeramente la oreja derecha. La liebre repiquetea unos segundos el útil de escritura en la libreta, mirando fijamente al pirata, tratando de analizarlo.
-...¿Y por qué quiere Alpha-chi ayudar a Chihiro a encontrar un tigre a cambio de nada, uh? Puede que no sean malos, a veces no lo son, pero es raro hacer algo sin ningún motivo. Lo único bueno del dinero es que sabes por qué hace la gente lo que hace: por dinero. ¿Qué espera sacar Aplha-chi de usar su tiempo libre en esto?-inquiere la mink con una desconfianza y recelo que ha tenido que crearse a base de golpes. A estas alturas piensa que si el pirata quisiese algo malo de ella ya habría revelado tales intenciones, pero aún así la semilla de la duda sigue existente... Y es innegable que la figura que se ha sentado a jugar con ella alberga más de un misterio y más de una historia detrás de los mismos. Es natural interesarse en el por qué de sus actos. Pero claro, otra cosa en la que interesarse es en la comida que va llegando a sus mesas, cortesía del muchacho. La pirata no puede evitar olfatear de nuevo el aire, moviendo sutilmente la cola y agradeciendo con un gesto de la cabeza antes de echar mano a lo primero que pilla de su plato, una manzana. Ya lleva un par de días alojada ahí, y parece ser que los propietarios han entendido que no toma carne. Costó al principio, la verdad... Pero esa manzana parece lo bastante lozana y apetitosa como para que haya merecido la pena.
-Oh, ¿tratas de distraer a Chihiro con comida para que se descuide en sus jugadas? No mentiré... Es probable que funcione. Pero bueno, basta de hacer que Alpha-chi sólo reaccione... ¿Qué tal si hacemos que tome él una decisión? ¿Cuánto valoras una dama?-bromea divertida la pirata mink, dando un mordisco a la manzana con gusto mientras toma su peón de D2 y lo mueve dos casillas hacia delante, a D4. De esa forma, le deja pie a Alpha a tomar su dama... a costa de perder la suya al instante. Un intercambio equivalente, pero que a ella le permite tomar más terreno central con el peón y abrir salidas a su ataque. En otras palabras, un sacrificio aceptable si su adversario así lo considera oportuno... Y más importante, divertido. Lo más interesante es ver cómo reaccionará, después de todo...
-¿Uh, cómo has dicho que se llama la isla, Hallstat? Chihiro debe apuntarla, si hay una criatura así debe ser una parada en su viaje... Y quizás así se pase también por esas minas, chi. Por lo general a Chihiro no le interesan las minas, pero si tienen una historia detrás cobran interés. ¿Cómo es la persona que le derrotó? Todos aquí parecen tener cierto respeto a alguien que perdió frente a él... Sin ofender. Es sólo que es llamativo, claro. Como el brazo de Alpha. Por suerte Chihiro aún conserva todas sus patas en su lugar.-comenta la liebre mientras saca su libreta roja, aquella donde cataloga los animales, y busca un espacio libre donde tomar apuntes al respecto. Al final acaba torciendo ligeramente la misma y escribiendo un tanto torcido en uno de los márgenes la palabra "Hallstat" y "gigalobos", unidas por un símbolo de igual. Sin embargo, la oferta del chico de rastrear para ella un tigre de gratis levanta por instinto las sospechas de la mink, tensando esta las orejas y la cola mientras levanta ligeramente la oreja derecha. La liebre repiquetea unos segundos el útil de escritura en la libreta, mirando fijamente al pirata, tratando de analizarlo.
-...¿Y por qué quiere Alpha-chi ayudar a Chihiro a encontrar un tigre a cambio de nada, uh? Puede que no sean malos, a veces no lo son, pero es raro hacer algo sin ningún motivo. Lo único bueno del dinero es que sabes por qué hace la gente lo que hace: por dinero. ¿Qué espera sacar Aplha-chi de usar su tiempo libre en esto?-inquiere la mink con una desconfianza y recelo que ha tenido que crearse a base de golpes. A estas alturas piensa que si el pirata quisiese algo malo de ella ya habría revelado tales intenciones, pero aún así la semilla de la duda sigue existente... Y es innegable que la figura que se ha sentado a jugar con ella alberga más de un misterio y más de una historia detrás de los mismos. Es natural interesarse en el por qué de sus actos. Pero claro, otra cosa en la que interesarse es en la comida que va llegando a sus mesas, cortesía del muchacho. La pirata no puede evitar olfatear de nuevo el aire, moviendo sutilmente la cola y agradeciendo con un gesto de la cabeza antes de echar mano a lo primero que pilla de su plato, una manzana. Ya lleva un par de días alojada ahí, y parece ser que los propietarios han entendido que no toma carne. Costó al principio, la verdad... Pero esa manzana parece lo bastante lozana y apetitosa como para que haya merecido la pena.
-Oh, ¿tratas de distraer a Chihiro con comida para que se descuide en sus jugadas? No mentiré... Es probable que funcione. Pero bueno, basta de hacer que Alpha-chi sólo reaccione... ¿Qué tal si hacemos que tome él una decisión? ¿Cuánto valoras una dama?-bromea divertida la pirata mink, dando un mordisco a la manzana con gusto mientras toma su peón de D2 y lo mueve dos casillas hacia delante, a D4. De esa forma, le deja pie a Alpha a tomar su dama... a costa de perder la suya al instante. Un intercambio equivalente, pero que a ella le permite tomar más terreno central con el peón y abrir salidas a su ataque. En otras palabras, un sacrificio aceptable si su adversario así lo considera oportuno... Y más importante, divertido. Lo más interesante es ver cómo reaccionará, después de todo...
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- ¿Por qué? Porque dinero es lo que me sobra. – Dije firmante, mostrándome totalmente seguro. – Aunque no es algo de lo que me haga sentirme totalmente orgulloso. Tampoco me llena de dicha. Simplemente puedo entender la utilidad de dicho recurso, como algo que sirve para generar un intercambio de cosas. Incluso sus investigaciones tarde o temprano requerirán cantidad absurda de dinero para conseguir equipo, material y especímenes. ¿Y qué saco yo de todo esto? Yo nunca espero sacar nada de nadie. Si quiero algo lo tomo y ya está. Podría tomar a cualquier mujer, incluyéndola a usted, y llevarla a mi cama. Obviamente, utilizando fuerza bruta. Podría hacer desaparecer este local y a todos los presentes con simplemente desearlo. Pero… ¿Con que fin? ¿Dónde está la emoción? ¿Dónde el desafío? ¿De qué me sirve tomar una dama al a fuerza si eso no me permite devorar su alma? ¿De qué me sirve derrochar mi poder extinguiendo enemigos que no son un verdadero desafío? ¿De qué me sirve hacer un favor esperando algo a cambio? No, pequeña Chihiro, no soy así. No sé con qué clase de personas se ha topado, pero yo no soy como el resto.
La curiosa mink demostró tener cierto interés por Hallstat. He de admitir que cierto brillo de curiosidad de reflejo en sus ojos al momento que mencione a los lobos. Luego, menciono la persona que me había derrotado en Auria, asumiendo que era la causante de mi perdida. No pude evitar reír un poco. Muchos recuerdos pasan por mi mente. - ¡Zehahahaha! Ojalá fuera perdido el brazo en aquella oportunidad. Está perdida, fue necesaria para lograr algo muy importante para mí. La persona que me derroto era alguien fuerte, más que yo para ese entonces. Portaba una gran armadura y un imponente escudo. Para aquel entonces aun no habia aflorado mis habilidades, ahora soy algo que estoy seguro que el no podrá enfrentar. – Quise dar un espectáculo a Chihiro, quien se mostraba curiosa por los animales. – Quizás esto le sorprenda un poco, pero le hago la muestra de porque me refiero a mí mismo como criatura. – De mi cabeza afloran mis imponentes cuernos. Los colmillos inferiores de mi boca comienzan a crecer haciéndose presente. Y, en mi única mano derecha afloran unas enormes garras de mis dedos. Yo sonreía para ella. – De humano tengo poco, señorita. He aquí una de las causas por las cuales soy peligroso para muchos.
Después de que ella ojeara lo que necesitase, regrese a la normalidad. Mira como su agresiva jugada hacia presencia en el centro del tablero. Analice por un momento todas las posibilidades. Di un trago a mi botella de sake, mostrándome totalmente tranquilo, ante todo. – ¿Y qué tanto aprecias tu a una dama? – Moví mi caballo de B8 hasta C6, tenía una que otra jugada en mente a partir de este punto. Pero claramente ella no me la iba a dejar para nada fácil.
- Su turno.
La curiosa mink demostró tener cierto interés por Hallstat. He de admitir que cierto brillo de curiosidad de reflejo en sus ojos al momento que mencione a los lobos. Luego, menciono la persona que me había derrotado en Auria, asumiendo que era la causante de mi perdida. No pude evitar reír un poco. Muchos recuerdos pasan por mi mente. - ¡Zehahahaha! Ojalá fuera perdido el brazo en aquella oportunidad. Está perdida, fue necesaria para lograr algo muy importante para mí. La persona que me derroto era alguien fuerte, más que yo para ese entonces. Portaba una gran armadura y un imponente escudo. Para aquel entonces aun no habia aflorado mis habilidades, ahora soy algo que estoy seguro que el no podrá enfrentar. – Quise dar un espectáculo a Chihiro, quien se mostraba curiosa por los animales. – Quizás esto le sorprenda un poco, pero le hago la muestra de porque me refiero a mí mismo como criatura. – De mi cabeza afloran mis imponentes cuernos. Los colmillos inferiores de mi boca comienzan a crecer haciéndose presente. Y, en mi única mano derecha afloran unas enormes garras de mis dedos. Yo sonreía para ella. – De humano tengo poco, señorita. He aquí una de las causas por las cuales soy peligroso para muchos.
Después de que ella ojeara lo que necesitase, regrese a la normalidad. Mira como su agresiva jugada hacia presencia en el centro del tablero. Analice por un momento todas las posibilidades. Di un trago a mi botella de sake, mostrándome totalmente tranquilo, ante todo. – ¿Y qué tanto aprecias tu a una dama? – Moví mi caballo de B8 hasta C6, tenía una que otra jugada en mente a partir de este punto. Pero claramente ella no me la iba a dejar para nada fácil.
- Su turno.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Para Chihiro no es la primera vez que escucha a alguien decir que le sobra el dinero, pero sí que es la primera vez desde hace mucho tiempo. Su rostro se tensa ligeramente al pensar en ello y su cola se detiene, pues los otros únicos a los que ha visto tal desinterés por el vil metal, aparte de a ella misma por no tenerlo, es a los tenryuubito. Ese tipo de personas, gente con un poder tal que no necesitan el dinero porque pueden tomar lo que quieran sin ninguna consecuencia a sus actos. De una forma parecida, pero muy diferente, Alpha le presenta la misma sensación. En este caso está más que clara la diferencia... Si bien los tenryuubito pueden tomar lo que quieren por mera autoridad y consentimiento, el pirata no parece requerir ninguno de esos factores. Los nobles mundiales pueden actuar sin consecuencias, y de ahí viene su seguridad... Sin embargo, la de Alpha parece provenir de su convencimiento de que puede hacer frente a las consecuencias que sus actos provoquen. Cuando habla de cómo podría tomar a cualquier mujer una sensación de incomodidad recorre el cuerpo de Chihiro, ladeándose ligeramente a la vez que su mirada se tensa más aún. No, ella también está dispuesta a pelear por sí misma. Nunca más piensa consentir a los deseos de otros sin más si así no lo desea ella misma.
-Si Chihiro necesita dinero, Chihiro tomará dinero. Lo que no albergo interés ninguno es de atesorarlo, y siempre preferiré cambiar mis bienes o mis servicios por algo que quiero que cambiarlo sin más por dinero. No me gusta, ya lo he dejado claro con anterioridad, chi... Y está bien que Alpha pueda tomar lo que quiera, en eso consiste la libertad... Pero quizás se lleve una sorpresa si quiere tomar algo de Chihiro que ella no quiera dar. No sería la primera persona que la llama pequeña y se sorprende... No dejes que los ojos te engañen.-advierte con toda la decisión en su mirada que es capaz Chihiro, tratando de mantenerse firme y desafiante. Por suerte, esa tensión no dura demasiado. Nunca ha sido la mejor manteniéndola, suele preferir evitar los problemas... Sólo lidia con ellos si cree que ese es el mejor método, el que menos problemas traerá a futuro... O si es el que le apetece tomar. El tema de Hallstat parece un tema mucho más agradable en más de un sentido, y la mink escucha con interés y curiosidad lo que este tiene que decir, volviendo a continuar con su almuerzo mientras escucha. La liebre se lleva la manzana a la boca mientras escucha sobre el hombre del inmenso escudo y la misma armadura, aquel que le venció, pero no el que le privó del brazo. Esa es otra historia al parecer. El herrero se ve bastante seguro de poder vencer al que le venció en el pasado, y eso es bueno. Es otra forma de verlo... Las derrotas de ayer son las victorias de mañana.
-Al final me vas a dejar con las ganas de ver tus habilidades, chi... Pero bueno, la gente con armaduras así no son tan difíciles de vencer. Son lentos por lo general, y un buen calambrazo puede hacerles mucho daño. Es lo gracioso del metal, alguna vez lo he visto. Es divertido ver cómo se escapa la confianza en su seguridad, chi.-comenta la mink, acabando con una pequeña risa. Una carcajada que se va apagando y mutando a una expresión de curiosidad según el hombre que tiene frente a ella comienza a cambiar. De su cabello empiezan a aflorar unos cuernos, coronándolo. Sus colmillos empiezan a mostrarse más prominentes, y sus garras a aflorar en la mano que aún conserva, convirtiéndola en una zarpa a todos los efectos. Un instinto primario despierta en el interior de Chihiro, abriendo los ojos más alerta de lo que el café podría haberla dejado y dejándola con la manzana a medio mascar aún entre sus dientes, en su mejilla. Las orejas se tensan inmediatamente ante esa visión, y su cola se posiciona entre sus patas preparada para salir huyendo, su impulso básico que como liebre no puede evitar... Pero sí contener. Su corazón desatado se calma forzosamente, obligándolo la mink a ello mientras se recompone y traga, escuchando a Alpha decir que no es humano y observando su jugada.
-Pues ya somos dos que claramente no somos humanos, Alpha-chi. Aunque lo que más me ha sorprendido es que no se lanzase a por la dama... Creía que eras un depredador. Pero bueno... Con la amenaza del caballo, tendrá que ser Chihiro la que lo haga. Sea jaque pues.-comenta la liebre con un suspiro, volviendo a mostrar una media sonrisa y de nuevo una expresión de calma tras contener sus impulsos iniciales y volver a la normalidad. La mink toma su reina y come la del adversario, posicionándola delante del rey enemigo. La reina está sentenciada, claro está... Pero es un intercambio justo. Una reina por otra, y un turno donde la única acción enemiga será librarse de ella. Aún se ve con buenas perspectivas en esta partida.
-Si Chihiro necesita dinero, Chihiro tomará dinero. Lo que no albergo interés ninguno es de atesorarlo, y siempre preferiré cambiar mis bienes o mis servicios por algo que quiero que cambiarlo sin más por dinero. No me gusta, ya lo he dejado claro con anterioridad, chi... Y está bien que Alpha pueda tomar lo que quiera, en eso consiste la libertad... Pero quizás se lleve una sorpresa si quiere tomar algo de Chihiro que ella no quiera dar. No sería la primera persona que la llama pequeña y se sorprende... No dejes que los ojos te engañen.-advierte con toda la decisión en su mirada que es capaz Chihiro, tratando de mantenerse firme y desafiante. Por suerte, esa tensión no dura demasiado. Nunca ha sido la mejor manteniéndola, suele preferir evitar los problemas... Sólo lidia con ellos si cree que ese es el mejor método, el que menos problemas traerá a futuro... O si es el que le apetece tomar. El tema de Hallstat parece un tema mucho más agradable en más de un sentido, y la mink escucha con interés y curiosidad lo que este tiene que decir, volviendo a continuar con su almuerzo mientras escucha. La liebre se lleva la manzana a la boca mientras escucha sobre el hombre del inmenso escudo y la misma armadura, aquel que le venció, pero no el que le privó del brazo. Esa es otra historia al parecer. El herrero se ve bastante seguro de poder vencer al que le venció en el pasado, y eso es bueno. Es otra forma de verlo... Las derrotas de ayer son las victorias de mañana.
-Al final me vas a dejar con las ganas de ver tus habilidades, chi... Pero bueno, la gente con armaduras así no son tan difíciles de vencer. Son lentos por lo general, y un buen calambrazo puede hacerles mucho daño. Es lo gracioso del metal, alguna vez lo he visto. Es divertido ver cómo se escapa la confianza en su seguridad, chi.-comenta la mink, acabando con una pequeña risa. Una carcajada que se va apagando y mutando a una expresión de curiosidad según el hombre que tiene frente a ella comienza a cambiar. De su cabello empiezan a aflorar unos cuernos, coronándolo. Sus colmillos empiezan a mostrarse más prominentes, y sus garras a aflorar en la mano que aún conserva, convirtiéndola en una zarpa a todos los efectos. Un instinto primario despierta en el interior de Chihiro, abriendo los ojos más alerta de lo que el café podría haberla dejado y dejándola con la manzana a medio mascar aún entre sus dientes, en su mejilla. Las orejas se tensan inmediatamente ante esa visión, y su cola se posiciona entre sus patas preparada para salir huyendo, su impulso básico que como liebre no puede evitar... Pero sí contener. Su corazón desatado se calma forzosamente, obligándolo la mink a ello mientras se recompone y traga, escuchando a Alpha decir que no es humano y observando su jugada.
-Pues ya somos dos que claramente no somos humanos, Alpha-chi. Aunque lo que más me ha sorprendido es que no se lanzase a por la dama... Creía que eras un depredador. Pero bueno... Con la amenaza del caballo, tendrá que ser Chihiro la que lo haga. Sea jaque pues.-comenta la liebre con un suspiro, volviendo a mostrar una media sonrisa y de nuevo una expresión de calma tras contener sus impulsos iniciales y volver a la normalidad. La mink toma su reina y come la del adversario, posicionándola delante del rey enemigo. La reina está sentenciada, claro está... Pero es un intercambio justo. Una reina por otra, y un turno donde la única acción enemiga será librarse de ella. Aún se ve con buenas perspectivas en esta partida.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuanto valor… cuanta seguridad. ¿Cuándo fue la última vez que note tanta firmeza detrás de palabras? Puedo verla, sí que pudo. Puedo olerla, sí que puedo. Puedo percibir esos sentidos de autoridad, los cuales me dicen que ella estará lista en cualquier momento para hacer lo que sea necesario por su supervivencia. Ella afirmaba que podía llevarme una sorpresa si yo me atrevía a subestimarla. ¿Yo alguna vez he subestimado a alguien? ¡Nunca! Mi corazón late en espera de oponentes dignos que puedan llevarme al límite. Que puedan hacer que mis fuerzas se desgasten hasta tal punto, que me vea obligado a evolucionar para superar mis límites. <¡Ven!,> Fue lo primero que paso por mi mente. Demuestra que tus palabras son fieles a tus acciones. Demuéstrame de lo que eres capaz, pequeña promesa. Estoy aquí, frente a ti, esperando que tu advertencia se convierta en un desafío. Por un instante te mire con una intención totalmente letal. Pero no fue la suficiente para hacerte ver tu muerte.
No quería matarte, quería probarte.
- Una de tantas habilidades, señorita. – Dije mostrándome relajado y mirando hacia el tablero. Ojeando como se llevaba a mi reina en una temeraria jugada. – Y si, soy un depredador. Pero uno que piensa antes de actuar. – Posterior a mis palabras, mi alfil haría su movimiento sacando a su dama de la partida. – Es usted muy interesante, señorita Chihiro. Podría decir que usted es una pirata bastante singular. No es buena, ni mala. Simplemente hace lo que quiere cuando quiere, eso me agrada. – Llevé un trozo de cerdo a mi boca y comencé a devorarlo. Estaba delicioso, al igual que el resto de la comida. Podía sentir como la curiosa mink tenía fijo sus ojos en mí. – Si tiene algo que preguntarme, siéntese libre de hacerlo. – Dije, mirándole amablemente.
El lugar poco a poco se vaciaba. Las partidas estaban terminando y al parecer los lugareños tenían que trabajar y hacer sus cosas. Yo por mi parte, seguía disfrutando de este maravilloso duelo. No se trataba de habilidad física, sino mental. Eso era algo que me encantaba del ajedrez y me llenaba de gozo cada vez que jugaba. Era… como si de una pequeña guerra se tratase. Dos bandos en búsqueda de la victoria. Yo no paraba de reír. Ilusionado. No me importaba para nada el resultado de este juego, simplemente quería pasarlo en grande.
De eso se trataba todo, divertirnos.
No quería matarte, quería probarte.
- Una de tantas habilidades, señorita. – Dije mostrándome relajado y mirando hacia el tablero. Ojeando como se llevaba a mi reina en una temeraria jugada. – Y si, soy un depredador. Pero uno que piensa antes de actuar. – Posterior a mis palabras, mi alfil haría su movimiento sacando a su dama de la partida. – Es usted muy interesante, señorita Chihiro. Podría decir que usted es una pirata bastante singular. No es buena, ni mala. Simplemente hace lo que quiere cuando quiere, eso me agrada. – Llevé un trozo de cerdo a mi boca y comencé a devorarlo. Estaba delicioso, al igual que el resto de la comida. Podía sentir como la curiosa mink tenía fijo sus ojos en mí. – Si tiene algo que preguntarme, siéntese libre de hacerlo. – Dije, mirándole amablemente.
El lugar poco a poco se vaciaba. Las partidas estaban terminando y al parecer los lugareños tenían que trabajar y hacer sus cosas. Yo por mi parte, seguía disfrutando de este maravilloso duelo. No se trataba de habilidad física, sino mental. Eso era algo que me encantaba del ajedrez y me llenaba de gozo cada vez que jugaba. Era… como si de una pequeña guerra se tratase. Dos bandos en búsqueda de la victoria. Yo no paraba de reír. Ilusionado. No me importaba para nada el resultado de este juego, simplemente quería pasarlo en grande.
De eso se trataba todo, divertirnos.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Para una chica como Chihiro, el simple hecho de poder mantenerle una mirada tan desafiante a alguien ya es una prueba misma de su libertad. De sólo pensar en qué habría sucedido si en el pasado ella misma le hubiese mantenido de esa forma la mirada a uno de sus amos... El corazón se le encoge de sólo imaginarlo. No habrían sido solo azotes lo que le esperarían, el desafío o la rebeldía no eran tolerados. Pero ahora, es libre. Libre de hacer lo que quiera y desafiar a quien sea, aunque sea alguien evidentemente más fuerte que ella. Porque sí, por supuesto que sabe que su interlocutor seguramente no tuviese demasiado pelea con ella... Desde siempre ha sido bastante perceptiva con ese tipo de cosas, y los instintos no engañan tampoco. Pero a pesar de ello y a pesar de obviamente sentir miedo, una reacción lógica y razonable en una situación como esa, poder lanzar ese desafío la envalentona. Eso y el saber que está dispuesta a tratar de cumplirlo, a pesar de las consecuencias. Por suerte, esa tensión se disipa junto a la amenaza del desafío, y cuando el muchacho sonríe la mink también puede hacerlo con alivio.
-Chihiro aprendió una o dos cosas con su antigua tripulación, aunque aún debe mejorar mucho para estar a la altura de los más peligrosos mares... Los minks somos guerreros natos, ¿sabes? Sí, hasta el mink más pequeño sabe luchar, con más fuerza que el humano promedio, chi... Chihiro lleva demasiado tiempo fuera de Zou, está oxidada. Pero eso tiene fácil remedio.-explica la liebre con una media sonrisa cuando su rival afirma guardarse más habilidades bajo la manga de esa forma tan sutil y evidente al mismo tiempo. No puede negar que está intrigada, pero el pirata parece ser alguien que de mostrar toda su habilidad traería consecuencias, unas que a la otra pirata no le apetece asumir. Aún está débil tras todo lo sucedido, aún necesita unas cuántas comidas calientes y entrenamientos de refresco para recuperarse del naufragio vivido. En ello piensa mientras observa la jugada de Alpha, adelantando ese alfil para lógicamente tomar su reina. Una de las tres jugadas posibles, por supuesto. Quizás no la que ella habría elegido, pero es verdad que también le da la apertura para salir y comenzar a entrar de nuevo a la ofensiva. Hasta ahora, la directa en el ataque ha sido ella, y si rival ha sido más reaccionario. Algo normal en el ajedrez cuando abres con blancas, sin embargo... Pero que hace a la inquieta mente de Chihiro esperar el contraataque con un ansia tal que casi se olvida de jugar ella misma.
-Uh, así que el alfil, ¿eh? Bueno... Chihiro habría usado el caballo, pero es verdad que así lo mantienes adelantado y atacando, y puedes sacar el alfil para hacer jaque incluso, Alpha-chi... Pero igual que yo puedo leer las jugadas, tú también puedes. No me parece que esto que voy a hacer ahora vaya a sorprenderte en absoluto.-comenta la pirata con una sonrisa divertida mientras toma su peón de D4 y lo mueve a D5, amenazando al caballo y quitándolo del peligro que habría implicado que este le comiese. Las siguientes posibles jugadas le recorren la cabeza ahora, permitiéndole dejar a un lado sospechas y tensiones durante unos instantes para simplemente disfrutar del juego. La muchacha continúa dando cuenta de la manzana entonces, mordiendo y mascando sin pausa mientras la mayoría de los ahí presentes empiezan a retirarse del mesón Nasdrovia para dar por finalizada la jornada. No así algunos, más rezagados en terminar sus copas, o algunos que les dirigen miradas de reojo incluso. Aun así, no es eso lo que distrae la mirada del tablero de Chihiro... Si no la pregunta de Alpha, o más bien la invitación a preguntar del mismo. La mirada de la mink va por reflejo al brazo metálico del chico, claro, mientras roza un instante sus bigotes con la mano, pensativa.
-Bueno... Chihiro tiene más de una pregunta, claro. Para empezar, le llama la atención que un pirata como tú esté en un lugar como este. Por lo general a los de tu clase se les suele encontrar en el Grand Line... Y que conste que no es un insulto, chi. Pero si tuviese que elegir una pregunta para saciar mi curiosidad... Seguramente preguntaría por el brazo. Chihiro tiene interés por saber qué sucedió con el real, y por saber cómo funciona el nuevo... ¿Podría tocarlo después? Siempre me han gustado las máquinas, pero nunca he sido capaz de entenderlas del todo, chi.-responde la mink mientras deja escapar una pequeña risa, dando un último mordisco a esa manzana mientras teme haber sido demasiado personal. Otra parte de su llamada libertad es preguntar lo que quiere cuando quiere... Pero eso no impide que no se de cuenta de cuándo algo es tomar demasiada confianza. Pero a decir verdad... Chihiro no acaba de entender dónde están los límites con este tal Aplha. Y eso es otra de las preguntas que también le intrigan.
-Chihiro aprendió una o dos cosas con su antigua tripulación, aunque aún debe mejorar mucho para estar a la altura de los más peligrosos mares... Los minks somos guerreros natos, ¿sabes? Sí, hasta el mink más pequeño sabe luchar, con más fuerza que el humano promedio, chi... Chihiro lleva demasiado tiempo fuera de Zou, está oxidada. Pero eso tiene fácil remedio.-explica la liebre con una media sonrisa cuando su rival afirma guardarse más habilidades bajo la manga de esa forma tan sutil y evidente al mismo tiempo. No puede negar que está intrigada, pero el pirata parece ser alguien que de mostrar toda su habilidad traería consecuencias, unas que a la otra pirata no le apetece asumir. Aún está débil tras todo lo sucedido, aún necesita unas cuántas comidas calientes y entrenamientos de refresco para recuperarse del naufragio vivido. En ello piensa mientras observa la jugada de Alpha, adelantando ese alfil para lógicamente tomar su reina. Una de las tres jugadas posibles, por supuesto. Quizás no la que ella habría elegido, pero es verdad que también le da la apertura para salir y comenzar a entrar de nuevo a la ofensiva. Hasta ahora, la directa en el ataque ha sido ella, y si rival ha sido más reaccionario. Algo normal en el ajedrez cuando abres con blancas, sin embargo... Pero que hace a la inquieta mente de Chihiro esperar el contraataque con un ansia tal que casi se olvida de jugar ella misma.
-Uh, así que el alfil, ¿eh? Bueno... Chihiro habría usado el caballo, pero es verdad que así lo mantienes adelantado y atacando, y puedes sacar el alfil para hacer jaque incluso, Alpha-chi... Pero igual que yo puedo leer las jugadas, tú también puedes. No me parece que esto que voy a hacer ahora vaya a sorprenderte en absoluto.-comenta la pirata con una sonrisa divertida mientras toma su peón de D4 y lo mueve a D5, amenazando al caballo y quitándolo del peligro que habría implicado que este le comiese. Las siguientes posibles jugadas le recorren la cabeza ahora, permitiéndole dejar a un lado sospechas y tensiones durante unos instantes para simplemente disfrutar del juego. La muchacha continúa dando cuenta de la manzana entonces, mordiendo y mascando sin pausa mientras la mayoría de los ahí presentes empiezan a retirarse del mesón Nasdrovia para dar por finalizada la jornada. No así algunos, más rezagados en terminar sus copas, o algunos que les dirigen miradas de reojo incluso. Aun así, no es eso lo que distrae la mirada del tablero de Chihiro... Si no la pregunta de Alpha, o más bien la invitación a preguntar del mismo. La mirada de la mink va por reflejo al brazo metálico del chico, claro, mientras roza un instante sus bigotes con la mano, pensativa.
-Bueno... Chihiro tiene más de una pregunta, claro. Para empezar, le llama la atención que un pirata como tú esté en un lugar como este. Por lo general a los de tu clase se les suele encontrar en el Grand Line... Y que conste que no es un insulto, chi. Pero si tuviese que elegir una pregunta para saciar mi curiosidad... Seguramente preguntaría por el brazo. Chihiro tiene interés por saber qué sucedió con el real, y por saber cómo funciona el nuevo... ¿Podría tocarlo después? Siempre me han gustado las máquinas, pero nunca he sido capaz de entenderlas del todo, chi.-responde la mink mientras deja escapar una pequeña risa, dando un último mordisco a esa manzana mientras teme haber sido demasiado personal. Otra parte de su llamada libertad es preguntar lo que quiere cuando quiere... Pero eso no impide que no se de cuenta de cuándo algo es tomar demasiada confianza. Pero a decir verdad... Chihiro no acaba de entender dónde están los límites con este tal Aplha. Y eso es otra de las preguntas que también le intrigan.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cada forma de vida tiene una manera única de pensar, la cual lo lleva a hacer cierto tipo de acciones, y reaccionar de ciertas maneras. La manera la cual reacciona la pequeña mink me resulta… admirable. Puedo ver su miedo, es más que obvio. Además, es natural de las liebres querer huir del peligro para lograr su supervivencia. Pero en el caso de Chihiro, no huye. ¿Acaso el recuerdo de su antiguo capitán le hace llegar a tener tanto valor? ¿Acaso será su propia fuerza de voluntad? No lo sé, pero eso no quiere decir que en el futuro no lo pueda saber.
Su pregunta… fue una que no me esperaba. Muchas personas solo podían imaginarse que este brazo lo había perdido en una batalla cualquiera. Pero en realidad lo había perdido voluntariamente por algo muy importante. Algo que en un futuro daría un futuro brillante, dándome la oportunidad de ver hasta donde podían llegar tan maravillosas guerreras.
Claramente, me refiero a las amazonas.
- Este brazo lo he perdido… para ganarme una muy importante alianza. – Dije, mientras colocaba mi mano en el brazo metálico. – Un sacrifico menor en comparación a lo que el futuro traerá la alianza que he hecho. Le contaría con más detalle con quien tengo mi alianza, pero me temo que no es un lugar seguro para hablar de ello. Además, no tengo en ningún problema que lo examine en este momento.– Activé el interruptor oculto y desprendí mi brazo metálico de su lugar. Lo extendí a Chihiro para que ella pudiera ojearlo todo lo que quisiera. – Respondiendo a su otra pregunta que no quiso realizar. Siempre visito el norte por que realmente considero que este es uno de los mares más ricos y llenos de promesas. Aún no he tenido la oportunidad de explorar el resto de los mares, pero algo me dice que no valdría la pena ni mi tiempo. El Grand Line ofrece mejores sorpresas que los Blues. Eso se lo garantizo.
Realmente, poco a poco estaba comenzando a perder interés en la partida de ajedrez. Pero si que estaba ganando interés en conocer mucho más a la mink que tenía en frente. Moví mi caballo hasta llegar a E7. Por otro lado, en mi cabeza yo tenía una pregunta para ella. Una muy importante pregunta la cual decidiría cual acción tomar en este momento. Una corazonada me grita que en frente de mí se encuentra un brillante y maravilloso futuro. Uno donde yo me divertiré y ella llegara muy lejos.
Quiero verlo… pero todo dependerá de lo que ella responda.
- Señorita Chihiro. Si ahora usted está de acuerdo, yo le realizare una pregunta. Si usted tuviera la oportunidad de crear un lugar ¿Cómo sería? Para explicarme mejor, si usted tuviera la oportunidad de crear un reino ¿Cómo lo haría? ¿Qué seria para usted un reino o lugar ideal?- Me mostraba bastante alucinado y curioso. Quería saber cuál era su respuesta, y realmente quería saber que pensaba.
Su pregunta… fue una que no me esperaba. Muchas personas solo podían imaginarse que este brazo lo había perdido en una batalla cualquiera. Pero en realidad lo había perdido voluntariamente por algo muy importante. Algo que en un futuro daría un futuro brillante, dándome la oportunidad de ver hasta donde podían llegar tan maravillosas guerreras.
Claramente, me refiero a las amazonas.
- Este brazo lo he perdido… para ganarme una muy importante alianza. – Dije, mientras colocaba mi mano en el brazo metálico. – Un sacrifico menor en comparación a lo que el futuro traerá la alianza que he hecho. Le contaría con más detalle con quien tengo mi alianza, pero me temo que no es un lugar seguro para hablar de ello. Además, no tengo en ningún problema que lo examine en este momento.– Activé el interruptor oculto y desprendí mi brazo metálico de su lugar. Lo extendí a Chihiro para que ella pudiera ojearlo todo lo que quisiera. – Respondiendo a su otra pregunta que no quiso realizar. Siempre visito el norte por que realmente considero que este es uno de los mares más ricos y llenos de promesas. Aún no he tenido la oportunidad de explorar el resto de los mares, pero algo me dice que no valdría la pena ni mi tiempo. El Grand Line ofrece mejores sorpresas que los Blues. Eso se lo garantizo.
Realmente, poco a poco estaba comenzando a perder interés en la partida de ajedrez. Pero si que estaba ganando interés en conocer mucho más a la mink que tenía en frente. Moví mi caballo hasta llegar a E7. Por otro lado, en mi cabeza yo tenía una pregunta para ella. Una muy importante pregunta la cual decidiría cual acción tomar en este momento. Una corazonada me grita que en frente de mí se encuentra un brillante y maravilloso futuro. Uno donde yo me divertiré y ella llegara muy lejos.
Quiero verlo… pero todo dependerá de lo que ella responda.
- Señorita Chihiro. Si ahora usted está de acuerdo, yo le realizare una pregunta. Si usted tuviera la oportunidad de crear un lugar ¿Cómo sería? Para explicarme mejor, si usted tuviera la oportunidad de crear un reino ¿Cómo lo haría? ¿Qué seria para usted un reino o lugar ideal?- Me mostraba bastante alucinado y curioso. Quería saber cuál era su respuesta, y realmente quería saber que pensaba.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sin lugar a dudas, lo primero que ha llamado la atención de Chihiro sobre el hombre que tiene delante de ella ha sido su brazo. Es decir, alguna vez ha visto a alguna persona a la que le falta alguna extremidad, es algo común y más aún en su profesión, tanto de pirata como de doctora de a bordo... Pero nunca había visto hasta ahora alguien que solventase esa falta con una solución tan eficaz y compleja. Es normal que los ojos de la mink vayan directamente a esa parte del cuerpo del hombre ante ella, y que la hagan imaginar cómo sería estar en su situación. La verdad, Chihiro no puede ni imaginarse lo horrible que sería que le faltase alguna extremidad... No poder correr con libertad, no poder dibujar con competencia... Ese es uno de sus mayores miedos, sobre todo teniendo en cuenta que más de una vez vio a sus amos cortar extremidades como castigo a aquellos que los contrariaban. Es por ello por lo que tiene mucho respeto a las situaciones como esa, y está interesada en su explicación. Cuando Alpha le explica cómo ese brazo fue un sacrificio en pos de una alianza la curiosidad de la liebre se dispara aún más, como se puede ver en el repentino respingo de sus orejas al tensarse. Mil ideas e historias se le cruzan la mente de cómo pudo ser tal situación, algunas más disparatadas que otras... Pero lo verdaderamente sorprendente es cuando el pirata se ofrece a dejarle tocar el brazo, soltándolo del mismo sin más. El brazo se desprende y los ojos de la liebre se iluminan como una urraca que ha visto algo especialmente brillante y apetecible, mirando al brazo y a su interlocutor un par de veces repetidamente.
-¿En verdad Chihiro puede? Eso es impresionante... No maltrataré el brazo, eso puede asegurarlo, chi. Es pura curiosidad científica, prometido.-promete la pirata mientras lanza sus zarpas directamente hacia el brazo, levantándolo con cuidado para examinarlo. Pesa más de lo que parece, a decir verdad... Pero es fascinante. La muchacha se centra sobre todo en examinar el enganche por el cual lo ha desprendido, en imaginarse cómo este se engancha a la carne del ahí presente y se amolda y adapta a sus respuestas e intenciones... A decir verdad, no pasa demasiado tiempo antes de que Chihiro lo deje sobre la mesa y saque su libreta de apuntes, empezando a dibujar y botezar la estructura de ese mecanismo. Un par de miradas curiosas se fijan en ellos en la ya casi vacía taberna, después de todo no es lo más frecuente que alguien se quite el brazo mientras juega al ajedrez con una liebre. Un par de ellos les señalan de forma disimulada incluso, lo bastante disimulada como para que una distraída Chihiro no se entere de ello. Lo que sí capta, sin embargo, es la el comentario que hace Alpha de los Blues, y la extraña pregunta que le hace después. La mink cesa el movimiento de su pluma durante unos segundos, arrugando la nariz pensativa mientras su cola se mueve calmada de un lado a otro.
-A decir verdad, Chihiro viene del Grand Line... Acabó en los Blues por un golpe de suerte, pero le gustaría explorarlos como es debido, chi. Tanto los Blues como el Grand Line. Algún día Chihiro volverá a él como la pirata que es, e irá a donde quiera y cuando quiera. Es por eso por lo que la pregunta de Alpha-chi es un poco extraña, a decir verdad... Chihiro nunca ha pensado en crear un lugar realmente. Le quedan muchos sitios por visitar que ya existen, ¿por qué no verlos antes de hacer nada nuevo? Así que... En caso de tener que hacer un lugar, imagino que sería un lugar pequeñito, donde poder hacer lo que quiera, descansar donde quiera e irme cuando quiera sin preocuparme, chi. Imagino que no es la respuesta que te gustaría, quizás... ¡Oh, pero sí tengo algo! Chihiro va a crear su propia embarcación, con la cual surcar por debajo de los mares y por el medio de las islas si hace falta, chi. ¡Mira, mira!-comparte la mink en un arrebato al recordarlo, buscando entre las hojas de su libreta y girándole al pirata un dibujo bien detallado de un aparentemente cocodrilo metálico. Dista mucho de ser un plano de forma alguno, siendo sólo un dibujo... Pero la liebre parece bastante satisfecha con el mismo. Eso es lo que le gustaría crear a Chihiro, no un lugar donde asentarse, si no algo que le permita llegar aún más lejos que antes. Mientras se pierde en sus ensoñaciones y aventuras imaginarias, no se da cuenta apenas de cómo dos de los hombres de la barra se aproximan a su mesa. Uno de ellos, el más grande y musculado, vuelve la cabeza a su gordo y calvo compañero mientras señala a la mink.
-¿Dices que es esta cosa, hermanito?-pregunta el tipo de pelo oscuro, recogido en una coleta. El aparentemente hermano menor asiente, haciendo que su papada se agite ligeramente y señala también a Chihiro unos instantes con su regordete apéndice.
-S-Sí hermano, esta es la tramposa que me robó el dinero. Lleva haciendo trampas aquí varios días, ¡dale una lección!-exclama con voz un tanto temblorosa, a lo que Chihiro abre los ojos con sorpresa y, por qué negarlo, una pizca de miedo. No es valiente por naturaleza, no le gustan los conflictos innecesarios ni los malentendidos, y sus orejas gachas lo demuestran.
-E-Esperad, ¿cómo que tramposa? ¡Chihiro no hace trampas, eso no es divertido! Cuando gana lo hace con todas las de la ley, significa que es mejor que el otro jugador, chi!-exclama la mink sobresaltada en su defensa, quizás no la mejor defensa de la historia... Pues el hermano más fuerte toma una mano debajo de la mesa y la vuelca, lanzando por los aires el tablero, la comida, el dinero, el cuaderno de la liebre y el brazo del pirata. Estos caen estruendorosamente al suelo mientras la mink deja escapar un sonido de alarma, saltando a un lado mientras, por reflejo, proyecta con su cola la silla contra el hombre. Esta le golpea, haciendo que deje escapar un gruñido de rabia.
-Gr, encima de tramposa escurridiza... Pero vas a pagar todo lo que debes, cosa.-exclama el hombre molesto, apartando la silla finalmente a un lado mientras la pirata se posiciona a cuatro patas, en postura de alerta y preparada para esquivar y correr, o luchar como animal acorralado. Vaya, ¿cómo ha cambiado la situación tan de repente en su contra cuando iba tan a su favor?
-¿En verdad Chihiro puede? Eso es impresionante... No maltrataré el brazo, eso puede asegurarlo, chi. Es pura curiosidad científica, prometido.-promete la pirata mientras lanza sus zarpas directamente hacia el brazo, levantándolo con cuidado para examinarlo. Pesa más de lo que parece, a decir verdad... Pero es fascinante. La muchacha se centra sobre todo en examinar el enganche por el cual lo ha desprendido, en imaginarse cómo este se engancha a la carne del ahí presente y se amolda y adapta a sus respuestas e intenciones... A decir verdad, no pasa demasiado tiempo antes de que Chihiro lo deje sobre la mesa y saque su libreta de apuntes, empezando a dibujar y botezar la estructura de ese mecanismo. Un par de miradas curiosas se fijan en ellos en la ya casi vacía taberna, después de todo no es lo más frecuente que alguien se quite el brazo mientras juega al ajedrez con una liebre. Un par de ellos les señalan de forma disimulada incluso, lo bastante disimulada como para que una distraída Chihiro no se entere de ello. Lo que sí capta, sin embargo, es la el comentario que hace Alpha de los Blues, y la extraña pregunta que le hace después. La mink cesa el movimiento de su pluma durante unos segundos, arrugando la nariz pensativa mientras su cola se mueve calmada de un lado a otro.
-A decir verdad, Chihiro viene del Grand Line... Acabó en los Blues por un golpe de suerte, pero le gustaría explorarlos como es debido, chi. Tanto los Blues como el Grand Line. Algún día Chihiro volverá a él como la pirata que es, e irá a donde quiera y cuando quiera. Es por eso por lo que la pregunta de Alpha-chi es un poco extraña, a decir verdad... Chihiro nunca ha pensado en crear un lugar realmente. Le quedan muchos sitios por visitar que ya existen, ¿por qué no verlos antes de hacer nada nuevo? Así que... En caso de tener que hacer un lugar, imagino que sería un lugar pequeñito, donde poder hacer lo que quiera, descansar donde quiera e irme cuando quiera sin preocuparme, chi. Imagino que no es la respuesta que te gustaría, quizás... ¡Oh, pero sí tengo algo! Chihiro va a crear su propia embarcación, con la cual surcar por debajo de los mares y por el medio de las islas si hace falta, chi. ¡Mira, mira!-comparte la mink en un arrebato al recordarlo, buscando entre las hojas de su libreta y girándole al pirata un dibujo bien detallado de un aparentemente cocodrilo metálico. Dista mucho de ser un plano de forma alguno, siendo sólo un dibujo... Pero la liebre parece bastante satisfecha con el mismo. Eso es lo que le gustaría crear a Chihiro, no un lugar donde asentarse, si no algo que le permita llegar aún más lejos que antes. Mientras se pierde en sus ensoñaciones y aventuras imaginarias, no se da cuenta apenas de cómo dos de los hombres de la barra se aproximan a su mesa. Uno de ellos, el más grande y musculado, vuelve la cabeza a su gordo y calvo compañero mientras señala a la mink.
-¿Dices que es esta cosa, hermanito?-pregunta el tipo de pelo oscuro, recogido en una coleta. El aparentemente hermano menor asiente, haciendo que su papada se agite ligeramente y señala también a Chihiro unos instantes con su regordete apéndice.
-S-Sí hermano, esta es la tramposa que me robó el dinero. Lleva haciendo trampas aquí varios días, ¡dale una lección!-exclama con voz un tanto temblorosa, a lo que Chihiro abre los ojos con sorpresa y, por qué negarlo, una pizca de miedo. No es valiente por naturaleza, no le gustan los conflictos innecesarios ni los malentendidos, y sus orejas gachas lo demuestran.
-E-Esperad, ¿cómo que tramposa? ¡Chihiro no hace trampas, eso no es divertido! Cuando gana lo hace con todas las de la ley, significa que es mejor que el otro jugador, chi!-exclama la mink sobresaltada en su defensa, quizás no la mejor defensa de la historia... Pues el hermano más fuerte toma una mano debajo de la mesa y la vuelca, lanzando por los aires el tablero, la comida, el dinero, el cuaderno de la liebre y el brazo del pirata. Estos caen estruendorosamente al suelo mientras la mink deja escapar un sonido de alarma, saltando a un lado mientras, por reflejo, proyecta con su cola la silla contra el hombre. Esta le golpea, haciendo que deje escapar un gruñido de rabia.
-Gr, encima de tramposa escurridiza... Pero vas a pagar todo lo que debes, cosa.-exclama el hombre molesto, apartando la silla finalmente a un lado mientras la pirata se posiciona a cuatro patas, en postura de alerta y preparada para esquivar y correr, o luchar como animal acorralado. Vaya, ¿cómo ha cambiado la situación tan de repente en su contra cuando iba tan a su favor?
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Claro que puedes. – Dije sin mostrar queja alguna. – Además, has prometido no hacerle ningún daño. Por su parte, las cosas que contaba la pequeña mink, aclaraban algunas dudas. Además, me ha parecido muy tierna la manera en que la pequeña describe y, su anhnelo por las cosas de su interés. Sin lugar a dudas Chihiro era una excelente pirata. Alguien ideal que demostraba querer hacer lo que quiera, cuando quiera, en el momento que quiera. Eso me agradaba mucho más, realmente ella estaba simpatizándome aún mucho más. ademas el dibujo molaba mucho.
Quizás… esta había sido la señal que había estado esperando hace mucho tiempo. Quizás este era el principio de algo grande. Era curioso eso, sabiendo que mi nombre era Alpha.
- Chihiro ¿Te gustaría ser mi…? – Pero justo antes de haber hecho mi pregunta, fuimos interrumpidos por un gran sujeto y otro no tan grande. Afirmaban que la pirata había hecho trampa en su partida de ajedrez para robar el dinero. Personalmente me costaba bastante creerlo, la habilidad que demostraba Chihiro en el ajedrez, era una digna de alguien bastante experimentado. Sin lugar a dudas se trataba de alguien que le sentaba mal perder y que le costaba aceptar la derrota. Yo simplemente suspire un poco agobiado, realmente quería proponerle a la mink ser parte de mi familia y este hombre me había cortado el momento. Me fuera gustado decir que simplemente yo fuera pagado el dinero que ella habría ganado, de seguro no pasaba de algunos cuantos berries. Pero antes de siquiera decir algo, aquella escena desastrosa se mostró ante mis ojos.
-La… comida… - Mis se posaba en la comida que se hallaba en el suelo siendo desperdiciada. Eso realmente me hizo perder el poco autocontrol que podía yo obtener. Mi partida había sido saboteada y mi brazo izquierdo se postraba en el suelo. Sin lugar a dudas esto no se podría quedar así. Podía sentir como todas las miradas se posaban sobre mí. Era obvio que mi cara demostraba lo muy enojado que estaba. Nadie debería hacerme enojar, nadie.
Después de todo, soy Kurokami no Alpha.
Antes de que aquel hombre hiciera algo, le tome de la camisa y lo jale hasta que nuestras caras quedaran a la misma altura. – Tu… derribaste mi mesa y desperdiciaste mi comida. – La mirada que emanaba de mis ojos era una más que amenazante. No tenía la intención de llevarme la vida de un simple brabucón, pero al menos mi enfado me lo tenía que desquitar. Le di un fuerte cabezazo, dejando al grandote aturdido. Luego simplemente lo agarra fuertemente y lo sujete de la nuca y le estrelle la cabeza contra el suelo. – Y tu… - Dije mirando al otro sujeto. – Lárgate, antes de que esto se ponga feo. – Dije mostrándole una mirada equivalente a la de un depredador mirando a su presa. El otro sujeto salió corriendo lejos. A los segundos, simplemente me dispuse a respirar profundo y calmarme.
- Lo siento por eso, Chihiro. – Dije sonriendo amablemente – No podía quedarme así después de que estropearan mi tranquilidad. – Decía mientras recogía mi brazo y lo colocaba en su lugar. – A lo que venía diciendo. – Le extendí mi mano, con intención de que ella la tomara. Añadiendo. – Conviértete en mi hermana, Chihiro. Viaja junto a mi bajo mi bandera pirata. Surquemos los mares y hagamos lo que nos plazca.
Quizás… esta había sido la señal que había estado esperando hace mucho tiempo. Quizás este era el principio de algo grande. Era curioso eso, sabiendo que mi nombre era Alpha.
- Chihiro ¿Te gustaría ser mi…? – Pero justo antes de haber hecho mi pregunta, fuimos interrumpidos por un gran sujeto y otro no tan grande. Afirmaban que la pirata había hecho trampa en su partida de ajedrez para robar el dinero. Personalmente me costaba bastante creerlo, la habilidad que demostraba Chihiro en el ajedrez, era una digna de alguien bastante experimentado. Sin lugar a dudas se trataba de alguien que le sentaba mal perder y que le costaba aceptar la derrota. Yo simplemente suspire un poco agobiado, realmente quería proponerle a la mink ser parte de mi familia y este hombre me había cortado el momento. Me fuera gustado decir que simplemente yo fuera pagado el dinero que ella habría ganado, de seguro no pasaba de algunos cuantos berries. Pero antes de siquiera decir algo, aquella escena desastrosa se mostró ante mis ojos.
-La… comida… - Mis se posaba en la comida que se hallaba en el suelo siendo desperdiciada. Eso realmente me hizo perder el poco autocontrol que podía yo obtener. Mi partida había sido saboteada y mi brazo izquierdo se postraba en el suelo. Sin lugar a dudas esto no se podría quedar así. Podía sentir como todas las miradas se posaban sobre mí. Era obvio que mi cara demostraba lo muy enojado que estaba. Nadie debería hacerme enojar, nadie.
Después de todo, soy Kurokami no Alpha.
Antes de que aquel hombre hiciera algo, le tome de la camisa y lo jale hasta que nuestras caras quedaran a la misma altura. – Tu… derribaste mi mesa y desperdiciaste mi comida. – La mirada que emanaba de mis ojos era una más que amenazante. No tenía la intención de llevarme la vida de un simple brabucón, pero al menos mi enfado me lo tenía que desquitar. Le di un fuerte cabezazo, dejando al grandote aturdido. Luego simplemente lo agarra fuertemente y lo sujete de la nuca y le estrelle la cabeza contra el suelo. – Y tu… - Dije mirando al otro sujeto. – Lárgate, antes de que esto se ponga feo. – Dije mostrándole una mirada equivalente a la de un depredador mirando a su presa. El otro sujeto salió corriendo lejos. A los segundos, simplemente me dispuse a respirar profundo y calmarme.
- Lo siento por eso, Chihiro. – Dije sonriendo amablemente – No podía quedarme así después de que estropearan mi tranquilidad. – Decía mientras recogía mi brazo y lo colocaba en su lugar. – A lo que venía diciendo. – Le extendí mi mano, con intención de que ella la tomara. Añadiendo. – Conviértete en mi hermana, Chihiro. Viaja junto a mi bajo mi bandera pirata. Surquemos los mares y hagamos lo que nos plazca.
Chihiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A decir verdad, debido a su personalidad por lo general asustadiza y a su pasado, Chihiro siempre ha estado preparada para reaccionar rápido frente al peligro. Se ha hecho buena presintiéndolo, viendo cómo este se aproxima a ella. Un reducto quizás de su vida de esclava, preparada para ser castigada al menor fallo o simplemente por ser objeto de desahogo de la ira... O quizás sea su impulso primario el que toma el control en ese tipo de situaciones. Cualquiera de las opciones que sea, la cosa es que la joven liebre no se deja atrapar con facilidad. Y los mink son guerreros, incluso una chica tan pequeña como ella. Es por eso por lo que su instinto es el que la lleva a tirarle la silla encima a ese hombre, a pesar de lamentarlo después. Bien pensado, es más que obvio que no es lo más inteligente golpear a alguien más grande y posiblemente más fuerte que ella... Y en el nerviosismo en su mirada puede verse eso. A pesar de declararse a sí misma una pirata, no recurre a la violencia si no le queda otra opción. Pero a decir verdad, arrinconada contra la pared y con un par de tipos muy enfadados... Sí, si que parece la única opción, al menos hasta tener tiempo de huir. Y la mink nunca vende barato su pellejo.
Por suerte, todos esos pensamientos y actos que nerviosamente lleva a cabo la joven pirata no tienen que respaldarse con actos reales, al menos de primera. Con su pánico inicial, que poco a poco se va calmando, la muchacha había olvidado que no estaba sola, como cada vez es más habitual. La compañía de Alpha es sin duda algo a tener en cuenta, como rápidamente puede experimentar ese matón. Las orejas de Chihiro se tensan de su estado gacho cuando el pirata más veterano toma al individuo de la camisa, bajándolo a su altura. Un cabezazo es todo lo que necesita para que la bravuconería se esfume junto a gran parte de su consciencia, quedando aturdido por el golpe recibido, y ni que decir tiene cómo esta desaparece por completo cuando su cabeza se toma de una forma especialmente abrupta contra el suelo del local, causando unos importantes desperfectos en la madera del mismo. Sin duda, la menos preocupación que debe de tener ese hombre en esos momentos, al igual que la menor de su hermano pequeño. La de este, sin duda, debe ser su propia integridad física, pues no parece dudar demasiado a la hora de tomar el camino más prudente y tomar pies en polvorosa. Durante unos instantes y mientras Chihiro se recupera de su estupor y de su estado de alerta y de pelea, la tensión el el local podría cortarse con un cuchillo. Casi se espera que alguien vaya a saltar a golpear a otro en cualquier momento, pero la presencia del pirata manco es lo bastante intimidante como para que todos se mantengan en sus asientos mientras este se recoloca el brazo. Es... Impresionante, casi le recuerda al comportamiento instintivo de los animales, una cuasisumisión basada en el reconocimiento de la fuerza del otro. ¿Es eso ser un pirata poderoso acaso?
-N-No debería ser Alpha-chi quien se disculpase, esta debería ser Chihiro... Jamás haría trampas, no es d-divertido, pero sí es verdad que todo esto es a causa mía. Y-y es por ello por lo que se ha desperdiciado toda esta buena comida... Es una lástima, chi.-comenta Chihiro entre tartamudeos mientras trata de que se le destrabe la lengua, contemplando el desastre que se ha montado a su alrededor y tratando de recuperar tanto sus dibujos como su cuaderno mientras su corazón empieza a calmarse. Debería estar más asustada, pero la sonrisa tranquilizadora de Alpha le hace entender que no hay peligro cerca, y tras la demostración de fuerza la verdad es que es algo que de buena manera puede creerse. Eso no impide que su mente esté aún algo agitada sin embargo, y es por ello por lo que cuando el pirata le tiende la mano y le dedica esas palabras tan sólo ladea ligeramente la cabeza con una expresión de confusión, procesando la información recibida. Sin embargo, cuando logra hacerlo sus ojos se abren con sorpresa e incredibilidad. ¿Acaso la está invitando a algún tipo de tripulación? Una punzada se siente en su pecho, recordando a su pasada tripulación y devolviéndola a la tierra. Esa oferta... ¿Acaso tiene la autoridad moral para aceptarla sin más? No... Simplemente no puede. Y realmente espera no molestar a Alpha con ello. No porque sea un individuo peligroso, si no porque además de eso es también un individuo agradable.
-Chihiro lo lamenta mucho, Alpha-chi, pero... Realmente apenas nos conocemos. Chihiro no regala su vida a nadie, porque es lo único valioso que tiene realmente. La idea de viajar juntos y hacer lo que queramos sí que suena bien, sin embargo... Y si viajamos un tiempo juntos, dejarás de ser un desconocido, chi. Por lo tanto, la respuesta de Chihiro es un no ahora, pero no un no por siempre. Podemos viajar juntos si a Alpha-chi le parece bien, así le conoceré mejor. Podemos ir a... ¿ver tigres, por ejemplo? Sí, eso sería un magnífico comienzo... Y si decidimos viajar juntos tendremos más posibilidades de acabar esa partida de ajedrez, chi. ¿Te parece si la dejamos en tablas por ahora?-responde la mink, atreviéndose tras un instante de duda y recelo en tomar la mano del pirata a pesar de su ligeramente distinta respuesta al mismo. Realmente es el mayor descubrimiento que la liebre ha hecho en el día de hoy, y quiere seguir investigándolo y entendiéndolo... Pero no puede hipotecarle su vida así sin más, no puede volverse esclava de nadie. Tiene que tenerlo claro, decidirla ella misma... Y para eso tiene que conocerle mucho más. Sí, sin duda es lo más interesante del día de hoy... Tanto que la caótica muchacha se ha dejado olvidada la bolsa con las monedas que tanto le costó ganar, relegada a algo bastante más alejado de lo que es un segundo plano.
Por suerte, todos esos pensamientos y actos que nerviosamente lleva a cabo la joven pirata no tienen que respaldarse con actos reales, al menos de primera. Con su pánico inicial, que poco a poco se va calmando, la muchacha había olvidado que no estaba sola, como cada vez es más habitual. La compañía de Alpha es sin duda algo a tener en cuenta, como rápidamente puede experimentar ese matón. Las orejas de Chihiro se tensan de su estado gacho cuando el pirata más veterano toma al individuo de la camisa, bajándolo a su altura. Un cabezazo es todo lo que necesita para que la bravuconería se esfume junto a gran parte de su consciencia, quedando aturdido por el golpe recibido, y ni que decir tiene cómo esta desaparece por completo cuando su cabeza se toma de una forma especialmente abrupta contra el suelo del local, causando unos importantes desperfectos en la madera del mismo. Sin duda, la menos preocupación que debe de tener ese hombre en esos momentos, al igual que la menor de su hermano pequeño. La de este, sin duda, debe ser su propia integridad física, pues no parece dudar demasiado a la hora de tomar el camino más prudente y tomar pies en polvorosa. Durante unos instantes y mientras Chihiro se recupera de su estupor y de su estado de alerta y de pelea, la tensión el el local podría cortarse con un cuchillo. Casi se espera que alguien vaya a saltar a golpear a otro en cualquier momento, pero la presencia del pirata manco es lo bastante intimidante como para que todos se mantengan en sus asientos mientras este se recoloca el brazo. Es... Impresionante, casi le recuerda al comportamiento instintivo de los animales, una cuasisumisión basada en el reconocimiento de la fuerza del otro. ¿Es eso ser un pirata poderoso acaso?
-N-No debería ser Alpha-chi quien se disculpase, esta debería ser Chihiro... Jamás haría trampas, no es d-divertido, pero sí es verdad que todo esto es a causa mía. Y-y es por ello por lo que se ha desperdiciado toda esta buena comida... Es una lástima, chi.-comenta Chihiro entre tartamudeos mientras trata de que se le destrabe la lengua, contemplando el desastre que se ha montado a su alrededor y tratando de recuperar tanto sus dibujos como su cuaderno mientras su corazón empieza a calmarse. Debería estar más asustada, pero la sonrisa tranquilizadora de Alpha le hace entender que no hay peligro cerca, y tras la demostración de fuerza la verdad es que es algo que de buena manera puede creerse. Eso no impide que su mente esté aún algo agitada sin embargo, y es por ello por lo que cuando el pirata le tiende la mano y le dedica esas palabras tan sólo ladea ligeramente la cabeza con una expresión de confusión, procesando la información recibida. Sin embargo, cuando logra hacerlo sus ojos se abren con sorpresa e incredibilidad. ¿Acaso la está invitando a algún tipo de tripulación? Una punzada se siente en su pecho, recordando a su pasada tripulación y devolviéndola a la tierra. Esa oferta... ¿Acaso tiene la autoridad moral para aceptarla sin más? No... Simplemente no puede. Y realmente espera no molestar a Alpha con ello. No porque sea un individuo peligroso, si no porque además de eso es también un individuo agradable.
-Chihiro lo lamenta mucho, Alpha-chi, pero... Realmente apenas nos conocemos. Chihiro no regala su vida a nadie, porque es lo único valioso que tiene realmente. La idea de viajar juntos y hacer lo que queramos sí que suena bien, sin embargo... Y si viajamos un tiempo juntos, dejarás de ser un desconocido, chi. Por lo tanto, la respuesta de Chihiro es un no ahora, pero no un no por siempre. Podemos viajar juntos si a Alpha-chi le parece bien, así le conoceré mejor. Podemos ir a... ¿ver tigres, por ejemplo? Sí, eso sería un magnífico comienzo... Y si decidimos viajar juntos tendremos más posibilidades de acabar esa partida de ajedrez, chi. ¿Te parece si la dejamos en tablas por ahora?-responde la mink, atreviéndose tras un instante de duda y recelo en tomar la mano del pirata a pesar de su ligeramente distinta respuesta al mismo. Realmente es el mayor descubrimiento que la liebre ha hecho en el día de hoy, y quiere seguir investigándolo y entendiéndolo... Pero no puede hipotecarle su vida así sin más, no puede volverse esclava de nadie. Tiene que tenerlo claro, decidirla ella misma... Y para eso tiene que conocerle mucho más. Sí, sin duda es lo más interesante del día de hoy... Tanto que la caótica muchacha se ha dejado olvidada la bolsa con las monedas que tanto le costó ganar, relegada a algo bastante más alejado de lo que es un segundo plano.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Su respuesta fue más que satisficiera. De hecho, era totalmente razonable y tenía totalmente fundamento y sentido. Quizás si éramos unos total desconocidos en este momento, pero en un futuro lo dejaríamos de ser. Pero, no quería su vida, eso era algo totalmente fuera de lugar. Su vida era de ella y solamente ella.
Tan solo quería que se volviera parte de mi familia.
- De acuerdo. – Dije mientras estrechaba su mano. – Pero no creas que quiero tu vida. Solo quiero que seamos familia. – Dije mientras sonriera para ella. Luego de eso pague por los daños. El dueño del bar parecía algo enojado por el alboroto formado, pero finalmente se sintió tranquilo al ver que yo pagaría por los daños causados al local. Por su parte recogi el dinero de la Mink y se lo entregue en su bolsita. – Pues vayamos a ver esos tigres. Y si, la partida queda en empate
Al salir, Suzaku nos esperaba afuera con una expresión muy seria. – ¿Ya podemos irnos? – Peguntaba. Se le notaba de bastante mal humor y se le quedaría mirando a Chihiro por unos momentos. – ¿Viene con nosotros? – Pregunto. Yo simplemente asentí y subí sobre ella. Luego de eso le extendí la mano a chihiro para que subiera y juntos, ponernos en marcha a ver a los tan preciados tigres que la mink deseaba ver. Mi primera labor como hermano mayor era cumplir ese capricho de mi nueva casi tripulante.
Y como se podrán imaginar, es algo que logre cumplir sin dudarlo.
Tan solo quería que se volviera parte de mi familia.
- De acuerdo. – Dije mientras estrechaba su mano. – Pero no creas que quiero tu vida. Solo quiero que seamos familia. – Dije mientras sonriera para ella. Luego de eso pague por los daños. El dueño del bar parecía algo enojado por el alboroto formado, pero finalmente se sintió tranquilo al ver que yo pagaría por los daños causados al local. Por su parte recogi el dinero de la Mink y se lo entregue en su bolsita. – Pues vayamos a ver esos tigres. Y si, la partida queda en empate
Al salir, Suzaku nos esperaba afuera con una expresión muy seria. – ¿Ya podemos irnos? – Peguntaba. Se le notaba de bastante mal humor y se le quedaría mirando a Chihiro por unos momentos. – ¿Viene con nosotros? – Pregunto. Yo simplemente asentí y subí sobre ella. Luego de eso le extendí la mano a chihiro para que subiera y juntos, ponernos en marcha a ver a los tan preciados tigres que la mink deseaba ver. Mi primera labor como hermano mayor era cumplir ese capricho de mi nueva casi tripulante.
Y como se podrán imaginar, es algo que logre cumplir sin dudarlo.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.