Khonrad L. Simons
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— Recluta Khonrad L. Simons. ¿Esta seguro de que puede retornar a sus labores? — Preguntó seriamente su superior del otro lado del escritorio.
— Por supuesto señor, ya me he recuperado del todo. — Respondió con firmeza el soldado portando su uniforme listo para retornar.
— Khonrad, sé muy bien lo que es perder un ser querido, yo perdí a mi esposa, si necesitas más tiempo... — El superior hablaba pero fue interrumpido por su subordinado. — Señor, si sigo encerrado una semana más en mi departamento terminaré realmente loco — interrumpió.
— De acuerdo, estás reintegrado a tus labores en la marina, para que te vayas acostumbrando nuevamente te asignare algo sencillo. Hoy un buque llegó al puerto con mercancías, ayuda a tus demás compañeros a desmontar y organizar esas mercancías en el cuartel —
— Si Señor — Sin objetar absolutamente nada, el marine salió de aquella oficina dispuesto a dar lo mejor de si mismo. Ya era hora de superar aquello que lo tenía estancado. Se dirigió hacia el puerto en donde ciertamente estaba el navío, aún no comenzaban a desmontar nada, pues esperaban la llegada de algún superior que autorizara la acción y dividiera los grupos como era costumbre.
Khonrad es alguien que llama la atención, es elegante, apuesto, y muy obediente a sus superiores, tiene pinta de que algún día podría ser un gran lider. Volvió con el cuerpo más marcado tras sus 7 meses de retiro voluntario tras la muerte de su prometida. Era evidente que este no se encerró todo ese tiempo solo a ver películas y dormir, sino que se mantuvo entrenando durante esa temporada.
Había una cantidad de marines en el puerto esperando órdenes, hablando entre si, bromeando, haciendo cosas normales, al final, aunque se hayan alistado a la marina, estos son personas normales, tal cual, comen, ríen, gozan, lloran, se enojan, se hacen bromas entre ellos. Y aún así arriesgan su vida por los civiles siempre que deban hacerlo. Pues preservar la justicia era prioridad.
Con su uniforme de recluta, con la camisa algo abierta en el pecho, mostrando sus pectorales. Su cabello trenzado y recogido en una cola para evitar estorbos. Este se disponía a sentarse para esperar órdenes. Pues sin estás no puede hacer nada.
Aquella isla en donde estuvo más de 7 meses sin hacer nada, aunque tampoco era como si hubiera mucho que hacer, es una isla relativamente tranquila, ni siquiera recuerda la última vez que hubo alguna invasión pirata o algo parecido. Como en todos lados hay ladrones de poca monta, pero no mucho más.
— ¿Esperamos a alguien en específico? — Preguntó a un grupo de marines que se encontraban frente suyo.
— La verdad creo que no, solamente esperamos alguien con al menos rango Sargento para que lídere todo el proceso — Respondió uno de aquellos, que al parecer ostentaba el mismo rango que Khonrad.
— Por supuesto señor, ya me he recuperado del todo. — Respondió con firmeza el soldado portando su uniforme listo para retornar.
— Khonrad, sé muy bien lo que es perder un ser querido, yo perdí a mi esposa, si necesitas más tiempo... — El superior hablaba pero fue interrumpido por su subordinado. — Señor, si sigo encerrado una semana más en mi departamento terminaré realmente loco — interrumpió.
— De acuerdo, estás reintegrado a tus labores en la marina, para que te vayas acostumbrando nuevamente te asignare algo sencillo. Hoy un buque llegó al puerto con mercancías, ayuda a tus demás compañeros a desmontar y organizar esas mercancías en el cuartel —
— Si Señor — Sin objetar absolutamente nada, el marine salió de aquella oficina dispuesto a dar lo mejor de si mismo. Ya era hora de superar aquello que lo tenía estancado. Se dirigió hacia el puerto en donde ciertamente estaba el navío, aún no comenzaban a desmontar nada, pues esperaban la llegada de algún superior que autorizara la acción y dividiera los grupos como era costumbre.
Khonrad es alguien que llama la atención, es elegante, apuesto, y muy obediente a sus superiores, tiene pinta de que algún día podría ser un gran lider. Volvió con el cuerpo más marcado tras sus 7 meses de retiro voluntario tras la muerte de su prometida. Era evidente que este no se encerró todo ese tiempo solo a ver películas y dormir, sino que se mantuvo entrenando durante esa temporada.
Había una cantidad de marines en el puerto esperando órdenes, hablando entre si, bromeando, haciendo cosas normales, al final, aunque se hayan alistado a la marina, estos son personas normales, tal cual, comen, ríen, gozan, lloran, se enojan, se hacen bromas entre ellos. Y aún así arriesgan su vida por los civiles siempre que deban hacerlo. Pues preservar la justicia era prioridad.
Con su uniforme de recluta, con la camisa algo abierta en el pecho, mostrando sus pectorales. Su cabello trenzado y recogido en una cola para evitar estorbos. Este se disponía a sentarse para esperar órdenes. Pues sin estás no puede hacer nada.
Aquella isla en donde estuvo más de 7 meses sin hacer nada, aunque tampoco era como si hubiera mucho que hacer, es una isla relativamente tranquila, ni siquiera recuerda la última vez que hubo alguna invasión pirata o algo parecido. Como en todos lados hay ladrones de poca monta, pero no mucho más.
— ¿Esperamos a alguien en específico? — Preguntó a un grupo de marines que se encontraban frente suyo.
— La verdad creo que no, solamente esperamos alguien con al menos rango Sargento para que lídere todo el proceso — Respondió uno de aquellos, que al parecer ostentaba el mismo rango que Khonrad.
Berry
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Nunca le había resultado sencillo levantarse de la cama tras un intenso día de entrenamiento, menos cuando se había pasado dormida encima de un árbol con su uniforme secando en otra de las ramas. Cayó al suelo con bastante torpeza mientras bostezaba y con los ojos entrecerrados tomaba sus ropas para colocarlas como podía, resfregó sus ojos mientras se enjuagaba la cara en un lago cercano al árbol suspirando al sentir la misma tan fría en su rostro. Tembló un poco mientras se sacudía y andaba dando tumbos de un lado al otro, sin comprender para que la enviaron a una isla vacacional y en que ayudaría ahí que no había nadie mas que un anciano retirado. Ni siquiera había civiles, llegó al pequeño puerto aún con la camisa sin abrochar y el pantalón colgando, mirando a su alrededor como un grupo de reclutas babeaba por su presencia.
—¿Hmm? ¿Tengo algo en la cara?—
Preguntó dormida sin darse cuenta que estaba en su forma semi humana, haciendo que las partes de piel que enseñaba no estuvieran protegidas con pelaje. Una visión que muchos sin dudas estaban agradecidos por presenciar, Berry pareció ignorarlo al punto de abotonar su camisa y abrochar su pantalón como si fuese lo más normal del mundo. Rascando su cabello negro, mientras su cola se movía de lado a lado, le interrumpió un sonido y rápidamente sacó de su bolsillo una pequeña caracola con rasgos muy parecidos a un felino.
—Moshi..mo—
—¡Sargento Berry! ¿Dónde se supone que estás? ¡Los reclutas llevan esperando tres horas y también hay uno que vuelve de un receso forzado!—
—Ñam... Buenos días... ehmm recién llego. Pensaba que estaba a horario...—
—¡Siempre igual! Pero en fin si ya estás ahí... deben descargar unas cosas, nunca hubo problemas pero hace poco los tontos intentan comerse piedras y luego tenemos problemas.. ¡¿No has comido ninguna verdad?!—
—Mhh... no que yo recuerde... tal vez un par... pero no...—
—¡Sargento esto no es una broma! Cuide de los reclutas y nada de enviarlos a golpear barcos...—
Berry colgó mientras sonreía a los reclutas observando sus rostros uno a uno, tomando su tiempo para analizarlos e identificarlos con su nariz. Finalmente se paró frente a uno que parecía mucho más fornido que los otros, mirando curiosa y tomando la libertad de recorrer sus brazos con sus garras.
—Muy bien recluta parece fuerte, usted bajará las cajas de cosas frágiles ya que siempre se le caen al suelo. Ustedes dos a descargar los barriles, el resto a alimentos. Soy la Sargento Berry, por si necesitan ayuda en algo.—
La mink se cruzó de brazos mientras esperaba que todos se pusieran en marcha, esbozó una sonrisa al notar como lentamente comenzaban a trabajar. Todavía sin notar que estaba en forma humana, suponiendo que todos le miraban más por ser un zorro humanoide que por su belleza.
—¿Hmm? ¿Tengo algo en la cara?—
Preguntó dormida sin darse cuenta que estaba en su forma semi humana, haciendo que las partes de piel que enseñaba no estuvieran protegidas con pelaje. Una visión que muchos sin dudas estaban agradecidos por presenciar, Berry pareció ignorarlo al punto de abotonar su camisa y abrochar su pantalón como si fuese lo más normal del mundo. Rascando su cabello negro, mientras su cola se movía de lado a lado, le interrumpió un sonido y rápidamente sacó de su bolsillo una pequeña caracola con rasgos muy parecidos a un felino.
—Moshi..mo—
—¡Sargento Berry! ¿Dónde se supone que estás? ¡Los reclutas llevan esperando tres horas y también hay uno que vuelve de un receso forzado!—
—Ñam... Buenos días... ehmm recién llego. Pensaba que estaba a horario...—
—¡Siempre igual! Pero en fin si ya estás ahí... deben descargar unas cosas, nunca hubo problemas pero hace poco los tontos intentan comerse piedras y luego tenemos problemas.. ¡¿No has comido ninguna verdad?!—
—Mhh... no que yo recuerde... tal vez un par... pero no...—
—¡Sargento esto no es una broma! Cuide de los reclutas y nada de enviarlos a golpear barcos...—
Berry colgó mientras sonreía a los reclutas observando sus rostros uno a uno, tomando su tiempo para analizarlos e identificarlos con su nariz. Finalmente se paró frente a uno que parecía mucho más fornido que los otros, mirando curiosa y tomando la libertad de recorrer sus brazos con sus garras.
—Muy bien recluta parece fuerte, usted bajará las cajas de cosas frágiles ya que siempre se le caen al suelo. Ustedes dos a descargar los barriles, el resto a alimentos. Soy la Sargento Berry, por si necesitan ayuda en algo.—
La mink se cruzó de brazos mientras esperaba que todos se pusieran en marcha, esbozó una sonrisa al notar como lentamente comenzaban a trabajar. Todavía sin notar que estaba en forma humana, suponiendo que todos le miraban más por ser un zorro humanoide que por su belleza.
- Berry Humana:
Khonrad L. Simons
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Mientras todos se encargaban de las labores que la Sargento (Muy sexy por cierto) les daba. Khonrad aprovechó para acercarse al finalizar de llevar una de las cajas que contenían materiales frágiles.
— Buenos días Sargento Berry, soy el recluta Khonrad L. Simons. Hoy me estoy reintegrado a mis labores tras un tiempo fuera, quería pedirle algo muy seriamente, luego de terminar mi labor aqui, me gustaría ser reaccionado fuera de esta isla, necesito estar en el frente de acción ya — Este hombre, el que todos creían que moriría tras su depresión, se encuentra más vivo que nunca, enérgico y listo para volver a repartir la justicia por todo el vasto mar.
— Por cierto Sargento, usted está mostrando, un poco más de lo que debería— Este hombre no es como los demás, parece tener apariencia de coqueto, pero su mentalidad no lo es.
La verdad hace demasiado tiempo que nuestro marine no se encontraba en el frente, no había participado en arrestos, no había enfrentado piratas, revolucionarios o simples criminales, era obvio que debía sentirse impotente, ya se sentía listo para continuar con su labor, no para estar cargando cajas, en una isla donde nunca pasa absolutamente nada.
Prefiere salir, arriesgar su vida, salvar civiles, arrestar piratas y maliantes, estando en aquella isla no podrá convertirse en un héroe de la marina. Solo estaría estancado más tiempo del que deseara estar.
Desde otro punto; La sargento se veía demasiado sexy, provocativa¿Era esto a propósito? El marine no le daba demasiada importancia, quizá era alguna prueba de su superior para ver si en verdad ya estaba del todo recuperado. — Si usted desea, en algún momento puedo confeccionarle algún tipo de atuendo, no soy el mejor, pero tampoco ha de arrepentirse — Confesó.
Todos los marines que se encontraban por los alrededores estaban completando las tareas que les fueron asignadas. No habían muchas cosas frágiles, por lo que Khonrad culminó ese trabajo en muy poco tiempo. Estaba enérgico.
— Buenos días Sargento Berry, soy el recluta Khonrad L. Simons. Hoy me estoy reintegrado a mis labores tras un tiempo fuera, quería pedirle algo muy seriamente, luego de terminar mi labor aqui, me gustaría ser reaccionado fuera de esta isla, necesito estar en el frente de acción ya — Este hombre, el que todos creían que moriría tras su depresión, se encuentra más vivo que nunca, enérgico y listo para volver a repartir la justicia por todo el vasto mar.
— Por cierto Sargento, usted está mostrando, un poco más de lo que debería— Este hombre no es como los demás, parece tener apariencia de coqueto, pero su mentalidad no lo es.
La verdad hace demasiado tiempo que nuestro marine no se encontraba en el frente, no había participado en arrestos, no había enfrentado piratas, revolucionarios o simples criminales, era obvio que debía sentirse impotente, ya se sentía listo para continuar con su labor, no para estar cargando cajas, en una isla donde nunca pasa absolutamente nada.
Prefiere salir, arriesgar su vida, salvar civiles, arrestar piratas y maliantes, estando en aquella isla no podrá convertirse en un héroe de la marina. Solo estaría estancado más tiempo del que deseara estar.
Desde otro punto; La sargento se veía demasiado sexy, provocativa¿Era esto a propósito? El marine no le daba demasiada importancia, quizá era alguna prueba de su superior para ver si en verdad ya estaba del todo recuperado. — Si usted desea, en algún momento puedo confeccionarle algún tipo de atuendo, no soy el mejor, pero tampoco ha de arrepentirse — Confesó.
Todos los marines que se encontraban por los alrededores estaban completando las tareas que les fueron asignadas. No habían muchas cosas frágiles, por lo que Khonrad culminó ese trabajo en muy poco tiempo. Estaba enérgico.
Berry
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Berry dedicó una sonrisa a Khonrad, le recordaba a ella los primeros días, dispuesta a todo con ansias y hambre. Era una lástima que le hayan asignado a una isla tan desolada, simplemente negó con su cabeza mientras estiraba sus brazos tratando de mantenerse ocupada en algo.
—Mhmm, comprendo tus ansías e interés pero esta isla no es la más indicada para obtener medallas. De hecho solo vive un marine retirado que perdió su pierna y en el bosque solo hay animales. Podríamos ver si necesitan ayuda con el control de alguna especie o entrenar en la naturaleza...—
Berry señaló el bosque mientras algunos sonidos de ardillas y zorros se escuchaban, era evidente que no encontrarían a ningún ladrón o cazador, nadie pisaba Jellystone si no era para tomar un descanso o traer provisiones.
—¿Uh? Ohh... ya entiendo porque estaban tan perdidos...—
Berry llevó su mano a la cabeza mientras se palmeaba la frente, reaccionando finalmente a que se encontraba en forma humana todo ese tiempo. Sin embargo, su actitud no cambió si no que comenzó a reír, al parecer le daba igual haber mostrado un poco más o un poco menos de todas formas no se podía remediar lo acontecido.
—¡Bwahaha! No te preocupes guapo, en mi tribu ni siquiera usamos ropa, no me da vergüenza. En cuanto a tu oferta, lo único que me interesa es obtener la chaqueta y estoy casi en ese rango. ¿No son geniales colgando de los hombros y sin caerse?—
Y nuevamente estaba la mink presumiendo de esa chaqueta que idolatraba como si fuese más que un trozo de tela. Volvió lentamente a su aspecto mink habitual, mientras llevaba sus manos a la nuca y controlaba el trabajo. Aún como una zorra humana era atractiva, supervisando que todo estuviese descargado.
—Bien comiencen a llevar esto a la caseta, mientras tanto, Khonrad tal vez desees algo más de acción. ¿Te apetece un combate de práctica?—
Berry sonrió mientras algunos marines comenzaban a llevar las cosas en dirección a la caseta. Algunos charlaban al pasar cerca de Khonrad, claro charlaban en un tono algo temeroso y con cierta preocupación por la sugerencia de un entrenamiento con un simple recluta.
—Escuche que la Sargento derrotó a varios piratas con solo sus puños, también que puede volverse temible si está borracha...—
—A mi me comentaron que suele golpear barcos hasta desmayarse e incluso se prende fuego...—
—Está loca...—
La mink abrazó por la espalda a los tres reclutas quienes se erizaron al sentir el pelaje y las orejas de la mink rebotar contra sus cabezas.
—¿Decían algo? Creo que se quieren unir...—
Los reclutas negaron con su cabeza y se disculparon tomando algunas cajas para acelerar el paso y alejarse. La mink comenzó a reír, jamás lastimaría a un recluta y menos en un combate de práctica, sabía que en estos debía tomar una postura más defensiva y tratar de no golpear o incluso no usar sus brazos.
—Todo eso es verdad... Pero no dañaría a alguien tan guapo y menos cuando recién llega. Ambos sabemos que vuelves para despejarte, quieres trabajo hasta cansarte y mantener tu mente ocupada. Si entrenamos juntos puedes liberar toda esa tensión, además puede que nos encarguen más tareas en el transcurso del día.—
La mink guiñó su ojo mientras se dirigía a una parte apartada de la isla, esperaba que Khonrad la siguiese, después de todo los reclutas estarían transportando cajas por un buen tiempo. Ella podía vigilarlos desde la distancia, si llegaban a ocurrir problemas acudiría al instante. Ahora la prioridad era ver lo que Khonrad pudiese hacer y si entrar en calor ayudaba a su cabeza a despejarse, después de todo era una buena terapia para Berry siempre que se sentía ansiosa.
—Mhmm, comprendo tus ansías e interés pero esta isla no es la más indicada para obtener medallas. De hecho solo vive un marine retirado que perdió su pierna y en el bosque solo hay animales. Podríamos ver si necesitan ayuda con el control de alguna especie o entrenar en la naturaleza...—
Berry señaló el bosque mientras algunos sonidos de ardillas y zorros se escuchaban, era evidente que no encontrarían a ningún ladrón o cazador, nadie pisaba Jellystone si no era para tomar un descanso o traer provisiones.
—¿Uh? Ohh... ya entiendo porque estaban tan perdidos...—
Berry llevó su mano a la cabeza mientras se palmeaba la frente, reaccionando finalmente a que se encontraba en forma humana todo ese tiempo. Sin embargo, su actitud no cambió si no que comenzó a reír, al parecer le daba igual haber mostrado un poco más o un poco menos de todas formas no se podía remediar lo acontecido.
—¡Bwahaha! No te preocupes guapo, en mi tribu ni siquiera usamos ropa, no me da vergüenza. En cuanto a tu oferta, lo único que me interesa es obtener la chaqueta y estoy casi en ese rango. ¿No son geniales colgando de los hombros y sin caerse?—
Y nuevamente estaba la mink presumiendo de esa chaqueta que idolatraba como si fuese más que un trozo de tela. Volvió lentamente a su aspecto mink habitual, mientras llevaba sus manos a la nuca y controlaba el trabajo. Aún como una zorra humana era atractiva, supervisando que todo estuviese descargado.
—Bien comiencen a llevar esto a la caseta, mientras tanto, Khonrad tal vez desees algo más de acción. ¿Te apetece un combate de práctica?—
Berry sonrió mientras algunos marines comenzaban a llevar las cosas en dirección a la caseta. Algunos charlaban al pasar cerca de Khonrad, claro charlaban en un tono algo temeroso y con cierta preocupación por la sugerencia de un entrenamiento con un simple recluta.
—Escuche que la Sargento derrotó a varios piratas con solo sus puños, también que puede volverse temible si está borracha...—
—A mi me comentaron que suele golpear barcos hasta desmayarse e incluso se prende fuego...—
—Está loca...—
La mink abrazó por la espalda a los tres reclutas quienes se erizaron al sentir el pelaje y las orejas de la mink rebotar contra sus cabezas.
—¿Decían algo? Creo que se quieren unir...—
Los reclutas negaron con su cabeza y se disculparon tomando algunas cajas para acelerar el paso y alejarse. La mink comenzó a reír, jamás lastimaría a un recluta y menos en un combate de práctica, sabía que en estos debía tomar una postura más defensiva y tratar de no golpear o incluso no usar sus brazos.
—Todo eso es verdad... Pero no dañaría a alguien tan guapo y menos cuando recién llega. Ambos sabemos que vuelves para despejarte, quieres trabajo hasta cansarte y mantener tu mente ocupada. Si entrenamos juntos puedes liberar toda esa tensión, además puede que nos encarguen más tareas en el transcurso del día.—
La mink guiñó su ojo mientras se dirigía a una parte apartada de la isla, esperaba que Khonrad la siguiese, después de todo los reclutas estarían transportando cajas por un buen tiempo. Ella podía vigilarlos desde la distancia, si llegaban a ocurrir problemas acudiría al instante. Ahora la prioridad era ver lo que Khonrad pudiese hacer y si entrar en calor ayudaba a su cabeza a despejarse, después de todo era una buena terapia para Berry siempre que se sentía ansiosa.
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— ¿Está segura Sargento?, puede que mi fuerza actual no equipare a la de un mink pero tampoco estoy al nivel tan bajo de los reclutas de esta isla — Khonrad comentó mientras seguía a Berry a una parte un poco más apartada, un combate de práctica no estaría mal, no sabe cuánto duraría contra una Sargento y aparte mink pero así puede pedir consejos a un superior que no pasa todo el día detrás de un escritorio.
Tras apartarse lo suficientemente para no ser molestados, pero no tanto como para perder de vista a los demás reclutas, ambos se prepararian — Sargento, sepa que no utilizo armas, ni espadas, ni pistolas, solo mi cuerpo — mencionó el recluta orgulloso de si mismo, pues la gran mayoría de estos utilizan espadas, hachas o armas de fuego, sin embargo Khonrad ha entrenado su cuerpo para que esté por si solo sea un arma tan letal como espadas o demás. — Si puede darme consejos en medio de la batalla sería excelente, así puedo mejorar mi estilo de pelea Sargento Berry — Exclamó Khonrad antes de lanzar el primer golpe. Un puñetazo que parecía más una estocada, como si una aguja se moviera a gran velocidad mientras confeccionaba alguna prenda.
Para Khonrad era bastante claro que la marine Berry esquivaria un ataque tan predecible como ese. Sin embargo se mantuvo lanzando puñetazos y patadas a gran velocidad intentando asestar algún golpe. Sin embargo su velocidad para esquivar también era buena, no era solo buen golpeador. — Permítame demostrarle de que estoy hecho Sargento Berry — En ese momento Khonrad retrocedió para posteriormente dar una patada veloz al aire que lanzó una fina onda de choque que se dirigía a la Sargento.
Khonrad sentía que estaba haciendo algo interesante, al menos, ya que está isla lo estaba agobiando, no había nada que hacer y ya pasó demasiado tiempo pensando en Merlina, no podía seguir haciendose esto a si mismo, el quería proteger a los civiles, demostrar que tiene valor en la sociedad actual. Y en esta isla no podía hacer nada de eso.
Sin precio aviso Khonrad saltó y se había dejado caer justo encima de la marine con una gran patada esperando alguna reacción por su parte. Era una patada que tenía una gran parte de su fuerza, era obvio que quería darlo todo, pues sentía que Berry era su oportunidad para salir de la isla que lo tenía atado.
Tras apartarse lo suficientemente para no ser molestados, pero no tanto como para perder de vista a los demás reclutas, ambos se prepararian — Sargento, sepa que no utilizo armas, ni espadas, ni pistolas, solo mi cuerpo — mencionó el recluta orgulloso de si mismo, pues la gran mayoría de estos utilizan espadas, hachas o armas de fuego, sin embargo Khonrad ha entrenado su cuerpo para que esté por si solo sea un arma tan letal como espadas o demás. — Si puede darme consejos en medio de la batalla sería excelente, así puedo mejorar mi estilo de pelea Sargento Berry — Exclamó Khonrad antes de lanzar el primer golpe. Un puñetazo que parecía más una estocada, como si una aguja se moviera a gran velocidad mientras confeccionaba alguna prenda.
Para Khonrad era bastante claro que la marine Berry esquivaria un ataque tan predecible como ese. Sin embargo se mantuvo lanzando puñetazos y patadas a gran velocidad intentando asestar algún golpe. Sin embargo su velocidad para esquivar también era buena, no era solo buen golpeador. — Permítame demostrarle de que estoy hecho Sargento Berry — En ese momento Khonrad retrocedió para posteriormente dar una patada veloz al aire que lanzó una fina onda de choque que se dirigía a la Sargento.
Khonrad sentía que estaba haciendo algo interesante, al menos, ya que está isla lo estaba agobiando, no había nada que hacer y ya pasó demasiado tiempo pensando en Merlina, no podía seguir haciendose esto a si mismo, el quería proteger a los civiles, demostrar que tiene valor en la sociedad actual. Y en esta isla no podía hacer nada de eso.
Sin precio aviso Khonrad saltó y se había dejado caer justo encima de la marine con una gran patada esperando alguna reacción por su parte. Era una patada que tenía una gran parte de su fuerza, era obvio que quería darlo todo, pues sentía que Berry era su oportunidad para salir de la isla que lo tenía atado.
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Berry dedicó una sonrisa mientras escuchaba a Khinrad, asintiendo ante las dudas de este, ella estaba segura de poder controlarse y no mandarlo a la enfermería. Claro, eso es lo que entendía por preocupación, conocía que no debía subestimar a cualquier rival y se limitó a utilizar su haki de armadura solo como defensa para esa ocasión. Buscó entre las ramas una pequeña caalabaza y vertió parte de su contenido en un pequeño platito, bebiendo sin ningún pudor antes de responder.
—Ñam, segura, puedo manejarlo. ¿Quieres un trago? Puedes llamarme Berry ahora estamos en confianza...—
La mink bloquearía el primer ataque con su garra libre imbuida en haki pero no en electro. De momento deseaba comprobar la fuerza de su colega, el impacto se sintió entre ambos, pese a Berry limitarse a sonreír sin sentir dolor o incomodidad por el curioso ataque. Notó la fuerza del recluta, era bastante decente e incluso podía decirse que era más fuerte que ella en sus días de recién ingresada.
—Puede decirse que somos parecidos, a mi tampoco me gusta usar otra cosa que no sean mis puños. Ese golpe fue interesante, me recuerda al vino, un poco más de tiempo y tendrá mejor sabor...—
Los consejos de Berry eran algo ¿Peculiares? Costaba tomarla enserio, incluso con su voz tan serena y su sonrisa sincera no dejaba de ser una zorra humanoide con una copa de sake en su mano izquierda. Sin embargo no estaba mintiendo, se dice que el alcohol lava las mentiras y las palabras de la mink no se alejaban de la realidad reconocía su fuerza además de alentarlo a mejorar con el tiempo.
Berry continuaba bloqueando con su brazo libre las patadas y golpes, deteniendo algunos a solo segundos de que lleguen a su cara. No había retrocedido ni tampoco parecía tener intenciones de evadir o lanzar un contraataque antes de terminar su trago. La onda de choque mandó a volar el pequeño plato de madera que rebotó contra un árbol antes de romperse, Berry había evadido el ataque simplemente con un pequeño salto pese a que no supo calcular bien y la misma impactó en el recipiente.
—No está mal, aunque nos quedamos sin recipiente. ¡Bwahahaha! Creo que ese ataque a distancia es muy bueno para los rivales escurridizos y si has enviado a volar algo tan pequeño como un plato sin dudas podrás dejar indefenso a un tirador o un espadachín.—
Pese a bromear la mink no dudaba en elogiar y destacar las fortalezas de su pupilo, no era su deber resaltar las debilidades si no las fortalezas y darle nuevas ideas a su modo. Berry sujetó la pierna de Khonrad con ambas garras, flexionando sus rodillas para disminuir el impacto y bajando sus brazos sin avisar con intención de hacerlo caer contra el suelo. No era un agarre con todas sus fuerzas ni tampoco le había lanzado de la manera tan violenta, buscaba más bien medir la improvisación del marine ante un imprevisto.
—Bueno, supongo que no has venido solo a lanzar golpes.—
La mink mantuvo su postura firme, utilizando su velocidad para recortar distancias y comenzar a golpear, fugaces estelas eléctricas se presentaban en sus garras que parecían rodeadas de una estela dorada en cada golpe. Aunque la potencia de sus puños por lo general eran balas de cañón, la mink trataba de contenerse lo suficiente, cada golpe era más similar a una bala dolerían pero no destruirían al destinatario.
Berry se movía de lado a lado, buscando evitar que Khonrad se alejase o buscase una salida, llevando el entrenamiento a un intercambio de golpes directo. En eso se basaba su primer ciclo del electro borracho, algo liviano para iniciar, en una de sus combinaciones la mink buscaría desestabilizar con una patada a la rodilla mientras un derechazo buscaba conectar al mentón. El rostro de Berry era una sonrisa, se estaba divirtiendo aunque tuviese que contenerse en cada golpe.
—Ñam, segura, puedo manejarlo. ¿Quieres un trago? Puedes llamarme Berry ahora estamos en confianza...—
La mink bloquearía el primer ataque con su garra libre imbuida en haki pero no en electro. De momento deseaba comprobar la fuerza de su colega, el impacto se sintió entre ambos, pese a Berry limitarse a sonreír sin sentir dolor o incomodidad por el curioso ataque. Notó la fuerza del recluta, era bastante decente e incluso podía decirse que era más fuerte que ella en sus días de recién ingresada.
—Puede decirse que somos parecidos, a mi tampoco me gusta usar otra cosa que no sean mis puños. Ese golpe fue interesante, me recuerda al vino, un poco más de tiempo y tendrá mejor sabor...—
Los consejos de Berry eran algo ¿Peculiares? Costaba tomarla enserio, incluso con su voz tan serena y su sonrisa sincera no dejaba de ser una zorra humanoide con una copa de sake en su mano izquierda. Sin embargo no estaba mintiendo, se dice que el alcohol lava las mentiras y las palabras de la mink no se alejaban de la realidad reconocía su fuerza además de alentarlo a mejorar con el tiempo.
Berry continuaba bloqueando con su brazo libre las patadas y golpes, deteniendo algunos a solo segundos de que lleguen a su cara. No había retrocedido ni tampoco parecía tener intenciones de evadir o lanzar un contraataque antes de terminar su trago. La onda de choque mandó a volar el pequeño plato de madera que rebotó contra un árbol antes de romperse, Berry había evadido el ataque simplemente con un pequeño salto pese a que no supo calcular bien y la misma impactó en el recipiente.
—No está mal, aunque nos quedamos sin recipiente. ¡Bwahahaha! Creo que ese ataque a distancia es muy bueno para los rivales escurridizos y si has enviado a volar algo tan pequeño como un plato sin dudas podrás dejar indefenso a un tirador o un espadachín.—
Pese a bromear la mink no dudaba en elogiar y destacar las fortalezas de su pupilo, no era su deber resaltar las debilidades si no las fortalezas y darle nuevas ideas a su modo. Berry sujetó la pierna de Khonrad con ambas garras, flexionando sus rodillas para disminuir el impacto y bajando sus brazos sin avisar con intención de hacerlo caer contra el suelo. No era un agarre con todas sus fuerzas ni tampoco le había lanzado de la manera tan violenta, buscaba más bien medir la improvisación del marine ante un imprevisto.
—Bueno, supongo que no has venido solo a lanzar golpes.—
La mink mantuvo su postura firme, utilizando su velocidad para recortar distancias y comenzar a golpear, fugaces estelas eléctricas se presentaban en sus garras que parecían rodeadas de una estela dorada en cada golpe. Aunque la potencia de sus puños por lo general eran balas de cañón, la mink trataba de contenerse lo suficiente, cada golpe era más similar a una bala dolerían pero no destruirían al destinatario.
Berry se movía de lado a lado, buscando evitar que Khonrad se alejase o buscase una salida, llevando el entrenamiento a un intercambio de golpes directo. En eso se basaba su primer ciclo del electro borracho, algo liviano para iniciar, en una de sus combinaciones la mink buscaría desestabilizar con una patada a la rodilla mientras un derechazo buscaba conectar al mentón. El rostro de Berry era una sonrisa, se estaba divirtiendo aunque tuviese que contenerse en cada golpe.
Khonrad L. Simons
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La Mink era bastante rápida, sin embargo Khonrad no se dejó intimidar, cuando está tomó su pierna con de inmediato trataría de impactar a su superior con su otra pierna aunque esta le hubiera causado daños. Khonrad logró retroceder para entonces comenzar a recibir golpes fuertes de la marine, esta era realmente veloz, y aunque era evidente que no iba enserio, cada golpe se sentía mucho más poderoso que el anterior. La velocidad y fuerza de esta chica era evidente, no eran simples golpes, no permitía que este se alejara lo suficiente para atacar. En un momento Khonrad da una patada giratoria baja con intención de hacer que la Mink cayera al piso.
— Eres bastante veloz Berry, es increíble — El marine se encontraba esquivando e intentando golpearla sin embargo era un intercambio de golpes sin sentido, aquellos golpes tenían la potencia de una bala de cañón, cada que rozaba su piel sentía como dolía y además ardian. La fuerza de ella se ve potenciada por su naturaleza, por lo que Khonrad se siente en desventaja pero esto no lo detiene.
Khonrad sabía que enfrentaba a una oponente formidable, pero su determinación seguía inquebrantable. A medida que la pelea continuaba, se daba cuenta de que necesitaba adoptar una estrategia más inteligente si quería tener alguna oportunidad contra la Mink. Evitaría el intercambio de golpes directos y buscaría abrir una brecha en la defensa de Berry.
Con un movimiento rápido, Khonrad realizó una serie de pasos hacia atrás, alejándose de la Mink, y luego se lanzó hacia adelante en un intento de distraerla. Sin embargo, en lugar de atacar directamente, en el último momento, cambió su dirección y se lanzó hacia un costado, tratando de rodearla. Sabía que su velocidad no sería suficiente para mantenerse a la par con la de Berry, pero apostaba por la sorpresa y la agilidad.
Una vez en posición lateral a la Mink, Khonrad aprovechó su ventaja momentánea para realizar una serie de ataques rápidos y precisos. Intentó golpear puntos vulnerables en su defensa, como las articulaciones y zonas menos protegidas. A pesar de la potencia y velocidad de los golpes de Berry, Khonrad confiaba en su habilidad para esquivar y contrarrestar, tratando de hacer que la Mink se viera forzada a retroceder o a cambiar su enfoque defensivo. La pelea se convirtió en un juego de estrategia y agilidad, con ambos luchadores buscando oportunidades para ganar ventaja. Aunque cada golpe de la Mink seguía siendo devastador, Khonrad demostró ser un oponente digno al aprovechar su conocimiento táctico y su capacidad para adaptarse sobre la marcha. La intensidad de la batalla aumentó mientras la arena a su alrededor quedaba marcada por sus movimientos rápidos y choques impactantes.
— Eres bastante veloz Berry, es increíble — El marine se encontraba esquivando e intentando golpearla sin embargo era un intercambio de golpes sin sentido, aquellos golpes tenían la potencia de una bala de cañón, cada que rozaba su piel sentía como dolía y además ardian. La fuerza de ella se ve potenciada por su naturaleza, por lo que Khonrad se siente en desventaja pero esto no lo detiene.
Khonrad sabía que enfrentaba a una oponente formidable, pero su determinación seguía inquebrantable. A medida que la pelea continuaba, se daba cuenta de que necesitaba adoptar una estrategia más inteligente si quería tener alguna oportunidad contra la Mink. Evitaría el intercambio de golpes directos y buscaría abrir una brecha en la defensa de Berry.
Con un movimiento rápido, Khonrad realizó una serie de pasos hacia atrás, alejándose de la Mink, y luego se lanzó hacia adelante en un intento de distraerla. Sin embargo, en lugar de atacar directamente, en el último momento, cambió su dirección y se lanzó hacia un costado, tratando de rodearla. Sabía que su velocidad no sería suficiente para mantenerse a la par con la de Berry, pero apostaba por la sorpresa y la agilidad.
Una vez en posición lateral a la Mink, Khonrad aprovechó su ventaja momentánea para realizar una serie de ataques rápidos y precisos. Intentó golpear puntos vulnerables en su defensa, como las articulaciones y zonas menos protegidas. A pesar de la potencia y velocidad de los golpes de Berry, Khonrad confiaba en su habilidad para esquivar y contrarrestar, tratando de hacer que la Mink se viera forzada a retroceder o a cambiar su enfoque defensivo. La pelea se convirtió en un juego de estrategia y agilidad, con ambos luchadores buscando oportunidades para ganar ventaja. Aunque cada golpe de la Mink seguía siendo devastador, Khonrad demostró ser un oponente digno al aprovechar su conocimiento táctico y su capacidad para adaptarse sobre la marcha. La intensidad de la batalla aumentó mientras la arena a su alrededor quedaba marcada por sus movimientos rápidos y choques impactantes.
Berry
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Khonrad no se intimidaba y eso le agradaba a Berry quien simplemente seguía divertida intentando no golpear más fuerte de lo debido, si bien el intercambio era corto, pudo ver como el marine trataba de tomar distancia cada cierto tiempo. Su mirada se mostraba relajada, mientras aprovechaba para bloquear y trabajar en su defensa, su haki de armadura servía de mucho a la hora de resistir golpes imprevistos como aquella patada que si bien conectó no le ocasionó mucho más problema que un poco de polvo. Distinto habrá sido para el recluta chocar su pie contra el duro y trabajado cuerpo de la mink, quién nunca se detenía a la hora de lograr proezas cada vez más alocadas, sabía que para trabajar su defensa debía exponerse un poco a los golpes y podía decirse que esa patada fue precisamente para comprobar que tanto podía resistir. Movió su pierna dando unos pequeños saltos, comprobando que en efecto no lo había sentido, moviendo sus garras a los costados de su cuerpo buscando cambiar un poco su estilo.
—Nada mal, esa patada fue un buen intento, pero como puedes ver mi cuerpo no es tan blandito como parece. Aunque mi cola es felpuda y si es suavecita, dan ganas de abrazarla...—
Berry comenzó a perseguir su cola mientras permitía que el marine se alejase, pese a este hecho seguía concentrada en la pelea, ya que al ver las intenciones del hombre a la hora de atacar la zorra se decidió por rodar por el suelo hasta la calabaza de alcohol. Evitando con tal acto fuera de toda lógica de combate, el ataque del mismo, volvió a su postura erguida mientras movía su cola de lado a lado mostrando una sonrisa de oreja a oreja. El combate se ponía mejor cuanto más avanzaba, al parecer el hombre buscaba pulir sus técnicas y volver a combatir como lo hizo antes de su retiro, por el lado de Berry buscaba entrenar su resistencia natural. Bebió un poco más de alcohol, tomando una postura algo graciosa, sus brazos colgaban a cada lado de su cuerpo y se balanceaban como gelatina, a la par que sus piernas se torcían y los pasos de Berry se convertían en pequeños pasitos de pingüino.
—¡Caíste!—
Gritó emocionada saltando contra el marine, utilizando sus brazos como látigos furiosos que azotaban en todas direcciones, su cuerpo se movía casi por instinto siendo muy complicado predecir su siguiente movimiento. En un segundo podía estar cayendo, para acto seguido ponerse a girar de cabeza con sus piernas abiertas golpeando como un ventilador a su alrededor, para acto seguido volver a ponerse de pie con un brinco y luego golpear seriamente rotando su puño al impactar. Parecía una especie de danza o baile tribal algo peligroso, divertido y atrayente como un torbellino salvaje. Berry lanzó un potente latigazo al hombro de Khonrad con su mano derecha, mientras intentaba aferrarse con la izquierda a su cintura y utilizar el electro para brindar una pequeña descarga de electricidad, finalmente llevó su mano abierta al rostro de Khonrad para dar una cachetada intentando reducir su fuerza al momento de impactar pero recuperando esta a la hora de impulsar al marine lejos de ella. La cachetada lejos de ser un juego, también llevaba algo de electro en su contacto, por lo que se sentiría como un choque de electricidad por toda la mejilla.
—¡Bwahahaha! Esto es muy divertido, pero se supone que debes intentar golpearme, aunque ya ni me acuerdo...—
Berry se mostró atontada por el alcohol aunque al sacar su lengua demostraba que tan solo estaba bromeando un poco, conocía quienes eran donde estaban y cual era el objetivo de aquel entrenamiento. Solo que Berry se tomaba cada pelea como un pequeño juego, repartiendo algo de felicidad incluso cuando sus golpes tenían bastante potencia y seriedad, a fin de cuentas no era una pelea si no había un poco de diversión de por medio al menos no para ella.
—Nada mal, esa patada fue un buen intento, pero como puedes ver mi cuerpo no es tan blandito como parece. Aunque mi cola es felpuda y si es suavecita, dan ganas de abrazarla...—
Berry comenzó a perseguir su cola mientras permitía que el marine se alejase, pese a este hecho seguía concentrada en la pelea, ya que al ver las intenciones del hombre a la hora de atacar la zorra se decidió por rodar por el suelo hasta la calabaza de alcohol. Evitando con tal acto fuera de toda lógica de combate, el ataque del mismo, volvió a su postura erguida mientras movía su cola de lado a lado mostrando una sonrisa de oreja a oreja. El combate se ponía mejor cuanto más avanzaba, al parecer el hombre buscaba pulir sus técnicas y volver a combatir como lo hizo antes de su retiro, por el lado de Berry buscaba entrenar su resistencia natural. Bebió un poco más de alcohol, tomando una postura algo graciosa, sus brazos colgaban a cada lado de su cuerpo y se balanceaban como gelatina, a la par que sus piernas se torcían y los pasos de Berry se convertían en pequeños pasitos de pingüino.
—¡Caíste!—
Gritó emocionada saltando contra el marine, utilizando sus brazos como látigos furiosos que azotaban en todas direcciones, su cuerpo se movía casi por instinto siendo muy complicado predecir su siguiente movimiento. En un segundo podía estar cayendo, para acto seguido ponerse a girar de cabeza con sus piernas abiertas golpeando como un ventilador a su alrededor, para acto seguido volver a ponerse de pie con un brinco y luego golpear seriamente rotando su puño al impactar. Parecía una especie de danza o baile tribal algo peligroso, divertido y atrayente como un torbellino salvaje. Berry lanzó un potente latigazo al hombro de Khonrad con su mano derecha, mientras intentaba aferrarse con la izquierda a su cintura y utilizar el electro para brindar una pequeña descarga de electricidad, finalmente llevó su mano abierta al rostro de Khonrad para dar una cachetada intentando reducir su fuerza al momento de impactar pero recuperando esta a la hora de impulsar al marine lejos de ella. La cachetada lejos de ser un juego, también llevaba algo de electro en su contacto, por lo que se sentiría como un choque de electricidad por toda la mejilla.
—¡Bwahahaha! Esto es muy divertido, pero se supone que debes intentar golpearme, aunque ya ni me acuerdo...—
Berry se mostró atontada por el alcohol aunque al sacar su lengua demostraba que tan solo estaba bromeando un poco, conocía quienes eran donde estaban y cual era el objetivo de aquel entrenamiento. Solo que Berry se tomaba cada pelea como un pequeño juego, repartiendo algo de felicidad incluso cuando sus golpes tenían bastante potencia y seriedad, a fin de cuentas no era una pelea si no había un poco de diversión de por medio al menos no para ella.
Khonrad L. Simons
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Khonrad se mantuvo firme ante la embestida salvaje de Berry, sus sentidos agudizados por la adrenalina que recorría su cuerpo. Sabía que su entrenamiento con Berry iba a ser intenso, pero parecía que había llevado las cosas a un nuevo nivel. Con una mezcla de concentración y agilidad, Khonrad respondió a cada movimiento impredecible de Berry, aunque no tuvo la suerte o habilidad de esquivarlos todos.
En un rápido instante, pivotó sobre un pie, esquivando el latigazo que iba hacia su hombro derecho. Aprovechando el impulso de su giro, utilizó su brazo izquierdo para bloquear el intento de agarre de Berry a su cintura. Sin perder el ritmo, Khonrad sintió la descarga eléctrica y apretó los dientes, permitiendo que la corriente fluyera a través de él antes de apartarse con un salto hacia atrás — Mierda, cada golpe cargado de electricidad me supone un peligro — Objetó mientras continuaba esquivando.
La cachetada cargada de electricidad se acercó velozmente, pero Khonrad no se dejó intimidar. Centrando su energía, canalizó su fuerza interior para endurecer sus músculos y minimizar el impacto. Su mejilla se encontró con la mano de Berry en un choque que le hizo sentir una oleada de energía eléctrica recorriendo su rostro. Sin embargo, en lugar de ser empujado lejos como ella esperaba, Khonrad aprovechó el momento para agarrar su muñeca con firmeza — Sargento, si retrocedo por un simple golpe, no tendría sentido que me hubiera convertido en marine— Se mantuvo orgulloso en todo momento, dando a entender que no es de aquellos que escapan a la primera orden.
Con una expresión seria pero respetuosa, Khonrad miró a los ojos de Berry. Sabía que este entrenamiento no solo era físico, sino también una prueba de su habilidad para adaptarse y superar desafíos impredecibles. Mientras mantenía su agarre en la muñeca de Berry, habló con calma pero con determinación: —¡Impresionante, Sargento! Pero recuerda, la fuerza no solo radica en los movimientos, sino en la mente y la estrategia. Vamos a ver cómo respondes a esto." En un rápido movimiento, Khonrad utilizó la inercia del agarre para intentar lanzar a Berry en una voltereta controlada, poniendo en práctica una maniobra que habían practicado anteriormente. — No estoy a tu nivel, ni de cerca, tienes un estilo muy definido, tus golpes son como balas de cañón, Sargento Berry, usted ha ganado este encuentro — Khonrad se aleja un poco tras esto, dando a entender a la Marine que por su parte aquella vals de golpes había culminado.
En un rápido instante, pivotó sobre un pie, esquivando el latigazo que iba hacia su hombro derecho. Aprovechando el impulso de su giro, utilizó su brazo izquierdo para bloquear el intento de agarre de Berry a su cintura. Sin perder el ritmo, Khonrad sintió la descarga eléctrica y apretó los dientes, permitiendo que la corriente fluyera a través de él antes de apartarse con un salto hacia atrás — Mierda, cada golpe cargado de electricidad me supone un peligro — Objetó mientras continuaba esquivando.
La cachetada cargada de electricidad se acercó velozmente, pero Khonrad no se dejó intimidar. Centrando su energía, canalizó su fuerza interior para endurecer sus músculos y minimizar el impacto. Su mejilla se encontró con la mano de Berry en un choque que le hizo sentir una oleada de energía eléctrica recorriendo su rostro. Sin embargo, en lugar de ser empujado lejos como ella esperaba, Khonrad aprovechó el momento para agarrar su muñeca con firmeza — Sargento, si retrocedo por un simple golpe, no tendría sentido que me hubiera convertido en marine— Se mantuvo orgulloso en todo momento, dando a entender que no es de aquellos que escapan a la primera orden.
Con una expresión seria pero respetuosa, Khonrad miró a los ojos de Berry. Sabía que este entrenamiento no solo era físico, sino también una prueba de su habilidad para adaptarse y superar desafíos impredecibles. Mientras mantenía su agarre en la muñeca de Berry, habló con calma pero con determinación: —¡Impresionante, Sargento! Pero recuerda, la fuerza no solo radica en los movimientos, sino en la mente y la estrategia. Vamos a ver cómo respondes a esto." En un rápido movimiento, Khonrad utilizó la inercia del agarre para intentar lanzar a Berry en una voltereta controlada, poniendo en práctica una maniobra que habían practicado anteriormente. — No estoy a tu nivel, ni de cerca, tienes un estilo muy definido, tus golpes son como balas de cañón, Sargento Berry, usted ha ganado este encuentro — Khonrad se aleja un poco tras esto, dando a entender a la Marine que por su parte aquella vals de golpes había culminado.
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El combate estaba siendo divertido, incluso que tuviese la resistencia para no salir volando pese a los golpes hizo a la mink esbozar una sonrisa. No tardó en dejarse levantar, simplemente para dar unas volteretas en el aire al grito de "Wiii" antes de caer con sus piernas sobre una de las rocas del lugar, por la textura de esta y el alcohol que Berry traía encima parecía una gelatina bailando sobre otra.
—No está mal, jamás juzgaría así a un hombre tan guapo, me recuerdas a mí cuando me alisté. Siempre tratando de probarme frente a otros y entrenando de sol a sol para superarme, nos llevaremos bien sí señor...—
Berry se balanceaba, esperando un ataque que nunca llegó, su voz también mantenía una pizca de seducción y coqueteo sugerente dado en parte por su ebriedad. Aunque esto duró poco al escuchar que se terminaba el entreno Berry abofeteó sus mejillas en simultaneo volviendo a su actitud sobria habitual.
—¿Tan rápido? ¿No te hice nada grave verdad? Traté de reducir lo más posible mis golpes, de hecho, un golpe a plena potencia... sería digamos que muy peligroso. ¡Pero es divertido mover el esqueleto de vez en cuando!—
La sargento felicitó a Khonrad con algunas palmaditas en la cabeza mientras buscaba entre las ramas de un árbol el set de pesas corporales que acostumbraba a llevar. Si bien parecían livianas, cuando una cayó por descuido sobre una roca, esta última se partió en dos pedazos. Obligando a la mink a levantarlas antes de que se hundieran en el suelo, suspiró aferrando las pesas en sus brazos piernas y abdomen, abriendo su camisa sin mucho pudor para esta última tarea.
—Bien, todo listo. Creo que los reclutas deben estar terminando con el desempaque y es una buena oportunidad para entrenar un poco talando unos árboles. Pese a que el entreno fue un poco blando cuando estés recuperado toma un hacha y empieza con alguno de los árboles marcados. Esto se hace porque son troncos que están muriendo y entonces son reutilizados para combustible o trabajos artesanales. ¡Espero que estés listo para hacer uso de esos enormes brazos Khonrad!—
La mink sonrió mientras avanzaba hasta uno de los árboles alejados, ella no utilizaría herramienta alguna, solo sus puños pero que un recluta hiciera eso solo conllevaría a daños en los nudillos y huesos, la zorra estaba acostumbrada a golpear madera mucho más dura y no desaprovechaba momento para entrenar. Lentamente otros reclutas aparecían para comenzar a cortar los árboles marcados con sus hachas y sierras, sería una mañana bastante larga pero que ayudaría a la formación de reclutas fuertes y dispuestos a la labor.
—No está mal, jamás juzgaría así a un hombre tan guapo, me recuerdas a mí cuando me alisté. Siempre tratando de probarme frente a otros y entrenando de sol a sol para superarme, nos llevaremos bien sí señor...—
Berry se balanceaba, esperando un ataque que nunca llegó, su voz también mantenía una pizca de seducción y coqueteo sugerente dado en parte por su ebriedad. Aunque esto duró poco al escuchar que se terminaba el entreno Berry abofeteó sus mejillas en simultaneo volviendo a su actitud sobria habitual.
—¿Tan rápido? ¿No te hice nada grave verdad? Traté de reducir lo más posible mis golpes, de hecho, un golpe a plena potencia... sería digamos que muy peligroso. ¡Pero es divertido mover el esqueleto de vez en cuando!—
La sargento felicitó a Khonrad con algunas palmaditas en la cabeza mientras buscaba entre las ramas de un árbol el set de pesas corporales que acostumbraba a llevar. Si bien parecían livianas, cuando una cayó por descuido sobre una roca, esta última se partió en dos pedazos. Obligando a la mink a levantarlas antes de que se hundieran en el suelo, suspiró aferrando las pesas en sus brazos piernas y abdomen, abriendo su camisa sin mucho pudor para esta última tarea.
—Bien, todo listo. Creo que los reclutas deben estar terminando con el desempaque y es una buena oportunidad para entrenar un poco talando unos árboles. Pese a que el entreno fue un poco blando cuando estés recuperado toma un hacha y empieza con alguno de los árboles marcados. Esto se hace porque son troncos que están muriendo y entonces son reutilizados para combustible o trabajos artesanales. ¡Espero que estés listo para hacer uso de esos enormes brazos Khonrad!—
La mink sonrió mientras avanzaba hasta uno de los árboles alejados, ella no utilizaría herramienta alguna, solo sus puños pero que un recluta hiciera eso solo conllevaría a daños en los nudillos y huesos, la zorra estaba acostumbrada a golpear madera mucho más dura y no desaprovechaba momento para entrenar. Lentamente otros reclutas aparecían para comenzar a cortar los árboles marcados con sus hachas y sierras, sería una mañana bastante larga pero que ayudaría a la formación de reclutas fuertes y dispuestos a la labor.
Khonrad L. Simons
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Con determinación palpable y una chispa de anticipación en sus ojos, Khonrad tomó el hacha en su mano. Sus ásperos contornos se sienten familiares y reconfortantes, como una extensión natural de si mismo. Antes de sumergirse en la tarea que tiene por delante, deja que sus pensamientos se centren en las palabras alentadoras de Berry. Su confianza en su capacidad para llevar a cabo esta tarea le infunde un sentido renovado de propósito y una resolución inquebrantable.
Su mente se desplaza hacia su fruta del diablo, ese regalo misterioso y poderoso que le ha sido otorgado a Khonrad. Con un cuchillo hace una pequeña cortada en uno de sus dedos para posteriormente trazar el patrón del Kanji de fuerza, y con un suave movimiento, dejo que unas gotas de mi propia sangre se mezclen con el diseño. En un instante, siente la resonancia de su fruta en su interior, como si un torrente de energía latente estuviera esperando a ser liberado. Sus músculos se tensan en anticipación mientras se prepara para el desafío que se avecina.
Al poner sus pies en movimiento, la tierra bajo las botas parece vibrar en respuesta. Los árboles marcados como candidatos para ser talados se alzan majestuosamente ante Khonrad, sus hojas susurrando secretos al viento. La confianza en la fruta del diablo que había consumido y activado y en sus habilidades lo guía mientras avanza hacia el primer objetivo. Levanta el hacha sobre su hombro, sintiendo su peso familiar y el viento que acariciaba su rostro.
El primer golpe cae con una precisión milimétrica. El tronco cruje y se agrieta bajo el impacto, y el sonido retumbante se mezcla con el eco de los latidos acelerados de Khonrad. No hay pausas, no hay dudas, continuó, un golpe tras otro, sintiendo cómo la energía de su fruta del diablo infunde cada movimiento con una fuerza sobrenatural. Los árboles caen con una cadencia casi hipnótica, cada corte es una danza coreografiada entre el hombre y el hacha.
A medida que avanza, noto las miradas de sus compañeros reclutas. Sabe que están observando, midiendo sus constantes acciones con sus propias expectativas y ambiciones. Pero no esta aquí para competir con ellos. Esta aquí para cumplir con la confianza que Berry ha depositado en el y para superar sus propias limitaciones que quedaron al descubierto en el reciente entrenamiento. La madera se parte a su paso, los troncos caen como testigos silenciosos de aquella determinación inquebrantable que tiene nuestro Marine.
El tiempo parece desdibujarse mientras Khonrad sigue adelante. Sus músculos arden con esfuerzo, pero su energía nunca flaquea. Cada corte es más poderoso que el anterior, cada tronco cae con una precisión que desafía la lógica. La respiración de Khonrad es constante y rítmica, una sinfonía acompasada con los golpes del hacha. Y en medio de todo esto, su mente está en calma, completamente inmersa en la tarea, libre de distracciones o dudas.
Finalmente, luego de una larga jornada, unas cuantas horas de trabajo esfuerzo, el último árbol cae, y un silencio reverencial se apodera del área. Khonrad esta rodeado de montones de madera cortada, una prueba tangible de su esfuerzo y dedicación. Su corazón late con satisfacción, y mientras mira a su alrededor, encuentra las miradas de sus compañeros de labor, una mezcla de asombro y respeto en sus ojos. Se da cuenta de que no solo ha cumplido con las expectativas, sino que también ha demostrado su valía de una manera que trasciende las palabras.
Con una sonrisa cansada pero satisfecha, Khonrad deja el hacha a un lado y se inclina para recoger su botella de agua. Mientras bebe, siente la mezcla de emociones que fluyen a través de si mismo, orgullo, gratitud y un sentido profundo de logro. Esta listo para cualquier desafío que el futuro pueda traer, fortalecido por esta experiencia y recordando siempre las palabras alentadoras de Berry que lo llevaron a este momento.
Su mente se desplaza hacia su fruta del diablo, ese regalo misterioso y poderoso que le ha sido otorgado a Khonrad. Con un cuchillo hace una pequeña cortada en uno de sus dedos para posteriormente trazar el patrón del Kanji de fuerza, y con un suave movimiento, dejo que unas gotas de mi propia sangre se mezclen con el diseño. En un instante, siente la resonancia de su fruta en su interior, como si un torrente de energía latente estuviera esperando a ser liberado. Sus músculos se tensan en anticipación mientras se prepara para el desafío que se avecina.
Al poner sus pies en movimiento, la tierra bajo las botas parece vibrar en respuesta. Los árboles marcados como candidatos para ser talados se alzan majestuosamente ante Khonrad, sus hojas susurrando secretos al viento. La confianza en la fruta del diablo que había consumido y activado y en sus habilidades lo guía mientras avanza hacia el primer objetivo. Levanta el hacha sobre su hombro, sintiendo su peso familiar y el viento que acariciaba su rostro.
El primer golpe cae con una precisión milimétrica. El tronco cruje y se agrieta bajo el impacto, y el sonido retumbante se mezcla con el eco de los latidos acelerados de Khonrad. No hay pausas, no hay dudas, continuó, un golpe tras otro, sintiendo cómo la energía de su fruta del diablo infunde cada movimiento con una fuerza sobrenatural. Los árboles caen con una cadencia casi hipnótica, cada corte es una danza coreografiada entre el hombre y el hacha.
A medida que avanza, noto las miradas de sus compañeros reclutas. Sabe que están observando, midiendo sus constantes acciones con sus propias expectativas y ambiciones. Pero no esta aquí para competir con ellos. Esta aquí para cumplir con la confianza que Berry ha depositado en el y para superar sus propias limitaciones que quedaron al descubierto en el reciente entrenamiento. La madera se parte a su paso, los troncos caen como testigos silenciosos de aquella determinación inquebrantable que tiene nuestro Marine.
El tiempo parece desdibujarse mientras Khonrad sigue adelante. Sus músculos arden con esfuerzo, pero su energía nunca flaquea. Cada corte es más poderoso que el anterior, cada tronco cae con una precisión que desafía la lógica. La respiración de Khonrad es constante y rítmica, una sinfonía acompasada con los golpes del hacha. Y en medio de todo esto, su mente está en calma, completamente inmersa en la tarea, libre de distracciones o dudas.
Finalmente, luego de una larga jornada, unas cuantas horas de trabajo esfuerzo, el último árbol cae, y un silencio reverencial se apodera del área. Khonrad esta rodeado de montones de madera cortada, una prueba tangible de su esfuerzo y dedicación. Su corazón late con satisfacción, y mientras mira a su alrededor, encuentra las miradas de sus compañeros de labor, una mezcla de asombro y respeto en sus ojos. Se da cuenta de que no solo ha cumplido con las expectativas, sino que también ha demostrado su valía de una manera que trasciende las palabras.
Con una sonrisa cansada pero satisfecha, Khonrad deja el hacha a un lado y se inclina para recoger su botella de agua. Mientras bebe, siente la mezcla de emociones que fluyen a través de si mismo, orgullo, gratitud y un sentido profundo de logro. Esta listo para cualquier desafío que el futuro pueda traer, fortalecido por esta experiencia y recordando siempre las palabras alentadoras de Berry que lo llevaron a este momento.
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Berry decidió centrarse en su propio entrenamiento con golpes, supervisando con la mirada a los reclutas. Khonrad por su lado parecía no tener problemas, mostrando una media superior al rendimiento de otros. Si bien empleaba el hacha para no causarse un daño involuntario tal y como Berry había sugerido, era evidente que su trabajo superaba con creces el de otros marines. Se preguntaba si había estado escondiendo esa fuerza por alguna razón, o si simplemente estaba inspirado tras el leve combate de entrenamiento.
Tras unas horas habían terminado de talar los árboles marcados, la sargento formó una ronda alrededor de uno de los troncos, mientras estiraba sus brazos. Con un movimiento preciso de su garra comenzó a cortar el pedazo de madera en nueve segmentos, los cuales cargó debajo de sus brazos. Solo había dejado un momento de calma para tomar algo y reponer energías, pero en ese tiempo ella se había puesto a hacer flexiones y sentadillas, era una persona en extremo entregada al entrenamiento de su cuerpo.
—Bien como supongo estarán cansados formarán parejas. Su tarea es cortar los troncos en nueve secciones y cargarlos hasta la cabaña. Claro, usarán una carretilla para eso y no tendrán mis pesas puestas, no quiero que ninguno se lastime la espalda. Cuando terminen con un tronco vuelven y siguen con otro, traten de no apresurarse, no es una competencia.—
Sonriente Berry comenzó a trotar entre los árboles derribados, y tras unos pocos minutos había regresado para seccionar otro árbol con sus manos. Los reclutas formaban sus parejas, sus ojos se posaron en Khonrad al ver que todavía estaba buscando una pareja.
—Heeeey... ¿Quieres hacer pareja conmigo? Te advierto que será más duro que lo normal, podrás usar tu hacha para partir el tronco pero deberás llevar cuatro troncos con tus brazos y volveremos trotando en carrera. O puedes buscar algún colega y ayudarle a cargar la carretilla. Lo que gustes...—
Guiñó su ojo y se puso a trotar en marcha nuevamente, la mink era bastante informal en su trato y sin dudas contagiaba alegría pese a que su manera de entrenar solía poner nerviosos a los reclutas, en especial cuando se le era ofrecido acompañarla.
Tras unas horas habían terminado de talar los árboles marcados, la sargento formó una ronda alrededor de uno de los troncos, mientras estiraba sus brazos. Con un movimiento preciso de su garra comenzó a cortar el pedazo de madera en nueve segmentos, los cuales cargó debajo de sus brazos. Solo había dejado un momento de calma para tomar algo y reponer energías, pero en ese tiempo ella se había puesto a hacer flexiones y sentadillas, era una persona en extremo entregada al entrenamiento de su cuerpo.
—Bien como supongo estarán cansados formarán parejas. Su tarea es cortar los troncos en nueve secciones y cargarlos hasta la cabaña. Claro, usarán una carretilla para eso y no tendrán mis pesas puestas, no quiero que ninguno se lastime la espalda. Cuando terminen con un tronco vuelven y siguen con otro, traten de no apresurarse, no es una competencia.—
Sonriente Berry comenzó a trotar entre los árboles derribados, y tras unos pocos minutos había regresado para seccionar otro árbol con sus manos. Los reclutas formaban sus parejas, sus ojos se posaron en Khonrad al ver que todavía estaba buscando una pareja.
—Heeeey... ¿Quieres hacer pareja conmigo? Te advierto que será más duro que lo normal, podrás usar tu hacha para partir el tronco pero deberás llevar cuatro troncos con tus brazos y volveremos trotando en carrera. O puedes buscar algún colega y ayudarle a cargar la carretilla. Lo que gustes...—
Guiñó su ojo y se puso a trotar en marcha nuevamente, la mink era bastante informal en su trato y sin dudas contagiaba alegría pese a que su manera de entrenar solía poner nerviosos a los reclutas, en especial cuando se le era ofrecido acompañarla.
Khonrad L. Simons
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—¿Mas duro?, eso quizá no tenga por que ser así— Contestó Khonrad, se acercó a la Marine. Para posteriormente ir al navío y conseguir una cuerda. Con esfuerzo cortó el tronco en sus cuatro secciones y los amarró con la cuerda y a esta le dibujo el Kanji (軽) Ligero. Para poder llevar los troncos sin problema. Ya no intentaba demostrarle nada a nadie. Solamente esta dispuesto a culminar el trabajo para irse a descansar. Ha conocido a Berry y sabe que aunque puede que no ahora, pero en unos años puede ser su mano derecha, ella es fuerte y esta escalando, Khonrad puede llegar ahí con esfuerzo y dedicación.
—Esto no supone ninguno problema, he consumido la Dezu Dezu no mi— Khonrad llevaba los troncos en su espalda, como si no fueran mas que una mochila, un bulto de pequeñas cosas. No conseguía equiparar la velocidad de Berry pero a su ritmo este lo hacia considerablemente mejor que algunos reclutas. Era de esperarse, aunque tras cada ida y vuelta Khonrad tomaba un descanso para desactivar su habilidad y continuar, pues no podía mantener esta activa de por vida.
Tras varias idas y vueltas a la cabaña, estaba todo listo, no era mucho trabajo cuando habían tantos reclutas ayudando, además que la Sargento Berry era realmente enérgica y siempre se mantenía haciendo una que otra cosa. Khonrad había culminado con su labor y estaba considerablemente cansado, el utilizar tantas veces sus sellos desgasta mucho, ademas de que pierde sangre cada que tiene que dibujar uno de sus Kanjis.
Nuestro marine había recogido su cabello un poco y se había sentado a ver las olas del mar, el saber que no podría volver a nadar era algo un poco desconsolador, pero, tiene una gran habilidad, y esta fruta fue un regalo de parte de su amada, aunque esta ya no esta viva, los recuerdos invaden su mente. Khonrad cree estar listo para volver, pero tras tanto tiempo y no haber superado la muerte de Merlina siente que no podrá convertirse en un marine de alto rango que pueda ayudar a todos. Se había perdido en sus pensamientos mientras las olas chocaban fuertemente con la orilla de la playa.
—Esto no supone ninguno problema, he consumido la Dezu Dezu no mi— Khonrad llevaba los troncos en su espalda, como si no fueran mas que una mochila, un bulto de pequeñas cosas. No conseguía equiparar la velocidad de Berry pero a su ritmo este lo hacia considerablemente mejor que algunos reclutas. Era de esperarse, aunque tras cada ida y vuelta Khonrad tomaba un descanso para desactivar su habilidad y continuar, pues no podía mantener esta activa de por vida.
Tras varias idas y vueltas a la cabaña, estaba todo listo, no era mucho trabajo cuando habían tantos reclutas ayudando, además que la Sargento Berry era realmente enérgica y siempre se mantenía haciendo una que otra cosa. Khonrad había culminado con su labor y estaba considerablemente cansado, el utilizar tantas veces sus sellos desgasta mucho, ademas de que pierde sangre cada que tiene que dibujar uno de sus Kanjis.
Nuestro marine había recogido su cabello un poco y se había sentado a ver las olas del mar, el saber que no podría volver a nadar era algo un poco desconsolador, pero, tiene una gran habilidad, y esta fruta fue un regalo de parte de su amada, aunque esta ya no esta viva, los recuerdos invaden su mente. Khonrad cree estar listo para volver, pero tras tanto tiempo y no haber superado la muerte de Merlina siente que no podrá convertirse en un marine de alto rango que pueda ayudar a todos. Se había perdido en sus pensamientos mientras las olas chocaban fuertemente con la orilla de la playa.
Berry
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Berry no pudo evitar reír al ver a Khonrad usar su fruta, aunque hiciera falta algo de ejercicio le pondría en forma bastante rápido, en una de esas idas y vueltas la mink comenzó a comentar algunas de sus impresiones. Si bien le dejaba atrás en muchos ratos por seguir su propia rutina, se tomaba un tiempo esperando sentada como un cachorro al recluta, donde tomaba voz para indicarle que tronco seguía.
—Aunque tienes una fruta impresionante, debes acostumbrarte a entrenar sin ella. No solo agotas tu cuerpo por usar tus habilidades si no que no aprovechas al máximo todo lo que tu cuerpo puede resistir. Por ejemplo, si yo usara mi fruta podría traer todos los troncos, pero no sumaría nada. Así no solo trabajo mis músculos si no mi capacidad aerobica, aumentando mi resistencia a largo plazo.—
Berry guiñó su ojo mientras estiraba sus brazos y volvía al trabajo, todos los reclutas culminaron a su ritmo sus labores, sintiendo sus cuerpos agotados pero satisfechos por haber progresado en sus metas. La mink le indicó a todos un merecido descanso, colocando un cajón de frutas en medio de los reclutas e indicando que se sentasen en ronda a compartir. La camadería era importante, esas caras serían sus hermanos en la batalla y quizás en algún momento arriesgarían sus vidas.
Tomó dos duraznos y se apartó del grupo, llegando hasta donde Khonrad se encontraba apreciando el oceáno. Si fuese otra marine pediría permiso para sentarse, pero se trataba de Berry, por lo cual tomó asiento rodeando con su brazo a Khonrad y casi poniendo el durazno en su boca.
—Deberías comer algo, ¿Extrañas el mar? Yo solo la playa, pero debemos seguir adelante así como la vida suele poner trabas y obstaculos no hay que rendirse. Si yo me hubiera rendido seguiría en mi isla sin nada que hacer, pero mira hasta donde pude llegar. Hay muchas sandias en el mar, ¿O eran peces en la frutería? ¡Sin paraiso no hay tetas! Ehm espera, eso sonó raro. Lo que quería decir es que debemos seguir para ser ese héroe que tanto busca la gente común. Te quiero ver dando el triple en cada tarea Khonrad, no solo hoy, también mañana e incluso cuando yo no esté cerca. ¿Qué me dices? ¿Listo para darlo todo?—
La voz de la mink no dejaba de ser serena, pero sus gestos, su sonrisa y la torpeza a la hora de intentar animar al marine daban como resultado una charla bastante desestresada e informal como si fuesen colegas de toda la vida. Berry se quedó observaando el oceáno colocando su cabeza en el hombro del marine, casi sin darse cuenta mientras reflejaba en las olas sus anteriores aventuras.
—Aunque tienes una fruta impresionante, debes acostumbrarte a entrenar sin ella. No solo agotas tu cuerpo por usar tus habilidades si no que no aprovechas al máximo todo lo que tu cuerpo puede resistir. Por ejemplo, si yo usara mi fruta podría traer todos los troncos, pero no sumaría nada. Así no solo trabajo mis músculos si no mi capacidad aerobica, aumentando mi resistencia a largo plazo.—
Berry guiñó su ojo mientras estiraba sus brazos y volvía al trabajo, todos los reclutas culminaron a su ritmo sus labores, sintiendo sus cuerpos agotados pero satisfechos por haber progresado en sus metas. La mink le indicó a todos un merecido descanso, colocando un cajón de frutas en medio de los reclutas e indicando que se sentasen en ronda a compartir. La camadería era importante, esas caras serían sus hermanos en la batalla y quizás en algún momento arriesgarían sus vidas.
Tomó dos duraznos y se apartó del grupo, llegando hasta donde Khonrad se encontraba apreciando el oceáno. Si fuese otra marine pediría permiso para sentarse, pero se trataba de Berry, por lo cual tomó asiento rodeando con su brazo a Khonrad y casi poniendo el durazno en su boca.
—Deberías comer algo, ¿Extrañas el mar? Yo solo la playa, pero debemos seguir adelante así como la vida suele poner trabas y obstaculos no hay que rendirse. Si yo me hubiera rendido seguiría en mi isla sin nada que hacer, pero mira hasta donde pude llegar. Hay muchas sandias en el mar, ¿O eran peces en la frutería? ¡Sin paraiso no hay tetas! Ehm espera, eso sonó raro. Lo que quería decir es que debemos seguir para ser ese héroe que tanto busca la gente común. Te quiero ver dando el triple en cada tarea Khonrad, no solo hoy, también mañana e incluso cuando yo no esté cerca. ¿Qué me dices? ¿Listo para darlo todo?—
La voz de la mink no dejaba de ser serena, pero sus gestos, su sonrisa y la torpeza a la hora de intentar animar al marine daban como resultado una charla bastante desestresada e informal como si fuesen colegas de toda la vida. Berry se quedó observaando el oceáno colocando su cabeza en el hombro del marine, casi sin darse cuenta mientras reflejaba en las olas sus anteriores aventuras.
Khonrad L. Simons
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Berry se sentó al lado de Khonrad, destruyendo la total soledad que este tenía. — ¿Que si extraño el mar? La verdad no es el mar lo que extraño — Khonrad escuchó detenidamente los ¿Consejos? De Berry.
—Sargento, Esforzarme no será un problema, siempre lo he hecho, aun mas desde que Merlina murió, no me sentía listo para volver al servicio, incluso pensé en dejarlo, pues sentía que había perdido todo, me plantee volver a mi isla natal, pero en vez de eso me puse a entrenar. — Khonrad comenzó hablar intentando que Berry comprendiera la sensación que este esta viviendo, quería salir de la isla para seguir intentando mejorar, superar la muerte de Merlina era algo que se encontraba lejos pero no era imposible.
Khonrad sentía que la Marine tenia algo mas, podía parecer serena a veces, loca en ocasiones, extrovertida en todo momento, pero una persona para llegar a ese estado debió pasar por muchas cosas, los humanos no son buenos, jamás lo han sido, y en los últimos años la Legión ha querido demostrar que otras razas solo quieren herir a la humanidad, cosa que en su totalidad no es cierta.
—Sargento, ¿Mañana podemos seguir entrenando? Quiero darle inicio algunas técnicas que tengo en mente. — Khonrad se despidió tras estas palabras, intuyendo que Berry decidiría si hacerlo o no. Este debe salir de esta isla y comenzar su viaje, misiones que le permitan subir de rango y alcanzar un poco mas su meta. Además quiere convertirse en la mano derecha de alguien como Berry, es fuerte y decidida.
Sabe que posee una fruta, pero no hace uso de ella de manera deliberada, es una persona sumamente fuerte, quizá por su entrenamiento o quien sabe si es por su raza, sin embargo lo es, es digna de elogios y la gran mayoría de reclutas le temen o la adoran, por muchos motivos. Los rumores dicen que tiene unos 10 años en la marina, no muchos mink pertenecen a esta facción, pues la Legión suele cazar cualquier especie que no sean humanos, ya que consideran que los humanos son seres superiores.
Khonrad dormiría hasta el dia siguiente para volver a encontrarse con Berry si esta hubiera decidido ayudarle a entrenar. Este pasó toda la noche trabajando en una capa de color azul, había escuchado a sus compañeros reclutas diciendo que Berry anhela tener una capa de la marina. Fue una capa azul que tenia los kanjis (軍曹) que significa Sargento. Esperaría en el mismo lugar de su previo entrenamiento para entregarle a Berry el regalo que le había hecho y además de entrenar fuertemente para comenzar el desarrollo de sus habilidades.
—Sargento, Esforzarme no será un problema, siempre lo he hecho, aun mas desde que Merlina murió, no me sentía listo para volver al servicio, incluso pensé en dejarlo, pues sentía que había perdido todo, me plantee volver a mi isla natal, pero en vez de eso me puse a entrenar. — Khonrad comenzó hablar intentando que Berry comprendiera la sensación que este esta viviendo, quería salir de la isla para seguir intentando mejorar, superar la muerte de Merlina era algo que se encontraba lejos pero no era imposible.
Khonrad sentía que la Marine tenia algo mas, podía parecer serena a veces, loca en ocasiones, extrovertida en todo momento, pero una persona para llegar a ese estado debió pasar por muchas cosas, los humanos no son buenos, jamás lo han sido, y en los últimos años la Legión ha querido demostrar que otras razas solo quieren herir a la humanidad, cosa que en su totalidad no es cierta.
—Sargento, ¿Mañana podemos seguir entrenando? Quiero darle inicio algunas técnicas que tengo en mente. — Khonrad se despidió tras estas palabras, intuyendo que Berry decidiría si hacerlo o no. Este debe salir de esta isla y comenzar su viaje, misiones que le permitan subir de rango y alcanzar un poco mas su meta. Además quiere convertirse en la mano derecha de alguien como Berry, es fuerte y decidida.
Sabe que posee una fruta, pero no hace uso de ella de manera deliberada, es una persona sumamente fuerte, quizá por su entrenamiento o quien sabe si es por su raza, sin embargo lo es, es digna de elogios y la gran mayoría de reclutas le temen o la adoran, por muchos motivos. Los rumores dicen que tiene unos 10 años en la marina, no muchos mink pertenecen a esta facción, pues la Legión suele cazar cualquier especie que no sean humanos, ya que consideran que los humanos son seres superiores.
Khonrad dormiría hasta el dia siguiente para volver a encontrarse con Berry si esta hubiera decidido ayudarle a entrenar. Este pasó toda la noche trabajando en una capa de color azul, había escuchado a sus compañeros reclutas diciendo que Berry anhela tener una capa de la marina. Fue una capa azul que tenia los kanjis (軍曹) que significa Sargento. Esperaría en el mismo lugar de su previo entrenamiento para entregarle a Berry el regalo que le había hecho y además de entrenar fuertemente para comenzar el desarrollo de sus habilidades.
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Berry escuchó atentamente las palabras de Khonrad, las cuales parecían fluir con la fuerza del océano, atravesar una pérdida era algo que como marine ella había aprendido a sobrellevar con el tiempo. Los soldados caídos eran habituales en muchas operaciones, muchas situaciones de defensa y otras batallas más orientadas a combatir contra los criminales, incluso había visto la muerte de cerca y como algunos hombres morían por salvar a alguien necesitado. Si bien ella lo enfrentaba de otra manera, llevando en sus garras la vida de cada persona que alguna vez pudo combatir con ella, era sin dudas un ejercicio de gran simbolismo el cual ocultaba de todos. Su pelaje dorado en las garras lo reflejaba, era una tradición de la tribu que ese tatuaje se hiciera para conmemorar a los caídos, a quienes partían y dejaban atrás sus fuerzas a las nuevas generaciones. Observó su garra, lamiendo su pelaje como si fuese un zorro reflexionando para sí misma hasta volver a responder.
―Creo que ambos pasamos por mucho, pero pese a ese dolor, debemos entrenar no solo para mejorarlo o superarlo si no para que este nos acompañe y nos de fuerzas. ¡Suena loco! Que esa angustia que te hiere se convierta en lo que recubra tus puños pero si miras mis garras podrás ver que yo no he dejado atrás todas las vidas que alguna vez fueron amistades, familiares o algo más. ¡Siempre están conmigo! Mis puños duelen más no solo porque entrene, si no porque cada vez que golpeo llevo la vida de cientos de personas, sus sueños, sus metas y ellos hacen que un solo golpe se sienta como el de un ejercito. Merlina no desearía que solo tortures tu cuerpo a entrenamientos, tú tienes tus propios sueños y ella siempre estará en tu corazón y también aquí, defendiendo tu vida de toda amenaza, porque si su vínculo era tan fuerte no va a dejarte aunque te esfuerces en enterrar esos recuerdos. ¡Disfruta, llora, vive y sueña! No te prives de nada y verás como cada vez te harás mucho más fuerte... convierte tu dolor en tu armadura y tu tristeza en tu arma...―
Sonrió mientras aceptaba la idea de entrenar nuevamente al otro día, seguramente Khonrad tuviese mucho en lo que reflexionar esa noche y por su parte Berry tenía demasiado en lo que entrenar. Se pasó la noche entrenando como a ella le gustaba, mientras los demás reclutas dormían se encargó de vigilar y cuidar incluso luchando contra animales salvajes sin que nadie se diese cuenta. Cuando amaneció Berry se presentó con su apariencia habitual, su pelo desarreglado y algunos bostezos, no llevaba sus pesas mientras que algunas de sus prendas daban cuenta de ciertas marcas de garras. Aquel oso había sido complicado de ahuyentar sin hacer mucho ruido, por suerte su pelaje no mostraba signos de heridas.
―¿Hmm? Ñam... perdona por llegar tarde, creo que me he dormido toda la noche... ¿Uh? ¿Esa capa es para mí? De hecho pensaba pedir una cuando ascendiera a teniente, pero aún debo llenar el papeleo... creo que es bonita, puedo aceptarla claro. Aunque no te hubieras tomado la molestia, mi deseo de tener una capa es por el simbolismo, el esfuerzo y todo el fruto del trabajo recorrido aunque... ¡Se puede decir que soy la única sargento con una capa tan bonita! ¿Puedo probarla?―
Berry comenzó a saltar en cuatro patas mientras corría alrededor de Khonrad moviendo su cola, deseaba probarse esa capa y dar inicio al entrenamiento, tenía una que otra idea para que no fuese solo un entrenamiento común. Por eso había llevado una venda para los ojos y unos tapones para los oídos, ese día Khonrad le ayudaría a perfeccionar algo que pocas veces estaba dispuesta a entrenar.
―Creo que ambos pasamos por mucho, pero pese a ese dolor, debemos entrenar no solo para mejorarlo o superarlo si no para que este nos acompañe y nos de fuerzas. ¡Suena loco! Que esa angustia que te hiere se convierta en lo que recubra tus puños pero si miras mis garras podrás ver que yo no he dejado atrás todas las vidas que alguna vez fueron amistades, familiares o algo más. ¡Siempre están conmigo! Mis puños duelen más no solo porque entrene, si no porque cada vez que golpeo llevo la vida de cientos de personas, sus sueños, sus metas y ellos hacen que un solo golpe se sienta como el de un ejercito. Merlina no desearía que solo tortures tu cuerpo a entrenamientos, tú tienes tus propios sueños y ella siempre estará en tu corazón y también aquí, defendiendo tu vida de toda amenaza, porque si su vínculo era tan fuerte no va a dejarte aunque te esfuerces en enterrar esos recuerdos. ¡Disfruta, llora, vive y sueña! No te prives de nada y verás como cada vez te harás mucho más fuerte... convierte tu dolor en tu armadura y tu tristeza en tu arma...―
Sonrió mientras aceptaba la idea de entrenar nuevamente al otro día, seguramente Khonrad tuviese mucho en lo que reflexionar esa noche y por su parte Berry tenía demasiado en lo que entrenar. Se pasó la noche entrenando como a ella le gustaba, mientras los demás reclutas dormían se encargó de vigilar y cuidar incluso luchando contra animales salvajes sin que nadie se diese cuenta. Cuando amaneció Berry se presentó con su apariencia habitual, su pelo desarreglado y algunos bostezos, no llevaba sus pesas mientras que algunas de sus prendas daban cuenta de ciertas marcas de garras. Aquel oso había sido complicado de ahuyentar sin hacer mucho ruido, por suerte su pelaje no mostraba signos de heridas.
―¿Hmm? Ñam... perdona por llegar tarde, creo que me he dormido toda la noche... ¿Uh? ¿Esa capa es para mí? De hecho pensaba pedir una cuando ascendiera a teniente, pero aún debo llenar el papeleo... creo que es bonita, puedo aceptarla claro. Aunque no te hubieras tomado la molestia, mi deseo de tener una capa es por el simbolismo, el esfuerzo y todo el fruto del trabajo recorrido aunque... ¡Se puede decir que soy la única sargento con una capa tan bonita! ¿Puedo probarla?―
Berry comenzó a saltar en cuatro patas mientras corría alrededor de Khonrad moviendo su cola, deseaba probarse esa capa y dar inicio al entrenamiento, tenía una que otra idea para que no fuese solo un entrenamiento común. Por eso había llevado una venda para los ojos y unos tapones para los oídos, ese día Khonrad le ayudaría a perfeccionar algo que pocas veces estaba dispuesta a entrenar.
Khonrad L. Simons
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— Si viniste, genial, podremos entrenar, y por supuesto puedes probartela, es toda tuya, trabaje toda la noche en ella, esa capa no va a suplantar la que quieres obtener, esa tiene como finalidad que me recuerdes y que tendrás una amistad en un recluta- Khonrad se estiraba para comenzar el entrenamiento con su Sargento, Berry era alguien poderosa y nuestro marine admira eso, su fuerza y su agilidad, su forma de expresarse aunque un poco vulgar tiene su toque de cursilería. Era la maestra ideal.
— Sargento Berry, aprendí a confeccionar prendas con mi fallecida prometida Merlina, era una excelente modista y sastre, me pasó algunos de sus trucos, prometo que esa capa será tan duradera como una navío de la marina — Comentó Khonrad mientras se movía dando saltos de un lado a otro en modo de calentamiento. — Hablando de eso, ¿Sabe cómo es confeccionar prendas? Muchas veces la aguja de las máquinas llegan atravesar tus dedos por error ocasionando dolor - Mientras nuestro marine pronunciaba estás palabras lanzó varias patadas al aire ocasionando que estás dieran lugar a unas ondas de choque finas, como una aguja pero no con la potencia suficiente. — Hmm, entonces tengo que acercarme más para lograrlo — Susurró.
—Cambiar el hilo constantemente cuando se confecciona una prenda personalizada puede ser un total cansancio, es como cambiar de puñetazos a patadas velozmente — Mientras seguía hablando Khonrad volvía a lanzar patadas y luego puñetazos, intercambiando entre estos, buscando conseguir aquella idea que se planteaba, crear ondas de choque tan finas y filosas como las agujas mismas.
— Mi sargento, ¿Sabe lo que es un telar? Es una pieza fuerte, muy grande y pesada — siguió hablando Khonrad pero esta vez terminó su calentamiento y se dirigió a gran velocidad hacia Berry — Así como mis puños — Continuó. Intentando asestar un golpe lo suficientemente fuerte para hacer retroceder a la Marine. Antes de permitirle a Berry contraatacar nuestro recluta dio un salto hacia atrás para evitar cualquier contacto que lo haga caer en la velocidad innata de Berry.
— Al final, confeccionar una prenda de vestir es un arte en su totalidad, ¿No cree usted? — Khonrad caminaba al rededor de Berry, buscaba puntos débiles los cuales atacar para intentar obtener algún tipo de ventaja. Mientras esto sucedía algunos reclutas se acercaban a ver el espectáculo. Ya que no era normal que algún recluta quisiera entrenar con la Sargento Berry.
De algún modo Khonrad estaba preparado para golpear a Berry sin embargo en un momento sintió como si esta podría ver lo que el haría con anticipación, por los que un escalofrío lo hizo detenerse antes de impactar. Fue una sensación de peligro que lo recorrió durante un segundo. — Me llamaras loco pero sentí que si me acercaba lo suficiente acabaría en el piso de un solo golpe — Añadió Khonrad antes de moverse hacia atrás sin quitarle los ojos de encima a su ahora entrenadora.
Khonrad se movería hacia el frente a pasos veloces para intentar golpear a Berry de frente, a lo que si está decidía chocar puños con el esto ocasionaría una onda expansiva capaz de hacer que las hojas de los árboles se movieran fuertemente.
— Sargento Berry, aprendí a confeccionar prendas con mi fallecida prometida Merlina, era una excelente modista y sastre, me pasó algunos de sus trucos, prometo que esa capa será tan duradera como una navío de la marina — Comentó Khonrad mientras se movía dando saltos de un lado a otro en modo de calentamiento. — Hablando de eso, ¿Sabe cómo es confeccionar prendas? Muchas veces la aguja de las máquinas llegan atravesar tus dedos por error ocasionando dolor - Mientras nuestro marine pronunciaba estás palabras lanzó varias patadas al aire ocasionando que estás dieran lugar a unas ondas de choque finas, como una aguja pero no con la potencia suficiente. — Hmm, entonces tengo que acercarme más para lograrlo — Susurró.
—Cambiar el hilo constantemente cuando se confecciona una prenda personalizada puede ser un total cansancio, es como cambiar de puñetazos a patadas velozmente — Mientras seguía hablando Khonrad volvía a lanzar patadas y luego puñetazos, intercambiando entre estos, buscando conseguir aquella idea que se planteaba, crear ondas de choque tan finas y filosas como las agujas mismas.
— Mi sargento, ¿Sabe lo que es un telar? Es una pieza fuerte, muy grande y pesada — siguió hablando Khonrad pero esta vez terminó su calentamiento y se dirigió a gran velocidad hacia Berry — Así como mis puños — Continuó. Intentando asestar un golpe lo suficientemente fuerte para hacer retroceder a la Marine. Antes de permitirle a Berry contraatacar nuestro recluta dio un salto hacia atrás para evitar cualquier contacto que lo haga caer en la velocidad innata de Berry.
— Al final, confeccionar una prenda de vestir es un arte en su totalidad, ¿No cree usted? — Khonrad caminaba al rededor de Berry, buscaba puntos débiles los cuales atacar para intentar obtener algún tipo de ventaja. Mientras esto sucedía algunos reclutas se acercaban a ver el espectáculo. Ya que no era normal que algún recluta quisiera entrenar con la Sargento Berry.
De algún modo Khonrad estaba preparado para golpear a Berry sin embargo en un momento sintió como si esta podría ver lo que el haría con anticipación, por los que un escalofrío lo hizo detenerse antes de impactar. Fue una sensación de peligro que lo recorrió durante un segundo. — Me llamaras loco pero sentí que si me acercaba lo suficiente acabaría en el piso de un solo golpe — Añadió Khonrad antes de moverse hacia atrás sin quitarle los ojos de encima a su ahora entrenadora.
Khonrad se movería hacia el frente a pasos veloces para intentar golpear a Berry de frente, a lo que si está decidía chocar puños con el esto ocasionaría una onda expansiva capaz de hacer que las hojas de los árboles se movieran fuertemente.
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La mink se colocó la capa con una sonrisa, no era habitual que le regalasen cosas más que algunas caricias y sin dudas la misma se sentía bastante bien. Dio unos saltos y movió sus garras para comprobar que no saldría volando al moverse, era estupendo poder tener algo de estilo mientras entrenaba como un sueño cumplido antes de tiempo. Crujió sus nudillos mientras realizaba un calentamiento previo.
—Por mi parte será un bonito recuerdo de estos días en Jellystone y como te dije puedes llamarme solo Berry si gustas. Nunca me han gustado las formalidades me hacen sentir vieja. ¡Bwahahaha!—
La mink expresó su felicidad riendo con una amplia sonrisa antes de poner su guardia en alto. Observando y escuchando a Khonrad jablar sobre su trabajo de sastre, al parecer buscaba poner aquellos conceptos en su forma de luchar. Algo que ella respetaba ya que su estilo había sido inspirado para honrar a su tribu y Khonrad buscaba honrar a su amada con ese peculiar estilo.
El choque de puños fue recibido por la mink de frente, su capa ondeó con el viento pero se mantuvo con elegancia, junto al cuerpo de Berry quien apenas retrocedió por ese violento golpe, contempló el pequeño público que estaban teniendo por su pequeño choque. La zorra esperaba que el combate ayudase a todos a aprender cosas, tal y como ella a veces entrenaba al proyectarse en peleas ajenas.
—Es una comparación bastante acertada, estoy segura que puedes adaptar aquello en un estilo con un poco de instrucción. Tal vez sentiste un poco de miedo, tal vez tu cuerpo pudo verlo venir, pensaba mostrarte como debes hacer una onda de choque.. pero antes... empezaré lo mío...—
La mink cubrió sus ojos con una venda negra y sus oídos con dos taponcitos, sonriendo al volver a la oscuridad y el silencio, había estado prácticando aquello con los animales. Las auras difusas se presentaban ante la inminente oscuridad poco a poco, si bien era difuso y algo desconcertante Berry se estaba adaptando cada vez más a la sensación de no depender de sus ojos o sus oídos. Su olfato solo bastaba para asegurar no herir a nadie de los espectadores.
—¡Puedes atacar sin miedo! ¡No escucho ni veo pero puedo mostrarte! ¡Una onda de choque se basa en concentrar energía en tu puño y lanzarla sin perder la potencia así!—
Berry gritaba ya que apenas escuchaba su eco retumbar, llevó una mano a su costado y tras unos segundos lanzó un potente golpe en dirección a los colores de Khonrad. El marine pudo observar como el aire se partía frente a la mink mientras una poderosa onda de choque era disparada contra su cuerpo, sin embargo, la mink no terminaría solo con eso.
Haciendo gala de su velocidad Berry se desplazó en cuatro extremidades en zigzag hasta llegar a la derecha inferior de Khonrad, su olfato hacía más sencilla la tarea de localizarlo y no solo guiarse por aquel espectro de colores difusos.
—¡Y si deseas cortar simplemente debes concentrar la energía en un rango muy preciso!—
La mink usó su brazo como un latigazo ascendente, el cual no solo se dirigía para golpear directamente al recluta si no que una filosa ráfaga cortante saldría disparada desde la garra de la mink aunque solo cuando esta hubiera pasado por la posición de Khonrad buscando solo rozarle y no producirle una herida grave.
La onda cortante giraría en el aire hasta estallar en el cielo como miles de estrellas o brillos que ahora rociaban a ambos combatientes. Berry volvió a una postura erguida, mientras tomaba distancia de un salto, adoptando una guardia bastante abierta y fluida.
—¡Ahora es tu turno! ¡Ataca sin miedo, no voy a dejar que esta capa se arruine después de todo!—
La mink sonrió mientras el viento hacía ondear su capa, se sentía bastante bien, como una heroína y el hecho de poder enseñar aunque fuese a los gritos le reconfortaba.
—Por mi parte será un bonito recuerdo de estos días en Jellystone y como te dije puedes llamarme solo Berry si gustas. Nunca me han gustado las formalidades me hacen sentir vieja. ¡Bwahahaha!—
La mink expresó su felicidad riendo con una amplia sonrisa antes de poner su guardia en alto. Observando y escuchando a Khonrad jablar sobre su trabajo de sastre, al parecer buscaba poner aquellos conceptos en su forma de luchar. Algo que ella respetaba ya que su estilo había sido inspirado para honrar a su tribu y Khonrad buscaba honrar a su amada con ese peculiar estilo.
El choque de puños fue recibido por la mink de frente, su capa ondeó con el viento pero se mantuvo con elegancia, junto al cuerpo de Berry quien apenas retrocedió por ese violento golpe, contempló el pequeño público que estaban teniendo por su pequeño choque. La zorra esperaba que el combate ayudase a todos a aprender cosas, tal y como ella a veces entrenaba al proyectarse en peleas ajenas.
—Es una comparación bastante acertada, estoy segura que puedes adaptar aquello en un estilo con un poco de instrucción. Tal vez sentiste un poco de miedo, tal vez tu cuerpo pudo verlo venir, pensaba mostrarte como debes hacer una onda de choque.. pero antes... empezaré lo mío...—
La mink cubrió sus ojos con una venda negra y sus oídos con dos taponcitos, sonriendo al volver a la oscuridad y el silencio, había estado prácticando aquello con los animales. Las auras difusas se presentaban ante la inminente oscuridad poco a poco, si bien era difuso y algo desconcertante Berry se estaba adaptando cada vez más a la sensación de no depender de sus ojos o sus oídos. Su olfato solo bastaba para asegurar no herir a nadie de los espectadores.
—¡Puedes atacar sin miedo! ¡No escucho ni veo pero puedo mostrarte! ¡Una onda de choque se basa en concentrar energía en tu puño y lanzarla sin perder la potencia así!—
Berry gritaba ya que apenas escuchaba su eco retumbar, llevó una mano a su costado y tras unos segundos lanzó un potente golpe en dirección a los colores de Khonrad. El marine pudo observar como el aire se partía frente a la mink mientras una poderosa onda de choque era disparada contra su cuerpo, sin embargo, la mink no terminaría solo con eso.
Haciendo gala de su velocidad Berry se desplazó en cuatro extremidades en zigzag hasta llegar a la derecha inferior de Khonrad, su olfato hacía más sencilla la tarea de localizarlo y no solo guiarse por aquel espectro de colores difusos.
—¡Y si deseas cortar simplemente debes concentrar la energía en un rango muy preciso!—
La mink usó su brazo como un latigazo ascendente, el cual no solo se dirigía para golpear directamente al recluta si no que una filosa ráfaga cortante saldría disparada desde la garra de la mink aunque solo cuando esta hubiera pasado por la posición de Khonrad buscando solo rozarle y no producirle una herida grave.
La onda cortante giraría en el aire hasta estallar en el cielo como miles de estrellas o brillos que ahora rociaban a ambos combatientes. Berry volvió a una postura erguida, mientras tomaba distancia de un salto, adoptando una guardia bastante abierta y fluida.
—¡Ahora es tu turno! ¡Ataca sin miedo, no voy a dejar que esta capa se arruine después de todo!—
La mink sonrió mientras el viento hacía ondear su capa, se sentía bastante bien, como una heroína y el hecho de poder enseñar aunque fuese a los gritos le reconfortaba.
Khonrad L. Simons
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— Conque esa es la forma que debe tener una onda ¿no? mas o menos voy entendiendo — Khonrad se sentia increible, habia visto una onda de choque y una onda de corte, no conocia del todo los detalles pero habia visto a varios de sus superiores utilizar esto cuando entrenaban por lo que este en un intento de replicarla entrenaba constantemente sin tener un resultado certero ¿Hasta ahora?. Aun teniendo los ojos vendados Berry podia atacar como una maquina, era algo logico, no se ganó su rango por coqueta.
— Concentrar la energia y lanzarla, listo— Khonrad se mantenia un tanto alejado y este hizo exactamente lo que su sargento le habia explicado, no habia forma de fallar. Concentró toda su energia en la punta de sus pies y tras esto lanzó una patada al aire, este formó una pequeña aguja de aire que se dirigió hacia la marine, no tenia demasiada potencia, pero esto era un avance. Khonrad no se limitó a simplemente lanzar ondas de choque, sino que tambien se acercaba intentando golpear a Berry que predecia la mayoria de sus movimientos.
Khonrad se desplazaba rapidamente atacando desde distintos lugares, esta vez no era un simple entrenamiento para el, sino que ambos estaban entrenando, para nuestro Marine era todo un honor que Berry entrenase con el alguna de sus tecnicas, de las cuales este no tiene ni idea, pues nunca habia escuchado de una tecnica en la cual debas cohibirte de la vista y el oido. — Oeee Sargento — Khonrad gritaba desde cada lugar en donde se encontraba para desorrientar un poco a Berry pero este no comprendia que los sonidos no eran por lo que ella se guiaba.
El marine se dibujó uno de sus sellos en la mano, especificamente el de velocidad, haciendolo considerablemente mas rapido, gracias a esto podia moverse a una velocidad superior que cualquiera de los reclutas que se encontraban ahí. Khonrad se acercó hasta Berry una vez mas e intentó conectar un golpe directo a su estomago, que en caso de no haberlo logrado, su pierna izquierda ya se encontraba en posición para golpear sus costillas. El rostro del marine pasó de estar totalmente serio a tener una sonrisa en el rostro, se estaba divirtiendo, se habia dado cuenta que entrenar solo aunque parecia bueno era realmente aburrido y preferia poder hacerlo con alguien mas.
Habia considerado que era el momento indicado para utilizar aquello que habia perfeccionado, dos golpes con sus puños dirigos al pecho —Dos— rapidamente se movio al lado izquierdo para propinar dos patadas continuas — Cuatro— Con toda la velocidad que su cuerpo le permitia se colocó en el lado derecho para propinar dos puñetazos mas a las costillas — Seis— Cuando se preparaba para moverse hacia la espalda sintió un escalofrio en su espalda, era aquella sensación nuevamente, por lo que de inmediato se alejó de la mink, era una sensación de peligro, sabia que podia salir mal si se acercaba demasiado cuando sintiese eso, no entendia que era, pero era evidente que su cuerpo le expresaba que debia tener cuidado en ciertos momentos de debilidad.
— Concentrar la energia y lanzarla, listo— Khonrad se mantenia un tanto alejado y este hizo exactamente lo que su sargento le habia explicado, no habia forma de fallar. Concentró toda su energia en la punta de sus pies y tras esto lanzó una patada al aire, este formó una pequeña aguja de aire que se dirigió hacia la marine, no tenia demasiada potencia, pero esto era un avance. Khonrad no se limitó a simplemente lanzar ondas de choque, sino que tambien se acercaba intentando golpear a Berry que predecia la mayoria de sus movimientos.
Khonrad se desplazaba rapidamente atacando desde distintos lugares, esta vez no era un simple entrenamiento para el, sino que ambos estaban entrenando, para nuestro Marine era todo un honor que Berry entrenase con el alguna de sus tecnicas, de las cuales este no tiene ni idea, pues nunca habia escuchado de una tecnica en la cual debas cohibirte de la vista y el oido. — Oeee Sargento — Khonrad gritaba desde cada lugar en donde se encontraba para desorrientar un poco a Berry pero este no comprendia que los sonidos no eran por lo que ella se guiaba.
El marine se dibujó uno de sus sellos en la mano, especificamente el de velocidad, haciendolo considerablemente mas rapido, gracias a esto podia moverse a una velocidad superior que cualquiera de los reclutas que se encontraban ahí. Khonrad se acercó hasta Berry una vez mas e intentó conectar un golpe directo a su estomago, que en caso de no haberlo logrado, su pierna izquierda ya se encontraba en posición para golpear sus costillas. El rostro del marine pasó de estar totalmente serio a tener una sonrisa en el rostro, se estaba divirtiendo, se habia dado cuenta que entrenar solo aunque parecia bueno era realmente aburrido y preferia poder hacerlo con alguien mas.
Habia considerado que era el momento indicado para utilizar aquello que habia perfeccionado, dos golpes con sus puños dirigos al pecho —Dos— rapidamente se movio al lado izquierdo para propinar dos patadas continuas — Cuatro— Con toda la velocidad que su cuerpo le permitia se colocó en el lado derecho para propinar dos puñetazos mas a las costillas — Seis— Cuando se preparaba para moverse hacia la espalda sintió un escalofrio en su espalda, era aquella sensación nuevamente, por lo que de inmediato se alejó de la mink, era una sensación de peligro, sabia que podia salir mal si se acercaba demasiado cuando sintiese eso, no entendia que era, pero era evidente que su cuerpo le expresaba que debia tener cuidado en ciertos momentos de debilidad.
Berry
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La mink se mantuvo en esa pose hasta el momento de evadir aquella onda de choque, incluso en la plena oscuridad su cuerpo sentía el peligro y de cierta forma podía sentirlo llegar. Era evidente que no escuchaba nada, ignorante de lo que Khonrad hablase, su deseo de solo guiarse por el olfato y dejar lo mayor a su haki era para no depender tanto de sus sentidos. Conocía que al privarse de algunos otros se agudizaban, aplicando aquello al haki como un sentido adicional.
Llevó su mano al mentón, mientras estudiaba como continuar, evadiendo algunos golpes y escuchando cierto murmullo a la distancia como si Khonrad estuviese gritando. Giró su cabeza mientras bloqueaba algunos golpes con la palma de su garra, intentando comprender lo que su compañero trató de decirle.
—¡Como te conté no escucho nada! ¡Bwahaha! ¡¿Quieres más intensidad?! ¡¿Buscas algo más fuerte?! ¡Ehmmm! ¡Está bien!—
Berry creyó que Khonrad pedía un entrenamiento más intenso o que ella exigiese más concentrando su haki de armadura en su cuerpo y recibiendo los golpes pese a sentirlos llegar entre la bruma oscura y los colores que se quebraban ante sus ojos. No sintió dolor, más bien los golpes parecieron chocar contra una pared al impactar ante Berry. Su cuerpo estaba tonificado con meses de entrenamiento sumado al haki le hacían un oponente complicado de mover o herir.
Prontó se vio rodeada por diversos estímulos, bloqueó algunos golpes, e incluso se movió para evadir otros. Pero al momento de girarse su brazo pareció ser recorrido por la electricidad, mientras su puño buscó impactar al recluta aunque al lanzar aquel puñetazo claramente devastador se detuvo al olfatear como el aroma se alejaba incluso antes de haber culminado ese golpe.
—¡Ups! ¡Espera, Espera!—
Retiró sus tapones de las orejas a la par que movía la venda de uno de sus ojos hacia su frente. Sus orbes rojos se cruzaron con el rostro de Khonrad feliz pero claramente perturbado por la sensación de peligro que observó anteriormente. La mink se cubrió los ojos nuevamente pero dejó en sus bolsillos los tapones, no cometería el error de intentar interpretar nuevamente y cobrarse algún hueso de Khonrad.
—Siento si te asusté, sentí tu voz a lo lejos y creí que pedías que fuese más ruda pero ese golpe pudo ser algo excesivo. Mejor prosigamos, no creo que un poco de sonido deje mi entrenamiento sin utilidad. Además, busco fortalecer mi cuerpo, mi armadura y mi espada. Escudo y lanza, ¡Ataca sin miedo! Lo recibiré de frente aunque lo vea venir, entrenaremos juntos.—
Su postura cambió a una más salvaje, dejando su guardia baja pero su cuerpo preparado para la ardua tarea. Aunque parecía algo exagerado, Berry se mostraba relajada y concentrada en las sensaciones que invadían su cabeza. Entrenar el haki de observación se sentía como una experiencia psicodelica, un agotamiento más mental que físico, pero incluso así la voluntad de la zorra se mostraba implacable su ley era clara "entrenar hasta que su cuerpo no se moviera".
Llevó su mano al mentón, mientras estudiaba como continuar, evadiendo algunos golpes y escuchando cierto murmullo a la distancia como si Khonrad estuviese gritando. Giró su cabeza mientras bloqueaba algunos golpes con la palma de su garra, intentando comprender lo que su compañero trató de decirle.
—¡Como te conté no escucho nada! ¡Bwahaha! ¡¿Quieres más intensidad?! ¡¿Buscas algo más fuerte?! ¡Ehmmm! ¡Está bien!—
Berry creyó que Khonrad pedía un entrenamiento más intenso o que ella exigiese más concentrando su haki de armadura en su cuerpo y recibiendo los golpes pese a sentirlos llegar entre la bruma oscura y los colores que se quebraban ante sus ojos. No sintió dolor, más bien los golpes parecieron chocar contra una pared al impactar ante Berry. Su cuerpo estaba tonificado con meses de entrenamiento sumado al haki le hacían un oponente complicado de mover o herir.
Prontó se vio rodeada por diversos estímulos, bloqueó algunos golpes, e incluso se movió para evadir otros. Pero al momento de girarse su brazo pareció ser recorrido por la electricidad, mientras su puño buscó impactar al recluta aunque al lanzar aquel puñetazo claramente devastador se detuvo al olfatear como el aroma se alejaba incluso antes de haber culminado ese golpe.
—¡Ups! ¡Espera, Espera!—
Retiró sus tapones de las orejas a la par que movía la venda de uno de sus ojos hacia su frente. Sus orbes rojos se cruzaron con el rostro de Khonrad feliz pero claramente perturbado por la sensación de peligro que observó anteriormente. La mink se cubrió los ojos nuevamente pero dejó en sus bolsillos los tapones, no cometería el error de intentar interpretar nuevamente y cobrarse algún hueso de Khonrad.
—Siento si te asusté, sentí tu voz a lo lejos y creí que pedías que fuese más ruda pero ese golpe pudo ser algo excesivo. Mejor prosigamos, no creo que un poco de sonido deje mi entrenamiento sin utilidad. Además, busco fortalecer mi cuerpo, mi armadura y mi espada. Escudo y lanza, ¡Ataca sin miedo! Lo recibiré de frente aunque lo vea venir, entrenaremos juntos.—
Su postura cambió a una más salvaje, dejando su guardia baja pero su cuerpo preparado para la ardua tarea. Aunque parecía algo exagerado, Berry se mostraba relajada y concentrada en las sensaciones que invadían su cabeza. Entrenar el haki de observación se sentía como una experiencia psicodelica, un agotamiento más mental que físico, pero incluso así la voluntad de la zorra se mostraba implacable su ley era clara "entrenar hasta que su cuerpo no se moviera".
Khonrad L. Simons
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Era evidente que Berry era demasiado potente, en sus movimientos, en sus ataques, incluso en sus gestos y su forma de expresarse, era una marine a la que no debían tomarse a la ligera ni en un entrenamiento, ni en ninguna otra cosa. Era evidente que si Khonrad no se hubiera movido hacia atrás, el golpe que impactaría su cuerpo seria verdaderamente devastador, esta mink se mueve muy ágil, muy veloz, y sus golpes parecen balas de cañón que un humano normal no sería capaz de soportar.
— ¿Pedir que fueras más ruda? Si eres tan fuerte que mis golpes probablemente ni te hagan cosquillas, no quisiera que fueras más ruda, en tu modo de entrenamiento me siento seguro, no me hieres, estaría totalmente loco si te pido que des un paso más — Khonrad no entendía eso de Armadura, Espada, Escudo y Lanza, pero pensaba que era alguna metafora de la Sargento.
— Quieres fortalecerte, no creo que yo sea un oponente adecuado para eso, pero daré mi mayor esfuerzo. — Khonrad volvió atacar a Berry, esta mencionó que recibiria sus golpes de frente, por lo que Khonrad estaba contento, era genial, podia usar toda su fuerza sabiendo que no le haria ni un rasguño a la Mink. — Lo volveré a intentar si no te molesta — Khonrad se lanzó hacia su Sargento para entablar una serie de golpes rápidos, evitando los puños de Berry, nuestro marine se agachó para golpear el abdomen de la sargento — Zwei — Como su velocidad le permitió se movio hacia el lado izquierdo de la marine para posteriormente lanzar dos patadas hacia sus costillas — Vier— Sus movimientos gráciles le permitieron lanzar dos puñetazos directos a la cara de la Marine directo a su mentón — Sechs— Berry aguantaba los golpes como si estos no le hacían absolutamente nada, por lo que en un abrir y cerrar de ojos con un poco de su propia sangre dibujo el Sello de Fuerza en sus brazos y lo activo de inmediato, para posteriormente lanzar dos patadas directas hacia los pies de la mink intentando hacerla caer — Acht— Khonrad se movía como si fuese un boxeador, con movimientos rápidos y bajos atacaba constantemente a la Marine quien solo soportaba los golpes — Lo siento Sargento Berry, ahora será distintos — Mientras Khonrad saltaba impactó un rodillazo a la barbilla de la marine y al caer lanzó una patada en su hombro izquierdo haciéndola perder un poco el equilibrio — Zehn— Se preparó para lanzar los últimos dos puñetazos directamente hacia su estómago, no es el movimiento más limpio de todos pero de algún modo la marine tenía que sentir — Zwölf— Estos son los doce golpes consecutivos, les llamo Schneller Thread en honor a mi querida prometida. —
Era evidente que estos golpes consecutivos aunque fueron ejecutados rápidamente, dejaban exhausto a nuestro marine, tenía que entrenar más su resistencia, pues un simple ataque como ese lo dejaba realmente cansado, sin embargo esperaba que la marine haya sentido algunos de sus golpes, de lo contrario habría sido totalmente en vano aquella demostración de poder. — Te mostré mi mejor técnica hasta el momento, me gustaría que me ataques también, de no ser que quieras seguir esquivando mis técnicas por toda la mañana. — Khonrad estaba frente a la Sargento, casi jadeando por el esfuerzo de aquella técnica pero no perdía la postura, se mantuvo en una postura defensiva mientras hablaba con la sargento que mantenía sus ojos vendados.
— ¿Pedir que fueras más ruda? Si eres tan fuerte que mis golpes probablemente ni te hagan cosquillas, no quisiera que fueras más ruda, en tu modo de entrenamiento me siento seguro, no me hieres, estaría totalmente loco si te pido que des un paso más — Khonrad no entendía eso de Armadura, Espada, Escudo y Lanza, pero pensaba que era alguna metafora de la Sargento.
— Quieres fortalecerte, no creo que yo sea un oponente adecuado para eso, pero daré mi mayor esfuerzo. — Khonrad volvió atacar a Berry, esta mencionó que recibiria sus golpes de frente, por lo que Khonrad estaba contento, era genial, podia usar toda su fuerza sabiendo que no le haria ni un rasguño a la Mink. — Lo volveré a intentar si no te molesta — Khonrad se lanzó hacia su Sargento para entablar una serie de golpes rápidos, evitando los puños de Berry, nuestro marine se agachó para golpear el abdomen de la sargento — Zwei — Como su velocidad le permitió se movio hacia el lado izquierdo de la marine para posteriormente lanzar dos patadas hacia sus costillas — Vier— Sus movimientos gráciles le permitieron lanzar dos puñetazos directos a la cara de la Marine directo a su mentón — Sechs— Berry aguantaba los golpes como si estos no le hacían absolutamente nada, por lo que en un abrir y cerrar de ojos con un poco de su propia sangre dibujo el Sello de Fuerza en sus brazos y lo activo de inmediato, para posteriormente lanzar dos patadas directas hacia los pies de la mink intentando hacerla caer — Acht— Khonrad se movía como si fuese un boxeador, con movimientos rápidos y bajos atacaba constantemente a la Marine quien solo soportaba los golpes — Lo siento Sargento Berry, ahora será distintos — Mientras Khonrad saltaba impactó un rodillazo a la barbilla de la marine y al caer lanzó una patada en su hombro izquierdo haciéndola perder un poco el equilibrio — Zehn— Se preparó para lanzar los últimos dos puñetazos directamente hacia su estómago, no es el movimiento más limpio de todos pero de algún modo la marine tenía que sentir — Zwölf— Estos son los doce golpes consecutivos, les llamo Schneller Thread en honor a mi querida prometida. —
Era evidente que estos golpes consecutivos aunque fueron ejecutados rápidamente, dejaban exhausto a nuestro marine, tenía que entrenar más su resistencia, pues un simple ataque como ese lo dejaba realmente cansado, sin embargo esperaba que la marine haya sentido algunos de sus golpes, de lo contrario habría sido totalmente en vano aquella demostración de poder. — Te mostré mi mejor técnica hasta el momento, me gustaría que me ataques también, de no ser que quieras seguir esquivando mis técnicas por toda la mañana. — Khonrad estaba frente a la Sargento, casi jadeando por el esfuerzo de aquella técnica pero no perdía la postura, se mantuvo en una postura defensiva mientras hablaba con la sargento que mantenía sus ojos vendados.
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Berry no pudo evitar comenzar a reír al escuchar como Khonrad describía casi con pavor el hecho de recibir uno de los golpes serios de la mink, en ocasiones olvidaba su fuerza o que para muchos estaba muy lejos de ser una persona tan normal como ella misma se percibía. Sonrió tras calmarse un poco, dando unos pequeños saltos en el lugar, trabajaba en la intensidad de su haki de observación suponiendo que debía esforzarse un poco más para mejorarlo o al menos para que su cerebro pudiese advertirle con más anticipación sobre las intenciones que sus oponentes pudiesen tener.
—¡¿Qué puedo decir?! ¡Algunos disfrutan las emociones fuertes!—
Expresó alegre ante la idea de excederse un poco en la rutina, aunque de momento se mantendría a la defensiva tal y como lo había prometido, su postura no era una fuerte coraza ni una exagerada escena si no que mantenía ambos brazos abiertos buscando recibir y desviar alguno de los golpes que le pudiesen llegar. Sabía que de no hacerlo así, solo fortalecería su haki de armadura que ya era bastante potente y no su verdadero objetivo. Empezó a escuchar una especie de cuenta en un idioma bastante extraño, sin embargo, reconocía la dirección de algunos y sus garras comenzaron a chocar contra los golpes. A sus ojos era una difuminada aura de un color intenso, cuya forma se volvía más grande cuando un impacto se acercaba, era complicado acostumbrarse pero tras unos cuantos choques la mink se había adaptado a responder con un bloqueo a tiempo y no solamente un desvío parcial.
—Oh, suena bonito...—
Suspiró preparada para desviar otro de los golpes, pese a sorprenderse por la nueva fuerza impregnada en el golpe, la cual le hizo retroceder unos pasos. Recordó la fruta que el hombre le había enseñado mientras recogían los troncos. Una sonrisa salvaje impregnó su rostro, mientras se liberaba un poco de sus cadenas para chocar su puño contra el nuevo ataque mejorado de su oponente. Hecho que hizo un ruido seco y levantó una corriente de aire que Berry solo pudo sentir, era evidente que emocionarla no era recomendable pero tampoco se pasaría de la raya.
La mink recibió los últimos golpes sin rechistar, reincorporándose al poco tiempo de la caída, los dos últimos golpes habían estado bien se frotaba el estómago sintiendo un leve cosquilleo por el impacto.
—Esos últimos fueron divertidos... Hmmm... ¿Quieres que ataque? No sé si usar mi mejor técnica sea algo muy adecuado, no quiero mandarte a la enfermería... pero... supongo que tienes razón solo esquivar no mejorará mi haki supongo que tratar de atinar a tu cuerpo en condiciones al solo poder ver una estela de colores podrá acelerar lo que busco. ¡Eso sí, no voy a atacar con mucha fuerza o mejor dicho con toda mi fuerza!—
La zorra sacó la lengua divertida, no quería que por excederse en un entrenamiento le dijeran que torturaba reclutas o algo parecido, tomó una postura cuadrúpeda antes de desplazarse a toda velocidad hasta Khonrad a quien sus ojos cubiertos identificaban como un conjunto de estrellas similar a una nebulosa. Una patada salió disparada al costado del hombre, tras lo cual Berry tomó distancia con una voltereta e inició una sucesión de golpes con ambas manos, buscando la cabeza de Khonrad. Eran golpes cortos, a poca distancia y con una velocidad bastante aceptable.
—¡¿Qué tal esto?!—
Infundiendo su mano en electro golpeó el suelo con fuerza, generando un chispazo destellante que bastaría para cegar momentáneamente a cualquiera que no se cubriese los ojos. La mink aprovechando que ella de hecho ya tenía los ojos vendados saltó hacía el cielo y cargó un puño en su caída, no tenía intención de dañar a Khonrad por lo cual gritó fuertemente.
—¡Arriba tuyo!—
La advertencia bastaría para que el hombre pudiera bloquear, responder o apartarse antes de que el puñetazo de Berry imbuido en su electro y con la fuerza de gravedad de su parte hiciera contacto directo contra su rostro.
—¡¿Qué puedo decir?! ¡Algunos disfrutan las emociones fuertes!—
Expresó alegre ante la idea de excederse un poco en la rutina, aunque de momento se mantendría a la defensiva tal y como lo había prometido, su postura no era una fuerte coraza ni una exagerada escena si no que mantenía ambos brazos abiertos buscando recibir y desviar alguno de los golpes que le pudiesen llegar. Sabía que de no hacerlo así, solo fortalecería su haki de armadura que ya era bastante potente y no su verdadero objetivo. Empezó a escuchar una especie de cuenta en un idioma bastante extraño, sin embargo, reconocía la dirección de algunos y sus garras comenzaron a chocar contra los golpes. A sus ojos era una difuminada aura de un color intenso, cuya forma se volvía más grande cuando un impacto se acercaba, era complicado acostumbrarse pero tras unos cuantos choques la mink se había adaptado a responder con un bloqueo a tiempo y no solamente un desvío parcial.
—Oh, suena bonito...—
Suspiró preparada para desviar otro de los golpes, pese a sorprenderse por la nueva fuerza impregnada en el golpe, la cual le hizo retroceder unos pasos. Recordó la fruta que el hombre le había enseñado mientras recogían los troncos. Una sonrisa salvaje impregnó su rostro, mientras se liberaba un poco de sus cadenas para chocar su puño contra el nuevo ataque mejorado de su oponente. Hecho que hizo un ruido seco y levantó una corriente de aire que Berry solo pudo sentir, era evidente que emocionarla no era recomendable pero tampoco se pasaría de la raya.
La mink recibió los últimos golpes sin rechistar, reincorporándose al poco tiempo de la caída, los dos últimos golpes habían estado bien se frotaba el estómago sintiendo un leve cosquilleo por el impacto.
—Esos últimos fueron divertidos... Hmmm... ¿Quieres que ataque? No sé si usar mi mejor técnica sea algo muy adecuado, no quiero mandarte a la enfermería... pero... supongo que tienes razón solo esquivar no mejorará mi haki supongo que tratar de atinar a tu cuerpo en condiciones al solo poder ver una estela de colores podrá acelerar lo que busco. ¡Eso sí, no voy a atacar con mucha fuerza o mejor dicho con toda mi fuerza!—
La zorra sacó la lengua divertida, no quería que por excederse en un entrenamiento le dijeran que torturaba reclutas o algo parecido, tomó una postura cuadrúpeda antes de desplazarse a toda velocidad hasta Khonrad a quien sus ojos cubiertos identificaban como un conjunto de estrellas similar a una nebulosa. Una patada salió disparada al costado del hombre, tras lo cual Berry tomó distancia con una voltereta e inició una sucesión de golpes con ambas manos, buscando la cabeza de Khonrad. Eran golpes cortos, a poca distancia y con una velocidad bastante aceptable.
—¡¿Qué tal esto?!—
Infundiendo su mano en electro golpeó el suelo con fuerza, generando un chispazo destellante que bastaría para cegar momentáneamente a cualquiera que no se cubriese los ojos. La mink aprovechando que ella de hecho ya tenía los ojos vendados saltó hacía el cielo y cargó un puño en su caída, no tenía intención de dañar a Khonrad por lo cual gritó fuertemente.
—¡Arriba tuyo!—
La advertencia bastaría para que el hombre pudiera bloquear, responder o apartarse antes de que el puñetazo de Berry imbuido en su electro y con la fuerza de gravedad de su parte hiciera contacto directo contra su rostro.
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Berry comenzó una sucesión de golpes directos, no eran algo demasiado duro, la verdad que se notaba que se contenia como ella misma habia dicho, pero aun asi no era algo que Khonrad pudiera evitar cada uno de los golpes que esta lanzaba, muchos lograron impactar su rostro y otras partes de su cuerpo, la superioridad de la marine no era solo en rango, sino en todos los aspectos, ¿Por ser una mink? ¿Una raza superior? Eso no era algo a lo que debia darle demasiada importancia, debia aprovechar este entrenamiento, no sabe cuando será posible encontrarse con Berry nuevamente. Y tiene entendido que en dos dias el buque zarpará.
A pesar de todo era evidente que se estaba divirtiendo, era una maestra increible, aunque sus golpes eran demasiado contundentes para un principiante como Khonrad. Dentro de nada la Mink Infundió de electricidad su mano para posteriormente golpear el suelo con una fuerza abrumadora. Khonrad no tenia en mente lo que sucederia asi que ni siquiera le pasó por la mente el tener que tapar sus ojos lo que ocasionó una breve cegera, que dió tiempo suficiente para que la mink se ¿Alejara?. Pues, no esta saltó y caia hacia Khonrad con una velocidad increible cargando un puño que parecia mas un taladro capaz de hacer un agujero incluso en el kairoseki. La mink avisó que se encontraba arriba por lo que Khonrad se agachó y con un poco de su sangre que brotaba de sus labios ya cortados por el intercambio de golpes; trazó lo mas rapido posible el kanji Ligero (軽), para que sus movimientos sean mas veloces, y tenga una mejor capacidad para esquivar sus ataques.
— Creo que si intentas matarme, ¿Como es que puedes saber donde estoy? ¿Me estas oliendo? ¿O acaso tus ojos te permiten ver aun cuando los tienes tapados? — Habia una gran curiosidad en el marine, pues berry no es la primera que conoce con estas capacidades, pero hay humanos que tambien lo pueden hacer, como muchos guerreros de su pais.
Khonrad con un poco de sangre escribió unos cuanto kanjis en su cuerpo; Pesado (里), Fuerza (力) & Aguante (忍) para poder intercalarlos en su batalla. No habia forma de que fallara, podia desactivar uno y activar el otro, aunque tiene un tiempo de reutilización, no es tan alto, son unos cuantos segundos. por lo que crear una estrategia por lo menos para derribar a Berry no seria demasiado dificil, o al menos no seria imposible.
Khonrad desactivo el kanji de Ligero para entonces correr de frente hacia Berry, en busca de desorientarla un poco y activando el Kanji de Fuerza (力) impactar esporadicamente un golpe que aunque no le haria suficiente daño, al menos deberia de poder hacerla retroceder en caso de haber acestado el golpe. — Es momento de definir nuestra pelea, no podemos permitir que nuestro publico se aburra, ¿Que piensa usted? — Khonrad se agacha para posteriormente dar una patada giratoria, como si de bailar break dance se tratase, dando asi un golpe directo hacia los pies de la mink, quien si no saltaba a tiempo podia quedar derribada a lo que Khonrad activaria su kanji Pesado (里) para abrazar a berry e intentar inmovilizar sus movimientos.
A pesar de todo era evidente que se estaba divirtiendo, era una maestra increible, aunque sus golpes eran demasiado contundentes para un principiante como Khonrad. Dentro de nada la Mink Infundió de electricidad su mano para posteriormente golpear el suelo con una fuerza abrumadora. Khonrad no tenia en mente lo que sucederia asi que ni siquiera le pasó por la mente el tener que tapar sus ojos lo que ocasionó una breve cegera, que dió tiempo suficiente para que la mink se ¿Alejara?. Pues, no esta saltó y caia hacia Khonrad con una velocidad increible cargando un puño que parecia mas un taladro capaz de hacer un agujero incluso en el kairoseki. La mink avisó que se encontraba arriba por lo que Khonrad se agachó y con un poco de su sangre que brotaba de sus labios ya cortados por el intercambio de golpes; trazó lo mas rapido posible el kanji Ligero (軽), para que sus movimientos sean mas veloces, y tenga una mejor capacidad para esquivar sus ataques.
— Creo que si intentas matarme, ¿Como es que puedes saber donde estoy? ¿Me estas oliendo? ¿O acaso tus ojos te permiten ver aun cuando los tienes tapados? — Habia una gran curiosidad en el marine, pues berry no es la primera que conoce con estas capacidades, pero hay humanos que tambien lo pueden hacer, como muchos guerreros de su pais.
Khonrad con un poco de sangre escribió unos cuanto kanjis en su cuerpo; Pesado (里), Fuerza (力) & Aguante (忍) para poder intercalarlos en su batalla. No habia forma de que fallara, podia desactivar uno y activar el otro, aunque tiene un tiempo de reutilización, no es tan alto, son unos cuantos segundos. por lo que crear una estrategia por lo menos para derribar a Berry no seria demasiado dificil, o al menos no seria imposible.
Khonrad desactivo el kanji de Ligero para entonces correr de frente hacia Berry, en busca de desorientarla un poco y activando el Kanji de Fuerza (力) impactar esporadicamente un golpe que aunque no le haria suficiente daño, al menos deberia de poder hacerla retroceder en caso de haber acestado el golpe. — Es momento de definir nuestra pelea, no podemos permitir que nuestro publico se aburra, ¿Que piensa usted? — Khonrad se agacha para posteriormente dar una patada giratoria, como si de bailar break dance se tratase, dando asi un golpe directo hacia los pies de la mink, quien si no saltaba a tiempo podia quedar derribada a lo que Khonrad activaria su kanji Pesado (里) para abrazar a berry e intentar inmovilizar sus movimientos.
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Berry sonrió al escuchar las palabras de Khonrad, en verdad no quería matarlo y había limitado el uso de su haki de observación a simples momentos fugaces para no sufrir una jaqueca, lo cual le obligaba en ocasiones a depender de su olfato. No quería extenuarse al punto de caer inconsciente a primera hora de la mañana, por lo que esos breves momentos de descanso le eran suficientes para entrenar su resistencia a la hora de ser golpeada. Aunque llevaba bastante tiempo con aquella rutina, realizarla contra otra persona hacía sentir realmente los progresos. Era muy diferente a usar sus habilidades contra animales o rocas, había acción y reacción.
—Bueno un poco es olfato y otro poco algo que se conoce como Haki. Ya llegarás a despertarlo cuando seas más fuerte y te familiarices bien con tu trabajo, así lo desperté yo mientras realizaaba mi labor. ¿Matarte? Si quisiera hacer eso no estaría peleando con tanta desventaja e incluso estaba dispuesta a usar protección para no lastimarte por accidente pero me pediste que no subestimara a otro marine. Lo más importante es que no he usado nada que pudiese suponer un peligro letal, sigo luchando sobria.—
La mink sacó su lengua en señal que no quería matarle y sintió su aroma acercarse nuevamente. Bloqueó el golpe sin mucha dificultad pese a notar más fuerza en el mismo apenas retrocedió poniendo enfásis en aguantar lo mejor posible el impacto con ambos brazos. Lo siguiente que pasó fué algo no planeado y cómico, la mink no pudo sentir la patada acercarse al activar su haki muy tarde y recibió la patada pero trastabillando hacia delante. La pérdida leve de equilibrio le hizo casi chocar de frente con el recluta quien en su afán de inmobilizarle le rodeó ccon los brazos terminando ambos en un curioso abrazo y con ambas respiraciones entremezcladas dada la cercanía entre sus labios.
—Prr... ¿Abrazo? ¿Seduciendo a un superior? ¡Ñam abrazooo!—
La zorra malinterpretó lo de definir el encuentro abrazando al marine no sin antes desatar una leve descarga de electro al sujetar la espalda del mismo. Riendo ante el hecho y safándose sin muchos más problemas del peculiar final del combate. Desvendó sus ojos observando al público presente y al mismo Khonrad con una sonrisa satisfecha. Se había divertido y el combate no estuvo mal, sentía que ambos habían dado todo en probarse mutuamente por lo que levantó un pulgar.
—Buen trabajo Khonrad, parece que estás listo para volver a tus labores con todas las de la ley. Y ustedes no sean flojos y denme diez vueltas alrededor de la playa. ¡Andando que un marine que se precie debe estar en forma!—
Los reclutas comenzaron a trotar al escuchar las indicaciones de la mink. Por su parte Berry lamía sus garras, supervisando con su mirada que Khonrad no estuviese herido, buscaría un refresco helado entre las provisiones y le lanzaría uno, sentandose en una roca gelatinosa supervisando al grupo de reclutas que ejercitaban frente a ellos.
—Bueno un poco es olfato y otro poco algo que se conoce como Haki. Ya llegarás a despertarlo cuando seas más fuerte y te familiarices bien con tu trabajo, así lo desperté yo mientras realizaaba mi labor. ¿Matarte? Si quisiera hacer eso no estaría peleando con tanta desventaja e incluso estaba dispuesta a usar protección para no lastimarte por accidente pero me pediste que no subestimara a otro marine. Lo más importante es que no he usado nada que pudiese suponer un peligro letal, sigo luchando sobria.—
La mink sacó su lengua en señal que no quería matarle y sintió su aroma acercarse nuevamente. Bloqueó el golpe sin mucha dificultad pese a notar más fuerza en el mismo apenas retrocedió poniendo enfásis en aguantar lo mejor posible el impacto con ambos brazos. Lo siguiente que pasó fué algo no planeado y cómico, la mink no pudo sentir la patada acercarse al activar su haki muy tarde y recibió la patada pero trastabillando hacia delante. La pérdida leve de equilibrio le hizo casi chocar de frente con el recluta quien en su afán de inmobilizarle le rodeó ccon los brazos terminando ambos en un curioso abrazo y con ambas respiraciones entremezcladas dada la cercanía entre sus labios.
—Prr... ¿Abrazo? ¿Seduciendo a un superior? ¡Ñam abrazooo!—
La zorra malinterpretó lo de definir el encuentro abrazando al marine no sin antes desatar una leve descarga de electro al sujetar la espalda del mismo. Riendo ante el hecho y safándose sin muchos más problemas del peculiar final del combate. Desvendó sus ojos observando al público presente y al mismo Khonrad con una sonrisa satisfecha. Se había divertido y el combate no estuvo mal, sentía que ambos habían dado todo en probarse mutuamente por lo que levantó un pulgar.
—Buen trabajo Khonrad, parece que estás listo para volver a tus labores con todas las de la ley. Y ustedes no sean flojos y denme diez vueltas alrededor de la playa. ¡Andando que un marine que se precie debe estar en forma!—
Los reclutas comenzaron a trotar al escuchar las indicaciones de la mink. Por su parte Berry lamía sus garras, supervisando con su mirada que Khonrad no estuviese herido, buscaría un refresco helado entre las provisiones y le lanzaría uno, sentandose en una roca gelatinosa supervisando al grupo de reclutas que ejercitaban frente a ellos.
Khonrad L. Simons
Fama
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
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Intelecto
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Instinto
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Akuma no mi
Varios
— Gracias Sargento, es un honor escucharlo de usted, espero volver cuanto antes a mis labores habituales. — Añadió el marine con una sonrisa. Alejándose un poco de Berry para ir a tomar una toalla y secarse todo sudor. La Sargento le lanzó un refresco, uno bastante frio. — Definitivamente esto es un excelente refresco, ahora solo hace falta unos deliciosos moffins — Agregó Khonrad mientras se acercaba a donde había dejado su bolso, sacando dos Moffins, uno de chocolate y uno de vainilla.
—¿Cual prefiere Sargento? — Preguntó mientras levantaba ambos moffins al aire para que esta los viera mejor. Khonrad no tenia preferencias, simplemente le encantaba comer moffins, aunque Khonrad es relativamente malo cocinando, por lo que siempre busca panaderías o reposterías para comprar sus tan preciados bocadillos dulces.
— Siento que este entrenamiento fue realmente bueno, al menos para mi, probablemente logre comprender los principios básicos de eso que llamas haki, espero verte en otro momento para poder seguir entrenando y me hables un poco mas acerca de eso — Khonrad tomaba su refresco y hacia pausas para hablar, era cierto que se encontraba cansado, había sido un enfrentamiento exhaustivo. No pasó demasiado tiempo para que Khonrad siguiera a sus compañeros a dar las vueltas que había ordenado la sargento.
Aun después de su entrenamiento con Berry, nuestro marine no tenia necesidad alguna de quedarse atrás, el entrenamiento que sus compañeros reclutas deben hacer, este también las hará, de todas maneras, si no fuera de este modo, no podría llamarse así mismo Héroe de la marina en el momento en que se haya convertido en uno.
— Sargento, creo que nuestro camino se separa aquí, mi superior directo me informó que yo, junto a otros reclutas tendremos que viajar hacia Turvolt mañana al amanecer, no puedo negarte que siento una gran emoción por volver a mis momentos de recluta en alta mar, pero también me siento un poco nervioso, mucho de los compañeros con los que inicie en este mundo de la marine ya han sido ascendido, y encontrarme con ellos me llenará de nostalgia, pero siento que después del entrenamiento que tuvimos, puedo superar a cualquiera. —
Khonrad se despidió y se marchó hacia la base que se encontraba en la isla, debía firmar algunos papeles, para el viaje y tal, después de estar tanto tiempo fuera, el volver es peligroso, sin embargo estaba dispuesto a tomar esos riesgos, al día siguiente Khonrad se iría y quien sabe cuando se volvería a encontrar con la sargento, habían cientos, o miles de sargentos de la marina, probablemente la próxima vez, se encuentre con otros sargentos, o ya Berry ostente otro rango superior a ese.
—¿Cual prefiere Sargento? — Preguntó mientras levantaba ambos moffins al aire para que esta los viera mejor. Khonrad no tenia preferencias, simplemente le encantaba comer moffins, aunque Khonrad es relativamente malo cocinando, por lo que siempre busca panaderías o reposterías para comprar sus tan preciados bocadillos dulces.
— Siento que este entrenamiento fue realmente bueno, al menos para mi, probablemente logre comprender los principios básicos de eso que llamas haki, espero verte en otro momento para poder seguir entrenando y me hables un poco mas acerca de eso — Khonrad tomaba su refresco y hacia pausas para hablar, era cierto que se encontraba cansado, había sido un enfrentamiento exhaustivo. No pasó demasiado tiempo para que Khonrad siguiera a sus compañeros a dar las vueltas que había ordenado la sargento.
Aun después de su entrenamiento con Berry, nuestro marine no tenia necesidad alguna de quedarse atrás, el entrenamiento que sus compañeros reclutas deben hacer, este también las hará, de todas maneras, si no fuera de este modo, no podría llamarse así mismo Héroe de la marina en el momento en que se haya convertido en uno.
— Sargento, creo que nuestro camino se separa aquí, mi superior directo me informó que yo, junto a otros reclutas tendremos que viajar hacia Turvolt mañana al amanecer, no puedo negarte que siento una gran emoción por volver a mis momentos de recluta en alta mar, pero también me siento un poco nervioso, mucho de los compañeros con los que inicie en este mundo de la marine ya han sido ascendido, y encontrarme con ellos me llenará de nostalgia, pero siento que después del entrenamiento que tuvimos, puedo superar a cualquiera. —
Khonrad se despidió y se marchó hacia la base que se encontraba en la isla, debía firmar algunos papeles, para el viaje y tal, después de estar tanto tiempo fuera, el volver es peligroso, sin embargo estaba dispuesto a tomar esos riesgos, al día siguiente Khonrad se iría y quien sabe cuando se volvería a encontrar con la sargento, habían cientos, o miles de sargentos de la marina, probablemente la próxima vez, se encuentre con otros sargentos, o ya Berry ostente otro rango superior a ese.
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