Pasando un rato (Privado)(Solo Chicas y Xavier)

Estaba yo, feliz y contento, paseando tranquila mente por la isla esta a la que había llegado hacia unos días, en mi veloz bote monoplaza, cuando llegue al pueblo central de la isla, donde pensaba pasar la noche. El pequeño pueblo minero se notaba sucio del polvo de mineral que se acumulaba sobre los tejados.

Me acerque lentamente y con calma a la posada, donde esperaba encontrar una cama libre y con suerte algo que poder sisar, sin que nadie se diese cuenta.

Cuando entre en el edificio aun estaba vacio, -no habrán salido los mineros- pensé para mi, mientras me sentaba en una mesa un poco apartada y esperaba a que el camarero me viniese a atender.

Tras sentarme en una mesa cualquiera de la taberna, se me acerco un camarero con un delantal que parecía que no había tocado mas agua que la derramada encima sin querer en años, aunque realmente su aspecto poco me importaba pues solo me encontraba en esa isla de paso -¿quien aparte de los mineros viviría en semejante sitio de forma permanente?- Pensaba para mi.

Cerveza rubia
Pedí al mismo tiempo que el hombre dejaba una carta en mi mesa y se quedaba esperando mi pedido.

Echando un ojo por el resto de la posada se podía apreciar a una joven que leía en un rincón, donde poca luz había y por tanto su trabajo le costaría hacerlo.
-Sera de los pocos que entran aquí y saben leer- Me dije para mi mismo.

Sabia que mi atuendo, entero negro y solo visibles mis ojos y un mechón pelirrojo, acabaría llamando la atención sobre todo si llegaban los minero y por lo que parecía habitual bebían mas de la cuenta pues cuando la gente bebe sin control al final acaba teniendo problemas, pero a fin de cuentas tampoco eso me importaba mucho sabia de sobra encargarme de un par de borrachos por muy mineros que fuesen.

Me parece que la señorita quiere quedarse, así que sírvala lo que pida me lo cobra a mi y se queda callado un rato. Por favor.
Dije con cierto tono ofensivo. No me estaban gustando los modos de ese camarero pues por mucho que los mineros pudiesen llegar a beber esos no eran modos de echar a alguien del local.

Mi cerveza seguía encima de la mesa y la espuma había casi desaparecido dejando solo un liquido ambarino que retirando  la prenda que me cubría me la acerque a la boca y la probé, no era la mejor que había probado pero tampoco estaba mala, era simplemente una cerveza mas.

Lo realmente interesante era la otra ocupante de la taberna, pues sus modales y su forma de comportarse indicaban claramente que este lugar no era su habitual punto de reunión con nadie.

Tras terminar de un trago toda la cerveza, deje la jarra encima de la mesa y cogiendo otra silla apoye los pies en ella y me recosté sobre la que ya estaba sentado, tras esto me volví a colocar la ropa que tan habitualmente cubría mi cara y coloque la capa por detrás del respaldo de la silla, pues quería tener los brazos libres.

Levantando un pie de la silla donde lo tenia apoyado, empuje con suavidad la silla restante de la mesa dejando hueco para que la chica pudiese sentarse si así lo deseaba.

Xavier -respondí con tranquilidad-

La chica parecía aliviada de poder quedarse dentro del local, fuese cual fuese su motivación para tal hecho.

Tras un corto periodo de tiempo el camarero dejo el vaso con la bebida de la chica justo delante de la silla apartada, suponiendo que la chica acabaría por sentarse en ella.

Un placer -dije tras un breve pausa después de decirla mi nombre- Si quieres puedes sentarte. No me molestas.- Si así lo deseas puedes pedir mas cosas, no tengo problema con hacerme cargo de la cuenta.

Lo que si quiero saber es que hace una chica en una taberna como esta leyendo un libro que dudo este al alcance de cualqueira -dije tras echarle un vistazo por encima al titulo del volumen que ella portaba-