Suzaku
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Water Seven:Water Seven es una ciudad conocida por sus carpinteros. Water Seven es una isla enorme, de las más grandes de Grand Line. Es una ciudad gigantesca pero parte de sus calles están situadas bajo el agua. Sus calles son formadas por canales, lo que le han atribuido el titulo de "Capital de Agua".
Turnos: Arianna, Crimson, Shaky, Ebony, Spitfire y Allen.
Fecha límite: 10 de abril (21 días).
Moderadores: Johny y Elizabeth
* El turno se saltará a las 48 horas.
* La banda que pierda deberá llevar la bandera del equipo ganador durante una semana.
* La banda ganadora se llevará 1.200xp cada uno.
* Los miembros de la banda ganadora recibirán, en concepto de recompensa por su cabeza, la mitad de la recompensa de la banda contraria.
* Se valorará la calidad de rol.
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Cinco de la mañana, si estaba levantada para las cinco de la mañana encerrada en la cocina del Princesa Andrómeda sin sueño alguno preparando platos y platos de comida mientras mi hermana con toda seguridad estaba en el puesto de navegación, la única de la cual desconocía la ubicación era de Yoko, la tiradora que había peleado al lado de Shaky contra aquellos marines en la Villa Orange.
Cortando a gran velocidad y casi sin ver logre crear un desayuno personalizado para cada una, no tarde más de una hora en terminar el desayuno por lo que ya debían de ser cerca de las seis de la mañana para cuando lo había terminado delante de la mesa del comer había preparado la mesa casi como si se tratara de una comida de nobles, meramente por costumbre lo había echo, en un lado de la mesa se encontraba mi desayuno que constaba de unos sellados de queso y un batido de frutas, al otro lado y como desconocía los gustos de la pelirroja se encontraba un café sencillo junto a unas tres o cuatro tostadas y para mi hermana con lo mucho que la conocía simplemente había echo un jugo de naranja junto a una tostada, su hermana era una persona que no comía nunca por lo que lo más simple era suficiente.
Para cuando termino de servir la mesa y decorarla con floreros, cubiertos impecables que mostraban el reflejo de quien lo usaba y un mantel floreado de colores rojos llamo a gritos a las mujeres que rondaban en el Princesa Andrómeda -¡¡¡¡¡A desayunar panda de vagas sin sentido de cocina!!!!!- dicho eso me senté en mi parte de la mesa a la izquierda de la cabecera que por lógica es el asiento de mi hermana.
Sin tocar siquiera mi comida quede sentada de manera completamente erguida con ambas manos sobre la mesa y con mi vestido rojo de típica noble que me gustaba usar más que nada para pasear o cocinar, por supuesto que por debajo del vestido tenía mi traje de Neko y las orejas y garras guardadas por los pliegues de mi ropa, era costumbre que a donde fuera todo terminara en batalla aun en el barco por lo que nunca las dejaba de lado ya que como todos saben sin esas ropas soy una pésima peleadora, aun mas de lo normal.
Al ver que ninguna de ellas llegaba al comedor me pare delicadamente de la mesa y abrí la puerta de la cocina que daba a la cubierta, la hermosa cubierta de madera delicadamente cuidada por su hermana y las pequeñas gotas de agua que caían en ella a cada terrible ola que impactaba contra el frente del barco, el viento pegaba directo en su rostro tirando todo su cabello hacia atrás a la par que la luz del sol iluminaba su rostro que sobresalía por la entrada a la cocina -¡¡¡¡¡Vamos vagas, el desayuno está listo y no me gusta que me hagan esperar!!!!!- después de gritar de manera aun mas desaforada que antes cerré la puerta de un golpe para hacerme la enojada y seguidamente me volví a sentar en mi silla pero esta vez tirando a la basura todos los modales, mientras las esperaba estaba completamente despatarrada en el asiento a la par que me hamacaba con ella.
Cortando a gran velocidad y casi sin ver logre crear un desayuno personalizado para cada una, no tarde más de una hora en terminar el desayuno por lo que ya debían de ser cerca de las seis de la mañana para cuando lo había terminado delante de la mesa del comer había preparado la mesa casi como si se tratara de una comida de nobles, meramente por costumbre lo había echo, en un lado de la mesa se encontraba mi desayuno que constaba de unos sellados de queso y un batido de frutas, al otro lado y como desconocía los gustos de la pelirroja se encontraba un café sencillo junto a unas tres o cuatro tostadas y para mi hermana con lo mucho que la conocía simplemente había echo un jugo de naranja junto a una tostada, su hermana era una persona que no comía nunca por lo que lo más simple era suficiente.
Para cuando termino de servir la mesa y decorarla con floreros, cubiertos impecables que mostraban el reflejo de quien lo usaba y un mantel floreado de colores rojos llamo a gritos a las mujeres que rondaban en el Princesa Andrómeda -¡¡¡¡¡A desayunar panda de vagas sin sentido de cocina!!!!!- dicho eso me senté en mi parte de la mesa a la izquierda de la cabecera que por lógica es el asiento de mi hermana.
Sin tocar siquiera mi comida quede sentada de manera completamente erguida con ambas manos sobre la mesa y con mi vestido rojo de típica noble que me gustaba usar más que nada para pasear o cocinar, por supuesto que por debajo del vestido tenía mi traje de Neko y las orejas y garras guardadas por los pliegues de mi ropa, era costumbre que a donde fuera todo terminara en batalla aun en el barco por lo que nunca las dejaba de lado ya que como todos saben sin esas ropas soy una pésima peleadora, aun mas de lo normal.
Al ver que ninguna de ellas llegaba al comedor me pare delicadamente de la mesa y abrí la puerta de la cocina que daba a la cubierta, la hermosa cubierta de madera delicadamente cuidada por su hermana y las pequeñas gotas de agua que caían en ella a cada terrible ola que impactaba contra el frente del barco, el viento pegaba directo en su rostro tirando todo su cabello hacia atrás a la par que la luz del sol iluminaba su rostro que sobresalía por la entrada a la cocina -¡¡¡¡¡Vamos vagas, el desayuno está listo y no me gusta que me hagan esperar!!!!!- después de gritar de manera aun mas desaforada que antes cerré la puerta de un golpe para hacerme la enojada y seguidamente me volví a sentar en mi silla pero esta vez tirando a la basura todos los modales, mientras las esperaba estaba completamente despatarrada en el asiento a la par que me hamacaba con ella.
Crimson
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Eran las siete de la mañana y el Capitán de la recientemente formada banda Sons of Anarchy, Red Stinger ya se encontraba entrenando bajo la luz del sol que, a pesar de haber amanecido hace escasos momentos, era bastante intenso, aunque sin llegar a quemar, era lo suficiente como para que el dejase el abrigo en el suelo por el calor de su intenso entrenamiento que hacía a diario. Si quería ser alguien grande no podía estar todo el tiempo esperando a encontrarse con alguien con quién poder demostrar sus cualidades y habilidades. Debía estar siempre en forma y listo para cualquier tipo de situación o percance. La vida de pirata era más dura de lo que él pensaba.
Con su katana, una Ryo wazamono, Silent Orange (sairentoorenji) lanzaba cortes al aire, limpios y secos, todo lo rápido que podía, con una o ambas manos, cambiando de mano cuando lo requería. Era ambidiestro a la hora de combatir y siempre usaba todas las partes de su cuerpo a la hora de luchar, llegando a usar incluso la cabeza para golpear.
Tiró la katana hacia el aire y echó las manos hacia las piernas, en donde tenía sus cuchillos arrojadizos, cogió ocho, entre los dedos, y los lanzó hacia apuntando a un objetivo imaginario, usando el kamisori se movió a toda velocidad por el aire atrapando nuevamente su katana y descendiendo hacia el objetivo invisible que él antes habia imaginado. Bajó a hasta el suelo. llegando antes que los cuchillos con el uso del kamisori y deteniéndolos casi todos con su katana. Esquivando con dificultad dos, debido a su gran agilidad como asesino y recibiendo un pequeño corte en el hombro por el otro cuchillo, nada importante que pudiera afectar a sus facultades físicas.
-Mierda, se me han escapado tres-resopló.- Habrá que volver a intentarlo... Esta vez sin espada...-
Guardó lentamente la katana en su funda, soltando el típico sonido metálico al envainarla. Repitió el mismo proceso recogiendo los cuchillos que lanzó con anterioridad, tanto los que había logrado detener como los que no. Los volvió a lanzar a un objetivo invisible y repitiendo la misma velocidad de antes se colocó delante de ellos para detenerlos esta vez con las manos desnudas. Concentró la energía de su cuerpo en las manos y antebrazos, haciendo de estos armas blancas, siendo capaces de detener cortes sin recibir daño. Esta vez pudo detener siete de los cuchillos con efectividad y el otro rozándole la oreja izquierda haciendo un pequeño corte que sangraba bastante por la delicadeza de la zona cortada. Para ser recordado debía de mejorar mucho más su técnica y limpieza en sus movimientos y no sólo detener sus cuchillos lanzados al 25% de su fuerza.
-Capitán estamos ya cerca de cerca de Water Seven. No tardaremos más de quince minutos en desembarcar-escuchó detrás de él siendo interrumpido por Sidfried, el navegante del barco.-
-Te he dicho, y a todos los de la tripulación, que no se me interrumpa cuando entreno en cubierta-contestó enfadado.-Despierta a los demás, vamos a desembarcar e ir a los astilleros, quiero mejorar este barco. Haz que suban todos a cubierta.-
Sidfried se dio la vuelta y de mala gana fue a por los demás a avisarles y/o despertarles para desembarcar e Water Seven. Stinger fue a por sus armas guardando todas y colocándose nuevamente el abrigo. Su entrenamiento acaba por ese día, aunque haya sido escaso y sólo le sirviese para calentar. La oreja le sangraba más de lo que esperaba, pero no era molesta a pesar de lo aparatosa que parecía la herida.
Al cabo de un rato ya estaban todos con él, obviamente no estaban en fila ni en formación, no era marines, sino más bien se encontraban desperdigados por toda la cubierta, aunque lo suficientemente cerca como para escucharle.
-Vamos a ir a los astilleros pero se tienen que quedar unos cuantos a proteger el barco. Ebony, Allen y yo iremos con los carpinteros y el resto os quedáis aquí hasta que lleguemos, después de eso podéis hacer lo que queráis, si vuestra recompensa sube mejor-sentenció.-
No tardaron mucho más en llegar y bajar del barco. Stinger con dos de sus hombres (aunque una era una mujer) se encaminó hacia dónde se encontraban los mejores y famosos carpinteros del mundo, quería hacer distintas mejoras en el barco y allí las conseguiría.
Con su katana, una Ryo wazamono, Silent Orange (sairentoorenji) lanzaba cortes al aire, limpios y secos, todo lo rápido que podía, con una o ambas manos, cambiando de mano cuando lo requería. Era ambidiestro a la hora de combatir y siempre usaba todas las partes de su cuerpo a la hora de luchar, llegando a usar incluso la cabeza para golpear.
Tiró la katana hacia el aire y echó las manos hacia las piernas, en donde tenía sus cuchillos arrojadizos, cogió ocho, entre los dedos, y los lanzó hacia apuntando a un objetivo imaginario, usando el kamisori se movió a toda velocidad por el aire atrapando nuevamente su katana y descendiendo hacia el objetivo invisible que él antes habia imaginado. Bajó a hasta el suelo. llegando antes que los cuchillos con el uso del kamisori y deteniéndolos casi todos con su katana. Esquivando con dificultad dos, debido a su gran agilidad como asesino y recibiendo un pequeño corte en el hombro por el otro cuchillo, nada importante que pudiera afectar a sus facultades físicas.
-Mierda, se me han escapado tres-resopló.- Habrá que volver a intentarlo... Esta vez sin espada...-
Guardó lentamente la katana en su funda, soltando el típico sonido metálico al envainarla. Repitió el mismo proceso recogiendo los cuchillos que lanzó con anterioridad, tanto los que había logrado detener como los que no. Los volvió a lanzar a un objetivo invisible y repitiendo la misma velocidad de antes se colocó delante de ellos para detenerlos esta vez con las manos desnudas. Concentró la energía de su cuerpo en las manos y antebrazos, haciendo de estos armas blancas, siendo capaces de detener cortes sin recibir daño. Esta vez pudo detener siete de los cuchillos con efectividad y el otro rozándole la oreja izquierda haciendo un pequeño corte que sangraba bastante por la delicadeza de la zona cortada. Para ser recordado debía de mejorar mucho más su técnica y limpieza en sus movimientos y no sólo detener sus cuchillos lanzados al 25% de su fuerza.
- música que piensa cuando entrena:
-Capitán estamos ya cerca de cerca de Water Seven. No tardaremos más de quince minutos en desembarcar-escuchó detrás de él siendo interrumpido por Sidfried, el navegante del barco.-
-Te he dicho, y a todos los de la tripulación, que no se me interrumpa cuando entreno en cubierta-contestó enfadado.-Despierta a los demás, vamos a desembarcar e ir a los astilleros, quiero mejorar este barco. Haz que suban todos a cubierta.-
Sidfried se dio la vuelta y de mala gana fue a por los demás a avisarles y/o despertarles para desembarcar e Water Seven. Stinger fue a por sus armas guardando todas y colocándose nuevamente el abrigo. Su entrenamiento acaba por ese día, aunque haya sido escaso y sólo le sirviese para calentar. La oreja le sangraba más de lo que esperaba, pero no era molesta a pesar de lo aparatosa que parecía la herida.
Al cabo de un rato ya estaban todos con él, obviamente no estaban en fila ni en formación, no era marines, sino más bien se encontraban desperdigados por toda la cubierta, aunque lo suficientemente cerca como para escucharle.
-Vamos a ir a los astilleros pero se tienen que quedar unos cuantos a proteger el barco. Ebony, Allen y yo iremos con los carpinteros y el resto os quedáis aquí hasta que lleguemos, después de eso podéis hacer lo que queráis, si vuestra recompensa sube mejor-sentenció.-
No tardaron mucho más en llegar y bajar del barco. Stinger con dos de sus hombres (aunque una era una mujer) se encaminó hacia dónde se encontraban los mejores y famosos carpinteros del mundo, quería hacer distintas mejoras en el barco y allí las conseguiría.
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En cuanto la nueva pirata de cabellos rubios se levanto de la cama, noto que el sueño que pensaba tener ya no estaba con ella, tal vez había quedado en la isla en la cual habían peleado hacia unas horas o tal vez era lo normal y su subconsciente no quería dejarla dormir para asi poder evitar las espantosas pesadillas de su infancia y la marina que la aquejan en cuanto ambos ojos quedan cerrados, por lo que sin pensarlo dos veces se engancho el cinturón con la Yoroshiku, la katana de hoja negra y filo blanco que estaba acompañada junto al "regalo" por asi llamarlo de la katana de hoja cobriza más conocida como Anaklusmos, ambas estaban en aquel cinturón quedando colgadas del lado derecho de la cintura de la Ex-Sargento mayor.
En cuanto abrió suavemente la puerta de su camarote para no hacer ruido y asi evitar despertar a sus tripulantes la Doku Ejji, la serpiente que puede ser una katana que acompaña a Shaky se enrosco como de costumbre en su pierna derecha acompañándola de esta manera a salir de "paseo" por el barco.
Subió las escaleras causando un espantoso rechinar bajo sus pies a la par que pensaba en cambiarlas por lo espantoso del ruido aunque rápidamente se olvido de ello al pisar el suelo de la cubierta mientras el viento del mar movía su pelo en el mismo sentido que la Jolly Roger que colgaba del mástil mayor.
-Que hermosa noche... Es una pena que se use para dormir y no para navegar-
Esas palabras las soltó mas como un susurro perdido por el aire a la par que cruzaba en diagonal la hermosa e impecable cubierta del Princesa para asi llegar a donde se encontraba el ancla para asi poder subirla y de esa manera navegar por la noche como era de costumbre en ella.
Una vez termino de subir la pesada ancla, tarea que le llevo no menos de media hora de aquella noche volvió a cruzar la cubierta con dirección al puesto de navegación mientras su serpiente se enroscaba por todo su cuerpo para asi llegar a su hombro derecho y posar su diminuta cabeza en una posición perfecta para dormir, una vez se ubico en ese lugar Shaky le rasco su escamosa piel de manera delicada con su mano izquierda mientras le decía casi de manera inaudible que descansara.
Una vez en el puesto de navegación, nivelo el barco nuevamente y activo el pequeño motor hidráulico que este posee para asi tomar rumbo directo a la siguiente isla que pensaba visitar del Grand Line, la isla de los carpinteros y los mejores barcos, Water Seven.
No sabía ni tampoco le importaba cuanto tiempo había estado navegando, lo único que sabía es que debían de ser cerca de las cinco o seis de la mañana debido a que su hermana melliza, Arianna, había pasado recién bañada, con sus rubios cabellos empapados y un traje de nobleza hacia la cocina para hacer de seguro el desayuno de aquel día mientras eso ocurría la serpiente katana de Shaky parecía despertarse debido al fuerte apretón que había recibido en el estomago la rubia en señal de desperezamiento.
-Ya es muy temprano y estamos cerca de desembarcar, pasa a ser una katana Doku-
Dicho eso la serpiente se estiro por completo calendo en la silla que tenia por detrás de su espalda convertida en una katana de mango y funda azulados con una especie de colmillo para terminación en el mango, la rubia se dio media vuelta y engancho la dichosa katana en su cinturón junto a las otras dos para asi no olvidarse de ella cuando su hermana pegara de seguro unos gritos infernales para avisar del desayuno.
Como si se tratara de una predicción aunque simplemente se debía todo a que conocía a su hermana como si fuera la palma de su mano de la cocina que estaba a un lado del puesto de navegación salieron unos gritos infernales de los cuales lo único que entendió la navegante fueron "panda de vagas" de seguro eso iba acompañado de la palabra desayuno o alguno de sus derivados por alguna parte pero al no escucharla había tomado como decisión pasarla por alto como si no la hubiese escuchado o mejor dicho hubiese escuchado algo que no valía la pena ni como insulto, no pasaron ni cinco minutos que la puerta de la cocina se abrió en un pequeño rechinar y unos pequeños pasos se escucharon por detrás de ella.
-Y ahí va a gritar de nuevo…-
Y como si de una predicción se tratara la voz de Arianna se escucho por todo el barco con completa seguridad y tal vez un poco más lejos solo para decir que el desayuno estaba listo, Shaky con total serenidad se tomo su tiempo para trabar el timón del barco y asi no dejar que el timón tomara el camino que quisiera hecho eso salió del puesto de navegación e ingreso a la cocina con una mano apoyada sobre las katanas, miro a su hermana diciéndole el típico buen día con la mirada y recogió de la sobrecargada mesa del desayuno lo que de seguro era el suyo, una tostada que se llevo a la boca y trago tan rápido que parecía no haberlo masticado y un simple jugo de naranja que tomo de a sorbos hasta dejar el vaso vacio en la mesa.
-¿Ahora vas a aprender a cocinar? Te felicito, al fin vas a hacer algo útil-
Mientras decía eso salía de la cocina dejando la puerta abierta para que las fuertes corrientes marina ingresaran y molestaran de seguro a su hermana, mientras tanto volvió a ingresar en el puesto de navegación preguntándose donde estaría la pelirroja que habían recogido en la Villa Orange peleando contra aquellos marines y que sorpresas se llevaría en la isla de los carpinteros por querer llevarse únicamente unos repuestos para el barco, tal vez una pelea con marines, un encuentro con otra banda pirata, alguna nueva mujer de la cual encargarse… Quien va a saber que aventuras o desventuras sufrirían en aquella isla ese día, lo único que podía hacer por el momento la ex-marine era disfrutar del viaje que por las corrientes del mar y el viento estaba por acabar dentro de poco.
En cuanto abrió suavemente la puerta de su camarote para no hacer ruido y asi evitar despertar a sus tripulantes la Doku Ejji, la serpiente que puede ser una katana que acompaña a Shaky se enrosco como de costumbre en su pierna derecha acompañándola de esta manera a salir de "paseo" por el barco.
Subió las escaleras causando un espantoso rechinar bajo sus pies a la par que pensaba en cambiarlas por lo espantoso del ruido aunque rápidamente se olvido de ello al pisar el suelo de la cubierta mientras el viento del mar movía su pelo en el mismo sentido que la Jolly Roger que colgaba del mástil mayor.
-Que hermosa noche... Es una pena que se use para dormir y no para navegar-
Esas palabras las soltó mas como un susurro perdido por el aire a la par que cruzaba en diagonal la hermosa e impecable cubierta del Princesa para asi llegar a donde se encontraba el ancla para asi poder subirla y de esa manera navegar por la noche como era de costumbre en ella.
Una vez termino de subir la pesada ancla, tarea que le llevo no menos de media hora de aquella noche volvió a cruzar la cubierta con dirección al puesto de navegación mientras su serpiente se enroscaba por todo su cuerpo para asi llegar a su hombro derecho y posar su diminuta cabeza en una posición perfecta para dormir, una vez se ubico en ese lugar Shaky le rasco su escamosa piel de manera delicada con su mano izquierda mientras le decía casi de manera inaudible que descansara.
Una vez en el puesto de navegación, nivelo el barco nuevamente y activo el pequeño motor hidráulico que este posee para asi tomar rumbo directo a la siguiente isla que pensaba visitar del Grand Line, la isla de los carpinteros y los mejores barcos, Water Seven.
No sabía ni tampoco le importaba cuanto tiempo había estado navegando, lo único que sabía es que debían de ser cerca de las cinco o seis de la mañana debido a que su hermana melliza, Arianna, había pasado recién bañada, con sus rubios cabellos empapados y un traje de nobleza hacia la cocina para hacer de seguro el desayuno de aquel día mientras eso ocurría la serpiente katana de Shaky parecía despertarse debido al fuerte apretón que había recibido en el estomago la rubia en señal de desperezamiento.
-Ya es muy temprano y estamos cerca de desembarcar, pasa a ser una katana Doku-
Dicho eso la serpiente se estiro por completo calendo en la silla que tenia por detrás de su espalda convertida en una katana de mango y funda azulados con una especie de colmillo para terminación en el mango, la rubia se dio media vuelta y engancho la dichosa katana en su cinturón junto a las otras dos para asi no olvidarse de ella cuando su hermana pegara de seguro unos gritos infernales para avisar del desayuno.
Como si se tratara de una predicción aunque simplemente se debía todo a que conocía a su hermana como si fuera la palma de su mano de la cocina que estaba a un lado del puesto de navegación salieron unos gritos infernales de los cuales lo único que entendió la navegante fueron "panda de vagas" de seguro eso iba acompañado de la palabra desayuno o alguno de sus derivados por alguna parte pero al no escucharla había tomado como decisión pasarla por alto como si no la hubiese escuchado o mejor dicho hubiese escuchado algo que no valía la pena ni como insulto, no pasaron ni cinco minutos que la puerta de la cocina se abrió en un pequeño rechinar y unos pequeños pasos se escucharon por detrás de ella.
-Y ahí va a gritar de nuevo…-
Y como si de una predicción se tratara la voz de Arianna se escucho por todo el barco con completa seguridad y tal vez un poco más lejos solo para decir que el desayuno estaba listo, Shaky con total serenidad se tomo su tiempo para trabar el timón del barco y asi no dejar que el timón tomara el camino que quisiera hecho eso salió del puesto de navegación e ingreso a la cocina con una mano apoyada sobre las katanas, miro a su hermana diciéndole el típico buen día con la mirada y recogió de la sobrecargada mesa del desayuno lo que de seguro era el suyo, una tostada que se llevo a la boca y trago tan rápido que parecía no haberlo masticado y un simple jugo de naranja que tomo de a sorbos hasta dejar el vaso vacio en la mesa.
-¿Ahora vas a aprender a cocinar? Te felicito, al fin vas a hacer algo útil-
Mientras decía eso salía de la cocina dejando la puerta abierta para que las fuertes corrientes marina ingresaran y molestaran de seguro a su hermana, mientras tanto volvió a ingresar en el puesto de navegación preguntándose donde estaría la pelirroja que habían recogido en la Villa Orange peleando contra aquellos marines y que sorpresas se llevaría en la isla de los carpinteros por querer llevarse únicamente unos repuestos para el barco, tal vez una pelea con marines, un encuentro con otra banda pirata, alguna nueva mujer de la cual encargarse… Quien va a saber que aventuras o desventuras sufrirían en aquella isla ese día, lo único que podía hacer por el momento la ex-marine era disfrutar del viaje que por las corrientes del mar y el viento estaba por acabar dentro de poco.
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Un molesto rayo de luz se colaba por la ventana de la pelinegra iluminando la habitación y acabando en el rostro de la dormida joven. Comenzó a moverse inconscientemente hacia a los lados tratando de evitar aquella luz hasta que finalmente se despertó.
- Maldita sea… -
Murmuró mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para levantarse. Le gustaba dormir con la ventana abierta para de ese modo sentir el viento mientras descansaba aunque odiaba levantarse pronto por culpa de la luz matutina. Se frotó los ojos un par de veces, se sentó al borde de su cama y observó la habitación. Nadie que viera aquel dormitorio podría pensar que estaba en la habitación de una mujer de alta cuna. Las sabanas de seda estaban tiradas por los suelos junto a gran parte de ropa, platos con la cena del día anterior, botellas de ron y diversos objetos más. Curiosamente las únicas cosas que estaban en su lugar, limpias y en perfecto estado eran las armas de esta: Sus dos pistolas y su bazooka.
Se alzó de la cama y caminó esquivando los objetos desperdigados por el suelo hasta llegar al armario para vestirse con su habitual atuendo. Se colocó su camisa, sus pantalones y sus botas, colocó sus pistolas en sus fundas dio dos palmadas lo suficientemente fuertes como para que su fiel criado, Mortimer, las escuchara. A los pocos instantes pudo escuchar como alguien llamaba tres veces a la puerta.
- Señorita Gunslinger ¿Puedo pasar? -
- Pues claro que si lerdo, te he llamado yo, ¿No? –
Al instante un hombre de unos 34 años, vestido completamente con un traje negro bastante caro entró a la habitación portando lo que parecía el desayuno, unas tostadas con mermelada y un café. Lo dejó en la mesa y comenzó a limpiar la habitación, motivo por el cual nadie en el barco sabía cuan desordenada era esta. Mientras su mayordomo se dedicaba a limpiar la habitación esta comenzó a devorar a gran velocidad las tostadas mientras le daba algún que otro sorbo al café. Sin duda había sido una gran idea traerle a aquella aventura y es que, aunque a esta le encantaba la vida como pirata, debido a su estatus se había acostumbrado a según que cosas que no quería renunciar.
Un ladrido hizo que Ebony se girara a observar un montón de ropa que se estaba moviendo del cual surgió Inu su San Bernardo corriendo hacia ella. La joven sonrió mirando a su perro y se agachó a acariciarlo.
- Con que estabas ahí bribón -
Dio el último bocado a su tostada y se giró hacia Mortimer.
- Voy a cubierta, cuando vuelva quiero que esto esté limpio como una patena. -
Sin esperar más salió de la habitación a la vez que realizaba un silbido para que Inu la siguiera. Era pronto por lo que seguramente gran parte de la tripulación estaría durmiendo, o en el caso de su capitán, entrenando. Y es que Stinger a pesar de su forma de ser, vaga e indisciplinada, se tomaba muy en serio sus entrenamientos, tanto que nadie tenía permiso para molestarle durante estos. Era gracioso pensar que esa persona era la misma que luego no paraba de bromear o que no dudaba ni un instante en decirle lo que pensaba al mismísimo Almirante en flota de la marina si fuera el caso. Era algo que le gustaba de él, eran bastante parecidos en según que cosas: ambos obtenían aquello que deseaban, la diferencia era que ella se había pasado su vida obteniéndolo mediante el dinero y este mediante el combate. Ex miembro del gremio de cazadores Ghost Leviatan y un fiero rival que no daba su brazo a torcer ante nadie, desde luego si alguien debía de estar al mando se sentía contenta de que fuera este.
De todas formas este no era la única persona peligrosa de la tripulación. En esta se encontraba también Allen, segundo al mando de la banda, un asesino terriblemente peligroso gracias al poder que le había otorgado su akuma no mi. Además de este también se encontraban Lavi, el chico de oro, un gran rival siempre que no estuviera durmiendo (Lo cual era casi siempre), Natsu, el primer espadachín de la banda y la última incorporación: Sidfried el otro espadachín quien junto a Natsu formaban una dupla curiosa y poderosa.
Inu terminó de subir las escaleras antes que ella llegando a cubierta donde un despejado cielo azul, acompañado de una agradable brisa parecían darles la bienvenida. La pistolera cerró los ojos un instante disfrutando de la ligera ráfaga de viento y los volvió a abrir, no parecía que hubiera nadie en cubierta a parte de Sidfried, quien estaba al timón, Inu y ella misma. Se acercó a la proa y pudo observar a la lejanía como la isla de Water Seven empezaba a mostrarse ante ellos.
Escuchó unos pasos tras ella y al girarse observó como Sidfried bajaba por las escaleras, probablemente para avisar al capitán.
- Pobre diablo… no sabe la que le viene encima. -
No tardó demasiado en empezar a escuchar ruidos provenientes del interior del Red Love Machine, lo cual parecía indicar que todos estaban levantándose. En cuestión de unos pocos minutos la banda de los Sons Of Anarchy estaba al completo en cubierta, cada uno en la posición más cómoda para este.
-Vamos a ir a los astilleros pero se tienen que quedar unos cuantos a proteger el barco. Ebony, Allen y yo iremos con los carpinteros y el resto os quedáis aquí hasta que lleguemos, después de eso podéis hacer lo que queráis, si vuestra recompensa sube mejor-
Ebony escuchó con atención el mensaje de Stinger en su tumbona. No le gustaba eso de tener que ir acompañando, quería hacer un par de compras y sin duda aquello limitaría su tiempo, aunque no se le había escapado la parte del mensaje de este dándoles luz verde a los integrantes para hacer lo que quisieran ¿Para que comprar si podía obtenerlo todo gratis?
No tardaron mucho más de un cuarto de hora en llegar a la isla, donde Stinger, Allen y la propia Ebony desembarcaron y se dirigieron a comentar con los carpinteros las nuevas mejoras que iba a tener su querido barco. Quizás todo aquello podría acabar pronto y esta podía ir a realizar sus compras comentó mientras miraba a Inu quien a sus ojos estaba comenzando a verse como una mula de carga.
- Maldita sea… -
Murmuró mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para levantarse. Le gustaba dormir con la ventana abierta para de ese modo sentir el viento mientras descansaba aunque odiaba levantarse pronto por culpa de la luz matutina. Se frotó los ojos un par de veces, se sentó al borde de su cama y observó la habitación. Nadie que viera aquel dormitorio podría pensar que estaba en la habitación de una mujer de alta cuna. Las sabanas de seda estaban tiradas por los suelos junto a gran parte de ropa, platos con la cena del día anterior, botellas de ron y diversos objetos más. Curiosamente las únicas cosas que estaban en su lugar, limpias y en perfecto estado eran las armas de esta: Sus dos pistolas y su bazooka.
Se alzó de la cama y caminó esquivando los objetos desperdigados por el suelo hasta llegar al armario para vestirse con su habitual atuendo. Se colocó su camisa, sus pantalones y sus botas, colocó sus pistolas en sus fundas dio dos palmadas lo suficientemente fuertes como para que su fiel criado, Mortimer, las escuchara. A los pocos instantes pudo escuchar como alguien llamaba tres veces a la puerta.
- Señorita Gunslinger ¿Puedo pasar? -
- Pues claro que si lerdo, te he llamado yo, ¿No? –
Al instante un hombre de unos 34 años, vestido completamente con un traje negro bastante caro entró a la habitación portando lo que parecía el desayuno, unas tostadas con mermelada y un café. Lo dejó en la mesa y comenzó a limpiar la habitación, motivo por el cual nadie en el barco sabía cuan desordenada era esta. Mientras su mayordomo se dedicaba a limpiar la habitación esta comenzó a devorar a gran velocidad las tostadas mientras le daba algún que otro sorbo al café. Sin duda había sido una gran idea traerle a aquella aventura y es que, aunque a esta le encantaba la vida como pirata, debido a su estatus se había acostumbrado a según que cosas que no quería renunciar.
Un ladrido hizo que Ebony se girara a observar un montón de ropa que se estaba moviendo del cual surgió Inu su San Bernardo corriendo hacia ella. La joven sonrió mirando a su perro y se agachó a acariciarlo.
- Con que estabas ahí bribón -
Dio el último bocado a su tostada y se giró hacia Mortimer.
- Voy a cubierta, cuando vuelva quiero que esto esté limpio como una patena. -
Sin esperar más salió de la habitación a la vez que realizaba un silbido para que Inu la siguiera. Era pronto por lo que seguramente gran parte de la tripulación estaría durmiendo, o en el caso de su capitán, entrenando. Y es que Stinger a pesar de su forma de ser, vaga e indisciplinada, se tomaba muy en serio sus entrenamientos, tanto que nadie tenía permiso para molestarle durante estos. Era gracioso pensar que esa persona era la misma que luego no paraba de bromear o que no dudaba ni un instante en decirle lo que pensaba al mismísimo Almirante en flota de la marina si fuera el caso. Era algo que le gustaba de él, eran bastante parecidos en según que cosas: ambos obtenían aquello que deseaban, la diferencia era que ella se había pasado su vida obteniéndolo mediante el dinero y este mediante el combate. Ex miembro del gremio de cazadores Ghost Leviatan y un fiero rival que no daba su brazo a torcer ante nadie, desde luego si alguien debía de estar al mando se sentía contenta de que fuera este.
De todas formas este no era la única persona peligrosa de la tripulación. En esta se encontraba también Allen, segundo al mando de la banda, un asesino terriblemente peligroso gracias al poder que le había otorgado su akuma no mi. Además de este también se encontraban Lavi, el chico de oro, un gran rival siempre que no estuviera durmiendo (Lo cual era casi siempre), Natsu, el primer espadachín de la banda y la última incorporación: Sidfried el otro espadachín quien junto a Natsu formaban una dupla curiosa y poderosa.
Inu terminó de subir las escaleras antes que ella llegando a cubierta donde un despejado cielo azul, acompañado de una agradable brisa parecían darles la bienvenida. La pistolera cerró los ojos un instante disfrutando de la ligera ráfaga de viento y los volvió a abrir, no parecía que hubiera nadie en cubierta a parte de Sidfried, quien estaba al timón, Inu y ella misma. Se acercó a la proa y pudo observar a la lejanía como la isla de Water Seven empezaba a mostrarse ante ellos.
Escuchó unos pasos tras ella y al girarse observó como Sidfried bajaba por las escaleras, probablemente para avisar al capitán.
- Pobre diablo… no sabe la que le viene encima. -
No tardó demasiado en empezar a escuchar ruidos provenientes del interior del Red Love Machine, lo cual parecía indicar que todos estaban levantándose. En cuestión de unos pocos minutos la banda de los Sons Of Anarchy estaba al completo en cubierta, cada uno en la posición más cómoda para este.
-Vamos a ir a los astilleros pero se tienen que quedar unos cuantos a proteger el barco. Ebony, Allen y yo iremos con los carpinteros y el resto os quedáis aquí hasta que lleguemos, después de eso podéis hacer lo que queráis, si vuestra recompensa sube mejor-
Ebony escuchó con atención el mensaje de Stinger en su tumbona. No le gustaba eso de tener que ir acompañando, quería hacer un par de compras y sin duda aquello limitaría su tiempo, aunque no se le había escapado la parte del mensaje de este dándoles luz verde a los integrantes para hacer lo que quisieran ¿Para que comprar si podía obtenerlo todo gratis?
No tardaron mucho más de un cuarto de hora en llegar a la isla, donde Stinger, Allen y la propia Ebony desembarcaron y se dirigieron a comentar con los carpinteros las nuevas mejoras que iba a tener su querido barco. Quizás todo aquello podría acabar pronto y esta podía ir a realizar sus compras comentó mientras miraba a Inu quien a sus ojos estaba comenzando a verse como una mula de carga.
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Me había sumergido en un sueño de esos que te hacen dormir hasta la eternidad, que no te dan ganas de despertar, en mi sueño-corazonada que siempre tengo desde pequeña, veía una gran lucha que estaba porvenir, el resultado nunca lo pude ver debido a que esa parte del sueño era borrosa, pero era un gran desastre, así que naturalmente, me había quedado dormida.
Me levanté de mi gran sueño y me quede acostada en mi cama, me preguntaba donde se encontraban las rubias que ahora eran mis nakamas de tripulación, despues de nuestro encuentro y pelea en la Villa Orange, y como floja que soy, me quedé en la cama, pareciera que fuera casi todo un semestre, eran mas o menos las 4:00 AM y miraba hacia el exterior, la noche era muy hermosa, me quedé pensando toda esa noche a donde iríamos con mi nueva tripulación, podría ser a una isla con dinosaurios , con aliens quizás, enfrentarnos con algun otro pirata o algun otro marine, quien sabía, pero mi sueño me lo decía, que era con más gente que una sola, al fin y al cabo, me gustaba la acción.
Pasaron muchos minutos, y sentí con todo el silencio de esa hermosa noche, a mis nakamas creo, caminar por el barco hacia quien sabe que dirección, pero me quedé acostada debido a que no tenía hambre o alguna otra cosa, iría despues si esque llaman a comer.
-¡¡¡¡¡Vamos vagas, el desayuno está listo y no me gusta que me hagan esperar!!!!!-
Sentí a unos minutos de los pasos, parecía que ya habian echo el desayuno, tan temprano a esa hora , me dio pereza levantarme asi que me quize dormir denuevo, pero un gran golpe de una puerta me hizo despertar, así que empezé a vestirme para ir a desayunar, a esa hora...
-Dios, que temprano, mas vale que sea un buen desayuno.-
Llegando al lugar, no estaban ni Shaky, creo que me había demorado un siglo en ir, bueno pero mi desayuno estaba ahí, un café y unas tostadas que procedí a comerme tranquila pensando en mi sueño, de como sería vivir esa experiencia y de una forma rara me excité, me encantaría vivir eso alguna vez. Ya al terminarme mis tostadas, salí y empezé a buscar a las rubias, que no tenía idea su ubicación, y vi a Shaky en el puesto de navegación, me parecía que ibamos en dirección a la isla de los carpinteros, esa de los repuestos y tal, no tenía idea el nombre, no era una chica muy informada cuando pequeña, veía a Shaky con cara de esperar algo, lo mismo sentía, me acerqué a ella y solo accedí a preguntarle.
-Si fuera hoy, estarías lista para batallar , ¿Otra vez? , tengo el presentimiento de que algo se acerca, de echo, lo soñé.-
Y solo me quedé con ella mirando hacia donde ibamos y el hermoso paisaje de mar que tenía de frente a mi rango de vision, esperando ansiosa el lugar a donde íbamos pero algo no me quedaba claro, ¿donde estaba la otra rubia? , si ella hizo el desayuno me parece, no creía que Shaky lo hubiera echo. De un momento a otro empezé a divisar la isla a la cual nos dirijiamos, y fuí a buscar mis cosas para alistarme, siempre preparada para cualquier evento o para ir a cualquier lugar.
Me levanté de mi gran sueño y me quede acostada en mi cama, me preguntaba donde se encontraban las rubias que ahora eran mis nakamas de tripulación, despues de nuestro encuentro y pelea en la Villa Orange, y como floja que soy, me quedé en la cama, pareciera que fuera casi todo un semestre, eran mas o menos las 4:00 AM y miraba hacia el exterior, la noche era muy hermosa, me quedé pensando toda esa noche a donde iríamos con mi nueva tripulación, podría ser a una isla con dinosaurios , con aliens quizás, enfrentarnos con algun otro pirata o algun otro marine, quien sabía, pero mi sueño me lo decía, que era con más gente que una sola, al fin y al cabo, me gustaba la acción.
Pasaron muchos minutos, y sentí con todo el silencio de esa hermosa noche, a mis nakamas creo, caminar por el barco hacia quien sabe que dirección, pero me quedé acostada debido a que no tenía hambre o alguna otra cosa, iría despues si esque llaman a comer.
-¡¡¡¡¡Vamos vagas, el desayuno está listo y no me gusta que me hagan esperar!!!!!-
Sentí a unos minutos de los pasos, parecía que ya habian echo el desayuno, tan temprano a esa hora , me dio pereza levantarme asi que me quize dormir denuevo, pero un gran golpe de una puerta me hizo despertar, así que empezé a vestirme para ir a desayunar, a esa hora...
-Dios, que temprano, mas vale que sea un buen desayuno.-
Llegando al lugar, no estaban ni Shaky, creo que me había demorado un siglo en ir, bueno pero mi desayuno estaba ahí, un café y unas tostadas que procedí a comerme tranquila pensando en mi sueño, de como sería vivir esa experiencia y de una forma rara me excité, me encantaría vivir eso alguna vez. Ya al terminarme mis tostadas, salí y empezé a buscar a las rubias, que no tenía idea su ubicación, y vi a Shaky en el puesto de navegación, me parecía que ibamos en dirección a la isla de los carpinteros, esa de los repuestos y tal, no tenía idea el nombre, no era una chica muy informada cuando pequeña, veía a Shaky con cara de esperar algo, lo mismo sentía, me acerqué a ella y solo accedí a preguntarle.
-Si fuera hoy, estarías lista para batallar , ¿Otra vez? , tengo el presentimiento de que algo se acerca, de echo, lo soñé.-
Y solo me quedé con ella mirando hacia donde ibamos y el hermoso paisaje de mar que tenía de frente a mi rango de vision, esperando ansiosa el lugar a donde íbamos pero algo no me quedaba claro, ¿donde estaba la otra rubia? , si ella hizo el desayuno me parece, no creía que Shaky lo hubiera echo. De un momento a otro empezé a divisar la isla a la cual nos dirijiamos, y fuí a buscar mis cosas para alistarme, siempre preparada para cualquier evento o para ir a cualquier lugar.
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Otro día que pasa sin seguir consiguiendo mi objetivo, el cual es conseguir volverme el más fuerte del mundo y poder demostrar al mundo que ni un hombre de la marina ligado en sangre conmigo es capaz de detenerme. Solo espero que este camino no me lleve a una mal visión del mundo, aunque me conozco y sé que junto a Sert al final todos creerán que soy el malo de la historia, pero me da igual, con que yo mismo sepa que hice lo correcto el resto me importa bien poco.
Actualmente pertenezco a una especie de banda de piratas donde el jefe es un viejo amigo mío que antes pertenecía a una banda de cazadores, pero que por un extraño motivo ahora se decanto por la piratería, a lo cual decidí acompañarle para al menos no navegar cada uno por solitario, pero siempre le he dicho y le diré que no soy un subordinado ni nada a quien se le pueda mandar, ya que solo estoy junto a él para pasar un buen rato y poder tener apoyo.
Actualmente me encuentro en mi cama a las cinco de la mañana, donde mi maldito inquilino mental me ha vuelto a despertar a estas horas para que empiece a entrenarme como siempre para perfeccionar mis habilidades y poder ser más fuerte que nadie, siendo mi principal rival Stinger nuestro supuesto superior.
Mis entrenamientos prácticamente no son nada mas allá del mundo, ya que únicamente entreno mis reflejos y agilidad, aunque también aprovecho mis habilidades con mi energía espiritual para poder usarla en todo su dominio y poder como he conseguido. Además. Hace poco conseguí inventar un prototipo de un anillo que me permite recoger energía del medio de las cosas que se encuentren vivas y poder sumármelas a mi poder. Esto me ayuda enormemente para poder usar técnicas que antes no podía por la falta de poder o por que podían dejarme K.O en combate si lo empleaba.
Tras terminar mi entrenamiento matutino me dirigí hacia la cocina para comer algo y poder recuperar las energías desperdigadas y a la par échame algo de beber a la boca ya que siempre, aun sin haber estado haciendo nada, me entra una sed que no comprendo de donde es su origen.
Allí pude proceder a hacerme un par de tostadas básicas y unos tres o cuatros sándwich, a lo cual le adjunte dos jarras de zumo de naranja. Mientras comía pude contemplar como un especie de camarero o lo que fuese cogía varios alimentos y se lo llevaba en una bandeja, a lo cual yo me quedo boquiabierto dejando unas tostadas a punto de entrar en mi boca. Nunca había visto a aquel señor pero tampoco le puse importancia, por lo que procedí a terminar mi querido desayuno para tras eso volver a mi habitación y coger todo lo necesario para la expedición que nos esperaba en Water Seven, donde Stinger quería hacerle mejoras al barco para afrontar los problemas que nos depararan.
Tras llegar a mi compartimento me acerque a mi armario y allí me cambie a un nuevo traje de camarero que es el que suelo emplear y deje que mi ropa sucia y maloliente se dejase caer hacia la cesta de la ropa sucia, la cual está llena hasta arriba. Luego me eche un poco de aromas naturales de unas plantas que tenía en mi habitación por mi cuerpo para no oler mal y cogí todo mi equipamiento de armas para estar preparado a lo que fuese que viniera.
Salí hacia la superficie donde nuestro capitán se encontraba reunido con todos los miembros de la banda dando un mensaje de lo que íbamos a realizar. Según el yo y la única chica de la banda iríamos en busca de los carpinteros y el resto haría lo que le diese a lo gana. Sinceramente prefería ser del grupo dos, pero ya que Stinger me cogió como uno de los principales de la banda será por algo, así que salte del barco y espere a que ambos bajasen para empezar el trayecto que haríamos.
Tras un rato caminando una duda vino hacia mi mente, la cual empecé a comunicar a mis dos actuales acompañantes.
-Una duda. ¿Qué haremos en caso de ataque marine? Lo digo porque sé cómo eres Stinger y no quiero armar mucho jaleo. Sabes muy bien que al que le gusta esas cosas es a Sert y no a mí, por lo que te pediría un poco de calma y intentar tratarlo todo lo mas pacíficamente que podamos…..
Actualmente pertenezco a una especie de banda de piratas donde el jefe es un viejo amigo mío que antes pertenecía a una banda de cazadores, pero que por un extraño motivo ahora se decanto por la piratería, a lo cual decidí acompañarle para al menos no navegar cada uno por solitario, pero siempre le he dicho y le diré que no soy un subordinado ni nada a quien se le pueda mandar, ya que solo estoy junto a él para pasar un buen rato y poder tener apoyo.
Actualmente me encuentro en mi cama a las cinco de la mañana, donde mi maldito inquilino mental me ha vuelto a despertar a estas horas para que empiece a entrenarme como siempre para perfeccionar mis habilidades y poder ser más fuerte que nadie, siendo mi principal rival Stinger nuestro supuesto superior.
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Tras terminar mi entrenamiento matutino me dirigí hacia la cocina para comer algo y poder recuperar las energías desperdigadas y a la par échame algo de beber a la boca ya que siempre, aun sin haber estado haciendo nada, me entra una sed que no comprendo de donde es su origen.
Allí pude proceder a hacerme un par de tostadas básicas y unos tres o cuatros sándwich, a lo cual le adjunte dos jarras de zumo de naranja. Mientras comía pude contemplar como un especie de camarero o lo que fuese cogía varios alimentos y se lo llevaba en una bandeja, a lo cual yo me quedo boquiabierto dejando unas tostadas a punto de entrar en mi boca. Nunca había visto a aquel señor pero tampoco le puse importancia, por lo que procedí a terminar mi querido desayuno para tras eso volver a mi habitación y coger todo lo necesario para la expedición que nos esperaba en Water Seven, donde Stinger quería hacerle mejoras al barco para afrontar los problemas que nos depararan.
Tras llegar a mi compartimento me acerque a mi armario y allí me cambie a un nuevo traje de camarero que es el que suelo emplear y deje que mi ropa sucia y maloliente se dejase caer hacia la cesta de la ropa sucia, la cual está llena hasta arriba. Luego me eche un poco de aromas naturales de unas plantas que tenía en mi habitación por mi cuerpo para no oler mal y cogí todo mi equipamiento de armas para estar preparado a lo que fuese que viniera.
Salí hacia la superficie donde nuestro capitán se encontraba reunido con todos los miembros de la banda dando un mensaje de lo que íbamos a realizar. Según el yo y la única chica de la banda iríamos en busca de los carpinteros y el resto haría lo que le diese a lo gana. Sinceramente prefería ser del grupo dos, pero ya que Stinger me cogió como uno de los principales de la banda será por algo, así que salte del barco y espere a que ambos bajasen para empezar el trayecto que haríamos.
Tras un rato caminando una duda vino hacia mi mente, la cual empecé a comunicar a mis dos actuales acompañantes.
-Una duda. ¿Qué haremos en caso de ataque marine? Lo digo porque sé cómo eres Stinger y no quiero armar mucho jaleo. Sabes muy bien que al que le gusta esas cosas es a Sert y no a mí, por lo que te pediría un poco de calma y intentar tratarlo todo lo mas pacíficamente que podamos…..
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Mi hermana entro para tomar el desayuno parada y para cuando se retiro lo único que hizo fue decirme unas palabras para felicitarme por dedicarme por fin a hacer según ella algo útil de mi vida, la verdad no desmentía que estaba intentando ser un poco mas útil de lo normal pero cualquier persona se alegraría con tenerme a mí como medica con mis poderes especiales de curación pero ya saben como es mi hermana, ella sola es capaz de destruir una tripulación de marines, matar un rey de mar y seguramente pelear a la par que muchos piratas de los mares, para ella todos tenían que ser tanto o más útiles que ella en pelea sin importar para que mas servían.
En cuanto mi hermana salió de la cocina espere cerca de una hora más para que llegara la pelirroja a hacerme algo de compañía pero al ver que tardaba aun mas que mi hermana tome rápidamente mi desayuno dejando de lado mis crianzas como noble, los modales no importan si nadie te ve incumplirlos, hecho eso levante la mesa y deje únicamente el simple desayuno de Yoko para asi salir de la cocina.
Una vez en la cubierta tome una de las reposeras que siempre quedaban abiertas por los días de lectura de mi hermana al aire libre y una vez acomodada para que el sol me diera perfectamente en ella me retire el vestido que me había puesto dejándolo de lado y con mis típicas y cómodas ropas de Neko me recosté en aquella reposera a tomar el sol de la mañana de aquel hermoso día, a mi espalda o más bien del puesto de navegación escuche a Yoko diciéndole a mi hermana algo acerca de pelear en aquel día a lo que casi a los gritos y recostada como estaba le conteste -¡Mas te vale te equivoques, odio pelear!- una vez termine de hablar entre abrí un poco los ojos para ver el porqué el sol había desaparecido y una enorme nube estaba delante de mi fuente de juventud, arruinando mi mañana perfecta.
Me levante delicadamente de la reposera para ver cuán lejos estábamos de la isla ya que no tenia sol alguno que usar para perder el tiempo y note que extrañamente estábamos a unos pocos palmos de distancia de la playa de la isla, no tarde ni tres segundos en sentarme en el borde del barco para saltar e irme yo sola a ver que tanto había en la isla, antes de saltar tantee el bolsillo de mi traje que como siempre tenía el Den Den Mushi que me permitía comunicarme con mi hermana y sin pensarlo salte del barco... Bueno no, no lo hice, antes medí un poco la distancia y con una sonrisa mire a Yoko -¡Eh! Acompáñame, mientras mi hermana deja el barco investiguemos un poco la isla... ¿Que te parece?- sin esperar respuestas salte del barco calendo con ambas piernas para después girar un poco por mi mala caída y asi hacerme un corte en el brazo que enseguida se cerró tras un destello amarillento -Puff... Estúpida distancia mal medida...- después de eso y sin mirar hacia arriba para ver si alguien me seguía comencé a caminar de manera tranquila para entrar hacia la isla de los mejores carpinteros en los siete mares y asi con mucha mala suerte tener una pelea predestinada por la pelirroja, aunque ya me conocen, si puedo llegar a evitar ese supuesto combate que tendríamos mediante cualquier medio que no sea pelear... lo haría, tal vez irme y dejar que la nueva y mi hermana pelear por si solas, esconderme o cualquier otra cosa.
En cuanto mi hermana salió de la cocina espere cerca de una hora más para que llegara la pelirroja a hacerme algo de compañía pero al ver que tardaba aun mas que mi hermana tome rápidamente mi desayuno dejando de lado mis crianzas como noble, los modales no importan si nadie te ve incumplirlos, hecho eso levante la mesa y deje únicamente el simple desayuno de Yoko para asi salir de la cocina.
Una vez en la cubierta tome una de las reposeras que siempre quedaban abiertas por los días de lectura de mi hermana al aire libre y una vez acomodada para que el sol me diera perfectamente en ella me retire el vestido que me había puesto dejándolo de lado y con mis típicas y cómodas ropas de Neko me recosté en aquella reposera a tomar el sol de la mañana de aquel hermoso día, a mi espalda o más bien del puesto de navegación escuche a Yoko diciéndole a mi hermana algo acerca de pelear en aquel día a lo que casi a los gritos y recostada como estaba le conteste -¡Mas te vale te equivoques, odio pelear!- una vez termine de hablar entre abrí un poco los ojos para ver el porqué el sol había desaparecido y una enorme nube estaba delante de mi fuente de juventud, arruinando mi mañana perfecta.
Me levante delicadamente de la reposera para ver cuán lejos estábamos de la isla ya que no tenia sol alguno que usar para perder el tiempo y note que extrañamente estábamos a unos pocos palmos de distancia de la playa de la isla, no tarde ni tres segundos en sentarme en el borde del barco para saltar e irme yo sola a ver que tanto había en la isla, antes de saltar tantee el bolsillo de mi traje que como siempre tenía el Den Den Mushi que me permitía comunicarme con mi hermana y sin pensarlo salte del barco... Bueno no, no lo hice, antes medí un poco la distancia y con una sonrisa mire a Yoko -¡Eh! Acompáñame, mientras mi hermana deja el barco investiguemos un poco la isla... ¿Que te parece?- sin esperar respuestas salte del barco calendo con ambas piernas para después girar un poco por mi mala caída y asi hacerme un corte en el brazo que enseguida se cerró tras un destello amarillento -Puff... Estúpida distancia mal medida...- después de eso y sin mirar hacia arriba para ver si alguien me seguía comencé a caminar de manera tranquila para entrar hacia la isla de los mejores carpinteros en los siete mares y asi con mucha mala suerte tener una pelea predestinada por la pelirroja, aunque ya me conocen, si puedo llegar a evitar ese supuesto combate que tendríamos mediante cualquier medio que no sea pelear... lo haría, tal vez irme y dejar que la nueva y mi hermana pelear por si solas, esconderme o cualquier otra cosa.
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Caminando a los astilleros de Water Seven, junto a su segundo al mando, Allen D. Walker, y su reciente "adquisición" como tiradora de Sons of Anarchy, Ebony Gunslinger. Había elegido a ambos porque eran los que tenían conocimientos acerca de mecánica suficientes cómo para entender lo que él tenía pensado para el barco.
-Vamos a alquilar unos Yagara, siempre que vengo aquí monto en esos animales-les avisó a sus dos compañeros.-
Llegó junto a ellos hasta una tienda dónde los alquilaban. Estos animales con forma de hipocampos era el principal transporte de Water Seven, llevando a las personas en unas monturas especiales, que se asemejaban a unos botes, en la espalda de los toros Yagara.
Una vez dentro de la tienda preguntó al viejo que se encargaba del negocio por el precio, no era demasiado caro pero no quería pagar él, le dejaría tal honor a la ricachona de la banda, Ebony, que incluso tenía un mayordomo que hacía todo por ella. Se montó él solo en uno de los “toros” para seguir avanzando hasta el Dique 1, lugar donde se encontraba la compañía la mejor compañía de carpinteros de la ciudad Galley-la Company. Esperaba que los otros dos hicieran lo mismo, siempre que no suban en el suyo.
-Viejo, la "señorita" es la que paga-dijo riendo.-
Al acabar la frase se fue a toda prisa con el Yagara antes de que nadie pudiese intentar cambiar su plan. Ya lo suficientemente alejado como para no ser molestado ni interrumpido, descenció la velocidad de su transporte. Iba tranquilamente por los canales de la ciudad del agua. Según había oído, esa ciudad se hundía año a año, y los edificios que se veían realmente sólo estaban construidos encima de otros. Pero no le importaba, simplemente quería relajarse durante el trayecto para poder pensar tranquilamente qué harían después de modificar su barco. Probablemente se dispersen todos por la isla, armando el caos y haciéndose conocidos de ésta forma.
Tumbado, con las piernas estiradas sobre el respaldar del asiento delantero, era uno de dos plazas y él estaba sentado en el de atrás, llegaba al Dique 1 tras casi media hora de recorrido. Al fin podría mejorar su barco, que consiguió “prestado” de una tripulación que “amablemente se lo dejó” hace unos dos meses, aunque no era relevante la forma en la que obtuvo ese barco, bautizado por él mismo como Red Love Machine.
Bajó con un salto, cayendo elegantemente en la la acera del astillero. Se dirigió hacia uno de los capataces para que le haga un buen precio por todas las remodelaciones que le haría. El jefe de carpinteros al que empezó a preguntarle era un hombre de más de dos metros, bastante musculoso que sólo llevaba unos pantalones cortos con una gran cantidad de herramientas de trabajo colgados de un cinturón.
-Quería mejorar mi barco, con más cañones de gran potencia y precisión, reforzar su estructura con una madera de mejor calidad, o también podrías recubrirlo de metal, lo que veas más conveniente-le dijo Stinger.- Una última cosa, ¿aquí podéis recubrir con kairoseki, el casco de mi navío?-preguntó realmente interesado.-
-Podemos hacerlo, aunque tendríamos que hacerlo lejos de aquí, llevando a mis carpinteros e ingenieros conmigo. A la marina no le gusta que hagamos ese tipo de mejoras a otros barcos que no sean los suyos, aunque siempre los terminamos haciendo a sus espaldas-respondió.-
-¿Incluso a piratas?-le cuestionó intrigado.-
- Un barco no hace el mal, sólo sus tripulantes, no nos culpabilizamos de lo que hagan los demás con nuestras creaciones-dijo bastante seguro.-
-Bien dicho... Entonces dime el presupuesto de todo lo que te pedí-dijo.-
-Todo sería unos 500 mil berries, sin contar lo del kairoseki. Si le sumamos esto último el precio asciendo a más de 100 millones de berries, suponiendo que tu barco sea de dimensiones normales, si es un gran barco, el precio podría incluso duplicarse o triplicarse. No es un material fácil de conseguir ni de utilizar-le advirtió sonriente.-
Stinger se echó a reír de lo desorbitado que era el precio para reforzar su embarcación con la piedra del mar. Pero al menos el precio de lo otro no era muy difícil de conseguir, era caro pero podría conseguirlo.
-De acuerdo entonces, menos el kairoseki que no me esperaba que fuese tan caro... conseguiré el dinero para lo demás y vendré hasta aquí para que mejores mi navío.-
Se dio la vuelta y se alejó un poco. Quizás Ebony tendría esa cantidad de dinero, de hecho, la había visto varias veces despilfarrando dinero. Sino, tendría que volver al barco a por Lavi y que pague él con su habilidad de crear oro. La última opción era saquear el pueblo con toda su banda y conseguir el dinero necesario. Les consultó ésto mismo los dos que iban con él.
-Ebony... me harías un favor... paga la factura de ésto también, que siempre veo que llevas dinero... -le suplicó con las manos juntas por las palmas.-
Estaba convencido de que no pagaría, pero nunca está de más el intentarlo.
-Vamos a alquilar unos Yagara, siempre que vengo aquí monto en esos animales-les avisó a sus dos compañeros.-
Llegó junto a ellos hasta una tienda dónde los alquilaban. Estos animales con forma de hipocampos era el principal transporte de Water Seven, llevando a las personas en unas monturas especiales, que se asemejaban a unos botes, en la espalda de los toros Yagara.
Una vez dentro de la tienda preguntó al viejo que se encargaba del negocio por el precio, no era demasiado caro pero no quería pagar él, le dejaría tal honor a la ricachona de la banda, Ebony, que incluso tenía un mayordomo que hacía todo por ella. Se montó él solo en uno de los “toros” para seguir avanzando hasta el Dique 1, lugar donde se encontraba la compañía la mejor compañía de carpinteros de la ciudad Galley-la Company. Esperaba que los otros dos hicieran lo mismo, siempre que no suban en el suyo.
-Viejo, la "señorita" es la que paga-dijo riendo.-
Al acabar la frase se fue a toda prisa con el Yagara antes de que nadie pudiese intentar cambiar su plan. Ya lo suficientemente alejado como para no ser molestado ni interrumpido, descenció la velocidad de su transporte. Iba tranquilamente por los canales de la ciudad del agua. Según había oído, esa ciudad se hundía año a año, y los edificios que se veían realmente sólo estaban construidos encima de otros. Pero no le importaba, simplemente quería relajarse durante el trayecto para poder pensar tranquilamente qué harían después de modificar su barco. Probablemente se dispersen todos por la isla, armando el caos y haciéndose conocidos de ésta forma.
Tumbado, con las piernas estiradas sobre el respaldar del asiento delantero, era uno de dos plazas y él estaba sentado en el de atrás, llegaba al Dique 1 tras casi media hora de recorrido. Al fin podría mejorar su barco, que consiguió “prestado” de una tripulación que “amablemente se lo dejó” hace unos dos meses, aunque no era relevante la forma en la que obtuvo ese barco, bautizado por él mismo como Red Love Machine.
Bajó con un salto, cayendo elegantemente en la la acera del astillero. Se dirigió hacia uno de los capataces para que le haga un buen precio por todas las remodelaciones que le haría. El jefe de carpinteros al que empezó a preguntarle era un hombre de más de dos metros, bastante musculoso que sólo llevaba unos pantalones cortos con una gran cantidad de herramientas de trabajo colgados de un cinturón.
-Quería mejorar mi barco, con más cañones de gran potencia y precisión, reforzar su estructura con una madera de mejor calidad, o también podrías recubrirlo de metal, lo que veas más conveniente-le dijo Stinger.- Una última cosa, ¿aquí podéis recubrir con kairoseki, el casco de mi navío?-preguntó realmente interesado.-
-Podemos hacerlo, aunque tendríamos que hacerlo lejos de aquí, llevando a mis carpinteros e ingenieros conmigo. A la marina no le gusta que hagamos ese tipo de mejoras a otros barcos que no sean los suyos, aunque siempre los terminamos haciendo a sus espaldas-respondió.-
-¿Incluso a piratas?-le cuestionó intrigado.-
- Un barco no hace el mal, sólo sus tripulantes, no nos culpabilizamos de lo que hagan los demás con nuestras creaciones-dijo bastante seguro.-
-Bien dicho... Entonces dime el presupuesto de todo lo que te pedí-dijo.-
-Todo sería unos 500 mil berries, sin contar lo del kairoseki. Si le sumamos esto último el precio asciendo a más de 100 millones de berries, suponiendo que tu barco sea de dimensiones normales, si es un gran barco, el precio podría incluso duplicarse o triplicarse. No es un material fácil de conseguir ni de utilizar-le advirtió sonriente.-
Stinger se echó a reír de lo desorbitado que era el precio para reforzar su embarcación con la piedra del mar. Pero al menos el precio de lo otro no era muy difícil de conseguir, era caro pero podría conseguirlo.
-De acuerdo entonces, menos el kairoseki que no me esperaba que fuese tan caro... conseguiré el dinero para lo demás y vendré hasta aquí para que mejores mi navío.-
Se dio la vuelta y se alejó un poco. Quizás Ebony tendría esa cantidad de dinero, de hecho, la había visto varias veces despilfarrando dinero. Sino, tendría que volver al barco a por Lavi y que pague él con su habilidad de crear oro. La última opción era saquear el pueblo con toda su banda y conseguir el dinero necesario. Les consultó ésto mismo los dos que iban con él.
-Ebony... me harías un favor... paga la factura de ésto también, que siempre veo que llevas dinero... -le suplicó con las manos juntas por las palmas.-
Estaba convencido de que no pagaría, pero nunca está de más el intentarlo.
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- Vamos a alquilar unos Yagara, siempre que vengo aquí monto en esos animales -
Ebony asintió y observó como tanto Stinger como Allen entraban en una tienda en la que imaginaba se alquilarían dichos animales. Al entrar, un anciano se les acercó y les informó del precio por alquilar las criaturas. Sin darle tiempo a reaccionar Stinger se montó encima de uno y se marchó diciéndole al amo de la tienda que ella le pagaría. Mientras observaba como se marchaba su capitán el anciano se acercó esperando ser recompensado económicamente. La pistolera pasó un poco de este y se puso a observar entre la variedad de Yagaras que habían hasta topar con uno de color azul, una gran cresta y como todos los de su especie una enorme sonrisa en su rostro. Señaló sin más al Yagara y se giró hacia el anciano sin apartar su mano del animal.
- Quiero ese. -
El anciano sonrió y comenzó a hablar.
- Si claro, alquilar dos Yagaras te costará sobre unos... -
En ese instante Ebony ya le había puesto la mano en la boca haciendo que se callara al instante.
- No me has entendido, he dicho que lo quiero. -
Se agachó y agarró de una mochila que cargaba su fiel perro Inu una bolsa repleta de berries, le echó un vistazo y se la puso en la mano al sorprendido amo del local.
- Con esto tienes suficiente para el alquiler anterior y la compra de este. Siempre he querido tener un... como se llame azul. -
Al parecer incluso el anciano era consciente que estaba recibiendo bastante más de lo que costaba un Yagara por lo que se limitó a asentir con una cara rebosante de felicidad y les dejó marchar montados en aquel animal, ahora propiedad de la pelinegra.
El viaje a bordo de su propia “embarcación” fue bastante más cómodo de lo que ella esperaba. Perfectamente podría haber ido volando hacia su destino, pero pequeños lujos como ese eran cosas a las que no estaba dispuesta a renunciar. Mientras Ebony disfrutaba del viaje podía escuchar como Inu se dedicaba a ladrarles a los pequeños peces que se acercaban al Yagara.
Finalmente llegaron a su destino, viendo Stinger les esperaba para entrar. Una vez juntos se dirigieron hacia lo que parecía ser un capataz, un hombre de unos dos metros de altura, para que el capitán le comentara los diversos cambios que quería que se efectuaran en el Red Love Machine. Habían estado hablando durante su trayecto a pie las mejoras por lo que la mente de la muchacha desconectó cuando su capitán comenzó a hablar. Los ojos de la joven se pararon en los diversos artilugios que veía, así como la gente que estaba en aquel lugar.
Tras una charla no demasiado extensa al fin llegaron al único punto que podía llamar su atención. Al parecer no había ningún problema con las modificaciones que pedía el capitán, únicamente deberían de alejarse de ahí para no llamar la atención de la marina.
-Todo sería unos 500 mil berries, sin contar lo del kairoseki. Si le sumamos esto último el precio asciendo a más de 100 millones de berries, suponiendo que tu barco sea de dimensiones normales, si es un gran barco, el precio podría incluso duplicarse o triplicarse. No es un material fácil de conseguir ni de utilizar-
Los ojos de la asquerosamente rica Ebony resplandecieron, aquella era una suma importante no cualquiera poseía 500 mil berries. Stinger aseguró que conseguiría el dinero y se retiró hasta la posición donde se encontraba la pelinegra.
-Ebony... me harías un favor... paga la factura de esto también, que siempre veo que llevas dinero... -
Por lo visto aquel hombre le había visto cara de cajero automático y quería sacar provecho de ello. La cantidad no era tampoco tan grande para ella, podía conseguir cuanto dinero quisiera con una simple visita a casa, aunque por suerte para sus compañeros, disponía de tal cantidad en el barco. La cara de la chica dibujó una sombría sonrisa que haría temblar al más temido pirata, la mirada que cualquier hombre temía más que nada en este mundo: La de una mujer a punto de pedirte algo.
- Por supuesto que puedo pagar TAMBIÉN esta factura. - Enfatizó claramente el también echándole en cara que le hiciera pagar antes el alquiler de su transporte. - Pero ya sabes el dicho: Quien algo quiere algo le cuesta. - La sonrisa de esta se hizo más grande si cabe. - Verás, estoy notando últimamente que Mortimer no puede cargar con tantas cajas como antes y te veo realmente en forma, ¡Mira que brazos! - Puso voz sensual mientras tocaba los brazos del pirata. - Y claro, estoy segura de que no dejarías que una señorita cargara con tantos objetos, ¿Verdad? -
Ebony comenzó a ponerle ojitos mientras se reía por dentro. Lo que en pocas palabras le estaba diciendo a su capitán era que sería su nueva mula de carga hasta que esta se cansara, si es que lo hacía. Era eso o se buscaba él mismo la manera de pagar.
- Vamos a alquilar unos Yagara, siempre que vengo aquí monto en esos animales -
Ebony asintió y observó como tanto Stinger como Allen entraban en una tienda en la que imaginaba se alquilarían dichos animales. Al entrar, un anciano se les acercó y les informó del precio por alquilar las criaturas. Sin darle tiempo a reaccionar Stinger se montó encima de uno y se marchó diciéndole al amo de la tienda que ella le pagaría. Mientras observaba como se marchaba su capitán el anciano se acercó esperando ser recompensado económicamente. La pistolera pasó un poco de este y se puso a observar entre la variedad de Yagaras que habían hasta topar con uno de color azul, una gran cresta y como todos los de su especie una enorme sonrisa en su rostro. Señaló sin más al Yagara y se giró hacia el anciano sin apartar su mano del animal.
- Quiero ese. -
El anciano sonrió y comenzó a hablar.
- Si claro, alquilar dos Yagaras te costará sobre unos... -
En ese instante Ebony ya le había puesto la mano en la boca haciendo que se callara al instante.
- No me has entendido, he dicho que lo quiero. -
Se agachó y agarró de una mochila que cargaba su fiel perro Inu una bolsa repleta de berries, le echó un vistazo y se la puso en la mano al sorprendido amo del local.
- Con esto tienes suficiente para el alquiler anterior y la compra de este. Siempre he querido tener un... como se llame azul. -
Al parecer incluso el anciano era consciente que estaba recibiendo bastante más de lo que costaba un Yagara por lo que se limitó a asentir con una cara rebosante de felicidad y les dejó marchar montados en aquel animal, ahora propiedad de la pelinegra.
El viaje a bordo de su propia “embarcación” fue bastante más cómodo de lo que ella esperaba. Perfectamente podría haber ido volando hacia su destino, pero pequeños lujos como ese eran cosas a las que no estaba dispuesta a renunciar. Mientras Ebony disfrutaba del viaje podía escuchar como Inu se dedicaba a ladrarles a los pequeños peces que se acercaban al Yagara.
Finalmente llegaron a su destino, viendo Stinger les esperaba para entrar. Una vez juntos se dirigieron hacia lo que parecía ser un capataz, un hombre de unos dos metros de altura, para que el capitán le comentara los diversos cambios que quería que se efectuaran en el Red Love Machine. Habían estado hablando durante su trayecto a pie las mejoras por lo que la mente de la muchacha desconectó cuando su capitán comenzó a hablar. Los ojos de la joven se pararon en los diversos artilugios que veía, así como la gente que estaba en aquel lugar.
Tras una charla no demasiado extensa al fin llegaron al único punto que podía llamar su atención. Al parecer no había ningún problema con las modificaciones que pedía el capitán, únicamente deberían de alejarse de ahí para no llamar la atención de la marina.
-Todo sería unos 500 mil berries, sin contar lo del kairoseki. Si le sumamos esto último el precio asciendo a más de 100 millones de berries, suponiendo que tu barco sea de dimensiones normales, si es un gran barco, el precio podría incluso duplicarse o triplicarse. No es un material fácil de conseguir ni de utilizar-
Los ojos de la asquerosamente rica Ebony resplandecieron, aquella era una suma importante no cualquiera poseía 500 mil berries. Stinger aseguró que conseguiría el dinero y se retiró hasta la posición donde se encontraba la pelinegra.
-Ebony... me harías un favor... paga la factura de esto también, que siempre veo que llevas dinero... -
Por lo visto aquel hombre le había visto cara de cajero automático y quería sacar provecho de ello. La cantidad no era tampoco tan grande para ella, podía conseguir cuanto dinero quisiera con una simple visita a casa, aunque por suerte para sus compañeros, disponía de tal cantidad en el barco. La cara de la chica dibujó una sombría sonrisa que haría temblar al más temido pirata, la mirada que cualquier hombre temía más que nada en este mundo: La de una mujer a punto de pedirte algo.
- Por supuesto que puedo pagar TAMBIÉN esta factura. - Enfatizó claramente el también echándole en cara que le hiciera pagar antes el alquiler de su transporte. - Pero ya sabes el dicho: Quien algo quiere algo le cuesta. - La sonrisa de esta se hizo más grande si cabe. - Verás, estoy notando últimamente que Mortimer no puede cargar con tantas cajas como antes y te veo realmente en forma, ¡Mira que brazos! - Puso voz sensual mientras tocaba los brazos del pirata. - Y claro, estoy segura de que no dejarías que una señorita cargara con tantos objetos, ¿Verdad? -
Ebony comenzó a ponerle ojitos mientras se reía por dentro. Lo que en pocas palabras le estaba diciendo a su capitán era que sería su nueva mula de carga hasta que esta se cansara, si es que lo hacía. Era eso o se buscaba él mismo la manera de pagar.
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