Suzaku
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Moderación:
- Hasta que estemos todos juntos, cada hermano modera un poco su situación con el “fichaje” que ha hecho para la banda (como he hecho yo con Rayder) a excepción de Yoko que viene siguiendo a Sohem. Luego, ya me encargo yo de moderar. El rol es en presente.
Los turnos de rol son: Suzaku, Sohem, Hayato, Hitoku, Rayder, Ryuto, Yuu, Taiko, Yoko.
Después de haber estado dos años separado de mis hermanos, infiltrándome en la Marina y entrenando para convertirme en alguien más poderoso, voy a reencontrarme con mis hermanos. Tras aquello, habíamos hablado de reunirnos de nuevo los cuatro hermanos Shakkin. Y qué mejor lugar para hacerlo que la isla que Sohem y yo habíamos colonizado hacía tanto tiempo: Okyu Mazushi. Es una isla localizada en el South Blue. Está poblada por una gran selva y una playa al este. En el centro de la isla, a bastante altura, está el lugar donde habíamos creado nuestras casas. La única forma de subir a este lugar es a través de un canal que va desde el mar hasta la cima, en la zona oeste de la isla. Y ése es el objetivo de mi pequeño barco biplaza.
Me encuentro en el pequeño barco con Rayder, mi nuevo fichaje para la tripulación. Hemos estado navegando durante varios días hasta que por fin encontramos la ruta directa hacia mi isla.
— ¿Ves eso de allí? — le digo a Rayder, señalando una gran roca en el horizonte que se va haciendo cada vez más grande. — Ése es nuestro destino: Okyu Masuhi.
Espero que el resto de mis hermanos esté allí también, o estén a punto de llegar. No me gustaría pasar otros diez años sin verles. Sólo han tenido que ver mi cara en el periódico.
El Sol está en lo alto del cielo, abrasando a todo el que se encuentre debajo, incluido nosotros dos. Ni una ligera nube se asoma por ningún lado, por lo que toda esperanza de una sombra refrescante se está evaporando al mismo ritmo que el agua del mar por el calor del astro rey. El viento se nos pone de cola, por lo que incrementamos la velocidad exponencialmente. El camino hacia la isla se está haciendo cada vez más corto. Tanto es así, que en a penas veinte minutos hemos recorrido una distancia de unos veinte kilómetros. El barco va a toda velocidad, para ir impulsado únicamente por el viento. Al llegar a la isla, la afrontamos por la cara oeste de la misma. Se que no tendremos fuerza suficiente como para subir por el canal, así que pongo en marcha una de mis técnicas. Comienzo a enrollar los brazos entre sí, hasta que alcanzo un gran punto de bobina. Luego, meto los brazos en el mar.
— Gamu Gamu no Screw!!
Mis brazos comienzan a desenrollarse a gran velocidad, aumentando la potencia del barco y permitiéndonos subir a un buen ritmo. A esta velocidad, no vamos a tardar mucho en llegar hasta la cima de la isla. Tan sólo pasan dos minutos y nos encontramos arriba del canal, en el puerto que habíamos construido Sohem y yo hace tiempo. Paro la nao y me bajo de la misma, haciendo un gesto con la mano a Rayder para que me acompañe.
— Vamos, amigo mío. Te presentaré a mis hermanos y a tu nueva tripulación. — le digo, con la mano tendida hacia él.]
Me encuentro en el pequeño barco con Rayder, mi nuevo fichaje para la tripulación. Hemos estado navegando durante varios días hasta que por fin encontramos la ruta directa hacia mi isla.
— ¿Ves eso de allí? — le digo a Rayder, señalando una gran roca en el horizonte que se va haciendo cada vez más grande. — Ése es nuestro destino: Okyu Masuhi.
Espero que el resto de mis hermanos esté allí también, o estén a punto de llegar. No me gustaría pasar otros diez años sin verles. Sólo han tenido que ver mi cara en el periódico.
El Sol está en lo alto del cielo, abrasando a todo el que se encuentre debajo, incluido nosotros dos. Ni una ligera nube se asoma por ningún lado, por lo que toda esperanza de una sombra refrescante se está evaporando al mismo ritmo que el agua del mar por el calor del astro rey. El viento se nos pone de cola, por lo que incrementamos la velocidad exponencialmente. El camino hacia la isla se está haciendo cada vez más corto. Tanto es así, que en a penas veinte minutos hemos recorrido una distancia de unos veinte kilómetros. El barco va a toda velocidad, para ir impulsado únicamente por el viento. Al llegar a la isla, la afrontamos por la cara oeste de la misma. Se que no tendremos fuerza suficiente como para subir por el canal, así que pongo en marcha una de mis técnicas. Comienzo a enrollar los brazos entre sí, hasta que alcanzo un gran punto de bobina. Luego, meto los brazos en el mar.
— Gamu Gamu no Screw!!
Mis brazos comienzan a desenrollarse a gran velocidad, aumentando la potencia del barco y permitiéndonos subir a un buen ritmo. A esta velocidad, no vamos a tardar mucho en llegar hasta la cima de la isla. Tan sólo pasan dos minutos y nos encontramos arriba del canal, en el puerto que habíamos construido Sohem y yo hace tiempo. Paro la nao y me bajo de la misma, haciendo un gesto con la mano a Rayder para que me acompañe.
— Vamos, amigo mío. Te presentaré a mis hermanos y a tu nueva tripulación. — le digo, con la mano tendida hacia él.]
Sohem
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Iba a toda velocidad sobre el agua
HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAW
Las gotas de agua me salpicaban levemente, pero estaba recorriendo una distancia enorme en tiempo record.
Estaba sentado, con una mano agarrando donde situaba mi trasero y con la otra, mi sombrero, con un periódico bajo la axila derecha, feliz, sonriendo, y surcando el South Blue como pocos hombres habrían hecho
¡Dale más caña! ¡No quiero llegar el último!
Estaba sentado en una silla, y cualquiera que me viera, solo vería a un hombre gritando emocionado sobre una silla que surca el mar. Pero lo cierto, es que bajo la silla, atadas a sus patas, había unas correas, y estas estaban atadas a un enorme gyojin tiburón ballena, que nadaba a toda velocidad. Se trataba de Ryuto, mi nuevo amigo, hecho tras mi exilio voluntario de dos años.
Tras unos cuantos minutos más, divisé nuestra "casa", y en su cima, un pequeño barco.
No supe si alegrarme o no, pues podría ser alguno de mis hermanos, o quizá un ocupa. De darse la segunda opción lo echaría a hostias del lugar, lo tenía claro.
Ryuto ascendió siguiendo mis indicaciones por el canal que llevaba a la entrada y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos ahí.
Me bajé de su espalda y pisé tierra, seguido de mi amigo al cual ayudé a quitarse la silla/grupa de montar, con unas buenas risas de ambos.
Al otro lado del muelle, vi a un hombre rubio de espaldas, hablando con uno moreno.
Ya verás tío, les vas a encantar
Y cargándome los pulmones de aire a más no poder grité
¡¡SUZAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!
HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAW
Las gotas de agua me salpicaban levemente, pero estaba recorriendo una distancia enorme en tiempo record.
Estaba sentado, con una mano agarrando donde situaba mi trasero y con la otra, mi sombrero, con un periódico bajo la axila derecha, feliz, sonriendo, y surcando el South Blue como pocos hombres habrían hecho
¡Dale más caña! ¡No quiero llegar el último!
Estaba sentado en una silla, y cualquiera que me viera, solo vería a un hombre gritando emocionado sobre una silla que surca el mar. Pero lo cierto, es que bajo la silla, atadas a sus patas, había unas correas, y estas estaban atadas a un enorme gyojin tiburón ballena, que nadaba a toda velocidad. Se trataba de Ryuto, mi nuevo amigo, hecho tras mi exilio voluntario de dos años.
Tras unos cuantos minutos más, divisé nuestra "casa", y en su cima, un pequeño barco.
No supe si alegrarme o no, pues podría ser alguno de mis hermanos, o quizá un ocupa. De darse la segunda opción lo echaría a hostias del lugar, lo tenía claro.
Ryuto ascendió siguiendo mis indicaciones por el canal que llevaba a la entrada y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos ahí.
Me bajé de su espalda y pisé tierra, seguido de mi amigo al cual ayudé a quitarse la silla/grupa de montar, con unas buenas risas de ambos.
Al otro lado del muelle, vi a un hombre rubio de espaldas, hablando con uno moreno.
Ya verás tío, les vas a encantar
Y cargándome los pulmones de aire a más no poder grité
¡¡SUZAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!
Hayato
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Dos años después. Habían pasado dos años desde que me tomé una semana de vacaciones y fortuitamente había encontrado a la hija de mi maestro y a su hermano, con quien rivalicé y me enfrenté. Habían pasado dos años entrenando y buscando a mi rival hasta que nuestro enfrentamiento acabó con mi victoria. Aquella aventura me cambió, muchísimo y me había dado habilidades nuevas y objetos que jamás podría separar de mi. Después de aquella aventura, había encontrado a un nuevo amigo, de forma fortuita, y se había convertido en una de las personas más importantes de mi vida. Pero no había nada que superara mi amor por mis hermanos.
Yuu, mi nuevo acompañante, era un cyborg, mitad humano, mitad máquina. Nos habíamos encontrado en una isla y habíamos trabado una nueva amistad. Con el tiempo juntos, decidí proponerlo para unirse a mis hermanos. Estuvimos juntos durante unos meses vagando por el South Blue hasta que un día leyendo el periódico observé una de las fotografías más indecentes que la humanidad habría contemplado: la fotografía de mi hermano Suzaku, el capitán, bastante ebrio y casi desnudo, con un cartel que decía claramente “Go home, bitches.”. Quizás, solo tres personas en todo el mundo pudieran entender eso y desde luego, éramos los tres hermanos Shakkin restantes. En cuanto lo leí, agarré a Yuu y robamos un pequeño barco y nos dirigimos a Okyu Mazushi, la isla que mis hermanos mayores habían colonizado para nosotros. No había estado allí nunca, pero mi hermano Suzaku nos repitió su localización a los demás hermanos hasta la saciedad y aun sin conocimientos de navegación, cualquiera podríamos volver sin problemas. Estaba cerca, apenas tardaríamos unos días en ir.
Una vez allí, Yuu y yo desembarcamos. Agarré mi paquete de tabaco, saqué un cigarro, lo encendí y nos dirigimos a la entrada.
~ Vamos compañero, es hora de reunirse con los demás. Estoy deseando ver al polvitos, al rubio y al pollo.
Pude escuchar entonces una voz a lo lejos que gritaba algo como “hermano”. No pude evitar reconocerla, aún pasados dos años. Se trataba de la voz de mi hermano mayor Sohem. Miré a Yuu con cara alegre.
~ ¡Vamos!, ¡no estamos solos!
Comenzamos a correr hacia la entrada y llegamos a una colina cercana, desde ella pude ver a mi hermano Sohem, acompañado de lo que parecía ser un Gyojin.
~ ¡Hermanoooo!
De la emoción del grito dejé caer mi cigarro al suelo y comencé a correr colina abajo, arrastrando a Yuu de un brazo. La mala suerte de engancharme con una rama hizo que comenzara a rodar rápidamente dando volteretas y brincos, hasta caer de culo a unos metros de mi hermano. Me levanté y lo abracé enérgicamente. Estaba feliz pero a la vez nervioso. Ahora era muy distinto tanto psicológica como físicamente y me preocupaba impresionar de más a mis hermanos. Pero la euforia por verlos era imposible de disimular.
Ya estamos en casa.
Yuu, mi nuevo acompañante, era un cyborg, mitad humano, mitad máquina. Nos habíamos encontrado en una isla y habíamos trabado una nueva amistad. Con el tiempo juntos, decidí proponerlo para unirse a mis hermanos. Estuvimos juntos durante unos meses vagando por el South Blue hasta que un día leyendo el periódico observé una de las fotografías más indecentes que la humanidad habría contemplado: la fotografía de mi hermano Suzaku, el capitán, bastante ebrio y casi desnudo, con un cartel que decía claramente “Go home, bitches.”. Quizás, solo tres personas en todo el mundo pudieran entender eso y desde luego, éramos los tres hermanos Shakkin restantes. En cuanto lo leí, agarré a Yuu y robamos un pequeño barco y nos dirigimos a Okyu Mazushi, la isla que mis hermanos mayores habían colonizado para nosotros. No había estado allí nunca, pero mi hermano Suzaku nos repitió su localización a los demás hermanos hasta la saciedad y aun sin conocimientos de navegación, cualquiera podríamos volver sin problemas. Estaba cerca, apenas tardaríamos unos días en ir.
Una vez allí, Yuu y yo desembarcamos. Agarré mi paquete de tabaco, saqué un cigarro, lo encendí y nos dirigimos a la entrada.
~ Vamos compañero, es hora de reunirse con los demás. Estoy deseando ver al polvitos, al rubio y al pollo.
Pude escuchar entonces una voz a lo lejos que gritaba algo como “hermano”. No pude evitar reconocerla, aún pasados dos años. Se trataba de la voz de mi hermano mayor Sohem. Miré a Yuu con cara alegre.
~ ¡Vamos!, ¡no estamos solos!
Comenzamos a correr hacia la entrada y llegamos a una colina cercana, desde ella pude ver a mi hermano Sohem, acompañado de lo que parecía ser un Gyojin.
~ ¡Hermanoooo!
De la emoción del grito dejé caer mi cigarro al suelo y comencé a correr colina abajo, arrastrando a Yuu de un brazo. La mala suerte de engancharme con una rama hizo que comenzara a rodar rápidamente dando volteretas y brincos, hasta caer de culo a unos metros de mi hermano. Me levanté y lo abracé enérgicamente. Estaba feliz pero a la vez nervioso. Ahora era muy distinto tanto psicológica como físicamente y me preocupaba impresionar de más a mis hermanos. Pero la euforia por verlos era imposible de disimular.
Ya estamos en casa.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras dos años solo, vagando por los mares, entrenando y adquiriendo nuevos amigos y experiencias, tras dos años sin verlos, oír sus risas, discutir como hermanos, por fin podría ver a los únicos que entendían un poco a este solitario monstruo. Me dirigía hacia el South Blue donde tiempo atrás, mis hermanos Suzaku y Sohem habían colonizado una isla y la cual se había convertido en nuestro hogar y punto de reunión para varias ocasiones especiales y esta era una de ellas. Me preguntaba que había sido de ellos, estarían allí, que aventuras habrán vivido, por la parte de Suzaku tenia conocimiento de que estaba siendo perseguido por la marina y eso me hizo sacar una sonrisa en ese momento. Divisándola a lo lejos, allí estaba Okyu Mazuski, para mi la isla de los Shakkin.
Estamos llegando Taiko.
A lomo mío estaba Taiko un tipejo raro al que conocí en la isla de Ireos, el cual se supone que conoce a mi hermano Sohem. Aterrice en la playa y el calor era el de costumbre súper fuerte, andamos un poco, hasta encontrar el canal que nos llevaría directo a nuestras casas, adopte mi forma dragón de nuevo.
Agarrate bien va a ser movidito.
Tenia muchas ganas de verlos asíque despegue con mucha fuerza, tanta que las palmeras en un radio de veinte metros se fueron al suelo como si de plumas se tratara, subiendo a gran velocidad y amainando esta cuanto mas cerca estaba para no pasarme del lugar, observe como había dos barcos, uno biplaza y otro un pequeño barco.
Mas vale que sean ellos.
Llegamos a cima de la isla, entre con un fuerte rugido por si acaso estuvieran dormidos seguramente con eso se despertarían, ateriese y para mi sorpresa ya estaban allí. Cada uno con un acompañante.
Vaya hombre que casualidad.
Volví a mi forma humana, mire a Taiko.
Ya veras ahora.
EH VOSOTROS, SI VOSOTROS LOS TRES FEOS SHAKKIN ¿PENSABAIS LIBRAROS DE MI O QUE?
Estamos llegando Taiko.
A lomo mío estaba Taiko un tipejo raro al que conocí en la isla de Ireos, el cual se supone que conoce a mi hermano Sohem. Aterrice en la playa y el calor era el de costumbre súper fuerte, andamos un poco, hasta encontrar el canal que nos llevaría directo a nuestras casas, adopte mi forma dragón de nuevo.
Agarrate bien va a ser movidito.
Tenia muchas ganas de verlos asíque despegue con mucha fuerza, tanta que las palmeras en un radio de veinte metros se fueron al suelo como si de plumas se tratara, subiendo a gran velocidad y amainando esta cuanto mas cerca estaba para no pasarme del lugar, observe como había dos barcos, uno biplaza y otro un pequeño barco.
Mas vale que sean ellos.
Llegamos a cima de la isla, entre con un fuerte rugido por si acaso estuvieran dormidos seguramente con eso se despertarían, ateriese y para mi sorpresa ya estaban allí. Cada uno con un acompañante.
Vaya hombre que casualidad.
Volví a mi forma humana, mire a Taiko.
Ya veras ahora.
EH VOSOTROS, SI VOSOTROS LOS TRES FEOS SHAKKIN ¿PENSABAIS LIBRAROS DE MI O QUE?
Rayder
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mucho tiempo había pasado desde aquel agradable encontronazo con Suzaku en Ohara. Todavía recordaba el buen sabor de boca que se le había quedado persiguiendo chicas, y llevando a una de ellas a una habitación en la que las plumas de las almohadas volaron durante toda la noche, mientras los inquilinos de abajo se quedaban de los gritos proferidos. Fue una noche que no olvidaría jamás, la noche en la que el pelirrubio le pidió entrar a su tripulación como un nakama más.
Claramente, él no estaría aquí si su respuesta hubiera sido negativa. Al lado del que ahora era su capitán, mientras que revisaba varios mapas y libros de navegación, el barco en el que ambos navegaban tenía un rumbo ya definido anteriormente: Õkyū Mazushī. Una isla que no aparecía en ninguna de las pertenencias que el pelinegro portaba consigo mismo, y era la primera vez que escuchaba hablar sobre alguna isla de esas características. ¿Qué más misterios podría aguardar el ancho mar por el que viajaba con una vida atada a la piratería? Dicho lugar se iba acercando cada vez más y más, mientras que en las palabras de Suzaku podía notarse perfectamente una emoción sin parangones. En realidad se le veía muy entusiasmado con la idea de volver a ver a sus hermanos, volver a pasar tiempo con ellos. Lástima que el pelinegro hubiera sido un hijo único, y encima bastardo.
- Es extraño, Suzaku, pero no veo ninguna referencia a esta isla en mis mapas. En todos mis años de cartógrafo es la primera vez que sepo de ella - Dijo el ex-noble con el ceño fruncido, ante la idea de que había muchas cosas que se escapaban de su imaginación y sabiduría. Le quedaba mucho camino por recorrer.
Mas no tenía demasiado tiempo para prestarse a esas declaraciones, pues su "chicloso" amigo empleó los poderes de su fruta del Diablo para agilizar el viaje en el que ambos estaban unidos. Era muy gracioso, un hombre-chicle, ¿qué más cosas podría encontrar en aquel día en que no dejaban de darle sorpresas de todo tipo? Sólo faltaba que un harem de chicas con los pechos bien puestos les estuvieran esperando en lo alto de aquel lugar, preparadas para una semana brutal de ... Perdonadme, que me salgo del tema.
Minutos más tarde, ya nos encontrábamos en lo alto del canal por el que habíamos estado navegando, en un puerto que parecía haber sido construido poco tiempo atrás. Suzaku fue el primero en bajarse del transporte marítimo, y tendiéndole una mano al pelinegro le instó a que bajase para conocer a sus hermanos y los que serían sus futuros compañeros y amigos de tripulación. Agarrando la mano que su capitán le había tendido, bajó con una sonrisa en los labios, respondiéndole de buen agrado:
- Si todos son tan simpáticos y fiesteros como tú, me da la impresión de que lo vamos a pasar muy bien ... Quitando algunos dolores de cabeza por la mañana - Soltó una carcajada, mientras que le seguía.
Ellos dos habían sido los primeros en llegar, pero los demás no se retrasaron demasiado. Fue cuestión de tiempo que un chico con gorro en la cabeza llegase montado encima de lo que parecía un hombre tritón, más conocido como Gyojin en varias parte del Grand Line. Y después le siguieron un joven de pelo azulado y un chico medio cyborg. Y por último, una especie de hombre con sonrisa siniestra, que se presentó con un rugido ensordecedor, acompañado por otro joven más, pareciendo este último normal. Pero viendo el plantel de personajes que se había reunido en dicho lugar, ¿cuántos de ellos serían normales?
Observando cómo los hermanos Shakkin se volvían a reunir tras mucho tiempo, no pudo evitar mostrar una sonrisa de satisfacción al ver cómo su capitán se encontraba feliz de estar con su familia. No le privaría de ese momento, así que se apartó hasta sentarse en una pequeña roca, apoyando su codo izquierdo en la pierna del mismo lado, para dejar caer la cara sobre su mano. Interiormente, tenía una sensación agradable, tal vez aquella sería la familia que tanto tiempo había buscado. Siempre había estado solo, ninguna compañía salvo jóvenes que únicamente entraban a su habitación y un rato después salían con el pelo revuelto y las mejillas encendidas. Al menos, parecía que esa suerte iba a cambiar. Así que sonrió y cerró uno de sus ojos, mientras que observaba con pausa y detalle a todos los tripulantes que conformarían la llamada Tripulación de Barba Rubia, cada uno de ellos con una historia distinta, seguro, pero todos unidos bajo una misma bandera.
Claramente, él no estaría aquí si su respuesta hubiera sido negativa. Al lado del que ahora era su capitán, mientras que revisaba varios mapas y libros de navegación, el barco en el que ambos navegaban tenía un rumbo ya definido anteriormente: Õkyū Mazushī. Una isla que no aparecía en ninguna de las pertenencias que el pelinegro portaba consigo mismo, y era la primera vez que escuchaba hablar sobre alguna isla de esas características. ¿Qué más misterios podría aguardar el ancho mar por el que viajaba con una vida atada a la piratería? Dicho lugar se iba acercando cada vez más y más, mientras que en las palabras de Suzaku podía notarse perfectamente una emoción sin parangones. En realidad se le veía muy entusiasmado con la idea de volver a ver a sus hermanos, volver a pasar tiempo con ellos. Lástima que el pelinegro hubiera sido un hijo único, y encima bastardo.
- Es extraño, Suzaku, pero no veo ninguna referencia a esta isla en mis mapas. En todos mis años de cartógrafo es la primera vez que sepo de ella - Dijo el ex-noble con el ceño fruncido, ante la idea de que había muchas cosas que se escapaban de su imaginación y sabiduría. Le quedaba mucho camino por recorrer.
Mas no tenía demasiado tiempo para prestarse a esas declaraciones, pues su "chicloso" amigo empleó los poderes de su fruta del Diablo para agilizar el viaje en el que ambos estaban unidos. Era muy gracioso, un hombre-chicle, ¿qué más cosas podría encontrar en aquel día en que no dejaban de darle sorpresas de todo tipo? Sólo faltaba que un harem de chicas con los pechos bien puestos les estuvieran esperando en lo alto de aquel lugar, preparadas para una semana brutal de ... Perdonadme, que me salgo del tema.
Minutos más tarde, ya nos encontrábamos en lo alto del canal por el que habíamos estado navegando, en un puerto que parecía haber sido construido poco tiempo atrás. Suzaku fue el primero en bajarse del transporte marítimo, y tendiéndole una mano al pelinegro le instó a que bajase para conocer a sus hermanos y los que serían sus futuros compañeros y amigos de tripulación. Agarrando la mano que su capitán le había tendido, bajó con una sonrisa en los labios, respondiéndole de buen agrado:
- Si todos son tan simpáticos y fiesteros como tú, me da la impresión de que lo vamos a pasar muy bien ... Quitando algunos dolores de cabeza por la mañana - Soltó una carcajada, mientras que le seguía.
Ellos dos habían sido los primeros en llegar, pero los demás no se retrasaron demasiado. Fue cuestión de tiempo que un chico con gorro en la cabeza llegase montado encima de lo que parecía un hombre tritón, más conocido como Gyojin en varias parte del Grand Line. Y después le siguieron un joven de pelo azulado y un chico medio cyborg. Y por último, una especie de hombre con sonrisa siniestra, que se presentó con un rugido ensordecedor, acompañado por otro joven más, pareciendo este último normal. Pero viendo el plantel de personajes que se había reunido en dicho lugar, ¿cuántos de ellos serían normales?
Observando cómo los hermanos Shakkin se volvían a reunir tras mucho tiempo, no pudo evitar mostrar una sonrisa de satisfacción al ver cómo su capitán se encontraba feliz de estar con su familia. No le privaría de ese momento, así que se apartó hasta sentarse en una pequeña roca, apoyando su codo izquierdo en la pierna del mismo lado, para dejar caer la cara sobre su mano. Interiormente, tenía una sensación agradable, tal vez aquella sería la familia que tanto tiempo había buscado. Siempre había estado solo, ninguna compañía salvo jóvenes que únicamente entraban a su habitación y un rato después salían con el pelo revuelto y las mejillas encendidas. Al menos, parecía que esa suerte iba a cambiar. Así que sonrió y cerró uno de sus ojos, mientras que observaba con pausa y detalle a todos los tripulantes que conformarían la llamada Tripulación de Barba Rubia, cada uno de ellos con una historia distinta, seguro, pero todos unidos bajo una misma bandera.
Ryuto Kaminari
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Despues de bastante tiempo con Sohem, nos dirigíamos a su casa. Un lugar el cual prometía una compañía, vistas y comida excelentes.
No había barco, ni velas, ni remos, tan solo gente con buenas ideas y sin nada que perder por lo que estábamos haciendo:
Una silla de montar estaba atada a mi espalda en lo que yo, iba debajo del agua nadando como alma que lleva el diablo, encima de ella un personajillo gritando y disfrutando, lo cual hacía sentirme muy bien ya que eso significaba que se lo pasaba bien y eso me encantaba, y al fondo en el horizonte un islote.
Escuchaba voces desde la superficie gritándome que fuera más y más deprisa y yo, lo hacía, surcábamos el mar a una velocidad fuera de lo común, había momentos en los que no consegía ni ver cinco metros mas allá de donde nos encontrábamos.
Espero que no aparezca ningún pez...aunque tengo hambre, podría abrir la boca y que entren ellos solitos jejejeje
Tranquilo camarada, llegaremos muy muy pronto, ya verás
Este de mi espalda sentado cual rey en su sillón, era Sohem, un chico algo peculiar que yo siempre le veia con un humor excelente, y un gorro que no se lo quitaba ni para ducharse, si es que lo hacía...
Al cavo de unos minutos, terminé de subir el canal, la única entrada para llegar a la parte de arriba, donde la casa se encontraba. Una vez estando casi arriba, pude divisar un pequeño bote, no sabía bien lo que pasaba, pero al salir del agua note a mi compañero con un gesto algo serio. Me ayudó a quitarme la silla entre risas y al mirar al otro lado del muelle se veía a un chico rubio y otro moreno.
Sohem me habló pero estaba admirando la preciosa vista del lugar, cuando de repente y sin previo aviso sonó:
" ¡¡SUZAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!! "
No me lo esperaba, casi me da un infarto ya que no estaba prestando atención a Sohem.
Al no saber si era algo bueno, malo, un animal, un atacante o algo, miré hacia donde estaba gritando, una expresión de felicidad estaba en su rostro y, al apreciarla, grité yo tambien mientras saludaba con el brazo en alto:
¡¡¡HOOOOLAAAAAAAA!!!
No había barco, ni velas, ni remos, tan solo gente con buenas ideas y sin nada que perder por lo que estábamos haciendo:
Una silla de montar estaba atada a mi espalda en lo que yo, iba debajo del agua nadando como alma que lleva el diablo, encima de ella un personajillo gritando y disfrutando, lo cual hacía sentirme muy bien ya que eso significaba que se lo pasaba bien y eso me encantaba, y al fondo en el horizonte un islote.
Escuchaba voces desde la superficie gritándome que fuera más y más deprisa y yo, lo hacía, surcábamos el mar a una velocidad fuera de lo común, había momentos en los que no consegía ni ver cinco metros mas allá de donde nos encontrábamos.
Espero que no aparezca ningún pez...aunque tengo hambre, podría abrir la boca y que entren ellos solitos jejejeje
Tranquilo camarada, llegaremos muy muy pronto, ya verás
Este de mi espalda sentado cual rey en su sillón, era Sohem, un chico algo peculiar que yo siempre le veia con un humor excelente, y un gorro que no se lo quitaba ni para ducharse, si es que lo hacía...
Al cavo de unos minutos, terminé de subir el canal, la única entrada para llegar a la parte de arriba, donde la casa se encontraba. Una vez estando casi arriba, pude divisar un pequeño bote, no sabía bien lo que pasaba, pero al salir del agua note a mi compañero con un gesto algo serio. Me ayudó a quitarme la silla entre risas y al mirar al otro lado del muelle se veía a un chico rubio y otro moreno.
Sohem me habló pero estaba admirando la preciosa vista del lugar, cuando de repente y sin previo aviso sonó:
" ¡¡SUZAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!! "
No me lo esperaba, casi me da un infarto ya que no estaba prestando atención a Sohem.
Al no saber si era algo bueno, malo, un animal, un atacante o algo, miré hacia donde estaba gritando, una expresión de felicidad estaba en su rostro y, al apreciarla, grité yo tambien mientras saludaba con el brazo en alto:
¡¡¡HOOOOLAAAAAAAA!!!
Yuu Kinzoku
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de conocer a Hayato, un tipo algo extraño la verdad, nos hicimos uña y carne él se convirtió en poco tiempo en alguien en quién confiaba ciegamente. Desde aquél encuentro en Loguetown en el que Hayato me propuso formar parte de la banda a la que él pertenecía la cual estaba capitaneada por su hermano mayor han pasado muchas cosas, cosas que han hecho que Hayato se haya convertido en alguien muy importante para mi. Hayato me había dado la confianza que toda mi niñez busqué y ahora conocería a sus hermanos y a los demás de la tripulación, mi sueño poco a poco iba cumpliéndose. Ya tenía compañeros de tripulación con los que navegaría por los diferentes lugares y partes del mundo, nada sería igual ya, ya no tendría que estar solo y tendría gente con quien compartir buenos y malos momentos y muchas, muchas aventuras.
Desde aquél día en el que Hayato vio esa extraña foto en el periódico todo se volvió frenético, habíamos estado vagando por el South Blue bastante tiempo tranquilamente, pero desde el día de la foto todo fue muy rápido, robamos un barco y nos dirigimos hacia una isla la cual nunca había escuchado.
¿Okyu Masuhi? Nunca he oído ese nombre en mi vida pero bueno, me fio de Hayato, él sabe donde nos metemos.
Hayato dijo que tardaríamos poco en llegar, y tras unos días de navegación llegamos a una pequeña isla la cual supuse que era la mencionada por mi compañero. Al desembarcar, Hayato se encendió un cigarro y dijo que tenía ganas de ver al "polvitos" al "rubio" y al "pollo". Yo tenía curiosidad por conocer a sus hermanos ya que Hayato me había hablado mucho de ellos y de sus aventuras juntos.
A lo lejos sonó una voz que sobresaltaba la tranquilidad del lugar Hayato la tuvo que reconocer porque se le iluminó la cara.
~ ¡Vamos!, ¡no estamos solos!
La reacción de Hayato fue salir corriendo, me tomó por sorpresa y rápidamente me puse el rifle al hombro y salí corriendo tras él. Al llegar a lo alto de la colina Hayato gritó y me arrastró colina abajo hasta que se tropezó con una rama y bajó el resto de la colina rodando.
-Jajajaja joder Hayato, tu y tu torpeza...
Al caer aterrizó al lado de aquél hombre con sombrero que tanto gritaba y se fundieron en un sincero y fraternal abrazo.
Me aparté y vi la escena que se presentaba delante de mi, los hermanos Shakkin reencontrándose de nuevo, la tripulación de Barba Rubia reunida y completa.
Por fin tengo gente por la que preocuparme y que se preocupa por mi
Mis ojos se humedecieron llegado tal momento y sonreí, ampliamente para dejida de ahí en adelante.
Desde aquél día en el que Hayato vio esa extraña foto en el periódico todo se volvió frenético, habíamos estado vagando por el South Blue bastante tiempo tranquilamente, pero desde el día de la foto todo fue muy rápido, robamos un barco y nos dirigimos hacia una isla la cual nunca había escuchado.
¿Okyu Masuhi? Nunca he oído ese nombre en mi vida pero bueno, me fio de Hayato, él sabe donde nos metemos.
Hayato dijo que tardaríamos poco en llegar, y tras unos días de navegación llegamos a una pequeña isla la cual supuse que era la mencionada por mi compañero. Al desembarcar, Hayato se encendió un cigarro y dijo que tenía ganas de ver al "polvitos" al "rubio" y al "pollo". Yo tenía curiosidad por conocer a sus hermanos ya que Hayato me había hablado mucho de ellos y de sus aventuras juntos.
A lo lejos sonó una voz que sobresaltaba la tranquilidad del lugar Hayato la tuvo que reconocer porque se le iluminó la cara.
~ ¡Vamos!, ¡no estamos solos!
La reacción de Hayato fue salir corriendo, me tomó por sorpresa y rápidamente me puse el rifle al hombro y salí corriendo tras él. Al llegar a lo alto de la colina Hayato gritó y me arrastró colina abajo hasta que se tropezó con una rama y bajó el resto de la colina rodando.
-Jajajaja joder Hayato, tu y tu torpeza...
Al caer aterrizó al lado de aquél hombre con sombrero que tanto gritaba y se fundieron en un sincero y fraternal abrazo.
Me aparté y vi la escena que se presentaba delante de mi, los hermanos Shakkin reencontrándose de nuevo, la tripulación de Barba Rubia reunida y completa.
Por fin tengo gente por la que preocuparme y que se preocupa por mi
Mis ojos se humedecieron llegado tal momento y sonreí, ampliamente para dejida de ahí en adelante.
Taiko
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hacía tiempo que no viajaba acompañado, desde mi etapa en Ghost Leviatans concretamente, pero he de admitir que nunca jamás había volado a lomos de un dragon.
Hitoku... Creo que vas demasiado deprisa... Decía agarrado a lomos de aquel ser fantástico que parecía sacado de un cuento infantil
Hitoku, el hombre que me dijo ser hermano de Sohem y Suzaku Shakkin, aparte de hombre era Dragón, y me estaba llevando en su costado a toda velocidad a volver a ver a ese tipo rubio y ese otro del gorro que conocí en Islas Kyuuka.
Hitoku en su forma completa de dragón he de decir que era temible, surcábamos lo cielos como dioses.
Sohem Shakkin era lo más parecido a un amigo que seguramente he tenido en lo que me alcanza la memoria. Todavía conservo el Den Den Mushi que me regaló y tengo sus palabras en mi mente: Tenía el sueño de encontrar a sus hermanos y yo iba a lomos de uno de ellos.
Ojala Hitoku no se equivoque y Sohem este en esta isla... seguro que se alegra de ver a su hermano.
Realmente no sabía porque estaba acompañando a Hitoku. A efectos prácticos podría decir que es porque mi embarcación se partió por la mitad y por tener algo nuevo que hacer, pero dentro de mi sabía que era por algo más. Tenía un presentimiento.
¿Esa es la isla? Pregunté a Hitoku extrañado señalando con la mirada el objetivo del vuelo del oscuro dragón
El escamoso ser no solo no me contestó sino que se dirigió derecho hacia ella y me dijo que me agarrase, como si no fuese ya lo suficientemente deprisa.
Comenzamos a volar con muchísima más velocidad e inercia, por lo que me abracé a su espalda con fuerza, el aire nos daba de espaldas por lo que íbamos a una velocidad aún mayor.
Me cago en...
Sin demora alguna llegamos a nuestro destino, y para mi sorpresa, no solo se encontraba Sohem (Que no parecía muy cambiado) sino también el tipo rubio, Suzaku, el cual se había dejado una perilla rubia con la que parecía un verdadero vikingo.
Además había un tipo que parecía reconstruido con piezas de un robot, un tipo con perilla y pelo azulado que me recordaba a Hitoku ligeramente, un tipo moreno que parecía el más común de todos y un gran Gyojin que era de un tamaño poco habitual aunque... ¿Quién soy yo para hablar de tamaño?
Dibujé media sonrisa en mi rostro con el ceño ligeramente fruncido mirando a Sohem (Porque era al único que conocía) y le saludé sin moverme del sitio llevándome a la frente el dedo índice y corazón juntos emulando un saludo militar pero mucho más relajado e informal. Me alegraba de ver a ese tipo de nuevo.
Hitoku... Creo que vas demasiado deprisa... Decía agarrado a lomos de aquel ser fantástico que parecía sacado de un cuento infantil
Hitoku, el hombre que me dijo ser hermano de Sohem y Suzaku Shakkin, aparte de hombre era Dragón, y me estaba llevando en su costado a toda velocidad a volver a ver a ese tipo rubio y ese otro del gorro que conocí en Islas Kyuuka.
Hitoku en su forma completa de dragón he de decir que era temible, surcábamos lo cielos como dioses.
Sohem Shakkin era lo más parecido a un amigo que seguramente he tenido en lo que me alcanza la memoria. Todavía conservo el Den Den Mushi que me regaló y tengo sus palabras en mi mente: Tenía el sueño de encontrar a sus hermanos y yo iba a lomos de uno de ellos.
Ojala Hitoku no se equivoque y Sohem este en esta isla... seguro que se alegra de ver a su hermano.
Realmente no sabía porque estaba acompañando a Hitoku. A efectos prácticos podría decir que es porque mi embarcación se partió por la mitad y por tener algo nuevo que hacer, pero dentro de mi sabía que era por algo más. Tenía un presentimiento.
¿Esa es la isla? Pregunté a Hitoku extrañado señalando con la mirada el objetivo del vuelo del oscuro dragón
El escamoso ser no solo no me contestó sino que se dirigió derecho hacia ella y me dijo que me agarrase, como si no fuese ya lo suficientemente deprisa.
Comenzamos a volar con muchísima más velocidad e inercia, por lo que me abracé a su espalda con fuerza, el aire nos daba de espaldas por lo que íbamos a una velocidad aún mayor.
Me cago en...
Sin demora alguna llegamos a nuestro destino, y para mi sorpresa, no solo se encontraba Sohem (Que no parecía muy cambiado) sino también el tipo rubio, Suzaku, el cual se había dejado una perilla rubia con la que parecía un verdadero vikingo.
Además había un tipo que parecía reconstruido con piezas de un robot, un tipo con perilla y pelo azulado que me recordaba a Hitoku ligeramente, un tipo moreno que parecía el más común de todos y un gran Gyojin que era de un tamaño poco habitual aunque... ¿Quién soy yo para hablar de tamaño?
Dibujé media sonrisa en mi rostro con el ceño ligeramente fruncido mirando a Sohem (Porque era al único que conocía) y le saludé sin moverme del sitio llevándome a la frente el dedo índice y corazón juntos emulando un saludo militar pero mucho más relajado e informal. Me alegraba de ver a ese tipo de nuevo.
Zoey
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Habían pasado varias horas después de mi encuentro con Sohem, este tipo me hacía sentir más que atraída y le necesitaba hablar un poco más, no lo dejaría ir en ese preciso momento así que tomé camino firme y rápido al puerto que era lo más cercano y lo más posible que el iría, como alguien que no creía se quedara en la isla mucho tiempo. A paso apurado y desesperado, no encontraba el maldito puerto, -Rayos, idonde se metió!.- , corriendo varios metros entre zigzageos y más cuadras, lo encontré, lo ví junto a un hombre azul que parecía un pescado, me pareció muy extraño el tipo con el que andaba este sensual muchacho de ojos amarillos.
Zarparon muy rápidamente y me sentí desesperada, era una velocidad increíble e impresionante por ser solo por agua, y porque... Sohem iba montado en el otro tipo con una silla. Me dí cuenta que había un chico marine muy cerca de ellos, quizás el podría saber algo sobre su lugar de objetivo o su destino final, así que me acerqué rápidamente con voz agitada y apurada al joven marine.
-Disculpa, ¿sabes donde han ido esos dos tipos que acaban de zarpar?.- dije con las manos en las rodillas e un poco inclinada para no perder la vista del rastro del hombre pez. -Sabes, escuché solo un trozo, pero nombraron algo de dirijirse desde donde ves, solo en linea recta, hacia el south blue.-, aliviada, le dí las gracias y buscando unos 20 minutos aprox. por el lugar, encontré un bote a "carbon" para navegar rápidamente por mis poderes de akuma.
Prendiendole fuego a la caldera, robé el bote que estaba en un lugar más o menos cercano al puerto, y tomé rumbo hacia donde se habían ido los dos hombres que buscaba, principalmente el primero que fué mi compañero de una noche de lujuria.
-Que lejos se han ido estos tipos, habrá que ir mas rápido.- , prendiendo más y más fuego a la caldera del bote, viajé a una velocidad comparable a la de el hombre pez, divisando una isla a lo muy lejos de mi vista. Me sorprendí por una cosa, veía arriba mío y por los cielos a un gran dragón negro yendo en dirección a la isla, a donde mismo creía yo se encontraba Sohem con su amigo el pez.
Continuando el rumbo hacia la zona de tierra, divisaba a varia gente aparte de los dos nombrados anteriomente, parecían todos ser amigos entre sí, que verguenza me daba hablarle al sombrero de lana, ni como llegaría a presentarme adelante de todos esos tipos desconocidos para mí, así que solo me desvié un poco de la ruta para dejar el bote a un costado de su localización, y vigilaba al mismo tiempo que examinaba a todos los tipos.
Dios, me había encontrado con uno que hacía tiempo no lo veía, el pelinegro de Loguetown, no recordaba bien su nombre, nunca lo hago con ninguna persona, pero sé que lo conocía, al igual que a otro más, a un tipo de ojos cielo azul, al que una vez me salvó y tuve una buena experiencia en Loguetown también, tampoco recordaba bien su nombre, no era mi estilo recordarlos aunque sabía quien era, no olvidaba a las personas así como así.
Como estúpida que soy, había dejado la caldera de mi bote prendida y esta explotó, causando un gran estruendo en el lugar y quizás captando la atención de todos los machos reunidos en el lugar cercano, distraída por el bote no evité salir de mi escondite y echarle un vistazo, sin darme cuenta que había revelado mi ubicación al dejarme a plena vista de los hombres a mi costado derecho.
-Mierda, ibravo Yoko!, eres una estúpida.-
Zarparon muy rápidamente y me sentí desesperada, era una velocidad increíble e impresionante por ser solo por agua, y porque... Sohem iba montado en el otro tipo con una silla. Me dí cuenta que había un chico marine muy cerca de ellos, quizás el podría saber algo sobre su lugar de objetivo o su destino final, así que me acerqué rápidamente con voz agitada y apurada al joven marine.
-Disculpa, ¿sabes donde han ido esos dos tipos que acaban de zarpar?.- dije con las manos en las rodillas e un poco inclinada para no perder la vista del rastro del hombre pez. -Sabes, escuché solo un trozo, pero nombraron algo de dirijirse desde donde ves, solo en linea recta, hacia el south blue.-, aliviada, le dí las gracias y buscando unos 20 minutos aprox. por el lugar, encontré un bote a "carbon" para navegar rápidamente por mis poderes de akuma.
Prendiendole fuego a la caldera, robé el bote que estaba en un lugar más o menos cercano al puerto, y tomé rumbo hacia donde se habían ido los dos hombres que buscaba, principalmente el primero que fué mi compañero de una noche de lujuria.
-Que lejos se han ido estos tipos, habrá que ir mas rápido.- , prendiendo más y más fuego a la caldera del bote, viajé a una velocidad comparable a la de el hombre pez, divisando una isla a lo muy lejos de mi vista. Me sorprendí por una cosa, veía arriba mío y por los cielos a un gran dragón negro yendo en dirección a la isla, a donde mismo creía yo se encontraba Sohem con su amigo el pez.
Continuando el rumbo hacia la zona de tierra, divisaba a varia gente aparte de los dos nombrados anteriomente, parecían todos ser amigos entre sí, que verguenza me daba hablarle al sombrero de lana, ni como llegaría a presentarme adelante de todos esos tipos desconocidos para mí, así que solo me desvié un poco de la ruta para dejar el bote a un costado de su localización, y vigilaba al mismo tiempo que examinaba a todos los tipos.
Dios, me había encontrado con uno que hacía tiempo no lo veía, el pelinegro de Loguetown, no recordaba bien su nombre, nunca lo hago con ninguna persona, pero sé que lo conocía, al igual que a otro más, a un tipo de ojos cielo azul, al que una vez me salvó y tuve una buena experiencia en Loguetown también, tampoco recordaba bien su nombre, no era mi estilo recordarlos aunque sabía quien era, no olvidaba a las personas así como así.
Como estúpida que soy, había dejado la caldera de mi bote prendida y esta explotó, causando un gran estruendo en el lugar y quizás captando la atención de todos los machos reunidos en el lugar cercano, distraída por el bote no evité salir de mi escondite y echarle un vistazo, sin darme cuenta que había revelado mi ubicación al dejarme a plena vista de los hombres a mi costado derecho.
-Mierda, ibravo Yoko!, eres una estúpida.-
Suzaku
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Moderación:
- Los cuatro hermanos y sus acompañantes nos encontramos en el puerto de la parte alta de la isla, cerca de donde nos instalaremos todos. Yoko... bueno, leed que no quiero desvelaros nada. Actuad conforme van pasando las cosas, como siempre.
Poco a poco, mis tres hermanos van llegando a nuestra isla, uno detrás de otro. Cada uno viene acompañado por otra persona. Sohem ha llegado a lomos de un gran Gyojin; Hayato, uno de los gemelos, está acompañado por un ser que es medio hombre y medio robot. La verdad es que me da un poco de grima en un primer momento, pero luego recuerdo que es el tirador que Hitoku y yo nos habíamos encontrado y al que había salvado la vida. Sonreí.
— ¡Qué alegría de veros a tod...!
Pero en ese momento, y como no puede ser de otra manera, mi hermano pequeño Hitoku hace una entrada triunfal en su forma de dragón. No se si siempre quería llamar la atención o le sale natural, pero el sigilo y la discreción no son su fuerte. En su lomo trae otro acompañante. Me suena su cara de haberla visto en algún lugar, aunque no alcanzo a concretar dónde. Tampoco le presto mucha atención. Estoy demasiado ocupado viendo que mis hermanos están todos a salvo. Me muero de ganas por contarles todo lo que he hecho en estos dos años que hemso estado separados. Pero no soy una persona maleducada, así que miro hacia Rayder y, haciéndole un gesto con la mano, le invito a que de un paso al frente. Tengo que presentarle.
— Hermanos, este es Rayder. Formará parte de nuestra tripulación.
Sonrío a mis nakama, pues imagino que cada uno de los acompañantes de mis hermanos son futuros integrantes de la tripulación. Una tripulación que llamaré Los Piratas de Barba Rubia. Entre conversaciones y presentaciones, hay algo que me llama la atención. Una fuerte explosión, localizada a mi izquierda, me hace ponerme en alerta. Justo en el lugar en que se ha producido puedo distinguir a una mujer. Tiene el pelo rojo y es bastante guapa. Pero no me puedo dejar embaucar por sus encantos. La Marina me persigue por haberme infiltrado y matado a varios de sus miembros, así que podía ser alguien peligroso. Empiezo a dar vueltas a mi brazo y lo estiro, en su dirección.
— Gamu Gamu no Flail!!
Mi intención no es golpearla. Quiero que mi brazo llegue hasta ella y agarrarla por alguna parte de su cuerpo para atraerla hacia donde estamos nosotros. Quiero preguntarle quién es, para quién trabaja y que está haciendo allí. Por mala (o buena) fortuna, el único lugar que encuentro para asirla con seguridad y que no se me caiga ni escape es el trasero. Una vez la tengo bien sujeta, recojo mi brazo y me la acerco. Estando ya a pocos metros de mi posición, elevo mi mano y la bajo con rapidez, dándole un golpe no muy fuerte a la mujer contra el suelo. Le pongo la mano izquierda en su cuello y me acerco a su cara, quedándome a escasos centímetros de su rostro. El resto de gente está a más o menos metro y medio de mi, observando la situación. Mi vista va cambiando de uno de sus ojos a otro cada pocos segundos. Intento encontrar las palabras exactas.
— ¿Quién cojones eres tú, qué haces aquí, cómo has llegado y cómo has encontrado esta isla? — pregunto, sin dejar descanso para respirar entre una pregunta y otra.
La pregunta que más me preocupa es la última. Como bien ha dicho Rayder antes en el bote, nuestra isla no sale en ningún mapa. Sohem y yo nos aseguramos de aquello cuando la colonizamos. Un lugar totalmente seguro, así que desconozco como ha conseguido llegar. Con la mano aún en el cuello, le hago un gesto a Sohem para que se acerque a mi posición.
— Si se mueve, llénale los pulmones. — digo, mientras me levanto sin dejar de mirarla.
Tengo que sacarle toda la información que pueda. Esto no puede ser una coincidencia, pienso.
— ¡Qué alegría de veros a tod...!
Pero en ese momento, y como no puede ser de otra manera, mi hermano pequeño Hitoku hace una entrada triunfal en su forma de dragón. No se si siempre quería llamar la atención o le sale natural, pero el sigilo y la discreción no son su fuerte. En su lomo trae otro acompañante. Me suena su cara de haberla visto en algún lugar, aunque no alcanzo a concretar dónde. Tampoco le presto mucha atención. Estoy demasiado ocupado viendo que mis hermanos están todos a salvo. Me muero de ganas por contarles todo lo que he hecho en estos dos años que hemso estado separados. Pero no soy una persona maleducada, así que miro hacia Rayder y, haciéndole un gesto con la mano, le invito a que de un paso al frente. Tengo que presentarle.
— Hermanos, este es Rayder. Formará parte de nuestra tripulación.
Sonrío a mis nakama, pues imagino que cada uno de los acompañantes de mis hermanos son futuros integrantes de la tripulación. Una tripulación que llamaré Los Piratas de Barba Rubia. Entre conversaciones y presentaciones, hay algo que me llama la atención. Una fuerte explosión, localizada a mi izquierda, me hace ponerme en alerta. Justo en el lugar en que se ha producido puedo distinguir a una mujer. Tiene el pelo rojo y es bastante guapa. Pero no me puedo dejar embaucar por sus encantos. La Marina me persigue por haberme infiltrado y matado a varios de sus miembros, así que podía ser alguien peligroso. Empiezo a dar vueltas a mi brazo y lo estiro, en su dirección.
— Gamu Gamu no Flail!!
Mi intención no es golpearla. Quiero que mi brazo llegue hasta ella y agarrarla por alguna parte de su cuerpo para atraerla hacia donde estamos nosotros. Quiero preguntarle quién es, para quién trabaja y que está haciendo allí. Por mala (o buena) fortuna, el único lugar que encuentro para asirla con seguridad y que no se me caiga ni escape es el trasero. Una vez la tengo bien sujeta, recojo mi brazo y me la acerco. Estando ya a pocos metros de mi posición, elevo mi mano y la bajo con rapidez, dándole un golpe no muy fuerte a la mujer contra el suelo. Le pongo la mano izquierda en su cuello y me acerco a su cara, quedándome a escasos centímetros de su rostro. El resto de gente está a más o menos metro y medio de mi, observando la situación. Mi vista va cambiando de uno de sus ojos a otro cada pocos segundos. Intento encontrar las palabras exactas.
— ¿Quién cojones eres tú, qué haces aquí, cómo has llegado y cómo has encontrado esta isla? — pregunto, sin dejar descanso para respirar entre una pregunta y otra.
La pregunta que más me preocupa es la última. Como bien ha dicho Rayder antes en el bote, nuestra isla no sale en ningún mapa. Sohem y yo nos aseguramos de aquello cuando la colonizamos. Un lugar totalmente seguro, así que desconozco como ha conseguido llegar. Con la mano aún en el cuello, le hago un gesto a Sohem para que se acerque a mi posición.
— Si se mueve, llénale los pulmones. — digo, mientras me levanto sin dejar de mirarla.
Tengo que sacarle toda la información que pueda. Esto no puede ser una coincidencia, pienso.
Sohem
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Que encuentro más emotivo.
Nada más vi a mi hermano, Ryuto saludó a mi vez, ambos sonrientes, pero no me dio tiempo a acercarme, pues, en lo alto de una colina, gritó otra persona. Perezoso y desganado miré hacia el lugar, y pude ver a un hombre peli azul, rodar monte abajo, seguido de un chico rubio, que brillaba más de lo normal bajo los rayos del astro rey. Pude apreciar que llevaba medio torso, un brazo entero, una pierna y media cara, cubierta de chapa, metal, o chatarra, atornillada y soldada con prisas, aunque de forma resistente. Sin ningún sentido de la estética, pero lo suficiente para poder llevar una vida normal. Sería sin ninguna duda un cyborg, y seguramente eso era la carcasa, dentro tendría más sorpresas.
A los pocos segundos, cayó al suelo, de culo, mi hermano menor, Hayato, lleno de polvo y sonriente.
Se levantó para darme un fuerte abrazo, y al instante todo el polvo que arrastró se desprendió de él y entró en mi cuerpo
Pregúntale al rubio, este sitio me hace invencible
Nos separamos del abrazo mientras mi hermano Suzaku, ya cerca, seguido de su elegante acompañante, intentó decir una frase, que fue interrumpida por un estremecedor rugido.
Me llevé la palma de la mano a la cara con gesto de desesperación, sabía quién era, y sabía que aunque se le explicara mil veces que debíamos mantener el sitio en secreto, no se iba a enterar, por que su naturaleza era ser así, y nadie podía luchar contra ello.
Alcé un poco la vista a tiempo de ver a mi hermano Hitoku en forma de dragon completo, bastante más grande, robusto y brillante de lo que recordaba, posarse en tierra y transformarse de nuevo en humano, mientras otro hombre bajaba de su lomo.
Nos gritó algo de que si nos habíamos olvidado de él, o algo así, y algunos rieron, otros casi lloran por el rencuentro.
Hayato no estaba fumando, algo que me sorprendió, Hitoku lucía una enorme y siniestra sonrisa, Suzaku no paraba de soltar carcajadas refugiadas en su grotesca y espesa nueva barba. No me gustaba nada, le hacía parecer mucho más mayor, y por ende, a mi me hacía parecer mucho más mayor de lo que me sentía.
Estos dos años habían hecho mella en muchos de nosotros, pues los gemelos habían crecido mucho y la verdad, se parecían menos que antes, Suzaku parecía tener 10 años más por la barba, y yo, bueno, intenté seguir igual que siempre, exceptuando la cicatriz que me hizo Giuden en el vientre.
Según se acercaron, pude distinguir al otro tipo. Era el chico de las islas Kyuuka, de hace varios años, al que le di un Den Den que jamás usó. Nunca imaginé encontrármelo aquí. Taiko Kato.
Una vez los seis hombres, el cyborg y el Gyojin nos encontramos en el mismo diámetro y área, Suzaku aprovechó para presentar a su acompañante, que estaba sentado en unas rocas, algo más atrás, lo presentó como Rayder.
Seguidamente, señalé a quien me acompañaba, el gran Gyojin, diciendo
Él es Ryuto, un gran amigo mío, y yo, señoritas, soy Sohem, vuestro segundo al mando
Mientras todos se presentaban, se escuchó una explosión, y girando mi cabeza, pude ver a una joven pelirroja salir de entre la maleza. Al instante mi hermano Suzaku estiró su mano, y asiéndola del trasero, la atrajo a él, para con un rápido movimiento de brazos, dejarla contra el suelo sujetándola por la cabeza, con intenciones un tanto bruscas.
La sometió a varias preguntas, y me hizo una seña, para añadir que si se movía, la llenara los pulmones.
Me fijé un poco más en la muchacha, andando hacia el lugar del "encuentro" y pude ver quien era.
Yoko, la mujer a la que había "llenado" hacía un día escaso, y no precisamente los pulmones.
Rápidamente, ejecuté mi más temido y poderoso ataque, él "Okotte ani ni yotte atae fukitobasu", evolucionado con los dos años de retiro.
Ya no era una palmada con el dorso de la mano hacia el moflete de alguno de mis hermanos, no, ahora, con el puño cerrado, golpeaba con mis nudillos, en un gancho descendente, a la parte más alta del cráneo, lo que comúnmente se denomina "el cogote" produciendo un efecto de desplazamiento de arriba a abajo en la cabeza de mi "victima"
Dicho ataque, era mi ataque estrella, por que era el más rápido de todos, y nadie nunca había conseguido esquivarlo.
Es decir, propiné un fortísimo "capón" en la cabeza de mi hermano, el hombre chicle, que lanzó su cabeza contra el suelo, enterrándola en ella, dejando su cuello estirado.
Su cuerpo no se inmutó, pero su cabeza si recibió mi golpe. No sufriría daños, puesto que era de chicle, pero me ayudaría a ganar tiempo.
Tras dicha acción, agarré el cuello de Suzaku, y tiré, sacando su cabeza haciendo que volviera a su sitio, para sujetarla con las dos manos.
Entonces, tomé aire, y a pocos centímetros de la cara de mi capitán, grité, bastante cabreado
¡Escúchame pedazo de mierda si vuelves a tratar así a tu cuñada te arrancaré esa barba recoge flujos a hostias! ¿¡te queda claro!?
Y pegué mi frente a la suya dándole una patada a la mano que apresaba a Yoko, para que la soltara.
No me importaba gritarle eso a mi capitán, a fin de cuentas es mi hermano, mayor, si, pero mi hermano, y de entre los cuatro, debido a la madurez mental del resto, el "responsable" era yo... Aunque fuera paradójico.
Sabía que no se lo tomaría a mal, que como mucho pelearíamos, pero nada serio ni grave. Aunque me preocupó la sensación causada en los nuevos miembros de la banda, pero... mejor que se fueran acostumbrando a la locura Shakkin cuanto antes.
No sabía que hacía Yoko ahí, me había seguido, estaba claro. No para matarme, pues pudo haberlo hecho en su momento. Tampoco creo que viniera con intenciones ofensivas, pero desconocía el por que estaba ahí.
Pese a todo, estaba feliz, me encantaba volver a gritarle a mi hermano en su chiclosa cara, aunque ahora tuviera esa barba...
Nada más vi a mi hermano, Ryuto saludó a mi vez, ambos sonrientes, pero no me dio tiempo a acercarme, pues, en lo alto de una colina, gritó otra persona. Perezoso y desganado miré hacia el lugar, y pude ver a un hombre peli azul, rodar monte abajo, seguido de un chico rubio, que brillaba más de lo normal bajo los rayos del astro rey. Pude apreciar que llevaba medio torso, un brazo entero, una pierna y media cara, cubierta de chapa, metal, o chatarra, atornillada y soldada con prisas, aunque de forma resistente. Sin ningún sentido de la estética, pero lo suficiente para poder llevar una vida normal. Sería sin ninguna duda un cyborg, y seguramente eso era la carcasa, dentro tendría más sorpresas.
A los pocos segundos, cayó al suelo, de culo, mi hermano menor, Hayato, lleno de polvo y sonriente.
Se levantó para darme un fuerte abrazo, y al instante todo el polvo que arrastró se desprendió de él y entró en mi cuerpo
Pregúntale al rubio, este sitio me hace invencible
Nos separamos del abrazo mientras mi hermano Suzaku, ya cerca, seguido de su elegante acompañante, intentó decir una frase, que fue interrumpida por un estremecedor rugido.
Me llevé la palma de la mano a la cara con gesto de desesperación, sabía quién era, y sabía que aunque se le explicara mil veces que debíamos mantener el sitio en secreto, no se iba a enterar, por que su naturaleza era ser así, y nadie podía luchar contra ello.
Alcé un poco la vista a tiempo de ver a mi hermano Hitoku en forma de dragon completo, bastante más grande, robusto y brillante de lo que recordaba, posarse en tierra y transformarse de nuevo en humano, mientras otro hombre bajaba de su lomo.
Nos gritó algo de que si nos habíamos olvidado de él, o algo así, y algunos rieron, otros casi lloran por el rencuentro.
Hayato no estaba fumando, algo que me sorprendió, Hitoku lucía una enorme y siniestra sonrisa, Suzaku no paraba de soltar carcajadas refugiadas en su grotesca y espesa nueva barba. No me gustaba nada, le hacía parecer mucho más mayor, y por ende, a mi me hacía parecer mucho más mayor de lo que me sentía.
Estos dos años habían hecho mella en muchos de nosotros, pues los gemelos habían crecido mucho y la verdad, se parecían menos que antes, Suzaku parecía tener 10 años más por la barba, y yo, bueno, intenté seguir igual que siempre, exceptuando la cicatriz que me hizo Giuden en el vientre.
Según se acercaron, pude distinguir al otro tipo. Era el chico de las islas Kyuuka, de hace varios años, al que le di un Den Den que jamás usó. Nunca imaginé encontrármelo aquí. Taiko Kato.
Una vez los seis hombres, el cyborg y el Gyojin nos encontramos en el mismo diámetro y área, Suzaku aprovechó para presentar a su acompañante, que estaba sentado en unas rocas, algo más atrás, lo presentó como Rayder.
Seguidamente, señalé a quien me acompañaba, el gran Gyojin, diciendo
Él es Ryuto, un gran amigo mío, y yo, señoritas, soy Sohem, vuestro segundo al mando
Mientras todos se presentaban, se escuchó una explosión, y girando mi cabeza, pude ver a una joven pelirroja salir de entre la maleza. Al instante mi hermano Suzaku estiró su mano, y asiéndola del trasero, la atrajo a él, para con un rápido movimiento de brazos, dejarla contra el suelo sujetándola por la cabeza, con intenciones un tanto bruscas.
La sometió a varias preguntas, y me hizo una seña, para añadir que si se movía, la llenara los pulmones.
Me fijé un poco más en la muchacha, andando hacia el lugar del "encuentro" y pude ver quien era.
Yoko, la mujer a la que había "llenado" hacía un día escaso, y no precisamente los pulmones.
Rápidamente, ejecuté mi más temido y poderoso ataque, él "Okotte ani ni yotte atae fukitobasu", evolucionado con los dos años de retiro.
Ya no era una palmada con el dorso de la mano hacia el moflete de alguno de mis hermanos, no, ahora, con el puño cerrado, golpeaba con mis nudillos, en un gancho descendente, a la parte más alta del cráneo, lo que comúnmente se denomina "el cogote" produciendo un efecto de desplazamiento de arriba a abajo en la cabeza de mi "victima"
Dicho ataque, era mi ataque estrella, por que era el más rápido de todos, y nadie nunca había conseguido esquivarlo.
Es decir, propiné un fortísimo "capón" en la cabeza de mi hermano, el hombre chicle, que lanzó su cabeza contra el suelo, enterrándola en ella, dejando su cuello estirado.
Su cuerpo no se inmutó, pero su cabeza si recibió mi golpe. No sufriría daños, puesto que era de chicle, pero me ayudaría a ganar tiempo.
Tras dicha acción, agarré el cuello de Suzaku, y tiré, sacando su cabeza haciendo que volviera a su sitio, para sujetarla con las dos manos.
Entonces, tomé aire, y a pocos centímetros de la cara de mi capitán, grité, bastante cabreado
¡Escúchame pedazo de mierda si vuelves a tratar así a tu cuñada te arrancaré esa barba recoge flujos a hostias! ¿¡te queda claro!?
Y pegué mi frente a la suya dándole una patada a la mano que apresaba a Yoko, para que la soltara.
No me importaba gritarle eso a mi capitán, a fin de cuentas es mi hermano, mayor, si, pero mi hermano, y de entre los cuatro, debido a la madurez mental del resto, el "responsable" era yo... Aunque fuera paradójico.
Sabía que no se lo tomaría a mal, que como mucho pelearíamos, pero nada serio ni grave. Aunque me preocupó la sensación causada en los nuevos miembros de la banda, pero... mejor que se fueran acostumbrando a la locura Shakkin cuanto antes.
No sabía que hacía Yoko ahí, me había seguido, estaba claro. No para matarme, pues pudo haberlo hecho en su momento. Tampoco creo que viniera con intenciones ofensivas, pero desconocía el por que estaba ahí.
Pese a todo, estaba feliz, me encantaba volver a gritarle a mi hermano en su chiclosa cara, aunque ahora tuviera esa barba...
Hayato
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de que mi hermano gemelo Hitoku llegara con su compañero, Suzaku nos presentó a su nuevo fichaje, Rayder, el cual yo ya conocía por habernos encontrado hace muy poco. Cuando oímos una explosión, mi hermano Suzaku, rápidamente estiró su brazo y lo volvió a recoger agarrando a una preciosa chica pelirroja.
¿De qué me suena esta chica a mi...?
Cuando Suzaku avisó a Sohem de que entrara en acción si la chica se movía, Sohem entró en acción. Detecté con mi Ojo de la tormenta uno de los golpes más letales que la humanidad y cualquier mar hubiera podido concebir. Un golpe tal que hasta la fecha nadie había sido capaz de evitar: el “Okotte ani ni yotte atae fukitobasu” de mi hermano Sohem. Tal golpe impactó en la cabeza de mi hermano y capitán Suzaku haciendo que se enterrara en la tierra. No cabía en mi de miedo y presa del pánico salté levemente quedando agarrado como un koala a Yuu que ni se inmutó de mi peso. Cuando mi hermano Sohem sacó la cabeza de Suzaku de la tierra le gritó que le arrancaría la barba si volvía a tocar a su cuñada.
¿Cuñada?, ¿hola?.
No podía evitar recordar una situación en el barco hace años en la que Sohem y yo hablábamos justamente de mujeres. Qué suerte que el por fin encontrara a la suya. Entonces, bajé de Yuu despacio y volviendo al grupo, ya con los ánimos más calmados procedí a presentar a mi acompañante.
~ Bueno chicos, para los nuevos, yo soy Hayato, seré vuestro contramaestre; y éste es Yuu, un amigo que conocí hace año y medio y que desearía que entrara en calidad de tirador. Hermanos, confiad en mí, es una apuesta segura.
Sabía perfectamente que mis hermanos no aceptarían “apuesta” y “segura” de mi boca si no había una negación de por medio, asique traté de decirlo lo más serio posible. Volví mi mirada a chica de pelo rojo.
Joder, sé que la he visto en algún sitio.
¿De qué me suena esta chica a mi...?
Cuando Suzaku avisó a Sohem de que entrara en acción si la chica se movía, Sohem entró en acción. Detecté con mi Ojo de la tormenta uno de los golpes más letales que la humanidad y cualquier mar hubiera podido concebir. Un golpe tal que hasta la fecha nadie había sido capaz de evitar: el “Okotte ani ni yotte atae fukitobasu” de mi hermano Sohem. Tal golpe impactó en la cabeza de mi hermano y capitán Suzaku haciendo que se enterrara en la tierra. No cabía en mi de miedo y presa del pánico salté levemente quedando agarrado como un koala a Yuu que ni se inmutó de mi peso. Cuando mi hermano Sohem sacó la cabeza de Suzaku de la tierra le gritó que le arrancaría la barba si volvía a tocar a su cuñada.
¿Cuñada?, ¿hola?.
No podía evitar recordar una situación en el barco hace años en la que Sohem y yo hablábamos justamente de mujeres. Qué suerte que el por fin encontrara a la suya. Entonces, bajé de Yuu despacio y volviendo al grupo, ya con los ánimos más calmados procedí a presentar a mi acompañante.
~ Bueno chicos, para los nuevos, yo soy Hayato, seré vuestro contramaestre; y éste es Yuu, un amigo que conocí hace año y medio y que desearía que entrara en calidad de tirador. Hermanos, confiad en mí, es una apuesta segura.
Sabía perfectamente que mis hermanos no aceptarían “apuesta” y “segura” de mi boca si no había una negación de por medio, asique traté de decirlo lo más serio posible. Volví mi mirada a chica de pelo rojo.
Joder, sé que la he visto en algún sitio.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Entrando como de costumbre a saco y en mi forma dragón en el puerto de la parte alta de la isla Õkyū mazushī, llame la atención de los presentes debido a la emoción que tenia de volver a ver a mis hermanos tras dos años sin apenas noticias de ellos. Me preguntaba que habrían hecho en todo ese tiempo, lo que si sabia era que habían conocido gente nueva, pues cada uno veníamos con alguien nuevo. Taiko y yo nos acercamos al gran grupo que se había formado en aquel sitio, el primero en ser presentado fue Rayder por parte de mi hermano Suzaku, seguidamente mi hermano Sohem presento al gran Gyojin que allí se encontraba de nombre Ryuto.
Pedazo de bicho.
Seguidamente vi a Yuu al lado de mi hermano Hayato, no hizo falta presentación por lo menos para mi no, dado a un altercado que tuvimos Suzaku y yo con él. Básicamente le queme la mayor parte de su cuerpo en un setenta por ciento. Tras las presentaciones risas y demás algo llamo mi atención una fuerte explosión procedente del puerto me hizo mirar hacia el mismo camino por el cual habíamos llegado y divisar así una pequeña humareda.
Que demonios.
Todo aquel revuelto me hizo ponerme en alerta por si las moscas. Mi hermano Suzaku diviso algo que se movía en los arbustos de su izquierda, dado que este dio vueltas a su brazo y saco de allí a una intrusa. Una chica joven y hermosa, de pelo rojizo, exuberantes pechos y en estos momentos estaba siendo arrastrada por mi hermano Suzaku quien la tenia sujeta por el trasero. Cuando la tuvo a distancia suficiente resonó en el sitio un pequeño capón de este hacia la mujer, le agarro por el cuello con su mano izquierda y le comenzó a hacer preguntas, la pregunta mas importante y sin duda debía responder era la de ¿Cómo demonios había encontrado la isla? Dado que no había sido cartografiada nunca, solo los hermanos Shakkin y ahora los nuevos tripulantes conocían de su localización y existencia. Sohem se movió hasta el lado de Suzaku por orden del mismo, mientras se incorpora y da una orden concisa y directa. Segundo después mi hermano Sohem ejecuto un "Okotte ani ni yotte atae fukitobasu" pero mas fuerte aun de lo normal hacia mi hermano mayor.
¿Pero que demonios estas haciendo?
Pensativo y confuso me hallaba yo, Hayato subido cual koala en Yuu, los demás tripulantes con una cara un tanto boquiabierta y Suzaku con su cabeza enterrada en el suelo debido a aquella técnica. Tras eso y que Sohem le echara una mano a Suzaku le grito que no le volviera hacer eso a su cuñada. Con una cara de sorpresa épica me quede sin palabras y sin respiración. Con lo mujeriego que era mi hermano Sohem nunca llegue a pensar que algún día consiguiera un compromiso serio con alguien y no creo que fuera el único que lo pensaba. Tras calmarse los ánimos un poco Hayato presento a Yuu, el cual aseguraba que era una apuesta segura para tirador de la tripulación.
No se yo que decirte –Susurre.
Como no iba a ser yo menos tome la delantera y presente a mi invitado, a mis hermanos y al resto de la tripulación.
Hermanos y nuevos tripulantes, me gustaría presentaros a Taiko, creo que será un gran nakama para nuestra tripulación.
Pedazo de bicho.
Seguidamente vi a Yuu al lado de mi hermano Hayato, no hizo falta presentación por lo menos para mi no, dado a un altercado que tuvimos Suzaku y yo con él. Básicamente le queme la mayor parte de su cuerpo en un setenta por ciento. Tras las presentaciones risas y demás algo llamo mi atención una fuerte explosión procedente del puerto me hizo mirar hacia el mismo camino por el cual habíamos llegado y divisar así una pequeña humareda.
Que demonios.
Todo aquel revuelto me hizo ponerme en alerta por si las moscas. Mi hermano Suzaku diviso algo que se movía en los arbustos de su izquierda, dado que este dio vueltas a su brazo y saco de allí a una intrusa. Una chica joven y hermosa, de pelo rojizo, exuberantes pechos y en estos momentos estaba siendo arrastrada por mi hermano Suzaku quien la tenia sujeta por el trasero. Cuando la tuvo a distancia suficiente resonó en el sitio un pequeño capón de este hacia la mujer, le agarro por el cuello con su mano izquierda y le comenzó a hacer preguntas, la pregunta mas importante y sin duda debía responder era la de ¿Cómo demonios había encontrado la isla? Dado que no había sido cartografiada nunca, solo los hermanos Shakkin y ahora los nuevos tripulantes conocían de su localización y existencia. Sohem se movió hasta el lado de Suzaku por orden del mismo, mientras se incorpora y da una orden concisa y directa. Segundo después mi hermano Sohem ejecuto un "Okotte ani ni yotte atae fukitobasu" pero mas fuerte aun de lo normal hacia mi hermano mayor.
¿Pero que demonios estas haciendo?
Pensativo y confuso me hallaba yo, Hayato subido cual koala en Yuu, los demás tripulantes con una cara un tanto boquiabierta y Suzaku con su cabeza enterrada en el suelo debido a aquella técnica. Tras eso y que Sohem le echara una mano a Suzaku le grito que no le volviera hacer eso a su cuñada. Con una cara de sorpresa épica me quede sin palabras y sin respiración. Con lo mujeriego que era mi hermano Sohem nunca llegue a pensar que algún día consiguiera un compromiso serio con alguien y no creo que fuera el único que lo pensaba. Tras calmarse los ánimos un poco Hayato presento a Yuu, el cual aseguraba que era una apuesta segura para tirador de la tripulación.
No se yo que decirte –Susurre.
Como no iba a ser yo menos tome la delantera y presente a mi invitado, a mis hermanos y al resto de la tripulación.
Hermanos y nuevos tripulantes, me gustaría presentaros a Taiko, creo que será un gran nakama para nuestra tripulación.
Rayder
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Con el paso del tiempo, todos los allí presentes empezaron a presentarse, siendo Suzaku el que dio el "empujón" a la unión de Rayder a la conversación. Levantándose del apoyo donde se había sentado para dejarle a los Shakkin un poco más de intimidad, se acercó hasta quedar posicionado a la derecha del que sería ahora su Capitán, con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa en los labios. Deshaciendo el cruce de brazos, apoyó su mano derecha en el mango de su espada, como si la tuviera reposando en una almohada, una posición tranquilizante y serena. Se encontraba bastante a gusto entre todos aquellos personajes de distinto humor y carácter, y una vez que Suzaku dejó de hablar, hizo un inciso para mostrarse ante los que serían sus futuros nakamas:
— Encantado de conoceros, será un placer navegar con vosotros — Dijo con una voz llena de matices misteriosos, algo característico en él. No sabía cómo lo hacía, pero su voz incitaba a que las demás personas intentasen saber más acerca de él, interesándose en sus detalles.
Y tras aquella pequeña muestra de su voz, dio un paso atrás para dejar que las demás personas se presentasen. Los siguientes fueron el Sub-Capitán de la tripulación y su fichaje, Sohem Shakkin y un gyojin llamado Ryuto. Fijándose en el primero, el pelinegro descubrió que portaba una mirada extraña. "Este tío esconde mucho más de lo que aparenta, menos mal que no será mi enemigo", pensó clavando sus orbes incoloros en los de él. Su compañero también resultaba interesante, habiendo sido utilizado como un barco. Seguro que sus capacidades de nado eran superiores a todos los que se encontraban congregados en la isla, cosa natural en los hijos del mar. Los siguientes fueron el tirador Yuu y el tercero de los Shakkin, Hayato. El primero era una especie de cyborg, cosa que consiguió que el pelinegro esbozase una expresión de curiosidad. Nunca había conocido a uno de ellos, y debía de guardar muchas armas en el interior de su cuerpo. Con respecto al peliazul, un pensamiento cruzó por su mente, "¿De qué me suena este? No es la primera vez que lo veo", además de fijarse en que llevaba consigo un grupo importante de espadas.
Sin embargo, había algo en su mente que lo bloqueaba y no le dejaba recordar lo concerniente a aquel muchacho. Pero le parecía que lo conocía de antes, extraña contradicción. Y para poner la guinda a aquel precioso pastel de piratas, se presentaron Taiko y Hitoku Shakkin. De los dos, el más normal era el joven pelinegro, mientras que el pelirrojo tenía una mirada macabra, acompañada con una sádica sonrisa. "Curiosa familia los Shakkin, cada uno parece haber salido de un cuento distinto", se dijo para sí mismo. Y con eso, la tripulación al completo se había reunido. Cada uno con sus pros y sus contras, sus peculiaridades y su carácter, serían un grupo que seguramente destacaría por encima de los demás. La conversación estaba llegando a su punto álgido cuando una explosión sobrecogió a los allí presentes, dirigiendo su atención hacia el lugar donde había estallado lo que fuera.
El pelinegro ya tenía la mano en el mango de la espada cuando Suzaku empleó sus poderes de chicle para estirar su brazo, lanzándolo hacia el lugar de donde provenía la explosión y atrapando algo con éxito. Devolviendo su brazo a la normalidad, la "presa" pescada no fue más que una chica de pelo rojo, vestida con calzonas, botas y un sujetador. Los pechos eran desproporcionados para una chica de su edad, cosa que consiguió que un fino hilo de sangre bajara por uno de los orificios nasales del ex-noble. "No puede ser ...", pensó en cuanto reconoció la cara de la chica que tenía enfrente de él. Tiempo atrás había tenido un encuentro con ella y todavía recordaba su nombre: Yoko. Era una de las pocas que le habían negado una noche en una habitación, tal vez la única en la lista de las que se habían resistido. Y por ello, se había ganado su respeto.
Mas la escena que siguió a continuación fue algo cómica e impactante, puesto que Sohem golpeó a Suzaku hundiendo su cabeza en el suelo, además de afirmar que era su cuñada. ¿¡Pero qué coño!? ¿La chica era la novia de Sohem? Tragó con fuerza, ya que no le gustaría que se enterase de que le había tirado los tejos tiempo atrás. Sin embargo, relajó la tensión de sus brazos y dejó de sostener su espada con ambas manos, para volver a una posición serena. Sin embargo, dirigiendo sus ojos incoloros hacia la chica, dio unos pasos hasta acuclillarse a su lado, diciéndole con una sonrisa:
— ¿No habrás ensuciado la gabardina que te presté, verdad Yoko? Era de las buenas ... — Comentó el pelinegro, apoyando sus brazos en las piernas.
Ciertamente, la chica le había dicho tiempo atrás que pertenecía a una tripulación, y que lucharía porque su Capitán al mando fuera el mejor del mundo. Lo que no se esperaba es que ambos estuvieran bajo la misma bandera y se hubieran dado cuenta en ese momento. Una carcajada tonta salió de los labios del pelinegro, mientras que se quedaba en el mismo sitio en cuclillas y esperando a ver cómo reaccionaría cada uno de ellos.
— Encantado de conoceros, será un placer navegar con vosotros — Dijo con una voz llena de matices misteriosos, algo característico en él. No sabía cómo lo hacía, pero su voz incitaba a que las demás personas intentasen saber más acerca de él, interesándose en sus detalles.
Y tras aquella pequeña muestra de su voz, dio un paso atrás para dejar que las demás personas se presentasen. Los siguientes fueron el Sub-Capitán de la tripulación y su fichaje, Sohem Shakkin y un gyojin llamado Ryuto. Fijándose en el primero, el pelinegro descubrió que portaba una mirada extraña. "Este tío esconde mucho más de lo que aparenta, menos mal que no será mi enemigo", pensó clavando sus orbes incoloros en los de él. Su compañero también resultaba interesante, habiendo sido utilizado como un barco. Seguro que sus capacidades de nado eran superiores a todos los que se encontraban congregados en la isla, cosa natural en los hijos del mar. Los siguientes fueron el tirador Yuu y el tercero de los Shakkin, Hayato. El primero era una especie de cyborg, cosa que consiguió que el pelinegro esbozase una expresión de curiosidad. Nunca había conocido a uno de ellos, y debía de guardar muchas armas en el interior de su cuerpo. Con respecto al peliazul, un pensamiento cruzó por su mente, "¿De qué me suena este? No es la primera vez que lo veo", además de fijarse en que llevaba consigo un grupo importante de espadas.
Sin embargo, había algo en su mente que lo bloqueaba y no le dejaba recordar lo concerniente a aquel muchacho. Pero le parecía que lo conocía de antes, extraña contradicción. Y para poner la guinda a aquel precioso pastel de piratas, se presentaron Taiko y Hitoku Shakkin. De los dos, el más normal era el joven pelinegro, mientras que el pelirrojo tenía una mirada macabra, acompañada con una sádica sonrisa. "Curiosa familia los Shakkin, cada uno parece haber salido de un cuento distinto", se dijo para sí mismo. Y con eso, la tripulación al completo se había reunido. Cada uno con sus pros y sus contras, sus peculiaridades y su carácter, serían un grupo que seguramente destacaría por encima de los demás. La conversación estaba llegando a su punto álgido cuando una explosión sobrecogió a los allí presentes, dirigiendo su atención hacia el lugar donde había estallado lo que fuera.
El pelinegro ya tenía la mano en el mango de la espada cuando Suzaku empleó sus poderes de chicle para estirar su brazo, lanzándolo hacia el lugar de donde provenía la explosión y atrapando algo con éxito. Devolviendo su brazo a la normalidad, la "presa" pescada no fue más que una chica de pelo rojo, vestida con calzonas, botas y un sujetador. Los pechos eran desproporcionados para una chica de su edad, cosa que consiguió que un fino hilo de sangre bajara por uno de los orificios nasales del ex-noble. "No puede ser ...", pensó en cuanto reconoció la cara de la chica que tenía enfrente de él. Tiempo atrás había tenido un encuentro con ella y todavía recordaba su nombre: Yoko. Era una de las pocas que le habían negado una noche en una habitación, tal vez la única en la lista de las que se habían resistido. Y por ello, se había ganado su respeto.
Mas la escena que siguió a continuación fue algo cómica e impactante, puesto que Sohem golpeó a Suzaku hundiendo su cabeza en el suelo, además de afirmar que era su cuñada. ¿¡Pero qué coño!? ¿La chica era la novia de Sohem? Tragó con fuerza, ya que no le gustaría que se enterase de que le había tirado los tejos tiempo atrás. Sin embargo, relajó la tensión de sus brazos y dejó de sostener su espada con ambas manos, para volver a una posición serena. Sin embargo, dirigiendo sus ojos incoloros hacia la chica, dio unos pasos hasta acuclillarse a su lado, diciéndole con una sonrisa:
— ¿No habrás ensuciado la gabardina que te presté, verdad Yoko? Era de las buenas ... — Comentó el pelinegro, apoyando sus brazos en las piernas.
Ciertamente, la chica le había dicho tiempo atrás que pertenecía a una tripulación, y que lucharía porque su Capitán al mando fuera el mejor del mundo. Lo que no se esperaba es que ambos estuvieran bajo la misma bandera y se hubieran dado cuenta en ese momento. Una carcajada tonta salió de los labios del pelinegro, mientras que se quedaba en el mismo sitio en cuclillas y esperando a ver cómo reaccionaría cada uno de ellos.
Ryuto Kaminari
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al final llegaron todos, aquel hombre rubio llamado Suzaku se presentó incluyendo a "Rayder" en la banda.
No sabía nada acerca de toda esta gente, tan solo conocía a Sohem, pero este se encontraba muy agusto
con todo esto, asi que rehusé todo mal pensamiento y expandí mi mente para conocer a todos ellos.
Suzaku se puso en una postura cómoda apoyando su mano derecha en el sobrante de la espada, parecía
encontrarse agusto y mientras, su compañero Rayder nos dijo a los presentes que estaba encantado de
conocernos y que será toda una aventura adentrarse en la mar con todos nosotros.
Ver como absolutamente ninguno de ellos se disgustaba por tener un gyojin con ellos, era increible.
Al terminar su discurso, se apartó de lo que parecía un circulo de reunión de discriminados sociales,
pero aun asi, era muy curioso, divertido y todos parecían muy buena gente.
Mi buen amigo Sohem, quien se presentó como el Sub-Capitan, rango inferior que Suzaku
Sohem es como mas borde que Suzaku. Tan solo hay que mirarles las caras, le pega mas el broncas jajaja
Y me dió paso a mi, que di un paso al frente y me presenté:
-Hola a todos, me llamo Ryuto Kaminari y espero compartir con vosotros grandes aventuras y poder...
¿gran? ¿gran?
Miré a sohem con un gesto algo burlón
-Creo que todos se han dado cuenta ya de que no soy tan chiquitin jajajajajajajajaja
Lo dicho nakamas, espero poder ayudaros en todo lo que pueda...aunque tengais que usarme de bote
Mirada maligna pero con una sonrisa de oreja a oreja a Sohem.
Sonreí fugazmente al recordar como llegamos a la isla. Al terminar, volví a mi sitio. Acto seguido se
presentaron Hayato y este presentó a Yuu. Ambos eran un poco extraños. El peliazul, Hayato, se presentó como el contramaestre llebaba una serie de espadas a y por la manera de mirar y estar, se notaba que las usaría en cualquier momento contra quien fuera.
Con respecto al tal Yuu, ¡Era mitad robot! ¡Increible! Jamás en mi vida había visto una reconstrucción
tan grande y que funcionara. Ardían deseos de poder hablar con él.
Increible
Dije suabemente mientras me deleitaba con el cuerpo de Yuu.
Continuaron Hitoku y Taiko, creo que se notó como al presentarse Hitoku empecé a mirar asombrado a los cuatro Hermanos Shakkin, eran tan parecidos pero tan tan diferentes que abrumaba.
Hitoku tenia una mirada extraña y no solo eso, antes de él ser él, era un dragón enorme. Paré de asombrarme
de una vez, me estaba comportando cual pez fuera del agua. Taiko, un chico normal que viajaba encima de un gran dragón, pelo negro, no destacaba demasiado, pero seguro que me lo pasaría pipa junto a todos ellos.
Esta banda va a ser una pasada, todos están locos, somos muy diferentes pero se respira...algo
La conversación estaba muy interesante, llegando a la cúspide cuando una explosión alertó a todos los que
nos encontrábamos alli, haciendo que enmudecieramos y dirigieramos la mirada hacia el lugar.
Sin previo aviso y sin poder darme cuenta, Suzaku lanzó sus brazos hacia el lugar de la explosión
Joder, más cosas raras
Al regreso de sus largos y extensibles brazos, en las manos, traia algo, al acercarse fue un alguien.
Una chica con calzonas y sujetador con un pelo rojo estaba en sus manos, era bastante guapa, para ser humana.
Todos la miraban de manera extraña y tenian sus motivos, a fin de cuentas, apareció de una explosión.
Estos humanos aparecen de tantas maneras extrañas. Menos mal que esto es todo tan subrealista...
Voces, gritos, amenazas y un tremendo capón por parte de mi compañero de viaje Sohem a su hermano Suzaku, haciendo
que el cuello de este se estirara y su cabeza se incrustara en el suelo. También afirmo que la chica semi desnuda
pelirroja era su pareja.
¿Y no me ha dicho nada a mi? ¡Será perro!
Se hizo un breve silencio que rompí inconscientemente
Chicos, sois encantadores.....¿Teneís hambre?
No sabía nada acerca de toda esta gente, tan solo conocía a Sohem, pero este se encontraba muy agusto
con todo esto, asi que rehusé todo mal pensamiento y expandí mi mente para conocer a todos ellos.
Suzaku se puso en una postura cómoda apoyando su mano derecha en el sobrante de la espada, parecía
encontrarse agusto y mientras, su compañero Rayder nos dijo a los presentes que estaba encantado de
conocernos y que será toda una aventura adentrarse en la mar con todos nosotros.
Ver como absolutamente ninguno de ellos se disgustaba por tener un gyojin con ellos, era increible.
Al terminar su discurso, se apartó de lo que parecía un circulo de reunión de discriminados sociales,
pero aun asi, era muy curioso, divertido y todos parecían muy buena gente.
Mi buen amigo Sohem, quien se presentó como el Sub-Capitan, rango inferior que Suzaku
Sohem es como mas borde que Suzaku. Tan solo hay que mirarles las caras, le pega mas el broncas jajaja
Y me dió paso a mi, que di un paso al frente y me presenté:
-Hola a todos, me llamo Ryuto Kaminari y espero compartir con vosotros grandes aventuras y poder...
¿gran? ¿gran?
Miré a sohem con un gesto algo burlón
-Creo que todos se han dado cuenta ya de que no soy tan chiquitin jajajajajajajajaja
Lo dicho nakamas, espero poder ayudaros en todo lo que pueda...aunque tengais que usarme de bote
Mirada maligna pero con una sonrisa de oreja a oreja a Sohem.
Sonreí fugazmente al recordar como llegamos a la isla. Al terminar, volví a mi sitio. Acto seguido se
presentaron Hayato y este presentó a Yuu. Ambos eran un poco extraños. El peliazul, Hayato, se presentó como el contramaestre llebaba una serie de espadas a y por la manera de mirar y estar, se notaba que las usaría en cualquier momento contra quien fuera.
Con respecto al tal Yuu, ¡Era mitad robot! ¡Increible! Jamás en mi vida había visto una reconstrucción
tan grande y que funcionara. Ardían deseos de poder hablar con él.
Increible
Dije suabemente mientras me deleitaba con el cuerpo de Yuu.
Continuaron Hitoku y Taiko, creo que se notó como al presentarse Hitoku empecé a mirar asombrado a los cuatro Hermanos Shakkin, eran tan parecidos pero tan tan diferentes que abrumaba.
Hitoku tenia una mirada extraña y no solo eso, antes de él ser él, era un dragón enorme. Paré de asombrarme
de una vez, me estaba comportando cual pez fuera del agua. Taiko, un chico normal que viajaba encima de un gran dragón, pelo negro, no destacaba demasiado, pero seguro que me lo pasaría pipa junto a todos ellos.
Esta banda va a ser una pasada, todos están locos, somos muy diferentes pero se respira...algo
La conversación estaba muy interesante, llegando a la cúspide cuando una explosión alertó a todos los que
nos encontrábamos alli, haciendo que enmudecieramos y dirigieramos la mirada hacia el lugar.
Sin previo aviso y sin poder darme cuenta, Suzaku lanzó sus brazos hacia el lugar de la explosión
Joder, más cosas raras
Al regreso de sus largos y extensibles brazos, en las manos, traia algo, al acercarse fue un alguien.
Una chica con calzonas y sujetador con un pelo rojo estaba en sus manos, era bastante guapa, para ser humana.
Todos la miraban de manera extraña y tenian sus motivos, a fin de cuentas, apareció de una explosión.
Estos humanos aparecen de tantas maneras extrañas. Menos mal que esto es todo tan subrealista...
Voces, gritos, amenazas y un tremendo capón por parte de mi compañero de viaje Sohem a su hermano Suzaku, haciendo
que el cuello de este se estirara y su cabeza se incrustara en el suelo. También afirmo que la chica semi desnuda
pelirroja era su pareja.
¿Y no me ha dicho nada a mi? ¡Será perro!
Se hizo un breve silencio que rompí inconscientemente
Chicos, sois encantadores.....¿Teneís hambre?
Yuu Kinzoku
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando estuvimos todos juntos cada hermano comenzó a presentarse y a presentar a sus acompañantes, el primero fue Suzaku, aquél hombre que me salvó la vida de su hermano el dragoncito. Nos presentó a su acompañante, éste se llamaba Rayder y la verdad era un tipo bastante extraño, su cara y su cuerpo cooncordaban a la perfección, ambos inexpresivos y serenos pero tenía algo, no sabía decir el que que la verdad es que llamaba la atención. Seguidamente continuó el tipo del sombrero negro, Sohem dijo que se llamaba y que era el segundo al mando de la tripulación, era un tipo raro pero la verdad tenía algo en su presencia que me hacía sonreír, nos presentó al tipo enorme que como ya habíamos deducido era un gyojin, éste se llamaba Ryuto y la verdad no me gustaba como me miraba, parecía que quería algo conmigo...
De repente una explosión sonó y todos nos quedamos extrañados, según me había comentado Hayato esa isla estaba colonizada exclusivamente por sus hermanos y nadie sabía de su paradero ya que no estaba en ningún mapa, de repente Suzaku lanzó su mano hacia donde sonó la explosión y al recogerla nada pudo sorprenderme más que ver una muchacha de muy buen ver con unas grandes "dotes", al recogerla del todo Suzaku empotró a la muchacha contra el suelo y le dijo a Sohem que si ésta se movía que la "llenase" no sabía que quería decir con eso exactamente pero la verdad estaba ansioso porque lo hiciera y ver el poder de aquél compañero mío. Nada pudo sorprenderme aún más que que Sohem le dijera a Suzaku que tratase mejor a su cuñada y le dio un gran golpe en la cabeza cuyas consecuencias fueron tener la cabeza de Suzaku enterrada en el suelo.
¿Que coño? ¿Desde cuando se traen a las parejas a las reuniones de supermachotes?
Tras terminar Sohem de hablar, Hayato se bajó de mi y comenzó a hablar él, nos presento y dijo que él era el contramaestre del barco y la verdad me sorprendió porque no esperaba que tal personaje tan mal de la cabeza tuviese una posición así en una tripulación. Hayato dijo que era una apuesta segura, que confiasen en él, eso me hizo sentir bastante bien y aceptado por parte de mi gran amigo.
-Gracias Hayato, pero no sigas que me sacas los colores maldito desgraciado
Esto último lo dije en bajo para que solo lo escuchase él debido a que me daba algo de vergüenza que me escuchasen.
Tras Hayato llegó Hitoku, aquél maldito hombre que casi me mata, aquél que me quemó la mayoría de mi cuerpo. No tenía rencor contra él pero tampoco me hacía mucha ilusión tratar con él, al menos no seríamos contrincantes, eso me consolaba. Hitoku se presentó y nos presentó también al hombre que le seguía, se llamaba Taiko.
Vaya panorama, ¿que maldita tripulación seremos? Estamos locos, cada uno de su pare y de su madre y yo como no, el que se lleva las miradas de incredulidad...
Después de la escena que acababa de acontecer Ryuto habló y preguntó si teníamos hambre y la verdad, yo llevaba un rato ya entretenido y no había caído en la cuenta de que en la barca camino de la isla pensé en darle un bocado a Hayato debido al hambre que tenía...
-Pues la verdad Ryuto, yo si tengo bastante
De repente una explosión sonó y todos nos quedamos extrañados, según me había comentado Hayato esa isla estaba colonizada exclusivamente por sus hermanos y nadie sabía de su paradero ya que no estaba en ningún mapa, de repente Suzaku lanzó su mano hacia donde sonó la explosión y al recogerla nada pudo sorprenderme más que ver una muchacha de muy buen ver con unas grandes "dotes", al recogerla del todo Suzaku empotró a la muchacha contra el suelo y le dijo a Sohem que si ésta se movía que la "llenase" no sabía que quería decir con eso exactamente pero la verdad estaba ansioso porque lo hiciera y ver el poder de aquél compañero mío. Nada pudo sorprenderme aún más que que Sohem le dijera a Suzaku que tratase mejor a su cuñada y le dio un gran golpe en la cabeza cuyas consecuencias fueron tener la cabeza de Suzaku enterrada en el suelo.
¿Que coño? ¿Desde cuando se traen a las parejas a las reuniones de supermachotes?
Tras terminar Sohem de hablar, Hayato se bajó de mi y comenzó a hablar él, nos presento y dijo que él era el contramaestre del barco y la verdad me sorprendió porque no esperaba que tal personaje tan mal de la cabeza tuviese una posición así en una tripulación. Hayato dijo que era una apuesta segura, que confiasen en él, eso me hizo sentir bastante bien y aceptado por parte de mi gran amigo.
-Gracias Hayato, pero no sigas que me sacas los colores maldito desgraciado
Esto último lo dije en bajo para que solo lo escuchase él debido a que me daba algo de vergüenza que me escuchasen.
Tras Hayato llegó Hitoku, aquél maldito hombre que casi me mata, aquél que me quemó la mayoría de mi cuerpo. No tenía rencor contra él pero tampoco me hacía mucha ilusión tratar con él, al menos no seríamos contrincantes, eso me consolaba. Hitoku se presentó y nos presentó también al hombre que le seguía, se llamaba Taiko.
Vaya panorama, ¿que maldita tripulación seremos? Estamos locos, cada uno de su pare y de su madre y yo como no, el que se lleva las miradas de incredulidad...
Después de la escena que acababa de acontecer Ryuto habló y preguntó si teníamos hambre y la verdad, yo llevaba un rato ya entretenido y no había caído en la cuenta de que en la barca camino de la isla pensé en darle un bocado a Hayato debido al hambre que tenía...
-Pues la verdad Ryuto, yo si tengo bastante
Taiko
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La situación era como mínimo curiosa. Los cuatro hermanos Shakkin habían traido cada uno un acompañante y de ahí se supone, iba a salir su tripulación, y efectivamente iba a ser una tripulación pirata.
En aquel momento se oyó un gran ruido y el capitán haciendo gala de su habilidad elástica proporcionada por algún tipo de fruta del diablo que desconocía estiró su brazo y enganchó a una “infiltrada” pelirroja. Comenzó a interrogarla cuando se vio interrumpido por su propio hermano, Sohem, que le asestó un terrible golpe en la cabeza que hizo que esta se saliese de sus hombros y cayese al suelo (Aun enganchada por su elástico e incombustible cuello).
Vaya hostia pensé estupefacto al ver el impacto
Luego el propio Sohem insinuó que era su pareja, pues dijo que era la cuñada de su hermano Suzaku.
Aquella chica ciertamente me sonaba de algo… Un chico de pelo negro la llamó Yoko y entonces lo recordé. Era la chica a la que salvé en LongueTown de aquellos piratas, con akuma no mi de explosiones, creía recordar.
Aquel grupo de personas excepcionales parecían todos sacados de una serie de comics que bien podían ser un grupo de superhéroes, cada uno con su superhabilidad especial. Era un grupo realmente interesante. Merecía la pena quedarse.
Como me presentó Hitoku y soy un tipo de pocas palabras, alcé mi mano derecha a media altura mirando a los presentes en señal de saludo mientras daba un paso al frente. Luego di un paso atrás y volví de nuevo a mi posición, predispuesto a lo que fuese.
Mi única ventaja aquí es que, salvo la pelirroja, nadie conoce mi akuma no mi. Y eso me encanta.
Pensé dibujando media sonrisa en mi rostro.
En aquel momento se oyó un gran ruido y el capitán haciendo gala de su habilidad elástica proporcionada por algún tipo de fruta del diablo que desconocía estiró su brazo y enganchó a una “infiltrada” pelirroja. Comenzó a interrogarla cuando se vio interrumpido por su propio hermano, Sohem, que le asestó un terrible golpe en la cabeza que hizo que esta se saliese de sus hombros y cayese al suelo (Aun enganchada por su elástico e incombustible cuello).
Vaya hostia pensé estupefacto al ver el impacto
Luego el propio Sohem insinuó que era su pareja, pues dijo que era la cuñada de su hermano Suzaku.
Aquella chica ciertamente me sonaba de algo… Un chico de pelo negro la llamó Yoko y entonces lo recordé. Era la chica a la que salvé en LongueTown de aquellos piratas, con akuma no mi de explosiones, creía recordar.
Aquel grupo de personas excepcionales parecían todos sacados de una serie de comics que bien podían ser un grupo de superhéroes, cada uno con su superhabilidad especial. Era un grupo realmente interesante. Merecía la pena quedarse.
Como me presentó Hitoku y soy un tipo de pocas palabras, alcé mi mano derecha a media altura mirando a los presentes en señal de saludo mientras daba un paso al frente. Luego di un paso atrás y volví de nuevo a mi posición, predispuesto a lo que fuese.
Mi única ventaja aquí es que, salvo la pelirroja, nadie conoce mi akuma no mi. Y eso me encanta.
Pensé dibujando media sonrisa en mi rostro.
Zoey
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Vaya, que cagada me había mandado, no solo descubrirían mi posición, también pensarían mal de mí por haberlos estado espiando, definitivamente no era mi momento, así que pensé -¿que podría decirles?- alguna explicación, argumentar algo para que no me hagan algun daño, pero se me pasó por mi mente que Sohem estaba ahí, y talvez el me defendería de los otros, fue solo una suposición mía, pero bueno, todo puede pasar en este mundo de inseguridades y a la vez, de acertaciones.
-Ahora que ha...- mi cuerpo fue como succionado, o atraído fuertemente por un brazo muy estirado, parecía como de goma o elástico o algo similar, me agarraron de mi voluptuoso trasero para atraerme hacia el lugar donde se encontraban estos hombres, y el responsable de tal acción había sido el rubio barbón, quizás quien era pero nadie hacía nada, violentamente me bota al suelo para acercarse a mí mediante el ahorco, preguntarme un par de cosas que ni entendí por la frustración del momento en mi cuerpo, y vaya que me sentía asustada, él haciendole un gesto a mi posible amor, para que me "llenara", creo que quizás estos tipos eran piratas y no querían que estuviera allí.
Vaya, así que el chico de ojos amarillentos todavía me tenía algo de cariño, con sus poderes de hombre polvo que conocí gracias a la cachetada que le dí, aplastó e hizo que el rubio asestara su cabeza contra el suelo, estirando su cuello como anteriormente pensé, como goma. -¡Escuchame pedazo de mierda si vuelves a tratar así a tu cuñada te arrancaré esa barba recoge flujos a hostias! . ¿¡te queda claro!?- , eso me había causado alivio y un leve enamoramiento hacia él, me había defendido de su... ¿hermano? , ahora las cosas tenían mas sentido.
Que tensión se sentía en ese momento, como si hubieran callado todas las voces y sonidos del medio en el que me encontraba, y para romper el silencio habló un peliazul que cara conocida tenía para mí, en alguna parte me lo había encontrado. Posteriomente un chico de mirada macabra presentó a Taiko, a este lo conocía por haberme salvado de unos piratas en el pasado, y vaya, los dos anteriores eran hermanos, -¿una tripulación en familia?- que romántico. Todavía presentandose un chico medio-robot , y un pez gigante, este último les ofreció comer o al menos eso entendí yo, yo sí tenía hambre.
-Ahh, santo dios- cansada de tanta presentación, escuché a el pelinegro misterioso del pasado , preguntarme sobre su gabardina, ¡oh!, la tenía en mi anterior hotel que me hospedaba, pero estaba a salvo. -Se encuentra más que bién, ¿la quieres devuelta?- y sin mas rodeos, para agradecerle a mi "novio" el haberme salvado, giré su cara hacia mí y le planté un beso de aquellos que no se olvidan.
Segura y encendida, me alejé poco a poco de su rostro mirándolo a sus similares ojos, hablé a todo el mundo para tomar protagonismo en el lugar del encuentro.
-Hola a todos, me llamo Yoko, y sí, soy la novia de Sohem actualmente, disculpen la interrupción pero no revelaré el porqué estoy aquí, pero sí les diré que no se metan conmigo, a no ser que quieran tragar fuego, no lo hagan.-
Una mirada tierna y con mis pómulos levantados, levanté un lado de mis labios para parecer una chica indefensa, pero no lo aparentaba, solo era una demostración de confianza y seguridad, para retar a todos los tipos de ahí, además, estaba un poco enojada con el tipo que se estiraba, no se saldría con la suya nuevamente.
-Ahora que ha...- mi cuerpo fue como succionado, o atraído fuertemente por un brazo muy estirado, parecía como de goma o elástico o algo similar, me agarraron de mi voluptuoso trasero para atraerme hacia el lugar donde se encontraban estos hombres, y el responsable de tal acción había sido el rubio barbón, quizás quien era pero nadie hacía nada, violentamente me bota al suelo para acercarse a mí mediante el ahorco, preguntarme un par de cosas que ni entendí por la frustración del momento en mi cuerpo, y vaya que me sentía asustada, él haciendole un gesto a mi posible amor, para que me "llenara", creo que quizás estos tipos eran piratas y no querían que estuviera allí.
Vaya, así que el chico de ojos amarillentos todavía me tenía algo de cariño, con sus poderes de hombre polvo que conocí gracias a la cachetada que le dí, aplastó e hizo que el rubio asestara su cabeza contra el suelo, estirando su cuello como anteriormente pensé, como goma. -¡Escuchame pedazo de mierda si vuelves a tratar así a tu cuñada te arrancaré esa barba recoge flujos a hostias! . ¿¡te queda claro!?- , eso me había causado alivio y un leve enamoramiento hacia él, me había defendido de su... ¿hermano? , ahora las cosas tenían mas sentido.
Que tensión se sentía en ese momento, como si hubieran callado todas las voces y sonidos del medio en el que me encontraba, y para romper el silencio habló un peliazul que cara conocida tenía para mí, en alguna parte me lo había encontrado. Posteriomente un chico de mirada macabra presentó a Taiko, a este lo conocía por haberme salvado de unos piratas en el pasado, y vaya, los dos anteriores eran hermanos, -¿una tripulación en familia?- que romántico. Todavía presentandose un chico medio-robot , y un pez gigante, este último les ofreció comer o al menos eso entendí yo, yo sí tenía hambre.
-Ahh, santo dios- cansada de tanta presentación, escuché a el pelinegro misterioso del pasado , preguntarme sobre su gabardina, ¡oh!, la tenía en mi anterior hotel que me hospedaba, pero estaba a salvo. -Se encuentra más que bién, ¿la quieres devuelta?- y sin mas rodeos, para agradecerle a mi "novio" el haberme salvado, giré su cara hacia mí y le planté un beso de aquellos que no se olvidan.
Segura y encendida, me alejé poco a poco de su rostro mirándolo a sus similares ojos, hablé a todo el mundo para tomar protagonismo en el lugar del encuentro.
-Hola a todos, me llamo Yoko, y sí, soy la novia de Sohem actualmente, disculpen la interrupción pero no revelaré el porqué estoy aquí, pero sí les diré que no se metan conmigo, a no ser que quieran tragar fuego, no lo hagan.-
Una mirada tierna y con mis pómulos levantados, levanté un lado de mis labios para parecer una chica indefensa, pero no lo aparentaba, solo era una demostración de confianza y seguridad, para retar a todos los tipos de ahí, además, estaba un poco enojada con el tipo que se estiraba, no se saldría con la suya nuevamente.
Suzaku
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de todas las presentaciones de cada uno de los nakama que habían traído mis hermanos y de otra mujer, que parecía ser la novia de Sohem, incluso después del golpe de nuestra madre, me levanté y sonreír a todos de oreja a oreja.
Creo que es el momento, pensé.
–– Vamos todos a donde vamos a viv... –– empecé a decir, pero me detuve cuando posé mis ojos sobre la cara de mi hermano pequeño, Sohem.
Tenía un corte de lado a lado de la cara en forma horizontal. Iba de oreja a oreja y pasaba por la nariz, con puntos cada poco. Me quedé con los ojos abiertos como platos y me acerqué a él, lentamente, con el dedo índice apuntando directamente a su cicatriz. Cuando llegué a su altura, le puse el dedo en la cara.
–– Mmm, es de verdad. –– susurré.
Pasaron unos segundos de silencio, bajé el dedo y le miré algo más de cerca.
–– ¡¡¡¿¿¿PERO QUÉ COÑO TE HA PASADO???!!! –– grité. –– ¡CÓMO MOLA LA CICATRIZ! ¡PARECE UN CAMINO DE HORMIGAS!
Reí escandalosamente durante un rato. Cuando paré, me puse delante de todos y les miré uno a uno. Luego, me giré en dirección hacia donde se encontraba la cima de la montaña, el lugar donde íbamos a vivir mi tripulación y yo.
–– Vámonos, mis nakama.
Anduve, guiándoles, durante unos minutos, desde el puerto hasta donde se encontraban las pirámides. Una vez allí, les enseñe el lugar y les mostré las pirámides de origen maya en las que iban a vivir.
–– Bien chicos... y chicas. –– dije. –– Esta es nuestra isla. Instaláos y, cuando acabéis, nos reunimos aquí. Quiero saber más cosas de vosotros.
Entonces, me dirigí hacia la pirámide más alta, el cual ya era mi casa desde que descubría aquella isla con Sohem hacía varios años. Subí las escaleras y entré en la cámara principal de la estructura. Dejé mis cosas en un lado y me tumbé encima de la cama para hacer tiempo.
Da gusto volver a casa, pensé.
Creo que es el momento, pensé.
–– Vamos todos a donde vamos a viv... –– empecé a decir, pero me detuve cuando posé mis ojos sobre la cara de mi hermano pequeño, Sohem.
Tenía un corte de lado a lado de la cara en forma horizontal. Iba de oreja a oreja y pasaba por la nariz, con puntos cada poco. Me quedé con los ojos abiertos como platos y me acerqué a él, lentamente, con el dedo índice apuntando directamente a su cicatriz. Cuando llegué a su altura, le puse el dedo en la cara.
–– Mmm, es de verdad. –– susurré.
Pasaron unos segundos de silencio, bajé el dedo y le miré algo más de cerca.
–– ¡¡¡¿¿¿PERO QUÉ COÑO TE HA PASADO???!!! –– grité. –– ¡CÓMO MOLA LA CICATRIZ! ¡PARECE UN CAMINO DE HORMIGAS!
Reí escandalosamente durante un rato. Cuando paré, me puse delante de todos y les miré uno a uno. Luego, me giré en dirección hacia donde se encontraba la cima de la montaña, el lugar donde íbamos a vivir mi tripulación y yo.
–– Vámonos, mis nakama.
Anduve, guiándoles, durante unos minutos, desde el puerto hasta donde se encontraban las pirámides. Una vez allí, les enseñe el lugar y les mostré las pirámides de origen maya en las que iban a vivir.
–– Bien chicos... y chicas. –– dije. –– Esta es nuestra isla. Instaláos y, cuando acabéis, nos reunimos aquí. Quiero saber más cosas de vosotros.
Entonces, me dirigí hacia la pirámide más alta, el cual ya era mi casa desde que descubría aquella isla con Sohem hacía varios años. Subí las escaleras y entré en la cámara principal de la estructura. Dejé mis cosas en un lado y me tumbé encima de la cama para hacer tiempo.
Da gusto volver a casa, pensé.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.