Wendy Marvell
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Akuma no mi
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Era un día muy soleado, el sol brillaba con todo su esplendor, y eso daba energías a cualquiera, al menos para mi, me llenaba todo mi espiritu con muchas ganas y entusiasmo para tener aventuras, salir y disfrutar de el día como si fuese el último.
Caminando por las calles de esa aldea, veía como la gente caminaba por todos sus alrededores, algunas con sus familias, otros solos y así sucesivamente con algunos cambios, era un pueblo normal, con aldeanos normales, cada uno de ellos vivía como se le daba la gana, eso era lo normal para una aldea, mientras que yo estaba ahí, caminando sola, sin ningún rumbo en particular, ya que hace muchos días yo no compartía con gente, no porque no quisiera, solamente porque no habia encontrado a nadie con la cual poder compartir un poco de palabras, y eso me empezaba a inquietar desde alguna perspectiva mía.
- Si no encuentro a nadie luego, seguramente comenzaré a entrar en pánico.
Me dije a mi misma, mientras que mis pasos seguían sin un rumbo claro por aquellas calles de la aldea, mientras mirando a mis alrededores, pude darme cuenta que habia un puesto en el cual habian cosas para comprar, como regalitos o cosas por ese estilo, encontré que podría ser una buena idea comprarme algo de eso para acordarme de este pueblo, si que me dispuse a observar todo lo que habia, pero no encontraba nada bueno, nada que me llamara profundamente la atención, y eso realmente me perturbaba, ya que quería algo.
- ¿Como no puede haber nada interesante?
En eso unos hombres se habian acercado a mi, eran mucho más mayores que yo, y eso me asustó un poco, ya que yo era muy tímida y no sabía como defenderme.
- ¿Quienes son ustedes?
Pregunté con voz firme, pero estos no dijieron nada, y solamente me tomaron de el brazo para acorralarme en un callejón sin salida, yo estaba asustada y me intentaba safar, pero estos tenían tanta fuerza que no podía hacer mucho, no sabía que hacer, no podía pelear, ya que seguramente me iria a perdida, estaba asustada, lo unico que quería que no me hicieran nada malo, ya que yo no andaba buscando problemas.
- ¡¡Ayuda!!
Caminando por las calles de esa aldea, veía como la gente caminaba por todos sus alrededores, algunas con sus familias, otros solos y así sucesivamente con algunos cambios, era un pueblo normal, con aldeanos normales, cada uno de ellos vivía como se le daba la gana, eso era lo normal para una aldea, mientras que yo estaba ahí, caminando sola, sin ningún rumbo en particular, ya que hace muchos días yo no compartía con gente, no porque no quisiera, solamente porque no habia encontrado a nadie con la cual poder compartir un poco de palabras, y eso me empezaba a inquietar desde alguna perspectiva mía.
- Si no encuentro a nadie luego, seguramente comenzaré a entrar en pánico.
Me dije a mi misma, mientras que mis pasos seguían sin un rumbo claro por aquellas calles de la aldea, mientras mirando a mis alrededores, pude darme cuenta que habia un puesto en el cual habian cosas para comprar, como regalitos o cosas por ese estilo, encontré que podría ser una buena idea comprarme algo de eso para acordarme de este pueblo, si que me dispuse a observar todo lo que habia, pero no encontraba nada bueno, nada que me llamara profundamente la atención, y eso realmente me perturbaba, ya que quería algo.
- ¿Como no puede haber nada interesante?
En eso unos hombres se habian acercado a mi, eran mucho más mayores que yo, y eso me asustó un poco, ya que yo era muy tímida y no sabía como defenderme.
- ¿Quienes son ustedes?
Pregunté con voz firme, pero estos no dijieron nada, y solamente me tomaron de el brazo para acorralarme en un callejón sin salida, yo estaba asustada y me intentaba safar, pero estos tenían tanta fuerza que no podía hacer mucho, no sabía que hacer, no podía pelear, ya que seguramente me iria a perdida, estaba asustada, lo unico que quería que no me hicieran nada malo, ya que yo no andaba buscando problemas.
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Era un día como cualquier otro, el cielo estaba despejado y el sol brillaba con intensidad en aquella villa del east blue. Iba vestido con una camiseta blanca, unos pantalones negros y una chaqueta de cuero negro, en la cual, llevaba mi pistola y el látigo, mis armas preferidas. -Me dijeron que me tomará el día libre... pero, ahora estoy aburrido y no se que hacer por eso.- Me dije a mi mismo mientras caminaba por las calles de esa villa, las cuales estaban llenas de gente y no parecía que hubiera ningún jaleo.
Al menos, podría hacer una historia o dibujar el paisaje, ya que tenía tiempo libre, lo mejor era disfrutarlo y hacer todo lo que pudiese para hacerlo, así que lo primero que hice, fue sentarme en un banco, podía observar que las casas eran blancas y pequeñas, y de mientras, podía observar la gente. -A ver que piense, lo primero es, pensar la trama.- Me dije a mi mismo mientras de la bolsa que llevaba sacaba unas cuantas hojas de papel y un bolígrafo para empezar a escribir.
Pero, la verdad, poca cosa se me ocurría por el momento, hasta que me fije en una niña, su cara se me hacía conocida, ya que era de la misma división del CP que yo. La chica estaba andando, como si tuviera miedo, y allí se me ocurrió la trama, al ver a esa chica. La historia sería de una chica muy asustadiza, la cual, siempre había estado encerrada en su casa, y un día decidía salir de ella, pero solo le iban a esperar cosas malas y terroríficas. -Si, eso me servirá por el momento.- Dije mientras empezaba a escribir, pero mi vista no se podía alejar de la pequeña.
-Ya continuaré la historia luego, mejor que siga a la chica.- Me dije a mi mismo mientras daba un suspiro y me levantaba del banco, pero la niña se perdió entre la multitud y yo no podía verla. Bueno, era del CP, si le pasaba algo, sería capaz de defenderse de algún modo, fuera el que fuera, pues los del Cp, por lo que sabía, no aceptaban a nadie si no era fuerte o era bueno en la lucha, aunque siempre habían excepciones. Empecé a andar por la multitud, esperando encontrar a la chica, ahora esperaba que no me tomaran como un acosador.
Después de buscar, vi a la chica, que se intentaba soltar de unos hombres, sin éxito y era llevada a un callejón. Los seguí, esperando ver que habilidades tenía la chica, pero esta, en vez de hacer algo, gritó pidiendo ayuda. -Pero, ¿¡se puede saber que hace!?- Pensé para mí mismo mientras observaba la escena, si de verdad era del CP tenía que hacer algo para defenderse, pero los hombres empezaron a desgarrar su ropa de la parte de arriba, ya no lo aguantaba más, ser un simple observador, me ponía de los nervios.
-Hey, vosotros, ¿¡que demonios están haciendo!?- Les grité a los hombres mientras a uno le golpeaba la nariz con el látigo, el cual manejaba con mi derecha, era increíble, la chica no había hecho nada para defenderse, me acerqué a ella pasando de los hombres mientras le daba una bofetada en su mejilla. -¿¡Acaso eres idiota, no puedes defenderte sola o que!?- Le dije con mi mirada llena de furia, odiaba a la gente que siempre solía pedir ayuda y la esperaban. -Ten, tápate con esto, y solo te lo voy a decir, no te salvarán siempre.- Le dije mientras me quitaba la chaqueta y la dejaba caer al suelo, enfrente de ella.
-Bien, ¿quien quiere ser el primero?- Dije mientras me ponía en guardia, con la pistola la cual había sacado antes de la chaqueta con la izquierda y el látigo con la derecha, pero los hombres, al ver mi mirada llena de ira, se fueron corriendo, dejándonos a la chica y a mí solos, ahora solo tenía que esperar a ver que hacía la chica, seguiría igual de asustadiza, o tendría un cambio radical, ambas eran posibilidades, pero ninguna era al cien por cien seguras, lo que si sabía, era que esa chica no sabía ni como luchar, pues ni tenía heridas ni nada, cosa que se conseguía mediante entrenamientos, su único fuerte era lo pequeña que era, así lograría ser ágil y algo veloz, quizás.
Al menos, podría hacer una historia o dibujar el paisaje, ya que tenía tiempo libre, lo mejor era disfrutarlo y hacer todo lo que pudiese para hacerlo, así que lo primero que hice, fue sentarme en un banco, podía observar que las casas eran blancas y pequeñas, y de mientras, podía observar la gente. -A ver que piense, lo primero es, pensar la trama.- Me dije a mi mismo mientras de la bolsa que llevaba sacaba unas cuantas hojas de papel y un bolígrafo para empezar a escribir.
Pero, la verdad, poca cosa se me ocurría por el momento, hasta que me fije en una niña, su cara se me hacía conocida, ya que era de la misma división del CP que yo. La chica estaba andando, como si tuviera miedo, y allí se me ocurrió la trama, al ver a esa chica. La historia sería de una chica muy asustadiza, la cual, siempre había estado encerrada en su casa, y un día decidía salir de ella, pero solo le iban a esperar cosas malas y terroríficas. -Si, eso me servirá por el momento.- Dije mientras empezaba a escribir, pero mi vista no se podía alejar de la pequeña.
-Ya continuaré la historia luego, mejor que siga a la chica.- Me dije a mi mismo mientras daba un suspiro y me levantaba del banco, pero la niña se perdió entre la multitud y yo no podía verla. Bueno, era del CP, si le pasaba algo, sería capaz de defenderse de algún modo, fuera el que fuera, pues los del Cp, por lo que sabía, no aceptaban a nadie si no era fuerte o era bueno en la lucha, aunque siempre habían excepciones. Empecé a andar por la multitud, esperando encontrar a la chica, ahora esperaba que no me tomaran como un acosador.
Después de buscar, vi a la chica, que se intentaba soltar de unos hombres, sin éxito y era llevada a un callejón. Los seguí, esperando ver que habilidades tenía la chica, pero esta, en vez de hacer algo, gritó pidiendo ayuda. -Pero, ¿¡se puede saber que hace!?- Pensé para mí mismo mientras observaba la escena, si de verdad era del CP tenía que hacer algo para defenderse, pero los hombres empezaron a desgarrar su ropa de la parte de arriba, ya no lo aguantaba más, ser un simple observador, me ponía de los nervios.
-Hey, vosotros, ¿¡que demonios están haciendo!?- Les grité a los hombres mientras a uno le golpeaba la nariz con el látigo, el cual manejaba con mi derecha, era increíble, la chica no había hecho nada para defenderse, me acerqué a ella pasando de los hombres mientras le daba una bofetada en su mejilla. -¿¡Acaso eres idiota, no puedes defenderte sola o que!?- Le dije con mi mirada llena de furia, odiaba a la gente que siempre solía pedir ayuda y la esperaban. -Ten, tápate con esto, y solo te lo voy a decir, no te salvarán siempre.- Le dije mientras me quitaba la chaqueta y la dejaba caer al suelo, enfrente de ella.
-Bien, ¿quien quiere ser el primero?- Dije mientras me ponía en guardia, con la pistola la cual había sacado antes de la chaqueta con la izquierda y el látigo con la derecha, pero los hombres, al ver mi mirada llena de ira, se fueron corriendo, dejándonos a la chica y a mí solos, ahora solo tenía que esperar a ver que hacía la chica, seguiría igual de asustadiza, o tendría un cambio radical, ambas eran posibilidades, pero ninguna era al cien por cien seguras, lo que si sabía, era que esa chica no sabía ni como luchar, pues ni tenía heridas ni nada, cosa que se conseguía mediante entrenamientos, su único fuerte era lo pequeña que era, así lograría ser ágil y algo veloz, quizás.
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Un chico de cabellos rojos había acudido a mis gritos desesperados de ayuda, espantando con mucho éxito a aquellos hombres que querían hacer quizás que cosas conmigo, él me había pasado su chaqueta para que me tapara, yo no sabía que hacer, lo miraba con mucha admiración pero este estaba algo molesto, a él ya lo había visto en las tropas de la Ciberpool, y seguramente yo era una vergüenza para aquella tripulación, no sabía defenderme bien, era asustadiza, y no era fuerte...
- P-Perdóname... E-Esto me pilló de improvisto... Y no tenía nada con que defenderme, más que no he comido bien estos días, y mi fuerza no es la misma... ¡Pero prometo que no volverá a pasar!
Dije con voz firme, estaba decidida a que yo iba a entrenar para volverme más fuerte y no depender de nadie si es que alguna ves yo entrara en problemas o algo parecido, pero yo estaba muy cansada en ese momento, quizás por el susto, o algo así, mis piernas no daban mas, mis fuerzas no eran las mismas, si que empecé a respirar algo más forzada mente, no sabía porque estaba tan mal, pero intentaba que el chico de cabellos rojos no me viera así, no quería causarle más una desilusión, si que lo miré.
- Tu debes ser Ryu... Ryu Sakuraba, cuando ingresé me habían contando muchas cosas sobre ti, eres alguien muy fuerte, cuando ingresé yo me puse como meta intentar ser como tú...
Vamos Wendy, intenta ser alguien más de confianza para él, no te la puedes llevar todo el tiempo intentando ser alguien, intenta ser tú misma, de todas formas, eran compañeros, y aunque él igual figurara molesto, de todas formas igual te ayudó, igual se preocupó, tienes que agradecerle de alguna forma, aunque no tengas mucho, inténtalo.
- Hey... Ryu... ¿Te gustaría acompañarme a comer algo? Es la única forma en la que te puedo agradecer por haberme ayudado, encontré un poco más allá una tienda donde venden una comida muy esquí sita a un precio muy bajo, me sentiría muy honrada si aceptas mi petición Ryu-san...
Mientras que me ponía de pié, de alguna u otra forma, a pesar de la situación en la que tuvimos que encontrarnos, yo estaba feliz, ya no estaba sola, aunque fuese por este momento, yo disfrutaría a concho todo lo que estaba pasando, no quería que nunca se acabase este momento, al fin alguien quizás me escucharía por todo lo que yo estaba viviendo, si que intentaría hacer pasar un buen rato a Ryu-san, aunque fuese débil yo, al menos yo era agradecida con las personas, y algún día, algún día, me volvería alguien fuerte, para que Ryu-san se sienta orgulloso, que la niña débil a la cual salvó, ahora se puede defender sola.
- Lo lograré...
Dije en voz baja, con una mirada sería y decidida, esperando la respuesta del peli-rojo, esperando que dijera que sí, para que fuésemos a comer, mientras que mi respiración aún se veía algo forzada, ¿Qué me estaría pasando?
- Spoiler:
- P-Perdóname... E-Esto me pilló de improvisto... Y no tenía nada con que defenderme, más que no he comido bien estos días, y mi fuerza no es la misma... ¡Pero prometo que no volverá a pasar!
Dije con voz firme, estaba decidida a que yo iba a entrenar para volverme más fuerte y no depender de nadie si es que alguna ves yo entrara en problemas o algo parecido, pero yo estaba muy cansada en ese momento, quizás por el susto, o algo así, mis piernas no daban mas, mis fuerzas no eran las mismas, si que empecé a respirar algo más forzada mente, no sabía porque estaba tan mal, pero intentaba que el chico de cabellos rojos no me viera así, no quería causarle más una desilusión, si que lo miré.
- Tu debes ser Ryu... Ryu Sakuraba, cuando ingresé me habían contando muchas cosas sobre ti, eres alguien muy fuerte, cuando ingresé yo me puse como meta intentar ser como tú...
Vamos Wendy, intenta ser alguien más de confianza para él, no te la puedes llevar todo el tiempo intentando ser alguien, intenta ser tú misma, de todas formas, eran compañeros, y aunque él igual figurara molesto, de todas formas igual te ayudó, igual se preocupó, tienes que agradecerle de alguna forma, aunque no tengas mucho, inténtalo.
- Hey... Ryu... ¿Te gustaría acompañarme a comer algo? Es la única forma en la que te puedo agradecer por haberme ayudado, encontré un poco más allá una tienda donde venden una comida muy esquí sita a un precio muy bajo, me sentiría muy honrada si aceptas mi petición Ryu-san...
Mientras que me ponía de pié, de alguna u otra forma, a pesar de la situación en la que tuvimos que encontrarnos, yo estaba feliz, ya no estaba sola, aunque fuese por este momento, yo disfrutaría a concho todo lo que estaba pasando, no quería que nunca se acabase este momento, al fin alguien quizás me escucharía por todo lo que yo estaba viviendo, si que intentaría hacer pasar un buen rato a Ryu-san, aunque fuese débil yo, al menos yo era agradecida con las personas, y algún día, algún día, me volvería alguien fuerte, para que Ryu-san se sienta orgulloso, que la niña débil a la cual salvó, ahora se puede defender sola.
- Lo lograré...
Dije en voz baja, con una mirada sería y decidida, esperando la respuesta del peli-rojo, esperando que dijera que sí, para que fuésemos a comer, mientras que mi respiración aún se veía algo forzada, ¿Qué me estaría pasando?
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Tras que se fueron los chicos, puse mi mano sobre su cabeza y la acaricié sin una sonrisa, pero tampoco con una expresión de enfado. -No te preocupes, yo también soy débil, simplemente, tuve suerte de que esos chicos fueran unos tontos que se atemorizan con cualquier cosa...- Le dije, la verdad, es que era la primera vez que veía llorando a una chica y no sabía muy bien como actuar en esa situación.
La chica intentó excusarse, cosa que no me importaba, todos teníamos una debilidad y a ella quizás, tenía muchas, incluso demasiadas. -Todos tenemos algo que se nos da mal, por ejemplo, a mi se me da fatal orientarme, y suelo usar ataques muy suicidas.- Le dije a la niña mientras le volvía a acariciar la cabeza. Suponía que la chica fuera la nueva, había ingresado hacía poco y se llamaba Wendy Marvell, bonito nombre, si.
La chica me miró ilusionada cuando supo que era Ryu Sakuraba, diciendo que tenía como meta ser como yo, cosa que me enrabio bastante y no pude evitar darle una hostia con la mano bien abierta en su mejilla izquierda con mi derecha. -Esa meta es una meta ridícula y tonta, además, prefiero mancharme solo yo las manos a hacer que una niña también se las manché y no solo eso, hay gente mucho mas fuerte que yo, a parte, eso de llegar a ser, sería mejor que fuera superar.- Le dije bien serio, sin darme cuenta le dije todo lo que pensaba sin ponerme en su situación.
Le volví a acariciar la cabeza sonrojado, ladeando mi cabeza hacia otro, como la volviese a ver llorar no me resistiría y la abrazaría tan fuerte para luego darle un beso. -Pe... perdona por mi comportamiento, es que hay cosas que me da rabia oír y luego no me controlo.- Le dije intentando tartamudear lo menos posible, pero bueno, ya que no quería que le pasara nada, le pediría a Roslin que la entrenara, así de seguro que se haría mas fuerte, además de que yo no sabía tratar bien con las mujeres y mas de una vez había discutido con Roslin.
La chica quería invitarme a comer, pero yo simplemente, negué su petición mientras le miraba serio. -Si tienes tiempo para invitar a otros a comer, lo tendrías que dedicar a entrenar.- Le dije claramente para luego dar un suspiro y volver a acariciar su cabeza, en verdad, tenía miedo de volverla a ver llorar. Ladeé mi cabeza mientras seguía acariciando su cabeza. -Perdona, es que no se como tratar a las mujeres...- Le dije bien sonrojado, nunca pensé que habría alguien a parte de Zhown que me hiciera actuar así casi todo el rato.
Lo importante ahora era que entrenara la chica, para que no volviese a meterse en problemas. -Lo primero de todo sería encontrar a Roslin, para que te entrenase, claro, pero viendo la situación, sería mejor empezar tu entrenamiento ya... además de que no quiero que te vuelva a pasar lo de antes... ¿tienes alguna idea de por donde empezar con el entrenamiento?- Le pregunté mientras dejaba de acariciar su cabeza y me cruzaba de manos y brazos, esperando la respuesta de la joven chica del CP.
La chica intentó excusarse, cosa que no me importaba, todos teníamos una debilidad y a ella quizás, tenía muchas, incluso demasiadas. -Todos tenemos algo que se nos da mal, por ejemplo, a mi se me da fatal orientarme, y suelo usar ataques muy suicidas.- Le dije a la niña mientras le volvía a acariciar la cabeza. Suponía que la chica fuera la nueva, había ingresado hacía poco y se llamaba Wendy Marvell, bonito nombre, si.
La chica me miró ilusionada cuando supo que era Ryu Sakuraba, diciendo que tenía como meta ser como yo, cosa que me enrabio bastante y no pude evitar darle una hostia con la mano bien abierta en su mejilla izquierda con mi derecha. -Esa meta es una meta ridícula y tonta, además, prefiero mancharme solo yo las manos a hacer que una niña también se las manché y no solo eso, hay gente mucho mas fuerte que yo, a parte, eso de llegar a ser, sería mejor que fuera superar.- Le dije bien serio, sin darme cuenta le dije todo lo que pensaba sin ponerme en su situación.
Le volví a acariciar la cabeza sonrojado, ladeando mi cabeza hacia otro, como la volviese a ver llorar no me resistiría y la abrazaría tan fuerte para luego darle un beso. -Pe... perdona por mi comportamiento, es que hay cosas que me da rabia oír y luego no me controlo.- Le dije intentando tartamudear lo menos posible, pero bueno, ya que no quería que le pasara nada, le pediría a Roslin que la entrenara, así de seguro que se haría mas fuerte, además de que yo no sabía tratar bien con las mujeres y mas de una vez había discutido con Roslin.
La chica quería invitarme a comer, pero yo simplemente, negué su petición mientras le miraba serio. -Si tienes tiempo para invitar a otros a comer, lo tendrías que dedicar a entrenar.- Le dije claramente para luego dar un suspiro y volver a acariciar su cabeza, en verdad, tenía miedo de volverla a ver llorar. Ladeé mi cabeza mientras seguía acariciando su cabeza. -Perdona, es que no se como tratar a las mujeres...- Le dije bien sonrojado, nunca pensé que habría alguien a parte de Zhown que me hiciera actuar así casi todo el rato.
Lo importante ahora era que entrenara la chica, para que no volviese a meterse en problemas. -Lo primero de todo sería encontrar a Roslin, para que te entrenase, claro, pero viendo la situación, sería mejor empezar tu entrenamiento ya... además de que no quiero que te vuelva a pasar lo de antes... ¿tienes alguna idea de por donde empezar con el entrenamiento?- Le pregunté mientras dejaba de acariciar su cabeza y me cruzaba de manos y brazos, esperando la respuesta de la joven chica del CP.
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La chica escuchó claramente lo que le decía el pelirojo, sentía que estaba protegida con él, aunque aún así se sentía mal por haber sido ayudada, ya que siendo de la CP, debería saber defenderse, y atacar a quien sea sin piedad alguna, ya que para eso había entrado, aunque aún así algo de culpa se sentía.
- Yo no me refiero tanto a tu debilidad física, si no que a tu fortaleza de tu corazón, ya que no cualquiera tendría la disposición para defender a alguien como yo....
Mientras que oías que también el chico comentaba sobre sus debilidades, aunque tú también tenías, y bueno, tenías varias, no querías sentirte mal, si que cuando el chico te decía que él no le llevaba bién orientarse, y que era algo suicida, reiste un poco, pero aún así tenías tu rostro lleno de lagrimas, cosa que no te gustaba, ya que intentabas calmarte, aunque no podías.
- B-Bueno, eso se puede manejar, solamente deberías pensar mejor las cosas que haces, aunque no soy quién para decirte esto, ya que yo tampoco pienso bien a los lugares que me voy a meter, ya que soy algo torpe en ese sentido, pero bueh...
En eso cuando tú le dijiste que lo admirabas, y que querías ser como él, notaste que el chico de cabellos rojos se había molestado, ¿Tanto le habían molestado mis palabras? Te sentías algo mal, ya que no querías hacerlo enojar, sobre todo si te había salvado, esa no era una forma de agradecerle, aunque tenías que hacer algo por él, solo te dispusiste a bajar tu mirada, ya que te sentías como una niña que estaba siendo sermoneada por su madre, y solamente te dignaste a decirle.
- Gomenasai...
Te sentías muy apenada, en eso el chico cambió la actitud que tenía contigo, y te acariciaba la cabeza, ese sentimiento de calor y cariño que hace muchos años no habías sentido, se sentía tan cálido y agradable, te hacía sentir como una mujer nueva, alguien que no quería que cambiara nunca, sonreías un poco, y él se había disculpado en la forma que te había tratado, mientras que tú le decías algo sonrojada y moviendo los brazos y la cabeza de un lado para otro.
- ¡N-No te preocupes en pedir perdón, no hay drama enserio!
Le dijiste alegre, cuando también lo habías invitado a comer, pero él rechazó tu oferta, ya que según él si tenía tiempo para comer, es que también tenía tiempo para entrenar, aunque no quería hacerlo enfadar aún más, tu estómago pedía comida, si que le dijiste.
- S-Si lo sé Ryu-san... Pero no me puedes pedir que coma algo, mientras no he comido en más de 10 días, solamente quiero comer algo... Por favor... ¿Acómpañame sí? Quiero compartir almenos ese rato agradable contigo...
Te sentías algo culpable, en eso Ryu nuevamente se disculpó contigo, almenos entendías algo de las conductas que tenía él, te ponías felíz y en eso el dijo que teníamos que encontrar a Roslin, que él me entrenaría, si que desviandolo un poco de él tema, le dije algo bién serio.
- Mientras hayamos comido algo, entrenaré si quieres todos los días, pero realmente necesito algo de comer mi estómago está muy malo, y quiero comer algo... Si no, no sé que pasará de mi, necesito algo de comida...
Y finalizaste con una sonrisa.
- Yo no me refiero tanto a tu debilidad física, si no que a tu fortaleza de tu corazón, ya que no cualquiera tendría la disposición para defender a alguien como yo....
Mientras que oías que también el chico comentaba sobre sus debilidades, aunque tú también tenías, y bueno, tenías varias, no querías sentirte mal, si que cuando el chico te decía que él no le llevaba bién orientarse, y que era algo suicida, reiste un poco, pero aún así tenías tu rostro lleno de lagrimas, cosa que no te gustaba, ya que intentabas calmarte, aunque no podías.
- B-Bueno, eso se puede manejar, solamente deberías pensar mejor las cosas que haces, aunque no soy quién para decirte esto, ya que yo tampoco pienso bien a los lugares que me voy a meter, ya que soy algo torpe en ese sentido, pero bueh...
En eso cuando tú le dijiste que lo admirabas, y que querías ser como él, notaste que el chico de cabellos rojos se había molestado, ¿Tanto le habían molestado mis palabras? Te sentías algo mal, ya que no querías hacerlo enojar, sobre todo si te había salvado, esa no era una forma de agradecerle, aunque tenías que hacer algo por él, solo te dispusiste a bajar tu mirada, ya que te sentías como una niña que estaba siendo sermoneada por su madre, y solamente te dignaste a decirle.
- Gomenasai...
Te sentías muy apenada, en eso el chico cambió la actitud que tenía contigo, y te acariciaba la cabeza, ese sentimiento de calor y cariño que hace muchos años no habías sentido, se sentía tan cálido y agradable, te hacía sentir como una mujer nueva, alguien que no quería que cambiara nunca, sonreías un poco, y él se había disculpado en la forma que te había tratado, mientras que tú le decías algo sonrojada y moviendo los brazos y la cabeza de un lado para otro.
- ¡N-No te preocupes en pedir perdón, no hay drama enserio!
Le dijiste alegre, cuando también lo habías invitado a comer, pero él rechazó tu oferta, ya que según él si tenía tiempo para comer, es que también tenía tiempo para entrenar, aunque no quería hacerlo enfadar aún más, tu estómago pedía comida, si que le dijiste.
- S-Si lo sé Ryu-san... Pero no me puedes pedir que coma algo, mientras no he comido en más de 10 días, solamente quiero comer algo... Por favor... ¿Acómpañame sí? Quiero compartir almenos ese rato agradable contigo...
Te sentías algo culpable, en eso Ryu nuevamente se disculpó contigo, almenos entendías algo de las conductas que tenía él, te ponías felíz y en eso el dijo que teníamos que encontrar a Roslin, que él me entrenaría, si que desviandolo un poco de él tema, le dije algo bién serio.
- Mientras hayamos comido algo, entrenaré si quieres todos los días, pero realmente necesito algo de comer mi estómago está muy malo, y quiero comer algo... Si no, no sé que pasará de mi, necesito algo de comida...
Y finalizaste con una sonrisa.
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