Xandros Rely vs. Akai

Había llegado la noche pasada a ese extraño pueblo, un ambiente agradable, tan agradable que simplemente le incomodaba, no deseaba sentir el calor, el frió de Drum -isla por la que pasó antes de llegar- se había impregnando en sus huesos y se había filtrado hasta llegar al alma, despojándole del calor, inundando de una sensación de vació, un vació del cual no era fácil deshacerse, y menos con la mente pensando en ella todo el tiempo, recordándome que ella debía estar ahí.... la pregunta era donde?, donde buscar?, era como buscar una aguja en un pajar... algo tan inútil que el solo pensarlo hacia que me burlara de mi mismo. El joven rubio viajaba sin rumbo buscando una y otra vez una pequeña pista para recuperar las ganas de seguir hacia el frente, no me interesaba como, no me interesaba el costo, daría lo que fuese para mantenerme firme en la nueva flota.

Deambulaba sin rumbo fijo, mirando a los alrededores con la mirada casi perdida, destruido por dentro, mientras las personas seguían sus vidas, disfrutándola a placer, gozando del hecho de estar vivo, pero que quedaba en mi.... ¿recuerdos?, con eso debía conformarme?.... ¿debía aceptar mi presente y vivir mi vida alegremente sin pensar en lo vivido?.... el joven suspiro soltando un grito a una pareja - DESVERGONZADOS - la pareja se sobresalto mas al ver al joven simplemente lo ignoraron, me mofe de mi mismo, de la lastima que seguramente daba en ese momento, de lo patético que seguramente me veía, de como el odio comenzaba a corroerme por dentro, y la envidia me llenaba hasta salir por mis poros. Me encontraba algo perdido, pero con la seguridad de querer pasar un buen rato, el estar en las filas de la marina frenaba mis impulsos de guerrear en cualquier lugar, era lo único que frenaba al rubio.
El joven algo aburrido se quedo ahí parado mirando un árbol que se encontraba en medio de una gran plaza, mientras muchas personas le sacaban la vuelta, observando como si se tratara de un bicho raro, viendo como el médico de ojos tan azules como el mar, y fina piel blanca, ahora se mostraba demacrado, mientras contemplaba con un rostro inexpresivo a ese bello árbol, confundido, lastimado, sosteniéndose por mera fe, pues en cualquier momento sentía que su cuerpo se desplomaría, y no sabia si seria capaz de levantarse.Mientras que poco a poco se normalizo y su mano llego a su rostro frotándola un poco para quitar cualquier rastro que hubiera quedado de aquellas marcas de la debilidad del joven.

Tras serenar un poco su mente, aquel frió regreso mostrándose en ese semblante un tanto inexpresivo, que aun se encontraba en terribles condiciones, ojeras adornaban sus ojos, notándose de mas debido a su nívea piel, con los parados un tanto irritados por la terrible noche de borrachera, su cara mostraba una clara falta de alimentación adecuada, mientras su cuerpo era cubierto con gruesas ropas (las de el avatar) a un que ligeras, las cuales el aun portaba tras tanto tiempo, siendo algo que aun conservaba de su ciudad natal. Este se alejó y tomo al primer sujeto que paso por enfrente de el, mostrando una falta de respeto y agresividad innecesaria, pero que mas daba,poco le importaba en ese momento, sujetando al tipo con ambas manos del cuello levantándose un poco - Caballero ~ ¿Donde esta el bar? - El tono de voz denotaba esa resaca mañanera. El miedo en aquel tipo hizo que no mostrará mas interés del ya dado, siendo que lo soltó con desgana y continuó su camino el marine,en busca de algún lugar donde pasar el día.

El tiempo pasaba muy veloz, tal era el caso que la tarde se tiraba encima, abandonando ese caluroso sol natural de la isla. El paso de aquel marine rubio era bastante acelerado, quizás llevado por la embriaguez, esa que le impedía terminar de abrir los ojos, sin embargo era un efecto que se marchó pocos minutos después. No pasaba muchos días desde que la afiliación en la nueva flota se hiciera patente, algo de lo que estaba orgulloso, por fin algo de lo que enorgullecerse ... Esa sensación ya se le había olvidado. Metido en sus propios pensamientos, el marine no se dio cuenta de lo que tenía delante y es que metido en una calle principal, lo normal era que alrededor de el muchsimas personas estuvieran en sus temas igual, si uno de los que cruzaban tenían la vista puesta en otro lugar, choque al canto. En este caso Xandros fue el que produjo el desencuentro, topando contra un tipo de rojiza cabellera, esto hizo que enseguida cayese al suelo. En menos que canta un gallo se montó un corrillo de personas esperando que esos dos hombres se enzarzaran en una batalla campal. Ahora si que no cavía duda posible, esto era un territorio turístico, solo querían entretenerse, fuera como fuera.


Con rapidez Xandros se levanta, apoyando su mano derecha en el suelo, ejerciendo presión en la misma para que de un simple empujón logrará levantarse. - Podrías haber tenido un poco mas de cuidado. Pero... ¿Estás bien? - Preguntó casi por educación, siendo respondido por un abucheo de las personas que alrededor seguían reclamando una estúpida pelea. De saber que le estaban pidiendo eso a un miembro de la ley, lo pensarían dos veces. De todos modos, el rubio no tenía nada que hacer, lo que le motivo a quedarse callado sin revelar su poción, esperando la respuesta de su aparente enemigo, igual se lanza al ataque ... Todo estaba por ver. Por una mera regla personal, Xandros metió una de sus manos en el interior de su pantalón, por la parte de la cadera, ese era el lugar de sus particulares cuchillos de combate, mas bien dagas, pues desconocía al contrincante, siempre era bueno estar a cubierto.